Espejo el

10 de marzo
el Espejo siete días de 2017 /3
Podemos batir récords de calor
Juan SÁNCHEZ
Una de las frases que más se ha repetido
estos días con motivo de las celebraciones
que ya nos son propias en el mes
de marzo, ha sido precisamente que ojalá
llegue el momento en que ya no sea
necesario volver a tener que dedicarle un
día a la mujer como ahora se hace el 8
de marzo y como no se ha dedicado nunca
al hombre.
Pero ese momento parece que va a
estar muy lejos, y que va a haber que seguir
dedicando ese día a la mujer y a recordar
todos los agravios a los que es
sometida y que se mueven en muy distintos
niveles.
Hace pocas fechas hemos podido escuchar
a un parlamentario europeo polaco
decir barbaridades tales como que las
mujeres son menos inteligentes y más
pequeñas, y que por eso deben tener un
sueldo menor que el de los hombres, y
sí, sus palabras han tenido una cierta
repercusión, pero en el Parlamento Europeo
se permiten estas cosas porque
todavía hay quien las piensa y hay quien
tiene una representatividad suficiente
para ir allí y decirlas. Todavía no se sabe
qué medida se va a tomar contra este
sujeto, cuando no debería haber más que
una, expulsarle, para poder mantener la
dignidad del sitio en que las pronunció.
Pero es que la distinción de sexos,
siempre en contra de la mujer, está en
todos los sitios, en todos los países y en
todos los lugares. Se ha comentado también
hace unos días que el diccionario
de la Real Academia Española mantiene
la definición de sexo débil para aplicárselo
a las mujeres y sexo fuerte a los
hombres, pero más despectivo es aún lo
de considerar que un hombre público es
alguien que se dedica a una actividad
como la política, mientras que una mujer
pública es lisa y llanamente una prostituta.
Lo miremos por donde lo miremos, la
distinción machista de la vida prevalece
y permanece sin que se haga lo suficiente
para acabar desterrándola de una vez
por todas y es que, entre otras muchas
cosas, a los hombres en general nos re-
No aprendemos
sulta muy cómodo mantener ese criterio
porque de una manera u otra protege
unos privilegios que nos han venido dados
porque sí, sin tener que hacer nada
para ganárselo, y además el propio machismo
prevalente impone que también
haya mujeres, afortunadamente cada vez
menos, que con distintas actitudes protegen
esta segregación sexual.
Se le caen a uno los palos del sombrajo
cuando mujeres agredidas, inclusive
con graves o gravísimas consecuencias,
se niegan a denunciar a sus agresores.
Es terrible pero hay que comprenderlo,
porque es precisamente la primera
consecuencia de ese espíritu machista
en que se nos ha educado, en el que
evidentemente se les ha educado también
a ellas y que impera en la sociedad
circundante, además de otras muchas
circunstancias que imponen la necesidad
para poder seguir adelante.
Las cifras de muertes por violencia
de género son espeluznantes y este año
parece que van a ser más que en anteriores
ocasiones y es que no parece creíble
que siga imponiéndose el criterio supermachista
de que haya quien siga creyéndose
que tiene derecho sobre la vida
de su pareja y que puede acabar con ella
cuando lo considere oportuno.
Es evidente que es un caso de educación
y que solo con la preparación desde
los primeros momentos de la vida se
pueda algún día llegar a acabar con esta
lacra social tan lamentable, tan triste y
tan deprimente, pero no parece que en
esos primeros momentos de la educación
se tome el tema como debería tomarse,
con la radicalidad necesaria para
poder acabar con él un día de una vez
por todas y que efectivamente llegue el
momento en que ya no sea necesario
tener que volver a celebrar el Día de la
Mujer y menos escuchar esas cosas que
se han escuchado estos días defendiendo
el derecho a la vida de unas personas
que lo reivindican porque son mujeres
y porque no creen, como no deben
creer de ninguna de las maneras, que
nadie pueda arrebatárselas por eso, precisamente
por ser mujer.
Los gobiernos tendrían mucho que
hacer en cuestiones como esta, pero es
evidente que no lo hacen o al menos no
hacen lo suficiente y sigue habiendo leyes
que te ponen los pelos de punta
cuando se aplican y se conocen las consecuencias
de su aplicación, como el
mantenimiento de los derechos de esos
padres que han asesinado a sus mujeres
y siguen pudiendo estar con sus hijos
mirándoles a la cara inclusive en casos
en que estos mismos hijos han sido
agredidos. Precisamente estos días se
cumple el aniversario del asesinato en
nuestra ciudad de aquella enfermera que
alguien quiso hacernos creer que acabó
con su vida porque estaba deprimida,
cuando todas las circunstancias indicaban
todo lo contrario, porque era una
mujer joven con una hija y con toda una
vida por delante, a la que quería sacarle
un partido que pasaba por no hacerlo
junto a la persona con la que había convivido
hasta el momento y que como no
aceptó esta decisión, acabó con su vida,
tratando de hacernos creer burdamente
que había sido una decisión de ella, hasta
que la verdad puso las cosas en su
sitio.
Es una mezcla de todo, de educación,
de palabras, de hechos, de reconocimientos...
Cuestiones todas ellas que
configuran una forma de ser y de vivir,
cuestiones que diferencian entre un sexo
privilegiado y otro que no lo es, una diferenciación
que es falsa, que es mentira,
que nos hemos inventado porque nos
viene muy bien a unos y muy mal a otros,
pero al fin y al cabo una diferenciación
con la que es preciso acabar de una vez
por todas y tenemos que realizar un esfuerzo
para llevarlo a cabo, y aquí sí que
hay que hacerlo sin diferencias de sexos,
porque al fin y al cabo es una pelea con
la que acabaremos ganando todos y todas
y no solo una parte de la sociedad,
porque no hay mejor criterio ni forma que
la igualdad.
Cada año, el Día de la Mujer, ese que
debería desaparecer del calendario, se
lleva a cabo con más fuerza y con mayor
interés, y así deberá seguir siendo hasta
que la mujer tenga la misma celebración
que el hombre: ninguna.
Campaña de control
de perros potencialmente
peligrosos
La Policía Local de Aranjuez ha iniciado,
este miércoles 8 de marzo, una campaña
de control de los perros potencialmente
peligrosos con el fin de comprobar que todos
tienen suscrito su seguro de responsabilidad
civil y que cuentan con la autorización
pertinente.
El objetivo que se marca esta campaña
es el de controlar qué perros están censados
en el Registro Municipal de Perros Potencialmente
Peligrosos y cuáles no, obligando
a sus propietarios a cumplir la normativa
y las medidas de seguridad que requieren
este tipo de animales.
Los perros potencialmente peligrosos
requieren de una licencia cuya tramitación
realiza el Servicio Municipal de Salud previa
presentación y registro en la Oficina de
Atención al Ciudadano.
Para su tramitación, entre otras cosas,
el propietario del perro debe presentar copia
de la póliza de responsabilidad civil por
los posible daños a terceros que pudiera
causar el animal con una cobertura no inferior
a 120.000 euros, así como un certificado
expedido por un centro oficial autorizado
de capacidad física y psicológica en relación
a la tenencia de animales peligrosos.
La Policía Local ha recordado que la licencia
permite al titular la tenencia y el
manejo de cualquier perro potencialmente
peligroso, sea o no de su propiedad, cumpliendo
siempre la normativa de sacarlos a
pasear con correa corta o bozal, por ejemplo.
Además, toda persona que maneje un
perro potencialmente peligroso debe tener
la licencia en vigor, aunque no sea la propietaria
del mismo. Esto es, si todos los
miembros de la familia sacan a pasear al
animal, todos deben tener la correspondiente
licencia, ya que es personal e intransferible.
Se consideran perros potencialmente
peligrosos las razas el Pit Bull Terrier, el Staffordshire
Bull Terrier, el American Staffordshire
Terrier, el Rottweiler, el Dogo Argentino,
el Fila Brasileiro, el Tosa Inu y el Akita
Inu.
Son razas consideradas potencialmente
peligrosas por sus condiciones, tamaño,
fortaleza, agresividad en ataque y defensa,
resistencia al dolor, y gran tenacidad; son
el resultado de cruces en busca de perros
de defensa, ataque, custodia, pelea y vigilancia
y tienen el potencial de realizar ataques
que pueden causar graves daños, lo
que ha obligado a regular su control.