Universos Literarios Diciembre 2018

trar al convertirse en la película de Disney,
ya que todos ellos están convertidos
en diferentes animales famosos
del mundo de la productora. Por ejemplo,
el personaje de Scrooge pierde la
fuerza que caracteriza al personaje, la
avaricia, algo que Dickens resaltaba
en la mayor parte de su trabajo.
No obstante, debo decir que la película
de Disney continúa siendo una
gran historia que se debería
enseñar tanto a niños
como adultos, ya que
tiene un gran mensaje final.
Además, la película
se hace muy amena, ya
que tampoco dura muchos
minutos (26 en total)
y logra entretener a
un público infantil.
Personalmente, después
de haber leído algunas
novelas de Charles
Dickens, lo que tengo
que destacar es la complejidad
del lenguaje en
su idioma original así
que, si no se tiene un nivel de inglés
alto, lo más probable es que resulte
más difícil su lectura. Además, se trata
de una historia corta, por lo que es una
buena idea iniciarse con esta misma
lectura si se pretende comenzar con el
autor.
Ambos, por supuesto, radican en el
mismo punto y llevan a entender el mismo
mensaje: la avaricia es un defecto
que, si no remediamos, podría hacernos
acabar solos. Sin embargo, el ambiente
que Disney crea es mucho más
de fábula mientras que Dickens crea un
ambiente mucho más oscuro del que
se puede esperar al leer la historia.
No obstante, y a pesar de todo lo dicho
anteriormente, no creo que ninguna
de las dos versiones sea superior a
la otra, sino que depende mucho del
público al que va dirigido. A pesar de
que se trata de un cuento clásico y la
adaptación sea una película de animación,
creo que cada uno se dirige a un
público diferente. El primero
trata de preocupar
a la sociedad de la época
sobre la avaricia que
reinaba entre los ciudadanos
y Dickens intentaba
animar a la clase alta
a no centrar su vida tan
solo alrededor del dinero.
La película, sin embargo,
considero que se dirige
más bien a esos niños
para aconsejarles y poder
instruirlos para que,
en un futuro, sean capaces
de compartir con
la gente que les rodea.
Puede ser la misma historia y, más o
menos, la misma moraleja pero no se
consigue la misma interpretación de la
misma.
Como conclusión, creo que ambas
obras, tanto la película como la historia
corta, son perfectas para la época de
Navidad puesto que cada una consigue
llenarnos de todo aquello de lo que
se compone la festividad.
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