revista
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
El monstruo señala: «Estoy solo, soy desdichado; nadie quiere<br />
compartir mi vida, solo alguien tan deforme y horrible como yo<br />
podría concederme su amor». Para más delante proponer: «… lo<br />
que te pido es razonable y justo; te exijo una criatura del otro sexo,<br />
tan horripilante como yo: es un consuelo bien pequeño, pero no<br />
puedo pedir más, y con eso me conformo». Tal deseo nunca es<br />
concedido y una estela de muerte y dolor se desata sobre el<br />
doctor Víctor Frankenstein. Hay en el deseo de este ser post-, o<br />
transhumano si se quiere -producto de un ensamble de partes<br />
muertas activadas por la electricidad, medio del furor desatado<br />
por el galvanismo en el siglo XIX-, la aspiración eterna y universal a<br />
ser reconocido. Ser reconocido por otro que, en plena empatía,<br />
valide y acepte la morfología transhumana, que la someta a su<br />
escrutinio, a su erotismo y la vuelva objeto de su deseo.