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l consumo experimental u ocasional de drogas<br />
durante actividades lúdico-festivas es cada<br />
vez más frecuente y puede parecer que no<br />
tiene mayores repercusiones sobre la salud. Sin<br />
embargo, cualquier sustancia psicoactiva que se consume<br />
tiene un efecto dañino sobre el organismo,<br />
corriendo el riesgo de sufrir una adiccioń.<br />
En este sentido, el colectivo LGBTI se enfrenta a un<br />
mayor riesgo de adicción a sustancias, ya que en<br />
muchos casos, el ocio gay está asociado al consumo<br />
de drogas. Esto, sumado a diferentes factores, como<br />
el estrés o el sentimientos de rechazo; miedo y vergüenza,<br />
así como el frecuente acceso a las aplicaciones<br />
móviles y actividades íntimamente relacionadas con el<br />
consumo de drogas, como el ChemSex, y pueden ser<br />
los mayores desencadenantes de consumo en el<br />
colectivo, desencadenando en problemas de adicción.<br />
Chemsex: una experiencia sexual extraordinaria<br />
mediante el uso de sustancias<br />
En los últimos años se ha incrementado el consumo de<br />
drogas entre hombres gais, bisexuales y otros hombres<br />
que tienen sexo con hombres (HSH) mientras se mantienen<br />
relaciones sexuales. Esta práctica, conocida como<br />
ChemSex, supone uno de los mayores riesgos en la<br />
comunidad de sufrir adicción a las drogas.<br />
El objetivo principal de la práctica del Chemsex es conseguir<br />
una experiencia sexual extraordinaria mediante<br />
el uso de sustancias psicoactivas.<br />
Una de sus características más marcadas es la duración<br />
de las sesiones, ya que el uso secuencial y repetitivo<br />
de diferentes sustancias permite disfrutar de relaciones<br />
sexuales de larga duración – incluso durante días –<br />
con múltiples parejas y sin protección.<br />
Según un informe realizado por médicos del Hospital<br />
Universitario de La Paz de Madrid y el Hospital Clínico<br />
de Barcelona, las drogas que más se suelen utilizar en<br />
este contexto sexual son la mefedrona, la metanfetamina<br />
y el GHB, aunque dependiendo de la zona<br />
dónde se lleve a cabo, también entran en juego otras<br />
drogas como la cocaína o los ‘poppers’. El control y<br />
regulación de algunas de estas nuevas sustancias resulta<br />
muy difícil, al no conocer al detalle la información<br />
farmacológica o sus efectos tóxicos.<br />
Entre los mayores riesgos del ChemSex se encuentran,<br />
sobre todo, las conductas adictivas que puede generar<br />
a la misma práctica, así como los diferentes efectos<br />
sobre la salud mental, algunos de ellos permanentes y<br />
de gran trascendencia clínica, como la sintomatología<br />
psicótica, alteraciones de carácter emocional, enfermedades<br />
como SIDA / VIH o incluso la muerte.<br />
Según el estudio EMIS del Ministerio de Sanidad,<br />
Servicios Sociales e Igualdad, Madrid, Barcelona y<br />
Valencia se sitúan entre las ciudades europeas con<br />
mayor prevalencia de este fenómeno. De hecho, los<br />
Ayuntamientos de Barcelona y Madrid ya abordan el<br />
fenómeno en su Plan de Drogas y su Plan de<br />
Adicciones, respectivamente, desde 2017.<br />
Identificar síntomas de una adicción y cómo tratarla<br />
La adicción puede desembocar a largo plazo en serios<br />
problemas de salud física y mental, desde ansiedad y<br />
paranoia hasta problemas cardíacos o hepáticos.<br />
Según un estudio realizado por la Lesbian and Gay<br />
Fundation y la Universidad de Lancashire Central (UK) el