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Una cosa verdaderamente tremenda fue<br />
encontrarme con muchas niñas y jóvenes<br />
que se habían quedado embarazadas de<br />
los soldados. Unos serían de la parte<br />
nacional y otros de la parte roja, daba lo<br />
mismo. Entonces hicimos una<br />
maternidad. Con esto también tuve<br />
problemas con Pilar Primo de Rivera. En<br />
aquel momento eso de ser madre soltera<br />
estaba bastante mal visto. Los conventos<br />
y las instituciones religiosas, de las que<br />
también sufrí muchas críticas, no las<br />
acogían porque no tenían fondos, y por<br />
otros motivos. Entonces, estas mujeres<br />
venían a mí, y Pilar se indignaba. Yo le<br />
decía: "Piensa que tú eres soltera y que<br />
no has pasado por la experiencia de<br />
tener hijos. ¡Que yo he tenido cuatro, hija<br />
mía! Y entonces, una chica de este tipo,<br />
cuando se acerca a mí, me habla, o yo le<br />
puedo hablar, de una manera que tú no<br />
puedes: primero, porque algunas cosas<br />
las desconoces y, segundo, porque hasta<br />
te da cierto pudor. En mí confían de una<br />
manera más amplia, así que tenemos<br />
que poner esa maternidad". Yo creo que<br />
llegó a comprenderlo. Pilar sólo me<br />
llevaba dos años, pero no era cuestión<br />
de la edad. Eran mi experiencia y la<br />
suya, que era nula. Yo era una mujer<br />
muy moderna para mi época, quizás<br />
porque mi formación era francesa y<br />
Francia siempre ha ido un paso por<br />
delante.<br />
Cuando terminó la guerra en el año 39<br />
me casé y, a los diez meses, tuve otra<br />
hija, de manera que para mí la vida<br />
cambió totalmente. No obstante me han<br />
seguido ocurriendo cosas interesantes y<br />
he seguido conociendo a mucha gente.<br />
Al acabar la guerra, Franco se encontró<br />
con una España deshecha, quemada por<br />
todas partes, y lo primero que tuvo que<br />
hacer fue reparar las vías de<br />
comunicación, los edificios y dar de<br />
comer a la gente. Tuvimos ayudas, claro.<br />
Una de ellas de Argentina. Vino Eva<br />
Perón y me encargaron atenderla todo el<br />
tiempo que estuviera en España. Era una<br />
mujer interesante. Era fuerte, orgullosa<br />
de haber triunfado, porque no cabe duda<br />
de que triunfó y, claro, como había sido<br />
vedette, tenía cierta coquetería. Hacía<br />
preguntas interesantes. Me acuerdo que<br />
me dijo: "¿Usted qué cree: Es mayor la<br />
mortalidad entre los hijos de las mujeres<br />
que trabajan, o entre los de las que no<br />
trabajan?"<br />
La guerra fue absolutamente inevitable.<br />
Toda Asturias estaba armada, pero<br />
armada en milicias organizadas. Y Rusia<br />
quería apoderarse de España. La prueba<br />
es que sin la ayuda de Rusia la guerra no<br />
hubiera durado ni un mes. Lo que me da<br />
pena de la juventud actual es que no<br />
pueda comprender la Guerra Civil. No<br />
era, ni mucho menos, un deseo de ir<br />
unos socialistas frente a unos<br />
falangistas... No era eso. La Guerra Civil<br />
fue una estrategia, sobre todo de Rusia,<br />
que entonces era la gran potencia, para<br />
apoderarse del Mediterráneo. Nosotros<br />
hicimos la guerra para que España no<br />
fuese una Albania. Para eso la hicimos.<br />
Los que nos levantamos lo veíamos así.<br />
La fe, el entusiasmo y el horror de entrar<br />
en el comunismo hicieron milagros. Se<br />
ganan muchas batallas por amor y por<br />
decisión.<br />
Al acabar la guerra quedó una simiente<br />
comunista. Franco debió estar tres o<br />
cuatro años más, hasta consolidar una<br />
democracia, y luego debió marcharse.<br />
Quizás el poder hace más que la<br />
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