tribuna abierta Edificando el futuro franCisCo BauTisTa guTiérrez Una de las preguntas que nos ronda y podemos hacernos en la actualidad es quien edifica el futuro, y lo hacemos porque observamos día a día como la mayoría de los políticos y algunas instituciones, no son capaces ni tan siquiera de gestionar el presente Y no es una crítica a la democracia como llevamos haciendo desde hace algún tiempo, concretamente desde que Jenofonte, hace unos 2500 años desarrolló una serie de argumentos que se repiten a lo largo de la historia. Aquella que dice que “en la democracia se confunden plebeyos y aristócratas y tratando de hacerse notar unos sobre otros, juegan con una forma de maldad, la que aleja las virtudes que induce a todos al vicio, la pobreza y la falta de ideales”. Es así, como dijo Nietzsche “el instinto de ser rebaño es anterior a la evolución, a la llamada a ser persona”. Y no lo entendemos porque nos dejamos guiar, porque perdonamos todo, porque toleramos y olvidamos rápidamente las promesas no cumplidas, las mentiras disfrazadas de falsas verdades y es que tanta palabrería hacen que olvidemos las palabras. Y eso, en la actualidad es lo peor que puede suceder porque ya no es como antes, ahora se aproxima, estamos entrando en una nueva revolución, la tecnológica y necesitamos un esbozo de futuro, una hoja de ruta en la que las gentes, en que todos y cada uno, con independencia de la clase y de la edad o el sexo, sepamos lo que tenemos que hacer desde los sueños hasta las realidades. Es cierto que es muy difícil cambiar las cosas, la democracia como concepto que aglutina a personas, ideas e intereses personales, no puede actuar más que como lo hace, y no hablo de la palabra en sí, me refiero a los que manejan los hilos, no pueden mejorar los déspotas porque buscan más poder y dominio, no pueden hacerlo los buenos porque son buenos y menos aún los inútiles porque no tienen capacidad. Pero hay que hacerlo, todo pueblo necesita construir la historia de su futuro, un futuro apasionante si sabemos adaptarnos, si aceptamos compartir el protagonismo con aquellos dirigentes que lo que menos le preocupa es el futuro, ni tan siquiera mirando hacia el pasado, solo el presente como si temiesen que el ultimo día es el que amanece, obsesionados con la pérdida del poder. Tiene que nacer y algún día lo hará una nueva conciencia colectiva que se revele contra la dictadura que nos oprime, esta nueva revolución nos obligará a que estemos todos alertas, conceptos como hiperbrevedad, transmisión, big data y un sinfín de palabras que suenan extrañas no quieren decir nada sino las entendemos, y así, debemos luchar para que comenzando con los que nos gobiernan se den cuenta que no necesitamos un erudito, ni un dandy, que lo que necesitamos es alguien que este familiarizado o al menos que luche para conocer el futuro que se nos aproxima y así transmitirlo y hacer que llegue el pueblo. Motivar a la gente, ayudar a todos alejando de los que vegetan de la complacencia, del dejarse llevar, de la apatía y la indiferencia, porque todo lo que nos traen es un terreno abonado para que nos convirtamos en mediocres, en paja. El futuro se aproxima a pasos agigantados y hay que enfrentarse a los nuevos retos, aunque no hay que perder la esperanza, como dijo aquél poeta ciego pero sabio, “una persona que se mantenga firme en sus creencias es como una recia barca que nos salvará del fuerte oleaje”. Y las creencias que tenemos que exigir a nuestros gobernantes, es que lo hagan en el futuro para que así, ellos, solos o dejándose ayudar preparen una hoja de ruta para que a nadie nos cojan desprevenidos los avances tecnológicos y de todo índole que asoman a la puerta. +Info
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