Catalina

cuando la gata
Catalina
se metio en lios

CAPÍTULO 1: CUANDO LA GATA
CATALINA TENIA MUCHA
HAMBRE
Había una vez un brujito que vivía
en Gulubú, vivía con una gata que
se llamaba Catalina, era una gata
muy mala porque el brujito, no le
daba de comer todos los días, por
esto Catalina se enojaba siempre.
Un día, la gatita comenzó a
pensar un plan para que el brujito
le dé de comer todos los días, le
iba a dar besos cada vez que este
se fuera a dormir y cuando se
despertara por los besos, le
mostraría su plato vacio.
Hasta que un día, ambos
escucharon un ruido
ensordecedor, y todo el castillo
tembló.

CAPÍTULO 2: CUANDO LA GATA CATALINA
CONVIRTIÓ EN SAPO AL BRUJITO
El brujito de Gulubú corrió asustado, la gata
Catalina, que también estaba asustada, corrió
tras él.
El tremendo ruido que escucharon era un gran
trueno que partió la tierra, hizo temblar el mar y
rompió las paredes del castillo.
Catalina, si bien estaba asustada y temblando de
susto, aprovechó la distracción del Brujito
Sarapin, fue hasta la cocina y se comió todos los
dulces, y los postres.
El Brujito Sarapin estaba en un balcón mirando
a su alrededor, asustado y aturdido por lo que
había pasado, de repente cayó desmayado.
Catalina, como era muy mala, pensó rápidamente
en quitarle la varita mágica, se acercó muy
lentamente al brujito, tendió suavemente su larga
patita y agarró la varita, antes de escapar del
bosque, hizo travesuras y convirtió al Brujito en
sapo, por suerte Catalina tiene buen corazón y
poca experiencia en hechizos, así que no
se animó a hacerle nada más, y se escapó.

CAPÍTULO 3: CUANDO A CATALINA LE DIERON SOPITA.
Cuando estaba saliendo por la puerta, se chocó con un
amigo mago del Brujito de Gulubú, que venía a pedirle
ayuda y al ver a Catalina con la varita entre sus bigotes,
le dice (previo susto de la gata, que en afán de esconder
la varita la tiró bajo sus patas)
Catalina: ­¿por qué tenes entre tus patas la varita del
Brujito Sarapin, y por qué tenes los bigotes llenos de
chocolate?
Catalina, que en realidad no era mala­ como ningún
animal lo es­ le contó, al mago Fixton lo que había
pasado.
Lloraba tanto que a fixtón le costó entender que la razón
del enojo por la que Catalina había convertido al Brujito
de Gulubú en sapo, y lo había dejado solo en el castillo
sin paredes, era que tenía HAMBRE!!
Rápidamente el mago fixtón, tuvo una idea, tomó su olla,
donde hacia sus pociones, e hizo una rica sopita, le puso
verduras, pedacitos de pescado, arañas y cucarachas.
Todos los ingredientes que les gustan tanto a los brujitos
como a los gatos negros.
La gata Catalina tomó rápidamente la sopa pero su
hambre no se calmó, entonces el mago fixtón le propuso
a Catalina ir a comprar pescado, pan, leche y más sopa
al supermercado.

PÍTULO 4: CUANDO CATALINA Y SUS AMIGOS
FUERON AL CARIBE.
Volviendo al Castillo, se encontraron con otro brujito
que se llamaba Catalino, y lo invitaron a comer con
ellos, luego el Brujito Catalino fue a comprar el
postre, y al regresar, Catalina, y el mago fixtón ya no
estaban.
Entonces el Brujito Catalino vio un sapo y le dijo:
­Disfrutemos juntos este postre, porque el mago
Fixtón y Catalina se fueron a buscar a su amigo el
caballo Frutas, que vive en la cancha de River para
invitarlo y pedirle que no se podía perder el gran
postre, que había comprado el Brujito Catalino.
Una vez reunidos, el caballo Frutas agradecido por
el rico postre, los invito a todos a pasar el resto del
día en las Islas del Caribe, donde hay muchos
Cangrejos y sirenas.
En el Caribe, la gata Catalina, el Brujito de Gulubú, el
mago Fixtón, el Brujito Catalino, y el caballo Frutas,
pasaron un hermoso día, y a la hora en que
comenzaba a esconderse el sol, el Brujito de Gulubú
les dijo a sus nuevos amigos­ A mí me gustan los
sapos, pero creo que ya es hora que pueda volver a
mi cuerpo de brujo.
Catalina le dijo que ella lo había convertido en sapo,
porque él no les daba de comer, entonces el brujito
prometió prepararle ricas comidas.
Pero en el momento en el que Catalina quiso agarrar
la varita mágica, se dio cuenta que no la tenía, ¿y
ahora? ¿Que podían hacer?

CAPÍTULO 5: CUANDO CATALINA PERDIO
LA VARITA MÁGICA.
De repente, la gata Catalina se acordó que
había ido al mar con la varita y cuando
salió ya no la tenía, ¡la había perdido en el
mar!, después de un rato de intercambiar
opiniones, decidieron utilizar la magia del
mago Fixtón, para convertirlo en brujo,
como seguía en la forma de sapo, no
podría internarse en el mar, solo la gata
Catalina podía volver a convertirlo en
brujo cuando recuperara la varita, ¿lo
lograrán?
Luego de varias horas de búsqueda sin
éxito, el mago Fixtón exclamó: ­ Esta
debajo de una piedra muy grande con
hermosos peces nadando a su alrededor.
Rápidamente todos nadaron hacia la orilla
y al tocar la arena la agarró Catalina, y
apuntando al brujito dijo­ ¡Sapo ya no
eres, brujo serás!, lo repitió una y otra vez
sin resultado, luego de pensar que
pasaba, al mago se le ocurrió que tal vez
el gran peso de la piedra sobre la varita la
había dañado.

CAPÍTULO 6: CATALINA Y LAS
VOCES DEL MÁS ALLÁ
Catalina y el brujito después de
mostrarle las fotos de todo lo que
habían hecho en el Caribe, invitaron
al rey para que no este triste a
pasear al bosque, le iban a organizar
una sorpresa! Fueron a pasear al
bosque con sus guardianes a
caballo, y los esperaron con una rica
merienda con torta y chocolatada, y
después de pasar una linda tarde
juntos, el brujito de Gulubú le iba a
tirar el tarot, entonces en ese
momento una voz irrumpe con gran
fortaleza el momento preciso y
mágico. Una voz del mas allá que
nadie podía identificar de donde
venia ni quién era, y como pasa
siempre, las voces que vienen con
pie de paloma atraen la gran
tempestad a la tierra.

CAPÍTULO 7: CUANDO CATALINA
TIRO LAS 78 CARTAS
La gata Catalina, como todo gato,
pudo ver más allá de las personas,
ahí presente, y el brujito ya
concentrado en la situación, llama al
rey, y decide tirar las cartas del
tarot.
El brujito empieza a tirar las 78
cartas, el rey está preocupado, a la
espera de saber su destino, y lo que
el futuro le deparará.
Cae la primera carta: el
ermitaño…cae la segunda: el
emperador…la gata Catalina camina
de un lado al otro con los pelos de
punta, solo falta la tercera y última
carta, la más esperada de todas,
aquella que puede cambiar el rumbo
de la historia del rey e inclusive del
brujito de Gulubú.

CAPÍTULO 8: CUANDO CATALINA USO LA
VARITA MÁGICA
El brujito sacó la última y tan esperada carta,
que resultó ser: la rueda de la fortuna,
­Salió del derecho, su majestad. Anuncia
abundancia y prosperidad a su reino, anuncia
la llegada de una enorme fortuna, exclamó el
Brujito.
El rey se veía feliz y muy afortunado,
pero…alguien seguía caminando de aquí para
allá, la gata Catalina estaba muy preocupada,
¿Qué pensaba la gata? ¿Qué podría pasar?...
El brujito de Gulubú la miró fijamente y de
aquí para allá, ¿estaria tramando la manera
de quedarse con la fortuna que la carta le
auguraba? ¡Pero no! Catalina iba de un lugar a
otro, únicamente pensando que no había
probado bocado desde la sopita de verduras.
Había nadado por los mares y recorrido
largos trayectos, otra vez con la panza vacía.
Como es sabido, comer mal nos debilita,
Catalina se sentía mal, no podía esperar más
para comer, debía conseguir comida ¡Pero
YA!, sin dudar tomó la varita del brujito ¿para
qué cocinar si se tiene la magia, al alcance de
las garras?

CAPÍTULO 9: CATALINA Y EL POLLO AL
HORNO
El brujito no llegó a detenerla, Catalina se
disponía a convertir una roca en un
suculento pollo al horno cuando sintió que
de tan débil que estaba, el viento del
bosque le dio una gripe.
­Sin Salamín, Chi ri bin chin chin, pollo al
horno serás AAACHISSS!!. El repentino
estornudo hizo que la varita apunte al
brujito y lo convirtió en pollo al horno.
Catalina tenía que controlar su hambre para
revertir el hechizo antes que el aroma del
pollito, entre por su pancita.
Y cuando vio el pollito para comerlo, llego el
rey, que entusiasmado por lo que le
auguraban las caras, trajo una abundante y
deliciosa cena para festejar con Catalina,
que se comió todo por fin, y el brujito
pancita llena, gatita feliz y ahí se dio cuenta
que del pollo salía una voz que decía­ ¡¡Soy
Gulubú ayuda!!! En eso la gata y el rey se
miraron muy curiosos, ¿Cómo iban a sacar
al mago del pollo?

CAPÍTULO 10: CUANDO EL BRUJITO TUVO
COLA
El mago les dijo que palabras debían decir
con la varita mágica para sacarlo de ahí.
En eso el rey tomó la varita y dice­ El que
come y no convida, tiene un sapo en la
barriga, yo comí y convide y ese sapo lo
tiene usted.
En eso, ¡PLAF, PLIN! El brujito de Gulubú
regresó a su estado normal, con ojos, pelo,
piernas, su sombrero, pero en lugar de sus
glúteos, tenia cola ¡¡SIII!, cola, como de
caballo, al descubrir eso, miró al rey y a
Catalina­ ¡OH!, exclamó el brujito, ­Creo que
el hechizo no funcionó correctamente,
tengo una cola de ¡CABALLO!
Catalina y el rey no salían de su asombro,
viendo al brujito con esa cola de aquí para
allá.
­Muy bien, esto es lo que haremos, primero
comeremos bien, y luego emprenderemos
viaje hacia la montaña a visitar a mi amigo el
mago Gandalf, el sabrá como resolver este
inconveniente de la cola de caballo, dijo el
brujito.

CAPÍTULO 11: CUANDO TODO LLEGÓ A SU
FIN
Los tres emprendieron el viaje a la montaña,
escalaron, cruzaron ríos, bosques
hermosos, esquiaron en la nieve, y luego de
varios días de viaje, llegaron a la cabaña,
del mago Gandalf, cansados, pero felices de
llegar.
El brujito golpeó la puerta de la cabaña, y el
mago Gandalf los recibió con alegría, le
contaron todo lo vivido, y el mago les dijo
que la única forma de volver a ser el brujito
era con un abrazo de todos sus amigos.
Todos se abrazaron, y así el brujito volvió a
ser como era antes ¡QUE ALEGRÓN!, y para
festejar el mago Gandalf los invito a un
almuerzo, la gata Catalina salto de alegría,
panza llena, corazón contento...
Y COLORADO COLORÍN, ESTE CUENTO
DEL BRUJITO LLEGÓ A SU FIN!!