10.03.2017 Views

Kresley Cole - Serie Immortals After Dark 07 - El Beso del Rey Demonio

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

KRESLEY COLE<br />

<strong>El</strong> <strong>Beso</strong> <strong>del</strong> <strong>Rey</strong> <strong>Demonio</strong><br />

6° de la <strong>Serie</strong> <strong>Immortals</strong> <strong>After</strong> <strong>Dark</strong><br />

CAPÍTULLO 28<br />

—¿Te gustaría que tuviéramos un hijo? —preguntó Rydstrom entre sus brazos, a punto de<br />

dormirse en la fría noche. Deslizó una mano bajo la túnica hasta hacerla descansar sobre el terso<br />

estómago de Sabine. —<strong>Demonio</strong> o no.<br />

—Sí, siempre que no fuera un miserable traidor como su padre —murmuró ella soñolienta<br />

antes de quedarse dormida <strong>del</strong> todo.<br />

«Miserable traidor.» ¿Y si con su comportamiento Rydstrom estaba matando lo que podría<br />

llegar a existir entre los dos? «No hagas nada que no tenga remedio.» Y esa noche ella le había<br />

dicho que lo odiaba...<br />

A lo largo de las horas que se había pasado atormentándola, manteniéndola a las puertas <strong>del</strong><br />

orgasmo, la hechicera en ningún momento se había dado por vencida.<br />

A pesar de que Sabine había perdido la cabeza, su cuerpo había enloquecido. Había arqueado<br />

las caderas, tratando de tentarlo a que fuera él quien rompiera su juramento. Nunca nada lo había<br />

excitado tanto como acariciar su precioso sexo, ansioso por ser poseído.<br />

Pero ahora las dos noches habían llegado a su fin. Al día siguiente conseguiría que se le<br />

entregara por completo y volvería hacerle el amor. Y por fin podría recuperar el control sobre<br />

mismo. Tenía que conseguirlo.<br />

Confuso y lleno de dudas, terminó por quedarse dormido. Al amanecer, abrió los ojos y se<br />

encontró en medio de un espejismo. Sabine conjuraba quimeras mientras dormía. ¿Eran aquéllos<br />

los sueños de la hechicera?<br />

—Caliéntalo, acarícialo, siéntelo, y cuídalo. Amásalo, envuélvelo, ámalo y bésalo... —cantaba<br />

una mujer mientras se deslizaba unas cadenas de oro por una mejilla. Era la misma voz de mujer<br />

que había oído la noche anterior... y ahora podía verla.<br />

Llevaba una máscara de seda sobre unos hostiles ojos azules. La diadema que lucía en el pelo se<br />

extendía más allá de su cabeza causando el efecto de un par de alas, repletas de zafiros. Una<br />

melena negro azabache colgaba detrás <strong>del</strong> adorno.<br />

—<strong>El</strong> oro es la vida. Es la perfección. Existe únicamente para nosotras. —Dejó las cadenas dentro<br />

de un cofre que había en su vestidor, y luego enterró las manos en montones de monedas,<br />

dejando que cayeran entre sus dedos.<br />

Cuando dio media vuelta hacia el espejo, Rydstrom vio que había también dos niñas reflejadas<br />

en él, una pelirroja y la otra morena. Eran Sabine y Melanthe, ambas miraban a la mujer con<br />

completa fascinación. Seguramente era su madre, y era obvio que estaba loca...<br />

—Haceos una armadura con él para rodear vuestro corazón, y el oro jamás os dejará morir.<br />

Ponéoslo en el pelo, en la cara y en la piel, y no existirá hombre al que no podáis vencer. Una<br />

hechicera jamás roba el oro suficiente; los que se resisten —adoptó Una expresión impasible—<br />

tienen que morir.<br />

Las hechiceras adoraban el oro, le había dicho Sabine, y Rydstrom había pensado que era sólo<br />

una excusa para justificar su avaricia, pero esa creencia, en el caso de ella, parecía ir más allá. Al<br />

recordar su cara cuando él le tiró la diadema al agua... Rydstrom se pasó una mano por los labios.<br />

«Le compraré una nueva. Le compraré miles...»<br />

Escaneado por CHARO – Corregido por Mara Adilén Página 151

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!