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Wondergay Magazine Nº3

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l consumo experimental u ocasional de drogas<br />

durante actividades lúdico-festivas es cada<br />

vez más frecuente y puede parecer que no<br />

tiene mayores repercusiones sobre la salud. Sin<br />

embargo, cualquier sustancia psicoactiva que se consume<br />

tiene un efecto dañino sobre el organismo,<br />

corriendo el riesgo de sufrir una adiccioń.<br />

En este sentido, el colectivo LGBTI se enfrenta a un<br />

mayor riesgo de adicción a sustancias, ya que en<br />

muchos casos, el ocio gay está asociado al consumo<br />

de drogas. Esto, sumado a diferentes factores, como<br />

el estrés o el sentimientos de rechazo; miedo y vergüenza,<br />

así como el frecuente acceso a las aplicaciones<br />

móviles y actividades íntimamente relacionadas con el<br />

consumo de drogas, como el ChemSex, y pueden ser<br />

los mayores desencadenantes de consumo en el<br />

colectivo, desencadenando en problemas de adicción.<br />

Chemsex: una experiencia sexual extraordinaria<br />

mediante el uso de sustancias<br />

En los últimos años se ha incrementado el consumo de<br />

drogas entre hombres gais, bisexuales y otros hombres<br />

que tienen sexo con hombres (HSH) mientras se mantienen<br />

relaciones sexuales. Esta práctica, conocida como<br />

ChemSex, supone uno de los mayores riesgos en la<br />

comunidad de sufrir adicción a las drogas.<br />

El objetivo principal de la práctica del Chemsex es conseguir<br />

una experiencia sexual extraordinaria mediante<br />

el uso de sustancias psicoactivas.<br />

Una de sus características más marcadas es la duración<br />

de las sesiones, ya que el uso secuencial y repetitivo<br />

de diferentes sustancias permite disfrutar de relaciones<br />

sexuales de larga duración – incluso durante días –<br />

con múltiples parejas y sin protección.<br />

Según un informe realizado por médicos del Hospital<br />

Universitario de La Paz de Madrid y el Hospital Clínico<br />

de Barcelona, las drogas que más se suelen utilizar en<br />

este contexto sexual son la mefedrona, la metanfetamina<br />

y el GHB, aunque dependiendo de la zona<br />

dónde se lleve a cabo, también entran en juego otras<br />

drogas como la cocaína o los ‘poppers’. El control y<br />

regulación de algunas de estas nuevas sustancias resulta<br />

muy difícil, al no conocer al detalle la información<br />

farmacológica o sus efectos tóxicos.<br />

Entre los mayores riesgos del ChemSex se encuentran,<br />

sobre todo, las conductas adictivas que puede generar<br />

a la misma práctica, así como los diferentes efectos<br />

sobre la salud mental, algunos de ellos permanentes y<br />

de gran trascendencia clínica, como la sintomatología<br />

psicótica, alteraciones de carácter emocional, enfermedades<br />

como SIDA / VIH o incluso la muerte.<br />

Según el estudio EMIS del Ministerio de Sanidad,<br />

Servicios Sociales e Igualdad, Madrid, Barcelona y<br />

Valencia se sitúan entre las ciudades europeas con<br />

mayor prevalencia de este fenómeno. De hecho, los<br />

Ayuntamientos de Barcelona y Madrid ya abordan el<br />

fenómeno en su Plan de Drogas y su Plan de<br />

Adicciones, respectivamente, desde 2017.<br />

Identificar síntomas de una adicción y cómo tratarla<br />

La adicción puede desembocar a largo plazo en serios<br />

problemas de salud física y mental, desde ansiedad y<br />

paranoia hasta problemas cardíacos o hepáticos.<br />

Según un estudio realizado por la Lesbian and Gay<br />

Fundation y la Universidad de Lancashire Central (UK) el

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