La Ventana jun19

tribuna abierta
Él
aLfonso Marín
Él estuvo en mi bautizo, en mi comunión, en mi boda
y Dios quiera que tardando mucho, seguro que también estará en mi funeral
Estuvo cuando jugaba al frontón
con mis amigos, cuando echaba
la mochila al suelo y hacía una
portería para jugar al fútbol y pedaleó
conmigo o a mi alrededor
en muchas, muchas ocasiones.
Estuvo también muy cerca
cuando empecé a estudiar la EGB
e incluso compartió conmigo y
con otros amigos, muchos juegos
a la hora del recreo. Vigiló mis
primeras idas y venidas a la Biblioteca
y durante años, participó
junto con mis amigos, de cientos
de confidencias y planes de pandilla.
Estuvo muchos años en la Feria y
nunca se perdía un jueves de mercadillo.
Vivía de primera mano el bullicio de la
Plaza de Abastos y tras su conversión en
Teatro Municipal, tampoco falta nunca a
la cita con la cultura. Le encantan entre
otras cosas: los Festivales Folclóricos, los
Mercadillos Medievales, las Procesiones
de Semana Santa y las Velás de San Antonio.
Él ha formado una parte muy importante
de mi vida y de la vida de muchas
personas. Siempre le ha gustado rodearse
de gente emprendedora y participar con
ellos de sus inquietudes; lo mismo era partícipe
de una Funeraria como de una
Fonda. Igual se esquinaba en un Cafetín
como se arrinconaba en una Cafetería. Podía
alquilarte una película en un VideoClub
o venderte en un Bazar la tele y el vídeo
para verla. Ha estado presente en muchos
negocios con APELLIDOS propios, como Supermercados,
Carnicerías, Zapaterías y
Floristerías. Ha dado muchas horas en Herbolarios,
Restaurantes e incluso llegó a formar
parte de una Entidad Financiera.
A él nunca se le han caído los anillos y
ha trabajado de lo que se le requería en
cada momento. Que se necesitaba un aparcacoches,
pues ahí estaba él para solventar
el problema. Que había que gestionar unos
Baños Públicos, quién mejor que él para
hacerlo. Si tenía que pinchar música en
Discotecas y Salas de Fiestas, pues lo hacía.
Igual que hacía churros para que desayunara
la gente. Ha servido copas en bares
y ha vendido chuches en kioskos. Ha
sacado fotos en un Foto-Matón, ha ayudado
a mucha gente con el Carnet de Conducir
y aún así, todavía tenía tiempo para
colaborar con asociaciones locales como
Agla, la Coral, la Banda de Música, el Club
de Ajedrez o incluso Adenex. Porque aún
siendo un amante de los animales, las aves
para él siempre han sido su ojito derecho
y entre otras, las golondrinas, las palomas
o incluso las cigüeñas, le han alegrado la
vida campando libremente bajo su atenta
mirada.
Una mirada que durante años,
ha pasado sin inmutarse y en
cuestión de horas, de las flores
de una corona a los pétalos de
una boda, del llanto de una triste
despedida a las lágrimas de alegría
por un nuevo enlace. Una
mirada que ha forjado un carácter
de piedra, un carácter sobrio, que
a su vez no le ha impedido nunca
ser alguien llano y abierto por sus
cuatro costados. Y aunque ha tenido
ese perfil humilde, también
se ha caracterizado siempre por
su porte, su altanería y quizás por eso, no
le ha importado nunca mirar “por encima”
a la gente que pasea por la Rambla, la Plazuela
del Barrio, los Conde, la Plaza de
España o como no, la Plaza de Santa Clara
y su inseparable convento de las Clarisas,
al que siempre se ha sentido muy unido…
En definitiva, ÉL SIEMPRE HA ESTADO,
ESTá Y ESTARá PARA TODOS Y EN TODO MO-
MENTO. Su reloj y la banda sonora de sus
campanas, han marcado, marcan y marcarán
el ritmo de Montijo durante muchos
muchos años. Porque ÉL es mucho mayor
que todos nosotros y aunque aquí solamente
he contado algunas curiosidades de
su vida, su memoria tiene muchas más historias
que relatar y muchas más historias
por vivir.
Y aunque muchos ya lo habréis adivinado,
hoy he querido dedicar estas palabras
llenas de cariño única y exclusivamente a
ÉL, que no es otro que el ATRIO de SAN
PEDRO. Mi atrio y el atrio de todos en algún
momento de nuestras vidas. Va por ÉL.
Ahí lo dejo…
VDC
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