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Asia es una de las regiones con el mayor coeficiente de Gini, lo cual nos
permite saber que cuenta con una notable desigualdad económica. A lo largo de los
años podemos ver que su coeficiente de Gini ha ido aumentando, de 0.39 a
mediados de 1990 a 0.46 a finales del 2000, teniendo un efecto negativo en la
economía. A pesar de que ha crecido la economía, la desigualdad tiene un efecto
negativo en la inversión y la propensión a consumir.
Según Oxfam, el hombre más rico de Asia acumula una riqueza de 31,000
millones de dólares, mientras que millones otros tienen que sobrevivir el día a día
con 1.25 dólares. El rápido crecimiento económico de Asia durante las últimas
décadas, indudablemente ha contribuido a disminuir la pobreza, sin embargo,
también ha provocado una brecha más grande entre los salarios de la población,
dejando la mayor parte de la riqueza en manos de una pequeña porción. A veces,
esto no se percibe, ya que el coeficiente de Gini de esta región es menor que el de
América Latina, el Caribe y África, sin embargo, la desigualdad entre la sociedad ha
aumentado significativamente a través de los años.
Este problema de desigualdad es tan significativo que en 2016 El Fondo de
la Onu para la Infancia, hizo una petición para aumentar la inversión gubernamental
en Asia Oriental, con la idea de terminar la desigualdad que separa a millones de
niños de una vida plena. Karin Hulshof, directora regional de Unicef, remarcó que a
pesar del reciente creciente económico, hay muchos niños que aún viven en la
pobreza, privados de cosas tan básicas como una educación. Esta situación se
puede ver principalmente en Mongolia, China y Corea del Norte. La directora afirma,
que incluso si la economía de Asia continúa creciendo, es vital que se implementen
mejores reformas y políticas para evitar que la brecha continúe creciendo.
La desigualdad en Asia se presenta de diversas formas, por ejemplo, en el
ámbito social, hasta el 2016, se reportaron cifras que decían que 6.5 millones de
niños no asistían a la escuela en Asia Oriental a pesar de que en ciudades como
Bangkok y Pekín el 96% de los niños cuentan con una educación. Este problema
que se presenta en ciertos países del continente Asiático es fácil de comparar con
Latinoamérica ya que en ambos casos uno de los mayores retos que se presenta
es la falta de educación, y según Karin Hulshof, directora regional de UNICEF, esto
sucede por falta de visión y no por falta de recursos.
Las autoridades gubernamentales del continente Asiático tienen que lograr
que aquellos individuos con menores recursos monetarios tengan un fácil acceso a
cosas como servicios básicos, derechos de propiedad y la recepción de un salario
justo y suficiente.