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SALIR<br />
COMER EN EL<br />
MERCADO,<br />
UNA TENDENCIA EN BOGA<br />
Los viejos mercados de barrio se han reconvertido en espacios comerciales<br />
a los que no solo se va a comprar alimentos. Llenar la cesta de la compra<br />
se compagina ahora con excelentes propuestas gastronómicas<br />
TEXTOS: CARLOS MARIBONA<br />
No es algo nuevo,<br />
pero sí una tendencia<br />
que se extiende<br />
con fuerza: comer<br />
en el mercado. Tradicionalmente,<br />
los<br />
mercados, además de sus variados<br />
puestos de productos de alimentación,<br />
albergaban algunos pequeños<br />
bares o modestos restaurantes en los<br />
que se preparaban tapas, raciones o<br />
platos elaborados con ingredientes<br />
comprados allí mismo. Cualquier viajero<br />
que haya visitado los países de<br />
Iberoamérica, especialmente México<br />
o Perú, habrá podido encontrar estos<br />
puestos de comida popular, siempre<br />
muy frecuentados. En Tokio, el<br />
impresionante mercado central de<br />
pescado, Tsukiji, el más grande del<br />
mundo, tiene a su entrada algunos<br />
puestos donde se puede comer buen<br />
sushi a precios asequibles. Eso sí, por<br />
señas, porque los carteles están en japonés<br />
y los cocineros no hablan más<br />
idioma que el suyo. Pescado y marisco<br />
bien fresco, cortado con habilidad,<br />
buen arroz, una reconfortante sopa<br />
con la que los japoneses empiezan<br />
siempre sus comidas, y para beber, té<br />
verde. También en Europa es práctica<br />
habitual comer en el mercado. Por<br />
ejemplo, el coqueto Les Halles, en el<br />
centro de Lyon, alterna sus puestos<br />
de productos gourmet con una serie<br />
de restaurantitos y bares donde sirven,<br />
sobre todo, una amplia variedad<br />
de ostras y otras delicias del mar que<br />
se pueden regar con una copa de vino<br />
blanco o de champán. Una práctica<br />
habitual también en los mercados<br />
de París. En España, esta tradición<br />
de comer entre puestos ha tenido<br />
siempre su máximo exponente en<br />
el mercado barcelonés de La Boquería,<br />
con algunos establecimientos<br />
populares, conocidos como «paradas»,<br />
que aprovechan al máximo la<br />
proximidad a las mejores materias<br />
primas para elaborar platos sencillos<br />
que congregan, frente a su pequeña<br />
barra, a los mejores gourmets. El<br />
más conocido de todos es Pinotxo,<br />
siempre abarrotado, con algunas<br />
mesas altas en la calle y un espacio<br />
mínimo en el interior, en el que se<br />
sirven los platos del día, desde unos<br />
garbanzos con butifarra o un guiso<br />
de chipirones con habas hasta unas<br />
01. Pionero. El Mercado de San Miguel fue el primero en fusionar la compra de<br />
productos frescos con la degustación gastronómica.<br />
02. Mercado de San Antón. Ubicado en el barrio madrileño de Chueca, conserva<br />
una estructura más tradicional.<br />
01<br />
costillitas de cordero, siempre en<br />
función de la temporada. Allí puede<br />
verse a intelectuales, artistas, políticos,<br />
conocidos cocineros, turistas<br />
y todo tipo de gente a la que le gusta<br />
comer bien.<br />
Lo que hasta ahora ha sido una<br />
tradición ligada a lugares muy<br />
concretos se ha convertido en los<br />
últimos años en una tendencia imparable.<br />
Ayudada por los nuevos<br />
hábitos sociales que imponen una<br />
mayor informalidad y precios más<br />
asequibles a la hora de comer, se impone<br />
la moda de recuperar los viejos<br />
mercados de barrio y convertirlos<br />
en espacios gastronómicos donde<br />
se puede comprar desde el producto<br />
más básico hasta la más refinada<br />
delicatessen, con lugares específicos<br />
también para comer allí mismo. El<br />
público de hoy en día rompe con la<br />
rigidez de una sala, con la formalidad<br />
que esta impone, y en muchas<br />
ocasiones prefiere otro estilo, alejado<br />
de una carta que casi obliga a elegir<br />
una entrada, un plato principal y un<br />
postre. Y es esa informalidad la que<br />
lleva hacia este nuevo modelo de<br />
mercados gastronómicos. Espacios<br />
comerciales a los que la gente ya no<br />
va solo a comprar alimentos para su<br />
casa. Llenar la cesta de la compra<br />
se compagina ahora con excelentes<br />
experiencias gastronómicas. El<br />
pionero de esta tendencia ha sido el<br />
madrileño Mercado de San Miguel,<br />
48 WWW.ABC.ES. JULIO DE 2012