los dueños de la 5

MI BELGRANO RIVER - Marzo de 2017 5
Continuación de la pág. 4
Hasta la llegada de Gallardo como técnico, el que conformó
Leo había sido el último gran equipo en la historia
de River en cuanto al nivel de juego. Obtuvo el
Clausura 2004 y llegó 2 años consecutivos a semifinales
de la Libertadores (´04 -´05). Pero ese proceso dejó
sabor a poco ya que tal excelente rendimiento ameritaba
haber ganado más títulos de los que se consiguió.
¿Ese proceso que encabezaste
merecía haber ganado más? ¿Con
más experiencia como DT crees
que lo hubieses logrado?
En la semifinal contra Boca enfrentaba a un Bianchi muy
consagrado que sabía cómo manejar cada detalle. Antes
de esa semifinal hablé con José María Aguilar para
salir a retrucar porque si no nos dormían. No se hizo y
terminó pasando lo que decía. Al año siguiente me pasó
lo mismo en la Copa. En la llave contra el Banfield de
Falcioni que tenía el apoyo de Duhalde atrás, pasó algo
similar. Ganábamos 1 a 0 tranquilos, nos expulsan injustamente
a Mascherano y empiezan a cobrar todas
faltas para ellos en nuestro campo hasta que nos empatan.
Ahí sí salí a decir todo lo que no había dicho en la
previa con Boca. La Libertadores del ´04 estaba mucho
más ganable que la del ´05. Más allá de que el segundo
año el grupo estaba mucho más consolidado y sólido.
En el primero el equipo venía del proceso de Ramón,
luego de Pellegrini y la consolidación conmigo. En el
´05 veníamos muy bien hasta que tuvimos el inconveniente
de Tuzzio y Ameli. A partir de ahí fue una caída
terrible en cuanto a rendimientos. Fue un tema que no
pudimos resolver y el equipo dejó de brindar lo que venía
mostrando. Después de quedar eliminados en semis
con el San Pablo, que era una potencia y fue el campeón
del torneo, me tendría que haber ido porque sabía
el desmantelamiento que iba a tener el equipo y sabía que
quien viniese iba a necesitar un tiempo de adaptación.
Sabía que no íbamos a tener los resultados inmediatos
que el club necesitaba. Cometí un error habiéndome
quedado pero lo hice para no fallarle a la gente que me
dio la posibilidad de empezar a dirigir. Me arrepiento.
En muy difícil encontrar a alguien dentro de este ambiente,
con buena fe, que hable mal del Negro. Casi
que al unísono todos los compañeros y dirigidos que ha
tenido hablan maravillas de él. Lo nombran como alguien
que les marcó el camino, que los ayudó a crecer,
como un guía, referente y espejo.
El respeto y reconocimiento total
a tu persona ¿es tu mayor legado
dentro del fútbol?
Eso es lo más importante. Uno dejó una imagen como
persona al margen de los logros deportivos. Tener un
reconocimiento por el manejo tenido en la vida, es lo
mejor que te puede pasar. Te deja marcado el siempre
haber actuado sin pensar en el beneficio propio sino en
cómo poder ayudar al otro. Eso trato de inculcarles a mis
hijas. Es mucho más importante la persona que el jugador.
Lo que queda es la imagen pública que dejaste. Me
siento mucho más reconocido por lo humano que por lo
futbolístico. Eso se lo tengo que agradecer a mis viejos.
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La formación como ser humano es lo que recibís de tu
familia. Siempre mi viejo me bajó una línea muy clara.
Dentro de este ambiente, un tipo
tan humilde, perfil bajo y simple
como vos, es un bicho raro. ¿Te
considerás así?
Puede ser, muchas veces pensé si yo era el indicado para
hacer lo que estaba haciendo. Hay muchas cosas que no
termino de compartir y es por eso que me aíslo. Es mi
forma de ser. Nunca te voy a decir “yo logré esto, esto y
esto”, no es mi forma. No podría cambiarla porque me
sentiría mal. A veces me junto con gente que piensa y
actúa como yo y decimos “somos sapos de otro pozo”.
¿Nunca te comió el personaje
de estrella que genera ser un
futbolista de élite en Argentina?
En algún momento sí. Hubo situaciones donde viví adentro
de la burbuja que te genera ser jugador, por suerte me
pude dar cuenta y salí. Cuando era chico pensaba que me
llevaba el mundo por delante. Con 21 años campeón de
la Copa América con la selección, en la primera de River,
mi autito 0KM, mi plata; hacía lo que quería. Tuve
un proceso de confusión. Por suerte hubo gente que me
ayudó a darme cuenta que estaba equivocado.
Parecés ser bastante solitario…
Sí, soy bastante solitario. Necesito mi espacio para poder
pensar, reestructurar y tener las ideas bien claras. Soy
una persona que se aísla. Trato de pensar las cosas antes
de tomar decisiones.
Querés pasar desapercibido y no
tener exposición, pero es imposible
porque no sos uno más, ¿Sufriste
el ser Leonardo Astrada?
En un momento de mi carrera lo sufrí porque quería pasar
desapercibido y que nadie se me acercara como si no
me conocieran. Cuando mis hijas eran chicas, no tenía
mucho tiempo para compartir con ellas y cuando quería
llevarlas a una plaza no les podía prestar atención porque
todos me pedían una foto o un autógrafo. Eso me sacaba
del momento que quería vivir y me molestaba. Muchas
veces mi mujer me ha dicho “cambiá la cara que tenés,
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sonreí. La gente te pide una foto porque lo siente, quiere
recibir algo de vos”. Eso me hizo entender lo que significaba
para otros. Cuando no tengo un buen día trato
de aislarme y resguardarme para no mostrar una imagen
que no es la mía. Detestaba ir al shopping porque a cada
metro me paraban. No quería estar expuesto.
Tenés tan poco ego que parece
que nunca te generaron nada los
elogios.
Nunca me trepé del ser alguien conocido. A todos nos
gusta recibir elogios, pero yo no vivo de eso, no lo necesito.
No estoy pendiente de esas cosas. Si me siento en
una mesa con cuatro jugadores y le piden un autógrafo a
uno y a mí no, no me siento mal. Si me lo piden porque
le hago pasar medio minuto feliz a determinada persona,
espectacular. Que te lo vengan a pedir es hermoso, porque
demuestra que algo hiciste bien.
¿Qué le aconsejarías a un joven
futbolista?
Muchas veces la ignorancia te lleva a pensar “soy jugador
de fútbol y ya está”. Hay que prepararse para el
mañana, es fundamental. ¿Cómo te preparás? Estudiando,
escuchando a gente capaz. No por tener plata y ser
jugador de fútbol quiere decir que te llevás el mundo por
delante. Hoy podés tener un montón de cosas pero mañana
te retirás y pasás a no tener nada. La inteligencia y la
capacidad te dan la posibilidad del día de mañana saber
manejarte. Hay que leer libros.
Siempre fuiste de hablar lo
justo y necesario. Te ganabas
el respeto con los hechos y así
ahorrabas palabras.
Es que cuanto más hablás, más te equivocás. La mejor
forma de poder lograr un liderazgo y la ascendencia sobre
el otro, es con el ejemplo. Cuanto más simple, claro
y corto en palabras seas, mejor llega el mensaje. Algunos
jugadores hicieron hasta cuarto, quinto grado de colegio,
entonces si les planteas una situación para que tengan
que razonar, no la entienden. Cuando al jugador le hablás
difícil o le hablás mucho, se dispersa.
¿Qué significa River en tu vida?
Es mi segunda casa. River me consolidó como humano
no solo como jugador. Fue el lugar donde me acobijé
desde los 8 años hasta los 33 y después la etapa de entrenador.
River me dio un aprendizaje único. Tengo un
sentimiento muy grande por el club. El agradecimiento
más grande que le puedo dar a mi viejo es por el día que
vino y me preguntó si me quería ir a probar a River.
¿Te costó la vida después de River?
No me costó. Muchas veces paso con el auto por Lugones
atrás del Monumental y mi mujer me pregunta si
no me trae un cosquilleo pasar por al lado de River y le
respondo que no porque lo que tenía que hacer ya lo hice
ahí adentro.
Ser buena gente, transparente y frontal, preocupado
por el otro, humilde, perfil bajo y discreto, es
una enorme virtud. Ser así siendo carnicero o teniendo
cualquier actividad cotidiana, es más sencillo.
Serlo siendo jugador profesional de fútbol
y luego técnico, es muchísimo más difícil. En un
ambiente de egocentrismo, opulencias, intereses,
fama, dinero, extravagancias, tentaciones; conservar
el equilibrio es tarea para los evolucionados
y desarrollados intelectual y espiritualmente.
Leo ha logrado mantener el mismo perfil siempre,
nunca le ha entrado una bola que perfore su gran
coraza, y eso lo vuelve un tipo loable.