Descubre Monterrey 87 Mayo Junio 2018

Leyenda
La muerte del turco
En el siglo XVII los vecinos de Monterrey,
gente sencilla y trabajadora, con limitadas
ocasiones para la diversión y el esparcimiento,
ponían el acento festivo a su comunidad
al celebrar la llamada fiesta de “El
Gran Turco”. Dicha celebración, tradicional
durante muchos años en infinidad de comunidades
de España y sus colonias, consistía
en congregar al pueblo en una especie de
procesión donde la misma gente asumía los
papeles ya sea de “moros” o “cristianos”. El
Gran Turco, figura central de la celebración,
aparecía opulentamente vestido, montando
un hermoso caballo y comandando a los
“moros”, quienes también hacían lo suyo, ya
sea gritando, tronando cohetes y haciendo
disparos. Los “cristianos”, a su vez, perseguían
a los “moros” lanzándoles injurias y
hasta piedras. La procesión terminaba cuando
el Gran Turco con su gente era derrotado
y todos entraban a la iglesia del pueblo convertidos
y pidiendo ser bautizados.
De esas fiestas trascendió una historia. La
de Luis Ovalle, prometido de Josefina de
la Garza, una de las damas más hermosas
del Monterrey de aquellos años. La leyenda
cuenta que Luis fue comprometido por su novia
durante una misa dominical en la antigua
iglesia del Roble a participar en la celebración
personificando a El Gran Turco, ya que
el párroco necesitaba una persona para el
papel, rechazado por la mayoría de los hombres
de la época por ser el villano de la historia.
Luis accedió a convertirse en “moro” por
un momento y ser atacado por los “cristianos”
todo con tal de hacer feliz a su amada. Pero
cada paso que daban Luis y Josefina era vigilado
por un tal José Arizpe, un antiguo novio
de la hermosa dama, quien nunca aceptó la
ruptura de la relación, jurando vengarse del
hombre que le arrebatara el amor de sus manos.
En vísperas de la fiesta se empezaron conocer
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