29.01.2019 Views

6. Karen Marie Moning - El Highlander Inmortal

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong><br />

<strong>Karen</strong> <strong>Marie</strong> <strong>Moning</strong><br />

1


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Maldición, está bien ser yo.<br />

* ADAM BLACK, SIENDO ADAM BLACK<br />

Tuatha Dé Danaan: (tua day dhanna)<br />

Una raza muy avanzada de seres inmortales que se instalaron en Irlanda<br />

miles de guerras antes del nacimiento de Cristo. Fueron llamados por muchos<br />

nombres: Hijos de la Diosa Danu; la Raza Verdadera; los Nobles de Nacimiento;<br />

las Daoine Sidhe; aunque eran más comúnmente llamados los Fae o Hadas.<br />

Aunque con frecuencia son retratadas como unas criaturas brillantes y finas,<br />

de tamaño diminuto, que exudan buen humor y sienten una inclinación hacia las<br />

travesuras amables, los verdaderos Tuatha Dé Danaan no son ni tan delicados, ni<br />

tan benévolos.<br />

— de los Libros DE O'CALLAGHAN acerca de los Fae<br />

Adam Black:<br />

Tuatha Dé Danaan. Un granuja hasta entre los de su propia clase. Su<br />

favorecedor encanto es el de un herrero de las Highlands sumamente sexual,<br />

con un cuerpo poderosamente ondulado, piel dorada, pelo largo y ojos oscuros e<br />

hipnotizadores, muy inteligentes, letalmente seductores. Alega haber casi roto<br />

<strong>El</strong> Pacto no en una, sino en dos ocasiones. Él es, con mucho, el más peligroso e<br />

imprevisible de su raza<br />

ADVERTENCIA: EJERZA EXTREMA PRECAUCIÓN EN SU PRESENCIA<br />

EVITE EL CONTACTO A TODA COSTA.<br />

— de los Libros DE O'CALLAGHAN acerca de los Fae<br />

2


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

LONDRES, INGLATERRA<br />

Prólogo<br />

Adam Black estaba de pie en la cámara central de las catacumbas de<br />

piedra bajo el Edificio de Belthew, observando mientras Chloe Zanders<br />

tropezaba en busca de su amante de los Highlands, Dageus MacKeltar.<br />

Lloraba como si su misma alma estuviera siendo destrozada. Incesante y<br />

perforador, su llanto bastaba para partir la cabeza de un Tuatha Dé.<br />

O de un humano, en realidad, pensó enigmáticamente.<br />

Ya se estaba cansando de sus constantes gemidos. Él tenía sus propios<br />

problemas. Grandes problemas.<br />

Aoibheal, la reina de Anatolia Dé Danaan, finalmente había cumplido sus<br />

amenazas largamente oídas de castigarlo por su continua interferencia en el<br />

mundo de los mortales. Y había elegido el castigo más cruel de todos.<br />

Lo había despojado de su inmortalidad y lo había convertido en humano.<br />

Se echó un rápido vistazo a sí mismo, y le alivió comprobar que al menos<br />

lo había dejado con su favorecedor encanto: el tipo de herrero<br />

irresistiblemente atractivo, musculoso y de cabellos oscuros, una mezcla<br />

milenaria entre un Celta Continental y un guerrero de las Highlands, ataviado<br />

con el tartán, brazaletes, y el torque ♥ . En ocasiones le había metido en cosas,<br />

cuerpos que no soportarían la luz del día adecuadamente.<br />

Su alivio, sin embargo, fue efímero. Total, ¿qué importaba si se parecía a<br />

si mismo y tenía su misma apariencia? ¡Era humano, por amor de Dios! Carne y<br />

sangre. Limitado. Endeble. Finito.<br />

Blasfemando salvajemente, observó a la mujer que sollozaba. Apenas<br />

podía oírse a sí mismo pensar. Quizás si le informaba que Dageus no estaba<br />

realmente muerto, ella se callaría. Tenía que encontrar una salida para esta<br />

intolerable situación, y rápido.<br />

— Tu amante no está muerto. Cesa tu llanto, mujer —, ordenó<br />

imperiosamente. Él lo sabía de cierto. Aoibheal lo había obligado a dar de su<br />

propia esencia de vida inmortal para salvar la vida del <strong>Highlander</strong>.<br />

♥<br />

Torque: collar pesado, con una labor de trenzado de cobre y oro. Poseen diversas decoraciones, a<br />

base de motivos vegetales. Eran un símbolo de clase alta. Poseían un significado religioso, a los<br />

dioses celtas se los representa luciéndolos o sosteniéndolos.<br />

3


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Su orden no tuvo el efecto esperado. Al contrario, justo cuando estuvo<br />

seguro de que ella no podría llorar con más fuerza - y el cómo una criatura tan<br />

pequeña podía hacer un ruido tan enorme escapaba a su comprensión - sus<br />

tímpanos recién adquiridos fueron expuestos a un gemido que se intensificó<br />

exponencialmente.<br />

— ¡Mujer, detente! — rugió, tapándose los oídos con las manos. — Dije<br />

que él no está muerto.<br />

De todos modos, ella siguió llorando. Ni siquiera echó un vistazo en su<br />

dirección, como si él no hubiera hablado en lo absoluto. Furioso, él rodeó el<br />

montón de basura que ensuciaba la cámara — escombros de la batalla que se<br />

había librado allí un cuarto hora antes entre Dageus MacKeltar y la secta de los<br />

Druidas de Draghar, la batalla en la que él nunca debería haber intervenido — y<br />

se dirigió con paso majestuoso a su lado. Su intención era agarrarla por la nuca y<br />

alzarle el cuello para forzarla a que lo mirara y obligarla a callar.<br />

Su mano se deslizó directamente a través de la parte de atrás de su<br />

cráneo, y salió por la nariz.<br />

<strong>El</strong>la ni siquiera parpadeó. Sólo hipó un sollozo, y lloró de nuevo.<br />

Adam se mantuvo de pie inmóvil por un momento, y luego lo intentó otra<br />

vez, alargando una mano hacia uno de sus pechos. Su mano pasó a través de su<br />

corazón y del omóplato izquierdo.<br />

Arremetió de nuevo, mientras las alas de la inquietud se esparcían por su<br />

estómago demasiado humano.<br />

—Por Danu, Aoibheal, no lo haría— Sus ojos oscuros se estrecharon<br />

hasta convertirse en rendijas.<br />

¿O sí?<br />

Apretó la mandíbula, y lo intentó otra vez. Y nuevamente su mano<br />

resbaló por el cuerpo de Chloe Zanders.<br />

¡Cristo, lo había hecho! ¡La muy perra!<br />

¡La reina no solo lo había convertido en humano, sino que lo había<br />

maldecido con el triple poder del féth fiada!<br />

Adam sacudió la cabeza incrédulo. <strong>El</strong> féth fiada era el sortilegio que su<br />

raza usaba cuando querían andar entre la gente sin ser descubiertos. Un Tuatha<br />

Dé normalmente invocaba sólo una de las facetas más potentes del triunvirato —<br />

la invisibilidad. Pero también se podía dotar al sujeto de la imposibilidad de que<br />

los humanos lo oyeran o lo sintieran. <strong>El</strong> féth fiada era un instrumento útil si el<br />

deseo de uno era mezclarse con la gente sin ser observado.<br />

4


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

¿Pero ser maldecido con ello permanentemente? ¿Ser incapaz de<br />

escapar de eso?<br />

él.<br />

Aquel pensamiento era demasiado horrible como para entretenerse en<br />

Cerró los ojos y exploró en su mente para examinar el espacio/tiempo, y<br />

regresar a la Isla Fae de Morar. No se preocupó de lo que la reina pudiera estar<br />

haciendo en esos momentos en su Salón Real; ella tenía que deshacer esto de<br />

inmediato.<br />

No pasó nada. Permaneció exactamente donde estaba.<br />

Lo intentó otra vez.<br />

No sintió ninguna sensación rápida de ingravidez, nada del torbellino<br />

repentino de esa libertad embriagadora e invencibilidad que siempre sentía<br />

cuando cruzaba dimensiones.<br />

Abrió los ojos. Todavía estaba en la cámara de piedra<br />

Una mueca curvó sus labios. ¿Humano, maldecido, y sin poderes?<br />

¿Excluido del reino Fae? Sacudió su cabeza hacia atrás, apartando su largo y<br />

oscuro cabello de su cara.<br />

— De acuerdo. Aoibheal, ya lo he comprendido. Ahora, regrésame<br />

No hubo respuesta. Nada aparte del sonido de los interminables sollozos<br />

de la mujer, que retumbaban en la fría cámara de piedra.<br />

— Aoibheal, ¿me has oído? Dije, ‘ya lo he comprendido. Ahora, restaura<br />

mis poderes<br />

Siguió sin obtener ninguna respuesta. Él sabía que ella lo escuchaba,<br />

permaneciendo en una dimensión sólo una pizca más allá del reino humano. Lo<br />

miraba, saboreaba su incomodidad.<br />

Y... esperaba una actitud de sumisión, reconoció él de manera sombría.<br />

Un músculo palpitó en su mandíbula. La humildad no era, ni lo sería nunca,<br />

su punto fuerte.<br />

De todos modos, si sus opciones eran humildad o humanidad — y<br />

maldecido y sin poderes, para más escarmiento— mostraría tanta humildad que<br />

se ahogaría en ella.<br />

— Mi Reina, tenías razón y yo estaba equivocado. Observad, puedo<br />

decirlo<br />

Aunque la mentira le dejó un mal sabor de boca, añadió — y juro que<br />

nunca volveré a desobedecerla.<br />

5


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Al menos no hasta estar seguro de estar en gracia con ella otra vez.<br />

— Perdóname, Reina de los más Hermosos —. Por supuesto ella lo<br />

perdonaría. Siempre lo hacía<br />

— Soy tu más humilde y amante servidor. Oh, Reina gloriosa.<br />

¿Estaba exagerando demasiado? se preguntó ociosamente cuando el<br />

silencio se alargó. Notó que había comenzado a golpear el suelo con el pie de una<br />

manera muy humana. Pisó fuerte para obligarse a detenerse. Él no era humano.<br />

Él no era para nada como ellos.<br />

— ¿Me has oido? Pedí perdón — masculló.<br />

Esperó unos momentos más y suspiró. Apretó los dientes y cayó sobre<br />

sus rodillas. Todo el mundo sabía que Adam Black despreciaba arrodillarse por<br />

algo o por alguien.<br />

— Exaltada líder de la Raza Verdadera —, ronroneó en la antigua y<br />

raramente usada lengua de los de su raza — Salvadora de los Danaan. Pido la<br />

gracia y la gloria del trono —. Palabras rituales, antiguas y de modales corteses,<br />

mostraban su más completa y absoluta reverencia. Y el ritual exigía que ella<br />

contestase.<br />

La muy perra no lo hizo.<br />

Él - que nunca había sufrido antes el paso de tiempo - ahora lo sentía<br />

intensamente al ver que aquella farsa se alargaba tanto.<br />

pies.<br />

— ¡Maldita sea, Aoibheal, respóndeme! —, bramó de furia golpeando sus<br />

— ¡Devuélveme mis poderes! ¡Hazme inmortal otra vez!<br />

Nada. Pasó el tiempo.<br />

Una prueba, se aseguró a sí mismo. Sólo se trata de una prueba, para<br />

enseñarme una lección.<br />

De un momento a otro ella aparecería. Lo reprendería. Le pasaría una<br />

cuenta mordaz de sus muchas transgresiones. Él la saludaría con la cabeza,<br />

prometiendo no volver a hacerlo nunca otra vez, y todo estaría bien. Tal y como<br />

las miles de veces que él la había desobedecido o la había hecho enfadar.<br />

Una hora más tarde, nada estaba bien.<br />

Dos horas más y Chloe Zanders se había ido, dejándolo sólo en las<br />

tumbas silenciosas y polvorientas. Casi echaba de menos su llanto. Casi.<br />

Treinta y seis horas más tarde y su cuerpo tenía hambre, sed, y — algo<br />

prácticamente incomprensible para él — estaba cansado. Los Tuatha Dé no<br />

6


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

dormían. Su mente, generalmente muy rápida e incisiva, estaba bloqueada,<br />

inactiva, apagándose sin su consentimiento.<br />

Inaceptable. Maldito fuera si alguna parte de su cuerpo hiciera algo sin<br />

su consentimiento. Ni su mente ni su cuerpo. Nunca le había pasado y nunca le<br />

pasaría. Un Tuatha Dé tenía siempre el control. Siempre.<br />

Su último pensamiento antes de que la inconsciencia lo reclamase fue<br />

que estaba sangrientamente seguro de que prefería ser cualquier otra cosa: ser<br />

encarcelado en una montaña por unos pocos cientos de años, convertido en una<br />

fangosa bestia de mar de tres cabezas, obligada a comportarse y jugar en la<br />

estúpida corte otra vez durante un siglo o dos.<br />

Todo menos... algo... asquerosamente... patéticamente... incontrolable...<br />

hum —<br />

7


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

CINCINNATI, OHIO<br />

VARIOS MESES MÁS TARDE<br />

Capítulo 1<br />

Verano. Grabielle O’Callaghan cavilaba – que siempre había sido su<br />

estación favorita- este año apestaba por completo.<br />

Abriendo su coche, entró y se quitó las gafas de sol. Encogiéndose de<br />

hombros dentro de su chaqueta de traje, estiró los talones y con lentitud<br />

respiró profundamente varias veces. Se sentó y se tomó unos momentos para<br />

recuperarse, luego se quitó el elástico del cabello para darse un masaje en el<br />

cuero cabelludo.<br />

Estaba sintiendo el comienzo de una de sus jaquecas asesinas. Y sus<br />

manos aún temblaban. Había estado muy cerca de descubrirse delante de un<br />

Fae.<br />

No podía creer el haber podido ser tan estúpida, pero, por Dios, ¡Este<br />

verano había demasiados de ellos!. No había visto un hada en Cincinnati hacía<br />

años, pero ahora, por alguna extraña razón, había cantidades de ellos.<br />

Como si Cincinnati fuera alguna clase de lugar fantástico donde pasar el<br />

tiempo — ¿podía acaso una ciudad ser más aburrida?— Cualquiera fuese la<br />

desafortunada razón por la que habían escogido ir a los Tres Estados ♥ , habían<br />

aparecido en masa a principios de Junio y, habían conseguido arruinarle el<br />

verano desde ese momento.<br />

Y fingir que nunca los veía no se le hacía más fácil a medida que pasaba<br />

el tiempo. Con sus cuerpos perfectos, su aterciopelada piel dorada, sus ojos<br />

brillando iridiscentes, era muy difícil pasarlos por alto. Extremadamente<br />

guapos, imposiblemente seductores, destilando poder puro, los varones eran una<br />

verdadera tentación andante para una chica como-<br />

Bruscamente sacudió la cabeza para abortar ese traidor pensamiento.<br />

Había sobrevivido todo ese tiempo y maldita fuera si iba a permitirse a<br />

relajarse ahora y terminar atrapada por una de esas eróticas —exóticas, se<br />

corrigió impaciente— criaturas.<br />

♥ Región conformada por los territorios correspondientes a los estados de Indiana, Ohio y Kentucky<br />

en EEUU<br />

8


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Pero a veces era tan difícil no mirarlos. Y doblemente difícil el no<br />

reaccionar. Especialmente cuando la pillaban con la guardia baja como había<br />

sucedido la última vez.<br />

Estaba almorzando con Marion Temple, la socia más antigua de la firma<br />

de abogados —Temple, Turley y Tucker—, en un restaurante de primera en el<br />

centro de la ciudad. Era un almuerzo de importancia vital puesto que durante la<br />

comida estaba siendo entrevistada para ver la posibilidad de obtener una<br />

posición como postgraduada.<br />

Como futura estudiante del tercer curso de la carrera de Derecho,<br />

Gabby había tomado un trabajo de verano en Little & Staller, una firma local de<br />

abogados especializada en temas de lesiones personales. Le había bastado sólo<br />

dos días en el trabajo darse cuenta de que no estaba hecha para representar a<br />

agresivos y avariciosos litigantes de negligencias médicas, que estaban<br />

firmemente convencidos de que sus pequeñas lesiones valían por lo menos un<br />

millón de dólares.<br />

En el otro extremo del espectro legal estaban Temple, Turley y Tucker.<br />

La firma más prestigiosa de la ciudad, que atendía sólo a los clientes más<br />

deseados, especializada en derecho mercantil y de sucesiones. Los casos<br />

criminales que ellos representaban eran seleccionados cuidadosamente, debido a<br />

su notoriedad, y sólo escogían aquellos que permitían sentar precedentes.<br />

Aquellos hacían la diferencia en el mundo, protegiendo los derechos<br />

fundamentales y los que trataban de evitar las injusticias intolerables. Y esos<br />

eran los casos sobre los que ella quería echar mano. Aunque tuviera que trabajar<br />

como esclava durante años, realizando investigaciones y sirviendo café para<br />

lograrlo.<br />

Había estado toda la semana estresada, anticipándose a la entrevista,<br />

con la certeza de que TT&T sólo contrataba a los mejores. Sabiendo que<br />

competía con docenas de sus propios compañeros de clase, sin mencionar a<br />

docenas más de estudiantes de leyes del resto de las facultades de derecho<br />

alrededor de todo el país, en una fiera competencia para obtener la única<br />

vacante. Sabiendo que Marion Temple tenía la reputación de exigir nada menos<br />

que la más alta sofisticación y perfección profesional.<br />

Pero gracias a las horas de agresivas prácticas de entrevistas y<br />

energéticos discursos que le había dado su mejor amiga, <strong>El</strong>izabeth, Gabby había<br />

estado tranquila, compuesta y en plena forma. La distante señora Temple había<br />

quedado impresionada con sus logros académicos, y Gabby había tenido la<br />

sensación de que la empresa tenía la disposición de contratar a una mujer<br />

(pudiendo ser debido al cuidado que había que tener con el tema de las<br />

estadísticas de la igualdad de oportunidades laborales), lo que la había puesto a<br />

9


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

la cabeza de la mayor parte de los competidores. <strong>El</strong> almuerzo había ido<br />

perfectamente, hasta el momento en que abandonaron el restaurante y salieron<br />

a la Quinta Avenida.<br />

Mientras la señora Temple le extendía esa fundamental invitación para<br />

asistir a una segunda entrevista en el propio despacho de los socios (lo cual<br />

nunca hubiera hecho a menos que la firma estuviera considerando seriamente<br />

hacerle una oferta para el puesto, ¡Maravilla de las maravillas!), un sexy y<br />

musculoso hada macho pasó caminando con gracia justo entre ellas, con esa<br />

exasperante arrogancia de Soy tan perfecto, o No pienses siquiera en desear<br />

estar donde estoy yo, que ellos poseían, pasando tan cerca que sus largos y<br />

dorados cabellos rozaron la mejilla de Gabby con la delicada sensualidad de la<br />

seda.<br />

La intoxicante fragancia de jazmín y sándalo la envolvió, y el calor que<br />

irradiaba su poderoso cuerpo la acarició como una sofocante y erótica brisa. Le<br />

tomó cada onza de su considerable auto disciplina no echarse hacia atrás<br />

ponerse en su camino.<br />

O peor aún – rendirse a la incesante tentación de sólo acariciar<br />

gentilmente a la dorada y esplendorosa criatura. ¿Cuántas veces había soñado<br />

con hacer eso? Saber por fin cómo era al tacto una de las prohibidas hadas.<br />

Averiguar finalmente si esa dorada piel de hada era tan aterciopelada como se<br />

veía.<br />

Nunca debes exponerte mostrándoles que puedes verlos, Gabby.<br />

Completamente fuera de quicio debido a la proximidad del hada, su mano<br />

repentinamente floja perdió el agarre sobre el vaso plástico de café helado que<br />

había pedido en el restaurante. Golpeó la acera, la tapa saltó hacia arriba, y el<br />

café explotó hacia todos lados, empapando a la impecable señora Temple.<br />

En ese preciso instante, el hada se dio la vuelta para mirarla, sus<br />

iridiscentes ojos entrecerrados.<br />

Aterrorizada, Gabby centró toda su atención en la señora Temple que<br />

farfullaba su asombro. Con un entusiasmo cercano a la histeria, sacó pañuelos de<br />

su bolso y, frenéticamente, trató de secar con ellos las manchas de café que se<br />

agrandaban por momentos en lo que había sido, momentos antes, el prístino<br />

traje color marfil del cual tenía la enfermiza sensación que costaba más de lo<br />

que ella ganaba en un mes.<br />

Balbuceando en voz alta lo chapucera que había sido, disculpándose y<br />

echándole toda la culpa al hecho de haber comido en exceso, de no estar<br />

acostumbrada a usar tacones, a estar nerviosa por la entrevista, en cuestión de<br />

segundos se las arregló para borrar completamente la imagen de distinción y<br />

10


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

seguridad en sí misma que concienzudamente había proyectado durante el<br />

almuerzo.<br />

Pero no había tenido alternativa.<br />

Con el propósito de hacer creer al hada que no lo había visto, de que ella<br />

era simplemente una humana chapucera, nada más, había tenido que actuar como<br />

una completa estúpida y arriesgarse a sabotear su credibilidad frente a su<br />

futura empleadora.<br />

Sabotearse, lo había hecho.<br />

Apartando de empujón las frenéticas manos de Gabby que aún la<br />

frotaban, la señora Temple alisó su arruinado traje. Con petulancia se encaminó<br />

hacia el coche y haciendo una pausa hacer un gesto rígido y despectivo dijo por<br />

encima del hombro.<br />

— Tal como le dije antes, señorita O’Callaghan, nuestra empresa trabaja<br />

sólo con los clientes de más alta jerarquía. Pueden ser exigentes, excesivos y<br />

temperamentales. E incomprensibles también. Cuando hay millones en juego, el<br />

cliente tiene todo el derecho a esperar lo mejor. Nosotros en Temple, Turley y<br />

Tucker estamos orgullosos de ser imperturbables al estrés. Nuestros clientes<br />

exigen un trato suave y sofisticado. Francamente señorita O’Callaghan, usted es<br />

demasiado nerviosa y excitable como para tener éxito en nuestra empresa.<br />

Estoy segura que encontrará un trabajo más apropiado en otro sitio. Buenos<br />

días, señorita O’Callaghan.<br />

Sintiéndose como si alguien le hubiese dado patadas en el estómago,<br />

Gabby observó en compungido silencio mientras la señora Temple aceptaba la su<br />

inmaculado Mercedes de manos del guardia, viendo de soslayo que el hada,<br />

gracias a Dios, seguía su camino. Mientras el Mercedes color perla se introducía<br />

a la Quinta Avenida y desaparecía entre el tráfico, - el trabajo de sus sueños se<br />

perdía tras su tubo de escape – los hombros de Gabby se hundieron. Con un<br />

ruidoso suspiro dio la vuelta y caminó pesadamente calle abajo hacia la esquina<br />

donde los simples estudiantes de leyes no-destinados-al-éxito-por-serdemasiado-nerviosos,<br />

podían permitirse aparcar.<br />

— ‘Nervioso’, mi trasero— murmuró, apoyando la cabeza en el volante. —<br />

No tienes ni idea de cómo es mi vida. Tú no los puedes ver.<br />

Todo lo que la señora Temple probablemente habría sentido era una leve<br />

brisa, un incremento moderado de la temperatura, quizás habría capturado el<br />

hálito de un aroma exótico, de una excitante fragancia. Y si, por casualidad, un<br />

hada la hubiera rozado - ya que, aun cuando eran invisibles, eran reales y<br />

verdaderamente estaban allí - la señora Temple lo habría racionalizado de<br />

alguna manera. Aquellos que no podían ver a los Fae siempre lo hacían.<br />

11


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Gabby había aprendido por la vía difícil que muchas de esas personas<br />

tenían cero tolerancia a lo inexplicable. Nunca dejaba de asombrarla las débiles<br />

excusas que generaban para proteger su percepción de la realidad. Ups, supongo<br />

que no dormí lo suficiente anoche ó Vaya. No debería haber tomado esa segunda<br />

(o tercera o cuarta) cerveza con el almuerzo. Si todo lo demás fallaba, entonces<br />

se conformaban con un simple, debo haberlo imaginado<br />

¡Cuánto añoraba ella esa inconsciencia!<br />

Sacudió la cabeza y trató de consolarse a sí misma con el pensamiento<br />

de que, al menos, el hada se había convencido y se había ido. Estaba a salvo. Por<br />

ahora.<br />

De la forma en que lo veía Gabby, los Fae eran los responsables del<br />

noventa y nueve por ciento de los problemas de su vida. <strong>El</strong>la se hacía<br />

responsable del uno por ciento restante, pero ellos eran la razón de que su vida<br />

ese verano fuese de una crisis a otra. <strong>El</strong>los eran la razón por la cual estaba<br />

empezando a temer salir de su casa, sin saber nunca dónde uno de ellos podría<br />

aparecer repentinamente, o cuán mal podría reaccionar. O por qué clase de<br />

estúpida tendría que hacerse pasar, tratando de esconderse. <strong>El</strong>los eran la razón<br />

por la que su novio había roto con ella hacía quince días, tres horas, y -echó una<br />

mirada cavilosa a su reloj de pulsera- cuarenta y dos minutos atrás.<br />

Gabrielle O’Callaghan guardaba un resentimiento especial y muy personal<br />

hacía los Fae.<br />

— No los veo. No los veo — masculló cuando vio como dos apetitosos<br />

machos hada caminaban ligeramente por sobre el techo del coche. Previno su<br />

mirada, se controló, luego puso en el ángulo correcto el espejo retrovisor y<br />

fingió estarse maquillando con su lápiz de labios.<br />

Nunca los mires demasiado fijamente, su Abuela, Moira O’Callaghan,<br />

siempre la había prevenido. Debes actuar de forma natural. Debes aprender a<br />

dejar que tu mirada se deslice sobre ellos sin quitar la vista demasiado rápido y<br />

o demasiado abruptamente, o sabrán que tú sabes. Y te llevarán. Nunca debes<br />

permitirles saber que los puedes ver. ¡Prométemelo, Gabby, no puedo perderte!<br />

La Abuela también los veía, a esas criaturas que otras personas no<br />

podían ver. La mayoría de las mujeres por parte su madre lo hacía, aunque<br />

algunas veces el —don— se saltaba generaciones. Como había sucedido con su<br />

madre, que se había mudado a Los Ángeles años atrás (como si la gente en<br />

California fueran menos extraña que las hadas), dejando a-la-entonces-desiete-años<br />

Gabrielle con la Abuela hasta que se hubiese instalado. Jilly<br />

O’Callaghan nunca terminó de instalarse.<br />

12


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

¿Por qué no pudo saltarme a mi?, reflexionó Gabby. Una vida normal era<br />

todo lo que siempre había querido.<br />

Y proveyéndole diariamente malditas dificultades, aún en la aburrida<br />

Cincinnati. Gabby estaba empezando a pensar que vivir en los Tres Estados,era<br />

un poco como vivir en la convergencia mística de la Boca del Infierno de<br />

Sunnydale ♥ .<br />

Excepto que en el Medio Oeste no tenían demonios ni vampiros —Oh, no,<br />

claro que no— tenían hadas: unas criaturas peligrosamente seductoras,<br />

inhumanas y arrogantes que podrían tomarla y hacerle sólo-Dios-sabe-que, si<br />

alguna vez llegaran a imaginarse que ella podía verlos.<br />

Su historia familiar estaba plagada de leyendas de antepasados que<br />

habían sido capturados por los temibles Cazadores Fae y que nunca habían sido<br />

vueltos a ver. Algunas de las leyendas afirmaban que habían sido rápida y<br />

brutalmente asesinados por los salvajes Cazadores; otras, que habían sido<br />

esclavizados a la fuerza.<br />

No tenía la menor idea cuáles de esas tontas historias podían ser<br />

aceptadas; pero sí tenía una cosa por cierta: No tenía la menor intención de<br />

averiguarlo.<br />

* * *<br />

Más tarde, Gabby comprendería que todo había sido por culpa de la taza<br />

de café. Cada atrocidad que le había ocurrido a partir de ese momento podía<br />

conectarse directamente a esa taza de café con la sorprendente simplicidad de<br />

un argumento que no tenía fallas: De no ser por A (es decir, la taza de café), no<br />

habría pasado B (arruinar la entrevista de trabajo), y no se habría dado C (tener<br />

que ir al trabajo esa noche) y ciertamente no había ocurrido D (esa horrible<br />

cosa que le había pasado allí)… y así hasta el infinito.<br />

Realmente no era justo que una decisión tan trivial, adecuada-para-elmomento<br />

y aparentemente inofensiva como tomarse una taza de café helado<br />

pudiera cambiar por entero el curso de la vida de una chica.<br />

No es que ella minimizara la culpabilidad del hada, pero estudiar leyes le<br />

había enseñado a aislar el catalizador crítico sobre el cual podía basarse la<br />

♥ Sunnydale, llamada —<strong>El</strong> Valle Del Sol— por los demonios. Es una ciudad ficticia de California donde<br />

se desarrolla la trama de la serie televisiva Buffy, la cazavampiros. Existe allí una convergencia<br />

mística que hace que los vampiros aparezcan precisamente en sus cementerios y la visiten toda clase<br />

de seres extraños.<br />

13


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

culpabilidad, y el simple hecho era que si no hubiera tenido esa taza de café en<br />

la mano, no la habría dejado caer, no habría salpicado a la señora Temple, no se<br />

habría tenido que comportar como una tonta chapucera, y no habría perdido<br />

toda esperanza de conseguir el trabajo de sus sueños.<br />

De no ser por la taza de café, el hada no habría tenido ninguna razón<br />

para darse la vuelta y mirarla, y ella no habría tenido ninguna razón para que le<br />

entrase el pánico. Todo habría ido sobre ruedas. Con la promesa de esa<br />

codiciada segunda entrevista, se habría marchado a celebrarlo con sus amigas<br />

esa noche.<br />

Pero debido a esa nefasta taza de café, no resultó. Se fue a casa, tomó<br />

un largo baño de espuma, lloró un largo rato y luego más tarde esa misma noche,<br />

cuando había tenido la certeza de que la oficina estaba vacía y que de ese modo<br />

no tendría que responder a las humillantes preguntas de sus compañeros<br />

internos, condujo su coche de vuelta al centro de la ciudad para ponerse al día<br />

con el trabajo. Llevaba diecinueve difíciles casos de arbitraje, los cuales, ahora<br />

que no tenía perspectivas de obtener otro trabajo, realmente importaban.<br />

Y debido a esa catastrófica taza de café, estaba de muy mal humor y no<br />

prestaba atención cuando aparcó al frente del edificio donde estaba su oficina,<br />

y no advirtió al oscuro y peligroso hada macho, que salía caminando de entre las<br />

sombras del callejón adyacente.<br />

allí.<br />

De no ser por esa estúpida taza de café, ella ni siquiera habría estado<br />

Y ese fue el momento en el que las cosas dieron un giro diabólico y<br />

empezaron a ir de mal en peor.<br />

14


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 2<br />

Adam Black pasó una mano por su pelo largo y negro y frunció el ceño<br />

mientras acechaba desde el callejón.<br />

Durante tres eternos meses había sido humano. Noventa y siete<br />

horrorosos días, para ser exactos. Dos mil trescientas veintiocho interminables<br />

horas. Ciento treinta y nueve mil seiscientos ochenta ofensivos minutos.<br />

Se había obsesionado con el paso del tiempo. Era una vergonzosa<br />

aflicción mortal. Lo siguiente sería que llevaría puesto un reloj de pulsera.<br />

Nunca.<br />

Ciertamente pensaba que Aoibheal tendría que haber venido por él a<br />

estas alturas. Habría apostado su ser mismo en ello; aunque en realidad no era<br />

que tuviese mucho para apostar.<br />

Pero ella no venía, y él estaba enfermo de esperar. No era únicamente<br />

que los humanos tuvieran una cantidad de tiempo ridícula para existir, sino que<br />

sus cuerpos tenían exigencias que consumían la mayor parte de ese tiempo. <strong>El</strong><br />

sólo hecho de dormir consumía una cuarta parte del tiempo. Aunque él había<br />

dominado esas exigencias durante los pocos meses pasados, se ofendía al ser<br />

esclavo de su forma física. Tener que comer, lavarse, dormir, orinar, afeitarse,<br />

cepillarse el pelo y los dientes, ¡Por Dios! Quería ser él mismo otra vez. No<br />

cuando fuera de la sangrienta conveniencia de la reina, sino ahora.<br />

De ahí que hubiese dejado Londres y hubiera viajado a Cincinnati (un<br />

viaje infernalmente largo - en avión) buscando al hijo mitad-Fae que había<br />

engendrado hacía un milenio, Circenn Brodie, que se había casado con una mortal<br />

del siglo veintiuno y por lo general residía aquí con ella.<br />

Por lo general.<br />

Al llegar a Cincinnati, había encontrado la residencia de Circenn vacía, y<br />

no tenía ni idea de donde buscarle después. Se había establecido allí mismo, y<br />

había estado matando el tiempo desde entonces – esforzándose inflexiblemente<br />

para ignorar esto, pero por primera vez en su existencia eterna, el tiempo le<br />

devolvía el favor - esperando el regreso de Circenn. Un Tuatha Dé de sangre<br />

medio pura, Circenn tenía la magia que Adam ya no poseía.<br />

<strong>El</strong> ceño de Adam se hizo mas profundo. <strong>El</strong> poder insignificante que la<br />

reina le había dejado prácticamente no tenía ningún valor. Rápidamente había<br />

descubierto que ella había estudiado muy a fondo su castigo. <strong>El</strong> hechizo de féth<br />

15


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

fiada era uno de los más poderosos y alteraban la percepción que los Tuaha Dé<br />

poseían, utilizado para permitir a un Tuatha Dé relacionarse con el reino<br />

humano, mientras los mantenía indetectables para la humanidad. Encubría su<br />

esencia en una ilusión que afectaba a la memoria a corto plazo y generaba<br />

confusión en las mentes de aquellos que se encontraban en las cercanías.<br />

Si Adam volcara un quiosco de periódicos, el vendedor culparía<br />

despreocupadamente a un viento invisible. Si tomase comida del plato de un<br />

comensal, la persona simplemente decidiría que ya debía haberla terminado. Si<br />

cogiese ropa nueva en una tienda, el dueño registraría un error de inventario. Si<br />

arrebatase comestibles a un transeúnte y arrojase su bolso al suelo, su<br />

desdichada victima se volvería contra un transeúnte cercano y ocurriría una<br />

amarga pelea (él había hecho eso unas pocas veces en busca de un poco de<br />

diversión). Si arrancase el bolso del brazo de una mujer y lo colgara delante de<br />

su cara, ella simplemente caminaría a través de ambos, el bolso y él (en el<br />

momento en que él tocaba una cosa, ésta también era absorbida en la ilusión<br />

lanzada por el féth fiada hasta que él lo soltara) encaminándose en la dirección<br />

contraría, refunfuñando por haber olvidado el bolso en casa.<br />

No había nada que pudiera hacer para llamar la atención sobre él. Y lo<br />

había intentado todo. Prácticamente. Adam Black no existía. Ni siquiera merecía<br />

su insignificante parte del espacio humano.<br />

Él sabía por qué ella había escogido este castigo en particular: debido a<br />

que él se había puesto del lado de la humanidad en su pequeño desacuerdo, ella<br />

le forzaba a probar ser humano del peor modo posible. Solo e impotente, sin una<br />

sola distracción para pasar el rato y entretenerse.<br />

Había tenido suficiente de su sabor como para que le durase una<br />

eternidad.<br />

Una vez había sido un ser todopoderoso que podía escudriñar el tiempo y<br />

el espacio, un ser que podía viajar a todas partes y a cualquier dimensión en el<br />

parpadeo de un ojo, ahora estaba limitado a un solo poder útil: podía sobrevolar<br />

distancias cortas, pero no más de unas pocas millas. Le sorprendía que la reina le<br />

hubiese dejado incluso tanto poder, hasta la primera vez que casi se había caído,<br />

agotado, en el camino de un autobús en el corazón de Londres.<br />

<strong>El</strong>la le había abandonado con una cantidad suficiente de magia para<br />

mantenerse vivo. Lo cual le daba a entender dos cosas: una, ella planeaba<br />

perdonarle finalmente, y dos, probablemente eso iba a llevar un largo, largo<br />

tiempo. Y probablemente no sería hasta el momento en que su forma mortal<br />

estuviese a punto de expirar.<br />

Cincuenta años más de esto lo convertirían en un loco sanguinario.<br />

16


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong> problema era que, aun cuando Circenn regresara, Adam todavía no<br />

había ideado una forma para comunicarse con él. A causa de su mitad mortal,<br />

Circenn no sería capaz de ver a través del féth fiada tampoco.<br />

Todo lo que él necesitaba, pensó Adam por milésima vez, era una<br />

persona. Sólo una persona podría verlo. Sólo una persona podría ayudarle. No<br />

estaba completamente sin opciones, pero no podría atraer a ninguno de los<br />

malditos sin nadie para ayudarle.<br />

Y eso lo hartaba también. <strong>El</strong> omnipotente Adam Black necesitaba ayuda.<br />

Casi podía oír la argentina risa tintineando en la brisa de la noche, soplando<br />

insultantemente a través de los reinos, hasta el final de las arenas trémulas de<br />

sílice de la Isla de Morar.<br />

Con un gruñido de furia enjaulada, salió caminando majestuosamente<br />

desde el callejón.<br />

* * *<br />

Gabby se permitió un enorme suspiro de autocompasión cuando salió de<br />

su coche. Normalmente en noches como esta, cuando el cielo era terciopelo<br />

negro, brillando intensamente con estrellas y una luna con forma de una guadaña<br />

de plata, caliente, húmeda, y viva con los sonidos y perfumes gloriosos del<br />

verano, nada podía deprimirla.<br />

Pero no esta noche. Todo el mundo menos ella estaba afuera, teniendo<br />

una vida, mientras ella peleaba para ordenar el último desastre de las hadas.<br />

Otra vez.<br />

Parecía ser todo lo que ella había hecho en su vida.<br />

Se preguntó brevemente, antes de que lograra apartar el deprimente<br />

pensamiento, lo que su ex estaría haciendo esa noche. ¿Le habrían echado del<br />

bar? ¿Habría conocido ya a otra persona? ¿Alguien que todavía fuera virgen a<br />

los veinticuatro?<br />

Y eso también era culpa de los Fae.<br />

Cerró de un golpe la puerta del coche con más fuerza de la debida, y una<br />

pequeña pieza de adorno cromado se desprendió y golpeó el pavimento. Este era<br />

el tercer trozo que su Corolla había perdido esta semana, aunque estaba<br />

bastante segura de que la antena había sido robada por chicos aburridos de su<br />

barrio. Con un resoplido de exasperación, cerró el coche, pateó la pequeña pieza<br />

17


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

de adorno bajo el coche – se rehusaba limpiar nada más - y se giró hacia el<br />

edificio.<br />

Y se quedó congelada.<br />

Un hada macho acababa salir caminando con paso majestuoso desde el<br />

callejón y se apoyaba en el banco del pequeño oasis del jardín cercano a la<br />

entrada de su edificio de oficinas. Mientras ella miraba, él se estiró sobre el<br />

respaldo del banco, dobló sus brazos detrás de su cabeza, y se quedó<br />

observando el cielo de la noche, mirándolo como si no tuviera ninguna intención<br />

de moverse por mucho, mucho tiempo.<br />

¡Maldito y dos veces maldito!<br />

Estaba todavía tan abrumada por los acontecimientos del día que no<br />

estaba segura de que podría caminar hacia él sin ceder ante el deseo abrumador<br />

de darle una patada.<br />

Eso.<br />

Las hadas eran —eso—, nunca —ellos— o —ellas—. La Abuela le había<br />

enseñado desde una tierna edad a no personificarlos. No eran humanos. Y era<br />

peligroso pensar en ellos, aún en la intimidad de sus pensamientos, como si ellos<br />

lo fueran.<br />

Pero cielos, pensó Gabby, mirándole fijamente, él -eso- era ciertamente<br />

un macho.<br />

Tan alto que el banco no era lo bastante largo para que pudiera estirarse<br />

completamente sobre él, eso había apoyado una pierna en la esquina del banco y<br />

había doblado la otra sobre su rodilla, sus piernas extendidas en una posición<br />

despreciablemente masculina. Iba vestido con unos vaqueros descoloridos, una<br />

camiseta negra, y botas de cuero negras. <strong>El</strong> pelo largo, negro y sedoso se<br />

extendía sobre sus brazos doblados, cayendo hasta rozar la acera. En contraste<br />

con los seres angelicales dorados, que ella había visto más temprano, esto era<br />

oscuro y parecía completamente diabólico.<br />

Brazaletes de oro adornaban sus musculosos brazos, exhibiendo bíceps<br />

poderosos, duros como rocas, y una cadena de oro rodeaba su cuello, brillando<br />

lujosamente a la luz ambarina de las lámparas de gas que alumbraban el oasis del<br />

jardín.<br />

Realeza, se dio cuenta ella, con un rastro de fascinación, jadeante. Sólo<br />

los miembros de una casa real tenían derecho a llevar puestas cadenas de oro.<br />

<strong>El</strong>la nunca había visto a un miembro de una de las Casas Dirigentes antes.<br />

Y —real— era seguramente una buena palabra para él, er... eso. Su perfil<br />

era sencillamente majestuoso. Rasgos esculpidos, pómulos altos, mandíbula<br />

18


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

firme, nariz aguileña, todo cubierto de aquella piel aterciopeladamente dorada y<br />

deliciosa de las hadas. Entrecerró los ojos, absorbiendo los detalles. Sin afeitar<br />

y cubierto por una delicada sombra de barba. Boca llena. Un labio inferior<br />

decadentemente lleno. Indecente, la verdad. (Gabby, ¡Deja de pensar eso!)<br />

Inspiró lentamente, exhaló suavemente, permaneciendo completamente<br />

quieta, una mano en el techo de su coche, la otra cerrándolo con llave.<br />

Eso exudaba una inmensa sexualidad: perversa, cruda, abrasadora.<br />

Desde aquella distancia no debería haber sido capaz de sentir el calor de su<br />

cuerpo, pero podía. No debería haberse sentido un poco mareada por su exótico<br />

olor, pero así se sentía. Como si eso fuera veinte veces más potente que<br />

cualquiera de los que hubiera encontrado antes; una verdadera central eléctrica<br />

en un hada.<br />

Nunca iba a ser capaz de pasar caminando tranquilamente por delante de<br />

eso. Simplemente no ocurriría. No hoy. Existía solo cierta cantidad de lo que ella<br />

capaz de dar en un día en concreto, y Gabby O'Callaghan había excedido sus<br />

límites.<br />

Tranquila... eso no se ha movido. De hecho, parecía completamente<br />

inconsciente de todo lo que le rodeaba. No podría dolerle que le mirara durante<br />

un rato más largo...<br />

Además, se recordó, tenía el deber de observar subrepticiamente todo<br />

lo que fuera posible de cualquier espécimen de hadas desconocido. De tal<br />

manera las mujeres O'Callaghan se protegían y protegían el futuro de sus niños<br />

—aprendiendo sobre su enemigo—. Transmitiendo historias. Añadiendo nueva<br />

información, con dibujos cuando fuera posible, a los multivolúmenes de los<br />

Libros de los Fae, proporcionando de esa manera a las futuras generaciones<br />

mayores posibilidades de escapar a su detección.<br />

Este no tenía los lisos y brillantes músculos de la mayoría de los machos<br />

hadas, notó ella; éste tenía el cuerpo de un guerrero. Hombros demasiado<br />

anchos para entrar en el banco. Los brazos formando grupos de músculos,<br />

gruesos antebrazos, muñecas fuertes. Los abdominales de su estomago se<br />

marcaban bajo la tela de su camiseta cada vez que cambiaba de posición. Muslos<br />

poderosos moldeados por el suave tejido de los vaqueros descoloridos.<br />

No, no un guerrero, reflexionó, no era completamente eso. Una oscura<br />

sombra bailaba en los oscuros recuerdos de su mente y ella luchaba por lograr<br />

enfocarla.<br />

Más bien como... ah, ¡lo tenía! Como uno de aquellos herreros de antaño<br />

que habían pasado todos sus días golpeando el acero en una fragua abrasadora,<br />

el metal resonando, las chispas volando. Poseedores de una fuerza muscular<br />

19


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

enorme, pero también capaces de la delicadeza necesaria para trabajar láminas<br />

intrincadamente embellecidas, combinando puro poder con exquisito control.<br />

No había ni un gramo de grasa en el cuerpo de eso, sólo cuerpo masculino<br />

duro como una roca. Eso tenía una fuerza sutilmente afilada y brutal que, aunada<br />

con su altura y anchura, podría abrumar a una mujer. Especialmente si eso se<br />

estiraba completamente ondeando sus músculos encima de-<br />

¡Detén esto, O'Callagham! Limpiando diminutas gotas de sudor de encima<br />

de su frente con el dorso de la mano, expulsó una respiración temblorosa,<br />

luchando desesperadamente por ser objetiva. Se sentía tan ardiente como la<br />

fragua sobre la que ella podía imaginarlo inclinado, su cuerpo duro brillando,<br />

golpeando...golpeando.<br />

Vamos, Gabby, una débil voz interior le advertía. Vete ahora. Deprisa.<br />

Pero su alarma interior se encendió demasiado tarde. En ese preciso<br />

momento eso giró su cabeza y echó un vistazo hacia donde ella estaba.<br />

Debería haber apartado la mirada. Trató de apartar la mirada. No pudo.<br />

Su cara, plena, era un trabajo de imposible belleza masculina - exquisita<br />

simetría rozada con un poco de salvajismo —pero eran sus ojos los que<br />

consiguieron atraparla totalmente—. Eran ojos antiguos, ojos inmortales, ojos<br />

que habían visto más de lo que ella podría soñar alguna vez ver en mil vidas. Ojos<br />

llenos de inteligencia, burla, travesuras, y —aguantó la respiración en su<br />

garganta cuando su fija mirada bajo por su cuerpo, volviendo lentamente a<br />

subir— sexualidad desencadenada. Negras como la medianoche eran sus afiladas<br />

cejas, sus ojos destellaban con chispas de oro.<br />

La boca de ella se abrió completamente y jadeó.<br />

Paro, paro, paro, una parte de ella crepitaba en señal de protesta, ¡no<br />

tiene ojos de hada! ¡No puede ser un hada! Tienen ojos iridiscentes. Siempre. Y<br />

si eso no es un hada, ¿que es?<br />

Otra vez la mirada fija de eso se deslizó por su cuerpo, esta vez mucho<br />

más despacio, demorándose en sus pechos, fijándose descaradamente en el<br />

centro de sus muslos. Sin una pizca de inhibición, eso movió sus caderas para<br />

hacer juego con sus vaqueros, bajándolos, ajustándolos descaradamente.<br />

Impotentemente, como si estuviera hipnotizada, su mirada fija lo siguió,<br />

tropezando con esa gran mano oscura que tiraba de los vaqueros descoloridos.<br />

En la enorme protuberancia, hinchada bajo la tela suave, usada. Durante un<br />

momento cerro su mano sobre eso y frotó la gruesa protuberancia, y ella se<br />

horrorizó al sentir su mano apretada. Se sonrojó, con la boca seca, las mejillas<br />

ardiendo.<br />

20


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Repentinamente eso se quedó inmóvil y su preternatural mirada fija se<br />

encontró con la de ella, sus ojos estrechándose.<br />

— Cristo —, silbó, levantándose del banco con una elegante ondulación de<br />

fuerza animal, — tú me ves. ¡Tú me ves!<br />

— No, no lo hago —, masculló Gabby instantáneamente. Defensivamente.<br />

Estúpidamente. Oh, eso estuvo muy bien, O'Callagahm, ¡eres una imbécil!<br />

Cerrando su boca con tanta fuerza que sus dientes chasquearon, abrió la<br />

puerta del coche y subió más rápidamente de lo que alguna vez hubiera creído<br />

posible.<br />

Poniendo la llave en el contacto, puso el coche marcha atrás.<br />

Y luego hizo otra cosa estúpida: le echó un vistazo a eso otra vez. <strong>El</strong>la no<br />

podía ayudarle. Eso simplemente demandaba atención.<br />

Eso andaba hacia ella con paso majestuoso, su expresión era de puro<br />

asombro.<br />

Por un breve momento ella bostezó inexpresivamente a su espalda. ¿Un<br />

hada era capaz de estar sorprendida? Según fuentes O'Callaghan, no<br />

experimentaban emociones. ¿Y como podrían hacerlo? No tenían corazón, ni<br />

alma. Sólo un tonto pensaría que algún tipo de conciencia superior acechaba<br />

detrás de aquellos románticos ojos. Gabby no era ninguna tonta.<br />

Eso fue hacia la cuneta. Dirigiéndose directamente hacia ella.<br />

Con un alarmado tirón ella recobró el juicio, metió el coche en la<br />

carretera, y pisó el acelerador a fondo.<br />

* * *<br />

Darroc, el más Antiguo del Alto consejo de los Tuatha Dé Danaan,<br />

permanecía de pie en la Colina de Tara en la Llanura de Meath. La brisa fresca<br />

de la noche enredaba el largo pelo de color dorado cobrizo alrededor de una<br />

cara que sería eróticamente hermosa, sino fuera por una cicatriz que arruinaba<br />

su cincelado rostro. Era una cicatriz que él podría haber ocultado fácilmente<br />

con encanto, pero había elegido no hacerlo. Él la llevaba para recordar, la llevaba<br />

para que los demás no olvidaran.<br />

Irlanda fue una vez nuestra, pensó él amargamente, mirando fijamente<br />

la tierra exuberante, frondosa.<br />

21


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y Tara – mucho tiempo atrás llamada Teamir y antes de eso bautizada<br />

como Cathair Crofhind por ellos mismos los Tuatha Dé - una vez el parangón de<br />

la fuerza y la gloria de su raza, era ahora una parada turística invadida por<br />

gente acompañada de guías que contaban historias sobre su gente, las que en su<br />

mayoría eran vergonzosamente ridículas.<br />

Los Tuatha Dé habían llegado a este mundo mucho antes de lo que los<br />

mitos humanos suponían. ¿Pero que podría esperarse de pequeñas criaturas<br />

cuyas endebles vidas comenzaban y crepitaban al finalizar en el mero parpadeo<br />

del ojo de un Tuatha Dé?<br />

Cuando encontramos este mundo, teníamos tanta esperanza. En efecto,<br />

el nombre que habían elegido para Tara - Cathair Crofhind - significaba —ya no<br />

existe el mal— ; su elección en este mundo para que fuese su nuevo hogar.<br />

Pero había ido mal, increíblemente mal. <strong>El</strong> hombre y el Tuatha Dé habían<br />

resultado ser incompatibles, incapaces de compartir este fértil mundo que tenía<br />

tantas semejanzas con el suyo, y su raza, una vez majestuosa y orgullosa, ahora<br />

se escondía en lugares que la gente no había descubierto todavía. Habiendo<br />

aprendido recientemente a aumentar el poder del átomo, la humanidad no<br />

presentaría una seria amenaza para los Tuatha Dé durante algún tiempo.<br />

Pero el tiempo pasaba velozmente para los de su clase, y entonces ¿su<br />

gente se vería forzada a huir otra vez?<br />

Darroc rehusaba vivir para ver tal día.<br />

Proscrito. Los nobles Tuatha Dé había sido relegados a sitios olvidados,<br />

tal como habían sido echados a la fuerza una vez antes, hacia siglos. Parias<br />

entonces. Expulsados ahora. La única diferencia era que la humanidad no era aún<br />

lo bastante poderosa para echarles de su mundo de la misma forma en que<br />

habían sido expulsados de su amado hogar.<br />

Aún.<br />

No habían sido capaces de conquistar Danu - las otras razas habían sido<br />

demasiado poderosas - pero podrían tomar este mundo y conquistarlo. Ahora.<br />

Antes de que el hombre avanzara más lejos.<br />

— Darroc —, una voz interrumpió sus amargas reflexiones. Mael, el<br />

consorte de la reina, apareció al lado de él. — Intenté escaparme antes del<br />

tribunal pero -<br />

— Se como te vigila ella estrechamente y esperaba que te tomase algo<br />

más de tiempo —. Le cortó Darroc, impaciente por sus noticias. Unos pocos días<br />

22


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

en Faery ♥ eran meses en el reino humano donde Darroc había estado esperando<br />

en el sitio señalado para la reunión.<br />

— Díme. ¿Lo hizo ella?<br />

Alto, poderosamente desarrollado, con piel leonada y una melena de<br />

brillante bronce, el último favorito de la reina inclinó la cabeza, sus ojos<br />

brillando iridiscentemente.<br />

— <strong>El</strong>la lo hizo. Adam es humano. Y, Darroc, ella le quitó sus poderes. Él<br />

ya no nos puede ver<br />

Darroc sonrió. Perfecto. No podría haber pedido más. Su antagonista,<br />

esa espina eternamente clavada, el abogado más persistente de la humanidad,<br />

había sido desterrado del Mundo de las Hadas, y sin él, el equilibrio de fuerzas<br />

en la corte se torcería en favor de Darroc por fin.<br />

Y Adam estaba indefenso, un blanco andante. Mortal.<br />

— ¿Sabes donde esta él ahora? — preguntó Darroc.<br />

Mael negó con la cabeza. — Sólo sé que recorre el reino humano. ¿Iras a<br />

cazarlo?<br />

— No. Ya has hecho suficiente. Mael —, le dijo Darroc. Estaba pensando<br />

en otros Cazadores para rastrear su presa. Los cazadores no eran tan leales a la<br />

reina como a ella le gustaba creer. — Debes regresar antes de que ella descubra<br />

que te has ido. No debe sospechar nada.<br />

Cuando el consorte de la reina desapareció, Darroc también tamizó el<br />

tiempo y el lugar, pero hacia un reino completamente diferente.<br />

Él se rió mientras lo hacía, sabiendo que aunque Adam solía defender a<br />

mortales, el vanaglorioso príncipe de los D'Jai odiaría ser humano, despreciaría<br />

estar atrapado en el cuerpo de una de esas pequeñas, limitadas y frágiles<br />

criaturas, cuyo intervalo de vida era tan horrorosamente breve.<br />

Estaba a punto de acortárselo más que el promedio.<br />

♥ Faery es el Mundo de las Hadas<br />

23


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 3<br />

Adam fue pillado tan por sorpresa que no se le ocurrió realizar una serie<br />

de saltos cortos y seguir a la mujer, hasta que fue demasiado tarde.<br />

Para el momento en que pensó en tamizar el tiempo, el desvencijado<br />

vehículo ya había avanzado a toda velocidad, y no tenía ni la menor idea de hacia<br />

dónde había ido. Intentó saltar en varias direcciones, pero fue incapaz de<br />

encontrarla<br />

Sacudiendo la cabeza, volvió al banco y se sentó, maldiciéndose en media<br />

docena de idiomas.<br />

Finalmente, alguien le había visto.<br />

¿Y qué había hecho él? Dejarla escapar. Imposibilitado por su<br />

asquerosamente humana anatomía.<br />

Le había quedado malditamente claro que el cerebro y el pene de los<br />

varones humanos no podía mantener la suficiente cantidad de sangre para<br />

funcionar al mismo tiempo. Era o lo uno o lo otro y, al parecer, los hombres no se<br />

decidían aún a escoger uno.<br />

De haber sido un Tuatha Dé, habría estado en completo control sobre su<br />

lujuria. Fríamente excitado, tal vez un poco aburrido (no se trataba de que no lo<br />

hubiera hecho antes; dándole unos pocos miles de años, un Tuatha Dé tenía<br />

tiempo de haberlo probado todo)<br />

Pero siendo humano, la lujuria era mucho más intensa, y su cuerpo, al<br />

parecer, era esclavo de ella. Una simple erección podía convertirle en un maldito<br />

Neandertal.<br />

¿Cómo había sobrevivido la humanidad tanto tiempo? Y hablando de eso,<br />

¿cómo habían logrado avanzar de su estado primitivo a lo que eran ahora?<br />

Exhalando un resoplido de exasperación, se levantó del banco y comenzó<br />

a pasearse de un lado a otro por el camino de adoquí del parque.<br />

Así se quedó, acostado de espaldas, mirando las estrellas,<br />

preguntándose dónde infiernos se había ido Circenn durante tanto tiempo,<br />

cuando de repente, había sufrido una irritante sensación, como si fuera el<br />

blanco de una intensa mirada.<br />

24


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Había echado un vistazo, medio esperando ver a algunos de sus<br />

compañeros de juerga riéndose de él. De hecho, había tenido la esperanza de<br />

verlos. Riéndose o no. En los últimos noventa y siete días había examinado arriba<br />

y abajo buscando alguno de su raza, pero no había captado ni con mucho, un solo<br />

destello de un Tuatha Dé. Había concluido finalmente que la Reina debía<br />

haberles prohibido espiarle, ya que no podía encontrar otra explicación para su<br />

ausencia. Sabía demasiado bien que algunos cuantos miembros de su raza<br />

habrían disfrutado la visión de su sufrimiento.<br />

Había sido visto —no por sus compañeros— sino por una mujer. Una<br />

humana, iluminada por aquello que no poseían los de su especie, resplandeciendo<br />

desde su interior gracias al suave brillo dorado de su alma inmortal.<br />

Una mujer joven lujuriosamente sensual además, con aspecto irlandés.<br />

Largo cabello rubio platinado atado con una horquilla, flojo, con mechones cortos<br />

desparramados alrededor de un rostro delicado con forma de corazón. Enormes<br />

ojos un poco elevados en los rabillos, una barbilla puntiaguda y una boca llena,<br />

lujuriosa. Un destello de fuego en su intensa y felina mirada dorada, era la<br />

prueba de ese apasionado temperamento gaélico que siempre lo excitaba. Pechos<br />

plenos, redondos, piernas torneadas y un culo delicioso.<br />

Instantánea y dolorosamente se puso duro como una roca.<br />

Y por durante unos pocos momentos críticos, el cerebro no le había<br />

funcionado en absoluto, aunque sí el resto. Estupendamente bien, de hecho. Pero<br />

su cerebro no.<br />

Maldecido por el féth fiada, se había mantenido célibe por tres largos e<br />

infernales meses. Y su mano no contaba.<br />

Tendido allí, imaginando todas las cosas que le haría a aquella mujer si<br />

pudiera, había fallado completamente en procesar ella no sólo había estado allí<br />

mirando en su dirección en general, sino que su primer instinto había sido el<br />

correcto: él había sido el centro de su intensa mirada. <strong>El</strong>la estaba mirando<br />

directamente hacia él.<br />

Viéndole.<br />

Y cuando logró encontrar sus pies, incluso recordar que los tenía, ella ya<br />

estaba en su coche.<br />

Había escapado de él.<br />

Pero no por mucho tiempo, pensó entrecerrando los ojos. La encontraría.<br />

<strong>El</strong>la le había visto. No tenía idea de cómo o por qué era capaz de hacerlo,<br />

pero, sinceramente, no le importaba demasiado. Lo había hecho, y ahora ella<br />

sería su billete de vuelta al paraíso.<br />

25


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y, pensó, curvando los labios en una maliciosa y erótica sonrisa, estaba<br />

dispuesto a apostar que además ella era capaz de sentirlo. La lógica le dictaba<br />

que si ella era inmune a uno de los aspectos del féth fiada, sería inmune a todos<br />

ellos.<br />

Por primera vez desde que la Reina lo había convertido en humano, echó<br />

hacia atrás su cabeza y rió. <strong>El</strong> rico y oscuro sonido rodó —a pesar de que su<br />

boca humana lo transformaba— no enteramente humano, haciendo eco en la calle<br />

vacía.<br />

Se dio la vuelta y miró especulativamente el edificio a sus espaldas.<br />

Sabía muchas cosas acerca de los humanos al haber caminado entre ellos<br />

durante tantos milenios, y había aprendido aún más en los últimos meses. Eran<br />

criaturas de hábitos; como las pequeñas y perezosas ovejas de las Highlands,<br />

hollando obedientemente los mismos caminos ya transitados, volviendo a los<br />

mismos pastos día tras día.<br />

Indudablemente, existía una razón por la que ella había ido a ese edificio<br />

esa tarde.<br />

Y sin duda, había algo en aquel edificio que lo llevaría hasta ella.<br />

La deliciosa y pequeñita irlandesa iba a ser su salvadora.<br />

Lo ayudaría a encontrar a Circenn y comunicarle su grave situación.<br />

Circenn surcaría dimensiones y lo devolvería a la isla Fae de Morar donde la<br />

Reina tenía su corte. Y Adam la persuadiría de que ya era más que suficiente.<br />

Sabía que Aoibheal no sería capaz de mirarlo a los ojos y denegárselo.<br />

Simplemente tenía que llegar hasta ella, verla, tocarla, recordarle cuánto lo<br />

había favorecido ella y por qué.<br />

Y, desde luego, ahora que había encontrado a alguien que podía verle,<br />

tendría su gloriosa existencia inmortal de nuevo en muy poco tiempo.<br />

Mientras tanto, y hasta que volviera Circenn, tenía bastante con lo que<br />

entretenerse. Ya no tenía la misma prisa por volver a ser inmortal. No<br />

justamente ahora. No ahora que de pronto tenía la oportunidad de experimentar<br />

el sexo en forma humana. <strong>El</strong> cuerpo de los Fae no era ni con mucho tan sensitivo<br />

como el que actualmente habitaba, y —sensual como era— estaba doblemente<br />

enfurecido con Aoibheal por haberle incapacitado para explorar sus capacidades<br />

eróticas. Algunas veces ella podía ser realmente una gran perra.<br />

Si una simple erección en forma humana podía reducirle a un estado<br />

primitivo, ¿Qué podría hacerle el enterrarse dentro de una mujer? ¿Qué se<br />

sentiría al correrse dentro de ella?<br />

No tenía duda de que pronto lo averiguaría.<br />

26


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Jamás había existido una mujer humana que viviera y respirara que<br />

pudiera decirle que no a un pequeño revolcón con un hada.<br />

* * *<br />

Gabby no levantó el pie del acelerador hasta que entró derrapando en el<br />

sombrío callejón detrás de su casa, en la 735 de la calle Monroe. Entonces pisó<br />

el freno con tanta fuerza que estuvo cerca de provocarse un esguince.<br />

Se había saltado todos los semáforos en rojo entre Cincinnati y<br />

Newport, con la esperanza de que un policía la detuviera (a pesar de la citación<br />

ante el juzgado que tenía por no pagar los tickets de aparcamiento, como si<br />

pudiera permitirse pagarlos ahora que su costo se había duplicado, y faltando<br />

todavía cuatro meses para que la infracción prescribiera, y realmente, si en el<br />

centro de la ciudad hubiera aparcamientos suficientes, una persona no se vería<br />

forzada a inventarse lugares para aparcar), la podría meter en la cárcel y la<br />

encerrarla donde esa cosa no fuera capaz de encontrarla.<br />

La mayoría de los días adoraba vivir en Kentucky, en su histórico barrio<br />

de antiguas casas Victorianas e italianas, con sus verjas de hierro forjado, las<br />

bugambilias trepando, y los árboles de magnolias, a solo una milla de Ohio<br />

cruzando el río. Era un lugar conveniente para el trabajo, la escuela, los bares,<br />

para todas las cosas que importaban. Pero esa noche estaba demasiado cerca<br />

como para ser un lugar confortable. Es más, en ese momento sentía que Siberia<br />

sería un lugar más confortable.<br />

Aparcando tan cerca como pudo de la casa, agarró su bolso, saltó del<br />

coche, subió los escalones casi corriendo, abrió la puerta trasera con manos<br />

temblorosas, cerrándola de golpe a su espalda, le echó la llave y deslizó el<br />

averiado cerrojo y luego se derrumbó en un reblandecido montón de carne sobre<br />

el suelo.<br />

Permaneció en la oscuridad de la cocina, agudizando los oídos,<br />

escuchando atentamente cualquier señal que le indicase que eso de alguna<br />

manera se las había arreglado para seguirla. ¡Cuánto deseaba tener un garaje!<br />

Su coche estaba allí fuera aparcado, como una gran X desvencijada de color<br />

azul: Aquí se esconde Gabby O’Callaghan. Un blanco fácil. Un pato sentado.<br />

Quack…. quack ♥ .<br />

♥ Juego de palabras intraducible. En el original en inglés se utiliza la expresión Sitting Duck, que se<br />

traduce literalmente como Un pato sentado, de allí que a continuación se utilicen las onomatopeyas<br />

Quack, Quack...<br />

27


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Oh, Dios, ¿Qué he hecho? —susurró, horrorizada.<br />

Veinticuatro años de esconderse, de mantener una fachada impecable,<br />

lanzados por la borda en una sola noche.<br />

La Abuela estaría muy decepcionada.<br />

<strong>El</strong>la estaba muy decepcionada. Se había quedado allí de pie mirando<br />

boquiabierta —no, comiéndose con los ojos a esa cosa. Y había tratado de<br />

justificarse contándose a sí misma la insignificante mentira de que sólo estaba<br />

mirando para poder identificarlo con exactitud en Los libros de los Fae de las<br />

O’Callaghan, o describirlo en ellos si es que no estaba ya allí.<br />

Seguramente.<br />

¿Los encuentras atractivos? Le había preguntado Moira O’Callaghan a<br />

Gabrielle a los catorce años mientras una noche se tomaban un refresco de<br />

naranja en la cocina, hacía ya casi diez años.<br />

Gabby se había sonrojado furiosamente, no queriendo traicionar la<br />

profundidad de su desesperanzado encaprichamiento. Mientras sus amigas de la<br />

secundaria soñaban con actores y estrellas de rock y las más grandes con<br />

coches, ella soñaba con un príncipe hada que entraría de golpe en su vida y la<br />

llevaría a alguna tierra exótica y hermosa. Uno que pudiera traspasar, de alguna<br />

manera, la innata frialdad e insensibilidad de los de su especie, todo por amor a<br />

ella.<br />

¿Son atractivos para ti? Presionó la Abuela. Avergonzada, Gabby había<br />

asentido.<br />

Eso es lo que les hace tan peligrosos, Gabrielle. Los Fae no son mejor que<br />

los Cazadores que envían tras nosotras. Son inhumanamente seductores. —<br />

Inhumano— es la palabra que debes recordar. Sin alma. Sin corazón. No los<br />

idealices.<br />

Había sido culpable de aquello entonces. No se veía a sí misma como<br />

culpable a estas alturas. Con el paso de los años, había dejado atrás muchas<br />

cosas, incluido su tonto encaprichamiento con una fantasía acerca de un príncipe<br />

de las hadas.<br />

No.<br />

Con un gemido de abyecta tristeza, se obligó a levantarse del suelo.<br />

Quedarse convertida en una bolita de carne no iba a solucionar nada.<br />

Si alguna vez te engañas a ti misma, le había dicho su abuela demasiadas<br />

veces como para contarlas, si uno de ellos se da cuenta de que puedes verles,<br />

debes marcharte inmediatamente. No te arriesgues a peder el tiempo haciendo<br />

28


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

las maletas, solo entra en el coche y vete tan rápido como puedas. Te he dejado<br />

dinero en una cuenta especial para que lo uses sólo para ese propósito. Debería<br />

haber más que suficiente para velar por tu seguridad.<br />

Gabby se aferró al borde de la encimera de la cocina y cerró los ojos.<br />

No quería marcharse, maldita fuera. Este era su hogar, el hogar en el<br />

que le había criado su Abuela. Cada rincón estaba lleno de preciosos recuerdos.<br />

Cada centímetro de la centenaria y laberíntica casa victoriana era querido para<br />

ella, desde el tejado de pizarra en el que siempre aparecía una gotera nueva, a<br />

las espaciosas habitaciones de altos techos y el arcaico sistema para calentar el<br />

agua que golpeaba y chirriaba, pero que humeaba acogedoramente en invierno.<br />

¿Y qué si no podía permitirse calentar la mayor parte de la casa y tenía que<br />

llevar puestas capas de ropa a menos que estuviera a cinco pies de un radiador?<br />

¿Y qué si aún no tenía aire acondicionado y los veranos eran pegajosamente<br />

calientes?<br />

De vez en cuando se había sentido horriblemente tentada de meter<br />

mano en su cuenta de-escape-de-las-hadas, pero se había resistido. Las cosas<br />

cambiarían una vez que se graduara y consiguiera un trabajo de verdad. Sus<br />

finanzas no podrían ser siempre así de precarias. Incluso un puesto de<br />

principiante en un bufete de abogados le permitiría comenzar a pagar el montón<br />

de préstamos estudiantiles que había pedido para su carrera universitaria y<br />

realizar las muy necesarias renovaciones.<br />

De cualquier manera, pasaba la mayor parte del tiempo en la torrecilla<br />

octogonal, o en la biblioteca del primer piso como en el dormitorio escaleras<br />

arriba, al cual se había cambiado cuando su Abuela murió. Con todas las ventanas<br />

abiertas durante una noche de verano y el ventilador del techo generando aire<br />

suavemente, podía combatir el calor. Además, le encantaba tumbarse en la cama<br />

y mirar los exuberantes jardines (pese a la desvencijada verja de hierro<br />

forjado que necesitaba desesperadamente ser reemplazada). La hipoteca había<br />

sido pagada hacia años. Nunca había planeado marcharse, con la esperanza de<br />

llenar algún día las habitaciones demasiado silenciosas con sus hijos.<br />

Y ahora, por culpa de un maldito hada…<br />

Espera un segundo, pensó abriendo los ojos ampliamente, eso no tenía<br />

ojos de hada, ¿recuerdas? Debido al pánico, se había olvidado por completo de<br />

sus extraños ojos. Eran de un solo color. Negros como la noche. Negros como el<br />

pecado si no fuese por aquellas motas doradas.<br />

Definitivamente, no era hada. Los Fae tenían ojos iridiscentes que<br />

cambiaban rápidamente como el mercurio, alcanzando todos los colores del arco<br />

iris. Brillantes y quijotescos. Nunca negros y dorados.<br />

29


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

De hecho, meditó, mordisqueándose el labio inferior pensativamente, eso<br />

había mostrado varias anomalías incomprensibles: sus ojos, su atuendo humano<br />

— ¿realmente las hadas llevaban vaqueros y camiseta? — generalmente los Fae<br />

llevaban atuendos hechos de tipos de telas que ella nunca había visto; y no<br />

mostraban emociones.<br />

¿Podría ser tan afortunada? Frunciendo el ceño, rememoró todo el<br />

encuentro en su cabeza, tratando de aislar cualquier otra anomalía. ¿Sería<br />

posible que la criatura que había visto no fuera un hada sino otra cosa?<br />

Animada por la posibilidad, se dio la vuelta y atravesó apresuradamente<br />

la casa a oscuras en dirección a la torrecilla de la biblioteca. Tenía que consultar<br />

los libros O’Callaghan.<br />

Comprimidos en diecinueve gruesos volúmenes aburridamente detallados<br />

que se remontaban al siglo quinto, los Libros estaban llenos de la tradición<br />

popular de las hadas, observaciones, conversaciones casuales y teorías.<br />

Fielmente conservados por sus antepasados, y con notas añadidas durante<br />

siglos, los tomos estaban llenos de acontecimientos y vivencias de hadas y<br />

leyendas.<br />

Allí, alguna parte, habría información sobre la criatura que había visto<br />

esa noche.<br />

Quizás, se aferró con determinación a ese pensamiento optimista<br />

mientras bajaba corriendo el pasillo, esa cosa ni siquiera tenía importancia en el<br />

esquema del mundo de las hadas. Quizás no tenía más intención de molestarla<br />

del que ella tenía de molestarlo a él.<br />

Quizás se estaba preocupando por nada.<br />

* * *<br />

Y quizás, pensó con abatimiento muchas horas después, dejando caer el<br />

polvoriento volumen en su regazo como si quemara, la luna estaba hecha de<br />

queso.<br />

Era un hada.<br />

Y no cualquier hada.<br />

Era la peor hada de todos.<br />

¿<strong>El</strong> deseo? Lo tenía a manos llenas. ¿Molestarla? Oh, tendría suerte si<br />

eso era todo lo que le hacía. Torturarla, jugar con ella para su propia diversión,<br />

dejarla caer en medio de alguna batalla medieval de las Highlands y observar<br />

30


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

cómo era pisoteada por briosos caballos de guerra: Todas esas eran<br />

posibilidades, de acuerdo a lo que acababa de leer. Si eso se mantenía fiel a las<br />

formas —la idea le hizo estremecerse— primero la seduciría. Lo intentaría, se<br />

corrigió a toda prisa. (<strong>El</strong> hecho era que, de acuerdo a lo que había leído, ninguna<br />

mujer mortal podría resistirse a la idea que ella se negaba a ponderar<br />

demasiado. Ese hada arrogante y altanero no obtendría ni un pedazo de Gabby<br />

O’Callaghan)<br />

Frotándose los ojos, sacudió la cabeza. Déjenmelo a mí, reflexionó, que<br />

nunca hago las cosas a medias. No tenía bastante con haberse descubierto<br />

delante de un Fae, sino que tenía que ir y hacerlo justo con el más famoso de<br />

todos ellos.<br />

Un elocuente seductor, se decía que era tan diabólicamente encantador<br />

que los mortales no comprendían que estaban en peligro hasta que era<br />

demasiado tarde. Eso mismo iba por Puck, Robin Goodfellow y Wayland Smith ♥ ,<br />

entre otros muchos nombres.<br />

Un granuja incluso entre los de su propia especie…<br />

Cuando había empezado a buscar, tuvo el temor de que le llevara días<br />

escarbar entre los enrevesados tomos para encontrar la identidad de la criatura<br />

que había visto, suponiendo que siquiera estuviera allí. Los volúmenes más viejos<br />

estaban escritos en gaélico, la cual - pese de los valientes esfuerzos de su<br />

Abuela por enseñarle la ancestral lengua – Gabby seguía sin poder hablar, y casi<br />

no podía leer sin confundirse por entero.<br />

Los Libros de los Fae eran pesadilla, escritos en cantidades y a menudo<br />

ilegibles idiomas, con notas que apretujadas en los márgenes cada página,<br />

remitiendo a otras notas que repletaban otros márgenes de otras páginas<br />

igualmente difíciles de descifrar.<br />

Más de una vez Gabby había alegado a su Abuela de que alguien —<br />

realmente tenía que generar un índice y organizar aquellas malditas cosas—. Y,<br />

más de una vez, su Abuela había sonreído dirigiéndole una mirada astuta y había<br />

dicho —Sí, alguien debería. ¿Qué te detiene?—.<br />

Aunque Gabby habría hecho casi cualquier cosa que su amada Abuela le<br />

hubiera pedido, había evitado con gran determinación esa tarea.<br />

Se había enterrado en libros de leyes modernos que estaban lejos mucho<br />

menos atemorizantes que los antiguos tomos que traían a la vida un mundo<br />

exótico, lo cual le permitía continuar con su propia vida y tener la esperanza de<br />

un futuro normal que dependía de su capacidad para ignorar dicho mundo.<br />

♥ Personajes del mundo de las hadas de la mitología anglosajona.<br />

31


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Después de horas de infructuosa búsqueda, Gabby finalmente se había<br />

fijado en otro libro, uno que no recordaba haber visto con anterioridad, un<br />

volumen más delgado escondido en una esquina, como si hubiera sido<br />

inadvertidamente puesto detrás de los otros libros y olvidado. Curiosa, alargó la<br />

mano para tomarlo, quitándole la espesa capa de polvo de la tapa.<br />

Sumamente inteligente, letalmente seductor…<br />

Encuadernado en suave piel negra, el tomo que casi había pasado por alto<br />

contenía la información que buscaba. Sus antepasados habían tomado el asunto<br />

con tanta seriedad que le habían dedicado un volumen aparte.<br />

A diferencia de los otros volúmenes, que estaban escritos en forma de<br />

diarios inconexos y esporádicos, y que trataban de cualquier hada que hubiera<br />

sido vista recientemente, el delgado libro negro sólo hacía referencia a uno, y<br />

avanzaba en orden cronológico, complementado por numerosos capítulos.<br />

También, a diferencia de los otros volúmenes que estaban etiquetados<br />

simplemente con números romanos, éste merecía su propio título: <strong>El</strong> libro de<br />

Sin Siriche Du.<br />

O, con una traducción un tanto floja desde el gaélico – que era lo que<br />

más que ella podía aspirar - el Libro del más Oscuro/ más Negro <strong>El</strong>fo/Hada.<br />

Había encontrado la criatura que había visto esa noche: Adam Black.<br />

Los informes más antiguos respecto a él estaban incompletos, las<br />

descripciones de su diversos encantos, advertencias sobre sus actitudes<br />

diablescas, precauciones acerca de su insaciable sexualidad e inclinación por la<br />

mujeres mortales (—sacia de tal modo a una muchacha, que es incapaz de hablar<br />

y, durante quince días o más, tiene el juicio desquiciado—. ¡Oh, por favor!, pensó<br />

Gabby, ¿ese era el equivalente medieval de sorberle los sesos?), pero a medida<br />

que se acercaba el primer milenio los informes se hacían más detallados.<br />

A mediados del siglo noveno - cerca del 850 A.C. – la cosa se había<br />

comportado violentamente, mezclándose con los mortales, al parecer con el<br />

único propósito de incitar la furia y provocar el estallido de guerras por toda<br />

Escocia.<br />

Miles habían muerto para cuando él había terminado de divertirse.<br />

Numerosos comentarios se habían hecho a partir de la observación de la<br />

cosa sonriendo mientras la sangre corría sobre los innumerables campos de<br />

batalla. Durante un tiempo no habían sido sólo las mujeres O’Callaghan las que lo<br />

habían visto; eso no había hecho ningún esfuerzo por ocultarse, y sus<br />

antepasados habían reunido las historias de aquellas innumerables<br />

observaciones, anotadas con gran detalle.<br />

32


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

De seguro, el más peligroso e impredecible de su raza…<br />

Ningún otro hada había osado jamás interferir de una forma tan<br />

ostensible y despiadada en los asuntos de la especie humana.<br />

<strong>El</strong> reloj de la repisa de la chimenea dio la hora, trayéndola de vuelta al<br />

mundo real. Se frotó los ojos, sorprendida al comprender que la noche había<br />

avanzado tan deprisa que ya casi era de día. Los primeros rayos de sol se<br />

deslizaban entre los bordes de las cortinas que esa misma noche, tarde, había<br />

corrido sobre las ventanas. Había estado despierta durante al menos<br />

veinticuatro horas; no era extraño que sintiera los ojos tan arenosos y cansados.<br />

Su favorecedor encanto es el de un intensamente sexual herrero<br />

Highland…<br />

Su mirada volvió perezosamente al libro en su regazo, abierto por un<br />

bosquejo del oscuro Fae.<br />

Sobrenatural e incontrolable. Fue la primera imagen que tuvo cuando lo<br />

vio por primera vez. ¿Era posible, se preguntó, que existiera algo parecido a la<br />

memoria genética?<br />

¿<strong>El</strong> conocimiento se pasaba de una generación a la siguiente, impreso en<br />

el ADN de cada uno? Le tomaría un largo camino explicar el porqué cuando puso<br />

los ojos en aquella cosa saltaron todo tipo de alarmas en su interior. Porqué<br />

había pensado instintivamente en un herrero, como si en los más profundos y<br />

oscuros escondrijos de su alma reconociera a su enemigo primordial. Enemigo de<br />

incontables mujeres O’Callaghan antes que ella.<br />

<strong>El</strong> dibujo no le hacía justicia en absoluto, aunque captaba su inequívoca<br />

esencia. Visto en la época medieval y dibujado en un lugar de las Highlands<br />

llamado Dalkeith-Upon-the-Sea (donde supuestamente había matado a una joven<br />

mujer gitana), era todo músculos y arrogante sexualidad, ataviado con un kilt, de<br />

pie en una forja cerca de un bosquecillo de Fresnos, delante de un magnífico<br />

castillo medieval que aparecía al fondo. Una fuerte mano manejaba el martillo de<br />

un herrero, con el brazo flexionado a medio vuelo. Su cabello volaba sobre su<br />

rostro en un oscuro enredo que le caía hasta la cintura. Sus labios estaban<br />

curvados en una sonrisa burlona.<br />

Gabby había visto aquella sonrisa esa noche. Y una peor. Una incluso<br />

más… depredadora. Si es que era posible.<br />

Su mirada se clavó en la advertencia marcada en negrita y subrayada<br />

bajo el dibujo:<br />

EVITAR EL CONTACTO A TODA COSTA.<br />

33


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Oh, Abuela —susurró, con repentinas y ardientes lágrimas<br />

escociéndole los ojos—, tenías razón.<br />

Tenía que marcharse. Ahora.<br />

* * *<br />

Veintidós frenéticos minutos después, Gabby se había cambiado de ropa<br />

y puesto unos vaqueros y un top, y ya estaba lista para irse, con una carga de<br />

adrenalina pura en lugar del muy necesario sueño. No podía abandonar allí los<br />

preciosos libros —no sabía si acaso, o cuándo podría volver y éstos simplemente<br />

debían ser conservados, pero por Dios, ella tendría que tener hijos a quienes<br />

heredárselos un día— de modo que los empaquetó.<br />

Mientras lo estaba haciendo, fue incapaz de resistirse a echar unas<br />

pocas cosas que simplemente no podía dejar tiradas: un suave chal de cachemir<br />

que la Abuela había terminado poco antes de morir; un álbum de fotos; un<br />

querido relicario; vaqueros, unas camisas, bragas, sujetadores y zapatos.<br />

Había apartado sus lágrimas con firmeza, una llave abierta para la que<br />

simplemente no tenía medios como para llamar a un plomero arreglarla. Luego, en<br />

alguna otra ciudad, en otra casa, podría lamentarse de la pérdida del hogar de<br />

su niñez y de prácticamente todas sus posesiones. Más tarde, reflexionaría<br />

acerca de si se atrevería a continuar con su propio nombre y terminar la carrera<br />

de leyes en otra universidad. Más tarde, examinaría todo lo que había tirado por<br />

la borda tan tontamente una noche con un simple vistazo. Más tarde, podría<br />

analizar todo lo que estúpidamente había lanzado lejos en una noche por culpa<br />

de una única mirada. Mas tarde podría admitir que su madre había estado en lo<br />

cierto con respecto a ella después de todo: ella era una futura abducida-porlas-hadas<br />

en estado de espera perpetua.<br />

Ahora estaba de pie en frente de la puerta con dos maletas y una<br />

mochila rebosante de cosas.<br />

Aunque los bancos abrirían pronto, no se atrevía a perder más tiempo.<br />

Se detendría en algún lugar más tarde, en cualquier estado al que hubiese<br />

logrado llegar, sacaría todo el saldo de su cuenta especial, y encontraría un lugar<br />

seguro donde pudiera perderse y convertirse en otra persona.<br />

Le lanzó una última mirada a la cocina en la que había aprendido a<br />

hornear galletas, la cocina en la cual se había lamentado por su primer novio (y el<br />

último - el bastardo), la acogedora habitación en la que ella y la Abuela habían<br />

compartido largas charlas, tantas esperanzas y sueños.<br />

34


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Maldito seas, Adam Black, pensó amargamente. Maldito seas por<br />

hacerme marchar.<br />

La aguda claridad de su cólera la ayudó enviar lejos algo del miedo que<br />

nublaba su mente. Cuadrando los hombros, se puso la mochila sobre un hombro y<br />

recogió las maletas.<br />

Era lista. Era fuerte. Era decidida. Avanzaría más rápido que esa cosa.<br />

Tendría su oportunidad de una vida normal: una carrera, un marido, hijos. ¿Y qué<br />

si eso significaba cambiarse de nombre y posponer su vida? Tendría éxito.<br />

Con la barbilla en alto y una firme resolución, abrió la puerta.<br />

Un poderoso cuerpo tapaba la entrada, eso estaba allí de pie, con los<br />

labios curvados en una peligrosa sonrisa.<br />

— Hola, Gabrielle —dijo Adam Black.<br />

35


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 4<br />

Adam llegó al 735 de la calle Monroe preparado para ser un poco amable<br />

con la mujer.<br />

Después de todo, ella había huido de él antes, obviamente intimidada por<br />

su abrumadora masculinidad y su épica sexualidad. Las mujeres a menudo tenían<br />

esa reacción hacia él, especialmente cuando se quitaba los sus pantalones. O la<br />

falda escocesa, según el siglo.<br />

También estaba preparado, sin embargo, para que sus inhibiciones<br />

cayesen rápidamente, como sucedía con todas las mujeres que veían su<br />

maravillosa apariencia de cerca.<br />

Luego, muchas de ellas simplemente se lanzaban hacia él en un asalto<br />

frontal lleno de frenesí sexual. Él había estado entreteniéndose únicamente<br />

pensando en esa posibilidad, su cuerpo entero apretado con la lujuria, mientras<br />

le seguía la pista con la información que había obtenido en la sala llamada —<br />

Recursos humanos— de Little & Staller.<br />

Pero nada de su enorme repertorio de experiencias lo había preparado<br />

para Gabrielle O'Callaghan.<br />

La pequeña bruja sanguinaria no reaccionó como ninguna mujer que<br />

hubiera encontrado antes. Le lanzó una mirada horrorizada, echó hacia atrás el<br />

brazo, se armó de valor, y le aplastó en la cara algún tipo de cartera que llevaba<br />

en las manos.<br />

Entonces cerró de golpe la puerta y echó la llave.<br />

Dejándole en el umbral, sangrando. Sangrando, por Danu, ¡la sangre<br />

goteaba de su labio!<br />

Bien, acababa de conseguir la confirmación de que ella era totalmente<br />

inmune al efecto del féth fiada, o nunca habría sido capaz de romper su labio.<br />

No era de ese modo como él había imaginado aprenderlo.<br />

Sus ojos se estrecharon, enseñando los dientes con un gruñido.<br />

¿De dónde diablos había venido eso? Nunca había sido golpeado por una<br />

mujer. Ninguna había levantado su mano alguna vez contra él. Las mujeres lo<br />

adoraban. Nunca conseguían bastante de él. <strong>El</strong> hecho era que ellas lo adoraban.<br />

¿Cuál era, sangrientos infiernos, su problema?<br />

36


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Maldita irlandesa. Uno nunca podía predecir el temperamento de esos<br />

gaélicos fogosos y caprichosos. Obstinados como piedras, avanzaron a través de<br />

los siglos sin evolucionar, tan impetuosos y barbáricos como habían sido en la<br />

Edad de Hierro.<br />

Él arqueó una ceja, tratando de comprender su reacción. Se echó un<br />

vistazo a sí mismo. Ninguna parte de la maldición de la reina le había golpeado en<br />

lo que de él se veía, transformándole en algo horrible mientras no había estado<br />

prestando atención. Todavía tenía su habitual e irresistible atractivo: sexy, de<br />

negros ojos, un musculoso herrero Higlander que volvía locas a las mujeres.<br />

Después de esa momentánea reflexión, decidió que ella solo quería fingir<br />

rudeza. Le gustaban los hombres dominantes, agresivos y peligrosos.<br />

Se encogió de hombros. Muy bien. Después de tres infernales meses de<br />

estar maldito, tres miserables meses de celibato, se sentía todo eso y aún más.<br />

Podría usar un atajo.<br />

* * *<br />

Gabby estaba en la puerta principal, su mano apretada sobre el pomo de<br />

la puerta, cuando de pronto, la puerta trasera se abrió con un estallido, las<br />

astillas de madera se clavaban en el marco de la puerta y había trozos de<br />

cerrojo roto por todas partes.<br />

<strong>El</strong> metal y la madera gritaron su protesta como si doscientas libras de<br />

hada furiosa hubiese pasado a través de ellos.<br />

Sabiendo que tenía la delantera por unos pocos y preciosos segundos,<br />

ella giró la manilla y jaló bruscamente la puerta, sólo para sentir el ruido sordo<br />

de sus palmas a ambos lados de su cabeza, cerrándola de nuevo.<br />

¡Imposible! ¡De ninguna manera eso podía moverse tan rápido!<br />

Pero lo había hecho, y ahora estaba atrapada: una dura puerta por<br />

delante, ese hada aún más duro por detrás.<br />

Durante unos frenéticos momentos ella luchó y se retorció, tratando de<br />

escapar, pero eso se movió con ella, pareciendo anticiparla en cada movimiento,<br />

poniendo sus manos a ambos lados de ella, enjaulándola contra su poderoso<br />

cuerpo.<br />

Incapaz de escaparse, ella se revolvió aún como un animal acorralado.<br />

Docenas de cosas por decir se agolpaban en su mente, todas ellas comenzando<br />

37


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

con un pequeño y patético —por favor—. Pero estaría condenada si le implorase;<br />

Probablemente eso disfrutaría con ello.<br />

Se mordió la lengua y permaneció con la boca firmemente cerrada. Si iba<br />

a morir, moriría orgullosa. Poniéndose estoicamente rígida, se preparó para<br />

encontrarse, no importaba con qué clase de espeluznante final que eso tuviese<br />

previsto para ella.<br />

Pero al final, se dio cuenta de pronto, no era eso lo que la cosa tenía en<br />

mente en absoluto.<br />

Raspando su mandíbula contra el pelo de ella, eso gruñó bajo en su<br />

garganta, y no había error al considerar ese hambriento y sensual sonido.<br />

Oh, Dios pensó salvajemente, justo como los Libros decían, eso va a<br />

tratar de seducirme antes de matarme.<br />

Eso cogió sus manos, y aunque ella luchó salvajemente, no era ningún<br />

impedimento para su inmensa fuerza. Estirando sus brazos por encima de su<br />

cabeza, la cosa puso sus palmas contra la puerta y moldeó todo ese cuerpo de<br />

hadas durísimo contra el suyo.<br />

Los ojos de Gabby se agrandaron.<br />

Su primera percepción prohibida, absolutamente electrizante de un<br />

hada. Y con ello, la respuesta a una pregunta que había estado tratando<br />

desesperadamente de no hacerse durante años.<br />

No - ellos no se sentían como hombres mortales. Al menos como ninguno<br />

al que ella hubiera sentido alguna vez. Whuh.<br />

<strong>El</strong>la tragó. Con fuerza. A pesar de la ropa entre ellos, su piel echaba<br />

positivamente humo donde Adam la presionaba. Cielos, pensó débilmente, ¿qué<br />

se sentiría al frotar su cuerpo desnudo contra el de un hada? ¿Podría inflamarse<br />

en llamas eróticas?<br />

— ¿Este es el tipo romance salvaje lo que quieres entonces, Irlandesa?<br />

Por un momento el cerebro de Gabby fue incapaz de procesar el<br />

contenido de lo que había dicho, abrumada por la sensación: la dura masculinidad<br />

aguijoneándola desde atrás; la picante esencia masculina de eso, el bochornoso<br />

calor que eso emitía; la seductora, profunda y extrañamente acentuada voz. <strong>El</strong>la<br />

se derretía, las rodillas derritiéndosele como la mantequilla...<br />

<strong>El</strong>la inspiró profundamente fortaleciéndose y se obligó a concentrarse<br />

en la voz; rica crema de whisky irlandesa cayendo en vasos de cristal, culta,<br />

sofocante, aterciopelada. Gruesa, con un acento exótico acerca del que su<br />

reblandecida mente comprendió que probablemente era celta antiguo. Un acento<br />

38


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

sobre el cual no querría apostar, acerca de si alguna persona viva había<br />

escuchado en miles de años. Lleno de sedosos balanceos de vocales y r y g<br />

rodando por su lengua.<br />

Entonces el contenido de su pregunta tardíamente penetró su cerebro y<br />

la ofendió tanto que todo lo que pudo decir fue — ¿¡Eh!?<br />

— Dime tu fantasía, mujer —, ronroneó éso, sus labios abrasando el<br />

borde de su oreja, enviando temblores a lo largo de su columna vertebral. — ¿Es<br />

la esclavitud? ¿Unas cuantas palizas? —. Un lento, duro y sensual empuje contra<br />

su centro puntualizó la última pregunta. — ¿O sólo un buen y duro polvo?<br />

Gabby abrió y cerró su boca varias veces, pero ningún sonido salió.<br />

Entonces, benditamente, el ultraje reforzó su columna y liberó su lengua. —<br />

¡Ooh! ¡Nada de eso! ¡Mi fantasía sería que me quitaras esa...esa... cosa del<br />

trasero!<br />

— No quieres decir eso —, fue su profunda respuesta, seguro de sí<br />

mismo. Acompañado por otro movimiento pecadoramente erótico de sus caderas.<br />

¿Podría ser más arrogante? — Claro que lo quiero. Lo digo en serio.<br />

¡Apártalo de mí! Antes de que hiciera algo realmente, pero verdaderamente<br />

estúpido, como presionarse contra eso la próxima vez que la rozase.<br />

Ay, vamos, Gabby; esto es lo más excitada que has estado en toda la<br />

vida, dijo una diabólica y provocativa voz (una que sonaba sospechosamente<br />

como la de una quinceañera). ¿Que daño podría hacerte conseguir finalmente<br />

saborear un poco de un hada? Te ya estás lista para eso.<br />

¡Esta aquí para matarnos! Respondió ella ferozmente.<br />

No sabemos eso. Silencio, luego un lastimero: Y si es así, ¿realmente<br />

quieres morir virgen?<br />

Gabby se horrorizó al darse cuenta de que por un momento ella<br />

realmente se distrajo con esa pregunta como una autentica vía de exploración.<br />

Razonable. Cuerda incluso. Que triste debería ser morir como una virgen.<br />

Oh, no seas niño, se enfureció, recobrando sus sentidos, este no es un<br />

cuento de hadas. No va a haber un -final-feliz-después en este lugar.<br />

¿Feliz por ahora? fue la esperanzada pregunta.<br />

<strong>El</strong>la estaba perdiendo. Completamente.<br />

Eso intentó darla vuelta entonces, y ella estableció una momentánea y<br />

pequeña batalla sin sentido contra eso, sintiéndose pesada y lenta al pensar en<br />

brazos de eso. Sabía que esto era estúpido, que sólo lo detendría por un tiempo,<br />

pero lo detendría todo el tiempo que pudiera conseguir. Sentirlo detrás de ella<br />

39


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

era bastante malo; verse forzada a mirarle mientras la tocaba sería<br />

completamente devastador.<br />

Eso la cogió y la hizo girar. Literalmente la arranco a la fuerza del suelo<br />

y la hizo girar sobre si misma, depositándola sobre sus pies otra vez.<br />

<strong>El</strong>la centró su fija mirada a la altura de la vista: su esternón. Maldita la<br />

cosa por ser tan grande y hacerla sentirse tan diminuta e indefensa. Cinco de<br />

cada cuatro veces, estaba acostumbrada a tener la necesidad de levantar la<br />

vista hacia la gente, pero la oscura hada era al menos un pie más alto que ella, y<br />

casi dos veces su masa.<br />

Eso puso un dedo bajo su barbilla. — Mírame —. Otra vez, esa oscura y<br />

extrañamente acentuada voz la acarició. Debería haber una ley contra los<br />

hombres -hadas- que tuviesen tales voces, pensó malhumoradamente.<br />

Mantuvo su barbilla firmemente abajo. <strong>El</strong>la sabía cuán cruelmente<br />

erótico era eso. También sabía —la pequeña discusión que había tenido consigo<br />

misma presentaba muy bien ese punto— que tenía que bloquear esa peligrosa<br />

fascinación por las hadas en su interior. Y ese corcho ya estaba demasiado<br />

presurizado, a punto de estallar.<br />

— Dije —, eso repitió lisamente, un indicio de impaciencia afilando su<br />

tono, — Mírame. Gabrielle O'Callagham.<br />

Gah-bry-yil fue como eso pronunció su nombre. Lo que su magnifico<br />

acento hizo a su apellido estaba simplemente más allá de la descripción. Nunca<br />

supo que su nombre podría sonar tan erótico.<br />

De ninguna forma alzaría la vista.<br />

Hubo un momento de silencio, luego eso dijo burlonamente. — A las<br />

buenas o a las malas, pava real. Pensaba que los irlandeses eran más resistentes<br />

que esto. ¿Que pasó con la chica que me golpeó y me hizo sangrar?<br />

Su cabeza se alzó y le miro fijamente a su oscura y esculpida cara: las<br />

hadas no sangraban.<br />

Había sangre en su labio. Gotas carmesí goteaban de la comisura de<br />

aquella llena y sensual boca, haciéndole parecer aún más primario y peligroso.<br />

¿Sangre? Gabby boqueó, tratando de comprender lo que veía. ¿Era un<br />

hada o no lo era? ¡Los libros decían que lo era! ¿Qué estaba pasando en el<br />

mundo?<br />

— Tú lo hiciste. Te doy la oportunidad de curarme antes de que decida<br />

reclamar venganza a cambio —. Su ardiente, oscura y fija mirada, se dirigió a su<br />

40


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

boca y se concentro allí. — Tu lengua servirá bastante bien. Venga, un beso para<br />

compensar.<br />

Cuando ella frunció el ceño y no se movió un sólo milímetro, eso le dirigió<br />

una sonrisa tranquilamente presumida. — Oh, vamos, Ka-lyrra, saboréame.<br />

Ambos sabemos que quieres hacerlo.<br />

Su arrogancia suprema (sin importar que estuviese en lo correcto acerca<br />

de su deseo de saborearlo) la empujó al borde. Se había levantado hacía<br />

veinticuatro horas exactamente y estaba emocionalmente agotada por lo que<br />

había sido el día más horroroso de toda su vida. Comenzaba a sentirse<br />

extrañamente entumecida, casi más allá de la preocupación.<br />

— Vete al diablo, Adam Black — siseó.<br />

Por un breve momento eso pareció completamente desconcertado.<br />

Entonces echó su oscura cabeza hacia atrás y rió. Gabby tembló cuando el<br />

sonido la recorrió, comenzó a recorrer el cuarto, resonando en los altos techos.<br />

No era una risa humana. Definitivamente no humana.<br />

— Ah, irlandesa, realmente ya estoy allí —. Cubrió su mandíbula con su<br />

gran mano y la hizo inclinar la cabeza, aprisionando su mirada con ella. — ¿Sabes<br />

lo que eso significa?<br />

Gabby negó con su cabeza fuertemente, tanto como pudo con el rostro<br />

sujeto por su implacable agarre.<br />

— Eso significa que no tengo nada más que perder —. Presionando la<br />

yema de su pulgar contra su labio inferior, forzó la de ella boca a abrirse y<br />

comenzó a bajar su cabeza contra la suya. — Pero apostaría que tú si. Apostaría<br />

que tienes toda clase de cosas que perder, ¿no es así, Gabrielle?<br />

41


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 5<br />

Demasiadas cosas que perder, pensó Gabby con desánimo.<br />

Su virginidad. Su mundo. Su vida. Y -si eso lograba hacer lo que deseaba<br />

con ella - probablemente en ese preciso orden.<br />

En el último momento, justo antes de que sus labios reclamaran los<br />

suyos, el relajó ligeramente la mano sobre su rostro y ella hizo la única cosa en<br />

la que pudo pensar: lo golpeó con la cabeza.<br />

Echó su cabeza hacia atrás, luego hacia adelante de nuevo y le asestó un<br />

golpe en el centro de la cara con tanta fuerza como pudo.<br />

Tan duro, de hecho, que le dio una vertiginosa e instantánea migraña,<br />

haciéndole preguntarse maravillada como era que Jean Claude Van Damme<br />

siempre lograba seguir luchando con tranquilidad luego de tal hazaña.<br />

Obviamente, las películas mentían.<br />

Lamentaba no haberlo sabido antes de haber probado a jugar a ser<br />

heroína de acción.<br />

Por suerte, pareció que le había echo mas daño a eso de lo que ella se<br />

había inflingido a sí misma, porque se recupero mas rápido.<br />

Lo suficientemente rápido como para golpearle directamente con la<br />

rodilla en la ingle mientras todavía parecía aturdido.<br />

<strong>El</strong> sonido que hizo eso cuando se doblo la hizo sentir un pánico puro<br />

corriendo a través de sus venas. Era un sonido de tal afrenta, de tal furia animal<br />

y tal dolor, que realmente, realmente no quería estar a su lado cuando lograse<br />

recuperarse.<br />

Cuando eso se encogió sobre el suelo, gimiendo y meciéndose, ella saltó<br />

por encima, haciendo una línea recta hacia la puerta trasera. No había ninguna<br />

razón para molestarse saliendo por la puerta principal. Nunca sería capaz de<br />

superarlo a pie. Necesitaba su coche.<br />

Se lanzó a través de la sala de estar, pasó rozando alrededor de la mesa<br />

del comedor e irrumpió en la cocina.<br />

Surgiendo delante de ella – la libertad - un rectángulo abierto de puerta,<br />

salpicado del sol matutino.<br />

42


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Todavía podía oírlo maldiciendo, tres habitaciones más atrás, cuando<br />

alcanzó el umbral. Al infierno con su equipaje, pensó, saltando sobre el, tendría<br />

suerte de escapar con vida y lo sabía.<br />

Saltando por la entrada abierta, ella……<br />

Golpeo ruidosamente contra el cuerpo duro como una roca de Adam<br />

Black una vez más.<br />

Gritó cuando eso la atrapó, levantándola hasta que sus pies quedaron<br />

colgando inútilmente por encima del piso. La expresión en su abrumado y oscuro<br />

rostro era helada y aterradora.<br />

La aplastó contra su cuerpo, apretando sus brazos alrededor de ella<br />

hasta que el aire silbaba cuando intentaba introducirlo en sus pulmones. Y ella<br />

sabía, que si eso apretaba sus poderosos brazos solo un poquito más, su oxigeno<br />

sería cortado completamente.<br />

La mantuvo así durante unos momentos dolorosamente largos, y estuvo<br />

perfectamente de todos modos, su cara sepultada en su cuello, su mejilla<br />

presionando contra él, deseando ser suave y complaciente, exudar un aire no<br />

amenazante. Sintió instintivamente que lo había empujado hasta el borde, y si<br />

ahora ella evidenciaba el menor grado de resistencia, eso respondería aun con<br />

mayor fuerza.<br />

Su cuerpo no iba a ser capaz de resistir mucha fuerza más.<br />

Así que era cierto, pensó tristemente mientras la mantenía inmóvil, el<br />

Fae podía trasladarse en el parpadeo de un ojo. Un instante eso había estado en<br />

el suelo tres habitaciones detrás de ella, y al siguiente estaba en la entrada<br />

delante de ella. ¿Como diablos iba a escaparse de algo que se podía mover así?<br />

¿Que más podría hacer eso? De repente su mente se desbordo con todo lo que<br />

la Abuela le había enseñado acerca de los Fae, de todos los poderes horribles<br />

que poseían. La capacidad para hipnotizar a la gente, controlándolos,<br />

manejándolos a su antojo.<br />

¿Podría encontrarse en situación peor?<br />

Después de lo que pareció un tiempo interminable, eso respiró<br />

profundamente, estremeciéndose.<br />

Justo cuando que estaba tomando una respiración temblorosa para<br />

empezar a disculparse, o más exactamente, para empezar a pedir una muerte<br />

rápida y misericordiosa, eso dijo con una sedosa amenaza:<br />

—Ahora no es solo mi labio lo que tienes que besar si deseas<br />

compensarme, Irlandesa —.<br />

43


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

* * *<br />

Cinco minutos más tarde Gabby estaba bien atada a una de las sillas de<br />

su comedor con su propio tendedero.<br />

Las muñecas atadas detrás de la silla, los tobillos cómodamente atados<br />

hasta las piernas.<br />

Desalentada se preguntó como era posible que la vida de una persona<br />

pudiera irse tan a la mierda en un periodo de tiempo tan corto. Sólo ayer por la<br />

mañana la mayor preocupación en su mente era qué ropa ponerse para su<br />

entrevista. Si acaso la Sra. Temple pensaría que un traje negro era severo, uno<br />

marrón demasiado modesto, uno rosado demasiado frívolo. ¿Tacones altos eran<br />

demasiado coquetos? ¿Tacones bajos demasiado marimachos? ¿Pelo suelto o<br />

recogido?<br />

Dios, ¿realmente se había preocupado de tales cosas?<br />

Las mañanas como ésta ciertamente ponían la vida de una persona en<br />

perspectiva.<br />

Arrastrando una silla para ponerse frente a ella, Adam Black se sentó,<br />

extendiendo las piernas, los codos sobre sus rodillas, inclinándose hacia delante,<br />

a pocas pulgadas de ella. Una larga catarata de sedoso cabello como la<br />

medianoche se esparcía sobre su musculoso hombro, rozando su muslo. La cosa<br />

claramente no tenía ningún concepto acerca del espacio personal. Estaba<br />

demasiado cerca. Tal como ella había pensado, eso levantó una mano hacia ella.<br />

Se estremeció, pero solo rozó su mejilla con sus nudillos, luego despacio acarició<br />

con su pulgar su labio inferior.<br />

Echó hacia atrás su cabeza provocativamente, apartando la cara. Un<br />

dedo bajo su barbilla la obligó a volver.<br />

— Ah, si, me gustas mucho más así —. Sus oscuros ojos brillaron,<br />

chispeando como el oro.<br />

— A mí no me gustas de ningún modo —. La mandíbula rígida, apuntando<br />

con su nariz al cielo. Dignidad, se recordó. No moriría sin ella.<br />

— Creo que entendí eso, Irlandesa. Mejor ten en cuenta que estás bajo<br />

mi misericordia. Y no me siento particularmente compasivo en este momento.<br />

Quizás deberías poner empeño en continuar gustándome<br />

<strong>El</strong>la murmuró algo que raramente decía. Una cosa por la la cual la Abuela<br />

le habría lavado la boca con jabón.<br />

44


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Sus ojos se encendieron con un repentino calor. Entonces eso se rió<br />

misteriosamente, limpiando la sangre de su labio con el dorso de la mano. — Eso<br />

no es lo que me decías hace unos minutos.<br />

— Eso no es lo que quise decir y lo sabes.<br />

Su risa se detuvo bruscamente y su fija mirada se volvió fría. — Ah,<br />

pero ten cuidado, soy un hombre muy textual, ka-lyrra. No me digas eso de<br />

nuevo a menos que sea lo que quieras decir. Porque te tomaré la palabra. Y no te<br />

daré la oportunidad de echarte para atras. Solo esas dos palabras. Dímelas otra<br />

vez y estaré sobre ti. En el suelo. Yo y tú. Dilo. Vamos.<br />

Gabby apretó los dientes y se quedó con la mirada fija en el suelo de<br />

dura madera, contando conejitos en el polvo. No es más de lo que te mereces,<br />

Gabby, Moira O'Callaghan le reprendía en su mente. Te crié mejor que eso.<br />

Bien, pensó tercamente, ahora todo el mundo conspiraba en contra de<br />

ella. Incluso la gente muerta.<br />

<strong>El</strong> dedo estaba de regreso bajo su barbilla, obligándola a encontrar su<br />

brillante mirada. — ¿Entiendes?<br />

— Lo hago —, cortó ella.<br />

— Bien —. Una pausa, una mirada evaluadora. — Así que dime, Gabrielle<br />

O'Callagham, ¿qué es exactamente eso que crees que mi gente hace a los Sidheseers?<br />

<strong>El</strong>la se encogió de hombros despreocupadamente, —tanto como era<br />

capaz— ni cerca de admitir alguna cosa. Una sidhe-seer, así la había llamado, el<br />

nombre arcaico para lo que ella era. Lo había encontrado en los libros de los Fae,<br />

pero nunca lo había oído decir en voz alta. — No tengo ni idea de lo que estas<br />

dicien…-<br />

Hizo un ruido impaciente y puso un dedo en sus labios, haciéndola callar.<br />

— Irlandesa, no finjas conmigo, no tengo paciencia para eso. <strong>El</strong> féth<br />

fiada no funciona contigo, y me llamaste por mi nombre. Confieso, que cuando te<br />

pillé mirándome, me quedé perplejo, pero no hay ninguna otra explicación para tu<br />

comportamiento. Es eso por lo que luchaste contra mí. Sabes todo acerca de mi<br />

raza, ¿verdad?<br />

Después de un largo momento Gabby tragó y asintió con la cabeza.<br />

Verdaderamente se había traicionado a sí misma, primero siendo pillada<br />

mirándole, luego diciéndole —vete al diablo— por su nombre. Eso lo sabía. Y<br />

claramente no estaba de humor para juegos. — Así pues —, preguntó<br />

rígidamente. — ¿Ahora vas a matarme?<br />

45


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— No tengo ninguna intención de matarte, ka-lyrra. Aunque en efecto<br />

hubo un tiempo en la vida de los Sidhe-seers que perdían su vida si eran<br />

atrapados, mi gente no ha derramado sangre humana desde que el pacto de<br />

nuestras razas fue negociado —. La cosa pasó una mano por su pelo apartándolo<br />

de sus ojos y poniéndolo detrás de su oreja, se mano demorándose, acariciando<br />

la curva de su mejilla. — No tengo intención de lastimarte, a menos que me<br />

lastimes de nuevo, cosa por la que no apostaría. A partir de este momento quiero<br />

empezar de cero entre nosotros, considerar tu hostilidad como un<br />

malentendido. Comprendería que una cosa pequeñita como tú — creyendo que su<br />

vida esta en peligro — se sentiría inducida a pelear sucio contra un hombre como<br />

yo. Sin embargo, si me lastimas de nuevo, entonces lo pagaras multiplicado por<br />

diez. ¿Comprendes?<br />

Gabby asintió con la cabeza rígidamente, deseando que eso dejase de<br />

tocarla. <strong>El</strong> mero roce de su mano hacía que su piel temblase, hacía que todos los<br />

músculos de su estomago se apretasen. ¿Cómo podía ser que la encarnación de su<br />

peor pesadilla viniese junto con su fantasía más caliente?<br />

Eso se inclinó hacia atrás en la silla, pasó sus manos a través de su largo<br />

y oscuro pelo, y luego entrelazó sus dedos detrás de su cabeza. Sus poderosos<br />

brazos se contrajeron con el movimiento, sus bíceps se hincharon bajo la<br />

camiseta negra, flexionándose, sus brazaletes de oro destellando en el sol de la<br />

mañana que se derramaba a través de las altas ventanas. Le tomó un inmenso<br />

esfuerzo conservar su mirada fijamente en su cara, impidiéndose deslizarla<br />

sobre toda aquella perfección de hadas.<br />

Los Libros de los Fae contenían docenas de cuentos sobre eso, en los<br />

días de tiempos antiguos, durante las noches en que la luna estaba llena contra<br />

un crepúsculo violeta y la Salvaje Caza empezaba, jóvenes doncellas corrían por<br />

los bosques, esperando ser tomadas por uno de los exóticos machos Fae.<br />

Acudían con mucho gusto a su destino.<br />

Gabby O'Callaghan nunca sería tan tonta. Independientemente de lo que<br />

eso tenía en mente para ella, se opondría a ello de todas las maneras posibles.<br />

— Una Sidhe-seer —, dijo eso, con una oscura y fija mirada que la<br />

escudriñaba atentamente, — nunca se me ocurrió buscar a uno de ustedes,<br />

aquellos que aún podrían existir. Aoibheal creía que los Cazadores eliminaron al<br />

último de ustedes hace mucho tiempo, del mismo modo que yo. ¿Cuantos otros<br />

de tu ascendencia tienen la visión?<br />

— Soy la última —. Por primera vez en su vida estaba agradecida de no<br />

tener más miembros en su familia que compartieran su maldición. No había nadie<br />

más a quien proteger, sólo su propia supervivencia estaba en juego.<br />

Mientras eso la estudiaba, consideró sus palabras.<br />

46


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Ah-veel, eso había dicho: la Alta Reina del Seelie, Tribunal de la Luz.<br />

Cazadores: la mera palabra helaba su sangre. Cuando era una niña habían sido su<br />

coco en cada armario, el monstruo debajo de cada cama. Escogidos con cuidado<br />

por la reina y enviados para cazar a los Sidhe-seers, eran despiadados,<br />

aterradoras criaturas tan aclamadas en el reino infernal del rey Unseelie de<br />

sombra y hielo. <strong>El</strong>la no podía saber todos los nombres de los Fae - había<br />

demasiados, y asumían muchos y diferentes encantos - pero la Abuela le había<br />

enseñado acerca de los más poderosos a una edad temprana.<br />

— ¿Tú madre ya no esta viva?—<br />

— <strong>El</strong>la no tiene la visión —. Aléjate de mi mama, bastardo.<br />

— ¿Entonces como te protegió ella?—<br />

Gabby se estremeció interiormente. ¡No puedo protegerla, maldita sea,<br />

Madre! ¿Como puedo protegerla de algo que no puedo ver? Jilly había gritado a<br />

Moira O'Callghan en esa oscura noche nevada, hacía tanto tiempo. Tres días más<br />

tarde su madre se había ido.<br />

— ¿Quién te enseño como esconderte de nosotros? — presionó. — No es<br />

que hicieras un trabajo muy bueno en eso —. Una afectada sonrisa curvó sus<br />

sensuales labios. — Pero bueno, las mujeres nunca han sido capaces de alejar sus<br />

ojos de mí.<br />

— Oh, eres tan arrogante. Simplemente no podía entender si eras o no<br />

un hada —, carraspeó Gabby.<br />

Una oscura ceja se arqueó. — ¿Y pensaste que la respuesta a esa<br />

pregunta podía encontrarse en mis pantalones? ¿Por eso me mirabas allí? — Su<br />

oscura mirada brilló divertida.<br />

— La única razón por la que mire allí —, dijo, sonrojándose, — fue porque<br />

no podía creer que tan descaradamente... reacomodarías tu...tu...—, se atragantó<br />

y luego siseó, — ¿Qué pasa con los hombres? ¡Las mujeres no hacen cosas así!<br />

Mover sus... sus partes íntimas en publico.<br />

— Costumbres piadosas. Yo, por mi parte, lo encontraría muy fascinante<br />

—. Su mirada se dirigió a sus pechos.<br />

<strong>El</strong> crudo calor sexual en su aguda mirada hizo que sus pezones se<br />

endurecieran. La hizo temblar. ¿Cómo podría su mera mirada tener un impacto<br />

táctil tal como si hubiese arrastrado una aterciopelada lengua a lo largo de su<br />

piel? — Fueron tus ojos lo que me atrajeron —, escupió ella, — Pensaba que<br />

todas las hadas tenían ojos iridiscentes. Estaba lejos tu campo visual, tratando<br />

de dilucidar lo que eras.<br />

47


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Mis ojos —, dijo perezosamente, su mirada acariciando lentamente su<br />

rostro. — Ya veo. Así pues, ¿cómo aprendiste a esconderte?<br />

Gabby expelió un aliento incontrolado. — Mi Abuela era también una<br />

Sidhe-seer. <strong>El</strong>la me crió. Pero está muerta ahora. Soy la última —. No pudo<br />

resistirse a preguntar. — Entonces, ¿por qué no tienes los ojos iridiscentes? ¿Y<br />

por qué sangras?<br />

— Una larga historia, ka-lyrra. Y estas a punto de implicarte en ella.<br />

En eso, otro temblor cruzó por su columna vertebral. — ¿Realmente no<br />

vas a matarme? —, dijo cautelosamente. Estaba agotada; mental, física y<br />

emocionalmente apagada. Su cabeza todavía palpitaba por haber golpeado al<br />

hada, y estaba desesperada por consuelo, cualquier consuelo. Aún si venía de su<br />

enemigo.<br />

— Oh, no, ka-lyrra —, ronroneó sedosamente. — Sería un gran derroche.<br />

Tengo muchos mejores usos para ti que eso.<br />

Bien, había conseguido su —consuelo—.<br />

Lastima que eso no era ni remotamente reconfortante.<br />

48


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 6<br />

Había mejores usos ciertamente, reflexionó Adam, reclinándose en su<br />

silla, mirando como las emociones cruzaban sus delicadas facciones de la misma<br />

forma que la luz del sol expandiéndose a través de un lago. La rabia luchaba con<br />

el cansancio, la frustración se batía en duelo con el miedo.<br />

Por Danu, era bella. Pero la belleza sola nunca había sido suficiente para<br />

avivar su interés. La pasión era su imán. <strong>El</strong> fuego mortal que derritiera su hielo<br />

inmortal.<br />

Y qué ardiente era ella. Desafiante. Valiente. Agresiva. <strong>El</strong> dorado<br />

resplandor de su alma inmortal iluminándola desde dentro era más vibrante, más<br />

intenso que la mayoría de los humanos, una cálida aura ambarina la rodeaba,<br />

demarcándola como una tempestad auténtica en un volcán de pasión. Con su<br />

tamaño tan pequeño y aun así ella se había enfrentado a él como una cosa<br />

salvaje, una fiera que ataca con su dura cabeza y sus mortíferas rodillas; Y<br />

aunque había sufrido más dolor en la última media hora que en toda su<br />

existencia, no estaba particularmente disgustado.<br />

Enojado en una forma fundamentalmente masculina, pero no disgustado.<br />

Tenía su propia Sidhe-seer. Una que le hacía sentir lujuria. Tocar la<br />

carne femenina de un cuerpo humano era exquisito. Él tenía razón: <strong>El</strong> sexo en<br />

forma humana iba a ser increíble, una nueva experiencia, una cosa rara en una<br />

existencia inmortal, y todo mucho más dulce debido a ello. Sólo apretarla contra<br />

la puerta, sintiendo su generoso, dulce trasero sirviendo de almohada para su<br />

miembro había hecho que su cuerpo temblase de deseo.<br />

Tembloroso. Él. Que nunca había temblado en su vida. Nunca había<br />

sufrido el más pequeño estremecimiento involuntario.<br />

Voyeurista desvergonzado, él había espiado a incontables amantes a<br />

través de los milenios, observándolos ávidamente, estudiando sus juegos de<br />

cama. Había observado a hombres enormes, despiadados guerreros, con cuerpos<br />

llenos de cicatrices y corazones helados, hombres brutalizados por la guerra, la<br />

hambruna y la muerte, temblando como niños inexpertos al mero toque de una<br />

mujer.<br />

Nunca lo había entendido. Había querido entenderlo. Ahora lo entendía.<br />

La presión de sus caderas contra sus fuertes muslos le había inundado<br />

con una especie de agresión cruda, primitiva. Nunca había sentido un deseo tan<br />

49


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

imperativo y abrumador de formar pareja. Nunca había tenido tal vicio, con tal<br />

furor.<br />

Y aún ahora, a pesar a lo adolorido que se sentía, tenía hambre de<br />

tocarla. Resentía el mismo aire que separaba sus cuerpos. Necesitaba sentirla<br />

otra vez. Cambiando de lugar de posición en la silla, movió su rodilla entre las de<br />

ella rozando así el interior de su muslo, y no se le escapó el hecho que la pierna<br />

de ella se tensara instantáneamente. Ah, mucho mejor. Por un momento él no<br />

había podido quitar su mirada de la madura presión que sus pechos redondos<br />

ejercían contra la suave tela de su camisa. Cristo, no podía esperar para colocar<br />

su boca sobre ellos.<br />

Pero no por la fuerza. Podía tentar, atraer y manipular, pero nadie<br />

podría acusar al seductor consumado de recurrir a algo tan banal como la<br />

fuerza. No él. Era un aspecto del que estaba orgulloso. Aquellos que caían presa<br />

de sus maquinaciones caían con su consentimiento. Cuando ellos escogieron<br />

tomar lo que él les ofrecía - y siempre lo hacían- cualquier marca negra en sus<br />

almas era culpa de ellos mismos.<br />

Una Sidhe-seer. Nunca se le había ocurrido salir en busca de una.<br />

Gabrielle O'Callaghan era un pase libre del tipo más fino, una posibilidad<br />

que Aoibheal no había tomado en cuenta cuando le había enviado el féth fiada<br />

contra él, creyendo que todos hacía largo tiempo que estaban muertos.<br />

Del mismo modo que lo había creído él.<br />

La última Sidhe-seer que él había encontrado había sido hacía dos mil<br />

años, en el siglo primero antes de Cristo, en la exuberante vegetación de<br />

Irlanda, una marchita y arrugada vieja. No se había molestado en alertar a los<br />

Hunters; había estado esperando el beso de la muerte de cualquier manera. Él<br />

se había sentado y le había contado cuentos por un tiempo, respondiéndole<br />

muchas de sus preguntas. Unos pocos años más tarde él había vuelto, recogiendo<br />

la cáscara frágil y seca de su cuerpo entre sus brazos, y llevándola a una playa<br />

aislada en la Isla de Morar. <strong>El</strong>la había muerto mirando hacia el océano tan<br />

intensamente, a esa brillante aguamarina que haría llorar a un humano. Había<br />

muerto con el perfume de jazmín y sándalo en las ventanas de su nariz, no con el<br />

hedor asqueroso de su cabaña. Había muerto con una sonrisa en los labios.<br />

Pero esta vez – él había sido más bendecido por el destino- Joven,<br />

fuerte, desafiante, bella. ¿Y por qué no? <strong>El</strong> destino era una mujer, y las mujeres<br />

siempre ayudaban a Adam Black. Tal y como ella lo haría una vez que él calmara<br />

sus dudas.<br />

<strong>El</strong>la había sido criada para temer y despreciar su raza y precisaría una<br />

seducción minuciosa. En otra época, el sólo hecho de que él fuese un Fae habría<br />

50


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

inspirado generosa obediencia, pero el mundo había cambiado mucho desde<br />

entonces, así como la naturaleza de las mujeres. Eran más fuertes, mucho más<br />

independientes. Ya no estaban dispuestas a perder sus vidas escondiéndose en<br />

un bosque, rogando que el nacimiento de su progenie pasara desapercibido, y, un<br />

día tener que ver a los siniestros Cazadores que asesinarían a sus hijos.<br />

Ah, sí, los tiempos han cambiado, como los Tuatha Dé también han<br />

cambiado, siendo forzados a cambiar cuando la reina Aoibheal había aceptado<br />

los términos y las muchas limitaciones del sagrado Pacto en nombre de su raza.<br />

Ninguno de ellos tenía permitido el derramamiento de sangre humana, o si no el<br />

pacto sería anulado, y cualquier Tuatha Dé que lo violara era condenado al más<br />

siniestro destino para uno de su clase: Una muerte sin espíritu. Aunque, si la<br />

reina o cualquiera de su raza, en este caso, escucharan indicios sobre la<br />

existencia de un Sidhe-seer, los Cazadores aun podían ser enviados<br />

instantáneamente, pero no les sería permitido matar a su presa.<br />

Sin embargo, Gabrielle O'Callaghan no sabía eso, ya que las condiciones<br />

del Pacto eran secretas para todos los mortales excepto para los MacKeltar, un<br />

clan de las Highlands de un antiguo linaje que descendía de los primeros<br />

Druidas, y guardianes exclusivos del destino de los seres humanos.<br />

Por lo tanto, cuando él había aparecido por su puerta, ella había creído<br />

que estaba luchando por su vida. Adam negó con la cabeza. Ni siquiera en sus<br />

peores días, en sus peores siglos, cuando había sido el peor tipo entre los<br />

inmortales, no gobernado por ningún Pacto, él no habría matado por eso. ¿Jugar<br />

rudamente con ella? Ciertamente. ¿Asesinarla? Jamás.<br />

Ka-lyrra, así la había llamado, no percatándose de qué tan preciso era.<br />

Ka-lyrra era una criatura nativa de su mundo, Danu. De piel peluda y sedosa,<br />

exquisitamente llamativa, con ojos enormes, fosforescentes, patas<br />

aterciopeladas y un mechón en la cola a rayas, su delicada belleza tentaba, pero<br />

su mordisco era peligroso, hasta para un Tuatha Dé; No mataba pero causaba<br />

una locura de duración considerable. Pocos eran aquellos capaces de cortejarla;<br />

Pocos eran aquellos que se atrevían a intentarlo.<br />

Ciertamente el apelativo le agradó. <strong>El</strong>la era ciertamente enloquecedora;<br />

era la segunda mujer mortal que él había encontrado que no se había<br />

transformado en un charco de adoradora feminidad hacia él. Incluso la anciana<br />

sidhe-seer había estado coqueteando como una muchacha con él. Al final, él le<br />

había regalado un encantamiento de belleza y tomado su último aliento con un<br />

beso.<br />

— ¿Entonces? — dijo agriamente ella, trayéndolo de vuelta desde su<br />

ensueño. — ¿Qué usos?<br />

51


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Adam la estudió. La cólera había ganado la batalla al control de sus<br />

músculos faciales, arqueando sus labios en una mofa delicada, inflando las<br />

ventanas de su nariz. Aunque la aprensión oscureció sus preciosos ojos. Él no<br />

quería que ella le temiera. <strong>El</strong> miedo interferiría con sus planes para<br />

experimentar sexo humano con ella y usarla como su intermediaria para<br />

recobrar su inmortalidad. — Te dije que no tengo intención de dañarte, y así<br />

será. Simplemente busco tu ayuda para un pequeño problema.<br />

<strong>El</strong>la le miró suspicazmente. — ¿Necesitas mi ayuda? ¿Cómo puedo<br />

auxiliar a un hada posiblemente omnipotente?<br />

— No soy omnipotente por el momento —. Ahora ella comenzaría a<br />

relajarse.<br />

— ¿De verdad? Cuéntame.<br />

Sus ojos estrecharon un tanto demasiado calculadoramente para su<br />

gusto. Relajada era una cosa, pero él no tenía la intención de estar<br />

constantemente en guardia en contra de esas rodillas traidoras. — Puedo no ser<br />

omnipotente, Gabrielle —, le dijo suavemente, — Pero aún disminuido, soy de<br />

lejos mucho más poderoso que tú. Ciertamente, mucho más poderoso que la<br />

mayoría de los humanos. ¿Necesita un recordatorio? —. Él se desperezó<br />

perezosamente en su silla, bastante consciente de cómo ondeaba y flexionaba su<br />

cuerpo.<br />

<strong>El</strong>la gruñó, realmente soltó un gruñido bajo en su garganta dirigido a él.<br />

— Yo no lo creo —, dijo él, curvando ligeramente sus labios. Pequeña y<br />

actualmente indefensa como un gatito, ella lucía la ferocidad de un león; su<br />

lujurioso cuerpo-de-cinco-pies-con-cuatro-pulgadas combinaba perfectamente<br />

con su seis-pies-de temperamento. — Escucha bien, Sidhe-seer.<br />

* * *<br />

Gabby escuchó mientras él hablaba, entrecerrando los ojos, tomando<br />

notas mentales meticulosamente.<br />

Lo que él le contó prendió una chispa de esperanza en su corazón. No era<br />

sólo que él no fuese omnipotente, sino que ahora estaba atrapado en forma<br />

humana.<br />

¿Todo ese cuerpo tan espléndidamente masculino es humano? dijo con<br />

voz velada, una traicionera voz en su mente.<br />

52


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Oh, cállate. ¿Cómo era posible que una versión de catorce años de edad<br />

de sí misma todavía se escondiese dentro de su cabeza?<br />

Y no sólo era su carne y sangre –lo que explicaba porque él había<br />

sangrado y no tenía los típicos ojos de hada- sino que había sido maldecido por<br />

el triple poder del féth fiada, lo cual, le dijo a ella, hacía imposible para la<br />

humanidad percibirle. La ilusión efectuada y la memoria afectada, el caos tejido<br />

como una capa alrededor de él. Excepto para ella –descendiente de una antigua<br />

línea de Sidhe-Seer en quienes la magia Fae no trabajaba de la forma en que se<br />

suponía que debía hacerlo.<br />

Unido al resto sus problemas, ya no podía atravesar los reinos. Él estaba<br />

inmerso y atrapado en el reino humano.<br />

Gabby no podía creer que él estuviera diciéndole todo esto a ella. Él<br />

estaba revelando, sin reservas, que no representaba ninguna amenaza para ella.<br />

Que no podía llevársela a la fuerza, no podía ofrecerla a los Cazadores. ¡Y que<br />

había sido despojado de su magia de hadas por completo!<br />

Aunque se rehusó a contestar cuando ella le preguntó por la ofensa<br />

debido a la cual la reina lo había castigado, ella no lo presionó. Realmente no le<br />

importaba. Lo que tenía importancia era que, en su condición actual, él no<br />

representaba mayor amenaza que cualquier otro hombre humano, aparte de la<br />

que representaba un hombre extraordinariamente grande y fuerte.<br />

<strong>El</strong>la iba a sobrevivir. ¡Realmente no iba a morir hoy! Después de todo, él<br />

no la podría matar; ella era todo lo que él tenía, la única que lo podía ver. Él la<br />

necesitaba.<br />

<strong>El</strong> haber comprendido eso fue la mejor manera de calmar sus nervios. No<br />

tenía que preocuparse por una muerte inminente, tenía que ocuparse de una<br />

batalla inminente, y esas eran dos cosas muy diferentes.<br />

Espera un momento, pensó ella repentinamente, y frunció el ceño cuando<br />

su mente cayó en la cuenta de una incongruencia: el afirmaba estar sin poder,<br />

pero todavía podía moverse en un parpadeo como un hada. ¿Cómo podía ser eso?<br />

necesitaba saber con precisión a qué se enfrentaba. — Creí que habías dicho que<br />

Aoibheal te había despojado de tus poderes. ¿Por qué puedes moverte todavía<br />

como un hada?<br />

Él se encogió de hombros. — Es el único poder que ella me dejó -la<br />

habilidad para volar distancias cortas.<br />

— ¿Por qué te dejaría ella alguna clase de poder? —, lo presionó,<br />

preguntándose si él le decía la verdad.<br />

53


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Sospecho —, contestó él secamente, que lo hizo para que ningún<br />

vehículo me atropellara, mientras trataba de ajustarme a mi nueva forma. <strong>El</strong>la<br />

desea que sufra, no que muera.<br />

— ¿Pero ella te dejó algun poder más?<br />

Él negó con la cabeza y le dirigió una mirada de censura. — No se te<br />

ocurra escapar de mí, Gabrielle. No lo permitiré. No te lo aconsejo —, hizo una<br />

pausa, como si escogiera sus siguientes palabras con cuidado, y sonrió<br />

débilmente — impotente... de cualquier manera<br />

— ¿Y por qué quieres contarme acerca de Circenn Brodie? —, continúo<br />

ella, rehusándose a admitir su velada amenaza. ¿Creer que él está impotente?<br />

¿Con toda esa testosterona y virilidad brotando por sus poros? Ah. Eso es tan<br />

estúpido como creer que el desierto del Sahara está en el Polo Norte.<br />

— Porque él tiene el poder de devolverme al reino Fae<br />

— ¿Él es un hada también? —. <strong>El</strong>la se puso rígida instantáneamente. No<br />

más hadas. No había forma de que fuera a revelarse a sí misma a otra hada,<br />

especialmente a una que poseía todos sus poderes.<br />

— Es medio Fae. Pero escogió residir en el mundo mortal<br />

Pero aun sigue siendo peligroso aunque sólo sea medio humano. — Y<br />

después yo actúo como tu intermediaria y él te lleva de regreso al Mundo de las<br />

hadas, ¿y luego qué?<br />

— Entonces todo estaría bien, y seré invencible otra vez.<br />

<strong>El</strong>la puso los ojos en blanco. — Quise decir, ¿que sucederá conmigo?<br />

mientras tú seas quizás la cosa más importante dentro de tu pequeño y egoísta<br />

ego, dentro de tu pequeño mundo narcisista, adivina qué — yo estoy en el mío<br />

Sus ojos brillaron intensamente y él se rió. Echó hacía atrás su oscura<br />

cabeza, dejando ver sus blancos dientes, flexionando los músculos de su fuerte<br />

cuello, y ella refrenó un gemido suave, apreciativo. Su cuerpo podría ser humano,<br />

pero estaba envuelto con lo exótico de un Fae, desde la increíble dorada y<br />

aterciopelada piel, hasta esos ojos que brillaban tenuemente con chispas de<br />

oro, que ningún humano tenía, hasta su completamente intimidante presencia<br />

sexual. Potente, la esencia Fae embotellada - y no completamente sellada - en<br />

un cuerpo mortal. Y un cuerpo mortal perfecto en lo que a eso se refiere.<br />

Simplemente mortal. Un hada pura no podría haberla tentado así. <strong>El</strong>la<br />

tendría que continuar diciéndose que era una —cosa— ¡Pero ahora que ella sabía<br />

que él era todo un hombre humano bajo esa camiseta negra y esos vaqueros<br />

ajustados y descoloridos, él parecía por completo diferente, enteramente<br />

diferente - Eew!<br />

54


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Su columna vertebral se puso rígida como el respaldo de su silla. Se<br />

enderezó tan violentamente que casi se cae de la silla.<br />

¿Cuánto tiempo hacía que estaba pensando en eso como —él— en su<br />

mente?<br />

¡Oh! ¡Quería escupir, sacar el sabor sucio de su propia traición fuera de<br />

su lengua! ¿No le había enseñado nada su Abuela? Cerró los ojos, apartando eso,<br />

reconstruyéndolo cuidadosamente en su mente.<br />

Después de algunos momentos los abrió otra vez. Eso aún no le había<br />

contestado.<br />

— Dije —, repitió ella, — ¿Qué pasará conmigo?<br />

— Cualquier cosa que quieras, ka-lyrra —, ronroneó — Sólo tienes que<br />

decirlo —. Su mirada recorrió su cuerpo apreciativamente, ávidamente, esos<br />

ojos oscuros prometiendo la satisfacción de cualquier fantasía que ella pudiese<br />

albergar en lo más profundo de su corazón. Él se mojó el labio inferior con su<br />

lengua, lo capturó con sus dientes, luego le dirigió a ella la sonrisa más lenta y<br />

erótica que alguna vez había visto. — Susurra en mi oído, Gah-bry-yil, tus<br />

deseos más profundos, y yo te los concederé.<br />

Si, claro, pensó ella mordazmente (estoicamente rehusándose a<br />

considerar, por algún momento, su oferta de fantasía sexual ilimitada que le<br />

hacía sentir a su estómago un poco enfermo, pero no como una verdadera<br />

enfermedad), y él se olvidaría de ella en un abrir y cerrar de ojos. En el<br />

momento en que volviera a ser insensible, omnipotente e inmortal otra vez.<br />

Pero estaba dispuesta a apostar que otro hada no lo haría. Si había sido,<br />

ciertamente, la misma Aoibheal quien lo había castigado, exiliándolo del reino<br />

Fae, ¿No sería mejor para ella no saber exactamente como Adam Black<br />

regresaría al Mundo de las Hadas sin su real consentimiento?<br />

Y eso conduciría a la formidable reina hacia Circenn Brodie (asumiendo<br />

que Brodie no entregarse inmediatamente a Gabby) y finalmente a Gabby<br />

misma. Y luego los Cazadores vendrían cayendo con el estruendo de sus pezuñas<br />

de pesadilla para llevársela y -si aunque ya no mataran mortales, tal como lo<br />

afirmaban- ella podría verse el resto de su vida sirviendo a un montón de<br />

semidioses arrogantes y fríos.<br />

Eso no sucedería.<br />

peor.<br />

— ¿Qué si no lo hago? — Preguntó ella rígidamente, preparándose para lo<br />

Arqueó una ceja. — ¿Qué si tu no haces qué?<br />

55


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Qué ocurre si no te ayudo?<br />

— ¿Por qué no me ayudarías? Si es algo tan pequeño lo que yo te pido.<br />

Simplemente hablarle a alguien.<br />

— Oh, por favor. ¿Me traicionaría a mí misma para quedar bajo la<br />

misericordia de un Fae? Como si eso no fuera una contradicción. ¿Creer que tú<br />

permitirías que una Sidhe-seer se fuera tranquilamente y continuara su vida en<br />

paz? No soy tan estúpida.<br />

Se inclinó hacia adelante, con los codos sobre sus rodillas, toda la<br />

diversión desapareciendo de su rostro, dejando su cincelada faz quedamente<br />

regia, digna. — Te doy mi palabra, Gabrielle O'Callaghan —, dijo suavemente. —<br />

de que te protegeré.<br />

— Por supuesto. La palabra del hada más negro, el mentiroso legendario,<br />

el engañador genial —, se burló ella. ¿Cómo se atrevía a ofrecer su palabra como<br />

si realmente pudiera significar algo?<br />

Un músculo saltó en su mandíbula. — Eso no es todo lo que yo he sido,<br />

Gabrielle. He sido, y soy, muchas otras cosas.<br />

— Oh, claro está, tan tonta que soy, omití la parte de consumado<br />

seductor y destructor de inocentes.<br />

Sus ojos se estrecharon. — No he destruido la tuya. Aunque la puedo<br />

oler en ti. Y aunque podría con poco esfuerzo, pues soy dos veces tu tamaño.<br />

¡Oh! ¿Seguramente el no podía oler que ella era virgen, o si? Un mero<br />

tecnicismo, eso era. Sonrojándose, ella carraspeó. — ¿Y qué garantía tengo de<br />

que no lo harás?<br />

Una sonrisa peligrosa dio inicio a un destello de luz igualmente peligroso<br />

en sus ojos. — Ninguna. De hecho. Yo te garantizo que lo haré. Pero te<br />

prometeré esto: Cuando lo haga, será porque tú me lo pidas. Parada en frente<br />

de mí. Pidiéndome que te folle.<br />

Sus palabras se estrellaron contra ella como una pared de ladrillo,<br />

dejándola casi sin respiración, y también su significado. Haciendo de la<br />

intimidación masculina un fino arte. <strong>El</strong>la inspiró agudamente, dispuesta a<br />

recobrarse rápidamente, para negarlo, insistir en que eso sería un día frío en el<br />

infierno, pero se levantó de su silla, elevándose por encima de ella.<br />

— Suficiente. ¿Tienes la intención de ayudarme o no, Gabrielle?<br />

Gabby tragó saliva, repasando frenética y rápidamente sus escasas<br />

opciones. Todo la condenaba, si ella le ayudaba, sabía que terminaría siendo<br />

tomada por los Fae. No había manera de que ellos la dejaran marcharse<br />

56


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

libremente. Ninguna manera. No habían pasado miles de años cazando y<br />

destruyendo a los Sidhe-Seers, sólo para dejar a uno irse ahora. Especialmente<br />

a uno lo bastante joven como para engendrar un futuro linaje de Sidhe-Seers.<br />

¿Y qué ocurría si ellos resolvieran llevarse a su madre también? ¿Si se<br />

rehusaran a creer que Jilly realmente no poseía la visión que había legado a su<br />

hija? ¡Felizmente casada por segunda vez, con tres hijastros, su madre nunca la<br />

perdonaría! No era que tuviesen la mejor relación, pero ella no deseaba hacer<br />

las cosas aun peores.<br />

Y qué sucedería si, descubriendo que ella los había eludido -que se<br />

habían equivocado al pensar que habían eliminado al último de los Sidhe-Seerslos<br />

Fae empezaran a cazarlas otra vez en serio. Gabby no tenía duda de que en<br />

alguna parte del mundo había otros como ella, escondiéndose, conservando sus<br />

cabezas ocultas, tratando de llevar vidas normales. Había anotaciones en los<br />

libros de los Fae que hacían una vaga alusión a otros linajes igualmente malditos,<br />

afirmando que una vez ellos habían sido muchos. Gabby no era tan tonta como<br />

para pensar que sólo las mujeres O'Callaghan habían aprendido como sobrevivir.<br />

¿Qué pasaría si su traición causaba que todos se convirtieran en perseguidos<br />

nuevamente? Si cada uno de los otros Sidhe -Seers fuera buscado y capturado<br />

por su culpa, ella no soportaría la responsabilidad de un destino tan sombrío.<br />

¡Qué enredo había hecho de todas las cosas!<br />

Yo te di mi palabra había dicho, te protegeré. Pero Gabby no había sido<br />

criada por Walt Disney, desde su nacimiento, se había alimentado de los cuentos<br />

de hadas del tipo más oscuro. Era incapaz de confiar en él. Y aun si, por alguna<br />

rara casualidad fuera realmente cierto lo que él dijo, entonces él no la podría<br />

defender en contra de la reina. Aoibheal mantenía el trono por encima de todas<br />

las cuatro Casas de la realeza Fae, y ejercía el poder máximo de todo. Si<br />

Aoibheal la quisiese, entonces Aoibheal la tendría. Y punto.<br />

No tenía alternativas sino pelear y resistirse hasta el amargo final.<br />

Estaba tan llena de furia, que no le importaba qué cosa fea le haría una<br />

vez que diese su negativa, inclinó la cabeza había atrás, y más atrás, para<br />

encontrar su imperiosa mirada.<br />

— No. No voy a ayudarte —. Hizo una inspiración poco profunda y le<br />

sostuvo la mirada ansiosamente.<br />

<strong>El</strong> la miró por un momento interminable, con una mirada inescrutable, sin<br />

decir nada, sin hacer nada.<br />

Y ella esperó, los nervios templados como pequeñas cuerdas siendo<br />

cruelmente tiradas por un titiritero hasta el punto de ruptura.<br />

57


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Se preparó psicológicamente para ser golpeada. Esperaba ser lastimada,<br />

que intentara obligarla con violencia física; quizá llevarla casi hasta la muerte, y<br />

rezó para ser lo suficientemente fuerte como para resistirlo. Él era un hada<br />

después de todo. No tenía conciencia, ni alma. <strong>El</strong>la esperaba que él hiciera lo que<br />

fuese que tuviera que hacer para obtener lo que quería.<br />

<strong>El</strong>la esperó cualquier cosa excepto lo que hizo.<br />

Inclinó su cabeza.<br />

Y se inclino a sus pies.<br />

Alzando sus poderosos brazos al alrededor de ella, sus brazaletes de<br />

oro fríos contra su piel, su pelo sedoso rozando su mejilla, su perfume sazonado<br />

con especias envolviéndola.<br />

Y liberó sus manos.<br />

Cuando ella se sentó, demasiado confundida y temerosa como para<br />

moverse, él dio un paso hacia atrás y se elevó en toda su altura, una débil<br />

sonrisa jugando en sus firmes y sensuales labios.<br />

Y desapareció.<br />

58


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 7<br />

Gabby fue a trabajar.<br />

Agitada por la escasez de sueño y por andar con los nervios de punta,<br />

reanimada por una ducha fría, dos cafés express dobles de Starbucks, y una<br />

necesidad de normalidad, cualquier normalidad.<br />

Tal vez su vida se caía a pedazos a su alrededor, pero bien podía fingir<br />

que no lo hacía.<br />

Además, a pesar de su agotamiento, sabía que nunca sería capaz de<br />

dormir. Estaba demasiado tensa, demasiado temerosa de lo que él iba a hacer<br />

después, ya que no tenía duda de que eso haría algo. Si ella hubiese permanecido<br />

en casa, sola, se habría vuelto loca, su imaginación hiperactiva conjurando<br />

interminablemente horribles destinos para si misma.<br />

Al principio, cuando eso había desaparecido, había considerado recurrir<br />

a su primer plan: saltar dentro de su coche y correr mientras pudiera hacerlo.<br />

Pero de alguna manera ella sabía, en lo más profundo de sus de sus huesos, que<br />

con esa carrera no iba a conseguir nada. No estaba segura de creer su<br />

afirmación de que eso no tenía ningún otro poder Fae sino la capacidad de<br />

moverse rápidamente. Ciertamente no era lo bastante tonta para pensar que,<br />

considerando que ella era la única que podía verlo, eso realmente se había<br />

marchado y tenía la intención de dejarla en paz.<br />

No, eso nunca hubiera partido si no hubiera estado inequívocamente<br />

seguro de su capacidad de encontrarla otra vez. Lo que significaba que huir<br />

sería una pérdida de tiempo y energía que era mejor conservar para la batalla<br />

que se avecinaba. Además, había razonado, si fuera a levantarse y luchar,<br />

estaría mejor preparada para hacerlo en terreno conocido. Aquí al menos, ellos<br />

estaban en su mundo, y ella conocía muy bien su lugar.<br />

¿Por qué eso no la había lastimado? ¿Por qué no había usado su fuerza<br />

enormemente superior para intimidarla, para doblegar su voluntad? Sería tan<br />

fácil. <strong>El</strong>la estaba bloqueada por su reacción, o mejor dicho, por su carencia de<br />

ella. Eso podría haberle hecho cualquier cosa que hubiese querido hacerle,<br />

cuando ella había estado sentada allí desvalidamente, pero lo máximo que hizo<br />

fue pronunciar la más suave de las amenazas infames.<br />

Había desaparecido. Simplemente desapareció. Y había estado<br />

sonriendo. Y la había dejado profundamente, profundamente inquieta. Como si<br />

tuviera planeado algo mucho peor que el uso de la mera fuerza.<br />

59


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

¿Qué podría ser peor que la fuerza?<br />

Como esperando que otro zapato se cayera, no sabiendo cuando o donde<br />

sucedería.<br />

— ¿O'Callaghan, dónde diablos están los informes de Brighton? —, su<br />

jefe, socio mayoritario Jeff Staller, exigió, surgiendo sobre su diminuto<br />

escritorio al interior de su cubículo repleto de archivos y libros de leyes,<br />

esparciendo una montaña de informes legales que simplemente no estaban<br />

apilados en orden. — Se suponía que este caso debía estar archivado la semana<br />

pasada. Ahora nunca vamos a conseguir una fecha de audiencia para septiembre.<br />

Gabby levantó la cabeza. Sobresaltada, casi derramó su cuarto café<br />

Express del día. Con ojos turbios, echó un vistazo al reloj. Era ya las dos y<br />

treinta. — Lo tendré para usted hacia las cuatro —, prometió.<br />

— Se suponía que usted lo tendría para mí hacia las cuatro de ayer, pero<br />

no se molestó en volver a trabajar después del almuerzo—. ¿Por qué?<br />

<strong>El</strong>la mantuvo sus ojos concentrados en el reloj, poco dispuesta a<br />

encontrar su mirada, consciente de que no era la mentirosa más convincente. —<br />

Yo... uh, estuve enferma. Realmente enferma. Comí sushi en el almuerzo.<br />

— Usted dijo que iba al Skyline por chilis.<br />

Maldito fuera el hombre por tener una mente como una trampa de acero.<br />

¿No tenía nada mejor que hacer que recordar dónde había dicho ella que iba a<br />

comer? <strong>El</strong>la había murmurado algo sobre el Skyline cuando lo había visto por el<br />

camino, no deseando que él estuviera alrededor de ella cuestionándola. Y él sabía<br />

que ella trabajaba diez veces más duro en los casos. Al parecer la firma creía<br />

que los estudiantes estaban de alquiler, puesto que eran completamente<br />

brutales con la carga de trabajo.<br />

— Cambié de opinión en el último momento —, dijo ella con poca<br />

sinceridad. — Siento no haber telefoneado, pero estaba tan enferma que me<br />

costaba moverme. Usted sabe como es la intoxicación alimenticia —. Se forzó a<br />

levantar la cara y encontrar su mirada y su entrecejo fruncido, sabiendo que<br />

parecía enferma por la falta de sueño y la tensión, y que los círculos oscuros<br />

bajo sus ojos reforzarían su mentira.<br />

— ¿Yo soy mentiroso y falso? —. Una voz profunda y exóticamente<br />

acentuada ronroneó detrás de ella. — Supongo que tenemos algo en común,<br />

irlandesa.<br />

Su cabeza giró alrededor. Allí estaba; el otro zapato se caía. Tumbado<br />

insolentemente en el gabinete de archivos detrás de ella estaba Adam Black,<br />

toda gracia y despreocupación fantástica. Se había quitado los atractivos<br />

60


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

vaqueros descoloridos. Pantalones de cuero negros cómodos y una camisa de<br />

seda negra, complementada por brazaletes y un collar de oro. Unas botas que<br />

parecían muy caras, demasiado, notó, brevemente distraída en preguntarse<br />

dónde y cómo había conseguido su ropa. Probablemente sólo robaba lo que<br />

quería, encubierto por el féth fiada, pensó ella despectivamente. Calculador.<br />

Ladrón.<br />

De todos modos, era imposible no notar que él — eso — lucía como un<br />

habitante del Viejo Mundo elegante y simplemente —matador—. Cuidado Gabby,<br />

podría ser profético.<br />

— No tenemos nada en común —, siseó ella.<br />

— ¿Qué? —, dijo Jeff inexpresivamente. — ¿O'Callaghan, de qué habla?<br />

Gabby se estremeció, volviéndose hacia su jefe. Él fruncía el ceño, su<br />

mirada paseándose entre ella y el archivador. Se aclaro la garganta. — Usted y<br />

yo, quise decir —, soltó de prisa. — Lo que quise decir era que usted<br />

probablemente no se habría enfermado, pero mi sistema digestivo es realmente<br />

sensible, siempre lo ha sido. La cosa más insignificante lo descompone.<br />

Especialmente el pescado crudo que no ha sido correctamente preparado, y yo<br />

debería haber hecho algo mejor que confiar en el sushi de un vendedor<br />

callejero, pero tenía hambre, y me pareció bien, y, escuche, realmente lo siento,<br />

pero juro que estará en su escritorio hacia las cuatro —. Respira ahora, Gabby.<br />

Respiró y puso la sonrisa más brillante que pudo reunir, la que en realidad, sintió<br />

más como una mueca, ya que salió bastante torcida también.<br />

Con cara de piedra, poco impresionado ni por su explicación ni por la<br />

forma en que ella había logrado esbozar una sonrisa, él gruñó, — Demasiado<br />

tarde. Debo estar en el tribunal en diez minutos y no estaré de vuelta a tiempo<br />

para registrarlo. Lo mejor será que esté en mi escritorio cuando entre por la<br />

mañana. Y el caso Desny. Y las declaraciones <strong>El</strong>liot. ¿Las obtuvo?<br />

— Sí —, dijo Gabby, apretando los dientes.<br />

Cuando él se alejó, ella lanzó una mirada furiosa sobre su hombro hacia<br />

el hada posada sobre los archivos. Éste le hizo un guiño y le dirigió una atractiva<br />

y perezosa sonrisa.<br />

— Y, O'Callaghan... —. La cabeza de Gabby se balanceó hacia atrás.<br />

— Mientras esté en ello, veamos que tipo de precedentes del caso<br />

puedes establecer para el caso Rollins. Sobre mi escritorio el lunes en la<br />

mañana.<br />

61


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Sólo cuando él hubo desaparecido de su oficina, Gabby se permitió<br />

encorvar los hombros y su cabeza cayó sobre su escritorio con un ruido sordo y<br />

suave.<br />

— ¿Por qué haces esto, irlandesa? —, le llegó el aterciopelado ronroneo<br />

desde atrás. — Hace un día glorioso afuera. <strong>El</strong> sol brilla. <strong>El</strong> mundo es una gran<br />

aventura que ruega ser tenida en cuenta. Y aún así te sientas en esta pequeña<br />

caja y recibes órdenes. ¿Por qué?<br />

<strong>El</strong>la no se molestó en levantar la cabeza. Estaba demasiado cansada para<br />

tener miedo. <strong>El</strong> miedo requería energía, y ella había agotado hacía horas sus<br />

reservas. — Porque tengo que pagar las cuentas. Porque no todos nosotros<br />

logramos ser todopoderosos. Porque esta es la vida.<br />

— Esto no es vida. Esto es el infierno.<br />

Gabby levantó su cabeza y abrió su boca para discutir eso, luego echó<br />

una buena mirada alrededor. Era jueves. Le tomaría el resto del día terminar el<br />

arbitraje de Brighton. Todo el día de mañana para cubrir las contenciones de<br />

Desny y <strong>El</strong>liot. ¿Y desenterrar los precedentes del caso para el juicio de Rollins?<br />

Bien, ella tendría que llevar un catre a la oficina el fin de semana. Sí, pensó<br />

tristemente, la vida era un infierno.<br />

— ¿Qué haces aquí? —, preguntó ella cansadamente. — ¿Viniste a<br />

torturarme? ¿Intimidarme para obligarme? ¿Sólo hazlo, de acuerdo? Mátame.<br />

Libérame de mi miseria. O no lo hagas. Tengo trabajo que hacer —. Masajeó las<br />

bolsas bajo sus ojos con un suspiro, rehusándose a mirarlo.<br />

— La brutalidad es el refugio de la mente torpe, ka-lyrra. Sólo un tonto<br />

conquista cuando podría en cambio seducir.<br />

— Maravilloso. Un hada que lee Voltaire —, refunfuñó ella. — Márchate.<br />

— Un hada que conoció a Voltaire —, corrigió suavemente. — ¿Y acaso no<br />

lo entiendes, Gabrielle? Ahora soy una parte permanente en tu vida. Haremos<br />

todo juntos. Nunca me marcharé.<br />

* * *<br />

<strong>El</strong> otro día sobre la escalera, vi a un hombre que no estaba allí. Él no<br />

estaba allí otra vez hoy; ¡cómo deseo que él se marche!<br />

La absurda rima daba vueltas locamente a través de su cerebro, era una<br />

que ella había aprendido de la Abuela cuando era una niña pequeña. Nunca había<br />

62


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

pensado que un día lo viviría. Atrapada en ello. Obligada a coexistir con un ser<br />

que nadie más podía ver sino ella.<br />

Pero lo hacía. Y temía que ya la mitad de sus compañeros de trabajo<br />

pensaran que estaba chiflada. A pesar de sus esfuerzos para ignorar a Adam<br />

Black, en demasiadas ocasiones el hada había provocado una respuesta de ella, y<br />

ella no se había perdido de las divertidas miradas que los otros colegas habían<br />

estado lanzándole.<br />

Medianoche. Estaba en la cama totalmente vestida, las mantas ajustadas<br />

bajo su barbilla, apretadas en pequeños puños cerrados. Con miedo de dormir,<br />

por el miedo de despertarse y encontrarlo en la cama con ella. O peor, no<br />

despertarse a tiempo. Al menos de esta manera ella imaginaba que tendría que<br />

desnudarla antes de que él le lanzara aquellas miradas acaloradas y eróticas que<br />

había estado echándole todo el día, y seguramente que ella se daría cuenta<br />

antes de que él llegara demasiado lejos.<br />

Eso la había perseguido toda la tarde. Mirando todo lo que ella había<br />

hecho. (Bien, casi todo. <strong>El</strong> había sido lo bastante cortés como para quedarse<br />

afuera del baño cuando ella había dado la vuelta mostrándole sus dientes antes<br />

de cerrar de golpe la puerta en su cara.) Se había burlado, la había provocado,<br />

rozando su grande y duro cuerpo contra alguna parte el de ella en cada<br />

oportunidad, y en general holgazaneó pareciendo el épico hada excitado que<br />

presumía ser, oscuro y pecadoramente excitante. <strong>El</strong>la se había quedado en la<br />

oficina mucho después de que todos los demás se hubiesen ido a casa, hasta las<br />

nueve, tratando de terminar su número de casos, tan cansada y distraída que<br />

todo le tomaba diez veces más de lo que debería ser.<br />

Y podría haberse quedado hasta más tarde si Adam Black no hubiese<br />

desaparecido, sólo para reaparecer con una suntuosa cena robada de todos los<br />

sitios entre Jean-Robert y Pigall. Por supuesto tenía un gusto exquisito para las<br />

comidas. ¿Y por qué no, cuándo podía robar todo lo que quisiese? Le gustaría<br />

tener el féth fiada ella misma, aunque fuera durante unas horas para hurtar en<br />

tiendas sin tener que afrontar una detención en el Saks de la Quinta Avenida, o<br />

tal vez para deambular por Tiffany’s.<br />

En silencio, el Fae alto, musculoso y vestido de cuero había extendido un<br />

mantel robado en su escritorio, aderezando su salmón asado con una salsa de<br />

olor celestial, un plato de patatas con sabor a queso decadente, al lado de<br />

verduras asadas, pan crujiente con mantequilla de miel, y no menos de tres<br />

postres. Adornado, con una única y aterciopelada flor en un florero alto y<br />

brillante, y había vertido vino en una delicada copa de cristal.<br />

— Come, Gabrielle —, había dicho suavemente, moviéndose hasta estar<br />

de pie detrás de ella, descansando brevemente sus manos en sus hombros.<br />

63


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Entonces una gran mano se había deslizado acunando su cabeza, mientras la otra<br />

había comenzado a masajear suavemente su cuello. Durante un traicionero<br />

momento, ella se había entregado a la magia de aquellas manos.<br />

Haciendo un mohín amenazante con sus labios, echó hacia atrás su<br />

cabeza para fustigarlo verbalmente, decirle exactamente dónde podría meter<br />

las cosas que había robado, pero había desaparecido otra vez. <strong>El</strong>la no lo había<br />

visto desde entonces.<br />

Sabía ahora lo que planeaba hacerle, y eso era más cruel que la fuerza.<br />

Iba a estar en su vida cada día, volviéndola loca, provocándola, agotándola. Eso<br />

iba a ser, no cruel y brutal, sino gentil y burlón y seductor, casi como si de<br />

alguna manera supiera de su secreta obsesión con los Fae. Y cuando ella<br />

estuviera en un estado debilitado, dirigiría su seducción hacia ella, esperando<br />

derribarla como su objetivo.<br />

No, no usaría la fuerza; debería haberlo esperado. ¿No había dejado<br />

claro el Libro del Sin Siriche Du que la cosa vivía para seducir y manipular? <strong>El</strong>la<br />

suponía que la fuerza bruta era una cosa que aburriría a un hada inmortal y<br />

todopoderosa en unos pocos siglos. Casi podía oírlo decir. Demasiado fácil,<br />

¿dónde está la diversión en eso?<br />

Podía entender la fuerza: lucharía, rabiaría, quizás hasta moriría<br />

resistiéndolo. La fuerza abastecería de combustible su odio hacia eso y la haría<br />

más obstinada.<br />

¿Pero la seducción de aquella hada oscura y atractiva?<br />

Estaba metida en un mundo de problemas, y lo sabía.<br />

Lo triste era que no había tenido que ir muy lejos para encontrar una<br />

debilidad que explotar. A ella le gustaban las cosas agradables. Raramente era<br />

capaz de obtenerlas, pues con sus pobres ingresos apenas cubría sus gastos de<br />

mantenimiento más esenciales y la matrícula. Cuando mucho era apenas una<br />

novata en lo referente a la buena comida, las flores bonitas, y el vino caro, tal y<br />

como cualquier otra muchacha. Aunque se había reñido a sí misma todo el<br />

tiempo, se había comido la fabulosa comida después de que Adam Black se hubo<br />

marchado, sabiendo que nunca sería capaz de permitirse el lujo de ir al Jean-<br />

Robert y Pigall sola. Después de que había terminado con la última suculenta<br />

mordida de la tarta de trufa de chocolate-macadamia bañada en crema, había<br />

estado tan disgustada consigo misma que lo había dejado y lo había empacado<br />

para la noche.<br />

Y ella tenía la terrible sospecha de que éste era sólo el comienzo de su<br />

rendición.<br />

64


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong> mundo es una enorme aventura que ruega ser tenida en cuenta, le<br />

había dicho cuando se había sentado en su cubículo gris rodeado por montones<br />

de otros cubículos grises en un edificio de oficina gris, presionando papel, o<br />

mejor dicho, siendo presionada por el papel que diariamente robaba más y más<br />

de su vida; raramente veía el sol porque éste todavía no había salido cuando<br />

entraba a trabajar y a menudo se había puesto cuando llegaba a casa.<br />

Una aventura enorme... ¿Lo había sentido alguna vez de esa manera,<br />

excitada por todas las posibilidades que la vida podía ofrecer?<br />

No. Siempre se sentía obligada, llevada a ser responsable. Conseguir las<br />

mejores notas. Tener una carrera respetable. Sobresalir en dicha carrera. Ser<br />

amable con los niños pequeños y con los viejos y con los animales. Hacer todo<br />

correctamente. Tú no tienes que demostrar nada, Gabby, la Abuela la había<br />

reprendido hacía años. Tú eres perfecta de la manera como eres.<br />

Bien. Eso fue por lo que su mamá se había marchado. Porque ella era tan<br />

perfecta. Si ella hubiera sido más perfecta la Abuela podría haberse marchado<br />

también.<br />

Con un gruñido de exasperación. Gabby golpeó su almohada y dio una<br />

vuelta. <strong>El</strong> sudor corriendo, el sujetador clavándosele en la piel, y la camisa<br />

irritándola. Un calcetín molestamente medio adentro medio afuera, una<br />

sensación asquerosamente debilitante. Nunca había dormido con ropa y, a pesar<br />

de las ventanas abiertas y el rítmico movimiento del ventilador del techo, su<br />

dormitorio estaba caliente. <strong>El</strong> sudor goteaba hacia abajo entre sus pechos y su<br />

pelo húmedo se adhería a su cuello.<br />

— Voy a matarte, Adam Black —, refunfuñó ella cansadamente, cerrando<br />

los ojos.<br />

Entonces los abrió otra vez, ampliamente, electrizada por el<br />

pensamiento.<br />

Eso estaba en forma mortal.<br />

Vaca santa.<br />

Eso podía ser asesinado.<br />

¿Y no solucionaría eso todos sus problemas?<br />

* * *<br />

— Sólo quiero a cuatro de ustedes —, dijo Darroc, apenas ocultando su<br />

desagrado. Él no sabía por qué alguna vez se había preocupado por esconderlo;<br />

65


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

los Cazadores Unseelie eran demasiado barbáricos, demasiado brutales, para<br />

preocuparse.<br />

— Una veintena de nosotros lo encontrará más rápidamente, Darroc —,<br />

dijo Bastion. <strong>El</strong> más viejo y poderoso de los Cazadores, movió sus rústicas alas,<br />

echando un vistazo ávidamente alrededor de los exuberantes campos.<br />

Darroc miró las fosas nasales de Bastion que buscaban el olor del reino<br />

humano. Él había decidido liberar al Cazador de su prisión helada — ese<br />

horrendo e infernal reino Fae al cual los Unseelie habían sido condenados — y<br />

traerlo a la Colina de Tara para recordarle lo que todos los Unseelie habían<br />

perdido. También para asegurarse de que el Rey de los Unseelie, quien algunas<br />

veces apoyaba a Aoibheal y en otros tiempos no lo había hecho (y nadie podía<br />

predecir alguna vez cuando lo haría, ni siquiera ella) no lo sorprendiera. Aunque<br />

el Rey de la Oscuridad rara vez emergía de su oscura fortaleza en la más<br />

desoladora extensión dentro de su reino de hielo y sombras, Darroc no tenía<br />

ningún deseo de dar a conocer la noticia de la formidable…. Criatura.<br />

— La prisa no es lo importante sino la cautela. Una veintena de ustedes<br />

en el reino de los humanos es demasiado arriesgado, y nuestros planes podrían<br />

no realizarse nunca. Búscalo para poder vagar por la tierra libremente otra vez,<br />

Cazador, tal como lo hacías antes de <strong>El</strong> Pacto<br />

— Sabes que lo hago —, gruñó Bastion.<br />

— Hazlo como digo y podrá suceder. Desobedéceme y nunca pasará.<br />

— Los Cazadores no obedecen a nadie —. Las alas oscuras susurraron<br />

furiosamente.<br />

— Todos nosotros obedecemos, Bastion, y lo hemos hecho desde que el<br />

Pacto fue sellado —, dijo Darroc, esforzándose por tener paciencia. <strong>El</strong> Unseelie<br />

tentaba su paciencia como si estuviera en la mejor de las épocas, y ésta no lo<br />

era. Eran tiempos peligrosos, y él no necesitaba el peligro representado por<br />

unos Cazadores bribones que se negaban a obedecer sus órdenes. — Una cosa<br />

estoy tratando de cambiar. ¿Seguirán mis órdenes, o asumo que ustedes están<br />

satisfechos en su reino? Atrapados. Puestos en un establo como humildes<br />

bestias.<br />

Con los labios fruncidos, Bastion asintió con la cabeza una vez,<br />

fuertemente. — Muy bien. Cuatro de nosotros, no más. ¿Tienes alguna idea de<br />

dónde está?<br />

— No todavía. Aoibheal ha prohibido mencionar su nombre en la corte,<br />

desde entonces mis espías no han sido capaces decirme nada. Ve primero a<br />

Escocia, a las Highlands. Él una vez engendró a un hijo allí —. Lamentablemente,<br />

Darroc sabía poco más que eso. No tenía idea de si el niño había sobrevivido<br />

66


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

hasta la madurez. Como Tuatha Dé Adam podrían contar con amigos que nunca<br />

habían sido amigos de Darroc, y Aoibheal seguía su propio consejo en lo<br />

referente a cuando el príncipe que ella había estado tan acostumbrada a<br />

complacer, estaba comprometido. Si no fuera por Mael, él no hubiera sabido<br />

nada del destino de Adam. Él — un maldito Antiguo de su Alto Consejo —<br />

mantenido en la ignorancia. Aún así, varios de su raza no habían sido vistos<br />

durante varios meses mortales, coincidiendo con un corto tiempo después del<br />

destierro de Adam al reino humano. No tenía duda de que él encontraría pronto<br />

a uno de sus compañeros quienes sabrían exactamente dónde estaba Adam, si<br />

los Cazadores no lo encontraban antes.<br />

— ¿Y cuándo lo encontremos?<br />

Darroc sonrió. Él podría sentir la inquietud del Cazador, su hambre por<br />

regresar a los viejos tiempos y a sus viejos métodos. Lo reflejaba a sí mismo. Se<br />

sentía tan enjaulado en la Isla Fae de Morar como lo hacían los Cazadores en su<br />

reino-prisión. — Puedes matarlo, pero —, él colocó una mano poderosa sobre el<br />

brazo de Bastion — debes hacerlo parecer un accidente. Como si muriera por<br />

causas mortales. <strong>El</strong>iminar a Adam Black es sólo el primer paso en mi plan, y las<br />

sospechas de la reina no deben ser despertadas todavía. Eso significa que no<br />

debe haber ninguna señal de algo remotamente Fae en ningún lugar cercano a su<br />

cuerpo. <strong>El</strong> humano se hizo daño sólo. ¿Entienden?<br />

— Sí<br />

— ¿Puedes hacer entender a los otros tres y obedecer tú?<br />

— <strong>El</strong>egiré bien —.Dijo Bastion moviéndose con impaciencia.<br />

— Entonces, nombra a tus tres, y tráelos aquí —, dijo Darroc.<br />

Los ojos flameantes de Bastion destellaron cuando llamó a sus<br />

Cazadores.<br />

67


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 8<br />

Gabby despertó poco antes del amanecer. Durante un dichoso momento<br />

su cuerpo estuvo despierto, pero su mente aún estaba beatíficamente aislada<br />

por los sueños, y pensó que este sería un día como cualquier otro. Normal,<br />

tranquilo, lleno de asuntos triviales y preocupaciones manejables.<br />

Entonces, ¡zas-bam! los recuerdos la golpearon fuertemente: había<br />

arruinado la entrevista de trabajo, se había traicionado a sí misma frente a un<br />

hada, tenía todo el trabajo de una semana para hacer hoy, y su vida era un<br />

infierno.<br />

Gimiendo, se dio la vuelta, tratando desesperadamente de caer dormida<br />

y así no tener que hacer frente a todo eso aún.<br />

Ni mucho menos.<br />

Adam Black estaba en la ducha.<br />

Podía oírlo, er — a eso—salpicando agua.<br />

A una docena de pasos desde el pasillo a su dormitorio. Un alto, oscuro,<br />

sexy, y muy desnudo hada. Aquí mismo en su casa. En su ducha. Usando su jabón<br />

y sus toallas.<br />

Y cantaba. Su erótica voz, también, con aquel extraño y ronco acento<br />

celta. Nada menos que una vieja canción de Sophie B. Hawkins: Condéname si<br />

deseo ser tu amante, yo te tomaría antes que la luz del día viniera...<br />

Apuesto a que lo harías, una voz adolescente suspiró soñando dentro de<br />

su mente.<br />

* * *<br />

— Necesito un arma —, susurró Gabby.<br />

— Necesito un arma —, dijo Gabby a Jay cuando entró en su cubículo.<br />

Colocando su taza de café sobre su escritorio, metió su bolso en un<br />

cajón, se sentó en la silla, alisó su falda sobre sus caderas, luego giró sobre ella,<br />

de cara al pasillo. — ¿Dónde compra una persona un arma, Jay?<br />

68


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Jay Landry, un compañero interno y habitante del cubículo en diagonal<br />

hacia ella, lentamente hizo girar su silla y la recorrió con la mirada<br />

inquisitivamente. — Gabby, ¿te sientes bien? Jeff dijo que estabas enferma.<br />

¿Estas segura de que te sientes mejor? Has estado actuando muy<br />

singularmente.<br />

— Estoy bien —, dijo, con las piernas cruzadas y un pie golpeando<br />

enérgicamente el aire. — Sólo me preguntaba en qué lugar una persona podría<br />

comprar un arma.<br />

— ¿Para que la quieres? —, no se anduvo con rodeos.<br />

— No me siento segura viviendo donde vivo —, mintió francamente. No<br />

era como si pudiera ser atrapada y procesada por delito por lo que planeaba<br />

hacer, se tranquilizó. Para cometer un asesinato, uno tenía que tener no solo un<br />

arma sino un cuerpo. Y ya que nadie más que ella podía ver el cuerpo, voilá -<br />

ningún delito. Además, era en defensa propia, absolutamente.<br />

— Toma un curso de karate.<br />

Pusó los ojos en blanco. — ¿Y qué hago en los muchos años que tardaré<br />

antes de lograr hacerme remotamente competente en eso?<br />

Él se encogió de hombros. — Haz que tú novio se instale en casa.<br />

— No tengo novio ya —, dijo malhumoradamente.<br />

Él no la miró totalmente sorprendido — Probablemente porque trabajas<br />

mucho, Gabby. Apuesto que él se hartó de que estuvieras casada con tu trabajo.<br />

Yo lo haría. Lo sabes — él echó un vistazo alrededor y con cautela bajó la voz —<br />

Jeff no te presionaría tanto si no supiese que tú lo harás. Él sabe que pasaras el<br />

fin de semana investigando en el caso Rollins. Sabe que lo darás todo tratando<br />

de superarte. ¿Y qué planea hacer él este fin de semana, te preguntaras? Te lo<br />

diré. Le oí por casualidad haciendo planes esta mañana para reunirse con algunos<br />

compañeros y pasar el fin de semana jugando al golf en Hilton Head. Tomará el<br />

sol, beberá cerveza. Mientras tú te sientas aquí en tu-<br />

— Ya esta bien —, Gabby se enfadó, su temperamento estallando. Parte<br />

por parte: un hada cobarde fuera de su camino, entonces se ocuparía de Jeff<br />

Staller y sus pequeños y engañosos planes de golf. — Esto no se trata de mí, o<br />

de mi ex-novio, o nuestro jefe. Es solo de dónde puedo conseguir un arma.<br />

— Me asustas. Y no te lo diré —. Jay se dio la vuelta, la nariz pegada a<br />

su pantalla de ordenador.<br />

— Oh, por todos los cielos, simplemente miraré en la guía telefónica si<br />

no me ayudas.<br />

69


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Bien. Entonces no puedo estar implicado de ningún modo como<br />

cómplice.<br />

Los estudiantes de leyes podía ser unos malditos bastardos cuando se<br />

trataban cuestiones de posibles responsabilidades penales, pensó Gabby,<br />

suspirando, cuando se dio la vuelta hacia su escritorio.<br />

Y apretó los dientes. Adam Black estaba encaramado encima de la<br />

escalera, a la mitad de la pared de su cubículo, vestido con pantalones de cuero<br />

otra vez - de un profundo marrón y de aspecto suave, y su mirada se atascó<br />

fijamente en ellos por un momento - camiseta blanca apretada a lo largo de su<br />

macizo pecho, y otro par de ostentosas botas de ante gris. Sostenía las páginas<br />

amarillas en una mano. Su pelo negro se derramaba en una brillante y sedosa<br />

catarata hasta su cintura, con una trenza que se balanceaba en sus sienes.<br />

Simplemente mirarle le dejó la boca seca, las palmas sudorosas. De hecho cada<br />

hormona de su cuerpo saltaba estremecida, gozosamente concentradas.<br />

— ¿Es esto la guerra entre nosotros, entonces, ka-lyrra? —, dijo él<br />

suavemente.<br />

Arrebatando la guía telefónica de su mano, ella siseó, — Lo es. Ha sido<br />

desde el momento en que invadiste mi vida.<br />

— ¿Qué? —, dijo Jay desde detrás de ella.<br />

— Nada —, dijo por sobre su hombro.<br />

— No tiene porque serlo, irlandesa. Las cosas podrían ir bien entre<br />

nosotros —. La mano todavía extendida, él capturo una guedeja sedosa de su<br />

pelo, deslizándola entre sus dedos. Sus ojos se estrecharon, oscureciéndose de<br />

deseo. — Me gusta tu pelo suelto. Deberías llevarlo así más a menudo. Guedejas<br />

sedosas para que un hombre pueda sepultar sus manos en ellas —. Él hizo un<br />

suave y profundo ronroneo en su garganta que fue tan erótico que sus pezones<br />

se alzaron. Descendiendo de su percha en la mitad de la pared, se recostó en el<br />

borde del escritorio, frente a ella, las piernas extendidas a ambos lados de su<br />

silla. Esto hizo que sus ojos quedaran a la altura de su ingle, una pesada<br />

protuberancia dentro del cuero que simplemente no podía ser desaprovechada.<br />

Apartando con fuerza la mirada de su cara, siseó. — No eres un hombre,<br />

eres una cosa.<br />

Oh, ¿a quién estaba tratando de convencer?<br />

No era humanamente posible para una mujer mirar a Adam Blach y<br />

llamarle —eso—. Se desgastaba, intentándolo. Desviaba su atención de<br />

cuestiones más importantes, como imaginarse la forma de librarse de él. Déjalo,<br />

O'Callagahn, se dijo, exasperada. Esto apenas vale el esfuerzo, considerando las<br />

70


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

veces que fallas. Dedica el esfuerzo a mejores causas. Causas en las que podrías<br />

tener éxito.<br />

— Y sólo se debe —, continuó fríamente, no perdiendo una oportunidad<br />

para airear y respaldar sus quejas; había sido una mañana tan horrible,<br />

— a que estabas acaparando el cuarto de baño de arriba, y no podía<br />

coger mi secador o cualquiera de mis pasadores. No podía coger ni mi cepillo de<br />

dientes. Y me dejaste sin agua caliente —. Se había duchado abajo (deprisa y<br />

con la puerta cerrada con llave - como si eso fuera la mayor barrera contra un<br />

ser que podía —cambiar de lugar— de todos modos, eso le había dado una ilusión<br />

de seguridad, y Gabby estaba dispuesta a conformarse con la ilusión, ya que su<br />

realidad era tan deprimente) el agua había ocasionado escalofríos por toda su<br />

piel al entrar en contacto con ella. Entonces se había puesto medias y un traje,<br />

de mala gana se saltó el desayuno, y salió disparada, determinada a evitarle el<br />

mayor tiempo posible.<br />

— ¿Gabby? —, la voz de Jay, sonando preocupada de verdad.<br />

Sin mirar hacia atrás, Gabby masculló. — Estoy al teléfono, Jay; llevo<br />

puestos mis auriculares.<br />

— Oh, lo siento —. <strong>El</strong> alivio era evidente en su voz.<br />

— Realmente, irlandesa, juro que mientes más que - y casi tan<br />

perfectamente como - yo. Y, ¿tramando un asesinato? Dame un momento, me<br />

hace preguntarme con que clase de infame humano me he enredado.<br />

— Ooooh, como te atreves a fingir que yo soy la…..—<br />

Pero no consiguió decir nada de lo que tenía en mente, ya que el hada<br />

infernal había desaparecido otra vez.<br />

Encrespándose, echó a un lado las Páginas Amarillas (no había motivo de<br />

comprar un arma ahora que él estaba prevenido; además, dudaba de tener el<br />

estómago para apuntar con un arma a algo que parecía tan humano y dispararle,<br />

sin mencionar la necesidad de deshacerse del cuerpo. Aunque nadie más pudiera<br />

verlo, no podría dejar un cuerpo tirado en su casa o en la oficina -eew). Sacó el<br />

caso Desny. Podía conseguir terminar tanto trabajo como fuera posible, porque<br />

sabía que Adam Black volvería.<br />

Debe ser agradable, se enfureció, ser solo capaz de —desaparecer—<br />

siempre que uno no tuviera ganas de continuar una conversación. Conocía a<br />

muchos hombres que darían su brazo derecho por aquel talento único.<br />

Volviendo a su computadora, mentalmente archivó el asesinato como una<br />

opción de último recurso. Si las cosas se ponían realmente malas, se obligaría a<br />

sí misma a encontrar el estómago para hacer lo que tenía que hacer. (Que no<br />

71


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

considerase las cosas —realmente malas— debería de activar algunas alarmas,<br />

pero su mente tenía otras preocupaciones.)<br />

Abriendo el archivo, se dispuso a refrescarse el caso. Y se congeló,<br />

parpadeando al ver las argumentaciones totalmente listas. ¿Las había terminado<br />

anoche y estaba tan cansada que se había olvidado?<br />

De ningún modo. No era tan buena cuando estaba cansada. Miró<br />

detenidamente. No era su letra. Tenía una caligrafía terrible, y ésta era una<br />

escritura hermosa, notable, osada, fluida.<br />

Arrogante, realmente, si la caligrafía podía ser llamada así. Nada<br />

indecisa esta letra, segura de sí misma. Frunciendo el ceño, comenzó a leer.<br />

Unos minutos más tarde, todavía leía, murmurando —no puedo creer<br />

esto— conteniendo el aliento.<br />

* * *<br />

Al parecer, él imaginaba el momento en que ella realmente quería verlo,<br />

para dejarla sola. Se mantenía alejado la mayor parte del día. Le hacía<br />

preguntarse que vil acción se traía entre manos. La oficina estaba vacía otra vez<br />

cuando él apareció alrededor de las siete y media, justo detrás de ella, tan<br />

cerca que estaba prácticamente encima suyo, llevando bolsas de - oh, dios, no -<br />

ella cerró brevemente sus ojos -, por favor no.<br />

<strong>El</strong> Maisonette. Comedor de cinco estrellas, nada menos.<br />

Pero Gabby se había preparado esta vez. Había tomado caramelos a lo<br />

largo del día entero (ninguna dificultad), sólo para asegurarse de que no estaría<br />

hambrienta y tentada por algo que él pudiera ofrecerle.<br />

De todos modos, ¿el Maisonette? Grr. Sacudió bruscamente la cabeza y<br />

rehusó incluso mirar dentro de las bolsas, rehusó preguntarse que deliciosas<br />

delicadezas robadas habían adentro.<br />

Se alejó de él. Cuando él depositó las bolsas en su escritorio, agarró un<br />

archivador, grueso y de acordeón y lo lanzó, golpeándole en el pecho.<br />

— ¿Cómo? —, le exigió.<br />

— ¿Cómo qué, ka-lyrra? —. Atrapando el archivo, lo colocó suavemente<br />

en su escritorio.<br />

— ¿Cómo hiciste mi trabajo? ¿Cuando hiciste mi trabajo?<br />

72


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Se encogió de hombros, una poderosa ondulación de hombros. — No<br />

necesito dormir tanto como tú.<br />

— ¿Entonces me estás diciendo que anoche en unas pocas horas<br />

personalmente escribiste las argumentaciones para siete de mis casos?<br />

— Nueve. Luego me di cuenta de que dos de ellos no eran tuyos, así que<br />

los deseché.<br />

— ¿Cómo sabes lo suficiente sobre lo que yo hago para argumentar hasta<br />

la responsabilidad penal?<br />

— Oh, por favor —. Él pareció muy insultado. — He vivido durante miles<br />

de años y vigilado a los humanos la mayor parte de ellos. Leí algunos de tus otros<br />

casos. Fue fácil hacer un patrón para ellos en consecuencia. La ley humana es<br />

simple: culpan a todos menos a sí mismos. Simplemente acusé a todo el mundo y<br />

a todas las cosas que mencionabas en el archivo menos a la persona que<br />

representas, y lo respaldé con cualquier prueba que pudiese utilizar para mis<br />

alegaciones.<br />

Gabby trató de no reírse. Lo hizo. Lo intentó con fuerza. Pero él había<br />

hecho su pequeña y sutil pulla con una expresión tan absolutamente suave, y<br />

había resumido tan a fondo lo que ella odiaba de los manipuladores pleitos de<br />

daños personales, después de sólo unas pocas horas trabajando en ellos, que no<br />

pudo lograrlo. Un pequeño resoplido se le escapó. Y se convirtió en risa. Y podría<br />

haber seguido riéndose si no fuera por una lenta sonrisa que curvó los labios de<br />

él e hizo que sus ojos brillaran. Él se acercó majestuosamente hacia ella, la<br />

atrapó por la cintura con sus grandes manos, y se quedó mirándola fijamente.<br />

— Esta es la primera vez que te he visto reír. Gabrielle. Eres más bella<br />

cuando te ríes. No hubiera creído que eso fuera posible.<br />

Su risa murió repentinamente y se alejó de él. Pero era demasiado<br />

tarde, sus manos habían dejado ya su huella ardiente impresa en su cuerpo,<br />

como una señal caliente y erótica. — No me halagues. No es agradable para mí —<br />

, gruñó. — Y no hagas más trabajos por mí.<br />

— Trataba de ayudar, simplemente. Parecías tan cansada anoche.<br />

— Como si te importara. Mantente lejos de mi vida.<br />

— No puedo hacer eso.<br />

— Porque yo he rechazado sacrificar mi mundo entero sólo por ayudarte<br />

a recobrar el tuyo —, pronunció amargamente.<br />

— No —, dijo él llanamente, estrechando los ojos. — Porque no me gusta<br />

tu jefe. No me gusta el modo en que te mira. No me gusta la forma en que te<br />

73


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

trata. No soy tan desagradable como ese maldito y estúpido animal. Y cuando<br />

sea yo mismo de nuevo, rectificaré la situación.<br />

Gabby permaneció quieta. Adam Black la miraba y parecía enojado.<br />

Enojado de verdad. Por la forma en que ella era tratada. Su cara era oscura y<br />

atronadora, sus ojos brillaban con chispas doradas.<br />

Oh, era mortífero. Era cruel. Actuando como si tuviera sentimientos.<br />

Como si le importase. Especialmente cuando ella no tenía a nadie más en su vida<br />

que lo hiciera. Claramente él haría cualquier cosa con el propósito de tentarla<br />

hacia su objetivo - incluso imitar la emoción y la preocupación fingida. Después<br />

de todo, ¿no era eso lo que se llamaba seducción? ¿Cuando la víctima era<br />

tranquilizada con un sentimiento de falsa seguridad y bienestar? Y, ¿cómo<br />

podría eso generarse salvo a través de la simulación de cariño?<br />

Sin alma. Sin corazón. Eso era, sin emoción, se recordó.<br />

Agarrando rápidamente su bolso, volvió hacia su ordenador y golpeó el<br />

suelo de su cubículo.<br />

* * *<br />

Habían sido argumentaciones realmente buenas, todavía pensaba con<br />

irritación, una hora y media mas tarde, cuando echó la cesta de la ropa sucia<br />

sobre su cama y comenzó a clasificar la ropa en cargas. Sumergirse en la rutina<br />

la ayudo a fingir que el sin siriche du no estaba en ese momento en su cocina,<br />

bebiéndose el whisky escocés directamente de la botella (Macallan de cincuenta<br />

años, nada menos) y escribiendo en su portátil, sumergiéndose en la Red.<br />

Cuando había llegado a casa, él ya estaba allí, con la escenografía<br />

espléndidamente establecida para su siguiente escena de seducción. La cena de<br />

cinco estrellas extendida en la mesa del comedor, un jarrón con rosas<br />

perfumando el aire, las cortinas corridas y las velas encendidas. <strong>El</strong> fino cristal<br />

centelleaba en la mesa, cristal que ella sabía que no poseía. Cubertería de plata<br />

que no había visto antes, fina porcelana china también.<br />

Había alzado la nariz hacia el cielo y comenzó a caminar con paso<br />

majestuoso por delante de él hacia las escaleras. Él se había puesto en su<br />

camino, rozando su cuerpo con ella. Entonces la agarró por un brazo.<br />

Él le dio la vuelta para afrontarla y sólo se mantuvo en silencio por un<br />

tiempo demasiado largo antes de soltarla finalmente. <strong>El</strong>la no había dicho nada,<br />

74


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

nada para ceder una pulgada. Ni aun cuando él se había dejado caer su oscura<br />

cara hasta que sus labios habían estado a un mero aliento de los suyos, usando<br />

su patente masculinidad en una tentativa de intimidarla. Resistiendo<br />

estoicamente la tentación abrumadora de mojar sus labios en una<br />

desvergonzada invitación, ella había mantenido su posición, encontrando esa fija<br />

mirada, rehusando creer que podía haber algo además de cálculos a sangre fría<br />

en sus ojos. Y si, por un momento, había pensado que había visto un indicio de<br />

humanidad, de masculina frustración, de deseo genuino, de templada impaciencia<br />

en sus doradas profundidades, eso habría sido un truco de la luz de la vela<br />

oscilante.<br />

Nada más.<br />

Sus informes legales habían sido mejores que cualquier cosa que alguna<br />

vez hubiera escrito ella. Brillantes, carismáticamente persuasivos, incisivos. No<br />

tenía ninguna duda de que ganaría cada juicio que él había escrito. Había tenido<br />

envidia leyéndolos, deseando que ella hubiera pensado aquel argumento o visto<br />

esa torcedura sutil, aguda. Dos de los casos que él había argumentado eran los<br />

mismos donde ella sabía que la persona que representaba había negligencias<br />

banales, (y sus casos estaban siendo archivados porque ellos eran —los amigos<br />

de los amigos— y su zalamero jefe debía unos pocos favores a algunas personasprobablemente<br />

a cambio de privilegios de golf en algún club de fantasía), pero<br />

después de leer el argumento de Adam, hasta ella habría decidido a favor de su<br />

cliente.<br />

Él era tan bueno.<br />

He estado vivo durante miles de años, había dicho. <strong>El</strong>la tembló. Anciano,<br />

Adam Black era anciano. Y había hecho probablemente todo lo que había por<br />

hacer, al menos una vez. ¿Por qué debería asombrarla que él pudiese hacer su<br />

trabajo tan bien? Él era un ser que podía viajar por el tiempo y el espacio. Tal<br />

vez no tenía alma y corazón, pero tenía que haber un condenadamente grande y<br />

formidable intelecto detrás de aquellos oscuros, brillantes, e intensamente<br />

vivos ojos.<br />

<strong>El</strong>la puso la lavadora, sus manos moviéndose, su cerebro ronroneando<br />

lejos. Blancos. Claros. Oscuros. Oscuros. Oscuros. Claros. Oscuros. Blancos -<br />

¡Momento!<br />

¿Su camiseta?<br />

¿Él realmente había tenido el descaro de lanzar su camiseta sucia en su<br />

cesta de la ropa sucia? Tomándola en su puño, se dio la vuelta para decirle<br />

exactamente lo que podía hacer con su ropa sucia. Entonces se detuvo.<br />

Luego comenzó a andar otra vez. Entonces se detuvo.<br />

75


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

misma.<br />

Mordiéndose el labio tuvo una breve discusión muy acalorada consigo<br />

¿Podía un hombre oler como el pecado?<br />

Indicios de jazmín y sándalo y aire marino nocturno. Olor de oscuridad,<br />

especias y sexo. Cosas prohibidas, cosas malvadas, cosas que las plegarias<br />

utilizaban para cubrir esa parte de no nos dejes caer en la tentación y líbranos<br />

de todo mal.<br />

Nunca tendría su camiseta de vuelta.<br />

* * *<br />

Mucho más tarde, luego de que Gabby se hubo acostado, Adam introdujo<br />

su cabeza dentro del dormitorio. <strong>El</strong>la dormía profundamente. Bien. La pequeña<br />

ka-lyrra trabajaba demasiado. Permitía que otros pusieran sus<br />

responsabilidades sobre ella. Él acabaría con eso. La vida era bastante corta<br />

para un mortal. No deberían trabajar tanto. Jugar más. Él le enseñaría a jugar.<br />

Una vez que fuera de nuevo inmortal, ella nunca trabajaría, no lo necesitaría<br />

para nada.<br />

Todas las ventanas estaban abiertas y soplaba una fragante brisa<br />

nocturna, ondeando a través de la delgada sabana bajo la cual dormía. La luz de<br />

luna se derramaba a través de la cama, mostrando su largo pelo como plata<br />

hilada, sus adormecidos rasgos como tibias perlas.<br />

Completamente vestida, advirtió él, con una sardónica sonrisa. Mujer<br />

sabia. Si ella hubiese sido lo bastante tonta como para dormir desnuda, él no se<br />

habría contentado con la pequeña tarea para la cual había venido. <strong>El</strong> mero<br />

pensamiento de ella desnuda bajo aquella sabana... ah, él estaba sexualmente<br />

obsesionado con ella. Con sus pechos llenos, redondos, la interminable tentación<br />

de su suave, femenino trasero, sus exuberantes y carnales labios, su pelo, sus<br />

ojos, sus manos. Su fuego.<br />

Incluso su virginidad le encendía. Le llenaba de una posesividad primitiva,<br />

sabedor de que él sería el primer hombre que empujase dentro de ella, para<br />

llenarla, para tocarla de todas aquellas oscuras, calientes e íntimas formas. Él la<br />

seduciría tan a fondo que ya no sería capaz de concebirse a sí misma sin él; ella<br />

sería suya para tomarla, cuando él quisiera, dondequiera, y de cualquier manera<br />

en que decidiera tomarla, incapaz de negarle nada.<br />

Sabía que ella había esperado violencia de él. Lo había visto en sus ojos<br />

cuando ella estaba atada en su silla ayer, con esa diciéndole con rebeldía —no—.<br />

76


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Cuán poco había comprendido lo que él tenía planeado para ella.<br />

Ayer por la mañana, después de que hubo entrado a trabajar (que no le<br />

había sorprendido; su tenaz Sidhe-seer no querría renunciar al control de su<br />

mundo voluntariamente y al igual que él) se había familiarizado minuciosamente<br />

con su casa, había aprendido tanto acerca de ella como había podido. Había<br />

examinado que clase de libros le gustaba leer, que tipo de ropa llevaba puesta,<br />

que lencería tenía la dicha de acariciarle los pechos y resbalarse entre las<br />

curvas de su feminidad, que jabón y perfumes acariciaban su piel sedosa. Había<br />

examinado fotografías, abierto su equipaje, y estudiado que cosas había juzgado<br />

demasiado preciosas para dejarlas cuando había hecho el equipaje para escapar.<br />

Y cada descubrimiento le había hecho quererla aun más; era brillante, lista y<br />

madura, con sueños y esperanzas mortales.<br />

Los Libros del Fae lo habían hecho reír. Bien, excepto por el volumen que<br />

tan penosamente le calumniaba. Pero él había estado rectificando eso.<br />

<strong>El</strong> delgado tomo le había distinguido con ser el más asqueroso de los Fae.<br />

Le había retratado como un mentiroso consumado, un embaucador e impostor, un<br />

arrogante seductor de sangre fría, a quien sólo le importaba su placer<br />

momentáneo.<br />

No era sorprendente que ella hubiese luchado contra él tan ferozmente,<br />

no era extraño que ella hubiese descartado tan rápidamente sus palabras. Al<br />

mismo Diablo no le había ido peor en la historia literaria.<br />

De todos modos, podría prescindir de las palabras; hablaría con su<br />

Sidhe-seer a través de sus actos - selectos, cuidadosamente escogidos. Había<br />

aprendido hace mucho que eran los diminutos detalles los que seducían, los más<br />

delicados toques los que hacían caer a los más fuertes sobre sus rodillas.<br />

Cristo, pensó, apartando la vista de ella, tenía que tener calor con todas<br />

esas ropas. Su casa estaba demasiado caliente, incluso en el primer piso donde<br />

él había estado trabajando en la red. Otra cosa que él haría para ella.<br />

No había tenido suerte encontrando algo sobre el paradero de Circenn<br />

dentro de aquella base de datos humana a la que ellos eran tan aficionados a<br />

compilar, pero él realmente no lo había esperado. Su hijo mitad Fae no solo<br />

podía estar en cualquier lugar sino en cualquier momento. Era perfectamente<br />

posible que él hubiese llevado a su esposa y niños hacia las Highlands, a su propio<br />

siglo y a una forma de vida más simple, donde podría quedarse indefinidamente.<br />

Pero no importaba. Circenn aparecería finalmente.<br />

Y el día había sido productivo de todos modos; había plantado muchas<br />

semillas que ya echaban raíces. La más mínima de ellas era una simple camiseta.<br />

77


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong>la había hecho la colada esta noche, él la había oído.<br />

Y sin embargo, no hubo ninguna explosión. Ningún grito, ninguna<br />

insistencia sobre que se helaría el infierno antes de que ella lavara su ropa. No<br />

era que él se lo hubiera propuesto. Él desechaba su ropa una vez que la había<br />

llevado puesta y cogía una nueva.<br />

Adentrándose más en su cuarto, silenciosamente abrió un cajón del<br />

tocador. Luego otro. Y otro. Hasta que allí estaba. Su camiseta. Pulcramente<br />

doblada en el cajón más bajo, escondida bajo un par de sudaderas.<br />

Una sonrisa curvó sus labios.<br />

Cerró el cajón y caminó hacía su armario, lo abrió, y echó un vistazo<br />

hacia abajo a su cesta de la ropa sucia. Como había pensado, ella no había lavado<br />

lo que había llevado puesto hoy. Un par de bragas desapareció en su bolsillo. —<br />

Quid pro quo ♥ , ka-lyrra —, murmuró suavemente. — Tú tienes un pedazo de mí;<br />

yo obtengo un pedazo de ti.<br />

Cerró la puerta del armario y apartó la mirada de ella otra vez. Su<br />

cuerpo estaba apremiantemente duro debido a una lujuria tan intensa que el<br />

mero deseo de ella era algo que saborear. Todos sus sentidos estaban<br />

inflamados, y sentía de repente cosas, que, si es que alguna vez las sintió,<br />

entonces las había olvidado hace mucho.<br />

Por Danu, pensó, inspirando bruscamente, se sentía vivo. Vibrantemente,<br />

intensamente, quizás uno podría decir... apasionadamente vivo. Las más simples<br />

experiencias eran de pronto sabrosas, tan ricas en matices y complejidades.<br />

Simplemente la elección de su ropa cada mañana en Saks contenía nuevas y<br />

fascinantes posibilidades, cuando las seleccionaba buscando su reacción,<br />

aprendiendo lo que a ella le gustaba ver en él. Lo que hacia a sus ojos<br />

agrandarse, sus pupilas dilatarse, sus labios separarse apenas un poco.<br />

<strong>El</strong> cuero. A ella definitivamente le gustaba el cuero.<br />

Sabía lo que le gustaría que vistiera ella, una vez que hubiese suavizado<br />

esa erizada columna suya.<br />

Nada.<br />

Sus pezones duros y mojados. Reluciendo al pasar su lengua. Su trasero<br />

desnudo ahuecado en sus manos cuando la levantase hacia su boca. Aquel mismo<br />

trasero vuelto y alzado para -<br />

Un gruñido quedo se creó en su garganta. Apretando los dientes, se<br />

obligó a alejarse de su cama. Aún no.<br />

♥ expresión que tiene el sentido de ‘una cosa por otra’, en latín en el original.<br />

78


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Pronto ella entendería que él no era lo que ella pensaba de él. Que había<br />

mucho más en Adam Black que lo que el sangriento, blasfemo y tonto libro del<br />

Sin sireche Du afirmaba. Había pasado varias horas hoy reescribiéndolo,<br />

tachando capítulos enteros, simplemente arrancando otras páginas e insertando<br />

nuevas.<br />

Se le ocurrió cuando se deslizó fuera de su habitación, suponiendo que<br />

Circenn nunca regresara, que seducir a Gabrielle O'Callaghan no podría ser una<br />

manera mala de pasar su vida mortal.<br />

Al menos hasta que Aoibhal volviese por él y le hiciese inmortal otra vez.<br />

Antes de marcharse, apagó su despertador. No tenía ninguna intención<br />

de dejarla ir a trabajar mañana.<br />

79


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 9<br />

— ¡Mantente alejado! ¡No me toques!<br />

Gabby se despertó de golpe, muerta de miedo, gateando hacia atrás,<br />

aplastándose contra la cabecera de su cama, los ojos desorbitados.<br />

Adam permaneció unos pasos alejados, una ceja oscura arqueada y una<br />

bandeja balanceándose en su mano. — Tranquila, ka-lyrra, te traje el desayuno.<br />

Estaba por colocarlo en el borde de la cama y sacudirte para despertarte<br />

Gabby presionó su pecho con una mano, tratando de disminuir los<br />

fuertes latidos de su corazón. — ¡Me asustaste! No te me acerques a<br />

hurtadillas. ¿Qué haces en mi habitación? Sal de mi habitación.<br />

— No me acerqué a hurtadillas. Dije —buenos días— tres veces. Más<br />

fuerte cada vez. Prácticamente grité la última vez. Duermes como los muertos,<br />

irlandesa. Tranquila. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no voy a hacerte<br />

daño? Si lo hubiera querido, ya lo habría hecho —. Apoyó la bandeja en el borde<br />

de la cama y levantó una taza, ofreciéndosela. — Café express doble. He notado<br />

que te gusta darte una buena patada al hígado para despertarte en las mañanas<br />

—. Sonrió perezosamente. Sensualmente.<br />

Gabby parpadeó lentamente. La vida no era justa. Su corazón había<br />

empezado a calmarse, pero ahora corría nuevamente, por razones totalmente<br />

distintas.<br />

Allí estaba Adam Black, alrededor de seis pies y medio de elegante y<br />

duro cuerpo, usando nada más que un descolorido vaquero, colgando suavemente<br />

de sus caderas, brazaletes de oro y un collar. Los vaqueros le daban la<br />

apariencia de hombre moderno, pero los brazaletes y la pieza que llevaba en el<br />

cuello unidos a sus extraños ojos de dos colores, le recordaron que él era un ser<br />

cuyos orígenes precedían a Cristo. Probablemente por miles de años.<br />

Probablemente incluso precedía en fechas a la tumba de Newgrange ♥ . Para el<br />

caso, probablemente él la había construido.<br />

♥ <strong>El</strong> pasaje funerario de Newgrange es la reliquia prehistórica más espléndida de Irlanda, pues<br />

además de su extraordinaria estructura está repleto de magníficas tallas en la roca. La tumba,<br />

saqueada y en estado ruinoso, fue descubierta en 1699.<br />

80


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y, oh, él le quitaba el aliento. Sus anchos hombros y su duro pecho<br />

estaban pecaminosamente esculpidos, sus abdominales marcados y magros. Tenía<br />

aquellas líneas gemelas de músculos bajando por sus costillas, que conducían<br />

directamente a su ingle, desapareciendo en esos vaqueros de tiro bajo,<br />

anunciando el hecho de que él sin duda podría mover la ingle durante horas sin<br />

parar y de modos que podrían hacer a una mujer quejarse de éxtasis.<br />

Y todo eso cubierto de aquella exquisita y aterciopelada piel dorada de<br />

las hadas. <strong>El</strong>la cerró sus manos en pequeños puños, combatiendo el insoportable<br />

impulso de robarse aquella eternamente negada sensación táctil de hadas.<br />

Saber que él la dejaría acariciarlo, que, de hecho, él se quitaría esos<br />

jeans en un latido de corazón y extendería ese cuerpo sobre el suyo y se<br />

impulsaría dentro de ella, hacía todo esto mucho más difícil. Con un esfuerzo<br />

inmenso, arrastró su mirada hasta su cara.<br />

Pero mirar su cara no era mejor. Su pelo era una cascada de seda<br />

enredada durante el sueño de medianoche, sus ojos estaban medio despiertos,<br />

sensualmente entrecerrados. Su cara sin afeitar, salpicada de barba negra; era<br />

hermoso, —peligroso casi hasta el límite—, —sexy temprano por la mañana—<br />

— Exactamente, ¿cuántos años tienes? —, preguntó gruñonamente,<br />

tratando de colocarlo nuevamente en la perspectiva de un ser inhumano. Él<br />

parecía como de treinta, con diminutas y débiles líneas de risa en las esquinas<br />

de sus ojos.<br />

Él se encogió de hombros — En algún lugar, entre cinco y seis mil años.<br />

Es un poco difícil seguir la pista cuando uno se traslada en el tiempo con la<br />

frecuencia que yo lo hago. Aoibheal está cerca de los sesenta mil. Soy un simple<br />

niño para los estándares de mi raza.<br />

— Ya veo —. Uh. Definitivamente inhumano. Desafortunadamente,<br />

descubrir su edad no parecía disminuir en lo más mínimo su atracción por él. De<br />

hecho, parecía que de alguna manera, perversamente, la aumentaba.<br />

Él agitó una mano sobre la bandeja de desayuno. — ¿Un croissant quizás?<br />

¿No? ¿Y un poco de fruta? —. Le ofreció un tazón de fresas frescas, mangos y<br />

kiwi. — ¿No estás hambrienta? Yo me despierto muerto de hambre —. Él sonaba<br />

un poco ofendido por esto.<br />

Oh, de acuerdo, estaba hambrienta. Desafortunadamente, la única cosa<br />

en su cuarto que ella quería comer era a él.<br />

Repentinamente tenía catorce años nuevamente. Y ahí estaba él, su<br />

cuento de hadas, en su habitación, nada más y nada menos que sirviéndole el<br />

desayuno en la cama. Su mirada se clavó en el collar dorado y ella tuvo que<br />

preguntar. — ¿De todos modos, qué eres tú? —, preguntó irritada.<br />

81


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Él ladeó su cabeza. — Soy un Tuatha de Danaan —. Las cejas oscuras se<br />

unieron en un ceño fruncido. — Sabes eso —.<br />

— Quise decir —, aclaró ella malhumoradamente, — tu torque.<br />

— Ah —. Aquellas oblicuas cejas se relajaron. — Soy el último príncipe<br />

de la Casa D'Jai.<br />

— ¿P-p-p-príncipe? —, escupió ella.<br />

— Sí —. Sus ojos se estrecharon. — ¿Algún problema con eso?<br />

Gabby no confió en sí misma para hablar.<br />

— No soy elitista, si eso es lo que te preocupa. Duermo con plebeyas<br />

todo el tiempo —. Una sonrisa débil, provocativa.<br />

— Apostaría que lo haces —, refunfuñó ella, — pero no con ésta.<br />

— Todavía no —, concordó él, mucho más suavemente para su consuelo.<br />

— Y yo no soy una plebeya. Ya no tenemos ese tipo de divisiones.<br />

— Realmente —, él estuvo de acuerdo con ella nuevamente, — eso es<br />

verdad. No eres una plebeya —. Él se dejó caer a los pies de la cama y metió<br />

una pierna bajo la otra, sentándose con las piernas cruzadas.<br />

— ¿Qué quieres decir? —, preguntó nerviosa, mirándolo detenidamente.<br />

Se preparó para que él intentara algo, pero no hizo ningún movimiento hacia ella,<br />

sólo se sentó perfectamente tranquilo en el borde de su delicada cama, en su<br />

adornada y femenina habitación: un gigante oscuro, rodeado de almohadas de<br />

encaje y un cubrecamas bordado de seda, y todas esas cosas de mujer que<br />

hacían que se viera mucho más masculino.<br />

— Bebe tu café y te lo diré —, la sobornó<br />

Una horrible sospecha la asaltó. — ¿Por qué te importa si lo bebo?<br />

¿Tiene drogas o algo?<br />

Él puso los ojos en blanco, levantó la taza, tomó varios sorbos y luego se<br />

la devolvió. — Por supuesto que no, Irlandesa. Solamente quiero que tu día<br />

comience bien. Quiero que estés contenta.<br />

— Sí, claro.<br />

Pero el aroma a café fresco provocó sus fosas nasales, y algo dentro de<br />

ella suspiró enormemente y capituló sin más argumentos. Tomó la taza y bebió a<br />

sorbos. Divino. Caliente, oscuro y dulce, justo como le gustaba. Él había acertado<br />

hasta en la cantidad de azúcar. Cuando él miró afuera, durante un momento, por<br />

la ventana, ella giró la taza a donde él había bebido, y cerró su boca en el borde.<br />

82


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Café en la cama -¿cuándo alguien le había traído el café? Nunca, eso<br />

significaba ese cuándo. Y exactamente como a ella le gustaba y exactamente con<br />

lo que comía en el desayuno. Un croissant y frutas, así podía justificar todo el<br />

azúcar que tendía a comer el resto del día, por no mencionar su debilidad por las<br />

patatas francesas ahogadas en queso. Y los conejos Skyline. Y todo aquello que<br />

iba directo a sus caderas. Pero si tenía una comida sana en la mañana de cada<br />

día, se sentía bien con ella misma por el resto del día.<br />

— De acuerdo, ¿cómo es que no soy una plebeya? —. Él había picado su<br />

curiosidad. Aquí había un hombre, er, hada, que sabía más sobre la historia que<br />

cualquier persona viva, y por experiencia de primera mano. ¿Qué podría decirle<br />

sobre sus antepasados?<br />

— Eres una Sidhe-seer: Mucho tiempo atrás, en la antigua Irlanda,<br />

miles de años antes del nacimiento de tu Cristo, ellos eran apreciados entre los<br />

humanos y tratados como realeza, pues sólo ellos podían proteger a las personas<br />

de los Invisibles. Los más poderosos guerreros en la tierra competían en<br />

torneos por el privilegio de obtener en matrimonio a una Sidhe-seer. Un buen<br />

número de hombres murió tratando de ganar a una doncella. <strong>El</strong>las no aceptaban a<br />

nadie, ni aún a los reyes humanos, en tan alta consideración se tenía. Una Sidheseer<br />

vivía en la confortabilidad más lujosa, y a cambio de su protección era<br />

protegida y cuidada por su gente todos los días de su vida.<br />

Increíble, pensó Gabby, cuán distinto de su vida. <strong>El</strong>la –que pasó tan<br />

malos momentos tratando de conservar un novio- una vez habría sido disputada<br />

por guerreros. No habría sido considerada un fenómeno sino valorada por su<br />

maldición. En vez de ser ridiculizada o llevada a un loquero si alguien se<br />

enteraba, habría sido respetada, nacida en una familia cuya fortuna habría sido<br />

mejorada gracias a tenerla. Nacida de una madre que habría estado orgullosa de<br />

ella.<br />

— Incluso ahora continúas la tradición —, dijo él suavemente.<br />

— ¿Qué quieres decir?<br />

— Los Sidhe-seers también son brehons: protectores de su gente.<br />

Aunque la ley humana se haya convertido en una cosa extraña, en efecto es lo<br />

que elegiste como tu trabajo en la vida. La sangre manda.<br />

Gabby guardó silencio un momento, bebiendo su café a sorbos y<br />

mirándolo sobre el borde.<br />

Se está acercando, O’Callaghan, le advirtió una suave voz interior.<br />

No, no lo está, replicó ellanciosamente. ¿Qué daño hay en tomar un café<br />

y hablar de historia con él? No tenía a nadie con quien hablar sobre hadas desde<br />

83


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

que la Abuela murió. Cuatro años era mucho tiempo. No se había dado cuenta<br />

cuánto lo extrañaba.<br />

Así es como te está seduciendo.<br />

Difícilmente. Ni siquiera ha tratado de besarme de nuevo. Casi<br />

comenzaba a preguntarse por qué no. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que<br />

había volado su puerta? ¿Dos días? ¿Tres? ¿Cuatro? Cielos, había empezado a<br />

perder la noción del tiempo.<br />

Pero lo está haciendo deliberadamente, para pasar desapercibido.<br />

Gabby sacudió bruscamente la cabeza, echando a la voz paranoica. Sus<br />

defensas estaban bien. La baqueta recta y totalmente erguida. Tenía el control.<br />

La cafeína comenzaba a correr por sus venas, calmándola. Era acogedor estar<br />

metida en la cama y conversar. — Cuéntame más sobre mis ancestros —, dijo,<br />

agarrando un croissant.<br />

* * *<br />

Gabby permaneció bajo la ducha sintiéndose deliciosamente relajada. Lo<br />

había ganado esta mañana y planeaba usar hasta la última gota de agua caliente<br />

en ella misma. Hizo espuma, se exfolió y afeitó hasta que su piel estuvo sedosa,<br />

suave y absolutamente tocable (no es que planeara dejar que alguien la tocara o<br />

algo así)<br />

Era sábado, y como generalmente trabajaba todo el día los sábados,<br />

decidió no hacerlo. No por él, no tenía nada que ver con Adam Black. Se acababa<br />

de dar cuenta que era tarde para enviar un mensaje a su jefe. Era tiempo de<br />

que ella dejara claro que no era su esclava personal ni iba a sacrificar sus fines<br />

de semana por él.<br />

Por lo tanto la investigación Rollins no iba a estar lista. Y si él tenía<br />

problemas con eso, entonces que la despidiera. Sabía que no lo haría. Los<br />

pasantes eran esclavos del trabajo y eran baratos. Y aunque no fuera tan<br />

brillantemente persuasiva como un hada de miles de años de edad, todavía<br />

ganaba un dulce ochenta y dos por ciento de los litigios que presentaba. No, no<br />

la despediría.<br />

Una brehon, pensó, enjabonando con shampoo su cabello. Adam le había<br />

contado mucho sobre la Antigua ley irlandesa, regalándole cuento tras cuento<br />

sobre sus experiencias y conocimientos acerca de los antiguos celtas. Casi<br />

sentía como si hubiera pasado la mañana en otro tiempo.<br />

84


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Él era, admitió a regañadientes, fascinante. Poseedor de un seco y<br />

normalmente negro sentido del humor, era una verdadera fuente de información<br />

sobre prácticamente todo y todos.<br />

Quizás, filosofó, sus ojos entrecerrándose pensativamente, si ella<br />

pasaba más tiempo con él, lo persuadiría para que le contara más sobre sí mismo,<br />

y de ese modo ella encontraría una debilidad de la que podría sacar provecho,<br />

una vulnerabilidad que podría usar para su ventaja.<br />

Cuanto más tiempo pasas con él, más oportunidades le das para que te<br />

seduzca.<br />

Sí, bueno, realmente no alcanzaba a ver otras opciones. Él se había<br />

instalado en su casa. La más negra hada estaba jugando a las casitas con ella, y<br />

estaba bastante segura de que no se marcharía pronto, a menos que ella pudiera<br />

encontrar la manera de hacer que se fuera.<br />

Gabby mantén a tus amigos cerca, decía siempre la Abuela, pero a tus<br />

enemigos más cerca aún.<br />

* * *<br />

— Entonces, ¿qué hiciste que te trajo tantos problemas con tu reina?<br />

Cuando entró en la cocina, Gabby emprendió, sin preámbulos, su nuevo<br />

plan. Él estaba parado en el fregadero comiendo los restos de la Maisonette.<br />

Adam se tragó el último mordisco frío de filete de solomillo y se encogió de<br />

hombros. Cristo, esto de tener que comer cinco, seis y hasta siete veces al día<br />

para mantener su cuerpo funcionando en la máxima eficiencia era absurdamente<br />

consumidor de tiempo. Sin embargo, era placentero, el sentimiento de hambre y<br />

su saciedad. Saborear cada bocado estaba realzado en la forma humana del<br />

mismo modo que la lujuria. De hecho, todas las sensaciones humanas eran mucho<br />

más intensas que las de un Tuatha de Danaan. Apenas parecía justo. Había<br />

algunas cosas de ser un humano que iba a extrañar cuando fuera inmortal<br />

nuevamente. — Irrelevante, Ka-lyrra —, se evadió.<br />

De todas las cosas que ella podría haber preguntado, esa era la única<br />

cosa sobre la que no quería hablar. Incluso después de todos estos meses,<br />

todavía no estaba seguro de porqué había hecho lo que había hecho. Había<br />

sabido que Aoibheal tendría que castigarlo. Había sabido que esto la empujaría<br />

demasiado lejos. Había sabido que desafiándola, cuestionando su autoridad<br />

frente a toda la Corte y el Alto Consejo, la forzaría a pedirle cuentas en formas<br />

mucho más severas de lo que había hecho antes.<br />

85


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y sin embargo, lo había hecho.<br />

No había excusas para él. Dageus MacKeltar claramente había desafiado<br />

su sagradísima confianza y merecía ser castigado. Él había roto el Pacto entre<br />

sus razas usando el poder de viajar en el tiempo de las piedras estáticas de<br />

Escocia por razones personales –salvar la vida de su hermano gemelo- una acción<br />

imputable por cualquier medio que la reina eligiera.<br />

Y ella había elegido, por pedido del Consejo, someterlo a la prueba de<br />

sangre, lo que significaba que los Cazadores serían enviados a matar a aquellos<br />

cercanos a él, y si él usara incluso la más mínima cantidad de la magia prohibida<br />

para salvarlos, los Cazadores llevarían a cabo la destrucción del clan Keltar<br />

desde el siglo dieciséis en adelante.<br />

Durante mucho tiempo los MacKeltar preservaron la paz entre sus razas,<br />

honrando el Pacto y llevando a cabo las festividades de Iinbolc, Beltane,<br />

Lughnassadh y Samhain, que mantuvieron intactos los muros entre el reino de<br />

los Hombres y el de las Hadas. Ahora estaban a punto de ser destruidos por<br />

romper el antiguo tratado.<br />

Y algo dentro de Adam había alcanzado a su estúpida cabeza y había<br />

abierto su boca, y la siguiente cosa que supo es que había estado regateando por<br />

la vida del mortal a cualquier costo. Irreverentemente, irrespetuosamente,<br />

apostándolo todo.<br />

Había estado espiando al clan MacKeltar por milenios; el edicto de la<br />

Reina prohibiendo que cualquier Tuatha de Danaan se acercara a menos de mil<br />

leguas de los MacKeltar en las exuberantes Highlands de Escocia, sólo lo había<br />

tentado más (y como siempre, ella le había dado libertad de acción; no le había<br />

gustado, pero lo había tolerado).<br />

Había estado observando a la pequeña y brillante física Gwen Cassidy en<br />

sus viajes por el tiempo hasta que se había enamorado de Drustan MacKeltar.<br />

Había espiado a la sensual, ecléctica, y no-muy-ética-cuando-vio-los-artefactos<br />

Chloe Zanders, hasta que había perdido su corazón por Dageus, pese a que el<br />

gemelo menor MacKeltar era poseído por las malas almas de trece Druidas<br />

oscuros al mismo tiempo.<br />

Y la idea de verlos morir a todos lo había llenado de una inquietud oscura<br />

semejante a una que no había sentido desde el noveno siglo.<br />

Di tu precio, había dicho con tranquilidad a Aoibheal.<br />

Y luego, cuando Dageus MacKeltar había estado muriendo, ella lo había<br />

dicho. Y Adam había posado sus manos sobre el corazón del mortal dándole de<br />

su esencia inmortal para devolverlo a la vida. Había pensado que la merma<br />

86


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

temporal de su fuerza y poder inmortal, que lo hubiera dejado débil por siglos,<br />

eran su precio, pero ella había ido más lejos y lo hizo humano, débil, y maldijo.<br />

— Entonces, ¿qué te hace estar tan seguro de que ella te perdonará? —,<br />

preguntó Gabby, arrancándolo de sus pensamientos.<br />

Se encogió de hombros otra vez. — Siempre lo hace. Además, ella no<br />

podría aguantar la eternidad sin mí.<br />

<strong>El</strong>la bufó y sacudió la cabeza. — Oh, ya veo. Continúo olvidando lo<br />

irresistible que eres.<br />

— No lo haces —, dijo rápidamente, lanzándole una sonrisa. — Veo la<br />

forma en que me miras.<br />

— Lo que no entiendo —, continuó rápidamente, sus mejillas<br />

sonrojándose débilmente, — es por qué no hablas con alguna de las otras hadas<br />

que andan por ahí. ¿<strong>El</strong> feth fiada no funciona con ellas, verdad? ¿O tampoco<br />

quieren ayudarte?<br />

Por un momento Adam estuvo tan atónito que creyó no haber escuchado<br />

bien. — ¿Qué-otras-hadas-andan-por-ahí? —, enunció fuertemente cada palabra.<br />

Seguramente Aoibheal no le había quitado eso también. ¿O si? ¿Lo había hecho<br />

incapaz de percibir a su especie? <strong>El</strong> feth fiada sólo no le habría hecho eso a él.<br />

Hacía al portador invisible, pero no hacía invisible cualquier otra cosa al<br />

portador.<br />

<strong>El</strong>los ya no son de tu misma clase, una voz interior le recordó. Eres<br />

humano. <strong>El</strong>los son Tuatha de Danaan, y la gente — excepto los Sidhe-Seer — no<br />

puede ver a las hadas.<br />

¡Diablos, podía ser tan estúpido a veces!. Había pensado que la razón por<br />

la que no había visto a otros de su tipo era porque ella les había prohibido que lo<br />

espiaran. Pero no, era porque lo había hecho completamente humano.<br />

Lo habían estado vigilando todo el tiempo, sin duda, infinitamente<br />

divertidos por su humillación. — Dije, ¿qué otras hadas?—, rechinó.<br />

Gabby parpadeó por su tono. — Todas ellas. Cualquiera de ellas. Hay<br />

muchísimas —, se interrumpió abruptamente. Oh, Dios mío, ¿no lo sabías,<br />

verdad?<br />

— ¿Cuántos Thuata de Dannan hay en la ciudad, además de mí? —, gruñó.<br />

<strong>El</strong>la retrocedió. — Bueno, en verdad, sólo unos cuantos, apenas media<br />

docena, y ahora que lo pienso, quizás no tantos. No he visto a ninguno en toda la<br />

semana, lo que tiene sentido porque uno de ellos dijo, tiempo atrás, que estaban<br />

planeando partir.<br />

87


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

La mano de él salió disparada y se cerró sobre su brazo. — No me<br />

mientas, Sidhe-seer.<br />

— Me niego —, estalló Gabby. — No voy a, repito — ni en el más absurdo<br />

de los casos— voy a hablar con uno de ellos para ti. <strong>El</strong> infierno se congelará<br />

antes. Ni siquiera estamos hablando de una media-hada como ese Circenn con el<br />

que querías que hablara. Estas son de trato verdadero, hadas con el poder de<br />

convocar a los Cazadores. Hadas de ojos iridiscentes, sin alma, mortíferas.<br />

La sonrisa de él era fría. Había salido nuevamente con la cosa de —sin<br />

alma— ¿Qué pasaba con las mujeres y su obsesión con las almas? ¿No podían<br />

encontrar algo más con qué obsesionarse? Como el espectacular sexo que él les<br />

podía dar, el dinero, la fama, la realización completa de cada uno de sus deseos,<br />

cualquier cosa que desearan. Pero no, querían almas, almas, almas.<br />

— De acuerdo. Niégate. Simplemente caminaré hablándote en lugares<br />

públicos hasta que uno de ellos se de cuenta de que me puedes ver. ¿Cuántos<br />

dijiste que ‘andan por ah’? ¿Eran ‘muchísimas’? ¿En la esquina de cada calle, tal<br />

vez? ¿Cuánto tiempo crees que me llevaría enloquecerte? ¿Un día? ¿Dos? ¿Una<br />

semana? De la manera en que lo veo, tienes dos opciones: acceder a ayudarme y<br />

asegurar mi protección — y juro que haré todo lo posible por mantenerte a<br />

salvo—, o negarte y ser revelada frente a todas las hadas. Y si eliges esto, no<br />

levantaré un maldito dedo para ayudarte, Gabrielle. Así que elige bien.<br />

— No harás eso. Me necesitas. Me…. –<br />

— Encontraré otra Sidhe-seer. No tengo dudas de que hay más por ahí<br />

—, dijo gruñendo. Sabía que ya no la estaba seduciendo, estaba completamente,<br />

en el campo de batalla, pero la furia tenía el mismo efecto en su cuerpo que la<br />

lujuria, lo hacía primitivo. No sería burlado por los de su misma especie, espiado<br />

y humillado por los de su propia raza. Y con —su falta de alma— que<br />

sarcásticamente repicaba en sus orejas, ya no estaba de ánimos para jugar al<br />

seductor encantador. ¿Pensaba que él era oscuro? Aún no había visto ni un<br />

pálido gris. De hecho, hasta ahora, había visto a un níveo Adam Black.<br />

Además, era cuestión de tiempo el que ella fuera descubierta. Habían<br />

venido a espiarlo, a verlo como humano y humillarlo, y estaba sorprendido de que<br />

no la hubieran descubierto. Deben estar manteniendo un poco de distancia,<br />

quizás inseguros de por cuánto tiempo la Reina mantendría su castigo, y<br />

temerosos de estar demasiado cerca, en caso de que, repentinamente,<br />

recobrara su poder. Y deben estarlo, pensó cruelmente. — ¿Entonces? —.<br />

Preguntó — ¿Qué será, irlandesa?<br />

— Necesito pensarlo —, dijo suavemente.<br />

— Tienes una hora.<br />

88


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 10<br />

Bien, ese había sido el plan de más corta vida en la historia, pensó Gabby<br />

malhumorada, cuando se paseó de acá para allá a través de su dormitorio,<br />

echando periódicamente un vistazo al reloj que devoraba los preciosos minutos<br />

con su ávido tictac.<br />

Seguro —ella iba a aprender sobre él, atrayéndole para revelar sus<br />

debilidades—. Un grupo de dos preguntas en su impresionantemente experta<br />

interrogación, totalmente sacada de lugar por su comentario acerca del modo en<br />

que ella le miraba, para darse cuenta tardíamente de que él no lo había sabido.<br />

No había contado con ninguna pista de que la ciudad estaba poblada con otras<br />

hadas. Había asumido que él era demasiado orgulloso para pedirles ayuda, o que<br />

ellos habían rechazado ayudarle. Nunca se le habría ocurrido que él no podía<br />

verlos.<br />

<strong>El</strong>la continuó escarbando en su interior con más profundidad.<br />

Y él tenía razón. No tomaría mucho tiempo, tal como había amenazado,<br />

para que él la hiciese salir de entre las sombras. Simplemente andando por la<br />

calle con él al lado, podía desenmascararla frente a cualquier Fae que mirase.<br />

Podría ayudarle voluntariamente, esperando que él realmente la<br />

protegiese (y que de algún modo, él pudiese salvarla de la formidable Aoibheal),<br />

o se negarse y ser abandonada a otro Fae, el cual, ella sabía, no levantaría ni un<br />

solo dedo para ayudarla. Al menos de este modo ella tenía la esperanza de<br />

conseguir que un hada le debiese algo, si eso contaba algo entre las hadas.<br />

Más vale diablo conocido que santo por conocer, era otro de los adagios<br />

favoritos de la Abuela.<br />

— Apenas —. Refunfuñó.<br />

Soplando el flequillo de sus ojos con un frustrado aliento, se giró y se<br />

paseó hacia la ventana. Apoyando sus codos en el alfeizar, permaneció con la<br />

mirada fija y ciega afuera, los ojos entrecerrados, pensando con fuerza.<br />

Él había estado furioso. Hasta ahora, cada emoción aparente que él<br />

había mostrado desde la primera vez que le había encontrado, ella<br />

instantáneamente la había descontado como imitación, mero engaño, parte de su<br />

calculada seducción.<br />

Pero lo que ella acababa de ver había parecido demasiado real. Intenso,<br />

muy sentido, y genuino.<br />

89


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

No había visto sólo cólera, sino orgullo herido, y algo más, algo más<br />

profundo que había parecido destellar involuntariamente por sus ojos cuando<br />

ella le había echo su comentario acerca de —hadas de ojos iridiscentes, sin<br />

alma, mortales. —<br />

¿Era posible, se preguntó, pasmada por la noción, que desde que él<br />

estaba en un cuerpo humano él realmente experimentaba las emociones<br />

humanas? ¿Todas las emociones que ella había pensado que había visto habían<br />

sido verdaderas no falseadas?<br />

No tenía ni idea de lo que era posible y no posible cuando un hada estaba<br />

en forma humana. <strong>El</strong>la nunca había tropezado accidentalmente con nada como<br />

esto en los Libros de las O’Callaghan. Y – ella echó un vistazo al reloj otra vezdudaba<br />

de que él le diese cualquier tiempo extra para realizar un poco de<br />

investigación.<br />

Sólo podía rezar para él estuviera sintiendo, y sintiendo lo suficiente<br />

como para hacerle mantener su palabra de protegerla, porque, lamentablemente,<br />

su espalda estaba contra la pared.<br />

Black.<br />

Le gustase o no — y no le gustaba — iba a tener que ayudar a Adam<br />

* * *<br />

— Bien, lo haré, pero tenemos que discutir los términos —, dijo<br />

rotundamente cuando volvió caminado a la cocina.<br />

Él se había duchado y se había vestido mientras ella había estado<br />

caminando en su cuarto y otra vez iba vestido de cuero y sexy como todo lo que<br />

se ponía, las largas piernas extendidas, las botas apoyadas en la mesa de la<br />

cocina, sus brazos doblados detrás de su cabeza. Ya no parecía enojado, sino<br />

que estaba otra vez tranquila, casi perezosamente, a gusto.<br />

— Una sabia decisión, ka-lyrra —, su oscura mirada la barrió de pies a<br />

cabeza, una caricia palpable, erótica, que le recordó que, no importando cuán en<br />

contra de él estuviera, su traicionero cuerpo estaba totalmente a favor. Él<br />

inclino su cabeza regiamente. — Estoy contento de que me ayudes, y<br />

considerare tus términos.<br />

90


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong>la se encrespó con su comportamiento principesco pero rechazó su<br />

cebo. Sus términos eran desesperados. — Primero, solo me acercaré a un Fae<br />

solitario. Me revelaré solamente a tu especie para lo que tengo que hacer.<br />

Él negó con la cabeza. — Tú no encontraras a un Fae solitario. ¿Has visto<br />

alguno de ellos que anduviese solo por tu ciudad?<br />

Gabby pensó en ello por un momento. Ahora que él lo mencionaba, no, no<br />

había visto a ninguno solo. <strong>El</strong>los estaban siempre en grupos, o al menos en pareja.<br />

Incluso el que había caminado entre ella y Marian Temple, arruinando el trabajo<br />

de sus sueños, sólo se había separado de un grupito al cual se reincorporó<br />

cuando siguieron moviéndose.<br />

— ¿Por qué es así? —. Sus cejas se unieron en un ceño fruncido. Había<br />

tanto que no entendía acerca de las Fae.<br />

— Los Tuatha Dé no andan por el reino humano solos. Realmente no<br />

andan mucho solos por ninguna parte. Sólo un granuja ocasional entre los Fae<br />

haría eso.<br />

— ¿Cómo tú?<br />

— Si. A la mayor parte de los de mi especie no les gusta la soledad. No<br />

se debe confiar en aquellos que andan solos.<br />

— Cierto —, dijo ella secamente.<br />

— Excepto por mi —, enmendó él, con una débil y despreocupada<br />

sonrisa.<br />

— Me acercaré a un par, no más. La exposición mínima es mi objetivo.<br />

— Entendido.<br />

— Y garantizarás no solo mi seguridad respecto a los de tu especie, sino<br />

la de mis futuros hijos. Debes prometerme que puedo vivir el resto de mi vida<br />

en paz, a salvo de ser atrapada por los Fae, o de cualquiera que desee tomarme.<br />

¿Puedes hacer eso?<br />

— Si.<br />

— ¿Cómo? —, bufó.<br />

Otro vistazo perezoso, una apreciativa mirada hacia abajo, luego hacia<br />

arriba, de su cuerpo. — Tendrás que confiar en mi, ka-lyrra. Todo lo que puedo<br />

darte es mi palabra. Y aunque dudes de mí, una vez dada, es inviolable. Es por<br />

eso que mi palabra no es tan fácil de dar. Pero tú lo dudas. Como lo has dudado<br />

desde el día en que nos encontramos.<br />

91


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong>la supuso que eso era todo lo que iba a tener. Cualquier cosa que ella<br />

hiciera a partir de ese momento en adelante iba a requerir un salto de fe en<br />

alguna dirección. Suspiró profundamente. — Bien. Pero debes entender esto,<br />

primero, sé como es de estúpido tomarle la palabra a un sin siriche du, pero no<br />

tengo ninguna otra opción; y segundo, si no la conservas, haré que tu existencia<br />

sea un vivo infierno de cualquier forma posible, y si soy asesinada de alguna<br />

manera, regresaré como un fantasma y te rondare. Por toda la eternidad. Y si<br />

piensas que no podría, no sabes lo principal de las mujeres O’Callaghan.<br />

Persistimos. Nunca nos rendimos —. Bien, su madre lo había hecho, se enmendó<br />

oscuramente, pero ella no incluía a su madre.<br />

Él sonrió débil, amargamente. Su negativa a confiar en él le irritaba. Él<br />

podía engañar un poco, atenerse a la desinformación y evadirse de vez en<br />

cuando, pero en aquellas raras ocasiones en que daba su palabra él la mantenía.<br />

— Ven, ka-lyrra, puedes amenazarme y difamarme mientras examinamos<br />

el lugar.<br />

Cuando él se levantó y se acercó hacia ella, extendiendo su mano, ella dio<br />

marcha atrás precipitadamente.<br />

— Yo no puedo hacer esa cosa de desaparecer que tú haces —. Estaba<br />

firmemente en el campo del doctor McCoy cuando vino el transportador<br />

Enterprise a su habitación. No habría ninguna radiante Gabby O’Callaghan<br />

arriba, abajo, o en ninguna parte.<br />

A ella le gustaban sus pies firmemente plantados en la tierra.<br />

Él arqueó una ceja. — ¿Por qué no?<br />

— No tengo ningún deseo de ser… lo que sea que uno tenga que hacer,<br />

para ser… trasladado… por donde quiera que tú vayas —, dijo ella. — No gracias.<br />

Me quedare aquí en mi mundo.<br />

<strong>El</strong> se encogió de hombros. — Conduciremos entonces —. Él agitó su mano<br />

hacia la puerta trasera, gesticulando para que lo siguiera.<br />

La curva juguetona de sus labios junto con su capitulación<br />

extrañanamente veloz la debería haber advertido.<br />

<strong>El</strong>la abrió la puerta, dio un paso fuera sobre el sobresaliente peldaño, y<br />

se congeló. Él se detuvo detrás de ella, pero sólo apenas, apresándola con su<br />

gran cuerpo. ¿Estaba su barbilla raspando la parte superior de su cabeza, su<br />

mandíbula sin afeitar contra su pelo?<br />

<strong>El</strong>la inspiró profundamente lentamente varias veces, y luego, — De<br />

acuerdo, ¿Qué le sucedió a mi coche?—<br />

92


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Ese es tu coche. —<br />

— Puedo no saber mucho de ninguna cosa últimamente —, se quejó, —<br />

pero sé lo que conduzco. Conduzco un Toyota que esta a punto de desmoronarse.<br />

Uno asquerosamente polvoriento y azul. Con mucha herrumbre y sin antena y ese<br />

no es mi coche.<br />

— Corrijamos. Solías conducir un a punto de desmoronarse Toyota, A.A.<br />

¿Acababan sus labios de acariciar su pelo? <strong>El</strong>la tembló, y aunque tenía un<br />

mejor criterio para preguntar, lo hizo de todos modos. – Bien, me lo trajiste,<br />

¿Qué es A.A.?<br />

— Antes de Adam. Después de Adam, tú conduces un BMW. Cuido de lo<br />

que es mío. Ese Toyota no era seguro.<br />

Imaginó que la arrogante bestia se definiría a si misma como el<br />

amanecer de una época. — No soy tuya, esto tampoco, y no puedes ir por hay<br />

robando...<br />

— No lo hice. Llené todo el papeleo por mí mismo. Y había una cantidad<br />

ridícula de papeleo. ¿Qué pasa con la humanidad y el papeleo? ¿Tienen tanto<br />

tiempo que pueden permitirse malgastarlo? Nosotros tenemos todo el tiempo<br />

del mundo, y no lo malgastaremos con el papeleo. Ahora eres de todos los modos<br />

posibles la propietaria legal de ese coche. Y nadie podrá demostrar otra cosa.<br />

Los féth fiada tenemos muchas ventajas, Gabrielle.<br />

— No conduciré un coche robado —, protestó cuando el pasó una mano<br />

alrededor de ella, ofreciéndole las llaves.<br />

— No es robado —, repitió el paciente, suavemente, cerca de su oído. —<br />

De acuerdo a los archivos del distribuidor, fue pagado en su totalidad. <strong>El</strong>los no<br />

lo aceptarían incluso si tratases de devolverlo. Y si rehúsas conducirlo, ¿debo<br />

asumir que eso significa que has cambiado de opinión sobre mi manera de viajar?<br />

Cuando su otra mano comenzó a resbalar alrededor de su cintura, su<br />

cuerpo rozando contra el de ella, ya no había forma de confundir su gruesa<br />

protuberancia, apretando contra sus vaqueros. Cielos, ¿esa cosa nunca<br />

disminuía? <strong>El</strong> resto de él podría ser mortal, pero su inmortal erección<br />

seguramente no disminuiría hasta haber conseguido un memorable. Arrebatando<br />

las llaves de su mano, ella se alejó.<br />

Mordisqueando su labio, ella fulminó con la mirada el lugar donde<br />

solamente anoche había estado su pequeño Corolla desvencijado. En su lugar<br />

había un BMW completamente nuevo. Y si no estaba equivocada, era uno de<br />

aquellos deportivos descapotables. Era rojo. Y brillante. Tenía todos los<br />

accesorios y todo. Y era un descapotable.<br />

93


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Yo cuido de lo que es mío, había dicho él. Y una parte puramente<br />

femenina en ella había sentido un temblor que era más delicioso que glacial.<br />

Oh, si, ella se iría al infierno sin mucha resistencia. ♥<br />

Pero tan así, con tan poca resistencia, pensó con desanimo, era<br />

terriblemente agradable.<br />

* * *<br />

Darroc.<br />

— Cincinnati —, dijo Mael, apareciendo repentinamente al lado de<br />

— ¿Qué? ¿Le has encontrado? —. Darroc giró, sobresaltado. Él no había<br />

esperado tal veloz desarrollo.<br />

— Si. Por lo visto el busca a su hijo mestizo allí.<br />

— ¿Estas seguro de eso?<br />

— No he ido a la ciudad humana yo mismo, pero Callan le vio allí sólo hace<br />

unos días. Él había sentido la presencia de muchos Tuatha Dé tamizando aquella<br />

dimensión y se había preguntado por ello. Confirmó que Adam está allí. Y que no<br />

puede vernos en absoluto.<br />

Darroc sonrió. <strong>El</strong> poder que un Tuatha Dé usaba cuando tamizaba<br />

dimensiones dejaba un residuo que otro Tuatha Dé podía sentir. Aunque<br />

impreciso, aunque se dispersara rápidamente con el paso del tiempo, el residuo,<br />

cuando era fresco, podría ser rastreado en un área general.<br />

— Excelente, Mael. Lo has hecho bien.<br />

Adam Black iba a morir. Y Darroc iba a mirar. Él ordenaría a los<br />

cazadores que fuesen despacio, que golpearan primero solo para herir…<br />

* * *<br />

Su falta de resistencia era, para ser precisa, un BMW Alpina<br />

Roadster V8.<br />

♥ en el original, she was going to hell in a handbasket, es una frase compuesta que no tiene una<br />

traducción exacta en castellano.<br />

94


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Completo con asientos de cuero climatizados, sistema de navegación,<br />

equipo de música Harman Kardon, un teléfono manos libres, y un motor que<br />

simplemente ronroneaba, de avanzada tecnología.<br />

Gabby condujo la máquina último modela hacia el garaje del<br />

estacionamiento bajo la Plaza Fountain, encontrando una plaza de<br />

estacionamiento, y lo aparcó allí con un suspiro de genuino alivio. Una de las<br />

cosas buenas acerca de su Corolla era que ella nunca había tenido miedo de<br />

poderlo estropear; no se habría visto muy diferente si lo hubiera hecho.<br />

Tampoco se había preocupado por tener una multa por exceso de velocidad,<br />

porque a menos que pillase un viento de cola en serio, tenía suerte de alcanzar<br />

los sesenta kilómetros por hora en él.<br />

Pero esta cosa; oh, este coche era casi tan peligroso como el hada que lo<br />

había robado.<br />

Desabrochando su cinturón de seguridad, se puso el bolso sobre su<br />

hombro, salió del coche, esperó impacientemente mientras él se desenredaba<br />

(ese coche deportivo descapotable no era un lugar donde entrar de manera fácil<br />

para un hombre de su masa muscular), luego presionó el botón pequeño en el<br />

llavero para conectar la alarma.<br />

Cuando se deslizó por primera vez en los lujosos asientos de cuero del<br />

coche de ensueño, había abierto la guantera y maldita fuera si no había allí<br />

dentro un pequeño registro, libre de deudas, con su nombre en él.<br />

Y la escritura de venta: $137,85<strong>6.</strong>02.<br />

Sin lugar a dudas, su vida había bajado en picada desde el reino de lo<br />

absurdo a lo ya categóricamente surrealista. <strong>El</strong>la había simplemente conducido<br />

un coche que costaba más que un gran número de hogares de personas. Y ya una<br />

pequeña parte dentro suyo había estado ocupada considerando que, si tenía que<br />

arriesgar su vida, ¿Acaso no tenía derecho a alguna recompensa? ¿Era sólo un<br />

coche, de acuerdo? Y nadie lo sabría nunca. No era como si se lo hubiese<br />

sugerido a alguien. Él lo había hecho solito: ¿Cómo se suponía que ella iba a<br />

lograr convencer a alguien para devolverlo cuando parecía que ella era la<br />

propietaria legal? Y no había multas de infracción por mal estacionamiento en<br />

ese coche. Ninguna multa que pagar. Lo cual dejaba para realizar la interesante<br />

pregunta de: — ¿qué hizo usted con mi coche?—<br />

— Conduce hacia el río Ohio —, dijo él suavemente.<br />

— Oh —. Bien. Nada que no hubiese intentado hacer ella sola una o dos<br />

veces. Parecía como si ella estuviera comprometida ineludiblemente con el BMW<br />

si quería tener trabajo la semana próxima. Asumiendo que sobreviviera al fin de<br />

semana.<br />

95


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Apúrate —, dijo ella, impaciente para seguir con las cosas. No podía<br />

sacudir el espantoso sentimiento de que su vida sólo había empezado su espiral<br />

descendente y las cosas peores estaban por venir.<br />

Luego, salieron desde el oscuro garaje hacia la luz del sol, que los<br />

encegueció momentáneamente y empezaron a caminar hacia la plaza. Gabby<br />

escudriñó las calles ocupadas, buscando hadas. Las aceras estaban rebosando de<br />

personas moviéndose en masa hacia el río en dirección al estadio. Debía haber<br />

un partido de béisbol, decidió ella, torturándose brevemente a sí misma con el<br />

pensamiento de algo normal, cosas placenteras como perritos calientes y<br />

cerveza, y galletas saladas, excursiones familiares, y afilado sonido de la pelota<br />

contra el bat.<br />

Una vez más, las personas estaban haciendo cosas en el exterior,<br />

socializando y divirtiéndose, mientras ella trataba frenéticamente de rectificar<br />

la última debacle de las hadas.<br />

— Sólo una cosa, ¿Qué se supone que tengo que decir cuándo encuentre<br />

uno de los seres? —, preguntó con irritación.<br />

— Cuéntales que me gustaría tener una audiencia con la reina en la<br />

siguiente luna nueva.<br />

— ¿La siguiente luna nueva?— Mirándolo con el ceño fruncido, ella se<br />

detuvo. — ¿Por qué no hoy? ¿Cuándo es la siguiente luna nueva?<br />

Él se encogió de hombros. — La última fue unos cuantos días atrás. Nos<br />

la perdimos —. Al ver su mirada de reproche, él agregó. — <strong>El</strong>la sólo da las<br />

audiencias una vez por el ciclo de la luna mortal.<br />

— Me estás tomando el pelo.<br />

Él lo hacía, pero no iba a admitirlo. Él había imaginado en el coche –<br />

mientras la observaba su mano apretada alrededor del protector de cuero de la<br />

palanca de cambios y mentalmente había substituido su propia palanca,<br />

protegida por un cuero tan parecido que parecía haberse olvidado<br />

completamente de lo que era estar fatigado – que tal vez, podría tener éxito<br />

hoy, y perdería su cuerpo humano.<br />

Se había sentido extraña y demasiado humanamente lleno de pánico. Su<br />

estómago realmente se había sentido nauseabundo y él casi había insistido en<br />

que se devolvieran. Lo único que le había detenido era que sabía que si ella<br />

tuviera la más mínima noción de que él deseaba permanecer como humano era<br />

sólo porque así podría tener relaciones sexuales con ella, ella iría a rogarle a<br />

cada hada que pudiese encontrar que se lo llevara lejos en ese mismo instante.<br />

Y uno de ellos podría hacerlo.<br />

96


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Aoibheal no tenía esa ridícula norma, pero era mejor que no lo supiera su<br />

pequeñita ka-lyrra, ya que podría usarlo en su contra. Él podría decirle a ella,<br />

que les dijera que viniesen a recogerlo la siguiente luna nueva. Él fácilmente la<br />

tendría en la cama mucho antes que eso. Saciaría su curiosidad antes de<br />

reclamar su lugar por derecho.<br />

— No voy a estar pegada a ti hasta entonces —, estaba diciendo ella.<br />

Él sonrió. Por Danu, ella era sexy cuando estaba enojada: sus ojos<br />

centelleando, las ventanas de su nariz llameando, sus pechos subiendo y bajando<br />

con sus furiosas y rápidas respiraciones.<br />

Cuando él no respondió, ella extendió una exasperada mano hacia a un<br />

banco a alguna distancia, en la mitad de la plaza. — Oh, ¿Sólo sentémonos un<br />

rato allí, de acuerdo? Tienden a perder su tiempo paseando por la plaza a veces.<br />

Creo que les gusta observar a las personas, o supongo que las hadas dirían que<br />

observan a los humanos.<br />

Cuando él abrió su boca para disentir, preocupándose de no sentarse<br />

hasta que ella lo hubiera hecho, ella colocó la palma de su mano sobre el pecho<br />

de él y le dio un empujoncito hacia el banco. Era la primera vez que ella le había<br />

tocado por voluntad propio. Y él no se había perdido de la pequeña vacilación<br />

luego de que ella hubo colocado su mano sobre su cuerpo antes de empujar.<br />

Como si ella hubiese saboreado la percepción de su pecho bajo su mano. Sus<br />

barreras estaban cayendo. Fascinante.<br />

— No puedes sentarte aquí conmigo o cada hada que nos vea juntos<br />

sabrá que puedo verte. Quiero escoger ante quién me revelaré —, dijo ella con<br />

los dientes apretados. — Cuando vea los que quiero, te haré una seña.<br />

— Como desees, Gabrielle.<br />

97


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 11<br />

Ya el día estaba avanzado cuando Gabby divisó a un par de Fae a los que<br />

quiso acercarse. Los asistentes al partido de béisbol desde hacía mucho rato se<br />

habían desplazado hacia el centro de la ciudad, tomando sus coches (los Reds<br />

ganaron; había oído los fuegos artificiales), y el sol se había ocultado detrás de<br />

los rascacielos que bordeaban la Plaza Fountain, dorando las paredes de las<br />

murallas llenas de ventanas plateadas, con un color rosa ardiente y lanzando<br />

oblicuas y altas sombras que atravesaban la plaza.<br />

Durante la interminable espera ella se había percatado que los Fae,<br />

ciertamente, lo vigilaban. Muchos aparecieron a lo largo de todo el día. Pero<br />

dado que él estaba sentado allí sin hacer nada, la mayor parte de ellos se había<br />

ido después de un corto rato. <strong>El</strong>la supuso que él no era muy entretenido.<br />

Finalmente, divisó a dos. Los escogió porque no eran tan cegadoramente<br />

bellos como el resto, y ella esperaba, del mismo modo que las personas, que los<br />

menos atractivos no fueran tan...Bien, fueran más accesibles.<br />

Un macho y una hembra, rubios y de ojos brillantes, estaban de pie<br />

cerca del banco donde Adam estaba sentado, sumergidos en su conversación. En<br />

lugar de pasar sobre ellos, ella resolvió unirse con él y ver que pasaba.<br />

— ¿Qué? ¿No has visto a ninguno? —, Adam le preguntó, cuando ella se<br />

acercó.<br />

¿Esa voz ronca y de acento céltico sonaba casi... alegre? <strong>El</strong>la negó con la<br />

cabeza ante la estúpida idea, decidiendo que el sol debía haberle cocido el<br />

cerebro durante la larga y tediosa tarde.<br />

— <strong>El</strong>los están justo allí —, le dijo ella, señalando.<br />

— ¿Dónde? —. Él miró hacia dónde ella apuntaba y masculló una serie de<br />

maldiciones. — Cristo, aún no puedo creer que no los pueda ver. ¿<strong>El</strong>los me están<br />

mirando?<br />

— No por el momento. Y están allí —, le dijo, tratando de enfocar su<br />

mirada, — de pie a aproximadamente diez pies a tu izquierda, a menos de un pie<br />

del cubo de la basura —. <strong>El</strong>la inspiró profundamente, forzándose a sí misma a<br />

acercarse a ellos, cuando repentinamente el hada macho se volvió y la miró.<br />

— Hola —, dijo ella atentamente. — Me gustaría hablar con usted un<br />

momento. Yo Necesito…<br />

98


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Yo creo que esa nos ve, Aine —, el hada macho habló sobre ella, con un<br />

ceja arrogantemente levantada.<br />

¿Eso? pensó Gabby, las ventanas de su nariz agitándose. ¿La llamaba a<br />

ella eso? <strong>El</strong> nervio. La hiel implacable. <strong>El</strong>la era humana. <strong>El</strong>la tenía un alma. Eso no.<br />

Si alguien era eso, entonces no era ella.<br />

— Oh, esperen un segundo y volverán a ser superiores. Estoy aquí sólo<br />

para pasarles un mensaje. Adam Black quiere que yo les diga…— Gabby<br />

parpadeó y fue tras ellos. Le habían vuelto la espalda y no le estaban prestando<br />

ninguna atención en absoluto, manteniendo una conversación tan baja que ella no<br />

podría oír ni por casualidad.<br />

Luego el hada macho inclinó la cabeza, y repentinamente ambas hadas<br />

desaparecieron. Estaban allí un momento, luego se habían ido.<br />

Exhalando explosivamente. Gabby apretó sus manos dentro de sus<br />

pequeños puños y enfrentó a Adam. — ¿Son todos ustedes tan malditamente<br />

arrogantes?<br />

— ¿Qué quieres decir? ¿Qué están diciendo?<br />

— <strong>El</strong>los no están diciendo nada. Se fueron. Me llamaron —eso—, se<br />

dijeron algo entre ellos, y desaparecieron.<br />

Sus ojos se estrecharon. — Si esto es una especie de truco.<br />

— No lo es —, dijo ella impacientemente. — Lo juro, estaban aquí. Yo<br />

estaba tratando de hablarles, y sólo desaparecieron.<br />

— ¿Cómo lucían ellos? —, le preguntó él.<br />

mujer.<br />

<strong>El</strong>la los describió, agregando que el macho había llamado —Aine— a la<br />

Poniendo los ojos en blanco, él gimió. — La conozco.<br />

— ¿Y?<br />

— <strong>El</strong>la es una princesa de la línea de Aoibheal, la Primera Casa del<br />

D'Anu, y la única cosa real en ella es cuánto dolor en el trasero aguanta. Pero<br />

ella me ayudará. <strong>El</strong>la regresará.<br />

¿Estás seguro?<br />

Él inclinó la cabeza. — Sí, Aine siempre ha tenido un poco de buena<br />

disposición hacia mí. Quizá más que un poco. Realmente —. Dijo con un largo y<br />

sufrido suspiro, —está obsesionada conmigo.<br />

Creído, pensó irritadamente Gabby. Incluso otras hadas no eran inmunes<br />

a su seducción. ¿Qué decía eso acerca de las oportunidades de una mujer<br />

99


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

humana? Debería haber una vacuna contra Adam Black. Y todas las mujeres<br />

deberían recibirla en el nacimiento.<br />

— Siéntate —, dijo él, señalando hacia el banco al lado de él. — No será<br />

muy largo. <strong>El</strong>la estará de regreso. Aine no me rehusaría ninguna cosa.<br />

Gabby comenzó a sentarse, luego se detuvo. Otra hada repentinamente<br />

había aparecido encima de la fuente, sola. Una solitaria. Justamente lo que ella<br />

había estado esperando toda la tarde. Justamente lo que Adam había dicho que<br />

nunca encontraría. — Bien, estabas equivocado —, ella se quejó, sintiéndose<br />

inexplicablemente fastidiada acerca de Aine-Quien-No-Le-Negaría-Nada, —<br />

Porque hay un hada por allí, sola.<br />

Adam se levantó, inspirando agudamente, audiblemente. — ¿Qué?<br />

¿Dónde? No. espera no señales, ka-lyrra. Ni siquiera lo mires otra vez. O a Mí.<br />

Aléjate, dame la espalda, luego dime a qué se parece —. Él siseó.<br />

Gabby lo recorrió con la mirada. <strong>El</strong>la no podría ayudarlo - sonaba tan<br />

alarmado.<br />

— No me mires —, siseó él otra vez suavemente. — Haz como te dije.<br />

Sacudida por la urgencia en su voz. Gabby obedeció, alejándose.<br />

Volviéndose, poniéndose de perfil, apoyó sus manos sobre una pared baja de<br />

piedra que rodeaba un arreglo de arbustos esculpidos y flores y pretendió estar<br />

disfrutando de la vista. Dejando caer su cabello hacia delante para escudar su<br />

cara, ella dijo clara y suavemente, — Es alto. Pelo cobrizo con iluminaciones<br />

doradas. Brazaletes y gargantilla negros. Trae puesto-<br />

ella.<br />

— Ropas blancas y tiene una cicatriz en la cara —, Adam terminó por<br />

— Sí.<br />

— Gabrielle, aléjate de mí en este instante y no mires hacia atrás. Tan<br />

rápido y tan lejos como puedas. Hazlo. Ahora.<br />

Pero, condenaran a la mujer, él debería haber sabido que ella no<br />

obedecería una orden directa otra vez. La primera vez debió haber sido un<br />

evento fortuito; ella obviamente no tenía un hueso obediente y maleable en su<br />

cuerpo.<br />

<strong>El</strong>la miró hacia él, buscando en su cara, sus cejas tensas por la confusión.<br />

¿Y había un poco de preocupación en sus encantadores ojos verdedorados?<br />

¿Preocupación por él? Aunque tuvo el gusto de ver el primer indicio de<br />

tal debilidad, por el momento, eso podría ser su destrucción. <strong>El</strong>la justamente<br />

había descrito a Darroc y, si Darroc ponía sus manos en él en su condición<br />

100


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

actual, pues bien... él no tendría una audiencia con Aoibheal en ningún caso otra<br />

vez. Y si Darroc colocaba sus manos en Gabrielle..., entonces Adam se tensó,<br />

rehusándose a completar el pensamiento. ¡Sangrientos infiernos, no había<br />

anticipado esto! — Vete —, gruñó.<br />

Pero incluso mientras él lo decía, vio el cambio en su cara. <strong>El</strong>la no estaba<br />

ya mirándolo; su mirada se había fijado sobre un punto ligeramente a la derecha<br />

y detrás de él. Su boca había caído abierta, sus ojos se habían puesto<br />

imposiblemente amplios, y su cara estaba blanca sin sangre.<br />

— C-c-c-caz-caz — ella gorjeó.<br />

Adam reaccionó instantáneamente, capaz de pensar en una única cosa<br />

que podría poner esa apariencia en su cara y hacer que su lengua tropezara con<br />

la C.<br />

Cazadores.<br />

— C-c-c —probó otra vez.<br />

Y si hubiera Cazadores en el mismo sitio que Darroc, entonces no habían<br />

venido por ella. Al menos no inicialmente. Había miles de años de mala<br />

disposición entre él y el Antiguo consejero del Alto Concilio, y podía estar<br />

seguro de que el pequeño Darroc disfrutaría más mirando a los Cazadores<br />

desgarrándolo en pedazos mientras él estaba en forma mortal. Luego y sólo<br />

luego él volvería sus atenciones hacia la Sidhe-seer. Y su pequeña ka-lyrra no<br />

tendría ni una posibilidad. En las manos de Darroc, cada cuento de hadas oscuro<br />

y torcido que a ella alguna vez había oído se haría realidad.<br />

Él se lanzó sobre ella.<br />

¡Cristo, estaban rodeados por peligros que él no podía ver! ¿Cómo se<br />

suponía que la protegería? ¿De cualquier manera, de quién había sido la maldita y<br />

estúpida idea?<br />

Mientras cerraba sus manos sobre sus hombros, algo pasó zumbando<br />

junto su brazo con un suave quejido. Arrastrando un brazo alrededor de su<br />

cintura, él se contorsionó y se agachó rápidamente, empujándola dentro del<br />

refugio de su cuerpo, sobresaltándose cuando algo ardió detrás de su hombro.<br />

Cerrando los ojos, él la abrazó fuertemente y cambió de lugar en<br />

dirección general hacia el sur, llevando al límite sus disminuidos poderes para<br />

transportarse lo más lejos posible. Al momento en que él se rematerializó,<br />

instantáneamente desapareció otra vez, sus brazos cerrados alrededor de ella.<br />

La vía del ferrocarril. Desapareció. La tienda de comestibles.<br />

Mantenerse en movimiento. <strong>El</strong> techo de una casa. Desapareció. <strong>El</strong> campo de maíz.<br />

Desapareció. <strong>El</strong> campo de maíz. Desapareció. <strong>El</strong> campo de maíz. Desapareció. <strong>El</strong><br />

101


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

campo de maíz. <strong>El</strong> sangriento Medio Oeste. Desapareció. Encima del campanario<br />

de una iglesia sin forma de equilibrarse en la estrecha y resbaladiza cúspide.<br />

Comenzaron a caer, cayendo en picada más allá de cruces y gárgolas, y él<br />

precipitadamente los separó en medio del aire. Él se mantuvo moviéndose, más<br />

rápido y más rápido, sin hacer una pausa para respirar, tratando<br />

desesperadamente de poner tanta distancia como fuera posible entre su<br />

enemigo y su pequeña y demasiado mortal ka-lyrra.<br />

* * *<br />

Gabby estaba segura de que gritaba al máximo de sus pulmones, pero<br />

nada salía.<br />

Los brazos de Adam Black no estaban simplemente apretados<br />

alrededor de su cuerpo, él había logrado envolverse alrededor de ella como un<br />

escudo viviente.<br />

Pero eso no fue lo que hizo que su grito se ahogara. Eso fue porque ella<br />

había estado materializándose y desmaterializándose. Algo así. En un momento<br />

ella existía, y luego no existía, y luego existía otra vez. A ella no le gustó eso ni<br />

un poquito. Cada vez estaba en un lugar diferente. Las tiendas. Los parques de<br />

estacionamiento. Los campos de maíz. Un montón de esos. ¡Repentinamente en la<br />

cumbre de una espiral delgada y puntiaguda de una –ack- iglesia, y cayendo!<br />

Mientras el pavimento se apresuraba a ir a su encuentro, estaban<br />

repentinamente, dichosamente, en alguna otra parte.<br />

Al cabo de un rato, terminó por cerrar los ojos y rezar, intentando, y<br />

vaya que era difícil, no pensar acerca de cualquier cosa, especialmente en que no<br />

estaban tan equivocados los Libros de los Fae acerca de los Cazadores.<br />

Habían sido incluso aun más horrendos en carne y hueso, si era de eso de<br />

lo que estaban hechos, que lo que los Libros de las O'Callaghan decían.<br />

Naturalmente, no había bocetos de ellos, porque cualquier O'Callaghan que los<br />

había visto había sido llevada. La pequeña descripción dada, los asemejaba a una<br />

versión clásica del Diablo, ungulada, alada, y con cuernos. Y ellos lo eran, en<br />

cierto modo, todavía peores. Altos, de piel correosa, con los ojos naranja<br />

encendido como ventanas al infierno, tenían alas, dientes afilados, y garras<br />

largas, letales. Y no estaba segura, pero creyó haber visto una cola. Lo único que<br />

no entendió era por qué, cuándo ellos eran tan obviamente capaces de desgarrar<br />

su presa en tiras con sus manos desnudas… er, los accesorios parecidos a manos,<br />

ellos les habían estado disparando con armas humanas.<br />

102


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

* * *<br />

Cuando finalmente se detuvieron en un sector cubierto de césped.<br />

Gabby no pudo hablar por largos momentos. Estaba, se percató, empapada de la<br />

cabeza a los pies. <strong>El</strong> agua estaba cayendo a borbotones de su pelo, empapándole<br />

la cara. Estaba de pie temblando en sus brazos, reclinándose en la fuerza de su<br />

duro cuerpo, inspirando profundamente una y otra vez.<br />

— ¿Está todo bien, ka-lyrra? —, le dijo cerca de su oído.<br />

— ¿Todo bien? ¿Todo bien? —. Soltándose de su abrazo, ella se giró para<br />

confrontarlo. Sacándose el pelo empapado de su cara, ella gritó.<br />

— ¿Parezco bien? Por supuesto que no estoy bien. ¿Mi vida se cae a<br />

pedazos alrededor de mí y me preguntas si estoy bien?<br />

<strong>El</strong> rimel goteaba debajo de sus mejillas, salpicando su camisa. <strong>El</strong>la se<br />

alejó de él, entrecerrando los ojos. Sus zapatos se deslizaron con el movimiento<br />

y, cuando ella los miró con atención desconcertada, un renacuajo emergió de la<br />

pierna de sus pantalones vaqueros y saltó sobre la tierra.<br />

— ¡Eew! —. <strong>El</strong>la lo apuntó con un dedo estremecido. — Un renacuajo.<br />

¡Tenía un renacuajo en mis pantalones!<br />

— Un renacuajo afortunado —, murmuró él. Y luego, — Cuándo uno<br />

cambia de lugar vertiginosamente, ka-lyrra, se cae sobre cualquier cosa que<br />

ocupe un lugar en el espacio. Lo cuál no es mucho problema si uno también tiene<br />

todos los otros poderes. Pero no es así. Chocamos con un lago en alguna parte<br />

alrededor del brinco noventa y siete. Y, contrario a la creencia popular, no<br />

camino sobre el agua.<br />

Frenéticamente recorriendo con sus manos de arriba abajo sus<br />

empapados vaqueros, tanteando en búsqueda de más bichos, ella siseó. — Oh, te<br />

odio. Te odio —. Tal vez sonaba como una niña haciendo una pataleta, pero<br />

realmente, estaba furiosa, desde que lo había encontrado sólo había tenido<br />

experiencias inquietantes y perturbadoras una tras otra. Había estado apunto<br />

de tener un ataque cardiaco en el campanario de la iglesia. Justo cuando pensó<br />

que se iba a caer de allí, y después de todo, eso no había sido tan horrible como<br />

desaparecer y reaparecer una y otra y otra vez, había estado evitando probar el<br />

agua maloliente, musgosa y llena de peces.<br />

— No lo hagas —, le dijo suavemente.<br />

103


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¡Bebí una parte de ese lago! ¡Podría haberme atragantado con un pez o<br />

una rana o una...una…. una tortuga!<br />

— Es más sabio mantener la boca cerrada mientras nos desplazamos<br />

rápidamente.<br />

<strong>El</strong>la lo atravesó con una fría mirada. — Y ahora me lo dices —. Condenada<br />

hada. Permaneció de pie, sintiéndose como una pordiosera sucia de barro, y él<br />

sólo parecía más bello y mojado, todo terciopelo dorado goteando y brillante, su<br />

cabello hecho una maraña mojada hasta su cintura.<br />

— Ven, Gabrielle —, le dijo, extendiendo su mano, — Debemos<br />

mantenernos en movimiento. <strong>El</strong>los me pueden rastrear porque tengo poca magia.<br />

La estoy usando para desplazarme, pero sólo por los alrededores. Necesitamos<br />

continuar desplazándonos, para mantenernos fuera de su alcance.<br />

— ¿Hay algo más que yo deba saber antes de que desaparezcamos de<br />

nuevo? —. Envolvió sus manos detrás de su espalda para que él no pudiera<br />

agarrarla y desaparecer antes de responder su pregunta. Además, necesitaba un<br />

minuto para prepararse psicológicamente para los próximos momentos de viaje<br />

en una manera que desafiaba todos los conocimientos y las leyes conocidas de la<br />

física.<br />

— Podrías probar besarme. ¿Mejor mi lengua que la de una rana, no? —.<br />

Los oscuros ojos brillaban dorados cuando la alcanzó.<br />

— Una dura competencia —, expresó con un gruñido la mentira, dando<br />

marcha atrás, las manos todavía puestas en su espalda. <strong>El</strong>la miró<br />

significativamente al renacuajo sobre la tierra.<br />

— ¿Qué?<br />

— Llévalo de regreso.<br />

— ¿Estás bromeando verdad? — le dijo incrédulamente.<br />

— ¿Tenemos tiempo?<br />

Él consideró eso. — Sí, pero-<br />

— Entonces, no lo estoy<br />

— Ese lago fue hace tres brincos —, le dijo impaciente.<br />

— Si tú no lo devuelves va a morir, y mientras tú puedes pensar que es<br />

sólo una pequeña y patética cosa con una corta vida que apenas significa algo en<br />

el esquema de las hadas. Apostaré que en el esquema de cosas del renacuajo él<br />

realmente está esperando con ilusión convertirse en una rana. Ahora llévalo de<br />

regreso. Una vida es una vida. No me importa qué tan diminuto un hada<br />

todopoderoso piense que es.<br />

104


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Una ceja oscura se arqueó y él inclinó su cabeza. — Sí, Gabrielle —.<br />

Ahuecando al renacuajo en su enorme mano, y haciendo una pausa para darle<br />

tiempo a ella, él desapareció.<br />

* * *<br />

Mientras él se iba Gabby raspó el musgo lamoso de su bolso (quedó<br />

aturdida al encontrar todavía más sobre su hombro), abrió la cremallera e<br />

inspeccionó los contenidos. Para variar, se alegró de que sólo pudiera permitirse<br />

bolsos baratos -el cuero falso había resultado ser impermeable. Pescando su<br />

polvera de bolsillo, limpió los retazos de su maquillaje y extrajo a la fuerza las<br />

algas de su pelo, reconociendo con tristeza que las cosas eran ahora lo bastante<br />

malas como podían llegar a ser.<br />

No sólo estaba todavía ineludiblemente comprometida con Adam Black,<br />

sino que otras hadas ahora sabían que ella las podía ver, y algún granuja hada –<br />

de acuerdo con Adam, una de aquellas en las que no se podía confiar- también la<br />

había encontrado y había invocado a los Cazadores.<br />

<strong>El</strong>la tembló ante el recuerdo. Un momento había estado mirando a Adam,<br />

tratando de entender porque él parecía tan tenso y urgido, y al siguiente, las<br />

horribles criaturas de sus peores pesadillas se habían materializado por arte de<br />

magia detrás de él.<br />

Y habían tenido armas, lo que ella encontró bastante raro, pero incluso<br />

más extraño, no habían estado disparando – no a ella. Sino a él. ¿Qué era lo que<br />

estaba pasando?<br />

Dándose unas últimas pinceladas de rimel, se quedó quieta. Él no había<br />

sido capaz de verlos. Todo lo que él había podido ver era su cara, y ella sabía qué<br />

tan horrorizada había debido verse. Había sido incapaz de formar una sola<br />

palabra; la sangre en sus venas se había vuelto hielo, congelándola en el lugar. Si<br />

no hubiese sido por Adam, entonces se habría quedado allí, chillando<br />

silenciosamente, impotentemente, hasta que los Cazadores hubieran hecho<br />

cualquier cosa que fuere que hicieran con los Sidhe-Seer. <strong>El</strong>la había intentado<br />

desesperadamente decir —Cazadores— y —armas— pero no habían podido<br />

soltar ni una sílaba.<br />

¿Y qué había hecho él? Lo último que ella había imaginado. Él se había<br />

abalanzado sin titubear para escudarla. Envuelto su poderoso cuerpo alrededor<br />

del de ella. Sabiendo que algo horrible estaba detrás de él. <strong>El</strong> no se<br />

desmaterializó instantáneamente a sí mismo por seguridad. Había usado su<br />

cuerpo mortal y ya no invencible para protegerla. Pudo haberse traslado a si<br />

105


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

mismo a otro sitio y abandonarla, lo cual era exactamente lo que ella esperaba<br />

de un hada de sangre fría.<br />

Él sólo lo hizo porque ahora te necesita aún más. Tiene que protegerte.<br />

Tú eres sus ojos para los enemigos que él no puede ver.<br />

— <strong>El</strong> renacuajo ha sido devuelto a su acuosa casa, ka-lyrra —. Adam se<br />

materializó ante ella. Sacudiéndose como una gran bestia mojada, un montón de<br />

gotitas volaron por todas partes. Él sacudió su oscura cabeza, amortiguando su<br />

expresión seria.<br />

— Todo estará bien, Gabrielle. No dejaré que nadie te lastime. Ni hoy.<br />

Ni nunca.<br />

— Porque ahora me necesitas más que nunca —, dijo ella amargamente. —<br />

Tienes que mantenerme viva.<br />

Él sacudió su cabeza y la miró por un largo momento, midiéndola. — En<br />

caso de que lo hayas olvidado, traté de hacerte partir en el momento en que tú<br />

me hablaste acerca del solitario Tuatha Dé. Dije, para ser preciso, —Aléjate de<br />

mí en este instante y no mires hacia atrás. Aléjate tan rápido como puedas. —<br />

Tú escogiste no prestarme atención. Y siempre podría encontrar otro Sidhe-<br />

Seer, Gabrielle. Yo leí tus libros. En uno de ellos aparece la lista de los nombres<br />

de las ascendencias en Irlanda que tienen la visión. Todas las ascendencias.<br />

— ¿Si? —. Gabby estaba horrorizada. ¿Dónde? ¿Cómo ella no se dio<br />

cuenta? ¿Por qué habían sido puestas por escrito? ¿Oh, por qué no había<br />

quemado alguien esas páginas hacía mucho tiempo?<br />

Él inclinó la cabeza. — En el primer tomo, trazado en una lengua antigua.<br />

Las páginas de nombres. Así como puedes ver, no te necesito. Yo conozco mucho<br />

mejor las maneras humanas que mis enemigos. Fácilmente me podría ocultar lo<br />

suficiente como para rastrear a algún otro.<br />

— ¿Entonces, por qué no lo haces? —, preguntó débilmente.<br />

¿Y cómo sobreviviría ella si él lo hiciese?<br />

— Puse en peligro tu vida. Lo arreglaré.<br />

Gabby se inclinó hacía él. Su voz era firme, y su acento más cortante que<br />

lo usual y si él fuera un hombre normal, entonces ella habría pensado que estaba<br />

furioso consigo mismo por haberla puesto en peligro.<br />

Está bien, que pruebe a llorar a gritos, su adolescente interna le replicó.<br />

Incluso para un príncipe Fae él sonaba furioso consigo mismo por haberla puesto<br />

en peligro ¿Podrías dejarlo tranquilo?<br />

106


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong>la se levantó, boquiabierta, una docena de preguntas diferentes<br />

compitiendo en su lengua, pero él negó con la cabeza.<br />

— No ahora. Debemos irnos. Habrá un lugar para hablar muy pronto.<br />

Este no lo es. Ven.<br />

Gabby se quedó de pie, sujetando su bolso firmemente sobre su hombro.<br />

Cuando se movió para llegar a su lado, ella repentinamente notó que el agua que<br />

goteaba bajo su húmeda camisa tenía un tinte rojizo.<br />

— ¿Estás herido? —, exclamó ella, tratando de alcanzar su brazo.<br />

Él se contorsionó con indiferencia. — No es nada.<br />

— Déjame-<br />

— Déjalo. Estoy bien. Lo enjuagué afuera del lago. No es profundo. Ven,<br />

irlandesa. Tu mano. En la mía. Ahora.<br />

Cuando estuvo allí, frunciendo el ceño preocupado, él dijo, — No tengo<br />

intención de expirar antes de volverme otra vez inmortal. Pierde cuidado, si digo<br />

que no tiene ninguna importancia entonces no la tiene —. Él hizo una pausa un<br />

momento, luego añadió suavemente, — Y no debes tener miedo, Gabrielle. Los<br />

destruí.<br />

— ¿Los Cazadores? —, dijo ella inexpresivamente. — No, no lo hiciste.<br />

— Las páginas que nombran los Sidhe-Seer. No deberías hacer las cosas<br />

tan fáciles para mi raza. Pueden ser peligrosos, sin misericordia.<br />

— ¿A diferencia de ti, ese oh-tan-buen-tipo-Adam-Black? —. <strong>El</strong> cáustico<br />

comentario se deslizó de su lengua antes de que ella pudiera detenerlo.<br />

Él le lanzó una impaciente mirada de reproche. — ¿Trata de revisar tus<br />

viejos prejuicios, irlandesa, lo harás? Intenta comprenderme.<br />

De acuerdo, ahora tenía un enredo en la cabeza. La hacía sentir como si<br />

hubiese estado siendo prejuiciosa y mezquina. No era prejuiciosa, estaba<br />

simplemente presentando los hechos, y los hechos eran….<br />

Bien, los hechos eran… er, que ella no estaba completamente segura de<br />

lo que eran los hechos en el momento.<br />

¡Maldita sea! ¿Por qué no podían ser las cosas sólo blancas o negras?<br />

Humano bueno, hada mala. ¡Simple! Eso era con lo que a ella la habían criado.<br />

¿Realmente había él destruido esas páginas que revelaban a todos los<br />

Sidhe-Seers? ¿Por qué? ¿Por qué él haría ese esfuerzo?<br />

Y, ¿por qué él había tan amablemente rescatado al renacuajo? Sin duda<br />

lo había hecho; se había empapado otra vez. Había podido simplemente mentir<br />

107


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

(después de todo, mentir —se suponía — era su segunda naturaleza) y le había<br />

dicho que no tenían tiempo. <strong>El</strong>la le habría creído; no tenía idea de qué cosa eran<br />

capaces los Cazadores.<br />

Y él le había dicho que se alejara en el instante en que ella había<br />

descubierto al hada macho solitario. ¿Realmente había tenido la intención de<br />

despacharla para su propia protección, bajo su propio riesgo?<br />

¿Qué clase de hada haría tales cosas? ¿Un legendario seductor y<br />

engañador?<br />

¿O... el hada decente a mitad de camino? ¿Había tal cosa?<br />

Confusamente, resbaló su mano en la de él.<br />

Su mano grande se tragó la suya, haciéndola sentir delicada y femenina.<br />

<strong>El</strong>la inclinó su cabeza hacía atrás, para contemplar su cara cincelada. Sus ojos<br />

estaban oscuros, su mandíbula apretada. Y él parecía tan pero tan... humano.<br />

Cuando comenzaron a desaparecer, ella se sorprendió al darse cuenta<br />

que, aunque sabía que no estaba a salvo de él, se sentía extrañamente a salvo<br />

con él.<br />

* * *<br />

No se detuvieron otra vez hasta después del anochecer. Realmente,<br />

meditó confusa, se sentía más cerca el amanecer. Había perdido el sentido del<br />

paso del tiempo durante su viaje desmaterializándose a través de distintos<br />

lugares.<br />

Los materializo justo encima de un tren de pasajeros fuera de Louisville,<br />

Kentucky, explicándole que ahora necesitaban viajar por medios humanos por<br />

algún tiempo, para asegurarse que los Fae no los pudieran rastrear.<br />

Asegurándole que los Cazadores estarían enredados por algún tiempo en los<br />

vestigios que él había dejado de su magia detrás.<br />

<strong>El</strong>la estaba otra vez tan cansada que apenas podía funcionar. Cuándo él<br />

la guió a través de los coches hasta que encontraron uno vacío, y tomaron<br />

asiento junto a la ventana y él la puso a su lado, ella se hundió débilmente en el<br />

asiento. Desde que Adam Black había llegado a su vida, su horario de sueño se<br />

había convertido en la broma más grande.<br />

A juzgar por las débiles vetas de naranja y rosado en el horizonte más<br />

allá del cristal, parecía que otra vez había estado casi veinticuatro horas<br />

108


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

despierta y otra vez habían sido algunas de las horas más traumáticas que<br />

alguna vez había soportado en su vida.<br />

Incapaz de encontrar un solo punto de referencia bien fundado al que<br />

aferrarse en la reciente epidemia de acontecimientos antinaturales, resolvió<br />

ocuparse de todo eso más tarde y exhausta de agotamiento, se dejó caer en el<br />

asiento, con la barbilla inclinada hacia su pecho.<br />

Y cuándo él la jaló a través de los asientos, acostándola en posición<br />

horizontal a lo largo de sus largas y musculosas piernas y la rodeó con sus<br />

brazos, ella sólo dio un pequeño suspiro y se acomodó cómodamente contra él.<br />

Sus pantalones vaqueros estaban todavía húmedos, no tenía manta, pero podía<br />

usar el calor del cuerpo.<br />

Calma, esa no era excusa para presionar su mejilla contra su pecho e<br />

inhalar profundamente su olor masculino picante. Lo hizo de todos modos.<br />

— ¿No estarás enamorándote de mí, o si irlandesa? —. Él ronroneó,<br />

sonando divertido.<br />

— Difícilmente —, masculló ella.<br />

— Bien. Me repugnaría pensar que estabas enamorándote de mí.<br />

<strong>El</strong>la lo haría. Oh, Dios mío, sí que lo haría.<br />

109


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 12<br />

Adam cambió de posición con cuidado, tratando de quitar la presión que<br />

sentía en su hombro sin molestar a Gabrielle.<br />

<strong>El</strong>la dormía entre sus brazos. Había permanecido allí durante horas, tan<br />

cómoda como podía. Su rostro, mientras dormía, era dulce, juvenil, inocente y<br />

completamente hermoso para él. Deslizó su dedo hacia abajo por su mejilla,<br />

estudiando los delineados y suaves perfiles, preguntándose de qué estaba hecha<br />

la belleza. Nunca, durante los miles de años que había vivido, lo había<br />

comprendido. Independiente de lo que fuera, ella lo tenía entre la espada y la<br />

pared. Era cálida, terrenal y vibrante, a diferencia de la fría perfección de las<br />

mujeres de su raza. <strong>El</strong>la era un ardiente otoño y truenos en primavera, mientras<br />

que las mujeres Tuatha Dé eran un invierno gris que pasaba sin cesar. <strong>El</strong>la era<br />

precisamente la clase de chica que un <strong>Highlander</strong> podría tomar como esposa; con<br />

la que podías reír, discutir y hacer el amor el resto de tu vida.<br />

Suspiró mientras dormía y se acurrucó más cerca, apoyando su mejilla<br />

contra su pecho. Él comprendió lo que había motivado el repentino cambio en su<br />

comportamiento, lo que había hecho que el cordero cayera agotado contra el<br />

lobo. No era confianza, no, no de su fiera Sidhe-seer (aunque comenzaba a ver<br />

algunos signos de deshielo); las circunstancias la habían conducido a sus brazos.<br />

Hasta última hora de esa tarde ella lo había percibido como su mayor amenaza.<br />

Ahora había una mayor amenaza, y él se convirtió de repente en su único aliado.<br />

No importaba la razón, le gustaba sentirla suave y rindiéndose a su<br />

fuerza. Inconsciente, vulnerable, confiada a su cuidado mientras su mente<br />

vagaba en sueños. Le gustaba muchísimo. Lo suficiente, de hecho, para que a él<br />

— él, que no tenía ninguna paciencia con la incomodidad física — no le importara<br />

levantarse adolorido en cuanto ella se despertara. Por suerte, la bala sólo lo<br />

había rozado, no siendo una amenaza significativa para su cuerpo mortal.<br />

Los Cazadores llevaban armas. Él se frotó la mandíbula y sacudió la<br />

cabeza. Cuando ella le había dicho lo que había visto, durante las pocas pausas<br />

que él les había permitido mientras saltaban de lugar en lugar, él se había<br />

sentido furioso.<br />

Consigo mismo.<br />

Qué tonto había sido. Hace una semana, había pensado que su problema<br />

más apremiante era un caso severo de frustración y aburrimiento. Entonces<br />

había encontrado a Gabrielle, y su problema más apremiante había sido como<br />

seducirla.<br />

110


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Ahora su problema más apremiante era como infiernos iba a mantenerlos<br />

a ambos vivos.<br />

No se necesitaba de ningún genio Tuatha Dé para comprender porqué los<br />

Cazadores llevaban armas humanas. Ni la presencia de Darroc.<br />

Cuán rápido había olvidado todo lo que había dejado en su mundo al ser<br />

desterrado de ese reino —las complicaciones, las relaciones tensas, las<br />

incesantes intrigas de la corte— mientras había estado retorciéndose hasta el<br />

fondo en su irritación al verse convertido en humano. Qué tonto había sido por<br />

olvidar a Darroc en todo momento. La mala sangre entre él y el más antiguo y<br />

alto Consejero se extendía desde hacía cuatro milenios y medio, a un tiempo<br />

anterior al pacto entre los Fae y el Hombre. A un tiempo anterior a la lanza<br />

mortal y a la espada letal que su raza había traído con ellos de Danu - dos de las<br />

cuatro Santificadas, y las únicas armas capaces de hacer una herida o incluso<br />

matar a un inmortal – y que habían sido retiradas de Faery y escondidas en<br />

secreto. Como recordatorio de aquel día en el que Adam había tomado la espada<br />

y le había cortado la cara a Darroc, dejándole una cicatriz que todavía<br />

ostentaba.<br />

Le gustaría fingir que había tratado de matar a Darroc por una razón<br />

noble, pero la simple verdad era que habían estado luchando por una mujer<br />

mortal. Adam la había visto primero. Pero la reina lo había convocado para<br />

presentarse a la corte por alguna tontería, y Darroc se había hecho con ella<br />

primero. Sabiendo muy bien que Adam la quería.<br />

Darroc la había matado. Había entre su raza quienes creían que la<br />

belleza y la inocencia sólo podían ser realmente saboreadas mediante su<br />

destrucción. Había entre su raza quienes, en aquel tiempo sin ley antes del<br />

pacto, cuando recién habían llegado a este mundo y lo estaban explorando,<br />

cuando aún no se habían instalado, que se habían alimentado como animales<br />

carroñeros de la pasión que podían extraer de un humano durante el sexo, no<br />

preocupándose de si esto mataba al mortal en el proceso. Él había visto lo que<br />

Darroc le había hecho cuando hubo vuelto. Se fue cuando la joven doncella era<br />

toda risa y vibrante vida. Sádicamente destruida y silenciada para siempre. Su<br />

muerte no había sido fácil. Y por ninguna maldita y buena razón. Su asesinato<br />

había sido un acto de violencia amarga e insensata. Adam había hecho su parte<br />

justa en las matanzas en aquel tiempo ilegal, pero por motivos razonables.<br />

Siempre por alguna razón. Nunca por el placer de hacerlo.<br />

<strong>El</strong> odio engendrado entre él y Darroc ese día no había menguado.<br />

Restringido por la reina, bajo la amenaza del castigo extremo (una muerte sin<br />

alma a manos de la reina, nada menos), ellos habían llevado su viciosa batalla al<br />

campo de batalla de la política de la corte. Un campo de batalla en el cual Adam<br />

111


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

había perfeccionado sus poderes de sutileza y seducción, instrumentos que<br />

había utilizado para derrotar a Darroc en muchas ocasiones. <strong>El</strong> Antiguo,<br />

también, había cambiado con el tiempo, perfeccionando una astucia que igualaba<br />

su brutalidad. Mientras Darroc se aseguraba un asiento en el consejo de la<br />

reina, Adam había logrado asegurar su oído de otras maneras. Él y el Antiguo<br />

eran las dos personas más poderosamente persuasivas de la corte, leales a<br />

bandos contrarios, y con Adam lejos... bien, no tenía duda alguna que los<br />

complacientes cortesanos estaban siendo arrastrados a los brazos de él.<br />

¿Cuánto tiempo pasaría, pensó enigmáticamente, antes de que Darroc lograra<br />

poner a alguien en contra de Aoibheal? ¿Era ella consciente del peligro que<br />

había creado expulsando a Adam?<br />

Así que Darroc había tratado de matarlo, reflexionó él. Y con armas de<br />

por medio. ¿Había estado tratando de hacerlo parecer como si Adam se hubiera<br />

cruzado directamente entre el fuego en una disputa de humanos? Conociendo a<br />

Darroc, podría jugar con ventaja una vez que Adam hubiera desaparecido, y la<br />

reina no sería capaz de demostrar nada si el cuerpo de Adam mostraba heridas<br />

hechas por humanos.<br />

Aunque Adam se burlaba de la ley humana, el código Tuatha Dé era<br />

igualmente complicado. Sin una prueba sólida, la reina nunca castigaría a uno de<br />

los suyos. Su número no se había incrementando a lo que habían sido una vez.<br />

Aunque él le había contado una vez a Circenn que era viril en la forma Tuatha<br />

Dé, esa no había sido sino una de las muchas, pero muchas mentiras que le había<br />

contado a su hijo. Pocos de ellos podían engendrar descendientes, y aunque los<br />

Tuatha Dé no morían exactamente, a veces ellos... desaparecían.<br />

Gabrielle se movió entre sus brazos, sacándolo de sus pensamientos.<br />

Cambió de postura, plegando sus rodillas. Acurrucándose más contra su cuerpo.<br />

Entrelazó una de sus piernas entre las de él, acunándose contra su pecho, y él<br />

contuvo un suspiro, estremeciéndose, mientras la generosa y dulce curva de sus<br />

caderas se recostaba contra su miembro. Debido a lo cual estaba, como<br />

siempre, listo y deseoso. Aquella parte de su cuerpo era simplemente<br />

incontrolable, por lo visto funcionaba de acuerdo con una simple ley de la<br />

naturaleza: <strong>El</strong>la existía — tenía una erección—.<br />

Cristo, la deseaba. Forzarla nunca le había parecido una opción atractiva,<br />

si la forzaba no sería mejor que Darroc.<br />

No aceptaría nada menos que su complaciente rendición.<br />

Pero, por todos los infiernos, tenía que ser pronto. Era un simple<br />

humano. Con la conciencia de un Tuatha Dé. O la carencia de ella.<br />

112


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

* * *<br />

Gabby se estiró cautelosamente, tomando cuidadosa nota de cada<br />

músculo de su cuerpo que le dolía.<br />

Podían ser todos.<br />

Se estiró desde la cabeza a los pies, bostezando, sin tener ni idea de<br />

donde se encontraba.<br />

Abrió los ojos cautelosamente.<br />

Adam Black la miraba fijamente, su oscura mirada era insondable.<br />

— Buenos días, ka-lyrra —, ronroneó con una lenta y sexy sonrisa capaz<br />

de pararle el corazón.<br />

— Altamente discutible —, refunfuñó ella. Una mañana cualquiera antes<br />

de haberse encontrado atada a él podía ser una cosa, pero buena no era<br />

precisamente el primer adjetivo que elegiría. ¿Peligrosa? Sí.<br />

¿Interminablemente tentadora? Sí. Accidentada. Quizás hasta fascinante. Pero<br />

no buena.<br />

— Te habría conseguido café pero como estabas recostada encima de<br />

mi, no quise despertarte.<br />

La miró como si estuviera a punto de decir algo más, pero ella no le dio la<br />

posibilidad. ¡Estaba demasiado horrorizada al descubrir que él estaba apoyado<br />

de espaldas a la ventana y ella estaba tumbada sin ninguna clase de inhibición<br />

encima de su enorme y cálido cuerpo, a horcajadas sobre uno de sus poderosos<br />

muslos (con algo duro apretado contra su vientre y en realidad, no quería<br />

imaginar que cosa podía ser tan dura), sus pechos estaban aplastados contra su<br />

pecho, ahhh - ¡y su mano estaba enredada en su pelo! ¡Como si lo hubiera estado<br />

acariciando en sueños! — Lo siento —, le dijo ella rápidamente, desenredándose,<br />

enderezándose, y apartándose de él.<br />

Él se acercó a ella, su mano se cerró alrededor de su muñeca como una<br />

banda de acero. — No tan rápido, irlandesa.<br />

— Déjame. — Gabby se quedó inmóvil. Había logrado alejarse de él y se<br />

incorporó. Pero algo andaba mal. Le llevó un momento comprender qué era.<br />

Alguien más estaba sentado con ella.<br />

Encima de ella.<br />

113


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Abrió la boca para gritar pero él se la tapó con la mano. Se levantó,<br />

arrastrándola con él, retirándola del asiento. Sosteniéndola fuertemente,<br />

caminó pasillo abajo entre los coches buscando uno que estuviera vacío.<br />

Sólo entonces la soltó.<br />

Con los ojos muy abiertos, ella se apoyó contra el asiento y lo miró<br />

fijamente. Su boca se abrió y se cerró repetidamente.<br />

— Es simple, ka-lyrra. Eso sólo el efecto del féth fiada.<br />

Su lengua se despegó. ¿Qué estás diciendo? —, gimió ella. — ¿Estoy<br />

maldecida también? ¿Permitiste que alguien me maldijera mientras dormía? ¿Es<br />

algo contagioso? —. <strong>El</strong>la lo golpeó en el pecho con el puño. — ¿Cómo pudiste<br />

hacerme esto? ¡Confiaba en ti!<br />

Él arqueó una sesgada y oscura ceja, — ¿Siii? Suponía que yo, el Sin<br />

Siriche Du era tu único enemigo mortal.<br />

— ¡Oooh! No quería decir que confío en ti en cosas importantes, pero<br />

creí que al menos que podía contar contigo en—<br />

— No estás maldecida, Gabrielle —, la tranquilizó él. — Es simplemente<br />

que cuando te toco, la maldición que me afecta te envuelve a ti también. Yo no<br />

sabia realmente como funcionaba hasta que la señora se sentó encima de ti, y<br />

luego fue demasiado tarde.<br />

— Creí que era inmune a eso —, gritó ella.<br />

— Y lo eres. <strong>El</strong> féth fiada no afecta en ti. Pero si funciona sobre ti.<br />

— No quiero esto —. Siseó ella, llevando sus manos a la parte superior de<br />

su cuerpo, cerciorándose de que existía de verdad.<br />

— Como con cualquier otro objeto del reino humano, cuando te toco te<br />

envuelvo en el encantamiento. Te haces invisible y e incorpórea para otras<br />

personas. Hasta que dejo de tocarte. Por lo tanto, cuando estabas sentada allí.<br />

Traté de advertirte pero te apartaste demasiado rápido. Y no me atreví a<br />

liberarte mientras tu espacio estaba siendo ocupado, porque no estaba seguro<br />

de lo hubiera ocurrido de haberlo hecho.<br />

Gabby palideció. — Quieres decir que crees que me hubiera vuelto<br />

corpórea mientras alguien estaba encima de mí... — No pudo terminar de decir lo<br />

que pensaba.<br />

Él asintió con la cabeza. — Que alguien pudiera ser... ehhh, incorpóreo.<br />

Pero de repente dejara de serlo. Parecería magia, donde las cosas aparecen unas<br />

encimas de otras. ¿No sería gracioso? ¿Te imaginas ver la cara de aquella mujer<br />

si de repente apareces encima de ella? A menos que... — reflexionó<br />

114


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

pensativamente, — Con una Sidhe-seer es difícil de predecir; el poder Fae no<br />

funciona de la misma forma a tu alrededor, que es lo que nosotros encontramos<br />

tan inaceptable en los de tu tipo. Quizás en alguna parte puede haber algún<br />

elemento que crea la confusión.<br />

— No creo que esto tenga nada de gracioso en lo absoluto —. Dijo Gabby<br />

bruscamente. — lo he pasado realmente mal allí sentada. Como si fuera un<br />

fantasma o algo así.<br />

Él asintió con la cabeza. — Lo sé.<br />

Sus ojos se estrecharon. — Así que ayúdame a entender esto. ¿Cuándo<br />

me tocas, no puedo ser vista o percibida por la gente?<br />

— Exacto.<br />

— ¿Pero los Fae todavía pueden vernos?<br />

— Exacto.<br />

— Pero cuando me tocas, no soy visible para los demás, pero todavía<br />

puedo sentirlo. Y puedo sentirte. ¿Así que estoy realmente aquí o no?<br />

— Es difícil de explicar, ka-lyrra; no conozco los términos humanos. Tu<br />

raza no posee los significados suficientes como para detallártelo explícitamente<br />

— él se apartó, frunciendo el ceño, buscando las palabras — Bueno, esto se<br />

aproxima mucho, aunque no realmente exacto: un cambio complejo, de un<br />

elemento específico, que cambia dentro de un contenido multidimensional, un...<br />

lo que ustedes llaman —espacio dimensional pero dándole trece dimensiones en<br />

vez de cuatro. Los humanos utilizan términos de simultaneidad y no es un<br />

análisis muy detallado. Tu concepto del universo todavía no es lo bastante<br />

avanzado, aunque tus científicos hayan hecho progresos. Sí, eres real. No, los<br />

humanos no pueden sentirte —. Se encogió de hombros. — <strong>El</strong> féth fiada no<br />

afecta a los animales tampoco. Los gatos y los perros pueden vernos y sentirnos<br />

un poco, que es por lo que a menudo se quedan mirando fijamente lo que<br />

aparentemente es un vacío, siseando o ladrando sin ninguna razón aparente.<br />

— Mmmmm. Ya Veo. ¿Adam?<br />

— ¿Sí?<br />

— Si alguna vez vuelves a dejar que alguien se siente encima de mí en<br />

alguna extravagante dimensión, no tendrás que preocuparte de los Cazadores.<br />

Te mataré yo misma.<br />

Sus ojos oscuros brillaron con diversión. Casi veinte centímetros más<br />

baja que él, y con cincuenta kilos menos, se enfrentaba a él, impávida. Sólo otra<br />

mujer mortal lo había enfrentado de manera similar. Hacía más de mil años, en<br />

115


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

otro tiempo, en otro mundo, en el siglo nueve, en Escocia. La madre de Circenn,<br />

Morganna: la única mujer a quien él había ofrecido alguna vez la inmortalidad.<br />

Déjame morir, Adam. Te lo imploro, déjame morir, un cargado zumbido<br />

femenino se arremolinaba en su mente.<br />

Él sacudió su cabeza brutalmente, lanzando la voz lejos. Era un recuerdo<br />

que era mejor mantenerlo en tiempos oscuros donde pertenecía.<br />

Atacando sin advertencia, no proporcionándole ninguna posibilidad de<br />

reaccionar, él agarró en un puño la tela de su blusa, tirando de ella para<br />

acercarla, agachó su cabeza, y acarició sus labios contra los suyos. Aunque con<br />

el más ligero de los toques de su boca contra la suya, su miembro aumentaba<br />

dolorosamente contra sus vaqueros y su cuerpo rabiaba pidiendo más, mantuvo<br />

el beso suave.<br />

Simplemente frotando sus labios de acá para allá sobre los de ella, con<br />

un pequeño ronroneo.<br />

La mano que no sostenía su blusa estaba apretaba en un puño a un<br />

costado de él, luchando contara el impulso de aplastarla contra sí, introducir la<br />

lengua en su boca, dejarla caer de espaldas sobre el asiento, bajar sus vaqueros,<br />

y empujar entre sus muslos.<br />

Pero solamente le dio una muestra de su beso. Saboreando la erótica<br />

fricción. Sintiendo sus suaves labios bajo los suyos. Deleitándose con el diminuto<br />

quejido que salía desde el fondo de su garganta.<br />

Entonces le permitió alejarse.<br />

Cuando liberó su blusa del apretón, ella tropezó hacia atrás ligeramente,<br />

pareciendo completamente aturdida, para su entera satisfacción. Su boca<br />

lujuriosa estaba suave, sus ojos verdes dorados parecían temerosos,<br />

confundidos y muy atractivos por la sensual somnolencia. Y sabía que si la<br />

buscaba otra vez, ella no lucharía.<br />

Bien.<br />

Él quería su deseo. Quería que ella se preguntara por qué él no había<br />

tomado más. Quería prepararla para la próxima vez que la desease.<br />

Te quiero hambrienta de mí, ka-lyrra, pensó silenciosamente, te harás<br />

adicta a mí. Seré tanto veneno como tu antídoto, tu veneno y tu única cura.<br />

En voz alta dijo suavemente, — Sí, Gabrielle.<br />

116


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 13<br />

Desembarcaron aquella tarde en Atlanta, Georgia, y se registraron en<br />

un hotel al-estilo-Adam-Black<br />

Sólo por esta noche, dijo, tenían que mantenerse en movimiento. Pero<br />

esta noche se bañarían, descansarían, y comerían comida —verdadera— (por lo<br />

que ella supuso que él se refería a su usual comida: una cena de un restaurante<br />

de cinco estrellas)<br />

Ciertamente tenía un gusto exquisito, pensó Gabby, cuando se secó el<br />

mojado cabello con una mullida toalla y dio un paso fuera de la ducha.<br />

Y al mismo tiempo no tenía absolutamente ningún reparo en ir tomando lo<br />

mejor de lo que quería. <strong>El</strong> cuarto de baño en el que estaba de pie, era casi del<br />

tamaño de su dormitorio en casa y el sueño de un diseñador. Cremoso mármol<br />

veteado de rosa, las instalaciones con adornos de oro, la ducha de mármol con un<br />

banco incorporado que lucía en la parte superior una colección de artículos de<br />

tocador de excelente calidad, así como una decadente y profunda tina de baño.<br />

<strong>El</strong>la resopló, recordando cuan fácilmente él se había —apropiado— de<br />

ese alojamiento de lujo. Ciertamente sabía moverse en el reino de los humanos.<br />

La había dejado esperando en la abovedada entrada del hotel, boquiabierta ante<br />

la abundancia de brillante cristal, el mobiliario antiguo y la elegancia al mas puro<br />

estilo del Viejo Mundo, sintiéndose —a pesar del intento que había hecho en el<br />

tren de refrescarse —, el epítome de la persona sucia, con su ropa mojada,<br />

arrugada y maloliente.<br />

Él caminó con paso seguro hacia la recepción mientras los porteros<br />

seguían de pie, oliéndola a ella con desdén, mientras él se alejaba, imperceptible<br />

para todos, hacia una terminal de un ordenador desocupado.<br />

Unos momentos más tarde había vuelto con reservas impresas en su<br />

mano. Había tomado su brazo (lo que había hecho que los porteros se pusieran<br />

rígidos y parpadearan con desconfianza, mirando hacia el espacio que solo hacía<br />

unos instantes estaba ocupado), y se habían dirigido al elevador y al piso<br />

veintitrés.<br />

Hubiera preferido el penthouse, le había dicho con un aire impreciso de<br />

disculpas, pero estaba ocupado. Este es el segundo en categoría. Si quieres,<br />

podemos ir a un hotel diferente.<br />

Como si ella hubiese visto alojamientos tan exquisitos antes. La suite<br />

tenía tres suntuosas habitaciones, un opulento dormitorio de gran tamaño con<br />

117


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

espejos ornamentados, sillas lujosamente adornadas de brocado, paredes<br />

decoradas con tapiz de seda, una magnifica y verdadera chimenea, una<br />

habitación con una cama con dosel tamaño king y un comedor con una elegante<br />

mesa y sillas de piel colocadas frente a una pared, con altos ventanales que<br />

daban hacia la ciudad, una sala de estar con un sofá cama de gran tamaño. Una<br />

televisión de plasma, dos bancos en un pequeño espacio, tipo bar y cocineta, y<br />

una pequeña barra.<br />

¿Por qué tuviste que hacer reservaciones? Preguntó ella. ¿Por qué no,<br />

simplemente, entramos a hurtadillas en la habitación?<br />

Si fuera yo solo, lo haría, pero no estaré sosteniendo tu mano por<br />

siempre, —a menos que, por supuesto, tú quieras hacerlo—, había ronroneado<br />

con una sonrisa sexy y un vistazo en dirección a la ducha, es más sencillo de<br />

esta manera, más conveniente para ti.<br />

Él la había empujado hacia el cuarto de baño, le dijo que volvería en una<br />

hora, y luego desapareció. Después de que se hubo ido, sufrió un momentáneo,<br />

casi inmovilizante destello de pánico, como si los Cazadores de algún modo<br />

pudieran lograr encontrarla mientras él estaba fuera, pero se disipó<br />

rápidamente, dejándola asombrada al comprender que realmente confiaba en él<br />

para mantenerla segura, al menos de todo, sino de si mismo.<br />

Después de asaltar el pequeño bar con bocadillos, había echado una<br />

ojeada inquisitiva dentro del cuarto de baño, y empezó a desnudarse ahí mismo,<br />

dejando su ropa sucia en un montón fuera de la puerta. Había estado en la ducha<br />

de mármol durante veinte gloriosos minutos, dejando que el chorro humeante de<br />

vapor, obrara su magia sobre sus músculos apretados y doloridos.<br />

Ahora, envuelta en una bata blanca, suave y gruesa, cortesía del hotel,<br />

dio un paso hacia el dormitorio. Su mirada cayó sobre la cama. La única cama.<br />

Parecía que tendría que dormir en el sofá.<br />

Él la había besado.<br />

De repente y sin previa advertencia. La había sostenido por la blusa, y la<br />

había acercado hacia sí, bajando su boca pecaminosamente sexy hacia la suya. Y<br />

cuando había hecho eso, sus labios se habían separado ligeramente, (de<br />

acuerdo, tal vez ella los había separado un poquito en el último momento)<br />

Había esperado que él tomara ventaja de ello, para empujar su lengua<br />

profundamente dentro de ella y tomarla en un exigente, hambriento, ardiente y<br />

deslizante beso. Había esperado un agresivo asalto sobre sus sentidos. Había<br />

esperado que el beso se intensificara en una ardiente y erótica sesión.<br />

No.<br />

118


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Un casto y diminuto beso. Apenas había sido un beso en absoluto. No era<br />

que lo hubiera invitado a besarla, pero ya que había seguido adelante y había<br />

tomado uno, y ya que ella se había condenado por permitirlo, ¿era demasiado<br />

preguntar por que se había detenido? ¿Ejercer un poquito más de presión?<br />

Pero no, él solo se había quedado allí, de pie, sin tocarla realmente<br />

siquiera, excepto por el hecho que sostenía el cuello de su blusa (y ni siquiera<br />

había tratado de ver una porción de sus senos, mientras su mano estaba en esa<br />

posición ¿Qué clase de hombre renunciaría ante esa oportunidad?) envolviéndola<br />

en esa erótica esencia picante de jazmín y sándalo, rozando sus gruesos y<br />

eróticos labios contra los suyos tan ligeramente que había querido gritar, o<br />

morderlo.<br />

Aquel roce ligero, aquella cosa que apenas merecía ser llamada beso, la<br />

había dejado caliente, dolorida y miserable. Se quedó de pie allí, aturdida,<br />

contemplándole. Sabiendo que debía haber presentado al menos una lucha<br />

simbólica, ¡por el amor de Dios!<br />

Deseando que lo hiciera nuevamente, pero ahora del modo correcto. Y,<br />

maldito fuera, sabía exactamente el efecto que había tenido sobre ella; la pura<br />

satisfacción masculina en sus ojos había sido inconfundible.<br />

Con un pequeño gruñido de irritación, frotó su boca con el dorso de su<br />

mano, y forzó a su mente a alejarse de ese atroz, exasperante y humillante<br />

beso y regresar a lo que había aprendido sobre él, durante el robado almuerzo<br />

del tren.<br />

Que no era mucho. Nadie alguna vez podría acusar a Adam Black de<br />

revelar cosas de más. No le gustaba hablar con los humanos acerca de Faey, o no<br />

le gustaba hablar con ella de eso, y tuvo que presionarlo para que le contara<br />

algo de su persona. Y lo que consiguió, sospechaba, no era más que la punta del<br />

iceberg.<br />

<strong>El</strong> Fae hermoso y marcado, de cobriza cabellera, que había visto era<br />

Darroc, un Antiguo miembro del Alto Consejo y antiguo némesis de Adam. Él<br />

creía que Darroc había armado a los cazadores con armas humanas para hacer<br />

que su muerte pareciera un accidente, como si él inadvertidamente hubiera sido<br />

atrapado en el medio de una balacera de mortales disparos humanos.<br />

Creía que Darroc planeaba un intento de usurpar el poder de la reina y,<br />

como siempre habían estado en bandos opuestos, aprovechaba la oportunidad de<br />

lograr que Adam estuviera fuera de su camino de una vez por todas.<br />

Y esto era en suma, todo lo que había logrado aprender. Él había<br />

rechazado contarle el plan que tenía para salvarlos, todo lo que le dijo fue que<br />

tenía uno. Había rehusado decirle el por qué él y Darroc se despreciaban el uno<br />

119


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

al otro tan profundamente, aunque cuando había hablado de eso, su profunda<br />

voz se había oído furiosa, obligándola a admitir finalmente que esa parte que le<br />

habían enseñado a creer acerca de los Fae era incorrecta, realmente sentían<br />

emociones.<br />

<strong>El</strong>la no podía negarlo más. La prueba estaba justo allí, delante de sus<br />

ojos, y la brehon dentro suyo no podía ignorar la evidencia, sin importar cuanto<br />

le hubiese gustado hacerlo.<br />

No podía seguirse diciendo que él experimentaba sentimientos porque<br />

estaba en forma y sujeto a la condición humana. No. Adam y Darroc se habían<br />

odiado el uno al otro por milenios, había escuchado en su voz el odio y la<br />

emoción. Fuerte y profunda emoción. Emoción que había experimentado en su<br />

forma de Tuatha Dé.<br />

Los Libros de O'Callaghan claramente decían, tal como la Abuela había<br />

confirmado, que los Fae eran incapaces de sentir cualquier emoción. Grande o<br />

pequeña. Que eran fríos, helados, arrogantes, insensibles. No había allí ninguna<br />

mención de política o contiendas o cualquiera de esas cosas que sonaban tan<br />

humanas y, se daba cuenta ahora, que eso ocurría en Faery; como si los Fae en<br />

realidad se parecieran muchísimo a los humanos. ¿Cómo podían los libros<br />

haberse equivocado tanto?<br />

Caramba, tal vez era porque los libros fueron escritos por los<br />

O'Callaghans que habían escapado de los Fae. Por antepasados que nunca habían<br />

interactuado con uno, nunca habían hablado con uno. ¿Creerías el informe de un<br />

investigador que nunca había entrevistado al sujeto? ¿Presentarías un informe<br />

de —pruebas— tan mal elaborado en un caso? ¡La parte acusadora se divertiría<br />

a lo grande con eso!<br />

Oh, tales pensamientos estaban sacudiendo sus cimientos hasta su<br />

mismo centro, pensó respirando agitada.<br />

Intenta ver las cosas sin tus preconcebidas ideas irlandesas, ¿lo harías?<br />

Había dicho Adam.<br />

Demonios él las estaba arruinando, una por una.<br />

* * *<br />

120


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Después de secar su pelo, Gabby usó el teléfono del hotel para<br />

comprobar sus mensajes en casa. Su mamá había llamado cuatro veces para<br />

recordarle que había prometido volar a California el próximo fin de semana para<br />

la graduación de su hermanastra, y realmente quería hablar con ella antes.<br />

Gabby suspiró. Apenas conocía a sus hermanastros. De hecho había ido a<br />

California sólo dos veces en los últimos cinco años y no podía entender por qué<br />

era de pronto tan importante para su madre que asistiese a una estúpida<br />

graduación de instituto Pero últimamente su madre parecía utilizar toda clase<br />

de excusas para conseguir que Gabby volase para una visita.<br />

<strong>El</strong>la puede no ser perfecta, pero es la única madre que alguna vez vas a<br />

tener. Tienes que darle una oportunidad, la Abuela se lo había dicho cientos de<br />

veces.<br />

Le di una oportunidad. Nací de ella. Esa fue una oportunidad. <strong>El</strong>la se<br />

marchó.<br />

Gabby, necesitas intentar ver las cosas desde su punto de vista.<br />

No<br />

Sentada en el cuarto del hotel en Atlanta, todavía podía oír la voz de su<br />

madre, en aquellos años, tan claramente como si tuviera siete años nuevamente,<br />

despertando por la necesidad de ir al cuarto de baño, de pie en su camisón en lo<br />

alto de la escalera de la fría casa en la oscura noche invernal, apretando contra<br />

su pecho un andrajoso unicornio relleno, apretujándose contra los barrotes de la<br />

escalera en la oscuridad.<br />

ellos!<br />

¡<strong>El</strong>la está fascinada por ellos! ¡Piensa que son hermosos y quiere vivir con<br />

Es una niña, Jilly. Lo superará.<br />

Entonces, tendrás que ayudarla a superarlo, porque yo no puedo. No<br />

puedo tratar con eso.<br />

Aquella noche, hubiese deseado que su visión fuera un accesorio que<br />

pudiera cortar con un cuchillo, lo hubiera hecho. Quédate, Mamá. Seré buena.<br />

No los veré más. Lo prometo.<br />

Gabby apretó sus ojos con fuerza. Inhalado profundamente, exhalando<br />

despacio.<br />

Entonces le echó un vistazo al reloj y cogió el teléfono. Era la hora de<br />

comer en California; su mamá estaría en el trabajo en Trío’s, el restaurante que<br />

dirigía.<br />

121


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Marcó el número de la casa, esperando el contestador automático. Dejó<br />

un conciso mensaje explicando que algo había pasado y no sería capaz de asistir<br />

la graduación, pero enviaría un regalo y llamaría en unas semanas. Sintiéndose<br />

culpable, como por lo general se sentía en lo que a su madre concernía, agregó —<br />

Tal vez pueda volar para Navidad este año, ¿de acuerdo?<br />

Asumiendo que todavía estuviera viva.<br />

* * *<br />

Fuera de la habitación. Adam apoyo su espalda contra la puerta,<br />

revolviéndose agitado, impaciente por una ducha, y aun más agitado pensando en<br />

seducir a Gabrielle.<br />

Podían haber dormido en el tren, en un compartimiento de pasajeros con<br />

baño, pero él quería que saboreara la vida que él le podía dar, incluso sin sus<br />

poderes completos. La seducción requería el escenario apropiado, y el lujo<br />

siempre era un escenario espléndido. Además, quería hacer unas pocas —<br />

compras—. La confianza sería difícil de ganar, pero lo podría hacer y comenzaría<br />

a ganársela esta noche con sexo y regalos; aquello era su fuerte, las cosas que<br />

podía darle mejor que cualquier otro hombre.<br />

Él sabía que le había gustado la habitación. Lo había visto en sus ojos.<br />

Había visto también su cautela inmediata cuando su mirada había caído sobre la<br />

única cama. Se había ido un momento para darle la posibilidad de aclimatarse,<br />

deseando que la ducha la hubiera relajado, y hubiera dejado caer la guardia<br />

(tanto alguna vez dejaría caer su guardia) cuando él regresara.<br />

Un vistazo al reloj del pasillo encima de los elevadores le dijo que sería<br />

pronto: cincuenta y dos minutos fuera, le faltaban ocho para entrar.<br />

Aunque estaban convencido de que se encontraban en un lugar seguro; -<br />

ya que a los cuatro Cazadores que Gabby había visto, les sería difícil rastrearlos<br />

en las modernas ciudades, con sus millones de habitantes y confusos olores, y no<br />

podrían cubrir tanto espacio tan pronto - de cualquier modo no quería dejarla<br />

sola.<br />

Ahora estaba examinando el lugar nuevamente – pese al enredo que<br />

había dejado en Kentucky y todo el residuo Fae en Cincinnati- suponía que<br />

tendrían un día de margen, incluso dos, antes de que Darroc llegara a los<br />

alrededores. Lo cual era un riesgo aceptable, ya que a la mañana siguiente se<br />

habrían marchado. Pero esta noche, esta noche robada, sería la primera.<br />

Entonces él pondría en práctica el plan que había formulado en el tren.<br />

122


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Era imperativo ahora que tuviera una audiencia con Aoibheal. <strong>El</strong>la tenía<br />

que ser informada de que Darroc había traído a sus Cazadores del reino<br />

Unseelie, algo no sólo prohibido, sino difícil de hacer, ya que los Cazadores eran<br />

mercenarios de corazón y espléndidamente conservados por Aoibheal a cambio<br />

de poderes y privilegios.<br />

Adam conocía la única cosa que Darroc les podría haber prometido para<br />

alejarlos del servicio de la reina. Era la única cosa que los Cazadores sabían que<br />

Aoibheal nunca les daría, la libertad de su reino de sombra y hielo. Un regreso a<br />

los viejos tiempos.<br />

Lo que significaba que Darroc planeaba una tentativa para derrocar a la<br />

reina. Pronto. Y Adam no tenía duda que, si Darroc llegaba al poder, no sólo el<br />

pacto sería anulado inmediatamente, los Unseelie sería liberados y eso<br />

significaría la guerra entre los reinos. <strong>El</strong> hombre se vería sumergido en la<br />

oscuridad.<br />

Una época como no habían visto en milenios.<br />

Él no podía permitirse perder el tiempo esperando que Circenn<br />

reapareciera. Ya no se trataba de que él buscara una audiencia, simplemente<br />

porque estaba harto de su castigo. La reina estaba en peligro, su Sidhe-seer<br />

estaba en peligro, el futuro de todos los reinos estaba en peligro, y él iba a<br />

tener que obligar a Aoibheal a aparecer.<br />

Cuando lo había hecho humano primero, había jugado con esta idea al<br />

principio, pero había decidido no hacerlo. No sólo había carecido del<br />

intermediario necesario para hacerlo funcionar, sabía que la furia de la reina no<br />

tendría ningún límite si él hiciera una cosa tan inconcebible.<br />

Pero ahora, pensó sombrío, tenía una razón. Faery hacía con precisión lo<br />

que siempre sospechó que ocurriría sin él; se estaba viniendo abajo.<br />

Por la mañana, saldrían con destino a Escocia.<br />

Y allí, en el primer día de agosto, en la fiesta de Lughnassadh ♥ , unos diez<br />

días después de hoy, de una u otra manera, por las buenas o por las malas, Adam<br />

haría lo inconcebible.<br />

Una cosa que ningún otro Tuatha Dé existente había siquiera<br />

considerado hacer alguna vez.<br />

♥ Es la fiesta del dios Celta Lugh, el poeta, identificado con el sol y con mercurio, Lugh es un dios<br />

solar, que algunos mitos identifican como el hijo de Bel, la celebración tiene lugar los primeros diez<br />

días de agosto, fiesta del sol y de la primera cosecha.<br />

123


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

La reina estaría enfurecida al principio, pero al percatarse de por qué lo<br />

había hecho, al descubrir la traición de Darroc, estaría contenta y agradecida.<br />

Rápidamente le devolvería su poder y restauraría su inmortalidad.<br />

Probablemente, ni siquiera tendría que disculparse (por cosas por las que él no<br />

debería disculparse de todos modos). Y todo estaría bien una vez más.<br />

Pero sería mañana temprano cuando considerara tales asuntos. Mañana<br />

pensaría sobre las acciones que lo llevarían a volver a ser inmortal y a recuperar<br />

de sus poderes.<br />

Esta noche; —él echó otro vistazo al reloj—, su oscuro rostro<br />

iluminándose con una sonrisa al ver que la hora completa había pasado; esta<br />

noche estaría tan cerca de ser humano como sólo un hombre podría llegar a ser.<br />

* * *<br />

— ¿Estás lista para ir de compras, ka-lyrra?<br />

Gabby parpadeó y volteó hacia la puerta. Adam estaba de pie en la<br />

entrada de la sala, apoyándose contra el marco de la puerta, llevando puesta<br />

sólo una toalla. Apartó precipitadamente la mirada. Pero fue demasiado tarde; la<br />

imagen quedó grabada en su mente. Húmedo. Su brillante cabello negro echado<br />

hacia atrás sobre su espalda, su pecho magnífico, brazos y piernas poderosas y...<br />

una minúscula toalla. Y levantando la minúscula toalla el eternamente presente<br />

bulto duro alzándose contra la toalla.<br />

Un diminuto suspiro de ensueño escapó de sus labios. Lo ocultó a toda<br />

prisa con una tos.<br />

— No te oí volver —, dijo rígidamente, fijando su mirada en la TV. Había<br />

estado sentada en la sala, cambiando canales, esperando que volviera. Incapaz<br />

siquiera de pensar en volverse a ponerse los vaqueros malolientes de nuevo<br />

sobre su piel limpia, había lavado a mano su ropa en la tina, esperando que<br />

estuvieran secos por la mañana. Ahora, de verdad, que lo lamentaba. Necesitaba<br />

más que una bata entre los dos. Necesitaba una armadura.<br />

Y que hacía él, pensó ella malhumorada. ¿Cómo se atrevía a pasearse,<br />

haciendo alarde de todos esos dorados y masculinos músculos de espléndida<br />

calidad?<br />

— Entré directamente en la ducha.<br />

— Hay otra bata en el baño —, le informó.<br />

124


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Lo sé. Rompí la parte posterior cuando intenté ponérmela. ¿Los<br />

hombres no están construidos como yo en tu siglo, verdad?<br />

Oh, por Dios, ni siquiera los dioses griegos están construidos como tú,<br />

pensó con irritación.<br />

— Ven —, repitió, reuniéndose con ella en el sofá y extendiendo su<br />

mano. — Vamos.<br />

Suspirando, ella se puso de pie y se obligó a mirar directamente a su<br />

cara, negándose incluso el más pequeñísimo vistazo sobre su cuerpo.<br />

Su mirada se encontró con la suya, y luego la dejó caer sobre la abertura<br />

de su bata. Mojó sus labios y le dirigió una lenta sonrisa, sus blancos dientes<br />

destellando en su oscuro rostro. La rosada punta de su lengua bailó contra sus<br />

dientes por un momento, sexy e invitando juguetona.<br />

— ¿Qué es lo que vamos a comprar? — . Oh, Dios, pensó con desaliento,<br />

¿se había escuchado su voz tan ronca? ¿Estaba la parte de su cerebro de<br />

catorce años asumiendo el control de sus cuerdas vocales?<br />

— Ropa, a menos que te sea más cómodo continuar con esa bata durante<br />

los próximos días —, dijo con voz sedosa. — Por mi estaría bien.<br />

<strong>El</strong>la limpió su garganta. — Tiendas. Ahora. Vamos.<br />

Él cerró sus manos posesivamente sobre su cintura. Su cabeza oscura se<br />

inclinó hacia ella, y sus labios, a un suspiro de los suyo, diciendo, — ¿Dónde?<br />

¿Gucci? ¿Versace? ¿Macy’s? ¿Qué es lo que quisieras, Gabrielle? ¿Qué puedo<br />

darte? Yo no te negaría nada.<br />

Su toque era abrasador, incluso por encima de la tela de la bata, y ella<br />

podía sentir sus dedos jugando con su cinturón. Olía bien, tan bien, a jabón, a<br />

especias y a hombre sexy. Gabby estaba insoportablemente consciente de su<br />

desnudez bajo la bata. Y de la de él. Su corazón comenzó a palpitar de manera<br />

irregular.<br />

— Macy’s esta bien —, dijo ella precipitadamente.<br />

— ¿Hay algo más que quieras? —, dijo suavemente. — ¿Cualquier cosa?<br />

<strong>El</strong>la cerró los ojos. — Bien, vamos a ver, ¿podrías salir de mi vida y<br />

arreglar todo lo que has echado a perder?<br />

Él se rió y la apretó contra él.<br />

Gabby creyó escuchar un —nunca— justo antes de que ser<br />

transportada. La siguiente cosa de la que se dio cuenta es que estaba de pie, con<br />

bata y los pies desnudos, en la oscuridad, en las oficinas cerradas de Macy’s.<br />

125


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Qué hacemos aquí? —, preguntó, mirando fija e inexpresivamente las<br />

docenas de ordenadores y pantallas.<br />

— A no ser que quieras sostener mi mano mientras te pruebas cosas, kalyrra.<br />

Desactivo las cámaras de seguridad, de ese modo no aparecerás en los<br />

videos de seguridad. A mi no me preocupa eso, pero tu sí lo haces.<br />

Cielos, él pensaba en todo, tomando medidas para proteger su futuro,<br />

como si no tuviera ninguna duda de que ella sobreviviría a esta pesadilla y<br />

tendría un futuro. Asumiendo que lo hiciera, la última cosa que querría era ser<br />

atrapada en las cámaras de seguridad de Macy’s. La perspectiva de sobrevivir a<br />

los Fae, sólo para terminar procesada por robo de tiendas, era demasiado<br />

irónica. Por no mencionar el estrago que los antecedentes penales harían con sus<br />

futuros proyectos profesionales.<br />

Unos minutos más tarde, al parecer satisfecho por su trabajo, los llevó a<br />

la parte principal de la tienda. Se sintió aliviada al descubrir que su modo único<br />

de viajar ya no le causaba náuseas.<br />

— Permanece aquí —, dijo, luego desapareció. Regresó en un momento,<br />

sosteniendo dos grandes maletas de cuero en sus manos. De Gucci, nada menos.<br />

— Estaré cerca. Nos vamos a Escocia mañana. Lleva lo que necesites. Y,<br />

Gabrielle, el tiempo es diferente allí; las noches son frías en las Highlands en<br />

esta época del año.<br />

— Es… Es… Es...— tartamudeó, pero él se fue otra vez. ¿Escocia? ¿Las<br />

Highlands? ¿Para qué diablos? Demonios, ¿Qué planeaba? ¿Y por qué no se lo<br />

había dicho? ¿Cómo se atrevía el a arrastrarla por todo el mundo sin decirle sus<br />

planes? Esa era la frase clave —sus planes—. Esta también era su vida.<br />

Estuvo de pie por un momento, perpleja y molesta, luego con una<br />

enérgica sacudida de su cabeza decidió enfocarse en la tarea más próxima. Más<br />

tarde lo confrontaría e insistiría en una completa explicación. Ahora mismo solo<br />

quería más ropa. Rápido. Esos pocos momentos que estuvo en sus brazos,<br />

mientras ambos habían estado casi desnudos habían sido una prueba de<br />

autodisciplina en la que casi había fracasado. Cada onza de su cuerpo había<br />

ansiado derretirse en aquellos fuertes brazos. Pasar su lengua sobre su pecho<br />

musculoso, y sobre ese atractivo abdomen. Quizás incluso resbalar su mano bajo<br />

su toalla y averiguar si realmente estaba tan enorme – Oooooh- ¡Tenía que dejar<br />

de pensar en eso!<br />

Echó un vistazo alrededor, intentando absorber el hecho de que estaba<br />

en Macy’s, después de las horas de venta normales, indetectable, con evidente<br />

carta blanca. Vagamente distante, su conciencia protestó. La hizo callar<br />

razonando que si más tarde aún se sentía culpable, siempre podría enviar una<br />

126


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

donación anónima, y se marchó para explorar todas las modas que nunca había<br />

sido capaz de permitirse.<br />

Al final, sin embargo, esquivó la ropa de alta costura y se conformó con<br />

las cosas que tenían sentido. <strong>El</strong> exclusivo y ceñido vestido de diseñador con los<br />

atractivos zapatos de tacón alto de punta que la hicieron suspirar tan<br />

melancólicamente sólo serían percibidos por él como una invitación, y, realmente,<br />

¿Quién sabía en cuantos lagos mas se mojaría?<br />

Así que puso en su maleta una docena de pantaletas; tres sostenes;<br />

vaqueros; sudaderas para dormir; blusas, calcetines, suéteres; cosméticos y<br />

artículos varios de aseo; dos cinturones - y su única concesión a la tentación -<br />

una magnifica chaqueta de ante revestida de lana, que parecía muy adecuada<br />

para las Highlands.<br />

Pero aparte de aquel único artículo valioso, se mantuvo lejos de los<br />

artículos excesivamente lujosos. <strong>El</strong> lujo estaba bien para un príncipe Fae, pero<br />

¿qué haría ella con un par de botas Gucci de seiscientos dólares? Tendría miedo<br />

de caminar con ellas. Probablemente se tropezaría y se rompería un tobillo o<br />

algo así, y ¿no existía por allí un viejo cuento de hadas sobre unos zapatos<br />

robados que castigaron al ladrón? Sabía mejor que la mayoría de la gente que los<br />

cuentos de hadas tenían un modo retorcido de volverse verdaderos.<br />

Se deslizó en unos vaqueros y se calzó un par de zapatillas. Un par de<br />

resistentes botas de excursión fueron guardadas en su maleta también.<br />

Estuvo lista antes que él. Imagínense. Y cuando él volvió, traía puestos<br />

unos vaqueros con el logo de Armani, una camisa blanca de seda y botas Gucci de<br />

seiscientos dólares.<br />

Así que también… imagínenselo...<br />

127


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 14<br />

Hacía una semana la cena habría consistido en restos de pizza de tiempo<br />

indeterminado rescatada de su desprovisto refrigerador en casa, sola, pensando<br />

sobre su inexistente vida amorosa.<br />

Esta noche era cena de Bacchanalia ♥ traída vía invisible a una suntuosa<br />

suite, con un compañero de cena que era el ideal de los cuentos de hadas.<br />

Literalmente.<br />

Sentado al otro lado de la elegante mesa tenía un príncipe de hadas alto,<br />

oscuro y vestido de Armani. Gabby se atiborró de langosta sazonada con<br />

mantequilla, pasta, y ensalada, seguida de tarta de queso de chocolate y fresas<br />

con champán.<br />

Divino. Normalmente habría contado las calorías (aún así probablemente<br />

habría comido de todo, pero al menos las habría contado), pero ya que no tenía<br />

forma de saber lo corta que podría ser su vida en aquel momento, no estaba<br />

dispuesta a privarse de nada durante lo que le quedara de ella.<br />

Estaba a punto de abrir la boca para exigir saber detalladamente cual<br />

era el plan, cuando él dijo suavemente:<br />

— ¿Por qué eres todavía virgen, ka-lyrra?<br />

<strong>El</strong>la parpadeó, un instintivo —no es asunto tuyo— saltó a la punta de su<br />

lengua, pero se lo tragó igual de rápido. Quizás si contestara algunas de sus<br />

preguntas, él sería más receptivo a las de ella. Además, él era parte de la razón<br />

por la cual su vida amorosa apestaba, y estaría bien sacarse aquello del pecho.<br />

Obviamente no podía quejarse con sus amigas de la miseria de ser una Sidheseer.<br />

— En caso de que no lo hayas notado. Tengo una gran desventaja.<br />

Sus oscuras cejas se unieron en un ceño y su mirada la recorrió. — Yo no<br />

veo ninguna. ¿Qué tipo de desventaja?<br />

hadas.<br />

<strong>El</strong>la empujó su silla hacia atrás, arropando sus pies bajo ella. — Bah. Veo<br />

— Ah. ¿Y por qué es eso una desventaja?<br />

— Quiero una vida normal. Quiero una vida mediocre, cotidiana, plena.<br />

♥ Famoso restaurante ubicado en la ciudad de Atlanta<br />

128


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Eso es todo lo que siempre he querido. Un marido, un trabajo que me apasione, y<br />

niños. Quiero un sueño completo, el —Y Fueron Felices Para Siempre— y todo lo<br />

demás.<br />

— Y, ¿cómo dificulta eso el que puedas ver a los miembros de mi raza?<br />

<strong>El</strong>la le dirigió un pequeño suspiro impetuoso. — He tenido dos relaciones<br />

serias en mi vida. Cada vez que llegué al punto en que estaba lista para intimar,<br />

todo en lo que podía pensar era que si me quedaba embarazada, mi niño muy<br />

probablemente también vería Hadas. Con lo que estoy de acuerdo, puedo vivir<br />

con eso. <strong>El</strong> problema es, ¿podría el hombre en mi vida? ¿Le digo que veo un<br />

mundo que él no puede ver? ¿Y que tendré que proteger a nuestros niños de él?<br />

¿Y que él no puede ayudar? O retengo esa información y lidio con ello cuando se<br />

vuelva una cuestión de importancia, y mientras tanto ¿deseo que nunca suceda?<br />

—. <strong>El</strong>la sonrió apenas, amargamente. — Le conté la verdad a mi último novio.<br />

Decidí que era lo que debía hacer, y que si él realmente me amaba, sería capaz<br />

de sobrellevarlo. ¿Sabes qué pasó?<br />

Adam negó con la cabeza, su oscura mirada desconcertantemente fría y<br />

absorta.<br />

— Primero pensó que bromeaba. Entonces cuando seguí intentando hacer<br />

que comprendiera; hasta le mostré los Libros de los Fae; él alucinó<br />

completamente. Cuando no dejé el tema, cuando no le dije que estaba de broma,<br />

cuando mis 'delirios persistieron en manifestarse’, como expresó él de un modo<br />

encantador, me dijo que había estado trabajando demasiado duro y que<br />

necesitaba ayuda profesional. Poco después de eso me dejó. Por correo<br />

electrónico, nada menos, La forma de romper que eligen los débiles y cobardes<br />

llorones. Intenté llamarle, pero no contestaba. Le dejé mensajes, no me los<br />

devolvió; bloqueó mi dirección de correo electrónico; ni siquiera contestaba a la<br />

puerta. Nos conocíamos desde hacía tres años y habíamos estado saliendo<br />

durante la mitad de ellos. Es un estudiante de derecho en mi programa. Una de<br />

mis amigas me dijo la semana pasada que estaba diciéndoles a nuestros amigos<br />

que yo tenía depresión.<br />

— Tú no lo amabas —, dijo Adam rotundamente.<br />

— ¿Qué? —, se sobresaltó ella, preguntándose cómo había llegado a él a<br />

esa conclusión tan rápidamente y de una manera tan práctica.<br />

— No lo amabas. He visto mortales enamorados, afligidos por alguien que<br />

han perdido. Tú no lo haces.<br />

Con una sonrisa débil y sardónica. Gabby le concedió la razón. — Tienes<br />

razón. No estaba perdidamente enamorada de él. Pero me preocupaba por él.<br />

Mucho. Y todavía duele.<br />

129


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Lo siento, Gabrielle.<br />

<strong>El</strong>la se encogió de hombros. — No puedo decir que no supiera qué<br />

esperar. Las mujeres O'Callaghan nunca tienen relaciones que terminen bien. Mi<br />

padre dejó a mi madre. Cuando yo tenía cuatro años. Apenas lo recuerdo.<br />

Solamente tengo un recuerdo vago de un hombre con una barba que picaba y una<br />

voz ruidosa y enfadada. La única razón por la cual funciona el segundo<br />

matrimonio de mi madre es porque ella no puede ver hadas y nunca tendría más<br />

niños. Su marido no tiene ningún indicio de que ella sea nada aparte de<br />

perfectamente normal. Y mientras yo me mantenga fuera del panorama, él nunca<br />

lo hará. La Abuela nunca se casó. <strong>El</strong>la se decidió por la parte de los niños de su<br />

sueño. Se quedó embarazada y no se lo contó al padre. Ya no es como antes,<br />

cuando los Sidhe-seer eran reverenciados y los hombres luchaban con sus<br />

propias manos. En mi tiempo, la gente no cree en cosas que no pueden ver. ¿Y<br />

yo? Yo vi mi primera hada, así me dijo la Abuela, cuando tenía tres años. Lo<br />

señalé y le sonreí.<br />

Por suerte, fue la Abuela la que me había sacado en el cochecito aquel<br />

día, porque si lo hubiera hecho mi Madre, ella nunca habría sabido qué veía y<br />

probablemente habría sido atrapada. Entonces fue cuando supieron de seguro<br />

que, aunque la visión había pasado por alto a mi madre, no a mí. No pude dejar la<br />

casa otra vez hasta que tuve diez años. Pasó mucho tiempo hasta que la Abuela<br />

estuvo convencida de que podría salir sin delatarme a mí misma.<br />

Adam se inclinó hacia atrás en su silla, mirándola a través de la mesa. Él<br />

había comenzado aquella conversación con su pregunta sobre por qué ella era<br />

todavía virgen, con la intención de volver su mente hacia el sexo y suavemente<br />

entrar en el terreno de la seducción. Pero ella había terminado alejando su<br />

mente de aquello, hacia pensamientos diferentes sobre ella. Él no había tenido<br />

en cuenta lo que podría significar ser una Sidhe-seer para una mujer —del siglo<br />

veintiuno—.<br />

No era tan diferente de la vida de la vieja bruja en el bosque aislado,<br />

como había pensado. Todavía significaba huir, y no solamente de los Fae, sino de<br />

los su propia raza. Eso significaba una vida de nunca encajar en ninguna parte.<br />

<strong>El</strong>la tenía razón, ¿qué hombre la creería? Y, asumiendo que alguno lo<br />

hiciera, ¿que hombre toleraría tal afrenta a su masculinidad, la incapacidad de<br />

proteger lo que era suyo?<br />

En realidad ella había estado haciendo un valiente intento: sacando una<br />

carrera, teniendo citas, y cuidando de que los Tuatha Dé fueran inconscientes<br />

de su existencia.<br />

Hasta que él había llegado y había reventado su puerta trasera,<br />

delatándola ante los peores habitantes de Faery.<br />

130


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Cuando sea inmortal otra vez. Me encargaré de todo por ti, ka-lyrra.<br />

Nunca tendrás que volver a temer nada.<br />

<strong>El</strong>la arrugó su nariz como si dijera —sí, por supuesto—.<br />

— Hablando de eso, ¿cual es tu plan? Si vas a arrastrarme por todas<br />

partes alrededor del mundo, creo que tengo derecho a saber lo que vamos a<br />

hacer.<br />

Él negó con la cabeza. — Cuanto menos conozcas por ahora, más a salvo<br />

estarás. Si por alguna posibilidad te llevan, mi plan puede ser el único modo que<br />

tenga de traerte de vuelta.<br />

<strong>El</strong>la se estremeció, palideciendo. — ¿Te refieres a si los Cazadores me<br />

atrapan, verdad?<br />

Adam asintió. — Sí. <strong>El</strong> conocimiento que no posees no puede ser robado<br />

de tu mente por otro de mi raza. Espera hasta que estemos en Escocia. Te lo<br />

diré allí<br />

<strong>El</strong>la se estremeció otra vez. — Bien. ¿Pero al menos puedes decirme a<br />

que sitio de Escocia vamos?<br />

— A una tierra sagrada, donde aquellos de mi raza tienen prohibido ir. A<br />

la tierra de los MacKeltar. Estaremos a salvo allí.<br />

— ¿Entonces supongo que ya no vamos a intentar encontrar a ese<br />

Circenn Brodie?<br />

Adam la miró atentamente cuando contestó. — Ya no puedo seguir<br />

esperando a que mi hijo reaparezca.<br />

— ¿T-tuu - qué? —, balbuceó ella, mirándolo con expresión de asombro.<br />

— Mi hijo. Circenn es mi hijo.<br />

<strong>El</strong>la se puso rígida en su silla, frunciendo el ceño. — ¿Quieres decir, de<br />

una mujer humana? ¿Es por eso por lo que sólo es mitad-Hada? ¿Tuviste un niño<br />

con una mujer humana?<br />

Él asintió, ocultando su sonrisa detrás de un trago de vino. <strong>El</strong>la sonaba<br />

tanto ofendida como... fascinada de mala gana. Que estuviera fascinada era algo<br />

bueno, muy bueno. Precisamente lo que quería oír.<br />

— ¿Cuándo? ¿Recientemente?<br />

— Hace mucho, ka-lyrra.<br />

— ¿Hace cuánto tiempo? Y deja de hacerme apretar los dientes, Adam.<br />

Contesté a tus preguntas. Si esperas que conteste más, mejor empieza a<br />

contarme.<br />

131


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong>la parecía como si estuviera a punto de saltar de la silla, sujetarlo por<br />

los hombros, y sacudirlo. Debía haberla fastidiado más, debería haberla<br />

provocado a ello para tener la excusa de empujarla a sus brazos, pero estaba<br />

demasiado encantado por el hecho de que ella acababa de llamarlo —Adam—.<br />

Aunque había dicho su nombre en otras ocasiones, era la primera vez que lo<br />

usaba casualmente en una conversación. Él había estado esperando a que aquello<br />

sucediera.<br />

Aquello era un hito que revelaba una profunda aceptación hacia él. No<br />

era idiota; sabía que al principio él sólo había sido —un algo— para ella. Luego el<br />

Sin Siriche Du, o el hada negra, y más tarde su nombre completo. Adam Black.<br />

Pero ahora era solamente Adam. Se preguntó si ella tenía idea de que se<br />

acababa de traicionar a sí misma.<br />

— Circenn nació el año 811 d.c. —, le dijo — Vivió en su tiempo hasta<br />

principios del año 1500, cuando encontró a una mujer de tu siglo. Ahora viven en<br />

tu tiempo.<br />

<strong>El</strong>la abrió los ojos como platos. — No creo que quiera saber cómo pasó.<br />

Sólo me daría dolor de cabeza.<br />

<strong>El</strong>la se quedó en silencio un momento y Adam imaginó que casi podía ver<br />

las preguntas zumbar detrás de su mirada verde-dorada mientras ella<br />

reflexionaba qué preguntar a continuación. Se sintió complacido con su elección.<br />

— ¿Entonces eso significa que cualquier niño que tengas será también<br />

inmortal, incluso si son sólo medio-hada? No es que personalmente me preocupe<br />

—, añadió a toda prisa. — Sólo pensaba que podría ser interesante añadirlo a<br />

nuestros libros.<br />

La única persona que agregaría algo a aquellos estúpidos libros sería él;<br />

era momento de que las O'Callaghans aprendieran un par de cosas. — No,<br />

Gabrielle, sólo un Tuatha de sangre pura nace inmortal. Di un elixir a mi hijo<br />

creado por mi raza a través del cual podemos conceder la inmortalidad a la<br />

gente escogida —. <strong>El</strong>la no tenía por qué saber que él lo había hecho sin el<br />

conocimiento o el consentimiento de su hijo. O que Circenn lo había odiado<br />

cuando había averiguado lo que había hecho. Sí, de hecho, había pasado la mayor<br />

parte de los seis siguientes siglos más o menos rechazando hablarle, rechazando<br />

reconocerlo como su padre. Su hijo podría guardar rencor como el mejor de los<br />

inmortales.<br />

— ¿Puedes hacer inmortal a la gente? —, dijo ella débilmente. — Así<br />

como, ¿vivir para siempre?<br />

— Sí. También convertí a su esposa en inmortal.<br />

¿Cuándo había sido? Él había estado viajando alrededor en el tiempo<br />

132


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

tanto que para él había pasado muchos siglos, pero para ella; ¿tres años<br />

mortales o así? Una sombra distante nubló su mente ante el pensamiento. <strong>El</strong><br />

elixir de vida tenía un efecto en particular desagradable; uno que él no le había<br />

contado, ni a Circenn, ni a Lisa. Los niños mitad hadas nacían con almas (al<br />

parecer media dosis de humanidad era bastante para merecer lo sublime), y<br />

Circenn, con su más que tenaz constitución, tenía unos siglos más antes de que<br />

eso pasara. Tardaba aproximadamente un milenio en afectar a una mitad-hada.<br />

En los humanos puros, por otra parte, como Lisa, sólo tardaba unos años. A Lisa<br />

le quedaba poco tiempo. <strong>El</strong> brillo dorado que la iluminaba pronto se extinguiría,<br />

dejándola tan desprovista de alma como cualquier Fae.<br />

— ¿También hiciste inmortal a la madre de Circenn?<br />

Bruscamente, Adam quiso cambiar de conversación. Levantándose de la<br />

mesa, comenzó a meter en una bolsa los restos. La comida que quedara, la<br />

comerían por la mañana antes de coger el avión. Quería empezar temprano.<br />

—No.<br />

— ¿Entonces está muerta?<br />

— Sí.<br />

— ¿Por qué no le ofreciste...?<br />

— Lo hice —, dijo él con los dientes apretados, cortándola.<br />

— ¿Y?<br />

— Y Morganna no lo aceptó.<br />

—Ah. —. Sus ojos se entrecerraron, luego se ensancharon, como si algo<br />

se le acabara de ocurrir. — ¿Cuándo murió Morganna?<br />

— ¿Qué demonios tiene eso que ver con nada? —, gruñó él.<br />

<strong>El</strong>la lo miró con cautela, pero insistió: — ¿Cuándo?<br />

Adam empujó la última bandeja de pasta en una bolsa. La bolsa se<br />

reventó por la parte inferior. Con irritación, dobló la bolsa de papel por la mitad<br />

y se la puso bajo un brazo.<br />

— En el 847.<br />

<strong>El</strong>la se quedó silenciosa por un largo momento, reflexionando, entonces<br />

dijo: — Por qué ella no...<br />

Él le lanzó una mirada salvaje, los ojos entrecerrados, mostrándole los<br />

dientes. — Suficiente. Mi vida no es un libro abierto de los O'Callaghan, Sidheseer,<br />

para hojearlo como quieras. Y hacer toda clase de malditas y estúpidas<br />

interpretaciones. Los Tuatha Dé no hablan de los asuntos de los Tuatha Dé con<br />

133


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

—, le dirigió una helada mirada; — simples mortales.<br />

— Bien, —señor simple mortal— —, ella se enfureció en respuesta — tal<br />

vez más vale que te acostumbres a ello, porque te guste o no, necesitas al menos<br />

a uno de nosotros, los simples mortales, para ayudarte a convertirte en esa —<br />

cosa de hada maldita y pretenciosa— otra vez.<br />

Él intentó mantener su helada mirada fija, pero sus labios se curvaron a<br />

pesar de sus esfuerzos y le temblaron con risa silenciosa. — Esa cosa de hada<br />

maldita y pretenciosa —.<br />

Que indigno. ¿Alguna vez había sido llamado así cualquiera de su raza?<br />

Nada intimidaba a la mujer. Nada. — Tú ganas, ka-lyrra. — dijo<br />

secamente.<br />

Mientras juntaba las bolsas y se daba la vuelta para dirigirse a la cocina,<br />

añadió sobre su hombro. — Para que conste, acabo de decirte más de lo que le<br />

he dicho a otro humano en mucho tiempo.<br />

— ¿Cuánto tiempo? —. En el momento en que lo dijo, Gabby quiso darse<br />

de patadas a sí misma. Pero quería saber. Quería conocer a la última mujer... er,<br />

humano, que realmente había conocido bien a Adam Black.<br />

Él se detuvo y se volvió para mirarla.<br />

Cuando su mirada obsidiana se encontró con la suya, Gabby de repente<br />

sintió que se le heló un poco la sangre en las venas. A veces él parecía tan<br />

humano, mientras en otras había una espantosa incongruencia en su cara, como<br />

si algo espantosamente viejo y completamente inhumano la mirara desde detrás<br />

de una máscara de Halloween de un joven rostro humano. Y durante un breve y<br />

extraño momento, tuvo la sensación de que, si de algún modo levantara aquella<br />

máscara, podría encontrar algo demasiado parecido a un... un Cazador bajo ella.<br />

Entonces él hizo un pequeño sonido, un sonido cansado. No un sonido<br />

soñoliento, sino uno inmortalmente cansado. Entonces enlató la comida y volvió a<br />

alejarse.<br />

<strong>El</strong>la oyó la puerta del refrigerador abrirse y cerrarse. Luego silencio. Y<br />

entonces su profunda y rica voz flotó suavemente por la habitación.<br />

— Desde 847, Gabrielle.<br />

* * *<br />

134


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Era la una de la mañana cuando Gabby abrió el sofá cama, todavía<br />

meditando sobre lo que Adam le había revelado. No se le había pasado por alto<br />

la importancia de las fechas. Morganna había muerto a mediados del siglo<br />

noveno, había rechazado su oferta de inmortalidad y, justamente alrededor de<br />

aquel tiempo, Adam Black había sido visto no sólo por las O'Callaghans, sino por<br />

muchos otros, desbocado por las Highlands.<br />

¿Por Morganna?<br />

¿Adam Black había montado en cólera cuando la había perdido? Y si era<br />

así, ¿por qué le había permitido morir? Él había sido omnipotente; podría<br />

haberla obligado a vivir, obligarla a tomar su — elixir de vida — (¡lo que era un<br />

concepto alucinante en sí mismo!).<br />

¿Quién era Morganna? ¿Cómo había sido? ¿Por qué lo había rechazado?<br />

¿Cuanto tiempo había pasado Adam con ella? ¿Habría ella vivido su vida entera<br />

con él? ¿Despertado cada mañana con un príncipe Hada a su lado en la cama?<br />

¿Había sido mimada cada día por sus locos excesos, yéndose a dormir saciada<br />

cada noche en sus brazos? ¿Qué había tenido ella de especial que él había<br />

intentado hacerla inmortal?<br />

— Realmente podría odiar a esa mujer —, refunfuñó en voz baja.<br />

Adam Black había tenido una relación con una mujer mortal, había<br />

engendrado un hijo con ella, intentado hacerla vivir para siempre.<br />

Y Gabby se sentía... ah, por amor del cielo, pensó, exasperada, celosa.<br />

Envidiosa de lo que seguía negándose a sí misma, no como Morganna. No,<br />

Morganna había tomado lo que él le había ofrecido, zambulléndose directamente<br />

en ello, aceptado todo ello. <strong>El</strong>la lo había tocado y lo había besado y se había<br />

acostado con él. <strong>El</strong>la había jugado con todo aquel sedoso pelo negro, lo había<br />

sentido recorriendo su cuerpo desnudo. Había probado la piel dorada y<br />

aterciopelada de las hadas, tenido caliente y sofocante sexo de hadas con él.<br />

Incluso llevado su hijo.<br />

Y cuando ella murió, él había asolado las Highlands. ¿En su pena? ¿O<br />

había sido simplemente el mal humor de un niño a quien le negaban su juguete<br />

favorito?<br />

¿A quién le importa? A mí no me importaría ser el juguete favorito del<br />

hombre durante toda una vida, gorjeó una voz adolescente y soñadora. Manda al<br />

infierno todos esos novios que has estado coleccionando. ¿Por qué conformarte<br />

con una vida normal cuando podrías tener una vida plena de cuento de hadas?<br />

— Cállate —, refunfuñó ella — Ya estoy pasando un mal momento sin ti<br />

machacando el asunto. Y ahórrame los juegos de palabras juveniles.<br />

135


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Frunciendo el ceño, le dio un puñetazo a la almohada, se dejó caer en<br />

ellas, luego sacudió la manta, extendiéndola sobre el sofá cama. Acababa de<br />

arreglarlo cuando él apareció detrás de ella, resbaló sus manos alrededor de su<br />

cintura, y la empujó hacia atrás contra él, sus hombros contra su caja torácica.<br />

<strong>El</strong> calor de su enorme cuerpo la abrasó a través de su ropa y ella pudo saborear<br />

su olor exóticamente picante en cada inspiración que tomó.<br />

— ¿Nunca te lo has preguntado, Gabrielle? —, dijo él suavemente,<br />

colocando su boca cerca de su oído.<br />

— ¿Preguntarme qué? —, consiguió decir ella, quedándose muy, muy<br />

quieta. Él sólo había dejado un diminuto espacio entre la parte inferior de sus<br />

cuerpos, una tentadora, e incitante cantidad de espacio. <strong>El</strong>la no dejaría que su<br />

cuerpo traidor lo acortara. No se permitiría reclinarse en él, buscando con su<br />

trasero aquella dura excitación que él siempre tenía. Comprendió entonces, con<br />

un pequeño sobresalto, que le gustaba que él siempre estuviera duro alrededor<br />

de ella. Se había ido acostumbrando a su incesante seducción. Era algo<br />

embriagador, saber que el Sin Siriche Du estaba tan excitado por ella. Y el<br />

hecho de que así fuera alimentaba su propio deseo. Ser el foco de una lujuria<br />

tan intensa por parte de un hombre hada tan sumamente hermoso era el más<br />

potente de los afrodisíacos.<br />

Dios, él era peligroso. Pero ella lo había sabido desde el principio. Él<br />

había venido incluido con las etiquetas de advertencia de los O'Callaghan: Evitar<br />

el contacto a toda costa.<br />

Nada más claro que eso.<br />

— En todos tus años de observarnos, de estar prohibido mirarnos, y<br />

teniendo la necesidad de fingir no poder vernos, ¿nunca te preguntaste cómo<br />

sería tocar a uno de nosotros? —. Él deslizó sus manos despacio, subiendo por su<br />

cintura, y ella supo que le estaba dando tiempo para separarse, apostando a que<br />

no lo haría, y que Dios la ayudara, ella sabía que debería, pero parecía que no<br />

podía conseguir bastante aliento para hacerlo. Su corazón palpitaba como una<br />

almádena contra la pared del pecho de él.<br />

Hubo un largo y tenso momento donde ninguno de ellos se movió o habló.<br />

Bruscamente, él llenó sus manos con sus pechos.<br />

<strong>El</strong> aliento que ella había estado intentando reunir explotó de sus<br />

pulmones en un silbido. Su piel ardió bajo la tela de su blusa, mientras las puntas<br />

de sus nervios se alzaban inmediata e insaciablemente a la vida. Sólo podía<br />

imaginarse lo increíble que sería sentir sus manos desnudas sobre su piel<br />

también desnuda; aquellas grandes y fuertes manos de herrero por todo su<br />

cuerpo. Con aquel toque extra de Fae que tenía, se imaginó que podría arder en<br />

136


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

llamas por el puro calor erótico de todo ello.<br />

Él emitió un sonido crispado que era tan animal y lleno de hambre sexual<br />

que casi se le doblaron las rodillas, y se balanceó durante un momento. <strong>El</strong> agarre<br />

de él sobre sus pechos aumentó, haciéndola inspirar una larga y desigual<br />

inhalación, pero él no le ofreció el apoyo completo de su cuerpo; todavía<br />

mantenía, desde la cintura para abajo, aquella leve y provocativa distancia.<br />

— Tienes pechos hermosos, ka-lyrra. He estado queriendo llenar mis<br />

manos con ellos desde el momento en que te vi. Rechonchos, llenos, suaves y... —,<br />

su voz se fue apagando con un pequeño ruido ronroneante en lo profundo de su<br />

garganta.<br />

Gabby cerró sus ojos; sus pechos se sentían apretados en sus manos,<br />

hinchados por su toque. Su mandíbula sin afeitar rozaba contra su pelo, luego<br />

contra su mejilla cuando hizo a un lado su pelo. <strong>El</strong> calor húmedo de su lengua<br />

dejó un rastro aterciopelado hacia abajo por el costado de su cuello, enviando<br />

temblores de placer sensual que pasaron rozando a lo largo de su columna. <strong>El</strong>la<br />

iba a alejarse, detenerlo. De un momento a otro...<br />

— ¿Nunca has fantaseado sobre nosotros? Dime que no lo has hecho. Di<br />

'No Adam. Nunca he pensado en ello ni una sola una vez' —. Él se rió<br />

roncamente, con maldad, como si estuviera infinitamente divertido por el<br />

pensamiento, sus pulgares hicieron ligeros círculos sobre sus pechos, justo<br />

debajo de sus pezones, sobre la suave parte inferior donde era tan sensible.<br />

Sus pezones estaban tan duros que empujaban tanto contra su sostén como<br />

contra su blusa, hambrientos por su contacto.<br />

Él cerró sus dedos sobre los picos fruncidos en el momento exacto en<br />

que le mordió la nuca, y ella apretó los dientes para evitar gritar. Él lo sabía,<br />

maldito fuese, lo sabía. Sus fantasías secretas, la eterna batalla interior que<br />

emprendía. Él lo sabía todo sobre ello.<br />

— ¿Por qué estás tan callada? ¿Por qué no lo dices, Gabrielle? —. Una<br />

pausa — Porque realmente lo has pensado. Muchas veces —. Un meloso<br />

deslizamiento de su lengua por su cuello.<br />

Otro apacible pellizco sobre la línea sensible y tierna que corría desde<br />

su cuello a su hombro, haciendo que su cuerpo entero temblara de deseo. Un<br />

delicioso y ligero pellizco sobre sus pezones.<br />

— ¿Es tan difícil admitirlo? Sé que lo has hecho. Sé que te has<br />

preguntado cómo sería que uno de nosotros te llevara a la cama. Desnudarte y<br />

hacer que te corrieras tantas veces que ni siquiera pudieras moverte. Darte<br />

tanto placer que te deje flácida y agotada, totalmente incapaz de hacer nada<br />

excepto yacer allí mientras tu amante Fae te alimenta con sus manos,<br />

137


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

cuidándote, y reconstruyendo tu fuerza para así poder hacerte el amor una y<br />

otra vez. Para poder montarte lenta y profundamente, tomarte rápido y con<br />

fuerza por detrás. Entonces podría levantarte a horcajadas y sentir que te<br />

estremeces encima de él cuando te corras. Luego él podría lamer, probar y<br />

besar cada pulgada de tu cuerpo hasta que nada más existiera, hasta que todo lo<br />

demás cesara de importar, excepto lo que te hace, la liberación que sólo él<br />

podría darte.<br />

<strong>El</strong>la estaba jadeando suavemente. Maldito. Se había imaginado todas<br />

aquellas cosas y más. Y sus palabras pintaban imágenes demasiado vívidas en su<br />

imaginación: Adam haciéndole todas aquellas cosas. Ser levantada a horcajadas<br />

sobre él; sobre sus manos y rodillas mientras él empujaba en ella desde atrás...<br />

Dios, pensó febrilmente, ¿siempre estaba imaginando cosas con él?<br />

Intentó aunque no pudo recordar la cara del príncipe de sus sueños, tan<br />

amorosamente detallada en sus fantasías de adolescente. Ya fuese por que él lo<br />

había sacudido de sus recuerdos, substituyendo a su amante imaginario con sus<br />

ojos oscuros, su duro cuerpo, su voz seductora y su toque devastador, o había<br />

sido siempre él.<br />

Apártate, O'Callaghan, sabes que no conseguirás nada más aparte de que<br />

te jodan; y no solamente físicamente, le advirtió su débil voz interior.<br />

Por supuesto, en sólo en un minuto...<br />

— Has fantaseado —, siguió él, su voz baja e hipnótica. — Puedes ser<br />

virgen de cuerpo, pero no de mente. Siento el calor y la pasión en ti; hay furia<br />

por ello dentro de ti. Lo sentí en el momento en que te vi. No eres normal. Nunca<br />

serás normal. Déjalo. Deje de intentar encajar en un mundo que nunca te<br />

aceptará. Nadie puede entenderte como yo. Eres una Sidhe-seer. ¿Quieres<br />

pasar tu vida entera negándolo? Lo que ves. Lo que eres. Lo que quieres. Es un<br />

modo triste de vivir y morir.<br />

Hubo silencio durante un momento mientras él solamente la sostenía, sus<br />

manos todavía sobre sus pechos, su aliento caliente contra su cuello, inmóvil.<br />

<strong>El</strong>la sabía que era su momento de salvarse. Enfurecerse con él. Decirle<br />

que se equivocaba, que él no sabía ni una maldita cosa sobre lo que hablaba.<br />

Pero no pudo, porque él lo sabía.<br />

Todo lo que había dicho era verdad. <strong>El</strong>la no era normal, y no importaba lo<br />

que hiciera, nunca sería normal. Había estado dividida entre dos mundos toda su<br />

vida, intentando ignorar uno y adaptarse al otro; ambos rumbos igualmente<br />

fútiles; preguntándose si todo lo que habría para ella al final era la clase de vida<br />

que la Abuela había vivido. Un bebé, sin marido y una gran casa vacía. Diciéndose<br />

a sí misma que eso sería bastante, si era todo lo que podría obtener. Y mientras<br />

138


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

tanto, intentándolo lo mejor que podía, intentando hacer que las cosas<br />

funcionaran con su novio.<br />

Pero ningún novio había sido capaz de competir nunca con las fantásticas<br />

hadas machos que había estado viendo desde la niñez. Ningún novio humano<br />

había sido nunca capaz de competir con un mundo que era intrínsecamente más<br />

caliente, más brillante y más sensual. Y con ningún novio había sido capaz de ser<br />

realmente ella. Y lo triste era que una gran parte de por qué era todavía virgen<br />

era porque no deseaba a un hombre. Maldito fuese. Deseaba a un hada. Siempre<br />

lo había hecho.<br />

Y estaba harta de preguntarse cómo sería estar con uno, de obligarse a<br />

apartar la mirada, de girarse e irse, de nunca tocar. Cansada de reprimir todas<br />

aquellas fantasías pecaminosamente seductoras. <strong>El</strong> silencio se estiró entre ellos.<br />

Bruscamente, una mano resbaló de su pecho y la ahuecó cómodamente,<br />

íntimamente, entre sus piernas, apretando su trasero contra su erección.<br />

Un incoherente y pequeño grito explotó de su garganta.<br />

Él contestó con una serie de palabras en una lengua antigua e insondable<br />

que salieron en tropel de sus labios con la áspera vehemencia de las maldiciones.<br />

Entonces, con aquel antiguo y exóticamente acentuado inglés suyo, él gruñó:<br />

— Te preguntabas cómo sería follar con un Fae. Bien, aquí estoy,<br />

Gabrielle. Aquí estoy.<br />

139


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 15<br />

Los últimos vestigios de la resistencia de ella se erosionaron con las<br />

palabras de él.<br />

Aquí estoy.<br />

Tómame; haz lo que quieras conmigo, en esencia. Y ella quería. Oh, Dios,<br />

ella quería. Lo había estado queriendo toda su vida. Sus fantasías sobre los Fae<br />

habían sido siempre básicamente sexuales, y aunque ella raramente usara la<br />

palabra —j—, en los labios de él era pura seducción. Algo a propósito de la<br />

manera en la que su acento y su profundo modo de pronunciar la erre cambiaba<br />

su forma y lo hacía sonar no rudo, sino sexy e invitador, secreto y prohibido y<br />

atractivo. No sonaba crudo cuando él lo decía; sonaba como una invitación a<br />

bailar una danza eterna que era naturalmente terrena y animal, por la que él no<br />

ofrecería excusas ni pediría perdones. Hombre rudo, sexo rudo, era lo que él<br />

estaba ofreciendo, en un mundo coloreado en suave foco por su absoluta belleza<br />

y seducción.<br />

Por supuesto, después, tras el intenso —maratón de sexo sin barreras—,<br />

su príncipe de fantasía siempre se enamoraba de ella en sus sueños… aunque no<br />

antes de que el frenesí de apareamiento hubiera tenido lugar. No antes de que<br />

la deuda de lujuria hubiera sido pagada. Si alguna vez estaba completamente<br />

pagada con un Fae.<br />

<strong>El</strong>la se recostó hacia atrás contra su cuerpo.<br />

Él lo sintió al instante, el preciso momento en que ella se rindió. Habló en<br />

esa extraña lengua de nuevo, con el inequívoco triunfo masculino en su voz. <strong>El</strong>la<br />

había perdido, y él lo sabía.<br />

<strong>El</strong>la esperaba que él la girara en sus brazos, la aplastara contra él, pero<br />

una vez más, el desafió sus expectativas.<br />

La mano todavía descansaba cómodamente entre las piernas de ella,<br />

presionándola despiadadamente contra su dura erección, y extendió su otra<br />

mano contra la mandíbula de ella girando su cabeza, guiando los labios de ella<br />

hacia los suyos. Permaneciendo detrás de ella, él la besó. <strong>El</strong>la no hubiera creído<br />

posible que se pudiera besar en semejante ángulo, pero tampoco había besado<br />

nunca a nadie tan alto como él, y no sólo era posible, era extrañamente,<br />

intensamente erótico. Dominante. Posesivo. Un beso para marcarla y reclamarla.<br />

Estaba cautiva con fuerza contra su cuerpo, con su gran mano caliente entre sus<br />

140


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

piernas, su sedoso pelo cayendo sobre el hombro de ella, su boca sellando la de<br />

ella.<br />

<strong>El</strong>la gimoteó contra sus labios, pero el gemido se perdió con el caliente<br />

deslizamiento de su lengua, sondeando profundamente, retrayéndose.<br />

Acoplándose, escapando. Jugando con ella, danzando una lenta, torturante,<br />

descaradamente sexual danza.<br />

En algún sitio él había aprendido — oh, probablemente unos cuantos<br />

miles de años atrás, pensó ella con una pequeña, casi histérica burbuja de risa —<br />

exactamente cuánto darle a una mujer antes de apartarse, exactamente cómo<br />

mantener a una mujer en un borde desesperado y frágil, simplemente con sus<br />

besos. En el momento en que ella se derritiera contra él, él lo cambiaría, lo<br />

tomaría de otra manera, le daría menos. Entonces volvía a por más en el segundo<br />

en que ella estaba a punto de gritar. Con él detrás de ella, ella no tenía control<br />

sobre el beso. Él lo controlaba todo, y lo estaba explotando sin piedad. Una mano<br />

en su cara, la otra entre sus piernas, manteniéndola inmóvil mientras la<br />

torturaba con sus labios.<br />

Besos intensos, cautivadores de aliento, nubladores de mente, luego se<br />

iban. Un suave, cálido roce con ese labio inferior lleno de él, creando una erótica<br />

y deliciosa fricción que la hacía sentirse dolorida mucho más que satisfecha.<br />

Más profundos, besos que enroscaban los dedos, pero que no duraban mucho<br />

tiempo…<br />

Y, oh Dios, si él dedicara la misma lánguida, provocadora atención a<br />

todas las partes del cuerpo femenino, ella nunca sobreviviría a él. Sería una<br />

masa incoherente antes de que él consiguiera llegar a las importantes.<br />

Y hablando de las importantes, pensó impacientemente, podría empezar<br />

él a mover su otra mano en cualquier momento a partir de ahora. <strong>El</strong>la se meneó<br />

en su implacable abrazo, intentando comunicarle el mensaje sin palabras. Estaba<br />

tan cerca, lo había estado desde el momento en que él había deslizado esa gran<br />

mano entre sus piernas, colgando en el borde. ¡Si tan sólo él moviera su mano un<br />

poquito!<br />

Pero si él entendió el ruego silencioso, eligió ignorarlo. Su mano<br />

permaneció implacable allí entre sus piernas, manteniéndola a ella<br />

insoportablemente consciente de su caliente y húmeda preparación, consciente<br />

de ese sensible nudo suplicando por fricción, por el más diminuto de los<br />

movimientos, pero se quedó despiadadamente quieta.<br />

Él la tenía atrapada entre dos cosas que podían proporcionarle un<br />

infinito y erótico placer, y no le estaba dando ninguna de ellas. Sólo<br />

atormentadoras promesas, pero nada para aliviar la intolerable presión que<br />

crecía dentro de ella.<br />

141


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Besos. Lentos y largos, calientes y duros. Lengua deslizante, satinada e<br />

implacable, enredadora, y retirándose.<br />

Eran besos para morir por ellos, pensó enfebrecida, tratando de tener<br />

más de él en su boca, tratando de succionar su lengua más profundamente,<br />

rehusando liberar su labio inferior cuando él lo retiró con una suave risa. Trató<br />

desesperadamente de arquearse contra su mano, pero cada vez que ella<br />

conseguía ganar algún diminuto movimiento, él cambiaba su mano, apartando la<br />

presión. Irritable por el deseo no satisfecho, ella pellizcó su labio.<br />

— Demonios, Irlandesa, ¿te gusta la sangre? ¿Tratas de matarme? —<br />

dijo él con una suave y ruda risa.<br />

— ¿Yo? ¡Deja de provocarme! ¡Bésame profundamente! Y cuando quieras<br />

puedes moverte.<br />

Él suavizó sus quejas con sus besos. Pequeños golpecitos, mordiscos,<br />

besos en las comisuras de su boca, un tirón largo y lento de su labio inferior.<br />

Profundo nuevamente, luego se apartaba. Más tortura. Él besaba, se dio cuenta<br />

ella, como probablemente solo un <strong>Inmortal</strong> podía hacerlo. Besaba como un ser<br />

que tenía todo el tiempo del mundo, perezosamente pero a fondo, saboreando<br />

cada matiz sutil de placer, dibujándolo, prolongándolo. No había relojes<br />

haciendo tic tac en su mundo, no horas que apresuraran. No había trabajo que<br />

hacer para mañana, nada más presionante que la pasión del momento. Él existía<br />

como un <strong>Inmortal</strong> perdido a la urgencia, y ser besada con esa intensidad —en el<br />

momento— era devastador. Y ella tenía la terrible sospecha de que él podría<br />

repartir los orgasmos de la misma manera; sólo dejándole tener uno cuando<br />

hubiera exprimido de ella cada trozo de anticipación y necesidad que pudiera.<br />

<strong>El</strong>la se estaba ahogando en sensaciones, con el sentimiento de la boca de<br />

él sobre la de ella, la hinchada dureza de él contra su trasero, el calor de su<br />

gran mano entre sus piernas. Y entonces de repente el rompió el beso y la mano<br />

que sujetaba su mandíbula se deslizó hacia su cintura, subió bajo su camisa y<br />

reventó el cierre de su sujetador. Cerró su gran mano cubriendo uno de sus<br />

pechos desnudos. <strong>El</strong>la tembló en sus brazos, su cuerpo empujando hacia delante<br />

contra la mano entre sus piernas.<br />

— Adam — jadeó — ¡Mueve tu mano!<br />

— Todavía no — sereno, inflexible.<br />

— ¡Por favor!<br />

— Todavía no. ¿Algún mortal te ha hecho sentir así, Gabrielle? —<br />

ronroneó, con un ápice de salvajismo en esa profunda y lisa voz. — ¿Alguno de<br />

tus pequeños novios te ha hecho sentir de esta manera alguna vez?<br />

142


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¡No! — la palabra explotó de ella cuando los dedos de él se cerraron<br />

abruptamente sobre su pezón, pellizcando el endurecido pico.<br />

— Ningún mortal puede. Recuerda eso, ka—lyrra, si crees que puedes<br />

volver a tus tontos chicos humanos. ¿Sabes cuántas veces, y de cuántas<br />

maneras, voy a hacer que te corras?<br />

— Me conformaría sólo con una vez si la pudiera tener ahora mismo —<br />

siseó ella, tan intensamente excitada que estaba casi al borde de la hostilidad.<br />

Nunca se había sentido de esa manera antes, no tenía manera de cómo<br />

manejarlo.<br />

Una risa se derramó a su alrededor, hosca, erótica, extraña, oscura,<br />

puramente Adam Black.<br />

— No vas a enamorarte de mí, ¿no, Irlandesa? — ronroneó él contra su<br />

oído, esa mano infernal moviéndose finalmente para juguetear con el botón de<br />

sus vaqueros.<br />

— Difícilmente — dijo ella a la fuerza, con su cuerpo entero tirante de<br />

necesidad mientras esperaba conteniendo el aliento a que su mano se deslizara<br />

dentro de sus pantalones. Con cada botón que él soltaba, un pequeño escalofrío<br />

la recorría.<br />

Sus ojos se cerraron y su cabeza se recostó lánguidamente contra el<br />

pecho de él mientras su mano se deslizaba bajo sus vaqueros y se apretaba<br />

contra su piel, empujando bajo sus bragas.<br />

En el momento en que su mano tocó la piel desnuda de ella, sus rodillas<br />

flaquearon bajo ella. Mientras ella se deslizaba hacia abajo, él agarró su cintura<br />

firmemente con un brazo, sujetándola.<br />

— Bien. Odiaría pensar que te ibas a enamorar de mí.<br />

A ella no se le pasó la diversión en su voz, ni tampoco la absurda realidad<br />

de que ella de hecho había caído físicamente con un simple toque. Y él ni siquiera<br />

había rozado su clítoris.<br />

— ¡Ohhhhhh! — un soplo de aire salió de ella y ya no se molestó más en<br />

intentar permanecer de pie, simplemente dejó que él sujetara su peso.<br />

Débilmente, ella podía oírle jadea contra su oreja, su respiración dura y<br />

trabajosa, como si hubiera estado corriendo un largo rato. <strong>El</strong> clímax de ella<br />

estaba ahí mismo, estaba sobre ello, a punto de llegar…<br />

— Cristo, Gabrielle, me haces…<br />

— Bien, ahora, ¿no es esto bonito? — una profunda voz se burló. —<br />

Parece que ella está lista para mí. No puedo esperar a terminar lo que has<br />

143


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

empezado. ¿Recuerdas cómo solíamos hacer esto, Adam? ¿Cómo solíamos<br />

compartir? ¿O es una de esas cosas que pretendes fingir que nunca pasó a lo<br />

largo de esos miles de años que finges no haber vivido? ¿Sabe ella lo que<br />

podemos hacerle? ¿Le has contado cómo solíamos jugar con los mortales?<br />

Gabby se tensó violentamente en los brazos de Adam, con ese oh-tandesesperadamente-necesitado<br />

orgasmo muriendo de muerte instantánea, a<br />

pesar de que ninguna de las excitaciones relacionadas con él lo hiciera. Su<br />

garganta se convulsionó mientras la sarcástica voz penetraba su sensual<br />

estupor. Trató desesperadamente de sacudírselo, de hablar a través de él, de<br />

advertir a Adam de que Darroc les había encontrado de nuevo, pero sus<br />

traidoras cuerdas vocales estaban tan cerradas como lo habían estado antes en<br />

Fountain Square. Estaba congelada de la cabeza a los pies, arraigada en el sitio.<br />

Mientras permanecía de pie, incapaz de manejar ni siquiera el más<br />

pequeño graznido de advertencia, se vio asombrada y aliviada al darse cuenta de<br />

que de alguna manera él lo sabía.<br />

Apartando su mano de sus vaqueros, el la giró bruscamente en sus<br />

brazos y la atrajo hacia sí, gruñendo viciosamente.<br />

— Demonios del infierno.<br />

Los ojos de Gabby se fijaron con horror en el alto y de pelo cobrizo Fae<br />

que permanecía de pie.<br />

Sus ojos iridiscentes tenían una sombra fría de hielo, que combinaba con<br />

los perfectos labios que sostenían una mueca de crueldad mientras le lanzaba un<br />

beso burlón sobre su hombro.<br />

<strong>El</strong>la abrió la boca para gritar.<br />

Pero ellos ya estaban desplazándose.<br />

******<br />

Se desplazaron sobre el lugar durante horas.<br />

Al principio ella estaba todavía tan sensualmente aturdida que a duras<br />

penas podía pensar, ni siquiera se molestaba en tratar de hablar. Todo su cuerpo<br />

estaba cautivo en un suspendido y doloroso estado de conciencia erótica que<br />

tardó mucho tiempo en disiparse.<br />

Bueno, al menos una parte del Libro del Sin Siriche Du era exacto,<br />

pensó, la parte sobre: sacia tanto a una muchacha que ella es incapaz de<br />

pronunciar un hechizo, su juicio totalmente confundido. Ni siquiera el temor por<br />

144


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

su vida, parecía, conseguía aguar la tormenta de deseo en la que Adam la había<br />

envuelto.<br />

Entonces, de nuevo, ella medio sospechó que podría estar haciéndose<br />

algo insensible al miedo, por el tema de la exposición repetida y eso.<br />

Entonces… la pasión que él había despertado en ella no era parecida a<br />

nada que ella hubiera conocido antes. Nada que ella hubiera creído posible<br />

experimentar. Simplemente, ser tocada por Adam Black hizo que todo su cuerpo<br />

se sintiera gloriosa, intensa y adictamente vivo.<br />

Era justo lo que ella siempre había temido: unos pocos besos de Fae y<br />

una mujer estaba perdida. Y no era que ella fuera una principiante en cuanto a<br />

los besos. Había besado mucho. De hecho, sospechaba que había besado<br />

bastante más que la mayoría de las mujeres. Porque ella era virgen y los<br />

hombres eran… bueno, hombres, sus citas habían hecho esfuerzos<br />

extraordinarios en los juegos preliminares con ella, cada uno decidido a ser <strong>El</strong><br />

Primero Que Marcara el Tanto, como si fuera algún tipo de competición. Horas<br />

de expertos y seductores besos, y ella siempre había mandado a sus citas<br />

derechos a la puerta.<br />

Sin embargo, después de unos pocos besos de Adam, ella no había estado<br />

sólo cerniéndose absurdamente cerca del orgasmo, había estado a punto de<br />

caer, literalmente, en la cama o en el suelo o en cualquier lugar donde él<br />

malditamente la hubiera querido.<br />

Era adictivo. Ya había sido suficientemente malo mirarle y preguntarse<br />

cómo sería en la cama, pero ahora tenía una idea clara, y ella no iba a ser capaz<br />

nunca más de mirarle sin pensar en ello. A lo grande. Ahora que había probado<br />

algo de él se sentía capaz de poner en palabras lo que había sentido sobre él<br />

desde el principio, lo que había estado causando estragos en sus sentidos desde<br />

el primer día: Adam Black era más hombre que la mayoría de los hombres.<br />

Era fuerte y sensual y seguro de sí mismo, un hedonista desinhibido,<br />

cada gloriosa pulgada de terciopelo dorado en él. Él adoraba el sexo, lo<br />

saboreaba, todo sobre ello. Lo controlaba, de una manera que alimentaba las<br />

fantasías de las mujeres. Podría ser, ella también lo sabía, totalmente<br />

dominante en la cama y un poquito sucio. Él la tomaría en todas las maneras que<br />

ella alguna vez había imaginado y, estaba casi segura, en varias maneras que ella<br />

probablemente ni siquiera había pensado.<br />

Sería inventivo e incansable y completamente fiel al placer.<br />

No tenía ninguna duda de que él podría hacer lo que había dicho: dejarla<br />

tan débil, tan mareada y profundamente saciada que ella ni siquiera sería capaz<br />

de juntar fuerzas para alimentarse a sí misma, para levantar la cabeza de la<br />

145


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

almohada, o del suelo, o de donde fuera que él decidiera dejarla cuando hubiera<br />

terminado con ella.<br />

Una mujer podría herirse a sí misma con Adam Black en la cama.<br />

Y fuera de ella, O’Callaghan, advirtió esa débil voz interna.<br />

Oh, sí, ella no se molestó en discutir. Y fuera de ella. Y eso era algo en lo<br />

que ella necesitaba desesperadamente pensar, y no mientras él la estuviera<br />

tocando. Y lo haría, tan pronto como las cosas se asentaran un poco.<br />

No era que ella se estuviera poniendo excusas a sí misma, sino que tan<br />

loca como se había vuelto su vida, se había visto obligada constantemente a<br />

actuar, sin tener la opción de pensar las cosas detenidamente y actuar.<br />

No tenía que sacar a la luz uno de los pertinentes adagios de Abuela para<br />

entender que ése era un modo muy peligroso de vivir.<br />

Pero, cielos, pensó, con cómica exasperación, esto seguramente le<br />

ayudaría a pensar más claramente si simplemente pudiera imaginarse cuáles eran<br />

sus probabilidades de sobrevivir. Cuando uno no sabía cuánto más iba a vivir, la<br />

disciplina y la autonegación tenían una divertida manera de salir volando por la<br />

ventana, junto con el recuento de calorías.<br />

Pasó bastante tiempo antes de que su cuerpo se calmara de su<br />

excitación febril y salvaje lo suficiente como para ser capaz de relajarse en los<br />

brazos de él mientras se desplazaban. Pero incluso entonces, lo hizo muy<br />

cuidadosamente. Evitando el contacto con esa parte de él que estaba todavía<br />

dura como una roca y que sólo haría que se sintiera miserablemente conectada<br />

de nuevo. Se dio cuenta de que él, también, estaba intentando evitar el<br />

contacto, y cuando ella inadvertidamente se rozó contra él en un punto, él hizo<br />

un sonido brusco y gruñó:<br />

— No toques eso. Duele. Cristo, no soy de piedra.<br />

— Lo siento — dijo ella instantáneamente, aunque por dentro una parte<br />

totalmente femenina sonrió satisfecha, encantada de saber que no era la única<br />

que tardaba tanto tiempo en recuperarse. Que no era la única a la que su<br />

intimidad había afectado tan intensamente. (Y él ciertamente se sentía como si<br />

estuviera hecho de piedra, al menos allí).<br />

<strong>El</strong>la se sorprendió, algún tiempo después, al ver que estaban de vuelta en<br />

la habitación del hotel, donde Adam había cogido su equipaje. <strong>El</strong>la abrió la boca<br />

para preguntar qué era tan importante que él se arriesgaba a volver a por él —<br />

realmente, las ropas y las cosas de aseo eran totalmente reemplazables — pero<br />

ellos se estaban desplazando nuevamente y ella había aprendido la lección de<br />

tener la boca cerrada mientras lo hacían. (Afortunadamente no habían<br />

146


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

encontrado lagos en su itinerario esta vez, estaba agradecida de que no<br />

estuvieran cerca de la costa, materializarse en aguas infestadas de tiburones<br />

hubiera sido bastante peor que remojarse con renacuajos).<br />

Continuaron desplazándose hasta que ella perdió completamente la<br />

noción del tiempo, entonces cogieron otro tren de pasajeros. Una vez en el tren,<br />

el tomó asiento y la empujó hacia abajo para sentarla entre sus piernas, aunque<br />

manteniendo espacio entre sus partes inferiores. Empujó sus hombros sobre su<br />

pecho, envolvió sus brazos alrededor de ella y reposó su mandíbula contra su<br />

pelo.<br />

<strong>El</strong>la se asustó al darse cuenta de que él estaba temblando. Era casi<br />

imperceptible, pero había un profundo temblor corriendo a través de su<br />

poderoso cuerpo.<br />

— ¿Qué está mal, Adam? — preguntó, nerviosamente. ¿Qué podía hacer<br />

que Adam Black temblara? ¿Realmente ella quería saberlo? ¿Había omitido<br />

alguna cosa? ¿Es que ellos no estaban a salvo, incluso después de ese frenético<br />

desplazamiento?<br />

— ¿Qué está mal? — gruñó él. — ¿Qué está mal? ¡Maldito infierno, la<br />

fastidié, eso es lo que está mal! ¿Sabes la suerte que hemos tenido de que él me<br />

dejara verle y oírle? Si no lo hubiera hecho, no habría manera de contar qué<br />

hubiera pasado. Cristo, no me acostumbro a esta mierda de no tener poderes, no<br />

soy nada bueno en eso — una larga pausa, luego un juramento ahogado. — Nunca<br />

debería haberme parado durante la noche, Gabrielle. No debería haber parado<br />

hasta haberte tenido en Escocia y saber que estabas a salvo. He sido un maldito<br />

idiota arrogante.<br />

Los brazos se acomodaron alrededor de ella, él se detuvo en un<br />

pedregoso silencio. Gabby parpadeó y cayó en silencio ella misma. Su corazón<br />

hizo un peligroso vuelo en el interior de su pecho. He sido un maldito idiota<br />

arrogante, había dicho. No eran palabras que ella esperaba oír de un imperioso<br />

Fae. Pero entonces, nada sobre Adam estaba probando ser lo que ella había<br />

aprendido que tenía que esperar de un imperioso Fae. Y la línea en su mente<br />

entre el hombre y el hada estaba haciéndose cada vez más velada.<br />

Cerrando sus ojos, se recostó contra él, diciéndose a sí misma de<br />

intentar dormir un poco mientras pudiera, porque nadie sabía cuándo o dónde<br />

podría ella volver a dormir.<br />

Estaba justamente empezando a cabecear cuando él la sacudió<br />

gentilmente, desembarcaron y cogieron un vehículo hacia el aeropuerto.<br />

— Un vuelo está saliendo ahora, ka—lyrra — dijo él, revisando las<br />

salidas. — No tengo tiempo de jugar con sus ordenadores y conseguirte un<br />

147


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

billete. Tendrás que coger mi mano. Ven. Tenemos que apresurarnos para<br />

cogerlo.<br />

Escocia. Estaban yendo a Escocia. Ahora mismo.<br />

Parpadeando, estupefacta al darse cuenta en lo que su vida se estaba<br />

convirtiendo, deslizó su mano en la de él. Invisibles, pasaron a través de la<br />

seguridad y llegaron a la puerta. <strong>El</strong>la echó un vistazo a su perfil. Su mandíbula<br />

estaba tensa, sus ojos entrecerrados y enfocados delante de ellos, y estaba<br />

caminando tan rápido que prácticamente la arrastraba. Su paso no se detuvo<br />

hasta que embarcaron en el avión.<br />

Era lunes, pensó ella con un cierto aturdimiento distante mientras se<br />

sentaba en el asiento de la ventana al lado de él, sujetando firmemente su mano.<br />

Debería estar en casa, en el trabajo. Debería estar preparada para hacer su<br />

soporte con Jeff. Tenía ropa en la tintorería para recoger, plantas que tenían<br />

que ser regadas, una cita con el dentista a la tarde y planes para la cena con<br />

<strong>El</strong>izabeth para esa noche.<br />

En lugar de eso, estaba en un avión, oculta por la feth fiada,<br />

temporalmente incorpórea, a punto de volar a través de medio mundo, siendo<br />

perseguida por demonios de otro mundo, y medio seducida por un príncipe de<br />

otro mundo. Hubiera sido — si tenía que ser brutalmente honesta consigo misma<br />

— probablemente totalmente seducida, de no haber sido por la interrupción de<br />

los susodichos demonios de otro mundo, ¿y no hubiera eso hecho un embrollo en<br />

su ya totalmente embrollada cabeza?<br />

Una medida de lo totalmente surrealista que su existencia se había<br />

vuelto era que, en lugar de preocuparse por todo lo que debería preocuparla, su<br />

mayor preocupación era que ella realmente, realmente esperaba que todo el<br />

mundo hubiera ya embarcado y estuviera sentado en sus asientos, y no se<br />

sentaran sobre ella.<br />

Has estado bombardeándome con preguntas hoy, tratando de entrar en<br />

mi cabeza.<br />

Me has preguntado si creo en Dios.<br />

de mí.<br />

Te he dicho que desde luego que sí; siempre he tenido un fuerte sentido<br />

Tu casa está tranquila ahora, estás durmiendo arriba y estoy solo con<br />

este maldito, idiota libro que pretender coincidir con mi vida, y el hecho es que<br />

quizá lo hago.<br />

Pero quizá, ka—lyrra, tu Dios no cree en mí.<br />

148


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

DE LA (ENORMEMENTE REVISADA) EDICIÓN NEGRA DEL<br />

libro O’CALLAGHAN del Sin Siriche Du.<br />

149


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 16<br />

Escocia. Las Tierras Altas.<br />

Desde el punto de vista de Adam, no existía un lugar mejor en todo el<br />

mundo. Había pasado la mayor parte de su existencia observando la belleza<br />

humana entre sus exuberantes valles y rocosas colinas. Durante un tiempo había<br />

vivido, en el siglo VII, bajo el disfraz de un guerrero con cicatrices de batalla<br />

con un clan de las Highlands llamado McIllioch, comiendo, gozando y luchando<br />

junto a ellos. Y cuando una de sus numerosas batallas se hizo demasiado feroz,<br />

había legado un don Fae sobre los varones McIllioch, salvando su linaje de la<br />

extinción.<br />

Había montado su fragua aquí y allá, durante un tiempo en Dalkeith-<br />

Upon-the-Sea, y durante otro tiempo en Caithness, además de otros lugares<br />

demasiado numerosos para ser nombrados. Se había infiltrado entre los<br />

Templarios cuando la orden se derrumbó, guiándoles a Circenn at Dunnotar, para<br />

que participasen en batalla junto a Robert el Bruce, y después a Sinclair at<br />

Rosslyn, donde su fantástico legado ha perdurado hasta hoy.<br />

Y los Keltar, bueno, se había sentido fascinado por ese clan de Druidas<br />

desde el día en que habían sido elegidos para negociar y mantener el Pacto con<br />

los Tuatha Dé, pero había estado especialmente fascinado por los gemelos<br />

MacKeltar, Dageus y Drustan —oscuros, poderosos, a veces bárbaros—,<br />

<strong>Highlander</strong>s del siglo XVII quienes habían renunciado al amor, solamente para<br />

encontrarlo en las más sombrías horas de su existencia.<br />

Y ahora él se encontraba en forma humana, internándose en esas<br />

montañas junto a una mujer humana, a punto de encontrarse con esos mismos<br />

Keltar en carne y hueso.<br />

¿Qué sería de ellos? ¿Sería su recepción buena o mala? Después de<br />

todo, él pertenecía a la raza que había hecho las vidas de los Keltar tan difíciles;<br />

uno de los responsables de que generaciones incontables de MacKeltar fuesen<br />

temidos, tachados de paganos y diabólicos por continuar fieles a las Antiguas<br />

Costumbres cuando Gaul abandonó a sus Druidas para unirse primero a los<br />

romanos y después a las igualmente tiernas bendiciones de la Cristiandad.<br />

¿Sabrían de él? ¿Su reputación le habría precedido? ¿Poseería Dageus<br />

algún recuerdo de Adam curándole? <strong>El</strong> poderoso corazón del <strong>Highlander</strong> se<br />

150


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

había detenido por completo para cuando Adam se arrodilló a su lado en la Isla<br />

de Morar.<br />

¿Serían los Keltar, al igual que Gabrielle, reacios a confiar en él?<br />

¿Reacios a hacer lo que él necesitaba que hiciesen, o mejor dicho, no hiciesen?<br />

Frotándose la mandíbula, fijó la vista en el exterior de la ventanilla del<br />

coche de alquiler, forzándose a dejar a un lado los pensamientos sobre si esos<br />

dos le darían la bienvenida o le rechazarían, lo que importaba es que ya habían<br />

cruzado los dominios de la reina y ahora Gabrielle se encontraba sobre suelo<br />

protegido, ya trataría con lo que tuviese que pasar. Se había pasado la mayor<br />

parte del viaje por el océano pateándose mentalmente su propio trasero por lo<br />

que había ocurrido en Atlanta. Porque había sido tan estúpido intentando<br />

seducirla y atarla a él que había puesto en peligro su vida.<br />

Estúpido bastardo engreído; ya no eres invencible.<br />

En lugar de ganársela, podría haber perdido para siempre a su Sidheseer<br />

en esa habitación de hotel. Su frágil y preciosa vida podría haberse<br />

extinguido, liberando su alma para ir a lugares a los que él nunca podría seguirla,<br />

ni siquiera con sus recuperados poderes. La simple idea hizo que su cuerpo<br />

humano se agarrotase otra vez. Lo malo de ser humano y poseer tantos músculos<br />

es que todos esos músculos se pueden agarrotar. Tuvo su primer dolor de<br />

cabeza en el avión. No sentía ningún deseo de tener otro. Nunca. Y tampoco<br />

apreciaba la dolorosa sensación en su estómago, no importaba cuanta comida<br />

procurase engullir. Nada excepto abrazarla con fuerza parecía servirle de<br />

ayuda.<br />

Exhalando con lentitud, se obligó a desviar su atención hacia el exterior,<br />

al paisaje de cuya vista nunca se cansaba.<br />

En ese momento, el coche giró bruscamente hacia la izquierda y después<br />

hacia atrás con igual brusquedad, y Adam retuvo una sonrisa, sabiendo que ella<br />

probablemente le golpearía si le viese sonreír. Gabrielle había insistido en<br />

conducir, si se le podía llamar así, cuando habían adquirido el estrecho y<br />

compacto vehículo de alquiler, argumentando que los efectos del féth fiada que<br />

le envolvía seguramente causarían accidentes si él conducía. Sin embargo, con su<br />

falta de costumbre conduciendo desde el lado —equivocado— del coche, en el<br />

lado —equivocado— de la carretera, lo estaba pasando mal.<br />

¡Por amor del cielo, si las ovejas pudiesen dejar de saltar a la carretera,<br />

podría tener una oportunidad! espetó ella la última vez que él se rió. Salen de<br />

ninguna parte, como si cayesen del cielo.<br />

Tonterías. La marcha de las ovejas. Lenta como caracoles. Si dejases de<br />

curiosear, intentando mirar a todas partes a la vez, les verías venir, bromeó él.<br />

151


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Por Danu, adoraba su rostro de finas facciones, las expresiones que<br />

revoloteaban por él, su temperamento. <strong>El</strong>la poseía un fuego interior que le<br />

obligaba a provocarla, solo por el placer de verlo arder.<br />

Bien. ¿Se supone que debo pasar junto al lago Ness y no mirarlo? ¿Qué<br />

pasa si Nessie asoma su cabeza y yo me lo pierdo? Tú llevas merodeando por<br />

aquí desde hace miles de años. Yo nunca estuve en Escocia. Deberían mantener a<br />

las malditas ovejas fuera de la carretera. Que levanten cercas. ¿Por qué no hay<br />

cercas en Escocia? ¿No piensan en proteger a los turistas? ¿Y qué tienen de<br />

malo las carreteras con dos carriles? ¿Es que nunca han oído hablar de<br />

carreteras de dos carriles?<br />

Aunque no tenga dos carriles, ka-lyrra, ¿por qué te cuesta tanto<br />

mantenerte en tu propio lado?<br />

<strong>El</strong>la rechinó los dientes y emitió un bajo y feroz gruñido, y él tuvo que<br />

morderse los carrillos para evitar que se le escapase la carcajada. O arrastrarla<br />

a sus brazos y besarla, lo que ciertamente acabaría en desastre.<br />

Ok, un carril y medio, accedió ella de mala gana. Intento mantenerme en<br />

mi tercio.<br />

Y con una mirada altanera, giró inmediatamente la cabeza hacia atrás<br />

intentando verlo todo, mientras evitaba a las ovejas y conduciendo por el lado<br />

equivocado una vez sí y otra también, pasando más tiempo fuera de la carretera<br />

que dentro.<br />

Y él continuó intentando no reír.<br />

Saboreaba la reacción de ella ante la tierra que más amaba, mucho más<br />

que Irlanda, quizás más incluso que cualquier lugar de todo Danu. No podía<br />

encontrarle sentido ni razón. Escocia y su gente simplemente le habían hecho<br />

algo. Siempre lo hacían. Si la incapacidad de Gabrielle para mantener sus ojos, y<br />

el coche, en la carretera eran algún tipo de señal, Escocia ejercía también sobre<br />

ella el mismo tirón inefable.<br />

¿Y cómo podría no hacerlo? <strong>El</strong> final del verano cortaba la respiración en<br />

las Highlands, las colinas estaban moteadas con los colores de la menguante<br />

estación: el profundo púrpura rojizo del brezo, el pálido rosa del páramo, las<br />

cabezas plateadas con forma de corazón de las construcciones de madera. Aún<br />

pasarían unas pocas semanas antes de que el brezo cubriese enteramente las<br />

laderas de las colinas con su colorido, y él se encontró deseando que todavía<br />

estuviesen allí para verlo.<br />

Deseaba ver a Gabrielle corriendo a través de un campo de brezo; le<br />

gustaría desnudarla y empujarla bajo él para hacerla suya.<br />

152


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y lo haría, se prometió a sí mismo. Pronto. Ahora que ella estaba a salvo.<br />

Sería poco después de llegar al castillo Keltar. Las luces de Inverness<br />

comenzaban ahora a desaparecer de su espejo retrovisor exterior.<br />

Inverness.<br />

Morganna.<br />

Era cerca de aquí donde había vivido tanto tiempo atrás, en el castillo<br />

Brodie.<br />

De pronto, en ese espejo retrovisor lateral ya no había carreteras,<br />

hoteles ni tiendas, ni restaurantes o pubs, nada excepto la franca e inexplotada<br />

tierra abriéndose bajo un vasto cielo azul…<br />

Te amo, le había dicho él, asombrándose a sí mismo cuando las palabras<br />

cayeron de su boca. Pero Circenn acababa de nacer y estaba envuelto en<br />

pañales, acunado en los brazos de ella… su hijo. <strong>El</strong>la estaba cubierta de sudor,<br />

con el cabello húmedo, exhausta… y brillante con un innato resplandor femenino.<br />

Y algo había caído sobre él. Lo dijo, y fue demasiado tarde para retractarse. Y,<br />

por el infierno, cuán agudamente deseó desdecirse.<br />

<strong>El</strong>la apartó su mirada del niño alzando el rostro.<br />

Y rió.<br />

Si él tuviese un alma, se habría hecho pedazos.<br />

Su risa había sido suave e irónica, y mucho más áspera precisamente por<br />

ello. Porque en ella residía un toque de compasión.<br />

No puedes amar, Fae. No tienes alma.<br />

Demasiado para las palabras de Adam Black. ¿Alguna vez una mujer las<br />

había creído? ¿O simplemente se habían inclinado a su irresistible atractivo<br />

sensual, cayendo presas de cuerpo pero nunca de corazón? Tiempo atrás, no le<br />

había preocupado. Pero el tiempo y el contacto con los humanos le habían hecho<br />

algo extraño, cambiándole, haciéndole preguntarse sobre cosas de las que nunca<br />

se había preocupado antes, y a veces se sentía como imaginaba que debía<br />

sentirse Gabrielle: a horcajadas entre dos mundos, un pie aquí y otro allá, sin<br />

ningún lugar al que considerar hogar.<br />

¿Cómo sabes que no puedo amar?, había siseado él. Tan<br />

despreocupadamente le había arrojado ella sus palabras a la cara, palabras que<br />

él nunca había dicho antes. Palabras que nunca volvería a decir. Define amor,<br />

Morganna.<br />

<strong>El</strong>la se mantuvo en silencio durante un momento, observando con fijeza<br />

al diminuto bebé que gorgojeaba entre sus brazos.<br />

153


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Amor significa que morirías por esa persona miles de veces, dijo ella<br />

finalmente, sin apartar la mirada del recién nacido. Que darías hasta la última<br />

gota de lo que posees para tenerla a tu lado aunque solo sea un momento más,<br />

para mantenerla vivo, sano y feliz.<br />

Eso no es justo, respondió él. Sabes que no poseo un alma. Si muero,<br />

dejaré de existir para siempre. Si tú mueres, continuarás existiendo. En algún<br />

otro tiempo, algún otro lugar, algún otro mundo. Yo me convertiré en polvo. Nada<br />

más, no puedes juzgarme con el mismo rasero.<br />

¿Deseas jugar a ser como nosotros pero sin pagar las mismas cuentas?<br />

Si verdaderamente amas a alguien, principesco Fae, debes entregar hasta el<br />

último ápice de lo que tienes para dar… sea lo que sea. Y no hacer diferencias.<br />

Tal vez seas tú quien no puede amar, Morganna. Tal vez cuando tú amas a<br />

alguien significa que estarías dispuesta, no a morir, sino a entregar tu alma<br />

inmortal. Así que quizás sea tu falta, no la mía.<br />

Y así comenzó la discusión. La eterna, nunca cambiante discusión entre<br />

ellos. Hasta que el vínculo Tuatha Dé entre un macho Fae y una mujer humana<br />

que se establecía en el instante en que un niño es concebido se volvió más<br />

doloroso que placentero. Hasta que ambos construyeron muros para mantener al<br />

otro fuera.<br />

Por Danu, ¿cuántas veces habían tenido esa pelea? ¿Cien? ¿Mil?<br />

Hasta el día en que ella murió. Y él se mantuvo junto su lecho de muerte,<br />

intentando que tomase el maldito elixir de vida, tal como lo había intentado<br />

desde que ella tenía diecisiete años; pero como un idiota, en un raro instante de<br />

estúpida honestidad tantos años atrás, le había contado a la joven Morganna su<br />

desagradable efecto secundario: esa inmortalidad y un alma inmortal no pueden<br />

coexistir.<br />

Una vez que lo tomase, en un corto número de años toda traza de lo que<br />

definía su humanidad se habría ido. Ese suave resplandor dorado que la rodeaba<br />

desaparecería día a día, hasta que no quedase nada. Hasta que estuviese tan<br />

vacía de ese divino resplandor interior como cualquier Fae.<br />

Cambiaría, siempre lo hacían.<br />

Pero era mejor una Morganna sin alma que una muerta.<br />

Nunca, Adam. Déjame morir.<br />

Él pudo haberle arrebatado cualquier recuerdo de su confesión. Pudo<br />

haberla obligado a tomar el elixir. Pudo hacerla creer cualquier cosa que<br />

desease que creyera.<br />

154


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Pero lo que deseaba que creyese era que él era digno.<br />

¿Tan malo sería ser como yo?, rugió él. ¿Soy un ser tan asqueroso, sin<br />

una alma, Morganna? ¿No he sido bueno contigo? ¿Qué has deseado de mí que yo<br />

no te haya entregado? ¿En qué me he equivocado?<br />

—Adam, hay algo que no entiendo. ¿Por qué Darroc no nos mató? —<br />

Preguntó Gabby de repente, sacándole de su oscuro ensueño—. Tenía la ventaja<br />

de la sorpresa. Pudo dispararte por la espalda, o golpearte en la cabeza o algo.<br />

Él parpadeó, frotando la mano sobre los ojos. Cristo, esos recuerdos le<br />

habían llegado de pronto y sin aviso, golpeándole tan intensamente que por unos<br />

instantes había olvidado donde estaba. Había vuelto allá, odiándola por morir.<br />

Odiándola por considerarle defectuoso hasta el mismo final por aquello con lo<br />

que ella había tenido la gracia de nacer.<br />

Odiando a todos los humanos, con sus sagradas almas, agrupando<br />

unilateralmente a todos los mortales como una especie vil. Y recordando<br />

finalmente lo que él era, después de todo. Un semidios, ¡así que que les joda!,<br />

había caminado a través de las Highlands durante un tiempo como si fuese la<br />

propia Muerte.<br />

Apretando la mandíbula, apartó los susurros de los tiempos pasados<br />

hacia el oscuro rincón de su mente que nunca visitaba voluntariamente. Su<br />

oubliette, su lugar del olvido. Capas y capas de recuerdos tirados en el pozo y<br />

abandonados allí, estirándose hacia atrás miles de años. Sumergirse en ellos<br />

sería una invitación a la locura. Pero otra mentira que le contó a Circenn fue que<br />

aprender demasiado con demasiada rapidez causaba la locura entre los de su<br />

raza, cuando la verdad era una sutil variación de eso: Era no saber cuando<br />

olvidar lo que provocaba eso.<br />

—No conoces a Darroc, ka-lyrra, —dijo él—. Le gusta jugar con su presa<br />

antes de matarla. No correría el riesgo mientras yo te tocaba porque, si no me<br />

dejaba inconsciente o me mataba instantáneamente, yo podría transportarnos a<br />

salvo. No se molestó esta vez en ocultarse a sí mismo y a los Cazadores con el<br />

féth fiada, porque quería que yo le viese y le oyese. Intentaba que yo me<br />

enfrentase a él, obligarme a girarme para apartarnos. Después de lo que ha<br />

visto, apuesto a que ahora te quiere a ti tanto como a mí.<br />

— ¿Por qué?<br />

Él la observó. Llevaba su largo cabello recogido con una de esas<br />

horquillas a las que tenía tanto cariño, y una pequeña cola puntiaguda se erguía<br />

recta, tocando el techo del coche, sacudiéndose alegremente mientras botaban<br />

y se inclinaban en la carretera llena de baches. Lucía su chaqueta de suave ante<br />

con bordes lanosos, el cuello estirado hacia arriba rodeando su esbelto cuello. <strong>El</strong><br />

155


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

sol de la tarde era una fiera bola deslizándose tras Ben Killan, que doraba su<br />

delicado perfil mientras ella se mordisqueaba su labio inferior.<br />

Y era la maldita cosa más bonita de todas las Highlands, mucho más que<br />

las montañas florecientes y los arroyos centelleantes.<br />

Era divertida, seductora, sexy, lista y llena de pasión humana, y le había<br />

hecho algo que no podía explicar. Besar a Gabrielle, había pensado en la suite,<br />

con sus brazos plenos de su lozana suavidad, era lo más cercano a saborear el<br />

cielo que un hombre sin alma podía esperar obtener. Le había respondido con<br />

toda la explosiva pasión que había notado al instante de posar sus ojos sobre<br />

ella, elevándose con rapidez al borde del clímax. Él habría podido llevarla con<br />

facilidad hasta él después de ser interrumpidos, podría haber sido compasivo y<br />

liberar la tensión de su cuerpo mientras se transportaban, o incluso más tarde<br />

en el tren o el avión.<br />

Pero no estaba dispuesto a aliviarla tan fácilmente. Le gustaba la idea de<br />

ella excitada por la dolorosa conciencia de él. Soportándola, tal como hacía él<br />

constantemente, dolorosamente consciente de ella. Sufrirían juntos. Cuando<br />

finalmente le provocase ese primer orgasmo, sería seguido por una docena más.<br />

Con su polla dentro de ella, profundamente introducido. Marcándola como suya.<br />

Su cuerpo humano, según parecía, había heredado una peculiaridad de los<br />

MacKeltar; la había mirado y gruñido mía. Y no había vuelta atrás. Para ninguno<br />

de ellos. Si ella aún no se había dado cuenta de eso, lo haría pronto.<br />

—Para llegar a mí. Es un bastardo retorcido. Le gusta arrebatarme todo.<br />

Especialmente las mujeres mortales. Tuve que aplicarme mucho para evitar que<br />

supiese nada sobre Morganna. Pero ahora sabe de ti, y no dejara de venir.<br />

<strong>El</strong>la abrió la boca y volvió a cerrarla. Luego la volvió a abrir.<br />

— ¿Llegaría a ti si me coge?<br />

Él la miró, pero ella no le devolvió la mirada. Había habido una nota tensa<br />

en su voz. Como novedad, su mirada estaba firmemente fija en la carretera. La<br />

pregunta era importante para ella. Y para él.<br />

—Sí, Gabrielle —contestó él con calma intensidad—. Lo haría.<br />

—Oh —<strong>El</strong>la calló un largo instante—. ¿Estás seguro de que estaremos<br />

realmente a salvo en el lugar al que vamos?<br />

Él sonrió ligeramente. Era tan mala como él en lo que concernía a desviar<br />

cuestiones o cambiar de tema. No importaba. Había tiempo. Él se encargaría de<br />

que hubiese mucho más que tiempo suficiente.<br />

156


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

—Ya lo estamos, hemos pasado las guardas. La reina es alertada en el<br />

momento que un Tuatha Dé cruza sus guardas y se adentra mil leguas en tierra<br />

Keltar, y esas guardas identifican al intruso. Este es el único lugar al que Darroc<br />

no puede venir sin revelarse a sí mismo a Aoibheal. Si lo hiciese, el juego<br />

terminaría, y él no está dispuesto a que eso ocurra. Además, posee cierta<br />

familiaridad con el reino humano, y si conozco a Darroc, se concentrará en lo que<br />

le hizo ir a Cincinnati. Seguirá intentando encontrar a Circenn.<br />

— ¿La reina sabrá que eres tú quien cruzó sus guardas?<br />

—Las guardas se diseñaron para un Tuatha Dé, lo cual ya no soy, así que<br />

no lo creo.<br />

—No creías que Darroc nos encontraría tan rápidamente.<br />

No era una pregunta, pero él contestó de todas formas.<br />

—Le subestimé. No creí que se atrevería a traer más Cazadores. No<br />

había forma en que pudiese encontrarnos tan rápido con solo los cuatro<br />

Cazadores que viste con él en Cincinnati. Pero convocó a más.<br />

— ¿Cuántos más? —preguntó ella, mirándole con los ojos abiertos de<br />

sobresalto.<br />

—No quieres saberlo.<br />

Cuando la giró en sus brazos para que le mirase, él había observado por<br />

encima de su hombro. Una veintena de Cazadores se habían materializado<br />

detrás de ella, solo esperando el instante en que él se girase hacia Darroc y<br />

dejase de tocarla. Alas negras cerniéndose sobre ella. Él nunca había visto<br />

tantos Cazadores juntos en el mismo lugar, aparte de su prisión Unseelie.<br />

Incluso él había encontrado esa oscura legión ligeramente desconcertante.<br />

Más que desconcertante. <strong>El</strong> simple pensamiento de sus garras<br />

clavándose en Gabrielle habría provocado algo en el corazón humano de su<br />

pecho, le había hecho sentir como si… creciese, convirtiéndose en un enorme y<br />

aplastante puño.<br />

— ¿Estaban detrás de mí? —preguntó ella con cautela. No quería<br />

perderse nada. Él asintió—. ¿Uh… más de… er, una docena?<br />

—Sí.<br />

—Tienes razón —dijo ella apresuradamente—. No quiero saberlo —Otra<br />

larga pausa—. Sabes… um, lo que Darroc dijo sobre tú y él jugando con los<br />

mortales…<br />

Un músculo palpitó en la mandíbula de él.<br />

— ¿Qué pasa con eso, Gabrielle?<br />

157


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Era, er… verdad?<br />

—No —dijo Adam—. Darroc miente. Solo intentaba llenar tu cabeza con<br />

tonterías. Provocar la disensión entre nosotros, hacer el viejo truco de divide y<br />

conquistarás.<br />

— ¿De verdad? —<strong>El</strong>la le miró, con sus ojos verde-dorados bien abiertos,<br />

buscando.<br />

—No —dijo Adam—. De verdad.<br />

Él encontró su mirada sin mostrar expresión alguna, obligándola a<br />

creerle, odiando que la única vez que ella le miraba como debía, él estuviese<br />

mintiendo. Pero quien o que había sido no era quien o que era ahora, y no sería<br />

juzgado y convicto por antiguos crímenes.<br />

<strong>El</strong>la asintió lentamente.<br />

—De modo que —cambió de tema bruscamente—, ¿estás seguro de que<br />

esos MacKeltar que vamos a ver me creerán? ¿Incluso aunque no sean capaces<br />

de verte?<br />

—Ah, ka-lyrra, no estoy seguro de que exista algo que los MacKeltar no<br />

creerían. Han visto de todo.<br />

* * *<br />

—Le hemos perdido, Darroc —dijo Bastion.<br />

Darroc miró fijamente al Cazador manteniendo un silencio helado.<br />

Observar a Adam con su pequeña humana le había recordado los antiguos<br />

tiempos en que habían recorrido juntos la Caza Salvaje, cuando habían cazado<br />

como dioses hermanos, invencibles y libres, gobernados por nada y por nadie.<br />

Habían sido inseparables, cada uno conociendo los pensamientos del otro tan<br />

bien como los propios. Los mortales habían sido para ellos poco más que bestias<br />

inferiores, buenos para una persecución, divertidos para jugar con ellos,<br />

enfrentándoles entre ellos y observar como representaban sus tontas<br />

tragedias.<br />

Pero Adam había cambiado. Había sido corrompido por el contacto con<br />

los humanos. Y le había dado la espalda a su propia clase por uno de ellos. A él,<br />

Darroc, quien una vez había favorecido a Adam como nunca había favorecido a<br />

nadie.<br />

Adam se había convertido en protector de los humanos, pasando la<br />

mayor parte de su tiempo entre las criaturas de corta vida. Para Darroc era<br />

158


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

inconcebible que cualquier entidad sensible pudiese preferir a los humanos que a<br />

los Tuatha Dé.<br />

Había esperado a que Adam volviese al redil, una vez satisfecha y<br />

superada su perversa fascinación. Pero pasó un milenio y Darroc había venido<br />

para ver a Adam convertido en la abominación que era.<br />

Furioso por descubrir a Adam divirtiéndose apasionadamente con la<br />

humana, había permitido que los Cazadores y él mismo fuesen visibles. Deseaba<br />

que fuese su rostro lleno de cicatrices lo último que Adam viese al yacer<br />

moribundo, mientras observaba como Darroc violaba a su mujer.<br />

Pero Adam había respondido a sus pullas en su forma habitual. No, había<br />

reaccionado como si Darroc ni siquiera tuviese importancia, como si sus pullas no<br />

pudiesen alcanzarle, como si solamente la seguridad de su patética pequeña<br />

mortal fuese de alguna importancia.<br />

Por segunda vez en esos días, Adam había utilizado su cuerpo para<br />

escudar a su humana y se había transportado antes de que Darroc pudiese<br />

detenerle.<br />

Y ahora el sin siriche du (quien ya no era digno de tan noble apelativo)<br />

estaba allá fuera en alguna parte con el conocimiento de que Darroc había<br />

liberado a los Cazadores. Y Darroc sabía que Adam sabía exactamente lo que<br />

significaba: que estaba planeando desafiar a la reina.<br />

Lo cual quería decir que tenía que encontrar a Adam otra vez y rápido.<br />

Antes de que el inteligente príncipe D’Jai encontrase alguna forma de atraer la<br />

atención de Aoibheal, incluso sin poderes como estaba. Darroc ya no podía<br />

permitirse el lujo de alargar su muerte. La próxima vez que viese a Adam Black,<br />

su desaparición debería ser rápida. No podía permitir que su sed de venganza<br />

pusiese en peligro su victoria final.<br />

Aunque… conservaría a la mujer por un tiempo. ¿Le gustaban los varones<br />

Fae? Él le enseñaría lo que los varones Fae pueden hacer con las mujeres<br />

humanas. Le enseñaría lo que Adam realmente era en su interior aunque<br />

intentase negarlo. Tuatha Dé: un dios. Y ella le adoraría antes de morir.<br />

—No me mires así, Darroc —gruñó el Cazador, sacándole de sus<br />

pensamientos—. Estábamos preparados. Podríamos haberles matado en un latido<br />

de corazón humano. Tú insististe en separarles y cogerles vivos. ¿Se trata de<br />

nuestra libertad o de tu venganza?<br />

—Ambos —contestó Darroc de manera inexpresiva—. Y no es de tu<br />

incumbencia. Dime, ¿cuál es el último lugar donde localizasteis su olor?<br />

—En un aeropuerto humano.<br />

159


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Su destino?<br />

<strong>El</strong> Cazador estiró las alas membranosas.<br />

—Había demasiados humanos alrededor. Su olor se dispersó entre el olor<br />

de muchos otros para cuando llegamos. No fuimos capaces de definirlo.<br />

Darroc maldijo brutalmente.<br />

—Deja que llame a más Cazadores. Volveremos a encontrarles —dijo<br />

Bastion.<br />

—<strong>El</strong> rey Unseelie notaría su ausencia —dijo Darroc—. No es un estúpido.<br />

—Actualmente se está divirtiendo por alguna parte. Nadie le ha visto<br />

desde hace bastante tiempo —replicó Bastion.<br />

Darroc sopesó la información.<br />

Si pudiese contar con el rey Unseelie, si pudiese solicitarle consejo o<br />

alianza, pero el Rey de la Oscuridad no era como ningún otro de su raza, tan<br />

anciano que Aoibheal, quien estaba a punto de cumplir setenta mil años, sería<br />

como si acabase de exhalar su primer respiro. Se rumoreaba que el rey Unseelie<br />

contaba su existencia por muchos cientos de miles de años; algunos murmuraban<br />

que eran incluso más. Y estaba, más a menudo que no, bastante loco. Pocos<br />

habían podido apenas vislumbrarle y nadie conocía su nombre o su verdadera<br />

forma. Había creado su propio reino en el interior del reino en sombras de la<br />

prisión Unseelie, una fortaleza de la que se decía abarcaba galaxias enteras; un<br />

oscuro y vasto dominio repleto de trampas para los incautos, en el que nadie que<br />

él conociese había entrado sin ser invitado y vuelto para contarlo.<br />

En realidad, nadie había entrado invitado y regresado, salvo la reina<br />

Seelie en dos ocasiones. Incluso ella evitaba al Rey de la Oscuridad.<br />

Aunque… si estaba ocupado en alguna parte, Darroc ciertamente podría<br />

utilizar más Cazadores.<br />

— ¿Cuánto hace que no se le ve al rey?<br />

—Cincuenta años —contestó Bastion.<br />

Bastante tiempo, un riesgo digno de asumir.<br />

—Otra veintena de vosotros, no más —concedió Darroc—. Encuentra al<br />

hijo de Adam. Creo que él intentará utilizarle para conseguir una audiencia con<br />

la reina. Debemos evitar que eso ocurra. Cubran tanto Cincinnati como las<br />

Highlands. Cuando localicen a su bastardo mestizo, convócame. Y si consiguen<br />

encontrar a Adam, no se acerquen. Quiero estar allí cuando muera.<br />

Bastion asintió, con sus agudos dientes reluciendo.<br />

160


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 17<br />

Drustan MacKeltar tomó un trago de whisky escocés y echó un vistazo<br />

alrededor de la mesa con una sonrisa satisfecha.<br />

<strong>El</strong> año pasado los MacKeltars habían visto demasiado de todo. Y Dios así<br />

lo quiera, ya hemos visto lo último de todo, pensó fervientemente.<br />

Después de tantos acontecimientos calamitosos, la vida era pacífica y<br />

dulce, todo lo que alguna vez había soñado y más. Él quería nada más que<br />

sumergirse en los placeres simples para el resto de su vida. Como una comida<br />

compartida con aquellos que amaba, ante un crujiente fuego hecho con haces de<br />

fragante brezo.<br />

Su mirada examinó rápidamente a sus compañeros de comedor: estaba<br />

Gwen, su querida esposa, una brillante física, y madre radiante de sus preciosos<br />

gemelos de dos meses, charlando alegremente con Chloe acerca de todas las<br />

escuelas a las que sus niños podrían un día asistir.<br />

Y estaba Chloe, la querida esposa de su hermano, una experta en<br />

antigüedades y brillante estudiosa. Acababan de saber la semana pasada que<br />

pronto traerían más miembros al clan MacKeltar, y ella había estado<br />

resplandeciente desde entonces, tal como lo había estado su marido, Dageus.<br />

amigo.<br />

Ah, y estaba Dageus, su gemelo, tres minutos más joven, y su mejor<br />

Habían pasado meses desde aquella noche en el Edificio Belthew, cuando<br />

Dageus había combatido y derrotado la secta actual de los Draghar, quienes<br />

habían estado decididos a resucitar a su antiguo homónimo. Los ojos de Dageus<br />

estaban otra vez radiantes y claros, y estaba lleno de risas fáciles. Drustan no<br />

podía recordar haberlo visto alguna vez tan feliz.<br />

Al principio, Dageus había hablado de construir su propio castillo en el<br />

tercio norte de la propiedad de los MacKeltar, pero Drustan rápidamente había<br />

acabado con tal tontería. Dageus había supervisado la construcción del castillo<br />

de Drustan y Gwen - la fabulosa casa había sido una muestra de su amor hacia<br />

ellos, y hecho a la medida en cada maravillosamente bien trabajado detalle -<br />

contenía ciento veinte habitaciones. Había sido diseñado para el hogar de un<br />

clan entero, y Drustan intentaba hacer exactamente eso.<br />

161


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Él no había perdido a su hermano dos veces como para ofrecerle<br />

cualquier otra cosa ahora. Los clanes no se parecían a las familias de nuestros<br />

días. Los clanes de las Highlands permanecían juntos, trabajaban juntos,<br />

jugaban juntos, y levantaban a sus niños juntos. Conquistaron su propia pequeña<br />

esquina del mundo y la llenaron con su única y orgullosa herencia.<br />

De ahí que Dageus y Chloe habían hecho su residencia en el castillo,<br />

colocándose felizmente en una suite en el ala oeste, en el ala contraria a la<br />

Drustan y Gwen que estaba al este.<br />

Y cada víspera sin falta, a las siete en punto, se reunían para cenar (sus<br />

mujeres insistían en que ellos se vistieran para ello, y él se habría puesto<br />

cualquier cosa tonta que ella le hubiera pedido, con tal de ver a su pequeñita<br />

Gwen en vestidos y zapatos tan atractivos como los que usaban las mujeres del<br />

siglo veintiuno), y las paredes de piedra del castillo se llenaban con risas, fina<br />

conversación, y el calor del amor.<br />

Ladeando su cabeza, Drustan echó un vistazo encima del retrato de su<br />

padre. Silvan, y su segunda madre, Nell, colgando encima de la chimenea. Él<br />

imaginaba los ojos negros pintados de Silvan centelleando alegremente y la<br />

sonrisa de Nell que curvaba sus labios dulcemente. Si, la vida era rica. Después<br />

de todas sus pruebas y tribulaciones, se había adaptado a una cadencia pacífica,<br />

sin las complicaciones de vida-o-muerte, ningún perjurio, ningún viaje en el<br />

tiempo, ninguna maldición, ningún Druida malvado o gitanos o videntes<br />

enloquecidos o Tuatha Dé.<br />

Tenía ganas de un largo período paz ininterrumpida y de quietud. <strong>El</strong><br />

reposo en su vida le caería bien. Apartó su plato y estuvo a punto de sugerir que<br />

pasaran a la biblioteca, cuando su mayordomo, Farley, llegó tempestuosamente,<br />

el pelo blanco erizado, su aspecto alto y encorvado ahora más tieso que un huso.<br />

Algo lo tenía claramente agitado.<br />

— Milord —, dijo Farley con un disgustado bah.<br />

— Señor MacKeltar —, le corrigió Drustan por enésima vez, con una<br />

sonrisa de esto-es-verdaderamente-desgastante-pero-yo-estoy-decidido-ahacerlo.<br />

Daba lo mismo cuantas veces él le dijera a Farley que él ya no era Laird,<br />

que era simplemente el Sr. MacKeltar, que era Christopher (su descendiente<br />

actual quien vivía arriba en el camino del castillo más viejo sobre la tierra) quien<br />

en realidad era el Laird, Farley rechazaba oírlo. <strong>El</strong> mayordomo de algo más de<br />

ochenta años, aunque insistía en que tenía sesenta y dos años y que obviamente<br />

nunca antes en su vida hasta el presente había llegado hasta el punto más alto<br />

de su carrera, estaba determinado a ser mayordomo de un lord. Punto final. Y<br />

no iba a permitir a Drustan interferir con aquella aspiración.<br />

Si no fuera por Gwen, Drustan podría haber sido más firme sobre el<br />

162


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

acogerlo, pero Gwen adoraba a Ian Llewelyn McFarley, desde el día en que había<br />

llegado, seguido de tantos otros McFarleys que buscaban ser empleados en y<br />

alrededor del castillo, que Drustan ya no estaba seguro algunas veces si era el<br />

Castillo Keltar donde vivía o el Castillo Farley.<br />

Siendo justos, pensaba irónicamente, este era el Castillo Farley a fuerza<br />

de números simplemente. Según su último conteo, empleaba a catorce de los<br />

hijos de su mayordomo, con sus esposas y familiares. Diecisiete nietos, y había<br />

doce pequeñitos llenando el lugar, desde niños hasta adolescentes. Los<br />

McFarleys eran un grupo prolífico, reproduciéndose como los clanes de los<br />

antiguos tiempos. Drustan parecía seriamente interesado de ponerse a la par.<br />

Seguramente disfrutaría del intento, pensó, mirando posesivamente a su<br />

pequeñita y sensual esposa.<br />

— Si, milord MacKeltar.<br />

Drustan puso los ojos en blanco. Gwen resopló tras su servilleta.<br />

— Como intentaba decirle, milord, tiene un visitante y, pensé que, aunque<br />

quizás no soy quien para decirlo, ella es en gran medida una — sniff— muchacha<br />

impropia. No como la joven señorita Chloe aquí presente —, una enorme y<br />

caprichosa sonrisa — o nuestra encantadora señora Gwen. En verdad ella me<br />

trae más a la mente eso —, él señaló con la cabeza hacia Dageus — cuando él<br />

llegó. Hay algo que no está bien acerca de ella, no bien del todo.<br />

Drustan sintió una sensación de vacío en su estómago. Paz y tranquilidad<br />

estaban en la agenda. Nada más. Echó un vistazo de manera inquisidora a su<br />

esposa. Gwen se encogió y negó con la cabeza. — No he invitado a nadie,<br />

Drustan. ¿Lo hiciste tú Chloe?<br />

— No —, contestó Chloe. — ¿Qué no está bien con ella, Farley? —,<br />

preguntó curiosamente.<br />

Un desagradado humm. Unos pocos humms, luego uno profundo, sonó<br />

ofendido. — <strong>El</strong>la es una muchacha bastante buena, es decir cuando uno es capaz<br />

de mirarla realmente, pero —se interrumpió con un suspiro profundamente<br />

apenado y limpió su garganta varias veces antes de continuar — Parece que ella<br />

está teniendo, er ... problemas de solidez.<br />

— ¿Qué? —, dijo Gwen, frunciendo el ceño — ¿Qué puede significar —<br />

problemas de solidez—?<br />

— ¿Qué significa eso, Farley?<br />

Drustan inhaló profundamente, exhalando despacio. No le gustaba como<br />

sonaba eso. Los problemas de solidez no eran de buen agüero para la serenidad<br />

de los inquilinos del Castillo Keltar.<br />

163


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Es precisamente como dije. Problemas de solidez —, reiteró Farley,<br />

obviamente renuente a comprometerse más allá de la descripción del<br />

inesperado invitado.<br />

— Oh —, dijo Gwen débilmente. — ¿Quieres decir que ella es sólida y<br />

luego no lo es? ¿Es como si se volviera invisible?<br />

— Usted no ha escuchado tal cosa de mí —, dijo Farley rígidamente. —<br />

Semejante afirmación me haría parecer bastante confundido.<br />

— ¿Y ella está preguntando por mí? —, dijo Drustan con irritación.<br />

¿Cómo podía ser eso? Las únicas personas que él conocía en el siglo veintiuno<br />

eran aquellos que había conocido a través de Gwen, o desde que se habían<br />

instalado en la propiedad MacKeltar. Seguramente no tenía nada que ver con<br />

alguien con problemas de solidez. Realmente, habría evitado a tal persona como<br />

a la plaga más horrenda. Había tenido bastante de hechizos y encantamientos<br />

para más de una docena de vidas.<br />

— No, ella está preguntando por ese otro —. Farley señaló hacia Dageus.<br />

— ¿Yo? —. Dageus parecía sobresaltado. Echando un vistazo a Chloe, él<br />

se encogió — No tengo ni idea, muchacha.<br />

Exhalando explosivamente, Drustan se levantó. Vamos a por la paz y la<br />

tranquilidad y los simples placeres. Cuán tonto creer que la vida de un Druida<br />

Keltar alguna vez podría ser normal. En cualquier estúpido siglo. — Creo que lo<br />

mejor es averiguar —. Dijo. — tal vez seamos tan afortunados que la muchacha<br />

con —problemas de solidez— podría volverse no-sólida de una manera<br />

permanente y dejarnos a todos en paz.<br />

Cuando fue hacia el gran pasillo, Dageus, Gwen, y Chloe lo seguian tras<br />

sus talones.<br />

* * *<br />

Gabby estaba de pie en la entrada del castillo, sacudiendo la cabeza,<br />

atontada.<br />

Adam no se había molestado en decirle que los MacKeltars vivían en un<br />

magnífico y extenso castillo con torrecillas redondas y torres cuadradas,<br />

encerrado por una poderosa pared de piedra, y repleto de rastrillos medievales<br />

y barbicanos, y sólo el gran vestíbulo, podía contener un onceavo piso del hotel<br />

Victorian.<br />

Tampoco le había advertido que podría haber tenido la súbita tentación<br />

164


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

de correr a cepillar su cabello o a empolvar su nariz e intentar verse<br />

presentable frente... frente a los aristócratas o… la nobleza... o lo que fueran<br />

las señoriales personas que vivían en el castillo.<br />

No, sólo como si fuera otra abrupta caída de Gabby O'Callaghan, privada<br />

de sueño Y desaliñada, dentro de otra insondable situación, totalmente<br />

desprevenida. Inclinó hacia atrás la cabeza, examinando su entorno. Una<br />

balaustrada intrincadamente tallada rodeaba el pasillo del segundo piso, y una<br />

elegante escalera doble venía de lados contrarios, se encontraban en el medio, y<br />

descendían en una amplia serie de escalones de mármol. Era una escalera de<br />

cuento de hadas, una princesa podría descender, vestida con un elegante traje.<br />

Tapicerías brillantes adornaban las paredes, alfombras afelpadas estaban<br />

extendidas, y cristales pintorescamente coloreados adornaban las muchas<br />

ventanas en altura. <strong>El</strong> mobiliario en el vestíbulo era voluminoso y tallado,<br />

adornado con complejos nudos celtas. Había dos chimeneas, ambas grandes como<br />

un hombre desarrollado de pie. Enfrente había sillas con altos y acolchados<br />

espaldares y con ricos brocados, colocadas al lado de brillantes mesas. Los<br />

corredores iban en todas las direcciones, y no podía empezar a imaginarse<br />

cuantas habitaciónes había en el lugar. ¿Cien? ¿Doscientos? ¿Y con el detalle de<br />

pasillos secretos y una mazmorra? se preguntó de manera extravagante.<br />

No fue hasta que habían comenzado a subir el largo, tortuoso y privado<br />

acceso a la propiedad, que Adam finalmente había divulgado el fascinante,<br />

aunque incompleto, trozo de información acerca de que los MacKeltars<br />

descendían de una antigua línea de Druidas que habían servido a los Tuatha Dé<br />

Danaan por eones y eran los defensores exclusivos del lado de los Hombres en el<br />

Pacto entre los humanos y los Fae.<br />

— ¿<strong>El</strong> Pacto? —. Había repetido, atontada.<br />

Los Libros de O'Callaghan tenían escasa información acerca del<br />

legendario tratado. <strong>El</strong>la estaba comenzando a comprender que si sobreviviera a<br />

todo esto, sería capaz de agregar una enorme riqueza de información a los<br />

volúmenes para las futuras generaciones, y lo que era aún mejor, información<br />

exacta, más que cualquiera que hubieran manejado ellos hasta ese momento.<br />

Quizás hasta conseguiría ver la sagrada… er, cosa, lo que fuera que<br />

fuese <strong>El</strong> Pacto, casi no sabía ni como se suponía que luciría. Y cuanto, se<br />

preguntó, ardiendo de curiosidad, ¿podrían los MacKeltars ser capaces de<br />

contarle sobre los Fae? Como los defensores del tratado, ellos deberían saber<br />

mucho. No podía esperar.<br />

Resopló suavemente, sin poder evitar la ironía de sus pensamientos.<br />

Había gastado su vida entera determinada a ocultarse de todas las cosas Fae,<br />

rechazando abrir Los Libros, rechazando estudiarlos, y de repente estaba<br />

165


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

impaciente por saber tanto como fuera posible sobre ellos. Los Libros<br />

O'Callaghan habían estado errados sobre muchas cosas. Y necesitaba saber<br />

exactamente en qué cosas, y exactamente cuán equivocado. Sólo entonces podía<br />

ser capaz de hallarle algún sentido al príncipe Fae oscuro y seductor que había<br />

arruinado su vida y la había vuelto completamente patas arriba.<br />

Echó un vistazo hacia él. Estaba de pie silenciosamente, su mirada fija<br />

enfocada hacia delante, su enorme cuerpo quieto y tenso. ¿Estaba inseguro de<br />

su bienvenida? Era difícil imaginarse que Adam estuviera inseguro de algo.<br />

<strong>El</strong>la estaba inclinando su cabeza atrás para investigar, cuando dos<br />

hombres entraron en el gran vestíbulo y la pregunta voló fuera de su cabeza.<br />

Eran simplemente dos de los hombres más magníficos que alguna vez hubiera<br />

visto. Gemelos, aunque diferentes. Eran tanto altos como poderosamente<br />

formados. Uno era más alto por unas pulgadas, con el pelo negro que llegaba un<br />

poco más abajo de sus hombros y ojos como trozos de plata y hielo, mientras<br />

que el otro tenía un largo cabello negro que caía en una trenza hasta su cintura,<br />

y ojos tan dorados como el collar de Adam. Iban elegantemente vestidos con<br />

ropa entallada de matices oscuros, sus cuerpos magníficos exudando un crudo<br />

atractivo.<br />

Oh, Dios, se maravilló, no hacen hombres como estos en los Estados<br />

Unidos. ¿Eran estos típicos escoceses? Si era así, iba a tener que traer a<br />

<strong>El</strong>izabeth aquí de algún modo. Una experta en novelas románticas, los favoritos<br />

de <strong>El</strong>izabeth eran los escoceses, y estos dos hombres lucían como si hubiesen<br />

salido de una de aquellas cubiertas.<br />

— Intenta no quedar con la boca abierta, ka-lyrra. Son sólo humanos.<br />

Mortales. Insignificantes. Casados. Ambos. Felizmente.<br />

Lo siento por <strong>El</strong>izabeth, Gabby lamentó, girándose para mirar a Adam.<br />

Su mano descansaba posesivamente en el pequeño trasero de ella, y él estaba<br />

mirándola con una expresión inequívocamente irritada que parecía un poco<br />

como... ¿celosa? <strong>El</strong> Sin Siriche Du - ¿celoso de dos varones humanos? ¿Por ella?<br />

La idea parecía tan improbable como para ser imposible; sin embargo, hizo que<br />

pequeños resuellos se atascaran en su garganta.<br />

— No estoy boquiabierta —. Logró decir, y realmente no lo estaba,<br />

porque tan pronto como había mirado atrás hacia Adam, se había dado cuenta<br />

que, aunque los dos hombres podían ser magníficos entre los humanos, no eran<br />

nada comparados con él.<br />

Toma a esos dos hombres, combínalos, rocíalos con polvo Fae, salpícalos<br />

diez veces con esa sensualidad que se cuece a fuego lento, un poco de peligro<br />

elemental, y es Adam Black, pensó.<br />

166


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Dageus, estás viendo... —, el más alto de los dos comenzó, con una<br />

nota disgustada en la voz profunda, unida a un espeso y suave chirrido.<br />

— ¿Algo así como el contorno débil y nebuloso de una muchacha,<br />

Drustan? —. Su gemelo de ojos dorados terminó por él, con el mismo atractivo<br />

acento.<br />

— Si —,dijo el llamado Drustan, frunciendo el ceño.<br />

— Si —. Dageus estuvo de acuerdo.<br />

— ¡Oh! —, exclamó Gabby. Se había olvidado de la mano de Adam en su<br />

pequeño trasero (¡hombre letal, había conseguido que ella se acostumbrara a su<br />

toque constante, que ahora hacía más probable que notara su ausencia que su<br />

presencia!). ¿Además, cómo los MacKeltars podían verla en absoluto? se<br />

preguntó, frunciendo el ceño. ¿Porque eran Druidas? ¡Cielos, tenía tantas<br />

preguntas!<br />

Escabulléndose del toque de Adam, ella se excuso a toda prisa ante los<br />

dos altos y oscuros hombres. — Lo siento tanto. Sigo olvidando que desaparezco<br />

cuando él está tocándome, porque nada desaparece para mí. Supongo que<br />

probablemente atemorizamos un poco a su mayordomo —. Ante sus vacías<br />

miradas, continuó. — Soy Gabrielle O'Callaghan —, dijo, dando un paso adelante<br />

y ofreciendo su mano, — Y sé que ustedes no me conocen, y sé que todo esto<br />

probablemente parezca bastante extraño, pero puedo explicarlo. ¿Tal vez<br />

podríamos sentarnos en algún sitio? Siento como si hubiéramos estado viajando<br />

siempre.<br />

Los hombres intercambiaron miradas. — ¿Nosotros?—. <strong>El</strong> llamado<br />

Drustan dijo con cautela.<br />

— Oh, por el amor del cielo, Drustan —, una mujer menuda con pelo liso<br />

plateado y rubio, emergió empujando a los elevados <strong>Highlander</strong>s, — ¿Dónde<br />

están sus modales?<br />

Una segunda mujer, también menuda, pero con el pelo largo y rizado de<br />

color cobre y oro, surgió detrás del otro gemelo, y ambos se apresuraron a<br />

recibirla.<br />

— Soy Gwen —, dijo la rubia platinada, — y este es mi esposo, Drustan.<br />

Ésta es Chloe y su esposo, Dageus.<br />

— Encantada de conocerlas —, dijo Gabby, sintiéndose de repente como<br />

la reina del grunge, enfrontada a las dos hermosas mujeres. Aquí estaba en un<br />

elegante castillo, con cuatro personas elegantemente vestidas, ella, que había<br />

estado viajando sin parar durante un día y medio o al menos así lo creía. Las<br />

zonas horarias la tenían más bien enredada y cuatro cambios de avión y horas de<br />

167


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

agotadora conducción más tarde, se miró. Su pelo había resbalado desde hacía<br />

horas del clip y podía sentirlo cayendo desde su cabeza hasta su espalda. No<br />

tenía ningún maquillaje, y hasta las arrugas en su ropa tenían arrugas. Le lanzó a<br />

Adam una mirada fulminante. — No puedo creer que no me dijeras que íbamos a<br />

un castillo y que toda esta gente estaría aquí. Mírame, soy un lío, un desastre.<br />

— Um, perdóname, pero ¿a quien te diriges? Y no eres un lío —, le<br />

aseguro Chloe. — Créeme, Gwen y yo hemos tenido nuestra parte de raspaduras<br />

y nos hemos sentido desastrosas, y tú no estás tan arruinada. ¿Lo está, Gwen?<br />

Gwen rió. — Escasamente. Estar arruinada es estar ansiosa de nicotina,<br />

y luego pasar una semana en un autobús con un grupo de ancianos, caer en una<br />

cueva, y aterrizar sobre un cuerpo.<br />

— Y luego retroceder unos cuantos siglos, sin la idea de lo que vendrá —,<br />

Chloe estuvo de acuerdo. — Desnuda, además, ¿verdad?<br />

Gwen asintió irónicamente.<br />

Gabby parpadeó.<br />

— Yo le di mi manta de viaje —, protestó Drustan con indignación. — No<br />

era mi intención enviarte atrás desnuda como un niño pequeño, Gwen.<br />

Gwen le dirigió a su marido una mirada cariñosa. — Lo sé —, dijo<br />

suavemente.<br />

<strong>El</strong> llamado Dageus sacudió su cabeza con impaciencia. — Todo eso no es<br />

pertinente ni aquí ni ahora. ¿A quien le hablas que nosotros no podemos ver,<br />

muchacha?<br />

¿Lanzada unos siglos atrás? ¿Desnuda? ¿Qué? ¡Dios mío!, ¿esta gente<br />

era medio Fae como el hijo de Adam, que podía desplazarse en el tiempo? Su<br />

propia vida, en su pequeña esquina de los Tres Estados estaba pareciendo cada<br />

vez más normal con cada día que pasaba.<br />

— Diles, Gabrielle —. Adam le urgió con impaciencia. Parpadeando. Gabby<br />

asintió. — Tengo una de las, er, hadas aquí conmigo—.<br />

— Tuatha Dé —, corrigió Adam con irritación. — Estás haciéndome<br />

parecer como una sangrienta Tinkerbell ♥ .<br />

— Uno de los Tuatha Dé —, se enmendó, con una risa sardónica. — Él<br />

dice que estoy haciéndolo sonar como un Tinkerbell, pero, créanme, nadie podría<br />

alguna vez confundir a Adam Black con un Tinker...<br />

— ¿Adam Black de los Tuatha Dé Danaan?— gritó Dageus, esos exóticos<br />

♥ Tinkerbell en inglés es Campanita, la amiga hada de Peter Pan<br />

168


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

ojos de oro se ensancharon.<br />

— ¿Tú lo conoces? —, ella le dijo a Adam impacientemente, — No me<br />

dijiste que ellos te conocían.<br />

— No estaba seguro si Dageus conservara algún recuerdo de mí, kalyrra.<br />

Él estaba cerca de la muerte entonces, y yo no sabía si Aoibheal le<br />

permitiría recordarme —, dijo él suavemente.<br />

— ¿Quieres decir el Tuatha Dé Danaan que salvó la vida de mi marido? —<br />

exclamó Chloe. — ¿Él está aquí contigo?—<br />

Bien, esto la desequilibraba completamente. ¿Adam había salvado la vida<br />

de Dageus? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Que andaba haciendo, yendo a ninguna<br />

parte a salvar la vida de los humanos? ¿Qué tipo de hada hacía esto? Ninguna de<br />

ellas había escuchado nunca nada sobre eso. Las hadas no andaban por ahí<br />

ayudando a los humanos.<br />

Por el bien del cielo, pensó, mirándolo, con la boca entornada, ¿Acaso lo<br />

conozco del todo? Condenados Libros O'Callaghan. ¿Habían acertado en algo<br />

además de su inmenso atractivo sexual?<br />

Adam sonrió apenas y, con un gentil dedo bajo su barbilla, cerró su boca.<br />

Su mirada se fijó en sus labios por un momento y ligeramente pasó la yema de su<br />

pulgar sobre su labio inferior. Cuando aplicó una suave presión, estuvo<br />

mortificada al darse cuenta que la punta de su lengua se deslizaba hacia afuera<br />

para probarlo. No había pensado hacerlo; no había sido capaz de detenerse.<br />

Su cara estuvo al instante tensa con la lujuria e hizo un sonido gutural en<br />

su garganta. Las ventanas de su nariz se inflamaron, mientras soltaba varios<br />

resuellos, luego dijo entre dientes. — ¿Qué, no leíste sobre esto en uno de tus<br />

tonto Libros, Gabrielle? ¿No encaja con tus preconcepciones? Imagínate esto.<br />

— ¿Por qué no me lo contaste?<br />

— ¿Me habrías creído? —, le contestó fríamente.<br />

<strong>El</strong>la se estremeció.<br />

ella.<br />

— Por lo tanto, no te lo dije —. Dejó que su mano cayera del rostro de<br />

— ¿Oh, vieron eso? — Oyó a Gwen exclamar, como desde muy lejos. —<br />

¡<strong>El</strong>la simplemente desapareció otra vez! ¡Esto es tan fascinante! Y ahora está de<br />

regreso.<br />

Gabby estaba todavía mirándolo cuando Chloe tomó su mano,<br />

efusivamente, — Oh, bienvenida, bienvenidos, a los dos. ¿Están hambrientos?<br />

¿Sedientos? ¿Qué podemos hacer por ustedes?, déjenos tomar sus bolsos. Y, er<br />

169


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

—, ella vaciló por un breve momento. — Sé que este probablemente no es el<br />

momento para ello, pero ¿exactamente cuántos años tiene Adam Black de todos<br />

modos? Como verás, tengo unas preguntas sobre la Edad De hierro. En realidad<br />

—, se confió con seriedad, — tengo unas pocas preguntas sobre varias...<br />

— ¿Él puede comer y beber? — Gwen interrumpió, con una expresión<br />

completamente fascinada. — ¿Está en realidad allí? Y, er... ¿exactamente donde<br />

está? ¿Está en otra dimensión o algo? ¿Paralela a la nuestra, tal vez?<br />

Dageus y Drustan intercambiaron miradas sardónicas y sacudieron sus<br />

cabezas. Entonces Drustan dio un paso adelante y deslizó un brazo alrededor de<br />

los hombros de su esposa. Con una plateada mirada resignada, dijo, — Por qué<br />

mejor no le preguntamos a la muchacha si tiene hambre o no y dejamos que los<br />

asuntos de historia y física esperen un momento —. Se acercó a Gabby, inclinó la<br />

cabeza y dijo con tranquila formalidad. — Los Keltar le dan la bienvenida,<br />

Tuatha Dé. Los antiguos son siempre bienvenidos en nuestra casa.<br />

* * *<br />

Adam miró a Gabrielle con ojos entrecerrados y, aunque apreciara la<br />

formal bienvenida de Drustan, estuviera complacido de que Dageus lo recordara,<br />

y encantado de que su ka-lyrra finalmente comenzara a verlo por quien era, él<br />

necesitaba algo que lo apaciguase un poco.<br />

No previo su reacción a la vista de los gemelos alrededor Gabrielle. No<br />

le gustó esto. No le gustó ni un poquito. Había demasiada testosterona en el<br />

espacio. Y todo en él - que no era una cantidad insignificante-, estaba invisible.<br />

Y saber que Drustan y Dageus estaban casados no hacía una maldita cosa<br />

para aliviar su preocupación. ¿Realmente, tenía que sonreírles así? ¿Acaso no<br />

entendía que ellos eran hombres y los hombres no eran confiables alrededor de<br />

una mujer como Gabrielle, no importa cuán felizmente casados alegaran estar?<br />

Y Cristo, él ni siquiera podía marcar su territorio. Tocarla en una forma íntima,<br />

fallaba en establecer algo, porque cada vez que lo hacía, sólo pasaba que ella era<br />

invisible para ellos.<br />

Nunca había lamentado más ser invisible. Alrededor de hombres<br />

normales en Cincinnati no había sido de ninguna importancia, pero los Keltar no<br />

era hombres normales.<br />

Jugaba con irritación con su vaso vacío de whisky escocés, haciéndolo<br />

rodar atrás y adelante entre sus palmas, mirando la botella sobre el mueble del<br />

170


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

bar. Les lanzó una mirada oscura a los MacKeltars que desde luego no podrían<br />

ver, pero lo hacía sentirse ligeramente mejor, se puso de pie, rellenó su vaso, y<br />

comenzó a pasearse por la biblioteca. Era un cuarto espacioso, masculino, con<br />

estantes de cereza empotrados en los paneles de las paredes, sillas cómodas y<br />

otomanas, una chimenea de mármol rosa oscuro, y altas ventanas. Dio vueltas por<br />

ella, examinando distraídamente los libros, escuchando mientras Gabby seguía<br />

rellenado contándolas el viaje de ambos, - ah, no, la versión de ella de los<br />

acontecimientos - hasta el momento. Había intentado decirle su versión, pero<br />

ella había parecido perversamente encantada por la oportunidad de decirle a los<br />

MacKeltars todo sobre cómo su vida se había enredado desde que él había<br />

llegado.<br />

Gwen y Chloe hacían pequeños ruiditos comprensivos, y él podía<br />

simplemente oler la maldita unión femenina circulando en el cuarto. Todos se<br />

encontraban unidos, excepto por la persona invisible.<br />

Infierno sangriento, tenía hambre. ¿Pero conseguiría comer? No. Gabby<br />

había hablado por ambos, evitando una comida, aceptando un bocado ligero en la<br />

Biblioteca.<br />

¿Mantecadas, caramelos, y nueces? Un cuerpo mortal podría morir de<br />

inanición con semejante magra ración. Y aún no había llegado a la parte donde<br />

Darroc y los Cazadores había aparecido. Gwen y Chloe parecían fascinadas con la<br />

idea de los Sidhe-seers y habían estado haciendo docenas de preguntas<br />

completamente innecesarias sobre lo que era ser una. A este ritmo, podría llevar<br />

toda la noche llegar a la parte importante que era lo que Adam necesitaba que<br />

ellos hiciesen. ¡Si sólo pudiera hablar por sí mismo! Estaba comenzaba a<br />

preguntarse si aún lograría tener todo preparado para Lughnassadh.<br />

Ahora, ella estaba extendiéndose sobre aquellos idiotas y apócrifos<br />

Libros O'Callaghan, y Chloe, la amante de antigüedades e implacable ratón de<br />

biblioteca, intentaba concertar una cita para ir a Cincinnati a verlos. Libros.<br />

Faery estaba en peligro, su reina estaba en peligro, Darroc intentaba matarlos,<br />

los Cazadores estaban en libertad, y ellos hablaban de ¡libros!<br />

Lo calmó sólo ligeramente al escucharla decir — Eres bienvenida a<br />

verlos, Chloe, pero, francamente, creo que mis antepasados pueden haber<br />

reunido muchos datos erróneos —. Aproximadamente en el maldito momento en<br />

que ella admitió eso, creyó, entrecerrando los ojos, su mirada se deslizó sobre<br />

ella posesivamente. <strong>El</strong>la lo miró. Haciéndole sentirse menos invisible. Pero no<br />

hizo tanto sino echar una pequeña mirada hacia él, estaba demasiado ocupada<br />

contestando más preguntas irrelevantes.<br />

Estaba justo a punto de salir afuera e ir él mismo a conseguir algo a la<br />

cocina cuando Dageus dijo pensativamente. — ¿Entonces es porque él está<br />

171


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

maldecido con feth fiada lo que nos impide verlo?<br />

La cabeza de Adam se movió. — ¿Qué sabe él de eso, ka-lyrra? —, le<br />

dijo, repentinamente alerta. Dageus era otro pase libre, como su Sidhe-seer; las<br />

cosas que él había aguantado el año pasado lo habían cambiado en formas que<br />

nadie podía estar completamente seguro. Había cambiado tanto que, de hecho,<br />

aun cuando el presente Dageus se había encontrado consigo mismo en el pasado<br />

– lo que debería haberlo cancelado, hecho desaparecer – no había ocurrido. La<br />

cual era la razón por la que el Alto Consejo había abogado tan firmemente por<br />

su destrucción. Por supuesto, algunos de ellos habían estado conducidos por<br />

motivos más infames, como Darroc.<br />

por él.<br />

— Sí, eso es, y Adam, quiere saber lo que sabes de eso —, Gabby lo dijo<br />

Dageus sonrió apenas. — Más de lo que alguna vez deseé. Lo usé yo<br />

mismo para tomar prestados unos raros tomos que necesité hace no demasiado<br />

tiempo. Lo llamamos el manto mágico, o la niebla del Druida. No es fácil de usar,<br />

es un hechizo congelante. Hay dos versiones de él. La versión que a los<br />

MacKeltars les fue enseñada, y el hechizo que los Draghar conocían; uno mucho<br />

más potente, el triunvirato de hechicería, en la lengua de los Tuatha Dé. Yo<br />

nunca he usado esa versión.<br />

— ¿Los Draghar? —, Gabby repitió, frunciendo el ceño.<br />

— Por un tiempo —, explicó Chloe. — Dageus estuvo poseído por las<br />

almas de los Trece Druidas antiguos y malvados que habían sido desterrados por<br />

los Tuatha Dé en una prisión inmortal hace cuatro mil años. <strong>El</strong>los eran llamados<br />

los Draghar.<br />

— Oh. Ya veo —. Gabby pareció bastante poco convencida de sus propias<br />

palabras.<br />

Chloe se rió suavemente. — Te lo explicaré todo más tarde, Gabby. Lo<br />

prometo.<br />

— ¡Infierno sangriento, sí! —, explotó Adam, acechando al lado de<br />

Gabrielle. Cerró una mano sobre su brazo, y le dijo urgentemente — Pregúntale<br />

si todavía conserva las memorias de los Draghar, Gabrielle —. Durante el tiempo<br />

que los trece Druidas oscuros habían poseído a Dageus, el conocimiento de ellos<br />

había sido suyo, y ellos alguna vez habían sido privados de prácticamente todo la<br />

erudición Tuatha Dé. Adam había asumido que cuando Aoibheal había destruido<br />

a los Draghar, había quitado aquellas memorias de la mente del <strong>Highlander</strong>.<br />

¿Pero qué si no lo hubiera hecho? Si Dageus conociera la antigua<br />

contramaldición en la lengua Tuatha Dé, ¡Podría terminar con el encantamiento<br />

de Adam! Ningún simple mortal podría hacerlo, ni siquiera él mismo, pero un<br />

172


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Druida MacKeltar de pura sangre que conocía las palabras antiguas seguramente<br />

podría.<br />

Sería capaz de hablar por sí mismo, ser visto otra vez, sería sólido otra<br />

vez, sería capaz de hacer evidentemente claro que Gabriela era suya.<br />

— Bien, pero no pueden verme otra vez, Adam. Deja de tocarme.<br />

Deja de tocarme. Ser invisible lo hacía sentirse bastante impotente<br />

alrededor de los Keltar, e impotencia no era un sentimiento con el cual Adam se<br />

sintiera capaz de tratar en ningún nivel, y sus palabras provocaron algo rápido,<br />

furioso y primitivo en él. Estaba consumido con el repentinamente imperativo<br />

deseo de hacerle recordar que no hace mucho ella había estado pidiendo que la<br />

besara más profundamente, que hubiera tenido su mano bajo los pantalones de<br />

ella. Maldita fuera dentro de ella, y habría estado allí; con algo mucho más<br />

íntimo y personal que una mano; si no hubiesen sido interrumpidos. Tenían<br />

algunos asuntos serios e inacabados por atender.<br />

En un suave movimiento, él la arrastró a sus brazos y le aplastó la boca<br />

con un beso caliente, salvaje, sumergiéndose profundamente, reclamando,<br />

diciendo con ello: yo soy tu hombre, y no lo olvides.<br />

Si ella no hubiera cedido al instante, cayendo suave contra él, aceptando<br />

su beso completamente, no estaba seguro de lo que podría haber hecho. Estaba<br />

simplemente agradecido que no tener que averiguarlo.<br />

En la biblioteca, invisible, sin ningún preámbulo no era como él quería que<br />

fuera su primera vez. Él quería que su primera vez fuera irresistible, que le<br />

hiciera perder la cabeza. La seducción perfecta que marcaría el mismo centro<br />

de su brillante y dorada Alma.<br />

Por suerte, ella no sólo cedió, sus rodillas hicieron esa pequeña cosa,<br />

completamente femenina que lo hacía sentir como un verdadero dios entre los<br />

hombres, y gracias a eso fue capaz de dejarla ir.<br />

Cuando lo hizo, ella se hundió lánguidamente atrás en su asiento, sus<br />

labios separados, sus ojos desenfocados. Enrojeció, pareciendo aturdida, luego<br />

sacudió su cabeza bruscamente.<br />

Él estaba contento de ver que Dageus y Drustan la miraban<br />

atentamente, y luego intercambiaban una mirada. Bueno, finalmente había<br />

marcado su territorio, al menos un poco.<br />

— Él quiere saber si conservas las memorias de los Dragar —, dijo Gabby<br />

con otra sacudida de su cabeza, como si todavía intentara aclararla.<br />

Dageus asintió. — Eso es con lo que me quedé.<br />

173


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Si? —, dijo Drustan, pareciendo sobresaltado.<br />

— Si, aunque se hayan ido, sus recuerdos permanecen. Su conocimiento<br />

es mío.<br />

— Cristo, no me dijiste nada de esto —, gruñó Drustan. — ¿Todo su<br />

conocimiento?<br />

— Si. Montones de cosas en mi mente. No hablé de eso porque es<br />

irrelevante. Con los Draghar fuera de mí, no tengo la intención de usar ninguna<br />

cosa de ellos. Y la respuesta es si otra vez, creo que puedo remover su<br />

maldición. Yo, por mi parte, preferiría ser capaz de verlo. No me agrada esta<br />

invisibilidad en lo absoluto, que me pone incómodo.<br />

— Sí —, dijo Adam, perforando el aire, eufórico. — Hazlo. Ahora mismo.<br />

Apresúrate por todos los infiernos.<br />

Si hubiera tenido la más ligera sospecha de que Dageus todavía poseía<br />

los recuerdos de los trece, habría venido aquí primero, en el instante en que la<br />

reina lo había abandonado en Londres.<br />

Pero nunca se había imaginado que Aoibheal podría permitir a aquellas<br />

memorias perdurar; mucho del conocimiento de los Draghar era naturalmente<br />

peligroso, intrínsecamente corruptivo. Resopló. Su reina estaba equivocándose.<br />

Cuando fuera inmortal otra vez, iban a tener una larga conversación. Quizás era<br />

tiempo de que él mismo tomara un asiento sobre su infernal Alto Consejo y<br />

entrara a lado grueso de las cosas.<br />

— Él dice, ¿podrías intentarlo por favor? —tradujo Gabby, lanzándole un<br />

pequeño reproche sin palabras. Él se encogió. ¿No podía ella entender su<br />

impaciencia?<br />

— ¿Es magia prohibida? —. Drustan le preguntó a Dageus.<br />

— No. Pero es magia de los viejos Tuatha Dé. No algo que nosotros<br />

necesariamente consideremos usar, considerando que la reina me lo dejo, bien...<br />

— Se encogió de hombros.<br />

— ¿Sientes que es peligroso de algún modo? —, Drustan le presionó.<br />

— No, pero es un cántico en su lengua.<br />

— Por el bien de Cristo, ¿podrías decirlo ya? —siseó Adam. — Necesito<br />

ser visto. No puedo soportar esta cruel invisibilidad.<br />

— Es tu decisión, hermano. Lo dejo a tu juicio —. Dijo Drustan.<br />

Después de un momento de reflexión Dageus dijo, — Yo no veo ningún<br />

daño en ello —. Y le preguntó a Gabby — ¿Dónde está él?<br />

174


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Cuando ella lo señaló, Dageus se levantó y, dando un rodeo sobre el área<br />

que ella había indicado, comenzó a hablar. O más bien, pensó Gabby, él abrió su<br />

boca y el sonido salió, pero no hablaba. No era una sola voz lo que salía de sus<br />

labios, sino una miríada de voces, docenas una encima de la otra, elevándose y<br />

cayendo, aumentando y rompiéndose. Era melódico aunque espeluznantemente<br />

disonante, hermoso aunque extrañamente horrible. Como el fuego que uno podría<br />

arrastrar lentamente, en un intento de conseguir calor, sólo para terminar por<br />

congelarse a muerte con ello.<br />

Erizó todo el fino vello del cuerpo de Gabby, y ella comprendió que si esa<br />

era la lengua de los antiguos Tuatha Dé, no era un lenguaje que Adam alguna vez<br />

hubiera hablado cerca de ella.<br />

Cualquiera fuera el lenguaje que él hubiera hablando en aquellas<br />

infrecuentes ocasiones no era esto. Esta era una voz de crudo poder. Tal sonido<br />

podría hipnotizar, podía seducir contra la voluntad de una persona. Esto era<br />

magia antigua, no diluida y pura. La clase que ella siempre imaginó que los<br />

Cazadores poseían. Una magia terrible.<br />

ojos.<br />

Mientras establecía un crescendo, ella se estremeció, cerrando los<br />

— Tranquila, ka-lyrra; es porque tú eres una Sidhe-seer que esto te<br />

afecta tanto —, ella oyó a Adam decir suavemente. — Es por eso por lo qué no<br />

he hablado mi lengua alrededor tuyo. Tus instintos para proteger, para juntar a<br />

tu gente y escapar están siendo despertados. En los días antiguos tú nos habrías<br />

oído viniendo sobre el viento Y ocultarías a tus aldeanos. Respira. Lento y<br />

profundamente.<br />

<strong>El</strong>la hizo como él le dijo, frunciendo sus labios y respirando por su boca,<br />

esperando que terminara pronto. Él estaba en lo cierto, el mero sonido de la<br />

lengua antigua la llenaba de una clase extraña de preparación para la batalla, un<br />

impulso profundo en sus huesos de hacer a los MacKeltars reunirse y<br />

prepararlos para esconderse. Luego montar a caballo por las ciudades cercanas,<br />

tocando la alarma.<br />

Finalmente Dageus terminó, y ella oyó a Gwen y Chloe decir<br />

simultáneamente y jadeando — Oh. Mi Dios<br />

Gabby abrió los ojos.<br />

Drustan se había levantado y fruncía el ceño, una expresión reflejada<br />

por su gemelo. Ambos miraban airadamente a Adam a quien obviamente podían<br />

ver ahora. Luego a sus mujeres, luego de nuevo a Adam.<br />

Gabby absorbió las miradas en las caras de Chloe y Gwen, y de repente<br />

se sintió mucho mejor acerca de lo duro que había sido ignorar a los Fae toda su<br />

175


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

vida.<br />

No era solamente yo, pensó con gratitud. No era una mujer de infame y<br />

moral dudosa, una débil, indisciplinada en espera del rapto de un hada; los Fae<br />

realmente tenían algo magnético y excesivamente seductor, algo que las mujeres<br />

simplemente no podían resistir. Adam afectaba a Chloe y Gwen de la misma<br />

manera que la afectaba a ella.<br />

¿Y cómo podría no hacerlo? pensó, viéndolo de nuevo a través de los ojos<br />

de ellas. Eran casi seis pies y medio de un poderoso príncipe Fae, de piel<br />

dorada, su cuerpo esculpido de puro músculo, su pelo largo y negro<br />

derramándose hasta su cintura en un enredo oscuro y sedoso. Vestido con<br />

aquellos vaqueros que parecían tatuados, botas, un suéter color marfil y un<br />

abrigo de cuero, el brillante collar de oro en su cuello, parecía algo oscuro, un<br />

asunto eróticamente más allá de este mundo. Su cara cincelada era<br />

salvajemente hermosa, sombreada con una barba incipiente de pocos días. La<br />

inteligencia antigua y el calor sexual apenas controlado brillaban en sus ojos<br />

exóticos, de dos colores. La débil fragancia de jazmín, sándalo, y hombre que<br />

siempre se adhería a él parecía de repente haber impregnado el cuarto de su<br />

embriagadora e intoxicante esencia. <strong>El</strong>la se preguntaba, no por primera vez, si<br />

había una especie de sustancia química en el olor que un Fae emitía, que<br />

funcionada como un afrodisíaco sobre los humanos del sexo opuesto.<br />

Él era, simplemente, una fantasía viviente, exudando un irresistible venaquí-pequeña<br />

que poseía una advertencia intrínseca, tácita de peligro. Él tenía un<br />

ven-y-consígueme-nena-yo-soy-puro-problema-y-vas-a-adorarlo, la clase de<br />

actitud que provocaba las conductas sexuales más primitivas de una mujer. La<br />

atraía aún cuando sabía que debería estar corriendo como loca en la dirección<br />

opuesta. La atraía, de hecho, de algún modo perverso, porque sabía que debería<br />

estar corriendo como loca en la dirección opuesta.<br />

Y ahora que veía las miradas sobre las caras de Gwen y Chloe, se<br />

preguntaba como había logrado mantenerse fuera de la cama de él.<br />

En realidad... sólo cuanto más ella iba a ser capaz resistirse a él.<br />

En realidad, se corrigió con irritación, mientras veía a Gwen y Chloe<br />

observarlo, no sabía por qué lo hacía. Seguramente ella no se veía como ellas.<br />

— Vaca sagrada —, dijo Chloe apenas.<br />

— No bromees —, respiró Gwen.<br />

<strong>El</strong> atractivo príncipe Fae les dirigió una sonrisa que era un puro encanto<br />

diabólico, sexy, juguetón y malicioso, capturando brevemente la punta de su<br />

lengua entre los blancos dientes, antes de que sus labios se curvaran, y sus<br />

oscuros ojos chispearan dorados.<br />

176


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Gabby gimió. Lo sofocó apresuradamente, camuflándolo con una pequeña<br />

y seca tos. Su propio caramelo, privado y hasta entonces oculto, estaba<br />

disponible para el consumo público y no le gustaba ni un poquito.<br />

Al parecer ella no era la única.<br />

— ¿Estás pensando lo que yo estoy pensando, Dageus? — dijo Drustan<br />

con irritación.<br />

— Och, si —, dijo Dageus oscuramente. — ¿Te gustaba más invisible<br />

también?<br />

— Och, si.<br />

— ¿Debería maldecirlo otra vez?<br />

— Och, si.<br />

Adam volvió su cabeza y rió, sus ojos brillando con dorados destellos. —<br />

Por el sangriento infierno, es bueno estar de regreso —, ronroneó.<br />

177


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 18<br />

Dageus y Drustan no eran los únicos a quienes les había gustado a ver...<br />

er, mejor dicho, no ver... a a Adam invisible otra vez.<br />

Habían veintitrés mujeres en el castillo Keltar - sin contar a Gwen,<br />

Chloe, ella misma, o al gato- Gabby lo supo, porque poco después de la última<br />

noche en que Adam se había vuelto visible, ella había encontrado a todas y cada<br />

una, desde la más pequeña niña hasta la anciana más titubeante.<br />

Había comenzado con una criada rellenita y treintona, que entró de<br />

pronto para jalar las cortinas por la tarde y preguntar si los MacKeltars —<br />

¿deseaban algo más?—. Al momento en que su mirada fija con gafas había caído<br />

sobre Adam, ella había empezado a tartamudear y a tropezar inesperadamente<br />

con sus pies. Se había tomado unos pocos momentos para recobrar una<br />

semblanza de coordinación, pero ella había logrado salir de la biblioteca, casi<br />

tirando una lámpara y una mesa pequeña en su prisa.<br />

Aparentemente se había dado prisa para alertar a las demás, pues se<br />

había encontrado con un verdadero desfile: Una criada curvilínea y ruborizada<br />

había venido a ofrecer calentar el té (ellos no estaban tomando ninguno),<br />

seguida por una sonriente criada que buscaba una olvidada y empolvada tela (la<br />

cual- ¿estaba alguien sorprendido? No se encontraba por ninguna parte), luego<br />

una tercera buscando una escoba (si, claro, ellas barrían castillos a la<br />

medianoche en Escocia- ¿quién creería eso?), Luego una cuarta, quinta, y sexta<br />

averiguando si la Cámara de Cristal se prepararía para el Sr. Black (a nadie le<br />

parecía importar, quien podría hacer la cámara para ella: casi esperaba terminar<br />

en algún lugar fuera del castillo). Una séptima, octava, y una novena habían<br />

llegado a anunciar que su cámara estaba lista y si ¿querría él una escolta? ¿Un<br />

auxiliar en el baño? ¿Ayuda para desvestirse? (bien, de acuerdo, quizás ellas no<br />

habían preguntado lo último, pero sus ojos ciertamente lo habían hecho).<br />

Luego una media docena más habían aparecido de improviso a intervalos<br />

para decir las mismas una y otra vez, y hacer hincapié en que ellas estaban allí<br />

para servirle —cualquier, cualquier cosa o en todo lo que pueda desear Sr<br />

Black—<br />

La dieciseisava había llegado a llevarse a dos pequeñas niñas del regazo<br />

de Adam pese a sus gritos de protesta (y se había mantenido fuera de su regazo<br />

a sí misma sólo porque Adam se había levantado precipitadamente), Al final la<br />

vigésimotercera que había sido lo suficientemente vieja para ser su tatarabuela,<br />

y aun así se había movido desvergonzadamente rápido con el —espléndido Sr.<br />

178


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Black— batiendo pestañas inexistentes sobre nidos de arrugas, alisando<br />

delgados cabellos blancos con una mano de vena azul, agrietada por la edad.<br />

Y si eso no había sido suficiente, entonces el gato del castillo,<br />

obviamente hembra y obviamente en celo, anduvo pavoneándose, con la cola<br />

arriba y descaradamente curvada en la punta, y enrollando su peludo y pequeño<br />

ego sinuosamente alrededor de los tobillos de Adam, ronroneando y babeando,<br />

con una mirada de dicha.<br />

Sr. Black, mi trasero, ella había querido golpearlo (y le gustaban los<br />

gatos, realmente le gustaban; y ciertamente nunca había querido patear a uno<br />

antes, pero por favor- ¿incluso las gatas?), Él es un hada y yo le encontré a él,<br />

así es que eso le hace mi hada. Retrocede.<br />

Pero todo el mundo pareció haberla olvidado.<br />

Incluso Adam. Oh, él la había besado bastante desde que se había hecho<br />

corpóreo, y eso había hecho vibrar los dedos de su pie, robándole la respiración,<br />

besos posesivos (y eso había parecido aliviar grandemente el impacto de los<br />

gemelos Keltar), pero entonces él había ido a sentarse frente al fuego y, poco<br />

después de eso, el desfile había empezado y apenas la había mirado desde<br />

entonces.<br />

Y mezclado con el desfile de criadas, Gwen y Chloe habían estado<br />

lanzando preguntas (benditos sus corazones, al menos habían parecido<br />

recobrarse bastante bien del impacto de Adam; Gabby sospechó que esto era<br />

debido en gran parte a que ellas estaban casadas con esos extraordinariamente<br />

sexy hombres), y Gabby se había sentado en silencio, sintiéndose como si ella<br />

lentamente se estuviera volviendo igual de invisible como Adam había sido. Como<br />

si él no sólo se hubiese quitado de encima su maldición sino que en cierta forma<br />

había logrado lanzársela encima a ella.<br />

Finalmente, su paciencia obviamente agotada, Drustan había ordenado al<br />

servicio irse a la cama, firmemente cerró la puerta de la biblioteca, luego,<br />

después de la pausa de un momento, la había trabado y se había apoyado contra<br />

ella.<br />

¿Debes aguantar esto todo el tiempo? Él había preguntado<br />

incrédulamente a Adam.<br />

Adam había inclinado la cabeza. Sin embargo hay algunas, dijo con una<br />

mirada en dirección a Gabby, que me asestan un golpe a primera vista. Esto lo<br />

dijo con una fina muestra del roce de su labio, el que ella había partido, y una<br />

ligera y despreocupada sonrisa.<br />

<strong>El</strong>la había tenido que apretar sus manos en pequeños puños para evitar<br />

saltar y asestarle un golpe otra vez. Simplemente por ser Adam. Por ser tan<br />

179


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

imperdonablemente irresistible. Por ser visible, condenadamente visible para<br />

todos. ¿Por qué no podía el tener una maldición permanente? ¿Era eso mucho<br />

pedir?<br />

Él la había necesitado entonces. Pero no más. Ahora podía hablar por si<br />

mismo; ella ya no era un intermediario necesario. Y había docenas de otras<br />

mujeres que estaban claramente más que dispuestas a suministrarle cualquier<br />

cosa que él pudiese querer, a la más simple y seductora señal de su dedo. Se<br />

había sentido repentina e inexplicablemente despojada.<br />

Ceñuda, había fingido cansancio, de ningún modo trataría con los<br />

sentimientos que veía en otras mujeres y que él ahora había provocado en ella.<br />

De ningún modo perdería el tiempo viendo si ellas podrían escalar los muros del<br />

castillo e irrumpir a través de sus ventanas para acercarse a él.<br />

Gwen le había estado haciendo suficientes preguntas acerca de<br />

cosmología hasta que ella había logrado ignorar a Adam lo suficiente como para<br />

mostrarle su recámara.<br />

Gabby había estado agradablemente sorprendida de encontrar que no<br />

era una dependencia sino una suite preciosa de varios cuartos en el segundo<br />

piso, con una terraza de piedra con una puertaventana que daba al jardín.<br />

Después de que Gwen se hubiera ido apresuradamente, había estado incluso más<br />

que agradablemente sorprendida al descubrir una jarra medio llena de vino en la<br />

mesa de noche.<br />

No estaba tan feliz acerca de eso por la mañana, sin embargo.<br />

Ni acerca del hecho de que ella había terminado por salir furtivamente<br />

al vestíbulo y robado las jarras de otras dos —cámaras— antes de caer dormida<br />

en un estupor empapado en vino.<br />

Recorrió con la mirada la cama y frunció el ceño. No era extraño que se<br />

sintiera tan horrible. No parecía que alguien hubiese dormido allí; parecía más<br />

como si hubiese tenido una batalla buena parte de la noche y que la pasó fuera<br />

de la cama. Las sábanas sedosas estaban enredadas, el edredón estaba hecho<br />

una bola, y dos de las lujosas cortinas de terciopelo de la cama habían sido<br />

derribadas de sus colgaduras. Tenía un vago recuerdo de estar tan achispada<br />

que cuándo había tratado de salir de la cama y dirigirse al cuarto de baño, se<br />

había enredado en ellas y habían caído.<br />

Tenía otro vago recuerdo que no le gustaba del todo. Creyó haber<br />

llorado anoche. Sobre toda clase de cosas tontas: los novios y los trabajos<br />

arruinados y... hadas que no podía entender.<br />

Se había refrenado de tomar el teléfono, pensando en llamar a su mami<br />

al momento.<br />

180


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

¿Bien, para decir qué? ¿Hola, Mami, yo realmente necesitaba hablarte<br />

acerca de este hada que he conocido? ¿La Abuela ha muerto y no tengo a nadie<br />

más? Ajá.<br />

Llegó a pensar en eso, se removió, cautelosamente dando masaje a sus<br />

sienes palpitantes, tuvo miedo de que realmente pudiera haber logrado marcar<br />

por teléfono antes de haberlo colgado. Realmente no podía recordar, pero había<br />

pasado por encima de una guía telefónica en el piso. Y estaba abierta en la<br />

página internacional, y esa no era una buena señal.<br />

Con un pequeño suspiro sombrío, movió hacia atrás su pelo sosteniéndolo<br />

muy suavemente, para que todos sus diminutos folículos capilares -Dios, la<br />

cabeza le dolía- no gritaran mucho en señal de protesta, luego abrió la puerta y<br />

entró en el corredor. Nunca había podido manejar alcohol.<br />

Aspirina, necesitaba una aspirina.<br />

Una semana atrás, reflexionaba, doblando a la izquierda (decidiendo,<br />

después de un momento de reflexión, que cualquier dirección era probablemente<br />

tan buena como cualquier otra en el enredado laberinto de corredores de<br />

piedra) que las cosas habían sido muy claras. Había sabido exactamente quién<br />

era y cuál era su lugar en el mundo.<br />

Había sido una O'Callaghan, haciendo aquello para lo cual había sido<br />

educada, ocultándose de lo desagradable, de hadas inhumanas, viviendo una vida<br />

doble, y haciendo de ello un trabajo demoledor la mayoría de las veces.<br />

Luego había sido una O'Callaghan torturada por una de aquellas<br />

desagradables, inhumanas hadas, si bien, por una imposiblemente seductora, en<br />

forma humana.<br />

Luego fue una O'Callaghan protegida por dicha imposiblemente<br />

seductora hada en forma humana, de entre todas las hadas verdaderamente<br />

desagradables, inhumanas.<br />

Y ahora era simplemente Gabby, actualmente en un castillo magnífico y<br />

de ensueño en Escocia con un príncipe Fae que hacía toda clase de cosas poco<br />

desagradables, poco inhumanas como hacer pedazos una lista de nombres, y<br />

regresar renacuajos a los lagos, y salvar las vidas de personas.<br />

Sin mencionar que besaba con el esplendor sobrenatural de un ángel.<br />

Un príncipe Fae, que virtualmente, cada mujer en el castillo deseaba en<br />

su cama; y, teniendo en cuenta el aspecto general de las cosas anoche, ellas no<br />

iban a esperar mucho tiempo para intentar conseguirlo.<br />

Y la vida sólo apestaba.<br />

181


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

* * *<br />

Adam empuñó una mano alrededor de las bragas en el bolsillo de su<br />

abrigo y cerró los ojos, respirando a fondo, como si desde semejante distancia<br />

pudiese, en cierta forma, atrapar el perfume de Gabrielle.<br />

Sin tal suerte; sólo un viento crujiente de las Highlands pasando de prisa<br />

sobre él, palpitando a través del campo sobre el lomo de un resoplante semental<br />

negro. Y aunque la brisa era dulce, estaba muy lejos de ser el perfume sensual<br />

del calor íntimo de Gabrielle.<br />

Esas sedosas bragas rosadas era una de las diversas cosas que él no<br />

había estado dispuesto a dejar atrás en el cuarto del hotel. Sólo las había<br />

sacado de su bolsillo y metido en su saco porque tenía planeado desnudarse con<br />

su sidhe-seer, y no quería tener que explicar porque tenía un par de sus bragas<br />

consigo, cuando ella descubriera su ausencia. No estaba seguro de que fuese una<br />

cosa que una mujer pudiera apreciar.<br />

Ah, pero un hombre lo hacía. <strong>El</strong> perfume suave, dulce, sensual de una<br />

mujer impregnado en un pedazo de tela que se deslizaba tan íntimamente entre<br />

sus piernas, rozándose contra ese montículo delicioso, llevando esa fragancia<br />

única que una mujer sólo tiene allí. Un hombre no podría respirar tal perfume<br />

detrás de la oreja de una mujer o en el hueco suave de su garganta, en su pelo o<br />

en una pequeña parte de su espalda.<br />

Sólo si fuera su amante podría un hombre llegar a conocer ese perfume.<br />

Él lo había sabido desde la noche en que le había robado las bragas, y<br />

había estado tan malditamente cerca de eso unas pocas noches atrás. Se estaba<br />

muriendo de impaciencia, a punto de explotar, si no lograba enterrar su cara en<br />

ella pronto.<br />

No en las bragas. En la cosa real. Entre sus muslos, su cara, su lengua, no<br />

sólo inspirando, sino saboreando. Sintiéndola contorsionarse bajo él debido al<br />

éxtasis, sintiéndola arremeter contra su boca. Hurgar con su lengua, llevándola a<br />

la cima una y otra vez. Mostrándole todo el placer que le podría brindar,<br />

amarrándola a él en la forma más antigua y segura que un hombre podía.<br />

Desafortunadamente, otras cosas demandaban su atención.<br />

No sólo estaban Gwen y Chloe martilleándole con todo tipo de preguntas<br />

(para muchas de las cuales él, de cualquier manera, no podía encontrar las<br />

palabras en su idioma para contestarlas, y algunas de las cuales él se había<br />

rehusado a contestar porque tal conocimiento estaba todavía demasiado lejos en<br />

el futuro del género humano) pero Dageus y Drustan habían esperado<br />

182


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

pacientemente unas pocas horas para que sus esposas finalizaran y partieran,<br />

para luego empezar con sus propias preguntas. Él los puso al tanto sobre todo lo<br />

que había ocurrido, del Alto Consejo decretando que Dageus debía someterse a<br />

una prueba de sangre, de sus actuales aprietos.<br />

Luego, todos demasiado humanamente cansados para entender, hicieron<br />

que Gabrielle durmiera en alguna parte del extenso castillo sin él –no habían<br />

estado apartados más que unos pocos minutos al día – y él, más bien<br />

desairadamente, les comunicó lo que había venido a buscar, y los gemelos habían<br />

estado más que conmocionados.<br />

¿Quieres que nosotros derribemos los muros entre el hombre y el<br />

Mundo de las Hadas? Había rugido Drustan, ¿Estás loco?<br />

No es que nosotros no estemos agradecidos por todo lo que has hecho<br />

por nosotros, Dageus se había apresurado a decir, pero nos has dicho que tu<br />

reina casi destruyó a nuestro clan entero porque yo rompí un juramento, ¿y<br />

ahora estás pidiéndonos que lo hagamos nuevamente?<br />

Por lo tanto, después de dormir profundamente, sin sueños, por unas<br />

pocas horas (no importaba que fuera humano en cuerpo, ya que su mente Tuatha<br />

Dé todavía no soñaba), todavía no estaba con su Sidhe- Seer pues había ido a<br />

montar con los gemelos Keltar, tanteando el terreno toda la mañana, diciéndoles<br />

una y otra vez que él no les exigía que rompieran sus juramentos, que sólo se los<br />

pedía para... ganar tiempo.<br />

Hasta el último minuto posible.<br />

Asegurándoles que nunca iría tan lejos.<br />

Al darse cuenta que ellos estaban rechazándolo por cualquier razón,<br />

sencillamente avanzaría solapadamente en el tiempo y los incapacitaría (y a su<br />

descendiente Christopher, que también era un Druida) y, si tenía que hacerlo,<br />

hasta que Lughnassadh hubiera pasado. Porque, por Danu, él detendría a Darroc<br />

y conservaría el reinado de Aoibheal y recobraría su poder y se ocuparía de la<br />

seguridad de Gabrielle para siempre.<br />

* * *<br />

En su defensa - y todas las personas tenían derecho a una, sin importar<br />

cuán reprensibles fueran sus acciones; esa era una de las primeras cosas que<br />

una persona aprendía en la escuela de leyes - Gabby no había planeado hacerlo.<br />

No hubo malicia premeditada. ¿Actuó en forma caprichosa y deliberada? Se<br />

podría decir eso de ella. Pero no podían acusarla de premeditación.<br />

183


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Era una buena persona. Realmente. Probablemente el noventa y cuatro<br />

por ciento del tiempo.<br />

¿Seguramente podía ser perdonada por el otro seis por ciento?<br />

No era como si hubiese dejado su cuarto buscando la oportunidad para<br />

pelear con cualquiera o permitirse el gusto de liberar un poco de su carácter<br />

asesino.<br />

Pero la oportunidad se presentó por sí misma (como lo hacen<br />

frecuentemente las oportunidades traicioneras, para hacer daño), y ella con la<br />

resaca que tenía, por primera vez desde hacía más días de los que llevaba la<br />

cuenta, Adam no había estado esperándola con café en el momento en que había<br />

abierto los ojos. No, Adam había estado sólo-Dios-sabía-donde, con sólo-Diossabía-qué-harem<br />

sonriendo tontamente, adorando sus atenciones. Y ella estaba<br />

gruñendo, sin cafeína, y pérdida en los corredores sinuosos del castillo.<br />

Entonces cuando siguió a un grupo de criadas que jadeantemente<br />

discutían sobre el —Sr. Black—, que fingían desempolvar la parte baja del<br />

corredor, algo como una pequeña y malvada criatura irguió su fea cabeza,<br />

dejando al descubierto sus afilados y pocos dientes.<br />

No ayudó que las cinco criadas fueran jóvenes y atractivas: una morena<br />

alta y patilarga, una morena curvilínea y pequeña, una voluptuosa pelirroja, y dos<br />

esbeltas rubias. Ni que ellas estuvieran en ese momento debatiendo si Adam era<br />

un hombre que se tomaba su tiempo en juegos preliminares o era de los que iban<br />

directo al grano.<br />

— Bien, a él le gustan los juegos preliminares —, se alarmó de oírse decir<br />

a sí misma, demasiado dulcemente, — pero es tan terrible en eso que hace que<br />

desees que ojalá fuera esa clase de tipos que van directamente al grano.<br />

Cinco mujeres se dieron vuelta a mirarla boquiabiertas.<br />

La morena patilarga la consideró con escepticismo. Que ella hablase con<br />

un dulce deje escocés sólo irritó a Gabby aún más. — ¿<strong>El</strong> Sr. Black? Yo no creo<br />

eso. Ese hombre espléndido es el sueño de una muchacha.<br />

— Quizás verdaderamente una pesadilla —, Gabby oyó la mentira salir de<br />

sus labios al decir. — <strong>El</strong> hombre ni siquiera sabe besar.<br />

— ¿Qué quieres decir? —, exigió la morena.<br />

— Babea —, dijo Gabby sucintamente.<br />

— ¿Babea? —. Repitió la morena, frunciendo el ceño.<br />

Gabby inclinó la cabeza, aceptando que ya era demasiado tarde. Ya se<br />

había metido en eso, y podía mejorarlo y preparar un Gran Final. Podía parecer<br />

184


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

falta de carácter, al inventar el siguiente comentario. — ¿han besado ustedes<br />

alguna vez a alguien que... bueno, es como que abre mucho la boca, y mojan toda<br />

tu cara, y en lugar de desear que te sigan besando lo que uno realmente quiere<br />

es una toalla?<br />

La pelirroja inclinó la cabeza enfáticamente. — Sí, yo si. <strong>El</strong> joven Jamie<br />

una vez, en el pub Haverton —. Hizo una mueca. — Ugh. Es asqueroso. Babeaba.<br />

— ¿Así es como besa el señor Black? —. Exclamó una esbelta rubia.<br />

— Peor —. Gabby mintió desvergonzadamente. — Casi nunca cepilla sus<br />

dientes, y yo juraría que el hombre no sabría qué es la seda dental aún si ataras<br />

un poco de cinta alrededor de su pequeñísimo... er... pues bien, eso es otra cosa.<br />

Pero, no, yo no debería...<br />

— No, debería, ¡con toda seguridad debería hacer! —, exclamo una rubia.<br />

— Sí, no se detenga ahora —, intervino la pequeña morena en la<br />

conversación.<br />

— ¿No estará queriendo decir que su cosita-suave? No quiere decir que<br />

su cosita-suave, ¿O si? —. La pelirroja dijo débilmente. — ¡Oh, digame que no es<br />

eso!<br />

Gabby inclinó la cabeza tristemente. — Me temo que es así.<br />

— ¿Cuán pequeñito? —, preguntó la morena de piernas largas.<br />

es él?<br />

— Bien —, dijo Gabby, suspirando, — ¿Ustedes saben cuán grande y alto<br />

Cinco cabezas oscilaron de arriba abajo.<br />

<strong>El</strong>la se acerco un poco más, bajando su voz de manera conspiratoria. —<br />

Déjenme decirles que no está bien proporcionado.<br />

— ¡No! —, exclamaron otra vez.<br />

— Me temo que es así —. Podría haber dejado las cosas así, debería<br />

haber dejado las cosas así, pero el monstruo de ojos verdes tomó un puñado de<br />

su pelo, sin mencionar que tomó el control de sus labios. Se sintió consternada al<br />

oírse decir. — Les doy mi palabra, lo único que el —Señor Feliz— hace, es<br />

hacerse feliz a sí mismo.<br />

La morena de piernas largas la miró sospechosamente. — No, no seguiré<br />

escuchando. La última vez yo vi el bulto....<br />

— Calcetines —. Gabby no la dejó terminar, apenas logrando ocultar su<br />

ceño. ¿Cómo se atrevía esa mujer a estar revisando el bulto de Adam?<br />

Difícilmente yo me he permitido eso. — Él rellena sus pantalones con calcetines.<br />

185


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Aunque prefiere una banana y mejor si una verde está disponible. Dice que da<br />

una impresión de mayor firmeza. Dice que si una mujer puede usar Wonderbras,<br />

¿Por qué no se deberían realzar los hombres también?<br />

— ¡No! —. Escandalizadas, borbotearon las criadas, intercambiando<br />

miradas entre ellas.<br />

Gabby asintió. — Es cierto. Yo consideré seriamente demandar al<br />

hombre por la mala representación del hecho material. Vestido, puede parecer<br />

un sueño, pero fuera de esas ropas, es una pesadilla.<br />

Todas las criadas clavaban los ojos en ella con grados diversos de<br />

impresión y desilusión. Sólo la morena patilarga todavía parecía algo escéptica.<br />

Gabby tomó nota mental para robar algunas bananas y depositarlas en su<br />

cuarto. Podría haberse reído nerviosamente con ese pensamiento si no estuviera<br />

tan horrorizada consigo misma. Nunca en su vida había llegado a tales<br />

profundidades. Y aparentemente no estaba realmente satisfecha todavía.<br />

— ¿No han advertido que algunas bananas han desaparecido de la cocina?<br />

Yo las vigilaría de cerca si fuera ustedes. También deberían observar los<br />

embutidos.<br />

Y con eso, las dejó fuera de la competencia. Bien, nada como una mujer<br />

con resaca vestida con pantalones vaqueros, en camiseta playera y zapatos de<br />

tenis (maldición, ¿por qué no había tomado un vestido provocativo de Macy’s<br />

cuándo había tenido la oportunidad?) que era capaz de dejar fuera de<br />

competencia a alguien.<br />

* * *<br />

— Por el amor de Dios, Drustan —, dijo Adam irritado, cambiando de<br />

posición en la silla de montar, tratando de encontrar una posición más cómoda,<br />

sabiendo que no había ninguna, porque las sillas de montar no habían sido<br />

diseñado paras hombres con erecciones inmortales, — Todavía no sabías que el<br />

propósito de los cuatro rituales del día festivo era sostener los muros entre<br />

nuestros reinos hasta que yo te lo dije. Creías que sólo eran una anunciación del<br />

cambio de estación y una afirmación de su compromiso con <strong>El</strong> Pacto.<br />

— Ya lo sé, y eso no es más que un detalle —, explotó Drustan. — ¿Y si,<br />

en nuestra ignorancia, no hubiéramos podido realizarlos en el pasado?<br />

— Primero que todo, ustedes nunca fallaron en mantener el juramento —<br />

, masculló Adam misteriosamente, — Y yo dudo mucho que eso se haya<br />

186


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

convertido en un problema. Aún si todo su clan fuera de alguna manera<br />

eliminado, su maldito fantasma probablemente regresaría y bailaría<br />

malditamente alrededor de las ensangrentadas piedras. En segundo lugar, no es<br />

mi culpa que su clan extraviara <strong>El</strong> Pacto por tantos siglos y que olvidaran el<br />

significado detrás de los rituales. Y en tercer lugar -ésta es realmente la única<br />

parte relevante y eso es lo que yo he estado diciéndote —, dijo Adam,<br />

enunciando cada palabra apretadamente. Dios mío, su cuerpo dolía de tanto<br />

desear a su sidhe - seer. <strong>El</strong>la estaba sobre terreno seguro. Era hora. ¿Cuánto<br />

tiempo habían estado separados hasta ahora? ¿Quince fatales horas? Lo sentía<br />

como un siglo. Su piel estaba fría en el lugar donde, en los pocos días pasados,<br />

ella había estado constantemente presionada contra él. — La reina vendrá,<br />

Drustan. Nunca dejará que los muros caigan. <strong>El</strong>la vendrá, exigiendo saber por<br />

qué no están realizando el ritual. Entonces le contaré a ella sobre Darroc y todo<br />

estará bien. Realizarás los ritos mucho antes de que tu espacio de veinticuatro<br />

horas de tiempo haya acabado. Y ella estará agradecida, no estará furiosa<br />

contigo.<br />

Dios mío, habían hablado sobre esto casi una docena de veces. Los Keltar<br />

Druidas tenían desde la medianoche en el comienzo de los días festivos de<br />

Imbolc, Beltane, Lughnassadh, y Samhain hasta la medianoche al cierre del día<br />

festivo, para realizar los rituales necesarios. Durante ese tiempo las paredes se<br />

debilitarían, pero no se derrumbarían completamente hasta la medianoche del<br />

cierre. Por incontables milenios, los Keltar siempre había realizado sus rituales a<br />

la medianoche del primer día.<br />

Cuando fallaran en el próximo Lughnassadh, y los muros comenzaran a<br />

debilitarse, Aoibheal aparecería, exigiría saber que pasaba. Adam estaba<br />

dispuesto a apostar que ella aparecería hacia el mediodía o poco tiempo después.<br />

No había forma de que permitiera que la Isla de Morar se viera expuesta, de<br />

ninguna manera permitiría que los reinos Fae se levantaran en medio del de los<br />

humanos.<br />

Ésa era la única manera segura de obligar a la reina a aparecer. Bajar los<br />

muros entre los reinos.<br />

— Y además —, agregó enigmáticamente, — si no haces esto por mí, no<br />

habrá ningún pacto que mantener. Si Darroc derroca a la reina, entonces<br />

derramará sangre mortal en un latido. Y entonces no tendrán que perder el<br />

tiempo en juramentos; no habrá ninguna pared entre los reinos. Tendrán una<br />

guerra Tuatha Dé entre sus manos, con el Unseelie vagando libremente en su<br />

mundo, y, créanme, el daño que ellos pueden hacer en unos cuantos de días haría<br />

que la Peste negra pareciera un molesto resfriado. De hecho —, gruñó, —<br />

probablemente será la sangre mortal de ustedes la que Darroc derramará<br />

primero, porque a él no le gustará que ustedes posean tanto conocimiento acerca<br />

187


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

de nosotros. Ustedes dos son una amenaza que él querrá eliminar<br />

inmediatamente.<br />

— Eso es cierto —, dijo Dageus, mostrando acuerdo y mirando con<br />

mordacidad a Drustan.<br />

— ¿Él siempre es así? —, le preguntó Adam a Dageus, lanzando una<br />

mirada oscura a Drustan.<br />

— Drustan está siempre volviendo al tema de los juramentos y los mitos<br />

—, dijo Dageus secamente.<br />

— Y es una de las cosas buenas de uno de nosotros —, dijo Drustan,<br />

lanzando a Dageus una mirada feroz.<br />

— Cierto, porque si ambos fuéramos así, tú estarías muerto. Och, me<br />

olvidé —, dijo Dageus suavemente.<br />

Los labios de Drustan se movieron ligeramente por un momento, luego<br />

bufó y soltó una risa. — Te anotaste un punto hermano. Estúpido.<br />

— Aprendiendo más palabras de tu pequeña esposa, ya veo —, notó<br />

Dageus, con un divertido alzamiento de cejas.<br />

* * *<br />

— Hice algo tan horrible que ya no estoy segura de saber ni quién soy —,<br />

espetó Gabby sin preámbulo cuando tropezó accidentalmente con Gwen y Chloe<br />

MacKeltar; finalmente ella había encontrado el centro del castillo.<br />

No había tenido la intención de decirles eso – en verdad, apenas las<br />

conocía, aparte de su breve conversación anoche, la cual había consistido<br />

primordialmente en un relato de los acontecimientos recientes, ninguna cosa<br />

personal - pero su boca parecía tener su propia y peculiar agenda del día esta<br />

mañana, y creyó que si intentaba cerrarla, podía explotar.<br />

O peor, ir a buscar más vino, y supo esa era una idea realmente,<br />

realmente mala.<br />

Las esposas MacKeltar estaban confortablemente sentadas en sillas<br />

acolchadas en un cuarto brillantemente soleado que se abría en el gran hall del<br />

segundo piso, al este de la pared había un vidrio irrompible a través del cual se<br />

veían exuberantes jardines. La recibieron con cálidas sonrisas.<br />

188


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¡Oh, adelante! Justamente hablábamos de ti —, dijo Chloe, radiante, y<br />

palmeando una silla al lado de ella. — Por favor únete a nosotras. ¿Ya<br />

desayunaste? Hay café y pastel —, ondeó una mano hacia la mesa lateral. —<br />

Gwen y yo siempre desayunamos en el solar; nos puedes encontrar aquí todas las<br />

mañanas. Quisimos despertarte, pero Adam insistió en que te dejáramos dormir.<br />

Dijo que no habías tenido la oportunidad de pasar la noche en una cama real<br />

desde hace algún tiempo.<br />

<strong>El</strong> ceño runcido permanente que parecía haberse posesionado de la cara<br />

de Gabby se aflojó un poco. Él no le había traído su café, pero al menos había<br />

pensado en ella.<br />

— ¿Dónde está? —, preguntó ella malhumoradam, tratando de alcanzar<br />

un poco de mantequilla y un bollo de corteza dorada.<br />

— Fue a montar con Drustan y Dageus, temprano esta mañana —,<br />

respondió Gwen. —Estaban hablando sin parar en gaélico mientras salían a<br />

caballo y sonaba bastante intenso, así que creo que podrían tardarse un rato.<br />

¿Qué fue eso que hiciste tan horrible? —, preguntó ávidamente, tomando una<br />

taza limpia de la mesa y ofreciéndosela.<br />

Hundiéndose en una silla al lado de Chloe, Gabby se sirvió una taza de<br />

café, con mucha azúcar, y sorbió golosamente. Agradable y fuerte, notó ella.<br />

Gracias, Dios Mío. Esperaron pacientemente mientras ella tomaba fuerzas,<br />

aunque cuando se había terminado su segundo bollo, Gwen golpeaba ligeramente<br />

sus uñas contra su taza.<br />

Inspirando profundamente. Gabby comenzó. Animada por sus respuestas<br />

compasivas, terminó por confiar los más sórdidos detalles. Comenzando con el<br />

exceso de vino, pasando rápidamente al llanto y la casi llamada telefónica, y<br />

finalmente a su enfrentamiento con el desfile de las criadas.<br />

Cuando hubo terminado, Gwen y Chloe se reían tanto que tuvieron que<br />

limpiarse las lágrimas de los ojos.<br />

— No puedo creer que hice eso —, dijo Gabby por lo menos una docena<br />

de veces. La cafeína bendita tamborileaba a través de sus venas, los bollos<br />

habían apaciguado el malestar en su estómago, y el martilleo en su cabeza se<br />

había convertido en un débil golpeteo. Estaba comenzando a pensar que en algún<br />

momento del día podría darse una ducha. <strong>El</strong> mero pensamiento de una cuando se<br />

había despertado, la mera idea de pequeñas gotas de agua haciendo contacto<br />

con su cuero cabelludo, había sido más de lo que habría podido aguantar. —<br />

Bananas —, dijo, consternada. — ¿Pueden creer que dije eso? Nunca había hecho<br />

algo así. No sé lo que lo que me pasó.<br />

189


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

En el momento en que ella dijo —bananas— sus anfitrionas se<br />

desternillaron de la risa una vez más, sosteniendo sus estómagos.<br />

Una muy pequeña sonrisa, pese a la vergüenza en lo profundo de sus<br />

huesos, curvó los labios de Gabby cuando las vio reírse. Había sido muy chistoso,<br />

o al menos lo habría sido si hubiese sido alguien más quien se comportara tan<br />

tontamente. Si su amiga <strong>El</strong>izabeth hubiera hecho algo tan idiota, ella se habría<br />

estado riendo de ello por meses.<br />

Cuando finalmente se calmaron, Chloe dijo suavemente, — Oh, por favor.<br />

Lo que te molestó fue que anoche cada mujer en el castillo miró a tu hombre<br />

como si él fuese su tipo de helado favorito y no pudieran esperar para<br />

devorarle. Créeme, puedo entenderlo. Simplemente caminar por una calle<br />

abarrotada con Dageus me puede volver loca algunos días. Él y Drustan son<br />

apenas como algunos de los hombres comunes del siglo veintiuno; las mujeres se<br />

vuelven locas por ellos. La última vez que estuvimos en Inverness, una autora<br />

loca de novelas durante la excursión en las Highlands, intentó que Dageus fuera<br />

el modelo para la portada de uno de sus libros.<br />

Gwen inclinó la cabeza con una apariencia sardónica. — Esto hace<br />

envejecer. Casi tuve un altercado con una vendedora en una tienda de ropa<br />

deportiva.<br />

Pero Gabby sólo escuchó una cosa. — Él no es mi hombre —, le dijo a<br />

Chloe entre dientes. ¿Y ese no era el principal problema? — De hecho —,<br />

agregó, —ni siquiera es realmente un hombre del todo.<br />

— ¿Qué quieres decir con eso? —, exclamó Gwen.<br />

— Él es un hada, Gwen —. <strong>El</strong>la no podía creer que tuviera que señalar lo<br />

obvio. ¿No le había dicho alguien anoche que Gwen era una física genial?<br />

— Un Hombre Tuatha Dé —, corrigió Gwen. — Así es cómo como<br />

nosotros pensamos en ellos. Llamarles hadas suena como el diminutivo de<br />

pequeñas cosas con alas. Y no lo son. Son simplemente una civilización diferente,<br />

altamente adelantada, con una tecnología vastamente superior, pero Adam es<br />

aún todo un hombre. ¿Cielos, no ves cómo te mira? Si tienes alguna duda acerca<br />

de lo que él es, entonces fíjate en eso. Él es un hombre y ya.<br />

Gabby salió de su silencio. — ¿Cómo me mira él?<br />

Gwen y Chloe intercambiaron miradas incrédulas.<br />

— Oh, por Dios —, exclamó Chloe, — ella es tan mala en esto como lo era<br />

yo, ¿no es así Gwen?<br />

190


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Yo creo que realmente podría ser peor —, dijo Gwen secamente. —<br />

Que bien que están en otro lugar, porque necesitamos tener una buena y larga<br />

conversación de chicas.<br />

* * *<br />

Cabalgaron por horas. Era recién empezando la tarde cuando dejaron sus<br />

monturas para detenerse en la cima de la vasta y amplia cordillera. <strong>El</strong> sol había<br />

pasado su punto medio y comenzaba su descenso, y Adam estaba que explotaba<br />

con silenciosa impaciencia.<br />

Tranquilo, no importando su humor, era imposible no sentirse afectado<br />

por la belleza de las Highlands. Desde su elevada posición, el valle entero se<br />

extendía bajo ellos como un cuenco excavado entre las cimas de las montañas,<br />

en el corazón del cual se alzaba el Castillo Keltar, de pequeño y lejano aspecto.<br />

Millas y millas de un país indomable y exuberante se extendían ante ellos,<br />

salpicado de los suaves colores pasteles del verano.<br />

Adam respiró a fondo. Cómo amaba esta tierra. Siempre había entendido<br />

el por qué los escoceses habían peleado tan ferozmente para conservarla. — Oh,<br />

es preciosa —, dijo suavemente, — Escocia lo es.<br />

— Sí —, concordó Dageus.<br />

Drustan gruñó, luego suspiró en ráfagas, como si las horas de hablar y<br />

debatir no hubieran ocurrido, pero el aprecio de Adam por su tierra en cierta<br />

forma resolvía las cosas para él. — Bien, lo haremos, Viejo —, dijo.<br />

Gruñonamente. Claramente no estaba de acuerdo con romper un juramento pero<br />

reconocía la necesidad de eso.<br />

Una tranquila satisfacción se propagó a través del cuerpo de Adam.<br />

Eso era lo que él había estado esperando oír; la única cosa que lo había<br />

mantenido sobre un caballo, demasiado lejos de su mujer. Y con esa victoria, sus<br />

pensamientos cambiaron de dirección para centrarse en Gabrielle.<br />

Sabía exactamente qué regalos darle esta noche. Esta noche finalmente<br />

vería a su ka-lyrra en algo además de pantalones vaqueros. Luego, sin nada.<br />

Ahora tenía siete gloriosos días para relajarse, de aquí hasta<br />

Lughnassadh, en los cuales podría divertirse con ella, en tierra segura, sin<br />

preocupaciones. Con sólo la preocupación de sellar su reclamo sobre ella. De<br />

ganarse su cuerpo, mente, y alma. Su deseo por ella ya no tenía como razón el<br />

conseguir experimentar sexo en forma humana, todo lo que deseaba era<br />

191


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

simplemente entrar en ella. Hacerle suya. Ser el único que llenara esos ojos<br />

verdes-dorados de ensueños eróticos, que la hicieran gemir, la haría<br />

estremecerse de puro placer. ¿A quién le importaba lo que llevara puesto,<br />

siempre y cuando la tuviera en su cama?<br />

— O preferiría no hacerlo —, dijo Dageus, cuando Adam volvió a la<br />

realidad. — Nos sentaremos y dejaremos que las paredes se debiliten. Y<br />

hablaremos con nuestro descendiente Christopher y veremos si él está de<br />

acuerdo.<br />

Adam inclinó la cabeza, les envió una mirada de agradecimiento a los<br />

<strong>Highlander</strong>s.<br />

— Pero escucha, Adam Black —, agregó Drustan, — Si todo esto sale<br />

mal, te buscaremos para que luches a nuestro lado. Esperaremos que cuides<br />

nuestras espaldas, como nosotros estaremos cuidando la tuya.<br />

Adam inspiró profundamente, sintiendo como una emoción poco familiar<br />

se expandía en su pecho. Drustan lo veía como si fuera simplemente otro<br />

hombre, un guerrero para emprender la batalla con ellos, dispuesto contra lo<br />

que fuere que pudiera venir. Y se dio cuenta que junto a ellos y al lado de su<br />

pequeña ka-lyrra aguantaría. Aún, si fuera necesario, en contra de su reina.<br />

— Tienes mi palabra —, dijo él quedamente.<br />

Y cuando ambos murmuraron una rápida aceptación de su compromiso,<br />

esa sensación rara, esa presión extraña detrás de su esternón, se expandió aún<br />

más.<br />

* * *<br />

Gwen tenía la razón, reflexionó Gabby más tarde cuando salió de la<br />

ducha - definitivamente necesitaba una conversación de chicas.<br />

Habían hablado por horas, mientras avanzaba la mañana y la mayor parte<br />

de la tarde. Las tres se habían sentido como viejas amigas. No se había<br />

percatado qué tan desesperadamente necesitaba discutir sus cosas con alguien<br />

más. Había estado tan sola con sus pensamientos desde que Adam había<br />

irrumpido en su vida, y eso había ocurrido tan rápido, y no había podido<br />

asimilarlo.<br />

Gwen y Chloe la habían ayudado inmensamente. Eran de la misma edad, y<br />

muy parecidas a su amiga <strong>El</strong>izabeth: inteligentes (casi demasiado inteligentes),<br />

divertidas hasta para burlarse de sí mismas, con grandes y generosos<br />

192


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

corazones. Y en el transcurso del día las tres se habían pasado holgazaneando<br />

bajo el sol en el solar, hablando sin parar.<br />

Gwen y Chloe se habían turnado para contar sus historias sobre cómo<br />

habían encontrado a sus maridos, y Gabby las había escuchado, encantada.<br />

Gwen había encontrado a Drustan primero. Estaba de vacaciones en<br />

Escocia cuando había caído en un barranco y se precipitó hasta el fondo a través<br />

de la hendidura rocosa de una caverna olvidada, sólo para aterrizar sobre un<br />

encantado y dormido Higlander del siglo dieciséis. La había devuelto en el<br />

tiempo para que lo salvara. Pero no todo salió bien, y Dageus tuvo que romper su<br />

pacto para salvar la vida de Drustan de modo que él y Gwen pudieran reunirse.<br />

Y luego Chloe se había encontrado accidentalmente con Dageus, mejor<br />

dicho él la había encontrado a ella, mientras había estado recluido en un lujoso<br />

penthouse en Manhattan, buscando textos antiguos, tratando de encontrar una<br />

forma para librarse de las trece malvadas almas que lo poseían.<br />

Gwen había pensado que Drustan era un perturbado mental cuando lo<br />

encontró, por su conversación sobre viajes a través del tiempo y maldiciones.<br />

Chloe había pensado que Dageus era un ladrón demoníaco y un mujeriego<br />

desesperado. Y había descubierto que él estaba poseído por el mal más puro.<br />

Ambas habían tomado las oportunidades con sus corazones,<br />

oportunidades inmensas, en contra de probabilidades inmensas.<br />

Y ambas estaban delirantemente enamoradas, felizmente casadas, y<br />

viviendo un sueño. Un sueño que había estrujado dolorosamente el corazón a<br />

Gwen, cuando la nana les trajo a sus hermosas y pequeñas gemelas de oscuro<br />

cabello, y Chloe les había confiado ruborizándose que ella también estaba<br />

embarazada.<br />

Y no había olvidado el papel que jugaba Adam en la felicidad de Chloe.<br />

Chloe le había contado todo lo que había ocurrido en esas catacumbas<br />

polvorientas: acerca del momento decisivo con la secta de los Draghar, cómo<br />

Dageus se había hecho una herida mortal en el proceso de derrotarlos y salvarla<br />

a ella.<br />

Cómo ella pensaba que había perdido el amor de su <strong>Highlander</strong> para<br />

siempre, y podría haber sido así, si Adam no hubiese cedido su fuerza vital para<br />

traerle de vuelta de la orilla de muerte y devolverlo a la vida para ella.<br />

Todo eso produjo un montón de fascinantes ideas en la mente de Gabby.<br />

¿Cuáles habían sido los motivos por los que él lo había hecho? ¿Qué<br />

pensamientos habían pasado por esa bella y oscura cabeza, detrás de esos ojos<br />

eternos, antiguos? ¿Qué sentimientos profundos y tácitos? ¿Por qué se<br />

193


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

esforzaría para devolver a un hombre humano para su amante humana? ¿Y a ese<br />

precio?<br />

Chloe también le había dicho que Dageus le había confiado (cuando<br />

finalmente había ido a la cama unas pocas horas antes de la mañana) que la razón<br />

por la que Adam había sido castigado por su reina había sido su intervención<br />

para salvar a los MacKeltars.<br />

Era algo más que él no le había dicho- rehusándose a contestar las dos<br />

veces que ella le había preguntado – pero apenas lo podía culpar, porque no le<br />

habría creído si se lo hubiese contado.<br />

Ahora lo creía. Y ese conocimiento estaba haciendo locuras en su<br />

corazón.<br />

Ahora más que nunca ella quería saber- ¿Quién era Adam Black? ¿Quién<br />

era este fae enorme, misterioso, intensamente sexual y sorprendentemente<br />

tierno, que parecía pasar más tiempo con los humanos que con su propia raza?<br />

¿Este Fae absolutamente capaz de una fuerza descomunal, pero que nunca<br />

forzaba? ¿Este Fae que se había declarado a favor de la humanidad en contra<br />

de los de su raza?<br />

Más importante aún, ¿estaba toda esa emoción feroz guardada en él al<br />

alcance de una mujer mortal?<br />

Esa era la pregunta que le hacía sentir temblores hasta los dedos de sus<br />

pies. Cada pulgada de él era idéntica al príncipe de su fantasía.<br />

Y eso le producía un miedo mortal.<br />

Antes de que la tarde hubiese terminado, Gabby contó su historia tan<br />

completamente como pudo. Hubiese sido imposible no hacerlo. Gwen y Chloe eran<br />

mujeres que habían librado sus propias batallas con acontecimientos más allá del<br />

Mundo Humano; no había sido necesario mantener nada oculto. Ser un Sidheseer<br />

era una cosa moderadamente inusual desde su propia perspectiva; era<br />

apenas significativo.<br />

<strong>El</strong>la les contó cómo había superado su miedo al Fae, cómo su madre se<br />

había ido porque no podía lidiar con sus visiones, cómo la había criado su Abuela,<br />

y le había enseñado a ocultar su —don—. Les contó lo que Los Libros O'Callaghan<br />

decían acerca del Fae, y cómo se había dado cuenta de lo erróneos que eran esos<br />

libros- al menos en lo que respecta a Adam.<br />

También les contó cómo se había delatado la noche en que lo había visto,<br />

cómo la había rastreado, y las muchas cosas que él había hecho desde entonces.<br />

Finalmente había reconocido el miedo que no había, hasta ese momento,<br />

admitido aun para sí misma. <strong>El</strong> temor a cómo podría sobrevivir una vez que<br />

194


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

acabase todo esto, perdiendo la cabeza por él, sólo que a diferencia de sus<br />

fantasías de adolescente - podría no haber un y Fueron Felices Para Siempre. Él<br />

recobraría su inmortalidad, preocupándose por su seguridad tal como había<br />

prometido, y luego regresaría al reino Fae, y eso sería todo. Después de todo, el<br />

universo otra vez sería su ostra y, en el esquema cósmico de las cosas, Gabby<br />

sabía que ella no era la perla de nadie.<br />

Sería el final del juego. Tiempo fuera. No más juego. Sólo el fascinante<br />

sabor de un breve cuento de hadas en su lengua, estropeando su apetito por la<br />

realidad para siempre.<br />

Bueno, ante todo, había dicho amablemente Chloe,<br />

demasiado tarde querida: tú ya caíste.<br />

creo que es<br />

Gwen había estado de acuerdo. Pero, lo segundo y más importante,<br />

Gabby, dijo ella suavemente, la pregunta que debes hacerte no es ¿Tendré mi y<br />

Fueron Felices Para Siempre? La pregunta que necesitas hacerte es, ¿podrás<br />

vivir contigo misma si no te permites ser feliz ahora, y terminar por haber no<br />

obtenido absolutamente nada?<br />

195


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 19<br />

Esa tarde Gabby se tomó su tiempo con su pelo y su maquillaje, un lujo<br />

que no había podido darse por días. Mientras habían estado viajando, en esas<br />

raras ocasiones en que ella había vislumbrado un espejo- usualmente durante<br />

una rápida entrada a un baño público- no le había gustado lo que había visto, así<br />

que no se había demorado. Pero esta noche tenía la seguridad de que estaban en<br />

tierra segura, no habría bruscas zambullidas en lagos o caídas desde<br />

campanarios, y estaba decidida a lucir bien para variar.<br />

La aspirina y una larga ducha caliente se habían llevado los restos de su<br />

resaca. Chloe la había invitado a ir a sus habitaciones antes de la cena así podría<br />

encontrar algo que ponerse, pues eran casi de la misma talla. Esperaba con<br />

ilusión llevar puesto algo más que pantalones vaqueros. De acuerdo, esperaba<br />

lucir bonita alrededor de Adam; allí, lo había admitido. Realmente, una mujer<br />

tendría que estar muerta para no querer verse bien alrededor de él.<br />

Se pasó el lápiz de labios y deslizó sus dedos a través de su pelo,<br />

dejándolo caer sobre su espalda, arrastrando uno pocos mechones largos para<br />

que cayeran suavemente alrededor de sus ojos. Un poco de sombra difuminada<br />

en sus ojos, una pincelada de rimel. Una insinuación de brillo en la boca, lo<br />

suficiente como para atraer la luz y hacer cosas interesantes con ella. Lo<br />

suficiente como para que un hombre lo notara.<br />

Y eso, decidió, viendose a sí misma en el espejo, era todo lo que Gabby<br />

podía conseguir. Las ropas tendrían que hacer el resto; sólo esperaba que Chloe<br />

tuviese algo ultra femenino y un poquito provocativo para prestarle.<br />

Abriendo la puerta del cuarto de baño, se detuvo un momento en el<br />

dormitorio contiguo.<br />

Y se congeló.<br />

Imposible, pensó, al clavar los ojos en la cama con doseles.<br />

No que las cortinas de terciopelo estuvieran nuevamente colgadas o que<br />

la cama estuviera pulcramente hecha- eso era perfectamente posible. Una<br />

criada obviamente había entrado mientras ella había estado en la ducha,<br />

rasurándose las piernas, aplicándose loción, y preocupándose por pequeñeces<br />

como los cosméticos.<br />

Lo que no era posible era el ceñido vestido negro en que ella había<br />

gastado largos minutos suspirando anhelante en Macy’s y que ahora estaba<br />

colgado entre esas cortinas.<br />

196


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

No, pensó, estupefacta, moviéndose más cerca de la cama, los delicados<br />

tacones que ella había mirado tan codiciosamente.<br />

No, pensó, abriendo los ojos, el pecaminoso y pequeño brassier de encaje<br />

y panties en su tono favorito, rosa pálido.<br />

¿Y, oh, Dios mío, pensó jadeante, eso era una caja de Tiffany’s?<br />

Agarrando firmemente las solapas de su bata de baño, miró alrededor<br />

del cuarto.<br />

No había señales de él.<br />

Pero en el aire, débil pero aún inconfundible, había un indicio del exótico<br />

perfume de jazmín y sándalo y especias, del hombre seductor, y ella se percató<br />

de que él probablemente lo había hecho hacía no más de unos momentos<br />

mientras ella había estado concluyendo su maquillaje.<br />

Alcanzó la caja con manos temblorosas, la abrió, y se quedó sin aliento,<br />

tan estupefacta que casi la dejó caer.<br />

Anidados sobre un lecho de terciopelo estaban una gargantilla de<br />

diamantes y pendientes a juego, y supo exactamente dónde los había visto.<br />

Había sido de regreso en Cincinnati, la noche que él había traído su cena de<br />

Jean Robert en Pigalls. Había dejado la oficina tarde, había tomado su camino<br />

usual pasando por enfrente de Tiffany’s para recoger su coche en la esquina.<br />

Habían colocado una nueva vitrina, y se había visto brevemente cautivada por la<br />

elegancia de las piedras allí puestas. Había hecho una pausa, contemplando en la<br />

ventana las piezas a juego. Preguntándose, con femenina curiosidad, qué tipo de<br />

hombre regalaría a qué tipo de mujer tales joyas. Preguntándose si ella alguna<br />

vez tendría un anillo de diamantes sobre su dedo, o incluso una evidente<br />

propuesta matrimonial.<br />

Él debió haber estado en algún lugar detrás de ella, vigilándola.<br />

Tal como debió haber estado en Macy’s.<br />

Yo cuido de lo que es mío, le había dicho cuando le había dado las llaves<br />

del BMW.<br />

Ciertamente.<br />

Mientras levantaba la brillante tira de diamantes de la caja, una hojita<br />

de papel cayó hacia fuera. La atrapó mientras flotaba en el aire hacia el piso.<br />

Dos palabras en letra antigua, un garabato arrogantemente inclinado.<br />

Acéptalos, acéptame.<br />

Bien, pensó, parpadeando, eso era ciertamente ir directo y al grano.<br />

197


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Sostuvo las piedras brillantes en sus manos por mucho tiempo,<br />

mirándolas pero sin verlas realmente. No realmente pensando, sino abriendo su<br />

corazón, sintiendo, preguntándose. Escuchando un eco de las palabras de Gwen:<br />

¿Serás capaz de vivir contigo misma si no te permites a ti misma ser feliz ahora,<br />

y terminar por no haber obtenido absolutamente nada?<br />

Eventualmente colocó la caja de regreso en la cama y se puso<br />

rápidamente las bragas y el sostén.<br />

Se puso el ajustado vestido negro, deslizándolo sobre sus caderas, y<br />

cerrando la diminuta cremallera lateral.<br />

Sentada en el borde de la cama, ató los sexy y delicados zapatos.<br />

Luego tomó la caja, se puso los pendientes, y sujetó la tira de frías<br />

piedras alrededor de su garganta.<br />

* * *<br />

Adam acababa de salir de la ducha cuando escuchó un suave golpe en la<br />

puerta de su dormitorio.<br />

Esperaba que no fuera otra criada. Cuando regresó de su paseo, había<br />

docenas de ellas holgazaneando en el gran vestíbulo. Siempre había estado<br />

acostumbrado a que las mujeres se lanzaran sobre él, pero no estaba<br />

acostumbrado a que se quedaran mirándolo con tan inquietante intensidad<br />

directamente a su entrepierna.<br />

Con fuerza. Como si trataran de ver a través del cuero lo que estaba<br />

debajo, mejor dicho, lo que se levantaba debajo, porque la maldita cosa no iba a<br />

bajarse nunca hasta que hubiera tenido a Gabrielle bajo él por lo menos cien<br />

veces.<br />

— ¿Quién es? —, preguntó precavidamente.<br />

Cuando escuchó la suave respuesta, sus ojos flamearon, luego se<br />

estrecharon. Con una perezosa sonrisa y con lenta deliberación, dejó caer la<br />

toalla que acababa de anudar holgadamente alrededor de su cintura.<br />

— Sin barreras entre nosotros esta noche, ka-lyrra—, murmuró,<br />

demasiado suave como para que ella escuchara. No había pensado verla hasta la<br />

cena. Pero ella estaba aquí, afuera de su puerta, afuera de su dormitorio. Bien<br />

podría haberse paseado fuera de la guarida de un león, agradablemente rociada<br />

en sangre fresca y caliente.<br />

198


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Su boca estaba de repente ferozmente seca, su respiración<br />

entrecortada y superficial.<br />

¿Los traería puestos? ¿Estaba lista para aceptarlo? ¿Lo tomaría? ¿Esta<br />

mujer que se había criado con las peores historias acerca de él, algunas de las<br />

cuales eran completamente ciertas?<br />

Y ella lo sabía. Sabía que él había asolado las Highlands después de<br />

Morganna; él había visto la mirada sobre su rostro cuando ella le había<br />

preguntado acerca de la fecha de muerte Morganna. <strong>El</strong>la sabía que, por cada<br />

cosa que era inexacta en sus Libros, había algunas que no lo eran. Sabía que en<br />

los casi seis mil años él había hecho una cosa o dos para merecer una parte de la<br />

mala prensa que había recibido. Gabrielle no era tonta.<br />

¿Había ella visto su pasado? ¿Lo había visto a él?<br />

¿Llevaría puestos esos malditos diamantes? Casi temió abrir la puerta y<br />

verla, con tanta fuerza la deseaba, entregada completamente, sin reserva, esta<br />

noche, ahora, en este momento. Él la necesitaba. Sentía como si hubiera estado<br />

esperando seis mil años para eso. ¿Cristo, qué le ocurría? ¿Alguna vez había<br />

sentido algo como esto antes?<br />

Se dio cuenta que estaba mirando la puerta y no tenía idea de cuánto<br />

tiempo lo había estado haciendo. Sacudió la cabeza, mascullando una maldición<br />

por su idiotez. Por Cristo, él era Adam Black. No algún inepto muchacho mortal.<br />

— Pasa —, le dijo, y si salió un poco más gutural que lo usual, entonces no<br />

se dignó notarlo. Permaneció de pie con toda su altura de seis pies cuatro<br />

pulgadas y media, las piernas extendidas, las brazos doblados sobre su pecho,<br />

trayendo puesto nada más que los antiguos adornos de oro de su casa real.<br />

La puerta se abrió lentamente- él sintió como si se abriera en cámara<br />

lenta- pero entonces allí estaba ella, y él sintió como si alguien lo hubiera<br />

golpeado en su estómago.<br />

Tuvo el placer de ver que ella parecía sufrir la misma sensación.<br />

<strong>El</strong>la se congeló, sus encantadores ojos verde-dorados se abrieron mucho.<br />

— T-t- tú n-no estás...— farbulló. Probó otra vez, — Oh, Cielos. Dios. Mío —.<br />

Mojó sus labios. Aspiró profundamente. — ¡Santa mierda, ¿estás desnudo? Y oh-<br />

Oh! — Su mirada volvió a su rostro, y sus ojos se ensancharon aún más.<br />

Una sonrisa de puro triunfo masculino curvó sus labios. — Ah, sí —,<br />

ronroneó. — y tú, mi dulce Gabrielle, llevas puestos mis diamantes.<br />

199


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

* * *<br />

Gabby permaneció de pie en la puerta, su corazón martillando<br />

salvajemente.<br />

Doscientas libras de un magnífico hombre desnudo de pie ante ella, y era<br />

tan salvaje e intensamente bello que no podía quitar su mirada de él. Tuvo que<br />

recordarse a sí misma que el oxígeno era bueno para una chica, así que respira,<br />

O'Callaghan. <strong>El</strong>la miró de arriba a abajo, de arriba abajo otra vez, pequeñas<br />

respiraciones se juntaron de golpe en su garganta.<br />

Abruptamente, supo que después de esta noche no volvería a ser la<br />

misma. Nada sería lo mismo. Oh, sí, el hombre se podría definir a sí mismo como<br />

el amanecer de una nueva época si quería. Era después de todo, bastante simple,<br />

antes de Adam y después de Adam.<br />

Él dio un paso adelante, moviéndose con esbelta gracia animal, un brillo<br />

rapaz en su oscura mirada. Él era el cazador y ella la comida. Y por la mirada en<br />

sus ojos iba a devorarla.<br />

Se le acercó furtivamente, elevándose sobre ella, mirando fijamente<br />

hacia abajo, extendiendo la mano para tocar la gargantilla y ligeramente su<br />

cuello con las puntas de los dedos. — Tú sabes lo que esto significa —, dijo él<br />

suave, intensamente. — Mía. Acéptalo. Eres mía. No, Shhhss —. Presionó un<br />

dedo contra sus labios. — No digas una sola palabra. Solamente déjame mirarte.<br />

He estado esperando para verte con este vestido.<br />

Dando la vuelta alrededor de ella, cerró la puerta suavemente, y ella<br />

escuchó el sonido metálico de la cerradura cuando cerró con llave. Caminó suave<br />

y lentamente alrededor de ella.<br />

— Cristo, eres hermosa, Gabrielle. ¿Sabes cuanto te deseo? ¿Sabes qué<br />

fantasías he estado creando en mi mente contigo? ¿Sabes cuántas veces traté<br />

de liberarme de esta eterna dureza? ¿Sabiendo que lo único que podía ayudarme<br />

eras tú?<br />

Él hizo, lentamente, otro círculo, totalmente desnudo alrededor de ella.<br />

— Y ahora estás aquí. En mi recámara. Encerrada adentro. Y no saldrás hasta<br />

que yo lo diga. Y nunca lo diré.<br />

Hizo una pausa detrás de ella, íntimamente cerca, frente a su espalda,<br />

frotó su pene contra su trasero en ese sexy vestido. <strong>El</strong> vestido lucía tan bien en<br />

ella como sabía que lo haría, pegándose a cada exuberante curva. Se sentía bien<br />

también. La respiración siseó entre sus dientes ante el contacto; fue tan<br />

200


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

insoportablemente placentero que quemaba. Él inspiró bruscamente y se echó<br />

hacia atrás, sabiendo que si la tocaba otra vez se correría enseguida.<br />

— Y esos zapatos —, ronroneó su mirada cayendo sobre su trasero,<br />

bajando por las curvas bien proporcionadas de la parte de atrás de sus muslos, a<br />

sus delgados tobillos con esas delicadas y pequeñas correas atadas alrededor de<br />

ellos.<br />

— Te vi mirándolos en Macy’s. Tienes las piernas y el trasero más dulces,<br />

Gabrielle. Cuando primero te vi en Cincinnati, tenías unos pantalones cortos y<br />

sandalias en tus pies. Incluso los pequeños dedos de tus pies pintados me<br />

encendieron.<br />

Se colocó frente a ella. Sus ojos estaban grandes, delirantemente<br />

desenfocados. Sus labios estaban separados y ella estaba jadeando suavemente,<br />

su pecho subiendo y bajando suavemente.<br />

Él presionó la punta de su dedo sobre sus labios, empujándolo dentro.<br />

<strong>El</strong>la cerró esos exuberantes labios sobre él, chupando, y tan crudo calor le<br />

atravesó que, por un momento, no pudo moverse. Finalmente retiró el dedo,<br />

deslizándolo lentamente desde ese delicioso pliegue, luego trazó un húmedo<br />

camino sobre la forma de su boca, a través de su mandíbula, debajo de su cuello,<br />

hacia el valle exuberante entre sus senos.<br />

Él debía seducirla, debía cortejarla con besos, debía seducir lentamente,<br />

llevarla lentamente, tal vez inexorablemente, por el camino hacia su última y<br />

costosa capitulación.<br />

Pero era demasiado tarde; había esperado demasiado tiempo, y había<br />

una cosa que no podía ya negarse a sí mismo. Una cosa que había estado<br />

pensando demasiado tiempo mientras montaba hoy. Una cosa que necesitaba.<br />

Ahora mismo. Y eso lo disgustó mucho, el poder que tenía sobre él, cuán<br />

salvajemente la deseaba. Conocer el sabor de ella, tenerlo en su lengua,<br />

capturada en su inmortal memoria. Si en cierta forma, por alguna razón, ella lo<br />

detenía esta noche, entonces al menos habría obtenido eso.<br />

— Que conste, irlandesa —, le informó firmemente, sólo en caso de que<br />

ella se hiciese una idea equivocada, — No me arrodillo ante nadie —. Luego cayó<br />

sobre sus rodillas a sus pies, apartó de un empujón su vestido hacia arriba,<br />

recogió un puñado del sedoso material en cada mano, y la empujó hacia atrás<br />

contra la puerta, inmovilizándola por la tela.<br />

Gabby se apoyó débilmente contra la puerta, jadeando. <strong>El</strong> exótico<br />

perfume de él estaba llenando las ventanas de su nariz, mareándola.<br />

Simplemente mirarlo desnudo la había excitado tan intensamente que supo que<br />

él estaba a punto de encontrarla mojada; tan húmeda que casi se avergonzada.<br />

201


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Estaba lista ahora mismo, no necesitaba un beso, o cualquier otra estimulación<br />

sexual previa para eso. Ciertamente no sabía si podría sobrevivir a lo que<br />

parecía que él estaba a punto de hacer. Sólo lo quería dentro de ella. Cuando él<br />

la había rodeado semejante a alguna gran bestia oscura, hablándole, diciéndole<br />

cuánto la deseaba, casi había empezado a rogar.<br />

Y ahora él estaba de rodillas entre sus piernas, su vestido recogido<br />

hasta su cintura, exponiéndola a él, casi desnuda excepto por un trozo de encaje<br />

de seda deslizándose entre sus piernas.<br />

Uy, desnuda, ella se corrigió con un sonido medio risa, medio sollozo,<br />

mientras él arrastraba con sus dientes ese trozo de encaje de su cuerpo,<br />

jalándolo hacia abajo, abajo, los dientes rozándola ligeramente, deteniéndose<br />

para mordisquearla, esparciendo pequeños mordiscos amorosos sobre su piel,<br />

enviando olas de escalofríos a lo largo de su columna vertebral.<br />

Se sentía drogada, borracha, intoxicada por la pasión. No tenía ni idea<br />

cómo había logrado aplazarlo tanto tiempo, o por qué, y estaba repentinamente<br />

asombrada de cuánto tiempo había desaprovechado.<br />

— Voy a saborear cada pulgada tuya antes de que esta noche llegué a su<br />

final —, ronroneó.<br />

Y luego empezó a cumplir esa promesa, con golpes largos, calientes,<br />

aterciopelados de su lengua en el interior de sus muslos. Dulces y perezosos<br />

pellizcos en las partes internas y rellenitas de sus piernas, besos calientes con<br />

la boca abierta sobre la delicada piel de sus caderas. No dejó pulgada de su piel<br />

sin besar, sin morder.<br />

Luego una mano avanzó separando sus piernas y luego su oscura cabeza<br />

estaba entre ellas. Cuando él dio un golpecito con su lengua al diminuto brote<br />

anidado entre sus suaves pliegues, ella agarró grandes puñados de su sedoso y<br />

oscuro cabello y se estremeció, apoyándose débilmente contra la puerta.<br />

— Mantente en pie, ka-lyrra. Si esas dulces rodillas se debilitan y caes<br />

sobre el piso, entonces te follaré aquí mismo —.<br />

<strong>El</strong>la dejó que sus rodillas se doblaran<br />

ahogando una risa.<br />

instantáneamente, apenas<br />

— Aw, maldito infierno, Gabrielle, yo quería que esto durara —, maldijo,<br />

rodando instantáneamente con ella, atrapándola, colocándose debajo de ella<br />

para amortiguar el impacto de su caída.<br />

Pero ella estaba más allá de delicadezas, había estado esperando toda<br />

una vida para esto. No podía esperar un momento más. Cayendo encima de su<br />

gran y desnudo cuerpo, se contoneó contra él hasta que había asegurado su<br />

202


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

caliente y dura erección justo donde la quería, la hinchada cresta de él<br />

montando con deliciosa fricción contra ella. Dios mío, estaba tan estrecha, unas<br />

cuantas buenas frotaciones…<br />

— Oh, no —, siseó él, instantáneamente entendiendo. — Tú no llegarás<br />

allí sin mí. No sin mí dentro de ti la primera vez.<br />

— Entonces yo te sugeriría —, jadeó ella, — que te apresuraras y<br />

entraras en mí.<br />

Él emitió un sonido ahogado, un ronco y erótico sonido como una risa<br />

gruñida. — Ah, Gabrielle —, ronroneó, tomándola por las caderas y haciéndola<br />

rodar bajo él sobre la suave alfombra. — ¿Acaso nunca voy a conseguir<br />

suficiente de ti?<br />

— No si continúas tan lento —, soltó ella con irritación..<br />

— Extiende tus piernas —, le exigió. Él extendió su cuerpo a todo lo<br />

largo del de ella, apoyando su peso en sus antebrazos, abriendo con sus rodillas<br />

sus piernas para él. — Levántalas alrededor de mis caderas.<br />

<strong>El</strong>la obedeció instantáneamente.<br />

— Enlaza tus tobillos. Esto no va a ser fácil.<br />

Un pequeño y delirante temblor la estremeció ante sus palabras. <strong>El</strong>la<br />

sabía eso. Lo había sabido la primera vez que le había sentido presionado contra<br />

su interior, allí en Cincinnati, la mañana que él había atravesado su puerta, y<br />

había sido una de las cosas que había hecho estragos en sus sentidos desde<br />

entonces. Todos sus novios habían sido grandes, hombres altos. A ella le<br />

gustaban los hombres grandes, siempre había sido así, le gustaba un poquito de<br />

dominación. Y Adam Black era grande y malo hasta los huesos, en todas partes.<br />

<strong>El</strong>la le había dicho la verdad a las criadas, o algo parecido; Él no estaba<br />

proporcionado, era más grande allí de lo que una mujer esperaría. — De alguna<br />

manera. No creo que ninguna cosa que tenga que ver contigo sea fácil —, ella se<br />

quedó sin aliento.<br />

— No, no es eso, pero creo que te aburriría fácilmente, ka-lyrra. Te<br />

prometo que nunca te aburriré.<br />

Y luego su mano estaba entre sus piernas, un dedo resbalándose en su<br />

calor liso, presionando adentro, presionando hacia arriba, buscando su barrera.<br />

Luego dos dedos, y ella sólo estaba débilmente consciente cuando él abrió una<br />

brecha en la delgada membrana, el dolor fugaz eclipsado por el placer de<br />

sentirlo a él moviéndose dentro suyo. Sus caderas se arquearon desvalidamente<br />

hacia arriba, queriendo más, necesitando, doliendo de necesidad por todo de él.<br />

203


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y entonces su mano se fue y la gruesa cabeza de su pene rozó contra sus<br />

suaves pliegues, y él se empujó dentro de ella. <strong>El</strong>la lloriqueó, un quejido de dolor,<br />

intentando ajustarse, contoneándose, tratando de aceptar, pero él era<br />

demasiado grande y ella estaba muy apretada.<br />

— Cálmate, Gabrielle. Relájate —, dijo él.<br />

<strong>El</strong>la hizo un intento, pero no podía; era instintivo resistir, y<br />

emprendieron una batalla sexual silenciosa por unos pocos momentos, donde él<br />

apenas ganó otra pulgada. Sus músculos estaban presionando bajo él, resistiendo<br />

la fuerte intrusión.<br />

Él absorbió una siseante respiración a través de los dientes apretados.<br />

— Gabrielle, estás matándome; tienes que dejarme entrar.<br />

— Estoy tratando —, gimió ella.<br />

Con una maldición amortiguada, él abruptamente la cambió de posición,<br />

moviendo sus piernas a un lado y arriba, apoyando sus tobillos sobre sus<br />

hombros, dejando su pelvis cruelmente expuesta hacia arriba.<br />

Metiendo una mano en su pelo cerca de su cuero cabelludo, él llevó su<br />

cabeza hacia atrás e inclinó su boca dura sobre la suya, tomándola<br />

profundamente, reclamando su alma en un beso, su lengua caliente y<br />

aterciopelada explorando, retirándose. Estaba demasiado aturdida por el beso,<br />

por la fiereza, el posesivo salvajismo de él, para tensarse cuando él la empaló,<br />

de lo cual ella se percató, precisamente porque ya lo había hecho.<br />

Él se impulsó a sí mismo profundamente en su interior con una lenta,<br />

suave e implacable penetración, llenándola tan completamente que ella gritó en<br />

su boca, pero él mantuvo sus labios sellados con los suyos, sofocando el grito. Él<br />

se quedó unos largos minutos, por completo dentro de ella, invadiendo cada<br />

suave hendidura caliente, pero sin moverse, sólo besándola, su lengua caliente<br />

enredándose con la de ella. Él era tan grande que se tomó largos minutos para<br />

que ella se ajustara, más aliviada y cómoda. Pasaron largos minutos mientras él<br />

se mantuvo quieto, ocupando su territorio, sin explorar los alrededores hasta<br />

que ella estuvo lloriqueando contra sus labios, rogándole que se moviera. Ahora<br />

que la presión se sentía bien, estaba sintiendo un tipo de presión completamente<br />

diferente, que necesitaba cantidades de movimientos para saciarse.<br />

— Estoy dentro de ti —, ronroneó. — Ah, Cristo, estoy dentro de ti —.<br />

Entonces –finalmente- él empezó a moverse, un erótico movimiento circular de<br />

sus caderas - no un empuje sino una fricción lenta y profunda dentro de ella.<br />

Empujándose dentro suyo, retrocediendo un poco, empujando otra vez, cada vez<br />

aproximándose más al apretado brote de su clítoris con una fricción exquisita.<br />

204


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Sus intensos y lentos movimientos enardeciendo algún sitio dentro de<br />

ella que aun no sabía que tenía, y todos sus músculos se contrajeron otra vez<br />

sobre él, cerrándose, estremeciéndose, y cuando se corrió fue algo que nunca<br />

había sentido antes, una explosión tan profunda dentro de ella, tan<br />

increíblemente intensa, que un grito visceral salió de su garganta.<br />

— Sangriento infierno —, dijo él a gritos mientras su cuerpo entero se<br />

tensaba. Sujetó sus manos bajo sus caderas, intentando retroceder, salirse, no<br />

queriendo terminar todavía, pero era demasiado tarde, la forma en que su<br />

cuerpo lo rodeaba era más de lo que podía soportar y explotó dentro de ella.<br />

* * *<br />

Horas más tarde, Adam se apoyó sobre un codo y miró a Gabrielle,<br />

reflexionando sobre su belleza.<br />

Creía que comenzaba a entender. No era la simetría de sus rasgos; eso<br />

no era la perfección. Era la unicidad. Lo que una persona poseía y otra no. Eso<br />

era lo único propio. Quizá la nariz de Gabrielle era como miles de otras, pero<br />

ellas no estaban sobre su cara, con sus ojos, con sus pómulos y su pelo. Ni tenían<br />

esas narices agraciadas sus muchas expresiones, arrugándose de manera tan<br />

fascinante cuando se reía, alzándose tan arrogantemente cuando estaba<br />

irritada.<br />

Él había recorrido la gama completa de sus expresiones esta noche. Él<br />

la había visto exigente, agresiva de lujuria, los ojos brillando intensamente<br />

mientras se arqueaba y combaba bajo él. La había visto suave, dulcemente<br />

flexible cuando la había tomado desde atrás, sobre sus manos y sus rodillas,<br />

delante del espejo de cuerpo entero en el tocador. Él había mantenido su cabeza<br />

hacia atrás agarrando un puñado de su sedoso pelo para poder observar su cara<br />

en el espejo. Ver esos ojos verde-dorados estrecharse y brillar como los de un<br />

gato en celo mientras ronroneaba de placer. Ver sus pechos llenos oscilando<br />

mientras sus testículos pesados golpeaban rítmicamente contra su trasero y<br />

muslos. Verla mirándolo a él mientras se lo hacía. Él la había visto somnolienta y<br />

perdida cuando la había lamido y curvado al alcanzar el clímax y después<br />

estremecerse al máximo. Y aún la había visto casi parecer asustada cuando él la<br />

había estrujado en otro delicioso estremecimiento de ella.<br />

Si él hubiera tenido todo su poder Fae, entonces habría aliviado su<br />

dolorosa virginidad; tal como él era, había tenido que detenerse porque ella no<br />

podía tomar más. Así es que amablemente la había limpiado mientras ella yacía<br />

205


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

saciada en la cama, alimentó el fuego, luego fue hasta la cocina por comida,<br />

dándose cuenta de que se habían perdido la cena. De hecho, la cena se había<br />

terminado hacía muchas, muchas horas.<br />

Él se había topado con Dageus en las oscuras cocinas, cuando el<br />

<strong>Highlander</strong> había estado hurtando helado del congelador. <strong>El</strong> gemelo menor<br />

Keltar le había echado una mirada, se rió, y dijo, — Sospecho que no te veremos<br />

por unos pocos días. ¿A que no, Viejo?<br />

— Me verás en Lughnassadh —, había contestado Adam con una maliciosa<br />

sonrisa. — Y deja de llamarme Viejo. No te llamo Joven. Adam. Es simplemente<br />

Adam.<br />

— Sí, será Adam entonces —, Dageus había contestado fácilmente.<br />

Mientras Adam había vuelto descalzo por los fríos escalones de piedra<br />

del castillo, acarreando una bandeja llena de comida, su cuerpo humano dolía en<br />

lugares que no sabía que el cuerpo de un hombre podía doler, había soportado<br />

otro de esos dolores agudos repentinos en su pecho y casi había dejado caer la<br />

bandeja. Había tenido que detenerse y apoyarse contra la balaustrada,<br />

quedándose sin aliento hasta que pasó. Se había percatado que era una cosa<br />

buena que pronto saldría de ese cuerpo mortal, porque algo estaba claramente<br />

mal con el cuerpo que Aoibheal le habían dado.<br />

Cuando había regresado al dormitorio, ella estaba profundamente<br />

dormida, yacía inconscientemente a lo largo de la cama, su cuerpo desnudo<br />

brillando suavemente a la luz del fuego. Era una visión de cabello rubio<br />

enmarañado, piel con rubor sexual, y curvas exuberantes, una vibrante mortal,<br />

dorada resplandeciente contra las sábanas de plata satinada.<br />

Cristo, ella es asombrosa, Adam maravillado, permaneció al borde de la<br />

cama, quedándose con la mirada fija en su mujer adormecida. Arrastrando la<br />

yema de un dedo sobre el alto y firme pico de un pecho. Aun inconsciente, su<br />

cuerpo reaccionó, el rosado pezón se tensó. Con un juramento amortiguado él se<br />

forzó a dejar caer la mano y dar un paso atrás, o tendría su boca en ese pezón<br />

otra vez, arrastrando el borde de sus dientes a través de él en la forma que<br />

descubrió que a ella le gustaba. Y él la había lastimado, y se rehusaba a<br />

lastimarla.<br />

<strong>El</strong>la le había respondido con toda la pura y generosa pasión que él había<br />

sentido acechar dentro de ella. Todo ese fuego que ella había liberado y que lo<br />

había encendido, abiertamente, sin restricción, voluptuoso hasta la médula, y él<br />

lo había revelado, lo había absorbido, se había maravillado en él. <strong>El</strong>la le había<br />

hecho sentir cosas que nunca había sentido antes. Cosas que podría pasar siglos<br />

inmortales pregonando y quizás nunca comprender.<br />

206


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

¿Y por ese regalo tú tomarás su alma?<br />

Él retrocedió, se desentendió del asunto. ¿Qué cuerpos humanos venían<br />

agobiados con conciencias humanas? Le daré su inmortalidad a cambio.<br />

¿Le darás a ella la elección? ¿Se lo dirás?<br />

Ni por una oportunidad en el infierno, él replicó silenciosamente.<br />

Si Gabrielle iba a ser su Edén privado, no habría manzana de<br />

conocimiento a ofrecer. Adam sabía bien lo que le había sucedido a otro Adam.<br />

Un poco de conocimiento siempre alejaba a un hombre del Jardín.<br />

Él no quería ver morir a Gabrielle O'Callaghan. Había visto demasiados<br />

humanos morir. <strong>El</strong>la era suya ahora. <strong>El</strong>la había hecho su elección. Había venido a<br />

él, le había aceptado.<br />

Tendría que ser un hombre mejor para dejarla ir a un lugar donde nunca<br />

podría seguirla.<br />

Dageus sonrió mientras se escabullía por el oscurecido castillo,<br />

ligeramente, con un pedacito de helado fundiéndose en su mano. Había<br />

desarrollado bastante gusto por el actual obsequio, y una afición por molestar a<br />

Chloe con el cremoso helado contra la piel abrasada por sus besos. Lamiéndolo<br />

de sus labios, de sus pezones, de la esbelta curva de una cadera.<br />

Habían estado haciendo el amor por horas. <strong>El</strong> deseo estaba en el aire, el<br />

castillo olía a romance. Arrastrado por la brisa nocturna y se alegró de eso.<br />

Pues si alguna vez un hombre necesitaba el toque cicatrizante de una<br />

mujer, ese era Adam.<br />

Ser poseído por los Draghar había cambiado a Dageus en muchas<br />

formas, formas que aún estaba intentando entender. Había estado ordenando<br />

sistemáticamente las inmensas cantidades de conocimiento que ellos habían<br />

dejado dentro de su cráneo, extrayendo lo que podría ser usado para bien.<br />

Una de sus habilidades más recientemente desarrolladas era eso de<br />

escuchar en profundidad. Aún no le había dicho a Drustan que podía hacer eso,<br />

todavía estaba aprendiendo a controlarlo.<br />

Nunca había podido manejarlo antes, ese druida meditativo que había<br />

sido su padre era excelente en ello, escuchar pudiendo alejar las mentiras y ver<br />

la verdad de un asunto, el corazón de un hombre.<br />

Pero en los meses pasados de dicha matrimonial había descubierto una<br />

nueva quietud, una paz interior que, junto con el conocimiento de los trece,<br />

había abierto sus sentidos druidas.<br />

207


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Había escuchado profundamente hoy a Adam Black cuando habían salido<br />

a montar, necesitando saber si él estaba diciendo la verdad acerca de sus<br />

razones para hacer bajar las paredes. Si los Keltar iban a romper sus<br />

juramentos otra vez, Dageus tenía que saber que era por una causa justificada.<br />

Él había explorado ligeramente y en esa penetración poco honda se había<br />

enterado de que Adam decía la verdad.<br />

Pero entonces él había sentido algo más, algo que no había planeado<br />

encontrar dentro de un omnipotente inmortal, ni uno por ahora disminuido; algo<br />

que reconoció, y que no había podido resistir abrir sus sentidos ampliamente y<br />

explorar más profundamente.<br />

Lo que él había oído en las antiguas palabras - en lo que él había dicho y<br />

en esos espacios entre lo que había dicho y lo que no había dicho- le había<br />

calmado hasta la médula.<br />

Una vez Dageus se había creído un hombre solo. Antes de que hubiera<br />

encontrado a su pareja, antes de que Chloe hubiera presionado sus manos<br />

pequeñitas en su corazón y lo comprometiera con votos de unión.<br />

Pero ahora sabía que lo que había pensado como la soledad lo podría<br />

acompañar por miles de años y multiplicarse infinitamente y aún así no lograría<br />

cuantificar esa oscuridad que yacía tan engañosamente dentro de Adam Black.<br />

Días extraños, meditó, mientras empujaba la puerta abierta de su<br />

recámara, cuando los Tuatha Dé caminaban entre ellos en forma humana.<br />

Er... uno de ellos.<br />

Pues eso era otra cosa inesperada que había descubierto acerca de su<br />

invitado de otro mundo.<br />

Adam era, tal como había dicho, ya no exactamente un Tuatha Dé.<br />

Sin embargo, tampoco era humano.<br />

208


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 20<br />

Gabby no abandonó el dormitorio de Adam durante tres largos y<br />

dichosos días con sus respectivas noches. Tres perfectos e increíbles días y<br />

noches. <strong>El</strong>la se abandonó completamente a el.<br />

Oh, no hicieron amor el todo el tiempo, su cuerpo tan delicado en<br />

contraste con el suyo que no lo habría resistido.<br />

Pero hay muchas formas para dar y recibir placer, y él era un maestro<br />

en todas ellas. Pasaron horas en la ducha, bañándose perezosamente, explorando<br />

sus cuerpos, saboreando y bromeando. Horas en las que ella se deleitó con su<br />

piel dorada y aterciopelada, sus notables músculos, y negro y sedoso pelo,<br />

cayendo como cascada a través de su cuerpo desnudo. Más horas donde en las<br />

que estuvo tendida sobre una alfombra frente al fuego mientras él la frotó con<br />

aceites de esencias, haciendo la traviesa comparación entre ella y una yegua<br />

que había sido montada con demasiada fuerza.<br />

Deslizándose a lo largo de ella, montándola de nuevo. Frotándola otra<br />

vez. Más baño, más juegos en la cama.<br />

<strong>El</strong> único momento en que la dejaba era para traer comida. Fueron días y<br />

noches de comer, dormir y sexo. Ninguna mujer, decidió, había perdido su<br />

virginidad de forma tan fantástica. Hubo largas horas donde ella estuvo<br />

precisamente como él había dicho que ella estaría: completamente saciada<br />

incluso para moverse. Convencida de que probablemente nunca podría excitarla<br />

otra vez; y entonces, él la excitaba en el parpadeo de un ojo, de su mirada<br />

oscura, bajo unas pestañas oscuras e inclinadas cejas.<br />

Se sentía como si se hubiese deslizado en algún mundo de cristal y<br />

fuego, con esencia de brezo y emanaciones de erotismo. Aunque no lo había<br />

notado al principio, demasiado perdida en la visión del enorme, oscuro y desnudo<br />

hombre, finalmente se dio cuenta de que su recámara se llamaba la recamara de<br />

cristal porque había esculturas de cristal de diversas bestias. Unicornios y<br />

dragones, quimeras y fénix, águilas agrifadas y centauros bordados en los<br />

manteles, en los lados de las mesas, y los cofres. Delicados prismas colgaban en<br />

las ventanas, atrapando la luz del fuego y devolviéndola en brillantes destellos<br />

de color.<br />

Los espejos con marcos de plata adornados meticulosamente, pendían de<br />

las paredes en medio de tapices preciosos, y el mobiliario oscuro de caoba,<br />

bellamente tallado. Lujosas alfombras se extendían sobre el piso. La cama era<br />

209


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

una obra de artesanía antigua, cubierta con sabanas satinadas, mullidas<br />

almohadas, y una lujosa colcha de terciopelo negro. Lucía cuatro postes del<br />

tamaño de pequeños árboles (postes a los cuales él había atado sus manos,<br />

besándola y saboreándola, volviéndola loca de necesidad).<br />

No pudo haber lugar más apropiado para dormir con su príncipe de las<br />

hadas que esta suite, rodeada por improbables criaturas de leyenda, y su<br />

improbable leyenda de un amante iluminado por la luz del fuego, salpicado con<br />

matices del arco iris, alzándose sobre ella, con su oscura , tensa y lujuriosa cara.<br />

Durante esos tres días, sintió como si existieran en un lugar lejos del<br />

tiempo, fuera del espacio, una morada encantada donde nada más que el<br />

momento importaba, y los momentos eran tan exquisitos que, durante un tiempo,<br />

se olvidó de todo.<br />

Ninguna pregunta surgió de sus labios demasiado encantados con sus<br />

besos. Ninguna preocupación turbó su mente demasiado intoxicada por el hacer<br />

el amor. Ningún pensamiento dedicado al futuro los interrumpió.<br />

Estaba en el ahora, era feliz, y eso era suficiente.<br />

* * *<br />

<strong>El</strong> cuarto día él la despertó mientras afuera todavía estaba oscuro,<br />

envolviendo su cuerpo desnudo tibiamente en un suave cobertor, y, tamizando el<br />

tiempo / espacio, los guió hasta que inesperadamente se detuvieron sobre una<br />

montañosa cima.<br />

Colocándola con gracia irreverente en el borde de una caída<br />

perpendicular de mil pies, él la acunó en sus brazos y observaron al sol salir<br />

sobre las Highlands, su respiración congelándose debido al aire helado.<br />

<strong>El</strong> amanecer comenzó con un simple beso de oro, en el lejano y brumoso<br />

horizonte, lentamente fundió la niebla, se volvió una bola de fuego naranjarosada,<br />

que luego bañó las colinas y los valles en oro.<br />

Y mientras estaban sentados sobre la cima del mundo viendo el día<br />

nacer, él le contó su plan: el por qué de los rituales que los MacKeltars<br />

realizaban los días festivos y qué pasaría si no los realizaban; el que hubieran<br />

estado de acuerdo en esperar hasta el Lughnassadh unos pocos días, con el fin<br />

de traer a Aoibheal a la tierra de los MacKeltar; así cuando ella llegara, Adam la<br />

210


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

informaría de la traición de Darroc y conseguiría la seguridad para Gabrielle tal<br />

como había prometido.<br />

No dijo nada acerca de lo que podría ocurrir entre ellos. Ninguna palabra<br />

sobre el futuro más allá de esa vez.<br />

Y ella no preguntó, porque era una gran cobarde. Enamorarse de un<br />

príncipe de hadas en su forma humana era una cosa.<br />

¿Pero de un ser inmortal? ¿Con todo tipo de poderes? Adam era<br />

abrumador en su forma humana. No podía imaginarlo en su condición natural.<br />

No estaba segura de querer verlo así. Quería que las cosas siguiesen<br />

como estaban para siempre. No quería cambios. Las cosas eran perfectas como<br />

estaban.<br />

Adam con poder ilimitado podía ser aterrador.<br />

Cualquiera con poder ilimitado podía aterrar. <strong>El</strong>la se aterrorizaba de<br />

pensarlo.<br />

Así es que se negó a llevar esa línea de pensamiento más lejos. No tenia<br />

sentido especular, sólo la volvería loca. Tantas cosas podrían ocurrir, tantas<br />

cosas podrían salir mal. Se ocuparía de lo que viniese cuando llegase. Con todo,<br />

ella sabía que Adam realmente no la podría proteger, y la reina la mataría o la<br />

entregaría a los cazadores, y esto podía convertirse en un punto de discusión de<br />

cualquier manera.<br />

Había un pensamiento tranquilizador.<br />

Y todas las demás razones para saborear el ahora.<br />

Que fue lo que hizo el resto del día, rodando a través de la cama con él,<br />

riéndose y bromeando y uniéndose salvajemente.<br />

Hasta el anochecer.<br />

Cuando el anochecer llego, él la arropó de nuevo, los guió nuevamente a<br />

esa alta cima, y observaron mientras el cielo se volvía violeta, luego negro, y la<br />

luna se levantaba y las estrellas comenzaban a asomarse.<br />

— He visto miles de estos crepúsculos y amaneceres en las Highlands —,<br />

le dijo. — y nunca llego a sentirme satisfecho.<br />

<strong>El</strong>la levantó su cabeza, con la mirada fija en el cielo de terciopelo negro<br />

salpicado de estrellas brillantes.<br />

Y se quedó pensando en miles de crepúsculos y amaneceres, acerca de la<br />

inmortalidad y de vivir para siempre, y antes de que pudiera detenerse<br />

preguntó, — ¿Por qué no tomó Morganna el elixir de la vida?<br />

211


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong> cuerpo de él se tenso instantáneamente. Él le dio la vuelta<br />

ásperamente en sus brazos y se quedó con la mirada fija en sus ojos por un largo<br />

momento.<br />

Luego la besó y la besó hasta que estuvo sin aliento y ya no pensó más<br />

acerca de Morganna y la inmortalidad.<br />

Pensamiento que regresaría, ya que eso, sin duda, la intrigaba.<br />

* * *<br />

— ¡Ustedes dos hacen trampa! — Dageus miró con el ceño fruncido a<br />

Chloe y Gabby.<br />

— No lo hacemos —, protestó Chloe indignada.<br />

— Si lo hacen —, dijo Adam. — Vi a Gabby inclinar su mano para que<br />

pudieses ver. Es la única razón por la que siguen ganándonos.<br />

Gabby arqueó juguetonamente una ceja. — A mi me suena a que alguien<br />

que solía ser inmortal y todopoderoso no puede aceptar perder en un juego de<br />

cartas mortal.<br />

Adam sacudió la cabeza, sonriendo débilmente. <strong>El</strong>la era incontenible. Y<br />

hacía trampa. Lo había hecho las dos horas anteriores, pero él lo había estado<br />

dejando pasar hasta que Dageus había hecho la observación. Había encontrado<br />

más bien divertido que el <strong>Highlander</strong> no las hubiera descubierto, demasiado<br />

distraído por las cálidas miradas que Chloe le enviaba continuamente, o la<br />

manera en que su pequeña esposa mojaba sus labios y le sonreía para distraer su<br />

concentración.<br />

Él no había necesitado esas miradas de Gabby. Su mera existencia<br />

distraía su concentración. Creyó que la semana pasada habría calmado su<br />

nervioso e implacable deseo por ella pero de ningún modo había disminuido.<br />

Perversamente, mientras más la poseía, parecía que más necesitaba poseerla de<br />

nuevo.<br />

La había tenido toda para él, hasta el mismo amanecer de Lughnassadh,<br />

si Gwen y Chloe no hubiesen venido a la puerta de su habitación de cristal unos<br />

cuantos días atrás, informándoles que suficiente era suficiente y que ellos<br />

realmente deberían socializar con sus anfitriones, al menos durante una parte<br />

del día. ¿Eso no era mucho pedir, verdad?<br />

212


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Una ruborizada Gabrielle había insistido en que debían hacerlo. Le había<br />

dado una lección rápida acerca de los modales humanos, una lección que no le<br />

había gustado nada. Odiaba la idea de compartirla con cualquiera, por cualquier<br />

cantidad de tiempo.<br />

Pero Gabrielle había sido terminante, y así fue que los seis habían<br />

pasado varios días dando largas caminatas por los Highlands durante el día,<br />

cenando por la noche y bebiendo y jugando a las cartas o el ajedrez o algunos<br />

juegos de humanos las últimas horas. Y Adam había hecho su más condenado<br />

esfuerzo para contener su deseo por ella durante ese tiempo hasta que la luna<br />

comenzaba a llenar el vacío del cielo. Dios, había comenzado a odiar el amanecer.<br />

Desde sus días con Morganna no había basado su vida en tanta intimidad<br />

diaria con humanos y nunca los mortales le habían dado una bienvenida tan<br />

completa como éstos. (Con la excepción de las criadas esas que él simplemente<br />

no podía entender; nunca había visto a un montón de mujeres tan obsesionadas<br />

con su ingle: por alguna extraña razón una pelirroja curvilínea continuamente le<br />

ofrecía plátanos, y la otra noche durante la cena, una criada rubia había<br />

apuñalado con un cuchillo un grueso embutido antes de dejarlo caer en su plato<br />

con una clara y maligna mirada).<br />

Pero los MacKeltars le trataban como si fuera uno de ellos. Burlándose y<br />

bromeando con él como lo hacían entre ellos. Colocando sus pequeños bebes en<br />

sus brazos y haciendo que los abrazara. Él no había tenido un bebe en sus manos<br />

por más de unos mil años, nunca lo habían vomitado. La regurgitada fórmula que<br />

vomitaban era infierno sobre la seda y el cuero, pero entonces fijo los ojos en la<br />

mirada de Gabrielle y decidió que la pequeña Maddy MacKeltar podía vomitar<br />

sobre él todo lo que quisiera.<br />

Incluso lo cuestionaron cuando sintieron que él no estaba siendo lo<br />

suficientemente sincero acerca de sí mismo. En los días siguientes él había<br />

hablado de cosas, compartiendo experiencias que jamás había compartido antes<br />

con nadie. Su propia raza se habría burlado, y los mortales nunca le habían visto<br />

realmente como uno de ellos, nunca le habían aceptado tan completamente<br />

simplemente por ser, sin censura o prejuicios. Ni siquiera Morganna. Él siempre<br />

había sido uno de las hadas para ella, y su hijo nunca le había dado la bienvenida<br />

en el Castillo Brodie, rehusándose a reconocerle como su padre.<br />

Pero aquí, en este tiempo encantado, él era Adam. Un hombre. Nada más.<br />

Nada menos. Y era una situación absolutamente fascinante.<br />

Recorrió la biblioteca con la mirada. Drustan y Gwen estaban jugando<br />

ajedrez cerca del fuego, riéndose y hablando.<br />

Sus pequeñas y bellas hijas de cabello oscuro estaban dormitando cerca,<br />

despertando ocasionalmente para ser alimentadas.<br />

213


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Gabby y Chloe se reían, insistiendo a Dageus que nunca harían trampa,<br />

¿Cómo podía pensar él tal cosa de ellas?<br />

<strong>El</strong> gran reloj sobre la chimenea repicó la hora con once campanadas.<br />

En una hora el Lughnassadh comenzaría. Y las paredes entre reinos<br />

comenzarían a debilitarse.<br />

Y él se sentaría aquí en el castillo y esperaría a la reina.<br />

Acercándose el día de mañana, casi a ultima hora Aoibheal, sería<br />

advertida. Darroc sería revelado como el traidor que era, los reinos estarían<br />

seguros, y Adam muy bien podría ser inmortal, todo poderoso una vez más.<br />

Su pequeña ka-lyrra, sin embargo, continuaría envejeciendo día a día.<br />

Y él tenía que detener eso.<br />

Miró a Gabrielle. Estaba mordiendo su labio inferior, lanzándole a Chloe<br />

una mirada traviesa por sobre su mano de naipes. Estaba alrededor de ella, como<br />

estaba alrededor de cada humano en la biblioteca, ese infernal resplandor<br />

dorado. Ese resplandor que alguna vez hizo de él un imán sensitivo, atrayéndolo<br />

a pesar de sí mismo, repeliéndolo a pesar de sus esfuerzos para mantenerlo<br />

cerca. Eso que lo atraía, eso que él nunca podría tocar o entender.<br />

Respiró profundamente, exhalando lentamente. Sacudido tras un trago<br />

de whisky escocés, saboreando la manera en que quemaba su garganta humana<br />

como nunca antes lo había hecho en su forma Tuatha Dé.<br />

Por primera vez en su existencia deseaba una habilidad que los Tuatha<br />

Dé no poseían. Aunque habían aprendido a moverse hacia atrás ciertos grados, y<br />

hacia adelante otra vez hacia su presente (pero nunca más allá de eso; la<br />

leyenda decía que solo había una raza que podría viajar hacia lo que no era aún y<br />

que llegaría a ser, pero Adam daba poco crédito a tales leyendas), ni aun la reina<br />

misma podía detener el tiempo.<br />

* * *<br />

— ¡Alto! —, siseó Bastion.<br />

Los Cazadores se detuvieron instantáneamente. — Pero tenemos su<br />

esencia. Él está en estas colinas, muy cerca de aquí —, protestó uno.<br />

Bastion hizo una mueca. — Hay guardias. La reina protege esta tierra.<br />

No nos atrevemos a cruzarlas.<br />

214


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Pero Adam Black y su humana las cruzaron —, dijo el Cazador<br />

impacientemente.<br />

— ¿Deberíamos llamar a Darroc? — preguntó otro.<br />

Bastion sacudió la cabeza. — No, no hay nada que Darroc pueda hacer<br />

mientras Adam se esconda detrás de los guardias. Esperaremos. Esperaremos la<br />

primera oportunidad. Luego invocaremos a Darroc. No perderemos nuestra<br />

oportunidad de nuevo. <strong>El</strong> Antiguo no se alzará contra la reina hasta que este<br />

enemigo suyo se haya ido.<br />

Y más que cualquier cosa, Bastion quería que Darroc se alzara contra la<br />

reina para despojarla de su trono. Este breve tiempo vagando en el reino<br />

humano había despertado otra vez todos sus sentidos, lanzando lejos el<br />

aburrimiento y el tedio de su infernal invisibilidad. Recordándole qué tan vivo se<br />

sentía, qué tan bueno era ser un Cazador. Cuántos deliciosos humanos había allí<br />

para cazar.<br />

No arruinaría esta oportunidad. Ni daría una oportunidad al Antiguo para<br />

a echar a perder las cosas de nuevo con su deseo de venganza. Él llamaría a<br />

Darroc sólo en el último minuto posible, y si Darroc no lo mataba lo<br />

suficientemente rápido para su gusto, Bastion por sí mismo se ocuparía de la<br />

muerte de Adam.<br />

215


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 21<br />

Aoibheal paseaba de un lado a otro por la arenosa de sílice de la isla de<br />

Morar, mirando fijamente como el mar turquesa creaba espuma en la orilla, sus<br />

ojos brillaban iridiscentes.<br />

<strong>El</strong> tiempo, por lo general no tenía ninguna importancia para ella, una cosa<br />

de la cual en verdad, apenas era consciente, y de repente se había hecho una<br />

preocupación de la mas apremiante.<br />

Desde hace una escasa cantidad tiempo, sentía una sensación<br />

desconocida, que iba creciendo ante el debilitamiento del muro que separaba los<br />

reinos de su raza con la de los humanos. Debido al hecho de que nunca lo había<br />

sentido antes, no había comprendido inmediatamente de qué se trataba.<br />

Las paredes que se encontraban entre las esferas de los Tuatha Dé y<br />

hombre se estaban adelgazando.<br />

Le llevó aún otra porción de tiempo señalar el origen de este desbalance<br />

en la trama y el enlace de los mundos: Los Druidas Keltar aún no habían<br />

realizado el ritual de Lughnassadh, el antiguo rito que debía ser completado en<br />

el final del día festivo, como había ocurrido en durante milenios.<br />

Sacudió la cabeza, asombrada. Por Danu, ¿Probarían el alcance su piedad<br />

otra vez?<br />

Estrecerró sus ojos, sin mirar al exterior sino hacia el interior, llevando<br />

su visión a la lejanía, a través del espacio y el tiempo. En busca del Keltar que<br />

fallaba en este momento.<br />

Atontada por encontrar a los mismos. Otra vez. Llevandola aun más lejos<br />

para conocer el por qué de eso...<br />

Rompió el enlace directamente, con ojos amplios por la incredulidad.<br />

—Amadan —, siseó. — ¿Cómo osas desafiarme?<br />

Y llegado al caso, ¿Cómo podía hacerlo?<br />

<strong>El</strong>la lo había despojado de todo, quedando él sin poderes - o al menos ella<br />

pensó que lo había hecho - incapaz de ser visto, oído, sentido. Lo había<br />

consignado a una existencia vil, insubstancial como la de un fantasma, lanzándole<br />

al reino humano. Desterrándole, cortando toda comunicación, negádole la<br />

posibilidad hasta la de poder vislumbrar a alguien de su propia raza.<br />

216


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Había escogido los parámetros de su castigo con cuidado, obligándole a<br />

probar la amargura en la condición humana con ningún atributo que le ayudara,<br />

curándole de la tonta fascinación que tenía por los mortales de una vez por<br />

todas.<br />

Su repetida indulgencia por su príncipe favorito - el único de entre su<br />

gente que alguna vez habia logrado sorprenderla, y la sorpresa era el néctar de<br />

los dioses para una reina de sesenta mil años - le había dejado con un aura<br />

desfavorable frente a sus cortesanos asi como frente a sus consejeros. Por no<br />

mencionar la limpieza que debía hacer siempre detrás de él.<br />

<strong>El</strong> Alto Consejo había insistido en que ella tomara medidas durante<br />

siglos, después de su desafío más reciente, no había tenido ninguna otra opción,<br />

aparte de estar de acuerdo. Adam se había puesto en contra de ella delante de<br />

su corte y consejo, una situación que no podía permitir, para que su soberanía no<br />

fuera evaluada, para no dar la opción de ser abiertamente desafiada. Aunque<br />

ella era la más poderosa del Seelie, aquel poder era suyo sólo mientras tuviera<br />

el apoyo de la mayoría de su gente. Aquel poder podría serle arrebatado.<br />

<strong>El</strong>la había pensado que cincuenta y tantos años de castigo serían<br />

suficientes para hacerlo mas agradecido de ser un Tuatha Dé, para pararle los<br />

pies, para que dejara de entrometerse con los humanos.<br />

No había creído posible que él encontrara una manera de interferir en<br />

el castigo que le había dado.<br />

Oh, ¡qué equivocada había estado! Como siempre, si existía una<br />

escapatoria, su iconoclasta ♥ príncipe D'Jai lo encontraba. Y en el tiempo<br />

trascurrido en pocos y míseros meses. Él estaba en el territorio Keltar y no<br />

había ninguna duda que había creado este problema. Ni siquiera el estar<br />

maldecido y sin poderes había evitado que encontrado una manera de hacer algo<br />

para que los Keltar no llevaran a cabo el ritual de alguna manera.<br />

Extendió sus sentidos otra vez, tratando de tocar defectos<br />

dimensionales. Las ramificaciones eran mas finas en las paredes que sentía en<br />

Escocia, luego esto se extendería rápidamente a Irlanda e Inglaterra. Ya había<br />

comenzado, a decir verdad. Los efectos irradiarían hacia fuera, y antes del<br />

anochecer, el oculto reino de Tuatha se elevaría por encima de todo el mundo,<br />

en medio de los humanos.<br />

Antes del anochecer, cualquier Tuatha Dé caminaría expuesto entre los<br />

humanos con algo menos de encanto.<br />

♥ Que se opone a los valores convencionales de la sociedad.<br />

217


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Antes del anochecer, hasta la playa de sílice de Morar brillaría<br />

pálidamente bajo una luna humana.<br />

Las dimensiones sangrarían en un lado y en otro, las entradas temporales<br />

se abrirían. Los Unseelie serían liberados.<br />

En resumidas cuentas, todo el infierno se desataría.<br />

* * *<br />

Adam estaba sentado con Gabrielle en el gran salón, la luz de la tarde<br />

disminuía, cuando intuyó que la reina se acercaba. Se había tardado su tiempo,<br />

pensó. Incluso él había empezado a sentir esta espera un poco nerviosa,<br />

preguntándose por qué se tomaba tanto tiempo.<br />

No tenía medios para sentir a la reina, era, de hecho, algo sorprendente<br />

que, siendo humano y todo, sintiera una tensión en su cuerpo, una presión dentro<br />

de su cráneo. Apertó sus brazos de forma protectora alrededor de Gabrielle.<br />

Horas atrás, había insistido en que los MacKeltars dejaran el salón,<br />

salieran del castillo - con ruidosas protestas - persuadiéndolos que era más<br />

sabio estar en otro lugar, porque Aoibheal estaría furiosa cuando llegara.<br />

Había retenido a Gabrielle con él. La protegería contra la ira de la reina,<br />

sin embargo lo que necesitaba era no tener la distracción de los vulnerables<br />

MacKeltars.<br />

Una feroz ráfaga de viento se elevó repentinamente, extinguiendo el<br />

fuego, luego el aire se empapó con olor a jazmín y sándalos, y Aoibheal estaba<br />

allí, brillando ante ellos.<br />

— Oh, Dios —. Él escuchó el susurro de Gabrielle, intimidada.<br />

— Mi Reina —, dijo Adam, al instante, acercando a Gabrielle hacia él, un<br />

brazo alrededor de su cintura.<br />

Ah, sí, Aoibheal estaba furiosa. Había llegado con un encanto poderoso,<br />

tan espantosamente hermosa que, hasta para él, le era casi imposible no mirarla,<br />

brillaba intensamente, reluciendo con el resplandor de mil soles diminutos.<br />

Aunque su forma fuera esencialmente humana, su cuerpo glacialmente perfecto,<br />

desnudo bajo su vestido de luz, no había nada humano en ella. Puro poder<br />

pulsando en el aire, la presencia de una entidad inmensa, antigua.<br />

218


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Cómo osas desafiarme? —. Sus palabras resonaron por el gran salón,<br />

como acero golpeando sobre la piedra.<br />

— Mi Reina —, dijo Adam rápidamente, — No habría tomado estas<br />

medidas tan extremas si su bienestar no estuviera en peligro. En grave peligro.<br />

— ¿Debo creer todo esto que es por mí, Amadan? ¿Que me harías ser la<br />

unica beneficiaria de tu último - y debo decir que es el más grande - acto de<br />

desafío, que es algo así como un acto desinteresado por tu parte? — La mofa se<br />

filtraba por su voz.<br />

<strong>El</strong>la usaba una parte de su verdadero nombre, no Adam, sino Amadan.<br />

Ah, si, estaba enfadada. — Es por ti —, dijo él. Hizo una pausa. — Aunque si<br />

estuvieras inclinada a recompensarme, no me opondría.<br />

— ¿Recompensarte a ti? ¿Por qué te recompensaría? ¿Tienes la más<br />

ligera idea de lo que has hecho? ¿Sabes que los seres humanos ya han<br />

empezado a traspasar la tela del espacio y el tiempo donde la antigua magia<br />

había tejido la frontera?<br />

— ¿Los dolmenes ♥ han sido abiertos? — Adam estaba asustado.<br />

— Sí.<br />

— Bueno, ¿Por qué sangriento infierno has esperado tanto tiempo?<br />

Le dirigió tal ártica y furiosa mirada que no le hubiera sorprendido que<br />

su piel se congelara. — ¿Cómo es que estoy en peligro? Habla. Ahora. Rápido.<br />

Cada momento cuenta. Estoy más inclinada a castigarte que a escucharte hasta<br />

el final.<br />

— Darroc ha hecho intentos contra mi vida. — Toma eso. Afróntalo,<br />

Aoibheal, pensó él, y restaurame la inmortalidad como deberías haberlo hecho<br />

hace meses.<br />

La reina se puso rígida. — ¿Darroc? ¿Cómo sabes eso? No puedes ver a<br />

los de nuestra clase.<br />

— Yo lo vi —. Dijo Gabrielle.<br />

Adam echó un vistazo hacia abajo, ajustando su brazo. Sus ojos se<br />

entrecerraron, su cara era esquiva, aún cuando lograba echarle una ojeada a la<br />

reina por los rabillos de sus ojos. La reina había escogido el encanto mas<br />

poderoso deliberadamente, sabiendo que los humanos no podrían enfocar la<br />

mirada. Pero ella no sabía que Gabrielle, pensó él con un destello de orgullo; era<br />

fuerte, era su ka-lyrra.<br />

♥ Estructura de piedra prehistórica compuesta de dos o más piedras verticales encabezadas por una<br />

piedra superior que remata el monumento.<br />

219


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Adam.<br />

Aoibheal no se dignó ni a reconocer su presencia. — ¿Cómo? —, exigió a<br />

— <strong>El</strong>la es una Sidhe-seer, mi Reina.<br />

Los ojos de Aoibheal se entrecerraron. — De verdad —. <strong>El</strong>la rastreó el<br />

lugar, echando un imperioso vistazo a Gabrielle. — Los creía muertos todos.<br />

Realmente sabes que según los términos del Pacto eso la hace mía.<br />

Adam se puso rígido. — <strong>El</strong>la me ayudó a tener esta audiencia contigo y<br />

así poder advertirte que Darroc conspiba contra ti —, dijo él fuertemente — A<br />

cambio de interceder para ser mi intermediaria, le aseguré su seguridad.<br />

— ¿Tú aseguraste? No tienes ningún derecho a asegurar nada.<br />

— Mi Reina, Darroc ha traído a algunos Cazadores del reino de Unseelie.<br />

Hay más en su servicio.<br />

— ¿Cazadores? ¿Mis Cazadores? ¡bromeas! — La brisa que giraba a<br />

través del gran salón, era fría, y se arremolinaba alrededor de él.<br />

<strong>El</strong> aliento de Adam era aire helado con diminutos cristales de hielo<br />

cuando dijo, — No es ninguna broma. Es verdad. En la segunda vez que atacó, no<br />

se molestó en ocultarse él o sus cazadores. Yo mismo los vi.<br />

— Dime, — ordenó ella.<br />

Hablando enérgicamente, le contó todo, como encontró a Gabrielle, a<br />

Aine y a su compañero, al primer ataque y el siguiente de Darroc.<br />

— ¿También viste todo eso, Sidhe-seer? —, exigió la reina.<br />

Gabrielle afirmó.<br />

— Cuentame exactamente lo que viste.<br />

Observando a la reina con aquella fija mirada casi medio-apartada,<br />

Gabrielle le contó detalladamente lo que había visto, describiendo al Fae<br />

implicado.<br />

— Y otra cosa que sabemos —, concluyó Adam cuando Gabrielle se quedó<br />

en silencia — es que sólo hay una cosa que Darroc podría haber prometido a los<br />

Cazadores para influir en su lealdad hacia ti.<br />

Aoibheal se giró creando un remolino cegador de luz. <strong>El</strong>la había estado<br />

silenciosa todo el tiempo.<br />

Al lado de él, Gabrielle estaba tensa, respirando trabajosamente. Él<br />

podría sentir la inquietud en su pequeño cuerpo y comprendió que ella veía a la<br />

clase de Hada que había conocido por los cuentos. La reina era realmente<br />

formidable - no había ninguna otra palabra para describirla. Imponente, antigua,<br />

220


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

amenazadora, extraña, increíblemente poderosa. Él sólo esperaba que su kalyrra<br />

recordara que él no se parecía a su reina. Que en Tuatha Dé no eran tan<br />

semejantes los unos como los otros como también pasaba entre los humanos.<br />

Finalmente la reina salio de su estupor. — Darroc es un Alto y Antiguo<br />

Consejero. Uno de mis partidarios más fuertes, uno de mi defensores más<br />

leales.<br />

— ¡Por el bien de Cristo, todo palabrería, nada más! ¿Nunca verás lo que<br />

hay detrás de su comportamiento?<br />

— Él nunca ha abandonado mi reino para jugar con los humanos.<br />

Adam soltó un comentario cáustico. No, solamente con los Cazadores, y<br />

permanecio silencioso.<br />

— Él ha servido en mi Consejo durante miles de años.<br />

Otra vez él no dijo nada. Ya le había dicho todo lo que tenía para decir;<br />

sabía que ella entendería las ramificaciones que suponía todo esto. También<br />

sabía que sería difícil para ella el aceptar que uno de sus Antiguos la había<br />

traicionado.<br />

— He prohibido que cualquier Seelie traiga a un Unseelie por cualquier<br />

razón, bajo la amenaza de una muerte sin alma.<br />

— Cielos —, no pudo resistirse a decir secamente, — ¿Crees que tal vez<br />

Darroc lo olvidó?<br />

— ¡No pienses que he olvidado el resentimiento que hay entre vosotros!<br />

— siseó ella.<br />

— ¡Yo no soy el que anda con Cazadores! —, dijo reclinadose hacia atrás.<br />

Otro silencio. Su furia hacia él estaba disminuyendo, girando hacia el<br />

otro cuando ella comprendió sus noticias. Despacio el aire comenzó a calentarse<br />

otra vez.<br />

— ¿Y por esto tenías que hacer que los Keltar no realizaran el ritual de<br />

Lughnassadh que mantiene los muros entre nuestros reinos intactos? ¿Lo<br />

hiciste, arriesgándote a que chocaran nuestros mundos?.<br />

— Era el único modo que sabía para que me escucharas. Para advertirte.<br />

Sin importarme que mi reina hubiera decidido castigarme. No podía permitir que<br />

un enemigo la atacara sin hacer todo lo que estaba en mi poder para protegerla.<br />

Siempre protegeré a mi reina. Incluso —, agregó mordazmente, — cuando ella<br />

me ha quitado el poder para hacer eso. Además, no es como si no hubiera<br />

tratado de encontrar a Circenn primero. Ahora se me ocurre que quizás eras la<br />

razón de que no pudiera encontrarlo.<br />

221


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Quizás lo fui —, estuvo de acuerdo. — Quizás él y su familia han estado<br />

disfrutando de unas amplias vacaciones en Morar.<br />

Adam agitó su cabeza, sus labios se curvaron en una leve sonrisa<br />

sardónica. — Debería haberlo sabido.<br />

<strong>El</strong>la declaró despues de un largo momento. — Debo tener una prueba de<br />

todo esto. Debo verlo con mis propios ojos. Debo verlo de primera mano para<br />

comunicarlo al Consejo.<br />

Adam se encogió de hombros. — Úsame como cebo.<br />

— ¿Y que obtendrás a cambio?<br />

— <strong>El</strong> honor de servirte —, dijo suavemente. — Sin embargo, también hay<br />

un pequeño tema sobre la vuelta de mi inmortalidad y mis poderes.<br />

— Hay algo que me debes. Y estoy esperando.<br />

Un músculo saltó en la mandíbula de Adam. —Te lo dije en las<br />

catacumbas, unos momentos después de que me maldijeras.<br />

— Lo escucharía otra vez. Aquí. Ahora.<br />

Las fosas nasales de Adam se dilataron. Con una arrogante inclinación de<br />

cabeza, dijo. —Ahora veo que contradecirte ante el tribunal pudo haber sido<br />

poco recomendable, mi Reina. Reconozco que mi lealtad podría haberte servido<br />

de mejor manera. Es posible que pudiera haberme esforzado por encontrar un<br />

lugar más apropiado para divulgar mis discrepancias.<br />

— Y fuiste afortunado de que me molesté en escucharte.<br />

Adam no dijo nada.<br />

— No creas que no he oído todos —podría— en esa —disculpa—. Todavía<br />

no admites que te equivocaste.<br />

— Creí en ese momento que había alguien entre tu consejo que tenía<br />

motivos personales para apoyar una prueba de sangre. Entonces estaba<br />

preocupado de que conspiraran contra ti. Parece que tuve razón.<br />

Aoibheal sonrió débilmente. — Ah, Amadan, ¿Tú nunca cambiaras,<br />

verdad? —. <strong>El</strong>la lo miró sopesándole. — Dejarás la tierra protegida. Harás el<br />

camino de regreso hacia atrás hasta donde él te encontró la primera vez.<br />

— Sí, mi Reina.<br />

— Entonces, los dos partirán por la mañana.<br />

— Querrás decir, que yo iré —, corrigió él.<br />

— No me digas lo que quiero decir. Dije lo que pensé. Tú y la Sidhe-seer.<br />

222


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Dije que yo lo haria. No Gabrielle…<br />

— ¿Gabrielle? Que nombre tan encantador. Parece ser que te has<br />

encariñado con tu humano. ¿No estarás a punto de discutir conmigo, verdad? ¿<br />

No estarás intentando agotar mi paciencia una vez más, cuándo aún tengo que<br />

ordenar el mas reciente de tus embrollos?.<br />

Adam se detuvo en la mitad de una palabra; cuando volvió hablar otra<br />

vez su voz fue cuidadosamente imparcial.<br />

— Cuando la Sidhe-seer —, expresó de otra manera—, aceptó actuar<br />

como mi intermediaria y ayudarme a encontrar una manera para contactarme<br />

contigo, prometí su seguridad a cambio. Se ha arriesgado para ayudarnos,<br />

nosotros hemos cazado a su gente durante mucho tiempo. Su ayuda ha<br />

favorecido el mantener tu reinado y la seguridad de todos los reinos. Siempre<br />

ha sido nuestra costumbre el conceder regalos a los mortales que nos ayudan. Le<br />

prometí que regresaría a su propio mundo cuando todo estuviera bien y en<br />

orden, libre de cualquier Tuatha Dé que la persiguiera, garantizando su<br />

seguridad y de aquellos a quienes quiere.<br />

— Magníficas promesas de un Fae sin ningún poder.<br />

— ¿Me harías un mentiroso?<br />

— Eso lo haces tú mismo muy a menudo.<br />

Adam se encolerizó. No había necesidad de decir eso enfrente de<br />

Gabrielle.<br />

<strong>El</strong> silencio se alargó. Entonces la reina exhaló, un sonido suave,<br />

campanilleante. —Revela este traidor para mí y mantendré tu promesa al<br />

humano, pero te lo advierto, no lo hagas más. Amadan.<br />

— Entonces estás de acuerdo que ella debería de permanecer aquí. En<br />

tierra Keltar.<br />

— Dije que mantendré tu promesa. Pero ella va contigo. Darroc podría<br />

preguntarse por su ausencia y no mostrar su mano. Si él me ha traicionado,<br />

quiero la prueba y la quiero ahora. Antes de que él actúe contra mí y que haga<br />

que los que componen mi corte lo crean posible —. La reina se movió en un<br />

radiante remolino de luz. — Estaré observando. Déjale que se descubra para mí<br />

y vendré. Muéstrame a los Cazadores que están a mi lado en el Consejo y te<br />

restauraré plenamente tu poder. Y te dejaré decidir tu destino. ¿Te gustaría<br />

eso, verdad?<br />

Adam sacudió con fuerza su cabeza antes inclinada.<br />

<strong>El</strong> sonido de una maldición salió por sus labios en la lengua de Tuatha Dé.<br />

223


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Al lado de él. Gabrielle tembló intensamente.<br />

— Llevaras el féth fiada hasta que esto se resuelva, Amadan.<br />

— Infiernos sangrientos —, murmuró Adam ferozmente. — Odio ser<br />

invisible.<br />

— Y, Keltar, — dijo Aoibheal con una voz como un inesperado trueno,<br />

echando un vistazo por encima de la balaustrada. — De ahora en adelante te<br />

advertiría en contra de alterar mis maldiciones. Ahora llevad a cabo el ritual de<br />

Lughnassadh o se enfrentarán a mi ira.<br />

— Siempre, Reina Aoibheal —, Dageus y Drustan contestaron a la vez,<br />

saliendo desde atrás de las columnas de piedra que había entre las escaleras.<br />

Adam sonrió debilmente. Debería de haber sabido que ningún <strong>Highlander</strong><br />

escaparía, sólo se retirarían a una posición más alta - irían hacia las colinas, por así<br />

decirlo - a la espera silenciosa por si la lucha fuera necesaria.<br />

Gabby se reclinó laxa contra él dejando salir el aliento suavemente.<br />

La reina se había ido.<br />

224


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 22<br />

Temprano a la mañana siguiente, Gabby y Adam hicieron las maletas para<br />

dejar el Castillo Keltar y tomar un vuelo de vuelta a Estados Unidos.<br />

Como Adam era invisible otra vez, viajarían encubiertos, y Gabby estaba<br />

sorprendida al comprender que tenía muchas ganas de eso. Había un cierto<br />

sentido de intrigante impunidad, el sentirse oculta por el féth fiada. Estaba<br />

también el hecho que esto significaba que estarían tocándose constantemente, y<br />

ella simplemente no podía conseguir cansarse de tocarlo.<br />

Inmediatamente después de la partida de la reina ayer, Dageus y<br />

Drustan habían realizado el ritual de Lughnassadh. Una vez que las paredes<br />

estuvieron otra vez aseguradas, se habían sentado y habían vuelto a repetir los<br />

acontecimientos de la tarde, con Gabby sirviendo de intermediaria de Adam.<br />

<strong>El</strong>la había estado sorprendida por cuan increíblemente entusiasmadas<br />

habían estado Chloe y Gwen al haber visto, en cierta manera, con sus propios<br />

ojos a la reina de los Tuatha Dé. Parecía que Chloe se había sentido bastante<br />

defraudada al saber que Dageus ya la había encontrado una vez antes y no la<br />

había tomado en cuenta.<br />

Su reacción - no de miedo si no de interés y curiosidad - había servido<br />

para solidificar su nuevo enfoque sobre las cosas. Sí, los Tuatha Dé Danaan<br />

(como Gabby los llamaba ahora) eran sobrenaturales, diferentes, pero no las<br />

criaturas despiadadas, impasibles que había sido llevada a creer que eran.<br />

Como Gwen había dicho, eran otra raza, una raza sumamente avanzada. Y<br />

aunque lo inexplicable podía ser aterrador, aprender sobre ello era un largo<br />

camino hacia el alivio de los propios miedos.<br />

Más hacia el final, los MacKeltars la habían llevado anoche, con el unavez-más-invisible<br />

Adam a remolque, a otro castillo Keltar, donde Christopher y<br />

Maggie MacKeltar vivían, y le mostraron la biblioteca en la cámara subterránea<br />

que almacenaba toda la antigua tradición Druida, que se remontaba a la época en<br />

que había sido negociado el primer Pacto.<br />

Gabby pudo ver el tratado real entre las razas, grabadas sobre una hoja<br />

de oro puro, manuscrito en una lengua que ningún erudito vivo podía identificar.<br />

Adam había traducido pasajes de él, enfatizando la parte sobre Sidhe-seers —<br />

aquellos que ven a los Fae pertenecen a los Fae—, aún más, no debían ser<br />

matados o esclavizados, sino permitirles vivir en paz y comodidad en cualquier<br />

225


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

reino Fae que ellos escogieran, otorgándoles cada deseo, excepto, desde luego,<br />

su libertad. Te dije que no los dañábamos, le había dicho.<br />

Volvieron al castillo de Dageus y Drustan, mientras Chloe y Gwen habían<br />

estado hablando de la reina otra vez, Adam había insistido en comunicarle a<br />

Gabby su irritación con ellos por dejarlos en la puerta del frente y girar para<br />

dirigirse directamente a la entrada trasera del castillo para volver a entrar con<br />

disimulo.<br />

Te dije que esperábamos que cuidaras nuestras espaldas si surgía la<br />

necesidad, le había recordado Drustan a través de ella. También dije que<br />

nosotros cuidaríamos las suyas.<br />

Y cuando Gabby le transmitió esas palabras, había vislumbrado un<br />

parpadeo de emoción en la oscura mirada de Adam, lo que había hecho que su<br />

aliento se atascara suavemente en su garganta.<br />

¿Cómo podía haber pensado en algún momento que Adam Black no sentía<br />

ninguna emoción? Incluso la reina había mostrado emoción. Eso era una falacia<br />

en los Libros de los O'Callaghan que rápidamente enmendaría. Junto con todos<br />

los demás incontables errores.<br />

De todos modos, podía entender cómo sus antepasados se habían<br />

equivocado tanto. Si ella hubiera tenido que narrar, el mero aspecto de la Reina<br />

Aoibheal, o de los Cazadores, o hasta de Adam, sin haber interactuado alguna<br />

vez con ellos, sin haber llegado a entender tanto sobre su mundo, hubiera<br />

pensado lo mismo.<br />

Pero los conocía mucho mejor ahora.<br />

Adam.<br />

Había pasado otra ardiente, deliciosa, decadente noche en los brazos de<br />

Él era la clase de amante que ella nunca hubiera imaginado que existiera,<br />

ni siquiera en sus fantasías más ardientes. Y había tenido algunas muy bonitas y<br />

ardientes.<br />

Era inagotable, alternativamente tierno y salvaje, juguetón, para<br />

después mirarla a los ojos con mortal intensidad. Él hacía sentir a una mujer<br />

como si nada existiera sino ella, como si el mundo entero se hubiera derretido y<br />

no hubiera nada más apremiante que su próximo suave jadeo, su próxima sonrisa,<br />

su próximo beso.<br />

Él todavía no decía nada sobre sentimientos o futuro. Ni sobre ella.<br />

Aunque la misma reina había garantizado la seguridad de Gabby cuando<br />

esto hubiera terminado, ella estaba pasando duros momentos al ver acercarse la<br />

226


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

cita con Darroc. Sabía que no sería capaz de respirar profundamente hasta que<br />

esto estuviera terminado.<br />

Entonces afrontaría su futuro.<br />

Entonces intentaría decidir, asumiendo que tuviera alguna decisión que<br />

tomar, si es que él simplemente no la abandonaba una vez que fuera<br />

todopoderoso otra vez, como podían tener alguna clase de vida juntos una<br />

mortal y un inmortal.<br />

* * *<br />

— Promete que volverás. Quiero decir, pronto —, exigió Gwen,<br />

abrazándola fuerte. — Y tienes que llamarnos y dejarnos saber al minuto que<br />

Darroc se muestra y esto está terminado. Vamos a estar preocupados. ¿Lo<br />

prometes?<br />

Gabby asintió. — Lo prometo.<br />

— Y trae de vuelta a Adam también —, dijo Gwen.<br />

Gabby echó un vistazo a su alto y oscuro príncipe. <strong>El</strong> día había amanecido<br />

envuelto en una espesa niebla blanca, y aunque ya eran las diez de la mañana,<br />

nada brillaba. ¿Y cómo podría? Si había un sol en alguna parte del cielo,<br />

ciertamente no podía verlo. Sobre ella, el mundo tenía un sólido techo blanco.<br />

Más allá de Adam, que estaba de pie a unos cuatro metros de distancia, cerca<br />

del coche de alquiler en el que ellos habían llegado, había una pared.<br />

Adam. Su mirada se demoró amorosamente sobre él. Llevaba pantalones<br />

negros de cuero, un suéter pescador color crema irlandesa, y esas sexy botas<br />

Gucci con cadenas de plata y hebillas. Su largo y sedoso, pelo negro caía hasta<br />

su cintura, y su cincelado rostro estaba sin afeitar, oscurecido por la sombra de<br />

una barba. Oro real destellaba en su garganta.<br />

Era absolutamente hermoso.<br />

Echó un vistazo hacia Gwen y quedó horrorizada al sentir que las<br />

lágrimas se formaban en sus ojos. — Si él está todavía en mi vida, lo haré —, le<br />

dijo suavemente.<br />

Gwen resopló y ella y Chloe intercambiaron miradas. — Oh, creemos que<br />

él todavía estará en tu vida, Gabby.<br />

Sus defensas, meticulosamente erguidas sobre ese mismo tema,<br />

temblaron hasta los cimientos. Se puso mentalmente rígida, sabiendo que si no<br />

era muy, muy cuidadosa, podía volverse un fracaso emocional. Si se permitiera<br />

227


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

sentir aún el más ligero de los muchos miedos que estaba reprimiendo, se<br />

liberarían todos. Y no había forma de predecir que es lo que ella podía hacer o<br />

decir: el incidente del plátano, por ejemplo. La emoción hacía cosas imprevisibles<br />

a su lengua. Malas, cosas muy malas.<br />

A pesar de su resolución de mantener a raya sus miedos, se oyó decir<br />

quejumbrosamente, — ¿Pero cómo? Por el amor de Dios, él va a ser immor...<br />

— No —, la cortó Chloe severamente. — Voy a compartir algo contigo —,<br />

le dijo con un vistazo a Gwen — algo que una mujer sabia me dijo una vez. A<br />

veces tienes que dar un salto de fe. Sólo hazlo. No mires abajo.<br />

— Genial —, refunfuñó Gabby. — Es simplemente genial. Sin duda parece<br />

como yo soy la única que tiene hacer todos los saltos.<br />

— De algún modo —, dijo Gwen lentamente, — creo que antes de que<br />

todo sea dicho y hecho, Gabby, no serás la única que lo haga.<br />

* * *<br />

— Dobla a la izquierda —, instruyó Adam.<br />

— ¿Izquierda? ¿Cómo es que puedes ver una izquierda en esta densa<br />

niebla? —, dijo Gabby irritada. <strong>El</strong>la apenas podía distinguir el camino a tres<br />

metros por delante del capó del automóvil. Pero no era solamente la niebla lo que<br />

la estaba irritando; cuanto más se alejaban del Castillo Keltar, más vulnerable se<br />

sentía. Como si el capítulo más impresionante en el Libro de la Vida de Gabrielle<br />

O'Callaghan estuviera llegando al final y a ella no le fuera a gustar lo que iba a<br />

encontrar cuando girara la página.<br />

Entendía ahora por qué su amiga <strong>El</strong>izabeth, con su casi genial y analítica<br />

mente evitaba las historias de asesinatos misteriosos, películas de suspense<br />

psicológico, e historias de horror, y leía sólo novelas románicas. Por que, por<br />

Dios, cuando una mujer leía esos apasionados libros, tenía la total garantía que<br />

habría un —Y Vivieron Felices Para Siempre—. Aunque el mundo fuera de esas<br />

cubiertas pudiera traer tanto dolor, decepción y soledad, entre esas cubiertas,<br />

el mundo era un lugar espléndido para estar.<br />

<strong>El</strong>la echó una mirada irritada a Adam. Él la estaba mirando. Severo.<br />

— ¿Qué? —, le dijo beligerante, no queriendo sonar enojada pero<br />

estándolo profundamente.<br />

Él dijo suavemente — ¿No te estarás enamorando de mí, verdad,<br />

irlandesa?<br />

228


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong>la devolvió su mirada al camino. Gabby apretó su mandíbula, incapaz de<br />

hablar por varios minutos, una verdadera olla a presión a punto de estallar.<br />

Murmuró unas pocas palabras elegidas que la Abuela se hubiera estremecido al<br />

escuchar.<br />

— ¿Por qué sigues preguntándome eso? —, escupió por fin. — Estoy<br />

realmente harta de que estés preguntándome eso. ¿Yo te pregunto eso? ¿Alguna<br />

vez te he preguntado eso? Es algo tan condescendiente, como si me advirtieras<br />

o algo, como si dijeras: — ¿No te enamores de mí, irlandesa, pequeña mujer<br />

desvalida y débil—, y qué es esa maldita palabrita —irlandesa—'? ¿No puedes<br />

llamarme por mi nombre? ¿Es uno de esos toques de despersonalización? ¿Cómo<br />

que le quita un poco de la urgencia del momento, de algún modo me hace menos<br />

de un ser humano con sentimientos? Para que sepas, tú, arrogante, autoritario,<br />

cabeza dura, desconsiderado, nunca-me-haces-una-pregunta-porque-te-asegurocomo-el-diablo-que-no-te-voy-a-contestar-Oh-simple-príncipe-mortal,<br />

que tomé<br />

mi buena cuota de cursos de Psicología en la universidad, y entiendo una o dos<br />

cosas sobre los hombres que se aplican aún hasta a los que no son humanos, y si<br />

me estuviera enamorando de ti, a lo cual debo decirte que no, porque estarse<br />

enamorando implica una acción en curso, un acontecimiento que ocurre en tiempo<br />

real, aquí y ahora...<br />

<strong>El</strong>la dejó de hablar bruscamente, a punto de revelar demasiado.<br />

Demasiado herida, demasiado dudosa de ella misma, de él, para continuar.<br />

Inhaló. Sopló el flequillo de su cara con un resoplido enfadado.<br />

Pasaron largos minutos sin que él dijera nada.<br />

Obligándose a decir las palabras lentamente, ella dijo, — ¿Por qué<br />

Morganna no tomó el elixir de la inmortalidad? Necesito que me contestes esto.<br />

<strong>El</strong> silencio se estiró. <strong>El</strong>la se negó a mirarlo.<br />

— Porque la inmortalidad —, dijo él finalmente, lentamente, como si cada<br />

palabra estuviera siendo arrancada por la fuerza de su boca y le doliera más<br />

profundamente de lo que ella posiblemente pudiera saber, — y el alma inmortal<br />

son incompatibles. No puedes tener ambos.<br />

Gabby se irguió y lo miró, horrorizada.<br />

Él golpeó con su puño en la guantera. <strong>El</strong> plástico explotó mientras su<br />

mano lo atravesaba. La mitad de la pequeña puerta colgó un momento por un<br />

gozne, luego se cayó al piso. Sus labios se curvaron en una risa amarga. — ¿No<br />

era lo que esperabas oír, eh?<br />

— ¿Quieres decir que, si Morganna lo hubiera tomado, hubiera perdido<br />

su alma inmortal? —, jadeó Gabby.<br />

229


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— Y Darroc piensa que los humanos no son muy brillantes —. <strong>El</strong> oscuro<br />

sarcasmo goteó de su voz.<br />

— Entonces, er... pero... no lo entiendo. ¿Cómo? ¿Una persona, digamos,<br />

debe entregarla o algo así?<br />

— Los humanos tienen una aura rodeándolos que los que mi clase pueden<br />

ver —dijo él rotundamente. — Las almas inmortales iluminan desde dentro, más<br />

que el brillo del oro. Una vez que un humano toma el elixir de vida, esa alma<br />

comienza a vagabundear, hasta que no queda nada de ella.<br />

Gabby parpadeó. — ¿Yo brillo como oro? Quiero decir, ahora mismo,<br />

¿mientras estoy aquí sentada?<br />

Él le dirigió una pequeña risa amarga. — Más intensamente que nunca.<br />

—Oh —. Hubo una pausa mientras ella intentaba reunir sus<br />

pensamientos. — Entonces, ellos cambian, me refiero a ¿los humanos que lo<br />

toman?<br />

— Ah, sí. <strong>El</strong>los cambian.<br />

— Ya veo —. La falta absoluta de inflexión en su respuesta la hizo sentir<br />

profundamente inquieta. <strong>El</strong>la de pronto no tenía ningún deseo de saber cómo<br />

cambiaban. Sospechaba que no le gustaría en absoluto. — Así pues, esto<br />

significa que nuestros Libros tenían razón sobre que los Tuatha Dé ¿no tenían<br />

almas, verdad?<br />

— Tus Libros tienen razón sobre muchas cosas —, dijo él con frialdad. —<br />

Tú sabes eso. Lo sabías cuando me tomaste como tu amante. Me tomaste de<br />

todos modos.<br />

— ¿Realmente no tienes alma? —. De todo lo que él acababa de decirle,<br />

ella encontraba eso lo más insondable. ¿Cómo podía ser? <strong>El</strong>la no podía dejar de<br />

pensar en eso, no ahora que lo sabía. Las cosas que no tenían almas eran... bien,<br />

malas, ¿verdad? Adam no era malo. Él era un hombre bueno. Mejor que muchos,<br />

si no todos, los que ella alguna vez hubiera conocido.<br />

— No. Sin alma, Gabrielle. Eso soy yo, Adam Black, el hada de iridiscente<br />

mirada, sin alma, mortífero.<br />

vida.<br />

Ouch, ella le había dicho eso a él una vez. Parecía que hubiera pasado una<br />

Se concentró en la niebla por un rato, conduciendo como con piloto<br />

automático.<br />

Intentó no preguntarlo, pero acababa de comenzar a creer que tal vez<br />

los Tuatha Dé no eran tan diferentes de los humanos, sólo para descubrir que lo<br />

230


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

eran, y no pudo detenerse. Tenía que saber cómo de diferentes. Saber con<br />

precisión con qué estaba tratando. — ¿Corazón? ¿Los Tuatha Dé tienen<br />

corazón?<br />

— Nada fisiológicamente equivalente —. Su voz ahora aburrida.<br />

— Oh —. Encima de descubrir cuán errónea era la sabiduría O'Callaghan,<br />

tenía que expulsar la mayor parte de ello de su mente, desecharlo con sus<br />

muchos preconceptos. Pero montones de ellos habían sido correctos después de<br />

todo. Grandes partes.<br />

Más manejo. Más silencio.<br />

¿No te estarás enamorando de mí, verdad, irlandesa? Había dicho él.<br />

Y ella había tenido una fusión menor porque ese era precisamente el<br />

problema. No se estaba enamorando. <strong>El</strong>la ya estaba enamorada. Así era, tiempo<br />

presente. Modo presente. Estaba desesperadamente enamorada de él. Había<br />

estado construyendo un sueño de futuro para ellos dentro de su cabeza,<br />

embelleciéndolo con el más diminuto y el más tierno de los detalles.<br />

Gwen y Chloe habían estado absolutamente en lo cierto, y Gabby misma<br />

lo había sabido, inclusive entonces. Solamente no había querido admitirlo. Así<br />

como no había querido admitir que la razón por la que ella había querido tan<br />

desesperadamente saber por qué Morganna había rechazado el elixir era porque<br />

Gabby, secretamente había estado esperando que él se enamorara de ella,<br />

también, ella podría hacerse inmortal, y entonces podrían amarse el uno al otro<br />

para siempre. Podrían tener un eterno —Vivieron-Felices-Para-Siempre—.<br />

Pero no era estúpida. Después de que él le dijo que Morganna había<br />

rechazado la posibilidad de vivir para siempre, ella sabía que tenía que haber una<br />

trampa. Sólo que no sabía que enorme trampa era.<br />

La inmortalidad y el alma inmortal son incompatibles.<br />

Aunque ella nunca se hubiera considerado una persona particularmente<br />

religiosa, era profundamente espiritual, y el alma era, bien... la esencia sagrada<br />

de una persona, la impronta de uno mismo, la fuente de nuestra capacidad de<br />

bondad, para amar. Era lo que nacía una y otra vez en la travesía de cada uno<br />

para desarrollarse. Un alma era el interior divino, el mismo aliento de Dios.<br />

Y su elixir de vida apestaba en alusiones de Fausto: Aquí, toma esto y<br />

puedes vivir para siempre, por el pequeño precio de tu alma inmortal. Casi podía<br />

oler el acre sulfuro del fuego del infierno. Oír el crujido de profanos contratos<br />

escritos sobre gruesos, amarillentos pergaminos, firmados con sangre. Sentir la<br />

brisa del batir de alas de curtidos Cazadores alados llegando a recaudar.<br />

231


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Se estremeció. No se creía una persona supersticiosa, aún así esto la<br />

puso en un nivel visceral. Hizo que la sangre se le helara.<br />

Una suave risa amarga se introdujo en sus pensamientos. — ¿No te<br />

interesa vivir para siempre, Gabrielle? ¿No te gustan las condiciones?<br />

Oh, ese tono no se parecía a ninguno que ella lo hubiera oído usar alguna<br />

vez. Malvado, cínico, retorcido. Una voz realmente conveniente para el Fae más<br />

negro.<br />

<strong>El</strong>la le echó un vistazo.<br />

Y retuvo bruscamente el aliento.<br />

Él lucía completamente diabólico, sus negros ojos morados sin fondo,<br />

antiguos, fríos. Las ventanas de la nariz llameaban, labios curvados en algo que<br />

sólo un idiota podía llamar sonrisa. Él era, en ese momento, cada centímetro, un<br />

inhumano príncipe Fae, alejado de este mundo, peligroso. Este, comprendió, era<br />

el rostro del Sin Siriche Du el rostro que sus antepasados habían vislumbrado<br />

sobre antiguos campos de batalla, mientras él había mirado la brutal matanza,<br />

sonriendo.<br />

— Creo que no —. Sarcasmo sedoso goteaba de esa profunda,<br />

extrañamente acentuada voz.<br />

Una docena de pensamientos colisionaron en su mente y ella luchó<br />

inútilmente, intentando resolver que había pasado para que esta conversación<br />

que había comenzado tan inofensivamente, sólo para volverse semejante<br />

pantanal.<br />

Él parecía tan remoto, tan lejano, como si nada pudiera tocarlo, como si<br />

nada que ella pudiera decir importara de todos modos. Y una pequeña duda la<br />

molestaba ¿Era así, entonces, como era cuando él era totalmente Tuatha Dé?<br />

bueno.<br />

<strong>El</strong>la no podía creer eso. No creería eso. <strong>El</strong>la lo conocía. Él era un hombre<br />

Salta, Gabby, susurró una voz interior. Dile como te sientes. Díselo todo<br />

de una vez.<br />

<strong>El</strong>la tragó. Con fuerza. Si Gwen y Chloe estuvieran aquí, sabía que<br />

repetirían ese consejo. <strong>El</strong>las habían dado esos saltos, y mira donde las había<br />

llevado. ¿Quién era para decir que eso no funcionaría para ella?<br />

Había sólo un modo de averiguarlo. Si no te arriesgas, no ganas.<br />

<strong>El</strong>la tomó un profundo, fortificante aliento. Te amo. <strong>El</strong>la susurró las<br />

palabras en su mente. No había tenido mucha práctica con esas palabras, sólo<br />

232


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

alguna vez se las había dicho a la Abuela, y hacía mucho a sus padres, y ambos se<br />

habían marchado.<br />

<strong>El</strong>la se humedeció los labios. — Adam, yo...<br />

—Maldito infierno, ahórrame cualquier lloriqueante excusa que estés a<br />

punto de ofrecer —, gruñó él. — Yo no te pedí que tomaras el jodido elixir, ¿no,<br />

irlandesa?<br />

Las lágrimas llenaron sus ojos y sus dientes castañetearon al cerrarse.<br />

¡Oh, ella no necesitaba que se lo recordara! Estaba demasiado consciente del<br />

hecho. Y de que él ni siquiera había dicho una palabra sobre ninguna clase de<br />

futuro juntos. Ni una sola palabra que pareciera insinuar cualquier grado de<br />

compromiso o emoción. Oh, hubo dulces palabras en la cama, inclusive fuera de<br />

ella, pero ninguna de esas cosas a las que una mujer estaba tan atenta, esas<br />

aparentemente casuales frases que insinuaban un mañana y una docena de<br />

mañanas después de esa. Ninguna mención de vacaciones venideras, o un lugar o<br />

cosas que a ella le gustaría ver. Ninguna sutil palabra que fuera realmente una<br />

sutil promesa, como probando el agua, como buscando una respuesta.<br />

Ni una.<br />

Su declaración se atascó en su garganta. Y de pronto no podía respirar,<br />

no podía sentarse en el coche con él un momento más.<br />

Apretó bruscamente el freno, estacionó el automóvil, y dio brinco hacia<br />

el camino, andando a ciegas, internándose con ira en la niebla. Los alrededores<br />

externos reflejaban con demasiada exactitud su panorama interno: Nada era<br />

claro, no podía ver diez pasos delante suyo, no podía conseguir encontrar un<br />

lugar donde hubiera estado.<br />

Detrás de ella, lo oyó cerrar la puerta del coche.<br />

— ¡Para, Gabrielle! Vuelve aquí —, ordenó él rudamente.<br />

—Sólo dame unos minutos a solas, ¿sí?<br />

— Gabrielle, no estamos en tierra Keltar —, tronó él. —Vuelve aquí.<br />

— ¡Oh! —. <strong>El</strong>la paró y dio la vuelta bruscamente. No se había dado cuenta<br />

de eso. ¿Cuándo habían dejado la tierra Keltar?<br />

—No —, dijo una fría voz mientras Darroc salía de la niebla entre ellos,<br />

— ¿tú no, verdad?<br />

Entonces Darroc se dio vuelta hacia Adam, y ella oyó la repentina, aguda<br />

y cercana explosión de un arma de fuego automática.<br />

233


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y Adam estaba estremeciéndose, sacudiéndose, grandes salpicaduras<br />

rojas extendiéndose a través del suéter pescador color crema, su oscura cabeza<br />

cayendo hacia atrás, sus brazos colgando. Cayendo hacia atrás, bajando.<br />

Y los Cazadores cerniéndose alrededor de ella.<br />

Sintió sus garras en su piel, sintió un sollozo rompiendo, arañando su<br />

garganta.<br />

Y luego se desmayó y no sintió nada más.<br />

Ah, ka-lyrra, te miro y me haces desear vivir la vida de un hombre<br />

contigo. Despertar contigo y dormir contigo, discutir contigo y hacer el amor<br />

contigo, conseguir un tonto trabajo humano y caminar por el parque y vivir tan<br />

diminuto bajo un cielo tan enorme.<br />

Pero nunca me quedaré con otra mujer humana y la veré morir. Nunca.<br />

DE LA (SUMAMENTE REVISADA) EDICIÓN NEGRA DEL LIBRO DE<br />

O'CALLAGHAN: Libro de Sin Siriche Du<br />

234


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 23<br />

Gabby levantó la persiana plástica de la ventana del avión y atisbó el<br />

oscuro cielo nocturno.<br />

Sola, por lo tanto visible, no había tenido otra opción que reservar un<br />

vuelo, cargándolo en su tarjeta de crédito. <strong>El</strong> único vuelo disponible era el Red-<br />

Eye ♥ , y tenía tres lentas paradas que soportar en Edimburgo, Londres y Chicago.<br />

Cuando había recobrado el conocimiento, había estado tirada en la<br />

carretera.<br />

Sola. Con un enfermo y horrible sentimiento en la boca del estómago.<br />

Había sido un puro infierno ver al hombre que amaba ser brutalmente<br />

baleado.<br />

Había oído las balas que rasgaban su cuerpo con un sonido embotado,<br />

húmedo, había visto su sangre chorreando, -y si había sido sólo una ilusión<br />

cortesía de la Reina, como rogaba que fuese - la cara de dolor y asombro de<br />

Adam había sido sensacional y horriblemente real.<br />

Se había forzado a levantarse sobre sus débiles piernas, temblando,<br />

buscando desesperadamente alrededor a alguien que le dijera que realmente eso<br />

no había pasado. Que la Reina no lo había dejado morir.<br />

Pero no había nadie que la reconfortara. Sólo una densa, arremolinada<br />

niebla y el doloroso silencio.<br />

Aparentemente, el Mundo de las Hadas había terminado con ella.<br />

Ni siquiera había sangre, ningún signo de que alguien hubiera estado con<br />

ella en esa carretera.<br />

Entonces, gimió, sacudiendo su puño hacia la densa cortina de nubes<br />

sobre ella. ¿Nunca voy a saber lo que pasó? Eso es mierda. Si piensas que<br />

simplemente me iré sin explicaciones, estás equivocada. ¿Dónde está Adam?<br />

¿Qué paso? Muéstramelo. ¡Dime que estás bien!<br />

Pero se fue, o mejor dicho arrastró su miserable cuerpo lejos de allí, eso<br />

había sido exactamente lo que había terminado por hacer.<br />

♥ Vuelo que se realiza a medianoche y que por eso recibe tal denominación (Red-Eye se puede<br />

traducir como Ojos Rojos)<br />

235


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Había estado fuera de sí por un tiempo. Había protestado y gritado<br />

hasta que su garganta quedó áspera, hasta que sólo fue capaz de hacer sonidos<br />

roncos, había caminado con paso majestuoso, marcando el ritmo y pisando<br />

fuerte hasta que sus piernas se dieron por vencidas, hasta que se había<br />

desplomado contra el auto, deslizándose al suelo, exhausta.<br />

Se había acurrucado, temblando en la fría niebla, mientras el día se<br />

convertía en noche, esperando.<br />

Completamente segura de que en cualquier momento Adam la visitaría<br />

brevemente, exhibiendo su sensual sonrisa, diciéndole que estaba bien, y luego<br />

terminarían la estúpida y horrible conversación que habían tenido.<br />

<strong>El</strong>la le diría que lo amaba. Y de alguna manera, todo estaría bien. Y<br />

bueno, él no tenía un alma o un corazón. Él era psicológicamente diferente a ella,<br />

salido de una raza extraterrestre. <strong>El</strong>la nunca podría ser inmortal.<br />

¿Y qué?<br />

<strong>El</strong>la quería tener lo que Morgana le había quitado: una vida con él.<br />

Cualquier cosa que pudiera tener con él. Podían hacer que las cosas funcionaran,<br />

sabía que podían. Podía no ser su fantasía adolescente, pero sería suficiente.<br />

Sería mucho más justo que no tener nada de él.<br />

Catorce horas más tarde se había dado cuenta que no podía sentarse en<br />

el medio de la carretera para siempre. Que estaba tiesa, fría y hambrienta, y<br />

que necesitaba, desesperadamente, ir al baño.<br />

Se había dado cuenta que se estaba volviendo loca sentada, sola, en la<br />

oscuridad, torturándose con imágenes.<br />

Seguramente la Reina no lo había dejado morir. Seguramente Aoibheal<br />

no era tan cruel, no sacrificaría a uno de los suyos. Seguramente se lo había<br />

llevado y curado. Seguramente había cumplido su palabra y lo había curado.<br />

Pero todos esos —seguramente— no eran muy reconfortantes, porque si<br />

él estaba bien y curado, entonces, ¿dónde estaba?<br />

Si estaba bien, ¿cómo podía dejarla sentada en el medio de la carretera,<br />

sin respuestas, sin importar cuán complicado fuera la excusa que tuviera?<br />

A menos que, a menos que, a menos que….<br />

Oh, ¡<strong>El</strong> —a menos que— apestaba! —<br />

A menos que no se preocupara realmente por ella.<br />

A menos que todo hubiera sido un breve juego para él.<br />

236


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

fin.<br />

A menos que ella no hubiera significado nada más que un medio para un<br />

No. Se negaba a creer eso. Así como se negaba a creer que estuviera<br />

muerto.<br />

— Él está bien —, susurró. — Y va a regresar. En cualquier minuto.<br />

* * *<br />

Cualquier minuto se convirtió en cualquier día, y cualquier día se<br />

convirtió en cualquier semana.<br />

Gabby se movía como si fuera de madera. Separándose profundamente<br />

de los movimientos, desprovistos de pasión, un autómata.<br />

Sin embargo, una vez en casa, una parte de ella había querido<br />

atrincherarse y esconderse, acurrucarse en la cama con las acogedoras mantas<br />

sobre su cabeza. Pero, había una parte más grande de ella que albergaba un<br />

especial y muy personal odio a los desertores, a la gente que sólo se rendía y se<br />

marchaba.<br />

Era algo que ella nunca se permitiría hacer.<br />

Por lo tanto, a la mañana siguiente después de regresar a los Estados<br />

Unidos, había ido a trabajar a Little & Staller, actuando como si nunca se<br />

hubiera ido.<br />

Y como había imaginado, nadie se había molestado en limpiar su<br />

escritorio. Los casos seguían apilados, cada uno de ellos, tan alto y tan<br />

desordenado como siempre había estado. Limpiarlo les habría llevado tiempo, y<br />

todos los internos de Little & Staller tenían mucho trabajo. Además, cualquiera<br />

que fuera lo suficientemente tonto como para limpiar el escritorio de otro,<br />

quedaría atrapado con sus casos.<br />

No, su escritorio habría permanecido sin tocar, hasta que un<br />

demandante u otro llamara, solicitando saber porqué no había sabido nada de su<br />

caso. Hasta que se hubieran necesitado apagar algún fuego.<br />

Sin decirle una palabra a nadie, había entrado, dejando caer su café<br />

express doble sobre el escritorio, se había sentado y comenzado a trabajar en<br />

los litigios. Con enérgica eficiencia. Negándose a pensar en nada que no fuera el<br />

237


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

caso que tuviera entre manos. Perdiéndose en el trabajo, en la gente inocente<br />

que la necesitaba para ayudarlos, necesitando su pericia.<br />

Y cuando Jeff Staller había aparecido, con la cara roja y maldiciendo,<br />

demandando furiosamente saber dónde demonios había estado – y si era alguna<br />

clase de estúpida para pensar que todavía tenía trabajo después de desaparecer<br />

así- ella simplemente lo miró para arriba y dijo, ¿Ha visto mi proporción de<br />

victorias? ¿Quiere despedirme? Muy bien. Despídame. Diga las palabras.<br />

Había pasado casi un mes desde su pequeña confrontación y él todavía no<br />

había dicho —las palabras—.<br />

Y sabía que nunca las diría.<br />

Gracioso, estaba muerta por dentro, pero justamente el otro día, Jay<br />

había comentado qué entera parecía. Lo bien que se la veía y que él no sabía de<br />

dónde venía su nueva confianza, pero, Es un estúpido, Gabby. Realmente estás<br />

danzando en la cuerda floja.<br />

Había sonreído débilmente, amargamente divertida por la ironía de todo<br />

esto: como el no preocuparse una mierda por nada, era tomado como confianza<br />

en sí mismo. Se le ocurrió que, tal vez, debería entrevistarse nuevamente con<br />

TT & T.<br />

Pero no lo hizo, porque un cambio era más de lo que ella era capaz de<br />

lidiar en este momento.<br />

Además, en Little & Staller, había desarrollado una rutina que la<br />

mantenía agradablemente entumecida.<br />

Y si, en ocasiones, un pequeño y solapado recuerdo de un increíblemente<br />

magnífico príncipe Fae se posaba en la pared de su cubículo, atravesando sus<br />

defensas fuertemente erigidas, lo aplastaba inmediatamente.<br />

Archivaba otro caso. Pedía más trabajo. Se convirtió en una verdadera<br />

máquina de litigios.<br />

Se deslizaba por los días, pretendiendo que no estaban hechos de<br />

hormigón mojado y ella no llevaba puestas botas de plomo. Fingiendo que cada<br />

paso no le requería un esfuerzo hercúleo. Fingiendo que no se llevaba toda su<br />

voluntad simplemente el obligarse a comer, a ducharse, a vestirse cada día.<br />

Perdió peso, y en un esfuerzo por matar el tiempo, que de otra manera<br />

estaba tentada a usarlo para pensar (no habría pensamientos, no, ¡de ninguna<br />

manera!), usó algo de su repentina y superflua escapada del fondo de las hadas<br />

para renovar su guardarropa. Compró ropa nueva. Cortó su cabello, empezando a<br />

llevar un nuevo y sexy estilo.<br />

238


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Una parte de ella sabía que sólo aplazaba lo inevitable. Sabía que,<br />

eventualmente, iba a alcanzarla.<br />

Sabía que, en algún punto, tendría que afrontar uno de dos hechos<br />

inevitables:<br />

A) La reina había dejado morir a Adam.<br />

B) Adam la había usado.<br />

<strong>El</strong> punto fundamental era que había evitado afrontar cualquiera de esas<br />

dos tristes opciones por tanto tiempo como pudiera.<br />

239


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 24<br />

Adam estaba de un carácter endemoniado.<br />

La reina no sólo había dejado que le pegaran un tiro, y permitido que él<br />

sufriera cada onza de la ardiente agonía involucrada en ello, la mordedura de<br />

todas y cada una de las balas, si no que además lo había sacado de un tirón del<br />

reino humano, trayéndolo de vuelta como al Reino de las Hadas en medio de las<br />

Cámaras del Alto Consejo de los Tuatha Dé Danaan, curándolo, pero no<br />

restaurándolo, luego confinándolo a aquellas cámaras hasta que ella hubiera<br />

vuelto.<br />

Y cuando había vuelto, lo que había parecido ser un maldito eón más<br />

tarde, le había obligado a sentarse durante toda la maldita, infernal y formal<br />

audiencia, declarar todo que había visto y todo lo que Darroc había hecho,<br />

responder por las más insignificantes y ridículas cuestiones, todo el tiempo<br />

bullendo de impaciencia por recuperar a Gabrielle y hacer lo que ahora entendía<br />

que debía ser hecho.<br />

— Maldito infierno —, siseó — ¿ya hemos terminado aquí?<br />

Las cabezas de los ocho miembros del Alto Consejo se dieron vuelta para<br />

mirarlo con miradas imperiosas y ofendidas.<br />

Estaba prohibido hablar sin autorización en el consejo. Era un insulto<br />

indecible. Una brecha imperdonable de modales en los rituales de la corte.<br />

Al demonio el consejo. Al demonio con los modales de la corte. Tenía<br />

cosas que atender. Asuntos urgentes. No insignificantes cortesías de mierda.<br />

Adam dirigió una irritada y fulminante mirada a Aoibheal. — Tú dijiste<br />

que podía decidir su castigo y que me restaurarías. Arréglalo ya. Restáurame.<br />

— Hablas con la impaciencia de un mortal —, dijo Aoibheal con<br />

serenidad.<br />

— Tal vez —, gruñó él — sea porque estoy atrapado en una forma mortal.<br />

Arréglame ya.<br />

<strong>El</strong>la arqueó una delicada ceja, encogiéndose de hombros. Habló<br />

suavemente, en una rápida sucesión de palabras Tuatha Dé.<br />

Y Adam suspiró con placer mientras sentía el cambio. Volviéndose a ser<br />

él mismo otra vez.<br />

<strong>Inmortal</strong>idad.<br />

240


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Invencible.<br />

Un verdadero semidiós.<br />

<strong>El</strong> poder puro vibrando por sus... bien, ya no tenía venas. ¿Pero quien<br />

necesitaba venas cuando tenía ese espléndido, glorioso y embriagador poder en<br />

su interior? Energía, calor, valor, fuerza. Todas las posibilidades del universo en<br />

las puntas de los dedos.<br />

Y, maldito infierno, se sentía bien. Él se sentía bien.<br />

No había más dolores, ningún sufrimiento en la forma de Tuatha Dé. No<br />

había debilidad, hambre, cansancio, ninguna necesidad de comer o beber o de<br />

orinar.<br />

Poder absoluto. Control absoluto.<br />

<strong>El</strong> mundo otra vez a su disposición, otra vez su juguete favorito.<br />

— Ahora puedes decir en voz alta la sentencia, Adam —, dijo Aoibheal.<br />

Adam consideró a Darroc en silencio.<br />

Aoibheal susurró una suave orden y de pronto la Espada de Luz, el arma<br />

santa capaz de matar a un inmortal, la hoja con la que él hacía mucho había<br />

marcado a Darroc, apareció en su mano.<br />

Y sabía que ella esperaba que él exigiera la inmediata muerte sin alma de<br />

Darroc. Era lo que él, también, había creído que reclamaría.<br />

Pero de repente eso pareció demasiado misericordioso. <strong>El</strong> bastardo<br />

había intentado asesinar a su pequeña ka-lyrra, extinguir la vida de su<br />

apasionada, atractiva y vibrante Gabrielle.<br />

— Hazlo —, gruñó Darroc, mirándolo fijamente. — Terminemos con esto.<br />

— Una muerte sin alma por la espada es demasiado bueno para ti,<br />

Darroc.<br />

Darroc resopló. — Tú vives como una bestia en una jaula, y ni siquiera<br />

ves las barras. Yo sólo intentaba liberarte, liberarnos a todos.<br />

— Y esclavizar la raza humana.<br />

— <strong>El</strong>los nacieron para ser esclavizados. Por su misma naturaleza. Cosas<br />

débiles y endebles.<br />

Y ahí estaba, comprendió Adam con una risa débil, precisamente la<br />

sentencia que el arrogante Antiguo soportaría. — Hazlo humano, mi Reina.<br />

Condénalo a morir en el reino humano.<br />

241


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

La reina se rió suavemente. — Bien dicho, Adam; estamos contentos.<br />

Tanto apropiado como justo.<br />

— No puedes hacerme esto —, rabió Darroc. — ¡No viviré como uno de<br />

ellos! ¡Maldición, mátenme ahora!<br />

La sonrisa de Adam se hizo más profunda.<br />

Aoibheal avanzó, hablando en la antigua lengua, dando vueltas alrededor<br />

del Antiguo, más rápido y más rápido, hasta que un remolino de radiante luz giró<br />

sobre el suelo de la cámara.<br />

Mientras Adam miraba, la luz se volvió cegadoramente intensa, entonces<br />

de pronto Darroc y la reina reaparecieron.<br />

Adam miró a su antiguo enemigo curiosamente. Había algo... diferente en<br />

él. Su apariencia humana era de algún modo diferente a la apariencia humana que<br />

Adam había tenido. ¿Pero qué? Frotando su mandíbula pensativamente, él<br />

escudriñó al ex-Antiguo.<br />

Alto y poderoso, hermoso como todas las Hadas. Largo pelo cobrizo con<br />

toques de oro derramándose hasta su cintura. Cincelado y aristocrático rostro<br />

grabado con desdén. Ojos de cobre brillando con rabia... ah, ¡sus ojos! Eran ojos<br />

humanos, sin la iridiscencia poco natural o el parpadeo de chispas ardientes y<br />

doradas dentro de ellos.<br />

Y, aunque Darroc todavía presentara una exótica e increíble belleza<br />

masculina, sólo raras veces vislumbrada en el reino humano (y por lo general<br />

inmortalizada en el escenario o la pantalla), no tenía más ese brillo como de otro<br />

mundo que Adam nunca había perdido. A pesar del inefable sentido de<br />

antigüedad, Darroc pasaría por humano casi en cualquier lado.<br />

hacía.<br />

— No lo entiendo —, murmuró Adam. — Él luce diferente de cómo yo lo<br />

— Desde luego que luce diferente —, dijo Aoibheal — Ahora es humano.<br />

— Sí, pero yo también lo fui.<br />

La reina se rió, un sonido argentino. — No, tú no lo eras.<br />

Adam parpadeó. — Sí, lo fui; me hiciste humano tu misma.<br />

— Tú nunca fuiste humano, Adam. Siempre fuiste Tuatha Dé.<br />

Simplemente jugué con tu forma un poco, haciéndote tan parecido a los humano<br />

como pude conseguirlo, sin transformarte en verdad en uno de ellos. Aumenté<br />

tus sentidos, haciéndote creer que eras mortal. Tú mismo habías disminuido tu<br />

esencia curando al <strong>Highlander</strong>. Pero nunca has sido humano. Es la única forma<br />

que no puedo cambiar en nuestra gente. Una vez que doy a un Tuatha Dé forma<br />

242


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

humana, es irreversible. Lo que acabo de hacerle a Darroc nunca podrá ser<br />

deshecho. Nadie y nada en todos los reinos puede evitarle ahora morir, humano<br />

y sin alma. ¿Un año, cincuenta años, quién sabe? Él morirá.<br />

— Pero tuve sentimientos humanos —, protestó Adam.<br />

— Imposible —, dijo Aoibheal rotundamente.<br />

Adam frunció el ceño, confundido. Pero los había sentido. Había sentido<br />

el dolor en su pecho donde había creído que estaba su corazón. Había tenido un<br />

sentimiento espantoso en la boca del estómago siempre que Gabriela había<br />

estado en peligro. Había padecido sentimientos humanos. ¿Cómo era posible si<br />

nunca había tenido forma humana?<br />

Sacudió la cabeza bruscamente, alejando las preguntas de su cabeza,<br />

para revisarlas más tarde. Había asuntos mucho más importantes que tenía que<br />

atender. Y rápidamente, antes de que Aoibheal decidiera distraerlo de alguna<br />

nueva manera o por alguna ridícula razón.<br />

Mientras la reina estaba ocupada convocando a su guardia para escoltar<br />

a Darroc al reino humano y traer de vuelta a su consorte Mael, a quien Darroc<br />

había descubierto como su cómplice, Adam silenciosamente se estiró hasta<br />

desvanecerse.<br />

De pronto la cabeza de la reina giró en su dirección y exclamó furiosa, —<br />

Detendrás eso en este instante, Amadan D-<br />

Pero había hablado muy tarde para detenerlo, ya se había ido.<br />

* * *<br />

Adam fue primero al Invernadero Real de la Reina.<br />

Una vez ya había robado el elixir de vida de sus cámaras privadas.<br />

Ahora lo había hecho otra vez.<br />

Un diminuto frasco de cristal que contenía una pequeña cantidad de<br />

brillante líquido plateado.<br />

Y mientras se desvanecía, cambiando de lugar su residuo antes de<br />

dirigirse a Cincinnati, reflexionó en los últimos momentos que había pasado con<br />

Gabrielle.<br />

243


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

¿No estarás enamorada de mí, no, irlandesa? Había preguntado. Y ella<br />

había explotado contra él.<br />

Lanzándole una furiosa y confusa diatriba que no había tenido mucho<br />

sentido para él, posiblemente porque se había quedado atónito al comprender,<br />

poco después de las primeras oraciones que no había habido un —sí— por<br />

ninguna parte y que ella no había sonado ni remotamente como si se estuviera<br />

preparando para decirlo.<br />

Y luego ella había exigido de saber por qué Morganna había rechazado el<br />

elixir de vida, y algo dentro de él se había roto.<br />

Cristo, siempre eran las almas. Almas, almas, almas. Y su gran, gran<br />

jodida falta de eso.<br />

Podría haberle ofrecido una bonita mentira, había inventado varias que<br />

eran bastante zalameras para la ocasión, pero la cólera, el desafío, y una antigua<br />

ofensa lo habían llenado de una insensatez, una necesidad que había sido incapaz<br />

de negar.<br />

Quería hacerle tragar su realidad. Decir, Esto es lo que soy, por Cristo,<br />

¿es tan malditamente horrible?<br />

Mírame. ¡Mírame!<br />

Y ella lo había visto.<br />

Ah, sí, él la había obligado a verlo.<br />

Y ella lo había mirado fijamente con horror en aquellos encantadores<br />

ojos verde oro. Aquellos ojos que sólo la noche anterior habían estado soñadores<br />

de pasión, suaves, cálidos e invitantes. Aquellos ojos que lo habían hecho<br />

sentirse un hombre, más vivo y en paz y en casa de lo que alguna vez se había<br />

sentido en toda su existencia.<br />

Y en ese momento fue cuando finalmente lo entendió.<br />

Había sido un idiota con Morganna. Había cometido un gran error.<br />

No tenía ninguna intención de hacer lo mismo con Gabrielle.<br />

Ahora que era todopoderoso otra vez, borraría la memoria de Gabrielle<br />

acerca de su admisión. <strong>El</strong>iminaría todos los hechos que ella había encontrado tan<br />

desagradables, los borraría completamente de su mente.<br />

Entonces le haría tragar el elixir de vida. Y se la llevaría rápidamente y<br />

la mantendría maravillosamente ocupada, la mantendría encantada por el medio<br />

que fuera necesario, y por todos los años que le tomara a su alma inmortal<br />

extinguirse.<br />

244


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y cuando su alma finalmente se fuera, ella no sentiría más esas partes<br />

suyas que la hacían intentar aferrarse. Ni siquiera las extrañaría.<br />

Y sería suya para siempre.<br />

* * *<br />

Mas pronto de lo que ella había creído posible, resultó que ya había<br />

pasado exactamente un mes, siete días, y catorce horas.<br />

Gabby lo había sentido aún más largo, pero una vez más, estaba<br />

desesperada por tomarse otra diabólica taza de café helado.<br />

Para crédito suyo, realmente, por un breve momento, había comprendido<br />

que dejando su adicción podría simplificar enormemente su vida. De todos<br />

modos cuando había llegado a esa conclusión, era demasiado tarde.<br />

Viernes por la noche. Noche de citas. Se quedó en la oficina hasta tarde,<br />

sabiendo que las parejas andarían por las calles de su vecindario esa tarde,<br />

sosteniéndose de las manos, hablando y riendo, disfrutando del ligero beso del<br />

otoño en el aire de comienzos de septiembre.<br />

Las clases habían comenzado otra vez, y aunque su carga era pesada,<br />

había mantenido su trabajo en Little & Staller, reorganizando sus horas<br />

alrededor de su programa de clases, en un desesperado intento de mantenerse<br />

lo bastante ocupada para no poder pensar.<br />

Era tarde ya cuando se iba, entró en Starbucks y obtuvo el maldito y<br />

cobarde café helado antes de ir a recoger su brillante BMW del lugar que ahora<br />

pagaba para aparcarlo, un lugar mucho más apropiado luego de su fuga desde lo<br />

más profundo del Mundo de las Hadas.<br />

Se detuvo detrás de la rueda, fingiendo que el débil olor a jazmín y el<br />

sándalo ya no estaban en el interior de cuero afelpado.<br />

Parte de ella había querido vender el coche, borrar aquel constante<br />

recordatorio de Adam de su vida, del mismo modo en que había empacado el<br />

cristal y la porcelana que él había dejado sobre su mesa de comedor, su<br />

camiseta, y todos los regalos los que él le había dado. Y los metió en un baúl en<br />

el ático.<br />

Desafortunadamente, había necesitado algo que conducir y el<br />

pensamiento de vender el coche e intentar comprar uno nuevo era más de lo que<br />

hacer de acuerdo a sus niveles de energía.<br />

245


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Tal como devolver los diecisiete mensajes telefónicos que Gwen y Chloe<br />

habían dejado la semana pasada, eso también le habría tomado demasiada<br />

energía.<br />

Parecía que la nota que les había enviado unos días después de que haber<br />

vuelto a su casa no había sido suficiente. Concedido, había sido realmente breve:<br />

Gwen, Chloe, las cosas no se resolvieron como esperaba. Pero estoy bien, sólo un<br />

tanto ocupada en el trabajo. Las llamaré algún día. G.<br />

Sabía lo que ellas querían. Querían respuestas. Querían saber que había<br />

sucedido con Darroc, con Adam. No tenía ninguna respuesta para darles.<br />

No tenía el deseado —Y Fueron Felices Para Siempre— que ellas sí<br />

habían conseguido, y simplemente no podía enfrentarse a su miseria frente a<br />

esas personas brillantes y felices. Personas que tenían todas aquellas cosas que<br />

ella había esperado: maridos fieles, bebés hermosos, vidas ricas de amor y risa.<br />

Querían respuestas sobre ella. Querían saber cómo se sentía realmente,<br />

y una vez que la tuviesen en el teléfono no permitirían ninguna clase de evasión.<br />

Su empatía y bondad la desenredarían. Sabía que el día que las llamara sería el<br />

día en que caería destrozada.<br />

Debido a eso, no las llamaba. Por un tiempo. No caeré destrozada. No<br />

con la agenda meticulosamente controlada que llevo ahora mismo.<br />

Y si llegaran sin avisar a su casa, tal como habían amenazado que harían<br />

en su mensaje de anoche, bien... tendría que tratar con eso entonces.<br />

Diez minutos más tarde, Gabby aparcaba en el callejón trasero a su casa.<br />

Exhalando con gusto, lanzó su bolso sobre su hombro, agarrando el maletín, el<br />

bolso de gimnasia, un montón tambaleante de archivos que no cabían en el<br />

maletín, ya que necesitaba mucho trabajo para lograr mantenerse sana durante<br />

el fin de semana, y equilibrando el café sobre la parte superior de todo eso,<br />

afirmando la tapa plástica firmemente con su barbilla para sostenerlo estable.<br />

Se las arregló de cualquier forma para alcanzar la sala de estar antes de<br />

perder el control de la salvaje carga.<br />

Los archivos resbalaron primero, el maletín luego, entonces el café lo<br />

hizo, cayendo desde debajo de su barbilla, chocando sobre una mesita baja,<br />

atropellando un montón de libros y revistas, y mojando todo con el líquido oscuro<br />

y helado.<br />

Maldiciendo por lo bajo, comenzó a recoger archivos manchados de café<br />

del piso.<br />

Y estaba en eso cuando lo vio.<br />

246


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Desde el día en que se había ido de casa a Escocia, había estado<br />

evitando la biblioteca de la torrecilla, rehusándose a entrar, en ningún caso de<br />

sentirse en un estado de ánimo capaz de siquiera vislumbrar los Libros de los<br />

Fae de las O'Callaghan.<br />

No había notado que todo ese tiempo el Libro del Sin Siriche Du había<br />

estado sobre la mesita cercana al sofá.<br />

Y ahora, tirado boca abajo sobre un charco del café.<br />

¡Se iba a arruinar!<br />

Se lanzó sobre él, lo arrebató del espeso y fangoso líquido helado, y<br />

desesperadamente lo dejó sobre el sofá, desatendiendo el lío que se estaba<br />

armando sobre la florida tapicería.<br />

Lo abrió evaluando el daño.<br />

Y como si el Destino - el cual, Gabby seriamente comenzaba a creer,<br />

solía estar enmascarado en tazas de café aparentemente inofensivas – lo<br />

hubiese abierto, el tomo negro y delgado se abrió en una página que no había<br />

estado allí antes.<br />

Su cursiva elegante, arrogante y ligeramente inclinada. Lo leyó una vez,<br />

dos veces, una tercera vez, estremeciéndose mientras las palabras la golpeaban.<br />

Nunca me quedaré con otra mujer humana y la veré morir. Nunca.<br />

Y allí estaba.<br />

Su respuesta había estado allí todo ese tiempo.<br />

No, él no había muerto. Había decidido no volver.<br />

Un grito angustiado se escapó de su garganta y trató desesperadamente<br />

de contenerlo, pero había estado conteniendo sus sentimientos demasiado<br />

tiempo. Día tras día había estado negando el dolor en su corazón, logrando<br />

mantenerse en un estado de limbo, argumentándose a sí misma que mientras no<br />

hubiera ningún resultado que aceptar, no había nada por lo que apenarse.<br />

Lágrimas picaron sus ojos, cegándola. Apretando el libro contra su<br />

pecho, Gabby se hundió en el suelo, entre sollozos.<br />

* * *<br />

Porque ella era una Sidhe-seer, porque él sabía que el féth fiada no<br />

funcionaba en ella, y porque él tenía un impulso irrefrenable de espiarla al menos<br />

247


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

durante unos pocos momentos antes de completar la tarea para la cual había<br />

venido, Adam apareció en la cocina de Gabrielle como astilla dimensional más allá<br />

de su percepción, con la diminuta botella de elixir apretado flojamente en su<br />

mano.<br />

Él inhaló. ¡Ah, había extrañado esto, su olor! Un aroma débil,<br />

completamente femenino, de vainilla y brezo y luz del sol.<br />

La casa estaba débilmente iluminada, y él la recorrió, buscándola. <strong>El</strong>la<br />

estaba aquí, podía sentirla.<br />

Delante de él, en la sala de estar, había una luz encendida.<br />

Dio un paso desde la entrada y allí estaba ella. Sentada con las piernas<br />

cruzadas en el suelo, dándole la espalda. Hermosa como era. Vestida con un<br />

conjunto formal, una falda corta bordeado negro (¡por Danu, había extrañado<br />

esas dulces piernas! – especialmente cuando se apretaban alrededor de su<br />

cintura), con pequeños y atractivos tacones en los pies. Chaqueta entallada en la<br />

cintura, acentuando sus caderas y pechos llenos.<br />

Pero se veía diferente. Frunciendo el ceño, dio un paso en el cuarto,<br />

caminando hasta su lado. Más delgada - no le gustaba eso en absoluto. Le<br />

agradaba que su mujer se viera como una mujer. Le gustaba de la forma en que<br />

estaba antes, suave y agradablemente redondeada. Cristo, ¿cuánto tiempo había<br />

pasado? se preguntó. Siempre le perdía la pista a ese asunto cuando era<br />

inmortal; el tiempo pasaba a más lentamente en el reino Fae que en el humano.<br />

Su pelo estaba cortado de manera diferente, también, pero eso, decidió,<br />

mirándola, se veía tan sexy como el infierno, aunque no pudiera darle un buen<br />

vistazo ya que su cabeza esta así inclinada y todo su cabello se derramaba<br />

alrededor de su rostro.<br />

Un sonido suave, húmedo como si estuviera sorbiéndose los mocos<br />

provino de debajo de la sedosa cortina que era su pelo.<br />

Él levantó la cabeza, caminando para quedar de pie ante ella, mirándola<br />

hacia abajo.<br />

¿Estaba llorando?<br />

En ese mismo instante, ella levantó su cabeza, y Adam perdió el aliento<br />

al primer vistazo de su rostro. Sus ojos estaban rojos e hinchados, sus mejillas<br />

manchadas de lágrimas, y parecía tan frágil y afligida que lo perforó hasta su<br />

mismo centro.<br />

¿Quien había hecho daño a su mujer? ¿Qué bastardo la había hecho<br />

llorar? ¡Mataría al MALDITO!<br />

Entonces se dio cuenta de que ella sostenía un libro en su regazo.<br />

248


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Su libro.<br />

¿Él la había hecho llorar?<br />

Mientras la miraba, más lágrimas se derramaron por sus mejillas,<br />

cayendo sobre el suave cuero negro del tomo. Acarició con sus dedos<br />

ligeramente la cubierta. — Maldito seas, Adam Black —, susurró.<br />

Él resopló. Sí, bueno, él había oído eso lo suficiente como para toda la<br />

eternidad.<br />

Frunciendo el ceño, comenzó a inclinarse, para colocar sus manos sobre<br />

la cabeza de ella, escudriñar su mente y borrar de ella aquello que nunca debería<br />

haberle dicho para empezar.<br />

Alzó la mano. Vaciló. Retrocedió. Se maldijo a sí mismo suavemente.<br />

Alzó la mano otra vez.<br />

<strong>El</strong>la habló entonces, su voz áspera debido a las lágrimas. — Te amo,<br />

maldito —, dijo con voz rota. — Te amo tanto y eso me está matando. Dios, fui<br />

tan estúpida. ¿Nunca te preocupaste por mí en absoluto, verdad? ¿Cómo, cómo<br />

se supone, que tengo que seguir adelante?<br />

Adam saltó hacia atrás, tambaleándose, sus manos empuñadas a los<br />

costados. Apenas sentía el diminuto frasco de cristal en su mano tintineando<br />

suavemente.<br />

Durante un largo instante, no pudo moverse. Se quedo de pie allí,<br />

atontado.<br />

<strong>El</strong>la sabía que él era Fae.<br />

<strong>El</strong>la sabía que él no tenía corazón o alma.<br />

<strong>El</strong>la sabía que él había hecho cosas atroces, y, a pesar de ello, acababa<br />

de decir que lo amaba.<br />

<strong>El</strong>la lo amaba.<br />

Sangrientos infiernos, ella lo amaba.<br />

¿Qué nunca se preocupó de ella? ¿Estaba loca? ¡Todo esto era por ella!<br />

¡Cada ínfimo pedazo de esto! ¡Cada acción que había realizado, cada pensamiento<br />

que había tenido desde aquella noche en que por primera vez la había visto había<br />

sido por ella! Ni por un solo momento ella había estado fuera de sus<br />

pensamientos. <strong>El</strong>la estaba dentro de él. Era parte de él ahora.<br />

¿Cómo podía ella no saber esto? Con cada regalo que él había escogido<br />

para ella había estado diciéndolo. ¡Cada vez que se había enterrado dentro de su<br />

cuerpo había estado intentando decírselo! Con cada beso, cada toque silencioso,<br />

249


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

porque no quería que las palabras le fueran devueltas en la cara. Pero incluso así<br />

esas palabras habían estado allí.<br />

O algo así.<br />

De la peculiar forma en que los machos humanos hablaban de esas cosas.<br />

O al menos la forma en que los milenios durante los cuales los había espiado se<br />

lo habían enseñado.<br />

¿Cómo podía ella no haber sabido que cada vez que él le decía, No te<br />

estás enamorando de mí, o sí, irlandesa? Había sido su declaración de que él sí<br />

lo estaba. Infierno sangriento, incluso cuando iban en el tren él ya lo sabía.<br />

Sabía que había hecho la cosa más estúpida posible. Enamorarse de un<br />

humano. Pero no podría haber evitado enamorarse de ella más de lo que podría<br />

haber detenido aquel tren de llegar a su destino.<br />

¿No te estás enamorando de mí, o si, irlandesa?<br />

Esa había sido su señal para que ella dijera, Urn, pues tal vez sí lo estoy<br />

un poco, y luego él podría haber contestado, Bien, um, imagina esto; quizás yo<br />

también lo estoy.<br />

Simple, concisa y directa la comunicación masculina. ¿De acuerdo? ¿No<br />

era así como los hombres se comportaban? ¿Todo su espionaje se había basado<br />

en muestras sesgadas de población? ¿Había interpretado mal lo que había<br />

observado?<br />

<strong>El</strong>la me ama<br />

Estaba intimidado por ello, en un impactado silencio.<br />

Echó un vistazo hacia abajo, al brillante líquido plateado que goteaba por<br />

su mano.<br />

Y un momento de cristalina claridad osciló a su alrededor,<br />

transformando todo su ser.<br />

Abrió la mano y lentamente dejó que cayera lo que aún permanecía en el<br />

frasco. Con un destello de poder Tuatha Dé, envió el elixir derramado y el<br />

frasco roto a una dimensión lejana y olvidada, con la esperanza de que no hiciese<br />

ningún daño.<br />

Finalmente había entendido que Morganna había tenido razón todo el<br />

tiempo - él no la había amado.<br />

<strong>El</strong> amor no pondría en peligro al otro, nunca intentaría desvanecer el<br />

alma del otro.<br />

250


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

La intensa presión detrás de su esternón fue de pronto hasta su<br />

espalda, luego alcanzó su pecho, y luego, el tenso sentimiento se trasladó a su<br />

estómago. Las sensaciones se alzaban y extendían, y casi se dobló por su<br />

intensidad. Y de pronto comprendió la suma de su existencia como nada más que<br />

la culminación de una serie de acontecimientos destinados a conducirlo a un<br />

específico banco, en una específica noche, en un instante preciso.<br />

A esta mujer.<br />

Dirigió su mirada a Gabrielle.<br />

Sollozaba, la cabeza inclinada, el rostro enterrado entre las manos.<br />

En su pena, ella brillaba más intensamente que el oro; la pasión asentada<br />

en su alma. Era tan hermosa con aquel resplandor divino iluminándola desde<br />

dentro, la esencia misma de quién y qué era. Se sintió enfermo de pensar que<br />

casi lo había arrebatado de ella. Nunca podría tomar el alma de Gabrielle.<br />

Ni tampoco, sin embargo, podría quedarse tranquilo y verla morir.<br />

Ni tampoco, sin embargo, estaba dispuesto a vivir sin ella.<br />

Lo que le dejaba, comprendió, sólo una opción.<br />

251


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Capítulo 25<br />

La reina Aoibheal observó el lugar donde sólo unos momentos antes<br />

había estado el último príncipe de los D'Jai en su pabellón Real.<br />

Adam ya se había marchado. Había regresado al reino de los humanos.<br />

Suspiró, sintiéndose cansada hasta el fondo de su ser. Había discutido con él, lo<br />

había tentado, lo había amenazado. Pero nada de lo que le dijo había tenido<br />

éxito para influenciarlo.<br />

Esa es la sentencia que tú elegiste como castigo para Darroc por los<br />

delitos que había cometido, Adam... ¿y aún así la solicitas para ti mismo?<br />

Si<br />

¡Sabes que la transformación no puede deshacerse! No puedo salvarte si<br />

cambias de opinión. A diferencia de tus otras aventuras, no puede haber ningún<br />

indulto de última hora.<br />

Lo comprendo.<br />

¡Morirás, Adam! Una vida mortal – y nadie puede saber cuanto tiempo -<br />

luego fallecerás<br />

Lo sé<br />

No tienes alma. No te será posible seguir a tu Sidhe-seer cuando ella<br />

muera<br />

Lo sé<br />

¡Por Danu! ¿Entonces, por qué?<br />

Había permanecido tan tranquilo ante ella, tan sereno. Tan majestuoso y<br />

hermoso y tan —ella había intentado entenderlo — pero estaba muy lejos de su<br />

alcance<br />

No quiero vivir sin ella, Aoibheal. La amo. Hizo un elegante encogimiento<br />

de hombros y continuó diciendo. Más que a la vida misma.<br />

Eso era tan completamente inconcebible para Aoibheal que por un<br />

momento había sido incapaz de comprender lo que le decía para poder<br />

contestarle.<br />

252


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Conviérteme en humano, Aoibheal.<br />

Mientras hacía una pausa, tratando de decidir si debía seguir<br />

discutiendo, o simplemente encerrarlo en algún sitio —en el interior de una<br />

montaña, o quizás en las profundidades del océano hasta que la Sidhe-seer<br />

llevara ya mucho tiempo fallecida—, él se había arrodillado ante ella, sin rastro<br />

de su innata arrogancia y orgullo.<br />

Su vanaglorioso, impetuoso y salvaje príncipe había inclinado la cabeza.<br />

Humildemente. Y había dicho una palabra que ella nunca había oído salir de<br />

aquellos hermosos y sensuales labios, nunca en seis mil años:<br />

Por favor.<br />

En ese momento, supo que lo había perdido.<br />

Eso, ya que si ella hacía alguna otra cosa aparte de concederle su<br />

petición, lo convertiría, —a su príncipe más favorecido— en su mayor enemigo.<br />

No era que él pudiera causarle algún daño, considerando que ella era más<br />

poderosa (aunque, considerando lo imprevisible que él era, no estaba<br />

completamente segura de eso), pero si tenía que perderlo, no sería odiándola.<br />

Antes se lo cedería a otra mujer, a pesar del remordimiento que le causaba.<br />

Aoibheal cerró sus ojos, sus delicadas manos apretándose en puños.<br />

Había imaginado, por un momento, cuando ella había elegido el castigo de él,<br />

hubiera sabido que las cosas podrían tener este final, nunca lo habría castigado.<br />

Se habría resistido al Consejo y habría trazado su propio curso.<br />

Cómo haría de ahora adelante - en vista de la reciente traición de parte<br />

de aquellos que estaban cerca suyo -, el Consejo y su consorte, ni más ni menos.<br />

Ya no tendría a Adam para guardarle las espaldas.<br />

— Ah, Amadan —, susurró — Te echaré de menos, mi príncipe.<br />

* * *<br />

Gabby sacudió la cabeza mientras se dirigía hacia el deportivo<br />

descapotable que estaba aparcado en el callejón de la parte trasera de su casa.<br />

Un hombre en un Lexus la había seguido a mitad de camino desde su casa<br />

a la tienda de comestibles, se había bajado de su vehículo cuando el semáforo se<br />

puso en rojo, y había intentado darle su número de teléfono.<br />

Los hombres la citaban como locos últimamente.<br />

253


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Es porque obviamente no estás interesada, Chloe le había dicho la otra<br />

noche por el teléfono. Para muchos hombres, ese es un desafío que no pueden<br />

resistir - una bonita mujer que no les da importancia.<br />

Oh, por favor, sólo es por el coche, había contestado Gabby, poniendo<br />

los ojos en blanco. Realmente iba a tener que deshacerse de él. Estaba<br />

atrayendo a la clase equivocada de hombres. No es que los hubiera de una clase<br />

adecuada - pero ella había saboreado un cuento de hadas, y después de eso,<br />

ningún simple hombre se le podía comparar.<br />

Había devuelto finalmente los numerosos mensajes telefónicos de Gwen<br />

y Chloe hace una semana — esa horrible noche en la que había encontrado <strong>El</strong><br />

Libro del Sin Siriche Du.<br />

Había estado llorando con tanta fuerza cuando Chloe había contestado<br />

que no había sido capaz de articular ni siquiera un —hola—.<br />

Pero Chloe había sabido inmediatamente lo que le pasaba, y Gwen había<br />

cogido otro telefono, y las mujeres MacKeltar habían llorado con ella,<br />

atravesando todo un océano. Habían tratado de convencerla para que regresara<br />

y se quedara con ellos mientras tanto, pero Gabby no estaba preparada para ver<br />

el Castillo Keltar otra vez.<br />

Nunca estaría preparada para verlo otra vez. Había pasado los días y las<br />

noches más gloriosas de su vida en aquel castillo, había perdido tanto su<br />

virginidad como su corazón en la Recámara de Cristal. Había llevado puestos sus<br />

diamantes allí, se había convertido en su mujer allí; se había sentado en la cima<br />

de un escarpado acantilado acunada en los brazos de su príncipe Fae y habían<br />

visto como despuntaba el amanecer.<br />

Con ese simple pensamiento una niebla de lágrimas inundaba sus ojos.<br />

¡No!, definitivamente no estaba preparada para volver a Escocia.<br />

Recogiendo sus comestibles, le puso la alarma al coche y apresuró sus<br />

pasos hasta la puerta trasera. Deslizaba la llave en la cerradura cuando la<br />

puerta se abrió de un tirón hacia adentro tan repentinamente que la arrastró<br />

con ella.<br />

Chocando contra un cuerpo duro como una roca.<br />

<strong>El</strong>la se apartó de un tirón, cayendo hacia atrás. Los comestibles se<br />

deslizaron de sus flácidos brazos de repente, y sus ojos se abrieron de par en<br />

par.<br />

— Hola, Gabrielle, dijo Adam.<br />

Sus rodillas se aflojaron.<br />

254


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

* * *<br />

— ¡Deja de maltratarme!<br />

— No te he maltratado —, dijo Adam suavemente, tomando plena<br />

ventaja de la delicada posición de Gabrielle para deslizar su manos sobre su<br />

exquisito y bien proporcionado trasero. En el momento en que ella había<br />

comenzado caer, él la había levantado y la había lanzado sobre su hombro. — Te<br />

desmayaste y simplemente te sostuve.<br />

— Yo no me desmayo. Nunca me he desmayado en toda mi vida —, gritó<br />

Gabrielle, golpeándolo en la espalda con las palmas de sus manos.<br />

— ¡Y ese es mi culo, no el tuyo, así que deja de tocarlo!<br />

Adam se rió. ¡Ah, cómo había echado de menos a su apasionada ka-lyrra!<br />

— La posesión son las nueve décimas partes por ley, Gabrielle. <strong>El</strong> hecho de que<br />

tu trasero esté actualmente en mis manos, no en las tuyas, creo que lo hace lo<br />

mío —. Con una traviesa sonrisa, él masajeó su atrayente y respingón trasero,<br />

introduciéndose íntimamente en la abertura de sus nalgas.<br />

¡Oooh - ese es el razonamiento más ridículo que he oído nunca! ¿Qué es<br />

eso, la lógica de las hadas? ¿Nueve décimas de arrogancia, y una décima de<br />

fuerza bruta? Bájame. ¿Qué has hecho? ¿En que problema te has metido esta<br />

vez? ¿Necesitas ayuda de una pequeña Sidhe-seer? Bueno, pues mala suerte.<br />

Márchate.<br />

Él acarició su trasero y siguió cargándola a través de la casa con paso<br />

rápido, llegando hasta las escaleras. — No me marcharé nunca, ka-lyrra —,<br />

ronroneó, disfrutando la suavidad y flexibilidad de su cuerpo contra el de él.<br />

Sentía que había pasado un siglo desde la última vez que él la había abrazado.<br />

— Seguro. Sí, de acuerdo. Continúa, sigue haciendo vanas promesas de<br />

Hada. No creeré en ellas esta vez. No jugaré a ningún juego estúpido que tengas<br />

en mente. No puedes abandonarme, y reaparecer cuando a ti te apetezca. Aquí<br />

no hay política de puertas abiertas. ¡Oye — vuelve a bajar las escaleras! ¿Qué es<br />

lo que crees que vas a hacer? ¿A dónde me llevas? —, dijo bruscamente.<br />

Él volvió su cara hacia ella y pellizcó su muslo, jugueteando<br />

cariñosamente con ella.<br />

—A la cama, Gabrielle.<br />

— Yo no creo que eso ocurra —, siseó, lanzándose a una diatriba acerca<br />

de que él no iba a acostarse nunca más con ella. Había sido crédula una vez, pero<br />

255


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

no iba a serlo otra más. Que él la había curado de todas sus ilusiones. Luchando<br />

como un pequeño batallón sobre su hombro, glacialmente le informó que no tenía<br />

ningún interés en tener a un bastardo tan despiadado en su vida, que lo odiaba, y<br />

que sólo lamentaba que él no fuera mortal para que se pudiera morir y quemarse<br />

en el infierno por toda la eternidad.<br />

Cuándo la lanzó sobre la cama, se quedó sin aliento, por lo que él tuvo<br />

tiempo de decir — ¿Me odias, Gabrielle? Pues es una maldita pena. Porque lo<br />

que quise decir eso exactamente, cuando te dije que nunca me marcharía. Nunca<br />

te dejaré. Estoy enamorado de ti.<br />

Su ka-lyrra se quedó de piedra, su boca abierta y sin aliento. Su<br />

garganta tragaba con dificultad. Entonces, con un enorme chillido, ella se lanzó<br />

hacia él, prácticamente volando, llorando y lanzándole puñetazos.<br />

Mientras se estrellaba contra el suelo, bajo ella, pensó que nunca<br />

entendería a las mujeres.<br />

* * *<br />

Gabby estaba tumbada en el suelo entre los brazos de Adam, agitando la<br />

cabeza.<br />

Él le había permitido golpearlo hasta que se hubo agotado. Había<br />

permitido que desahogara su rabia, soportándolo pacientemente y en silencio<br />

hasta que - llorando tan fuerte que no podía respirar — ella había comenzado a<br />

hipar descontroladamente. Entonces se acomodó a su lado, apretándola contra<br />

su poderoso cuerpo, rodeándola con sus brazos, y sosteniéndola hasta que se<br />

hubo calmado, susurrándole suavemente palabras para apaciguarla. — Shh,<br />

cariño. Tranquilízate, amor. Esta bien. Todo esta bien.<br />

¿Amor? ¿Adam pronunciaba la palabra Amor? ¿En que imposible cuento<br />

de hadas se había metido ahora?<br />

— ¿Estoy despierta? ¿Esto es un sueño? —, susurró.<br />

— Si es que lo es —, susurró él de vuelta, — Me pregunto si durará para<br />

siempre. Sin la parte de las lágrimas —, aclaró, — me quedo con la parte en la<br />

que te sostengo entre mis brazos —. Él la giró suavemente entonces,<br />

enfrentándola a él.<br />

<strong>El</strong>la sepultó su rostro en su pecho, sorbiéndose los mocos, tratando de<br />

entender lo que estaba pasando. Temerosa de creer que estaba despierta.<br />

256


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Temiendo el momento en que dejara de creerlo, en que podría despertarse.<br />

Encontrándose sola en la cama, en su silenciosa y enorme casa.<br />

— Mírame, ka-lyrra —, dijo él quedamente.<br />

Con un pequeño gemido, Gabby echó la cabeza hacia atrás y encontró su<br />

oscura mirada. Frunció el ceño estupefacta. Se había quedado tan perpleja<br />

cuando lo había visto en su casa que no lo había mirado detenidamente. Había<br />

algo diferente en él. ¿Pero qué? ¿Sus ojos?<br />

— Te amo, Gabrielle O'Callaghan.<br />

Las palabras se le atragantaron de golpe; ella lo contempló en silencio.<br />

Él la besó entonces, su boca se inclinó con fuerza contra la suya, su<br />

aterciopelada lengua se introdujo profundamente. Y ella le correspondía. Sueño<br />

o no, era bastante real para ella. Estaba en sus brazos y él le decía que la amaba<br />

y si estaba dormida, sólo deseaba poder dormir eternamente.<br />

Incluso besaba de forma diferente, se percató vagamente, mientras su<br />

cuerpo ardía frenéticamente y crepitaba en sus brazos. Sentía una urgencia que<br />

no había percibido antes. No estaba formada por esa ociosidad inmortal y se<br />

percibía como una desesperación casi humana, un hambre mortal y apasionado.<br />

Y esto la sacudió tan intensamente que comenzó a devolverle los besos<br />

apasionadamente, empujándolo hacia atrás en el suelo, subiéndose encima de él,<br />

sepultando sus manos entre su pelo. Lo besaba una y otra vez, compensando las<br />

semanas que lo había añorado y lo había necesitado.<br />

Cómo se desprendió de su ropa, no lo supo, sólo sabía que unos momentos<br />

más tarde estaban desnudos en el suelo del dormitorio y ella se encontraba<br />

debajo de él y él se estaba introduciendo dentro de ella.<br />

Y estaba viva otra vez. Tenía sangre en las venas, no hielo. Tenía un<br />

corazón en su pecho, no -<br />

— Adam —, jadeó ella, aturdida. — Puedo sentir los latidos de tu corazón<br />

—. Nunca los había sentido antes. Incluso cuando había sido convertido en<br />

humano, ni una vez había sentido el ruido sordo y poderoso de su corazón sobre<br />

su palma, ni el pulso en su cuello.<br />

Y nunca había notado su ausencia hasta ese momento, cuando lo estaba<br />

sintiendo.<br />

Él retrocedió, su oscuro y hermoso rostro mirándola con lujuria. — Lo sé<br />

—. Él le dirigió una deslumbrante sonrisa. Entonces comenzó a moverse dentro<br />

de ella y ella olvidó los latidos del corazón que no había oído antes. Se concentró<br />

257


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

en las sensaciones que le producía. Y el dormitorio se llenó de los sonidos<br />

salvajes y apasionados de una mujer y su príncipe Fae haciendo el amor.<br />

* * *<br />

Más tarde, Adam se lo contó todo.<br />

Bueno, casi todo. Omitió que casi había tomado su alma. Y ya que ella no<br />

sabía que él la había engañado desde el comienzo, no se molestó en mencionarle<br />

que él le había contado a Circenn y a Lisa la verdad sobre el elixir de vida, que<br />

los había llevado a ambos ante la reina para que ella pudiera devolverlos a su<br />

estado mortal.<br />

Él había compensado sus errores como mejor podía. Rechazaba ser<br />

condenado por sus antiguos errores, o para cosas que —casi— había hecho. No<br />

era el hombre que había sido una vez. Le contó lo que había sucedido con Darroc.<br />

Le contó que el tiempo transcurría de diferente manera en los dos reinos, y que<br />

nunca había pensado dejarla sola durante tanto tiempo.<br />

Hablándole quedamente, acercándola mas a él, le contó como se había<br />

dado cuenta que no podría vivir con ella y luego verla morir, como había hecho<br />

con Morganna.<br />

En el momento que esas palabras salieron de sus labios, Gabrielle se<br />

tensó entre sus brazos, se liberó de ellos, y se dirigió directamente a la cama. —<br />

¡Oh! —, siseó ella, sus ojos destellaban por la furia que sentía. — ¿Entonces,<br />

para qué volviste? ¿Me estas diciendo que me vas a abandonar otra vez?<br />

Él negó con la cabeza rápidamente, y le explicó que – pese a que él había<br />

creído ser humano - nunca lo había sido. Que la reina sólo le había hecho creer<br />

que era mortal para castigarlo. Le contó que la reina le había dicho que la<br />

transformación no podía ser reversible para un Tuatha Dé.<br />

Y le dijo que, al darse cuenta que no podía vivir sin ella, y ya que tampoco<br />

soportaría verla morir, sólo le quedaba una opción.<br />

— La razón por la que puedes sentir los latidos de mi corazón, ka-lyrra,<br />

es porque ahora realmente soy humano. Y esta vez es de verdad.<br />

Los ojos de Gabby se abrieron de par en par para contemplarlo, su labio<br />

inferior comenzó a temblar. — Pero acabas de decir que es irreversible.<br />

Él asintió con la cabeza.<br />

258


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

— ¿Quieres decir que vas a morir? —, susurró ella.<br />

Acunando su cabeza entre sus manos, Adam la acercó a él para darle un<br />

profundo y posesivo beso. — No, ka-lyrra, quiero decir que por fin voy a vivir.<br />

Aquí. Ahora. Contigo —. Tomó aliento. — Cásate conmigo, Gabrielle. Te daré el<br />

tipo de vida que siempre has querido. Ahora puedo. Soy humano, igual que tú.<br />

Déjame ser tu marido y darte bebés. Déjame pasar el resto de mi vida contigo.<br />

— Oh, Dios —, Gabby suspiró, las lágrimas brotaron de sus ojos, — ¿Has<br />

dejado tu inmortalidad por mí?<br />

Él limpió sus lágrimas con la lengua mientras descendían por sus mejillas,<br />

besándolas para apartarlas. — No quiero más lágrimas, Gabrielle. No tengo<br />

arrepentimientos. Ninguno.<br />

— ¿Cómo puedes decir eso? ¡Lo has abandonado todo! La <strong>Inmortal</strong>idad.<br />

Ser Invencible. ¡Todo lo que es un Tuatha Dé!<br />

Él negó con la cabeza. — Lo he ganado todo. O al menos eso creo —,<br />

gruñó, impacientándose de pronto, y ansiosamente preguntó, — cuando<br />

respondas a mi maldita pregunta. ¿Cuántas veces vas a hacer que te lo<br />

pregunte? ¿Te casarás conmigo, Gabrielle O'Callaghan? ¿Sí o sí? Y por si<br />

todavía no has captado la idea, la respuesta correcta es 'sí'. Y a propósito<br />

podrías decirme que me amas, porque a mí no me importaría oírlo.<br />

<strong>El</strong>la se abalanzó repentinamente sobre él, sentándose a horcajadas<br />

encima suyo, deslizando sus dedos entre su pelo y lo besó. Él estaba extasiado<br />

por la exuberancia de su dulce cuerpo, y la estrechó entre sus brazos, su lengua<br />

se introdujo profundamente, enredándose con la suya.<br />

— Voy a tomar esto como un sí —, ronroneó él, mordisqueando su labio<br />

inferior, estirándolo completamente.<br />

— Te amo, Adam Black —, suspiró Gabby. — Y, sí. Oh, ¡absoluta y<br />

malditamente sí!<br />

259


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Epílogo<br />

CINCO AÑOS DESPUÉS<br />

Gabby terminó de descargar el lavavajillas y ladeó la cabeza,<br />

escuchando. La casa estaba tranquila, Connor, su hijo de dos años estaba listo<br />

para dormir. Pronto subiría las escaleras, besaría a su hija Tessa y sacaría a su<br />

esposo de la cama.<br />

<strong>El</strong> Profesor Black.<br />

Sonriendo, sacudió la cabeza. Adam no podía parecerse menos a un<br />

profesor, con su cara esculpida y aquellos sexys y oscuros ojos y ese largo pelo<br />

negro, por no mencionar ese torneado y poderoso cuerpo. Se parecía más a…<br />

bueno, a un príncipe Fae disfrazado de profesor, y haciendo un trabajo bastante<br />

pobre en eso.<br />

La primera vez que le dijo que intentaría enseñar historia en la<br />

universidad, ella se rió.<br />

Demasiado ordinario, demasiado plebeyo, pensó. Él nunca lo logrará.<br />

Él la sorprendió. Pero a menudo lo hacía.<br />

Adam había planeado todo cuidadosamente. Antes de pedirle a la reina<br />

que lo convirtiera en humano, se consiguió una identidad humana como un<br />

hombre extremadamente rico con varias cuentas corrientes y unos mil acres de<br />

la mejor tierra de las Highlands. Una identidad humana por entero, con todos<br />

los papeles y credenciales para permitirle vivir una vida normal en el reino<br />

humano.<br />

Y cuando ella se había burlado de la elección de su carrera, él le mostró<br />

sus credenciales –recomendaciones de las mejores universidades de la nación<br />

(por supuesto, él se había puesto como un sujeto brillante) – y fue y se consiguió<br />

un trabajo.<br />

Había desarrollado la reputación de un renegado en el campo, con toda<br />

clase de controversiales teorías sobre quién construyó Newgrange and<br />

Stonehenge y el verdadero origen de la lengua Proto-Indo-Europea.<br />

Los estudiantes tenían que anotarse un año antes para asistir a sus<br />

clases.<br />

260


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Y ella, bueno, ella tenía el trabajo de sus sueños. <strong>El</strong>la, Jay y <strong>El</strong>izabeth<br />

habían abierto su propio estudio de abogados y justo este año habían comenzado<br />

a litigar en aquellos casos en los que siempre quiso trabajar. Casos que<br />

importaban, que hacían la diferencia.<br />

Habían comenzado una familia inmediatamente. <strong>El</strong> tiempo era demasiado<br />

precioso para ellos.<br />

Y, oh, él había hecho bebes hermosos. Tessa, con pelo negro y ojos<br />

verde-dorado; Connor de pelo rubio y ojos oscuros, y había otro en camino.<br />

Puso una mano sobre su vientre, sonriendo. Amaba ser madre. Adoraba<br />

estar casada con él. Dudaba que alguna mujer fuera tan completa e<br />

incondicionalmente amada.<br />

Sabía que su marido nunca se desviaría del rumbo, tan alto había<br />

valorado aquello por lo que había esperado seis mil años para conocer, aquello<br />

que era tan precioso para él: el amor. Sabía que estaría junto a ella hasta el<br />

mismo fin, apreciando cada arruga, cada línea en su cara, porque en el análisis<br />

final no serían una negación de la vida sino una afirmación de una vida bien<br />

vivida. La prueba positiva de risas y lágrimas, de alegrías y penas, de pasiones,<br />

de vivir. Cada faceta de ser un humano era asombrosa para él, cada cambio de<br />

estación, un triunfo; una prueba de insoportable dulzura. Nunca vivió un hombre<br />

que saboreara más la vida.<br />

Su vida era rica y completa.<br />

No podría pedir más.<br />

podía.<br />

Bueno... en realidad... se corrigió con un pequeño titubeo interno, sí<br />

Aunque la mayoría de las veces que miraba a Adam se sentía<br />

aterrorizada y humillada por el hecho de que ese maravilloso hombre había<br />

dejado tanto para amarla, algunas veces odiaba que él no tuviera alma y otras<br />

quería odiar a Dios.<br />

Y tenía un sueño, un sueño loco quizás, pero un sueño al cual se aferraba.<br />

Vivirían hasta tener cien años, hasta mucho después que sus hijos y<br />

nietos hubieran crecido, y un día irían a la cama y se acostarían el uno enfrente<br />

del otro; y morirían así, en el mismo momento, en los brazos del otro.<br />

Y su sueño era este: quizás, sólo quizás, si ella lo amaba con la fuerza<br />

suficiente, si su amor era lo suficientemente verdadero y lo suficientemente<br />

profundo, y si se aferrara a él con la fuerza suficiente cuando murieran, podría<br />

ir con él a donde sea que fueran las almas. Y allí, haría lo que llevaba en su<br />

261


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

sangre, lo que ahora sabía que había nacido para hacer, se pararía frente a Dios,<br />

una brehon y pelearía el más grande e importante caso de su vida.<br />

Y ganaría.<br />

***<br />

— No entiendo, Papi —, dijo Tessa. — ¿Por qué el conejo tuvo que perder<br />

su piel para ser real?<br />

Adam cerró el libro. <strong>El</strong> Conejo de Trapo, y miró de reojo a su hija.<br />

Estaba en la cama, las mantas hasta la barbilla, mirándolo fijamente. Su<br />

preciosa Tessa, con ese montón de brillantes rizos negros alrededor de su<br />

regordeta y angelical cara, su mente rápida y su curiosidad incesante, y el<br />

corazón de su Papi se envolvió – oh, tan cómodamente- alrededor de su pequeño<br />

dedo regordete.<br />

— Porque eso es parte de hacerse real.<br />

— Buh. No quiero hacerme real. Quiero ser hermosa como la reina de las<br />

hadas. ¡Ups! —, golpeó su boca con su diminuta mano — Se suponía que no diría<br />

eso.<br />

En la puerta, Gabby jadeó suavemente, Adam la miró inmediatamente,<br />

arqueando las cejas con una silenciosa pregunta en sus ojos.<br />

Nunca le conté nada sobre hadas, articuló Gabby. ¿Y tú?<br />

Él negó con la cabeza. Habían asumido que Tessa no era una Sidhe-seer.<br />

Gabrielle no había visto ni a un Tuatha Dé desde aquel día en que Darroc les<br />

tendiera, cinco años atrás, una emboscada en Escocia, y habían asumido que<br />

Aoibheal había despojado de la visión de los Fae a la dinastía O'Callaghan.<br />

— ¿Cuál reina de las hadas, Tessa? —, dijo suavemente Adam. — Está<br />

bien, puedes contármelo.<br />

Tessa lo miró dudando. — <strong>El</strong>la dijo que te enojarías si sabías que había<br />

venido.<br />

— No me enojaré —, le aseguró, alisando sus desgreñados bucles.<br />

— ¿Lo prometes, Papi?<br />

— Prometido. Cruz sobre el corazón. ¿Cuál reina de las hadas, cariño?<br />

— Ah-veel.<br />

262


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Adam inspiró profundamente, recorriendo con la mirada a Gabrielle.<br />

— ¿Viene Aoibheal a verte, Tessa? —, dijo suavemente Gabby,<br />

moviéndose por el cuarto y uniéndose a Adam en el borde de la cama de Tessa.<br />

Tessa negó con la cabeza. — No a mí. <strong>El</strong>la viene a ver a Papi. Piensa que<br />

es hermoso.<br />

Adam refrenó la risa al ver la mirada que su esposa le dirigió, sus ojos se<br />

estrecharon, las ventanas de su nariz se dilataron llameando. <strong>El</strong>la casi gruñó.<br />

Amaba que se pusiera un poco celosa de vez en cuando, adoraba su posesividad.<br />

Él sufría su buena parte cuando se trataba de su pequeña ka-lyrra.<br />

— Hermoso, ¿eh? —, Gabby dijo secamente.<br />

— Mmm-hmm —, dijo Tessa frotando sus ojos somnolientos. — Pero no<br />

puedo verlo, sin importar cuanto lo intente.<br />

De acuerdo, ahora se había puesto un poco de mal humor, pensó Adam,<br />

descontento. Antes de que Tessa naciera había estudiado cuidadosamente miles<br />

de libros sobre paternidad, determinado a ser un buen padre. Creía que estaba<br />

haciendo un buen trabajo, pero ¿no se suponía que su hija tuviera estrellas en<br />

los ojos cada vez que lo mirara? ¿O al menos hasta que entrara en la<br />

adolescencia? (Y luego, ¡que Dios ayudara al que intentara tener una cita con su<br />

hija!). Bien, tenía unas finas líneas alrededor de los ojos que no habían estado<br />

allí antes, pero ¡todavía era un hombre apuesto! — No crees que sea hermoso,<br />

eh, Tessa? —. Le hizo cosquillas en el cuello a su hija, justo detrás de la oreja,<br />

donde nunca fallaba para hacerla temblar de risa.<br />

— Por supuesto que sí, Papi —. Se rió nerviosamente. Y luego le lanzó una<br />

profunda mirada de cuatro años de edad de exasperación. — Pero no puedo ver<br />

lo que ella ve. <strong>El</strong>la dice que sólo las hadas pueden.<br />

EL corazón de Adam se saltó una pulsación. No podía ser.<br />

¿Podía ser?<br />

— Oh, Dios —, dijo Gabby débilmente, su mirada fija volando hacia él.<br />

Presionó su boca con mano temblorosa. Se miraron uno al otro por un largo rato.<br />

Adam asintió, animándola en silencio a hacer la pregunta que ambos<br />

pensaban. Él la hubiera hecho, pero parecía que no podía encontrar su lengua.<br />

Sólo sabía de una cosa que los humanos no podían ver, pero cuando él<br />

había sido un hada había sido capaz de verla alrededor de ellos. Apenas podía<br />

respirar de desearlo tan desesperadamente. Con el dolor de poder adquirir la<br />

capacidad seguir a su esposa en esta vida, hacia las incontables otras. Cinco años<br />

atrás, cuando se casó con Gabrielle en una romántica ceremonia Highland, los<br />

263


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

Mac Keltar le ofrecieron que usara los votos druidas, aquellos votos sagrados<br />

que unían a los amantes para toda la eternidad. Él se había rehusado a decirlos –<br />

no porque no lo hubiera deseado con cada fibra de su ser- sino porque no le<br />

hubiera sacado ningún provecho, pues no tenía un alma con la cual atarse.<br />

Jadeando, Gabby dijo — ¿Ver qué, Tessa? ¿Qué pueden ver las hadas<br />

que tú no puedas?<br />

Tessa bostezó, acurrucándose más entre las mantas. — Que Papi es<br />

dorado y brillante.<br />

La boca de Adam se movió, pero nada salió de ella.<br />

— ¿Adam es brillante y dorado? —, dijo Gabby débilmente.<br />

Tessa asintió con la cabeza. — Mmm-hmm. Ah-veel dice que ahora él es<br />

como tú y yo, mami.<br />

Gabby hizo un suave sonido con la garganta.<br />

Adam no pudo moverse por un largo rato. Sólo se sentó en el borde de la<br />

cama de Tessa y contempló a su esposa. <strong>El</strong>la se paró detrás de él, asombrada,<br />

sus ojos empañados con lágrimas de alegría.<br />

Entonces la enormidad de ello lo electrificó, incitándolo a la acción –¡no<br />

había un momento que perder! Si, por algún milagro, había sido dotado de un<br />

alma, quería atarla a la de Gabrielle ahora.<br />

Depositando precipitadamente un beso en la frente de Tessa, Adam<br />

apagó la luz, encerró a Gabrielle entre sus brazos y la cargó a través del cuarto<br />

y rápidamente bajó al pasillo hacia su dormitorio.<br />

— Ka-lyrra —, le dijo con urgencia, — hay algo que quiero que hagas<br />

conmigo. Quiero intercambiar los votos, pero debes saber que unirán nuestras<br />

almas para toda la eternidad. ¿Lo deseas? ¿Quieres tenerme para siempre?<br />

Riendo y llorando a la vez, ella asintió.<br />

Un exultante Adam la depositó sobre sus pies, y apoyó la palma de su<br />

mano derecha sobre el corazón de ella y colocó su mano izquierda sobre el suyo.<br />

— Coloca tus manos sobre las mías, Gabrielle —, pidió.<br />

Cuando ella lo hizo, él habló con convicción y reverencia:<br />

— Si algo debe perderse, que sea mi honor por el tuyo. Si algo debe ser<br />

abandonado, que sea mi alma para la tuya. Si la muerte llega pronto, entonces<br />

sea mi vida por la tuya. Soy dado.<br />

Sonriendo, sus ojos centellando de alegría, ella repitió los votos, y, en el<br />

momento en que terminó, la emoción lo golpeó tan intensamente que casi cae<br />

264


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

sobre sus rodillas. Sintió las cadenas apresurándose en su interior, calentando<br />

su sangre con una pasión feroz, a medida que sus almas eran unidas por todos los<br />

tiempos.<br />

Apresándola contra la pared, enterró las manos en su pelo, inclinó su<br />

boca sobre la de ella y la besó con hambre.<br />

Él tenía un alma. Conocía el amor. Se había unido a su alma gemela para<br />

siempre.<br />

Y Adam Black era, finalmente, un verdadero inmortal<br />

FIN<br />

265


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

<strong>El</strong> Hechizo Del <strong>Highlander</strong><br />

(The Spell of <strong>Highlander</strong>)<br />

Del Editor.-<br />

Poderoso. Sensual. Seductor. Él es todo lo que se puede considerar<br />

descaradamente erótico en un hombre. En su más sexy novela acerca de los<br />

<strong>Highlander</strong>s, la autora de gran éxito de ventas <strong>Karen</strong> <strong>Moning</strong>, prepara una<br />

chisporroteante poción, hecha con ingredientes de antiguo misterio y pasión<br />

moderna, cuando reúne a un endemoniadamente hermoso guerrero celta<br />

266


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

atrapado en el tiempo... y la mujer que está a punto de pagar el precio más alto<br />

para liberarlo. Secretos históricos los atormentan. Peligro mortal y la sombra<br />

de un deseo irresistible se cierne sobre cada uno de sus movimientos. Es una<br />

relación entre distintas épocas. Y todo lo qué los separa son apenas mil<br />

trescientos años....<br />

Jessi San Jaime necesita conseguir una vida. Demasiadas horas estudiando<br />

artefactos antiguos han hecho que la esforzada estudiante de arqueología tenga<br />

un exagerado interés por el sexo de tipo... mental. De modo que se imagina que<br />

está soñando cuando espía a un magnífico hombre semidesnudo que la mira<br />

fijamente desde el interior del cristal plateado de un antiguo espejo. Pero<br />

cuando una decisión tomada en una fracción de segundo la salva de un aterrador<br />

atentado contra su vida, Jessi de pronto se encuentra enfrentándose a seis pies<br />

y medio un insaciable y ardoroso macho alfa.<br />

Heredero de la misteriosa magia de sus antepasados Druidas, once siglos atrás,<br />

Cian MacKeltar había sido atrapado dentro del Espejo Oscuro, uno de los cuatro<br />

Reliquias Sagradas de los Unseelie, objetos de poder inenarrable. Cuando el<br />

Espejo Oscuro fue robado, un antiguo enemigo no se detendrá ante nada para<br />

reclamarlo, destruyendo todo en su camino - incluyendo a una mujer que<br />

únicamente sostenía la llave que podía romper el oscuro hechizo que pesaba<br />

sobre el <strong>Highlander</strong> del siglo noveno. Para Jessi, el musculoso dios del sexo en el<br />

espejo no sólo es seductoramente real, sino que le ofrece su protección - de<br />

exactamente qué, Jessi no tiene la menor idea. Y todo lo que él quiere a cambio<br />

es el exquisito placer de compartir ciertas hierbas.<br />

Sin embargo, mientras el hambre insaciable de Cian comenzaba a alimentar su<br />

oscura magia sobre Jessi, su antiguo enemigo está a punto de obtener la última<br />

y más peligrosa de las Reliquias Sagradas de los Unseelie - y el <strong>Highlander</strong> del<br />

noveno siglo debía detenerlo a toda costa en su empeño. Nada menos que la tela<br />

misma que divide el universo y dos vidas apasionadamente entrelazadas están en<br />

juego – mientras Cian y Jessi lucha para reclamar la clase de amor que se<br />

encuentra sólo una vez en una época glacial....<br />

267


<strong>El</strong> <strong>Highlander</strong> <strong>Inmortal</strong>. K.M. <strong>Moning</strong><br />

eLLLoras traducciones y heavenly sapphire<br />

268

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!