revista Q Que... México, edición 132

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La modelo llega totalmente plena
y con mucho éxito profesional y
personal a la década de los 30,
y aunque no ha sido del todo un
camino de rosas, comenta que ha
valido la pena renunciar a una vida
simple para perseguir sus sueños.
Posiblemente para muchos, los 30 son los mejores años y los más prósperos
de la edad adulta, el principio de un camino más maduro y centrado,
pero también es una edad donde reflexionamos acerca de nuestros primeros
años de juventud y todo lo que hemos recorrido a lo largo de los
primeros años de vigor; con este pensamiento es como la supermodelo
sudafricana Candice Swanepoel le da la bienvenida a los 30, sin pasar por
alto una épica fiesta de cumpleaños, donde las celebridades solo eran la
entrada de una magnifica celebración.
To rocking the next 30 years!
Junto a sus compañeras y también buenas amigas, destacaban Elsa Hosk,
Martha Hunt y Lais Ribeiro, quienes se divertían en un colorido autobús de
dos plantas, con música discotequera, luces de neón y bellísimos estilismos
para celebrar “la bienvenida a los 30” de Candice. Pero no suficiente con
esto, el séquito angelical de Victoria’s Secret tuvo su propia experiencia
3D en plena fiesta, con unas gafas que le daban mayor diversión al festejo.
Decisiones que cambiaron su vida
Antes de iniciar una prometedora carrera como divino ángel de Victoria’s
Secret, la hermosa rubia había considerado ser granjera en su pueblo natal,
Mooi River, en el centro de KwaZulu-Natal, Sudáfrica, lugar donde creció
y también donde fue descubierta por un cazatalentos que quedó impactado
por su enigmática belleza.
Candice, en ese entonces adolescente, debió tomar decisiones importantes
a muy temprana edad, entre seguir su sueño de convertirse en supermodelo
internacional o quedarse en casa siguiendo la tradicional vida de una
chica común de su pueblo.
Llegando a la fiesta de la
revista Harpers Bazaar
Icons en Nueva York
Fotografía: Clasos
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