Desenterrando el Pasado

desenterrando el pasado
I

la excavación arqueológica
La mayor parte de los restos arqueológicos permanecen enterrados o sumergidos durante
cientos y miles de años en los yacimientos, y la única forma que tienen los arqueólogos de
recuperarlos para investigar el Pasado es hacer una excavación arqueológica.
Pero para los arqueólogos excavar no es algo tan simple como desenterrar objetos,
porque excavan los restos y ruinas de la vida de nuestros antepasados a lo largo de la
Historia, lo que ha quedado de sus viviendas y construcciones, de sus herramientas, de
sus recipientes de cerámica, de sus tumbas... Que con el paso del tiempo la Naturaleza ha
ido enterrando de diferentes formas.
Esos restos, aunque no están escritos, son verdaderos documentos que sirven para
conocer cómo han sido la vida de los seres humanos en las distintas etapas del
Pasado, y por eso una excavación arqueológica no consiste en desenterrarlos sin
más, tiene que ser un trabajo científico para
recuperarlos de la forma más cuidadosa
posible, estudiarlos e investigar
nuestra Historia.
¡En busca del tesoro!
La Arqueología es un trabajo
apasionante, pero los arqueólogos no son como
Indiana Jones o Lara Croft, que intentan recuperar
valiosos tesoros del Pasado porque personajes
malvados quieren robarlos... Los arqueólogos
recuperan objetos que son tesoros porque sirven
para conocer cómo ha sido nuestra Historia.
Una excavación arqueológica es un trabajo
serio y científico... ¡Pero eso no impide que sea
emocionante! Recuperar los restos y ruinas
abandonados por nuestros antepasados, que
llevan siglos enterrados y sumergidos, es una
auténtica aventura.
I

Restos y ruinas por todas partes
Los yacimientos que excavan los arqueólogos para investigar la Historia se han formado
en lugares donde los seres humanos vivieron, cazaron, fabricaron sus herramientas o
enterraron a sus muertos en el Pasado.
En todos esos lugares se van acumulando las construcciones y los artefactos que
nuestros antepasados usaron mientras estuvieron allí, sus casas, los recipientes de
cerámica, las herramientas… Hasta que por algún motivo, por ejemplo una guerra,
un terremoto, la erupción de un volcán o el agotamiento de los recursos necesarios
para sobrevivir, tuvieron que irse abandonando todo lo que no fuera imprescindible.
Con el paso de los siglos, todo lo que quedó allí se irá destruyendo. Los muros se
derrumbarán y los objetos se romperán si algo cae sobre ellos, y poco a poco la
Naturaleza lo irá cubriendo todo con polvo y tierra llevada por el viento, igual que los
restos de un barco hundido se cubren con la arena que mueve el mar. Más adelante,
esos lugares volverán a ser ocupados por otras gentes y se repetirá el proceso o
quedarán cubiertos por la vegetación, hasta que se forma un yacimiento arqueológico.
Cada vez que el Hombre habita un lugar
allí se acumulan sus construcciones y
utensilios, y cada vez que lo abandona el
Tiempo destruye lo que ha quedado y la
Naturaleza lo cubre todo con tierra y polvo. De esta forma, se van
formado distintas capas de tierra y restos arqueológicos que se
Capas de tierra que se
amontonan
llaman “estratos”, que en conjunto forman un yacimiento arqueológico.
II
Cada una de esas capas o estratos
corresponde a los distintos momentos del
Pasado en que el Hombre estuvo en ese
lugar. Y como se han ido formando una
sobre otra, las capas de tierra y los restos que están
más abajo tienen que ser más antiguos que los que
están más arriba, y los arqueólogos pueden averiguar
lo que ha ocurrido en ese lugar a lo largo de la Historia.

En el Pasado, el Hombre ha vivido en diferentes lugares del Planeta y en diferentes
paisajes, así que los yacimientos arqueológicos pueden encontrarse por todas partes,
en lugares que hoy son bosques o campos cultivados, en cerros, en cuevas o bajo
construcciones más modernas de los pueblos y ciudades actuales, pero también en
ríos y mares que nuestros antepasados utilizaron para viajar y transportar distintos
tipos de mercancías y en lugares donde ocurrieron acontecimientos menos
habituales, como una batalla, un accidente o un naufragio.
Y como los yacimientos se pueden encontrar en lugares tan
diferentes, también hay distintos tipos de excavaciones
arqueológicas, porque no se puede trabajar de la misma forma en
un yacimiento que se ha encontrado durante una obra, que en uno
que está al aire libre, dentro de una cueva o bajo el agua.
Secretos sumergidos
En el fondo del mar, de los
lagos y de los ríos los
arqueólogos también
pueden encontrar
yacimientos subacuáticos.
Excavar y recuperar los restos arqueológicos
que se localizan bajo el agua es toda una aventura, los
arqueólogos tienen que convertirse en buzos, quitar la arena
y el fango con grandes aspiradores y utilizar cámaras de
fotos, bolígrafos y papeles que funcionan bajo el agua.
III

excavando yacimientos
Dondequiera que se encuentre un yacimiento, todas las excavaciones tienen algo en común, y es que siempre tienen que ser un trabajo extremadamente
cuidadoso, como si el arqueólogo fuese un cirujano y el yacimiento un paciente que hay que operar sin equivocarse, porque una excavación, al igual que una
operación, no puede hacerse dos veces y si se hace mal es para siempre. Así que debe hacerse de forma científica, aunque, igual que el cirujano no trata de
la misma manera una apendicitis que un hueso roto, el arqueólogo tampoco excava de la misma forma en yacimientos diferentes.
Hay excavaciones que duran muchos años porque se hacen en yacimientos arqueológicos muy grandes
en los que todavía se ha descubierto muy poco, como Atapuerca, y hay excavaciones que duran menos
tiempo porque se hacen en yacimientos más pequeños que los arqueólogos excavan cuando encuentran
pistas en el paisaje que indican que allí se puede descubrir algo importante sobre nuestra Historia.
Pero también hay yacimientos que se excavan cuando corren peligro de ser destruidos,
porque se han encontrado al construir una carretera, un aeropuerto, la vía de un tren...
Cuando esto ocurre las excavaciones arqueológicas deben hacerse con urgencia, pero como
siempre con mucho cuidado, para recuperar toda la información posible sobre nuestro
Pasado antes de que continúen las obras.
IV

En una excavación arqueológica es muy importante recuperar la
mayor cantidad de restos posible, pero tan importantes son los
objetos como conocer exactamente dónde estaban y las
circunstancias en que se han encontrado, porque esa
información es la que permite al arqueólogo
investigar y averiguar cómo ha sido la Historia.
Por ejemplo, unos huesos de oveja encontrados
dentro de una casa y junto a herramientas para tallar
pueden indicar que los habitantes de la vivienda
fabricaban herramientas con huesos de animales, pero
si se encuentran en un hoyo junto con más huesos y
fragmentos de cerámicas rotas pueden indicar que
esos animales solamente se utilizaron como alimento.
Al excavar, los arqueólogos
tienen que deshacer las capas
de tierra que forman el
yacimiento para recuperar los
restos, así que el yacimiento va
desapareciendo según avanza la excavación y no se
puede volver atrás. Por eso suelen acabar rodeados
de dibujos y fotografías de los hallazgos, montones
de planos, fichas, papeles y cuadernos donde
anotan cada cosa que hacen para tenerlo todo bajo
control y no equivocarse.
Montones de planos,
fotos y dibujos
Para controlar el lugar exacto en el que aparecen los restos
arqueológicos a medida que avanza la excavación, los
arqueólogos utilizan un sistema parecido al juego de “hundir la
flota”. Dividen la zona de excavación en cuadrículas,
normalmente más pequeñas en las cuevas y yacimientos de
menor tamaño y más grandes en antiguas ciudades, villas
romanas o castillos, de manera que cuando se descubre un resto se puede controlar la
cuadrícula en la que ha aparecido y después se puede representar en un plano la localización
exacta de todos los objetos y ruinas,
midiendo hacia delante y hacia
atrás, hacia la derecha y
hacia la izquierda.
V

De una máquina excavadora a un pequeño pincel
Como hay muchos tipos de excavaciones y de restos arqueológicos, en los
yacimientos no siempre se trabaja de la misma manera ni con las mismas
herramientas, aunque en cualquier excavación el trabajo siempre debe hacerse
meticulosamente para recuperar los restos sin dañarlos.
En algunas excavaciones hace falta utilizar máquinas excavadoras para retirar
algunos restos muy pesados, como las grandes piedras de un castillo o de una
muralla, o para excavar las grandes capas de tierra y vegetación que se han
podido formar en la superficie del yacimiento. Pero salvo en casos excepcionales
como esos, el trabajo del arqueólogo es básicamente manual, y se utilizan
herramientas sencillas como picos, palas, cubos, carretillas, paletines, brochas o
pinceles, iguales a los que usan los albañiles o los jardineros, pinzas y bisturíes
como los que utilizan los médicos, e incluso herramientas de dentista para eliminar
la tierra alrededor de los restos más
delicados y trabajar
con más precisión.
Hasta el resto más
pequeño puede ser
importante para
descubrir algo sobre
la Prehistoria. Y para
que no se escape nada, en algunas
Hasta el más diminuto
de los restos
excavaciones los arqueólogos utilizan tamices, que son
como grandes coladores, para filtrar toda la arena y la
tierra que se ha excavado. Así se recuperan
fragmentos de huesos, dientes o pequeños restos,
como una cuenta de collar, que pueden haberse
extraviado entre la tierra al excavar.
VI
Y hoy en día los arqueólogos también utilizan herramientas tecnológicas y más
sofisticadas que son de mucha utilidad al excavar, como tabletas para tomar
notas, dibujar o hacer planos, cámaras y drones para hacer fotos, grabar
videos e incluso hacer reconstrucciones virtuales del yacimiento y de los
restos con ayuda de aplicaciones informáticas, y aparatos que funcionan con
un rayo láser para localizar la posición exacta donde aparecen los restos.

Una excavación y muchas ciencias
Los arqueólogos deben ser especialistas en Arqueología, pero en una excavación
pueden encontrarse muchos restos diferentes y hay que saber diferenciar si unos
huesos son de animales o son huesos humanos, si las rocas son naturales o
están talladas para fabricar una herramienta, distinguir recipientes de cerámica de
diferentes épocas, piezas de bronce y de hierro, una construcción muy antigua de
otra más reciente... Y para poder resolver estos problemas los arqueólogos deben
tener conocimientos que han desarrollado otras ciencias, como la Biología, la
Antropología, la Geología o la Física y la Química.
Además, para localizar los restos en el lugar exacto en el que han aparecido y poder
hacer planos hacen falta conocimientos de Topografía, para excavarlos y recuperarlos sin
sin que se estropeen, sobre todo los retos más delicados, hay que tener conocimientos de
Científicos que saben de todo
El trabajo en una excavación arqueológica es muy
complicado y hacen falta conocimientos de
muchas ciencias distintas. Y como nadie puede
saberlo todo, la excavación debe ser
necesariamente un trabajo de equipo que reúna a
investigadores cuyos conocimientos se
complementen, un geólogo, un antropólogo, un
fotógrafo, un dibujante, un topógrafo, un
restaurador... ¡Ah! ¡Y arqueólogos!
Conservación y Restauración, para documentar bien los hallazgos y poder estudiarlos hacen falta conocimientos de Dibujo y de
Fotografía, y para que toda la información quede bien archivada y organizada, y se pueda investigar después en el laboratorio, hay que saber utilizar
distintas aplicaciones informáticas. Así que para ser un buen arqueólogo y poder excavar hay que saber mucho de Arqueología, pero también hace falta
comprender y utilizar conocimientos de muchas otras ciencias que ayudan a investigar la Historia.
VII