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Capítulo 1

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<strong>Capítulo</strong> 1.<br />

Por Kamisama, sé que esto es descabellado, sé que esto está en contra de todo lo que creo<br />

y todo lo que siempre me han enseñado y he defendido, pero sé que como el infierno, se<br />

siente tan bien, me siento viva, me siento deseada, y en sus brazos puedo dejarme<br />

corromper por la ola de lujuria y pasión que él causa en mí.<br />

Irás al infierno, Son Pan.<br />

Me dice mi subconsciente, pero decido mandarla al diablo, para tan solo disfrutar y<br />

perderme en este mundo de exquisitas sensaciones que él logra darme con solo pasar un<br />

brazo por mi cintura y hundir su nariz en mi cuello. Absorbe mi aroma, dice que es<br />

excitante, dice que es como un afrodisiaco que lo ha traído hasta donde está ahora.<br />

Sé que esto es inmoral, sé que es un pecado todo lo que estoy haciendo, y que no debería<br />

sentir lo que estoy sintiendo, pero ¿Qué se le va a hacer? Es lo que siento, es como me<br />

siento cuando estoy con él, me vuelve loca con una de sus miradas, la sensación de<br />

felicidad cada vez que recuerdo sus ojos, su voz, su tacto sobre mi ardiente piel.<br />

Aun si alguien leyera mis pensamientos estoy segura que nadie lo entendería, nadie que<br />

no haya pasado por lo que estoy pasando en este momento, sería capaz de comprender la<br />

dimensión de este deseo prohibido, nada sano, enfermizo y desquiciante que me ha hecho<br />

perder la cordura, pero que me ha dado más satisfacción y placer que todo lo antes vivido.<br />

Pero, sé que no lo entiendo al mismo tiempo, es un mundo diferente, es algo desquiciante,<br />

lleno de adrenalina, lleno de vida, algo que me incentiva a ir por más, y hace que mi<br />

corazón lata desbocado. Es un mundo que me asusta en extremo.<br />

—Tienes una piel exquisita – susurra en mi oído y todo de mí se estremece por ese alago.<br />

—¿En serio? – inquiero.<br />

—Hueles increíblemente bien. Seré breve porque se extrañarían de no estar allí, de otro<br />

modo, te tomaría enteramente mía.<br />

—Entonces solo hazlo. Por llegar unos minutos tarde, no se extrañarán.<br />

—Esperaba que dijeras eso, Pan.<br />

Al igual que en otras ocasiones, mi amante se concentra en lo que quiere, ser egoísta<br />

conmigo, ser egoísta con mi cuerpo, pero siempre siendo recíproco en darme el mismo


placer que creo yo, causo en él. Así que, casi siempre me oigo suplicando internamente<br />

que no se vaya, que se quede conmigo para el tiempo necesario, incluso sé que iré al<br />

infierno, pero de una manera enfermiza, espero que él vaya conmigo, porque sé que no<br />

será aburrido, sé que con él, hasta el averno podría ser entretenido.<br />

Definitivamente me he enloquecido, me ha vuelto loca justo ahora.<br />

Es eso, no le encuentro otra explicación, me ha desquiciado o me he desquiciado sola,<br />

pero se siente realmente bien, se siente adrenalina, vida, se siente jodidamente bien en<br />

cada sitio donde él acaricia, aprieta, toca, solo para volverme loca en este momento.<br />

Su mano asciende por mi pierna y su sublime boca toma posesión de la mía, con gula,<br />

con fuerza y lujuria en cada beso. Muerde mi labio inferior y pasando toda la extensión<br />

de su mano por detrás de mí oreja, me acerca más a él, para profundizar nuestro enlace.<br />

Siento sus dedos perderse en mi nuca solo para apretarme a su codiciosa boca que siempre<br />

me lanza comentarios desafiantes, comentarios que hacen que despierte de la eterna rutina<br />

y soledad, para tan solo despertar y demostrarle que no soy tan niña como él cree.<br />

Mirando su cabello, por demás extraño, solo me permito apretar las sábanas a cada lado<br />

de mi cuerpo y cederle el control. Él ya se lo espera y su agarre es profuso. Casi puedo<br />

sentir su sonrisa socarrona en mi vientre.<br />

¿Cómo es posible que con un simple toque en mi piel, esta llega a encenderse en llamas?<br />

Realmente no lo entiendo, no sé lo que sea, pero es un fuego del cual nunca me canso.<br />

Sus besos, sus caricias sobre mis labios deseosos de su atención hacen que parezca tan<br />

locamente enamorada que hasta a mí misma me asusta.<br />

Pareces una adolescente, Son Pan.<br />

Retorna a recriminarme mi subconsciente, pero al igual que siempre, la mando a la<br />

mierda.<br />

¿Y ese cambio? Debo decir que te ves hermosa. No había visto esa sonrisa en ti en<br />

mucho tiempo.<br />

Eso es lo que al menos, muchos dicen, que he tenido un pequeño cambio, pero ellos<br />

realmente no saben el mundo que este hombre ha traído a la vida. La sensación de sentirse<br />

con energía, con una fuerza abismal que es capaz de destruir planetas si yo así lo quiero.


—No te muevas—ordena, conociéndose totalmente el dueño de mi cordura, mis actos,<br />

mi lujuria, mis estremecimientos, mientras yo solo atino a perderme en sus ojos, los<br />

mismos que me han traído hasta aquí. Completamente desquiciada, y con todo el acto de<br />

decencia de mí, que se ha ido por un caño.<br />

Contemplando sus ojos una vez más, antes de que se dirija a mi entrepierna, decido que<br />

no hay cosa en este mundo que quiera más, que lo que ahora está sucediendo.<br />

“¿Y ese vestido?”<br />

“Es para la fiesta”<br />

“Solo quiero arrancártelo”<br />

Apenas sí lo había dicho y a mí ya me temblaban las piernas. No entiendo cómo es que<br />

puede tener ese control totalitario sobre mí, y doblegar mi voluntad, hasta el punto de<br />

fingir tan bien quién es él realmente y lo que significa para mí.<br />

“De hecho. Tengo otro en la bolsa”<br />

Una sonrisa completa no tardó en aparecer apenas si escuchó eso salir de mi boca. Y es<br />

que todavía no comprendo cómo es que puede hacer el amor mejor que cualquiera. Como<br />

ningún otro, y lo escribo en piedra sin ser experta en esto, ya que en mi vida, solo he<br />

tenido un hombre, y aunque él es el segundo, para mí, ahora representa todo lo que me<br />

importa, todo lo que tiene sentido, y siento que es solo para estar entre sus brazos el<br />

motivo de mi existencia.<br />

No soy una maldita sumisa, de hecho, esa fue una de las razones por las cuales nos<br />

compenetramos tan bien, pero es innegable no decir que él tiene el don de hacer que<br />

alguien se sienta especial, querida en realidad.<br />

Nunca sumisa ante él, mis pensamientos, por mi orgullo, él nunca lo oirá en voz alta, pero<br />

es lo que siento.<br />

—Tenemos una hora. Antes de que llamen— anuncia y yo solo doy un cansado suspiro.<br />

Ojalá nunca hubiese dicho eso, solo me hizo pensar que largarme de aquí para nunca<br />

volver sería lo mejor.<br />

—Lo sé – contesto.


—Sabes que tengo razón – suelta cuando ha evaluado que me he enfadado por su anterior<br />

comentario, pero es que ese comentario fue un puñal a mi corazón, en especial porque sé<br />

a quienes se refiere.<br />

El solo sentirme hipócrita cuando lo tenga de frente, como siempre, hace que me den<br />

ganas de largarme a vomitar, porque sé, le estoy haciendo daño, sé que estoy siendo una<br />

maldita y le estoy viendo la cara de imbécil y cuernudo, pero él no puedo culparme por<br />

ninguna de mis decisiones.<br />

Quizá sea la maldita mujerzuela, para la cual, lo que tiene no es suficiente, pero en parte,<br />

la culpa es también de él.<br />

Siempre es la misma sensación de sentirme asqueada conmigo misma, y querer olvidar<br />

todo esto, decirle que nos vayamos, decirle que quiero que desaparezcamos por un<br />

tiempo, irnos a un lugar lejos de todos, o al menos eso era, cuando todo esto no era tan<br />

intenso como ahora, al menos todo eso pensaba cuando todo esto no se tornó tan<br />

jodidamente imposible de abandonar.<br />

“Te esperaré allá, Pan.”<br />

“Ah, pero creí que iríamos jun…”<br />

“La reunión empieza a las ocho. Te veo allí. Iré con esmoquin negro, busca un vestido<br />

a la par.”<br />

Solo tendrás que ir, sonreír, y poner tu cara de: Aquí no pasa nada.<br />

Toda mi vida es un jodido cuento de hadas. Dinero no carezco, no dependo, al menos no<br />

totalmente de él, gracias a mi propio esfuerzo, tengo una carrera que me da dinero, nadie<br />

pude decir que soy una arribista, porque no lo soy.<br />

Mirarlo de nuevo me da pena.<br />

Sé que soy una perra, por siquiera tener esa concepción pero – Quizá si lo analizo bien—<br />

Esa soy yo, quizá yo fui la que inconscientemente lo orientó a que él haga esto, caso<br />

contrario, nunca en su vida, lo habría hecho.<br />

Este hombre ha hecho que llegue a extrañarlo en demasía, ha hecho que toda yo arriesgué<br />

todo, aunque no sé si realmente lo que tenía valía la pena de todos modos, arriesgamos


todo, todo para disfrutar de estos tortuosos momentos, en la intimidad de una habitación,<br />

donde ojos inquisidores jamás sabrán de esta locura.<br />

Nunca antes habría pensado en verme a mí misma de esta manera, pero es curioso cómo<br />

suceden las cosas y pensar que si no está él, no le veo el caso de arreglarme<br />

impresionantemente como debe ser, no quiero impresionar a nadie más que no sea él, y<br />

por decirlo menos, me tiene esperando una de sus llamadas para vernos clandestinamente,<br />

de todas maneras, no le debo explicaciones a nadie, por así decirlo.<br />

Es gracioso intentar explicar cómo me siento cuando él está cerca o cuando me tiene así,<br />

aferrada a su pecho, con su cara perdida en el nacimiento de mis senos, con su cabello<br />

haciéndome cosquillas en mi cuello y su barba de tres días picando mi mediastino. Es<br />

algo tan raro el tratar de explicar, porque sé que si alguien lo supiera, sería capaz de<br />

mandarme a la Santa Inquisición por hereje.<br />

Luchando por no sucumbir a las sensaciones cuando él ha pasado sus manos por toda la<br />

extensión de mi trasero, enrosco mis brazos en su cuello, su pasión se desata cuando paso<br />

mis dedos por su cabello, lo siento estremecerse, y me congratulo al saberme la<br />

responsable de que sus músculos y abdominales de cada parte de su cuerpo se tensen a<br />

tal punto que se vuelvan sensibles.<br />

—Pan… — sisea entre dientes, pero mis dedos ahora bajan por la línea natural de su<br />

espalda que divide sus omóplatos demasiado trabajados. A mi paso, algunas huellas de<br />

batalla convertidas en cicatrices chocan contra las yemas de mis dedos. Arañando con<br />

mis uñas siento que el hombre en cuestión está colocando todo de sí mismo para evitar<br />

apretarme a él con la fuerza con la cual podría destrozarme todos los huesos del cuerpo,<br />

lo ha intentado antes, y sé, es poderoso, pero yo, nunca le he decepcionado, he sabido<br />

soportar la presión de su pasión sobre mí.<br />

En especial en situaciones como las de ahora: Ansiosos y con poco tiempo para volver a<br />

nuestras vidas reales, con las personas con las cuales debemos estar, para volver a sonreír<br />

y tratar de aparentar tener una vida normal.<br />

Después de unas cuantas embestidas a mi cuerpo, colapso echando mi cabeza hacia atrás,<br />

y arqueando mi cuerpo para quedar en contacto casi invasivo, casi como una fusión con<br />

él.


Después de colapsar en mí, rodó a un lado de la cama y ahora tomó su sitio favorito –<br />

Según yo – al lado izquierdo de la cama, con las sábanas desarregladas al pie de la misma,<br />

él se coloca completamente desnudo con la cabeza apoyada en su brazo derecho sobre la<br />

almohada blanquecina mientras yo también me coloco a su lado, con una mano<br />

sosteniendo el peso de mi cabeza y la otra, acariciando su oreja, su mandíbula, su cuello,<br />

pasando mis dedos por su toda la extensión de su nuca, mis ojos se conectan con los<br />

suyos, enmarcados en largas pestañas y de ojos que me miran un tanto extrañados, de<br />

seguro por la sonrisa en mi cara.<br />

Sus labios marcan una línea muy recta, sus ojos me vuelven a evaluar, moviéndose de<br />

mis ojos a mi boca, pero dejándome acariciarlo.<br />

Pasando una de mis piernas por sobre las suyas continuó con mi inspección de sus<br />

facciones.<br />

—Debemos apresurarnos – cortó el momento tomando mi mano, pensé que la apartaría<br />

de su rostro, pero al contrario de otras ocasiones, él depositó un beso en mis dedos sin<br />

dejar de mirarme.<br />

—¿Qué pasa? – pregunté extrañada por ese acto.<br />

—Nada, no preguntes. No seas tan curiosa.<br />

—Pero lo soy – repliqué–. Soy muy curiosa, y quiero saber el porqué de eso.<br />

—Solo lo hice y punto.<br />

—Me gusta cuando eres espontáneo.<br />

—Es algo recíproco— soltó levantándose de la cama.<br />

—¿Eh? – No entendí lo que quiso decir.<br />

—Usaste ese vestido solo para mí. Nunca antes te lo vi puesto.<br />

—No creí que te fijaras en cosas tan banales – repliqué.<br />

—Si no fuera así, no estaríamos aquí – en silencio, he aceptado que tiene toda la jodida<br />

razón.<br />

Esa fue una de las razones principales para iniciar esto.<br />

—Lo sé, pero realmente no creí que te fijaras en lo que visto o no.


—Mi mente es prodigiosa—dijo mientras, sentando el filo de la cama, me daba la espalda.<br />

—Bueno, eso lo acabo de confirmar, pero en serio, jamás creí que te enfocarías en algo<br />

de tan poca importancia como un vestido.<br />

—Un color vino es imposible de olvidar – dijo–. Me encanta el vino.<br />

—Vaya que te encanta – confirmé cubriéndome con la sábana, no había caso, el daño<br />

estaba hecho, pero ahora, odiaba esta sensación, porque me sentía vacía, sucia y con mi<br />

dignidad por los suelos.<br />

—¿No tuviste problemas para venir hasta aquí, Pan?—me saca de mis pensamientos. Él<br />

debe estar pensando lo mismo que yo, porque casi siempre después del coito, hace eso.<br />

Se sienta al borde del lecho, y solo mira a la nada.<br />

—No, ninguno – murmuré.<br />

¿Quién me lo iba a preguntar de todos modos?<br />

Yo, al parecer, no tengo cabida en su mundo.<br />

—Iré a darme una ducha – comenté levantándome de la cama, envolviendo la sábana a<br />

mi cuerpo, caminé por el pasillo con rumbo al cuarto de baño, sabiendo a ciencia cierta<br />

que sus ojos me miraban en cada paso–. Lo harás luego – sentencié adentrándome en el<br />

baño y cerrando la puerta detrás de mí.<br />

El daño ya está hecho, no tiene caso sentirse una mierda ahora.<br />

Con algo de prisa, tomé el bote de shampoo y acondicionador que había traído<br />

encapsuladas en mi bolso, el cual estratégicamente había dejado en el baño, y me di una<br />

ducha bastante rápida, teníamos poco tiempo y el mismo se agotaba. Mirando mi reloj a<br />

prueba de agua, noté que faltaba poco de menos de quince minutos para dejar todo lo<br />

vivido en esta habitación y ser yo de nueva cuenta.<br />

Me enfundé en el vestido color negro que había traído como respaldo, retoqué mi<br />

maquillaje solo un poco y agregué un poco de color a mis labios, los mismos que tenían<br />

una pequeña mordida en la comisura. Nada que el labial no pudiese ocultar muy bien, con<br />

un ligero tono carmín, la “imperfección” o mejor dicho, la prueba de mi infidelidad estaba<br />

sellada completamente, y nadie a no ser que fuera un brujo o alguien con un ojo biónico,<br />

podría notarlo.


Conecté la secadora al enchufe y empecé mi proceso de secado de cabello, pronto la<br />

puerta se abrió y con una media sonrisa en la cara, él ingresó con una toalla alrededor de<br />

sus caderas, pasó de mí y se adentró en la ducha para asearse. La humedad empañaba el<br />

espejo en el cual estaba mirándome, así que decidí esperarlo fuera.<br />

Al salir noté que las almohadas estaban en su posición inicial, y supe que todo había<br />

vuelto a empezar. Todo estaba en estado “Normal”. También noté que en el buró lateral,<br />

un terno en color negro, al igual que una camisa sin corbata estaba allí. Caminando hacia<br />

la entrada de la habitación, encontré mis zapatos de tacón, en seguida me los coloqué,<br />

cuando me estaba colocando los aretes sobre los orificios de las orejas, él hizo aparición<br />

y entonces sí que sonrió desafiante.<br />

—¿Es tu color favorito? – preguntó–. Te luce bien—dijo refiriéndose a mi vestido.<br />

—Bueno, no soy la única a la cual le gusta el color negro – argumenté con mi dedo<br />

señalando la muda de ropa que estaba ahora desdoblada sobre la cama, con él, enrollado<br />

en una toalla blanquecina alrededor de las caderas.<br />

—Es un color… agradable – confesó mientras me dio la espalda y ascendía el calzoncillo<br />

sobre sus piernas—. No mires—dijo al sentirse observado.<br />

—Está bien, no miraré – dije dándome la vuelta—. De hecho, te dejo, debo irme— con<br />

mi abrigo color caqui, ya sobre los hombros, tomé mi bolsa, guardé cada cosa que usé y<br />

entonces sí que me despedí de él, dejándolo solo para que se vistiera y pudiera ir a la<br />

dichosa fiesta.<br />

Todo fue tan deprisa que ahora me encontraba sentada en el asiento del auto, esperando<br />

a que fuera la hora prevista para esperar la llamada o el mensaje que me preguntaría en<br />

dónde estaba.<br />

El cuál por cierto, no tardó en llegar.<br />

[¿Dónde estás? Ya estoy en casa de mis padres. Date prisa]<br />

Guardando el celular en el bolsillo de mi abrigo, inspiré profundamente cerrando los<br />

ojos.<br />

Pon la sonrisa en la cara y todo estará bien.


Haciéndole caso a mi subconsciente — lo hacía cuando me convenía— salí del auto que<br />

había parqueado totalmente lejos de la entrada principal de Capsule.<br />

—Wow. Es un Audi R8 Spyder – murmuró un chico peli rojo que me vio bajar de allí, lo<br />

dijo totalmente emocionado al ver el coche negro<br />

—Es el último modelo de la compañía Capsule – dijo otro chico que lo acompañaba<br />

mientras se quedaban embobados mirando el coche de chasis negro, de vidrios<br />

polarizados, asientos de cuero sintético y sistema inteligente empotrado en el tablero.<br />

—Wow, y mira, es precioso, solo lo había visto en internet o en revistas pero ahora sí que<br />

creo que puedo morir en paz, ahora sí ya lo he visto todo – murmuró el chico de<br />

aproximadamente trece años, exagerando la situación.<br />

—Vaya que sí — comentó su compañero rubio.<br />

—Lo siento chicos—interrumpí el coloquio de los jóvenes—, pero debo encapsular a este<br />

bebé – solté con una media sonrisa y ambos jóvenes solo rieron por mi comentario.<br />

—Vaya, señorita, su auto es increíble – me alagó el chico rubio.<br />

—Gracias, pero ahora, el auto increíble—bufé—. Tiene que guardarse—comenté<br />

activando el sistema de encapsulamiento—. Adiós jóvenes – me despedí de ellos para<br />

adentrarme en Capsule.<br />

Con paso apresurado caminé por los adoquines que marcaban el camino hacia la parte<br />

trasera, lugar dónde siempre se hacían las fiestas.<br />

—Hija, que alegría que estés aquí – soltó mi mamá apenas sí me vio aparecer.<br />

—Hola, mamá – saludé con un beso en la mejilla. – Ah, ¿Trunks ya llegó?<br />

—Sí, está por allí, con Bulma.<br />

—Ah – confirmé simplemente colocándome a su lado— ¿Y papá? ¿Dónde está él?<br />

—Él está con tu abuelo, ya sabes, de seguro en la cámara de gravedad de Vegeta—<br />

contestó mi madre.<br />

—¿Vegeta está aquí? – inquirí con una mano en la copa con agua que me ofreció un<br />

mesero—. Es extraño, no le gustan estas cosas.


—Por ser aniversario de la compañía, tenía que, pero cambiando de tema, déjame decirte<br />

que creo que los que hicieron esto, sí que hicieron un gran trabajo para…<br />

—¡Pan. Por fin llegas!—Ni lo vi venir, y prácticamente Bra me estaba abrazando<br />

efusivamente por la espalda—. Debes entrar, no es divertido ser la única allí dentro.<br />

—Hola Bra. A mí también me alegra verte—bufé un poco con ella, y solo recibí un ceño<br />

fruncido que me hacía recordarlo—. Ahora sí, dime ¿Qué ha pasado?<br />

—Nada en especial, solo me sentía sola allí dentro, pero ¿Qué hacían aquí fuera? Ustedes<br />

deben estar dentro.<br />

—Solo me quedé aquí para esperar a Pan – contestó mi madre—. Además, los muchachos<br />

fueron a entrenar con Vegeta-san en la cámara de gravedad. Hombres, ya sabes cómo son,<br />

Bra.<br />

—Ya veo, y sí, sé cómo son – Bra solo pudo sonreír por el comentario de mi mamá—.<br />

Pero bueno, ellos vendrán luego, conociendo a mi padre y a los muchachos, de seguro<br />

prefieren la cámara a todo esto, pero eso no va a arruinarnos la noche. Vamos, Señoritas,<br />

dentro está la diversión.<br />

Prácticamente Bra nos arrastró dentro.<br />

—Pero ¿Dónde demonios está Trunks?—siseó discretamente.<br />

—No lo sé – dije mirando el elegante salón que había sido adecuado para una pequeña<br />

sesión de conmemoración por los años que tenía Corporación Capsule, después de una<br />

pequeña cena, todos disfrutarían de un baile y de allí, cada quién a su casa.<br />

—Debo decirte que tu vestido me encanta, Pan – dijo Bra con la sonrisa en la cara<br />

mientras sus ojos barrían mi cuerpo entero— ¿Es de Gucci? ¿Cierto?<br />

—Sí, confesé – era oficial, a Bra Briefs, nadie podría ganarle si de moda se trataba—<br />

Bruja. Me has descubierto.<br />

—¿Lo escogiste por ti misma, Pan?—preguntó inquisidora.<br />

—Pero claro que sí, tu pregunta me ofende, Bra – dije entornando mis ojos maquillados<br />

con máscara de pestañas y finas líneas de delineado.<br />

—No lo decía por eso, sino que Trunks viene enteramente de negro. Kamisama, ustedes<br />

sí que combinan ropa – bromeó.


—Solo coincidencia, Bra – argumenté en mi defensa.<br />

Caminamos entre la gente para llegar a la mesa principal. La mesa de los miembros que<br />

integraban la familia dueña de C.C. Allí ya se encontraba Bulma, en un precioso vestido<br />

blanco hueso que le quedaba de infarto a la silueta que ella tenía.<br />

—Oh, pero por fin llegan – comentó sonriente, levantándose de su asiento para recibirnos<br />

con un beso en la mejilla—. Por Kamisama, parece que seremos solo las cuatro mujeres<br />

esta noche, los muchachos han desaparecido – dijo tratando de sonar graciosa, cosa que<br />

logró, ya que todas nos reímos.<br />

—Sra. Briefs. El Sr. Briefs la busca – le informó un empleado con un auricular en su oído<br />

y una tableta en las manos.<br />

—Oh, el trabajo de nuevo – enfatizó Bulma, totalmente relajada y burlesca, cosa que de<br />

nuevo, nos sacó otra risa—. Regreso enseguida.<br />

Después de unos minutos, los muchachos aparecieron y se sentaron en la mesa redonda<br />

con un cuadrado en la mitad que contenía la insignia de CC, alrededor de ella, crisantemos<br />

adornaban la mesa.<br />

—Perdón por la tardanza, pero ya estoy aquí – dijo Bulma, sentándose nueva cuenta.<br />

—¿Algo grave, Bulma? – preguntó mi abuela, quien recién se nos había unido.<br />

—No, solo era cuestión de saludar a unos posibles socios importantes, lo típico, establecer<br />

relaciones comerciales.<br />

—Tu trabajo parece sumamente agotador, Bulma – comentó mi abuela.<br />

—No, no lo es, es más, Trunks los saludó antes que yo, así que, siendo él, el presidente<br />

de la empresa, él es el que tiene que cargar con toda la responsabilidad.<br />

—Buenas noches – dijo el antes mencionado, mi vista en enfocó en Trunks y él solo me<br />

dio una media sonrisa—. Hola—me saludó, para luego sentarse a mi lado.<br />

—Hola—también saludé con una sonrisa en su dirección, ante lo cual, mi tío Goten solo<br />

soltó un par de comentarios burlescos relacionados al acto.<br />

—La fiesta empezará en media hora, así que todavía tenemos tiempo para que Vegeta<br />

venga. Oh, pero miren, allí está – indicó discretamente Bulma, y todos giramos en la<br />

dirección que ella dijo.


—Más vale que la comida sea buena – murmuró cuando ya se encontraba frente a<br />

nosotros.<br />

—¿Solo viniste por eso? Por Kamisama, ya cambia hombre – siseó Bulma con el cejo<br />

fruncido mientras bebía el contenido de su copa con vino.<br />

—Hm – dijo sentándose al lado de Bulma—. ¿Dónde está Kakaroto?<br />

—Él regresará, fue al tocador – le informó mi abuela.<br />

—Buenas noches, perdón por la tardanza – se disculpó mi abuelo, haciendo presencia y<br />

sentándose al lado de mi abuela–. Hola Pan – saludó con su típica sonrisa entusiasta.<br />

—Hola, Abuelo.<br />

Pronto una suave música clásica llenó el ambiente, más que antes, porque ahora sí que se<br />

daría el inicio al evento.<br />

—¿Pan?<br />

—¿Sí? – Le contesté al hombre a mi lado, enfundado en un traje negro íntegro.<br />

—Nena, lamento no haber podido ir por ti, pero las cosas se complicaron un poco en el<br />

trabajo – se disculpó Trunks conmigo mientras sus dedos depositaban el celular con la<br />

pantalla aun encendida sobre la mesa—. De verdad lo siento, pero el trabajo…<br />

—Lo sé, Trunks. No es necesario disculparte –interrumpí—. Disfrutemos de la fiesta. No<br />

te preocupes.<br />

—Sres. Briefs. Por favor, una fotografía para la revista LEO.<br />

—Ah – dudé en hacerlo, pero enseguida Trunks me guiñó un ojo, y giré para que el<br />

fotógrafo tomara su artículo y se fuera, porque de eso se trataba todo, tomaría la foto, él<br />

iría a su casa, escribiría un artículo y al día siguiente o a la semana siguiente, depende de<br />

cuando saldría el volumen o la edición de la revista, nuestra foto saldría publicada.<br />

—Muchas gracias – dijo cuando terminó su trabajo–. Sr. Briefs, con todo el respeto, usted<br />

tiene una esposa muy hermosa – me alagó el hombre y yo solo pude dar una ligera<br />

reverencia—. En verdad, Sra. Briefs. Un placer haberla conocido en persona ¿Podría<br />

darme su autógrafo, por favor? Es que usted es la mejor escritora de suspenso que he<br />

leído— volvió a alagarme e inevitablemente, no pude evitar firmarle en uno de mis libros<br />

que el hombre sacó de un bolso de correa cruzada.


—Ah, muchas gracias – me sonrojé por el comentario. – Para…<br />

—Karl Smith—dijo.<br />

—Con todo el cariño del mundo, para mi amigo: Karl Smith – escribí en la primera hoja<br />

en blanco.<br />

—Ah, perdón por la intromisión, disculpe si la molesto, pero por Kamisama, no puedo<br />

perder esta oportunidad. Dígame ¿Saldrá el nuevo libro para finales de este año?<br />

—Ah, la verdad, la editorial es la que decide todo eso. Entenderás que no puedo darte esa<br />

información, pero dentro de un mes se anunciará la fecha oficial de lanzamiento, lamento<br />

no poder darte más información.<br />

—Oh, ya veo, de todas maneras no importa, esperaré pacientemente, Sra. Briefs. Vale la<br />

pena leer sus libros, en verdad, son excelentes.<br />

—Sumamente agradecida – volví a reverenciar.<br />

—Disfruten su velada – dijo para acto seguido desaparecer de allí.<br />

—Que amable – dijo Trunks retornando su vista a mí.<br />

—Tengo una sobrinita famosa – dijo Goten mientras me veía con su ceja levantada.<br />

—Pan– el solo timbre de voz, hizo que mis piernas temblaran.<br />

—¿Sí, Vegeta-San? – contesté en su dirección.<br />

—Ya que mañana es domingo, iremos a entrenar en la habitación del alma y del tiempo…<br />

—Agh, tú y tus entrenamientos, Vegeta – siseó Bulma, molesta por el ofrecimiento que<br />

su esposo había hecho.<br />

—Como decía – espetó Vegeta un tanto irritado— ¿Vienes o no? Lo mismo va para ti,<br />

Trunks.<br />

—Papá, realmente yo quiero descansar mañana, ha sido una semana ajetreada—se excusó<br />

Trunks.<br />

—Hm. descansar – murmuró Vegeta mientras rodaba los ojos. Uno a uno fueron<br />

aceptando, menos Trunks y Goten.


—Yo si voy – contesté dándole mi mirada decidida—. De todas maneras, mañana no<br />

tengo nada que hacer.<br />

—Bien – dijo el hombre con sus eternas medias sonrisas en la cara y un gesto que solo<br />

me mostraba en la intimidad, temblé en extremo cuando Vegeta me dio esa mirada<br />

decidida que siempre tenía para mí—. Al parecer, Pan y Bra tienen más cojones que<br />

muchos aquí.<br />

—¡Vegeta! – llamó la atención Bulma.<br />

—Es la verdad, yo no me callo, porque lo es, y todos en esta mesa lo saben. Nos veremos<br />

a las siete de la mañana, entrenaremos todo el día. Pan—me dijo el hombre enfundado<br />

enteramente en el traje negro que horas antes vi tendido en la cama de esa habitación.<br />

Tuve que fingir muy bien, para que no se notara que, literalmente, el desgraciado lucía<br />

increíblemente apuesto en ese traje.<br />

—¿Sí, Vegeta-San? – cruzando una pierna sobre la otra, controlé un poco los latidos de<br />

mi corazón.<br />

Tranquila, nadie sabe, solo es una sana invitación a un entrenamiento.<br />

—No te atrevas a no ir– amenazó el hombre causante que justo ahora el corazón me lata<br />

desbocado de la preocupación de que alguien pudiese leer mi mente, y saber qué somos<br />

realmente.<br />

—Nunca le fallaría, Vegeta-San—estaba siendo una completa descarada, es más, no<br />

habían palabras que pudieran definirme o definir esta situación. El tener a mi esposo a mi<br />

lado, y a mi amante en mi frente, pero no era lo peor del asunto, sino que mi amante, era<br />

el padre de mi esposo, era Vegeta.

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