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<strong>Lo</strong>s hechos avanzados por teléfono son confirmados entonces por los cuatro agentes<br />
de Policía, lo que en el parte señalan como «una situación de misterio y rareza».<br />
Según recoge el escrito (reproducido y anexo a continuación), cuando están sentados<br />
junto a la familia, «pudieron oír y observar como una puerta de un armario<br />
perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y<br />
totalmente antinatural». Así se desencadenó «una serie de sospechas serias».<br />
Y avanza: «No habían salido de la sorpresa y comentando la misma, se produjo un<br />
fuerte ruido en la terraza donde pudieron comprobar que no había nadie». Tales<br />
sospechas, por tanto, «aumentaron y se reforzaron», hasta confirmarse<br />
definitivamente: «momentos después pudieron percatarse y observar como en la<br />
mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en un mantelito, apareció una<br />
mancha de color marrón consistente identificada como babas». No sólo eso, en su<br />
ronda por las habitaciones de la casa observaron un crucifijo en el que el Cristo<br />
estaba separado de la cruz, al tiempo que el póster sobre el que se ubicaba contenía<br />
las huellas de un arañazo.<br />
EL CASO DE ANNELISE MICHEL, LA VERDADERA EMILY ROSE:<br />
El caso de Emily Rose ha sido uno de los casos más famosos de exorcismos de la<br />
historia, tanto es así que se llevo al cine con la película “El exorcismo de Emily<br />
Rose” y causó gran expectación en la época, aquí les dejamos con la historia.<br />
Emily Rose es en realidad una joven alemana llamada Anneliese Michel. Desde su<br />
nacimiento el 21 de septiembre de 1952, Anneliese Michel disfrutó de una vida<br />
normal, educada religiosamente desde que era muy pequeña. Sin advertencia su vida<br />
cambió un día de 1968 cuando empezó a temblar y se dio cuenta de que no tenía<br />
control sobre su propio cuerpo. No pudo llamar a sus padres, Josef y Anna, ni a<br />
ninguna de sus tres hermanas. Un neurólogo de la Clínica Psiquiátrica de Wurzburg,<br />
Alemania, la diagnosticó con el “gran mal” de la epilepsia. Debido a los fuertes<br />
ataques epilépticos y a la depresión que sigue, Anneliese fue admitida para<br />
tratamiento en el hospital.