REVISTA DIGITAL #05 YoConciencia.com MARZO 2017

Solo
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el Venado
...se puede
saber lo
que pesa
estrellas que lo cobijan en la noche, de los
manantiales cristalinos que reejarían
románticamente sus imágenes, de sus
exquisitas aguas, del aire fresco del monte,
lleno de oxígeno, de la graciosa manera en que
camina el venado, como si fuera un bailarín
de ballet, del dulce canto de los grillos y los
pajarillos silvestres, en n, ¡píntesela bonito!
El compadre se entusiasmó y siguió el
consejo.
En la noche convenció a su mujer que lo
acompañara para que ambos disfrutaran el
paseo en una salida romántica y al día
siguiente, la mujer, entusiasmada, se fue con
la falda larga hasta el tobillo. Al cruzar el
primer cenote se redujo a minifalda porque la
prenda quedó desgarrada entre las rocas. La
blusa le quedó toda razgada, el calzado se le
rompió por las piedras y las espinas la
hicieron sangrar. Las garrapatas las traía por
todo el cuerpo; El sol le quemó la piel. El pelo
se le seco todito y le quedó tieso y despeinado
como estropajo. Las manos le quedaron
encallecidas al abrirse paso entre el espeso
monte. Toda sudada, estuvo a punto de sufrir
un infarto al toparse con una enorme víbora
dispuesta a morder para saciar su hambre ya
que su imagen parecía sacada de un cuento
de ultratumba.
Por n, después de tantos martirios, un
día encontraron al venado.
Ella tuvo que contener el aliento y el
hombre sigiloso, con la astucia y agilidad de
un gato, se acercó a su presa, y con la mirada
de un lince localizó el blanco justo para
liquidar al escurridizo animal. ¡Bang! Y el
venado había muerto.
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