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COMPETENCIAS COMUNICATIVAS<br />
Taller 1 - Comprensión y producción del discurso narrativo<br />
Presentado por:<br />
<strong>Hernando</strong> <strong>Trujillo</strong> Cod. <strong>80182348</strong><br />
Grupo 90003_637<br />
Presentado a:<br />
Karina Torres<br />
Tutora<br />
Universidad Nacional Abierta y a Distancia - UNAD<br />
Bogotá, D.C<br />
Mazo 2017<br />
1
Contenido<br />
Introducción ..................................................................................................................................... 3<br />
Forma Fáctica .................................................................................................................................. 4<br />
Biografía de Edgar Allan Poe ...................................................................................................... 4<br />
Forma Cotidiana ............................................................................................................................... 6<br />
Suceso Laboral ............................................................................................................................. 6<br />
Forma Ficticia .................................................................................................................................. 7<br />
Cuento El retrato oval - Edgar Allan Poe ..................................................................................... 7<br />
Resumen ........................................................................................................................................... 9<br />
Enlace de grabación ....................................................................................................................... 10<br />
Conclusiones .................................................................................................................................. 11<br />
Bibliógrafa ..................................................................................................................................... 11<br />
2
Introducción<br />
En el presente documento se detalla con ejemplos las formas narrativas que se pueden<br />
emplear con base en lo que se desea expresar, dentro de estas formas encontramos Forma Fáctica<br />
(historia, noticia, biografía, autobiografía ),Cotidiana (sucesos personales, anécdotas, rumores,<br />
Chistes)y Ficticia (epopeya, cuentos, novelas, leyenda, fábula)<br />
3
Forma Fáctica<br />
Biografía de Edgar Allan Poe<br />
Poeta, narrador y crítico estadounidense, uno de los mejores cuentistas de todos los<br />
tiempos nacido en 1809 y su fallecimiento en 1849 a los 49 años de edad.<br />
La imagen de Edgar Allan Poe como mórbido cultivador de la literatura de terror ha<br />
entorpecido en ocasiones la justa apreciación de su trascendencia literaria. Ciertamente fue el gran<br />
maestro del género, e inauguró además el relato policial y la ciencia-ficción; pero, sobre todo,<br />
revalorizó y revitalizó el cuento tanto desde sus escritos teóricos como en su práctica literaria,<br />
demostrando que su potencial expresivo nada tenía que envidiar a la novela y otorgando al relato<br />
breve la dignidad y el prestigio que modernamente posee.<br />
Edgar Allan Poe perdió a sus padres, actores de teatro itinerantes, cuando contaba apenas<br />
dos años de edad. El pequeño Edgar fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de<br />
negocios de Richmond. Las relaciones de Poe con su padre adoptivo fueron traumáticas; también<br />
la temprana muerte de su madre se convertiría en una de sus obsesiones recurrentes. De 1815 a<br />
1820 vivió con John Allan y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación.<br />
Edgar asistió a la Universidad de Virginia, pero en 1827 su afición al juego y a la bebida<br />
le acarreó la expulsión. Abandonó poco después el puesto de empleado que le había asignado su<br />
padre adoptivo, y viajó a Boston, donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros<br />
poemas (Tamerlane and Other Poems, 1827).<br />
A la edad de 18 años púbico su primer libro Tamerlán y otros poemas (1827). En su<br />
segunda obra, Al Aaraaf (1829), el poeta celebra una etérea forma de belleza, preludio de la pura<br />
"idealidad" a la que aspirará en algunos poemas posteriores. En su tercer libro, Poemas (1831),<br />
reunió con algunas revisiones y adiciones los poemas de los dos primeros volúmenes, y añadió<br />
seis nuevas composiciones. En ellas llegó a la madurez y encontró una voz auténtica, aunque se<br />
pueda discernir en ella el eco de Coleridge (Samuel Taylor Coleridge) ; su evocación de un mundo<br />
ideal y visionario quedaba realzada por el ritmo hipnótico de los versos y la fuerza turbadora de<br />
las imágenes. Su último libro, El cuervo y otros poemas (1845), es la expresión de su pesimismo<br />
y de su anhelo de una belleza ajena a este mundo.<br />
Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran su mejor expresión en<br />
los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues<br />
permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en<br />
4
la novela. Considerado uno de los más extraordinarios cuentistas de todos los tiempos, Poe inició<br />
la revitalización que experimentaría el género en tiempos modernos.<br />
Poe basó su estilo tanto en la atmósfera opresiva que creaba durante el inicio y desarrollo<br />
del relato como en los efectos sorpresivos del final.<br />
Así ocurre en el antológico La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher),<br />
cuento sobrenatural o simbolista en el que el narrador asiste a los últimos días de un antiguo amigo<br />
suyo, el hipersensible y atormentado aristócrata Rodrigo Usher.<br />
Murió el 7 de octubre de 1849, en la ciudad de Baltimore, cuando contaba apenas cuarenta<br />
años de edad. La causa exacta de su muerte nunca fue aclarada. Se atribuyó al alcohol, a<br />
congestión cerebral, cólera, drogas, fallo cardíaco, rabia, suicidio, tuberculosis y otras causas.<br />
A continuación citamos algunos de sus cuentos, poesía, novela:<br />
"Metzengerstein", 1832.<br />
"Manuscrito hallado en una botella" ("MS. Found in a Bottle"), 1833.<br />
"El Rey Peste" ("King Pest"), 1835.<br />
"Berenice", 1835.<br />
"Ligeia", 1838.<br />
"Tamerlane" ("Tamerlane") (1827)<br />
"A..." ("A...") (1827)<br />
"Sueños" ("Dreams") (1827)<br />
"Espíritus de los muertos" ("Spirit of the Dead") (1827)<br />
"Estrella del anochecer" ("Evening Star") (1827)<br />
"Un sueño" ("A Dream") (1827)<br />
"El día más feliz, la hora más Feliz" ("The Happiest Day, The Happiest Hour) (1827)<br />
"El lago: A ..." ("The Lake: To ...") (1827)<br />
"Al Aaraaf" ("Al Aaraaf") (1829)<br />
"Sone La narración de Arthur Gordon Pym (1838) to a la Ciencia" ("Sonnet To<br />
Science") (1829)<br />
5
Forma Cotidiana<br />
Suceso Laboral<br />
Viaje a Ocaña (anécdota)<br />
Todo empieza con un cliente de la empresa de seguridad informática en la que laboro,<br />
el cliente renovó la licencia del firewall (para los que no están relacionados con el termino es un<br />
dispositivo de seguridad para la red informática), el cliente deseaba actualizar el equipo, para lo<br />
cual se inició un proceso, el cual consiste en alistar todo para el viaje, no solo la parte técnica si<br />
no también la personal ya que se trataba de 5 días fuera de la ciudad.<br />
Al realizar la investigación para el viaje me di cuenta que los vuelos comerciales no<br />
llegaban a esta ciudad y que los más cercano era en Cúcuta o Bucaramanga, después de debatir el<br />
tema con mi jefe, se llega a la decisión de realizar el desplazamiento por carretera.<br />
El día programado para la salida era el martes siguiente, pero ya que el cliente reporto<br />
que los equipos estaban fallando, se adelantaron las fechas para el viaje quedando programado<br />
para el lunes; verificamos todo lo necesario física y lógicamente para no tener inconvenientes<br />
cuando se llegara a sitio, ya que en Ocaña no es fácil conseguir algunas cosas de tecnología y<br />
previendo cualquier falla adicional nos “armamos” (alistamos) con todo lo posible en cuanto<br />
equipos y programas.<br />
Personalmente me encanta el viaje por carretera, pero hay tramos muy descuidados<br />
además del desfalco que muestra los noticieros se puede apreciar en la ruta al sol.<br />
Finalmente llegamos con mi jefe y realizamos el cambio de los equipos, hubo dificultades<br />
a nivel lógico que se lograron disipar y el cliente quedo satisfecho con el cambio.<br />
En el camino de vuelta estacionamos para a comer en Guaduas un pueblo en el que los<br />
habitantes se quejan constantemente de la inseguridad de los llamados “caminantes” así se<br />
refieren a los habitantes de la calle.<br />
Fue un viaje pesado físicamente pero muy productivo, personal y laboralmente, espero<br />
estar listo para la actualización en otros 3 años.<br />
6
Forma Ficticia<br />
Cuento El retrato oval - Edgar Allan Poe<br />
El castillo al cual mi criado se había atrevido a entrar por la fuerza antes de<br />
permitir que, gravemente herido como estaba, pasara yo la noche al aire libre, era una de<br />
esas construcciones en las que se mezclan la lobreguez y la grandeza, y que durante largo<br />
tiempo se han alzado cejijuntas en los Apeninos, tan ciertas en la realidad como en la<br />
imaginación de Mrs. Radcliffe. Según toda apariencia, el castillo había sido recién<br />
abandonado, aunque temporariamente. Nos instalamos en uno de los aposentos más<br />
pequeños y menos suntuosos. Hallábase en una apartada torre del edificio; sus decoraciones eran<br />
ricas, pero ajadas y viejas. Colgaban tapices de las paredes, que engalanaban cantidad y variedad<br />
de trofeos heráldicos, así como un número insólitamente grande de vivaces pinturas<br />
modernas en marcos con arabescos de oro. Aquellas pinturas, no solamente emplazadas a<br />
lo largo de las paredes sino en diversos nichos que la extraña arquitectura del castillo exigía,<br />
despertaron profundamente mi interés, quizá a causa de mi incipiente delirio; ordené, por<br />
tanto, a Pedro que cerrara las pesadas persianas del aposento —pues era ya de noche—, que<br />
encendiera las bujías de un alto candelabro situado a la cabecera de mi lecho y descorriera de par<br />
en par las orladas cortinas de terciopelo negro que envolvían la cama.<br />
Al hacerlo así deseaba entregarme, si no al sueño, por lo menos a la alternada<br />
contemplación de las pinturas y al examen de un pequeño volumen que habíamos<br />
encontrado sobre la almohada y que contenía la descripción y la crítica de aquéllas.<br />
Mucho, mucho leí... e intensa, intensamente miré. Rápidas y brillantes volaron las<br />
horas, hasta llegar la profunda medianoche. La posición del candelabro me molestaba, pero, para<br />
no incomodar a mi amodorrado sirviente, alargué con dificultad la mano y lo coloqué de manera<br />
que su luz cayera directamente sobre el libro. El cambio, empero, produjo un efecto por<br />
completo inesperado. Los rayos de las numerosas bujías (pues eran muchas) cayeron en<br />
un nicho del aposento que una de las columnas del lecho había mantenido hasta ese momento<br />
en la más profunda sombra. Pude ver así, vívidamente, una pintura que me había pasado<br />
inadvertida. Era el retrato de una joven que empezaba ya a ser mujer. Miré presurosamente<br />
su retrato, y cerré los ojos. Al principio no alcancé a comprender por qué lo había hecho.<br />
Pero mientras mis párpados continuaban cerrados, cruzó por mi mente la razón de mi<br />
7
conducta. Era un movimiento impulsivo a fin de ganar tiempo para pensar, para asegurarme de<br />
que mi visión no me había engañado, para calmar y someter mi fantasía antes de otra<br />
contemplación más serena y más segura. Instantes después volví a mirar fijamente la pintura.<br />
Ya no podía ni quería dudar de que estaba viendo bien, puesto que el primer destello de<br />
las bujías sobre aquella tela había disipado la soñolienta modorra que pesaba sobre mis<br />
sentidos, devolviéndome al punto a la vigilia. Como ya he dicho, el retrato representaba a una<br />
mujer joven. Sólo abarcaba la cabeza y los hombros, pintados de la manera que técnicamente se<br />
denomina vignette, y que se parece mucho al estilo de las cabezas favoritas de Sully. Los brazos,<br />
el seno y hasta los extremos del radiante cabello se mezclaban imperceptiblemente en la vaga<br />
pero profunda sombra que formaba el fondo del retrato. El marco era oval, ricamente dorado<br />
y afiligranado en estilo morisco. Como objeto de arte, nada podía ser más admirable que<br />
aquella pintura. Pero lo que me había emocionado de manera tan súbita y vehemente no era la<br />
ejecución de la obra, ni la inmortal belleza del retrato. Menos aún cabía pensar que mi fantasía,<br />
arrancada de su sonrisueño, hubiera confundido aquella cabeza con la de una persona<br />
viviente.<br />
Inmediatamente vi que las peculiaridades del diseño, de la vignette y del marco tenían<br />
que haber repelido semejante idea, impidiendo incluso que persistiera un solo instante.<br />
Pensando intensamente en todo eso, quédeme tal vez una hora, a medias sentado, a medias<br />
Reclinado, con los ojos fijos en el retrato. Por fin, satisfecho del verdadero secreto<br />
de su efecto, me dejé caer hacia atrás en el lecho. Había descubierto que el hechizo del<br />
cuadro residía en una absoluta posibilidad de vida en su expresión que, sobresaltándome<br />
al comienzo, terminó por confundirme, someterme y aterrarme. Con profundo y reverendo<br />
respeto, volví a colocar el candelabro en su posición anterior. Alejada así de mi vista la<br />
causa de mi honda agitación, busqué vivamente el volumen que se ocupaba de las pinturas y su<br />
historia. Abriéndolo en el número que designaba al retrato oval, leí en él las vagas y<br />
extrañas palabras que siguen:<br />
«Era una virgen de singular hermosura, y tan encantadora como alegre. Aciaga la hora en<br />
que vio y amó y desposó al pintor. Él, apasionado, estudioso, austero, tenía ya una<br />
prometida en el Arte; ella, una virgen de sin igual hermosura y tan encantadora como<br />
alegre, toda luz y sonrisas, y traviesa como un cervatillo; amándolo y mimándolo, y<br />
odiando tan sólo al Arte, que era su rival; temiendo tan sólo la paleta, los pinceles y los<br />
Restantes enojosos instrumentos que la privaban de la contemplación de su amante.<br />
Así, para la dama, cosa terrible fue oír hablar al pintor de su deseo de retratarla. Pero<br />
era humilde y obediente, y durante muchas semanas posó dócilmente en el oscuro y<br />
8
elevado aposento de la torre, donde sólo desde lo alto caía la luz sobre la pálida tela.<br />
Mas él, el pintor, gloriábase de su trabajo, que avanzaba hora a hora y día a día. Y era<br />
un hombre apasionado, violento y taciturno, que se perdía en sus ensueños; tanto, que no<br />
quería ver cómo esa luz que entraba lívida, en la torre solitaria, marchitaba la salud y la vivacidad<br />
de su esposa, que se consumía a la vista de todos, salvo de la suya. Mas ella seguía sonriendo, sin<br />
exhalar queja alguna, pues veía que el pintor, cuya nombradía era alta, trabajaba con un placer<br />
fervoroso y ardiente, bregando noche y día para pintar a aquella que tanto le amaba y que, sin<br />
embargo, seguía cada vez más desanimada y débil.<br />
Y, en verdad, algunos que contemplaban el retrato hablaban en voz baja de su<br />
parecido como de una asombrosa maravilla, y una prueba tanto de la excelencia del artista<br />
como de su profundo amor por aquella a quien representaba de manera tan insuperable.<br />
Pero, a la larga, a medida que el trabajo se acercaba a su conclusión, nadie fue admitido ya<br />
en la torre, pues el pintor habíase exaltado en el ardor de su trabajo y apenas si apartaba los ojos<br />
de la tela, incluso para mirar el rostro de su esposa. Y no quería ver que los tintes que esparcía en<br />
la tela eran extraídos de las mejillas de aquella mujer sentada a su lado. Y cuando pasaron<br />
muchas semanas y poco quedaba por hacer, salvo una pincelada en la boca y un matiz en los<br />
ojos, el espíritu de la dama osciló, vacilante como la llama en el tubo de la lámpara. Y<br />
entonces la pincelada fue puesta y aplicado el matiz, y durante un momento el pintor quedó<br />
en trance frente a la obra cumplida. Pero, cuando estaba mirándola, púsose pálido y tembló<br />
mientras gritaba: “¡Ciertamente, ésta es la Vida misma!”, y volvióse de improviso para<br />
mirar a su amada...<br />
¡Estaba muerta!»<br />
Resumen<br />
9
Forma Fáctica: En esta forma se detalla a groso modo la Biografía de uno de los mejores<br />
cuentistas de todos los tiempos Edgar Allan Poe, considerado el “padre” de la novela de<br />
detectives, revoluciono la novela gótica y el misterio nacional (EE.UU) e internacionalmente,<br />
reconocido mundialmente por sus cuentos (Especialmente cortos) de terror, fantasmas, crímenes,<br />
etc.<br />
Forma Cotidiana: En esta forma se relata de la manera convencional el suceso laboral<br />
sobre la actualización de un sistema de seguridad en una empresa importante y lo que conlleva<br />
implementarlo de una manera adecuada y óptima.<br />
Forma Ficticia: El relato narra la historia de un hombre herido que busca refugio en una<br />
mansión abandonada en los Apeninos. Edgar Allan Poe no detalla cuál es la naturaleza de esta<br />
herida, ni siquiera si es física o emocional. Solo sabemos que el protagonista, que también es el<br />
narrador del cuento, pasa el tiempo admirando el decorado de su extraña habitación y<br />
especialmente sus pinturas.<br />
Entre todas ellas hay una que lo impacta por su extremo realismo: el retrato de una mujer.<br />
A partir de aquí Edgar Allan Poe suspende la continuidad del tiempo. El narrador pasa,<br />
según él, alrededor de una hora ("for an hour, perhaps") contemplando el misterioso rostro de la<br />
mujer. Obsesionado, busca entre los libros prohibidos de la habitación alguna pista sobre la<br />
identidad de la mujer del retrato oval.<br />
La historia del retrato de la mujer es un pequeño relato dentro del relato principal. Fue<br />
pintado por un excéntrico artista obsesionado con su joven esposa. El ensimismamiento de su<br />
concepción fue tan profundo, tan honda su obsesión, que ni siquiera mira a su esposa para<br />
componer los trazos del retrato. Al finalizarlo advierte que la imagen está más viva que su propia<br />
esposa. Cuando gira para comentarle este prodigio nota que la mujer real está muerta.<br />
Un análisis estético de El retrato oval propone que la idea principal de la historia intenta<br />
examinar la frontera confusa entre el arte y la vida, y sobre todo cómo la belleza puede convertirse<br />
en un vehículo de la muerte.<br />
Enlace de grabación<br />
http://vocaroo.com/i/s0bueNXdA9GN<br />
10
Conclusiones<br />
A partir de los puntos resueltos se replantean las formas de narración en las que no<br />
podemos basar y categorizar según la necesidad de lo que queremos expresar por medio de un<br />
texto y así también conocemos la diferencia entre la ficción y sucesos “reales “ expresándolo de<br />
una manera puntual y no confusa para el lector.<br />
Bibliógrafa<br />
http://recursosbiblio.url.edu.gt/publilppm/Libros/2015/edgar-cuentos.pdf<br />
https://es.wikipedia.org/wiki/Edgar_Allan_Poe<br />
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/poe.htm<br />
11