20.01.2019 Views

Cuentos de la selva

Projeto editorial integral Eduardo Rodrigues Vianna Imagem da capa Flamingos. Fotografia em domínio público, licença Creative Commons 0. CADERNOS DO MUNDO INTEIRO didaticos.cadernosdomundointeiro.com.br 2018 Jundiaí, SP

Projeto editorial integral
Eduardo Rodrigues Vianna
Imagem da capa
Flamingos. Fotografia em domínio público,
licença Creative Commons 0.
CADERNOS DO MUNDO INTEIRO
didaticos.cadernosdomundointeiro.com.br
2018
Jundiaí, SP

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

V/0 D=:0G v:vW=:=[<br />

Ð<br />

bra.<br />

— Así es — afirmó <strong>la</strong> abeja.<br />

— Pues bien — dijo <strong>la</strong> culebra —, vamos a verlo. Vamos a<br />

hacer dos pruebas. La que haga <strong>la</strong> prueba más rara, esa gana.<br />

Si gano yo, te como.<br />

— ¿Y si gano yo? — preguntó <strong>la</strong> abejita.<br />

— Si ganas tú — repuso su enemiga —, tienes el <strong>de</strong>recho<br />

<strong>de</strong> pasar <strong>la</strong> noche aquí, hasta que sea <strong>de</strong> día. ¿Te conviene?<br />

— Aceptado — contestó <strong>la</strong> abeja.<br />

La culebra se echó a reír <strong>de</strong> nuevo, porque se le había ocurrido<br />

una cosa que jamás podría hacer una abeja. Y he aquí lo<br />

que hizo:<br />

Salió un instante afuera, tan velozmente que <strong>la</strong> abeja no<br />

tuvo tiempo <strong>de</strong> nada. Y volvió trayendo una cápsu<strong>la</strong> <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> eucalipto, <strong>de</strong> un eucalipto que estaba al <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

colmena y que le daba sombra.<br />

Los muchachos hacen bai<strong>la</strong>r como trompos esas cápsu<strong>la</strong>s, y<br />

les l<strong>la</strong>man trompitos <strong>de</strong> eucalipto.<br />

— Esto es lo que voy a hacer — dijo <strong>la</strong> culebra. — ¡Fíjate<br />

bien, atención!<br />

Y arrol<strong>la</strong>ndo vivamente <strong>la</strong> co<strong>la</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l trompito como<br />

un piolín <strong>la</strong> <strong>de</strong>senvolvió a toda velocidad, con tanta rapi<strong>de</strong>z<br />

que el trompito quedó bai<strong>la</strong>ndo y zumbando como un loco.<br />

La culebra se reía, y con mucha razón, porque jamás una<br />

abeja ha hecho ni podrá hacer bai<strong>la</strong>r a un trompito. Pero cuando<br />

el trompito, que se había quedado dormido zumbando,<br />

como les pasa a los trompos <strong>de</strong> naranjo, cayó por fin al suelo,<br />

<strong>la</strong> abeja dijo:<br />

— Esa prueba es muy linda, y yo nunca podré hacer eso.<br />

— Entonces, te como — exc<strong>la</strong>mó <strong>la</strong> culebra.<br />

— ¡Un momento! Yo no puedo hacer eso: pero hago una<br />

cosa que nadie hace.<br />

11

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!