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6 >> literatura<br />

miércoles, 2 de diciembre del 2015 | la voz de la <strong>escuela</strong><br />

Nos gustan los libros<br />

Ideas para que las familias colaboren con la <strong>escuela</strong> en el desarrollo del hábito de leer<br />

La pasión por la lectura se contagia naturalmente de padres a hijos, por eso es importante que leer sea un hábito en la familia<br />

La afición a la lectura se contagia.<br />

De padres lectores es natural que<br />

salgan hijos lectores. A veces el milagro<br />

ocurre al revés. Una tarde, al finalizar la<br />

jornada escolar, la madre de un alumno<br />

leía absorta el libro que su hijo había<br />

tomado en préstamo de la biblioteca<br />

del centro. Pasados ya unos días, la<br />

mujer confesaba que Agu Trot, de R.<br />

Dahl, había despertado su interés y<br />

curiosidad y acabó por emocionarla.<br />

Tanto que había tomado la determinación<br />

de compartir las lecturas que<br />

elegía su hijo.<br />

Era inevitable que el recuerdo de la<br />

anécdota condujera a reflexionar sobre<br />

el papel que los padres deben tener en<br />

la transmisión de hábitos lectores. No<br />

es imposible que un niño se haga lector<br />

aunque sus padres no lean, pero sin<br />

duda los que dedican algún tiempo a<br />

las letras habrán creado unas condiciones<br />

que facilitan la formación de este<br />

hábito, empezando por el ejemplo, la<br />

proximidad de los libros, el ambiente<br />

recogido y las lecturas como tema de<br />

conversación. Pero si no tenemos andado<br />

este camino, siempre cabe retomar<br />

o formar la afición por la lectura, de<br />

modo que podamos transmitirla a los<br />

hijos. Y así surgió la idea de atraer a la<br />

biblioteca escolar también a los padres.<br />

La idea de crear un foro de padres<br />

biblioanimadores nace y tiene su razón<br />

de ser en la biblioteca del centro,<br />

en torno a la cual crea un modelo de<br />

colaboración que implica a las familias<br />

en su funcionamiento. A partir de<br />

este germen, la asociación de padres y<br />

madres debería convertirse en el principal<br />

apoyo de la iniciativa y prestar su<br />

colaboración para:<br />

■ organizar conferencias y charlas<br />

formativas de especialistas a lo largo<br />

del curso;<br />

■ crear un seminario o foro en torno a<br />

la biblioteca, con reuniones periódicas;<br />

■ recabar una relación de padres dispuestos<br />

a colaborar en diferentes actividades<br />

como encuentros con alumnos,<br />

cuentacuentos, apertura de la biblioteca<br />

en horario no lectivo, día de puertas<br />

abiertas...<br />

■ y aportar la inestimable contribución<br />

económica.<br />

LA COLABORACIÓN FAMILIAR<br />

Si bien es indiscutible que a la <strong>escuela</strong><br />

le corresponde el papel de fomentar<br />

y consolidar el hábito de la lectura,<br />

también es cierto que para ponerlo en<br />

práctica hay que sortear innumerables<br />

dificultades, que van desde la nada despreciable<br />

cantidad de tareas que se le<br />

han ido sumando a las encomiendas del<br />

profesor, lo que impide muchas veces<br />

profundizar en ellas, hasta el escaso<br />

tiempo que los alumnos permanecen<br />

en el aula, lo que limita el tiempo que<br />

se puede dedicar a una actividad no<br />

reglada que sobre todo exige eso, tiempo.<br />

Y no un tiempo cualquiera, sino de<br />

calidad: sosegado, tendido, reflexivo.<br />

Por ello, la colaboración de los padres<br />

en este objetivo es fundamental, pues<br />

si en el ámbito familiar no se crean las<br />

condiciones adecuadas para desarrollar<br />

el hábito lector, se corre el riesgo<br />

de que los niños acaben identificando<br />

leer como una más de las obligaciones<br />

académicas. Así, será difícil que lleguen<br />

a buscar el placer de leer fuera<br />

de los muros del colegio o del estudio<br />

para aprobar los exámenes. Los libros<br />

serán un mal necesario para aprobar o<br />

sacar buenas notas y así, ¡vaya!, poder<br />

aparcarlos cuando haya que divertirse.<br />

Los alumnos que ven leer a sus padres<br />

y conviven en un ambiente donde leer<br />

es corriente, desarrollarán de modo<br />

natural, por mera imitación, el hábito<br />

lector. La lectura es un hábito, una pasión<br />

que se mama desde la cuna.<br />

> Juan José Lage<br />

(revistaplatero@hotmail.com)<br />

MARTINA MISER<br />

Jugar con las palabras<br />

«Cuando el abuelo me regaló el diccionario<br />

me despertó tal curiosidad<br />

por las palabras que lo leía como una<br />

novela, en orden alfabético y sin entenderlo<br />

apenas. Así fue mi primer<br />

contacto con el que habría de ser el<br />

libro fundamental en mi destino de<br />

escritor». Esta cita de Gabriel García<br />

Márquez refleja la importancia del<br />

juego creativo con las palabras, de<br />

los talleres lúdicos de escritura, complementarios<br />

de los de animación a<br />

la lectura.<br />

Aunque se empieza a leer al mismo<br />

tiempo que a escribir, poco a poco escribir<br />

y leer se distancian. La escritura<br />

creativa, salvo los tópicos dictados y<br />

las manidas redacciones, se va dejando<br />

de lado. El uso lúdico del diccionario<br />

en contadas ocasiones ocupa tiempo<br />

en el aula. Sin embargo, como en todo<br />

lector hay un escritor, también en esta<br />

faceta se puede sacar lo mejor de los<br />

alumnos con actividades que exciten<br />

su curiosidad y les ayuden a dominar<br />

el lenguaje.<br />

■ CALAMBUR<br />

El origen de la palabra calambur algunos<br />

lo atribuyen al árabe kalambusu<br />

(‘palabra equivocada’), otros al italiano<br />

calamo burlare (bromear con la pluma)<br />

y otros, en fin, al francés calembour<br />

(y este del pueblo austríaco de<br />

Kahlenberg, cuyo párroco, hacia 1300,<br />

era famoso por usar juegos de palabras).<br />

El calambur se produce cuando<br />

las sílabas de una palabra u oración<br />

pueden separarse de manera diferente,<br />

lo que provoca sentidos diferentes: Mi<br />

madre estaba riendo / Mi madre está<br />

barriendo, No se aburra / No sea burra.<br />

1. Proponer, buscando en el diccionario<br />

a partir de una letra, por ejemplo<br />

la E, palabras cuyas sílabas puedan separarse<br />

para obtener otro significado,<br />

por ejemplo: encubierta / en cubierta;<br />

esposo / es poso.<br />

2. Escribir frases con al menos un calambur.<br />

Por ejemplo: la máscara que<br />

compramos es la más cara, Casi no voy<br />

ya nada al casino.<br />

EDGARD GARRIDO / REUTERS<br />

El diccionario marcó el destino literario de<br />

Gabriel García Márquez ya en su infancia<br />

■ DEFINICIONES JOCOSAS<br />

El humorista José Luis Coll, componente<br />

del dúo Tip y Coll, creó un diccionario<br />

con el objetivo de dar otro<br />

significado a las palabras. José Luis<br />

Garfer y Concha Fernández, autores<br />

de Acertijero antológico español, las<br />

incluyen en sus estudios con el nombre<br />

de definiciones jocosas. Algunos<br />

ejemplos:<br />

■ COMEDIA. Persona que come solo<br />

una vez al día.<br />

■ AGUACERO. Sequía.<br />

■ PANTALLA. Barra de pan de gran<br />

tamaño.<br />

■ MARSOPA. Sopa que se hace con<br />

agua de mar.<br />

■ PAISANO. Un país sano, sin corrupción.<br />

Otra fuente de inspiración, aunque<br />

quizá para los mayores, son las Greguerías<br />

de Ramón Gómez de la Serna,<br />

como estas:<br />

■ Monólogo significa el mono que<br />

habla solo<br />

■ Los pasodobles deberían tener dos<br />

autores<br />

■ ¿Dónde está el busto del arbusto?<br />

A partir de estos ejemplos, la actividad<br />

consiste en que los alumnos encuentren,<br />

indagando en el diccionario, otros<br />

significados diferentes para las palabras,<br />

y siempre con el humor presente.

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