Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Mi mente es prodigiosa—dijo mientras, sentando el filo de la cama, me daba la espalda.<br />
—Bueno, eso lo acabo de confirmar, pero en serio, jamás creí que te enfocarías en algo<br />
de tan poca importancia como un vestido.<br />
—Un color vino es imposible de olvidar – dijo–. Me encanta el vino.<br />
—Vaya que te encanta – confirmé cubriéndome con la sábana, no había caso, el daño<br />
estaba hecho, pero ahora, odiaba esta sensación, porque me sentía vacía, sucia y con mi<br />
dignidad por los suelos.<br />
—¿No tuviste problemas para venir hasta aquí, Pan?—me saca de mis pensamientos. Él<br />
debe estar pensando lo mismo que yo, porque casi siempre después del coito, hace eso.<br />
Se sienta al borde del lecho, y solo mira a la nada.<br />
—No, ninguno – murmuré.<br />
¿Quién me lo iba a preguntar de todos modos?<br />
Yo, al parecer, no tengo cabida en su mundo.<br />
—Iré a darme una ducha – comenté levantándome de la cama, envolviendo la sábana a<br />
mi cuerpo, caminé por el pasillo con rumbo al cuarto de baño, sabiendo a ciencia cierta<br />
que sus ojos me miraban en cada paso–. Lo harás luego – sentencié adentrándome en el<br />
baño y cerrando la puerta detrás de mí.<br />
El daño ya está hecho, no tiene caso sentirse una mierda ahora.<br />
Con algo de prisa, tomé el bote de shampoo y acondicionador que había traído<br />
encapsuladas en mi bolso, el cual estratégicamente había dejado en el baño, y me di una<br />
ducha bastante rápida, teníamos poco tiempo y el mismo se agotaba. Mirando mi reloj a<br />
prueba de agua, noté que faltaba poco de menos de quince minutos para dejar todo lo<br />
vivido en esta habitación y ser yo de nueva cuenta.<br />
Me enfundé en el vestido color negro que había traído como respaldo, retoqué mi<br />
maquillaje solo un poco y agregué un poco de color a mis labios, los mismos que tenían<br />
una pequeña mordida en la comisura. Nada que el labial no pudiese ocultar muy bien, con<br />
un ligero tono carmín, la “imperfección” o mejor dicho, la prueba de mi infidelidad estaba<br />
sellada completamente, y nadie a no ser que fuera un brujo o alguien con un ojo biónico,<br />
podría notarlo.