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“Nuestra vida gira en torno a los ordenadores, pantallas de televisión, teléfonos<br />
móviles y tabletas: nos facilitan el día a día en nuestro trabajo y estudios, y ocupan un<br />
gran número de nuestras horas de ocio. Un estudio de la consultora Ipsos revela que<br />
seis de cada 10 adultos pasan más de cinco horas al día frente a este tipo de<br />
pantallas. España es, además, el país líder en el uso de 'smartphones' (un 83% de los<br />
teléfonos que utilizamos) y el número de móviles y tabletas supera ya al de<br />
habitantes. No concebimos nuestra vida sin ellos, pero su uso excesivo o<br />
inapropiado puede acabar dañando nuestros ojos. “<br />
A pocos les resultarán extrañas ciertas molestias: dolores oculares y de cabeza,<br />
ardor y picor de ojos, lagrimeo, fotofobia, visión borrosa, irritación, sequedad o<br />
fatiga ocular. Si padece alguno de estos síntomas a menudo, usted sufre el llamado<br />
síndrome visual del ordenador, un problema que "afecta al 89% de la población" en<br />
algún momento de su vida, según indica Laura de Yñigo, directora de Instituto<br />
Varilux. "Cuando estamos frente al ordenador, el grado de concentración que se<br />
requiere es elevado y esto hace que disminuyamos la frecuencia de parpadeo (de 14 a<br />
9 por minuto), provocando la evaporación de la lágrima", afirma el oftalmólogo<br />
Fernando Rodríguez Mier, del Consultorio de Oftalmología y Microcirugía Ocular.<br />
"La televisión sería menos problemática en este caso, ya que se contempla de lejos y<br />
no requiere la misma concentración visual", continúa.<br />
"Hemos pasado del campo a las ciudades en sólo un siglo. Antes el hombre vivía con<br />
la luz del sol y no estudiaba o leía tanto. Ahora hemos triplicado la exposición a la luz<br />
azul que emiten los dispositivos electrónicos, de manera que sometemos a una mayor<br />
exigencia a nuestros ojos y éstos envejecen más rápido", asegura Luis Alfonso García<br />
Gutiérrez, portavoz del Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas.<br />
Factores negativos<br />
Existen ciertos elementos externos de tipo ambiental que agravan el problema, como<br />
son las corrientes de aire, los ambientes cargados por la calefacción o aire<br />
acondicionado excesivos o una humidificación escasa del lugar de trabajo. Además,<br />
trabajar con ordenadores antiguos, pantallas pequeñas o con poca resolución y<br />
contraste tampoco ayudan, así como forzar la vista con tamaños de letras<br />
demasiado pequeños.<br />
La correcta iluminación de la estancia es también clave, siendo más apropiada la luz<br />
natural que la artificial. "En el caso de que esto sea imposible, lo que no se debe<br />
hacer nunca es trabajar con un ordenador en una habitación a oscuras", recuerda el<br />
doctor Palomino, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Quirón de Madrid.<br />
Una práctica muy habitual como es "leer tumbados en la cama y con la escasa luz de<br />
la mesita de noche tampoco es recomendable", aconseja García Gutiérrez.<br />
Consecuencias<br />
Lo que en un principio pueden ser sólo molestias temporales, podrían derivar en un<br />
problema de mayores dimensiones. Una de ellas es la miopía: "Se ha visto que la