Dragones

A LA LUZ DE LOS SIETE
Bajándonos estrictamente a la parte religiosa de
Game of Thrones, existen dos vertientes principales
a discutir. Primero, los dioses antiguos, de una ira
temida pero a la vez de bondad inquebrantable, eran
conocidos por acompañar en su camino a los habitantes
de Westeros, quienes les rezaban y sellaban
sus tratos de matrimonio ante ellos.
En realidad, los festejos matrimoniales descritos
en la novela son increíblemente extensos, por lo que
en la adaptación a televisión jamás se ha visto una
ceremonia completa. Sin embargo, los votos presentados
en la serie son uno de los elementos más representativos
dentro de la Fe a los Siete; donde se hace
mención a dichos dioses:
“Padre, Herrero, Guerrero, Madre, Mujer, Hechicera,
Extraño. Yo soy suyo y ella es mía. De este día
hasta el final de mis días.”
“Father, Smith, Warrior, Mother, Maiden, Crone,
Stranger… I am hers and she is mine. From this day,
until the end of my days.”
Y aunque en su mayoría, los residentes de Westeros
son practicantes de esta religión, existe la segunda
vertiente, elegida por los libres en Essos. Las sacerdotisas
rojas se dan a la tarea de evangelizar en su camino
a los posibles creyentes, acerca de la llegada del
Señor de la Luz.
Esta creencia, a diferencia de la primera, posee sólo
dos polos: R’hllor, el Dios de la luz, amor y alegría.
El Gran Otro, Dios de la oscuridad, maldad y miedo.
Ambos eternamente en guerra.
La idolización del primero incluye la admiración
y entendimiento la luz en el mundo; la entrega e interpretación
de conocimientos a partir de los mensajes
ocultos en el fuego, que habrán de guiar a sus profetas
hacia un mejor Westeros.
Entre sus sacerdotisas, encontramos a Melisandre,
acompañante de Stannis Baratheon en su búsqueda
por el trono, y profesora de la palabra del Señor
de la Luz, quien le ha designado la misión de encontrar
a su elegido. A pesar de su extenso estudio
de la luz, las visiones de Melisandre no son del todo
certeras, poseyendo sí cierto grado de verdad.
Por otro lado, los fieles al señor de la luz, como Beric
Dondarrion y la Hermandad sin estandarte, han ganado
fuerza a partir de su creencia, siendo capaces incluso
de engañar a la muerte distintas veces, y regresados
a la vida para cumplir con su destino.
Son estos enfoques religiosos los pilares sobre los que
se alza el resto de la historia de Juego de Tronos pues,
aunque al principio dichos elementos parezcan desconectados
de la cruzada mortal de los protagonistas,
más tarde se vuelven elemento clave para descubrir lo
que acontecerá posteriormente.