2da edicion final
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Abraham<br />
Leiva<br />
Joven aventurero, le gustan las alturas y siempre<br />
busca maneras de romper las barreras de ingreso<br />
a las columnas verticales de concreto, en Santiago.<br />
Amante de la arquitectura, como también<br />
de la fotografía que desde hace dos años practica<br />
con el afán de registrar cada hazaña realizada.<br />
En la cámara se caracteriza por un estilo que nos<br />
lleva a recorrer puntudas perspectivas desde las<br />
alturas. “Al momento de estar en el lugar donde<br />
quise entrar, llega inevitablemente ese deseo de<br />
documentar los lugares que visitaba, partí con la<br />
cámara del celu y hoy tengo una cámara semireflex<br />
Samsung X3000”.<br />
Su gusto por la adrenalina lo lleva a inusuales<br />
métodos de ingreso a estos recintos, “lo principal<br />
para entrar en un lugar es sentirse parte de,<br />
si es un edificio residencial, creerse el cuento de<br />
que vives ahí. Pasar y saludar a los conserjes de<br />
forma natural es lo que mejor me funciona”. Sin<br />
embargo, en variadas oportunidades al conseguir<br />
su objetivo, por consecuencia se ha visto envuelto<br />
en problemas legales con distintas entidades<br />
públicas.<br />
Abraham nos cuenta que se ha tornado una especie<br />
de adicción, puesto que cuando llega a donde<br />
desea, observa su alrededor encontrándose con<br />
nuevos edificios más atractivos que lo invitan a<br />
seguir su aventura.<br />
Cuando le preguntamos por cual había sido su<br />
mejor experiencia subiendo edificios, él nos contesta:<br />
“Subir el Costanera ha sido sin duda mi<br />
mejor experiencia. Entré cuando estaban sólo los<br />
“palos parados”, lo hice haciéndome pasar por un<br />
trabajador del lugar, agarré cosas de otros trabajadores<br />
que estaban ahí y empecé a subir. Estuve<br />
donde nadie más estuvo antes de que existiera<br />
el Sky Costanera… (entre risas) Ahora cualquier<br />
hueon paga cinco lucas y sube. Yo estuve afuera<br />
donde están las antenas para que no choquen los<br />
aviones… ¡La raja!”<br />
Finalmente, lo que nos convoca.<br />
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