La fábula en el Sinú

La fábula en el Sinú
Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía
Opiniones sobre este artículo escribanos a:
HUsemanariovirtual@viva.org.coUH
Hwww.viva.org.coU
Las fábulas han sido poco trabajadas en el Sinú. Escritas son
escasas. Algunos las memorizan y recitan en eventos o
reuniones con amigos, familiares o escolares. Recordemos que
son composiciones literarias en versos o prosas que narran
hechos reales o ficticios y al final, como conclusión, ofrecen una
especie de lección o enseñanza llamada moraleja.
Víctor Negrete Barrerra
Centro de Estudios Sociales y Políticos. Universidad del Sinú
Hasta hace cuarenta años la inmensa mayoría de la población cordobesa, en
especial la rural, mantenía fuertes vínculos de pertenencia e identidad con el
territorio y los recursos naturales. En tierras planas, colinas, montañas y en las
orillas y alrededores del mar, ríos, ciénagas y otras fuentes de agua se asentaron
y desarrollaron poblaciones que, con grandes esfuerzos y creatividad,
consolidaron una relación profunda, permanente y dinámica. El entendimiento
fue tal que creció en las comunidades la admiración y aprecio por el paisaje, la
sensibilidad estética, la tranquilidad económica y la satisfacción espiritual. En
otras palabras, moldearon su personalidad a imagen y semejanza del medio que
habitaban.
Surgieron numerosos y variados oficios, les dieron cuerpo a las creencias,
supersticiones, oraciones y crearon su propio santoral; proliferaron los
cuenteros, músicos, bailadores, poetas, pintores, compositores, declamadores,
cantores de grito de monte, décimas, vaquería, coplas y zafras; inventaron
dichos, refranes, sentencias, adivinanzas, apodos, exageraciones y fábulas.
Las fábulas han sido poco trabajadas en el Sinú. Escritas son escasas. Algunos
las memorizan y recitan en eventos o reuniones con amigos, familiares o
escolares. Recordemos que son composiciones literarias en versos o prosas que
narran hechos reales o ficticios y al final, como conclusión, ofrecen una especie
de lección o enseñanza llamada moraleja. Su propósito es insistir en la
necesidad de preservar las normas, valores y principios éticos, cívicos y morales
tan disminuidos en la actualidad. Los personajes que cumplen estas labores por
lo general son animales, personas, vegetales y objetos inanimados.
Quedé sorprendido cuando Luis Felipe Negrete me entregó para mi
conocimiento esta simpática y apreciada colección compuesta por cincuenta
fábulas escritas en verso. No sabía que además de novelas, cuentos y canciones
de pura raigambre rural, creaba fábulas. Para tal efecto convocó a cuarenta
animales, amigos o conocidos y uno que otro objeto como personajes. Con ellos

construye ejemplos de diaria ocurrencia y al final las moralejas o enseñanzas
dirigidas a resaltar cualidades como el esfuerzo, la constancia, la creatividad, la
humildad, la prudencia y la confianza y a llamar la atención sobre actitudes,
comportamientos y concepciones cuestionadas como la mentira, envidia,
soberbia, vanidad, menosprecio, engaño, avaricia, ignorancia, traición,
oportunismo, maltrato a los animales, maldad, ostentación, glotonería,
fanfarronería, crueldad y bobería.
Es una obra concebida y escrita con paciencia, minuciosidad y conocimiento de
la vida y el mundo rural; cautiva su sencillez y belleza literaria y satisface cómo
la sátira, el ingenio y el humor están en cada una de las fábulas. Con este trabajo
ya no cabe ninguna duda: Luis Felipe es el mejor o uno de los mejores
conocedores y escritores que tenemos de la cultura rural cordobesa.
Como ejemplo les tengo las siguientes fábulas:
Marranada
Notó el cerdo inteligente
que a los marranos vecinos
vendían para darles diente
en cuanto adquirían buen tocino.
Y cual sagaz policía,
también logró comprobar
que como globos se ponían
era de tanto tragar.
¡Ay! se dijo, me haré el sordo
y no acudiré a comer
y al no comer, pues, no engordo
y no me podrán vender.
Su plan dio un feo resultado:
se puso que era un alambre,
y a los veintiún días, contados,
amaneció... muerto de hambre.
Moraleja
Esto deben tener pendiente
los politiqueros malditos
que con sus proyectos dementes
a todos nos tienen fritos.
El pajarillo
Como en el viejo nido,
nauseabundo de excremento,
no dejaba al buen pichón
ya vivir contento…

…así, aburrido y hastiado
de tanta porquería
resolvió echarse al viento,
a volar un día.
Saltó y no cayó lejos:
al lado de unas estacas
en donde pastaba
una vieja vaca.
Pero también lo vio un gato,
que en el barrio vivía
quien salió de inmediato
a practicar cacería.
La vaca que era avisada
y de nobles sentimientos,
lo cubrió con una torta
de su verde excremento.
Y lo buscaba el gato
y no lo veía,
porque quieto entre la mierda
pichón permanecía.
Mas, al sentirse escaldado
febril se sacudió
y el maligno gato
sin más, lo descubrió.
Le echó la garra encima,
lo lavó bien en el rio
y se preparó una comida
¡que no le hizo ni pío!.
Moraleja
La primera enseñanza
que esta historia te deja,
es: que no has de tener asco
de tu propia ñeja.
La segunda te dice,
para que te enteres:
que no todo el que te caga
es porque mal te quiere.
La tercera te enseña,
con total respeto,
que cuando estés en la mierda
te conviene estar quieto.

A la cuarta llegamos
con el mismo desdén,
pues no todo el que te lava
lo hace en pos de tu bien.
Soberbia
Gentil, presentó golero
su saludo a gavilán,
pero éste, el propio atarbán,
mostró un desdén altanero:
¡Aparta, fétida escoria...
¿cómo osas rozarte conmigo
que he sido juez y testigo,
señor de cielos y glorias?!
¡Caray, si somos parceros,
el buitre negro alardeó,
pues, tanto usted como yo
somos fuertes carniceros!
¿sí... o no?
¡Fuera, fuera, bestia impura...
con carnes frescas me alimento
y tú te jartas de excrementos,
de carroñas y basuras !
Por sobre ellos, la paloma
pasó en ese mismo instante
y dijo el rapaz tonante:
¡es hora de que el señor coma!
y emprendió raudo vuelo
tras de la presa elegida
y ésta, con alma y vida,
rasgaba el tul de los cielos.
Pero el titán infernal
la persiguió con denuedo
hasta lograrla alcanzar
en un cercado potrero.
Mas, al quererla atrapar
a través de las alambradas
el hijo de Satanás
se desgarró pecho y alas.
Y luego moría la tarde
envuelta en sangrientas galas
y víctima de impetuoso alarde,
el gran guerrero agonizaba.

Pugnando en su último afán
posóse el buitre junto a él
y suplicaba gavilán:
¡no, no, no me pensarás comer
no me pensarás comer...!
Golero le respondió:
señor, para que su cultura crezca,
hoy debes aprender que yo
¡también como carne fresca!
Y ahí mismo se lo papió.
Moraleja
Por grande que sea tu nombre,
apártate de arrogancias,
que son el peor cáncer del hombre,
el orgullo y la Jactancia.
Antón
A José de la Luz Herrera.
( In memoriam )
El sin par borracho Antón,
iba en la noche lluviosa
cayó en la acera asquerosa
al dar fatal resbalón
lanzó un atroz juramento:
¡ jah perra mae, quién se cayó!
y dentro del cercano convento
el eco le respondió, Yoó.
-¡Mientes, bellaco… yo fui,
y si el cráneo me rompí
lo cubriré con peluca!
Y se oyó el eco: Lucas!
No soy Lucas, voto a Dios,
ven pa´que nos midamos los dos
aquí mismo, gran faltón!
¡Antónn!
-Ahh, me conoce el muy tunante,
espérame allí un instante
y conocerás mi navaja!
¡bajaaa!
Y crees que te temo a ti;
deja que te encuentre allí,
para dejarte marchito.

-¡chiito!
¡Y se atreve el insolente
mandar callar a un valiente!..
¿qué calle yo, miserable?
¡hableee¡
¡Y no cesaré en todo el día,
hasta que tu lengua impía
con mi frío acero taladre!
¡adreeee!
¡Cual perro, a ladrar me mandas,
¿en dónde estás, por dónde andas,
que de no verte me aburro?!
¡burroooo!
Burro… insulto grosero,
que vengaré sin agüeros,
para acabar la disputa!
¡puta! gritó el eco ¡puta!
Insultas mañana y tarde,
¿dónde te escondes, cobarde…
eres de este mundo o del otro?
¡del otro!
Horrorizado huyó al momento
y fue a contarle a su esposa
que en el ruinoso convento
una voz, agria y odiosa,
lo había insultado
y no era cuento.
Moraleja
De su coraje y sapiencia
hace el borracho derroches,
y en el clímax de su demencia,
se pelea hasta con la noche.
Sangre
Soy el indio Panzenú
que merodea por la playa
aplastando con su atarraya
el moncholo y el barbú.
Y no me importa si el cebú
engarrancha´o en su atalaya
rompa troncos y murallas

con sus cachos de mamut.
O quiebre un cayo de papaya
sobre el gran Murrucucú.
Pues, vaya por donde vaya:
soy indio Panzenú
Moraleja
Si llegares al Sinú
vivirás tira’o en la estera
entre flores de adormidera
comiendo guiso de guandú.
Y para que lo sepas tú
ya sabes lo que te espera.
Edición 535 – Semana del 24 al 30 de Marzo de 2017