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CONTINENTE ASIATICO

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<strong>CONTINENTE</strong> <strong>ASIATICO</strong><br />

Asia es el continente más extenso y poblado de la Tierra. Con cerca de 44 millones<br />

de km², supone el 8,70 % del total de la superficie terrestre y el 29,45 % de las<br />

tierras emergidas y, con 4 140 000 000 de habitantes, el 61 % de la población<br />

mundial. Se extiende sobre la mitad oriental del hemisferio Norte, desde el océano<br />

Glacial Ártico, al norte, hasta el océano Índico, al sur. Limita, al oeste, con los<br />

montes Urales, y al este, con el océano Pacífico.<br />

En la división convencional de continentes, de origen europeo, Asia y Europa<br />

aparecen como dos entidades diferentes por razones culturales e históricas. En<br />

términos geográficos, forman en realidad un único continente, llamado Eurasia.<br />

Además, África está unida a Eurasia por el istmo de Suez por lo que también se<br />

puede considerar toda la extensión conjunta de Europa, Asia y África como un único<br />

supercontinente, ocasionalmente denominado Eurafrasia, o Afro-eurasia.<br />

PAISES Y CAPITALES QUE CONFORMAN ASIA<br />

1. Afganistán, Kabul<br />

2. Arabia Saudita, Yiddá<br />

3. Armenia, Yereván<br />

4. Azerbaiyán, Bakú<br />

5. Bahrein, Manama<br />

6. Bangladesh, Dacca<br />

7. Bhután, Timbu<br />

8. Brunei, Bandar Seri Begawan<br />

9. Camboya, Phnom Penh<br />

10. China, Pekín<br />

11. Chipre, Lefkosa<br />

12. Emiratos Árabes Unidos, Abu<br />

Dhabi<br />

13. Federación Rusa, Moscú<br />

14. Filipinas, Manila<br />

15. Georgia, Tbilisi<br />

16. India, Nueva Delhi<br />

17. Indonesia, Yakarta<br />

18. Irán, Teherán<br />

19. Iraq, Bagdad<br />

20. Israel, Jerusalén<br />

21. Japón, Tokio<br />

22. Jordania, Ammán<br />

23. Kazajstán, Astana<br />

24. Kirguistán, Bishkek<br />

25. Kuwait, Al-kuwait<br />

26. Líbano, Beirut<br />

27. Malasia, Kuala Lumpur<br />

28. Maldivas, Male<br />

29. Mongolia, Ulan Bator<br />

30. Myanmar, Yangón<br />

31. Nepal, Katmandú


32. Omán, Mascate<br />

33. Pakistán, Islamabad<br />

34. Palestina, Al-Quds<br />

35. Qatar, Doha<br />

36. República De Corea, Seúl<br />

37. República Democrática Popular<br />

Laos, Vientiane<br />

38. República Popular Democrática<br />

De Corea, Pyongyang<br />

39. Singapur, Ciudad de Singapur<br />

40. Siria, Damasco<br />

41. Sri Lanka, Colombo<br />

42. Tailandia, Bangkok<br />

43. Taiwán, Taipei<br />

44. Tayikistán, Dushambé<br />

45. Timor Leste, Kupang<br />

46. Turkmenistán, Ashjabad<br />

47. Turquía, Ankara<br />

48. Uzbekistán, Tashkent<br />

49. Vietnam, Hanoi<br />

50. Yemen, San’a<br />

REGIONES TURÍSTICAS DE ASIA<br />

Tiene este enorme continente de 44.412.681 km² (repartidos entre casi 40 países)<br />

una forma maciza, excepción hecha de sus tres grandes penínsulas meridionales<br />

(Arábiga, Decán e Indochina), "poco asiáticas" geológicamente, puesto que forman<br />

parte del antiguo macrocontinente Gondwana, y por tanto son más afines al sector<br />

africano que al Euroasiático.<br />

Su altitud media ronda los 950 m, elevada cifra que enmascara grandes contrastes,<br />

puesto que alberga desde la cumbre más alta de la Tierra (Everest, 8.848 m), a las<br />

mayores depresiones continentales (fondo del lago Baikal, a 1.300 m de<br />

profundidad) y las fosas marinas más profundas (junto a las islas Marianas, 11.500<br />

m bajo el nivel del mar).<br />

En este espacio es posible encontrar toda la variedad climática del Planeta: climas<br />

árticos (Nueva Zembla), hipercontinentalizados (Verjoiansk), áridos y desérticos<br />

(Rub-al-Jali, Gobi, Thar), templados (costas japonesas), de alta montaña (Tíbet) y<br />

monzónicos (desde la desembocadura del Indo a la península de Corea).<br />

Posee más de la mitad de la población mundial (casi el 60%), aunque muy<br />

desigualmente distribuida tanto demográfica como racial y lingüísticamente. Así,<br />

cuenta con los dos países más poblados del mundo (China y la India), y con otros<br />

cuatro que superan los cien millones de habitantes (Japón, Pakistán, Indonesia y<br />

Bangladesh). Pero en Asia encontramos también enormes áreas deshabitadas,<br />

sobre todo en el oeste chino (Dzungaria) y en la Península Arábiga, con densidades<br />

inferiores a los 5 hab/km², así como con los hasta hace poco restos coloniales de


Hong Kong y Macao (en territorio chino, pero antiguas colonias británica y<br />

portuguesa respectivamente) y de la ciudad-estado de Singapur que, con<br />

densidades mil veces mayores, basan su desarrollo en las actividades industriales,<br />

turísticas y portuario-comerciales (las tres son puertos francos). Entre estos valores<br />

extremos, Asia ofrece toda la gama intermedia, que se refleja en infinidad de<br />

paisajes que hacen de él un continente muy heterogéneo.<br />

Esta diversidad se manifiesta también en el campo del turismo, donde podemos<br />

diferenciar grandes regiones, a partir de sus recursos turísticos, que reseñamos de<br />

una manera abreviada:<br />

1. Asia del Sudoeste, (Oriente Próximo y Medio)<br />

Zona donde el factor religioso tiene una enorme importancia, bien como lugares de<br />

peregrinación (santos lugares cristianos, musulmanes y judíos), o bien como parte<br />

del patrimonio arqueológico-cultural (mezquitas de Estambul, iglesias bizantinas<br />

chipriotas, templos Jordanes, etc.). Aunque tienen menos promoción turística, no<br />

son desdeñables los recursos naturales de esta región, como los desiertos, paisajes<br />

montañosos e incluso las costas, que casi siempre justifican desplazamientos<br />

internos, es decir, como turismo doméstico dentro de cada nación o bien como<br />

movimientos intrarregionales, pero que comienzan a ser conocidos a escala<br />

internacional.<br />

2. Asia Central<br />

Es una región bastante desconocida para los mercados occidentales, cuyo principal<br />

reclamo turístico es el recorrido de la antigua Ruta de la Seda, que comunicaba el<br />

Mediterráneo Oriental con China a través de las estepas asiáticas, aunque no<br />

carecen de otros interesantísimos recursos culturales y naturales. Integran esta<br />

región buena parte de Rusia (Siberia, desde los Urales al Pacífico), así como las<br />

cinco repúblicas ex-soviéticas del Asia Central (Kazajstán, Turkmenistán,<br />

Uzbekistán, Tayikistán y Rirguistán), Afganistán y todo el Pakistán que queda a la<br />

orilla derecha del Indo. Pero como veremos, los problemas políticos (incluso<br />

conflictos bélicos) mantienen a estas naciones alejadas de los circuitos turísticos<br />

internacionales.<br />

3. El Himalaya.<br />

El techo del mundo tiene unas características especiales que le diferencian<br />

notablemente de los mundos chino e indio, con los que más se ha relacionado. La


egión autónoma del Tíbet (en China), Cachemira (India-Pakistán), Nepal, Bután y<br />

el norte de la India conforman esta región que tiene como principal recurso turístico<br />

el exotismo y los paisajes montañosos. El trekking y otros deportes de montaña<br />

(rofting, escalada, etc.) componen el resto de la oferta.<br />

4. El mundo indio o hindú.<br />

Formado básicamente por la India y la porción oriental de Pakistán (a la izquierda<br />

del Indo), es uno de los principales destinos de Asia, y mantiene una incuestionable<br />

"imagen de marca" relacionada con el mundo religioso (Varanasi, el Ganges), el<br />

cosmopolitismo de sus grandes urbes (Bombay, Calcuta, Delhi, Madras), algunos<br />

hitos monumentales (el Tah Majal es el más conocido) y, por supuesto, el exotismo<br />

cultural.<br />

5. El Sudeste Asiático.<br />

En él podemos diferenciar entre aquellos países plenamente insertos en el contexto<br />

turístico mundial (Tailandia, Singapur, Indonesia, Malasia y, en menor medida,<br />

Filipinas) y aquellos otros que inician en estos últimos años un débil aperturismo,<br />

como Birmania, Camboya, Vietnam, Laos y Brunei. De nuevo el exotismo es un<br />

recurso básico, pero no se puede descuidar la importancia de las playas tropicales<br />

de Bali (Indonesia), o de Phuket, Partaya y Samui (Tailandia), ni el peso específico<br />

de las grandes ciudades, como Bangkok, Singapur y Yakarta, que por su posición<br />

en el sistema industrial y económico mundial generan importantes movimientos de<br />

negocios.<br />

6. En el Lejano Oriente<br />

No sólo una nación (Corea del Norte) permanece al margen de las corrientes<br />

turísticas, mientras que las demás (China, Japón, Corea del Sur, Taiwan y las<br />

ciudades de Hong Kong y Macao) son receptoras de primer orden y cuentan con<br />

infraestructuras perfectamente adecuadas a los flujos que reciben. Tan sólo China<br />

mantiene una política turística internacional poco definida, que, sin embargo, dista<br />

mucho del aislamiento en el que se encontraba hasta hace unos pocos años. La<br />

imagen de esta región viene encabezada por ciertos hitos turísticos mundiales de<br />

primer orden (la Gran Muralla, el Fuji Yama, y las ciudades de Pekín, Shangai,<br />

Cantón, Seúl, Tokyo, Kyoto y Hong Kong), aunque la variedad de recursos que<br />

ofrecen los mantiene en una posición de privilegio dentro de las previsiones de<br />

crecimiento de la Organización Mundial del Turismo.


Explicaciones sobre la sinopsis anterior<br />

1. Asia Sudoccidental: Próximo Oriente y Oriente Medio<br />

Es este espacio un nudo del viejo mundo en el que se encuentran las tierras de<br />

Asia, África y Europa, bajo el nombre de Oriente Medio. Se trata de un espacio de<br />

transición desde Europa hacia el Extremo Oriente, que ha conocido las más viejas<br />

civilizaciones de la Tierra, y que ofrece una cierta heterogeneidad, si bien puede<br />

verse en ellos el rasgo común de la cultura islámica. Por su variedad paisajística y<br />

socio-económica, es una región difícil de delimitar, que abarca los territorios<br />

comprendidos entre Asia Menor y su prolongación hacia Europa en Turquía<br />

(Estambul), la trasera de las franjas costeras libanesas, sirias e israelíes y las<br />

extensiones del sur del continente asiático hasta Pakistán.<br />

En estos espacios confluye una considerable diversidad de climas y relieves, que<br />

favorecen una enorme riqueza de paisajes. Aun así, es evidente que forman parte<br />

del mismo conjunto socioespacial, en relación con unas estructuras agrarias<br />

comunes en el entorno de los ríos Tigris y Eufrates, y con vastas extensiones de<br />

multiformes medios desérticos. Ahora bien, la identificación de este espacio como<br />

región homogénea, profundamente influida por el Islam y con una evolución<br />

socioeconómica similar, al menos hasta Irán, se debe sobre todo a la explotación<br />

petrolífera.<br />

Así pues, se incluyen en el estudio de esta región del Asia Sudoccidental los países<br />

integrantes de la Península Arábiga (Arabia Saudí, Yemen, Omán, Emiratos Árabes<br />

Unidos, Qatar, Kuwait y Bahrein), Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, Irak, Irán<br />

y el occidente de Pakistán.<br />

En un contexto natural marcado por la escasez de los recursos hídricos es ocioso<br />

señalar que los espacios de mayor densidad poblacional se sitúan1 en torno a una<br />

franja de 100 km de ancho que bordea las riberas mediterráneas, apoyadas en las<br />

cadenas montañosas litorales bien regadas. En el mismo sentido, es notable la<br />

presión demográfica sobre los oasis y en los valles de los grandes ríos.<br />

Parece evidente que la distribución de población entre los distintos países, y aun<br />

dentro de ellos mismos, es muy desigual, de forma que junto a grandes extensiones<br />

escasamente pobladas de carácter rural poco evolucionado, coexisten unos pocos<br />

centros que catalizan la actividad económica de la región, relacionados<br />

básicamente con la exportación de materias primas, fundamentalmente<br />

energéticas.<br />

Estos países del Asia Sudoccidental han sido la cuna de importantes civilizaciones<br />

urbanas, que basaron su crecimiento en el comercio, al cual añaden hoy<br />

importantes funciones religiosas, culturales y políticas. En la actualidad, la<br />

distribución de las grandes ciudades de base fundamentalmente industrial, poco<br />

tiene que ver con estas funciones tradicionales. Las grandes metrópolis industriales,


que aglutinan a la mayor parte de la población, no siempre en condiciones óptimas<br />

y con importantes bolsas de desempleo y pobreza, conviven con el subdesarrollo<br />

de sus áreas rurales.<br />

En algunos países, la riqueza procedente de la industria y la exportación de<br />

hidrocarburos ha permitido poner en marcha grandes proyectos desarrollistas y<br />

superar las limitaciones impuestas por el medio natural, gracias a la inversión de<br />

ingentes cantidades de capital, que muestra un considerable poder de actuación y<br />

unas enormes posibilidades de desarrollo futuro si no malgastan sus recursos.<br />

El desarrollo turístico de la región, que apenas alcanza un 2% del turismo<br />

internacional mundial, se ha visto enormemente influido por cuestiones políticas.<br />

Conflictos recientes como la intifada, los alzamientos palestinos, guerras civiles en<br />

Yemen y Afganistán, las tensiones entre Grecia y Turquía por la isla de Chipre, o la<br />

invasión de Irak en Kuwait y la siguiente crisis que culminó en la guerra del Golfo,<br />

todas ellas han tenido gravísimas repercusiones en el mercado turístico. No sólo el<br />

turismo receptor o emisor de los países afectados en cada uno de los conflictos,<br />

sino en toda la región del Próximo Oriente y Oriente Medio.<br />

Por fortuna, las dramáticas repercusiones de esta guerra se han traducido en un<br />

proceso de negociaciones políticas al más alto nivel en busca de la estabilidad de<br />

la zona, que sin duda ha influido para cambiar el destino de la industria turística. No<br />

obstante, el seguimiento de los recientes acontecimientos políticos de la región hace<br />

pensar que esta estabilidad puede evaporarse repentinamente, lo cual evidencia su<br />

fragilidad.<br />

Conviene matizar la importancia del turismo en la región del Asia Sudoccidental,<br />

con claras diferencias entre distintas subregiones, entre países vecinos, e incluso<br />

entre distintas zonas de un mismo país. Evidentemente, la razón ha de buscarse en<br />

una evolución histórica y política que ha seguido caminos diferentes en cada uno<br />

de estos espacios, derivando en unas condiciones socio-económicas distintas, todo<br />

lo cual ha favorecido un crecimiento exponencial de los ingresos turísticos en unos<br />

países, como es el caso de Turquía o Israel, y el descenso e incluso la desaparición<br />

del turismo en otras naciones o provincias, como resultado del clima de inestabilidad<br />

política. Tal es el caso de espacios fronterizos de Irak e Irán, Jordania, o Afganistán,<br />

entre otros.<br />

Por otra parte, se observan enormes diferencias entre la gran mayoría de los países<br />

que se incluyen en la región, que presentan un predominio de las cifras de ingresos<br />

turísticos en relación con los gastos, normalmente por encima del cien por cien<br />

(figura 12.4), lo cual muestra una estructura turística básicamente receptora, de<br />

procedencia mayoritariamente europea y de la propia región, seguida de lejos por<br />

el mercado americano. No obstante, reforzando la idea de la variedad de la<br />

estructura turística de la región, en unos pocos países se invierte la balanza, con<br />

superioridad de los gastos turísticos, apuntando un potente mercado emisor que<br />

normalmente se dirige a destinos de la propia subregión, como ilustra claramente el


caso de Kuwait, y en menor medida en Israel y Yemen, donde los datos de gastos<br />

e ingresos turístico se hallan bastante nivelados.<br />

La procedencia de los flujos turísticos internacionales que llegan a la región de Asia<br />

Sudoccidental (que se corresponde con la división de Oriente Medio de la OMT<br />

excluyendo Egipto y Libia e incluyendo Israel y Turquía), se relaciona directamente<br />

con estos hechos. Así pues, si bien para el conjunto el origen de los turistas da un<br />

claro predominio en 1997 a los países de la propia región, podremos comprobar que<br />

para los destinos chipriotas, turcos o israelitas, predomina con enorme soberanía el<br />

mercado europeo, siendo éste apenas testimonial, para Kuwait o Bahrein<br />

Por todo ello, resulta innecesario insistir en que la importancia del turismo de la<br />

región es muy diversa, en conexión con la distinta personalidad de cada uno de los<br />

estados que la componen.<br />

Por esta razón, el análisis de sus características y evolución debe ser analizada a<br />

partir de la subdivisión de este espacio, siguiendo criterios funcionales y de tipología<br />

turística similar, fundamentalmente en lo que atañe a los recursos y los productos<br />

ofertados de forma genérica por cada subregión.<br />

Distinguiremos en este espacio tres grandes unidades:<br />

1- El Próximo Oriente engloba a Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, Gaza-<br />

Cisjordania e Irak.<br />

2- la Península Arábiga incluye todos los países de la unidad peninsular<br />

3- El Oriente Medio está formada por los países de Irán, Afganistán y Pakistán.<br />

Turquía y Próximo Oriente<br />

Se trata de una región de transición que hace difícil plantear límites precisos, pero<br />

que podríamos identificar con el espacio rodeado por los mares Negro, Egeo y<br />

Mediterráneo oriental al norte y oeste; por el arco montañoso del Kurdistán al este;<br />

y por la Península Arábiga y el Mar Rojo al sur. Incluye, por tanto, los países de<br />

Turquía, Siria, Líbano, Jordania, Israel, Irak y los territorios que se encuentran<br />

actualmente bajo el control de la Autoridad Palestina.<br />

El relieve de esta zona, a excepción de las cadenas plegadas de Turquía, ofrece<br />

una disposición paralela a la costa, lo cual dificulta que las benefactoras influencias<br />

marinas puedan llegar a los territorios interiores. Así pues, al este de las<br />

alineaciones montañosas litorales sirias y del Líbano que descienden hasta las<br />

fosas del mar Muerto, mar de Galilea (lago Tiberíades) y río Jordán, la morfología<br />

del terreno se estructura en grandes mesetas al estilo del continente africano. Sobre<br />

estas inmensas llanuras el efecto de sombra pluviométrica que propician los relieves


costeros se traduce en un aumento de la continentalidad del clima, y<br />

morfológicamente en una interesante variedad de medios desérticos.<br />

El relieve impone contrastes y variaciones climáticas, que hacen que las áreas más<br />

pobladas se sitúen en los espacios mejor regados, al pie de las montañas. Así<br />

sucede en las costas de Turquía, Siria, Líbano o Israel; pero también, con el<br />

aumento de las altitudes de las cordilleras de Tauros y Pónticos en Asia Menor, y<br />

una vez rebasados los desiertos en las estribaciones de los Zagros en Irán, así<br />

como en las riberas de los ríos Tigris y Eufrates.<br />

Al margen de los conflictos que cierran los pasos fronterizos en algunos puntos de<br />

la región, las vías de comunicación actuales ofrecen una red bastante tupida, que<br />

reproduce en muchos casos las antiguas rutas de caravanas entre Asia y Europa.<br />

La accesibilidad de esta subregión presenta una densidad por tierra y aire<br />

prácticamente coincidente con la morfología del territorio y la mayor concentración<br />

de población y núcleos urbanos, que disminuye conforme se avanza de oeste a<br />

este. A su posición histórica como corredor de flujos comerciales y de población<br />

entre Oriente y Occidente debe su variedad de grupos religiosos y la inestabilidad<br />

en el plano político, que, con multitud de brechas beligerantes por el control de<br />

diversos territorios sigue un complejo, aunque esperanzado, proceso de<br />

pacificación.<br />

Dependiendo de las características naturales y la situación de cada uno de los<br />

países, las industrias de transformación son todavía débiles pero crecen con<br />

rapidez. Sin embargo, carecen de recursos de base como la mano de obra o de un<br />

buen sustrato que cultivar por la sequedad del clima, o como ocurre en Irak, por la<br />

salinidad de las aguas o las crecidas de primavera en el curso bajo del Tigris y<br />

Eufrates. De manera general, apoyan sus economías en la exportación de diversos<br />

minerales o hidrocarburos y en actividades comerciales y de servicios,<br />

aprovechando así su posición geográfica estratégica como salida obligatoria de los<br />

países árabes del interior de la región y paso por tierra de Asia a Europa Occidental.<br />

En esta línea, es un objetivo recurrente entre las metas programadas a corto y<br />

medio plazo el potenciar el sector servicios en forma de desarrollo turístico como<br />

medio para equilibrar la balanza de pagos de estos países.<br />

Consecuencia de todos estos factores, el Oriente Próximo ofrece una combinación<br />

de recursos turísticos capaces de atraer a los distintos segmentos de mercado. No<br />

obstante, puede decirse que su historia y su cultura son el atractivo turístico principal<br />

de la región, ya que se trata de uno de los espacios ocupados o colonizados más<br />

antiguos de la Tierra, lo cual se refleja tanto en su historia como en su cultura y<br />

arquitectura. En ella pueden encontrarse restos, que corresponden en muchos<br />

casos a la estratificación de civilizaciones sucesivas, como resultado de la<br />

ocupación de numerosas naciones y grupos étnicos, como asirlos, helenos,<br />

romanos, cruzados procedentes de Europa, las aportaciones de la ocupación árabe,


la invasión de los turcos y los mongoles y la instauración del Imperio otomano, hasta<br />

su hundimiento en los inicios del siglo XX, con la llegada de los ingleses.<br />

Parece evidente que el turismo puede contribuir de manera positiva a la<br />

rehabilitación y reconstrucción del patrimonio arquitectónico. A pesar de su gran<br />

variedad, se trata mayoritaria mente de templos, mezquitas, palacios o zocos, de<br />

enorme interés tanto desde el punto de vista cultural e histórico como desde su<br />

consideración como recurso turístico, como así parece verse reflejado en recientes<br />

planes de desarrollo turístico propuestos por algunos de estos países.<br />

Muy relacionado con elfo, el turismo religioso o de peregrinación supone otro de los<br />

pilares de atracción. La razón estriba en que dentro de este conjunto, el entorno de<br />

Israel y Jordania posee restos y ruinas que han sido testigos de un pasado que ha<br />

marcado la historia religiosa del mundo occidental. No en vano, en esta subregión<br />

se encuentra la Tierra Santa bíblica, que contiene la mayor parte de los lugares<br />

sagrados del cristianismo y del judaísmo (Jerusalén, Nazaret, Galilea, Belén, etc.);<br />

y es también uno de los principales puntos de peregrinación de los musulmanes,<br />

dado que Jerusalén es la tercera ciudad sagrada del Islam.<br />

Por otra parte, en las costas mediterráneas del Próximo Oriente se encuentra la<br />

mayor concentración de destinos turísticos de sol y playa de la zona. En la mayoría<br />

de ellos es posible combinar el atractivo litoral con la oportunidad de visitar la<br />

abundancia de restos arqueológicos y arquitectónicos romanos y bizantinos, corno<br />

así se muestra en prácticamente todas las ofertas de operadores turísticos que<br />

trabajan este espacio.<br />

A pesar de su enorme potencial para albergar destinos turísticos de sol y playa, no<br />

existe un gran desarrollo en este campo, debido al dominio de este mercado por las<br />

costas mediterráneas europeas, y a su mayor lejanía respecto de los mercados<br />

emisores, en comparación con las costas españolas o del norte de África. No<br />

obstante, posee en su espacio más meridional una ventaja comparativa en relación<br />

con estos entornos y es su clima especialmente cálido en invierno, sobre todo en el<br />

golfo de Aqaba con los centros turísticos de Eilat (Israel) y Aqaba (Jordania), en las<br />

costas del mar Rojo, que pueden compararse climáticamente a las Islas Canarias.<br />

Las posibilidades turísticas en el plano deportivo son abundantes y variadas. Éstas<br />

pueden agruparse en dos modalidades principales: por un lado, las desarrolladas<br />

en el litoral y los lagos (submarinismo, esquí acuático, vela, natación, etc.) y, por<br />

otra parte, los deportes de montaña como el esquí, practicable en más de seis<br />

estaciones en las montañas de Turquía y una en Chipre, en la ladera occidental de<br />

los montes Troodos, además de la oportunidad de practicar el montañismo y<br />

senderismo, u otras modalidades propias de turismo de aventura, como la escalada,<br />

que en los últimos años se combina con visitas a los desiertos y oasis.<br />

En relación con el turismo balneario y de salud, y abundando en la variedad de<br />

atractivos de la región, pueden encontrarse espacios de enorme interés terapéutico


por la riqueza mineral del agua y el barro, en combinación con un clima seco y<br />

suave, que ha convertido a ciertas zonas en verdaderos centros de salud. El mar<br />

Muerto y el mar de Galilea (Tiberiades), concentran la mayor parte de las<br />

instalaciones balnearias que ofrecen tratamientos sanitarios en instalaciones<br />

modernas, que en ocasiones se combinan con actividades deportivas. A pesar de<br />

las modas, no puede decirse que se trate de un nuevo aprovechamiento turístico,<br />

como ilustra el histórico destino de las termas israelíes de Tiberiades o las de Bursa<br />

en Turquía, con importantes edificios otomanos, o las espectaculares cascadas de<br />

aguas termales sobre calizas de Pamukkale, en el mismo país, usadas por los<br />

romanos por sus cualidades curativas.<br />

Finalmente, en conexión con el proceso de paz iniciado en 1993, se empiezan a<br />

advertir en los programas de algunos de los gobiernos de este espacio estrategias<br />

que incentivan la inversión para crear nuevas infraestructuras capaces de acoger<br />

congresos y convenciones internacionales, de entre los cuales destaca sobre todo<br />

el caso israelí.<br />

En la última década, las tendencias del mercado turístico internacional han sido<br />

alcistas, al tiempo que otros destinos de la Europa Occidental perdían cuota de<br />

mercado. Las cifras son enormemente ilustrativas al respecto, ya que si atendemos<br />

al número de llegadas e ingresos desde el extranjero, en algunos casos como Israel<br />

o Turquía, suponen niveles de crecimiento récord, con cifras comparativas entre<br />

1982 y 1992 que llegan a superar el 400% de incremento. Todo ello, sin tomar en<br />

consideración las cifras de visitantes diarios, ni los desplazamientos del turismo<br />

doméstico, que en algunos de los lugares considerados "santos" por varias<br />

religiones podrían disparar todavía más las cifras.<br />

Atendiendo a estos datos, no sería descabellado pensar en el desarrollo de<br />

proyectos de base regional, teniendo en cuenta la similitud de estos recursos, y los<br />

avances en el proceso de pacificación de la zona. El número de turistas podría<br />

aumentar si se considerase seriamente la oportunidad de articular las visitas a<br />

varios países, como puntos de un mismo paquete más amplio, que ligase Israel con<br />

Siria y Jordania en forma de visitas cortas o excursiones. En esta misma línea, la<br />

cooperación regional en marketing turístico para Oriente Próximo y el Mediterráneo<br />

Oriental puede estimular un desarrollo turístico articulado de estos espacios.<br />

Merece una mención especial, por su singularidad geográfica, el caso de la isla de<br />

Chipre, a mitad de camino entre tres continentes (Europa, África y Asia), la cual, a<br />

raíz de la ocupación turca del norte de la isla en 1974, se encuentra dividida en dos<br />

estados: la República de Chipre, con capital en Nicosia (o Lefkosia, en griego), y la<br />

República Turca del Norte de Chipre, con capital en Famagusta, y que no está<br />

reconocida por la ONU (de hecho, entre 1974 y 1994 se han formulado 65<br />

resoluciones del Consejo de Seguridad y 12 de la Asamblea General de las<br />

Naciones Unidas, condenando la ocupación turca del tercio norte de la isla de<br />

Chipre).


La mitad meridional de la isla de Chipre (la greco-chipriota) es la que más<br />

intensamente se inserta en los circuitos turísticos internacionales, y en ella se<br />

atesoran los recursos turísticos de la isla, que se concentran en dos sectores:<br />

Los montes Tróodos, presentan una densa vegetación, e incluso una pequeña<br />

estación de esquí, y en sus laderas pueden encontrarse nueve iglesias bizantinas<br />

declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, de modo que lo<br />

convierten en un atractivo cultural y artístico de primer orden.<br />

El litoral sur de la isla, ofrece una serie de destinos consolidados en el producto sol<br />

y playa como Pafos, Larnaka, Limasol y Ayia Napa. La primera de las ciudades,<br />

además, cuenta también con la declaración de Patrimonio de la Humanidad, y en<br />

todas ellas el producto cultural complementa con éxito las estancias en la costa, que<br />

además se encuentra enriquecido con la oferta de golf (Pafos) y talasoterapia<br />

(Limasol).<br />

Ambos recursos justifican que en 1997 acudieran a la República de Chipre más de<br />

dos millones de turistas, casi tres por cada habitante local, que generaron, según<br />

datos de la OMT, unos ingresos superiores a 1.600 millones de dólares.<br />

Sus clientes principales son en un 90 % europeos (británicos, alemanes, suizos y<br />

escandinavos, por ese orden), seguidos muy de lejos por el mercado libanés, ligado<br />

a Chipre por compartir la religión maronita (105.000 turistas). Pese a todo, la oferta<br />

de alojamiento sigue siendo escasa, con algo más de 35.000 camas para todo el<br />

país en 1996.<br />

Península Arábiga<br />

Por su personalidad geográfica desgajada del continente, es una región mucho más<br />

sencilla de delimitar que la anterior. La Península Arábiga fue definida en 1939 por<br />

Beaujeau-Gamier, como "un trozo de desierto empapado de petróleo, cuna del<br />

Islam y dividido de un modo curioso" y, a pesar de los casi sesenta años<br />

transcurridos desde este escueto enunciado, sigue manteniendo todo su vigor.<br />

En efecto, su principal fuente de ingresos procede de la extracción petrolífera y de<br />

la comercialización del crudo y sus derivados. Aun así, no son despreciables las<br />

exportaciones de pieles, minerales y metales preciosos, sin olvidar los ingresos<br />

obtenidos por las peregrinaciones a las ciudades santas de La Meca y Medina. No<br />

obstante, algunos países como Kuwait buscan diversificar su fuente de ingresos con<br />

otras ramas industriales, pero sobre todo con las inversiones en el extranjero y el<br />

desarrollo del sector servicios.<br />

Al igual que en las otras dos zonas del entorno del Asia Sudoccidental, la guerra del<br />

Golfo marcó un dramático hito de referencia, tanto en el plano económico y social<br />

como en el turístico, por la alineación directa o indirecta de estos países en la


plataforma anti o pro-iraquí, cuyas consecuencias aún son palpables en el equilibrio<br />

comercial y presupuestario de los países que componen este conjunto.<br />

En ellos el crecimiento vegetativo es muy elevado, aunque sin alcanzar las cifras<br />

del Sudeste Asiático. Sin embargo, la debilidad generalizada del poblamiento sobre<br />

un dominio árido propicia unas densidades poblacionales bajas, a excepción de<br />

Bahrein y Kuwait, de las notables densidades agrícolas de Omán, y de las costas<br />

occidentales de la península, posibles gracias a la disponibilidad de reservas<br />

hídricas, puesto que se ven ligeramente beneficiadas por el monzón húmedo de<br />

verano.<br />

De estos datos se deduce la existencia de un entorno natural poco homogéneo, con<br />

intensos contrastes entre la costa oriental y occidental y el corazón de Arabia Saudí,<br />

entre los fuertes ingresos de las extracciones petrolíferas o la agricultura comercial<br />

y la precaria subsistencia de la población dedicada al pastoreo nómada o a la<br />

agricultura de secano. Precisamente este atractivo contraste entre el mundo árabe<br />

tradicional y la modernidad industrial y urbana es uno de los factores que más<br />

claramente diferencia a este grupo de países del resto de unidades de la región del<br />

Asia Sudoccidental.<br />

En este contexto, resulta especialmente atrayente el contraste de los barrios árabes<br />

tradicionales, con sus mezquitas y zocos, y con la típica morfología de ciudad<br />

antigua sembrada de callejones en la que todavía se observa la distinción gremial<br />

de los barrios, frente al moderno perfil, similar al de cualquier ciudad occidental, del<br />

corazón de sus ciudades comerciales, tanto en Kuwait, como en los Emiratos<br />

Árabes Unidos o en Qatar.<br />

En general, la accesibilidad es buena (excepto en espacios fronterizos por<br />

inestabilidad política) y el alojamiento abundante y de elevada calidad, sobre todo<br />

en el área occidental de la región. Por sus características naturales, pueden<br />

distinguirse varios espacios turísticos dentro del conjunto de la Península Arábiga.<br />

Por un lado, el entorno turístico de alto nivel del sur del Golfo Pérsico, en el que<br />

destacan las posibilidades de turismo costero con un fuerte potencial de desarrollo<br />

del turismo deportivo náutico, gracias a la morfología de su litoral en el entorno de<br />

la ensenada de Dubai (uno de los emiratos que integran los Emiratos Árabes<br />

Unidos). Por otro, es de señalar la oferta de turismo de sol y playa de las costas<br />

occidentales, más cálidas y húmedas conforme se avanza hacía el sur, las cuales,<br />

con un esfuerzo de coordinación regional internacional, podrían llegar a convertirse<br />

en la Riviera del Mar Rojo.<br />

Al margen de sus recursos costeros, el interior de la península ofrece una<br />

sorprendente variedad natural que podría favorecer el turismo de aventura, con el<br />

desarrollo de visitas a los oasis del desierto saudita o el montañismo en la cordillera<br />

litoral yemení, que alcanza los 3.000 m entre laderas abancaladas, alternado con el


turismo cultural de la vista a yacimientos arqueológicos y sepulcros cercanos, o del<br />

patrimonio natural en Omán. No obstante, sin lugar a dudas, los principales centros<br />

receptores de visitantes de esta subregión son las ciudades de Medina y La Meca,<br />

que atraen a peregrinos de todo el mundo islámico, haciendo de este espacio el<br />

centro comercial y turístico de la península.<br />

El Oriente Medio<br />

Al igual que la mayor parte de los países que conforman la región del Asia<br />

Sudoccidental, el Islam es el principal vínculo de unión de la subregión del Oriente<br />

Medio, que abarca las repúblicas islámicas de Irán, el sur de Afganistán y la parte<br />

occidental de Pakistán. Es, además, nota común su antigua importancia como<br />

escenario de las grandes rutas de caravanas del mundo eurasiático, de la seda y<br />

las especias, hasta la apertura en 1869 del Canal de Suez, que asestó un duro golpe<br />

a las rutas de transporte terrestre interior.<br />

Desgraciadamente, también comparten cierto clima de tensión política que ha<br />

desembocado en la última década en brotes de violencia y guerras que han afectado<br />

profundamente el desarrollo económico de estas naciones.<br />

Del mismo modo, a grandes rasgos, comparten un medio físico hostil marcado por<br />

la sucesión de cadenas montañosas desde la cordillera de Zagros hasta la meseta<br />

del Beluchisán (Pakistán), pasando por las vastas extensiones desérticas iraníes<br />

debido al efecto climático continental y a la naturaleza salina de los suelos. Al este<br />

de estas unidades destaca la doble cadena del Hindú Kush que alcanza cotas<br />

cercanas a los 7.500 m de altitud. Todo ello propicia una serie de elementos<br />

comunes en las características de sus recursos turísticos naturales y culturales.<br />

Las mayores densidades poblacionales, en relación con las condiciones del medio<br />

físico, aprovechan la relajación topográfica y las posibilidades de aprovisionamiento<br />

hídrico en las costas del mar Caspio, donde se encuentran los espacios agrarios<br />

más fértiles de la región.<br />

La accesibilidad y capacidad de alojamiento se encuentra íntimamente ligada a las<br />

condiciones topográficas y a la inestabilidad civil de determinadas regiones, en las<br />

cuales no sólo es difícil la práctica de actividades recreativas y el desarrollo turístico,<br />

sino que éste llega a ser desaconsejado por los propios gobiernos afectados. A<br />

pesar de ello, este espacio reúne importantes recursos potencialmente turísticos.<br />

En lo referente al patrimonio histórico y cultural, la mayor parte de sus atractivos se<br />

halla relacionada con su pasado como cuna de la civilización persa, antigua y<br />

refinada, o a su vinculación a la Ruta de la Seda durante siglos en el caso del<br />

llamado Triángulo de Oro (Hamadan-Bakhtaran-Khorramabad) por su enorme<br />

riqueza histórica. Sus capitales, antiguas y modernas, y sus ciudades ofrecen restos<br />

de su pasado gremial, de la arquitectura mogol y colonial, así como notables


mezquitas, mausoleos y bazares. El atractivo cultural y natural se hace único en las<br />

tierras del norte de Pakistán, donde se encuentran las montañas de retiro de<br />

Mingora, con abundantes monasterios y estatuas budistas apenas conocidas en el<br />

hermoso valle de Swat. Además, el aislamiento físico de algunos espacios a lo largo<br />

de los siglos ha hecho posible que, todavía hoy en el noroeste de este país, puedan<br />

encontrarse en la región de Chitral espacios salvajes bajo leyes tribales paganas<br />

que han empezado a conocerse en los últimos años.<br />

La práctica de turismo deportivo, náutico en las riberas de los lagos y del mar<br />

Caspio; o de montaña, con la práctica del esquí en Elburz (Irán), tiene un carácter<br />

fundamentalmente nacional. No obstante, es destacable el atractivo internacional<br />

para la práctica del montañismo especializado que suponen las montañas del Hindú<br />

Kush, en Afganistán y Pakistán, y su prolongación en las montañas del Karakorum<br />

en los territorios de Jammu y Cachemira, disputados por India, China y Pakistán,<br />

que serán estudiados dentro de la unidad del Himalaya en el subcontinente indio.<br />

La zona indostánica.<br />

La imponente barrera montañosa del Himalaya y el océano Indico delimitan este<br />

inmenso espacio de más de cuatro millones de krn2, que le ha valido la<br />

denominación del "subcontinente indio", en virtud de la variedad paisajística y<br />

cultural que engloba. Esta región abarca cuatro pequeñas naciones como Sri Lanka,<br />

Nepal, Bután y República de las Maldivas, dos grandes estados, como son la<br />

India y la parte oriental de Pakistán (orilla izquierda del Indo), y uno intermedio,<br />

Bangladesh.<br />

La pluralidad de este espacio es una de sus características básicas. En él el abanico<br />

de paisajes varía desde las regiones septentrionales marcadas por el reborde<br />

montañoso de la cordillera de mayor altitud del mundo, hasta los medios<br />

monzónicos, o los subecuatoriales y ecuatoriales del sur de la península y de los<br />

conjuntos insulares indios, pasando por la gran llanura central, dentro de la cual las<br />

diferencias topográficas y climáticas son notables.<br />

A pesar de esta enorme diversidad, la personalidad geográfica del conjunto<br />

indostánico en el contexto del Asia Meridional queda fuera de toda duda. En efecto,<br />

el dominio más o menos evidente de la civilización y la religión hindú da cohesión al<br />

conjunto a pesar de la multiplicidad religiosa y lingüística de la India, y la distingue<br />

con respecto al Sudeste Asiático. Además, a pesar de la existencia de acusadas<br />

diferencias históricas entre unas regiones y otras, incluso dentro de los mismos<br />

países, la colonización inglesa ha supuesto un factor fundamental, que ha dejado<br />

su huella en la economía y la cultura de las naciones que conforman esta región.<br />

La ubicación de los asentamientos humanos, relacionado con el relieve y las<br />

condiciones climáticas, es otro rasgo común a estos países. Es innecesario insistir


en el hecho de que estos factores imponen serios condicionantes en la distribución<br />

de las concentraciones de población, que buscan las mejores condiciones térmicas,<br />

exposición a los flujos húmedos y posibilidad de abastecimiento hídrico. Es por ello<br />

que las mayores densidades poblacionales del conjunto indostánico se sitúan en el<br />

entorno de los colectores fluviales principales, tradicionalmente sobre las llanuras<br />

de inundación, sobre sus valles y deltas, sobre todo en la bahía de Bengala, y en<br />

torno a los cursos del Indo y Ganges. Debemos recordar, no obstante, que el<br />

dominio monzónico afecta a una parte importante del conjunto, propiciando<br />

períodos de intensas lluvias (generalmente de mayo a septiembre), que dan lugar a<br />

grandes variaciones del caudal de los ríos con los consiguientes desbordamientos<br />

e inundaciones, en muchas ocasiones de consecuencias catastróficas.<br />

Pese a la existencia de las islas industriales en algunos estados de la India y en<br />

Pakistán, puede decirse que nos encontramos en un contexto económico marcado<br />

por el subdesarrollo, con gravísimos problemas de superpoblación, una<br />

organización social desequilibrada y un escaso dinamismo económico. Por ello, no<br />

extraña que la mayor parte de los estados que conforman el conjunto se planteen<br />

el desarrollo turístico como posible vía de ingresos en sus maltrechas economías,<br />

en las que la agricultura sigue siendo la principal fuente de empleo y subsistencia<br />

de la población.<br />

Así pues, a pesar de los trastornos políticos y los desastres naturales, la India como<br />

principal destino turístico de la región ilustra los esfuerzos de estos países en la<br />

puesta en marcha de políticas estratégicas, centradas en cambiar la percepción de<br />

la región hacia una imagen de prestigio para el turismo de alto nivel, si bien es cierto<br />

que, aunque algunos espacios de la región están bien preparados para recibir<br />

turistas, muchos otros necesitan una mejora importante de sus infraestructuras,<br />

tanto de la red de comunicaciones como de la calidad de la oferta de alojamiento.<br />

La accesibilidad es buena en términos generales, bien por vía terrestre, bien aérea<br />

o marítima, con una densidad y una frecuencia de trayectos aceptable.<br />

Superados los fortísimos incrementos del número de llegadas en décadas<br />

anteriores, las metas propuestas plantean básicamente desarrollar las posibilidades<br />

de atracción de mercados ampliando la oferta de plazas hoteleras y, sobre todo,<br />

mejorando las infraestructuras de acceso y alojamiento en localizaciones<br />

específicas.<br />

Dentro del conjunto, la India representa el máximo exponente turístico, con más de<br />

la mitad de las llegadas de turistas internacionales a la zona, seguido de lejos por<br />

Pakistán y Sri Lanka. Se trata básicamente de un espacio de turismo receptor, a<br />

tenor de los datos de ingresos y gastos con claro predominio del mercado europeo.<br />

No obstante, las cifras correspondientes a Pakistán y Bangladesh, en las cuales el<br />

gasto por turismo internacional supera a los ingresos en el mismo concepto,<br />

refuerzan el hecho de que el segundo mercado turístico proceda de la propia región<br />

del Asia Meridional.


De acuerdo con sus posibilidades de desarrollo y uso turístico, el conjunto<br />

indostánico puede subdividirse en cuatro grandes unidades funcionales que<br />

responden tanto a sus valores paisajísticos como a la tipología turística dominante:<br />

las regiones montañosas del Norte, que incluye el reborde montañoso del Himalaya<br />

y Karakorum; la gran unidad central de la India, con los espacios más poblados del<br />

conjunto indostánico (valle del Ganges); la India del Sur, que se extiende sobre la<br />

meseta del Decán, que abarca la costa Malabar y Coromandel; y, finalmente, las<br />

agrupaciones insulares del entorno, como la República de las Maldivas<br />

Las Regiones montañosas del Norte<br />

Esta región turística no puede considerarse en sí como una unidad geográfica<br />

homogénea, pues son muchos y muy variados los paisajes que en ella se<br />

encuentran.<br />

De forma sucinta está formada por los rebordes montañosos de la cordillera<br />

Himalaya y el Karakorum, abarcando parte de la India y Pakistán, Nepal y Bután.<br />

Los límites de esta unidad, reconocida por sus características topográficas se<br />

sitúan, de este a oeste, en las cadenas del vecino país de Birmania (Myanmar) y en<br />

los rebordes montañosos del espacio fronterizo indo-pakistaní incluyendo el<br />

Karakorum, definiendo así un arco que alcanza los 2.000 km de longitud.<br />

Así pues, en este amplio espacio, los matices topográficos y climáticos relacionados<br />

con la altitud y la exposición de las laderas montañosas hacen variar las condiciones<br />

térmicas y de pluviosidad, y por tanto, también la distribución de los asentamientos<br />

humanos, mucho más frecuentes en los valles y laderas orientadas al Sur. Su altitud<br />

varía desde los 300 m de las tierras bajas y hasta los más de 8.000 m en las cumbres<br />

himalayas al norte, ofreciendo un amplio abanico de espacios geográficos desde un<br />

ambiente tropical, con habitat y vida salvaje propios de la jungla hasta el clima<br />

extremo de la región del alto Himalaya, apenas habitada por el hombre.<br />

El aislamiento, debido a la difícil accesibilidad de estas cadenas montañosas, ha<br />

tenido consecuencias políticas importantes, como son el mantenimiento de<br />

pequeños países independientes corno Bután o Nepal, cerrados durante mucho<br />

tiempo a la penetración europea, o el mantenimiento de las disputas entre la India,<br />

Pakistán y China por los territorios de Cachemira y Jammu, todavía sin resolver.<br />

La población de la región se dedica principalmente a la agricultura de subsistencia<br />

o a la ganadería en torno a las granjas, que ven en el desarrollo turístico, con un<br />

considerable potencial de crecimiento, una posibilidad de mejora económica de la<br />

región o del país, según el caso. Esta región es reconocida nacional e<br />

internacionalmente por sus espectaculares paisajes de cumbres nevadas, bosques<br />

de coníferas, glaciares y ríos y con una considerable riqueza natural y cultural en


multitud de parques, reservas y santuarios para la conservación de la fauna y la<br />

flora de la zona.<br />

No obstante, después de las dos últimas décadas, la explosión del trekking turístico<br />

ha puesto en peligro el equilibrio ecológico de estas sociedades basadas en los<br />

productos forestales y naturales, pero también ha lesionado las características<br />

culturales de la región. Todo ello ha llevado en el área del Annapurna (8.078 m), en<br />

Nepal, a considerar la creación de un nuevo concepto de región protegida, teniendo<br />

en cuenta la enorme extensión del área que reúne variedades culturales, paisajes y<br />

microclimas distintos, que han de regirse por esquemas también diferentes.<br />

Toda la región cuenta con un interesante precedente turístico (al margen de las<br />

peregrinaciones a las fuentes del Ganges), a principios del siglo XVIII siguiendo las<br />

costumbres europeas e inglesas de la época en busca de las temperaturas<br />

moderadas de la montaña para sus curas de salud. Esta larga tradición, conocida<br />

entre los indios en estaciones a menor altitud, se desarrolla en estaciones para el<br />

descanso y el relax del valle de Cachemira desde el cual se dominan espectaculares<br />

panorámicas. Con el tiempo, estas estaciones-refugio se han convertido en el lugar<br />

de partida para las expediciones de montañeros a algunas de las mayores cumbres<br />

del planeta.<br />

Además de la práctica deportiva del montañismo y el trekking, o la práctica de<br />

algunas actividades propias del turismo de aventura como el rafting, excursiones en<br />

elefante, o paseos en canoa, la apertura de Mepal y Bután ha dado al Himalaya<br />

nuevos atractivos, relacionados con la búsqueda de la espiritualidad y la meditación,<br />

que Siego a convertir a Katmandú en un verdadero centro de peregrinación para los<br />

hippies en las décadas pasadas. Por otra parte, la profusión de templos,<br />

monasterios y sepulcros budistas e hinduistas a lo largo de la región supone un<br />

atractivo añadido a uno de los escenarios naturales más espectaculares de la Tierra,<br />

capaz de atraer por sí mismo a un turismo internacional cada vez más numeroso.<br />

El Norte indogangético.<br />

Al sur de la unidad montañosa y al norte del golfo de Bengala y los Montes Vindhya,<br />

queda definida la unidad de la gran llanura Indogangética, que abarca el estado de<br />

Bangladesh, parte de Pakistán y el espacio más poblado de la India, en el cual se<br />

encuentran las bases físicas y humana de esta gran potencia; es decir, como su<br />

propio nombre indica, ocupa los valles del Indo y el Ganges. En esta zona se pueden<br />

definir varios conjuntos paisajísticos, que pasan de un extremo climático a otro,<br />

desde el delta del Ganges y Brahmaputra o las llanuras surcadas por los grandes<br />

ríos y sus interfluvios, la jungla y los marjales que las separan del Himalaya, hasta<br />

las extensiones trigueras del Punjab o el desierto de Triar.


Es un espacio variado en el cual coexiste la pobreza de la población agrícola,<br />

azotada por desastres naturales, con el desarrollo industrial y tecnológico de las<br />

grandes ciudades. El contraste es uno de los atractivos de la región en la cual se<br />

encuentran macizos montañosos arbolados y extensos desiertos en los que<br />

conviven la tradición y la modernidad, perfectamente ilustrada en las grandes<br />

ciudades industriales como Islamabad, Karachi, Delhi, Nueva Delhi y Chandigarh.<br />

Son destacables en este sentido las ciudades de Calcuta y Bombay, las más<br />

pobladas de la India, centros de negocios del país, así como creativos e<br />

intelectuales.<br />

La riqueza patrimonial cultural y arquitectónica hindú, islámica o colonial de todo el<br />

conjunto es el principal activo turístico de la región, y el principal elemento de<br />

conexión en las rutas internacionales establecidas por los operadores turísticos. En<br />

los últimos años, buscando una reorientación de la oferta turística y la captación de<br />

nuevos segmentos de mercado, se intenta lanzar al exterior una imagen de turismo<br />

de élite a partir de la conversión de antiguos palacios reales en hoteles de lujo, y del<br />

intento de difundir el turismo de incentivos y congresos en este marco, con el apoyo<br />

del gobierno indio.<br />

El turismo internacional de circuito es el principal mercado de la región, que recorre<br />

las ciudades monumentales de Dehli, Agrá y Jaipur, que conforman el triángulo de<br />

oro, en la puerta del desierto de Thar, jalonado de palacios y fortalezas. Pero no es<br />

el patrimonio arquitectónico su único recurso turístico, ya que son notables los<br />

yacimientos arqueológicos de la provincia de Sind en Pakistán que muestran restos<br />

de algunas de las culturas más antiguas de la Tierra. Del mismo modo, es necesario<br />

dar el lugar que corresponde a los flujos turísticos nacionales relacionados con el<br />

turismo religioso y de peregrinación hacia las ciudades santas de las orillas del río<br />

sagrado Ganges, de entre las cuales destaca Varanasi (Señares).<br />

Es igualmente importante la variedad de actividades recreativas y deportivas de<br />

agua y tierra ofertadas al turista, que abarca desde la visita a las numerosas<br />

reservas naturales para observar la fauna y la flora de la zona, hasta los recorridos<br />

por el desierto o las excursiones y posibilidades de practicar el montañismo y el<br />

trekking en las elevaciones cercanas. Sus espacios litorales, a pesar de contar con<br />

algunas de las playas más largas y anchas del mundo con aguas azules en la Bahía<br />

de Bengala, con unos entornos espectaculares con palmeras y cocoteros,<br />

mezquitas y minaretes, se hallan muy poco desarrollados.<br />

La India central y peninsular.<br />

Esta región está constituida básicamente por los territorios de la península del<br />

Dekán, al sur de los Montes Vindhya, como umbral geográfico sembrado de macizos<br />

montañosos que dificultan la accesibilidad. Por sus características físicas, históricas


y culturales, se incluye también en esta región turística la isla de Sri Lanka (antes<br />

Ceilán).<br />

Su medio físico, en general, está marcado por las fuertes temperaturas y la<br />

complejidad de su régimen de precipitaciones, dependiendo de la altitud y la<br />

exposición a los flujos húmedos del monzón. En este sentido, es destacable el<br />

cambio en las estaciones turísticas, de noviembre a abril, o de abril a septiembre,<br />

según se trate de destinos situados en la costa occidental u oriental<br />

respectivamente.<br />

La población de la región se distribuye de norte a sur, en una serie de franjas<br />

desigualmente pobladas, con mayor peso demográfico en la mitad occidental, sobre<br />

todo en la umbría de los Ghates. Su economía es predominantemente agrícola, con<br />

cultivos de plantación algodonera en el interior, y de caña de azúcar en la costa<br />

oriental, así como de té en Sri Lanka, todos ellos restos del pasado colonial de la<br />

zona. No obstante, también posee centros de extracción de minerales y algunos de<br />

los centros industriales y comerciales más importantes del país, como Bombay,<br />

Bangalore o Madras, antiguo centro de comercio con Persia, China y Ceilán.<br />

Así pues, se trata de un espacio cambiante, aunque unido por una historia común.<br />

Su base económica es igualmente variada pero, al igual que la mayor parte de los<br />

estados indios, éstos han declarado al turismo como una industria a la que hay que<br />

preparar el terreno con incentivos y concesiones. No obstante, lo más preocupante<br />

en el plano económico deviene de la situación de inseguridad civil que afecta a Sri<br />

Lanka, que ha afectado particularmente desde los años noventa a la industria<br />

turística.<br />

Tanto en el antiguo Ceilán, como en la costa Coromandel o en la Malabar, esta<br />

región ofrece largas y hermosas playas orladas de palmeras, de entre las cuales<br />

destaca el sector de Goa y Kerala en la costa Oeste, donde se encuentra la mayor<br />

concentración de destinos turísticos de costa del país. En la costa oriental es<br />

necesario mencionar el entorno de Puri, una de las ciudades santas de la India y<br />

centro de peregrinación que, en los últimos años, ha desarrollado un complejo<br />

turístico de sol y playa. En todas ellas, la oferta recreativa en forma de festivales y<br />

danzas, así como de deportes acuáticos, es variada. Además, estos espacios<br />

cuentan con numerosos parques nacionales, reservas y santuarios para la<br />

conservación y observación de la vida salvaje.<br />

No obstante, aunque el principal activo turístico de la región se basa en sus playas,<br />

es notable el interés de la complementariedad entre estos recursos y el rico<br />

patrimonio histórico y cultural de sus ciudades, en las cuales se entremezclan las<br />

construcciones de las ciudades modernas con los vestigios coloniales ingleses,<br />

franceses o portugueses, y con los restos arquitectónicos en forma de templos,<br />

palacios y sepulcros de las religiones cristiana, hindú, budista e islámica.


Las conexiones internacionales desde este espacio y a través de él son fluidas y la<br />

accesibilidad es buena en la mayor parte del territorio, a excepción de la montaña<br />

de Sri Lanka, bajo el control de los grupos independentistas tamiles. De hecho son<br />

numerosas las rutas organizadas por los grandes operadores turísticos que, en tren,<br />

autobús y avión, atraviesan la región para dirigirse a otros espacios turísticos del<br />

espacio indostánico.<br />

Los Conjuntos insulares.<br />

Son varios los conjuntos insulares que se encuentran en la región, situados en tomo<br />

a la península del Decán.<br />

Las islas de Andaman y Nicobar al sur del golfo de Bengala y las Islas Laquedivas<br />

frente a la costa Malabar, bajo dominio indio y República de las Maldivas, al sur de<br />

éstas, en el extremo occidental.<br />

En un medio físico afectado por el monzón, con características subecuatoriales, la<br />

población basa su economía en la exportación de pescado y en el turismo, ya que<br />

la cobertura forestal tropical cercana al 80% de su superficie deja poco espacio para<br />

el aprovechamiento agrario. No obstante, aunque en todos estos conjuntos isleños<br />

el turismo es una actividad en alza, destaca de modo particular el caso de las islas<br />

Maldivas, con más de setenta complejos turísticos, y en menor medida, las islas<br />

Andaman.<br />

Su principal recurso turístico es el sol y la playa sobre multitud de atolones, islas<br />

(casi siempre de origen volcánico) rodeadas por una barrera coralina que engloba<br />

un lago de aguas poco profundas. Evidentemente, este turismo contemplativo se ve<br />

complementado con las enormes posibilidades deportivas que un conjunto de<br />

arrecifes coralinos puede ofrecer, en todas las modalidades de submarinismo o<br />

buceo y de deportes acuáticos de todo tipo.<br />

Algunos de los operadores turísticos más potentes incluyen a estas islas en sus<br />

programas, incluso con vuelos directos desde Europa, por el momento su principal<br />

mercado. Se ofrecen éstos como parte de paquetes combinados que incluyen<br />

visitas a Tailandia, Sri Lanka, Singapur y Malasia, incluyendo visitas a los poblados<br />

de pescadores nativos cercanos y a las más de 200 islas deshabitadas.<br />

Las cifras de llegadas reflejan un ascenso notable en el número de turistas y se<br />

traducen en la creación de nuevos destinos en las islas. De hecho, en los últimos<br />

diez años el turismo ha tenido un incremento cercano al 250%, ciertamente elevado<br />

incluso al compararlo con el 40% de crecimiento experimentado por los destinos<br />

turísticos del Sudeste Asiático; las cifras, además, auguran un continuo incremento.<br />

En este contexto, sólo la limitación de los recursos hídricos podría poner tope a esta<br />

colonización turística. No obstante, recientemente algunos complejos han instalado<br />

plantas desalinizadoras para el aprovisionamiento de agua.


La mayor parte de estos destinos turísticos se encuentran en el atolón maldivo de<br />

Kaafu, donde se sitúa la capital, Male. Aunque cada vez más abundan los complejos<br />

ubicados en los grupos de islas más al norte y mucho más al sur, rebasando el<br />

Ecuador, como el de Seenu. Estos complejos turísticos incluyen normalmente todo<br />

lo necesario: deportes y ocio, restaurantes, bares, tiendas, etc, y cada una de las<br />

islas atrae a una clientela de distinta nacionalidad.<br />

Se trata, pues, de destinos enclavados, en la mayoría de los cuales los nativos no<br />

se mezclan con los turistas, a excepción de aquellos que rodean los complejos<br />

turísticos más importantes y de los cercanos a Male. En general la oferta suele tener<br />

un carácter ecológico que responde a las exigencias de una clientela más o menos<br />

exigente. El alojamiento suele ser en bungalows o chozas cercanos a la playa, pero<br />

en los últimos años la tendencia a la masificación, con la llegada de grupos de<br />

turistas extranjeros a estos espacios, ha propiciado la aparición de poblados<br />

turísticos mucho más multitudinarios, que incluyen además una oferta recreativa<br />

considerable. Todo ello, puede suponer el inicio de degradación de unas formas<br />

turísticas respetuosas con el medio ambiente físico y cultural de estas islas.<br />

Siberia y Asia Central<br />

Comprende esta gran región las repúblicas ex-soviéticas de Kazajstán, Uzbekistán,<br />

Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán, además de parte de Afganistán y de Siberia,<br />

la Rusia asiática al este de los Urales.<br />

Se trata, por lo tanto, de una enorme región con escasa homogeneidad interna, que<br />

viene definida principalmente por su antigua pertenencia a la antigua URSS.<br />

El clima es extremadamente duro, con una fortísima continentalidad, que se<br />

manifiesta en amplitudes térmicas próximas a los 40 "C. Con estas condiciones y la<br />

elevada altitud media, el paisaje predominante es el estepario, aunque el importante<br />

desarrollo latitudinal permite ir desde los climas árticos y de tundra en el norte de<br />

Siberia hasta el desierto en el sur de Afganistán. No obstante, no faltan grandes<br />

áreas pantanosas en torno al mar Caspio y a los grandes cursos fluviales (Ural, Sir<br />

Daria, Amu Daria), frecuentemente sobreexplotados para el aprovechamiento<br />

agrario, sobre todo de algodonales, hasta el punto de haber provocado la<br />

desecación del Mar de Aral, entre Kazajstán y Uzbekistán.<br />

Hacia el este, la progresiva elevación del terreno (que culmina en los montes Tian<br />

Shan, a casi 7.500 m de altitud) significa una suavización de esos rasgos estepariodesérticos,<br />

favoreciendo el cultivo y por tanto la ocupación humana. Por esta razón<br />

y por motivos históricos (la Ruta de la Seda), las principales ciudades de Asia<br />

Central se encuentran en su sector oriental, a los pies de la cadena montañosa<br />

(Almaty, Tashkent, Samarcanda, Dushanbe y Frunze).


Una parte importante de este territorio, Siberia, está funcional y políticamente unido<br />

a Europa dada su pertenencia a la Federación Rusa, país que a pesar de ser<br />

asiático en un alto porcentaje tiene la mayor parte de su población y sus principales<br />

centros de poder político y económico al oeste de los Urales, en la zona europea.<br />

El clima extremo, marcado por la alta latitud al norte y la continentalidad, así como<br />

el atraso económico y de comunicaciones que tradicional-mente presenta (no en<br />

vano estuvo cerrada al turismo procedente del oeste de Europa hasta los ochenta),<br />

mantienen a Siberia prácticamente al margen de los flujos turísticos que se dirigen<br />

hacia la Rusia europea.<br />

En el resto de las antiguas repúblicas soviéticas del Asia Central, y además del<br />

clima existen otros dos criterios menos evidentes pero hasta cierto punto válidos: la<br />

religión y, en menor medida, la lengua. En efecto, todas las antiguas repúblicas<br />

soviéticas albergan una mayoría religiosa de confesión musulmana sunnita, aunque<br />

con importantes minorías turcas, chutas y ortodoxas, mientras que casi todas sus<br />

lenguas son formas más o menos evolucionadas del turco, dando lugar al kazako,<br />

uzbeko, turkmeno, etc. El ruso, lengua que impuso el régimen soviético, sólo se<br />

emplea en las grandes ciudades, y suele provocar cierto rechazo en la población<br />

local.<br />

El estudio del aprovechamiento turístico de esta región es el que ofrece mayores<br />

semejanzas entre estas repúblicas. Todas ellas comparten unos recursos físicos<br />

similares: enormes montañas coronadas por nieves perpetuas, bosques<br />

impenetrables, prados y estepas de extensión desmedida, etc. y todo ello en países<br />

apenas afectados por el fenómeno turístico, debido a una serie de factores:<br />

1. La inestabilidad política de la zona, especialmente manifiesta en Tayikistán y<br />

Afganistán, cuya visita está de momento desaconsejada. En el resto de los estados<br />

teóricamente no existen problemas, pero todos ellos siguen exigiendo visados para<br />

los turistas llegados de países no adscritos a la antigua órbita soviética o comunista<br />

(las quince repúblicas ex-soviéticas, Europa Oriental, China, Cuba, Corea del Norte<br />

y Laos), e incluso Tayikistán los exige también a estos últimos.<br />

2. Esta inestabilidad, y el aislamiento de esta gran área durante la época soviética<br />

han condicionado una enorme falta de infraestructuras adecuadas para la actividad<br />

turística (sanitarias, de transporte, alojamiento y servicios). Las deficientes<br />

comunicaciones son determinantes en la elección de los destinos, de modo que los<br />

escasos flujos de visitantes se concentran en las principales ciudades (Almaty,<br />

Samarcanda, Tashkent, Bujara).<br />

3. La inseguridad económica. Desde la desmembración de la URSS, la inflación ha<br />

aumentado de forma considerable, las monedas locales se devalúan de forma<br />

constante y el mercado negro se ha convertido en una práctica habitual. Las tarjetas<br />

de crédito y los cheques de viaje son casi desconocidos excepto en los mejores<br />

hoteles de las principales ciudades. En Tayikistán, además, no existen sucursales<br />

de bancos extranjeros. Sólo dólares en metálico son un dinero seguro.


4. Las condiciones sanitarias. Se advierte de la posibilidad de epidemias de malaria<br />

en las fronteras<br />

uzbeco-afgana y tayiko-afgana. Son necesarias vacunas contra el tifus, la polio y la<br />

rabia en Uzbekistán, Tayikistán, Afganistán y Pakistán, y el agua debe ser hervida<br />

para su consumo en casi todas las repúblicas de Asia Central. En algunas de ellas,<br />

como Kirguistán y Tayikistán se aconseja al visitante que lleve su propio botiquín,<br />

debido a la escasez de medicamentos.<br />

En su favor, todos estos países cuentan con alguna ventaja evidente: son (salvo<br />

Samarcanda y algún otro enclave aislado) prácticamente desconocidos en<br />

Occidente, a lo que debemos sumar la competitividad de sus bajos precios.<br />

Como se ha indicado, la oferta hotelera apta para turistas en estos estados es casi<br />

inexistente. Kazajstán, por ejemplo, una nación que quintuplica la extensión<br />

española, sólo cuenta con trece hoteles en todo el país, aunque esta oferta se ve<br />

ampliada si tenemos en cuenta las turbazas, pequeños adosados rurales en los que,<br />

por uno o dos dólares se tiene derecho al alojamiento y a tres comidas diarias.<br />

Desde el punto de vista de la oferta turística, podrían encontrarse tres subregiones<br />

de rasgos similares.<br />

1.- Siberia, con recursos naturales y económicos, y un alto potencial si se produjese<br />

una recuperación de Rusia.<br />

2.- Los territorios de Kazajstán y Uzbekistán, son de escaso desarrollo pero notable<br />

potencial.<br />

3.- Lo engloban las repúblicas de Turkmenistán, Tayikistán, Kirguistán y parte de<br />

Afganistán marcados por la inestabilidad política que limita fuertemente su<br />

incorporación al mercado turístico.<br />

Siberia presenta atractivos importantes, algunos de origen humano como el<br />

recorrido en el Transiberiano, que une Moscú con Valdivostok, en la costa Pacífico;<br />

la vista a los gulags, los campos de concentración de disidentes en la época<br />

stalinista, que al igual que los campos de concentración alemanes se están<br />

convirtiendo en la memoria histórica de una de las grandes tragedias de este siglo;<br />

y un cierto turismo de negocios hacia algunas ciudades industriales surgidas en la<br />

época soviética, aunque la mayoría de ellas se encuentren en situación de crisis.<br />

De todos modos, sus principales recursos, y los que pueden potenciar su apertura<br />

turística en las próximas décadas, a medida que evolucione la economía y la<br />

sociedad rusa, son los naturales. No en vano se trata de una inmensa porción del<br />

planeta con una escasísima ocupación humana, y que guarda en su interior<br />

recursos naturales y espacios casi intactos de enorme atractivo para el turismo de<br />

aventuras y de naturaleza: los cursos fluviales del Obi, Yenisei y Lena; paisajes


árticos y glaciares; el lago Baikal, el más profundo del mundo y la mayor reserva de<br />

agua dulce en estado líquido; etc.<br />

Hasta la fecha, los principales movimientos turísticos en Siberia son internos. Sin<br />

embargo, no es descartable que la recuperación económica y la normalización<br />

política de Rusia permita que algunos de los recursos más importantes de su zona<br />

asiática se integren en los circuitos que hoy día se concentran casi exclusivamente<br />

en la zona europea.<br />

Uzbekistán es la única república de Asia Central donde el fenómeno turístico tiene<br />

una cierta importancia, debido a su ubicación en el trayecto de las antiguas<br />

caravanas que desde el Mediterráneo oriental partían a Extremo Oriente, en busca<br />

de especias y sobre todo de tejidos lujosos (Ruta de la Seda), y que confirió a alguna<br />

de sus ciudades (sobre todo Samarcanda) un valor comercial, artístico y<br />

monumental de primer orden.<br />

A diferencia de Kazajstán, los recursos turísticos de este país son sobre todo<br />

monumentales, aunque por desgracia la mayor parte de ellos datan de fechas<br />

posteriores al siglo XIV, fecha en la que las hordas mongolas de Gengis Khan<br />

interrumpen sus ataques contra las ciudades de Bujara y Samarcanda. Más<br />

recientemente, han sido los terremotos los causantes del deterioro de parte de este<br />

patrimonio, como el que en 1966 asoló la capital de la república.<br />

Samarcanda es, sin duda, el principal destino de esta república y de toda Asia<br />

Central. Fundada hace 5.000 años, fue tomada por Alejandro Magno en 319 a. C, y<br />

destruida por Gengis Khan en 1220. Se benefició del tráfico comercial de la Ruta de<br />

la Seda entre Oriente y Occidente durante los siglos XV-XVL Samarcanda fue<br />

también la capital intelectual del islamismo en Asia Central. El centro de la ciudad<br />

es la plaza Rajastán o Registán, donde existen tres medersas o escuelas islámicas<br />

de los siglos XV- XVII, decoradas con tejas y mosaicos azules.<br />

Bujara es, sin embargo, la capital religiosa de Uzbekistán. Hay más de 350<br />

mezquitas y más de 1.000 escuelas religiosas. Destaca en esta ciudad el barrio de<br />

Shakristan, donde se encuentra el complejo palaciego de los emires, parcialmente<br />

destruido tras el incendio de 1920. Sólo el minarete de la mezquita Kalyam, de 47<br />

m de altura, construido en 1127, y el mausoleo Ishmael Samani son anteriores a los<br />

ataques mongoles.<br />

En cuanto a las repúblicas de Turkmenistán, Tayikistán, Kirguistán y Afganistán, si<br />

bien sus recursos turísticos naturales y culturales justificarían la aparición de<br />

determinados flujos turísticos, la inestabilidad política y económica, así como la<br />

inexistencia de infraestructuras de acogida; esta escasa oferta se comprueba en las<br />

riberas del mar Caspio, donde se han tenido que acondicionar algunas Dom<br />

Otdykha (casas de obreros turkmenos) para acoger a los escasos visitantes<br />

extranjeros, pero desaconsejan de momento su visita y justifican su ausencia de los<br />

circuitos turísticos internacionales.


El Lejano Oriente<br />

Se trata de un enorme y complejo conjunto (tan sólo China supera los 9,5 millones<br />

de km²) tanto en sus características físicas como humanas. Los contrastes son<br />

impresionantes entre las alturas del Himalaya, que en varios puntos del territorio<br />

chino superan los 8.000 m, las del Tien Shan por encima de los 7.000 m o las<br />

extensas planicies que forman la elevada meseta del Tíbet, frente a la depresión de<br />

Turfan (China) a más de 100 m por debajo del nivel del mar. Estas diferencias<br />

altitudinales, así como los contrastes latitudinales y las muy distintas condiciones de<br />

continentalidad implican también enormes variaciones climáticas, ya que puede<br />

encontrarse desde una importante superficie dominada por el clima de alta montaña<br />

(en China, especialmente en la región autónoma del Tíbet, pero también en zonas<br />

del norte de Japón), algunos de los más importantes desiertos de la Tierra (Gobi,<br />

Takla Makán) hasta zonas que como Taiwan o el sudeste de China presentan un<br />

clima subtropical y tropical o se ven dominadas por los monzones (gran parte de<br />

Japón), pasando por los climas templados.<br />

Pero quizá sean aún mayores las diferencias humanas, aunque todos los países<br />

que se incluyen en este conjunto comparten una característica común: los enormes<br />

contingentes demográficos. China, con más de 1.000 millones de habitantes, es el<br />

país más poblado de la Tierra; Japón, un 25% más pequeño que España,<br />

prácticamente alcanza los 125 millones; y los pequeños territorios de Taiwan y Hong<br />

Kong superan respectivamente los 20 y los 5 millones. Sin embargo, estas altas<br />

tasas demográficas generales esconden importantes diferencias de densidad, ya<br />

que por ejemplo en China la mayor parte de la población se concentra en las<br />

provincias orientales del Pacífico, mientras que la parte occidental permanece<br />

prácticamente despoblada. Estas disparidades en la distribución de la población se<br />

encuentran igualmente en los contrastes de urbanización, con algunas de las más<br />

grandes ciudades del mundo (Tokio y su enorme área metropolitana, Pekín,<br />

Shanghai) frente a un alto porcentaje de la población china que sigue manteniendo<br />

pautas de vida rurales. Finalmente, desde el punto de vista económico, la<br />

característica más espectacular es el alto grado de industrialización y los<br />

importantes crecimientos que se están experimentando en los últimos años. La<br />

senda de Japón, segunda potencia industrial del mundo y uno de los tres más<br />

importantes conjuntos económicos (junto con Estados Unidos y la Unión Europea),<br />

fue seguida por Taiwan, Hong Kong y en menor medida por Corea del Sur, aunque<br />

con características diferentes dado que en estos casos la mayor parte de las<br />

inversiones proceden del exterior, aprovechando las ventajas que ofrecen estos<br />

países para producir manufacturas a bajo precio. En los últimos años, los enormes<br />

crecimientos han llegado también a China con motivo de la apertura económica,<br />

que ha supuesto el paso a una economía capitalista dentro de un régimen política y<br />

socialmente comunista (lo que ha dado lugar a la definición de "un país, dos<br />

sistemas"); complicado aún más con la plena incorporación en 1999 de Hong Kong,


antigua colonia británica que sigue manteniendo ahora bajo control chino sus<br />

peculiares estructuras políticas y económicas. Sin embargo, si bien en Japón el<br />

crecimiento se tradujo en una prosperidad general, en el resto de los países las<br />

cifras macreconómicas aún no van paralelas ni al aumento del nivel de vida ni a la<br />

apertura política. Tan sólo Corea del Norte mantiene un estricto régimen comunista,<br />

y es uno de los países más aislados del mundo desde el punto de vista económico,<br />

y por supuesto, también turístico.<br />

Según datos de la OMT, en el año 1998 el conjunto de Asia Oriental, junto con los<br />

destinos pacíficos, superaron los 86 millones de turistas internacionales,<br />

experimentando rápidos crecimientos (tasas en torno al 7%), que según previsiones<br />

llegarán a duplicar las cifras actuales en la cercana fecha del 2010.<br />

Al margen de estas cifras, las previsiones con respecto al desarrollo del sector<br />

turístico en esta zona:<br />

a) Japón continuará siendo el principal mercado emisor de la región, aunque con un<br />

incremento de la demanda hacia sectores de playa, en detrimento del hasta ahora<br />

predominante turismo urbano.<br />

b) Se configuran también como grandes mercados emisores los denominados<br />

"tigres económicos": Singapur, Taiwan, Hong Kong y Corea del Sur.<br />

c) El turismo europeo (y en menor medida el estadounidense) tiende a crecer en<br />

esta región, con unos objetivos orientados a las motivaciones culturales.<br />

d) China, hasta ahora eminentemente receptora, se perfila como un potencial<br />

emisor, pues ya se registran aumentos en el número de desplazamientos interiores,<br />

con lo que los viajes regionales al exterior parecen ser el siguiente paso.<br />

e) El crecimiento turístico de la región promete ser tan notable que la OMT calcula<br />

que en el año 2010 absorberá el 20% del turismo internacional, frente al 1% que<br />

suponía en 1960 y el 3% en 1970. Este aumento, que parece irse confirmando,<br />

vendrá dado por la intensificación de los viajes a larga distancia, pero sobre todo<br />

por el incremento de las relaciones y del turismo de negocios motivado por el<br />

crecimiento y la apertura económica general en la zona.<br />

Tanto sus características netamente geográficas como turísticas llevan a la<br />

distinción de una serie de regiones funcionales, que se describen a continuación de<br />

manera sucinta<br />

El mundo chino<br />

Dentro de China podemos diferenciar con claridad tres grandes sectores: el<br />

noroccidental, vinculado paisajísticamente al Asia Central (depresiones de


Dzungaria y Tarim), el suroccídental, relacionado con el mundo himalayo (República<br />

Autónoma China del Tíbet) y el Extremo Oriente, donde se concentran los mayores<br />

flujos turísticos, la mayor oferta y los recursos más explotados, además de las<br />

mejores condiciones climáticas para los aprovechamientos agrarios, y por tanto, el<br />

asentamiento humano.<br />

Existen países exóticos donde practicar el turismo se convierte a veces en una<br />

aventura, pero China es, sin duda, uno de los más asombrosos. La propia política<br />

china se mueve indecisa entre el comunismo conservador a ultranza y un reciente<br />

aperturismo hacia una economía más o menos liberal e internacionalizada<br />

(condicionada por la reciente integración de Hong Kong y Macao, antigua colonia<br />

portuguesa), lo que imprime unas características muy particulares al fenómeno<br />

turístico en China, derivadas sobre todo del aislamiento internacional al que se han<br />

sometido (hasta hace poco el comercio exterior sólo suponía entre el 4 y el 5% de<br />

toda la actividad económica nacional).<br />

Este aislamiento comenzó a ceder en 1979 cuando las autoridades chinas, movidas<br />

por la necesidad, rompieron el férreo esquema comunista para crear cuatro Zonas<br />

Económicas Especiales (ZEE) que atrajesen las inversiones y la tecnología de los<br />

extranjeros, a la vez que mantenían exenciones fiscales y autonomía para comerciar<br />

con otros países. Se trata de Shantou y Xiamen (frente a Taiwan), Zhuhai (junto a<br />

Macao) y Shenzhen (junto a Hong Kong), todas ellas en el sudeste e ideadas para<br />

facilitar la absorción de ambas colonias occidentales. Estas ZEE, "verdaderos<br />

enclaves y zonas francas" (Lariviére y Sigwalt, 1991) fueron en principio muy<br />

criticadas por razones ideológicas y por la lentitud de la consecución de sus<br />

objetivos económicos, pero hoy día su éxito es innegable y han provocado que la<br />

provincia de Guangdong (con capital en Cantón), donde se asientan tres de las ZEE,<br />

se convierta en la primera comerciante de China, acaparando el 14% de las<br />

exportaciones nacionales, con tan sólo el 6% de la población.<br />

A estas cuatro se añadió en 1988 la ZEE de la isla de Hainán (33.900 km²), hecho<br />

que ha facilitado su inserción dentro de los flujos turísticos mundiales, liberalizando<br />

su economía. Pero en la práctica, Shenzhen es la única ZEE en la que, hasta cierto<br />

punto, se han cumplido los deseos del gobierno, aunque a costa de mantener la<br />

ciudad rodeada por una valla metálica que impida el contrabando con el resto del<br />

país.<br />

Paralelamente a estos cambios, y en buena medida a causa de ellos, en 1978 se<br />

abrieron parcialmente las fronteras chinas para el turismo internacional, hasta<br />

entonces muy restringido. Es lícito emplear el término parcial porque, aún hoy,<br />

existen ciertas zonas del país que sólo pueden visitar los extranjeros si consiguen<br />

una autorización especial del gobierno chino.<br />

A pesar de ello, a partir de esa fecha, y debido al innegable atractivo de la geografía<br />

y la cultura chinas, el turismo internacional (liderado por los japoneses) ha conocido<br />

un fuerte crecimiento, hasta el punto de superar los equipamientos previstos (sobre


todo el del alojamiento) durante la temporada alta (de abril a octubre), estimados en<br />

400.000 camas, dentro de los 1.300 hoteles en los que han participado inversores<br />

extranjeros. En el resto de establecimientos hoteleros, de momento, no está<br />

permitido el alojamiento a los foráneos, y por tanto éstos no figuran en los circuitos<br />

turísticos de los occidentales.<br />

En realidad, los turistas que viajan a China en grupos organizados no precisan<br />

visado, si su recorrido ha sido autorizado por los encargados del turismo interior.<br />

Pero sí se les puede exigir a todos aquellos que viajen por su cuenta, y debe<br />

solicitarse en las Oficinas de Seguridad. En él hay que indicar las ciudades que se<br />

piensa visitar, y en cada una de ellas un encargado debe sellar el visado. Pero no<br />

obstante esto, la tendencia hacia el aperturismo chino es indudable. Por esta razón,<br />

y aunque la infraestructura turística es escasa y ocupa a pocos trabajadores, la<br />

cantidad de divisas ingresadas por este concepto es fundamental para la economía<br />

del país y permitió, en 1987, que por primera vez la balanza de pagos tuviera un<br />

saldo positivo, tras pasar en diez años (1977-1987) de recibir 250.000 personas a<br />

casi 30 millones a finales de los noventa. Todo ello convierte a China en el principal<br />

destino turístico de Asia, aunque estas cifras necesitan una explicación, pues<br />

incluyen las entradas fronterizas de los chinos procedentes de Hong Kong y Macao<br />

(que ahora no se contarán pues ya están plenamente integrados desde el punto de<br />

vista político) y a los procedentes de Taiwan (que aunque independiente en la<br />

práctica, en sentido estricto forma parte de la China continental como una provincia<br />

más), que generalmente visitan el país por negocios y/o asuntos familiares, y no<br />

como turistas de ocio. En realidad la cifra de turistas internacionales, excluyendo los<br />

casos anteriores, ascendió a casi siete millones en 1996, pero con espectaculares<br />

crecimientos que prácticamente llegan al 15% anual a mediados de la década de<br />

los noventa.<br />

El efecto de esta llegada de turistas ha sido muy desigual en las distintas regiones<br />

autónomas y provincias chinas. Así, en alguna de ellas como el Tíbet se ha<br />

convertido en la actividad motriz de la economía, debido al atraso y aislamiento<br />

secular de esta región autónoma, y que comienza a retroceder gracias a los 30.000<br />

visitantes que recibe anualmente.<br />

La isla de Hainán (ZEE), por su parte, se empieza a conocer como el "Hawai chino",<br />

puesto que se está potenciando el turismo de sol y playa en la costa sur, muy apta<br />

para ello durante los meses de invierno, cuando no le afecta el monzón veraniego.<br />

Cuenta, además, con la ventaja de su situación intermedia entre Hong Kong,<br />

Singapur, Tailandia, Bali y China, principales destinos turísticos de los turistas<br />

occidentales en esta región, los cuales suelen visitar durante algunos días esta isla<br />

semivirgen y casi desconocida.<br />

A pesar de este producto turístico basado en el o sol y playa, el turismo en China<br />

sigue siendo un hecho principalmente urbano y ligado a la monumentalidad,<br />

destacando por encima de todo Pekín (empleado también como base para visitar la


Gran Muralla), Xi'an, Shanghai y Cantón. No obstante, n en el interior de la nación,<br />

es decir en el Asia Central, el turismo es todavía un hecho extraño, sin<br />

infraestructura alguna, no incluido en la oferta turística, y que sólo es realizable a<br />

título particular, de e modo casi aventurero.<br />

El verdadero turismo internacional lo constituyen en China los casi siete millones de<br />

visitantes considerados "extranjeros" que, si bien no alcanzan ir una cuantía<br />

voluminosa, generan el 45% de las pernoctaciones y la mayor aportación de divisas.<br />

Se trata de turistas que participan en recorridos organizados de dos a cuatro<br />

semanas, en grupos de quince a veinte personas, alrededor de circuitos turísticos y<br />

preestablecidos (y autorizados), y que se calcula suponen el 64% de los visitantes.<br />

El 36% restante de los visitantes extranjeros lo son por motivos profesionales<br />

(empresarios y hombres de negocios sobre te todo de Japón, y secundariamente<br />

de Corea del Sur le y Singapur).<br />

Los países que formaban la antigua Unión Soviética aportan también un sustancial<br />

contingente de turistas (2,5% del total), cuyo destino principal es la provincia de<br />

Heilongjiang (Manchuria) debido al barler toiirism o turismo de intercambio (Xinluo,<br />

1994). Este tipo de turismo, cuyo principio de funcionamiento es el "cambio en la<br />

igualdad" se produce en las áreas fronterizas de aquellos países que presentan (por<br />

subdesarrollo, problemas económicos o estricto control gubernamental) serias<br />

dificultades para el cambio de moneda. Así, para evitar el contrabando y canalizar<br />

los flujos de la demanda, los gobiernos respectivos autorizan el turismo controlado<br />

de idéntico número de visitantes por cada sector, siempre entre ciudades que<br />

ofrezcan unas condiciones semejantes de alojamiento, manutención y oferta de<br />

ocio, tratándose, pues, de un turismo esencialmente urbano y por motivos de placer<br />

o compras.<br />

El principal cliente de la oferta turística china es Japón (más de 1,5 millones), debido<br />

esencialmente a su proximidad y al elevado nivel económico de sus habitantes<br />

(Courtin, 1993). Un buen número de visitantes proceden de otros países asiáticos,<br />

como Filipinas, Malasia, Singapur y Tailandia, a causa del retorno vacacional de los<br />

emigrantes chinos en estos países. Europa Occidental registra mucha menor<br />

importancia en cifras globales, pero es el cliente que más ha aumentado en los<br />

últimos años, en especial en los mercados alemán y francés, debido a las acciones<br />

de promoción chinas y a los crecientes contactos con operadores turísticos<br />

europeos, mientras buena parte de los más de doscientos mil británicos se explican<br />

por los contactos con su ex colonia, Hong Kong.<br />

Paralelamente a este desarrollo del turismo internacional, se registra un movimiento<br />

interior cada vez mayor, que alcanzó 289.000 personas durante los seis primeros<br />

meses de 1994 y es una de las razones por las que la OMT augura a China un<br />

crecimiento turístico constante en los próximos lustros, y le asigna un papel de<br />

mercado emisor cada vez más importante en el sector Asia Oriental-Pacífico.


En cuanto a los destinos más habituales, todavía es frecuente la visita a las<br />

comunas populares (Crisá et al., 1985), que tanto se desarrolló durante la<br />

Revolución Cultural (desde 1966 hasta la muerte de Mao, diez años después),<br />

promovida por el régimen. En las comunas se visitan talleres, granjas, viviendas de<br />

los campesinos, escuelas, etc., aunque el turismo en China puede considerarse un<br />

hecho esencialmente urbano.<br />

Ahora bien, pese a que un gran número de localidades está abierto al turismo, la<br />

fuerte concentración del equipamiento hotelero en el Extremo Oriente explica que<br />

tres cuartas partes de las pernoctaciones del turismo extranjero se localicen en tan<br />

sólo nueve ciudades, que por orden decreciente son Pekín (Beijing). Shanghai,<br />

Cantón (Guangzhou), Guilin, Xi'an, Hangzhou, Shuzhou, Nankín y Wuhan. Es<br />

importante, por ello, el proyecto hotelero de la empresa Holiday Inn para construir<br />

hasta cien establecimientos en ciudades pequeñas y medianas antes de concluir el<br />

siglo, "destinadas a clientes que no requieran servicios completos ni instalaciones<br />

de recreo", y que sin duda diversificarán la oferta en este inmenso país.<br />

Pekín (o Beijing, "la capital del norte"), capital administrativa y cultural de China, es<br />

en la actualidad una ciudad-museo-palacio que alberga 9.470.000 habitantes en su<br />

área metropolitana, sólo superada por Shanghai. Urbanísticamente tiene la<br />

curiosidad de carecer por completo de centro histórico, en el sentido que los<br />

occidentales damos a esta expresión (núcleo originario de la ciudad, de calles<br />

estrechas e irregulares). Su plano presenta una estructura ortogonal, con calles que<br />

se cortan perpendicularmente, como si fuera una ciudad nueva implantada ex novo<br />

en un país de América del Sur, a pesar de su bimilenaria historia. Dentro de esta<br />

retícula, una casilla fundamental de 40 Ha es la Plaza de Tíananmen, corazón<br />

cultural y político de China, y tristemente célebre tras los sucesos de 1989. Junto a<br />

la Plaza se abre la Puerta de Tiananmen (o Puerta de la Paz Celestial), que da paso<br />

a la Ciudad Prohibida y a algunos de los mejores museos de Pekín. A pesar de su<br />

nombre, hoy se permite visitar todo el complejo, aunque callejear por Pekín sigue<br />

siendo la experiencia más enriquecedora para un occidental.<br />

La Ciudad Prohibida alberga el palacio imperial, residencia de los emperadores<br />

chinos desde 1420 hasta 1924. En su interior los patios y jardines se suceden entre<br />

casi una veintena de palacios, algunos de ellos reconvertidos en museos.<br />

Pero la política china promociona en Pekín, sobre todo, la oferta de templos y<br />

palacios imperiales, es decir, la China "monumental", que culmina para los<br />

occidentales en la famosa Gran Muralla China (Wang Li Chang Cheng). La parte<br />

actualmente visitable, llamada Badaling, se construyó bajo la dinastía Ming (de<br />

finales del XIV a mediados del XVII). Tiene una altura media de 7,8 metros, con<br />

torres de guardia construidas a intervalos regulares, que servían para cobijar a los<br />

centinelas.<br />

Xi'an (2.390.000 habitantes), que al igual que Pekín se dispone en forma ortogonal,<br />

es una ciudad de gran pasado histórico, como denota el yacimiento neolítico de


Banpo (6000 a. C.) y el que fue capital de China durante más de un milenio (desde<br />

el siglo II a. C). Posee por ello una enorme riqueza patrimonial y sobre todo<br />

arqueológica, con tumbas imperiales y animales tallados directamente en la piedra,<br />

que culmina en la tumba del primer emperador de la dinastía Qin (Qinshi Huangdi,<br />

quien ordenó la construcción de la Gran Muralla). En la cercana ciudad de Lintong,<br />

donde se han hallado casi 8.000 figuras de guerreros y caballos esculpidas en<br />

terracota a tamaño natural (entre 1,78 y 1,87 cm).<br />

Shanghai, por su parte, carece del encanto histórico de las anteriores, pero es en la<br />

actualidad, con sus más de trece millones de habitantes, el centro industrial y<br />

comercial más importante de China gracias a su puerto, que durante buena parte<br />

del siglo XIX se desarrolló merced a su conexión con Europa (sobre todo con el<br />

Imperio Colonial Británico), escapando totalmente al control chino (Tratado de<br />

Nankín, 1842), Fruto de todo ello, Shanghai es hoy el centro financiero y económico<br />

del país: la producción industrial del municipio es superior a la de cualquier provincia<br />

de China (excepto la de Liaoning, en Manchuria). Es la primera productora nacional<br />

de textil y la segunda de acero, y sus tierras (aluviales, fruto de los aportes del Yang<br />

Tse) son las más fértiles de China. Ofrece la imagen de una ciudad comercial, muy<br />

viva, dinámica y en la que las actividades portuarias siguen teniendo un peso<br />

importantísimo dentro de sus funciones. Es, por decirlo asi, la ciudad china más<br />

occidentalizada, como lo atestiguan sus rascacielos y la presencia de compañías<br />

comerciales extranjeras en sus calles principales (Nanjing lu).<br />

Se diferencia, pues, de las demás ciudades chinas por su decidida vocación<br />

comercial (gran parte de su atractivo reside en ir de compras por los Almacenes de<br />

la Amistad) y por la fama que obtuvo durante la Segunda Guerra Mundial como<br />

ciudad de ocio (casinos, discotecas) y centro de prostitución. En la actualidad, sin<br />

embargo, estas actividades son duramente reprimidas y Shanghai ofrece una<br />

imagen más tranquila que la de hace cincuenta años.<br />

Nankín (o Nanjing, "la capital del Sur"), cuenta con más de dos millones de<br />

personas, fue capital de varios reinos chinos durante casi siete siglos. Fruto de ello<br />

conserva todavía sus murallas, de trazado irregular y varias tumbas de emperadores<br />

que confieren a su urbanismo un patrimonio envidiable. También es famosa la<br />

ciudad por el puente que cruza el Yang Tse, que une a la espectacularidad de sus<br />

más de 5 km de largo, la importancia que tuvo para las comunicaciones de toda<br />

China, pues fue el primero que consiguió salvar el río y unir la China del norte con<br />

la China del sur.<br />

Wuhan, aguas arriba del Yang Tse, es un puerto fluvial de primer orden y una<br />

populosa ciudad de tres millones y medio de habitantes. Aunque en su interior<br />

existen templos de gran interés (sobre todo el templo Yuangui Si, de la dinastía<br />

Qing, con más de quinientas estatuas), es en los parques donde reside su principal<br />

atractivo. Destaca especialmente el Parque del Lago del Este, bordeado en sus


orillas por numerosos palacetes y pabellones que conforman la oferta turística local,<br />

enriquecida por encontrarse en el trayecto fluvial del Yang Tse.<br />

Cantón (que en muchos atlas figura ya con el nombre actual de Guangzhou) ha sido<br />

durante muchos siglos la ciudad china más relacionada con Europa, desde la<br />

llegada de los misioneros en el siglo XVI, y sobre todo durante el siglo XVIII, gracias<br />

a los intercambios con Inglaterra a través de la Compañía de las Indias Orientales.<br />

A esta mezcla de culturas hay que añadir la cercanía de las colonias de Macao y<br />

Hong Kong (100 km río abajo) y la presencia musulmana, extraña en el Oriente<br />

chino, asentada desde el siglo vil y que se refleja en la actualidad en una mezquita<br />

para sus fieles. Hoy Cantón, con unos cuatro millones de habitantes, posee el<br />

aeropuerto más grande del sur de China y cinco hoteles "especialmente reservados<br />

para alojar extranjeros en cualquier temporada" (Crisá et al., 1985), aunque si éstos<br />

se saturan pueden habilitarse habitaciones en otros hoteles. Como valoración final,<br />

conviene apuntar que ha cambiado la actitud de las autoridades chinas con respecto<br />

al turismo extranjero: mientras antes se utilizaba a los turistas para propagar las<br />

excelencias del régimen, actualmente se contempla el fenómeno turístico como una<br />

industria necesaria, generadora de divisas. Por ello lo han insertado dentro de sus<br />

planes de desarrollo económico, con el objetivo de aumentar la llegada de visitantes<br />

extranjeros hasta los diez o doce millones anuales para final de siglo.<br />

Hong Kong<br />

Hong Kong (o Xianggang), era un enclave colonial británico en el sudeste de la<br />

República Popular China, que acoge en tan sólo 1.068 km2 a casi seis millones de<br />

personas. Su origen se debió a los intereses comerciales y estratégicos ingleses,<br />

como escala en la ruta comercial con Extremo Oriente y Australia, aprovechando<br />

uno de los mejores puertos naturales del mundo para buques de gran calado (el<br />

Victoria Harbour), además de ser el punto de contacto comercial entre Occidente y<br />

China. Con todo ello y gracias a la emigración llegada de China (siempre) y de<br />

Vietnam (1978-1979), Hong Kong constituye en la actualidad uno de los puertos<br />

francos y centros bancarios y financieros con mayor movimiento del mundo.<br />

Es conocida como uno de los "cuatro pequeños tigres económicos", junto a Corea<br />

del Sur, Taiwan y Singapur. Su economía depende del intercambio mundial de<br />

mercancías y del turismo extranjero, que en 1996 superó los once millones de<br />

visitantes, de los cuales 2,3 millones procedían de la República Popular China. Esta<br />

cifra tan cuantiosa de llegadas (que casi duplica la población local) desborda la<br />

capacidad de alojamiento y manifiesta una grave carencia de camas de hotel, que<br />

se esperaba solucionar con la entrada en funcionamiento de varias líneas<br />

ferroviarias que mejorasen las comunicaciones terrestres con el resto de China. De<br />

este modo, las localidades vecinas podrán ofertarse como ciudades-dormitorio para<br />

turistas de Hong Kong, conformando un área turística más amplia, especializada y<br />

mejor definida que el actual foco puntual que es la ex-colonia británica.


Hong Kong ofrece como principal atractivo la exención fiscal y de aranceles que le<br />

supone su condición de puerto franco, por lo que las funciones comerciales se<br />

encuentran plenamente desarrolladas. Esta Libertad fiscal atrajo las inversiones<br />

chinas (tras la Segunda Guerra Mundial), y norteamericanas, japonesas,<br />

neerlandesas y suizas en la actualidad, favorecidas por una mano de obra<br />

abundantísima y de muy bajo coste (trabajo domiciliario).<br />

En la actualidad, Hong Kong es una escala habitual, como Singapur, en los viajes<br />

ofertados por los operadores turísticos occidentales, como complemento a los<br />

largos recorridos que llevan a China, Japón o Tailandia. Para Go et al. (1994), la<br />

media de pernoctaciones de un turista extranjero en Hong Kong se mantiene en<br />

tomo a las 3,5 noches por persona desde 1985 y hasta 1993, con lo que la estancia<br />

en la ex-colonia británica supone cuando menos un tercio del tiempo total destinado<br />

al viaje, cifra que da idea de la importancia que ha adquirido Hong Kong, dentro de<br />

los circuitos turísticos internacionales en Asia Oriental. Junto a esta motivación del<br />

turismo de compras, es también importante la función financiera y bancaria,<br />

auténtico motor de su economía, que provoca la llegada de numerosos hombres de<br />

negocios japoneses, y en menor medida norteamericanos y europeos.<br />

Hasta principios de los noventa, el liderazgo de las llegadas correspondía a Taiwan,<br />

lo que se explicaba por la ausencia de vuelos directos entre China y Taiwan, con lo<br />

que para viajar entre ambas naciones era preciso hacer escala en Hong Kong (Go<br />

et al., 1994), incrementando las llegadas a la ex colonia británica. Ambos países<br />

carecen de relaciones diplomáticas desde que, con la revolución de Mao Tse Tung<br />

en 1949, las tropas nacionalistas chinas -encabezadas por Chiang Kai Chek- se<br />

refugiaron en la isla de Formosa, hoy Taiwan, estableciendo allí un régimen<br />

capitalista abiertamente enfrentado a las tesis ortodoxas maoístas. Sin embargo, a<br />

mediados de la década esta posición la ocupaba ya Japón, aunque a punto de ser<br />

superado por China, dado que las relaciones entre este enorme país y Hong Kong<br />

se iban intensificando a medida que se acercaba la fecha de la reunificación. En la<br />

actualidad, todas las entradas desde China son consideradas turismo interno,<br />

puesto que ambos forman un único territorio, al menos desde el punto de vista<br />

político.<br />

Japón<br />

Japón (Nippon, "allí donde nace el Sol") es un archipiélago formado por cuatro islas<br />

principales (de norte a sur Hokkaido, Honshu, Shikohu y Kyushu), y miles de islas e<br />

islotes pequeños, que suman en total 377.815 km², tres cuartas partes de la<br />

superficie española, con una densidad media total de casi 332 hab/km². Aunque<br />

este valor resulta falso si no tenemos en cuenta que varias cadenas montañosas<br />

elevadas (Alpes Japoneses y Montes Mikuni) recorren el arco de islas por su centro,<br />

como si fuera una espina dorsal, obligando a sus pobladores a concentrarse en las<br />

estrechas llanuras (como la de Kanto, donde se asienta Tokio, y la de Kansai, donde


se encuentran Kobe-Osaka), que suponen tan sólo una séptima parte de la<br />

superficie nacional, con densidades que superan los 2.300 hab/km², llegando a la<br />

necesidad de ganar terreno al mar para asentar ciertas infraestructuras como el<br />

nuevo aeropuerto de Osaka.<br />

Esta falta de espacio, usada como argumento histórico por los japoneses para<br />

justificar sus invasiones en el Extremo Oriente asiático (Manchuria, Corea), se<br />

intenta paliar en las últimas décadas con medidas de planificación demográfica que<br />

han logrado reducir el crecimiento vegetativo de por encima de 1% anual en las<br />

décadas de los sesenta y setenta al 0,3% a mediados de los noventa; al tiempo que<br />

las mejoras sanitarias han reducido la tasa de mortalidad, elevando la esperanza de<br />

vida media aproximadamente a los 79 años, una de las mayores del mundo.<br />

La insularidad, la latitud y la presencia de corrientes marinas frías (Oya Shivo, al<br />

noreste) y cálidas (Kuro Shivo, al sudeste), determinan la aparición de varias<br />

regiones climáticas, con características contrastadas. Aun así, salvando las<br />

excepciones, puede decirse que el clima japonés se caracteriza por un verano<br />

húmedo y caluroso, pero también por un invierno frío en el que la nieve está siempre<br />

presente, incluso en las costas, salvo en el archipiélago de las Ryu Kyu.<br />

Consecuencia de todo ello resulta una vegetación natural de tipo forestal, lo que<br />

sumado a la escasa extensión de las llanuras provoca que los bosques cubran el<br />

68% del territorio (Bloc-Duraffour et al., 1991), índice comparable al de Finlandia o<br />

Canadá, y por tanto uno de los más altos del mundo, constituyendo el 30% restante<br />

las áreas urbanas y las pendientes aterrazadas dedicadas al cultivo del arroz.<br />

Japón es un país intensamente urbanizado y con una fuerte tradición histórica que<br />

es uno de sus atractivos turísticos más importantes. De hecho, casi todas sus<br />

ciudades nacieron de un castillo de la época feudal (residencia de algún shogun<br />

durante el siglo XVI), a excepción de las ciudades de Hokkaido, de reciente<br />

colonización, que se rigen por patrones norteamericanos ortogonales. En las últimas<br />

décadas, alguno de estos castillos ha sido objeto He una intensa restauración en<br />

madera y piedra, destacando los de Kumamoto, Himeji y Osaka.<br />

Su desarrollo urbano ha sido vertiginoso tras la Segunda Guerra Mundial,<br />

conformando en la actualidad una red urbana estructurada a partir de varias<br />

aglomeraciones y conurbaciones. Todas ellas se agrupan en dos sectores: la llanura<br />

de Kanto, donde se asientan entre otras ciudades las de Tokio, Yokohama y<br />

Kawasaki, en una aglomeración que supera los 31 millones de habitantes; y por otro<br />

lado, el Mar Interior del Japón, destacando en él su extremo oriental, donde se<br />

emplaza la región de Kansai, en la que se asienta la conurbación Kobe-Osaka-<br />

Kyoto, con 16,5 millones de pobladores. Entre ambas, se encuentra la aglomeración<br />

de Nagoya, con "tan sólo" 8,3 millones. Se trata por lo tanto de una red urbana que<br />

se extiende sobre todo por el litoral meridional de Honshu, y ofrece una fachada<br />

urbanizada de casi 1.000 km, con 104 millones de habitantes. Esta tupida y densa<br />

red, que acumula además un impresionante poder y capacidad de decisión


económica, se convierte en un importante centro de turismo vinculado a los<br />

negocios.<br />

Salvo en determinadas funciones económicas y empresariales, donde Osaka y<br />

Nagoya rivalizan con éxito, Tokio sigue siendo el centro neurálgico de las<br />

actividades japonesas y por supuesto de las comunicaciones, gracias a los puertos<br />

de Chiba y Yokohama, a los aeropuertos de Narita y Haneda y a que es el punto de<br />

partida de las tres líneas ferroviarias de alta velocidad, que la comunican con la isla<br />

de Hokkaido (a través del reciente túnel de Seikan), con el oeste de Honshu y con<br />

las costas del Mar del Japón. A este respecto, conviene recordar que Japón posee<br />

algunas de las infraestructuras de comunicaciones más espectaculares del mundo.<br />

La antigua Edo cambió su nombre por el de Tokio (que literalmente significa "la<br />

capital del este") en 1868, cuando con la restauración Meiji sustituyó a Kyoto, la<br />

"capital del oeste". Pero, pese a lo reciente de su capitalidad, basa buena parte de<br />

su atractivo turístico en la historia y las tradiciones, además de en su función<br />

comercial y de compras. Así, el palacio Shogunal (actual palacio imperial), el teatro<br />

kabuki (mezcla de teatro, mimo y danza, representado sólo por hombres), el<br />

Yoshiwara (barrio del placer), el Museo Nacional del Japón y el Kabuto-Cho (Bolsa<br />

de Tokio) son algunos de los atractivos de la ciudad.<br />

Pero sin duda es la mencionada Kyoto el gran centro turístico nipón. Incluida<br />

actualmente dentro de la metrópolis Kobe-Osaka, Kyoto mantiene el esplendor<br />

tradicional que le confirió el haber sido capital nacional durante varios siglos y, sobre<br />

todo, la capital espiritual japonesa, como lo demuestran los innumerables templos<br />

(de Inari y de Shinnyo), pagodas, villas imperiales, jardines y palacios, sobre todo<br />

del siglo XVII.<br />

En cuanto a la tipología constructiva, salvo los rascacielos de los barrios financieros<br />

y las gigantescas torres de televisión (la de Tokio supera a la Eiffel), la edificación<br />

es siempre baja, inferior a los diez pisos, y con mayoría de casas de madera y papel,<br />

con alfombras o talarais en el suelo. Esto es debido a las precauciones contra los<br />

seísmos, dado que el archipiélago se encuentra en el denominado Cinturón de<br />

Fuego del Pacífico, en el contacto entre dos placas tectónicas (la asiática y la<br />

pacífica), lo que continuamente provoca terremotos en ocasiones con efectos<br />

catastróficos, como sucedió en Kobe en 1994.<br />

Al igual que China, Japón basa su turismo en el fenómeno urbano ligado a la historia<br />

y a las costumbres tradicionales, aunque con la ventaja de contar con una amplia<br />

dotación de servicios modernos, consecuencia del enorme desarrollo nacional y que<br />

provoca la atractiva dicotomía pasado histórico/presente moderno que Japón ofrece<br />

a sus visitantes. Son por tanto las ciudades los espacios más visitados de Japón,<br />

destacando como se ha dicho Kyoto, rica en santuarios, o Tokio por su atractivo<br />

comercial y, en menor medida, las ciudades víctimas de los bombardeos atómicos,<br />

sobre todo Hiroshima (Parque de la Paz).


Existe, no obstante, un hito geográfico que es símbolo nacional, el volcán Fuji-Yama<br />

o Fuji-San (3.776 m), considerado sagrado por el budismo japonés. No obstante,<br />

pese a sus nieves perpetuas, carece de aprovechamiento para el turismo de<br />

montaña o invernal. Se trata de un centro de peregrinación budista, y junto con el<br />

monte Hakone y la península de Izu conforma un parque nacional de 1.223 km²,<br />

además de una innegable función contemplativa y fotográfica.<br />

El vulcanismo en Japón es también causante de la existencia de abundantes<br />

recursos termales. Vitu (1990) aporta la cifra de 20.759 fuentes, de las cuales<br />

14.595 están actualmente en uso, no sólo para aprovechar de ellas sus propiedades<br />

curativas, sino también como centros de reunión social, donde los trabajadores de<br />

las empresas niponas son enviados para aumentar el grado de cohesión interna de<br />

la plantilla y mejorar así la producción. La provincia de Guma, a 100 km de Tokio,<br />

es la que acapara la mayor oferta termal nipona.<br />

Hay que hacer constar un hecho significativo, y es que pese a la inserción plena de<br />

Japón dentro de los circuitos turísticos internacionales, se trata de un país<br />

esencialmente emisor de turistas, más que receptor de los mismos, ya que en 1998<br />

tan sólo recibió unos cuatro millones de turistas, sobre todo de norteamericanos.<br />

Por estas razones, la balanza turística de pagos de Japón presenta un gigantes<br />

déficit.<br />

Esto se debe a una serie de factores:<br />

1. La gran distancia física que separa a Japón de los otros centros emisores<br />

mundiales {Europa Occidental y América del Norte), lo que unido a su insularidad<br />

condiciona el precio de los viajes y por tanto la cuantía de los visitantes que recibe.<br />

Buena parte de ellos responden a un turismo de negocios centrado en las dos<br />

grandes áreas urbanas: Tokio y Kobe-Osaka.<br />

2. El enorme poder adquisitivo de los japoneses que, como la gran potencia<br />

económica mundial que es goza de una de las rentas per cápita más altas del<br />

mundo, les permite mayores posibilidades de practicar el turismo internacional. Esta<br />

misma capacidad económica supone que el turismo interno sea, con mucha<br />

diferencia, el más importante, destacando además de los recursos ya comentados,<br />

algunos parques nacionales y espacios naturales, destino masivo de una población<br />

mayoritariamente urbana.<br />

3. La presencia relativamente cercana de centros turísticos similares al Japón (al<br />

menos para la visión simplificadora que de esa zona se tiene en Occidente) pero<br />

que requieren una inversión mucho menor, pues allí el nivel de vida es más<br />

asequible: China, Hong Kong, Taiwan, Singapur y, en menor medida, Tailandia, que<br />

se convierten así en competidores del país del Sol Naciente. La fortaleza del yen<br />

dificulta de igual modo la llegada de turistas extranjeros, procedentes de países con<br />

monedas más devaluadas.


4. Motivos culturales y de moda. Además de la aversión japonesa contra los<br />

estadounidenses (justificada por razones empresariales e históricas). Japón ve en<br />

la Vieja Europa un modelo de civilización con una historia milenaria, arraigada,<br />

tradicional, que le ofrece elementos culturales y patrimoniales para ellos exóticos:<br />

catedrales románicas, góticas, barrocas, templos griegos y romanos, ciudades<br />

amuralladas medievales, barrios islámicos, castillos (De Breteuil, 1994), etc., que<br />

son motivo de atracción de numerosos japoneses que, armados con sus cámaras<br />

fotográficas, asedian nuestras ciudades más monumentales: Toledo, Granada,<br />

Sevilla, Salamanca, Venecia, Pisa, Florencia, París, Carcasonne, Roma, Atenas,<br />

(...), y constituye así un turismo de elevado poder adquisitivo y gran nivel cultural.<br />

Corea del Sur<br />

Desde 1945 la Península de Corea la componen dos naciones, enfrentadas en lo<br />

político, en lo militar e incluso en lo social, contradiciendo el mismo significado del<br />

topónimo Corea (Cho-Son), "el país de la mañana tranquila".<br />

El fenómeno turístico apenas afecta a la economía y a la sociedad de la República<br />

Popular Democrática de Corea (o Corea del Norte), que con una población de 23,5<br />

millones de habitantes, dispone de tan sólo 6.000 plazas hoteleras, la tercera parte<br />

de ellas en la capital, Pyongyang (OMT, 1989), y que recibió solamente 120.000<br />

turistas en 1998. No obstante, el gobierno comunista es consciente de la necesidad<br />

de obtener divisas extranjeras que equilibren su balanza de pagos, y se ha<br />

propuesto aumentar esta exigua capacidad de alojamiento, para lo que además se<br />

integró en la OMT en 1987. Pero su desarrollo deberá pasar inevitablemente por la<br />

mejora de relaciones con su vecino surcoreano, mucho más desarrollado y que<br />

podría ser el mercado principal del que se abasteciese, sobre todo tras la<br />

desintegración del bloque comunista y los indicios aperturistas de China.<br />

Corea del Sur, a la que aludiremos a partir de ahora, es por el contrario una nación<br />

con casi 45 millones e habitantes, que ve aumentar de año en año su importancia<br />

en el contexto turístico internacional, sobre todo desde 1962, fecha en la que se<br />

constituyó la Korea National Tourism Corporation (KNTC), actual responsable del<br />

desarrollo de la infraestructura turística del país.<br />

Durante la década de los ochenta las llegadas internacionales mantuvieron un ritmo<br />

de crecimiento del 20% anual, con dos hitos cronológicos que merecen destacarse:<br />

la celebración de los Juegos Olímpicos de verano de 1988 en Seúl y la Exposición<br />

Internacional de Ciencia y Tecnología en Taejon (1991), con los que el país aspiraba<br />

a difundir la imagen de una nación moderna y próspera, alejada de la visión que en<br />

Occidente se tenía de un país aún no repuesto de la guerra (1950-53). Como<br />

consecuencia de todo ello, de los 15.000 visitantes que el país recibió en 1962, se<br />

ha pasado a más de cuatro millones en 1998, por los que se obtuvieron más de<br />

cinco mil millones de dólares en 1997 (OMT, 1998).


Este espectacular crecimiento en el número de turistas ha ido acompañado de<br />

recientes incrementos en la oferta. Así, si en 1991, tres años después de la<br />

Olimpiada, padecía todavía un escaso desarrollo en su infraestructura hotelera,<br />

pues, aunque contaba con establecimientos internacionales como Hilton, Hyatt e<br />

Intercontinental, sólo alcanzaba algo más de 40.000 camas, la mayor parte de las<br />

cuales se localizan en Seúl, Pusan y la turística isla de Cheju, al sureste de la<br />

península, demostrando una concentración excesiva, por el contrario, a finales de<br />

la misma década el número de plazas se había triplicado hasta superar las 120.000<br />

(figura 12.20).<br />

Hasta 1971 los estadounidenses eran los principales visitantes de Corea del Sur,<br />

debido a la cooperación militar y a las buenas relaciones diplomáticas. Sin embargo,<br />

ese año el restablecimiento de relaciones con Japón supuso que el país del Sol<br />

Naciente se convirtiera en el principal cliente coreano, por su proximidad y su<br />

elevada renta per cápita. En 1997, Japón aportó el 43% de los turistas a Corea,<br />

mientras que Estados Unidos sólo suponía el 11% y Taiwan el 23% (OMT, 1998).<br />

Sin embargo, la duración de la estancia sigue siendo mayor para los<br />

norteamericanos (13 noches de media, frente a las 5,3 de los japoneses), lógica<br />

consecuencia del mayor desplazamiento que se requiere.<br />

Con respecto a las salidas al extranjero eran casi inexistentes a principios de los<br />

ochenta, desde 1997 se superan los 4,5 millones de surcoreanos que visitaban otros<br />

países (OMT, 1998), provocando que la balanza de pagos turística manifestara un<br />

déficit notable.<br />

Dos son las razones básicas que pueden ayudar a explicar este incremento de las<br />

salidas internacionales desde Corea del Sur (Zafar et al, 1994).<br />

a) El aumento del nivel de vida surcoreano (la renta per cápita pasa de 270 dólares<br />

en 1970 a 7.256 en 1993), lo que redunda en una mayor disponibilidad de gasto.<br />

Además, se han obtenido ciertos logros sociales extraños en Extremo Oriente, como<br />

las vacaciones pagadas y las semanas con cinco días laborables. Hay más tiempo<br />

libre, y por tanto, más posibilidad para el viaje.<br />

b) El levantamiento en 1983 de la prohibición de viajar al extranjero, hasta entonces<br />

sólo permitido por motivos de negocios o escolares. En esa fecha el gobierno<br />

surcoreano autorizó a los mayores de 50 años a viajar fuera del país, aunque con<br />

ciertas restricciones en la duración de la estancia y el dinero que podrían llevar<br />

consigo. En 1989 estas limitaciones de edad, tiempo y dinero desaparecieron,<br />

provocando una salida masiva (sobre todo a Japón y Estados Unidos) durante los<br />

períodos vacacionales, que es la causante del déficit al que antes se aludía.<br />

Por todo ello, el gobierno promociona cada vez más su nación para recibir turistas<br />

que equilibren los gastos coreanos en el exterior. Pero los objetivos propuestos eran


quizá desmedidos: recibir 6,1 millones de turistas en el año 2000, e ingresar por<br />

este concepto 8.500 millones de dólares (Kim, 1994), cuando en 1997 se<br />

encontraban en algo menos de cuatro millones de visitantes y 5.116 millones de<br />

dólares. Para lograrlo se ponía como condición sitie qua non duplicar el número de<br />

camas de hotel y construir nuevos establecimientos, cosa que, como se vio, se ha<br />

logrado en gran medida.<br />

Taíwan<br />

Recorrida de norte a sur por la Cordillera Central, que alcanza los 3.952 m en la<br />

Montaña de Jade (Yu Shan), Taiwan es una isla de casi 36.000 km2 que acoge 21<br />

millones de personas, de las cuales sólo 325.000 son aborígenes taiwaneses, y el<br />

resto chinos de origen continental. Con semejante altitud y atravesada por el Trópico<br />

de Cáncer, el clima de la isla es excepcionalmente húmedo y cálido.<br />

Las precipitaciones se encuentran fuertemente condicionadas por el fenómeno<br />

rnonzónico, proveniente del sudeste, que propicia un intenso poblamiento en el<br />

sector occidental de la isla, y un escaso poblamiento humano en la zona oriental<br />

cubierta por una vegetación de gran frondosidad (los bosques cubren el 60% de la<br />

isla), donde tampoco son infrecuentes los tifones a finales de septiembre, que se<br />

dirigen a las costas su do dentales de Japón.<br />

Aunque la isla fue colonizada por los chinos en el siglo XII, el origen del Taiwan<br />

actual se remonta a 1949, cuando con la llegada de Mao Tse Tung al poder, Chang<br />

Kai Chek fue expulsado de la China continental, y se refugió en la isla donde, con<br />

el apoyo económico y militar norteamericano, aseguraba mantener "el espíritu y los<br />

valores de la China tradicional". Hoy el argumento sigue empleándose como<br />

reclamo turístico, y no es extraño advertir frases como "En Taiwan será testigo de<br />

muchas expresiones de la cultura tradicional china" o "Degustará los platos de la<br />

mejor cocina china". Incluso el propio aprendizaje de la lengua (el chino mandarín)<br />

es un atractivo para los estudiantes norteamericanos y japoneses.<br />

Por lo que respecta a las áreas turísticas taiwanesas, haremos una distinción básica<br />

entre los espacios naturales protegidos y las ciudades.<br />

a) Espacios protegidos. Fruto de la enorme variedad vegetal de la isla y de la presión<br />

demográfica, Taiwan ha desarrollado una eficaz política de conservación<br />

medioambiental, articulada en diferentes figuras de protección, como los Forest<br />

Recreational Áreas (similares a nuestros parajes naturales), Scenic Áreas o Áreas<br />

Nacionales Turísticas (que recuerdan a los parques naturales españoles) y, sobre<br />

todo los parques nacionales.<br />

Las Áreas Nacionales Turísticas son dos: la de la Costa Este y la de la Costa<br />

Noreste.


La primera se extiende entre las ciudades de Taitung y Hualien, protegiendo una<br />

costa acantilada de enorme valor ecológico, mientras que la segunda se localiza,<br />

lógicamente, en el extremo nororiental de la isla, con idéntico motivo protector. Salvo<br />

en el Parque Nacional de Kenting, que debe su protección a los corales y fondos<br />

marinos, los principales valores de estos parques son las especies vegetales, a<br />

veces únicas en ámbitos tropicales de altitud (como las taiwanias, bambúes,<br />

cerezos y azaleas), los paisajes de montaña (lagos, cataratas, torrentes, cráteres<br />

volcánicos) y una fauna de gran interés, sobre todo ornitológica.<br />

b) Ciudades. La arquitectura taiwanesa responde a los patrones chinos<br />

continentales, aunque con una abundante presencia de modernas construcciones<br />

de tipo occidental (rascacielos), fruto del despegue económico de la nación. Salvo<br />

algunos monumentos conmemorativos, no existe demasiada riqueza constructiva<br />

urbana, aunque sí otros valores que hacen muy interesante la visita a las ciudades<br />

de la isla.<br />

Taipei es la principal puerta de entrada a Taiwan a través de su aeropuerto<br />

internacional Chang-Kai-Shek, lo que sumado a su condición de capital y ciudad<br />

cosmopolita la convierten en la ciudad más visitada del país. La gastronomía variada<br />

(taiwanesa y de cada una de las regiones de la China continental), las fiestas<br />

populares (del dragón y los leones, festival de la Luna, festival de los faroles chinos)<br />

y sobre todo la celebración del Año Nuevo Lunar Chino son buenos motivos para<br />

acudir a la capital.<br />

Existen por supuesto otros destinos, aunque de menor importancia cuantitativa.<br />

Las playas suelen ser bastante frecuentadas por la población local, destacando las<br />

de Yenliao y Fulung (ambas en el Área Nacional Turística del Noreste, muy<br />

frecuentadas para deportes náuticos, como el sur/y windsurf. Taiwan cuenta,<br />

además, con 25 campos de golf.<br />

Por otro lado, aunque más de cien cumbres taiwanesas reciben nieve todos los<br />

años, sólo una es adecuada para la práctica del esquí, y durante una breve<br />

temporada (sólo enero y febrero). Se trata de la estación de esquí de Hohuanshan<br />

(Montaña de la Alegría Armoniosa), en el Parque Nacional Taroko, lo que la<br />

convierte en la más cercana del mundo al Trópico.<br />

El Sudeste Asiático<br />

Este espacio, mitad continental, mitad insular, incluye los territorios que rodean a<br />

dos grandes gigantes como China y la India. Se trata, por tanto, de un espacio en<br />

el que se combinan las condiciones tropicales y oceánicas, y en el cual se deja sentir<br />

la influencia de una situación de transición entre dos hemisferios y dos océanos. La<br />

región distribuye sus espacios entre los países plenamente continentales de<br />

Birmania (Myanmar), Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam; el paso hacia la


condición insular en la península de Indochina, que incluye parte de Tailandia y la<br />

parte continental de Malasia; para completar con los conjuntos insulares de<br />

Indonesia, Filipinas, Singapur, Brunéi y parte de Malasia.<br />

Todos estos países forman parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático<br />

(ASEAN), y a pesar de situarse en un contexto marcado por el subdesarrollo y la<br />

superpoblación, cada uno de ellos posee una dinámica propia muy distinta. Así lo<br />

ilustran, por ejemplo, las enormes diferencias entre la riqueza de Brunéi o de la<br />

ciudad estado de Singapur, seguidas por Malasia y Tailandia, y los problemas<br />

agrarios de Filipinas o la marginalidad de Laos, Camboya y Birmania.<br />

Las dos terceras partes de este espacio presentan un paisaje ondulante de una gran<br />

complejidad, debido a su origen plegado y volcánico en el dominio insular, que<br />

establece serias diferencias climáticas entre vertientes a barlovento y sotavento. Así<br />

pues, se trata de una región montañosa surcada por grandes organismos fluviales,<br />

como el río Rojo, el Chao Phraya o el Mekong, en cuyas llanuras y deltas se asienta<br />

la mayor parte de la población y las principales ciudades y capitales como Bangkok,<br />

Manila, Yakarta o Kuala Lumpur.<br />

A pesar del surgimiento de nuevos países industrializados como Malasia, Tailandia<br />

o Filipinas, la mayor parte de la población del Sudeste Asiático es rural y trabaja en<br />

la actividad agraria, excepción hecha de los pequeños países de Brunéi y Singapur.<br />

Esta dedicación primaria se centra mayoritariamente en el cultivo intensivo de las<br />

llanuras inundables con plantas leguminosas y arroz, a pesar de lo cual no consigue<br />

sacar al campesinado de una situación de subsistencia que no han logrado corregir<br />

las sucesivas reformas agrarias aplicadas en el espacio del Sudeste Asiático. No<br />

obstante, es necesario reconocer la importancia del proceso de modernización<br />

agraria, fructífero en el caso de Indonesia, para el desarrollo de estos países,<br />

aunque no en todos los casos obtenga los frutos deseados.<br />

La proporción de estos territorios peninsulares e insulares propicia una elevada<br />

relación mar/tierra, lo cual, unido a su situación en un área climática<br />

mayoritariamente de condiciones tropicales con temperaturas elevadas y lluvias<br />

monzónicas, permite pensar en un notable potencial turístico, únicamente basado<br />

en sus recursos costeros, para un desarrollo turístico de sol y playa. Además, por<br />

su situación de encrucijada climática, posee algunos de los bosques más ricos del<br />

mundo, ya se trate de espacios forestales de montaña o de llanura, que suponen<br />

igualmente un factor de suma importancia para el desarrollo de un turismo de<br />

naturaleza, e incluso científico.<br />

Por otra parte, este espacio ha nacido de la superposición de influencias culturales,<br />

de lenguas y religiones milenarias provenientes de la India o China, de incursiones<br />

musulmanas y de la influencia occidental durante el período colonial. Todo lo cual<br />

ha ido dejando huella en las estructuras sociales, culturales, políticas y económicas


de estos países, marcando serias diferencias entre ellos, tanto en la forma de<br />

distribución de los usos del suelo como en las redes urbanas y las infraestructuras<br />

resultantes, todo lo cual repercute en el panorama turístico que ofrecen.<br />

Tras una primera etapa de impulso incipiente del turismo, estrechamente<br />

relacionada con el desarrollo de las fuerzas aéreas y de los ejes de comunicación<br />

internacional después de la Segunda Guerra Mundial, esta región del continente<br />

asiático inicia un crecimiento vertiginoso durante la década de los setenta en torno<br />

a las principales ciudades con aeropuerto. Incremento que ha continuado en los<br />

decenios posteriores con tal pujanza que se empieza a apuntar por parte de<br />

especialistas internacionales que la segunda ola del desarrollo turístico mundial<br />

llevará a Asia, y en concreto a su sector meridional, a dominar el sector de los viajes<br />

del siglo XXI.<br />

No en vano, a pesar del contexto económico y social descrito anteriormente, es<br />

necesario insistir en el enorme desarrollo económico asiático, aunque éste no se<br />

halle igualmente distribuido, ni por países ni por regiones. En este sentido, es<br />

destacable el esfuerzo realizado por algunos de los gobiernos al plantear estrategias<br />

para la descongestión de áreas urbanas, evitando desórdenes sociales y políticos,<br />

o al diseñar programas de incentivos para el desarrollo de áreas rurales, sin olvidar<br />

la atención a la renovación y creación de infraestructuras, de las cuales el sector<br />

turístico será el principal beneficiario, como elemento clave de los planes de<br />

desarrollo económico.<br />

No obstante, a este interés económico por el desarrollo acelerado del turismo en<br />

determinados destinos y regiones, debería unirse la reflexión y el análisis sobre el<br />

proceso de crecimiento turístico obtenido hasta la fecha, que llegó alcanzar el 170%<br />

para el período entre 1974 y 1980, siendo el turismo el segundo sector en ingresos<br />

por detrás de los crudos. Este disparo propició la sobredimensión del desarrollo<br />

turístico, relacionado con una sobredimensión de la capacidad hotelera de Tailandia<br />

o Singapur en la década de los ochenta, que favoreció un crecimiento incontrolado<br />

enormemente agresivo con el entorno cultural y natural.<br />

Este desarrollo masivo debido a la aplicación de incentivos fiscales y tasas<br />

vacacionales se vio reflejado sobre todo en las grandes ciudades del Asia Pacífica<br />

como principales polos de recepción, aunque en este momento comiencen a<br />

retroceder. Evidentemente, éstas siguen atrayendo a un buen número de turistas,<br />

de entre los que destacan los visitantes de negocios y de conferencias o<br />

exposiciones. Sin embargo, los turistas que manifiestan con mayor frecuencia una<br />

intención de retorno dirigen sus viajes de ocio hacia las áreas rurales y los centros<br />

secundarios. Así pues, en línea con la demanda, los operadores buscan el<br />

desarrollo de destinos tierra adentro, que precisan costes e inversiones inferiores y<br />

que, por tanto, incrementan los beneficios de las nuevas implantaciones turísticas.<br />

A pesar de lo expuesto, estos destinos secundarios no se insertan todavía en los<br />

circuitos masivos, aunque paulatinamente algunos de ellos comienzan a


independizarse con promoción propia. Ha de tenerse en cuenta, no obstante, que<br />

en estos espacios de interior y en las ciudades de segundo orden las oportunidades<br />

son tan amplias corno los cambios potenciales. Por ello, sería conveniente<br />

establecer los controles y los estándares medioambientales adecuados,<br />

estableciendo el límite de la capacidad de carga a través de la planificación, con<br />

inversiones en educación e infraestructuras y preservando el patrimonio cultural e<br />

histórico.<br />

Este conjunto sitúa a tres de sus países entre los principales destinos turísticos<br />

mundiales en 1997, en concreto Tailandia, Singapur y Malasia en los puestos<br />

vigésimo, vigésimo segundo y vigésimo tercero respectivamente. Aunque también<br />

estas naciones, junto con Indonesia, se sitúan entre los 35 principales emisores del<br />

mundo, con lo que su balanza se equilibra en parte frente a otros países asiáticos<br />

que son eminentemente receptores.<br />

La principal fuente de turistas de la zona tiene su origen en la misma región, que<br />

según la división de la OMT se corresponde con el Asia del Este y Pacífico, dentro<br />

de la cual destacan los propios países del ASEAN, con más del 73% del total y en<br />

el mercado japonés, que acapara más del 50%, seguido muy de lejos por el<br />

mercado europeo, con tan sólo el 15% del total de llegadas turísticas.<br />

Hasta ahora, los destinos turísticos tradicionales de esta región de Asia solían<br />

identificarse con ciudades populosas o capitales muy conocidas y con los complejos<br />

turísticos de playa. Sin embargo, como tendremos oportunidad de estudiar en<br />

adelante, los centros de orden secundario empiezan a hacerse cada vez más<br />

conocidos específicamente como destinos emergentes, además de ser parte del<br />

mercado turístico emisor. Todo lo cual explica la importante procedencia del turismo<br />

internacional dentro de la propia región, a la que debemos unir por su importancia<br />

cuantitativa y cualitativa la cercana demanda japonesa.<br />

Todo ello queda reflejado en las cifras de ingresos y gastos por turismo<br />

internacional, en las cuales, si bien destaca la preponderancia de las cifras de<br />

ingresos turísticos, de considerable cuantía, no es menos sorprendente la cantidad<br />

gastada en el mismo concepto por los países más ricos de la región que nos ocupa.<br />

El estudio del turismo de un espacio como el Sudeste Asiático no puede ser<br />

abordado de manera global sin la identificación de subáreas más homogéneas, a<br />

partir de las distintas características de la oferta turística de cada ámbito. De lo cual<br />

han resultado dos regiones funcionales, enormemente relacionadas con las<br />

condiciones del medio físico y económico.


El Sudeste Asiático continental<br />

Sintéticamente, este espacio ofrece un paisaje montañoso seccionado por grandes<br />

colectores fluviales, que propician la formación de amplias llanuras en cuyo entorno<br />

se asienta la mayor parte de la población. Abarca los territorios de la península de<br />

Indochina, que incluye básicamente los países de Myanmar (llamado Birmania<br />

hasta 1989), Tailandia, Reino de Camboya, Laos y Vietnam.<br />

En general, debido a las características topográficas en esta región montañosa del<br />

norte y seccionada por espacios de agua, las infraestructuras viarias y ferroviarias<br />

son pobres.<br />

De este modo, se entiende el papel fundamental que tiene la presencia de<br />

aeropuertos y puertos como uno de los principales factores de desarrollo turístico,<br />

centrado de manera mayoritaria en las ciudades tradicionales, pero cada vez más<br />

también en los polos secundarios que complementan y diversifican la oferta inicial.<br />

La variedad define el amplio abanico de los recursos turísticos de la subregión. Los<br />

paisajes, tropicales en general, son cambiantes según nos situemos en las colinas<br />

boscosas y de jungla que dominan el arco septentrional, o en las llanuras de<br />

inundación de los grandes colectores, en los que se encuentra la mayor parte de<br />

asentamientos humanos y los terrenos dedicados al cultivo del arrozal. Del mismo<br />

modo, sorprende el contraste entre la cultura tradicional que ofrece una variedad<br />

considerable de templos, pagodas, monumentos, imágenes budistas y palacios,<br />

frente al perfil de sus capitales modernas de aspecto occidental, marcadas en<br />

ocasiones por rasgos de la arquitectura colonial correspondiente.<br />

Desgraciadamente, existen también enormes contrastes en el nivel de desarrollo de<br />

las naciones incluidas en la unidad de la península de Indochina, debido a<br />

cuestiones puramente históricas y en otros casos a la herencia de una economía de<br />

guerra que no acaba de ser superada, por la mala gestión de gobiernos socialistas<br />

o los embargos internacionales. Sin embargo, en su subsuelo existen las bases para<br />

el despegue económico, que paulatinamente comienza a despertar en forma de<br />

industrias extractivas y de transformación.<br />

La inestabilidad política está presente todavía en las áreas fronterizas de Myanmar,<br />

Tailandia, Laos y Camboya.<br />

De manera que el desarrollo turístico en estos espacios es todavía poco<br />

recomendable, al menos fuera de los circuitos establecidos y las carreteras y<br />

caminos más transitados. No obstante, a pesar de este contexto desigual, pero<br />

hostil, el turismo ha supuesto uno de los sectores de desarrollo para países como<br />

Vietnam, que según las estadísticas de la OMT casi ha septuplicado el número de<br />

turistas internacionales entre 1990 y 1997 (de 250.000 a 1.715.637); o Myanmar,<br />

país que comienza a aprovechar su potencial riqueza en todos los sectores


productivos, y también en el turístico, con el lanzamiento internacional del país, a<br />

partir de la designación de 1996 como "el año de Myanmar", aprovechando los<br />

cambios políticos y la relativa calma en Vietnam y Laos.<br />

La accesibilidad entre los centros turísticos, en general, es bastante buena tanto en<br />

avión, como por carretera o barco cuando es preciso, conectando éstos con las<br />

capitales y principales puertas de la subregión como Bangkok, Rangún o Ho Chi<br />

Min (antigua Saigón).<br />

La oferta turística que presentan los grandes operadores turísticos sobre esta región<br />

se basa fundamentalmente en el paisaje tropical que rodea a las ciudades, el<br />

patrimonio arquitectónico y artístico, las posibilidades deportivas en sus variedades<br />

acuáticas y de montaña, de entre las cuales destaca por lo abundante el golf, y por<br />

lo novedoso el trekking, la visita de sus parques nacionales; y, finalmente el turismo<br />

de sol y playa, con grandes centros conocidos a nivel internacional, sobre todo los<br />

situados en Tailandia, como Pattaya, Phuket y Samui, seguidos a mucha distancia<br />

por los vietnamitas.<br />

Las estrategias planteadas por las entidades nacionales para el turismo de estos<br />

países tienen en común el objetivo de desarrollar redes turísticas más amplias,<br />

introduciendo nuevos destinos secundarios e interiores de estos países, llegando a<br />

crear redes supranacionales, capaces de atraer mayores flujos turísticos en virtud<br />

de la complementariedad de destinos y de ofertas que este espacio ofrece en su<br />

conjunto.<br />

En esta línea, resulta interesante el programa de desarrollo económico que plantean<br />

las organizaciones nacionales de turismo de los países ribereños de la subregión<br />

del Gran Mekong (tales como China, Laos, Vietnam, Myanmar, Tailandia y<br />

Camboya) para el desarrollo del interior continental, cuyo objetivo fundamental es<br />

el estudio del turismo potencial del río Mekong para un desarrollo a largo plazo. No<br />

en vano, el turismo es uno de los seis sectores (entre los transportes, la energía, las<br />

inversiones, los recursos medioambientales y humanos) que se propone estudiar el<br />

Proyecto de asistencia técnica regional del Banco para el Desarrollo Asiático.<br />

Esta fórmula basada en la cooperación regional y la confluencia de esfuerzos se<br />

plantea igualmente para la promoción turística en triángulos de desarrollo. Las<br />

propuestas, en este sentido, se centran en un área que engloba Singapur,<br />

Indonesia, Tailandia, Malasia, Brunéi y las Filipinas, así como China y Hong Kong.<br />

Además, en esta línea estratégica de desarrollar el turismo como sector de<br />

importancia económica, los gobiernos están concediendo tasas especiales y otros<br />

privilegios para los inversores en la región.<br />

Conjuntos insulares del Sudeste Asiático


En estrecha relación con el sur del área indochina, esta subregión del Sudeste<br />

Asiático comprende Malasia (repartida entre la península de Malaca y el norte de la<br />

gran isla de Borneo), Singapur, Brunéi (también al norte de Borneo) y los enormes<br />

y complejos archipiélagos que forman los estados de Indonesia y Filipinas. Se trata<br />

de un espacio cambiante, según la orientación y situación de cada una de las<br />

numerosas islas que se incluyen, de las cuales buen número se hallan<br />

deshabitadas.<br />

Su situación de desarrollo económica depende de los recursos naturales de cada<br />

isla, pero en general es buena, con rentas per cápita muy altas en Singapur y Brunéi,<br />

y bastante aceptables en el resto de las naciones de la subregión, gracias a la<br />

presencia de minerales, crudo y gas en su subsuelo, además de la dedicación a la<br />

agricultura de las escasas áreas no boscosas. Precisamente, en busca de la<br />

diversidad de sus economías, demasiado centradas en las industrias de extracción<br />

de estos países, se ha venido propiciando un mayor desarrollo del sector turístico,<br />

normalmente centrado en los espacios de costa.<br />

En general, el ambiente global de calma política (aun con ciertos brotes en el norte<br />

de la isla de Sumatra y con la evidente excepción de la isla de Timor, conflicto que<br />

parece haber finalizado en el 2000 con la independencia de la parte oriental, antigua<br />

colonia portuguesa, del estado indonesio) y sus características naturales tropicales<br />

y ecuatoriales, se prestan a una acogida basada fundamentalmente en el recurso<br />

turístico del exotismo en todas sus facetas, paisajística, cultural y lúdica. Su principal<br />

oferta se halla relacionada con su situación, su clima y su naturaleza geográfica,<br />

que ofrece una enorme variedad: desde las costas bajas y pantanosas, a las costas<br />

acantiladas, pasando por las de largas playas arenosas; desde las notables<br />

elevaciones montañosas del interior, algunas de origen volcánico, hasta las llanuras<br />

laderas del arrozal, pasando por interfluvios, en ocasiones apenas transitables, por<br />

la densa cobertura vegetal.<br />

En primer lugar, destacan por lo extendido de la oferta los complejos turísticos que<br />

toman base en el sol y la playa, en relación con las oleadas de evasión vacacional<br />

por vía aérea, en líneas regulares o vuelos chárter, estimulada por la elevación del<br />

nivel de vida en los países industriales, que suelen apoyarse en las mayores<br />

cadenas hoteleras y redes comerciales o publicitarias norteamericanas.<br />

La promoción de la subregión se basa en una publicidad muy elaborada, que hace<br />

referencia a los deseos de evasión completa y a las posibilidades de rentabilizar el<br />

coste del viaje con unos precios de estancia moderados, poniendo a sus destinos<br />

de playa en una posición competitiva favorable con respecto a las regiones turísticas<br />

europeas o americanas, reconocidas de los países industrializados. Entre ellas<br />

destaca el caso de la isla de Bali en Indonesia, Penang y Langwaki, en Malasia, que<br />

actualmente sufren un enorme crecimiento de hoteles, o Cebú en Filipinas.<br />

Suelen plantear circuitos que relacionan la costa con el interior de los países, de<br />

forma que logran diversificar y complementar la planta de alojamiento inicial con


espacios sobresalientes por su calidad medioambiental o paisajística en los<br />

numerosos parques y reservas nacionales para la conservación de la flora y la fauna<br />

local, en áreas casi vírgenes situadas sobre todo en las islas más orientales del<br />

conjunto; así como en las vistas para conocer los poblados y culturas tradicionales,<br />

con el desarrollo incipiente del agroturismo. A ello se une la amplísima oferta<br />

deportiva acuática y de interior, con el golf, el trekking o la escalada, así como todo<br />

tipo de actividades del turismo de aventura. Se plantea, en suma, la antítesis de las<br />

sociedades emisoras de flujos turísticos, a las cuales están orientados los<br />

principales equipamientos de acogida.<br />

La excepción más notable en este entorno es el caso de la ciudad estado de<br />

Singapur, con importante oferta y demanda orientada al turismo de negocios,<br />

coloquios y congresos, que representa un gran polo de impulsión mundial en el<br />

movimiento turístico desde hace veinte años, debido a su posición estratégica de<br />

corredor, con amplia oferta de actividades recreativas de todo tipo. Al mismo tiempo,<br />

el mercado de Singapur supone un importante centro emisor para los destinos<br />

turísticos del entorno, cuyo voluminoso mercado de población residente o de paso<br />

intenta atraer con actuaciones conjuntas de los países que le rodean.<br />

En toda la región las huellas de una herencia multicultural son patentes y suponen<br />

otro de los recursos de atracción turística. Los testimonios de la cultura malaya,<br />

china, hindú, musulmana y colonial de diversas nacionalidades, dotan a estos<br />

espacios de una originalidad notable, tanto en sus manifestaciones folclóricas y<br />

culturales, como en los restos arquitectónicos y artísticos dispersos por la mayor<br />

parte de las zonas habitadas.<br />

n este contexto, es fácilmente comprensible la actitud adoptada por un buen número<br />

de ciudades de este espacio que han visto reducirse sus cuotas de mercado<br />

iniciales. Ciudades que como Yakarta, Manila o Kuala Lumpur, para mantenerse<br />

competitivas han comenzado a situarse como centros de negocios y congresos, con<br />

la creación de centros de exposiciones y convenciones en toda la región que<br />

trabajan asociados, como la Association of Asían Convention and Visitors Bureaux,<br />

para atraer más convenciones y exposiciones a Asia.<br />

Otra de las estrategias emprendidas por las entidades turísticas de la zona está<br />

relacionada con la articulación de redes de transporte entre los diferentes países y<br />

la mejora de infraestructuras de comunicaciones para el desarrollo de nuevos<br />

destinos en regiones ulteriores menos masificadas, en la misma línea que la<br />

subregión anterior.<br />

La oferta de alojamiento ofrece dos fórmulas diferenciadas: por una parte la<br />

considerable frecuencia de equipamientos de lujo, centrados alrededor de hoteles<br />

de cinco estrellas de las principales cadenas del mundo, y por otra, los complejos<br />

destinados al turismo de masas que pueden llegar a ocasionar fuertes impactos<br />

medioambientales y socioculturales en las áreas donde se ubican, con la<br />

consiguiente merma de la calidad y capacidad de atracción turística.

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