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Actualmente sabemos sobre la situación de los trabajadores de la industria textil, la injusticia y la falta de<br />
derechos que los protejan. Sin embargo poco se ha hecho a pesar de la presencia de evidencias. Por otra<br />
parte, demostraré con mis argumentos que la Doctrina Social de la Iglesia, a pesar de estar formada por un<br />
conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad basados<br />
en el Evangelio y en el magisterio de la Iglesia católica, los dueños de las grandes empresas le dan poco lo<br />
valor, no lo aplican ni respetan, y es así como es atropellada la dignidad de los trabajadores.<br />
La situación que en general viven los trabajadores de las maquiladoras de la industria textil es el abuso de<br />
género, principalmente de las jovencitas menores de edad, que por falta de estudios no conocen sus derechos,<br />
reciben bajos salarios, amenazas, hostigamiento, y sólo por exigir mejores condiciones de empleo. En<br />
las maquiladoras textiles montan seguridad extrema para que no se vean visibles el maltrato y las condiciones<br />
de trabajo en las que se encuentran. Todo este maltrato y abuso es una situación injusta a los ojos de<br />
Dios ya que el mensaje de Dios para su pueblo en la actualidad , es que cuando suframos injustamente, reaccionemos<br />
tal como Cristo lo hizo en su momento. Nos dice que debemos seguir “la paz con todos” (Hebreos<br />
12:14), y Jesucristo amonestó a sus seguidores a enfrentar la injusticia y la iniquidad con amor y perdón<br />
(Mateo 5:44-45). Por supuesto, también menciona que puede haber ciertas circunstancias en las que podemos<br />
defendernos respetuosamente en contra de acciones injustas. Por ejemplo, el apóstol Pablo usó sus derechos<br />
como ciudadano romano para protegerse del trato abusivo de algunas autoridades militares (Hechos<br />
22:25).<br />
Además, cuando nos encontramos ante una ofensa o desacuerdo con alguien, la Biblia nos aconseja que debemos<br />
ir directamente a ese individuo para discutir pacíficamente el problema y así determinar si puede ser<br />
resuelto de manera justa (Mateo 18:15-16).<br />
No obstante, Pablo también reconoció que la justicia absoluta no siempre ocurrirá en esta presente era, que<br />
es gobernada por el diablo (Gálatas 1:4; Lucas 4:6). Proyectándose al futuro, nos dice: “Pues tengo por cierto<br />
que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de<br />
manifestarse” (Romanos 8:18). Quiere decir que Dios nos invita a expresarnos de manera pacífica para lograr<br />
tener un mejor trato, digno y justo.<br />
La mejor respuesta ante la injusticia ante los ojos de Dios no es responder a situaciones o acciones injustas<br />
con enojo, amargura y venganza (Efesios 4:31-32). En vez de eso debemos confiar en Dios con fe y obediencia,<br />
esto nos traerá verdadera paz mental y, a su tiempo, la entrada a la vida eterna (Filipenses 4:6-7; Mateo<br />
19:17).<br />
El tiempo viene cuando Satanás y sus demonios serán removidos y Jesucristo reinará en la Tierra (Apocalipsis<br />
11:15; 20:1-5; 5:10). Cuando ese día amanezca, todas las desigualdades, incluyendo aquellas que hemos<br />
experimentado personalmente, serán completamente corregidas (Romanos 8:35-39).<br />
De esta manera, ante un trato injusto se debe tratar de recordar que “a los que aman a Dios, todas las cosas<br />
les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).