19.08.2018 Views

edipo

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

SÓFOCLES<br />

EDIPO REY<br />

de su culpable insolencia, y lo mismo al que se enriquece con<br />

ilegítimas ganancias, o comete actos sacrílegos, o profana en su<br />

desvarío las cosas santas. ¿Quién podría entonces alejar de su<br />

alma los dardos del remordimiento? Pues si tales crímenes<br />

fuesen honrosos, ¿de qué me serviría celebrar a los dioses con<br />

mis coros?<br />

«No, jamás iré ya a ese centro sagrado del mundo a adorar a los<br />

dioses, ni al templo de Abas, ni a Olimpia, si esas predicciones<br />

no se cumplen a la vista de todos los mortales. Zeus, dios<br />

todopoderoso, si mereces ese título, tú a quien nada escapa y<br />

reinas como soberano señor, no permitas que algo se escape ni<br />

a tu mirada ni a tu eterno imperio: hoy vense marchitos y<br />

menospreciados los antiguos oráculos, dados a Layo; en ninguna<br />

parte Apolo recibe ya honores brillantes, y el culto de los dioses<br />

se va desvaneciendo.<br />

(Entran YOCASTA y sus doncellas trayendo consigo guirnaldas de laureles<br />

y otras ofrendas.)<br />

YOCASTA: -Príncipes de este país: he resuelto salir a visitar<br />

los santuarios de los dioses con estas coronas y estos perfumes<br />

que en mis manos traigo; pues Edipo deja que aniden en su<br />

corazón mil torbellinos de inquietud exagerada, y en vez de<br />

juzgar, como hombre sensato, de los oráculos presentes por el<br />

fracaso de los pasados, se abandona a quienquiera que sea que<br />

le hable, con tal que le digan cosas que aviven sus sospechas<br />

pavorosas; y como mis consejos no tienen poder alguno sobre<br />

él, vengo a ti, nuestro más próximo dios, Apolo Licio, como<br />

suplicante, con estos dones votivos, para obtener por tu<br />

intercesión que se nos libre de todas nuestras manchas. Todos,<br />

en efecto, como marineros que ven alocado al piloto de su navío<br />

en peligro, temblamos hoy viendo a Edipo aterrorizado.<br />

(Mientras YOCASTA va dejando sus ofrendas, entra un<br />

MENSAJERO.)<br />

MENSAJERO:<br />

¿Podría yo, extranjero, saber por vosotros en dónde se alza el<br />

palacio de Edipo, vuestro rey? Y decidme, sobre todo, si lo<br />

sabéis, ¿en dónde se encuentra él mismo?<br />

CORIFEO:<br />

Estás viendo su palacio, y el rey, extranjero, está dentro. He<br />

aquí a su esposa, madre de sus hijos.<br />

MENSAJERO:<br />

¡Que sea dichosa y viva siempre con gentes felices ella que es<br />

para el rey una esposa fiel!<br />

YOCASTA:<br />

¡Que para ti sea lo mismo, extranjero, pues lo mereces por tus<br />

gentiles palabras! Pero, dinos, ¿qué necesidad te trae aquí y que<br />

noticias vienes a anunciarnos?<br />

MENSAJERO:<br />

Para tu casa, como para tu esposo, son, ¡oh mujer!, noticias<br />

favorables.<br />

YOCASTA:<br />

Y ¿cuáles son esas noticias? ¿De donde vienes?<br />

MENSAJERO:<br />

De Corinto. Las noticias que traigo seguramente te producirán<br />

alegría. ¿Cómo podría ser de otra manera?; pero quizá también<br />

te a aflijan.<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

)25(

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!