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BIOETICA PARA ENFERMERIA

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Bioética para<br />

enfermería: aspectos<br />

teóricos y prácticos<br />

Jacqueline Bonilla M<br />

Portada<br />

Tabla de contenidos<br />

Salir de aplicación


Bioética para enfermería<br />

Presentación<br />

Tabla de contenidos<br />

Capítulos<br />

v<br />

1 Bioética como disciplina 1<br />

2 Situaciones que propiciaron el surgimientos de la bioética 21<br />

3 Comité de Ética Clínica, de Investigación y de Bioética 39<br />

4 Metodología de análisis de casos clínicos 47<br />

5 Relación enfermera-paciente 73<br />

6 Consentimiento informado 91<br />

7 Secreto profesional 117<br />

8 Justicia sanitaria 123<br />

9 Dolor y sufrimiento humano 129<br />

10 Inicio de la vida humana 139<br />

11 Trasplantes 145<br />

12 Discapacidad 167<br />

13 Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación en UCI 179<br />

iii


Tabla de contenido<br />

14 Voluntad anticipada 205<br />

15 Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico 217<br />

16 Cuidados paliativos, calidad de vida y respeto a la dignidad del ser humano 227<br />

17 Conceptos de bioética ambiental 243<br />

Anexos<br />

1 Glosario de términos 265<br />

El afrontamiento de la muerte del paciente terminal en los Servicios de Oncología y Hematología,<br />

del Hospital Eugenio Espejo, enero-diciembre 2011, Quito<br />

2<br />

271<br />

Actitudes éticas del personal médico, participación de enfermería y la familia en la toma<br />

de decisiones humanizadas en pacientes con Limitación del Esfuerzo Terapéutico de las<br />

3<br />

Unidades de Cuidados Intensivos de los Hospitales Eugenio Espejo y Carlos Andrade Marín<br />

279<br />

de Quito, enero 2010 a julio 2011<br />

Propuesta de manual técnico administrativo para la creación y funcionamiento de la clínica<br />

del dolor y cuidados paliativos del Hospital Eugenio Espejo. Quito, 2012<br />

4<br />

287<br />

Evaluación del libro Bioética en enfermería: aspectos teóricos y prácticos por el par<br />

5<br />

académico, doctor Francisco León Correa<br />

329<br />

iv


Bioética para enfermería<br />

Presentación<br />

El texto, Bioética para enfermería: aspectos teóricos y prácticos, representa para la autora, conjuntar experiencias,<br />

estudios y vivencias, elementos distintos y relacionados entre sí, para plasmarlos en un conjunto lógico, coherente y<br />

armonioso de temáticas vinculadas a la bioética, algunas controversiales, que despertaron durante mi formación académica<br />

interrogantes y crearon una visión diferente para entender el importante rol que cumple el profesional de enfermería<br />

en el cuidado del paciente a través de una relación afectiva, cálida, oportuna, humana y altamente técnica. La relación<br />

del enfermero (a) trasciende hacia la familia y por ende a la sociedad.<br />

En calidad de docente de la Cátedra de Bioética de la Carrera de Enfermería de la Universidad Central del Ecuador,<br />

me resulta gratificante presentar esta publicación que recoge una ingente inversión en horas de trabajo para consolidar<br />

conocimientos y experiencias hospitalarias y académicas. Estructurada la obra, me permite entregarla como una modesta<br />

contribución personal a la formación de jóvenes que buscan denodadamente servir a sus semejantes como profesionales<br />

de enfermería.<br />

El libro que el lector tiene en sus manos, es una publicación pionera para las Carreras de Enfermería del país. Sin<br />

duda, evidenciará debilidades y a la vez sólidas fortalezas en la descripción de los distintos capítulos que conforman la<br />

obra, compuesta por interesantes temas de la disciplina, mismos que fortalecerán el trabajo holístico de la profesional de<br />

enfermería. Todas las revisiones tienen alta relevancia en la formación de enfermeros y otros profesionales de la salud<br />

que requieran actualizar conceptos, solventar inquietudes y ejercer su actividad cotidiana apegada a sólidos principios<br />

éticos que rigen todo acto profesional.<br />

Es necesario reconocer a quienes, con su consejo académico y apoyo permitieron alcanzar esta meta. Agradezco a<br />

Dios por las bendiciones diarias; a mi esposo e hija que con su paciencia y comprensión son mi soporte permanente y de<br />

v


Presentación<br />

manera especial expresar mi sincera gratitud al doctor Francisco León Correa, Presidente de la Federación Latinoamericana<br />

de Instituciones de Bioética (FELAIBE) por ser el mentor que indujo incursione en este ámbito, un reflexivo docente<br />

que supo guiar mi formación en la maestría y doctorado.<br />

Jacqueline Bonilla Merizalde<br />

Docente Carrera de Enfermería<br />

Facultad de Ciencias Médicas<br />

Universidad Central del Ecuador<br />

vi


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 1<br />

Bioética como disciplina<br />

Introducción<br />

Históricamente la bioética ha surgido de la ética médica centrada en la relación médico-paciente. En 1971, Van Rensselaer<br />

Potter señaló por primera vez el concepto de bioética como un neologismo; luego en 1972, André Hellegers definió<br />

como “…el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y de la atención de la salud,<br />

en la medida en que esta conducta se examine a la luz de los valores y principios morales”. Precisamente esta definición<br />

la asumió como suya la Organización Panamericana de la Salud.<br />

La bioética como disciplina y a diferencia de la ética médica, no hace referencia sólo a médicos sino a toda persona, en<br />

cuanto toda persona es humana y puede pensar, reflexionar y debatir con sus semejantes, cuestiones referidas a la vida<br />

en general.<br />

En los años 80 y comienzos de los 90, se dio inicio a la enseñanza de esta nueva disciplina en algunas Universidades de<br />

Latinoamérica, después se suscitó en el ámbito norteamericano.<br />

Tiene sus características propias:<br />

a) La interdisciplinariedad: el diálogo entre las ciencias empíricas y las humanísticas.<br />

b) El debate ético en una sociedad plural, basado en la tolerancia.<br />

c) La elaboración de una teoría de fundamentación apoyada en principios claros y concretos: no maleficencia, justicia,<br />

autonomía y beneficencia.<br />

d) La aplicación efectiva de esos principios en el ámbito clínico, con dos aspectos prácticos importantes:<br />

1


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

- Una metodología de análisis de casos clínicos que ayuda efectivamente a los profesionales de la salud, a la hora de<br />

resolver conflictos y dilemas éticos, en un mundo cada vez más conflictivo, de cambio de rol profesional y social y, de<br />

cambio de modelo de relación médico-paciente.<br />

- La creación de comités de ética asistencial o ética clínica en el interior de los hospitales, que han difundido el interés<br />

por la Bioética, su enseñanza y son hoy día, un instrumento “institucionalizado” al servicio de la calidad de atención<br />

en salud y de la humanización de la relación clínica; aún con todos los problemas que su puesta en marcha y sus actividades<br />

llevan consigo, dentro de sistemas de salud bastante burocráticos, rígidos y en cierto modo, todavía autoritarios.<br />

(Cantú, 2010)<br />

Estas características explican la gran difusión de la Bioética en el ámbito clínico y su efectividad. Como ejemplo, tenemos<br />

la multiplicación de los Centros de Bioética, ligados en su mayor parte al ámbito académico de la enseñanza universitaria,<br />

cursos y congresos, asociaciones, publicaciones también en castellano, etc.<br />

La bioética clínica ha sido la que más desarrollo ha tenido en estos años, aunque también desde el comienzo está presente<br />

la preocupación por una bioética ecológica, puente entre las ciencias y la humanidad, como describiera Potter, que<br />

más tarde se ha denominado bioética global. (Gracia, 2002).<br />

Sintetizando, el surgimiento de la Bioética como disciplina científica adquiere sus raíces en los campos político, económico<br />

y social del mundo, originario de la segunda guerra mundial y la impetuosa Revolución Científico Técnica.<br />

El avance tecnológico que ha tenido lugar en las últimas décadas, ha abierto nuevas posibilidades de intervención sobre la<br />

vida humana como nunca antes en la historia de la humanidad había sucedido. Es un reto al que hemos de afrontar en<br />

este nuevo siglo. La bioética quiere aportar su reflexión al complejo mundo de la ciencia y de la ética, pues tiene su origen<br />

interdisciplinario, reúne conocimientos científicos, antropológicos y éticos para elaborar sus decisiones. La bioética pretende<br />

reflexionar acerca de los problemas que suscita el empleo de la técnica en el campo de lo humano. Una disciplina<br />

que surgió para dar una respuesta moral a las cuestiones científicas que tienen que ver con el ser humano. (Reich, 2000).<br />

2


Bioética para enfermería<br />

El dilema ético existe desde que el hombre conoce y acepta la elección de sus acciones. Este conocimiento le obliga a entrar<br />

en el análisis de aquello que es honestamente aceptable y lo que debe omitir en sus acciones. Así ha surgido en nuestros<br />

tiempos la bioética como disciplina.<br />

Objetivo de la bioética como disciplina o como ética aplicada<br />

La Bioética ha despertado una gran motivación en la esfera educacional de Ciencias Médicas, ya que trata aspectos relativos<br />

a la conducta de los seres humanos ante la naturaleza y la vida humana. Pero su objetivo no se reduce únicamente al<br />

marco de las Ciencias Médicas sino que, debemos entenderla en la amplitud con la que se ha presentado y a partir de ella<br />

realizar estrategias para la protección de la vida en toda su diversidad. Este espacio de reflexión que ofrece la Bioética<br />

debe servir para analizar los problemas que se discuten en el mundo y en particular los que necesitan los Sistemas Nacionales<br />

de Salud en beneficio del pueblo. Se requiere de una atención profesional y educativa y de la necesidad de investigar<br />

en estos aspectos. (Gracia, Futilidad. un concepto en evaluación en Etica de los Confines de la Vida , 2002).<br />

De ahí que la aplicación de la ética está implícita en todos los momentos de la vida al relacionarnos con otros seres<br />

humanos, reconociendo en qué consiste el bien del hombre y cómo se logra ese bien y, en definitiva, debe acabar lográndolo,<br />

porque la ética es una ciencia práctica, que no se limita a estudiar, sino que mueve a hacer.<br />

Finalmente se debe tener en cuenta que la ética aplicada nos conlleva a reconocer, que toda acción humana tiene un contenido<br />

moralista, que el criterio objetivo de la probidad es el bien del hombre y que, el respeto a la dignidad de la persona<br />

es prioridad.<br />

Principios, reglas y valores<br />

Como comenta Guy Durand, "la reflexión bioética se basa en los hechos y en principios y reglas. La bioética no quiere<br />

principios determinados de forma abstracta y que se impongan a la realidad de forma autoritaria. Tampoco quiere un<br />

3


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

sistema de principios que funcionaran como prohibiciones incuestionables, quiere concluir en los hechos, pero necesita<br />

sin embargo de principios y reglas.<br />

Existen dos principios fundamentales, unánimemente reconocidos, que son complementarios: el respeto a la vida humana,<br />

que pertenece al orden de la objetividad y debe servir de finalidad a la actuación ética; y el principio de la autodeterminación<br />

de la persona, que remite al dominio de la subjetividad y es esencial en la ética. Estos dos grandes principios no<br />

suprimen las reglas y normas más concretas y específicas: el precepto de no matar, la noción de medios proporcionados,<br />

el principio de totalidad, el acto de doble efecto, el consentimiento libre e informado, etc.”<br />

La palabra valor incluye dos aspectos, la significación y la orientación a la acción, por lo que también puede utilizarse en<br />

relación con los principios, aunque en su acepción filosófica una moral de valores se opone a una moral de principios.<br />

Los valores pertenecen al orden del bien o del ser, como el valor de la vida, la dignidad de la persona o la autonomía del<br />

hombre como ser libre. El respeto a esos valores funda los principios éticos de respeto a la vida, prohibición de matar,<br />

autodeterminación, etc. Los principios y reglas -las normas- deben estar al servicio de los valores y traducirlos en términos<br />

operativos. (Caldanil, 2006).<br />

Como puede verse, el equilibrio entre todos estos principios y valores no es siempre fácil. En el ámbito de la bioética nos<br />

encontramos frecuentemente con conflictos de principios y valores que es necesario jerarquizar o regular, en los casos<br />

concretos y a nivel teórico.<br />

De cualquier manera, está claro que toda reflexión bioética de la persona está condicionada por sus propios valores, por<br />

sus opciones y creencias, por la manera de entender al hombre, la vida y la medicina. Son decisivas las opciones fundamentales<br />

sobre el sentido de la vida humana y su definición, el sentido de la persona, del sufrimiento, de la vejez y de la<br />

muerte, el sentido de la procreación y de la sexualidad, y por supuesto, el sentido de la misma ética.<br />

4


5<br />

Bioética para enfermería<br />

Principios:<br />

I. Toda acción humana tiene un contenido ético: no existen acciones humanas libres que sean moralmente neutras,<br />

porque todas están ordenadas al fin del hombre, de un modo directo o indirecto, como fines parciales o como<br />

medios para esos fines.<br />

II. El criterio objetivo de la moralidad es el bien del hombre: el criterio del bien del hombre empieza por el propio<br />

sujeto agente: como ya decía Sócrates, el que hace un daño a otro se hace más daño a sí mismo, al impedir o dificultar<br />

la realización de su propio fin, de su propia felicidad. Esto es importante, porque nuestra sociedad suele valorar<br />

los daños (físicos o económicos) hechos a otros, y tienden a quitar importancia a las acciones (morales) que<br />

perjudican a uno mismo.<br />

III. El respeto a la dignidad de la persona: el hombre consta de cuerpo y espíritu, y es en éste donde radica el fundamento<br />

de su dignidad, porque del espíritu brota la racionalidad, la capacidad de entender (inteligencia) y actuar libremente<br />

(voluntad), poniéndose fines e identificando y poniendo los medios para lograrlos. El hombre es, pues,<br />

un ser personal, un individuo separado de los demás, irreducible a los demás, único, irrepetible, permanente. Y<br />

como persona libre, es sujeto de derechos y obligaciones. (Hernández, 2002).<br />

Algunos principios morales prácticos<br />

Los principios generales citados dan lugar a un conjunto de principios prácticos que orienta directamente la actuación<br />

ética del hombre, como ser personal y social. He aquí algunos de esos principios:<br />

I. Debe procurarse el bien y evitar el mal: el ser humano procurará en sus actos hacer siempre el bien y evitar el<br />

mal; es el principio fundamental de la moralidad práctica, un principio al que todo hombre tiene acceso por conocimiento<br />

natural (aunque cabe, eso sí, error en la apreciación de lo que es el bien en un caso determinado, o de<br />

los medíos adecuados para lograrlo).<br />

II. La acción humana se define por la intención y la operación de modo concurrente e inseparable: en una acción<br />

podemos encontrar dos componentes. 1) La intención del agente, es decir, la motivación que le lleva a hacer algo.<br />

Es verdad que puede haber muchas motivaciones en una acción, pero siempre habrá una primordial, lo que por<br />

encima de todo lo demás persigue el agente, sin lo cual la acción no se realizaría: ésta es la intención, el fin del


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

agente. 2) La acción u operación propiamente dicha, que el agente toma como medio para conseguir su fin propio<br />

(Engelhardt, 1995).<br />

III. Haz a los demás lo que desearías que te hiciesen a ti: este principio tiene también otras versiones, negativas unas<br />

("no hagas a los demás lo que no desearías que te hiciesen a ti") y positivas otras ("el bien de los demás es tan<br />

digno de respeto como el mío”). El bien de los demás es, sobre todo, el bien básico, profundo, el que les lleva a la<br />

felicidad, a la plenitud, y ése es el que se debe buscar, en primer lugar, con preferencia a bienes secundarios, como<br />

la riqueza.<br />

IV. Primacía del bien común: cuando se presente un conflicto, el bien común tiene primacía sobre el bien privado, si<br />

son del mismo género. Hay, pues, un ámbito de actuación en la búsqueda del bien privado, pero si éste choca con<br />

el bien común, éste es prioritario.<br />

V. Principio de solidaridad: este principio lleva consigo diversas implicaciones: cada uno debe desarrollar sus propias<br />

capacidades, como medio para contribuir al bien común; la organización social debe ayudar y favorecer la mejoría<br />

de las personas; cada persona debe considerar activamente qué obras de servicio debe llevar a cabo en su cooperación<br />

al bien común, etc.<br />

VI. Principio de la máxima libertad posible: la libertad del hombre es necesaria para que sus obras tengan una dimensión<br />

moral. Es importante encontrar el equilibrio entre libertad individual y cumplimiento del fin de la sociedad.<br />

A ello se dirigen los dos principios anteriores, que deben completarse con éste: se debe promover la máxima<br />

libertad de actuación de los individuos y de las sociedades, sin restringirla salvo en lo que sea necesario para el<br />

bien común.<br />

VII. Principio de subsidiariedad: lo que puede hacer el inferior (individuo o sociedad menor) no debe hacerlo el superior.<br />

La tarea del superior no es sustituir al inferior, sino suplirle en lo que no puede o no se ve en condiciones de<br />

hacer. Al mismo tiempo, este principio ayuda a definir el papel de la sociedad que no es de sustituir a sus miembros,<br />

sino de ayudarles a que se desarrollen por sí mismos.<br />

VIII. Principio de la participación social: todos los hombres tienen derecho a participar en la organización y en la dirección<br />

de las sociedades en que participan, según sus posibilidades y capacidades. Es una consecuencia de la libertad<br />

y sociabilidad del hombre, y de la dignidad e igualdad fundamental entre todos.<br />

6


Bioética para enfermería<br />

IX.<br />

Principio de autoridad o de unidad de dirección: complementa al anterior, en cuanto que la sociedad necesita<br />

una autoridad que la gobierne, según la recta razón, para la consecución de sus fines. La participación de todos no<br />

puede ser obstáculo a ese principio de autoridad.<br />

Bioética de principios o de virtudes<br />

En el ámbito norteamericano se ha desarrollado, sobre todo, la denominada bioética principalista a partir del libro sobre<br />

Principios de ética biomédica de los autores Beauchamp y Childress, quienes destacaron lo que denominan “moral<br />

común” universalizable, basada en cuatro principios: no maleficencia, justicia, autonomía y beneficencia. Su esquema de<br />

principios “prima facie” ayudan a concretar nuestros deberes desde el marco de referencia valórico a las normas concretas<br />

de acción; se ha demostrado muy eficaz en el ámbito de la ética clínica, dentro de una sociedad pluralista (Vélez,<br />

2003). Pero también ha recibido numerosas críticas, sobre todo por su falta de jerarquización: cada uno de estos principios<br />

es del mismo nivel o importancia, y en caso de discusión entre varios de ellos, como sucede con frecuencia en bioética,<br />

deberemos acudir al análisis del caso concreto para ver cuál debe prevalecer. Esto puede llevar a cierto relativismo, a<br />

que las excepciones no sean plenamente justificadas o se conviertan en mayoritarias, o a que en la práctica, el principio<br />

de autonomía tenga la primacía de hecho frente a los demás.<br />

Se debe jerarquizar los principios bioéticos sin reducciones fáciles y superficiales. Puede ayudar para ello la propuesta<br />

realizada hace ya algunos años por el Profesor Diego Gracia de establecer un primer nivel, con los principios de justicia y<br />

no maleficencia; y un segundo nivel –importante, pero segundo- con los principios de autonomía y beneficencia. Que<br />

ocupen estos últimos el segundo puesto no quiere decir que sean secundarios y prescindibles, pero sí que debe tenerse<br />

en cuenta la posición primordial en el debate bioético de la no maleficencia y de la justicia.<br />

En este sentido, es de enorme interés la actual discusión, especialmente en los Estados Unidos, sobre si la bioética debe<br />

basarse en los principios o en la virtud: en un sistema normativo basado en principios o en una ética de la virtud personal.<br />

Según esta postura, "frente a una ética científica, que antepone el conocimiento, y la ética profesional que dicta los límites<br />

deontológicos sin establecer el contenido humano como único fundamento del acto médico, hay que levantar la ética<br />

7


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

del médico: hacer cuanto pueda y sepa para el bien del enfermo... supeditando el método científico al acto médico... entendido<br />

como compromiso interpersonal" (Gracia, 2002). También se está poniendo de relieve, en definitiva, la importancia<br />

de la actitud ética del médico y la formación de su propia conciencia, que puede llevar a su realización como persona y<br />

como científico, o a su destrucción desde el punto de vista moral. Ambas posiciones no son excluyentes y depende también<br />

su relación del modelo ético que se tenga.<br />

Principios para la bioética? Modelos éticos de referencia<br />

Aunque la bioética trata siempre de permanecer cerca de las situaciones concretas, las teorías éticas están siempre presentes<br />

en las discusiones y en las soluciones que se apunten.<br />

Se puede distinguir cinco teorías principales:<br />

a) Ética ontologista: existe una moral objetiva, una bondad y una malicia intrínseca; es decir, que hay actos siempre y en<br />

sí mismos aceptables y otros, al contrario, condenables, cualquiera que sea la situación. Por tanto, la rectitud moral<br />

no es subjetiva ni situacional, ni arbitrariamente fijada por el hombre o por Dios: el bien existe en las propias cosas.<br />

Existen principios que se imponen al hombre como absolutos desde la ley natural que puede descubrir en sí mismo.<br />

b) Ética utilitarista: el núcleo de la moralidad -para esta corriente- se encuentra en la maximización de la felicidad y la<br />

minimización de la miseria y del sufrimiento. Una acción es buena si tiende a este fin y mala si se aleja de él. Por tanto,<br />

la moralidad depende de las circunstancias, de la situación. En definitiva, el fin justifica los medios. Algunos autores<br />

toman en consideración sólo el propio interés personal como fin; otros tienen una visión más altruista, con el principio<br />

utilitarista de "el mayor bien para el mayor número de gente", de modo que se vean las ventajas e inconvenientes y<br />

se escoja la que más ventajas aporte a todas las personas implicadas en la acción.<br />

c) Deontologismo: se opone a las anteriores teorías. Un acto es moral, no porque sea bueno en sí o porque sea útil, sino<br />

porque es correcto; la rectitud le viene de la voluntad, pues el bien se impone como un deber, un imperativo. Dentro<br />

de esta corriente, unos siguen a Kant, fijando grandes principios universales inevitables, y otros aceptan reglas, pero<br />

8


Bioética para enfermería<br />

con excepciones en algunas circunstancias. Para otros, finalmente, sólo cuenta la evaluación del acto en la situación<br />

singular y única que le rodea.<br />

d) Ética personalista: corriente que reúne todos los esfuerzos que se han hecho para evitar el utilitarismo y el deontologismo,<br />

sin volver por ello exclusivamente a la escuela ontologista o, al menos, tratando de evitar sus excesos, o de<br />

conciliar objetividad y subjetividad en una ética de los valores. Esto se ha llevado a cabo desde diversas posiciones, algunas<br />

fuera de todo apoyo en una ontología, y otras basadas en la metafísica del ser. Se trata de dar importancia al<br />

sujeto, a la persona, no en oposición pero sí en preeminencia frente a una ley objetiva que se impondría desde fuera.<br />

A esta corriente se debe la insistencia en unos determinados principios bioéticos: una concepción personalista de la<br />

corporeidad humana, el valor fundamental de la vida física, el principio de totalidad o terapéutico, el de la libertad y<br />

responsabilidad, y el principio de socialidad o subsidiariedad. (Vélez, 2003).<br />

La sociedad vive en un mundo de irrespetos, desde los núcleos más importantes y centrales como son los familiares donde<br />

a más de la pobreza la violencia , las prácticas de hábitos de alcoholismo, drogadicción, falta de comunicación y desorganización<br />

familiar son el pan da cada día, en nuestros trabajos las envidias, egoísmos, competencias no nos permiten<br />

avanzar y si hablamos en ámbitos más amplios los gobiernos corruptos, represivos, muchas veces dictatoriales no respetan<br />

la dignidad, promueven desigualdades, conflictos sociales a nivel económico, social, cultural, religioso, político e ideológico<br />

en general. (Hernández, 2002).<br />

En resumen las responsabilidades éticas surgen de todas las relaciones humanas desde las personales y familiares hasta<br />

las sociales y profesionales. Un mundo con principios y valores inspiran a alcanzar un pleno y efectivo ejercicio de vida<br />

democrática. Por tanto el camino sería actuando en todo momento con justicia social para todos a partir de la más amplia<br />

participación democrática de la sociedad rescatando como el don más preciado el respeto a la dignidad humana, premisa<br />

esencial para el libre ejercicio de los derechos humanos.<br />

9


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

A los principios tradicionales de la ética médica, la Bioética añade nuevos principios: la autonomía (del paciente) partiendo<br />

desde el punto de vista moral, en el ámbito del enfermo competente (un tratamiento no debe administrarse sin el<br />

consentimiento informado y voluntario del éste) y la justicia que debe ejercer la sociedad a través de sus instituciones de<br />

salud. En el terreno de lo público, las especies principales de la justicia son de índole distributiva y social. No se puede<br />

exigir al sistema público que provea o que financie un tratamiento no indicado y caro o escaso, ni siquiera cuando esté<br />

exigido por el paciente. Los esfuerzos terapéuticos también podrán ser limitados si se deben racionar recursos escasos,<br />

aunque el paciente los solicite y no estén contraindicados.<br />

El principio de la beneficencia significa hacer el bien en todas y cada una de las acciones que se realizan, pues dañar no<br />

puede estar presente, de manera consciente, ni en la idea, de un profesional de la salud. La sociedad actual se caracteriza<br />

por un énfasis, a veces exagerado, en la tecnología y ello lleva imperceptiblemente a la deshumanización. De tal forma<br />

que, se hace más necesaria que nunca la formación humanista de los profesionales de la salud. La atención de Enfermería<br />

debe fundamentarse, de manera especial, en la formación integral de ese profesional. Una enfermera practica la beneficencia<br />

a partir del momento en que se preocupa y dedica atención preferente a su auto superación para mantener la<br />

competencia y desempeño profesional, que le permitirá brindar una atención de calidad. También cumplirá con el principio<br />

de beneficencia en las acciones cotidianas cuando se esfuerce por establecer diagnósticos correctos de Enfermería,<br />

pues de la identificación clara y precisa de las respuestas humanas del paciente a su problema de salud/enfermedad dependerá<br />

la eficacia de las acciones independientes de la enfermera. La sanitaria aplica además la beneficencia cuando, al<br />

ejecutar acciones dependientes de las órdenes médicas, ajusta el horario de la administración de los medicamentos no a<br />

su comodidad, sino a las necesidades del paciente.<br />

El principio de no maleficencia, sinónimo de "no dañar" de la ética médica tradicional, es considerado por algunos eticistas<br />

como el otro elemento del par dialéctico beneficencia no maleficencia. En cualquier caso, se reconoce la obligatoriedad<br />

de hacer el bien y no hacer el mal. Pero, ¿cuál es el bien y cuál el mal? A lo largo de la historia de la humanidad, en<br />

correspondencia con la práctica social, determinados grupos de hombres han elaborado sus propias teorías filosóficas y<br />

en ellas han expuesto sus aspiraciones, como expresión consciente y anticipada de sus necesidades históricas. Estas aspi-<br />

10


11<br />

Bioética para enfermería<br />

raciones se desarrollan en el sistema de valores morales que, a su vez, se forman a través de la idealización del significado<br />

histórico que la realidad tiene para el hombre (Hernández, 2002).<br />

Con todo lo tratado hasta este momento es posible hacerse algunos cuestionamientos:<br />

¿Debemos hacer el bien, lo correcto, o lo útil?<br />

Es muy difícil de responder pues son términos un tanto relativos, pues cada ser humano es individual, único e irrepetible<br />

que ha nacido y desarrollado en ambientes diferentes con influencias sociales diversas y que aprendido a ver la<br />

vida de diferente forma pues entonces no siempre lo que para mí es bueno o correcto tiene que ser necesariamente<br />

igual para otra persona , sin embargo cada accionar en nuestras casas, lugares de trabajo o en cualquier espacio donde<br />

nos desenvolvamos creo que deberíamos tratar de hacer lo mejor desde nuestro punto de vista , sin hacer daño a<br />

nadie, menos de manera consciente y siempre otorgando beneficio real al que lo requiere .<br />

Se debe seguir siempre el dictamen de la propia conciencia asumiendo que ésta está bien formada, porque ella es, en<br />

definitiva, el criterio inmediato de moralidad de nuestras acciones.<br />

¿Qué principios pueden ayudar a las decisiones difíciles en ética clínica?<br />

No basta con una aplicación a medias o aparentemente efectiva de los cuatro principios clásicos de la Bioética, para<br />

asegurar en nuestras realidades el respeto a los derechos o la mejora de la situación vulnerable de gran parte de la<br />

población.<br />

Ningún principio ético es una receta de aplicación inmediata; no sustituyen el papel de la conciencia ni la obligación<br />

del hombre de conocer la ley moral y de formar su conciencia.<br />

Por tanto no se debe descuidar aquellos principios que pueden dar orden, racionalidad y sentido a nuestra vida y que<br />

se simplifican de la siguiente manera:


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

- Toda acción humana tiene un contenido ético<br />

- El criterio objetivo de la moralidad es el bien del hombre<br />

- El respeto por sobre todo a la dignidad de la persona<br />

También es importante señalar algunos principios morales prácticos:<br />

- Hacer siempre el bien evitando el mal<br />

- La acción humana se define por la intención y la operación de la acción<br />

- Ni los medios justifica el fin ni el fin a los medios<br />

- No hagas a los demás lo que no desearías que te hagan a ti<br />

- El bien común es prioritario frente al individual<br />

- La solidaridad es primordial<br />

- Principio de subsidiariedad<br />

- Participación social<br />

- Autoridad o de unidad de dirección<br />

Finalmente debe señalarse que a partir de la Comisión Nacional de Bioética (CONABI) y del trabajo tesonero de la Sociedad<br />

Ecuatoriana de Bioética en el país, se asume un ejercicio de la medicina ajustada a normas éticas, de calidad y calidez,<br />

centrada en beneficio del paciente con respeto a la dignidad humana y dentro de un trabajo institucional y personal responsable<br />

y sin descuidar principios de la ética social general.<br />

¿Y cuándo chocan esos principios, qué camino debemos seguir?<br />

Lamentablemente en la vida cotidiana se ve que hay no sé si un choque de esos principios sino más bien un desconocimiento<br />

y violación permanente de cada uno de ellos, por tanto queda a conciencia de cada ser humano convertirse<br />

en un contingente de cambio para lo cual no solo la buena voluntad cuenta sino por sobre todo un conocimiento y<br />

profundización de temáticas a todo nivel de ética, moralidad, humanización y por sobre todo un cambio de actitud y<br />

práctica permanente en cada instante y ámbito de la vida.<br />

12


Bioética para enfermería<br />

¿Podemos contentarnos con no hacer daño y ser justos?<br />

No, si bien es importantísimo no causar daño intencional a nadie no es suficiente, en cada acción que realicemos y<br />

que también no la hagamos debemos tener conciencia de sus repercusiones, del impacto que pude generar y de las<br />

consecuencias que se pueden derivar, nuestro accionar por tanto debe ir dirigido a ayudar de manera concreta al que<br />

lo requiere y sin esperar nada a cambio. La justicia también es relativa de acuerdo incluso al lugar, a quien lo aplique,<br />

de las circunstancias y del momento.<br />

Con relación a Ética, Deontología y Bioética, ¿cuál es el ámbito propio de cada una y qué las distingue?<br />

Ética: debe definirse lo que es bueno: el único y simple objeto del pensamiento que es peculiar a la ética. El principal objeto<br />

de la ética, es ofrecer razones concretas para opinar que esto o aquello es bueno. Las proposiciones sobre lo bueno<br />

son todas sintéticas, no analíticas. Bueno es definible en el sentido de dar a entender que cierto objeto que todos conocemos,<br />

está compuesto de una forma determinada.<br />

Se acepta que bueno es un adjetivo; lo bueno entonces es el sustantivo al que se aplica el adjetivo, y este debe aplicársele<br />

siempre verdaderamente; aquello a lo que se aplica debe ser distinto al adjetivo mismo, y la totalidad es algo diferente,<br />

constituirá lo bueno. Bueno no puede definirse en el más importante sentido de la palabra. El más importante sentido de<br />

definición, es aquél que en una definición establece cuáles son las partes de que invariablemente se componen un cierto<br />

todo, por ser términos últimos en relación con los que todo lo que es susceptible de ser definido debe definirse. Bueno<br />

denota una cualidad siempre definible. Si bueno se define como algo distinto, es entonces imposible probar que cualquier<br />

otra definición es incorrecta o incluso imposible negarla. Cuando alguien confunde entre sí dos objetos naturales, definiendo<br />

uno en lugar de otro, no hay falacia; pero si confunde “bueno”, que no es en el mismo sentido, un objeto natural,<br />

con cualquier objeto natural, hay razones para llamarlo falacia naturalista.<br />

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Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

Deontología: según Mariano Arnal y siguiendo el estilo del imperativo categórico de Kant: si crees que tu conducta puede<br />

ser elevada a norma general de comportamiento, considera que estás haciendo lo que conviene. Pero no lo que te conviene<br />

a ti porque lo haces tú, sino lo que seguirá conviniéndote cuando lo hagan los demás. Lo que equivale a decir que lo<br />

que conviene, es aquello que es obligado hacer. No por casualidad el mismo verbo del que se origina la palabra conjugado<br />

de manera distinta, significa “atar”, es decir que entra en el terreno de la obligación, pero no impuesta desde fuera, sino<br />

asumida por uno mismo.<br />

La palabra deontología la puso en circulación el inglés Bentham (1748-1832) en su obra Science de la Morale (París 1832).<br />

Pretendía ser una alternativa más liberal del término y del concepto ética (ézos = costumbre), que al ocupar en calidad de<br />

concepto laico el lugar del término religioso moral (del latín mores = costumbres) se había moralizado considerablemente,<br />

al trasvasarse a ella buena parte de los antiguos contenidos de la moral. Quería llegar a la fórmula kantiana, o dicho en<br />

términos históricos, quería llegar al “libre examen” de los preceptos éticos saltándose la carga interpretativa de la moral y<br />

de la ética. En su obra póstuma “Deontología o ciencia de la moral” busca el racionalismo (prácticamente un mecanicismo<br />

matemático) para valorar las conductas por su utilidad, lo que nos da un valor de la deontología casi en las antípodas del<br />

que actualmente tiene. Pero como la humanidad, desde que se desprendió del instinto como desencadenante exclusivo<br />

de conductas, necesita inexorablemente algún tipo de moral para regir sus comportamientos (es decir sus conductas en<br />

relación con los demás), también ha moralizado esta última palabra que inventó su autor para que fuera lo más amoral<br />

posible. Por consiguiente, cuando alguien clama por la deontología, clama por la moralidad. Esta es una muestra más de<br />

que la realidad no se transforma por el simple procedimiento de cambiarle el nombre. Nos hemos quedado con la palabra<br />

inventada por Bentham, igual que nos quedamos antes con la palabra “ética”, con lo que tenemos un nuevo sinónimo de<br />

“moral”.<br />

Por supuesto que este término es aplicable a cualquier profesión o actividad en que la falta de adecuación de los medios<br />

a los fines, despojaría a ésta de su valor. Pero ha sido especialmente la clase médica la que ha asumido y estabilizado el<br />

concepto de deontología, de manera que raramente se nombra o se escribe esta palabra sin ir acompañada del adjetivo<br />

médica, que se define (y no podía ser de otra manera) como “ciencia de los deberes” o “teoría de las normas morales”,<br />

14


Bioética para enfermería<br />

aplicadas en este caso al ejercicio de la medicina. Porque la clase médica tiene un alto sentido deontológico, además de<br />

un gran amor a las palabras exclusivas (Mariano Arnal).<br />

Bioética: la bioética es la rama de la ética que aspira a proveer los principios orientadores de la conducta humana en el<br />

campo biomédico. Etimológicamente proviene del griego bios y ethos: "ética de la vida", la ética aplicada a la vida humana<br />

y no humana.<br />

En un sentido más amplio, sin embargo, la Bioética no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas<br />

morales que tienen que ver con la vida en general. La bioética es una disciplina relativamente nueva y el origen del término<br />

corresponde al oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter, quien utilizó el término por primera vez en 1970 en<br />

un artículo publicado en la revista de la Universidad de Wisconsin “Perspectives in biology and medicine" y cuyo título<br />

ostentaba por primera vez dicho término bioética, la ciencia de la supervivencia. Posteriormente, en el año 1971, Potter<br />

publica un libro con el título de "Bioética: puente hacia el futuro" (Bioethics: bridge to the future) en el cual se recogen<br />

varios de sus artículos.<br />

Partiendo de la definición de bioética como el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de<br />

la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que esta conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales”,<br />

se aportan importantes precisiones sobre el objeto de estudio: la conducta humana en dos terrenos específicos, las ciencias<br />

de la vida (biología) y los cuidados de la salud; y este objeto es estudiado a la luz de los valores y principios morales y<br />

de forma sistemática .Algunos ponen más de relieve la necesidad de responder a los nuevos problemas planteados por las<br />

ciencias biomédicas. Así, “la bioética es la búsqueda ética aplicada a las cuestiones planteadas por el progreso biomédico”;<br />

otros acentúan los aspectos sociales o comunitarios: “La bioética es el estudio interdisciplinar del conjunto de condiciones<br />

que exige una gestión responsable de la vida humana (o de la persona humana) en el marco de los rápidos y complejos<br />

progresos del saber y de las tecnologías biomédicas”. O señalan su papel de solución a “los conflictos de valores”<br />

en el mundo de la intervención bio-médica (Cantú, 2010).<br />

15


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

Existen numerosas divergencias en cuanto al contenido de la bioética. Algunos la ven como un simple marco de reflexión<br />

y de investigación interdisciplinaria sobre los desafíos a raíz de los progresos técnico-médicos. Otros van más lejos y ven<br />

en la bioética un “método de análisis” que ayude en los casos de toma de decisiones. O más aún, si se considera que forma<br />

parte de la ética o es una forma de ética, se puede entender como una “búsqueda normativa” del deber ser en el<br />

ejercicio profesional.<br />

Otra postura define a “la bioética como el estudio de las normas que deben regir nuestra acción en el terreno de la intervención<br />

técnica del hombre sobre su propia vida”. Si quisiéramos precisar aún más esta definición, tendríamos que enumerar<br />

esos principios o valores fundamentales, que son el respeto a la persona humana, con la protección de las personas<br />

concretas, y el respeto y promoción de la vida humana en sí misma. Es una concepción que podríamos llamar personalista<br />

de la bioética: “Llamamos bioética a la búsqueda del conjunto de exigencias del respeto y de la promoción de la vida<br />

humana y de la persona en el sector bio-médico” (Hernández, Bioética General, 2002). Por tanto son distintas concepciones<br />

y distintos ámbitos de aplicación.<br />

A manera de conclusión, la ética es la ciencia que estudia la costumbre y los hábitos proporcionando ciertos principios.<br />

Muchos autores catalogan como la ciencia de los actos humanos ya que está más cercana a la orientación en los hechos u<br />

obras; otros la llaman ciencia de la voluntad en orden a su fin y, algunos creen también que puede ser denominada como<br />

la ciencia de los principios constituidos de la vida moral. Todos estos preceptos nos llevan a la misma conclusión, que la<br />

ética estudia el desarrollo de la libre voluntad del hombre sin perjudicar al prójimo, es decir, que ésta va encaminada<br />

hacia la realización del hombre, como persona.<br />

La ética juega un papel importante ya que a diferencia de otras ciencias, es mucho más aplicable a nuestras vidas, debido<br />

a su contenido práctico-técnico, derivado de las propias costumbres y de cómo nos comportamos; perfecciona y ayuda a<br />

asegurar nuestra realización como personas, habida cuenta de los fines y condiciones que se pretenda obtener.<br />

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Bioética para enfermería<br />

Por tanto la ética profesional es, en este estricto sentido, el compromiso de ser y actuar poniéndonos siempre en el lugar<br />

del otro. Afirmar que la ética profesional se funda en la dignidad humana, sólo puede hablarse si la entendemos como<br />

estrategias estandarizadas de comportamiento del quehacer ético (medio para el único fin: el individuo, la persona).<br />

De manera diferente en cambio la deontología hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían<br />

una actividad. Estas normas determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de<br />

su trabajo. Por este motivo, suele ser el propio colectivo profesional quién determina dichas normas y, a su vez, se encarga<br />

de recogerlas por escrito en los códigos deontológicos Hoy, prácticamente todas las profesiones han desarrollado sus<br />

propios códigos y, en este sentido, puede hablarse de una deontología profesional periodística, médica, de los abogados,<br />

etc.<br />

Es importante no confundir deontología profesional con ética profesional. Cabe distinguir que la ética profesional es la<br />

disciplina que estudia los contenidos normativos de un colectivo profesional, es decir, su objeto de estudio es la deontología<br />

profesional, mientras que ésta última, es el conjunto de normas vinculantes para un colectivo profesional.<br />

Deontología profesional<br />

Orientada al deber.<br />

Recogida en normas y códigos "deontológicos".<br />

Esas normas y códigos son mínimos y aprobados por los<br />

profesionales de un determinado colectivo profesional (periodistas,<br />

médicos, abogados,...).<br />

Se ubica entre la moral y el derecho.<br />

Ética profesional<br />

Orientada al bien, a lo bueno.<br />

No se encuentra recogida en normas ni en códigos deontológicos,<br />

está relacionada con lo que piensa el propio individuo<br />

(conciencia individual/profesional).<br />

No es exigible a los profesionales de un determinado colectivo<br />

(periodistas, médicos, abogados,...).<br />

Parte de la ética aplicada.<br />

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Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

Finalmente en cuanto a la Bioética hay que señalar que los retos que debe afrontar son numerosos, exigen un trabajo<br />

continuo de actualización y de estudio para establecer puentes a través de los cuales hacer presentes a los hombres y<br />

mujeres de nuestro tiempo los principios éticos y urgencias que deben ser atendidos en el mundo contemporáneo; por<br />

tanto, la bioética no puede sucumbir al estado de asedio en el que actualmente vive. La continua sucesión de noticias<br />

sobre descubrimientos científicos y las discusiones sobre tantos temas de frontera no deben ser motivo para perder de<br />

vista lo fundamental. En toda actividad médica y científica, hay que reconocer la dignidad de cada ser humano en las distintas<br />

fases de su existencia.<br />

La bioética sostendrá o promoverá entonces, sistemas sociales y políticos atentos a la salud, al trabajo seguro y al ambiente;<br />

modos de vivir y de comportarse en los que se conserve el patrimonio de la propia integridad física y psicológica.<br />

Se convertirá en el mejor aliciente para una “movilización general” (usando una fórmula empleada por Juan Pablo II en la<br />

encíclica Evangelium vitae, n. 95) que contrarreste tantos signos de la cultura de la muerte, para que cada vez sea más<br />

real y concreta una auténtica cultura de la vida. Ese es quizá el mayor reto de la bioética, de ayer, de hoy y de siempre,<br />

por el que vale la pena una disciplina a la vez anciana y joven.<br />

La bioética: su éxito en el ámbito clínico y en el plano académico<br />

En el terreno de la Salud Pública , la Biomedicina y el ámbito clínico la bioética asumen gran importancia dentro de un<br />

proceso expresado por el acelerado ritmo de los avances científicos y técnicos en ramas tales como: Terapia Intensiva,<br />

Trasplantología, Biología Molecular, Ingeniería Genética, Tecnologías Reproductivas y las Neurociencias; así como por la<br />

acentuada comercialización de la medicina, el creciente peligro de la deshumanización ante el tecnologismo desenfrenado,<br />

la injusticia social en la asignación de recursos y el acceso desigual a los servicios de salud.<br />

Esta disciplina ha despertado en todos una gran motivación y se han quedado convencidos de que no se debe dar un paso<br />

sin que éste, implique una toma de medidas y la creación de una conciencia de la necesidad de respetar la vida en todas<br />

sus manifestaciones. En lo esencial, el amor, la pureza y el desinterés al ejercer las acciones de salud, continúan siendo<br />

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Bioética para enfermería<br />

valores plenamente vigentes en nuestra sociedad ya que, probablemente el Juramento Hipocrático ya no sea literalmente<br />

válido para este momento.<br />

Por otro lado en los años 90 se consolida la Bioética como disciplina académica en varios países de América Latina. La publicación<br />

de un número del Boletín de la Organización Panamericana de la Salud, que luego apareció en libro, todo dedicado<br />

a la Bioética, a principios de la década del noventa, le dio presencia ‘formal’ a la Bioética. Un segundo paso fue la<br />

fundación en 1991 por Alfonso Llano, desde Colombia, de la Federación Latinoamericana de Instituciones de Bioética -<br />

FELAIBE- desde donde propició foros y asambleas en diversos países de Iberoamérica", y ha organizado ininterrumpidamente<br />

Congresos de Bioética en diversos países desde 1995.<br />

La fundación en Santiago de Chile, por parte de la OPS, del Programa Regional de Bioética, en estrecha colaboración con<br />

la Universidad de Chile fue otro suceso relevante. Además del apoyo conceptual y económico a múltiples actividades organizadas<br />

por los diversos países hispanoamericanos.<br />

De forma paralela se ha introducido como disciplina en los currículos universitarios, inicialmente en los estudios de Medicina<br />

y más recientemente en Enfermería y otras profesiones de la salud y también han comenzado Cursos de postgrado y<br />

Maestrías con gran demanda e interés.<br />

Se han integrado las Asociaciones Nacionales de Bioética y desarrollado en varios países diversas actividades por citar<br />

algunas, comités hospitalarios, centros, foros, jornadas, cursos. Por otro lado las publicaciones que se han hecho sobre<br />

Bioética, existen muchos libros, revistas y además del creciente interés por estos temas de la mayoría de las publicaciones<br />

del ámbito médico y de enfermería.<br />

Bioética y enfermería<br />

Al decir bioética, no existe una definición propia sino un saber análogo con otras ciencias y con cuestiones ampliamente<br />

éticos, temas relevantes que han trascendido a lo largo de la historia en los ámbitos del saber, el saber científico y el sa-


Capítulo 1. Bioética como disciplina<br />

ber humanístico. (Sgreccia, 1998). Es una unión entre la razón de ser y los hechos biológicos. De ahí la bioética y el saber<br />

usan los conocimientos en el campo científico-biológico. Por tanto la Bioética no es más que la aplicación de la ética a las<br />

ciencias de la vida, el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de la<br />

salud, en la medida que esta conducta se examine a la luz de valores y principios ético–morales.<br />

La bioética tiene por finalidad el análisis racional de los problemas morales ligados a la biomedicina y de su vinculación<br />

con el ámbito del derecho y de las ciencias humanas. (Vargas, 2009).<br />

Enfocado en el ámbito del trabajo de enfermería es rescatar la labor profesional de la alta tecnificación, de los monitores,<br />

del cumplimiento frío de un trabajo rutinario que nos deslinda del aspecto humano, del nivel de ansiedad, dolor, preocupación,<br />

soledad y sufrimiento, es aplicar con amor y paciencia el arte de cuidar a ese ser humano irrepetible, con sus necesidades<br />

físicas y socio psicológicas, que espera un trato personalizado, cálido, para él y su familia. ¡Amar los cuidados<br />

que se prodigan; pero sobre todo, amar a quien se prodigan los cuidados! ¡Ése es el gran reto!<br />

La humanización, requiere de un proceso reflexivo, sobre los valores y principios que fundamentan la práctica profesional,<br />

que supone además de un tratamiento y cuidado digno, solidario y acogedor por parte de los profesionales de la salud,<br />

con su principal objetivo el ser humano enfermo, frágil, con una nueva postura ética que fundamente todas las actividades<br />

profesionales y procesos de trabajo.<br />

Por tanto como profesionales de enfermería tenemos la obligación de buscar las herramientas que nos ayuden a poner en<br />

práctica los mejores cuidados y la búsqueda de la excelencia de nuestra profesión sin olvidar el respeto por la vida, la dignidad<br />

y los derechos del ser humano, perspectiva que ha permitido incorporar estos nuevos contenidos en el pensum de<br />

estudios de acuerdo a la reforma curricular vigente.<br />

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Bioética para enfermería<br />

Capítulo 2<br />

Situaciones que propiciaron<br />

el surgimiento de la bioética<br />

Introducción<br />

Se presentan algunos eventos históricos que indujeron el nacimiento de la bioética; por citar algunos, los experimentos<br />

nazis, considerados como horrores olvidados ya que los doctores nazis realizaban experimentos con jóvenes judíos y rusos,<br />

sometiéndolos a todo tipo de torturas como el congelamiento y las diferentes formas de reanimación, intervinieron<br />

también en la genética para purificar la raza aria y probar como objetivo principal que todas las demás razas eran inferiores,<br />

de la misma manera realizaron experimentos en gemelos para ver las reacciones que estos presentaban, así como<br />

intentar cambiar el color de ojos en sujetos que luego morían por infecciones graves causadas por dichos experimentos.<br />

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Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

El código de Núremberg recoge una serie de principios que rigen la experimentación con seres humanos al final de la Segunda<br />

Guerra Mundial. Específicamente, el Código responde a las deliberaciones y argumentos por las que fueron enjuiciados<br />

la jerarquía nazi y algunos médicos por el tratamiento inhumano que dieron a los prisioneros de los campos de<br />

concentración, como por ejemplo, los experimentos médicos del doctor Josef Mengele.<br />

El "Experimento Tuskegee", también conocido como "Estudio Tuskegee sobre sífilis no tratada en varones negros", "Estudio<br />

Tuskegee sobre sífilis" o "Estudio sobre sífilis de los servicios públicos de salud") fue un estudio clínico desarrollado<br />

entre 1932 y 1972 en Tuskegee, Alabama (Estados Unidos), por los servicios públicos de salud americanos en 400 varones<br />

negros, indigentes y en su mayoría analfabetos; el estudio clínico estuvo a cargo del Servicio Público de Salud del Gobierno<br />

Federal de los EEUU. El caso de Karen Ann Quinlan y Terry Schiavo en los cuales se discutió sobre la eutanasia y serán<br />

analizados dentro de uno de los dilemas éticos más importantes. Finalmente se presenta el caso Baby Doe que permite el<br />

análisis de la evolución, impacto y aplicación de la bioética en el recién nacido.<br />

Los experimentos nazis<br />

Durante la Segunda Guerra Mundial, médicos alemanes realizaron experimentos dolorosos y a menudo mortales, en miles<br />

de prisioneros de los campos de concentración sin su consentimiento. Los experimentos médicos, contrarios a todo<br />

criterio ético, se agrupan en tres categorías. La primera abarca los experimentos dirigidos a la facilitación de la supervivencia<br />

del personal militar del Ejército. En Dachau, los médicos de la Fuerza Aérea alemana y de la Institución experimental<br />

alemana para la aviación realizaron experimentos sobre altitudes elevadas, utilizando cámaras de baja presión, para<br />

determinar la altitud máxima desde la cual la tripulación de un avión dañado podría lanzarse en paracaídas con seguridad.<br />

La segunda categoría de experimentos, dirigida al desarrollo y comprobación de productos farmacéuticos y de métodos<br />

de tratamiento para lesiones y enfermedades a las que el personal militar alemán y el personal de ocupación estaban<br />

expuestos.<br />

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23<br />

Bioética para enfermería<br />

En los campos de concentración alemanes de Sachsenhausen, Dachau, Natzweiler, Buchenwald y Neuengamme, los<br />

científicos probaron compuestos de inmunización y sueros para la prevención y tratamiento de enfermedades contagiosas,<br />

entre ellas la malaria, tifus, tuberculosis, fiebre tifoidea, fiebre amarilla y hepatitis infecciosa. En el campo de Revensbrueck<br />

se realizaron experimentos con injertos óseos y experimentos<br />

para probar la eficacia de las drogas sulfa de nuevo desarrollo<br />

(sulfanilamida). En Natzwiler y Sachsenhausen se sometió a<br />

los prisioneros al fosgeno y al gas mostaza para poder probar los<br />

posibles antídotos (Salud., 2002). La tercera categoría de experimentos<br />

médicos profundizaron investigaciones encaminadas al<br />

progresar racial como sustento ideológico del nazismo. Los más<br />

infames eran los experimentos de Josef Mengele en Auschwitz.<br />

Mengele llevó a cabo experimentos médicos con gemelos. También<br />

dirigió experimentos serológicos con romaníes (gitanos), al<br />

igual que Werner Fischer en Sachsenhausen, para determinar<br />

cómo las diversas “razas” soportaban las diferentes enfermedades<br />

contagiosas. La investigación de August Hirt en la Universidad<br />

de Estrasburgo también pretendía establecer la “inferioridad racial<br />

judía.”<br />

Otros experimentos horripilantes, que pretendían ampliar los objetivos raciales de los nazis, consistían en una serie de<br />

indagaciones en esterilización, ejecutados principalmente en Auschwitz y Revensbrueck. Allí, los científicos probaron varios<br />

métodos en su esfuerzo por desarrollar un procedimiento eficiente y barato para la esterilización total de los judíos,<br />

romaníes y de otros grupos considerados racial o genéticamente indeseables por los nazis (Weidling, 2005).<br />

Experimentos de congelamiento: fueron realizados en seres humanos y tuvieron el objetivo de simular condiciones a las<br />

que se verían sometidas las tropas alemanas durante su incursión bélica al este. Los soldados alemanes estaban mal pre-


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

parados para las condiciones climatológicas que experimentaban en el campo de batalla. De esta forma miles de ellos<br />

morían por los efectos del congelamiento o eran inhabilitados para el combate a causa de lesiones desencadenadas por el<br />

frío. A manera de preparación para el experimento, los prisioneros eran desnudados. Posteriormente se les introducía un<br />

termómetro por vía rectal, el cual sería usado para registrar los descensos de temperatura durante la prueba. Éste<br />

termómetro era fijado en su lugar por medio de un anillo expandible de metal que era ajustado para abrirse dentro del<br />

recto. La víctima era colocada entonces en la tina de agua helada y comenzaba a congelarse. Se sabe que la mayor parte<br />

de las víctimas perdían la conciencia y finalmente morían cuando la temperatura corporal descendía hasta los 25°C.<br />

Lámpara solar: las víctimas eran colocadas debajo de lámparas solares que producían un calor suficiente como para quemar<br />

la piel.<br />

Irrigación interna: la víctima congelada era sometida a un tratamiento de reanimación que consistía en introducir en el<br />

estómago, vesícula biliar e intestinos del paciente, agua calentada hasta límites cercanos al punto de ebullición.<br />

Baño caliente: la persona era colocada en agua caliente y la temperatura era incrementada lentamente. Este método<br />

probó ser el más útil para la reanimación de las víctimas. De cualquier manera, muchos sujetos murieron debido al choque<br />

provocado por un calentamiento demasiado rápido.<br />

Calentamiento por medio de calor corporal: Heinrich Himmler sugirió al Dr. Rascher el uso de mujeres para calentar a los<br />

hombres congelados. Él sugirió que la víctima y una mujer copularan. Este experimento ocurrió con cierto grado de éxito.<br />

De cualquier forma, no fue tan exitoso como el método del baño caliente.<br />

Experimentos genéticos: el logro de la purificación de la Raza Nórdica o Aria era la meta más importante de los Nazis. Los<br />

hombres de cabello rubio y ojos azules estaban supuestamente destinados a ser la única raza. Los negros, latinoamericanos,<br />

judíos, gitanos y homosexuales, así como cualquier otra persona que no encajara en los requerimientos raciales debían<br />

ser excluidos de la sociedad futura por medio del genocidio. Hitler y el Alto Mando alemán elaboraron una lista de<br />

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Bioética para enfermería<br />

reglas que los Nazis debían observar. Las nuevas reglas obligaban a que todos los oficiales de las SS se sometieran a exámenes<br />

médicos antes de contraer matrimonio, con el objeto de garantizar su pureza racial (L., 2005).<br />

Experimentos en gemelos: de todos los sujetos de experimentación, los gemelos eran los favoritos de Mengele, por lo<br />

que inicialmente recibían un trato preferencial que consistía en poder mantener su cabello y sus ropas así como el recibir<br />

raciones extras de comida. Los gemelos eran examinados de la cabeza a los pies. Se tomaban medidas exactas de cada<br />

parte del cuerpo. El Dr Mengele exigía exámenes específicos y cuidadosos.<br />

Mengele inyectó muestras de sangre de un gemelo a otro y registró las reacciones<br />

producidas, las cuales consistían invariablemente en cefaleas insoportables<br />

y fiebres que duraban por varios días. Con el propósito de determinar<br />

si el color de los ojos podía ser alterado genéticamente, inyectó soluciones<br />

colorantes en los ojos de varios sujetos. Esto invariablemente conducía a dolorosas<br />

infecciones y en ocasiones a la ceguera. Si alguno de esos gemelos<br />

moría, Mengele ordenaba que sus ojos fueran extraídos en la necropsia para<br />

después ser colocados en las paredes de su oficina. También se llegaron a<br />

inyectar agentes infecciosos por vía intravenosa para observar cuanto tiempo<br />

pasaba antes de que el sujeto sucumbiera a una gran variedad de enfermedades<br />

(Salud., 2002).<br />

Experimentación sobre grandes alturas: a inicios de 1942, varios prisioneros fueron torturados con el objeto de que la<br />

Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) pudiera averiguar la capacidad del cuerpo humano para adaptarse y sobrevivir a las<br />

grandes altitudes. Una cámara de baja presión fue usada para simular las condiciones atmosféricas de una altitud de más<br />

de 68,000 pies. Los sujetos fueron obligados a entrar en la cámara para observar sus reacciones.<br />

Experimentación en malaria: desde febrero de 1942 hasta abril de 1945, numerosos experimentos fueron realizados en<br />

el campo de concentración de Dachau con el objetivo de investigar la inmunización en el tratamiento de la malaria. Varios


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

reclusos en buen estado de salud, fueron infectados por mosquitos o por la inyección de extractos de las glándulas mucosas<br />

de los mosquitos. Después de haber contraído malaria, en los sujetos se probaron diversas drogas para evaluar su<br />

eficacia.<br />

Experimentación sobre el gas mostaza: varias ocasiones, entre septiembre de 1939 y abril de 1945, se realizaron experimentos,<br />

con el fin de investigar el tratamiento más efectivo en el manejo de heridas causadas por el gas LOST, un veneno<br />

popularmente conocido como “gas mostaza”. Las heridas eran infligidas a los sujetos por los médicos conductores del<br />

experimento. Algunos de ellos murieron como resultado de la exposición al veneno.<br />

Experimentos con sulfonamida: desde julio de 1942, hasta septiembre de 1943, se realizaron experimentos para investigar<br />

la eficacia de la sulfonamida. Heridas infligidas en sujetos experimentales fueron infectadas con estreptococos, gangrena<br />

gaseosa y tétanos. La circulación de la sangre era interrumpida atando los vasos sanguíneos circundantes a la herida<br />

para crear una condición similar a la observada en los campos de batalla. La infección era agravada mediante la introducción<br />

de restos de madero o de tierra en la herida. Posteriormente, la infección era tratada con sulfonamida y otros<br />

fármacos con el objeto de determinar su eficacia.<br />

Regeneración de hueso, músculos y nervios y trasplantes de hueso: desde septiembre de 1942 hasta diciembre de 1943,<br />

se realizaron experimentos en el campo de concentración de Ravensbrückcon el objeto de estudiar la regeneración del<br />

hueso, el músculo y el nervio, así como el trasplante de hueso de una persona a otra. Las secciones de los huesos, músculos<br />

y nervios fueron removidos de los sujetos.<br />

Experimentos con agua de mar: desde julio de 1944 hasta septiembre de 1944, se realizaron experimentos en el campo<br />

de Dachau con el objeto de probar varios métodos para potabilizar el agua de mar. Algunos de los sujetos participantes<br />

fueron privados de toda comida y les fue suministrada únicamente agua de mar químicamente procesada.<br />

26


Bioética para enfermería<br />

Experimentos sobre hepatitis epidémica: desde Junio de 1943 hasta enero de 1945, se realizaron experimentos en los<br />

campos de Sachsenhausen and Natzweiler para investigar las causas de la hepatitis epidémica así como el uso de inoculaciones<br />

para su tratamiento. Los sujetos experimentales fueron deliberadamente infectados, y algunos murieron a consecuencia<br />

de los experimentos.<br />

Experimentos sobre esterilización: se realizaron desde marzo de 1941 hasta<br />

enero de 1945 en los campos de Auschwitz y de Ravensbrück. El propósito de<br />

estos experimentos era el desarrollar un método que fuera capaz de esterilizar<br />

a millones de personas en la mínima cantidad de tiempo y con el mínimo<br />

esfuerzo. Estos experimentos fueron conducidos utilizando procedimientos<br />

quirúrgicos, rayos X y varios tipos de drogas. Miles de víctimas fueron esterilizadas<br />

(Independientemente de su experimentación al respecto, el gobierno<br />

Nazi esterilizó a alrededor de 400,000 personas como parte de sus métodos<br />

de salubridad y control).<br />

Experimentos sobre el tifo: fueron realizados en los campos de Buchenwald y Natzweiler desde diciembre de 1941 hasta<br />

febrero de 1945. Investigaban la eficacia de algunas vacunas experimentales. En Buchenwald, numerosos reclusos sanos<br />

fueron infectados deliberadamente con la bacteria del tifo. Más del 90% de las víctimas murió como resultado de esto.<br />

Otros reclusos sanos fueron usados para probar la eficacia de diversas vacunas de tifo exantemático y de otras sustancias<br />

químicas. En el curso de estos experimentos, 75% de los sujetos seleccionados fueron vacunados con alguna de las vacunas<br />

o alimentados con alguna de las sustancias químicas para después ser infectados con bacterias de tifo exantemático<br />

tras un periodo de 3 o 4 semanas. El 25% restante fue infectado sin ninguna protección previa con el objetivo de probar la<br />

eficacia de las vacunas y de las sustancias químicas empleadas. Como resultado, cientos de personas murieron. También<br />

se realizaron experimentos con fiebre amarilla, viruela, cólera y difteria (Rueda, 2004).<br />

27


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

Experimentos con veneno: entre diciembre de 1943 y octubre de 1944 se realizaron experimentos en el campo de Buchenwald<br />

para investigar los efectos de varios tipos de venenos en los seres<br />

humanos. Los venenos fueron administrados secretamente a los sujetos experimentales<br />

en su ración de comida. Las víctimas morían a causa del veneno<br />

o eran asesinadas inmediatamente para permitir la realización de autopsias.<br />

Alrededor de septiembre de 1944, algunos sujetos durante el experimento<br />

recibieron los impactos de balas envenenadas o fueron sometidos a tortura.<br />

Experimentos con bombas incendiarias: desde noviembre de 1943 hasta<br />

enero de 1944, se condujeron experimentos en Buchenwald para evaluar el<br />

efecto de varias preparaciones farmacéuticas en las quemaduras con fósforo.<br />

Estas quemaduras eran infligidas en sujetos con sustancias extraídas de bombas incendiarias.<br />

Secuelas: millones de sujetos murieron como resultado de los experimentos conducidos por los nazis, mientras que muchos<br />

otros fueron asesinados una vez que se completaron las pruebas o para estudiar el efecto post mortem. Aquellos<br />

que sobrevivieron a menudo quedaron mutilados, sufriendo de discapacidad permanente, cuerpos debilitados y presión<br />

psicológica.<br />

El experimento de Tuskegee<br />

Este experimento generó mucha controversia y provocó cambios en la protección legal de los pacientes en los estudios<br />

clínicos. Los sujetos utilizados en este experimento no dieron su consentimiento informado, no fueron informados de su<br />

diagnóstico, y fueron engañados al decirles que tenían "mala sangre" y que podrían recibir tratamiento médico gratuito,<br />

transporte gratuito a la clínica, comidas y un seguro de sepelio en caso de fallecimiento si participaban en el estudio<br />

(Steinsleger, 2011). Este estudio no tenía como objetivo curar a los individuos enfermos de sífilis, sino seguir y estudiar su<br />

evolución física y mental, para lo cual, desde 1932 hasta 1974 (durante 42 años), las personas enfermas no fueron tratadas<br />

contra la enfermedad. En 1932, cuando empezó el estudio, los tratamientos para la sífilis eran muy tóxicos, peligrosos<br />

28


Bioética para enfermería<br />

y de efectividad cuestionable. El objetivo del estudio fue determinar si los beneficios del tratamiento compensaban su<br />

toxicidad y reconocer las diferentes etapas de la enfermedad para desarrollar tratamientos adecuados a cada una de<br />

ellas. Como resultado de este experimento y con el advenimiento del uso de la penicilina en 1942, se demostró que sin<br />

este antibiótico la esperanza de vida de la persona infectada con sífilis se reducía un 20%.<br />

En 1932, cuando se inició el experimento, aún no existían normativas sobre la<br />

experimentación en humanos. Luego de la II Guerra Mundial, el Código de<br />

Nuremberg (1948), recoge por primera vez los conceptos de riesgo/beneficio<br />

y consentimiento informado. A partir de la Declaración de Helsinki (1964) se<br />

pone de manifiesto que el bienestar del sujeto debe prevalecer sobre los<br />

intereses de la ciencia y de la sociedad. Ninguna de estas normas éticas fue<br />

aplicada en el estudio que se estaba realizando en Tuskegee a pesar que se<br />

prolongó hasta 1972 a partir de 1964, la investigación biomédica se intenta<br />

regular mediante la Declaración de Helsinki en la cual, además del consentimiento<br />

informado, se pone de manifiesto que en toda investigación con seres<br />

humanos el bienestar del sujeto debe prevalecer siempre sobre los intereses<br />

de la ciencia y de la sociedad.<br />

En 1947 la penicilina se había convertido en el tratamiento de elección para la sífilis. Antes de este descubrimiento, la<br />

sífilis frecuentemente conducía a una enfermedad crónica, dolorosa y con fallo multiorgánico. En vez de tratar a los sujetos<br />

del estudio con penicilina y concluirlo o establecer un grupo control para estudiar el fármaco, los científicos del experimento<br />

Tuskegee ocultaron la información sobre la penicilina para continuar estudiando cómo la enfermedad se diseminaba<br />

y acababa provocando la muerte (Steinsleger, 2011). El estudio continuó hasta 1972 cuando una filtración de la<br />

prensa causó un escándalo y el Congreso de los Estados Unidos ordenó dar por finalizado el estudio, para entonces sólo<br />

setenta y cuatro de los sujetos de experimentación continuaban con vida. Veintiocho de los hombres habían muerto di-<br />

29


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

rectamente a causa de la sífilis; cien murieron por complicaciones derivadas de ella; cuarenta esposas de los sujetos de<br />

experimentación fueron infectadas; diecinueve niños contrajeron la enfermedad al nacer.<br />

Experimento de sífilis en Guatemala: realizado entre 1946 y 1948, a cargo del investigador estadounidense John Charles<br />

Cutler, funcionario de los servicios de salud pública de los Estados Unidos. El estudio, fue auspiciado por el gobierno de<br />

Estados Unidos, contempló infectar de sífilis a más de 1500 ciudadanos guatemaltecos entre enfermos psiquiátricos, presos,<br />

prostitutas, soldados, ancianos y niños huérfanos a quienes no se informó el contagio inducido de la enfermedad. El<br />

objetivo de la investigación fue evaluar drogas y químicos para probar si era posible evitar la propagación y el desarrollo<br />

de esta enfermedad. Se evidenció incluso el pago a los pacientes por parte de los médicos a fin de que tuvieran relaciones<br />

sexuales con prostitutas infectadas y a otros pacientes se les provocaba una herida en el pene para luego contaminar la<br />

herida con cultivos de treponemas a fin de que se contagiaran.<br />

Código de Belmont<br />

El experimento de Tuskegee dio un gran impulso al desarrollo de la<br />

Bioética, ya que a partir de este se dieron cuenta que no era suficiente<br />

regular la investigación con los códigos deontológicos y la<br />

Declaración de Helsinki y que unas mínimas normas de conducta<br />

debían plasmarse en una legislación, surgiendo en 1978 el Código<br />

de Belmont, también llamado Informe Belmont, donde aparecen<br />

por primera vez los que, posteriormente, van a ser universalmente<br />

conocidos como Principios Bioéticos y pautas para la protección de<br />

los seres humanos en la investigación.<br />

El Informe Belmont explica y unifica los principios éticos básicos de<br />

diferentes informes de la Comisión Nacional y las regulaciones que<br />

Sobreviviente del experimento Tuskegee<br />

30


Bioética para enfermería<br />

incorporan sus recomendaciones. Los tres principios éticos fundamentales para usar sujetos humanos en la investigación<br />

son:<br />

Respeto a las personas: protegiendo la autonomía de todas las personas y tratándolas con cortesía, respeto y teniendo<br />

en cuenta el consentimiento informado.<br />

Beneficencia: maximizar los beneficios para el proyecto de investigación mientras se minimizan los riesgos para los<br />

sujetos de la investigación, y;<br />

Justicia: usar procedimientos razonables, no explotadores y bien considerados para asegurarse que se administran<br />

correctamente (en términos de costo-beneficio).<br />

Hoy, el informe Belmont sigue siendo referencia esencial para que los investigadores y grupos que trabajan con sujetos<br />

humanos en investigación, se aseguren que los proyectos cumplen con las regulaciones éticas. Respecto a la investigación<br />

de Tunskegee, se califica a la investigación como carente de principios éticos debido a que fue llevada a cabo en una población<br />

totalmente vulnerable, racialmente discriminada y marginada, violándose varios principios bioéticos:<br />

Beneficencia: no se buscó el hacer un bien a estas personas.<br />

Autonomía: el no haber obtenido su consentimiento en base a una información adecuada y llevando a cabo actuaciones<br />

bajo engaño.<br />

Justicia: se buscó una población tan vulnerable como la de negros indigentes y enfermos, ofreciéndoles además<br />

ciertas ventajas como medio de coacción.<br />

No maleficencia: el de más categoría moral desde el juramento hipocrático, pues no administrar un tratamiento<br />

indicado es maleficente y puede llegar a ser homicidio por omisión.<br />

Código de Núremberg<br />

El Código de Núremberg recoge una serie de principios que rigen la experimentación con seres humanos, que resultó de<br />

las deliberaciones de los Juicios de Núremberg, al final de la Segunda Guerra Mundial.<br />

31


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

Específicamente, el Código responde a las deliberaciones y argumentos por las que fueron enjuiciados la jerarquía nazi y<br />

algunos médicos por el tratamiento inhumano que dieron a los prisioneros de los campos de concentración, como por<br />

ejemplo, los experimentos médicos del Dr. Josef Mengele.<br />

El Código de Núremberg fue publicado el 20 de agosto de 1947, tras la celebración de los Juicios de Núremberg (entre<br />

agosto de 1945 y octubre de 1946). En él se recogen principios orientativos de la experimentación médica en seres<br />

humanos, porque durante el juicio varios de los acusados argumentaron que los experimentos diferían poco de los llevados<br />

a cabo antes de la guerra, pues no existían leyes que categorizaran de legales o ilegales los experimentos. (Salud.,<br />

2002)<br />

En abril de 1947, el Dr. Leo Alexander sometió a consideración del Consejo para los Crímenes de Guerra seis puntos que<br />

definían la investigación médica legítima. El veredicto del juicio adoptó estos puntos y añadió cuatro más. Estos diez puntos<br />

son los que constituyen el Código de Núremberg. Entre ellos, se incluye el consentimiento informado y la ausencia de<br />

coerción, la experimentación científica fundamentada y la beneficencia del experimento para los sujetos humanos involucrados.<br />

Los diez puntos son:<br />

1. Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada<br />

debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una<br />

elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento<br />

o coerción; debe tener suficiente conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten<br />

para hacer una decisión razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto<br />

de experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines del experimento,<br />

el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y riesgos que pueden ser esperados<br />

razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que pueden posiblemente originarse de su participación en<br />

el experimento. El deber y la responsabilidad para asegurarse de la calidad del consentimiento residen en cada individuo<br />

que inicie, dirija o esté implicado en el experimento. Es un deber y responsabilidad personales que no<br />

pueden ser delegados impunemente.<br />

32


Bioética para enfermería<br />

2. El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad, no sea obtenible por<br />

otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.<br />

3. El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y de un conocimiento<br />

de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de tal forma que los resultados previos<br />

justificarán la realización del experimento.<br />

4. El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental innecesario y todo daño.<br />

5. No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori que lleve a creer el que pueda sobrevenir<br />

muerte o daño que lleve a una incapacitación, excepto, quizás, en aquellos experimentos en que los médicos experimentales<br />

sirven también como sujetos.<br />

6. El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la importancia humanitaria del<br />

problema que ha de ser resuelto con el experimento.<br />

7. Deben realizarse preparaciones propias y proveerse de facilidades adecuadas para proteger al sujeto de experimentación<br />

contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o muerte.<br />

8. El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas. Debe exigirse a través de<br />

todas las etapas del experimento el mayor grado de experiencia (pericia) y cuidado en aquellos que realizan o están<br />

implicados en dicho experimento.<br />

9. Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si ha alcanzado un estado<br />

físico o mental en que la continuación del experimento le parezca imposible.<br />

10. Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para terminarlo en cualquier<br />

fase, si tiene una razón para creer con toda probabilidad, en el ejercicio de la buena fe, que se requiere de él una<br />

destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una continuación del experimento traerá probablemente como<br />

resultado daño, discapacidad o muerte del sujeto de experimentación.<br />

33


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

Caso Terry Shiavo<br />

Theresa Marie Schiavo (3 de diciembre de 1963 – 31 de marzo de 2005), más conocida como Terry Schiavo fue una mujer<br />

estadounidense de 41 años. El 25 de febrero de 1990, a causa de un ataque cardíaco provocado probablemente por una<br />

bulimia grave y carencia de proteína en la dieta, sufrió daños cerebrales gravísimos que la dejaron en estado vegetal por<br />

15 años y 12 días, manteniéndose viva gracias a una conexión a una máquina que le suministraba alimentación intravenosa.<br />

El 25 de febrero de 1990, a las 5:30, Schiavo se desmaya en un pasillo de su apartamento. Su marido se despierta alarmado<br />

e inmediatamente llama a los servicios de urgencia y a la familia de su esposa. Terry había sufrido un infarto cardíaco y<br />

mientras esperaba la llegada de atención médica, su cerebro sufrió hipoxia. A pesar de los esfuerzos realizados para<br />

reanimarla, estos fueron totalmente infructuosos, ya que había entrado en un estado de coma.<br />

Para mantenerla con vida, la mujer fue conectada a un ventilador mecánico, se le practicó una traqueotomía y una<br />

endoscopia gástrica percutánea (PEG), la que mediante una bomba la mantendría nutrida e hidratada. Dos meses y medio<br />

después, Schiavo salió del coma en el hospital Humana Northside; sin embargo, nunca recobró la conciencia, ni tampoco<br />

mostró signo alguno de funciones corticales mayores (Steinsleger, 2011).<br />

El caso de Terry abrió un acalorado debate sobre temas como la eutanasia, la bioética, tutela legal, federalismo, y los derechos<br />

civiles en su país. Su caso ha enfrentado a partidarios y detractores de la eutanasia, y llevó a Bush a promulgar una<br />

ley contradiciendo los dictámenes judiciales. Finalmente Terry muere.<br />

Se presentó un dilema ético sobre la privación del mínimo sustento a un ser humano. Terry Schiavo murió de inanición y<br />

deshidratada en Florida, tras 13 días sin recibir alimentación luego que fuera retirado el aporte por orden judicial. La privación<br />

de alimento había sido solicitada de forma insistente a lo largo de 12 años por su marido. Los padres de Terry, en<br />

cambio, insistieron a lo largo de este tiempo en cuidar a su hija, manteniéndole la comida y la hidratación.<br />

34


Bioética para enfermería<br />

Expresando los sentimientos de los padres, Frank Pavone, uno de los consejeros<br />

espirituales de la familia de Terry, calificó la muerte de "asesinato".<br />

"No solo sentimos dolor por la muerte de Terry. Sentimos pesar por el<br />

hecho de que nuestra nación haya permitido tal atrocidad y rezamos para<br />

que no ocurra nunca más." El juez local, George W. Greer, apoyó al marido<br />

autorizando la retirada de la sonda de alimentación y condenando así a Terry<br />

a una muerte segura.<br />

A lo largo de los siete años de batalla legal, los tribunales federales han rechazado<br />

de manera reiterada los intentos de mantener la alimentación e<br />

hidratación a Terry Schiavo, siendo recurridas las decisiones una y otra vez<br />

por quienes apoyaban a los padres. Entre estos últimos se hallaba el Congreso<br />

de la Nación, el propio presidente Bush y su hermano Jeb, gobernador<br />

del estado de Florida.<br />

Según los partidarios de la postura de los padres de Terry, entre ellos la<br />

Iglesia Católica, afirman que retirar el sustento de comida y agua va en contra<br />

de los principios morales más elementales.<br />

En el proceso legal participaron alrededor de 40 jueces en seis tribunales<br />

diversos. El Tribunal Supremo de la Nación declinó intervenir en seis ocasiones.<br />

Cuando la vida de Schiavo se debilitaba, el Congreso aprobó un proyecto<br />

de ley para permitir que los tribunales federales se ocuparan del caso,<br />

y el Presidente Bush lo firmó. Sin embargo, los tribunales federales no quisieron<br />

abordarlo.<br />

35


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

Caso Karen Ann Quinlan<br />

Karen Ann Quinlan (nacida el 29 de marzo de 1954 en Scranton, Pennsylvania, Estados Unidos, fallece el 11 de junio de<br />

1985 en Nueva Jersey, EEUU). La joven estadounidense cayó en coma por consecuencia de la ingestión de alcohol y barbitúricos,<br />

a los 21 años de edad, sufriendo un daño cerebral irreversible. Fue mantenida con vida en forma artificial hasta<br />

1985, después de un largo proceso legal iniciado por sus padres para permitirle morir. Su caso abrió un debate sobre la<br />

eutanasia, y aportó preguntas importantes en cuestiones como bioética, y derechos<br />

civiles.<br />

En abril de 1975, la joven Karen A. Quinlan comenzó una dieta estricta para poder<br />

usar un vestido que había comprado recientemente para lucir en una fiesta. El 15<br />

de abril, no habiendo comido nada, excepto unas rebanadas de pan, en un período<br />

de 48 horas, asistió a una fiesta en casa de un amigo. En la fiesta, consumió una<br />

sobredosis alcohol y Valium© (diazepam, tranquilizante), Quinlan dijo a sus amigos<br />

que se sentía mareada y fue a recostarse en la cama de su amigo. Más tarde fue<br />

encontrada por los asistentes a la fiesta, inconsciente y sin respirar. Fue llevada de<br />

urgencia a un hospital, donde se le diagnosticó de anoxia prolongada por falla del<br />

sistema autónomo y carencia respiratoria; fue puesta en un respirador artificial en<br />

el hospital. Sin embargo, el daño cerebral era tal que quedó en estado vegetativo.<br />

No se precisó la causa de la falla respiratoria, aunque su madre dijo que el diagnóstico<br />

médico fue que se quedó dormida o inconsciente, y que se ahogó con su<br />

propio vómito. Esto también pudo haber sucedido por la combinación de alcohol,<br />

barbitúricos y la autoimpuesta privación de comida.<br />

Después de algunos meses, sus padres solicitaron que fuera retirada del respirador que la mantenía viva, pero el personal<br />

hospitalario se negó. En 1976, los Quinlan llevaron su caso a la Corte Suprema de Nueva Jersey, que autorizó la decisión<br />

36


Bioética para enfermería<br />

de los padres; cuando fue quitada del respirador, Quinlan sorprendió al mundo porque continuó respirando de forma no<br />

asistida, alimentando la remota posibilidad de recuperación, siendo alimentada artificialmente por nueve años más. Vivió<br />

en estado vegetativo persistente hasta su muerte por neumonía en 1985; pesaba apenas 36 kilos.<br />

Su caso abrió el debate a la pregunta sobre la licitud moral del rechazo o limitación de ciertas intervenciones médicas en<br />

el estado actual de desarrollo tecnológico, atrayendo el interés de la opinión pública hacia este problema, poniendo de<br />

manifiesto la necesidad de identificar los criterios morales que legitiman las decisiones de limitar terapias médicas en<br />

determinadas circunstancias y sobre el consumo de medicamentos en forma no medicada.<br />

Este caso fue relevante debido a que, a raíz de la sentencia judicial, se constituyeron por primera vez en la historia los<br />

Comités de Ética Hospitalaria.<br />

Caso Baby Doe<br />

El 9 de Abril de 1982 en Bloomington, Indiana nació un niño con poli patología (síndrome de Down, fístula traqueoesofágica<br />

y atresia esofágica). En este caso una temprana operación habría tenido más de un 90% de posibilidades de<br />

éxito, lo cual fue corroborado por su médico de la familia y su pediatra, sin embargo, el obstetra de referencia Walter<br />

Owens, minimizó este hecho cuando discutió el tema con los padres, y enfatizó en su asesoría médica los problemas del<br />

síndrome de Down. Los padres decidieron no permitir la operación. Para el caso público el niño se denominó “Baby Doe”<br />

(Gary & Lang, 1985). Los administradores del hospital y los pediatras no estuvieron de acuerdo con la decisión de los padres<br />

e inmediatamente convocaron una reunión de emergencia con un juez, John Baker. Owens, cuando testificó en esta<br />

audiencia, repitió su pronóstico: Incluso si la cirugía fuese exitosa, “la posibilidad de una calidad de vida medianamente<br />

adecuada es inexistente debido al severo e irreversible retardo mental del niño”. El padre de Baby Doe, quien era profesor<br />

de una escuela pública y ocasionalmente trabajó de cerca con niños con Síndrome de Down, testificó que él estaba de<br />

acuerdo con Owens y sentía que aquellos niños nunca lograban “una calidad de vida meramente aceptable”. Cabe destacar<br />

que esta audiencia se sostuvo tarde por la noche en un cuarto del hospital sin registros, y que el Juez Baker no designó<br />

37


Capítulo 2. Surgimiento de la bioética<br />

un tutor para Baby Doe. Baker determinó que los padres tenían el derecho de tomar la decisión con respecto de tratar o<br />

no tratar al niño (Reculé, 2007).<br />

El abogado del distrito intervino y apeló tal decisión a la Corte del Condado, y luego de perder, apeló a la Corte Suprema<br />

de Indiana. Ambas apelaciones fallaron y cada una de ellas otorgó la jurisdicción a los padres. Luego se apeló a la Corte<br />

Suprema federal de los Estados Unidos para una intervención de emergencia, pero Baby Doe murió a los 6 días de edad,<br />

antes de llegar el caso.<br />

El 30 de Abril la Secretaría de Servicios Humanos y de Salud prohibió la discriminación en contra de los discapacitados en<br />

casos futuros. Subsecuentemente, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (DHHS) dictaminó<br />

que es ilegal y discriminatorio suspender la alimentación o el soporte médico de pacientes nacidos discapacitados<br />

(Medicine, 1984). Este mandato se basó en la sección 504 del Acta de Rehabilitación de 1973, que estipula que: Ningún<br />

individuo calificado como discapacitado debería, sólo por la razón de su discapacidad, ser excluido de participar, prescindir<br />

de beneficios, o ser sujeto de discriminación en cualquier programa o actividad que reciba asistencia financiera federal.<br />

En 1984, se aprueba una Ley, conocida como “The Baby Doe Rules”, que condena como abuso negligencia, más que como<br />

discriminación, la no aplicación del tratamiento médico indicado a un niño, cualquiera sea su condición, salvo en los casos<br />

de coma irreversible, inutilidad del propio tratamiento o cuando su aplicación sólo postergue indebidamente la muerte<br />

(Reculé, 2007).<br />

38


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 3<br />

Comité de Ética Clínica, de<br />

Investigación y de Bioética<br />

Introducción<br />

Los Comités de Ética Asistencial y los Comités de Ética de la Investigación tienen roles o funciones específicas, de ahí que<br />

también pueden tener diferentes repercusiones a nivel jurídico. Los primeros son básicamente instancias de consulta que<br />

emiten informes orientadores para quien los solicita: médicos, enfermeras, jefes de servicio o pacientes. Los Comités de<br />

Ética de la Investigación, por el contrario, tienen una función diferente, pues autorizan y hacen seguimiento de los proyectos<br />

de investigación que se realizan en seres humanos. Sus resoluciones tienen carácter vinculante que obliga a la institución<br />

en la que se pretende realizar la investigación (Gracia, Bioética Clínica, 2002).<br />

Comités de ética asistencial<br />

Son grupos multidisciplinarios que se ocupan de las consultas, estudio, consejo y docencia frente a los dilemas éticos que<br />

surgen en la práctica de la atención médica hospitalaria. Se constituyen así en instancias o espacios de reflexión que buscan<br />

apoyar y orientar metódicamente, tanto a profesionales como a pacientes en sus propias perspectivas. Surgen en los<br />

hospitales como respuesta a viejos y nuevos problemas morales de salud (Cantú, 2010). Las funciones incluyen:<br />

1. Analizar, asesorar y facilitar el proceso de toma de decisiones clínicas en las situaciones que creen conflictos éticos<br />

entre sus intervinientes: el personal sanitario, los pacientes o usuarios, las familias y las Instituciones.<br />

2. Colaborar en la formación en bioética de los profesionales del hospital y del área de salud, y muy en particular en la<br />

de los miembros del Comité.<br />

3. Proponer a la institución los protocolos de actuación para las situaciones en que surgen conflictos éticos y que se<br />

presentan de manera reiterada u ocasional.<br />

39


Capítulo 3. Comités de ética médica, de investigación y de bioética<br />

Comités de ética de investigación<br />

Son organismos independientes conformados por grupos de personas de elevada calidad y científica, ética y humana que<br />

tiene como principal responsabilidad revisar y aprobar protocolos para el ejercicio de procedimientos médicos y de investigación<br />

biomédica y de esta manera salvaguardar los derechos, seguridad y bienestar de las personas. (Cantú, 2010).<br />

Las investigaciones biomédicas deben cumplir con los códigos<br />

internacionales y nacionales que sean vinculantes. Esto<br />

quiere decir que son de cumplimiento obligatorio, ya sea<br />

porque Ecuador es país firmante de esos pactos o convenios<br />

internacionales, o porque Ecuador norme para su realidad.<br />

Los Comités de Ética de Investigación deben ponderar los<br />

aspectos metodológicos, éticos y legales del protocolo de<br />

investigación clínica propuesto, así como el balance de riesgos<br />

y beneficios. Para ello:<br />

1. Deberá evaluar la idoneidad del protocolo en relación<br />

con los objetivos del estudio y la justificación de los riesgos<br />

y molestias previsibles en función de los beneficios<br />

que se esperan para los sujetos y la sociedad.<br />

2. Evaluará la idoneidad del equipo investigador para la realización del estudio, teniendo en cuenta su experiencia y<br />

capacidad investigadora en función de sus obligaciones asistenciales y de otros posibles compromisos con otros protocolos<br />

de investigación previamente adquiridos.<br />

3. Valorará también la información escrita sobre las características del ensayo que se dará a los posibles sujetos de la<br />

investigación, o a sus representantes legales, la forma en que se proporcionará dicha información y el tipo de consentimiento<br />

que se pretende obtener del sujeto (escrito o verbal ante testigos).<br />

40


41<br />

Bioética para enfermería<br />

4. Comprobará la previsión de la compensación y del tratamiento que se ofrecerá a los sujetos participantes en caso de<br />

lesión o muerte atribuibles al ensayo clínico y del seguro o indemnización para cubrir las posibles responsabilidades<br />

tanto del promotor como del investigador.<br />

5. Conocerá y evaluará la compensación económica que el promotor ofrecerá a los investigadores y a los sujetos de la<br />

investigación por su participación en la misma.<br />

6. Realizará el seguimiento del ensayo clínico desde su inicio hasta la recepción del informe final. Facilitar el dictamen<br />

único en los ensayos multicéntricos.<br />

7. Coordinar con las Comunidades Autónomas el desarrollo de un sistema informático de comunicación entre Comités<br />

Éticos de Investigación Clínica.<br />

8. Gestionar la base de datos de ensayos clínicos de la red nacional de Comités Éticos de Investigación Clínica.<br />

9. Promover criterios de evaluación comunes en los Comités Éticos de Investigación Clínica.<br />

10. Promover la formación de los miembros de los Comités Éticos de Investigación Clínica.<br />

11. Promover foros de debate entre Comités Éticos de Investigación Clínica.<br />

12. Actuar como punto de contacto para proporcionar información sobre el funcionamiento de la red nacional de Comités<br />

Éticos de Investigación Clínica.<br />

13. Proporcionar asesoramiento a los Comités Éticos de Investigación Clínica en cuestiones de procedimiento.<br />

Comité de bioética<br />

Son grupos transdisciplinarios que se ocupan de las consultas, estudio, investigación, consejo y docencia frente a los dilemas<br />

éticos que surgen en la práctica clínica. En ellos la competencia y la valoración médica y ética se confronta y se integra<br />

en un contexto pluralista tutelando el bien de los pacientes y el actuar ético y responsable de los profesionales de la<br />

salud. Su misión es reinstaurar la visión antropológica de la medicina y la unidad del saber, en tanto unen conocimientos<br />

científicos y criterios éticos-filosóficos (Tarasco, 2007).<br />

El Comité de bioética, mejora el proceso de toma de decisiones y responde a las nuevas problemáticas que surgen tales<br />

como el consentimiento informado, tratamientos a los neonatos discapacitados graves, decisiones de no-reanimación,


Capítulo 3. Comités de ética médica, de investigación y de bioética<br />

rechazo a tratamientos para mantener la vida, experimentación de fármacos, uso de placebos, trasplantes, suspensión de<br />

diálisis, información dada al paciente, entre otros. Es esencial que el Comité cumpla con su misión de resolver los dilemas<br />

éticos, para favorecer la relación médico paciente, volviéndola terapéutica y sanadora y concientizando al hospital del<br />

modo ético de actuar en salud, centrado en el servicio al paciente. Los comités de bioética alcanzan su máxima efectividad<br />

cuando se incorporan por ley al ámbito oficial para así garantizárseles una estabilidad y legitimidad que afianza notablemente<br />

su relevancia. Muy probablemente los comités alcanzarán ese objetivo cuando cumplan tres prerrequisitos: en<br />

primer lugar, respeto a los derechos humanos y defensa y apoyo a la libertad de las personas, en particular de pacientes<br />

vulnerables y voluntarios que participan en ensayos de investigación clínica, principalmente en beneficio de futuros pacientes;<br />

en segundo lugar, reconocimiento de la dignidad de pacientes y de las personas, sanas o enfermas, que participan<br />

en ensayos de investigación biológica/biomédica, conductual y epidemiológica, y en tercer lugar, respaldo de programas<br />

educativos de bioética dirigidos a presidentes y miembros, actuales y futuros, de las diferentes formas de comités<br />

de bioética (Abizanda & García, 2007).<br />

Para lograr la humanización del hospital, el comité deberá sostener una actitud ética frente a los avances de la biotecnología,<br />

para que esta ni sustituya la relación médico paciente, ni falte cuando su aplicación sea insustituible. El comité contribuirá<br />

a resolver los dilemas éticos y a promover la sensibilidad ética de los profesionales de la salud, favoreciendo,<br />

además, la formación de toda la comunidad hospitalaria en bioética.<br />

Comités normativos y/o consultivos<br />

En general, los comités normativos y/o consultivos carecen de poder político; por ello, participan en actividades para informar<br />

y persuadir a funcionarios gubernamentales y al público. Cuando ese tipo de comité lo establece un Estado , se le<br />

encarga asesorar al jefe de estado y a funcionarios públicos, en particular a ministros de ciencia y tecnología y a su personal,<br />

acerca de cuestiones de bioética, en especial de las que posiblemente exigirán la formulación de nuevas políticas gubernamentales.<br />

Esos comités fungen como tribunas de deliberación en asuntos generales de bioética y sobre determinados<br />

problemas derivado de los adelantos de las ciencias biológicas/biomédicas y conductuales y de la biotecnología.<br />

42


43<br />

Bioética para enfermería<br />

Asimismo, suelen concentrarse en cuestiones de bioética emergentes o que pronto serán objeto de la atención de los<br />

medios de comunicación y del público.<br />

Algunos comités nacionales se ocupan exclusivamente de cuestiones de bioética resultantes de actividades de planificación<br />

y de ensayos clínicos donde participan seres humanos, quienes, tras haber consentido en participar en un estudio<br />

dado, merecen y con frecuencia reciben la protección de su gobierno contra daños graves, en especial si son voluntarios,<br />

sanos o enfermos. Por lo general, tal protección adopta la forma de reglamentación de procedimientos de investigación.<br />

(Pérez, 2002)<br />

Comités de asociaciones de profesionales de la salud<br />

En casi todos los Estados, los profesionales científicos y de la salud, al igual que otros, han establecido asociaciones con la<br />

finalidad de impulsar y defender los intereses de su profesión. Los dirigentes de esas asociaciones nacionales por lo general<br />

siguen procedimientos previamente adoptados para admitir nuevas solicitudes de adhesión, que normalmente requieren<br />

la presentación de documentos relevantes, tales como títulos de postgrado. Los dirigentes de los comités de bioética<br />

de asociaciones de profesionales de la salud (médicos, enfermeros, farmacéuticos y profesionales afines) han observado<br />

que cada vez con mayor frecuencia sus miembros se ven obligados a abordar un creciente número de cuestiones de bioética,<br />

algunas de las cuales han atraído considerable atención del público. (Hernández, Bioética General, 2002)<br />

Con la globalización, que ha reducido la separación entre los países del mundo, una cuestión de bioética, aun en el caso<br />

de un solo paciente, en un Estado puede disparar fácilmente el debate en todo el mundo en cuestión de días o incluso<br />

horas a través de la televisión y de Internet. Por tanto, los comités de asociaciones de profesionales de la salud frecuentemente<br />

han optado por crear subcomités cuya función consiste en ocuparse de asuntos de bioética, elaborar informes,<br />

presentarlos al comité en pleno para su análisis y aprobación y para su futura deliberación y autorización.<br />

Por lo general, el presidente de ese tipo de comité nombra a los miembros de los subcomités, integrados por entre cinco<br />

y doce personas. (Montero & Morlans, 2008).


Capítulo 3. Comités de ética médica, de investigación y de bioética<br />

La mayoría de los comités de bioética incluyen unos cuantos miembros que carecen de formación expresa en la especialidad<br />

que define al grupo, pero representan intereses afines. Los miembros usualmente desempeñan su cargo un promedio<br />

de cuatro años, pero en general no se sigue una norma determinada para<br />

establecer la duración de su mandato. Al igual que la mayoría de los comités<br />

de bioética, los comités de asociaciones de profesionales de la salud suelen<br />

reunirse cada mes o dos meses, más no de manera ocasional. A menudo, dichos<br />

comités celebran también conferencias anuales, así como talleres y seminarios<br />

periódicos sobre cuestiones de bioética planteadas a la profesión, a<br />

los que en ocasiones se invita a consultores externos a compartir sus perspectivas.<br />

Por otra parte, los comités de asociaciones de profesionales de la salud<br />

elaboran y distribuyen publicaciones, documentos especializados y declaraciones sumarias (a veces consensuadas) sobre<br />

diversos temas y cuestiones de bioética. (Tarasco M. , 2007).<br />

Por último, dichos comités suelen adoptar y divulgar normas éticas dirigidas a todos sus miembros, tarea compleja y prolongada<br />

que puede exigir consultar a diversos expertos, incluso a especialistas en ética organizacional porque las normas<br />

éticas de una profesión afectan a todos los miembros de una asociación dada. Debido en parte a la homogeneidad de la<br />

mayoría de los comités de asociaciones de profesionales de la salud y a que se integran esencialmente con expertos de<br />

una misma profesión, esa modalidad de comité y las cuestiones de bioética específicas que les ocupan son menos conocidas;<br />

más aún, se ignora en qué medida influyen esos comités en sus miembros. De ahí que se pueda afirmar la pertinencia<br />

de no posponer más la realización de un estudio cuidadoso de esos comités nacionales en lo relativo a sus actividades en<br />

materia de bioética. Sin embargo, resulta evidente que los comités de asociaciones de profesionales de la salud se esfuerzan<br />

por analizar las cuestiones de bioética que enfrentan sus miembros, pero por razones de efectividad, además de prestar<br />

mayor atención a cuestiones sustantivas en esa materia como todo tipo de comité de bioética, deberán atender mejor<br />

sus propios procedimientos y políticas. (Gracia, 2008).<br />

44


Bioética para enfermería<br />

En la realidad ecuatoriana en varios hospitales comenzaron a funcionar como Comités integrados tratando de cumplir<br />

con varios tipos de funciones a nivel consultiva, educativa y normativa. Al momento por la normativa nacional y específicamente<br />

por el trabajo desplegado en el Ministerio de Salud Pública están integrados y funcionando en algunas instituciones<br />

de salud los Comités de Ética Asistenciales para la Salud (CEAS) y los Comités de Investigación con funciones y reglamentación<br />

específica.<br />

El Comité cual sea su nombre debe tener la calidad moral para entender al paciente como un ser humano respetando su<br />

dignidad, sensibilidad, dolor, minusvalía, necesidades, sentimientos y junto a él considerar en todo momento a la familia.<br />

La autoridad del comité es moral, pero tendrá fuerza moral en la medida en que se acredite por su trabajo, por el tiempo<br />

de funcionamiento, capacitación, cuantificación de su actividad, casos resueltos.<br />

45


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 4<br />

Metodología de análisis<br />

de casos clínicos<br />

Definición de problema ético-clínico y modelo de análisis según Paulina Taboada<br />

La complejidad de la medicina moderna hace que la toma de decisiones clínicas no siempre sea fácil. Es así como, además<br />

de las dudas netamente técnicas, en ocasiones pueden surgir dudas éticas,<br />

como por ejemplo, cuando no queda claro si las cargas (físicas, psicológicas,<br />

espirituales o económicas) impuestas por determinado tratamiento, son o no<br />

proporcionadas a los resultados esperados, cuando se plantean conflictos de<br />

valores, cuando el paciente no tiene la capacidad de participar en la toma de<br />

decisiones o se tienen dudas de ello, etcétera. Podemos hablar en estos casos<br />

de verdaderos problemas éticos que nos plantea el ejercicio de la medicina<br />

contemporánea y que son distintos a los problemas netamente técnicos que<br />

también nos plantea.<br />

En un trabajo publicado hace ya varios años en el Archives of Internal Medicine<br />

(publicado en las páginas 1063 y 1064 del volumen 141 correspondiente al<br />

año 1981), Bernard lo define operacionalmente un problema ético-clínico como una "dificultad en la toma de decisiones<br />

frente a un paciente, en cuya resolución es necesario referirse a valores o principios que especifiquen lo que debe ser<br />

hecho en oposición a lo que simplemente puede ser hecho o frecuentemente se hace". A pesar de sus limitaciones, esta<br />

clásica definición de lo tiene el mérito de explicitar que un médico se ve enfrentado a un problema de naturaleza ética<br />

cada vez que en su práctica clínica se le plantea la pregunta por el deber ser de sus actos, en oposición al simple poder<br />

47


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

hacer. Otro aporte de esta definición es la mención de la clave que nos revela la salida de estas situaciones de conflicto: la<br />

referencia a valores o principios éticos. Sin embargo, es justamente esta parte de la definición la que con mayor frecuencia<br />

nos plantea dificultades a los clínicos. Se mencionan aquí valores o principios éticos: ¿Cuáles y cuántos son? ¿Existen<br />

valores éticos que puedan ser aceptados por todos o estos principios son relativos a las distintas culturas, lugares y momentos<br />

históricos? ¿Admiten los problemas ético-clínicos un análisis racional o caen más bien en el campo de lo emocional<br />

y netamente subjetivo?<br />

Dado que en el contexto de estas breves líneas no es posible dar una respuesta cabal a las complejas preguntas relacionadas<br />

con el carácter objetivo o relativo de la ética, y sin pretender negar la importancia y el interés que reviste el dar una<br />

respuesta satisfactoria a estas preguntas, me limitaré a proponer aquí una metodología que nos ha permitido introducir<br />

cierta racionalidad en el análisis de los problemas ético-clínicos.<br />

Método de análisis: la pauta que utilizan en el Hospital Clínico de la Universidad Católica de Chile para el análisis y resolución<br />

de los problemas ético-clínicos consta de las siguientes etapas:<br />

Cuadro 1. Etapas del análisis ético-clínico.<br />

Identificación y descripción del (los) problema(s)<br />

ético-clínico(s).<br />

1<br />

2<br />

Referencia a principios de Ética Clínica involucrados.<br />

- Descripción operacional.<br />

- Referencia a nociones básicas de Ética Clínica involucradas (ejemplo:<br />

enfermo terminal, competencia, etcétera)<br />

- Identificación de objeto, fin y circunstancias del (los) acto (s).<br />

- Principio de no-maleficencia<br />

- Principio de beneficencia<br />

- Principio de autonomía.<br />

- Principio de confidencialidad.<br />

- Principio de justicia.<br />

48


Bioética para enfermería<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

Análisis de la información clínica éticamente<br />

relevante.<br />

Evaluación de alternativas de acción y sus<br />

resultados.<br />

- Certeza del (los) diagnóstico(s).<br />

- Pronóstico de sobrevida.<br />

- Competencia del paciente.<br />

- Red de apoyo social.<br />

- Beneficios y riesgos de las alternativas:<br />

- Morbilidad.<br />

- Mortalidad.<br />

- Costos: físicos, psicológicos, económicos y espirituales.<br />

Resolución del problema. - ¿Quién debe decidir?<br />

- ¿Qué aspecto de la decisión cae directamente bajo la responsabilidad<br />

médica?<br />

- Competencia o capacidad del paciente y/o sus familiares para<br />

participar activamente en el proceso de toma de decisiones.<br />

Implementación práctica de la solución. - ¿Quién?<br />

- ¿Cuándo?<br />

- ¿Cómo?<br />

Identificación y descripción del problema ético-clínico: como en todo ámbito de la vida, la primera condición para resolver<br />

adecuadamente un problema es haberlo identificado con la suficiente claridad. En el caso que nos ocupa, el de los<br />

problemas ético-clínicos, aconsejamos formular las correspondientes preguntas de un modo operacional, que permita dar<br />

respuestas precisas. Así, por ejemplo, el planteamiento de un problema ético-clínico muy frecuente en la práctica de la<br />

Medicina Interna es el siguiente: ¿Es moralmente lícito limitar la terapia X a este paciente? ¿Debo comunicar el diagnóstico<br />

de cáncer y su correspondiente pronóstico a un paciente? ¿Puedo hacer este procedimiento diagnóstico sin informar al<br />

paciente de sus posibles riesgos?<br />

49


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

Referencia explícita a los principios éticos involucrados: se trata de identificar aquellas verdades prácticas comunes,<br />

reconocidas por los distintos códigos de ética médica, que están en juego o que han entrado en conflicto, generando<br />

una dificultad en la toma de decisiones médicas, como por ejemplo:<br />

- Respeto a la vida humana.<br />

- Principio de beneficencia y no maleficencia.<br />

- Confidencialidad.<br />

- Derecho y deber de informar.<br />

- Respeto a la autonomía del paciente.<br />

Recopilación de la información clínica éticamente relevante: aunque el razonamiento ético es, por su misma naturaleza,<br />

distinto del que utilizan las ciencias empíricas, de modo que no es posible derivar el deber ser (ético) de una simple<br />

probabilidad estadística, todo análisis de un problema ético-clínico que aspire a ser realista ha de estar fundado en<br />

datos clínicos objetivos. En este contexto, la aplicación de las reglas formales de inferencia propuestas por la Medicina<br />

Basada en Evidencias puede resultar de mucha utilidad, preparando el terreno para una "ética basada en evidencias".<br />

En este sentido interesan particularmente:<br />

- La certeza del diagnóstico.<br />

- El pronóstico de sobrevida.<br />

- La determinación de la competencia del paciente.<br />

- La consideración de los aspectos económicos y sociales relevantes (red de apoyo social).<br />

Evaluación de las alternativas de acción: es necesario evaluar su correspondiente:<br />

- Morbilidad.<br />

- Mortalidad.<br />

- Costos económicos.<br />

50


Bioética para enfermería<br />

Resolución del problema: una adecuada formulación del problema ético-clínico realizada en la primera etapa del análisis<br />

constituye la base para la efectiva resolución del dilema planteado. En esta etapa es importante determinar quién<br />

es la persona que debe decidir, así como cuáles son los aspectos de la decisión que caen directamente bajo la responsabilidad<br />

médica. Aquí influye, sin duda, la capacidad que tengan el paciente o sus familiares para participar activamente<br />

en el proceso de toma de decisiones (determinación de competencia, tratada en otro artículo de esta monografía).<br />

Implementación práctica de la solución propuesta: dado que las circunstancias representan uno de los elementos<br />

que determinan la moralidad de nuestros actos, es importante buscar también el mejor modo de poner en práctica la<br />

solución propuesta al problema, prestando atención al Cuándo, Cómo y Quién.<br />

Metodología del análisis ético-clínico según Diego Gracia<br />

Analice detenidamente todos los posibles<br />

problemas del caso<br />

- Problemas de salud física o psíquica (diagnósticos, tratamiento,<br />

cuidados necesarios a corto, mediano y largo plazo, pronóstico,<br />

calidad objetiva de vida...).<br />

- Problemas psicológicos o emocionales (capacidad y competencia<br />

de los participantes en la toma de decisiones).<br />

1<br />

- Problemas en la relación médico paciente ( información al paciente<br />

en calidad y cantidad)<br />

- Preferencias del paciente; confidencialidad, participación de los<br />

familiares y amigos; participación de los profesionales de la salud<br />

involucrados).<br />

- Problemas socio-económicos (recursos, estructura familiar, nivel<br />

cultural; recursos del hospital).<br />

- Problemas legales reales o potenciales.<br />

51


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

Trate de identificar los problemas éticos. - Defina cada uno por separado.<br />

- Señale si existe relación de dependencia entre ellos.<br />

- Señale si existen conflictos de intereses entre los distintos problemas<br />

éticos.<br />

Análisis de la información clínica éticamente<br />

relevante.<br />

Establezca una lista de todos los principios<br />

éticos implicados.<br />

Justificación del curso de acción seleccionado.<br />

Contraste cada una de las soluciones propuestas<br />

posibles con el sistema de referencia.<br />

7<br />

Tome la decisión final.<br />

- Si hay conflicto entre ellos.<br />

- Principio prima facie.<br />

- Evalúe como están implicados cada uno de los principios en cada<br />

posible curso de acción.<br />

- Analice cuáles está claramente respetados y cuáles están potencial<br />

o realmente amenazados.<br />

- Establezca una lista de todos los cursos posibles de acción para<br />

resolver los problemas.<br />

- Revise todas las consecuencias de cada curso de acción posible y<br />

distinga si son subjetivas u objetivas.<br />

- Aquella que respete mejor el sistema de referencia será la más<br />

aceptable racionalmente.<br />

- Si la posible solución respeta el nivel de los principios será además<br />

la más buena y la más correcta.<br />

- Si la posible solución no respeta el nivel de los principios en función<br />

de las consecuencias, se habrá escogido el mal menor y ello<br />

constituirá una excepción, pero es su obligación justificarla detallada<br />

y convincentemente.<br />

52


Bioética para enfermería<br />

Ejercicios de análisis<br />

Caso clínico 1<br />

Descripción del caso<br />

Paciente de 47 años de edad es llevada al médico por presentar un cuadro abrupto de dolor<br />

intenso de cabeza, sed y decaimiento general. El profesional, tras examinar a la paciente y<br />

realizar exámenes complementarios, diagnostica cefalea tensional y aplica el tratamiento a<br />

base a analgésicos y reposo. Un día más tarde la familia vuelve al médico porque persisten los<br />

síntomas. En esta ocasión el diagnóstico es de enfermedad cerebro vascular. Llega con Glasgow<br />

de 13, agitada, requiere ingreso al servicio de urgencias. La valoración y el manejo se<br />

ejecutan con gran lentitud, no se realiza TAC; enseguida se administra oxígeno, se hidrata y se<br />

le mantiene en observación. La paciente, con el paso de las horas se deteriora neurológicamente,<br />

entra en inconsciencia y recién al día siguiente, al efectuar controles hematológicos se<br />

confirma una glicemia de 450 mg. El médico indica que la señora está haciendo un debut diabético<br />

pero su condición está muy deteriorada, presenta insuficiencia respiratoria y es intubada,<br />

no se informa nada concreto a la familia y reina la angustia y la desesperación. Al entrar<br />

al servicio de urgencias su esposo, encuentra a la señora muy mal, no reconoce, no responde<br />

a estímulos y respira con extrema dificultad, por lo que solicita nuevamente la presencia del<br />

médico quien acude horas más tarde, examina a la señora y comunica a la familia que se encuentra<br />

mal y que no hay nada que hacer, escribe una nota en la historia clínica y abandona la<br />

clínica. Ante el mal estado de la paciente, el esposo solicita atención por parte de las enfermeras<br />

para que al menos le ayuden en algo, a la vez que contacta con un amigo médico el<br />

cual le indica que le traslade a un hospital público; al llegar la paciente, constatan cetoacidosis,<br />

hemorragia subaracnoidea por hipertensión e insuficiencia respiratoria, lamentablemente<br />

hace paro respiratorio a las cuatro horas de su llegada y muere. La familia indignada y aunque<br />

de pocos recursos económicos denunciaron al médico responsable de la situación, sin embar-<br />

53


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

go no recibió ninguna sanción.<br />

Problemas clínicos - Existió error en el diagnóstico inicial y seguimiento del caso.<br />

- Falta de información de forma adecuada y oportuna.<br />

- Error del médico al no consultar con otros especialistas ante las complicaciones que se<br />

fueron presentando.<br />

- Orden de no asistencia.<br />

- Derecho de la familia de buscar otra atención.<br />

- - Denuncia de mala práctica.<br />

Problemas éticos En este caso se observa que el médico da un diagnóstico y tratamiento en la primera y segunda<br />

consulta, cuando la situación se complica con la enfermedad cerebro vascular, la cetoacidosis<br />

diabética y la insuficiencia respiratoria no se actúa oportuna ni correctamente, incluso<br />

cuando indica la necesidad de intubación; el problema se agudiza, no se sabe si el médico se<br />

dio cuenta de que la situación era realmente compleja y que en su centro asistencial no se<br />

contaba con todos los recursos necesarios. En esta situación están involucrados varios principios<br />

éticos y derechos del paciente:<br />

- Principio de no maleficencia: diagnostico y tratamientos adecuados desde el principio del<br />

caso.<br />

- Principio de Beneficencia (competencia): consultar a otros especialistas ante problemas<br />

que no puede resolver.<br />

- Principio de autonomía (consentimiento informado y veracidad): el esposo como representante<br />

legal estaba en todo el derecho de solicitar otro especialista o llevarle a otra institución<br />

a tiempo, si se le hubiera dicho la situación real.<br />

- Derecho de no abandono: orden de no asistencia en la historia clínica.<br />

Circunstancias<br />

Es evidente que el médico y su centro no estaba preparado para brindar atención a una paciente<br />

de alta complejidad y manejar las complicaciones que se dieron y por esta misma<br />

razón no se dio la información adecuada a los familiares y se terminó por abandonar a la pa-<br />

54


Bioética para enfermería<br />

Posibles cursos de<br />

acción<br />

Toma de decisión<br />

ciente.<br />

- Aceptación por parte del médico de consultar a otros especialistas.<br />

- Avisar a la familia de las complicaciones a tiempo y dar alternativas.<br />

- Ante la solicitud del esposo de atención por parte de las enfermeras, podrían haberle informado<br />

la orden de no atención por parte del médico.<br />

- Denuncia legal del caso.<br />

1. Al reconocer el médico su incapacidad para resolver los problemas (Principio de Beneficencia)<br />

se da a la familia la oportunidad de trasladar a la paciente a otro centro de atención<br />

(Principio de autonomía).<br />

2. Al poner la orden de no atención en la historia clínica, (abandono) el médico daba por<br />

hecho de que se trataba de un caso terminal, lo cual no era así.<br />

3. Está por demás evidenciada la incompetencia del médico para tratar las complicaciones<br />

que surgieron en la evolución del caso, sin embargo, al ser denunciado, no recibió sanción<br />

alguna lamentablemente.<br />

4. En mi caso como enfermera miembro del equipo de salud resulta doloroso ver como cada<br />

día se presentan este tipo de situaciones, tanto a nivel privado como público y como lamentablemente<br />

algunos profesionales trabajan sin conciencia ética, responsabilidad<br />

humana y visión social, es duro reconocer, pero prima la súper–especialización, la burocratización,<br />

la deshumanización y el afán de hacer dinero.<br />

5. La medicina tiene riesgos y es deber de cada uno hacerse cargo de ellos. Cabría al enfermo<br />

el esfuerzo por asumir su estado y pronóstico, tomando las decisiones pertinentes. Al<br />

médico, en cambio, valorar la capacidad de juicio de su paciente. Sería importante que la<br />

sociedad incentivara el crecimiento de las personas y buscar una mayor autonomía, que<br />

suponga una beneficencia de parte de los involucrados pero que no se limite sólo a aquélla,<br />

impidiendo el desarrollo del ser humano como individuo capaz y competente para to-<br />

55


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

mar decisiones basadas en sus intereses, derechos y valores.<br />

Caso clínico 2<br />

Descripción del caso<br />

A mediados del año 2009, la señora Luisa S de 56 años comenzó a sentir dolor torácico a nivel<br />

mamario, de tipo punzante, el cual duró aproximadamente un mes. Luego de este periodo,<br />

mientras se duchaba comenzó a sentir pequeños nódulos en la mama izquierda. Consulta a su<br />

médico quien le practicó varios exámenes cuyos resultados permitieron diagnosticar un<br />

cáncer de mamas. Esta noticia fue muy abrumadora, ya que ni ella ni su familia asumían su<br />

condición de enferma. Fue manejada en una casa de salud de la ciudad y al comenzar con el<br />

tratamiento de radioterapia su estado anímico fue decayendo y además la falta de apoyo por<br />

parte de sus hijos la hizo sentir muy sola; esto sumado a la noticia de que la radioterapia no<br />

había resultado hizo que la señora Luisa cayera en una profunda depresión. Por esta razón<br />

fue hospitalizada unos días y al ser dada de alta se fue a vivir con su hermana mayor, con la<br />

cual se repuso casi por completo, retornando a su vida normal, y abandonando el hábito tabaquismo<br />

iniciado hace 20 años.<br />

En diciembre del mismo año, durante la consulta médica, le informaron que ni la quimioterapia<br />

ni la radioterapia habían dado resultado, por lo tanto, tendría que ser operada, así sucedió.<br />

Al año seis meses aproximadamente, la señora Luisa comenzó a sentir molestias al respirar,<br />

mucho cansancio, disnea, dolor torácico y en el resto del cuerpo, el que fue aumentando<br />

progresivamente hasta convertirse en insoportable para la paciente. Fue hospitalizada en<br />

julio del 2008, por una insuficiencia respiratoria y luego de una serie de exámenes su diagnóstico<br />

cambió a Cáncer Pulmonar con metástasis a los huesos. Esta noticia causó mucho<br />

impacto en ella y en su familia. Desde ese momento decidió que su vida ya no tenía sentido<br />

negándose a recibir nuevo tratamiento de quimio y radioterapia y de cuidados paliativos,<br />

manifestando que no desea que los medicamentos interfieran en su estado de conciencia y la<br />

capacidad de reconocer y disfrutar a su familia durante sus últimos días de vida. Su familia,<br />

56


Bioética para enfermería<br />

Referencia explícita a<br />

los principios éticos involucrados<br />

por el contrario al enterarse del diagnóstico quiso que fuera hospitalizada para que recibiera<br />

los tratamientos adecuados. A los pocos días la señora Luisa tuvo una descompensación que<br />

la deja inconsciente, quedando su familia a cargo de ella, sus hijos no saben qué hacer. Por<br />

una parte está el deseo de que su madre siga entre ellos, pero por otro lado esta respetar su<br />

decisión. Entonces para clarificar ideas pidieron la opinión a la enfermera M.A que estuvo a<br />

cargo de la señora Luisa durante toda su hospitalización, ella se cuestionó: ¿Es moralmente<br />

lícito limitar la quimio, radioterapia y otros tratamientos a esta paciente?<br />

Quehacer de enfermería:<br />

- Educar sobre los beneficios y consecuencias del tratamiento y aclarar dudas a la señora<br />

Luisa antes de caer en estado de inconsciencia y luego de este suceso a su familia para<br />

que decidan qué decisión tomar.<br />

- Formarse adecuadamente como profesional de Enfermería en cuestiones de bioética para<br />

así aplicar una metodología correcta para resolver los conflictos que se presentan en este<br />

caso.<br />

- Realizar los procedimientos acorde a las necesidades de la paciente y que no hayan sido<br />

rechazadas por ella previamente a fin de obtener beneficios (principio de beneficencia)<br />

respetando no sólo su vida, sino también la calidad de vida y la voluntad expresada por<br />

ella anteriormente (principio de no maleficencia).<br />

- Aplicar los principios de respeto por la persona, beneficencia, no maleficencia y justicia<br />

sea cual sea su condición.<br />

- Garantizar una asistencia adecuada a la cual tiene derecho todo paciente (principio de<br />

justicia).<br />

- Se debe intentar dar una solución integral a los problemas presentados, tanto físicos como<br />

psico–emocionales, sociales y espirituales para la paciente (previo a caer en estado de<br />

inconsciencia) y su familia (Principio de Beneficencia).<br />

57


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

Recopilación de la información<br />

clínica éticamente<br />

relevante.<br />

- Averiguar cuál fue la decisión previa de la paciente con respecto aceptar o rechazar el<br />

tratamiento propuesto a fin de respetar su decisión.<br />

- Aclarar dudas a la familia con respecto al estado de salud de la paciente y explicar las consecuencias<br />

que traerá la decisión del paciente además de la evolución que irá teniendo<br />

con el tiempo.<br />

- Orientar la decisión de la familia en relación a las medidas a seguir, luego de que la señora<br />

Luisa cayera en un estado de inconsciencia, exponiendo los deseos de la paciente, pero<br />

sin intervenir en la decisión final.<br />

- Respetar las decisiones de la paciente, ya que ésta es capaz de decidir si acepta, rechaza o<br />

pone término a la atención de salud, explicándole las consecuencias que le traerá su decisión<br />

para su salud, respetando el principio de autonomía. Esto evidentemente previo a<br />

caer en su estado de inconsciencia, ya que luego de este suceso quien debe decidir es la<br />

familia tratando de respetar la decisión previa de la paciente.<br />

- Estar dispuesta a aplicar tratamientos paliativos en caso que la señora Luisa o luego de su<br />

inconsciencia la familia lo desee. Dando atención de enfermería que se otorgaría por igual<br />

a toda persona que lo solicitase. Según el código de ética artículo 1.2. "Condición del Paciente”.<br />

- Certeza del diagnóstico: tanto la paciente como su familia estuvieron claros del problema<br />

por el que estaban atravesando, el cáncer está presente desde hace tiempo y conocen<br />

explícitamente lo grave que resulta que se haya presentado una metástasis.<br />

- Pronóstico de sobrevida: tienen claridad que frente a la diseminación de la enfermedad<br />

tanto la quimio como la radioterapia serán solo medidas paliativas que no le aseguran en<br />

ningún momento una curación de la enfermedad<br />

- Determinación de la competencia del paciente: es muy importante partir del hecho de<br />

que la paciente tuvo conocimiento de su enfermedad, de su condición actual y que por<br />

sobre todo estaba lúcida y en uso de su conciencia como para tomar la decisión de negar-<br />

58


Bioética para enfermería<br />

Evaluación de las alternativas<br />

de acción.<br />

se a recibir el tratamiento aunque por la evolución de la enfermedad luego llegó a la inconsciencia.<br />

- Consideración de los aspectos económicos y sociales relevantes (red de apoyo social): es<br />

un factor siempre muy importante que debe tomarse en cuenta por sobre todo el desgaste<br />

económico que representa estos tratamientos, los hijos que no se manifestaron inicialmente<br />

muy dispuestos y todo lo que ya fue invertido en los tratamientos anteriores incluida<br />

su cirugía.<br />

Beneficios y riesgos de las alternativas:<br />

El tratamiento fundamental, que es curativo en la mayor parte de los casos es la cirugía. Es<br />

necesario eliminar el tumor primario en la mama. Pero además es importante saber si los<br />

ganglios axilares, que son el drenaje natural de la mama, están afectados por células tumorales.<br />

Cuando esto ocurre, se presume que las células pueden haber pasado a otras estaciones y<br />

se recomienda el tratamiento con quimioterapia. Se sabe desde hace años, que no es necesario<br />

eliminar todo el tejido mamario (mastectomía) y se recomienda siempre que sea posible,<br />

resecar sólo el tumor con un margen suficiente de seguridad (cirugía conservadora) y la administración<br />

posterior de radioterapia, con lo que se consiguen resultados similares.<br />

En cualquier caso, las últimas décadas han contemplado un avance lento pero constante en el<br />

tratamiento complementario de los cánceres de mama. Estos tratamientos complementarios<br />

que también se denominan adyuvantes van dirigidos a evitar o retrasar las recaídas, pero se<br />

administran en ausencia de enfermedad. Y aunque hace años la quimioterapia adyuvante se<br />

reservaba para pacientes con mal pronóstico, en la actualidad su uso se ha extendido y se<br />

contempla también en mujeres sin afectación de ganglios linfáticos. En el caso del cáncer de<br />

mama, se dispone de varios tipos de tratamientos: la quimioterapia, la radioterapia, la hormonoterapia<br />

y los llamados tratamientos biológicos. El tratamiento con radioterapia ha demostrado<br />

al menos, disminuir el riesgo de recaídas a nivel local y se administra con esa inten-<br />

59


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

ción. La quimioterapia mejora la supervivencia y el tiempo que las mujeres están sin presentar<br />

recaídas. La selección del tipo de tratamiento que se debe administrar y la secuencia de<br />

los mismos se decidirá por el médico. En muchas ocasiones se combinan todos los tratamientos<br />

(cirugía à quimioterapia à radioterapia à hormonoterapia). El esquema de quimioterapia<br />

es diferente en función del estadio del tumor. Y dependiendo de la quimioterapia administrada,<br />

dependerán los efectos secundarios.<br />

Si el tumor es metastásico de inicio, el tratamiento se considera paliativo. Es decir, que va<br />

dirigido a mejorar los síntomas y a vivir la mayor parte del tiempo sin síntomas, pero no se<br />

plantean actitudes curativas. Para el cáncer avanzado o metastásico tenemos las mismas posibilidades<br />

que antes hemos mencionado y alguna añadida como es el tratamiento con bifosfonatos<br />

en el caso de metástasis óseas.<br />

El pronóstico de un cáncer de mama viene definido por varios factores. El más importante es<br />

la presencia de metástasis. Cuando las metástasis están presentes la enfermedad se considera<br />

incurable. A pesar de ello, algunas enfermedades metastásicas presentan supervivencias<br />

muy prolongadas. En general, el pronóstico es mucho mejor cuando no están afectadas las<br />

vísceras (cerebro, hígado, pulmón etc.) Es decir cuando las metástasis son óseas. Y en general<br />

el peor pronóstico lo determina la afectación cerebral extensa.<br />

Costos: físicos, psicológicos, económicos y espirituales:<br />

El empleo paliativo de la quimioterapia obliga a establecer un balance entre sus efectos positivos<br />

que comprenden el incremento del tiempo de progresión, el posible efecto sobre la sobrevida<br />

y la calidad de vida y los negativos como la toxicidad, frecuencia de hospitalización y<br />

costo económico.<br />

El tratamiento continuo incrementa la toxicidad acumulativa, el costo económico y puede<br />

incrementar la resistencia a las drogas antitumorales.<br />

Al incrementarse la toxicidad y la resistencia con el tratamiento continuo se pierde la posibili-<br />

60


Bioética para enfermería<br />

dad de intentar ensayar una nueva línea de tratamiento. La quimioterapia paliativa intermitente<br />

se usa en ciclos limitados, se proponen 4 a 6 ciclos o 6 meses de tratamiento. El tiempo<br />

de tratamiento se mantiene independiente del tipo de respuesta objetiva que se logre, solo<br />

se interrumpe el cumplimiento del programa intermitente si la respuesta es la continuidad de<br />

la progresión.<br />

La toxicidad por lo menos teóricamente se reduce y el beneficio se da por la disminución del<br />

volumen tumoral con el consiguiente beneficio sintomático y de la calidad de vida.<br />

La psicología, hoy por hoy, no ha encontrado argumentos científicos que apoyen la conveniencia<br />

o no de informar al enfermo. Las diferencias individuales y de personalidad determinan<br />

que no es posible decantarse por una actitud u otra. Seguramente, el médico debe adaptarse<br />

a cada caso individual, sobre todo mientras el cáncer siga siendo una enfermedad tabú.<br />

Esta consideración se debe a la relación del cáncer con la muerte, que ha existido durante<br />

siglos. También al desconocimiento de la causa de esta dolencia. Por ello el hombre ha atribuido<br />

el cáncer a causas mágicas, como castigos.<br />

El subconsciente colectivo aún no parece haber asimilado la posibilidad de curación del<br />

cáncer, ni el hecho de que existen tratamientos menos agresivos y posibilidades de paliación.<br />

Por ello, es una enfermedad que afecta emocionalmente, tanto a quien la padece como a sus<br />

familiares. En algunas ocasiones, para defenderse de este impacto hay enfermos que utilizan<br />

el mecanismo de negación. Mediante éste, se aparta de la mente todo aquello que evidencie<br />

o recuerde la posibilidad de padecer una enfermedad grave. La negación debe ser respetada,<br />

y es mejor no intentar obligar al paciente a enfrentarse a una situación que él mismo rehúye.<br />

Autores ingleses, a pesar de defender la información plena del diagnóstico de cáncer, aceptan<br />

la negación, a la que denominan evitación positiva, y recomiendan que, al detectarla, lo mejor<br />

es potenciarla.<br />

Las alteraciones emocionales más frecuentes en oncología son las del área afectiva (ansiedad<br />

61


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

Resolución del problema.<br />

y depresión), aunque algunas investigaciones sobre personalidad muestran al enfermo neoplásico<br />

como negador de dificultades. Estos estudios revelan puntuaciones especialmente<br />

bajas en depresión y en neurosis. Otros problemas psicológicos están asociados a los efectos<br />

secundarios de algunos tratamientos (náuseas y vómitos anticipatorios, alteración de la imagen<br />

corporal debida a alopecia o a mastectomía, etc.).<br />

¿Quién debe decidir?<br />

Experiencia práctica: es muy difícil enfrentar un caso así pero, si no se actúa de alguna manera<br />

puede perderse de vista la decisión respaldada por la autonomía de la paciente y aumentar el<br />

sufrimiento para ella y su familia. En este caso no se puede olvidar que cuando la paciente<br />

estuvo consiente se negó a continuar con el tratamiento.<br />

¿Qué aspecto de la decisión cae directamente bajo la responsabilidad médica?<br />

El médico tiene su responsabilidad profesional y humana de cuidar, proteger y tratar de salvar<br />

vidas aplicando todos los tratamientos posibles pero sin descuidar las circunstancias específicas<br />

y particulares de cada paciente en cuanto a su diagnóstico, pronóstico, edad, condición<br />

económica y humana que rodea cada caso. Esta era una situación sin mayores probabilidades<br />

y en la que se actuó adecuadamente en su momento.<br />

Competencia o capacidad del paciente y/o sus familiares para participar activamente en el<br />

proceso de toma de decisiones:<br />

Ante la inconsciencia de la paciente es la familia y explícitamente los hijos quienes conociendo<br />

que ya no hay pronóstico y respetando la decisión de su madre pidieron no se apliquen medidas<br />

desproporcionadas para mantenerla viva sino dejar que la enfermedad siga su cauce pero<br />

cubriendo sus necesidades hasta el último momento.<br />

Hubo la situación de que un hijo decía si se pudiera aplicar algún tipo de eutanasia por lo que<br />

fue muy importante recordar quienes somos como seres humanos y respetar la dignidad y vida<br />

62


Bioética para enfermería<br />

Implementación práctica<br />

de la solución.<br />

en todas sus manifestaciones y tener muy en cuenta lo que al respecto señala nuestra Carta<br />

Política en su Título III que versa sobre los derechos, garantías y deberes, Capítulo II De los<br />

Derechos Civiles, artículo 23 numeral 1 instituye: “La inviolabilidad a la vida. No hay pena de<br />

muerte”. Se reconoce el derecho a vivir y morir con dignidad, estableciendo la posibilidad de<br />

que el paciente o sus familiares, en caso de enfermedades terminales o en estados vegetativos<br />

permanentes, previo a un proceso sumario establecido en la Ley, consientan la suspensión<br />

de los procedimientos terapéuticos que prolonguen artificialmente su vida.<br />

¿Quién?, ¿cuándo?, ¿cómo?:<br />

Transcurrieron 3 días y la paciente falleció con un paro respiratorio en la unidad de clínica<br />

oncológica, lamentablemente no pudo estar en su casa ni estar rodeada de su familia en el<br />

proceso de agonía y muerte.<br />

Finalmente y tomando lo que señala Taboada se diría que el reconocimiento de la dignidad de<br />

la persona debe expresarse en actos de afirmación de la persona misma, sujeto de esa dignidad.<br />

Y la única respuesta adecuada, podríamos decir también la única respuesta "proporcionada"<br />

a la persona, es el amor. Por tanto, una formulación más precisa de la norma moral<br />

fundamental anteriormente mencionada sería: "la persona ha de ser amada por sí misma y<br />

por su dignidad". Verdaderamente, esta norma resume y contiene en sí todos nuestros deberes<br />

morales.<br />

Por tanto el profesional de Enfermería debe tener los conocimientos y competencias<br />

necesarias para saber cómo actuar, qué procedimientos realizar frente a pacientes y la<br />

educación que respetando el código de ética debe brindar en relación a su Competencia<br />

Profesional. Formarse adecuadamente como profesional de Enfermería en cuestiones de<br />

bioética para así aplicar una metodología correcta para resolver los conflictos que se<br />

presentan en las diversas circunstancias o dilemas éticos en el ámbito cotidiano de su trabajo<br />

63


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

Caso clínico 3<br />

Descripción del caso<br />

María, una niña de 5 años de edad es llevada al médico por presentar un cuadro de alza<br />

térmica, diarrea y dolor abdominal, quien tras examinar a la paciente y realizar exámenes<br />

complementarios diagnostica Fiebre Tifoidea y aplica el tratamiento respectivo. Dos días más<br />

tarde los padres vuelven al médico porque persisten los síntomas, en esta ocasión el diagnóstico<br />

es de Peritonitis que requiere cirugía urgente a la que fue sometida. Al día siguiente<br />

el médico indica que la niña necesita ser transfundida, se le practica la transfusión sin la presencia<br />

de los padres y durante un período más prolongado de lo que se les había indicado. Al<br />

entrar a la habitación, los padres encuentran a la niña muy quejumbrosa y con un apósito que<br />

antes no lo tenía, en el pliegue del brazo que tenía el suero, ven que por la manguera del suero<br />

refluía sangre y que el antebrazo se ponía cianótico, por lo que solicitan nuevamente la<br />

presencia del médico, quien acude horas más tarde, examina a la niña, comunica a los padres<br />

que la niña se encuentra mal y que no hay nada que hacer, escribe una nota en la historia<br />

clínica y abandona el centro. Ante el mal estado de la niña, el padre solicita atención por parte<br />

de las enfermeras para que al menos le alivien el dolor, a la vez que contacta con un amigo<br />

médico el cual le indica que le traslade al Servicio de Pediatría de una institución del estado.<br />

Al llegar la paciente, constatan necrosis del antebrazo por disección de la arteria humeral en<br />

donde tenía colocado el suero, por lo que proceden a la amputación del antebrazo, posteriormente,<br />

con la atención medica correspondiente, la situación de la niña mejora y es dada<br />

de alta en buenas condiciones generales pero sin su antebrazo. El médico en cuestión fue<br />

denunciado, sin embargo no recibió ninguna sanción.<br />

Problemas clínicos - Error en el diagnóstico inicial y seguimiento del caso.<br />

- Falta de información de forma adecuada y oportuna.<br />

- Error del facultativo al no consultar con otros especialistas ante las complicaciones surgidas.<br />

- Orden de no asistencia.<br />

64


Bioética para enfermería<br />

Problemas éticos<br />

Circunstancias<br />

Posibles cursos de<br />

acción<br />

Toma de decisión<br />

- Derecho de los padres de buscar otro centro de atención.<br />

- Denuncia de mala práctica.<br />

En este caso se da por hecho de que el médico del diagnóstico y su tratamiento en la primera<br />

y segunda fase, cuando el cuadro se complica con Peritonitis y se procede a la cirugía, incluso<br />

cuando indica la necesidad de transfusión; el problema empieza después de ésta, no sabemos<br />

si el médico se dio cuenta de que la vía que tomaron para la transfusión fue una arteria. Pienso<br />

que están involucrados varios principios éticos y derechos del paciente:<br />

- Principio de no maleficencia: diagnóstico y tratamientos adecuados desde el principio del<br />

caso.<br />

- Principio de beneficencia (competencia): consultar a otros especialistas ante problemas<br />

que no puede resolver.<br />

- Principio de autonomía (consentimiento informado y veracidad): el padre como representante<br />

legal estaba en todo el derecho de solicitar otro facultativo o llevarle a otra institución<br />

a tiempo, si se le hubiera dicho la situación real.<br />

- Derecho de no abandono: Orden de no asistencia en la historia clínica.<br />

El médico no estaba preparado para las complicaciones que se dieron y por esta misma razón<br />

no se dio la información adecuada a los familiares y terminó por abandonar a la paciente.<br />

- Aceptación por parte del médico de consultar a otros facultativos.<br />

- Avisar a los padres de las complicaciones a tiempo y dar alternativas.<br />

- Ante la solicitud de los padres de atención por parte de las enfermeras, podrían haberle<br />

informado la orden de no atención por parte del médico.<br />

- Denuncia legal del caso.<br />

1. Al reconocer el médico su incapacidad para resolver los problemas (Principio de Beneficencia)<br />

se da a los padres la oportunidad de trasladar a la niña a otro centro de atención<br />

(Principio de autonomía).<br />

65


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

2. Al poner la orden de no atención en la historia clínica, (abandono) el médico daba por<br />

hecho de que se trataba de un caso terminal, lo cual no era así.<br />

3. Creo que está clara la incompetencia del médico para tratar las complicaciones que surgieron<br />

en la evolución del caso, sin embargo, al ser denunciado, no recibió sanción alguna;<br />

no sabemos las circunstancias pero estamos claros que no es incumbencia del comité de<br />

ética juzgar la actuación del médico desde el punto de vista legal.<br />

Caso clínico 4<br />

Descripción del caso<br />

María de 46 años, con un trabajo administrativo bien remunerado, vive con su hermana<br />

casada y con dos hijas. Sufre de depresión grave en tratamiento, lo cual le ha llevado a<br />

urgencias en varias ocasiones por repetidos intentos de suicidio, estos hechos tienen muy<br />

afectada a la familia ya que la paciente es muy agresiva con ellos. Llegando a veces a la<br />

agresión física.<br />

María llega a urgencias traída por su hermana por una posible intoxicación alcohólica con<br />

vodka, la misma que es recibida por los técnicos paramédicos y llevada al box, recostada en<br />

donde se visualiza más relajada. Su estado de ebriedad es notorio pero no muestra una<br />

pérdida del juicio importante, al rato llama una hija de la hermana comentando que encontró<br />

una caja de un fármaco al que le faltan 14 tabletas, por lo que el doctor decide hacer un<br />

lavado gástrico por sonda nasal, lo que pone en alerta al paciente y se altera en gran medida.<br />

Trata de irse utilizando la fuerza, comentando que ella no se había tomado esas pastillas y<br />

que por ningún motivo se realizaría ese procedimiento. Los paramédicos le retuvieron. Se<br />

realizó este proceso con graves dificultades por la poca disposición del paciente, quien en<br />

todo momento repetía que no había tomado las píldoras, que solo había tomado media<br />

botella de vodka, que por favor no le hicieran mas daño.<br />

Al final del procedimiento se descartó la ingesta de las píldoras.<br />

66


Bioética para enfermería<br />

Referencia explícita a<br />

los principios éticos involucrados<br />

Recopilación de la información<br />

clínica éticamente<br />

relevante.<br />

La paciente terminó llorando por lo traumático del proceso, insistiendo en que ella no había<br />

tomado nada y que demandaría al hospital.<br />

Quehacer de enfermería:<br />

- Formarse adecuadamente como profesional de Enfermería en cuestiones de bioética para<br />

así aplicar una metodología correcta para resolver los conflictos que se presentan en este<br />

caso.<br />

- Realizar los procedimientos acorde a las necesidades de la paciente y que no sean rechazadas<br />

por ella a fin de obtener beneficios (principio de beneficencia) respetando no sólo<br />

su vida, sino también la calidad de vida.<br />

- Aplicar los principios de respeto por la persona, beneficencia, no maleficencia y justicia<br />

sea cual sea su condición.<br />

- Garantizar una asistencia adecuada a la cual tiene derecho todo paciente (principio de<br />

justicia). Se debe intentar dar una solución integral a los problemas presentados, tanto<br />

físicos como psico–emocionales, sociales y espirituales para la paciente y su familia (Principio<br />

de Beneficencia).<br />

- Aclarar dudas a la familia con respecto al estado de salud de la paciente.<br />

- Orientar la decisión de la señora y familia en relación a las medidas a seguir, luego de que<br />

salga del hospital.<br />

- Respetar las decisiones de la paciente, ya que ésta es capaz de decidir si acepta, rechaza o<br />

denuncia la situación lamentable a la que fue expuesta respetando el principio de autonomía.<br />

- Certeza del diagnóstico: tanto la paciente como su familia estuvieron en situaciones diferentes<br />

por un lado ella asegurando no haber ingerido ningún tipo de pastillas versus la<br />

evidencia aparente del frasco sin pastillas que la hija de su hermana menciona al médico,<br />

lo que desde luego crea una situación conflictiva y un error en el diagnóstico.<br />

67


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

Evaluación de las alternativas<br />

de acción.<br />

- Pronóstico de sobrevida: tienen claridad que frente a las repetidas circunstancias de intento<br />

de suicidio puede morir en algún momento, situación que crea inseguridad, nerviosismo<br />

y preocupación en la familia.<br />

- Determinación de la competencia del paciente: es muy importante partir del hecho de<br />

que la paciente pese al estado de embriaguez en el que se encontraba tuvo conocimiento<br />

de su de su condición y que por sobre todo estaba segura de no haber ingerido pastillas<br />

por lo que se negó reiteradamente a recibir el tratamiento del lavado gástrico.<br />

- Consideración de los aspectos económicos y sociales relevantes (red de apoyo social):<br />

es un factor siempre muy importante que debe tomarse en cuenta aunque en este caso la<br />

paciente contaba con recursos al ser una empleada bien remunerada y por otro lado apoyada<br />

por su familia.<br />

Beneficios y riesgos de las alternativas:<br />

La depresión es una enfermedad que afecta el organismo (cerebro), el ánimo, y la manera de<br />

pensar. Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí<br />

mismo (autoestima) y la forma en que uno piensa. Un trastorno depresivo no es lo mismo que<br />

un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual<br />

uno puede liberarse voluntariamente.<br />

Una de las facetas más conflictivas del manejo de los trastornos afectivos lo constituyen las<br />

ideas e intentos autolíticos que muchos de los pacientes manifiestan a lo largo del curso de la<br />

enfermedad. El paciente depresivo es potencialmente suicida, necesitando una comprensión<br />

específica por parte del facultativo responsable, tanto el especialista en psiquiatría como por<br />

el médico de atención primaria. Aunque las muertes por suicidio consumado son relativamente<br />

frecuentes, los intentos de suicidio, no conocidos por las autoridades sanitarias, constituyen<br />

un problema de mayor calado que debe sospecharse en los pacientes que plantean<br />

trastornos afectivos. En los países occidentales las causas del suicidio son plurietiológicas, con<br />

una fuerte impregnación socio laboral.<br />

68


Bioética para enfermería<br />

Resolución del problema.<br />

El lavado gástrico lo antes posible es lo indicativo. El resultado puede ser muy variable debido<br />

al metabolismo parcial de los fármacos por circulación enterohepática. Debido a su alta unión<br />

a proteínas plasmáticas, la diuresis forzada y la hemodiálisis son inútiles en estos casos.<br />

Si no se procede al lavado gástrico puede absorberse el medicamento, afectar la función<br />

hepática e incluso causar la muerte.<br />

Sin embargo se ha concluido que en muchos casos no existe evidencia de que su aplicación<br />

mejore el pronóstico de los enfermos más, si se hace pasada la primera hora de ingesta.<br />

Además lo correcto es hacerlo a través de una sonda oro–gástrica y no por la nariz ya que los<br />

restos de las pastillas pueden ser muy dificultosos eliminarlos por esta sonda. El lavado gástrico<br />

no está exento de complicaciones aunque su frecuencia es escasa: aspiración bronquial,<br />

introducción de la sonda en la tráquea, neumonía por aspiración, lesión mecánica de la laringe,<br />

esófago, estómago, hemorragia gástrica, entre otras.<br />

¿Quién debe decidir?<br />

Experiencia práctica: es muy difícil enfrentar un caso así pero, si no se actúa de alguna manera<br />

puede perderse de vista la decisión respaldada por la autonomía de la paciente y aumentar el<br />

sufrimiento para ella y su familia. En este caso no se puede olvidar que la paciente aunque evidentemente<br />

ebria estuvo consciente de su situación y se negó a recibir un tratamiento que realmente<br />

no requería.<br />

¿Qué aspecto de la decisión cae directamente bajo la responsabilidad médica? El médico<br />

tiene su responsabilidad profesional y humana de cuidar, proteger y tratar de salvar vidas<br />

aplicando todos los tratamientos posibles pero sin descuidar las circunstancias específicas y<br />

particulares de cada paciente en cuanto a su diagnóstico, pronóstico, edad, condición<br />

económica y humana que rodea cada caso. Esta era una situación que aparentemente requería<br />

una intervención inmediata para salvar la vida y evitar complicaciones pero quizá pudo<br />

69


Capítulo 4. Análisis de casos clínicos<br />

tener un manejo diferente sin descartar por completo lo que la paciente repetía y tratando de<br />

aclarar el diagnostico con otro tipo de exámenes y valoración.<br />

Implementación práctica<br />

de la solución.<br />

Competencia o capacidad del paciente y/o sus familiares para participar activamente en el<br />

proceso de toma de decisiones: ante el estado etílico de la paciente, y el supuesto peligro por<br />

intoxicación que podía interferir en su nivel de conciencia era la familia quienes conociendo que<br />

había riesgo de muerte se asume permitieron el procedimiento del lavado gástrico. Lamentablemente<br />

en la realidad se violentó la decisión y negativa de la paciente que diciendo la verdad<br />

por sus antecedentes no fue creída.<br />

¿Quién?, ¿cuándo?, ¿cómo?:<br />

En este caso concreto se violentó un derecho de negarse de la paciente y el médico hizo un<br />

procedimiento que evidenció error en el diagnóstico de manera inmediata, fue realizado a la<br />

fuerza y con intervención de otro personal de apoyo.<br />

Además se debe recalcar que el lavado se lo hizo por SNG cuando es estas circunstancias se<br />

recomienda una sonda gruesa colocada por la boca, si desconocer también que aunque en el<br />

caso no se menciona el tiempo el procedimiento es realmente útil hecho en la primera hora<br />

del envenenamiento.<br />

Se asume justo el enojo y desilusión de la paciente versus el remordimiento y desconfianza<br />

con la que actuó la familia y el personal que la manejó. Con toda la razón la paciente indignada<br />

amenazó con acusar al médico que le obligó al lavado gástrico.<br />

Finalmente y tomando lo que señala Taboada se diría que el reconocimiento de la dignidad de<br />

la persona debe expresarse en actos de afirmación de la persona misma, sujeto de esa dignidad.<br />

Y la única respuesta adecuada, podríamos decir también la única respuesta "proporcionada"<br />

a la persona, es el amor. Por tanto, una formulación más precisa de la norma moral<br />

fundamental anteriormente mencionada sería: "la persona ha de ser amada por sí misma y<br />

por su dignidad". Verdaderamente, esta norma resume y contiene en sí todos nuestros debe-<br />

70


Bioética para enfermería<br />

res morales.<br />

Por tanto el profesional de Enfermería debe tener los conocimientos y competencias necesarias<br />

para saber cómo actuar, qué procedimientos realizar frente a pacientes y la educación<br />

que, respetando el código de ética debe brindar en relación a su competencia profesional.<br />

- Formarse adecuadamente como profesional de Enfermería en cuestiones de bioética para<br />

así aplicar una metodología correcta para resolver los conflictos que se presentan en las diversas<br />

circunstancia o dilemas éticos en el ámbito cotidiano de su trabajo, reconociendo que<br />

no siempre el personal de salud tiene la rezón y que a veces las circunstancias no pueden confundir,<br />

por tanto, se deberían tomas todas las precauciones y nunca ignorar lo que el paciente<br />

nos manifiesta.<br />

71


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 5<br />

Relación enfermera-paciente-paciente<br />

Introducción<br />

Una relación es un vínculo entre dos o más personas para el logro de objetivos. El rol que juega un enfermero/a es de<br />

cuidar, ayudar y mantener la salud comprendiendo que el paciente es un ser holístico y reconociendo su dolor, minusvalía,<br />

respetando sus creencias individuales, defendiendo y respetando la conciencia moral, autonomía y aceptándolo sin<br />

distinción de raza, sexo y religión.<br />

La relación enfermera-persona enferma o sana es una especie de<br />

vínculo que se establece entre dos o más seres humanos, que han<br />

determinado su mutuo acuerdo, e interdependencia: la enfermera,<br />

proveedora de cuidados, administradora de tratamientos, compañera<br />

y confidente que intentará proporcionar confort, tranquilidad,<br />

comprensión, escuchará atentamente las vicisitudes, inquietudes y<br />

emociones del enfermo y de sus familiares sobre el problema de<br />

salud y de aquellas problemáticas que están alrededor de ella, intentará<br />

ponerse en su lugar para comprenderlo y atenderlo mucho<br />

mejor, convocando cuando considere necesaria la participación de<br />

otros profesionales; y por otro lado, el enfermo o persona sana,<br />

aquel que intenta colocar su problema de salud y su humanidad<br />

bajo el cuidado del profesional de la salud, en busca de mejores<br />

soluciones y alivio de su malestar, que espera ser escuchado, comprendido u orientado (Mejía, 2006).<br />

73


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

Es aquí donde la ética en enfermería se plantea el desenvolvimiento de los cuidados cotidianos al paciente, no los grandes<br />

dilemas; cuestiones tan aparentemente banales como llamar a un paciente por su nombre, tratarle de usted o llamar a su<br />

puerta antes de entrar en la habitación, y no son estas normas de cortesía, sino el mínimo y necesario respeto por aquel<br />

que ha acudido solicitando nuestra ayuda profesional, sin que por ello pierda su identidad o su derecho a la intimidad.<br />

La profesión de la enfermería demanda de una formación con calidad humana, científica, técnica y ética, para atender<br />

todas las respuestas humanas del individuo sano o enfermo, familia y comunidad. Esta realidad, demanda de los profesionales<br />

de enfermería una formación y práctica de la salud fortalecida con conocimientos de las ciencias biológicas y sociales<br />

tales como la sociología, antropología, psicología, filosofía, ética, bioética, etología, ecología y la misma teología,<br />

que orienta el trabajo en equipo. Considerando como eje principal la atención primaria en salud.<br />

Esta atención apunta a una atención de calidad y calidez al paciente, familia y comunidad. para promover el autocuidado,<br />

la promoción y fomento de la salud, la prevención de las enfermedades y la recuperación y rehabilitación de la salud, respetando<br />

su dignidad, sus derechos y su entorno cultural y ambiental, en donde la enfermera asume nuevos roles y responsabilidades.<br />

El ejercicio profesional debe ser la práctica de la profesión con fidelidad, abstenerse de hacer daño al paciente,<br />

elevar el buen nombre de la profesión, guardar el secreto profesional y dedicarse enteramente a quienes tienen<br />

que dedicarse a cuidar.<br />

Enfoque teórico sobre la relación enfermera, paciente y familia según varias teorizantes de enfermería<br />

Florence Nightingal<br />

Ella escribió el código de ética al afirmar que la enfermera no será: chismosa, charlatana,<br />

infidente, atrasada, faltona, ignorante, negligente. Practicara siempre las virtudes, principios<br />

y valores siendo moderada, responsable, fiel, respetuosa, observadora, honesta,<br />

minuciosa, rápida y de buenos sentimientos.<br />

Ernestine Wiedenbach<br />

La enfermera es una persona que piensa, siente, y actúa, con capacidad de sobrepasar la<br />

intención de sus funciones a través de actividades dirigidas específicamente al bien del<br />

74


Bioética para enfermería<br />

paciente, que es un principio de beneficencia. Afirma que la enfermera tendrá una actitud<br />

positiva hacia la vida. Su filosofía tiene 3 componentes:<br />

a) La veneración por la vida<br />

b) El respeto a la dignidad, al valor y a la autonomía e individualidad.<br />

c) Decisión para actuar de forma dinámica a partir de ideas propias.<br />

Virginia Henderson<br />

Faye Glenn Abdellah<br />

Jean Watson<br />

Dorothea Orem<br />

Ella considera que la enfermera cumple funciones de acuerdo a las 14 necesidades. Que<br />

el aspecto fundamental de la enfermera consiste en la responsabilidad para ayudar a<br />

recuperar la salud al enfermo, además, en caso de no ser posible aliviar el dolor, es necesario<br />

saber ayudar a morir con tranquilidad, la persona, familia son consideradas y respetadas<br />

como una unidad.<br />

Ella menciona que la enfermera debe mantener relaciones saludables con el entorno que<br />

rodea al paciente y que no es solo terapéutico sino un deber moral.<br />

Los pacientes necesitan una atención integral que fomente el humanismo, la salud y la<br />

calidad de vida.<br />

Formuló la teoría general de enfermería compuesta de 3 teorías relacionadas entre sí.<br />

a) Teoría del autocuidado.<br />

b) Teoría del déficit de autocuidado.<br />

c) Teoría de los sistemas de enfermería.<br />

Se incluye la formación de la enfermera en actitudes y valores para el servicio al paciente,<br />

familia y comunidad.<br />

75


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

Imogene King<br />

Nancy Roper<br />

Hildegard Peplau<br />

Ida Jean Orlando<br />

Joyce Travelvee<br />

El objetivo de la enfermería consiste en ayudar a las personas a mantener su salud para<br />

que sean capaces de desempeñar sus roles. Considerando que cada persona es un ser<br />

único y holístico que difieren en sus respuestas humanas y deseos.<br />

Analiza las actividades de la vida desde el inicio hasta la muerte y el estado agonizante de<br />

los pacientes y el duelo de sus allegados. Enfatiza sobre las necesidades de mantener un<br />

ambiente seguro, como un principio básico para la protección del paciente, familia y comunidad.<br />

Define el uso de la comprensión de la conducta de uno ismo para ayudar a los demás a<br />

identificar sus dificultades. El paciente debe ser capaz de asumir diversos tipos de relaciones<br />

con la enfermera, debe participar y ser interdependiente respecto a ella. Otros<br />

pueden ser autónomos e independientes de la misma y algunos dependientes de la enfermera.<br />

En cualquier caso, la enfermera realizara una relación terapéutica para disminuir<br />

el sentimiento de abandono y desesperanza del paciente. La enfermera estará consiente<br />

de la cultura, religión, y experiencias del paciente y familia en la atención según los<br />

principios de la enfermera holística.<br />

Manifiesta que es responsabilidad de la enfermera el ayudar inmediatamente a cualquier<br />

paciente para la satisfacción de sus necesidades.<br />

Propone el modelo de relación de persona a persona y expresa que la enfermera posee<br />

un sustrato de conocimientos y principios morales para ayudar a otros seres humanos a<br />

prevenir la enfermedad, recuperar la salud, encontrar un sentido a la vida y a la enfermedad<br />

y mantener el grado máximo de salud.<br />

76


Bioética para enfermería<br />

Madeleine Leininger<br />

En su teoría de la enfermería transcultural, se refiere a la diversidad y universalidad de<br />

los cuidados culturales que es valiosa para nuestro contexto puesto que Ecuador es un<br />

país pluricultural y multiétnico. Esta teoría está basada en 4 niveles:<br />

1. Consiste en la visión del mundo y de los sistemas sociales y permite el estudio de la<br />

naturaleza.<br />

2. Proporciona información y organiza las intervenciones en el ámbito de los individuos,<br />

familias, comunidades e instituciones.<br />

3. Proporciona información sobre los sistemas tradicionales como: valores, creencias y<br />

prácticas culturales y profesionales de salud.<br />

4. Determina las acciones y decisiones de los cuidados de enfermería culturalmente<br />

coherentes.<br />

Relación de ayuda<br />

La relación de ayuda es una de las funciones principales de los cuidados de enfermería, en todos los ámbitos, tanto en<br />

situaciones de salud, crisis, prueba de vida y/o enfermedad. Carl Rogers la define como " aquella relación en la que uno<br />

de los participantes intenta hacer surgir de una o ambas partes, una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes<br />

del individuo y un uso más funcional de éstos". Rogers interpreta que lo que se pretende en la relación de ayuda es<br />

ayudar a la persona a utilizar sus propios recursos para afrontar los propios problemas, sin caer en paternalismos ni<br />

autoritarismos.<br />

Virginia Henderson señala que la función propia de la enfermería es asistir al individuo, enfermo o no, en la realización de<br />

esas actividades que contribuyen a su salud o a su recuperación (o a una muerte placentera) y que él llevaría a cabo si<br />

tuviera la fuerza, la voluntad o el conocimiento necesarios. Y hacer esto de tal manera que le ayude a adquirir independencia<br />

lo más rápidamente posible<br />

77


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

Identifica que la enfermera puede establecer tres tipos de relaciones con el enfermo,<br />

que dependerán de la valoración de las capacidades de éste, en las que la enfermera<br />

actuará como:<br />

1. Un sustituto: cuando la dependencia del individuo es total; incapaz de establecer<br />

sus necesidades en forma autónoma por no tener la fuerza, el valor o<br />

los conocimientos necesarios para ello. En esta situación la rehabilitación es<br />

fundamental para prevenir mayores complicaciones y fortalecer las capacidades<br />

remanentes.<br />

2. De ayuda: cuando apoya sus actividades, fomentando su funcionalidad a fin<br />

de mantener o motivar su independencia.<br />

3. Compañera: al actuar como consejera o asesora para que conserve su salud,<br />

dejándole en libertad de acción para tomar sus decisiones.<br />

Travelbee afirma que el propósito de la enfermería se alcanza mediante el establecimiento<br />

de una relación a través de interacciones de humano a humano, y consiste<br />

en ayudar al individuo, familia y comunidad a prevenir o actuar frente a la enfermedad. Los puntos principales de este<br />

modelo son la comunicación, la interacción, la empatía, la simpatía y la relación de persona a persona. A medida que el<br />

proceso de interacción progresa hacia la relación de afinidad, se obtiene el potencial necesario para una relación terapéutica.<br />

Empatía: capacidad de captar las vivencias del otro, de penetrar en su afectividad, de vibrar con él. Es un movimiento<br />

hacia el otro que invita a la reciprocidad.<br />

“Centrarse en el otro empáticamente requiere estar dispuestos a ponerse en su lugar, “meterse en su pellejo”, “caminar<br />

con sus zapatos”, caminar junto a él para comprender realmente lo mismo que está viviendo. Significa renunciar, en cierto<br />

sentido, al propio punto de vista adoptando el de la persona ayudada, viendo las cosas tal y como ella las ve.”<br />

78


Bioética para enfermería<br />

Empatía en la relación de ayuda: la relación de ayuda se configura en estilos diversos, según dos elementos principales:<br />

la disposición del ayudante y el uso del poder por parte del mismo. Según la disposición del ayudante, la relación de ayuda<br />

puede estar:<br />

- Centrada en el problema: en este caso, el ayudante se identifica sobre todo con el problema o con la situación presentada<br />

por el sujeto, sin tener en cuenta los aspectos subjetivos con<br />

que el problema es vivido por éste.<br />

- Centrada en la persona: el ayudante presta atención sobre todo a la<br />

persona, al modo en que ésta vive el problema; toma en consideración<br />

al individuo en su totalidad, convencido de que el otro tiene necesidad,<br />

ante todo, de sentirse comprendido, tranquilizado, acogido totalmente.<br />

Se trata pues, de un estilo rico de comprensión empática. La empatía<br />

en las relaciones habituales es el segundo polo de la buena comunicación,<br />

porque permite comprender de manera ajustada, precisa, el mensaje<br />

que el otro comunica, siendo el primero la autenticidad, porque<br />

permite transmitir mensajes reales. En las relaciones habituales se funciona<br />

con la autenticidad y la empatía bidireccionalmente. En la relación<br />

de ayuda, en cambio, la empatía es unidireccional, es decir, el ayudante deja de lado su mundo interior y se centra<br />

en el mundo de otro, comunicándole comprensión.<br />

Comunicación: el trabajo puede hacerse cada vez más sencillo conforme el personal sanitario aprende a comunicarse<br />

mejor con los enfermos y sus familias, miembros del personal y personas extrañas con las que diariamente se comparten<br />

circunstancias y esfuerzos. En la medida que el personal sanitario adquiera experiencia en establecer una armonía y clima<br />

favorable al bienestar del paciente, habrá avanzado bastante para disminuir la ansiedad y aumentar la confianza.<br />

79


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

La comunicación es vital para todas las personas. La manera en que alguien se relaciona puede aumentar la satisfacción<br />

obtenida o causar sensaciones de angustia. La habilidad para comunicarse es un proceso que dura toda la vida y que se<br />

perfecciona mientras no desfallezcan el esfuerzo.<br />

La comunicación es un componente básico dentro de la enfermería. El profesional<br />

sanitario debe saber escuchar y entender al paciente. La comunicación<br />

juega un papel fundamental en la calidad de vida y la satisfacción de las personas<br />

en general, y en los enfermos y sus familias en particular.<br />

La comunicación no solo consiste en el diálogo entre dos o más personas, sino<br />

también los gestos, posturas, las miradas. La comunicación es la que establece<br />

la diferencia entre la asistencia sanitaria eficaz y no eficaz.<br />

Habilidades de comunicación: comprende la capacidad de:<br />

- Escucha activa: la escucha es una de las habilidades más útiles que tienen las personas para ayudarse. Escuchar no<br />

solo consiste en captar y comprender las palabras que se dicen, si no prestar atención a los sentimientos, por lo tanto,<br />

es un comportamiento activo. En el ámbito sanitario es fundamental seguir el ritmo de las necesidades del paciente,<br />

escuchar sus mensajes a través del lenguaje verbal y no verbal (sus silencios, sus gestos, su mirada), ya que nos dan<br />

pistas de determinados estados emocionales. La escucha activa implica no interrumpir, mirar a los ojos, tener actitud<br />

y postura de disponibilidad, sin sensación de tener prisa, sentarse a su lado, dar señales de que se está escuchando,<br />

no juzgar, no hacer gestos de valoración, aunque las manifestaciones sean de irritabilidad o indiquen un crítica<br />

(Escribar, 2008).<br />

- Empatizar: deben proporcionarse señales de que uno se pone en el lugar del enfermo y se comprenden sus sentimientos,<br />

aunque a veces el paciente se muestre agresivo, irritado, nervioso o se encierre en sí mismo. Detrás del<br />

comportamiento del paciente siempre hay una razón, un miedo, una frustración, una dificultad. Es fundamental pre-<br />

80


Bioética para enfermería<br />

guntar por los motivos que existen detrás de estos comportamientos. La empatía es la forma de comenzar una buena<br />

relación.<br />

- Ser fiable y decir la verdad: la verdad expresada de un modo gradual facilita su asimilación, y la mentira inhibe la capacidad<br />

de adaptación del individuo y esta autoridad y veracidad al profesional que la práctica. La relación enfermerapaciente<br />

se fundamente en la confianza y respeto mutuos.<br />

- Utilizar el mismo código que el paciente: la intervención tiene que ser individual, al igual que las dosis del tratamiento.<br />

La comunicación se ha de adecuar a la edad, cultura, valores y recursos de la persona enferma.<br />

Relación enfermera–familia<br />

Las buenas relaciones enfermera paciente son fundamentalmente un buen trabajo de salud pública. La forma de establecer<br />

contactos amistosos en las relaciones personales es con el fin de llegar<br />

a la familia para ayudar a resolver sus necesidades y establecer una confianza<br />

mutua y para lograr cumplir sus múltiples obligaciones que tiene con<br />

la familia<br />

La enfermera no debe dejarse llevar por una actitud exageradamente<br />

emocional pues ella misma se vería incapacitada para cumplir esas obligaciones<br />

y la familia que está bajo su cuidado se sentiría molesta con su actitud.<br />

Una actitud amigable, una amistad o aceptación tiene primordial importancia<br />

para emplear inteligentemente sus conocimientos y criterio profesional<br />

para fomentar en el paciente y la familia una participación activa<br />

en la resolución de sus problemas evitando así la dependencia de la enfermera<br />

81


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

El doble aspecto de una función es de impartir instrucción experta y encauzar la solución de los problemas por el campo<br />

de la autodeterminación en su trabajo.<br />

La enfermera debe ganarse la confianza de la familia, teniendo confianza en su trabajo para que de esta forma pueda<br />

desempeñarlo con más efectividad y pueda ayudar al individuo y a la comunidad a la solución de problemas de salud en<br />

forma más efectiva. La confianza que genere sumada a una actitud amigable y la simpatía innata de la enfermera marca la<br />

relación directa tanto con el paciente y la familia de él. El lenguaje que use la enfermera al impartir la educación debe ser<br />

siempre según sea el nivel cultural de la familia. Si el paciente falta a la clínica la enfermera deberá explicar con palabras<br />

sencillas y comprensibles la importancia de sus consultas y la necesidad que tiene de llevar el tratamiento (Vargas, 2009).<br />

Ayudar a la familia a identificar la sintomatología del paciente debida a su enfermedad de forma a resolver lo mejor posible<br />

los problemas que pudieran aparecer en el domicilio. Valorar la comprensión de la familia acerca de la enfermedad<br />

del paciente y sus consecuencias. Asesorar a los miembros de la familia e insistir en la importancia de la toma de la medicación<br />

para evitar recaídas. Explicar la pauta de la medicación, horarios, dosis así como los efectos secundarios que pudieran<br />

aparecer en el paciente sin que por ello sea motivo de alarma sino más bien de consulta con un profesional. Además<br />

debe comprometer a la familia en el seguimiento y en los cuidados del paciente tanto durante el ingreso como al alta<br />

mediante charlas informativas. Adicionalmente debe apoyar a los miembros de la familia ofreciendo ayuda e interés de<br />

tal forma a aumentar el nivel de confianza. La enfermera establecerá relaciones terapéuticas basadas en la empatía, la<br />

escucha y la aceptación con los familiares del paciente.<br />

Así pues las actuaciones de enfermería para incrementar los sistemas sociales de apoyo deben enfocarse hacia la ayuda al<br />

paciente en su proceso de adaptación a la nueva situación, el apoyo a la familia en la búsqueda y utilización de recursos<br />

sociales y también hacia el asesoramiento tanto al paciente como a sus familiares en el marco de la relación terapéutica.<br />

(León, 2011)<br />

82


Bioética para enfermería<br />

Una enfermera/o nunca debe informar a los familiares acerca del estado de salud del paciente ya que esto sería una forma<br />

de preocupación para la familia únicamente debe solicitar la colaboración para que se integren al cuidado del paciente<br />

Las enfermeras/os deben crear un ambiente de respeto, sencillez, calidez para que así tanto la paciente como los familiares<br />

se sientan a gusto y así se desarrolle una buena comunicación entre enfermera y familiares<br />

Henderson dice que la enfermera debe adentrarse en el interior de cada paciente para saber no sólo lo que este desea,<br />

sino además, lo que necesita para mantenerse en vida o recobrar la salud. “Es ella, temporalmente, la conciencia para el<br />

inconsciente; el apego a la vida para el suicida, la pierna para el amputado; los ojos para quien acaba de perder la vista;<br />

un medio de locomoción para el recién nacido; el conocimiento y la confianza para la joven madre; la voz de los que están<br />

demasiado débiles para hablar o se niegan a hacerlo”<br />

Modelos de relación con el paciente y familia<br />

Modelo "paternalista", "centrado en la enfermedad”: a lo largo de los siglos se han manifestado diversos tipos de relación<br />

médico, paciente, la más común es la relación de tipo paternalista; lo más común de este tipo de modelo de relación<br />

fue hasta 1950. A veces resulta difícil hablar de modelos de entrevista clínica como tal, si tenemos en cuenta la variabilidad<br />

de médicos, pacientes y situaciones. Habitualmente se habla de que hasta hace unos años existía un modelo "paternalista",<br />

en el que el médico era considerado el experto en los problemas sanitarios y decía al paciente de una forma más<br />

o menos paternal lo que debía o no debía hacer. Este modelo se equipara frecuentemente con la entrevista clínica centrada<br />

en la enfermedad, aunque sin duda esto no siempre ha sido así. Baste recordar a médicos que con una actitud posiblemente<br />

paternalista hacia un paciente, no sólo le decían lo que tenía o no que hacer en relación a su enfermedad, sino<br />

que le daba recomendaciones de todo tipo (de forma de vida, de relacionarse, educativas, etc.), a menudo después de<br />

que el paciente o su familia se lo solicitase. Al fin y al cabo, el médico, especialmente hasta hace unos años y sobre todo<br />

en el medio rural, ha sido un referente. (León, 2011)<br />

83


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

El modelo paternalista, caracterizado porque el médico utiliza sus conocimientos, para determinar la situación clínica del<br />

paciente, la fase de su proceso morboso y para elegir qué pruebas diagnósticas y tratamiento son los más adecuados al<br />

objeto de restaurar la salud del paciente o calmar su dolor, sin tomar en cuenta la participación del paciente y su derecho<br />

de autonomía.<br />

Este modelo se caracteriza porque el médico toma las decisiones en nombre del paciente, sin considerar su consentimiento:<br />

Antiguamente el médico ordenaba y el paciente obedecía<br />

Modelo de relación autónoma: aparece luego de la II Guerra Mundial con el existencialismo, basado en la autonomía de<br />

la persona. En este modelo se observa una participación del paciente en la toma de decisiones, siendo el médico un facilitador<br />

en ellas. Se basa en la cultura de la autonomía de la persona. El avance de la tecnología médica hizo más sofisticada<br />

y compleja la atención médica, obligando al paciente a aceptar, rehusar o escoger entre varias opciones.<br />

Modelo de la relación responsable: en este modelo de relación tanto el médico como el paciente asumen la responsabilidad<br />

y deciden con conocimiento y libertad para ello. Esta relación es la más adecuada se requiere que el médico tenga<br />

un criterio bien formado, en busca del beneficio del paciente. El médico acepta la vulnerabilidad del paciente, proporcionándole<br />

los elementos para su libre elección, respetando sus valores religiosos, políticos y culturales.<br />

Las dos partes asumen responsabilidades y deciden teniendo conocimientos y libertad de acción Es u.na relación madura<br />

donde el médico sólo busca el beneficio del paciente en relación a sus realidades (Historia Clínica e Interrogatorio).<br />

Confidencialidad<br />

La confidencialidad de los datos referentes a la salud deriva del derecho que tienen las personas a la intimidad. Comporta<br />

la no divulgación de lo que sabemos de ellos debido a nuestra labor profesional. El respeto a la intimidad es un derecho<br />

fundamental ligado a la dignidad de la persona. Afecta tanto a lo que se nos dice como a lo que se puede deducir por observación,<br />

la exploración, las pruebas complementarias, los comentarios de casos clínicos o por otros medios. El ordena-<br />

84


Bioética para enfermería<br />

miento jurídico y deontológico, desde el juramento hipocrático, nos obliga a ello de forma clara. Las razones jurídicas y<br />

deontológicas son de suficiente peso por sí mismas, pero además, y sobre todo, la confidencialidad está asociada a la confianza<br />

en la discreción de alguien (Cantú, 2010).<br />

Se debe tener en cuenta que el mantenimiento de la confidencialidad es una herramienta imprescindible para conseguir<br />

realizar bien nuestro trabajo: si disponemos de la confianza plena de las personas, podremos acceder a datos que nos<br />

ayudarán en el diagnóstico y/o a comprender una situación determinada, de una manera mucho más fácil.<br />

85


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

Contrariamente, si violamos la confidencialidad obtendremos como efecto secundario la pérdida de confianza en nosotros<br />

y, a menudo, de rebote, en toda la profesión sanitaria. Esta pérdida de confianza comportará que las personas nos<br />

den información limitada o "poco sensible”. En estos momentos el tema es todavía más relevante ya que la sociedad de la<br />

información y de las nuevas tecnologías hace que sea accesible mucha más información y de una manera mucho más<br />

rápida. También la misma tecnología puede y debe garantizar la confidencialidad de una forma más segura que antes.<br />

Podemos decir que la confidencialidad se basa en tres pilares:<br />

- Derecho a la intimidad: comentado antes, es un derecho que el paciente puede preservar hasta donde él crea necesario.<br />

- Confianza: los pacientes necesitan tener familiaridad para explicar lo que les pasa. Los sanitarios somos confidentes<br />

necesarios y, por tanto, estamos obligados a guardar el secreto profesional.<br />

- Lealtad al paciente: que nos debe obligar a respetar su intimidad y su autonomía.<br />

La obligación de guardar la confidencialidad afecta tanto al personal sanitario, como al personal de atención al usuario y<br />

personal auxiliar y de servicio (limpieza, informática, área administrativa, etc.).<br />

Práctica de la confidencialidad<br />

Compartir información clínica: los datos clínicos del paciente sólo deben de ser accesibles a la persona que el paciente ha<br />

aceptado como profesional para hacerle sus consultas. En caso de ausencia del profesional de referencia, los datos de la<br />

historia clínica garantizan la continuidad de la atención entre profesionales, lo cual va en beneficio del paciente. La población<br />

debe saber (información oral cuando sea necesario y, sobre todo, información escrita: posters, trípticos, etc.) que los<br />

datos de su historia clínica serán consultados por los diferentes profesionales que pueden encontrarse en el momento de<br />

pedir atención. Los pacientes también deben saber que tienen el derecho a pedir que alguno, o la totalidad de sus datos,<br />

no sean accesibles a otros profesionales y los profesionales deberíamos poder garantizar este derecho. La excesiva rotación<br />

de profesionales que atienden a las personas dificulta el mantenimiento de la confidencialidad y echa a perder disminuye<br />

la confianza que nos deben depositar los pacientes (Vielva, 2000).<br />

86


Bioética para enfermería<br />

La información se debe compartir con las personas que tendrán que hacer un seguimiento del paciente. No hacerlo sería<br />

una irresponsabilidad que podría afectar un derecho fundamental: la garantía de una buena atención. En algunos casos<br />

será necesario compartir parte de la información incluso con el personal de atención al usuario, por el mismo motivo. En<br />

todo caso, sólo tenemos que compartir la información clínica que sea necesaria y con los profesionales estrictamente implicados<br />

en la atención del paciente: no es necesario compartir toda la información ni debemos hacerlo con todos los profesionales<br />

(León, 2011).<br />

Contrariamente, en las sesiones clínicas, o al requerirse una interconsulta profesional a otro miembro del equipo médico,<br />

se obviará los datos que identifiquen al paciente. Si es necesario que el compañero ratifique u opine sobre un hallazgo de<br />

la exploración física, debemos pedir, de forma sencilla y educada, el consentimiento al paciente; por ejemplo: “Si le parece<br />

bien comentaré su caso con otro profesional, me gustaría que otro facultativo también la explorase, si no tiene ningún<br />

inconveniente”.<br />

Evidentemente, las enfermedades no pueden ser objeto de tertulia, aunque seamos sanitarios o seamos conocidos de la<br />

persona de la que se habla. El uso que hagamos de los datos clínicos, y especialmente de la historia clínica, es lo suficiente<br />

trascendente como para ser tratado más extensamente en otro documento.<br />

Principio de no-abandono: exceptuando casos de grave objeción de conciencia, sería éticamente reprobable abandonar a<br />

un paciente que rechaza determinadas terapias, aun cuando los profesionales de la salud consideren que ese rechazo es<br />

inadecuado. Permanecer junto al paciente y establecer una comunicación empática es, muchas veces, la mejor forma de<br />

lograr que el paciente recapacite.<br />

Este principio ético nos previene también frente a una forma más sutil de abandono. La atención de pacientes terminales<br />

nos confronta necesariamente con las realidades del sufrimiento y la muerte, frente a las que pueden surgir la sensación<br />

de impotencia y la tentación de evadirse. Ello pone a prueba la verdad de nuestro respeto por la dignidad de toda perso-<br />

87


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

na, aun en condiciones de extrema debilidad y dependencia. El éstos de la Medicina Paliativa nos recuerda que, incluso<br />

cuando no se puede curar, siempre es posible acompañar y a veces también consolar (Drane, 1999).<br />

Principios bioéticos: propuesta de articulación desde la ética<br />

La ética tiene dos caras: la que apunta al bien que anhelamos realizar y que llamamos felicidad, y la que nos muestra el<br />

deber o la norma que debemos cumplir. En Aristóteles y las éticas teleológicas la atracción por el bien y el ideal de felicidad<br />

nos llevan a obrar con la ayuda de las virtudes. En Kant y las éticas deontológicas descubrimos en nosotros mismos<br />

los imperativos universales que norman nuestro actuar. La ética se vive en plenitud cuando se articulan las dos caras, teleológica<br />

y deontológica.<br />

Primer nivel ético: anhelo de una vida realizada; autonomía y no maleficencia: parte de "desear eficazmente una vida<br />

lograda". La ética es ese deseo antes que una mera normativa. Deseamos ser felices, disfrutar de una vida que valga la<br />

pena de ser vivida en un proyecto de autorrealización. La libertad está en la raíz del deseo: es el medio para lograr la felicidad.<br />

El enfermo, el paciente, debe explorar sus potencialidades y no renunciar a ese deseo.<br />

Acorde con ese deseo está la estima de sí mismo, psicológica (autoestima) y moral: la autoconfianza que no consiste sólo<br />

en constatar nuestras capacidades sino en tener una conciencia lúcida de las propias limitaciones. Todos somos sujetos<br />

de dignidad e iguales. Ricoeur comenta que "la estima de sí es moral cuando no es ególatra, reconoce a los otros como<br />

sujetos de autoestima dignos".<br />

Pero quizás una mejor respuesta, desde un sentido propiamente moral, sería que es aquella en la que hay concordancia<br />

entre lo que acabamos haciendo y siendo y los ideales que nos marcamos desde nuestras potencialidades, incluyendo las<br />

personales y las sociales, exigibles desde la justicia para todos. Esta sería una vida lograda con niveles de excelencia internos,<br />

y a la que estamos todos llamados, también los enfermos y las enfermeras.<br />

88


Bioética para enfermería<br />

La autonomía sería "la cara deontológica de la estima de sí que se concreta en un horizonte de realización". Se hace pasar<br />

al deseo de felicidad por la encima de la norma. No es un mero deseo, porque también debe tenerse presente la ley, pero<br />

tampoco hay una negación de la estima de sí, porque la ley que debemos obedecer nos la damos a nosotros mismos,<br />

guiados por la universalidad razonable de la misma. Planteada así, la autonomía está centrada por un lado en el sujeto,<br />

permite hablar de deberes para consigo mismo, no sólo hacia los demás, de modo que pudiéramos realizar con nosotros<br />

lo que queramos; por otro, se da siempre en una perspectiva relacional: debemos siempre considerar al otro como sujeto,<br />

con estima de sí, con autonomía. (Hernández, 2002)<br />

Segundo nivel ético: autonomía con y para los otros. Articular beneficencia y autonomía: nuestros proyectos autónomos<br />

de realización no son estrictamente individuales o individualistas. La apertura a los otros es precisamente lo que nos<br />

construye moralmente y posibilita la realización personal. La acogida equilibrada, la solicitud, la compasión, el respeto y el<br />

reconocimiento del otro son fundamentales en nuestra propia construcción moral. En la relación clínica es importante el<br />

respeto a la autonomía de la persona a la que se dirige la acción benefactora. Entre otras consecuencias, podemos mencionar:<br />

- No se puede hacer el bien sin contar con aquel a quien se le hace. En la base de toda relación humana está el respeto<br />

a la dignidad de la persona.<br />

- El paternalismo sólo se justifica si responde a carencias reales de autonomía, si se expresa sólo en el ámbito de esas<br />

carencias y en proporción a las mismas, y si se ejerce con la intención prioritaria de que el otro pueda superarlas en la<br />

medida de lo posible.<br />

- La beneficencia debe prolongarse todo lo posible en autonomía y ser sustitutiva de ésta sólo en lo inevitable.<br />

- Por lo tanto, es la autonomía la que debe abrirse lúcida y libremente a la beneficencia en la decisión del paciente responsable.<br />

- La acción benefactora no sólo debe respetar la autonomía; debe acogerla desde las demandas del beneficiario, que<br />

son un factor de discernimiento para el médico.<br />

89


Capítulo 5. Relación enfermera-paciente-familia<br />

Tercer nivel ético: articular autonomía, beneficencia y justicia: el profesional e la salud está ligado al paciente por un<br />

contrato profesional y en el marco de una institución. El médico es un agente que interviene, en lo que Ricoeur denomina,<br />

el "tercer nivel de la intención ética" que es la justicia. Pero a la vez debe establecer relaciones personalizadas con los<br />

pacientes que atiende, y por eso su actuación se mueve en el segundo nivel ético del "con y para los otros". No puede<br />

ignorar la justicia, pero debe actuar con beneficencia desde una ética de las virtudes que ayude al otro a conseguir una<br />

vida lograda.<br />

Por tanto, debe construirse también desde el principio de justicia, base de los principios de autonomía y beneficencia.<br />

Aquí es donde deben unirse la bioética y el derecho sanitario, pues ambos buscan el mismo fin: la atención de salud justa<br />

y una relación interpersonal que lleve a una vida lograda al paciente y a la enfermera.<br />

La calidad de la atención conlleva: excelencia en cuanto a obtener los mejores resultados, valor en cuanto al costo de los<br />

servicios ofrecidos, ajuste a unas determinadas especificaciones o estándares, y satisfacción de las expectativas de los<br />

usuario). Esto se puede conseguir mediante compromisos explícitos de las instituciones -con cartas de servicios, por<br />

ejemplo- y a través de procesos de acreditación de las instituciones de salud.<br />

También es imprescindible el principio de solidaridad, tanto social como individual. Una sociedad puede implementar un<br />

sistema que generalice la asistencia en salud a todos, con prestaciones de alta calidad si lo permite el desarrollo económico,<br />

pero podría ser calificado como deshumanizado, distante y no acogedor, y dar lugar a un aumento de las quejas o a<br />

una mala percepción de la atención recibida (Drane, 1999).<br />

90


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 6<br />

Consentimiento informado<br />

Antecedentes históricos del consentimiento informado<br />

En la literatura médica, el concepto informed consent es citado en nueve ocasiones entre 1930 y 1956; fue utilizado como<br />

tal, por vez primera, en la legislación de 1957 durante un recurso judicial en California. En España, ya en 1972, el Reglamento<br />

General de Gobierno y Servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social establecía que los enfermos<br />

tenían derecho a autorizar directamente o a través de sus allegados las intervenciones quirúrgicas y actuaciones terapéuticas<br />

que implican riesgo notorio previsible, así como a ser advertidos de su gravedad. En 1976 el convenio relativo a los<br />

derechos humanos y la biomedicina, elaborado por el Consejo de Europa, aborda exhaustivamente el Consentimiento<br />

Informado como primera norma internacional dentro de los derechos humanos. Los estados miembros del Consejo de<br />

Europa, los demás Estados y la comunidad europea, signatarios del presente convenio consideran en el capítulo 2, articulo<br />

número 5 como regla general, donde se señala que una intervención en el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse<br />

después de que la persona afectada haya dado su libre e inequívoco consentimiento.<br />

La información médica es un derecho de los pacientes constituye uno de los pilares sobre los que se asientan la relación<br />

del personal de salud con su paciente, forma una parte importante del acto asistencial y es un proceso que se debe garantizar<br />

y emprender las acciones necesarias para que los pacientes puedan participar activamente en la toma de decisiones<br />

y estén satisfechos con esta información (Broggi, 2005).<br />

Definición del consentimiento informado<br />

El consentimiento informado es un proceso gradual en el cual se da información veraz al paciente acerca de su estado de<br />

salud, de los procedimientos y técnicas que se le puede realizar, explicándole los riesgos y beneficios de cada una para<br />

91


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

que él sea capaz de tomar sus propias decisiones y de participar activamente en todo lo relacionado con su diagnóstico y<br />

tratamiento. (León, 2011)<br />

Elementos del conocimiento informado<br />

El conocimiento informado debe reunir los siguientes elementos: voluntad del paciente, información del médico y comprensión<br />

del paciente.<br />

Voluntariedad: se entiende que no debe existir ningún tipo de presión externa, ni influencias indebidas ni grados, persuasión<br />

ni manipulación, ni coerción.<br />

Información: se refiere a que cada sujeto debe recibir la información mínima necesaria, adaptada a su nivel de entendimiento,<br />

sobre el objetivo, procedimiento, beneficios esperados, riesgos potenciales, incomodidades derivadas, posibles<br />

alternativas, así como el carácter voluntario de su participación, sin prisas y dejando tiempo suficiente para la toma de<br />

decisiones. La información debe ser:<br />

Información suficiente: el consentimiento informado que brinda el profesional de enfermería debe ser amplio, que<br />

abarque las razones por las cuales se va a realizar el acto de cuidado, teniendo en cuenta las siguientes características<br />

qué se va a hacer, para qué y cómo se va a hacer, dar una explicación partiendo de un consentimiento claro del procedimiento<br />

a través de un lenguaje sencillo acorde con el usuario a quien va dirigido que le permita entender y comprender<br />

las acciones realizadas por el profesional, para llevar a cabo lo anterior, se debe tener en cuenta el espacio<br />

donde se efectúa la interacción, entendiendo esta última como una relación dialógica enfermera-usuario.<br />

Información adecuada: dentro de éste aspecto cabe resaltar que el profesional de enfermería al momento de dar<br />

información debe tener en cuenta que el usuario tenga conocimiento de por qué se realiza el acto de cuidado teniendo<br />

en cuenta los beneficios que va a obtener, de igual forma, las consecuencias a que está expuesto con el procedimiento<br />

obtenido de esta manera una verdadera satisfacción del usuario por la información recibida<br />

92


Bioética para enfermería<br />

Información oportuna: la información que realice el profesional de enfermería debe ser previo a un acto de cuidado<br />

teniendo en cuenta los aspectos anteriormente nombrados.<br />

Comprensión: se refiere a que el paciente haya comprendido la información proporcionada, capacidad del individuo<br />

para comprender.<br />

Sujetos del consentimiento informado<br />

Todos los pacientes que se vayan a someter a algún proceder diagnóstico o terapéutico deben ser capaces por derecho a<br />

decir libremente si participan en una investigación así como a someterse a un determinado método diagnóstico o terapéutico.<br />

Cuando se menciona el término capaz, hacemos hincapié en que muchos individuos<br />

entre ellos los niños adultos con trastornos mentales o afecciones neurológicas<br />

ejemplo demencia, con afectaciones de la conducta o personas que<br />

por desconocimiento de la medicina moderna tienen una capacidad limitada<br />

para dar un consentimiento suficientemente informado, en estos casos el profesional<br />

actuante ( médicos) debe obtener el consentimiento por poder de su<br />

tutor u otro representante debidamente autorizado.<br />

Quienes toman las decisiones y dan a conocer al médico en nuestro medio son<br />

familiares perfectamente establecido que el primer interesado de la información<br />

y el que tiene derecho a recibir es aquel a quien afecta más directamente, el paciente, este a su vez puede delegar<br />

ese derecho o reconocer a los que pueden compartirlo con él, sin embargo, sería una falta de realismo intentar obviar el<br />

papel de la familia ya que se trata del primer cuidado, el más directo y habitual y es lógico que participe de alguna manera<br />

en la información (Gracia, 2001).<br />

93


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

Significado del consentimiento informado para la enfermera<br />

La enfermera al igual que el médico tiene el deber de informar, por lo que si en la relación con el paciente se establece<br />

una verdadera relación de mutua confianza, establecida en la comunicación entre ambos existe consentimiento, pero<br />

además, es necesario que el paciente pueda consentir y decidir sobre el tratamiento o las exploraciones a realizar, por lo<br />

que para decidir es necesario que el médico informe al paciente correctamente. Esta información adecuada puede aumentar<br />

la confianza del enfermo en el médico y la enfermera, la cual será beneficiosa para la curación. La educación del<br />

paciente para recuperar la salud es un mandato imperativo de la medicina hipocrática. (León, 2011)<br />

Rol de la enfermera: en la actualidad la relación asistencial con el paciente se ha visto muy influida por los cambios sociales<br />

y tecnológicos, ello ha transformado tanto la percepción del paciente como la del propio profesional entendiendo la<br />

situación de manera desigual.<br />

La actividad que desarrolla enfermería por la ventaja que tiene con el resto<br />

del equipo de salud por su contacto continuo, prolongado e intenso con el<br />

paciente lo que permite conocerlo muy bien y establecer una estrecha relación<br />

afectiva con el paciente y familiares. El núcleo de esta relación es sin lugar<br />

a dudas la autonomía del paciente frente a la información, la comunicación<br />

y el consentimiento informado.<br />

La información debe darse en el contexto adecuado; el momento idóneo y<br />

contacto necesario en cada caso escuchando al paciente, que esta información<br />

no someta al paciente como sujeto pasivo.<br />

La enfermera podrá y deberá informar de todo aquello que le es propio y por tanto posee un conocimiento científico y<br />

profesional acerca de ello.<br />

94


Bioética para enfermería<br />

Pensemos por un momento en la ejecución de un tratamiento, aunque sea por delegación de otro profesional implica<br />

también solicitar el conocimiento informándole de todo lo concerniente a los cuidados que se le va a aplicar, manteniendo<br />

una actividad profesional en el sentido de la “información consentida” lo que significa la continua aprobación que se<br />

está solicitando al paciente de una forma táctica sobre aquello que se va a realizar o sea que actuara por su propia autonomía.<br />

Podríamos llevar la información asentida con conocimiento o información aprobada, lo importante no es el conocimiento<br />

sino la información siendo esta el núcleo principal de la atención de enfermería.<br />

El personal de enfermeras debe conocer aquello a lo que se enfrenta cada día y delimitar claramente lo que es responsabilidad<br />

suya y lo que no lo es, ya que actualmente el trabajo en equipo hace que se diluyan las responsabilidades e incluso<br />

se asignen a los que no las tienen.<br />

En cualquier caso la clave del consentimiento informado es la información respetando la autonomía del paciente. Por lo<br />

general se considera que una enfermera es excelente profesional cuando presta cuidados de tipo técnico óptimos; es por<br />

esto necesario la preparación del personal de enfermería en bioética ya que creemos el valor que tiene una sonrisa, unas<br />

palabras precisas pero cariñosas llenas de conocimiento científico pero también de respeto a la dignidad y autonomía del<br />

hombre enfermo, lo que hace la diferencia (León, 2011)<br />

Relación médico–paciente: el médico que atiende al paciente debe explicar adecuadamente en un lenguaje claro y simple,<br />

la naturaleza, propósito alcancé, riesgo potencial y resultados esperados de la operación propuesta, así como otras<br />

opciones de tratamientos especiales. Habitualmente el paciente quiere saber la duración provista de la hospitalización, la<br />

ausencia del trabajo y el costo de su tratamiento de la operación.<br />

Se debe ser preciso pero sin crear inquietudes innecesarios sobre riesgo muy raros o insignificantes. Por protección legal,<br />

el médico debe incluir en la historia del paciente una breve nota acerca de la conversación explicativa de los consecuencias<br />

y el alcancé posible de los procedimientos y la reacción del paciente.<br />

95


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

En la medicina no es posible plantear las circunstancias en términos extremos, una vez que el paciente ha sido aceptado<br />

para el tratamiento tiene el deber de desempeñar su función con su capacidad.<br />

Se debe brindar información sobre:<br />

Riesgo: fundamentalmente los de alta mortalidad, molestias y efectos secundarios posibles.<br />

Beneficios del procedimiento: a corto, mediano y largo plazo.<br />

Posibles procedimientos alternativos: explicar el riesgo, molestias y efectos secundarios respectivos y justificar los<br />

criterios que han guiado al médico en su decisión de recomendar el elegido en lugar de estos.<br />

Efectos previsibles: de la no realización de los procedimientos posibles.<br />

Comunicación al paciente: de la disposición del médico a compartir toda la información si lo desea, y a resolver todas<br />

las dudas que tenga.<br />

Revocatoria de la decisión tomada por el paciente.<br />

Significado del consentimiento informado para el paciente y la familia: el paciente y la familia tienen derecho a ser informado.<br />

El consentimiento debe entenderse como un proceso gradual y verbal en el seno de la relación médico- paciente,<br />

enfermera-paciente en virtud del cual el paciente acepta o no a someterse a un proceder o investigación después que<br />

el facultativo le haya informado sobre la naturaleza, los riesgos y beneficios que conlleva, así como sus posibles alternativas<br />

(Lorda, 2008).<br />

No es preciso pretender suministrar toda la información en una sola conversación sino poder contar con el tiempo para<br />

que el enfermo y la familia analicen los datos que se le aportan. Este trato repetido es una de las primeras determinantes<br />

para que crezca la sinceridad y la confianza entre el médico, enfermera, el paciente y la familia.<br />

La existencia de una relación deficiente entre el médico–enfermera–paciente, el no respetar la posibilidad de elección del<br />

enfermo, la comprensión del mensaje incorrecto o la carencia de tiempo pueden conllevar a decisiones erróneas.<br />

96


Bioética para enfermería<br />

Generalidades sobre los formularios del consentimiento informado<br />

El médico es quien tiene que obtener el consentimiento informado, realizarlo la técnica al paciente, no se puede dejar<br />

esta tarea en manos del profesional de enfermería. Lo adecuado es entregar el formulario cierto tiempo de solicitar su<br />

consentimiento para que el paciente lo lea, así puede pedir aclaraciones, discutirlo con su familia si lo desea y pensar su<br />

decisión.<br />

Una vez que el paciente ha firmado debe dársele una copia e incluir otra en la hoja de la historia clínica. Debe revisarse<br />

periódicamente para adoptar su contenido y su forma a las necesidades que se vayan detectando con el caso. Debe notificarse<br />

que se realizarán fotografías o grabaciones con propósitos didácticos, guardando siempre el anonimato, también<br />

la comunicación de la participación en la realización de las técnicas de estudiante, médicos sin formación especializada y<br />

otros profesionales de la salud, diferentes del médico al que se da el consentimiento, o la necesidad de realizar necropsias<br />

en caso de fallecimiento (Vargas, 2009).<br />

Análisis de la dificultad de formulacón escritos<br />

La dificultad formal o estructural depende de la estructura lingüística del<br />

texto. La dificultad material o terminológica no depende tanto de la estructura<br />

del texto como de su contenido, aunque formalmente dicho texto no<br />

fuera difícil, materialmente sí lo sería.<br />

Se recomienda sustituir tecnicismo por explicaciones sencillas no es tarea<br />

fácil, porque aumenta el número de las palabras y alarga mucho los textos;<br />

como ejemplo:<br />

El vocablo arritmia, es más sencillo que alteraciones del ritmo cardíaco<br />

con que late el corazón o problemas con los latidos del corazón.<br />

Es más difícil de comprender la frase infección de los senos paranasales<br />

97


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

que sinusitis, porque la idea general de sinusitis la tiene con todo el mundo.<br />

Para explicar una pericarditis, será mejor comprendida como inflamación de la membrana que envuelve el corazón.<br />

Formularios fáciles de leer y comprender<br />

Escribir con frases cortas y directas.<br />

Utilizar mínima cantidad posible de puntuaciones diferentes del punto y la coma.<br />

Usar palabras cortas. Escribe tal y como hablas.<br />

Hacer que el paciente y las personas sanas lean y critique los formularios. No confiar esta tarea exclusivamente al personal<br />

especializado.<br />

Procurar incluir el mínimo posible de palabras técnicas.<br />

Evitar en lo posible la proliferación de símbolos y números.<br />

Apartado declaración y firmas<br />

De incluir los siguientes elementos:<br />

Nombre completo del paciente, declaración que ha leído y comprendido todo lo expuesto. Lo que se cita anterior y de<br />

que se le han proporcionado las declaraciones complementarias adecuadas.<br />

Expresión explicita de su consentimiento voluntario para que se le realícela técnica y finalmente su firma.<br />

Nombre completo del médico que autoriza declaración de haber informado convenientemente del paciente y finalmente<br />

su firma.<br />

Tutores legales y familiares. Explicación al paciente ha sido declarado incompetente, a continuación nombre completo<br />

del tutor o familiar, declaración de que ha sido informado correctamente y de su consentimiento.<br />

Firma. La relación habitual de familiares es esposo, padres, hijos, hermanos y otros. Opcionalmente puede incluir un<br />

lugar para la figura del testigo. Nombre completo, declaración de fe y firma.<br />

Por último identificación correcta del enfermo, del hospital y del servicio responsable de la técnica.<br />

98


Bioética para enfermería<br />

Validez y autenticidad de la decisión<br />

Una decisión tomada por un sujeto voluntario, informado y competente, pero que va en contra de las escalas de valores<br />

que esta persona ha defendido a lo largo de toda su vida puede no ser en realidad auténtica.<br />

Situaciones invalidantes<br />

Consentimiento sin esperanzas.<br />

Consentimiento sin entendimientos.<br />

Consentimiento en estado de crisis.<br />

Situaciones especiales<br />

El personal de salud, en ocasiones enfrentará a un paciente que, luego de recibir el diagnóstico y una explicación clara y<br />

concisa del mismo, le dirá al médico: yo hago lo que usted crea que es lo mejor, doctor. El dilema del momento se centra<br />

en un paternalismo con permiso o paternalismo solicitado. El médico se preguntará si es válido asumir un rol paternalista<br />

y tomar decisiones por el paciente; adicionalmente, se presenta una inquietud respecto a si invalida el consentimiento<br />

informado el paternalismo solicitado.<br />

Pacientes a quienes no se les debe solicitar el consentimiento<br />

Existen tres grupos de personas a los cuales no puede solicitarse el consentimiento. Personas que no son autónomas ni<br />

pueden otorgar la autorización. En primer lugar, los menores de edad, por lo que el consentimiento informado deben<br />

darlo los padres o en otro caso al adulto responsable del menor; personas con incapacidad mental y pacientes inconscientes.<br />

El consentimiento informado lo otorgan familiares cercanos.<br />

Competencia<br />

Solo los pacientes competentes tienen derecho ético y legal de aceptar o rechazar un procedimiento propuesto, o sea, de<br />

otorgar o no el consentimiento. A los pacientes incompetentes se les niega este derecho y por lo tanto son otros los que<br />

99


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

toman las decisiones en su lugar. El Comité de Bioética puede colaborar en ello. En ocasiones será precisa la intervención<br />

judicial. El Principio de integración jurídica de normas existentes en Ecuador para precautelar el derecho del paciente y el<br />

código de ética médica señala en los artículos 5 y 6 de la Ley de Derechos y Amparo al Paciente, publicada en el suplemento<br />

del Registro Oficial 626 del 3 de febrero de 1995, donde se consagra el derecho del paciente a la información y a<br />

decidir el tratamiento. El artículo 5 se refiere al derecho a recibir información y el artículo 6 al derecho a decidir.<br />

Ventajas del modelo del consentimiento informado<br />

Provee tanto al personal médico como al paciente de una idea clara sobre sus responsabilidades y derecho. El de consentimiento<br />

informado es un documento bien definido para el uso de los abogados en caso de litigio. Es un derecho del ser<br />

humano.<br />

Desventaja del modelo del consentimiento informado<br />

Falla en la real implementación de la idea del consentimiento informado, pues aquellos pacientes en ocasiones no entienden<br />

la información que reciben y por tanto interpretan que su ayuda, en cuanto a la toma de decisiones sobre el tratamiento<br />

a aplicar, no es realmente deseada. Los médicos también sienten que esta forma de implementación del consentimiento<br />

informado es un sin sentido, que solamente deriva en una pérdida de tiempo. Hace de la relación médicopaciente<br />

un proceso más burocrático y menos humano. Sólo ofrece protección a los efectos legales (Lorda, 2008).<br />

Responsabilidad del consentimiento informado<br />

El documento del consentimiento forma parte permanente de la historia clínica del paciente.<br />

Es un deber del personal de enfermería y de los médicos comprobar la identidad del paciente y la historia a llegada de<br />

cualquier procedimiento, tratamiento que se va realizar.<br />

La hoja del consentimiento está en la historia y esta adecuadamente informado.<br />

La información del formulario es correcta.<br />

Si el médico se propone o quiere realizar un procedimiento y no especifico en el formulario, la enfermera es la responsable<br />

de informarle al médico que el paciente no conoce para que hable con los familiares o tutores para su autorización.<br />

100


Bioética para enfermería<br />

Consideraciones finales del consentimiento informado<br />

El consentimiento informado es una herramienta de “defensa” legal para el médico y un derecho del paciente<br />

Sin lugar a dudas la comunicación es un pilar fundamental en la relación médico-paciente-enfermera-familia<br />

La información tanto del paciente hacia el médico como viceversa ayuda a generar una buena respuesta en el paciente<br />

para que se realice su tratamiento.<br />

La buena comunicación no solo debe darse con el paciente, sino muchas veces también con la familia, más aún cuando<br />

el paciente es menor de edad, ancianos o no está en condiciones de tomar decisiones.<br />

El médico debe saber que su relación no se limita al paciente que está tratando sino que existe toda una familia detrás<br />

que también quiere saber qué es lo que ocurre, entonces debemos estar preparados para dar explicaciones, siempre y<br />

cuando sea necesario y no violemos el secreto profesional.<br />

Consentimiento informado de personas incapaces: ¿cómo y quién debe tomar las mejores decisiones?<br />

Cuando la condición de la persona no le permita recibir la información directamente o padezca de dificultades de entendimiento<br />

o se encuentre con alteración de conciencia, la información será dada a su representante legal, o en su defecto,<br />

a la persona bajo cuyo cuidado se encuentre. Sin perjuicio de lo anterior, una vez que haya recuperado la conciencia y la<br />

capacidad de comprender, deberá ser informada en los términos indicados en los incisos anteriores” (Proyecto Ley, 2007:<br />

artículo 8, Chile).<br />

El doctor Eduardo Rodríguez Yunta señaló que las Pautas CIOMS consideran como sujeto vulnerable a aquel que tiene<br />

una incapacidad sustancial para proteger intereses propios debido a impedimentos como: ineptitud para dar consentimiento<br />

informado, falta de medios alternativos para conseguir atención médica u otras necesidades de alto costo, o ser<br />

un miembro subordinado de un grupo jerárquico.<br />

101


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

Son grupos vulnerables en la investigación personas discapacitadas, niños, ancianos, enfermos mentales, presos, individuos<br />

pertenecientes a minorías y poblaciones de países subdesarrollados en<br />

quienes se realizan proyectos que no se pueden llevar a cabo en los países industrializados.<br />

La población vulnerable incluye a personas absoluta o relativamente<br />

incapaces de proteger sus propios intereses; específicamente pueden<br />

tener insuficiente poder, inteligencia, educación, recursos, fuerza u otros atributos<br />

necesarios para proteger sus intereses. Por ejemplo grupos subordinados,<br />

pacientes con enfermedades incurables.<br />

Un factor adicional se relaciona a que las decisiones no tienen similar relevancia<br />

para toda la población, asignando según el nivel cultural, una mayor trascendencia<br />

a determinada situación que se le presenta al individuo, de tal forma<br />

que, una decisión que conlleve riesgos graves y pocos beneficios requerirá<br />

una capacidad plena por parte del paciente. Al contrario, una decisión que conlleve<br />

claros beneficios con escasos riesgos requerirá un estándar de competencia<br />

menor.<br />

Por lo tanto, la competencia del paciente para consentir se debe verificar para cada forma y curso de tratamiento indicado.<br />

Esto se recoge en el Convenio Europeo sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina (1997) cuando recomienda la<br />

necesidad de pedir el consentimiento para las actuaciones terapéuticas concretas, incluso dentro de un ingreso no voluntario<br />

Lo primero es “desear eficazmente una vida lograda”. La ética es ese deseo, antes que una mera normativa. Deseamos<br />

ser felices, disfrutar de una vida que vale la pena ser vivida, lograda, realizada, en un proyecto de autorrealización. La libertad<br />

está en la raíz del deseo: es el medio para lograr la felicidad. El enfermo, el paciente debe aún en su situación explorar<br />

sus potencialidades y no renunciar a ese deseo; el médico también.<br />

102


La beneficencia debe prolongarse todo lo posible en autonomía, y ser sustitutiva de ésta sólo en lo inevitable.<br />

Bioética para enfermería<br />

En aquellos ámbitos en los que las personas tienen suficiente capacidad, tienen derecho al respeto a su autonomía, frente<br />

a cualquier paternalismo, aunque después desde ella les toca discernir lo que es su bien y tenerlo presente en su relación<br />

con el benefactor (el médico), esa es su responsabilidad (Salud., 2002).<br />

Tradicionalmente, la relación médico paciente se encontraba enmarcada en una situación de dependencia en la cual el<br />

primero decidía lo que era beneficioso para el paciente. El médico era el poseedor de una sabiduría alcanzada tras largos<br />

años de enseñanza universitaria por lo que era necio pensar que el paciente tuviera algo que decir acerca de su estado de<br />

salud. El usuario del servicio de salud era observado como un objeto que usando criterios meramente técnicos había que<br />

"reparar" y no como una persona con derechos que se debían respetar.<br />

Con el avance de la ciencia y la técnica, la medicina adquirió mayor eficiencia en el tratamiento de diversas enfermedades<br />

y la relación médico-paciente tendió a ser aún más asimétrica, es decir, más inclinada al lado de los galenos. Con el transcurso<br />

del tiempo. Comienza una evolución tendiente a reivindicar la posición del paciente impulsada precisamente por<br />

estos mismos. “Si bien la medicina en el último siglo avanzó considerablemente esta aún tiene sus límites para garantizar<br />

resultados absolutamente positivos, por lo que los pacientes cada día más manifiestan su deseo de participación en la<br />

toma de decisiones. El paciente pasa de ser un enfermo más, a un protagonista de su propia salud. De esta evolución surge<br />

el consentimiento informado” (Córdova, 1996).<br />

El deber de informar y el de someter al consentimiento<br />

Para brindar un adecuado tratamiento al tema del consentimiento informado, es necesario tener presente que este se<br />

encuentra integrado por dos deberes: el de información suficiente al usuario del servicio de salud y el de someter a su<br />

consentimiento los tratamientos que eventualmente se le podrían aplicar.<br />

103


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

Parte constitutiva del derecho al consentimiento informado es el suministro de la información necesaria al paciente para<br />

que tome la decisión que más convenga a sus intereses. La información suministrada a la persona que recibe el servicio<br />

de salud debe ser no sólo de su condición, sino también de las diferentes alternativas de tratamiento a las cuales pueden<br />

ser sometidas.<br />

En lo concerniente al deber de información es necesario que priven dos principios de mucha importancia a saber: la precisión<br />

y la claridad. Por precisión se entiende en materia de consentimiento informado que la información que se brinda al<br />

paciente sobre su estado de salud y sobre las alternativas<br />

de tratamiento sea suministrada de manera específica,<br />

exacta y de fácil entendimiento (claridad).<br />

Visto desde este punto, el consentimiento informado no es<br />

una forma de exoneración de la responsabilidad del médico,<br />

sino un medio de reivindicar el derecho de toda persona<br />

de decidir sobre el destino de su propia vida basándose<br />

en su jerarquía de valores e intereses (Hernández, 2010).<br />

De ahí que con mucha frecuencia, cuando las personas con<br />

discapacidad mental, con enfermedades psiquiátricas o menores de edad requieren de los servicios de salud no siempre<br />

se toma en consideración su voluntad para que se les practiquen diversos actos médicos. Es necesario reafirmar que estas<br />

personas son titulares del derecho al consentimiento informado dentro de los límites establecidos por el ordenamiento<br />

jurídico. Las normas del Código Civil que rigen la capacidad de las personas datan del siglo XIX, arrastrando una serie de<br />

estereotipos tendientes a observar a estas personas como incapaces de realizar actos o contratos por lo que tienen que<br />

ser protegidos. Es necesario desmitificar la imagen de esta población (León, 2011).<br />

Sistema de preceptos morales propugnados por Beauchamp y Childress aplicados a pacientes psiquiátricos<br />

1. Respeto a la autonomía (respeto a la capacidad de una toma de decisión de las personas autónomas).<br />

104


Bioética para enfermería<br />

2. No-maleficencia (evitar causar daño).<br />

3. Beneficencia (proporcionar beneficios y que éstos compensen los riesgos).<br />

4. Justicia (imparcialidad en la distribución de los beneficios y riesgos).<br />

5. Estos principios proporcionan un marco mediante el cual podemos identificar problemas morales y reflexionar sobre<br />

ellos. Los principios abstractos por sí solos no poseen suficiente contenido para ser aplicados a los matices de las circunstancias<br />

morales, como muestran con claridad las normas profesionales que rigen la psiquiatría.<br />

Respeto a la autonomía: es uno de los principios más mencionados en la ética psiquiátrica. Autonomía significa libertad<br />

frente a coacciones externas, y la presencia de una facultad mental crítica ejemplificada por la comprensión, la intencionalidad<br />

y la capacidad de tomar decisiones voluntarias. Muchas cuestiones de ética en psiquiatría tienen que ver con defectos<br />

en el respeto hacia la autonomía de la persona, desde la revelación insuficiente y manipulativa de la información<br />

pertinente, hasta el no reconocimiento de un rechazo a las intervenciones médicas (se debe acatar una decisión autónoma<br />

de rechazo de un paciente autónomo e informado). Las implicaciones de este principio no han sido estimadas hasta<br />

épocas recientes.<br />

Si se requiere la autonomía para autorizar un tratamiento, entonces este no se podría autorizar aun cuando fuese beneficioso.<br />

¿Hay algo que pueda garantizar el tratamiento? , ¿Habría que solicitar el consentimiento del tutor?, ¿Los propios<br />

beneficios terapéuticos constituyen una base moral adecuada para actuar?<br />

No-maleficencia: entre los principios de ética médica más antiguos está el de “primum, non nocere” (ante todo, no hagas<br />

mal).<br />

Beneficencia: exige ayudar a los demás más allá de sus legítimos intereses, evitando o eliminando habitualmente los posibles<br />

daños. Los beneficios que un psiquiatra puede contribuir a proporcionar incluyen la colaboración con los pacientes<br />

para encontrar formas adecuadas de apoyo económico y ayudarles a obtener el acceso a los cuidados sanitarios o a los<br />

105


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

protocolos de investigación. A veces el beneficio es para el paciente; otras veces para la sociedad. No existe el deber de<br />

beneficencia en cualquier circunstancia de riesgo.<br />

Una de las motivaciones para separar la no maleficencia de la beneficencia, es que éstas entran en conflicto cuando uno<br />

debe proporcionar un beneficio o evitar un mal y no puede logra ambos.<br />

Justicia: no existe un único principio de justicia, las teorías igualitarias de la justicia acentúan un acceso equitativo a los<br />

bienes primarios; las teorías liberales hacen hincapié en los derechos a la libertad social y económica, y las teorías utilitaristas<br />

destacan un empleo mixto de tales criterios para lograr la máxima utilidad pública y privada.<br />

En caso de no existir atención universal a la población, el papel de la gestión de la asistencia psiquiatría puede plantear<br />

problemas de justicia distributiva: ¿qué formas de enfermedad mental deben cubrir los seguros sanitarios? y ¿cuál es el<br />

papel del concepto de “necesidad médica” en el establecimiento de tales determinaciones?<br />

Moralidad profesional<br />

Paternalismo médico: la esencia del paternalismo es soslayar la autonomía de una persona con la intención de proporcionarle<br />

un beneficio médico. Para Beauchamp, existen ejemplos de paternalismo como: el internamiento forzoso en instituciones<br />

para recibir un tratamiento, los intervenciones para detener los suicidios “racionales”, la reanimación de pacientes<br />

que hayan pedido que no se les reanime, la ocultación de información médica solicitada por los pacientes, los cuidados<br />

psiquiátricos forzosos y la denegación de un tratamiento innovador a los pacientes que deseen probarlo. Los filósofos<br />

y abogados han apoyado el punto de vista de que las intervenciones sólo pueden ser válidas cuando los pacientes sean<br />

de alguna manera incapaces de elegir voluntariamente o de realizar acciones autónomas.<br />

Para otros, defensores del paternalismo, éste está justificado si, y solo si, los daños que se eviten a la persona sean mayores<br />

que los daños o afrentas (si las hubo) causadas por la interferencia en su libertad.<br />

106


Bioética para enfermería<br />

La fuente fundamental de diferencias entre los partidarios y detractores del paternalismo descansa en el énfasis que cada<br />

uno concede a la capacidad para la acción autónoma de los pacientes que realizan “una elección”.<br />

Fundamento del consentimiento informado: la libertad o autodeterminación<br />

Clases de tratamientos sanitarios: voluntarios y obligatorios: la regla general en los tratamientos sanitarios es la voluntariedad<br />

(en significado amplio). Sin embargo, como excepción, existe la posibilidad de establecer tratamientos sanitarios<br />

obligatorios, es decir, aun sin contar con el consentimiento de los pacientes. Para una intervención sanitaria de tal carácter,<br />

nuestra ley exige “razones sanitarias de urgencia o necesidad”, no cabe en esos casos disponer dichas medidas cuando<br />

la situación pueda ser combatida con medios normales.<br />

Tratamientos voluntarios y la información: la información terapéutica, la información para el consentimiento, y la información<br />

no clínica: cuando se habla del deber de información clínica se tiende a identificar tal exigencia con la explicación<br />

al paciente de todo aquellos extremos que son necesarios para que éste pueda emitir un consentimiento válido en<br />

relación con su tratamiento (consentimiento informado). Sin embargo, cada vez está más ampliamente asumido por profesionales<br />

sanitarios y juristas, que el deber de información clínica presenta una doble vertiente, según su función. Por un<br />

lado está el deber de información como presupuesto del consentimiento informado, y por otro, el deber de información<br />

como presupuesto indispensable de un tratamiento óptimo. Hacer breve referencia a la información no clínica, y, por tanto,<br />

al margen de la relación médico-paciente, situándose en este apartado todo lo referente a información epidemiológica,<br />

u otras informaciones que no vamos a tratar ahora.<br />

Elementos de la Información: en primer lugar, señalar que la información constituye un proceso de relación, y es, por<br />

tanto, un proceso verbal, hablado, en el cual se produce una continua interacción e intercambio de información entre el<br />

sanitario y el paciente. Habría que trasmitir la información que una persona sensata, en la posición del paciente, querría<br />

conocer con el fin de tomar una decisión, lo que se ha dado a llamar el “criterio de la persona razonable”. Todo esto supone<br />

un reto para los médicos, ya que urge a mejorar métodos y canales de comunicación con los pacientes.<br />

107


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

La comprensibilidad de la información es otro requisito formal capital pues sólo se puede garantizar la compresión racional<br />

del mensaje si se utiliza un lenguaje asequible y adecuado al nivel cultural e intelectual y a las condiciones emocionales<br />

del sujeto, huyendo del uso de tecnicismos. Asimismo, las noticias que puedan ser inquietantes para el paciente deben<br />

ser trasmitidas gradualmente y de manera que disminuya la angustia” (Lorda, 2008).<br />

Destinatarios de la información: en principio, el destinatario de la información es el propio paciente o usuario, o la persona<br />

legitimada para recibirla. Se presumirán legitimados a estos efectos sus familiares más próximos y los acompañantes<br />

en el momento de la admisión en el hospital, si así lo autoriza el paciente de manera expresa o tácita (hechos concluyentes).<br />

En el caso de menores o incapaces, se recurrirá a la figura del representante<br />

legal o pariente más próximo, y, cuando así lo exijan las leyes para determinados<br />

supuestos especiales, se informará, si es preciso, al propio juez<br />

(por ejemplo, en los supuestos de internamiento psiquiátrico involuntario)<br />

(Lorda, 2008).<br />

En el caso de que el médico dude de la capacidad de hecho del paciente para<br />

tomar decisiones, aun cuando éste, siendo mayor de edad y legalmente capaz,<br />

haya dado su consentimiento a la intervención, parece recomendable recabar<br />

de los familiares que asuman o no la decisión del paciente, y, en caso de discordancia,<br />

recurrir al juez.<br />

Voluntariedad: el requisito de voluntariedad quedó configurado dentro de la teoría del CI desde la aparición del Código<br />

de Nuremberg que en su primer artículo comienza con la frase “El consentimiento voluntario del sujeto es absolutamente<br />

esencial”. Este concepto se ha desarrollado desde la perspectiva bioética, con las aportaciones, fundamentalmente, del<br />

Informe Belmont y el análisis de Faden y Beauchamp (1986).<br />

108


Bioética para enfermería<br />

Desde la perspectiva del Derecho Español, el requisito de libertad es fundamental en la teoría del consentimiento, ya que,<br />

para nuestro ordenamiento, el consentimiento supone la concurrencia de dos libres voluntades sobre un mismo objeto –<br />

en este caso, la actividad médica sobre el cuerpo del paciente-. Por ello el consentimiento no será válido si es emitido<br />

bajo la influencia de los llamados vicios de la voluntad.<br />

En la práctica clínica, los problemas sobre la validez del consentimiento, suelen deberse a las dificultades existentes para<br />

diferenciar la coacción de la persuasión, sobre todo cuando se presenta una forma sutil de coacción que podría llamarse<br />

“coacción situacional” que es aquélla que sufren algunos residentes de determinadas instituciones (psiquiátricas, penales,<br />

de rehabilitación y de otro tipo) en las que se les considera incapaces de otorgar un consentimiento voluntario para cualquier<br />

tipo de procedimiento deseado por la institución. La actitud pasiva de dichos residentes, que aceptan sin más las<br />

recomendaciones que se les dan, se debería a la dependencia que tienen de dicha institución para satisfacer muchas de<br />

sus necesidades y, en algunos casos, para así poder tener la oportunidad de salir de ella (León, 2011).<br />

Capacidad: es el elemento del CI que suscita más, dudas, ya que la capacidad es un concepto complejo, no bien establecido,<br />

que participa de la Filosofía, el Derecho, la Medicina y la Psicología, y que se utiliza unas veces como equivalente a<br />

capacidad legal, y otras como capacidad mental.<br />

Criterios de capacidad de decisión<br />

El criterio más utilizado en EEUU, a nivel legal, es el propuesto por Roth y colaboradores en 1977. Ellos insisten en lo que<br />

ya se ha comentado: que la capacidad se debe presumir mientras no se pruebe lo contrario. Para los casos en que la evaluación<br />

de la capacidad sea problemática, los autores han ideado una escala móvil de test de capacidad que va desde el<br />

test más simple, que sirve para saber si el paciente manifiesta su decisión ante el procedimiento que se le propone, hasta<br />

el test más elaborado, que explora con detalle si el paciente comprende realmente todos los elementos de la decisión a<br />

tomar. En concreto, los autores describen los siguientes test:<br />

109


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

1. Comunicar una decisión: elegir, decir sí o no ante el procedimiento diagnóstico o terapéutico propuesto, afirmar o<br />

negar con la cabeza o empeñarse en otro comportamiento significativo, es el test situado a un nivel más bajo de exigencia<br />

para evaluar la capacidad, y el más respetuoso con la autonomía del paciente.<br />

2. Tomar una decisión razonable: idéntica a la que tomaría una “persona razonable” si se encontrara en la misma situación<br />

del paciente. Aquí el énfasis se pone en el resultado de la decisión tomada más que en si ésta existe auténticamente<br />

o en la forma en que se alcanzó.<br />

3. Tomar una decisión basada en motivos racionales: es un test que busca evaluar la calidad del proceso de razonamiento<br />

del paciente más que el resultado del mismo. Permite detectar decisiones realizadas por un sujeto que tenga<br />

afectado su raciocinio debido a una enfermedad mental. Según este criterio, el sujeto que toma decisiones basadas en<br />

un razonamiento delirante se considera incapaz.<br />

4. Comprender la información necesaria para tomar la decisión: esto supone comprender el significado de la información<br />

ofrecida, los riesgos, beneficios y alternativas del tratamiento. Constituye el test más en línea con la actuación de<br />

los tribunales, que de hecho asocian capacidad y comprensión y lo expresan indicando que los pacientes que conocen<br />

o comprenden los riesgos y beneficios de los que se les informa, son capaces.<br />

5. Comprender realmente todos los aspectos relevantes de la decisión a tomar: éste es el test más complejo y el situado<br />

a un nivel más alto de exigencia. Establece la capacidad del sujeto analizando a posteriori la forma en que el paciente<br />

ha comprendido realmente la situación en que se encuentra y la información relevante para tomar finalmente<br />

una decisión. Los problemas que se presentan a la hora de utilizar este criterio son importantes, ya que no existe una<br />

definición aceptada universalmente de la compresión y los procedimientos utilizados para evaluarla tienen grandes dificultades.<br />

La mayoría de procedimientos se han centrado en evaluar la memoria como si ésta fuera sinónimo de<br />

compresión, cuando de hecho, lo que los pacientes recuerdan es sólo una parte de lo que pueden haber comprendido.<br />

Además, la información puede no haber sido proporcionada, o ser inadecuada.<br />

110


Bioética para enfermería<br />

Consentimiento de personas incompetentes o menores<br />

Cuando un adulto competente busca un tratamiento médico, el proceso de obtener el consentimiento informado parece<br />

ser relativamente fácil. Sin embargo, en los casos de personas con discapacidad mental o niños que requieren de un tratamiento,<br />

la capacidad de lograr el consentimiento informado se hace más difícil. En estas situaciones, surgen serias preguntas<br />

en relación con quién puede dar el consentimiento informado para estas personas.<br />

Casi siempre, a una persona con discapacidad mental se le asigna un cuidador con autorización para tomar decisiones<br />

médicas y dar el consentimiento informado en su nombre. Los proveedores médicos necesitan asegurarse de que cuando<br />

obtienen el consentimiento informado para personas incapacitadas, lo hayan obtenido de la persona o las personas correctas.<br />

En la mayoría de los casos, los padres pueden dar el consentimiento informado para el tratamiento de sus hijos menores.<br />

Sin embargo, algunos estados autorizan a los jóvenes adultos, menores de dieciocho años, a que cumplan un rol más activo<br />

en su cuidado y tratamiento médico, incluido el proceso de consentimiento informado. No obstante, de conformidad<br />

con estas leyes, no todos los adolescentes están capacitados para tomar decisiones de consentimiento informado.” En su<br />

lugar, la mayoría de los estados se concentran en los "menores maduros" con capacidad para comprender la naturaleza y<br />

las consecuencias del tratamiento. En esos estados, dichos jóvenes adultos pueden estar en condiciones de dar su consentimiento<br />

sin consultar a sus padres. Por ejemplo, algunos estados han aprobado leyes específicas para que los menores<br />

den consentimiento, sin el conocimiento o la aprobación de los padres, para tratamientos de atención de salud relacionados<br />

con el abuso de sustancias tóxicas, salud mental y actividad sexual.” (León, 2011)<br />

Por otro lado es de señalar que existen países en los que se considera legal el consentimiento informado en las personas<br />

menores entre los 14 y 18 años, realidad que no es aplicable ni esta legislada en Ecuador.<br />

111


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

En el caso de Chile por ejemplo la legislación señala que el mayor de 14 años es competente no sólo para recibir la información<br />

o participar en el consentimiento informado, sino que le concede la facultad de decidir si su información clínica<br />

debe o no dársele a sus padres y si éstos deben participar o no en el proceso de consentimiento informado.<br />

La información puede ser proporcionada directamente a los mayores de catorce años de edad y menores de dieciocho.<br />

Asimismo, el médico debe, con consentimiento del menor, informar a los padres o representantes legales, o en su defecto,<br />

a la persona que lo tenga bajo su tuición o cuidado. En caso de que el menor no esté de acuerdo con que éstos sean<br />

informados, el médico consultará al comité de ética que corresponda, el que decidirá sobre la pertinencia de proporcionarles<br />

la información.<br />

De igual forma, se deberá informar a los menores de catorce años de edad, atendiendo sus condiciones de desarrollo<br />

psíquico, su competencia cognitiva y su situación personal, sin perjuicio de que se informe directamente, en los términos<br />

del inciso anterior, a los representantes legales". Por lo tanto, la última palabra la tendría en todo caso, no el parecer prudente<br />

del médico o equipo tratante, sino el Comité de Ética, que por esto se convierte en mediador en problemas que no<br />

son estrictamente de ética clínica, sino producto de situaciones de confianza o desconfianza en el seno familiar. De hecho<br />

no es una norma estricta, sino que su resolución debe darse en el ámbito de confianza de la relación médico-paciente,<br />

que debe incluir también a los familiares de todo paciente.” (Romananach, 2008)<br />

En el caso de España, El Comité de Expertos en Consentimiento Informado de Navarra dice: Si el paciente es un menor de<br />

más de 12 años (de conformidad con lo previsto en el artículo 162.1 del Código Civil) y, a juicio del médico, reúne las condiciones<br />

de madurez suficientes para recibir información y otorgar su consentimiento informado será firmado por él<br />

además de por sus padres o representante legal.<br />

Si la decisión del menor es más protectora de su salud que la sus padres o representantes legales, deberá bastar con su<br />

consentimiento. Hay que tener en cuenta que la negación de los padres a un tratamiento de eficacia probada requiere<br />

intervención del juez.<br />

112


113<br />

Bioética para enfermería<br />

Desafíos<br />

Es importante comprender que la cuestión de adoptar una decisión en salud no es un problema de edad, sino de competencia,<br />

lo que impone grandes desafíos, en especial en lo relativo a la atención del paciente anciano o adulto mayor:<br />

Eliminar el estigma que considera a los ancianos como individuos vulnerables en sentido negativo, es decir, considerar<br />

a priori que no pueden ejercer sus derechos por sí mismos.<br />

Colaborar con las acciones que se dirijan a cambiar la percepción social acerca del valor que tienen los adultos mayores.<br />

Permitirles una participación activa en su atención de salud.<br />

Facilitarles información.<br />

Brindarles compañía.<br />

Atender sus necesidades individuales (dolor, abandono, presión, inseguridades).<br />

Velar por lo que ellos como pacientes desean y necesitan y no por lo que el grupo familiar desea o necesita.<br />

Resguardar su confidencialidad.<br />

Velar por su interés superior.<br />

El consentimiento Informado implica un ejercicio de deliberación, es decir, aquellos que participan en la toma de decisión<br />

deben sopesar los pro y los contra de cada una de las alternativas o posibles campos de acción existentes; debe existir el<br />

deseo de mediar, de encontrar un justo medio entre las distintas alternativas; ello exige de tolerancia por parte del agente<br />

sanitario, quien debe entender que la solución que cree correcta no es, necesariamente, la única, y prudencia por parte<br />

del paciente, quien debe mostrar la debida cautela, moderación y templanza<br />

Es un proceso que requiere capacidad de comprensión: uno de los aspectos más difíciles es determinar qué pacientes<br />

pueden decidir por sí mismos y quienes requieren de otros para decidir. Tradicionalmente se ha considerado que el paciente<br />

mayor de 18 años está capacitado para decidir, no así el menor de 18 años, en cuyo caso deben decidir sus padres<br />

o un tercero; asimismo, en el caso de los ancianos se presume que es un tercero quien debe tomar las decisiones, pues a<br />

priori se estima que dada su avanzada edad sus capacidades se encuentran disminuidas. El Proyecto pretende superar


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

esta dificultad, desechando el tradicional criterio de capacidad, optando por un criterio-reconocido a nivel internacionalde<br />

competencia, entendiendo por tal la aptitud personal del paciente que le permite comprender la información que se le<br />

está entregando, valorarla, deliberar y emitir una decisión, asumiendo las consecuencias de la misma. Se trata de un criterio<br />

no ligado a la edad de los individuos, sino a su madurez moral (Lorda, 2008).<br />

Proceso que termina con una decisión: si bien se habla de consentimiento informado, se trata de un proceso que no necesariamente<br />

puede terminar con un consentimiento, es decir, el paciente tiene la posibilidad de aceptar lo que se le<br />

ofrece, o bien, rechazarlo. Así lo pone de manifiesto el Proyecto (artículo 14 inciso primero) que dice “Toda persona tiene<br />

derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier procedimiento o tratamiento vinculado a su atención<br />

de salud”.<br />

Por tanto al momento de tomar una decisión en salud debemos intentar responder a una serie de preguntas: ¿quién decide?,<br />

¿por quién está decidiendo?, ¿sobre qué está decidiendo?, ¿qué se va a decidir?<br />

Para dar respuesta a estas preguntas y adoptar una decisión en salud, no basta sólo con lo que la Medicina establece sobre<br />

qué es posible hacer, ni tampoco basta con lo que señala el Derecho sobre lo que está permitido hacer, sino que es<br />

necesario también considerar lo que aconseja la Ética sobre qué es bueno hacer.<br />

En materia de consentimiento informado en los pacientes adultos mayores, no necesariamente se debe buscar la mejor<br />

opción, porque muchas veces en la búsqueda de la perfección se pierden los objetivos, sino que se debe buscar la alternativa<br />

más racional y razonable, lo que implica tener en especial consideración al paciente a quien esa decisión involucra,<br />

sus deseos y expectativas, valorar la utilidad de los cursos de acción y observar lo que éstos persiguen: cantidad o la<br />

calidad y reconocer que el consentimiento informado perfecto no existe y que cada caso, es un caso especial.<br />

114


Bioética para enfermería<br />

Finalmente como enfermera y docente de enfermería que he trabajado en<br />

áreas clínicas con pacientes de diferentes condiciones debo señalar que un<br />

aporte importante en el trabajo cotidiano es la aplicación de principios bioéticos<br />

orientadores del quehacer profesional bajo un nuevo paradigma.<br />

Dilemas bioéticos como el consentimiento informado y la participación de la<br />

persona en la toma de decisiones que afectan su propia vida, implican para el<br />

profesional un desafío, la entrega de información adecuada y oportuna, el<br />

desarrollo de conductas profesionales que favorezcan la autonomía y el reconocimiento<br />

de estas personas como interlocutores válidos.<br />

Conclusiones:<br />

Los pacientes tienen derecho a recibir una completa información sobre los tratamientos o procedimientos que recibirán.<br />

Si no se le entrega la información, los proveedores de atención de salud pueden quedar expuestos a acciones<br />

por responsabilidad legal.<br />

Como regla general no puede llevarse a cabo ninguna actuación en el ámbito de la salud del paciente si él mismo no<br />

ha prestado su consentimiento. Antes de examinar, tratar o intervenir a un paciente adulto competente debemos obtener<br />

su consentimiento. Se debe asumir que los adultos, incluidas las personas con discapacidad intelectual, son<br />

siempre competentes a menos que se demuestre lo contario. En caso de dudas sobre su competencia la pregunta a<br />

responder es: “¿puede este paciente entender y considerar la información necesaria para tomar esta decisión?”<br />

El concepto de consentimiento informado se basa en el principio de que un paciente tiene el derecho a impedir el<br />

contacto no autorizado con su persona y, de esta manera, un médico tiene el deber de entregarle información para<br />

que pueda tomar una decisión con conocimiento de causa en relación con el tratamiento, basándose en la comprensión<br />

del tratamiento que va a recibir.<br />

115


Capítulo 6. Consentimiento informado<br />

El deber ético primordial de los profesionales, en el ámbito de la psiquiatría, es promover la mayor participación posible<br />

del paciente en las decisiones que se tomen sobre su salud, así como mejorar su competencia mediante el tratamiento<br />

y mediante la educación en salud.<br />

Las personas con discapacidad son discriminadas frente a las personas sin discapacidad cuando se trata de elegir entre<br />

la vida y la muerte, ya sea por medio de un aborto, la manipulación genética, o la eutanasia. También son discriminadas<br />

cuando se realizan consideraciones sobre su integridad física y se permiten los tratamiento forzosos como la esterilización<br />

y aquellos llevado a cabo en el ámbito de la psiquiatría,<br />

Desde la ética y dejando aparte lo que la legislación pertinente de casa país diga, el consentimiento informado entre<br />

los 14 y 18 años deben fírmalo el propio menor y, en lo posible, uno de sus padres o tutores legales o los dos. En casos<br />

de conflicto, debe guiar al médico la voluntariedad del menor junto con la consideración de su debida competencia,<br />

parcial, no plena, pero suficiente para el grado de decisiones que está tomando. En casos de posible peligro de su vida<br />

o complicaciones que afecten gravemente a su salud, la decisión no podría tomarla solo.<br />

En materia de consentimiento informado en los pacientes adultos mayores, no necesariamente se debe buscar la mejor<br />

opción, porque muchas veces en la búsqueda de la perfección se pierden los objetivos, sino que se debe buscar la<br />

alternativa más racional y razonable, lo que implica tener en especial consideración al paciente a quien esa decisión<br />

involucra, sus deseos y expectativas, valorar la utilidad de los cursos de acción y observar lo que éstos persiguen: cantidad<br />

o la calidad y reconocer que el consentimiento informado perfecto no existe y que cada caso, es un caso especial.<br />

116


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 7<br />

Secreto profesional<br />

Introducción<br />

La palabra secreto viene del latín secretum (que debe ser guardado en reserva), es decir, es una actitud de reserva. El secreto<br />

profesional constituye una obligación de confidencialidad, que se impone por la necesidad de que exista una absoluta<br />

confianza entre el profesional y quienes acuden a solicitar sus servicios. Por ejemplo un acusado no podría contar la<br />

verdad a un abogado si luego se pudiese obligar al abogado a declarar como testigo lo que le ha contado.<br />

En el juramento Hipocrático se estipula que … aquello que yo viere u oyere en la sociedad, durante el ejercicio, o incluso<br />

fuera del ejercicio de mi profesión, lo callaré, puesto que jamás hay necesidad de divulgarlo, considerando siempre la discreción<br />

como un deber en tales casos…<br />

El secreto profesional obliga a asistir a los demás con sus consejos o cuidados por ejemplo: abogados, médicos enfermeras,<br />

consejeros de oficio o sacerdotes. Estos últimos tienen la obligación de mantener el secreto de confesión; dicha obligación<br />

es paralela a la ley y deberá ser refrendada por el ordenamiento jurídico para que tenga validez ante el juez, por lo<br />

tanto es esencialmente moral (Gafo, 2000).<br />

Clasificación: existen tres clases de secreto:<br />

1. Secreto natural: es independiente de todo contrato se extiende a todo lo que ya sea descubierto por casualidad,<br />

por investigación personal o por confidencia, y no puede divulgarse. Parte en virtud del precepto moral que prohíbe<br />

perjudicar a los demás sin motivo razonable.<br />

117


Capítulo 7. Secreto profesional<br />

2. Secreto prometido: nace de un contrato, de la promesa de guardar silencio después de haber conocido el hecho<br />

ya sea por casualidad, por investigación personal o por confidencia espontanea o provocada. Un mismo secreto<br />

puede ser a la vez natural y prometido.<br />

3. Secreto confiado: nace de una promesa explícita o tácita hecha antes de recibir la confidencia de lo que se oculta.<br />

Se le comunica que previamente ha prometido guardar silencio y le es participado lo que se mantenía oculto.<br />

Secreto médico<br />

Es una tradición en la profesión médica y una variedad del secreto común a todos los profesionales. El médico en la atención<br />

cotidiana de sus pacientes, accede atreves de la anamnesis, examen físico y estudios complementarios al conocimiento<br />

de datos y circunstancias que adquieren carácter de confidencialidad, y están obligados a mantenerlos en el más<br />

absoluto hermetismo.<br />

Tipos y variantes de secreto médico<br />

Secreto médico absoluto: negación inquebrantable de cualquier tipo de revelación.<br />

El médico no podrá confiar un hecho conocido a través de su profesión<br />

ni a sus colaboradores. Esta modalidad es utilizada en Inglaterra.<br />

Secreto médico relativo: aceptado por América del Sur, convalida la revelación<br />

a personas y entidades correspondientes (con discreción y límites) siempre<br />

que hubiere una razón suficiente “justa causa”.<br />

Secreto médico compartido: variante del anterior y utilizado por los franceses<br />

y amplia el conocimiento a otro médico o auxiliar de un hecho de su profesión<br />

siempre que redunde en el beneficio terapéutico del paciente.<br />

118


Bioética para enfermería<br />

Secreto profesional en enfermería<br />

Según la enciclopedia Larousse el secreto profesional se impone a todas aquellas personas a quienes se confían secretos<br />

por razón de su estado, profesión o cargo. Por tanto, se entiende como secreto profesional aquello que se mantiene oculto<br />

a los demás y surge del ejercicio de la profesión, es decir, en el caso de las profesiones sanitarias, de la comunicación<br />

privilegiada profesional de salud-paciente, por lo que constituye una obligación moral para el profesional de salud guardar<br />

en secreto las confidencias conocidas en el ejercicio de la profesión (Larousse Diccionario, París, 2001).<br />

Las legislaciones adoptan diversas posiciones que abarcan desde la protección absoluta del secreto profesional hasta la<br />

querella del ofendido. En Cuba, el secreto profesional de los profesionales sanitarios se reconoce como un deber explícito<br />

en las normas deontológicas de la profesión, siempre que su ejercicio no afecte a terceros.<br />

En nuestros días, y en cuanto al desarrollo de los medios de comunicación, la existencia de los archivos de las historias<br />

clínicas, que guardan información referente a estilos de vida, incluyendo cuestiones íntimas, resultados de las investigaciones<br />

que se realizan -que pueden hacerse en diferentes lugares, distantes entre sí así como el trabajo en equipo, hacen<br />

bien difícil mantener un concepto cerrado de secreto profesional y se hace necesaria una confidencialidad compartida.<br />

Por otra parte, es fundamental tener siempre presente el derecho moral del paciente al respeto de su integridad, que<br />

incluye la no divulgación de información confidencial que le concierne, así como el respeto a su autonomía, que en este<br />

caso se ejerce cuando es la propia persona la que decide qué y cuánto de lo que ha confiado a los profesionales sanitarios<br />

puede ser divulgado. (Rueda, 2004)<br />

Al propio tiempo, el profesional de la salud tiene que saber que el derecho de confidencialidad no es absoluto, pues<br />

cuando ese derecho entra en confrontación con la integridad de otras personas, entonces surgen limitaciones. Por ejemplo,<br />

en casos médico- legales en los que hay que determinar la causa de muerte.<br />

119


Capítulo 7. Secreto profesional<br />

En el caso del trabajo en equipo hay que garantizar que se mantenga el derecho de la intimidad y eso sólo podría lograrse<br />

tratando siempre de que sean pocos los profesionales relacionados con los secretos del paciente; entonces sería un secreto<br />

compartido entre confidentes.<br />

El reconocimiento de los principios de autonomía y respeto a la integridad e intimidad de las personas son necesarias,<br />

pero no totalmente suficiente para preservar la integridad de la persona enferma. Es importante que los profesionales de<br />

salud, y especialmente las enfermeras(os), que son las que están más cerca de los enfermos y más tiempo junto a ellos y<br />

sus familiares, tengan la suficiente entereza moral para respetar los matices y sutilezas del derecho moral de los pacientes<br />

a su autonomía. (Cardona, 2000)<br />

Por tanto, el profesional de la salud y en particular la enfermera(o), por las razones antes expuestas- debe ser una persona<br />

que tenga la virtud de la integridad, una persona que no sólo acepte el respeto de la autonomía de otras como principio<br />

o concepto, sino también una persona en la que se pueda confiar para que interprete su aplicación con la máxima<br />

sensibilidad moral.<br />

Se hace necesario que los profesionales de la salud dominen las diferencias que existen entre secreto médico (compromiso<br />

que adquiere el médico ante el paciente y la sociedad de guardar silencio sobre toda información que llegue a conocer<br />

sobre el paciente en el curso de su actuación profesional o de la información recogida con vistas a obtener cualquier servicio<br />

de los derivados de dicha profesión, expresión deontológica y jurídica clásica) y el concepto de confidencialidad (derecho<br />

del paciente a que todos los que llegan a conocer datos relacionados con su persona, por su vinculación laboral al<br />

participar de forma directa o indirecta en las funciones propias de las instituciones sanitarias, respeten su intimidad y<br />

cumplan con el llamado deber de sigilo, reserva y secreto). La práctica cotidiana permite a los profesionales discernir sobre<br />

el manejo de la información del paciente en lo relativo a quien se destina esta información, la forma de manejar la<br />

información ante situaciones de atención sanitaria interdisciplinaria y el mecanismo de garantizar la confidencialidad y la<br />

responsabilidad de alertar en situaciones especiales de peligro a aquellos que garantizan el bienestar de la persona (Vélez<br />

J. , 2003).<br />

120


Bioética para enfermería<br />

Aunque no podemos olvidar que la confidencialidad no es absoluta, pues existen excepciones dictaminadas por la Ley y la<br />

protección a terceras personas, debe ser preocupación constante el cuidadoso registro, almacenaje y custodia de la información.<br />

La primera obligación de una enfermera es con su paciente y la responsabilidad clave hacia el paciente es respetar<br />

su dignidad. ¿Qué aspectos éticos se podrían observar en la aplicación del Método Científico de Enfermería? Citando<br />

a la Profesora Amaro Cano, que analiza las tres etapas del proceso de atención de enfermería con los aspectos éticos<br />

relacionados (ver cuadro 1), podemos apreciar que la confidencialidad de la enfermera está estrechamente vinculada con<br />

los dos principios éticos que Florence Nightingale, la fundadora de la enfermería profesional, añadiera a los tradicionales<br />

principios de la ética hipocrática: no hacer daño y hacer el bien. La Dama de la Lámpara añadió los principios de fidelidad<br />

al paciente y veracidad.<br />

Cuadro 1. Etapas del proceso de atención de enfermería y su vinculación ética.<br />

Valoración: Recopilación de datos para arribar al diagnóstico de enfermería. Los principios fundamentales a tomar<br />

en cuenta serían los de veracidad y fidelidad. En este sentido, cuando identifica las necesidades debe<br />

incluir las afectivas y espirituales, respetando la autonomía del paciente para expresar sus propias consideraciones<br />

al respecto. A la hora de establecer las prioridades, de acuerdo con el propio paciente,<br />

deberá aplicar los principios de justicia y beneficencia.<br />

Intervención: Expectativas que se trazan para darle solución a las necesidades del paciente, aplicando los principios<br />

de justicia, veracidad, beneficencia y autonomía. Por su parte, a la hora de elaborar la estrategia del<br />

Plan de Cuidados, la enfermera tendrá que poner en práctica los principios de no dañar, beneficencia,<br />

veracidad y autonomía.<br />

Evaluación: Concierne a la etapa de análisis de los objetivos cumplidos. En esta etapa del Proceso de Atención de<br />

Enfermería (PAE) el profesional deberá aplicar los principios éticos de veracidad y autonomía, en ambos<br />

casos desde la perspectiva del propio profesional. En esta última etapa del PAE, la enfermera podrá<br />

aplicar modificaciones al Plan de Cuidados; pero siempre respetando la autonomía del paciente, sin<br />

descuidar, por supuesto, los principios de beneficencia, justicia y veracidad.<br />

121


Capítulo 7. Secreto profesional<br />

Como puede apreciarse, la enfermera cumple moralmente con su paciente<br />

cuando en su desempeño no sólo explicita su alta competencia científicotécnica,<br />

sino también ética. Por tanto para poder prestar unos cuidados de calidad<br />

los enfermeros han de tener en cuenta los derechos y las obligaciones<br />

emanadas de la legislación vigente, que afectan a los pacientes o usuarios del<br />

sistema sanitario, así como a los profesionales que trabajan en él. Tanto en la<br />

recogida de datos por parte de las enfermeras, como en el uso que se haga de<br />

los obtenidos por otros profesionales resulta imprescindible el respeto en todo<br />

momento la dignidad de las personas preservando su derecho a la intimidad.<br />

Como pauta de conducta nos puede servir de guía el artículo 21 del Código Deontológico<br />

de la Enfermería Española, en el que se establece que «cuando la enfermera/o se vea obligada a romper el<br />

secreto profesional por motivos legales, no debe olvidar que moralmente su primera preocupación, ha de ser la seguridad<br />

del paciente y procurará reducir al mínimo indispensables la cantidad de información revelada y el número de personas<br />

que participen en el secreto (Vélez J. e., 2003).<br />

122


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 8<br />

Justicia sanitaria<br />

Concepto<br />

Justicia sanitaria comprende el uso racional de los recursos disponibles que permita el ejercicio pleno del derecho a la<br />

salud, que apunta no solo a los ciudadanos necesarios con base en la dignidad de la persona, sino a las obligaciones de la<br />

Bioética justa de la responsabilidad frente a la vida amenazada y los derechos de futuras generaciones. La justicia sanitaria<br />

es "la aplicación del concepto de justicia distributiva en el ámbito de la salud (y como tal) se encarga de la distribución<br />

proporcionada o proporcional a cargos y cargas, méritos y beneficios. La relación proporcional es determinada por el criterio<br />

de equidad"(Montt 1995).<br />

La justicia sanitaria conjuntamente con los de beneficencia, no maleficencia y autonomía constituye uno de los principios<br />

básicos de la Bioética.<br />

Según la clasificación de los conceptos clásicos de justicia, legal y distributiva, implica un sistema de salud solidario que<br />

considere la solidaridad como principio a partir del cual se garantice el acceso de todos los ciudadanos a las prestaciones<br />

médicas que se requieran según las circunstancias particulares de cada caso. Por consiguiente, para que un sistema de<br />

salud sea consecuente con el concepto de justicia sanitaria debe ser equitativo y justo en lo que se refiere a prestaciones<br />

en las áreas de prevención y curación de enfermedades.<br />

Teorías de Tristam Engelhardt<br />

Engelhardt no sólo no reconoce la posibilidad de fundamentar moralmente el derecho a la asistencia sanitaria de carácter<br />

universal y básica sino que califica tal posibilidad de inmoral; no es posible fundamentar derechos de asistencia porque es<br />

123


Capítulo 8. Justicia sanitaria<br />

necesario el permiso o consentimiento de la sociedad para efectivizarlos y es materialmente imposible que en sociedades<br />

de gran escala se concuerde en una visión sobre la justicia y beneficencia, entonces no pueden ser creados tales derechos.<br />

Resulta imposible respetar la libertad de todos y a la vez contemplar lo que más convenga a cada uno.<br />

Si se pretendiera exigir el derecho a la asistencia sanitaria sin apelar al principio de permiso,<br />

significaría pretender que se pudiera obligar a otros a trabajar o confiscar su propiedad. El derecho<br />

mencionado dependerá de una interpretación determinada de la beneficencia y por lo<br />

tanto, puede entrar en conflicto con las decisiones de las personas que no desean participar y<br />

pueden de hecho, oponerse moralmente a un determinado proyecto de sanitario.<br />

Engelhardt señala que la pretensión de un Estado o gobierno de fomentar o implantar una política<br />

sanitaria: a) universal, b) igualitaria, c) que respete la libertad de elección de prestatarios y<br />

consumidores, d) con costes sanitarios contenidos, es imposible, demagógico y producto de<br />

una postura ideológica totalitaria. Es impracticable un sistema que responda a estos cuatro<br />

aspectos al mismo tiempo.<br />

Concluye que un sistema sanitario que reconozca las limitaciones económicas y morales a la<br />

hora de ponerse en práctica debe:<br />

1. Aprobar la desigualdad en el acceso a la sanidad como un hecho moralmente inevitable, que se basa en la existencia<br />

de recursos privados y de libertad humana.<br />

2. Respaldar el hecho de que poner precio al salvamento de vidas humanas forma parte de la creación con fondos públicos<br />

de un sistema de asistencia sanitaria efectivo con respecto a los costes.<br />

El autor concluye que la legitimidad moral secular de alcanzar un ideal de asignación de recursos es muy limitada. Frente<br />

a la pregunta de cuándo las desigualdades y necesidades generan el derecho de exigir a los demás legítimamente. Engelhardt<br />

afirma que cuando la “lotería natural” no nos ha favorecido en nuestra salud, es decir frente a enfermedades ter-<br />

124


Bioética para enfermería<br />

minales en niños o males congénitos, si bien no ser benéfico puede ser a la luz se concepciones religiosas hasta “pecaminoso”,<br />

no hay una fundamentación secular para la obligatoriedad de cargar con la financiación mediante impuestos de<br />

tales enfermedades. Con respecto a la denominada “lotería social” que afecta la historia de vida de los individuos, y que<br />

dependen de nuestra buena o mala suerte y no de injusticia alguna, tampoco en estos casos hay una justificada razón<br />

para obligar a los ciudadanos a restituir el daño que no han ocasionado.<br />

Norman Daniels y Ronald Dworkin: utilitaristas<br />

Estos dos autores presentan diferencias importantes básicamente en la forma de aproximarse al tema que nos convoca.<br />

En el caso de Daniels ha centrado el tema de la justicia sanitaria en varios de sus trabajos, Just Health Care o Am I my<br />

parents´ keeper, son los más importantes, abarcando tanto aspectos<br />

de fundamentación teórica como de aplicación práctica. En el<br />

caso de Dworkin no ha sido un tema central en sus trabajos pero sí<br />

ha abordado el tema en su libro Sovereign Virtue, específicamente<br />

la justicia y los altos costos de la salud.<br />

Daniels, en el prefacio de Just Health Care distingue cuatro tipo de<br />

problemas fundamentales a definir y que hacen al tratamiento del<br />

tema de la justicia y la salud: primero, definir qué tipo de bien social<br />

es la salud y qué relación tiene y que diferencias con otros bienes;<br />

segundo, determinar si hay o no obligación de proveer atención<br />

sanitaria; tercero, qué desigualdades de la distribución son moralmente<br />

aceptables y por último, los límites que proveen autonomía y libertades individuales a médicos y pacientes en la<br />

justa distribución de recursos.<br />

125


Capítulo 8. Justicia sanitaria<br />

Luego de determinar el estatus de la salud, Daniels se aboca a presentar el tema como un problema de justa distribución<br />

de recursos: es decir, discute los criterios bajo los cuales deberíamos resolver el tema de la distribución de recursos para<br />

la salud.<br />

Entre quienes mantienen que no se puede hablar de derecho a la salud se encuentran autores como Nozick y Tristram<br />

Engelhardt; este último entiende que hablar de justicia en materia distributiva y proponer definiciones de justicia social es<br />

una deshonestidad intelectual. Hacerlo supone un acuerdo en la reflexión moral que es inexistente. El supuesto derecho a<br />

la asistencia sanitaria implica una exigencia de servicios y bienes que de hecho puede oponerse al deseo de muchas personas<br />

que no desean participar con sus contribuciones en un sistema sanitario determinado porque no lo creen moralmente<br />

justificado.<br />

Otros autores entienden que la atención sanitaria exige un mínimo decente en la atención. Mientras alguno aceptan la<br />

idea de un derecho positivo restringido, asegurando un decente mínimo de atención a través del Estado para el conjunto<br />

de la sociedad, otros, por el contrario, no lo entienden como un derecho sino como un deber de beneficencia.<br />

Las propuestas que sostienen a la salud como un derecho surgieron en respuesta a posturas contrarias a entenderla en<br />

esos términos, fundamentalmente los teóricos libertarios. Éstos creen que no se puede hablar de derecho a la salud porque<br />

hay desiguales niveles de acceso de acuerdo a los estratos sociales, lo que se debe procurar son mínimos decentes<br />

para todos.<br />

Daniels, o, en el caso de Dworkin, la salud aparece como un bien básico y el criterio para su distribución surge del dispositivo<br />

denominado, el mercado hipotético de seguros.<br />

Principios de la justicia sanitaria<br />

El principio de Justicia exige una distribución justa de los recursos en la procura del bien "salud". Durante un par de décadas<br />

ha ido discurriendo la Bioética sobre el significado y el peso de cada uno de estos principios para lograr una buena<br />

126


Bioética para enfermería<br />

práctica asistencial e investigadora. Temas tan centrales para la vida humana como el consentimiento informado, las directrices<br />

anticipadas o la confidencialidad han ido viendo la luz, pero parece que en nuestros días sean las cuestiones referentes<br />

al principio de justicia las que reclaman una especial atención, porque se encuentra en una situación de "alto<br />

riesgo" en distintos países, y muy especialmente en el nuestro. Las acusaciones de ineficiencia y despilfarro de que está<br />

siendo objeto el sistema de sanidad pública reclaman, sin duda, reformas que apuesten por una mayor eficiencia en la<br />

gestión de los recursos (Escribar, 2008).<br />

La Justicia Sanitaria debe ser eficiente, rentable costo-efectiva adaptable a las necesidades de un mercado. Siendo:<br />

- Eficiente: se refiere a optimizar los recursos disponibles desde un enfoque de calidad y cantidad que responda las<br />

necesidades del usuario.<br />

- Rentable: tanto social como económicamente, en que los beneficios percibidos por las personas se traduzcan en ganancias.<br />

- Costo-eficiente: obligación moral de optimizar los recursos según las necesidades de las personas.<br />

- Mercadeo: se debe utilizar para el bien del consumidor y de la sociedad, utilizar la publicidad sin engaño, buscando la<br />

salud de la sociedad donde el beneficio económico sea secundario.<br />

Distribución de recursos y racionalización<br />

Distribución: la distribución en los servicios de salud se debe realizar en base a un presupuesto establecido, donde los<br />

planes de distribución sea según las necesidades de las comunidades y que esta distribución sea costo efectivo y no desfinancie<br />

aspectos importantes para privilegiar otros.<br />

Racionalización: en cuanto a la racionalización de los servicios de salud se define como: la asignación de los recursos distribuidos<br />

a grupos o personas y para esto se deben aplicar criterios que sirvan para racionalizar estos servicios.<br />

Estos criterios pueden ser:<br />

Azar: en donde es cuestión de suerte y no se aplica ningún criterio.<br />

127


Capítulo 8. Justicia sanitaria<br />

Contribución: el que más contribuye debe recibir más de ellos en cantidad y en calidad” donde la solidaridad queda<br />

descartada de plano y es quien más aporta quién más recibe.<br />

Utilidad social: según la utilidad social que posea el enfermo, no es igual un destacado empresario que un empleado<br />

de aseo municipal.<br />

Responsabilidad: se entrega un servicio según la responsabilidad que cada persona ha puesto en cuidar su salud.<br />

Biopatológico: donde se consideran factores de costo-beneficio, vulnerabilidad de la patología, y su magnitud, siendo<br />

este el más justo.<br />

En conclusión el derecho a la asistencia sanitaria no depende de la naturaleza, sino es un logro, una conquista social del<br />

Estado de Derecho. Para que ese derecho se haga efectivo, y en condiciones de equidad, se requieren muchos elementos:<br />

inversión presupuestaria, evaluación de los costes, definición del paquete básico de prestaciones, etc. Todo ello es responsabilidad<br />

de la sociedad. Pero hay un nivel tan fundamental como los anteriores, el de las instituciones sanitarias y el<br />

de los profesionales. Es importante que los profesionales de la Salud perciban que son piezas fundamentales para el mantenimiento<br />

de este derecho, y que pueden y deben hacerlo sin entrar en un conflicto de intereses con sus obligaciones<br />

clínicas (Gracia, 2000).<br />

128


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 9<br />

Dolor y sufrimiento humano<br />

Es infinitamente más fácil sufrir en compañía que<br />

abandonado. Es infinitamente más fácil hacerlo como<br />

héroes públicos que solos y en la ignominia. Es infinitamente<br />

más fácil sufrir la muerte física que soportar el sufrimiento<br />

espiritual”.<br />

D. Bonhoeffer<br />

Introducción<br />

El dolor es una de las realidades más seguras con las que se enfrentará el ser humano en algún momento de su vida. Ya<br />

desde los albores de la medicina, el manejo del dolor ha sido una de las piedras angulares del desarrollo médico. Lo mal<br />

tolerado del síntoma y la profunda inquietud que produce en el ser que lo padece, han hecho de este uno de los síntomas<br />

más relevantes que el paciente señala a quien quiere auxiliarlo.<br />

Numerosas son las definiciones de dolor que se pueden encontrar. Según la Asociación Internacional para el Estudio del<br />

Dolor (IASP), se define como “una sensación desagradable y una experiencia emocional asociadas con una lesión tisular,<br />

actual o potencial, o descrita en términos de dicha lesión”. Corresponde por tanto a una definición que va más allá del<br />

síntoma, y ese es uno de los puntos que debemos tener claro como médicos, puesto que aborda al área emocional como<br />

uno de los aspectos relevantes de la definición. Fundamental es, por lo tanto, el rol que juega la conciencia en relación<br />

con el dolor y el sufrimiento. Cuando existe un compromiso cualitativo o cuantitativo de conciencia, la percepción del<br />

dolor puede o no verse comprometida dependiendo del grado o profundidad del compromiso. Solo basta analizar lo que<br />

129


Capítulo 9. Dolor y sufrimiento humano<br />

sucede con el paciente sometido a una intervención quirúrgica en la que a través de diferentes fármacos se logra la inconsciencia<br />

del enfermo: esto le deja inhabilitado para percibir dolor del punto de vista nociceptivo.<br />

Pero es en el sufrimiento donde la conciencia es fundamental. Sin conciencia no existe sufrimiento, ya que es la condición<br />

de verse a uno mismo, reflexionar sobre la propia condición, el verse desamparado, débil, dependiente, vulnerable,<br />

etc., lo que determina la sensación de sufrimiento. Y es por esto que los<br />

animales, carentes de conciencia, son incapaces de sufrir y solo perciben<br />

dolor físico. El sufrimiento se constituye, por tanto, en una condición<br />

exclusiva del hombre. Por tanto el sufrimiento es el padecimiento, la pena<br />

o el dolor que experimenta una persona. Se trata de una sensación,<br />

consciente o inconsciente, que aparece reflejada en padecimiento, agotamiento<br />

o infelicidad. En el intervine la inteligencia, la memoria y la imaginación.<br />

Por eso no se relaciona solo con el dolor físico si no también con<br />

el que se teme que puede llegar, con el que ya paso, pero se actualiza con<br />

el recuerdo o sencillamente con el que la imaginación presenta como real. Además se puede originar al percibir un daño<br />

no precisamente físico para uno mismo o para otra persona (Romananach, 2008).<br />

El sufrimiento se identifica con el concepto de dolor Total, se entiende como una amenaza al estado del paciente en<br />

cuanto a personas y significa una profunda y global alteración de la calidad de vida, integra componentes físicos, psicológicos,<br />

sociales y espirituales. Dicha expresión puede concretarse mediante tristeza, inquietud, impaciencia, desvelo, falta<br />

de interés en la vida, etc., por lo que a la hora de examinar a un paciente se debe tener la sensibilidad para explorar todo<br />

este espectro de reacciones. Los profesionales de la salud nos enfrentamos muy a menudo con el sufrimiento de personas<br />

que esperan de nosotros una ayuda y para poder ayudarles adecuadamente es fundamental que hayamos reflexionado<br />

personalmente sobre el sufrimiento y su sentido.<br />

130


Bioética para enfermería<br />

Y es que una determinada situación puede producir desconsuelo en un paciente y en otro, no. La interpretación consciente<br />

que le da el paciente a su situación o condición es variable, diferente y única dependiendo de cada persona, por lo que<br />

no se debe generalizar. Es entonces cuando se debe tener la sensibilidad suficiente para hacer justamente sentir a ese<br />

paciente como único, importante como ser, con una enfermedad específica pero con diferentes pero válidas formas de<br />

reacción.<br />

peligrosa.<br />

Como profesional de la salud cuantas veces he sido partícipe<br />

de situaciones en las que la condición del paciente se ve directa<br />

o indirectamente dañada, lo que influye de manera cierta<br />

en la forma en la que el paciente toma o interpreta lo que le<br />

está ocurriendo. El simple hecho de un saludo cordial, un<br />

apretón de manos, el llamar al paciente por su nombre y no<br />

por el paciente de la cama X o por su patología, permite al<br />

enfermo sentirse que es importante para quienes le rodean.<br />

¿Es que el paciente al ingresar a un hospital pierde su derecho<br />

de identidad y pasa a formar parte del arsenal de diagnósticos<br />

de un libro de medicina? Esto es algo que se debe aprender<br />

desde que se está estudiando, puesto que se constituye en<br />

una mala costumbre que fácilmente se asimila y a la vez muy<br />

De hecho un gesto de cariño que puede o no ser a través de algo físico, es de gran utilidad y beneficio para el enfermo. He<br />

participado en el contacto con enfermos en diversas condiciones y con diferentes personas: algunos abogados, otros arquitectos,<br />

obreros, unos cuantos, estudiantes, etc., y he sido testigo de que lo que más necesita el paciente sufriente es<br />

un espacio para ser escuchado sin ninguna prisa. El darse el tiempo para conversar sobre la familia o entorno que rodea e<br />

influye al paciente en la percepción del dolor y en la aparición del sufrimiento tiene una relevancia enorme. Lamentable-<br />

131


Capítulo 9. Dolor y sufrimiento humano<br />

mente, por las exigencias y demandas de las profesiones de la salud, cada vez se ha visto más mermada la posibilidad real<br />

de lograr un completo acercamiento al paciente como un todo, desmembrando al paciente por especialidades y enfermedades<br />

específicas. Para un adecuado enfrentamiento es necesario una integración de los componentes físicos, psicológicos<br />

y espirituales del enfermo que determinan un tratamiento más completo y, de seguro, exitoso. El alivio del dolor<br />

físico puede ser fácilmente logrado mediante la utilización de tratamientos cada día más efectivos, complejos y variados,<br />

sin embargo el sufrimiento de este no se resolverá, por más medicamentos que se utilicen.<br />

El dolor se constituye como una experiencia ajena a quien no lo padece, a<br />

pesar de que la condición dolorosa puede habérsenos presentado a nosotros<br />

mismos o bien a pacientes previamente tratados por nosotros. Solo<br />

cuando el dolor está asociado a sufrimiento, es capaz de producir una reacción<br />

en nosotros, puesto que dicho sufrimiento nos invade y nos conmueve<br />

produciendo un sentimiento similar. Mientras más cercana sea la<br />

relación o el compromiso con el paciente, más precoz y de mayor intensidad<br />

será dicha reacción.<br />

Es por ello que la relación médico - paciente debe ser completa desde el<br />

primer encuentro. Es en este momento cuando el paciente pone por primera<br />

vez su confianza y le entrega su dolencia al médico para que este la<br />

resuelva en la forma más completa. Si en este momento no se logra un<br />

adecuado compromiso y confianza por parte del paciente, posteriormente<br />

se hará más dificultosa la entrega y la confianza por parte del enfermo.<br />

El sufrimiento es una percepción subjetiva e individual, y por lo tanto influenciable por la cultura, los vínculos efectivos,<br />

las necesidades, la vida secreta, el futuro, etc. La cultura, la vida espiritual y los factores sociales pueden determinar que<br />

el dolor y sufrimiento sean interpretados de diferentes maneras por parte del paciente. En primer lugar pueden ser inter-<br />

132


Bioética para enfermería<br />

pretados como un mal temporal, pasajero, que en algún momento cederá con el tratamiento apropiado. En segundo lugar,<br />

como prueba necesaria para el crecimiento como persona o enriquecimiento de las vivencias. Finalmente, el dolor y<br />

sufrimiento pueden ser tomados como un método de purificación a través del ofrecimiento de dicha condición a un ideal<br />

más alto, presente solo en los creyentes en una vida eterna. (Vélez J. e., 2003)<br />

Cualquiera de estos tres enfoques modifica la percepción del dolor aumentando o disminuyendo el umbral de tolerancia<br />

a este, por lo que la identificación de la forma de interpretación que da el paciente a su dolor y sufrimiento es fundamental<br />

en el enfoque terapéutico.<br />

Es de relevancia el conocer por parte del profesional de la salud las creencias religiosas del paciente. Diferente es el enfrentamiento<br />

ante un paciente que cree más allá de esta vida, que piensa que la vida terrenal es un paso necesario para<br />

una vida eterna, que aquel paciente agnóstico o ateo con una visión fatalista de la muerte, una vida terrenal como única y<br />

limitada, que debe vivir al máximo. Sin duda que la fe brinda una ayuda de gran importancia en el tratamiento del paciente<br />

puesto que abre en el paciente y en el médico una perspectiva enorme de tratamiento basada en la espiritualidad. Es<br />

Cristo quien sufre en el enfermo y es Él quien debe ser el motor de nuestro actuar. Solo acercándonos a ese paciente que<br />

sufre, conociendo cuáles son sus temores e inquietudes, aprenderemos realmente el arte del alivio del dolor (León,<br />

Cuidados al Final de la Vida. Bioética y Enfermería, 2010).<br />

El alivio farmacológico es solo una parte del tratamiento. No se debe descuidar el aspecto emocional, sin duda de igual o<br />

mayor relevancia. El avance tecnológico, ciertamente muy atractivo, cada vez mayor y más rápido, ha deshumanizado de<br />

alguna manera la medicina, lo que ha llevado al médico a ignorar o minimizar cualquier señal de sufrimiento. Los métodos<br />

de diagnóstico y tratamiento cada vez más complejos y costosos son en realidad una atractiva tentación para el médico y<br />

el estudiante de medicina, por cuanto permite un fácil descuido de la dimensión emocional del paciente. Si bien los procesos<br />

diagnósticos y de tratamiento del paciente son para él de suma relevancia, la atención de sus temores e<br />

inquietudes son un aspecto subjetivo en que no se les puede fallar.<br />

133


Capítulo 9. Dolor y sufrimiento humano<br />

Lamentablemente, del punto de vista tecnológico y terapéutico, la medicina<br />

no es igual para todos los pacientes. Existen limitaciones reales<br />

en la atención y tratamiento de pacientes de bajos recursos, lo que<br />

hace que la relación médico - paciente sea aún más dificultosa. Las exigencias<br />

en el número de pacientes atendidos han hecho de la estadística<br />

uno de los peores enemigos del médico. Énfasis se pone de esta manera<br />

en el atender la mayor cantidad de pacientes posibles, desatendiendo<br />

la calidad real de esa atención. Es que ¿cómo se puede pretender<br />

una preocupación real y profunda de los temores e inquietudes que<br />

determinan el sufrimiento del paciente, cuando se exige la atención de<br />

un desmesurado número de enfermos? De esta manera, la gran víctima<br />

de este sistema es el paciente. Sin embargo, cabe señalar que es justamente<br />

en ese tipo de realidad de atención donde he visto que, dada la<br />

falta de recursos diagnósticos y terapéuticos, la relación entre el médico<br />

y su paciente toma ocasionalmente una fuerza enorme. Solo basta con<br />

la intención de querer acercarse al enfermo para descubrir en este una dimensión enorme de tratamiento correspondiente<br />

al área psíquica emocional. Sean ricos o pobres, los pacientes experimentan dolor y sufrimiento. (León, Cuidados al<br />

Final de la Vida. Bioética y Enfermería, 2010)<br />

Dentro de la complejidad de factores que influyen la relación existe un factor de trascendental importancia denominado<br />

empatía, definida como la capacidad de ponerse en el lugar de otro. Esta transferencia de emociones e inquietudes entre<br />

el paciente y su médico, hace que el tratante sea invadido por diferentes afectos dentro de los que se encuentra la compasión,<br />

motor fundamental de la solidaridad hacia el enfermo. De esta manera, el profesional de la salud puede o no tomar<br />

como propias esas emociones expresadas y confiadas por el paciente, lo que sin duda brinda un crecimiento personal<br />

difícil de cuantificar. Por otro lado, hay quienes no validan estos sentimientos por parte del paciente, puesto que dolor y<br />

sufrimiento lo ven como una amenaza para ellos mismos, revelando y haciendo evidentes las propias debilidades y defec-<br />

134


135<br />

Bioética para enfermería<br />

tos. Se ponen de esta manera una coraza emocional para que dichos afectos no le dañen, dando la imagen de un médico<br />

sin sensibilidad y compasión por el enfermo, incapaz de sentir tristeza por el sufriente. Y es que para reconocer el sufrimiento<br />

en el paciente no se requiere de una habilidad o de una inteligencia excepcional. De hecho, la habilidad en el<br />

acercamiento al sufrimiento del paciente puede ser mayor en un alumno de medicina que en el más ilustrado y famoso<br />

médico. Solo basta con la intención, el querer ayudar más allá del alivio farmacológico, para descubrir el real valor de la<br />

vida humana.<br />

El profesional de la salud deberá dar una atención personalizada, directa, individualizada, íntima, informada y completa<br />

al que sufre. De esta manera, es de vital importancia la validación de la situación que está viviendo el paciente señalando<br />

directamente la necesidad de un tratamiento cabal y completo de su dolencia. De no hacerlo así, el paciente se sentirá un<br />

enfermo más del montón, y pensará que su patología es el punto de mayor relevancia en el tratamiento para su médico.<br />

Debe por lo tanto identificarse la fuente de sufrimiento de ese paciente, que puede estar muy lejos de la enfermedad en<br />

sí misma. Ese paciente puede tener inquietudes espirituales, un alma intranquila que se encuentra en deuda con personas<br />

o situaciones vividas, con engaños o mentiras del pasado, con la ayuda no brindada a cercanos que vivieron situaciones<br />

semejantes. Es esta dimensión del enfermo la que no es fácilmente entregada por este, y lo hará solo cuando sienta<br />

que el interés por parte de su médico es total e incondicional. (Ana, 2008)<br />

Dentro de los factores que generan sufrimiento se pueden señalar los siguientes:<br />

1. Desinformación: el paciente tiene el derecho a saber qué es lo que le está ocurriendo, el diagnóstico de su patología.<br />

No hay peor situación que el saberse o sentirse enfermo, y que el equipo médico no sea capaz de llegar a un diagnóstico<br />

capaz de objetivar con nombre y apellido su dolencia. Por el solo hecho de identificar la patología en cuestión,<br />

el enfermo es capaz de percibir un tratamiento dirigido a ella. Debe, por tanto, señalarse al paciente cual es el<br />

pronóstico de su condición y cuál va a ser el modo terapéutico de enfrentada. Las decisiones deben ser tomadas en<br />

forma conjunta entre el médico y su paciente, ya que sabemos que el arsenal de tratamientos es variado, con diferentes<br />

costos y con resultados a veces muy discutidos. El paciente debe tomar un rol participativo y comprometido con su<br />

enfermedad lo que está lejano al antiguo modelo paternalista de la medicina. Las decisiones tomadas deben ser pre-


Capítulo 9. Dolor y sufrimiento humano<br />

viamente consultadas con el enfermo tomando en cuenta las experiencias vividas por este, sus proyectos futuros, sus<br />

necesidades, valores, etc.<br />

2. Problemas de comunicación: la comunicación debe ser directa, sin intermediarios. Para el paciente es de vital importancia<br />

el saber quién es su tratante, a pesar de que en el tratamiento de su enfermedad intervengan diferentes profesionales<br />

médicos con distintas especialidades. El antiguo médico de cabecera es algo que los pacientes con patologías<br />

complejas extrañan. Aparecen de esta manera ideas como la que su cuerpo único e intransferible, se ha desmembrado<br />

en tantas partes como médicos especialistas intervienen en su tratamiento. Debe, por tanto, existir al menos uno<br />

capaz de elevar la mirada, abarcar toda la dimensión del ser, responsable de que ese paciente se sienta único, importante<br />

y en definitiva, persona. En definitiva, la comunicación permite compartir con el enfermo, vivir y sentir con él la<br />

situación por la que está pasando (Ana, 2008).<br />

3. Abuso indiscriminado e inútil de tecnología y tratamientos: el paciente no debe sentirse un conejillo de indias o un<br />

animal de experimentación en el diagnóstico y tratamiento de su patología. De seguro, con el avance tecnológico y terapéutico,<br />

el médico puede perder la subjetividad del ser, dejando al paciente abandonado a uso de máquinas, tubos<br />

y fármacos que le pueden causar un daño profundo.<br />

4. Actitud sobreprotectora al enfermo: el médico puede verse enfrentado a jugar con la verdad. Si bien es cierto que<br />

numerosos esfuerzos se han hecho para ver la mejor manera de dar al paciente malas noticias, se debe tener siempre<br />

presente que el paciente tiene el derecho a saber qué es lo que le está ocurriendo. Es que el paciente debe saber<br />

cuándo los esfuerzos hechos por el equipo médico han sido inútiles y que, inevitablemente, el paciente está condenado<br />

a morir. Es que el enfoque médico debe estar no solo orientado a prevenir la muerte, sino que a mejorar la calidad<br />

de vida que le queda a ese paciente. Esto permite una etapa de duelo necesaria para que ese enfermo se enfrente de<br />

mejor manera, en paz, a esta realidad que estamos todos destinados a enfrentar tarde o temprano.<br />

136


Bioética para enfermería<br />

5. Espiritualidad: diferente es el enfrentamiento del paciente creyente al que no lo es, en el enfoque de su dolor y sufrimiento.<br />

Por otra parte, la concepción de un Dios castigador produce en el enfermo una inquietud tremenda, solo<br />

capaz de ser evitada a través de una adecuada asistencia espiritual en todo momento del tratamiento.<br />

6. Altos costos económicos: el ingente valor de la atención médica que se ven enfrentados pacientes y sus familias es<br />

uno de los puntos que más sufrimiento puede generar. En innumerables ocasiones el médico toma decisiones para<br />

realizar tal o cual examen o procedimiento sin tener presente el costo económico real que implica para el paciente.<br />

Juega en este sentido un papel fundamental el hecho de que, dados los problemas legales cada vez más frecuentes en<br />

nuestra profesión, el médico se vea en la necesidad de objetivar al máximo el diagnóstico del paciente, lo que necesariamente<br />

conlleva una elevación de los costos de atención. Esto determina en la familia una angustia tremenda que<br />

muchas veces ocultan, infructuosamente, al familiar enfermo, capaz de darse cuenta por sí mismo de que los gastos<br />

van subiendo a cifras inalcanzables (León, Bioética y Enfermería, 2011).<br />

Cuando a lo anterior se agrega el hecho de que el tratamiento tiene una tasa de éxito, por decir lo menos, discutible,<br />

o bien que el paciente va a salir adelante, pero con diferentes secuelas, dicha angustia se acrecienta aún más. Sin embargo,<br />

cuando uno como profesional de la salud reflexiona sobre el dolor y sufrimiento que un paciente puede presentar,<br />

no es capaz de dimensionar todos los beneficios posibles para nuestra persona. Es una oportunidad cotidiana<br />

a la que nos vemos enfrentados y que corresponde al estar cerca de experiencias vitales asociadas no solo al sufrimiento<br />

físico, sino también afectivo. Por ello, nos permite de esta manera mantenernos en contacto con una dimensión<br />

humanística y espiritual que raramente se da en otras actividades profesionales.<br />

El conocer y tratar en profundidad a cada paciente permite ampliar nuestros horizontes culturales, sociales y espirituales,<br />

logrando de esta manera un crecimiento real como persona. Se deber recordar que muchas veces el paciente<br />

necesita más que un profesional a un amigo con el cual sincerarse, contarle sus problemas e inquietudes, para de esta<br />

manera sentir que su tratamiento es completo, incondicional y único.<br />

137


Capítulo 9. Dolor y sufrimiento humano<br />

Sentido del sufrimiento<br />

En el sufrimiento hay siempre un momento de comprensión. Encontrar sentido al sufrimiento ya supone mitigar el propio<br />

sufrimiento, es decir disminuir su intensidad.<br />

Según R Yépez, las tres funciones antropológicas para referirnos al dolor interno o sufrimiento son:<br />

1. Lo primero que se necesita para saber qué hacer con el dolor es aceptarlo como algo que está ahí y que tenemos que<br />

afrontarlo, plantearlo como una tarea “la de reorganizar su propia vida contando con esa dura realidad, de lo que voy<br />

hacer con ella”. Aceptar el dolor puede ayudar al hombre a madurar, porque le hace ser más fuerte (conviene recordar<br />

que la fortaleza no se demuestra tanto en la capacidad de agredir, como la capacidad de resistir ante la adversidad.<br />

2. La segunda función antropológica del dolor es un cambio de valores; el dolor nos puede servir para ser menos dependientes<br />

de nuestros deseos, porque aprendemos a prescindir de algunas cosas de las que nos priva la enfermedad,<br />

capacidad para valerse por sí mismo. La enfermedad y o la proximidad de la muerte nos puede hacer reflexionar<br />

llevándonos a adoptar una nueva jerarquía de valores a la vez que nos permite vivir cada momento con mayor intensidad<br />

y nos mueve a reconciliarnos y, de alguna manera a despedirnos.<br />

3. La tercera función es la posibilidad de encontrarle un sentido y ponernos en una situación especialmente apta para<br />

preguntarnos en profundidad sobre el sentido de la vida.<br />

Otorga un sentido humanista, la posibilidad que tiene el profesional de la salud de ayudar al paciente doliente a asumir su<br />

nueva realidad y aprender a manejar aquellas situaciones derivadas de un proceso mórbido que trastoca, tanto su vida y<br />

la de su familia; el contacto cotidiano con la enfermedad nos faculta asistir con prudencia y prestancia, para facilitar las<br />

adaptaciones que deban realizar los pacientes, para que otorguen un sentido a sus vidas y coadyuvar a que esos cambios<br />

les permitan, pese a la adversidad, ser mejores seres humanos. Está realidad, es nuestro presente y futuro.<br />

138


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 10<br />

Inicio de la vida humana<br />

Introducción<br />

La respuesta a la pregunta ¿Cuándo comienza la vida humana? sólo la puede responder la ciencia biológica, la cual tiene<br />

una respuesta precisa y bien fundamentada: al completarse la fecundación. Con todos los adelantos de la tecnología moderna,<br />

no debería quedar duda alguna (como ocurría a comienzos del siglo pasado) de que la vida humana empieza con la<br />

unión del óvulo y el espermatozoide en el tercio externo de las trompas de Falopio de la madre.<br />

Es sólo cuestión de tiempo para que el ser humano crezca y desarrolle todas sus capacidades y potencialidades en los<br />

siguientes nueve meses de vida (y el resto de años fuera del útero de la madre).<br />

El significado biológico de la fecundación es la constitución de un nuevo patrimonio<br />

genético que de origen a un ser vivo; que en los seres humanos, no<br />

es simple reproducción porque junto a la generación de los padres existe<br />

una acción creadora de Dios que confiere la condición humana. Es decir, que<br />

se construye un cuerpo de una persona humana (cuerpo y alma), única e<br />

irrepetible, querida por Dios, desde el momento de su concepción hasta su<br />

muerte y durante el transcurso de su biografía, sin importar el momento<br />

que esté viviendo y las condiciones de su biología. La dignidad humana que<br />

Dios le dio el día de la fecundación es única, universal e irrenunciable, y<br />

acompañará al ser humano en todas las etapas de su vida (Escribar, 2008).<br />

139


Capítulo 10. Inicio de la vida humana<br />

La vida humana se inicia en el momento de la concepción<br />

La dignidad del ser humano es única, universal e irrenunciable. Ésta es la base fundamental de los llamados «derechos<br />

humanos» y no una arbitraria definición judicial o legislación humana. Sólo en la medida en que las diferentes legislaciones<br />

de nuestros países sean un reflejo de la ley natural que se deriva de este Plan de Dios para nosotros, estaremos realmente<br />

haciendo del mundo un lugar más humano y divino.<br />

El Papa Juan Pablo II nos recordaba en reiteradas ocasiones la inviolabilidad del<br />

derecho a la vida del ser humano inocente desde el momento de la concepción<br />

hasta la muerte. Este embrión humano no es un animal ni un simple conjunto<br />

de células. Tiene una dignidad especial: en primer lugar, porque Dios lo creó a<br />

su imagen y semejanza para ser el administrador de la creación (Génesis 2,7); y<br />

en segundo lugar, porque el Señor Jesús, mediante el misterio de la Anunciación-Encarnación,<br />

se hizo hombre y elevó nuestra condición de creaturas a<br />

hijos de Dios.<br />

El embrión humano precoz es un individuo en acto con la identidad propia de<br />

la especie humana a la que pertenece, y consecuentemente deben ser reconocidos<br />

sus derechos de sujeto humano y su vida debe ser plenamente respetada<br />

y protegida (Hernández, 2002)<br />

Argumentos a favor de que la vida humana inicia al momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide<br />

¿Cuándo comienza la vida? He aquí una interrogante universal en torno a la cual han surgido y continúan muchas polémicas.<br />

Mucho tiempo antes, se creía que la vida comenzaba con el nacimiento, y aún hay grupos que sostienen esa idea,<br />

especialmente aquellos que abogan por la despenalización del aborto, en casos extremos como violación, incesto, malformación<br />

del feto, etc. Si bien con todos los adelantos de la tecnología moderna hoy no se puede dudar de que la vida<br />

humana se inicia con la unión del óvulo y el espermatozoide, sigue la controversia sobre el punto, aunque ya a estas altu-<br />

140


141<br />

Bioética para enfermería<br />

ras, quienes sostienen lo contrario han quedado sin argumentos científicos. La genética lo enseña, los genetistas y aquellos<br />

que trabajan con la ciencia de la embriología enseñan que la vida humana empieza cuando el óvulo es fecundado por<br />

el espermatozoide.<br />

Durante la relación sexual el hombre deposita en la vagina de la mujer el líquido seminal que contiene millones de espermatozoides,<br />

que son los gametos masculinos. El espermatozoide sube por el cuello uterino al útero y a las trompas de<br />

Falopio, conductos que están conectados a los ovarios. La trompa recoge el óvulo femenino y es generalmente aquí, en el<br />

tercio externo de las trompas de Falopio, donde tiene lugar el encuentro del óvulo y los espermatozoides ya maduros<br />

para la fecundación.<br />

Partiendo de los presupuestos biológicos inherentes a la concepción , se puede hacer el siguiente razonamiento: si definimos<br />

al hombre adulto como unidad de cuerpo y alma, si consideramos que el alma humana espiritual ("Geist-Seele") es el factor<br />

principal de individualidad de cada hombre, y si se determina que el desarrollo de un hombre es característicamente humano<br />

desde la fecundación -desde el punto de vista biológico hay una unidad - continuidad indiscutible -, entonces hay que aceptar<br />

que el alma espiritual existe desde ese mismo momento.<br />

El hombre es hombre desde su concepción si se le define por su naturaleza, por su constitución. En relación a la posición de<br />

la Iglesia Católica ha sido siempre clara en la promoción y defensa de la vida humana. En el momento de la unión del óvulo<br />

materno con el espermatozoide paterno se da el proceso de fecundación, y desde ese instante el nuevo ser que es ya<br />

una unidad en cuerpo y alma, único e irrepetible, tiene toda la información genética para continuar desarrollándose hasta<br />

llegar a ser un adulto. El Papa Juan Pablo II nos recordó en reiteradas ocasiones la inviolabilidad del derecho a la vida del<br />

ser humano inocente "desde el momento de la concepción hasta la muerte"<br />

Argumentos contrarios a que la vida humana inicia al momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide<br />

Varias posturas se han investigado en estos últimos años que de hecho se oponen a los criterios anteriores, mencionaré<br />

las más relevantes:


Capítulo 10. Inicio de la vida humana<br />

La vida es algo continuo.<br />

En la fecundación no se da de modo definitivo la identidad genética del nuevo ser vivo.<br />

El ser humano individual se constituye con la estría primitiva.<br />

La gemelación excluye la individualización en la fecundación<br />

La vida del individuo humano se identifica con la vida cerebral<br />

Pre-embrión versus individualidad<br />

Un primer grupo de opiniones sostiene que hasta el día 14 aproximadamente, el embrión no puede ser considerado un<br />

“individuo”. En tal sentido, se verifican varias fundamentaciones:<br />

1. El embrión sería un simple conjunto de células sin entidad ontológica y simplemente en contacto unas con otras y no<br />

podría hablarse de una “individualidad”. Sin embargo, la evidencia biológica ha contradicho esta postura, pues demuestra<br />

que desde la unión de óvulo y espermatozoide, se forma una nueva “unidad” que se desarrolla con autonomía,<br />

coordinación y gradualidad.<br />

2. La tesis de la Dra. A. McClaren afirma que recién con la aparición, hacia el día 14, de la estría primitiva se configura el<br />

“cuerpo” del embrión. Esta postura también aparece en el informe Warnock y es la que ha dado origen al término<br />

“pre-embrión” para designar al embrión humano desde el momento de la fertilización hasta el día 14 de su desarrollo.<br />

Entendemos que se trata de una definición arbitraria, que desconoce que en la aparición de la “línea primitiva” no se<br />

produce ningún hecho que altere la esencia del ser humano ya presente desde el momento de la fecundación. Como<br />

afirma Sgreccia, siguiendo al autor A. Serra, “la línea primitiva no representa sino el punto de llegada de un proceso<br />

ordenado secuencialmente, sin soluciones de continuidad, que se inicia desde el momento en que se formó el cigoto...<br />

Esta no aparece en modo alguno de improviso como desde el exterior”<br />

3. Otros autores sostienen que, como el embrión hasta el día 14 podría dividirse y formar gemelos (gemelación monocigótica),<br />

entonces no se puede afirmar que exista “un solo” individuo humano. Al respecto, Serra y Colombo destacan<br />

que esta posibilidad es realmente rara y que el 99-99,6% de los cigotos se desarrollan como un solo individuo. Por<br />

otra parte, la división que pudiera producirse genera un nuevo individuo con su desarrollo independiente, sin que ello<br />

142


143<br />

Bioética para enfermería<br />

afecte al desarrollo del primer ser humano que ha sufrido esta “separación” de una parte de sí. Es decir, el embrión<br />

está de por sí determinado a desarrollarse como un único individuo. (Chávez, 2004)<br />

4. El embrión no es ser personal hasta la implantación pues resaltan la importancia de esta vinculación entre embrión y<br />

la madre como condición necesaria para el desarrollo. En este sentido, la implantación sólo importa un cambio en el<br />

lugar donde se desarrolla el embrión sin que haya existido un cambio ontológico en el ser que está creciendo<br />

(Maliandi, 2004).<br />

¿Qué implicaciones éticas tiene las nuevas investigaciones?<br />

Médicos, biólogos, religiosos, políticos, juristas, filósofos y diversidad de personas han empezado a debatir nuevas investigaciones<br />

como por ejemplo con células madre debido a la utilización de embriones. Los interrogantes de carácter ético<br />

son:<br />

- ¿Es un embrión en la etapa de mórula o blastocisto un ser humano o apenas un cúmulo de células?<br />

- ¿Cuándo se convierte en ser humano un embrión o feto? (He aquí la misma pregunta que ronda el tema<br />

de la legalización del aborto).<br />

- ¿Se hace bien al crear un embrión humano con el único objetivo de la investigación médica?<br />

“Profesando ser sabios, se hicieron necios”.<br />

Un gran sector de la humanidad, hoy en día, ignora a Dios y hacen a un lado toda responsabilidad ética y moral y obedecen<br />

exclusivamente sus pasiones y deseos, hacen a un lado toda verdad y se vuelven tendenciosos y aceptan formas de<br />

vidas inadecuadas e incorrectas y las sustentan con mentiras como la que hoy tenemos.<br />

“Toma la píldora del día siguiente, no es abortiva, ten sexo no importa usa el preservativo<br />

y si el preservativo te falla toma la píldora del día siguiente, no es abortiva,<br />

no hay ningún problema”


Capítulo 10. Inicio de la vida humana<br />

Que mentira tan grande, esa píldora puede convertir a una mujer en alguien que manche sus manos con sangre inocente.,<br />

de ahí que es claro mi postura se identifica con lo natural, con la conservación de la vida y el respeto a ella en toda su<br />

magnitud.<br />

Control de la natalidad<br />

En referencia a la regulación de la fertilidad, si es adecuadamente concebida, beneficia a las personas y a la población, en<br />

la medida que:<br />

• Protege el derecho a la vida y la salud, apoya el derecho de mujeres y hombres a disfrutar de su sexualidad y reproducción<br />

y el derecho de los hijos e hijas a nacer siendo deseados.<br />

• Resguarda la libertad de conciencia de las personas para decidir utilizar o no algún método anticonceptivo, a partir de<br />

sus valores personales.<br />

• Cumple el principio de no-maleficencia en la medida en que los y las proveedores/as de servicios de anticoncepción<br />

posean información actualizada acerca de las condiciones más seguras para el uso de cada método disponible.<br />

• Es consecuente con el principio de equidad y justicia cuando los servicios son accesibles a todas las personas, sin discriminación<br />

y cuando las autoridades de estos servicios, sean públicos o privados, se responsabilizan de facilitar y supervisar<br />

que esta condición se cumpla.<br />

Al estado le corresponde, en sus políticas públicas de sexualidad y reproducción, resguardar los derechos de la población,<br />

incorporando la diversidad de opciones disponibles y distintas perspectivas de los valores éticos. En consecuencia, la preocupación<br />

ciudadana y el control social sobre la regulación de la fertilidad debieran estar centrados en que los servicios<br />

ofrecidos cumplan efectivamente con los principios de la bioética y con el respeto de los derechos de las personas.<br />

144


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 11<br />

Trasplantes<br />

Introducción<br />

La salud es el regalo más preciado de la vida, sin esta es difícil disfrutar al máximo todos los acontecimientos especiales en<br />

los que ríes, juegas amas, sientes, sueñas, anhelas, viajas y demás momentos que se nos presentan en la vida. Para quien<br />

goza de buena salud es casi imposible percibir el dolor, ansiedad, depresión e impotencia que padece un enfermo; lo que<br />

sí es imposible de creer es que existiendo la manera de salvar múltiples vidas, esta oportunidad se desperdicie por falta<br />

de información o desconfianza, al negarnos a donar nuestros órganos a nuestra muerte o a la muerte de algún familiar,<br />

sin pensar que un ser querido nuestro o nosotros podríamos estar en la misma situación de ese enfermo, en un futuro<br />

(Vargas, 2009).<br />

Donar o recibir un órgano parece estar lejos de nuestro entorno cuando en nuestra vida todo marcha bien con nuestra<br />

salud y la de nuestra familia, pero es bien conocido que la salud no es para siempre y que no estamos exentos a perderla.<br />

Al donar órganos ayudamos a personas enfermas que necesitan de nosotros dando con amor lo que algún día nos perteneció<br />

y que anhelan con tanta esperanza.<br />

Problemática cultural en los trasplantes<br />

A pesar de que hoy en día parecería que el tema del trasplante es una conducta “incorporada” en los tratamientos médicos<br />

disponibles, no es así para algunos grupos y culturas. Existen corrientes de opinión que no justifican el trasplante porque<br />

lo consideran una mutilación del cuerpo humano, sea este vivo o difunto. Frente a esta posición ética se alza la mayoría<br />

de los bioeticistas y corrientes ético-culturales, que justifican el trasplante en el deber de beneficencia que poseen<br />

145


Capítulo 11. Trasplantes<br />

los seres humanos cuando se trata de salvar la vida, o recuperar la función normal de la especie de otro ser humano, sin<br />

que este “sacrificio” sea excesivamente gravoso para el benefactor o donante.<br />

Durante los últimos años, el mundo ha presenciado grandes avances en la tecnología del trasplante de órganos, definido<br />

por Norrie como: "El procedimiento médico mediante el cual, se extraen tejidos de un cuerpo humano y se reimplantan<br />

en otro, con el propósito de que el tejido trasplantado, realice en su<br />

nueva localización la misma función que realizaba previamente".<br />

Actualmente existen pocas dudas sobre la utilidad real de la terapéutica<br />

de muchos trasplantes de órganos. Superados los problemas técnicos y<br />

controlado el rechazo como principal dificultad clínica, muchos trasplantes<br />

de órganos constituyen una opción válida en el arsenal terapéutico,<br />

resolviendo situaciones que comprometen la vida del paciente y<br />

mejorando su calidad de vida otras veces. Todo ello con una característica<br />

singular: para poder realizarse, necesitan de toda la sociedad,<br />

echando mano de la solidaridad como elemento insoslayable (Vargas,<br />

2009).<br />

Al hablar de trasplantes, se tiene que hablar de una gran estructura; no solo es un procedimiento, o cirugía de un solo<br />

órgano (sea este riñón, corazón), hay una infinidad de posibilidades cuántas necesidades surjan para solucionar las patologías<br />

de los pacientes; por tanto, debe existir verdaderos equipos de especialistas, Departamentos de laboratorio para<br />

manejar pruebas de histocompatibilidad, infraestructura para estudios de imágenes, áreas hospitalarias apropiadas con<br />

personal de apoyo bien entrenado (Naranjo, 2009).<br />

146


147<br />

Bioética para enfermería<br />

Enrique Sánchez trae un concepto muy preciso acerca de lo que constituye un procedimiento de esta naturaleza: “trasplante<br />

de órgano será la sustitución de un órgano que ya no funciona, por otro lado si lo hace, con el objeto de restituir<br />

las funciones perdidas”.<br />

En España se realizó un estudio para determinar la predisposición de los inmigrantes para donar órganos y gente que proviene<br />

de Europa occidental, Europa del Este, África subsahariana y Latinoamérica tienen una gran aceptabilidad para donar<br />

órganos, lo cual contrasta con países norteafricanos, como Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Egipto que sólo<br />

acepta un 24% y mucho menos, un 16% de inmigrantes que son originarios de Asia; quizá tiene relación con la creencia<br />

islámica; pero quienes, se niegan rotundamente son los “testigos de Jehová”, quienes llegan a ofrendar su vida, pero no<br />

aceptan ni una gota de sangre, porque contamina su cuerpo espiritualmente y es mandato de Dios no alimentarse con<br />

sangre de animal en su dieta, mucho más si se trata de quitar parte de su cuerpo, ya que pensando en la posible reencarnación,<br />

sea física o espiritual, el individuo debe estar completo orgánicamente para esa posible transición o transmutación<br />

(Sánchez, 2005).<br />

Para el creyente judeo-cristiano, no existe ningún respaldo bíblico que impida tal procedimiento, ya que se habla de una<br />

posible re-encarnación; de otro lado, en nuestra biología humana no existe nada diferente de las otras especies vivientes,<br />

todas tienen elementos biogenéticos que se desintegran cuando la chispa de la vida ha terminado, para convertirse en<br />

parte de la naturaleza, es decir, partículas de polvo.<br />

Es más, de lo que se conoce ni el islamismo, budismo, hinduismo, la “Iglesia de los Santos de los Últimos Días” (mormones),<br />

adventistas y todas las que se derivan de la iglesia monoteísta y que tienen su origen en el origen Abrahámico impiden<br />

la donación de órganos.<br />

Culturalmente y bajo el estudio de las tradiciones existe el inobjetable culto a los muertos, tradición no solo española,<br />

sino de toda cultura social y mantenida desde tiempos inmemoriales; es sagrado el pensamiento y la práctica de hacer<br />

memoria a sus muertos y hacerlo con un cuerpo completo.


Capítulo 11. Trasplantes<br />

Por lo expuesto, entonces existe en torno a la muerte de una persona muchos factores problemáticos de carácter social,<br />

tradicional, familiar y religioso; cuando se encuentra un posible donante de órganos en Terapia Intensiva y la inminente<br />

necesidad de otro paciente de utilizar alguna parte de su cuerpo, tendrá que pasar por el escollo de la aceptación por<br />

parte de los familiares, muchos no aceptan dejar incompleto el cuerpo del familiar; de otro lado, ese es un momento álgido<br />

y la familia no puede abordar la posibilidad de perder a su ser querido y cuando el hecho se ha consumado, se encuentra<br />

en momentos de dolor por la pérdida de su ser querido, que no hay instancia para negociar en el buen sentido, la donación<br />

de órganos; de manera, que es el individuo en otra instancia de la vida, consciente de tomar la decisión y de convertirse<br />

en potencial donante de órganos.<br />

En todos los Centro Hospitalarios del Mundo ven con mayor interés que la<br />

población se encuentra más motivada para entender a la donación de órganos<br />

como una actitud humanitaria de solidaridad al prójimo, la misma que<br />

se encuentra bajo la inminente necesidad de recibir un trasplante, en Argentina<br />

y bajo la égida del Ministerio de Salud Pública, se tiene parámetros<br />

de referencia que nos indica que “El espíritu de esta ley promueve la voluntad<br />

ciudadana de decidir en vida acerca de donar o no los órganos y es responsabilidad<br />

del INCUCAI, organismo del Ministerio de Salud "encargado<br />

de coordinar y fiscalizar la actividad de procuración y trasplante, mantener<br />

actualizados los registros de todas las personas que hayan manifestado voluntad<br />

afirmativa o negativa a la donación, los testimonios de los familiares y el destino de cada uno de los órganos o tejidos<br />

ablacionados de carácter confidencial" (González, 2011).<br />

Estamos frente a un problema médico social, así lo ha manifestado la doctora Rosario Rigalli, que todas las personas deben<br />

considerar el problema del trasplante como un problema social, lo que ahora ocurre a un extraño, mañana podría ser<br />

un problema mío por resolver, de allí, que la sociedad debe extender la mano, acto humanitario que podría salvar una<br />

vida y dar mejor calidad de vida futura venideros<br />

148


Bioética para enfermería<br />

“El trasplante de órganos no es moralmente aceptable si el donante o sus representantes no han dado su consentimiento<br />

conscientemente. El trasplante de órganos es conforme a la ley moral y puede ser meritorio si los peligros físicos o<br />

psíquicos sobrevenidos al donante son proporcionados al bien que se busca en el destinatario. Es moralmente inadmisible<br />

provocar directamente para el ser humano bien la mutilación que le deja inválido o bien su muerte, aunque sea para retardar<br />

el fallecimiento de otras personas...." (Zambrano, 2011).<br />

España es el país que mayor motivación social tiene para la donación de órganos, el promedio de voluntarios efectivos se<br />

encuentra en 32 por millón de habitantes según el último balance de la Organización Nacional de Trasplante (ONT), lo que<br />

ha permitido realizar 3.773 trasplantes, (Elcomerciodigital.com, 11-01.2011); Las cifras de donantes en América Latina y el<br />

Caribe se encuentra en 4,5 por millón en tanto en Norteamérica es de 20 (10 datos sobre Donación de órganos 2007).<br />

Fernando Girón, miembro de la Asociación Colombiana de Trasplante de Órganos, refiere que es fundamental la educación<br />

de cultura de donación de órganos en la sociedad para que éste entienda el verdadero significado de la donación de<br />

órganos y cómo este procedimiento puede salvar y dar calidad de vida a pacientes terminales, “la gente nunca se entera<br />

de que existe la posibilidad de ser donante; muere sin tener la posibilidad de tomar la decisión de serlo o no”<br />

Aspectos científicos<br />

La aparición de la muerte cerebral como un estricto diagnóstico, neurológico ante cuadros claramente irreversibles, permitió<br />

la inmediata creencia de que estábamos en presencia de un nuevo adelanto médico capaz de descubrir por el<br />

método científico el verdadero sustrato de la muerte. La irrecuperabilidad e irreversibilidad de este cuadro presto absoluta<br />

credibilidad a la interrupción del soporte vital, en efecto la muerte por asistolia ocurría en pocos días, se ha demostrado<br />

que si se continua con el tratamiento de sostén en algunos casos permite, “sobrevivas” superiores a los 200 días y<br />

quizás si hoy, 30 años después se aplicara todo el arsenal disponible las sobrevivas serian aún mayores y habituales<br />

(Vargas, 2009).<br />

149


Capítulo 11. Trasplantes<br />

Aspectos bioéticos<br />

Esta muerte cerebral, que a pesar de los 30 años trascurridos desde su concepción, a un no ha perdido su adjetivación de<br />

“cerebral” nos introduce en el apasionante tema de debatir, si en estos tiempos de incesantes adelantos tecnológicos, la<br />

identificación de la muerte como extremo del final de la vida no es verdadera y simplemente una convención acordada<br />

por la sociedad del mismo modo que lo será el comienzo de la vida humana.<br />

Desde el comienzo de esta nueva etapa resultó claro que el tema en cuestión no era simplemente un problema médico<br />

sino que afectaba a toda la sociedad requiriendo una profunda reflexión sociológica y moral. Ya en los primeros años de<br />

debate sobre el concepto de muerte cerebral, R. Morrison expuso que este fenómeno final no era un evento sino un proceso<br />

continuo, gradual y complejo que excedía la biología y la medicina y que todo acuerdo sobre este punto necesitaba,<br />

además de una intensa indagación filosófica, ética, legal y social, ser asumido y comprendido por la sociedad, quien en<br />

definitiva tendría que delinear y aceptar el nuevo concepto sobre la misma.<br />

Los cuadros clínicos intermedios con varios grados de lesión del sistema nervioso como en el estado vegetativo persistente,<br />

demencias profundas, y otras, en que no se cumplen los criterios aceptados de muerte cerebral.<br />

La existencia de este grado de lesión neurológica cerebral superior, ha dado origen al criterio de muerte neocortical sustentado<br />

en la pérdida de las funciones cognoscitivas superiores, que tienen su asiento en la corteza. En estos casos, la<br />

suspensión de la hidratación y la nutrición provoca la muerte por paro cardíaco en un lapso de 10 a 15 días, circunstancias<br />

que han instalado el debate sobre la inmutabilidad de la definición de la muerte y su criterio de sustentación; Karen<br />

Quinlan en 1976 inició el debate social, médico y jurídico sobre la aplicación o suspensión de los métodos de soporte vital<br />

al mismo tiempo que se impulsaba, desde diversos foros, el derecho de los pacientes a decidir sobre su destino.<br />

Desde hace varios años existe un permanente reexamen del problema desde el punto de vista bioético. Muchos eticistas,<br />

médicos y filósofos, se han preguntado por qué tomar en cuenta la falla neurológica que regula la homeostasis de las<br />

funciones vegetativas, como el caso de la respiración, para definir la muerte y no simplemente la perdida irreversible de<br />

la conciencia que es la que define absolutamente la naturaleza y la condición humana. (Vargas, 2009)<br />

150


Bioética para enfermería<br />

Aspectos legales<br />

Se considera el fallecimiento de una persona cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, los cuales<br />

deberán mantenerse ininterrumpidamente seis horas después de su constatación conjunta:<br />

a) Coma irreversible<br />

b) Ausencia de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de conciencia.<br />

c) Ausencia de respiración espontánea.<br />

d) Apnea después de dos minutos de retirado el respirador<br />

e) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas.<br />

f) Inactividad bio-eléctrica comprobada por electroencefalograma plano.<br />

Estos criterios no tienen validez en presencia de hipotermia inducida, alteraciones tóxicas y metabólicas irreversibles y<br />

cuando se haya estado administrando a la persona donante barbitúricos o cualquier medicamento depresor del SNC.<br />

Una vez establecido el diagnostico de muerte cerebral, se considera al paciente fallecido, se firma el acta de muerte y el<br />

“paciente” deja médica, legal y jurídicamente de ser persona. El certificado de defunción basado en la comprobación de<br />

muerte cerebral será suscrito por tres médicos un neurólogo, un neurocirujano y el jefe de servicio de la unidad médica<br />

correspondiente o su sustituto, en aquellos casos en los que este interviniendo la autoridad judicial podrá figurar un<br />

médico forense.<br />

Concepto de muerte cerebral<br />

La muerte cerebral es el estado fisiológico que se caracteriza por ausencia completa y permanente de conciencia, de respiración<br />

espontánea y de los reflejos de los pares craneales y medulares; falta de percepción de los estímulos externos;<br />

atonía de todos los músculos. Todo ello debido a la pérdida de la función cerebral lo que constituye muerte total e irreversible<br />

pero con corazón latiente y respiración sostenida por un respirador mecánico. (Vargas, 2009)<br />

151


Capítulo 11. Trasplantes<br />

¿Qué sucede cuando el paciente es declarado cerebralmente muerto?<br />

Cuando la muerte cerebral ya es un hecho y su familiar es pronunciado legalmente muerto, es esta la hora y la fecha que<br />

deben aparecer en el certificado de fallecimiento. Esta experiencia es muy penosa, ya que su ser querido puede aparecer<br />

como si estuviera solamente dormido. El respirador llena los pulmones con aire y el monitor cardiaco puede indicar que el<br />

corazón aún está latiendo. Su ser querido puede estar tibio al tacto y tiene color en la cara, pero en realidad está muerto.<br />

Historia de la donación de órganos<br />

El trasplante de órganos existe mucho antes de que la ciencia médica pueda hacerlo realidad, desde la antigüedad el<br />

hombre imaginaba la posibilidad de reemplazar un órgano enfermo por otro sano y salvar la vida de quien padecía una<br />

enfermedad terminal.<br />

Uno de los primeros antecedentes históricos se remonta al año 700 a.C. pues los primeros trasplantes se dieron con los<br />

pobladores de la India, estos utilizaban el trasplante de piel de los glúteos, con el objeto de reconstruir la nariz y el pabellón<br />

de la oreja.<br />

La leyenda de los santos Cosme y Damián constituye la primera idea de trasplante de donante cadavérico con finalidad<br />

terapéutica, remplazaron la pierna de un paciente con cáncer por la de una persona fallecida. En el siglo XVI, el médico<br />

italiano Gasparo Tagliacosi, se hizo famoso al elaborar una técnica para reconstruir la nariz en la que utilizaron un colgajo<br />

cutáneo de la parte interna del brazo.<br />

Durante los siglos XVII y XIX se realizaron por primera vez, con éxito un trasplante de piel de personas muertas.<br />

La época propiamente de la donación de órganos empieza en el siglo XX. En este siglo existe un crecimiento de los trasplantes,<br />

gracias al surgimiento de nuevas técnicas quirúrgicas que tienden a mejorar la calidad de vida en la preservación<br />

de órganos in vitro logrando así mejorar la calidad de vida de los enfermo<br />

152


Bioética para enfermería<br />

La donación de órganos se dio pensando en el bienestar de las personas en el momento en el que se encuentran en un<br />

estado de enfermedad o simplemente para crear una mentalidad de donador.<br />

Se originó por la necesidad de prolongar las expectativas de vida de los pacientes ya que estas personas que necesitan un<br />

órgano quisieran tener la vida que nosotros no valoramos. Además no encontramos un sentido lógico al permanecer intacto<br />

un cadáver después de muerto mientras que otro ser humano necesita esos órganos para seguir viviendo, si de todas<br />

formas cuando te entierran tus ojos, riñones y las demás partes de tu cuerpo serán consumidas por los gusanos o<br />

peor aún incinerados, sería mejor que alguien que los necesite los pueda utilizar.<br />

Actualmente un número considerable de órganos pueden ser donados y trasplantados con éxito, mejorando de esta manera<br />

la calidad de vida de los pacientes.<br />

En el proceso de donar existen varios aspectos médicos, psicológicos, sociales, legales, religiosos, pero esas disciplinas se<br />

deberían unir para salvar vidas. Por otra parte, médicos, enfermeras y trabajadoras sociales trabajan para crear en la sociedad<br />

una cultura de donación de órganos, y en consecuencia fomentar el aumento de trasplantes que se requieren en<br />

el país.<br />

Importancia de la donación<br />

Otra forma de valorar los órganos y tejidos corporales es conocer el número de personas que están en espera de órganos.<br />

Los cuales tendrán que esperar mucho tiempo o quizá mueran en la espera de un donador, esto a nuestra opinión es muy<br />

cruel, pues si en nuestras manos esta poder ayudar a una persona que verdaderamente lo necesita, ¿Por qué no hacerlo?<br />

Tratemos de imaginar que algún familiar cercano a nosotros se le llegue a diagnosticar algún padecimiento crónico que le<br />

ocasione la deficiencia de algún órgano, nosotros no haríamos otra cosa más que buscar un donador para que esta persona<br />

se salve o en este caso nosotros convertirnos en donadores si se pudiera.<br />

153


Capítulo 11. Trasplantes<br />

Quizá sea contradictorio pero debemos ayudar a las personas aunque no sean nada de nosotros, pues si se habla de personas<br />

solidarias que ayudan a sus semejantes, el trasplante representa una oportunidad invaluable para pacientes con un<br />

padecimiento crónico cuya consecuencia es la insuficiencia de un órgano, que en algunos casos es vital para la vida.<br />

Es muy importante donar órganos, no solo para mejorar la vida de una persona, sino también para toda su familia, pues<br />

sus familiares al igual que el paciente sienten el agobio y la preocupación, pero lo mejor sería salvar la vida de una persona,<br />

Se debe fomentar la donación de órganos, hablar de este tema en las escuelas, colegios y universidades para que en vida<br />

las personas se decidan a donar sus órganos al morir. Así como también debemos hablar con nuestra familia, para que así<br />

cuando un familiar muera nosotros podamos manifestar su deseo de donar, Un buen principio para incentivar la donación<br />

de órganos seria empezando por la familia.<br />

Quienes pueden donar<br />

Después de la vida se considera que pueden ser donadores las personas entre dos meses a 90 años, siempre y cuando los<br />

órganos se encuentren en buen estado, en el caso de los menores de edad, pueden donar tejidos musco–esqueléticos y<br />

cornea, siempre y cuando sea autorizado por los padres. También se exigen condiciones para efectuar el trasplante tales<br />

como son:<br />

- Certificación de la muerte cerebral del paciente.<br />

- Extracción inmediata del órgano.<br />

- Debe certificarse que el donante no sufrió de alguna enfermedad que dañe al trasplantado.<br />

- Comprobar que el órgano sea compatible con el receptor de este.<br />

Cabe señalar que a pesar de que una persona tenga la voluntad de donar sus órganos primero debe de cumplir con ciertas<br />

normas para que el trasplante tenga su propósito original, que es el de salvarla la vida a muchas personas. Es muy importante<br />

acudir con el médico especialista, para que una vez tomada la decisión de convertirse en donador, al morir pueda<br />

realizar la donación sin ningún problema legal.<br />

154


155<br />

Bioética para enfermería<br />

Clases de donantes<br />

Donante cadavérico: es una persona que siendo sana en todos o algunos órganos, presenta un daño irreversible del cerebro.<br />

Generalmente, como consecuencia de un trauma severo, el aumento de la presión dentro del cráneo impide que la<br />

sangre ingrese a la bóveda craneana, produciéndose la destrucción de las células cerebrales y la suspensión de todas las<br />

funciones de este órgano, incluyendo el centro de la respiración por lo cual sobreviene el paro respiratorio; si es posible<br />

se le da respiración asistida mediante un ventilador artificial para lograr que la sangre reciba oxígeno y se pueda sostener<br />

la viabilidad de los otros órganos y tejidos del cuerpo.<br />

Los órganos se pueden obtener cuando un especialista (neurólogo o neurocirujano, no dependientes del equipo médico<br />

que va a realizar la extracción o los trasplantes) haya diagnosticado muerte cerebral.<br />

Una vez hecho el diagnóstico de muerte cerebral y obtenido el consentimiento de los familiares del cadáver y se conozcan<br />

los resultados de los exámenes de laboratorio de las enfermedades infecciosas (SIDA, hepatitis B, hepatitis C, sífilis, Chagas)<br />

se traslada el cadáver a la sala de cirugía donde se extraen los órganos que hayan sido autorizados; se lavan internamente<br />

(perfunden) con unos líquidos especiales, son guardados en una nevera a bajas temperaturas, esto permite que los<br />

órganos duren algunas horas y continúen viables para su trasplante, así mismo se obtiene sangre y fragmentos del bazo<br />

para realizar los estudios de histocompatibilidad.<br />

En el Laboratorio de Inmunología Celular e Inmunogenética, con la sangre del donante se hace la clasificación de su grupo<br />

sanguíneo y con las células obtenidas del bazo se realizan las pruebas de anticuerpos citotóxicos. Las células del donante<br />

se mezclan en forma individual con el suero de los pacientes y si existen defensas (anticuerpos), estas reaccionarán destruyéndolas,<br />

por tanto se considera una prueba positiva, y en caso de realizarse la cirugía, se produciría un rechazo inmediato,<br />

perdiéndose el trasplante, bien sea en la misma sala de cirugía o en las horas siguientes.<br />

Al cadáver se le realizan también las pruebas de histocompatibilidad (HLA), las cuales son los marcadores de herencia de<br />

las personas, dado que se heredan de los padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc., y que hacen que cada persona


Capítulo 11. Trasplantes<br />

sea un individuo único. Para efectos de trasplante son importantes tres de ellos: el HLA DR, A y B, los cuales están clasificados<br />

con números, por tanto hay muchas posibles combinaciones y entre los receptores que hayan dado negativas las<br />

pruebas de anticuerpos citotóxicos se escogen los que tengan mayor número de compatibilidades. Estos estudios pueden<br />

demorarse de seis a ocho horas en ser realizados.<br />

Una vez que el laboratorio ha establecido quiénes son las personas más compatibles con el donante se llama a los pacientes,<br />

para realizar la evaluación médica inmediata y conocer si el paciente está en condiciones de recibir el órgano por<br />

trasplantar.<br />

Donante vivo: debe ser una persona sana, quien por una decisión libre y voluntaria se ofrece para que se le extraiga uno<br />

de sus órganos.<br />

Trasplante de familiar vivo: el familiar necesita considerar muy bien la decisión de donar un órgano, en especial porque<br />

no hay garantía de que el trasplante funcione, la mayoría de los donadores y receptores reciben intensa asesoría antes de<br />

llegar a tomar una decisión final.<br />

Miedo<br />

Algunas personas, tal vez la mayoría no terminemos de entender o acostumbrarnos a la idea de donar, nos parece macabro<br />

y se mezclan sentimientos por el dolor de la pérdida de la persona amada, el agobio por los trámites que se deben de<br />

hacer cuando alguien muere, la confusión, etc.<br />

En todo caso había de pensar si nuestro familiar habría querido o no ayudar a otra persona a vivir. A fin de cuentas es<br />

igual de doloroso y macabro enterrar o incinerar a la persona. La diferencia es que al no confirmar la donación, ponemos<br />

nuestro granito de arena para que el enfermo tenga el mismo fin que nuestro pariente. Un poco cruel ¿No?<br />

156


Bioética para enfermería<br />

Falta de información<br />

La carencia de información es la causa por la cual existe un alto índice de no donadores, por no tener la suficiente información<br />

acerca del tema. En cambio quien recibe un corazón, un hígado, o un riñón no solo conservara su vida en la gran<br />

mayoría de los casos, o lo hará con la mejor calidad. En el caso de que el receptor es un niño, al menos se le estará regalando<br />

la oportunidad de llegar a la edad adulta y a lo mejor una vida completa. Y cuando se trata de un adulto más años<br />

de vida productiva, ya que estando en esa situación se aprende a valorar la vida y esas pequeñas cosas que para una persona<br />

que está bien de salud no valora. Un ejemplo de esto podría ser que cuando necesitamos lentes por problemas visuales<br />

no los queremos usar porque no nos gusta, pero habría que pensar cuantas personas quisieran ver aunque sea<br />

utilizando lentes.<br />

Pero no es así, hoy en día es alarmante la mínima cantidad de personas que de manera voluntaria acceden a donar sus<br />

órganos, a comparación del número excesivo de personas que necesitan de un órgano.<br />

Esto ocasiona una muy alta falta de información, una buena opción de difusión seria realizando visitas a las escuelas dar<br />

conferencias con testimonios, ya que si se quiere concienciar a los jóvenes acerca del consumo de drogas, porque no<br />

hacerlo sobre la donación de órganos. A pesar de todos los problemas que tiene esta sociedad aún existen instituciones<br />

honestas y organizadas que ayudan de una manera muy ética y humana, que trabajan sin descanso para dar una esperanza<br />

de vida a algunos enfermos terminales.<br />

No existe mayor acto de bondad y caridad que ayudar a otras personas a pesar que nosotros tengamos la gran pena de la<br />

pérdida de un familiar con muerte cerebral, podríamos tener caridad y ayudarlo a vivir ¿No lo cree así?<br />

Tráfico de órganos y tejidos<br />

Ante la gran demanda para suplir la necesidad de trasplantes de órganos y tejidos, se teje el inframundo del mercado negro<br />

de órganos; son determinados países y sectores poblacionales que viven en la extrema miseria en donde surge oferta<br />

157


Capítulo 11. Trasplantes<br />

para satisfacer a personas ricas que demandan de órganos para tener la oportunidad de vivir un día más y de manera saludable.<br />

En México más de 8.000 personas necesitan de un trasplante de órgano, en el Reino Unido más de 9.000, en Alemania<br />

14.000 personas, en Estados Unidos de Norteamérica 97.000 y en China cerca de dos millones esperan un órgano.<br />

El reto de algunas personas es mantenerse vivo en espera<br />

de un trasplante, muchos llevan 12 a 15 años; en Europa el<br />

30% de los pacientes fallecen antes de que llegue el ansiado<br />

trasplante; aunque en los países occidentales el 25% de<br />

la población ha firmado y dado en vida consentimiento de<br />

donar órganos y tejidos, es muy pequeño el porcentaje que<br />

puede viabilizar el buen propósito.<br />

A pesar de que cada día hay más Centros Médicos especializados<br />

en la búsqueda de tales objetivos, la creación de<br />

Bancos de órganos, como el de Virginia, Estados Unidos de<br />

Norteamérica.<br />

Por tanto, esta necesidad de órganos para cubrir la gran demanda, ha creado el turismo de trasplantes, uno de los casos<br />

investigados y analizados ha sido la India, por el año 2004 (26 de diciembre) tras un terremoto de 9,2 en la escala de Richter<br />

cuyo epicentro se localizó en Indonesia, se produjo un tsunami de gran magnitud, con olas de más de 30 metros que<br />

arrasó las costas de Tailandia, Indonesia, Bangladesh, Sri Lanka, Somalia y la India con una cifra sobre los 300.000 personas<br />

fallecidas; la gente en la India quedó en la miseria y allí se desarrolló un mercado negro de órganos con una amplia<br />

red de intermediarios y comisionistas, oficiales de la policía corruptos y médicos y centros hospitalarios contaminados de<br />

este atentado a los Derechos Humanos.<br />

158


Bioética para enfermería<br />

China se ha convertido en un país de más rápido crecimiento económico y al momento en el mayor ofertante de órganos.<br />

Un paciente de los Estados Unidos de Norteamérica se encontraba en su país en lista de espera para el trasplante de<br />

hígado, su expectativa de vida se agotaba; esto le angustió y procuró otros caminos; a<br />

través de este mundo globalizado, se contactó con gente que trabaja en turismo de<br />

trasplantes en China; luego viajó con $ 110.000.oo dólares USA y le realizaron en un<br />

Centro médico el anhelado trasplante; a poco de su regreso con un hígado nuevo y vida<br />

renovada, se levantó un escándalo sobre el origen del órgano.<br />

China tiene más de 10.000 personas, hombres y mujeres que son ejecutadas, unos por<br />

fraude, otros por robo, contrabando de drogas; en el lugar de las ejecuciones, se disponía<br />

de una ambulancia, ni apenas recibía el disparo, llevaban el cuerpo a la ambulancia<br />

y procedían a retirar los órganos de acuerdo a la demanda.<br />

A los sentenciados no se les informaba que su cuerpo se convertiría en donante de órganos, los pacientes receptores de<br />

órganos no conocían la procedencia de estos órganos. Fue a partir de este escándalo que las leyes cambiaron en mayo de<br />

2007; el turismo de trasplante se convirtió en una actividad ilegal, ningún extranjero podría ser intervenido.<br />

Con estas restricciones, parecería que todo termina y está bajo control, sin embargo, es cuando el negocio es más suculento;<br />

un riñón en Rusia cuesta $ 25.000,00 dólares USA; un hígado en Tailandia cuesta $ 100.000,00 dólares USA; un corazón<br />

en Sudáfrica $ 290.000,00 dólares USA. En un país se descubrió el tráfico de órganos a través de una funeraria que<br />

vendía órganos sin ningún control, huesos de viejos por jóvenes, órganos de difuntos sin exámenes de SIDA y libre de<br />

enfermedades como hepatitis, tuberculosis, etc.<br />

159


Capítulo 11. Trasplantes<br />

Sin embargo, la demanda de órganos, no es nueva ya que el ser humano es el mismo<br />

a través de la historia de la humanidad; por la década de 1820, el cuerpo humano<br />

era escaso para el estudio anatómico en las Facultades de Medicina y comenzó<br />

el tráfico de cuerpos, se pagaba $ 10,00 dólares por cada cadáver, mucha gente<br />

ganaba diez veces más, a su remuneración básica; sacaban los cuerpos de los recién<br />

enterrados de los cementerios para llevarlos a las Facultades de Medicina y a<br />

nadie le importaba su origen.<br />

Para corregir esta falencia, se optó por una ley que autorizaba el uso de cuerpos de<br />

personas ejecutadas, pordioseros cuyo cuerpo no era reclamado y se terminó el<br />

negocio. Hace 12 a 15 años, en Ecuador circulaban historias sórdidas de niños secuestrados,<br />

quienes aparecían luego sin la córnea; otro, era encontrado con una<br />

gran cicatriz en el flanco, producto de una extirpación de un riñón.<br />

Ecuador ya cuenta al momento con una Ley que controle todas estas posibilidades<br />

de mercado negro, con Instituciones que cumplan con las exigencias actuales de la<br />

práctica médica para esta noble actividad.<br />

Influencia de la religión<br />

Un aspecto importante y de mucho interés es el hecho de que las distintas religiones no se oponen a la donación y el<br />

trasplante de órganos, aunque cuando los criterios de algunas de ellas no permiten realizar trasplantes por respeto al<br />

muerto.<br />

En el cuadro 1, se sintetizan las posiciones de las cuatro religiones con mayor número de profesantes en el mundo. En la<br />

columna derecha se reseña la posición vinculada a cada dogma.<br />

160


Bioética para enfermería<br />

Cuadro 1. Relación entre culto religioso y trasplantes<br />

Católicos Entiende a la donación de órganos como un acto de caridad, amor fraternal y auto sacrificio. El catolicismo<br />

acepta los trasplantes ética y moralmente. El papa Juan Pablo II declaro que: “Los que creen en<br />

nuestro señor Jesucristo, quien dio su vida por la salvación de todos, debemos reconocer la necesidad<br />

de la disponibilidad de órganos para trasplantes como un desafió a su generosidad y amor fraternal”<br />

Testigos de No se oponen a la donación si se trata de órganos cadavéricos pero se niegan terminante mente si el<br />

Jehová<br />

trasplante es entre personas vivas. Sin embargo se oponen a las transfusiones sanguíneas, lo que vuelve<br />

casi imposible la realización de trasplantes.<br />

Evangélicos Se pronuncian a favor de la donación, aunque reconoce que es un acto estrictamente voluntario y defiende<br />

la libertad de conciencia.<br />

Budismo Insisten en no tocar el cuerpo de la persona recién fallecida durante tres días completos ya que consideran<br />

que el proceso de la muerte no es instantáneo sino gradual y se necesita de estos días para su<br />

siguiente reencarnación.<br />

Grupo pro–trasplante<br />

Es necesario realizar un trabajo de concienciación social, para que la sociedad ecuatoriana comprenda la importancia de<br />

la donación, pues cientos de vidas podrán ser salvadas mediante los trasplantes, bajo ese convencimiento, un grupo de<br />

profesionales en distintas ramas de la medicina fundaron el Grupo Pro Trasplante, que busca incentivar el desarrollo de<br />

esta práctica bajo condiciones estrictamente reguladas.<br />

En el Ecuador, la actividad estuvo normada por el Organismo Nacional de Trasplantes de Órganos y Tejidos (ONTOT), entidad<br />

que dependía del Ministerio de Salud Pública. El ONTOT debía calificar a los hospitales y casas de salud para comprobar<br />

que cumplen los estándares médicos y sanitarios para realizar los trasplantes. El Hospital Metropolitano de Quito,<br />

el Hospital Eugenio Espejo, el Hospital del Seguro y algunas entidades privadas fueron calificados para realizar trasplantes.<br />

161


Capítulo 11. Trasplantes<br />

La idea de contar con el banco de datos de los receptores fue tener disponible la información que permita establecer la<br />

histocompatibilidad con los posibles donantes pues, en el caso del riñón, era necesario realizar estudios genéticos para<br />

evitar que el organismo del receptor rechace el órgano trasplantado. Con la práctica del trasplante de órganos de pacientes<br />

cadavéricos, se duplico el número de trasplantes de riñón realizados en el país. Además, creció la expectativa es fomentar<br />

el trasplante de hígado y corazón, en los cuales hay antecedentes aislados en el país.<br />

Quito cuenta con un banco de ojos que constituye una esperanza para los pacientes que necesitan recibir un trasplante<br />

de córnea, a cargo del Club de Leones y normado por la ONTOT.<br />

Ley orgánica de donación y trasplantes de órganos, tejidos y células<br />

La Ley Orgánica de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células en la República del Ecuador, ha sido dada y suscrita<br />

en la Asamblea Nacional, en el Distrito Metropolitano de Quito, Provincia de Pichincha, a los catorce días del mes de<br />

febrero de dos mil once, siendo Presidente de la Asamblea Nacional el Arquitecto Fernando Cordero Cueva y Presidente<br />

de la República del Ecuador, Economista Rafael Correa Delgado. La mencionada Ley considera principios establecidos en<br />

la Constitución aprobada en Montecristi; en lo pertinente, acata el inciso primero del artículo 32 de la Constitución de la<br />

República donde se establece que la salud es un derecho que debe ser garantizado por el Estado; Que, el artículo 50 de la<br />

Constitución de la República garantiza a toda persona que sufra una enfermedad catastrófica o de alta complejidad el<br />

derecho a una atención especializada y gratuita, de manera oportuna y preferente; Que, la Ley Orgánica de Salud, publicada<br />

en el Suplemento del Registro Oficial No. 423 de 22 de diciembre de 2006, regula los trasplantes de órganos, tejidos<br />

y disposición de cadáveres; y muchos otros considerandos que hacen sindéresis con la protección del ser humano;<br />

además de tomar en cuenta los Tratados firmados en la Conferencia General de las Naciones Unidas sobre las Declaración<br />

sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos (Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y<br />

Células, 2011).<br />

Esta Ley tiene por objeto garantizar “el derecho a la salud en materia de trasplantes, a través de la regulación de las actividades<br />

relacionadas con la obtención y utilización clínica de órganos, tejidos y células de humanos, además de los pro-<br />

162


Bioética para enfermería<br />

ductos derivados de ellos, incluyendo la promoción, donación, extracción, preparación, almacenamiento, transporte, distribución<br />

y trasplante” (Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, 2011).<br />

Corresponderá a la Autoridad Sanitaria Nacional, su rectoría, el emitir políticas públicas relacionadas con la donación y<br />

trasplante de órganos, tejidos y células y lo primero que hará es crear el Sistema Nacional Integrado de Donación y Trasplante.<br />

Está basada en los principios establecidos en la Constitución y tratados Internacionales, considerando el altruismo,<br />

la voluntariedad, la gratuidad, la solidaridad, trasparencia, la interculturalidad y la bioética.<br />

Toda persona tiene el derecho a ser informado de las consecuencias del trasplante; tiene que expresar explícitamente por<br />

escrito el consentimiento a participar como donante o receptor de órganos; a la reserva de sus datos y confidencialidad.<br />

Se crea el Sistema Nacional Integrado de Donación y Trasplante de Órganos como parte del Sistema Nacional de Salud; lo<br />

importante de la Ley es que en todas las esferas de la actividad trasplantológica se considerará las acreditaciones, de los<br />

hospitales, de los laboratorios, de los bancos de tejidos de órganos y células; de los equipos médicos, de los Centros de<br />

Investigación científica que tenga que ver con trasplante de órganos.<br />

Se trata en la Ley, de establecer unidades de alta complejidad, lo cual es una buena meta, pero hay mucha distancia, difícil<br />

esperar que de que pronto, nuestro país se convierta en un Centro de investigación de nuevas técnicas quirúrgicas y<br />

que los pacientes se encuentren tratados de lo mejor, con la prioridad que amerita su necesidad médica. Más aún, considerando<br />

que en varias ocasiones el Sistema de Salud ha entrado en “emergencia”, hay una alta tasa de mortalidad infantil,<br />

los hospitales están abarrotados de pacientes, las medicinas tiene que proveerse en farmacias particulares , no hay<br />

médicos que atiendan la demanda de tantos pacientes; cada vez, la población tiene que contratar un sistema de salud<br />

pre-pagada, en donde hay un comercio de miseria, ya que en letra minúscula, está lo que no puede ser reconocido como<br />

obligación de atención médica por parte de la Empresa; pacientes rechazados por pertenecer a la tercera edad, por ser<br />

portador de enfermedades pre-existentes, incumpliendo con los postulados de la Constitución actual, “que toda persona<br />

163


Capítulo 11. Trasplantes<br />

deberá ser atendida sin distingos de edad, raza, condición social” (Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos,<br />

Tejidos y Células, Quito, 14 de febrero de 2011).<br />

Se habla en esta Ley de un trato especial de honorarios, para quienes se dediquen esta actividad de forma completa; pero<br />

el médico en general, debe ser tratado en cuanto a honorarios de la misma manera, con respeto, sin abusar del horario,<br />

ya que no solo pone su conocimiento, sino su corazón, al sentir de primera mano el dolor humano y todo esto deteriora al<br />

ser humano; debe el médico tener la libertad de realizar cursos de actualizaciones, de adquirir medios de diagnóstico, de<br />

materiales de estudio; esta consideración es única en el quehacer de la humanidad, ya que el individuo no camina si se<br />

encuentra enfermo.<br />

La Ley postula una “Lista de Espera única Nacional”, con ello, se corre el riesgo de tratar a los pacientes como simples<br />

estadísticas, ya que todo estaría centralizado. El médico no trata diagnósticos, trata a seres humanos y el paciente a su<br />

vez busca a alguien de confianza que le ayude como corresponde.<br />

Antes de la vigencia de esta Ley, se hablaba de la carencia de órganos a trasplantar; ahora, toda persona es potencial<br />

fuente de uso de órganos: todo ecuatoriano y extranjero residente en el país y mayores de 18 años, “al fallecer se convertirán<br />

en donantes, a menos que en vida hubieren manifestado, en forma expresa”, no estar dispuesto a donar sus órganos<br />

y tejidos o células o restringiendo de modo específico a determinados órganos (Ley Orgánica de Donación y Trasplante<br />

de Órganos, Tejidos y Células, 2011).<br />

El Reglamento General que regula el desarrollo y aplicación de la Ley rige desde el 13 de Julio de 2012, tras su publicación<br />

en el Registro Oficial. No. 745. Con la vigencia de este cuerpo legal se da la transición del Organismo Nacional de Trasplantes<br />

de Órganos y Tejidos (ONTOT) al Instituto Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (INDOT),<br />

el cual se crea el 14 de julio de 2012.<br />

164


165<br />

Bioética para enfermería<br />

El INDOT es una entidad adscrita al Ministerio de Salud Pública que se encarga de la regulación, coordinación, control,<br />

promoción, vigilancia y evaluación de la actividad de trasplantológica a nivel nacional. Trabaja con los más altos estándares<br />

técnicos basados en principios éticos, de equidad y transparencia en el fortalecimiento del Sistema Nacional Integrado<br />

de Donación y Trasplantes. La sede de la institución se encuentra en Quito y se despliega con coordinaciones zonales en<br />

Pichincha, Guayas y Azuay.<br />

Programa de educación y motivación a la población<br />

El éxito de la Ley en cuanto a disponer de órganos para trasplante, tendrá que ver con los planes y programas de educación<br />

en todos los niveles de la sociedad, primero a los mismos médicos, trabajadores de la Salud, a los estudiantes en general<br />

y al público para que haga conciencia de la donación de órganos, tejidos y células de trasplante.<br />

Todo ciudadano que se acerque a la Dirección General de Registro Civil, Identificación y Cedulación de la República y obtenga<br />

su cédula de ciudadanía tiene la opción de rechazar a convertirse luego de su fallecimiento en donador de órganos<br />

y tejidos a menos que indique lo contrario. En cuanto a menores de edad, una vez comprobado el fallecimiento y se compruebe<br />

el diagnóstico de muerte cerebral, los padres o sus representantes<br />

legales podrán autorizar la donación de órganos y tejidos. Cuando se<br />

trata de donaciones en vida, tiene adecuados parámetros de guía, ser<br />

mayor de 18 años, en plenas facultades mentales, que tenga compatibilidad<br />

biológica, parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad;<br />

todo ello, bajo las normas legales, documentos de cesión notariada y<br />

también, la libertad de la revocatoria del consentimiento.<br />

La gran motivación debe ser la solidaridad, el sentimiento de amor al<br />

prójimo bajo necesidad; pero también, entender que lo que ahora pasa<br />

una persona, con el correr del tiempo me puede pasar a mí. Entonces, el<br />

sufrir en carne propia esta circunstancia, que antes se la veía muy lejana o imposible de que me ocurra, ya le da una con-


Capítulo 11. Trasplantes<br />

notación de hacerlo no solo por los demás, sino de usar éstos recursos de la humanidad. Mucha gente, sin la debida explicación,<br />

información e implicaciones de carácter religioso, puede<br />

ignorar la verdadera razón para negar la donación de órganos; en<br />

toda religión, en toda relación espiritual está el amor, esa es la<br />

verdadera relación con Dios y con los demás, ese “Amor” que no<br />

tiene ley, pues nadie puede condenar a alguien por amor y solidaridad.<br />

La información y educación a la población debe ser completa, se<br />

debe hacer conocer que los Organismos Internacionales han procurado<br />

mediante acuerdos cerrar el paso al comercio lucrativo y<br />

que se condena esta práctica que atenta contra los Derechos<br />

Humanos; de forma que el médico y el trabajador de la salud no<br />

debe participar en procedimientos en donde se presume hay de<br />

por medio la transacción comercial de órganos; se debe hacer conocer que no hay libertad para la publicidad para la disponibilidad<br />

de órganos.<br />

166


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 12<br />

Discapacidad<br />

Dignidad de la vida humana de las personas con discapacidad<br />

Conforme avanza el desarrollo socio-económico, el aceleramiento de la vida en las grandes ciudades, los múltiples factores<br />

que determinan altos niveles de estrés, la inseguridad social en la que vive la población, los accidentes de tránsito<br />

que constituyen una de las primeras causas de morbimortalidad, van afectando con sus secuelas de discapacidad a las<br />

personas, familias y sociedad en general.<br />

Según un estudio realizado por la Universidad Central del Ecuador en el año<br />

2000, se encontró que en el Ecuador el 13,2% de la población tiene algún tipo<br />

de discapacidad, proyectado a la población actual, alcanza a 1.600.000 personas<br />

aproximadamente, así también la relación entre deficiencia, y discapacidad,<br />

se determina cuando una persona adquiere una deficiencia y no recibe<br />

atención adecuada, hecho que podría llevar a una discapacidad. Del universo<br />

de personas con deficiencia el 27% presentan alguna discapacidad. La discapacidad<br />

afecta más al género masculino 19%, que al femenino 17,1%, la frecuencia<br />

de deficiencias es mayor para los niños y niñas de hogares indígenas<br />

16,7%, casi uno de cada cinco muestran algún indicio de discapacidad.<br />

En el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidades y la Declar a-<br />

ción actual de la Constitución Política de la República del Ecuador, que protege socialmente a la población con discapacidad<br />

, considerado como grupo de atención prioritario, se establece la necesidad de formar a las /os profesionales de en-<br />

167


Capítulo 12. Discapacidad<br />

fermería y tecnología médica , en el campo de la Rehabilitación., con un enfoque de promoción de la salud, prevención de<br />

riesgos y de atención integral a las personas con morbi–deficiencias y a sus familias.<br />

Por otra parte resulta indispensable que los servicios de salud públicos y privados, garanticen una atención adecuada a<br />

las personas con discapacidad y de ésta manera contribuyan a elevar su calidad de vida., en consecuencia ésta labor debe<br />

ser llevada a cabo por profesionales especializados en el área de rehabilitación.<br />

La discapacidad como problema de salud pública, tiende a incrementarse significativamente,<br />

por lo tanto los centros universitarios deben ser proactivos<br />

frente a éste tipo de demandas sociales.<br />

Es relativamente reciente el reconocimiento de que la problemática de la discapacidad<br />

pertenece al campo de los derechos humanos. La tendencia al crecimiento<br />

de la población con algún tipo de discapacidad, y el hecho de que al<br />

momento se evidencia que los centros de educación superior del país no cuentan<br />

con una oferta académica en el campo de la rehabilitación tanto para licenciadas/os<br />

en enfermería y tecnología médica justifican plenamente por<br />

ejemplo la realización de programas de postgrado para dar atención a este grupo vulnerable.<br />

El principio que rige este abordaje de los derechos de las personas con discapacidad es aceptar a dichas personas tal cual<br />

son. Y para ello hay que escucharlas, conocerlas, tratar de interiorizarnos en su lógica, tanto aquella compartida en la<br />

problemática de su integración social, como de aquellas lógicas determinadas por las diferentes maneras en que cada<br />

persona con discapacidad interactúa, desde sus propios atributos, con su medio físico y social.<br />

168


169<br />

Bioética para enfermería<br />

Escucharlas es, también, aceptar y alentar su protagonismo en las cuestiones que las involucran, admitir que hay un gran<br />

vacío respecto de esta problemática en el mundo profesional, y reconocer que las mismas personas con discapacidad han<br />

sido pioneras en el surgimiento de esta disciplina.<br />

Enfoque desde algunos equívocos<br />

El concepto de ética, refiere a acciones o actitudes de individuos respecto de ciertos<br />

valores instalados desde la cosmovisión en la cual están inmersos (Se debe<br />

actuar así o asá). Sin embargo, frecuentemente, manifestaciones humanas a las<br />

que se atribuye valor (o disvalor) ético, son interpretadas como actitudes de origen<br />

meramente individual, negados o desconocidos en su carácter estructural, en<br />

tanto emergentes de dicha cosmovisión. Ejemplo: Un arquitecto diseña edificios<br />

inaccesibles, por lo tanto marginan a personas con discapacidad, no necesariamente<br />

porque rechace a dichas personas, sino porque el tema jamás fue tratado<br />

en su formación universitaria, ni está presente en el Código de Ética de ejercicio Profesional, ni las normas de accesibilidad<br />

figuran en los Códigos de Edificación de manera explícita. Detrás del justificativo denominado “error humano” se<br />

evade el cuestionamiento de las estructuras que lo generan.<br />

Otro equívoco surge del carácter optativo de las acciones que de la ética se desprenden de reflexiones como: los derechos<br />

de uno terminan donde comienzan los de los demás. Cuando ciertas normas de comportamiento no son impuestas<br />

y existe individuos que se exceden en sus derechos, éstos últimos imponen su voluntad a otros. Es decir, siempre existe<br />

la imposición. Por eso las leyes son de cumplimiento obligatorio. Y si no lo fueran, quién se impone sobre quién, depende<br />

de la relación de fuerzas.<br />

En temas vinculados a discapacidad, es histórica esta resistencia a “imponer” pautas. Supongamos que, para no imponer<br />

a las empresas, al propio estado, a los profesionales, cumplir con determinados condicionantes, por ejemplo la legislación<br />

sobre - más precisamente su decreto reglamentario - no fuera de cumplimiento obligatorio: ¿No hay imposición? Si hay:


Capítulo 12. Discapacidad<br />

sobre las personas que necesitan accesibilidad y no la tienen, y se les impone concurrir a los escasísimos espacios accesibles...o<br />

quedarse en casa. Cuando no hay obligación, ni control sobre las obligaciones, la imposición recae sobre el más<br />

vulnerable, que resulta así vulnerado<br />

Específicamente desde niveles académicos, respecto de la etiología de actitudes marginadoras o discriminatorias en el<br />

campo de la salud y del diseño del hábitat (ciudades, edificios, instalaciones, utensilios) nos deberíamos plantear el siguiente<br />

interrogante:<br />

¿Para qué noción de ser humano diseñamos, enseñamos, curamos? ¿A qué<br />

noción de ser humano respondemos nosotros mismos? ¿A la del individuo<br />

estándar considerada “normal”? ¿O a esa categoría de ser humano que nace,<br />

crece, sufre vicisitudes, envejece y muere, sufriendo en su vida períodos de<br />

menor y mayor vulnerabilidad?<br />

A su vez, los límites de los profesionales de la salud, respecto de esta problemática<br />

se expresaban, en las palabras de una persona con discapacidad, en<br />

EE.UU., década del 90, en los siguientes términos: “Reducir el abordaje y estudio<br />

de la discapacidad a terapia ocupacional y rehabilitación médica... es como<br />

confundir el problema de la mujer en la sociedad con la ginecología; o es<br />

cómo encarar el problema del racismo desde la dermatología..." Esta cita refleja<br />

hasta qué punto los propios protagonistas de la problemática fueron capaces de confrontar con el paradigma médico<br />

cuestionando de raíz su paternalismo para con ellos y colaboraron en la generación de nuevos paradigmas.<br />

A la luz del incremento de personas con discapacidad y de la diversidad antropométrica, funcional y conductual – es decir,<br />

que son físicamente diferentes, que hacen las cosas de manera diferente (leer, caminar, comer, saludar), y que se comportan<br />

de manera “diferente”, cabe interrogarse acerca de los parámetros específicos con los que, desde cada disciplina<br />

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171<br />

Bioética para enfermería<br />

se mide y evalúa a los individuos y sus comportamientos, y acerca de las consecuencias de forzarlos a encuadrarse dentro<br />

del molde de la llamada “normalidad”.<br />

Las personas con discapacidad, desde sus particulares maneras de manifestarse son, de hecho, transgresoras de los comportamientos<br />

establecidos, evidenciando, desde su presencia y vida ciudadana, los graves desajustes entre sus necesidades<br />

y la ciudad y sociedad que se le oferta.<br />

Deberíamos reflexionar lo que sucede con las leyes de protección a personas<br />

con discapacidades si no fueran de cumplimiento obligatorio: ¿No habría imposición?<br />

Si hay: sobre las personas que necesitan accesibilidad y no la tienen,<br />

y se les impone concurrir a los escasísimos espacios accesibles...o quedarse en<br />

casa. Cuando no hay obligación ni control sobre las obligaciones, la imposición<br />

recae sobre el más vulnerable, que resulta así vulnerado.<br />

En este caso, la Ley en sus implicancias desde la práctica académica, analiza la<br />

etiología de actitudes marginadoras o discriminatorias en el campo de la salud<br />

y del diseño del hábitat (ciudades, edificios, instalaciones, utensilios) planteando<br />

el siguiente interrogante: ¿Para qué noción de ser humano diseñamos,<br />

enseñamos, curamos? ¿A qué noción de ser humano respondemos nosotros<br />

mismos? ¿A la del individuo estándar, que responde a parámetros de “normalidad”?<br />

¿O a esa categoría de ser humano que nace bebé, crece, envejece y muere, tiene períodos de menor y mayor vulnerabilidad<br />

y, por lo tanto, mayor y menor cercanía a dichos parámetros?<br />

Situación de la discapacidades en el Ecuador<br />

A la luz de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas y de una Constitución<br />

de las más ricas en defensa de los grupos vulnerables, “Ecuador Sin Barreras” abanderó la lucha por el cumplimiento


Capítulo 12. Discapacidad<br />

de los derechos de las personas con discapacidad, así como su atención oportuna e inmediata. Ante el olvido, el descuido<br />

y la urgencia por atender las necesidades de todas las personas con discapacidad, nacen dos históricas misiones solidarias:<br />

la “Manuela Espejo” y la “Joaquín Gallegos Lara”. La primera para estudiar y registrar a las personas con discapacidad<br />

a nivel nacional y la segunda para cuidar a los ecuatorianos más vulnerables y olvidados, aquellos que tienen discapacidad<br />

intelectual, física severa o multidiscapacidad.<br />

El Gobierno Nacional en su primer período en la persona de su Vicepresidente Lenin Moreno asumió un reto único en el<br />

país al pretender dar cobertura de atención a este grupo vulnerable en el país hasta ahora olvidado. Se creó para ese<br />

efecto el Plan Nacional de Discapacidades manejado por el Consejo Nacional de Discapacidades (CONADIS) bajo el empuje<br />

y supervisión permanente del segundo mandatario. En instrumento técnico de trabajo contempló entre lo más relevante:<br />

Capítulo I<br />

Análisis de la Situación Actual de las Discapacidades en el Ecuador.<br />

Direccionamiento Estratégico del Plan.<br />

Capítulo II<br />

Visión: el II Plan Nacional de Discapacidades del Ecuador, instrumento técnico y humanista,<br />

orientador del ámbito de las discapacidades, que promueve la prevención de las discapacidades<br />

y el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad.<br />

Misión: el II Plan Nacional de Discapacidades del Ecuador, sistematiza, coordina y optimiza<br />

el accionar institucional público y privado, que garantice el cumplimiento de los objetivos,<br />

políticas, estrategias, programas y proyectos, en los ámbitos de la prevención de las discapacidades<br />

y de la atención e integración social de las personas con discapacidad.<br />

172


Bioética para enfermería<br />

Objetivos generales del plan:<br />

Disminuir la incidencia y prevalencia de las deficiencias potencialmente discapacitantes y de las discapacidades.<br />

Mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.<br />

Estrategias generales del plan:<br />

Movilización ciudadana de las organizaciones públicas y privadas para la defensa de los derechos de las personas con<br />

discapacidad.<br />

Búsqueda y canalización de recursos nacionales e internacionales para la concreción de los programas y proyectos<br />

previstos en el II Plan Nacional de Discapacidades.<br />

Descentralización de acciones mediante el fortalecimiento técnicoadministrativo<br />

de las Comisiones Provinciales de Discapacidades.<br />

Involucramiento de los medios de comunicación social en las acciones de<br />

sensibilización comunitaria, prevención, atención e integración de las personas<br />

con discapacidad.<br />

Fortalecimiento de la Coordinación Interinstitucional a través de la Comisión<br />

Técnica.<br />

Fortalecimiento de las instituciones y organizaciones públicas y privadas<br />

de y para personas con discapacidad.<br />

Capacitación a los profesionales de las instituciones públicas y privadas que tengan relación con el tema y a las personas<br />

con discapacidad y sus familias.<br />

Priorización y ejecución de los proyectos de prevención, atención e integración social, a través de los planes operativos<br />

anuales de cada sector.<br />

Importantes logros han sido la incorporación a instituciones públicas y privadas de personas con discapacidad. Se ha logrado<br />

la reinserción laboral de cientos de miles de personas con discapacidad. Hay gente que no cumplía con la ley por<br />

173


Capítulo 12. Discapacidad<br />

eso se exigió que a partir de enero de 2010 las entidades privadas y públicas contraten en un 4 por ciento de sus nóminas<br />

a personas con discapacidad. Ecuador también ha convertido en Ley que aquellas empresas con más de 25 personas en su<br />

plantilla, deberán destinar un cuatro por ciento de los cargos a cubrir para situar en ellos a discapacitados con posibilidades<br />

de realizar las labores asignadas.<br />

La razón fundamental de ser el programa de mayor impacto es porque se ha accedió a<br />

los páramos para ayudar a personas de avanzada edad con discapacidad y en donde no<br />

existen centros de salud que les permita acceder. Según los resultados obtenidos por la<br />

Vicepresidencia de la República, para el 2010 294.526 ecuatorianos fueron identificadas<br />

como personas con discapacidad en las 24 provincias, las cuales el 8,86% corresponden<br />

a casos en situación crítica, es decir 26.095 personas. Por tal motivo el programa<br />

social emprendió fases de ayuda con recursos (colchones y cojines anti-escaras, sillas<br />

de ruedas, bastones, pañales, etc.), atención médica, vivienda, bono, rehabilitación,<br />

nutrición, entre otros. “El programa ha cubierto a todas las provincias”, Los discapacitados<br />

se ubican especialmente en la provincia costera de Guayas (74.800 casos) y en la<br />

andina de Pichincha (45.000 casos), las más pobladas del país. Su distribución por sexo<br />

es de 49,57 por ciento mujeres y 50,43 por ciento hombres“. Se ha cubierto entre el 3 y 4 por ciento de todos los habitantes<br />

del Ecuador que tienen una discapacidad que requieren atención inmediata”. (Inmediato, 2011)<br />

Contó con la participación de especialistas cubanos y el financiamiento inicial del gobierno de Venezuela. La misión, en la<br />

cual participa personal médico cubano y ecuatoriano, visitó viviendas en los lugares más alejados a donde antes nunca<br />

nadie había llegado con un propósito semejante. Se señala que los equipos médicos, trabajaron en condiciones difíciles y<br />

en lugares de acceso complicado, la ciudadanía demostró gran interés y expectativa. Los casos más urgentes fueron detectados<br />

por los galenos y se procedió en una primera fase a la construcción de 350 casas que fueron entregadas gratuitamente<br />

a quienes padecían discapacidades más severas, aunque el programa de edificación de viviendas continua. Por<br />

tanto el objetivo del Gobierno es atender a estas personas que han estado olvidadas entre los olvidados.<br />

174


Bioética para enfermería<br />

Otro programa complementario fue la creación de la Misión Solidaria Joaquín Gallegos a través del cual el gobierno ecuatoriano<br />

ha entregado millares de ayudas técnicas, insumos y medicinas a esas personas necesitadas como una primera<br />

acción para hacerles llegar el apoyo oficial, e instrumentar más respaldo.<br />

Además dentro del programa ¨Joaquín Gallegos Lara¨, 14.479 personas<br />

que padecen de discapacidad física o intelectual severas<br />

reciben ayuda económica de 240 dólares por medio de un familiar<br />

o persona que se haga responsable de su cuidado. Este nuevo<br />

proyecto, consiste en la entrega de un bono de 240 dólares al<br />

inicio para las personas solidarias que quieran atender permanentemente<br />

a un discapacitado.<br />

El pago del bono Joaquín Gallegos Lara es monitoreado desde el<br />

Palacio de Gobierno a través de una plataforma tecnológica proporcionada<br />

por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS),<br />

con el fin de constatar la atención que brinda el Banco Nacional de<br />

Fomento desde la ventanilla a los beneficiarios.<br />

El bono es una retribución económica a los padres o familiares de las personas con discapacidad intelectual o física severa<br />

en situación de extrema pobreza, que por esta condición requieren de su atención y cuidados permanentes y de por vida.<br />

Además del bono, el programa "Joaquín Gallegos Lara" asiste a los beneficiarios con capacitaciones en salud, nutrición,<br />

derechos y autoestima, en coordinación con el Seguro Social Campesino y el IESS.<br />

175


Capítulo 12. Discapacidad<br />

"Joaquín Gallegos Lara" asistió hasta fines de 2011 a un universo de 14.479 personas con discapacidad severa, quienes<br />

fueron identificados por la Misión "Manuela Espejo", en el primer estudio bio-psicosocial, clínico y genético de la discapacidad,<br />

en todas las provincias del país.<br />

Bioética y discapacidad<br />

La observancia de los aspectos bioéticos mejora los<br />

servicios de atención de la salud, y más destinados<br />

a pacientes con discapacidades, mediante una<br />

práctica médica humana, actitud positiva hacia los<br />

pacientes y sus familias, menor paternalismo en la<br />

relación personal sanitario paciente y mayor calidad<br />

en las decisiones médicas.<br />

Es necesario que así como crece el conocimiento<br />

tecnológico y científico, crezca paralelamente<br />

el conocimiento de la bioética; no se puede pretender<br />

ser gigantes, tecno–científicos y a la vez<br />

enanos morales, ya que el objetivo primordial<br />

de la ciencia y la tecnología es el hombre mismo.<br />

Debido al progreso tecno científico, económico, y del área de la salud específicamente, un gran número de personas<br />

con discapacidades han ido alargando la esperanza de vida, circunstancias que antes no se daban, precisamente por el<br />

rechazo social, la desidia familiar, la falta de atención socio sanitario, etc. De ahí la necesidad de adaptar las legislaciones<br />

específicas en cada país y de crear centros donde acoger tanto las nuevas enfermedades que provocan grandes<br />

discapacidades y dependencias como las viejas enfermedades que ya no son mortales.<br />

176


Bioética para enfermería<br />

Una vida justa debe permitir la búsqueda de la calidad de vida. Puesto que las personas con discapacidad dependen<br />

de otras (profesionales, organizaciones, familias), estas deben encontrar el tiempo y las formas de actuar para mejorar<br />

el bienestar de las personas discapacitadas, lo cual exige, actitud ética, disposición y disponibilidad.<br />

Los profesionales de los servicios sociales y sanitarios no pueden solos; todos los usuarios, tampoco pueden sin ellos.<br />

Depositar, por lo tanto, toda la ética de la atención a la dependencia y fomento de la autonomía en el profesional es<br />

desmoralizarlo, condenarlo a quijote que quiere pero<br />

solo no puede. Por ello es necesario hablar al mismo<br />

tiempo de las responsabilidades de las organizaciones y<br />

las instituciones donde trabajan los profesionales de los<br />

servicios sociales, de sus asociaciones profesionales y de<br />

la política social gubernamental.<br />

Finalmente es gratificante ver como enfermera y docente<br />

de enfermería que he trabajado en áreas clínicas con<br />

pacientes con discapacidades como su situación actual<br />

en el país al fin ha mejorado, quizá falta mucho por<br />

hacer pero se han creado programas para su captación,<br />

ayuda, cuidado directo y apoyo en su recuperación con políticas de estado afines y que por primera vez toman en<br />

cuenta a este gran grupo de personas vulnerables en el Ecuador, tratando de actuar con justicia, equidad y beneficencia.<br />

177


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 13<br />

Limitación al esfuerzo<br />

terapéutico y sedación en UCI<br />

Posturas éticas<br />

La bioética como ética dialéctica busca constantemente el bienestar del ser humano en busca del equilibrio con el mundo<br />

que nos rodea. En su análisis, integrador y holístico de toda experiencia humana, la muerte ha sido uno de sus principales<br />

ejes de estudio y discusión.<br />

La Limitación del Esfuerzo Terapéutico (LET) es según D. Callahan “Aceptar el<br />

hecho de que una enfermedad no puede controlarse a pesar de haber hecho<br />

un esfuerzo para ello y suspender por tanto un tratamiento, es moralmente<br />

tan aceptable como decidir previamente que la enfermedad no puede ser controlada<br />

de manera eficaz no iniciando medidas de soporte”.<br />

La limitación terapéutica es el establecimiento organizado, sistemático y deliberado,<br />

de negación del acceso a una asistencia que no considere el bien fundamental<br />

del paciente; en concordancia con la expresión Aristotélica aplicada<br />

a la actividad política: “Hacer lo posible; de lo posible, lo conveniente y aún lo<br />

conveniente, con mesura.” Por lo tanto, el temor ante lo desconocido y la angustia de estar o no actuando adecuadamente<br />

le somete al personal de salud de las áreas críticas a dilemas éticos difíciles de resolver.<br />

179


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

En el contexto hospitalario, pareciera agudizarse esta realidad y es por ello, que surge la necesidad de revisiones sobre el<br />

tema. Para la Bioética el diálogo es fundamental, es su razón de ser, pero si el sujeto del diálogo agoniza, entonces el profesional<br />

de salud es quien está al otro lado de la cama y sus familiares junto con sus amigos cercanos, quienes debemos<br />

en conciencia preguntarnos ¿Qué querrá él? ¿Qué necesitará?, ¿Cómo querrá morir? ¿Cómo lo podemos ayudar? Estas<br />

cuatro preguntas que son muy fáciles en apariencia, pero son terriblemente difíciles porque tanto el equipo de salud como<br />

la familia de un paciente agónico, comparten una característica que a ratos se olvida por el dolor; la humanidad y con<br />

ella la vulnerabilidad el miedo, la compasión y sin duda el mismo temor a lo desconocido. (Drane, 1999) Todas las experiencias<br />

previas, personales y profesionales tanto sociales, culturales y religiosas determinan en cada persona un modo de<br />

actuar. La inminente muerte, paraliza a cualquier persona porque efectivamente ante ella nada se puede hacer, pero à su<br />

alrededor, antes y después de que ocurra, hay mucho por hacer. Como profesionales sanitarios, se debe aprender a reconocer<br />

el momento en que nuestro rol se transforma desde buscar el curar a buscar el cuidar. Se puede adecuar el entorno<br />

del moribundo y modificar aquellas variables que aligerarían su sufrimiento. Como seres humanos, se puede incluir y dejar<br />

traslucir, la perplejidad y acompañar en el sufrimiento a quienes ven partir a su ser querido.<br />

Antecedentes<br />

Durante las últimas décadas, la medicina ha experimentado un avance tecnológico sin precedentes. En el campo de los<br />

cuidados intensivos, se han desarrollado sofisticadas técnicas de diagnóstico y tratamiento que han permitido revertir<br />

numerosas patologías, aumentando la sobrevida y mejorando la calidad de vida. Sin embargo de ello, el desarrollo de las<br />

medidas de soporte vital ha dado paso a problemas que hoy se debe afrontar como el de mantener pacientes gravemente<br />

enfermos vivos, casi por tiempo indefinido, sin poderse establecer con certeza el pronóstico. (Lorda, 2008) Ante esta situación,<br />

suele ocurrir, que se utilizan tratamientos de soporte vital en pacientes que no tienen posibilidades de recuperación<br />

y en quienes, la aplicación de tales técnicas termina siendo un acto de maleficencia, al favorecer la distanasia, prolongando<br />

inútilmente el proceso de morir o aún peor, permitiéndoles sobrevivir con daños severos e irreversibles que<br />

comprometen su calidad de vida. El no contar con elementos objetivos para establecer un pronóstico, hace que en estos<br />

casos, el límite entre la beneficencia y la no maleficencia sea impreciso y variable dependiendo de las consideraciones<br />

especiales y difíciles.<br />

180


Bioética para enfermería<br />

La LET es un término médico no exento de polémica. Así, algunos estiman que limitación es una expresión que podría<br />

considerarse peyorativa y creen que sería más adecuado hablar de “ajuste” para evitar consideraciones “negativas” sobre<br />

la atención al paciente. Porque no se trata solo de “dejar de hacer” sino de adoptar una actitud proactiva que incluye<br />

añadir o modificar medidas de acuerdo a los objetivos terapéuticos del momento.<br />

La LET ha sido tratada en muchos artículos, investigaciones y foros de debate desde múltiples perspectivas, por lo que de<br />

entrada puede parecer difícil aportar algo novedoso al respecto. Sin embargo, hay una cuestión que parece insuficientemente<br />

explorada: ¿La decisión de LET es sólo de carácter técnico, es decir,<br />

compete únicamente al profesional de salud o deben intervenir también el<br />

paciente, o en su defecto, su representante?<br />

Siempre que se plantea esto “o” aquello, la mejor respuesta suele ser esto “y”<br />

aquello. En este caso se da una paradoja curiosa. En los primeros momentos<br />

del debate sobre la LET, sobre la futilidad, eran los pacientes (o generalmente<br />

sus representantes) quienes demandaban “limitaciones terapéuticas” y los<br />

sanitarios se oponían. El caso paradigmático es el de Karen Quinlan (ya han<br />

pasado más de 30 años). La situación ha cambiado. Hoy día son los profesionales<br />

sanitarios quienes más a menudo suelen proponer limitaciones terapéuticas. Y, en ocasiones, como sucedió con K.<br />

Quinlan hay desacuerdo entre profesionales y pacientes. Estas cuestiones aparecen con enorme frecuencia en la atención<br />

especializada y, más concretamente, en el ámbito de los cuidados intensivos, pero también las encontramos en atención<br />

primaria y no sólo en la atención al enfermo terminal dentro de una dinámica de cuidados paliativos. (Lorda, 2008)<br />

La sedación es una maniobra terapéutica utilizada con cierta frecuencia en cuidados paliativos, que sin embargo presentan<br />

el riesgo de conculcar algunos principios éticos. Desde nuestro punto de vista, los principios de beneficencia y autonomía<br />

son posiblemente los principios éticos mayormente afectados cuando se considera la sedación<br />

181


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

Una vez tomada la decisión de LET, existe la obligación ética de no abandonar al paciente durante el proceso de la muerte<br />

y garantizar que reciba las necesarias medidas de bienestar, cuidados, analgesia y sedación asegurando la ausencia de<br />

dolor físico o psíquico.<br />

Interés y actualidad del tema<br />

La presencia y demanda cada vez mayor de pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos, más la avanzada tecnología<br />

y tratamientos de soporte avanzado se convierten en situaciones actualmente complejas que involucran grandes dilemas<br />

éticos en donde la participación de los profesionales de la salud son determinantes pero no así en la mayoría de los casos<br />

la participación en la toma de decisiones por parte del paciente o de su familia.<br />

En el ámbito hospitalario, los profesionales de la salud somos<br />

inevitablemente, pieza clave del entorno del moribundo y su<br />

familia, por tal razón somos parte del proceso del duelo y como<br />

tal nuestro rol debe ser afectivo y respetuoso de las necesidades<br />

de la persona integralmente. Aceptar el protagonismo<br />

del enfermo, su posibilidad de escoger entre varias opciones y<br />

reconocer que cada persona recorre el camino hacia la muerte<br />

con etapas diferentes, pueden responder a intervenciones<br />

adecuadas de apoyo de tipo físico, psicosocial y no solo medicación<br />

y tratamientos invasivos.<br />

Por otro lado la tendencia actual dentro del rescate de la<br />

humanización, conduce a los profesionales de la salud a propender una muerte digna de los pacientes en las Unidades de<br />

Cuidados Intensivos y en Unidades de Cuidados Paliativos, por lo que al hacer referencia a morir con dignidad, se pretende<br />

resaltar la necesidad urgente del enfermo agónico de alzar su voz y gritar, que mientras está vivo es un ser humano en<br />

182


183<br />

Bioética para enfermería<br />

pleno ejercicio de su dignidad, que se mantendrá inalienablemente unida a él, así esté consciente o dormido, hasta el<br />

momento en que fallezca.<br />

Por tanto en la actualidad se pretende que la limitación del esfuerzo terapéutico deje entonces de ser “limitación” para<br />

pasar a ser adecuación proporcional del tratamiento, como consecuencia de la deliberación libre entre el paciente y el<br />

profesional, que se fundamenta en una relación asistencial terapéutica que busca la participación y crece en la mutua<br />

confianza.<br />

Limitación del esfuerzo terapéutico<br />

El término Limitación del Esfuerzo Terapéutico (LET) es un término acuñado en nuestro entorno, no exento de polémica.<br />

Así, algunos estiman que limitación es una expresión que podría considerarse peyorativa y creen que sería más adecuado<br />

hablar de “ajuste” u otros términos de los cuales no cabe inferir consideraciones<br />

“negativas” sobre la atención al paciente. Porque no se<br />

trata solo de “dejar de hacer” sino de una actitud proactiva que incluye<br />

añadir o modificar medidas de acuerdo a los objetivos terapéuticos<br />

del momento. De lo que se trataría es de tener siempre presente los<br />

fines de las actuaciones terapéuticas. Siempre es mejor plantear los<br />

objetivos de manera positiva.<br />

Probablemente deba cambiarse el término pero es bien cierto que su<br />

uso es masivo en el entorno. En el ámbito anglosajón, y en Estados<br />

Unidos de forma especial, país en donde surgió la bioética, cabe referirse<br />

más a no iniciar o retirar un tratamiento médico (withhold o<br />

withdrawn). Así se explica que la entrada LET, como tal, no exista en la Enciclopedia de Bioética y esta nos remita a<br />

términos tales como: no inicio o retirada de un tratamiento, al proceso de muerte y a otros como eutanasia y soporte<br />

vital. Existen múltiples definiciones de LET. Suelen coincidir en referirse a no iniciar o retirar un determinado tratamiento,


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

en donde no se generan beneficios al paciente y tanto en situaciones en donde éste puede o no puede decidir por sí mismo<br />

(Vásquez, 2009).<br />

La tecnología médica es capaz de intervenir cada vez con mayor potencia y agresividad en los procesos de salud y enfermedad<br />

de las personas. Esta capacidad, que en principio es deseable, tiene también sus inconvenientes. Pues bien, se<br />

entiende por la Limitación del Esfuerzo Terapéutico (LET) la decisión de restringir o cancelar algún tipo de medidas cuando<br />

se percibe una desproporción entre los fines y los medios del tratamiento, con el objetivo de no caer en la obstinación<br />

terapéutica. Es verdad que esta limitación del esfuerzo terapéutico y las decisiones clínicas sobre el mantenimiento de las<br />

de soporte vital suelen ser la vía terminal común en la que concluyen los debates en torno al final de la vida.<br />

La justificación de la aparición del término (ya sea LET o no inicio o retirada de un tratamiento) se da ante la percepción<br />

de desproporción entre los fines y medios terapéuticos. La aparición del “boom” tecnológico que se produjo comenzando<br />

la segunda mitad del siglo XX tiene esencial influencia. Por<br />

ejemplo, en aquellas fechas se desarrolló la hemodiálisis y poco<br />

después la posibilidad de trasplante renal. De entonces data<br />

también el conocimiento de que la información genética se<br />

encuentra en la secuencia de bases del DNA y la ingeniería<br />

genética. También datan de entonces la contracepción hormonal,<br />

la psicofarmacología y las unidades de cuidados intensivos<br />

como actualmente se conocen. Nunca antes la medicina<br />

había tenido tal capacidad de influir en las funciones vitales,<br />

sustituyendo algunas cuyo fracaso se había considerado hasta<br />

entonces sinónimo de muerte (el latido cardíaco, la respiración,<br />

la función renal o la alimentación por ejemplo). Pero,<br />

inmediatamente, estos avances llevaron a enfrentar problemas desconocidos hasta entonces, tales como el reconocimiento<br />

del estado vegetativo, la muerte cerebral, la selección de pacientes para beneficiarse de tratamientos escasos,<br />

184


185<br />

Bioética para enfermería<br />

entre otros. Esta tecnificación genera el llamado imperativo tecnológico (si hay alguna técnica posible es preciso realizarla<br />

independientemente de otras consideraciones) pero lo cierto es que ninguna generación anterior había tenido que plantear<br />

límites a la tecnología médica disponible, simplemente, hasta entonces, no había nada más que hacer. Las unidades<br />

de cuidados intensivos eran campo abonado para este tipo de dilemas y de ahí que la publicación de estudios sobre LET<br />

esté, en su mayor parte, centrada en este ámbito. El conflicto moral estaba servido y de ahí que empiece a considerarse la<br />

LET como una estrategia de resolución de los problemas éticos que generaban estas situaciones. No ha sido un camino<br />

fácil, sin dificultades, y así cabe entender las primeras reflexiones de la Comisión del Presidente (Gracia, 2002) sobre el no<br />

inicio o retirada del tratamiento médico. Ambos, el inicio y la retirada, tienen la misma categoría moral y lo importante es<br />

la consecución de los fines de la medicina. Por ello también se entiende la publicación de documentos tales como el del<br />

Hastings Center a finales de 1996; la situación en la medicina había cambiado y era necesaria una nueva reflexión.<br />

Hoy en día la LET está plenamente acreditada siendo muy frecuente en el ámbito de cuidados críticos, existiendo posicionamientos<br />

de diferentes sociedades científicas que la avalan hasta considerarla un estándar de calidad. Esto último es<br />

esencial pues facilita la diferenciación de la LET con otros términos (eutanasia y suicidio asistido, rechazo del tratamiento,<br />

suspensión de atención médica por fallecimiento). Todavía, sin embargo, hay una confusión terminológica importante. El<br />

trabajo se Simón et al., muy reciente, se cree que contribuirá a aclararlo.<br />

Un juicio de proporcionalidad<br />

Una cuestión esencial en la LET es la proporcionalidad del tratamiento en relación a la futilidad. Efectivamente, el juicio<br />

de desproporcionalidad se genera cuando los resultados (fines) perseguidos se entiende que son fútiles en comparación<br />

con los medios dispuestos. Del mismo modo la aplicación de los principios de la bioética ha de tener un carácter proporcional,<br />

no absoluto. Tal es la propuesta de Beauchamp y Childress en su obra Principios de Bioética Médica. También D.<br />

Gracia reflexiona sobre el Principio de No maleficencia y señala que lo contrario a absoluto en ética no es relativo, sino<br />

proporcional,”…llamándose así al sistema moral que afirma que la existencia de normas y principios que vinculan moralmente,<br />

pero que al mismo tiempo considera que en el juicio moral juega un papel importante la evaluación de las circunstancias<br />

y consecuencias de los actos que pueden, a veces, justificar excepciones a los principios…” (Gracia, 2002). Pues


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

bien, es difícil realizar juicios absolutos de futilidad. El debate sobre que es fútil y quien tiene la autoridad final para determinarlo<br />

continúa aunque con menor virulencia que en épocas pasadas. Los juicios sobre futilidad podrán ser más o<br />

menos absolutos en la medida que se pueda objetivar la no consecución del objetivo fisiológico deseado. Pero ello no es<br />

la cuestión en la mayoría de ocasiones. De ahí que se entiende el enunciado de de Cabré y colaboradores: “…En la práctica,<br />

las recomendaciones no son tan claras ya que sólo se acepta la retirada del soporte vital por razones de futilidad fisiológica<br />

como, por ejemplo, la muerte cerebral, pacientes con fracaso multiorgánico de tres o más órganos de más de<br />

cuatro días de duración…” (Cabré & Solsona, 2002).<br />

Existe gran variabilidad en la consideración de la futilidad, seguramente<br />

tanta como en la práctica clínica. El margen de ambigüedad<br />

puede ser alto porque las decisiones clínicas no pueden<br />

tener un carácter de certeza sino probabilístico. Además, el resultado<br />

del tratamiento propuesto no equivale la mayoría de las<br />

veces a un “simple” sobrevivir o morir sino que incluye un amplio<br />

abanico de posibilidades en el grado de pérdida de la función<br />

física y/o mental. Y muchas veces las personas están preocupadas<br />

no solo por su supervivencia sino, pero sobretodo,<br />

por otras dimensiones de su vida. Los ancianos saben mucho de esto (Medicina, 2000). La práctica asistencial nos muestra<br />

que muchos de ellos han vivido experiencias con la muerte, de familiares y amigos, y al final de sus vidas la muerte, por sí<br />

sola no es la principal fuente de preocupación. La pérdida de la función física, de la mental, el aumento en la dependencia<br />

y la percepción de ser una carga son factores claramente relacionados con su individual visión de su calidad de vida y por<br />

ende, relacionados con los esfuerzos que desean hacer por seguir viviendo. Y entiéndase aquí que la expresión esfuerzos<br />

puede fácilmente equipararse a aceptación o rechazo de tratamientos de soporte vital, cuyo objetivo principal será en<br />

muchos casos “solamente” alargar la supervivencia.<br />

186


187<br />

Bioética para enfermería<br />

Desde la deontología médica se les orienta a los profesionales para que su actuación con el enfermo en fase terminal sea<br />

adecuada desde el punto de vista ético. Así, el Código de Ética y Deontología Médica del Consejo de Médicos Español<br />

hace referencia, aunque de un modo indirecto, a la limitación del esfuerzo terapéutico en su artículo 27.2 cuando dice:<br />

«El médico no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanza, inútiles u obstinadas.<br />

Ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar el tratamiento para prolongar su vida y a morir con<br />

dignidad». Uno de los puntos de la Declaración sobre enfermedad terminal adoptada por la 35ª Asamblea Médica Mundial,<br />

en Venecia, en octubre de 1983 dice que «el médico se abstendrá de emplear cualquier medio extraordinario que no<br />

reportará beneficio alguno al paciente. En caso de enfermedad incurable y terminal, el médico debe limitarse a aliviar los<br />

dolores físicos y morales del paciente, manteniendo en todo lo posible la calidad de una vida que se agota y evitando emprender<br />

o continuar acciones terapéuticas sin esperanzas, inútiles u obstinadas».<br />

Un acto médico puede ser útil en determinadas ocasiones, pero fútil (no útil) en muchas otras. Un tratamiento no es obligatorio<br />

cuando no ofrece beneficio para el enfermo o es fútil. No obstante, es conveniente que los médicos tengan en<br />

cuenta que el uso de un procedimiento puede ser inapropiado en las siguientes circunstancias: a) Si es innecesario, es<br />

decir, cuando el objetivo deseado se pueda obtener con medios más sencillos. b) Si es inútil porque el paciente está en<br />

una situación demasiado avanzada para responder al tratamiento. c) Si es inseguro porque sus complicaciones sobrepasan<br />

el posible beneficio. d) Si es inclemente porque la calidad de vida ofrecida no es lo suficientemente buena para justificar<br />

la intervención. e) Si es insensato porque consume recursos de otras actividades que podrían ser más beneficiosas<br />

(Mosso & Lavados, 2007).<br />

Parar sería quitar tratamientos y no empezar sería no ponerlos. El médico nunca tiene la obligación de continuar un tratamiento<br />

cuando éste se ha comprobado que es inefectivo. Muchas veces sólo después de iniciarlo se comprueba su ineficacia.<br />

Es entonces cuando se contempla la posibilidad de detener el mecanismo de la maquinaria biomédica una vez<br />

que se ha puesto en marcha y se entiende que no es beneficiosa para el enfermo. La decisión de comenzar o terminar un<br />

tratamiento debe basarse en los derechos y bienestar del enfermo, y en el balance de beneficios y cargas que supone.<br />

Hay omisiones como la supresión de tratamientos que han dejado de estar indicados y que no estamos obligados a reali-


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

zar por futilidad y contraindicación, aunque la consecuencia indirecta sea la muerte del enfermo. Es preciso tener en<br />

cuenta que cuando, en estos casos, se suspende un tratamiento es la propia enfermedad la causante principal del fallecimiento,<br />

no la práctica médica.<br />

En definitiva, si el juicio de futilidad está sujeto a una importante incertidumbre, ¿cómo disminuir esta? Por un lado, si el<br />

pronóstico en los pacientes con un proceso agudo con riesgo vital es muy difícil, en los pacientes crónicos se dispone de<br />

una alternativa que en la clínica asistencial, pero también en la bioética clínica, puede contribuir a mejorar la selección del<br />

mejor tratamiento para intentar disminuir la incertidumbre. Es la llamada “prueba terapéutica”. Consiste en tomar un<br />

curso de acción de los posibles con el objetivo de comprobar su resultado. Naturalmente, en el bien entendido, y aquí<br />

cabe destacar la aportación de la bioética, que siguiendo un indispensable previo acuerdo con el paciente o su representante,<br />

si el curso de acción escogido no consigue alcanzar los fines que el paciente desea y se habían acordado, éste se<br />

abandonará y será preciso nuevamente buscar el más apropiado según estos fines individuales. Esto es, frente a la incertidumbre<br />

más absoluta, la prueba experimental con la posibilidad real de vuelta atrás. Se puede lograr así una tolerable<br />

incertidumbre, con la que puedan convivir el paciente y el profesional, siempre con el objetivo final de encontrar aquello<br />

que sea más beneficioso para el paciente (Gracia, Futilidad. Un concepto en evaluación en Etica de los Confines de la Vida,<br />

2002). Por otro lado, otra forma de combatir la incertidumbre es compartir, con el punto de vista de otros, las decisiones<br />

a tomar. Es lo habitual en nuestro sistema sanitario y existen estudios que refieren que este modo de trabajo está implementado<br />

en la gran mayoría de nuestras unidades de cuidados intensivos. Trabajar en equipo es índice de calidad y reconocido<br />

valor de exigencia ética de excelencia del profesionalismo. Pero, ¿ahí se acaba el juicio de futilidad?, ¿es una cuestión<br />

que sólo corresponde a los profesionales o también a los pacientes?<br />

En el Ecuador se puede morir mal por falta de cuidados paliativos, pero también hay enfermos que mueren mal por exceso<br />

de tecnologías médicas. Son muchos los pacientes en fase terminal que todavía mueren con el suero puesto y esperando<br />

una analítica, o intubados en un servicio de urgencias. En ocasiones nos obstinamos terapéuticamente cuando aplicamos<br />

tratamientos fútiles que no sólo no aportan ningún beneficio, sino que además pueden añadir sufrimiento al enfermo.<br />

188


Bioética para enfermería<br />

Limitar el esfuerzo terapéutico no es ninguna forma de eutanasia sino una buena práctica médica, aunque se sabe que es<br />

más fácil poner que quitar. Es verdad que los avances técnicos de la Medicina ponen a disposición muchas posibilidades<br />

que no se deben emplear de manera arbitraria, sino valorando cuidadosamente si van a beneficiar o no al enfermo. La<br />

buena práctica médica significa aplicar medidas terapéuticas proporcionadas, evitando tanto la obstinación terapéutica<br />

como el abandono, por un lado, o como el alargamiento innecesario y el acortamiento deliberado de la vida, por otro<br />

(Torre, 2006).<br />

Los médicos tratan de prevenir enfermedades que puedan llevar a una<br />

muerte prematura, luchan para que el enfermo no muera cuando la<br />

muerte es evitable porque su dolencia puede ser curada, y cuando el mal<br />

que padece es irreversible, incurable, progresiva y terminal, le procuran<br />

cuidados de calidad. La ayuda no deberá precipitar la muerte con la eutanasia,<br />

ni prolongar su agonía con la obstinación terapéutica, sino que le<br />

apoyará en todo lo que necesite con una actitud paliativa mientras llega<br />

su muerte, para procurarle que muera con la dignidad deseada. Ojalá la<br />

sociedad sepa entenderlo y no se deje engañar por falsos atajos.<br />

Sedación en UCI<br />

La palabra sedación procede del latín sedare que significa calmar, aliviar. El Diccionari Enciclopèdic de Medicina (Cassasas,<br />

1999) define a la sedación como "la acción producida por los sedantes", y a estos como "sustancias que disminuyen la<br />

sensación de dolor, o más exactamente, la excitación del sistema nervioso central. La acción sedante de muchos medicamentos<br />

está relacionada con sus cualidades analgésicas, tranquilizantes e hipnóticas, y el tipo de acción que se alcanza<br />

depende de la dosis suministrada". En cuidados paliativos, la sedación se ha definido como "la administración de fármacos<br />

psicoactivos, generalmente neurolépticos o benzodiacepinas, con la intención de controlar algunos síntomas físicos,<br />

189


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

psicológicos o producir la pérdida de la conciencia en ciertas situaciones dramáticas, así como también el dormir al paciente,<br />

sin su conocimiento y/o consentimiento" (Fondras, 1999)<br />

La sedación frecuentemente y a nivel popular tiene la connotación de acción definitiva, es decir, de una acción que producirá<br />

la pérdida de la conciencia del paciente y además de forma irreversible, este es el caso de una sedación profunda y<br />

continua. La realidad clínica es diferente, la sedación admite matices, puede ser una sedación profunda o superficial, continuada<br />

o intermitente.<br />

Esta sedación profunda y continuada se definió como "sedación terminal",<br />

la cual se ha definido como: "La administración deliberada de<br />

fármacos para producir una disminución suficientemente profunda y<br />

previsiblemente irreversible de la conciencia en un paciente cuya<br />

muerte se prevé próxima, con la intención de aliviar un sufrimiento<br />

físico y/o psicológico inalcanzable con otras medidas y con el consentimiento<br />

explícito, implícito o delegado del paciente" (Porta, 1999).<br />

Esta definición incorpora algunos puntos clave que es necesario considerar<br />

a la hora de la toma de decisiones sobre la sedación, tales como:<br />

la voluntariedad (maniobra deliberada) de la acción de sedar por<br />

parte del equipo, el consentimiento del paciente y el no disponer de<br />

otras posibilidades terapéuticas (alivio inalcanzable, síntoma refractario).<br />

Las causas que más frecuentemente llevan a los equipos a la sedación del paciente son la disnea, el dolor y el delirio. La<br />

mirada fría de las cifras indica la gran variabilidad que se pueden relacionar fácilmente con las posibilidades y limitaciones<br />

de cada equipo en la atención de los pacientes y familias. En cualquier caso, sí se podría decir que aquellos síntomas que<br />

son capaces de producir un distress, un sufrimiento más evidente son los que llevan al equipo a utilizar la sedación. Natu-<br />

190


Bioética para enfermería<br />

ralmente, se podría leer al revés: la sedación está indicada en aquellas situaciones de sufrimiento evidente e incontrolable,<br />

lo que se ha definido como síntoma refractario (Cherny, 1999).<br />

Existe una cuestión central y básica, que es la "refractariedad" del síntoma, es decir: ¿es realmente un síntoma que no<br />

puede controlarse con un fármaco? Tal como lo define Cherny, "el término refractario puede aplicarse a un síntoma<br />

cuando éste no puede ser adecuadamente controlado a pesar de los intensos esfuerzos para hallar un tratamiento tolerable<br />

que no comprometa la conciencia". En este sentido, un diagnóstico diferencial acertado y el uso de todas las medidas<br />

terapéuticas disponibles constituyen los elementos básicos de buena praxis sin la cual no hay discusión ética posible.<br />

Un caso paradigmático es el delirio en la fase terminal de una enfermedad, que en la literatura se ha denominado de diversas<br />

maneras: agitación o inquietud terminal o cuadro confusional hiperactivo. El paciente que sufre un cuadro delirante,<br />

que por definición tiene un estado cognitivo alterado, ofrece una imagen de malestar y sufrimiento, puede estar agresivo<br />

con incontinencia verbal, no reconoce y responde a los estímulos externos de forma incongruente y alterada. La visión<br />

del mundo y la realidad está nublada. Otros pacientes pueden ofrecer una imagen de intranquilidad, con una afectación<br />

cognitiva ligera o inexistente, sencillamente porque presentan movimientos musculares incontrolados e involuntarios<br />

que son interpretados por la familia como sufrimientos debido a su "comprensible" estado de ansiedad. Lo anterior<br />

es posible pero generalmente se está asistiendo a un cuadro de mioclonias multifocales. Es bueno saber que aún en estas<br />

circunstancias, aunque no siempre, los pacientes son susceptibles de tratamiento"(Back, 1999).<br />

Desde el punto de vista ético, en otras disciplinas como la anestesiología o los cuidados intensivos, el no uso de la sedación<br />

sería maleficente. Quién puede pensar que un paciente que ha de sufrir una intervención o una intubación, no esté<br />

sedado ya sea profunda o superficialmente, según sea el procedimiento a seguir, o el caso del paciente psiquiátrico con<br />

un estado de excitación y angustia que puede dañar a alguien o a sí mismo. Seguramente en las situaciones anteriores la<br />

razón nos indica que no utilizar los medios farmacológicos disponibles sería conculcar el principio de beneficencia.<br />

191


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

¿Qué ocurre en cuidados paliativos? ¿Qué hace que todo se vea diferente? Cuando el paciente puede sufrir los mismos<br />

problemas, una disnea o un estado de angustia extrema que no responde al tratamiento habitual. Una posible respuesta<br />

recae en dos puntos básicos: la intencionalidad y el resultado.<br />

La intencionalidad, en los casos de los pacientes quirúrgicos, en estado<br />

crítico o psiquiátrico, en la práctica habitual queda bien definida a priori,<br />

evitar el mal. En estos casos, el sufrimiento del paciente. Más allá de cualquier<br />

ejercicio de la autonomía del paciente, ¿quién querría ser intervenido<br />

sin anestesia, a lo vivo? ¿Consentiría un cirujano llevar un paciente a un<br />

desbridamiento de una gangrena o a una laparotomía sin asegurar la confortabilidad<br />

del paciente sometiéndolo a una sedación más o menos profunda,<br />

aparte de otras consideraciones anestésicas? Seguro que no. ¿Qué<br />

familia consentiría en que un enfermo no estuviese sedado antes de afrontar<br />

los procedimientos mencionados? Ninguna.<br />

El equipo siempre ha de tener en la mente el beneficio del paciente e intentar<br />

que los intereses legítimos de la familia sean escuchados y atendidos.<br />

Esto incluye que los equipos han de esforzarse en recordar que un punto<br />

esencial de los cuidados paliativos es mantener y preservar la dignidad y autonomía del paciente, es decir, que se ha de<br />

dar al paciente la información necesaria para que pueda tomar sus propias decisiones. No se ha de ser deshonestos con<br />

los pacientes con tal de facilitar a los familiares una decisión difícil. En el caso de que el paciente no pudiese expresar su<br />

voluntad, lo cual no es infrecuente, el equipo ha de velar por el beneficio del enfermo incorporando en los elementos de<br />

decisión aquellas aportaciones que desde la familia se puedan hacer sobre los valores y deseos del paciente. También es<br />

frecuente que la familia no se encuentre en condiciones emocionales o de conocimiento para tomar una decisión importante.<br />

En este caso sería claramente maleficente hacia la familia forzarla a tomar una decisión para la cual su grado de<br />

192


193<br />

Bioética para enfermería<br />

autonomía se halla tan limitado. Es responsabilidad del equipo tomar esta determinación y no pasarla a una familia atenazada<br />

por el dolor y la incertidumbre.<br />

Respecto al resultado de la sedación, en el contexto del paciente<br />

terminal, es altamente probable que sea la muerte. Este resultado,<br />

por ser altamente previsible, es un punto de conflicto, ya que a menudo<br />

se piensa que no hay mayor mal que la muerte y es preciso<br />

evitarla. Siguiendo los ejemplos del paciente quirúrgico, crítico o<br />

psiquiátrico, pero especialmente el del paciente crítico, la muerte<br />

no es un futuro improbable, más bien es una expectativa factible<br />

que un paciente grave, sedado y en una unidad de cuidados intensivos<br />

pueda fallecer. En este caso la sedación no se plantea como algo<br />

relacionado con la muerte del paciente, a pesar de su estado crítico<br />

y que la sedación y la intubación también tienen sus efectos secundarios<br />

(Drane, 1999).<br />

Si bien en el caso del paciente crítico la muerte es una posibilidad no lejana considerando su situación clínica, en el paciente<br />

terminal la muerte es una certeza, porque su enfermedad también le ha llevado a una situación "crítica". Donde el<br />

profesional de salud es moralmente responsable no es en el resultado (la muerte) sino en el proceso que ha llevado a<br />

tomar la decisión (la sedación).<br />

Es en este proceso de toma de decisiones que el tener en cuenta todos los elementos en juego hará que una decisión sea<br />

éticamente buena o mala. Los elementos para una buena toma de decisiones son tanto a nivel del saber científico (historia<br />

natural de la enfermedad u opciones terapéuticas, disponibilidad de recursos), como a nivel social (valores, creencias,<br />

entorno, entre otros). La integración de todo es lo que ayudará a que la decisión final de acción u omisión sea éticamente<br />

consistente.


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

Formas de limitación del esfuerzo terapéutico<br />

Las formas son: limitación del ingreso a los servicios de terapia intensiva, limitación de inicio de determinadas medidas de<br />

soporte vital o la retirada de éstas una vez instauradas.<br />

Causas que limitan el ingreso a terapia intensiva<br />

Ingreso no necesario Pacientes de escasa complejidad cuyo manejo en sala o en área de emergencia o en recuperación<br />

postoperatoria es factible.<br />

Ingreso no justificado Pobre calidad de vida previa: paciente con grave deterioro intelectual, que no caminan, incontinentes,<br />

etc.<br />

Con afecciones subyacentes en etapa final que sufren una brusca agravación: neoplasias con<br />

metástasis ya tratadas que agregan cuadros infecciosos por su propia inmunodepresión.<br />

Aquellos que previamente presentaban un pobre pronóstico a corto plazo: cirróticos en clase<br />

C de Childs.<br />

Aquellos pacientes en que la probabilidad de muerte durante su estancia en cuidados intensivos<br />

es a priori mayor de 95%. La posibilidad de que excepcionalmente algún paciente de esta<br />

categoría sobreviva, no invalida el criterio ya que la futilidad es siempre un asunto de probabilidades.<br />

Escasa disponibilidad de camas.<br />

194


Bioética para enfermería<br />

Causas que limitan el tratamiento<br />

Inutilidad del Es el principio más importante; un tratamiento inútil carece o pierde la propiedad que justifique<br />

tratamiento<br />

su administración. Es útil la categorización de tratamientos inútiles sugeridas por Bernard Lo:<br />

Intervención sin racionalidad fisiopatológica.<br />

Intervención que no produce efecto “fisiológico”.<br />

Intervención que ya ha fallado en un paciente.<br />

Tratamiento “máximo” que está fallando.<br />

Intervención que no alcanza beneficios esperados.<br />

Voluntad del paciente<br />

competente o del<br />

representante<br />

Calidad de vida<br />

Voluntad antecedente: referente a la existencia de documentos en los que la persona expresa<br />

su voluntad antecedente de aceptar o rechazar determinadas terapias, especificando las<br />

circunstancias en las que estas preferencias se aplicarían. Éticamente estas directivas deben<br />

ser respetadas; surge problema cuando no es fácil saber exactamente si la condición actual<br />

del paciente corresponde a la que él previó.<br />

Voluntad actual: corresponde al paciente competente, informado, que expresa su actual<br />

voluntad de renunciar a determinadas intervenciones. Sin embargo, cuando el paciente rechaza<br />

terapias evidentemente efectivas, o cuando su opción no es coherente con sus propios<br />

valores, debe evaluarse la competencia del paciente.<br />

Voluntad de representante o subrogada: referida en caso de pacientes incompetentes, a las<br />

decisiones optadas junto al representante del paciente, quien asume la responsabilidad de<br />

decidir por el enfermo; debiendo la decisión basarse en los siguientes objetivos: a) preservar<br />

la salud y la vida, b) no privar o disminuir la libertad de elección, c) evitar o aliviar el dolor y<br />

el sufrimiento.<br />

La voluntad referida en el punto anterior es válida en relación al juicio de calidad de vida, y al<br />

hecho de saber si este es un criterio válido para limitar terapias. Debido a la subjetividad y<br />

195


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

Costo-beneficio<br />

variabilidad del juicio sobre la calidad de vida, el paciente es el único que puede rechazar una<br />

terapia o cualquier otra intervención médica por este motivo.<br />

Se debe entender tanto los costos económicos, como los personales que implica implementar<br />

una medida terapéutica. Éticamente, el médico no debería limitar tratamientos por consideraciones<br />

de costo; ésta recae en el paciente y la familia, o en las instituciones que financian<br />

la salud, ya sean privadas o estatales. Sin embargo, al no existir políticas del estado para<br />

restringir o limitar tratamientos en determinados enfermos, el médico debe velar por una<br />

justa distribución de los recursos juzgando en cada caso, lo que es beneficioso o riesgoso para<br />

cada caso individual.<br />

Proporcionalidad de las medidas terapéuticas: incluye criterios objetivos como determinar<br />

la eficacia científico-técnica de la medida considerando los beneficios y los riesgos, los gastos<br />

necesarios y el sufrimiento físico, moral y psicológico del paciente.<br />

Niveles de limitación<br />

Orden de no Resucitación (ONR): constancia explícita, en la hoja de indicaciones, de no efectuar maniobras de resucitación<br />

en caso de un paro cardiorrespiratorio, a los siguientes pacientes:<br />

1. Pacientes terminales irreversiblemente incompetentes.<br />

2. Pacientes terminales competentes con condiciones de vida penosas.<br />

3. Pacientes en estado vegetativo persistente sin posibilidad de recuperar la conciencia.<br />

4. Pacientes con muerte cerebral.<br />

5. 5. Pacientes con patología aguda que se torna crónica sin posibilidades de resolución quirúrgica o terapéutica.<br />

Los criterios éticos válidos que justifican la orden de no resucitación deben analizarse en el contexto general de los principios<br />

éticos que justifican la limitación o suspensión de tratamiento y que se han desarrollado en relación al juicio de proporcionalidad.<br />

196


197<br />

Bioética para enfermería<br />

La ORN debe ser puesta en el contexto positivo de los cuidados médicos. Las ONR son mejor percibidas cuando se presentan<br />

como medidas para evitar esfuerzos innecesarios o inútiles. El médico debe estar abierto para explorar los temores no<br />

expresados por el paciente; es obligación del médico focalizar su atención en los aspectos emocionales y no verbales del<br />

cuidado médico. Cuando la terapia es ineficiente, la relación médico-paciente se convierte en el medio terapéutico las<br />

importante.<br />

Limitación del nivel de soporte: la suspensión de resucitación en el contexto hospitalario se guiará por los siguientes criterios:<br />

1. Pronóstico, especialmente neurológico.<br />

2. Factores clínicos indicativos de un caso irreversible considerar tiempo transcurrido, padecimiento rebelde a la RCP<br />

(SDRA, sepsis, falla renal aguda, cáncer metastásico, leucemia).<br />

3. Si se trata de paciente no conocido por el servicio de urgencia, la presunción está a favor del inicio de la RCP y esperar<br />

horas para evaluación.<br />

4. La suspensión de RCP puede justificarse cuando se ha cumplido un tiempo razonable, en pacientes con diagnóstico<br />

preciso.<br />

5. En pacientes con diagnóstico establecido de muerte cerebral se puede y debe retirarse los cuidados.<br />

6. Hasta que el médico se asegure que se continuarán las medidas de apoyo para el paciente: apoyo avanzado.<br />

7. Hasta que el paciente se recupere.<br />

8. Hasta que el paciente sea declarado no resucitable, es decir, hasta que el paro se declare irreversible y el paciente<br />

está muerto.<br />

Destete sin retorno (One way wean): el paciente es desconectado (del respirador, suspensión de inotrópicos) de soportes<br />

prolongados en el tiempo. Si la retirada es exitosa se continua con el óptimo nivel de cuidado, pero en el caso de que<br />

éste, luego de realizado falle, es sedado y pasa a recibir únicamente medidas de confort.<br />

Retirada de las medidas


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

¿A quiénes?: cuando el paciente tiene una completa dependencia al tratamiento que está recibiendo y aún breves interrupciones<br />

(para aspirar la vía aérea, para reponer las infusiones, etc.) determinan un importante deterioro. Cuando la<br />

afección determinante del cuadro no puede ser resuelta y compromete toda posible sobreviva (ejemplo: pacientes con<br />

focos peritoneales en los que el cirujano manifiesta no conseguir solucionar, comas sostenidos con escala de Glasgow<br />

menor a 6). Por razones de futilidad fisiológica como por ejemplo la muerte cerebral, pacientes con fracaso multiorgánico<br />

de tres o más órganos durante más de cuatro días y pacientes en estado vegetativo persistente. En este contexto podemos<br />

clasificar cuatro categorías de tratamiento:<br />

a) Tratamiento que no tienen ningún efecto fisiológico beneficioso.<br />

b) Tratamiento que es extremadamente improbable que sea beneficioso.<br />

c) Tratamiento con efecto beneficioso pero es extremadamente costoso.<br />

d) Tratamiento que su beneficio es incierto o controvertido.<br />

Sólo el primero de ellos es denominado fútil. El resto son tratamientos inapropiados o inadmisibles (Gracia, Futilidad. un<br />

concepto en evaluación en Etica de los Confines de la Vida, 2002).<br />

¿Cuándo?: durante la permanencia en cuidados intensivos, no antes de las 48 horas de permanencia. Se vincula a la evolución<br />

del paciente, a su peoría y a la falta de respuesta a los tratamientos implementados.<br />

¿Cómo?: es necesario el consenso del equipo tratante. Mientras este no se alcance, no introducir nuevas medidas terapéuticas.<br />

Continuar el resto de tratamiento, salvo las medidas retiradas. Buscar la participación de la familia.<br />

¿Cuándo hay dificultades de suspensión?<br />

Juventud del paciente.<br />

Ausencia de certeza diagnóstica.<br />

Instauración reciente de nuevas medidas.<br />

Iatrogenia como determinante de la situación actual.<br />

198


Bioética para enfermería<br />

Compromiso emocional del equipo actuante por estadía prolongada, múltiples ingresos, conocimiento anterior del<br />

paciente o su familia.<br />

Cuando el retiro del soporte determina la muerte en forma inmediata.<br />

Suspender una medida cuando no estamos familiarizados por no ser de manejo habitual. Ej. Terapias hematooncológicas.<br />

¿Qué hacer?<br />

No abandonar al paciente.<br />

Aliviar el sufrimiento: analgésicos, sedación.<br />

Brindar compañía.<br />

Proporcionar ambiente silencioso y con cierto estado de bienestar.<br />

Privilegiar la comunicación con la familia y eventualmente con el paciente si está lúcido.<br />

Evitar procedimientos innecesarios y retirar equipos.<br />

Manejar el estrés de quienes están a cargo.<br />

Luego del fallecimiento mantener el contacto con la familia para responder preguntas que puedan surgir.<br />

La limitación del tratamiento no es sinónimo de eutanasia<br />

La suspensión de un tratamiento que resulta demasiado oneroso e inútil, bien sea a petición del enfermo o a juicio del<br />

médico o por decisión de ambos, siempre que no exista intención de quitar la vida no será considerado como eutanasia<br />

siempre y cuando:<br />

La decisión de interrumpir un tratamiento que no sirve para que el enfermo mejore o se cure y que puede incluso<br />

aumentar sus problemas,<br />

La decisión de no iniciar un tratamiento que se supone no va a mejorar o curar al enfermo,<br />

La utilización de medios agresivos, en casos extremos para aliviar el dolor y los sufrimientos, aunque puedan acortar<br />

la vida.<br />

199


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

Espiritualidad ante la muerte<br />

La naturaleza de seres racionales obliga a buscar un por qué a todos los<br />

eventos que nos rodean, pero ante el grandioso y terrible momento de la<br />

muerte, esa búsqueda en la mayoría de los casos sólo trae más dolor.<br />

El momento en que ocurre la muerte y las características de ella, influyen<br />

grandemente, en el sufrimiento posterior de la familia y amigos más cercanos.<br />

Así pues, la muerte se puede presentar como la más dulce de las “causas<br />

naturales”, la edad, de modo tal, que los sistemas se van rindiendo al<br />

paso del tiempo y cada órgano parece ir reclamando su descanso, hasta que<br />

finalmente se entrega a él. En estos casos, pareciera que la sociedad comprende<br />

la muerte y la acepta con mayor templanza. A pesar del dolor por la<br />

separación, para la familia es un alivio “lo bien que vivió” y “lo poco que sufrió”. Ideal, pareciera ser en la cultura actual<br />

imperante, el morir en el sueño o la inconsciencia, en definitiva obviar el tema del sufrimiento. (Fonnegra, 2003)<br />

Pero cuando la muerte aparece en la juventud, o más aun en la niñez relacionadas con violencias, accidentes o enfermedades,<br />

ya no se puede obviar el dolor ni para quien padece la agonía, ni para su familia, es más, para ésta, sobre todo en<br />

la sociedad latina, en que los lazos afectivos son fundamentales, la experiencia de la muerte en la juventud y el aparente<br />

sin sentido de ella, constituye un pilar de sufrimiento, que marca a la familia para siempre. Cada persona sin embargo, a<br />

través de la influencia de sus propias vivencias personales, familiares y afectivas presenta matices más o menos importantes<br />

en su manera de enfrentar la vida y sus emociones. Sin duda, cobra aquí un realce significativo la figura del credo religioso.<br />

Para cada credo religioso, la muerte tiene una lectura particular. Para los cristianos, la muerte es un sueño del que despertaremos<br />

para ser juzgados en la segunda venida de Cristo.<br />

200


Bioética para enfermería<br />

La muerte del justo. Joel Espinoza. Lima, Perú<br />

La muerte del pecador. Joel Espinoza. Lima, Perú<br />

Para cada credo religioso, la muerte tiene una lectura particular. Para los cristianos, la muerte es un sueño del que despertaremos<br />

para ser juzgados en la segunda venida de Cristo. “Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una<br />

gran soledad. Un gran silencio por que el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido<br />

en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo… Va a buscar a nuestro primer Padre como si éste fuera la<br />

oveja perdida. Él que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva…<br />

“Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de nacer de ti me he hecho tu Hijo. A ti te mando: Despierta tu que<br />

duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida<br />

de los muertos” (Bermejo & Petrillo, 1999)<br />

201


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

Para el Judaísmo el hombre así como acepta la vida con alegría, acepta la muerte con resignación y confianza en la misericordia<br />

de Dios quién lo resucitará al final de los tiempos. “El poeta Jehuda Halevi ha resumido esta fe en dos versos:<br />

“Cuando me alejo de Ti, ya estoy muerto, aunque vivo y cuando me uno a Ti, vivo todavía, aun en la muerte”<br />

Para el Islam, religión que comparte el origen Abrahámico con las religiones Judía y Cristiana, Alá, Dios, resucitará al hombre<br />

al final de los tiempos si ha cumplido con los cinco pilares que el Islam demanda de los verdaderos creyentes.<br />

Para el Budismo la muerte es sólo parte del continuo renacer y morir, hasta alcanzar el nirvana, que en términos muy<br />

simples es felicidad, lucidez y libertad interior.<br />

Para el pensamiento agnóstico la razón humana es el centro y única guía pues es una línea de pensamiento que va por<br />

sobre cualquier religión sin adherir a ninguna de ellas. El objetivo es buscar el bienestar a través de la razón, el dolor por<br />

lo tanto es un sufrimiento que dentro de lo posible por medio de la técnica debemos suprimir. Y la muerte es solo el fin.<br />

Conclusiones<br />

Es evidente que vivimos en un país con una tradición y una cultura alejada de las costumbres anglosajonas, donde la<br />

actitud ante la muerte es más proclive a la autodeterminación del sujeto y de la familia bajo una adecuada información<br />

médica. Es de temer que respetando por supuesto todas las opiniones en este difícil asunto, no parece probable<br />

en este momento cambiar un patrón de conducta arraigado en la idiosincrasia de un país. Tampoco los medios de<br />

comunicación son foros adecuados para este tema, donde la limitación de esfuerzo siempre se contempla desde una<br />

monolítica visión economicista, y no desde la óptica del enfermo.<br />

El tratamiento social que recibe este tema acaba encasillándose bajo el término reduccionista de eutanasia. Cambiar<br />

esta visión es misión de todos los médicos y las instituciones que nos representan (Colegio, Sociedades). Pero no parece<br />

que el "pensamiento único" permita un debate sereno y necesario sobre un tema que afecta a la dignidad de la<br />

persona, no a la dignidad social.<br />

202


Bioética para enfermería<br />

Cuando un paciente es tratado por un equipo y su tratamiento es complejo, agresivo y con pronóstico malo, es frecuente<br />

que se produzcan desacuerdos sobre la conveniencia de las medidas usadas, sin una autoridad externa que<br />

imponga un criterio aceptable, lo más fácil es dejar las cosas como están y más cuando la formación de muchos de nosotros<br />

nos impulsa muchas veces a no ver la futilidad del tratamiento. Sin embargo la consulta ética exige el funcionamiento<br />

de Comités de Ética hospitalarios que conduzcan estas consultas de tal manera que la modificación del tratamiento<br />

sea el resultado de un consenso argumentado entre los miembros del equipo de la UCI y la familia o el paciente.<br />

Existe gran variabilidad en las decisiones de instauración de medidas de soporte vital, por influencia excesiva del azar<br />

en decisiones de gran trascendencia clínica y ética. Las decisiones de LET son difícilmente aceptadas por la mayoría,<br />

incluso en situaciones de calidad de vida nula o cuando el tratamiento vulnera deseos previamente expresados por el<br />

enfermo, predominando en estos casos actitudes ambivalentes, difíciles de soportar en criterios objetivos científicos o<br />

en el respeto de los valores de carácter bioético.<br />

Los criterios utilizados en las decisiones de LET incluyen inexistencia de posibilidades razonables de supervivencia,<br />

situación de muerte inminente y tratamiento que prolonga su agonía, basados en criterios de probabilidad más que<br />

dé certeza.<br />

El imperativo tecnológico aplicado a pacientes con escasas posibilidades de vida, tiende al ensañamiento terapéutico.<br />

Las sugerencias planteadas desde los comités confrontan con aceptaciones culturales e institucionales. En nuestro<br />

entorno, notamos una creciente preocupación por parte del equipo de salud, respecto de la aplicabilidad de LET y encarnizamiento<br />

terapéutico.<br />

203


Capítulo 13. Limitación al esfuerzo terapéutico y sedación terminal<br />

Se hacen necesarios estudios nacionales que permitan profundizar estas complejas decisiones y cuáles son los límites<br />

aceptables de la práctica clínica en los eventos del final de la vida. En definitiva, la sedación hay que considerarla una<br />

maniobra más dentro del repertorio de los cuidados paliativos, pero atendiendo su impacto sobre el paciente y, ante<br />

el riesgo de conculcar diversos principios éticos, su utilización ha de ser claramente razonada, discutida y plasmada.<br />

Existe el riesgo de ser maleficente, no ser beneficiente con el paciente y desatender su autonomía. Estos serían los valores<br />

en juego que es preciso respetar, porque de otra manera la sedación es una maniobra éticamente inaceptable.<br />

204


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 14<br />

Voluntad anticipada<br />

Definición<br />

La Declaración de Voluntad Anticipada es un documento escrito y firmado ante Notario Público, por el declarante y tres<br />

apoderados, a la vez testigos, designados por el declarante, en el cual una persona expresa libremente y en plenitud de<br />

sus facultades mentales, sus deseos anticipados con respecto a la atención médica que quiere o no quiere recibir si queda<br />

inconsciente o si no puede expresar su voluntad. Este tipo de documento se conoce también como testamento vital, testamento<br />

biológico, declaración extra-judicial de voluntad anticipada, living will, will to live).<br />

Una vez la "Declaración de Voluntad Anticipada" haya sido firmada ante Notario Público, el declarante puede solicitar al<br />

Notario que protocolice esta declaración mediante "Escritura Pública" (Documento que le da un carácter legal a un contrato<br />

o convenio acordado entre dos o más personas), con el fin de que en todo tiempo los interesados (El declarante, sus<br />

apoderados, familiares, amigos, médico tratante, etc.) puedan obtener copias legítimas de esta declaración para que las<br />

personas responsables hagan cumplir su voluntad e incluya o haga incluir una en su historia clínica en la entidad prestadora<br />

de servicios de salud donde esté afiliado o donde llegara a ser hospitalizado. (Drane, 1999)<br />

El punto original de referencia de la "Declaración de Voluntad Anticipada", es la manifestación Universal de Derechos<br />

Humanos, del año 1948, cuyos principios están incluidos en todos los textos constitucionales promulgados posteriormente<br />

y donde se refieren a los derechos de la personalidad, como por ejemplo el derecho a la salud, a la libertad, al desarrollo<br />

de la personalidad, a la dignidad de la persona humana, a la integridad física, psíquica y moral etc.<br />

205


Capítulo 14. Voluntad anticipada<br />

Las Leyes Federales exigen que los hospitales, hogares de ancianos y otras instituciones receptoras de fondos de Medicare<br />

o Medicaid brinden información sobre la declaración de voluntades anticipadas, por escrito, a todos los pacientes a su<br />

ingreso.<br />

La declaración de voluntades anticipadas puede disminuir:<br />

Preocupación personal.<br />

Sentimientos de impotencia y culpa por parte de los miembros de la familia.<br />

Intervenciones médicas infructuosas, costosas o especializadas que es posible que el paciente no desee.<br />

Costo total de la atención médica.<br />

Preocupaciones de tipo legal para todas las personas involucradas<br />

Consideraciones sobre el documento de voluntades anticipadas<br />

¿En qué se basa un DVA?: la base del DVA es el respeto a la autonomía de la persona, poniendo a su alcance una herramienta<br />

para continuar ejerciéndola y asegurar que este respeto se mantendrá cuando se presente una situación de vulnerabilidad.<br />

El principio de autonomía, que incluye la gestión de la propia vida, implica que toda persona con capacidad,<br />

debidamente informada y sin coacciones, puede decidir sobre lo que considera bueno para sí misma, incluidos la demanda,<br />

la aceptación o el rechazo de determinados procedimientos.<br />

Una buena práctica médica no existe sin el respeto a la voluntad del paciente que ha adquirido el derecho de participar<br />

en la propia planificación de atenciones sanitarias. El personal sanitario tiene la responsabilidad profesional, legal y ética<br />

de asegurar y favorecer esta participación.<br />

¿Cuál es el objetivo de un DVA?: el objetivo del DVA es unir conocimientos y voluntades para tomar una decisión, por<br />

una parte, el médico ofrece sus conocimientos y la experiencia, y actúa como orientador para prever y planificar las posibilidades<br />

de asistencia de manera leal y útil. Por otra, la persona expresa lo que para ella es un límite o una ¨calidad de<br />

vida aceptable¨ o ¨no aceptable¨, y muestra una jerarquía personal de valores que quiere que se conozcan, unas situacio-<br />

206


207<br />

Bioética para enfermería<br />

nes en las cuales sentiría que vive de manera indigna o unas dependencias que no estaría dispuesta a asumir permanentemente<br />

(no poder alimentarse, hidratarse y respirar por sí misma), y también las preferencias familiares o de amistad<br />

para compartir la información y las decisiones, etc. Finalmente, el resto de profesionales del equipo médico, personal de<br />

enfermería, trabajadores sociales y otros, ofrecen la ayuda necesaria para entender la situación y garantizar la mejor<br />

atención posible.<br />

Soporte legal del DVA: el Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Biomedicina, firmado en Oviedo el 4 de abril de<br />

1997, establece un marco para proteger los derechos humanos y la dignidad en la aplicación de la biología y la medicina, y<br />

legaliza las voluntades anticipadas en el artículo número 9. El reconocimiento legal de un DVA se encuentra también en la<br />

Ley 21/2000, de 29 de diciembre, sobre los derechos de información concernientes a la salud y la autonomía del paciente,<br />

y la documentación clínica, y donde se señala en el artículo 8 referente a las voluntades anticipadas:<br />

1. El documento de voluntades anticipadas es el documento, dirigido al médico responsable, en el cual una personal de<br />

edad, con capacidad suficiente y libremente, expresa las instrucciones a tener en cuenta cuando se encuentre en una<br />

situación en que las circunstancias que concurran no le permitan expresar personalmente su voluntad.<br />

2. Debe haber constancia indudable de que este documento ha sido otorgado en la declaración de voluntades anticipadas<br />

debe formalizarse mediante uno de los siguientes procedimientos:<br />

a) Ante notario. En este supuesto, no es precisa la presencia de testigos.<br />

b) Ante tres testigos mayores de edad y con plena capacidad de obrar, de los cuales dos, como mínimo, no deben tener<br />

relación de parentesco hasta el segundo grado ni estar vinculados por relación patrimonial con el otorgante.<br />

Contenido de un DVA: si bien el contenido del documento de voluntades anticipadas es libre y depende esencialmente<br />

de la singularidad de la persona que lo elabora, en la práctica, se pueden recomendar unas partes básicas:<br />

La expresión de principios y criterios personales que tienen que orientar las decisiones en el ámbito sanitario. Aunque<br />

sea poco concreta, puede servir de manera preventiva y genérica cuando no hay una previsión de una enfermedad y,<br />

por tanto, de posibles intervenciones o tratamientos médicos. Por ejemplo: la vida sin posibilidades futuras de relación<br />

con los otros no tiene suficiente sentido para el paciente.


Capítulo 14. Voluntad anticipada<br />

Las situaciones sanitarias concretas en que quiere que se tengan en cuenta las instrucciones referentes a la aceptación<br />

o al rechazo de determinados tratamientos médicos. Normalmente, es más sencillo expresar estas voluntades<br />

cuando se tiene información sobre la evolución probable de una enfermedad, con previsiones más claras y con un mejor<br />

conocimiento de las consecuencias de la decisión. Por ejemplo, si tenemos conocimiento de sufrir un proceso<br />

neurológico degenerativo.<br />

Instrucciones y límites en las situaciones prevista, es decir, la especificación de los procedimientos y tratamientos que<br />

desearía o rechazaría en caso de encontrarse en situación de incapacidad permanente. Por ejemplo, se puede solicitar<br />

una sedación cuando la muerte sea muy próxima, con el di de evitar el sufrimiento de verse morir. Y se puedan<br />

rechazar actuaciones que se creen inútiles en estas situaciones, como intervenciones quirúrgicas, medidas de soporte<br />

vital (respirador artificial, vías de alimentación por sonda o reanimación cardiopulmonar).<br />

El representante es la persona que se nombra para que actúe como interlocutora válida y necesaria con el médico o el<br />

equipo sanitario, cuando la persona otorgante no pueda expresar su propia voluntad, Esta posibilidad es tan útil que<br />

es recomendable un DVA aunque sea tan sólo para nombrar a la persona representante. Por ejemplo, a veces se<br />

quiere que el representante sea la persona con quien actualmente se comparte la vida o alguna idea en común, antes<br />

que los familiares.<br />

En el DVA también se pueden especificar otras consideraciones, como la voluntad de hacer donación de órganos, los<br />

deseos sobre el entorno donde ser atendido (domicilio, hospital, etc.), el deseo de recibir o no asistencia religiosa, el<br />

rechazo a que se practique una autopsia, la decisión de donar el cuerpo a la investigación, entre otras, Hay que tener<br />

presente, sin embargo, que posiblemente la autoridad y la potestad con respecto a algunas de estas «otras consideraciones»<br />

no pertenezcan al «médico responsable» al cual esté dirigido en principio el DVA, sino a otros profesionales<br />

no sanitarios o a familiares, a los cuales se tendrá que pedir el cumplimiento aparte.<br />

208


Bioética para enfermería<br />

Cuestiones que deben considerarse para redactar un DVA: la redacción de un posible DVA no implica que sea válido:<br />

además de ser personal y claro, se tienen que seguir los pasos que dicta la Ley 21/2000.<br />

Validación del documento<br />

El DVA ante tres testigos<br />

El DVA ante notario<br />

Para que el documento sea válido es necesario que se garantice la identidad del otorgante,<br />

que este sea mayor de edad, que su libertad o capacidad no estén visiblemente alteradas,<br />

que reconozca el contenido y que se corresponda con su voluntad. Con el fin de garantizar<br />

estos requisitos de validez del documento<br />

El documento puede validarse ante tres testigos que puede aportar el otorgante y que<br />

tienen que firmar el documento en su presencia. Los testigos tienen que ser mayores de<br />

edad, tener plena capacidad de obrar y, como mínimo, dos de ellos no deben tener relación<br />

de parentesco hasta segundo grado ni vinculación patrimonial con el otorgante.<br />

Se puede validar también ante notario, el cual, por sí solo, garantiza la capacidad del otorgante<br />

y que el documento se corresponda con su voluntad informada y libre. Este documento<br />

se puede otorgar tanto en el despacho del notario como en el lugar donde se encuentre<br />

el paciente, si no se puede desplazar a la notaría.<br />

Conservación y aportación del documento<br />

La persona que redacta un documento de voluntades anticipadas es, en principio, quien tiene que llevarlo al médico responsable;<br />

no obstante, en caso de incapacidad de hecho del enfermo, también puede hacerlo su familia o la persona que<br />

haya escogido como representante.<br />

Registro en la historia clínica<br />

El documento, una vez entregado al médico responsable o al centro, tiene que formar parte de la historia clínica del enfermo,<br />

tanto en la atención primaria como en la hospitalaria, socio sanitaria o de salud mental. Toda historia clínica tiene<br />

209


Capítulo 14. Voluntad anticipada<br />

que mostrar en un lugar visible si el titular ha formalizado un DVA, para facilitar a los profesionales que tienen que cuidarle<br />

el conocimiento y el acceso a dicho documento.<br />

Renovación y revocación del DVA<br />

El documento, como voluntad expresada, no tiene caducidad. La renovación, sin embargo, es aconsejable: se puede hacer<br />

para cambiar de opinión, para reafirmar una voluntad expresada hace tiempo o bien para ampliarlo y adecuarlo mejor a<br />

situaciones posteriores mejor conocidas. También se aconseja actualizar el documento periódicamente, para mostrar la<br />

estabilidad de las decisiones que se expresan.<br />

El DVA se puede revocar y dejar sin efecto en cualquier momento por la sola voluntad del otorgante, y se aconseja que<br />

eso también se haga por escrito de manera incuestionable.<br />

Deberes de los profesionales<br />

Los profesionales tienen que ver el DVA como una expresión de la autonomía del enfermo, ya que actualmente es posible<br />

conocer su voluntad en casos en los cuales antes no se tenía ninguna prueba «clara y consistente». Por lo tanto, deben<br />

verlo como una ayuda para ser más respetuosos y actuar con más seguridad para que así sea. Deben recordar que tienen<br />

el deber legal de:<br />

Aceptar los documentos válidos. Inscribirlos en la historia clínica, tenerlos en cuenta en las decisiones, y razonar por<br />

escrito la decisión final y cómo se han tenido en cuenta. Sin embargo, también conviene que los profesionales vayan<br />

más allá y, en este sentido, hay un deber profesional de ayuda al enfermo que incluye:<br />

Ofrecer información y participación para elaborar un plan anticipado de atención y de las decisiones que hay que tomar.<br />

Tener en cuenta las voluntades expresadas verbalmente por todo enfermo autónomo y dejar constancia por escrito<br />

en la historia clínica.<br />

210


Bioética para enfermería<br />

Aconsejar la redacción de un DVA cuando pueda aportar un refuerzo de alguna voluntad o nombrar a un representante,<br />

especialmente en el caso de las personas con problemas de salud, cuando es previsible una pérdida de la competencia.<br />

Orientar el contenido del documento, de manera realista y leal, con respecto a quien lo pida, y evitar, sin embargo,<br />

toda coacción.<br />

Dialogar sobre el contenido de los documentos ya redactados y aconsejar su actualización cuando se observen posibilidades<br />

que no lo haya previsto, y pedir conocer al representante, antes de tomar las decisiones difíciles, y utilizarlo<br />

como interlocutor privilegiado.<br />

Tipos de declaraciones de voluntades anticipadas<br />

Instrucciones verbales: son cualquier tipo de decisiones con respecto a los cuidados médicos que un individuo le comunica<br />

verbalmente a los médicos o miembros de la familia.<br />

Donación de órganos: se puede hacer llenando una tarjeta de donación de órganos y llevándola en la billetera. Se puede<br />

guardar una segunda tarjeta junto con los documentos personales importantes, tales como el testamento vital, documentos<br />

del seguro, etcétera. La mayoría de los hospitales y otros grandes centros de atención médica tienen información disponible<br />

sobre la donación de órganos.<br />

Muchos estados les ofrecen a las personas que están solicitando una nueva licencia de conducción o la renovación de ésta<br />

la oportunidad de tomar una decisión con respecto a la donación de órganos y hacerla registrar en dicha licencia.<br />

Testamento vital: es un documento legal escrito que expresa los deseos de una persona en caso de llegar a tener una<br />

enfermedad grave. Este documento puede "hablar" por un paciente que no puede comunicarse. Un testamento vital<br />

puede indicar la atención o tratamientos específicos que la persona quiere o no que se le realicen, bajo circunstancias<br />

específicas. Esto puede abarcar procedimientos, atención o tratamientos específicos como los siguientes:<br />

211


Capítulo 14. Voluntad anticipada<br />

RCP (en caso de que ocurra un paro respiratorio o cardíaco).<br />

Alimentación artificial por vía intravenosa o por sondas de alimentación.<br />

Permanencia prolongada en un respirador (si no puede respirar adecuadamente por sí solo).<br />

Hemocultivos, análisis de líquido cefalorraquídeo y otros exámenes diagnósticos.<br />

Transfusiones de sangre<br />

Poder notarial médico especial: un documento legal que le permite a un individuo designar a otra persona (apoderado)<br />

para tomar decisiones médicas o de cuidados médicos en caso de que sea incapaz de tomar o comunicar tales decisiones<br />

personalmente.<br />

Orden de no reanimación (ONR): este documento establece que no se debe realizar reanimación cardiopulmonar (RCP) si<br />

la respiración cesa o el corazón deja de latir. Esta orden puede ser escrita por el médico de la persona después de discutir<br />

el asunto con ella (si es posible), el apoderado o la familia<br />

Redacción del documento de voluntades anticipadas<br />

Formato sugerido de documento de voluntad anticipada<br />

Yo, APELLIDOS Y NOMBRS, mayor de edad, con CC _________, domiciliado en NOMBRE DE LA CIUDAD, SEÑALAR LA DI-<br />

RECCION EXACTA, con plena capacidad de obrar y actuando libremente, otorgo el presente Documento de voluntades<br />

anticipadas.<br />

En lo que se refiere a la interpretación y aplicación de este Documento, designo como mi representante a APELLIDOS Y<br />

NOMBRES, con CC ________, domiciliado en NOMBRE DE LA CIUDAD, SEÑALAR LA DIRECCION EXACTA y teléfono SEÑA-<br />

LAR UN NÚMERO TELEFÓNICO CONVENCIONAL Y CELULAR, quien deberá ser considerado como interlocutor válido y necesario<br />

para el médico o el equipo sanitario que me atienda y como garante del cumplimiento de mi voluntad aquí expresada.<br />

De la misma manera, por si se diera el caso de renuncia o imposibilidad de mi representante designo como repre-<br />

212


213<br />

Bioética para enfermería<br />

sentante sustituto a APELLIDOS Y NOMBRES, con CC ___________, domiciliado en NOMBRE DE LA CIUDAD, SEÑALAR LA<br />

DIRECCION EXACTA y teléfono SEÑALAR UN NÚMERO TELEFÓNICO CONVENCIONAL Y CELULAR.<br />

Dispongo: si en un futuro me encontrase en alguna de las situaciones que se señalan a continuación:<br />

1. Demencia severa debida a cualquier causa (por ejemplo: enfermedad de Alzheimer).<br />

2. Daños encefálicos severos debidos a cualquier causa (por ejemplo: coma irreversible, estado vegetativo persistente,<br />

traumatismo craneoencefálico).<br />

3. Enfermedad degenerativa neuromuscular en fase avanzada (por ejemplo: esclerosis múltiple).<br />

4. Cáncer diseminado en fase avanzada (por ejemplo: tumor maligno con metástasis).<br />

5. Enfermedad inmunodeficiente en fase avanzada (por ejemplo: SIDA).<br />

6. (otras) ________________________<br />

Y si a juicio de los médicos que entonces me atiendan (siendo por lo menos uno de ellos especialista) no existen expectativas<br />

de recuperación sin que se sigan secuelas que impidan una vida digna según yo la entiendo, mi voluntad es que NO<br />

sean aplicadas -o bien que se retiren si ya han empezado a aplicarse- medidas de soporte vital o cualquiera otras que intenten<br />

prolongar mi supervivencia.<br />

Deseo, en cambio, que se instauren las medidas que sean necesarias para el control de cualquier síntoma que pueda ser<br />

causa de dolor, padecimiento o malestar, aunque eso pueda:<br />

a) Acortar mi expectativa de vida.<br />

b) Poner fin a mi vida.<br />

Instrucciones adicionales:<br />

a) ______________________________________________<br />

b) ______________________________________________<br />

c) ______________________________________________


Capítulo 14. Voluntad anticipada<br />

En caso que el o los profesionales sanitarios que me atiendan aleguen motivos de conciencia para no actuar de acuerdo<br />

con mi voluntad aquí expresada, solicito ser transferido a otro u otros profesionales que estén dispuestos a respetarla.<br />

Lugar y fecha: ___________________________<br />

Firma del otorgante: Firma del representante Firma del representante sustituto<br />

Nombre del primer testigo Número de cédula del primer testigo Firma del primer testigo<br />

Nombre del segundo testigo<br />

Número de cédula<br />

del segundo testigo<br />

Firma del segundo testigo<br />

Nombre del tercer testigo Número de cédula del tercer testigo Firma del tercer testigo<br />

Si, más adelante, el otorgante quisiera dejar sin efecto el presente Documento podrá firmar, si lo desea, la siguiente orden<br />

de anulación:<br />

Yo, APELLIDOS Y NOMBRES, mayor de edad, con CC ___________, con plena capacidad de obrar y de manera libre anulo y<br />

dejó sin efecto el presente Documento de voluntades anticipadas en todos sus extremos.<br />

Lugar y fecha: ________________________<br />

Firma: ______________________________<br />

214


215<br />

Bioética para enfermería<br />

Criterios del comité de ética asistencial<br />

La posibilidad de otorgar un Documento de voluntades anticipadas, junto con la exigencia del consentimiento informado,<br />

modificará profundamente la tradición en las relaciones sanitarias dentro de la cultura, dominada por el paternalismo<br />

médico, actitud que privaba a las personas de algunos de sus derechos, en cuanto se convertían en pacientes.<br />

Es preciso valorar positivamente esta voluntad de cambio en las relaciones asistenciales, si bien hay que tener en cuenta<br />

que una innovación de tal envergadura en hábitos tan arraigados no es de esperar que tenga lugar rápidamente y requerirá<br />

del empeño educativo de los responsables de las instituciones sanitarias, en especial de los Comités de Ética Asistencial,<br />

así como de una decidida actitud de los ciudadanos en el ejercicio del derecho a establecer sus voluntades. La trascendencia<br />

de elaborar un documento de este tipo recomienda acompañarlo con una reflexión sobre sus objetivos, requisitos,<br />

límites, formas y consecuencias.<br />

Conferencia Arzobispal y los Documentos de Instrucciones Previas<br />

Nada es tan valioso como la vida, por eso cuesta tanto imaginar y, más aún, decidir a través de terceros, su final en situaciones<br />

extremas. Sin embargo, los legisladores sí han pensado en ello y han establecido un conjunto de normas para regular<br />

una situación que no deja a nadie indiferente. El Convenio del Consejo de Europa sobre los derechos del hombre y la<br />

biomedicina entró en vigor en España el 1 de enero de 2000. Con carácter jurídico vinculante, su especial valía reside en<br />

el establecimiento de un marco común para la protección de los derechos humanos y la dignidad humana en la aplicación<br />

de la biología y la medicina. El Convenio recoge la necesidad de reconocer los derechos de los pacientes, entre los que<br />

destaca el derecho a la información, el consentimiento informado y la intimidad de la información relativa a la salud de<br />

las personas. Así se pronuncia la Ley de Autonomía del Paciente de 2002, en virtud de la cual toda actuación en el ámbito<br />

de la sanidad requiere, con carácter general, el previo consentimiento de los pacientes.<br />

Tales principios de autonomía y dignidad permiten que, en situaciones extremas, personas con enfermedades graves de<br />

difícil curación, según la Declaración sobre la eutanasia de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos del año 2002, puedan<br />

optar por los tratamientos que se consideren proporcionados y puedan rechazar de manera responsable los medios


Capítulo 14. Voluntad anticipada<br />

excepcionales, desproporcionados o alternativas terapéuticas con dudosas probabilidades de éxito. Esta actitud del paciente<br />

debe ser respetada y no puede confundirse con una conducta suicida o con la eutanasia.<br />

216


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 15<br />

Eutanasia versus<br />

encarnizamiento terapéutico<br />

Definición<br />

El derecho esencial que debe asistir a todo ser humano siempre es el de la vida. En nuestra sociedad no se quiere hablar<br />

de la muerte y se intenta ocultarla, la mayoría de las personas mueren en los hospitales, muchas veces alejadas de sus<br />

seres queridos, casi nadie ve morir a otros, en la actualidad la mayoría de las personas se encuentran por primera vez con<br />

la muerte en su propia muerte. Los avances de la medicina en los últimos tiempos han progresado y es así como en la<br />

actualidad han disminuido el número de fallecimientos por enfermedades agudas y han aumentado las probabilidades de<br />

morir tras un proceso relativamente largo, poniendo en acción todos los medios disponibles para mantener con vida a un<br />

paciente aunque haya pocas posibilidades de éxito.<br />

Cuando las condiciones de salud se han perdido y la enfermedad lleva a quien la padece a una situación irreversible, cabe<br />

preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando la agonía, es decir se deben poner los medios disponibles en cada<br />

caso para mantener con vida a un paciente el mayor tiempo posible o se debe utilizar toda la terapia disponible aunque<br />

haya pocas posibilidades de éxito. Ante esto aparece el llamado “derecho a morir dignamente” y es así como los partidarios<br />

de la “eutanasia” entienden como que es el derecho a tener una muerte sin dolor provocada voluntariamente a petición<br />

propia o no del paciente y que rechaza a un “encarnizamiento terapéutico” que prologaría una agonía deshumanizada<br />

y llena de tecnología en la que el paciente está aislado de su entorno natural (Pérez, 2002).<br />

Cabe indicar que el tema que se desarrolla a continuación no es exclusivamente médico ya que aquí intervienen criterios,<br />

sociales, psicológicos, culturales, éticos, espirituales, jurídicos etc.<br />

217


Capítulo 15. Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico<br />

Concepto de eutanasia<br />

Etimológicamente eutanasia significa buena muerte; según Francis Bacon en el siglo XVI y de acuerdo a la Asociación<br />

Médica Mundial (1987): “El acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, ya sea por su propio requerimiento o a<br />

petición de sus familiares” en general eutanasia significa provocar una muerte fácil y sin dolor a un paciente que está<br />

próximo a morir por causa de una enfermedad Terminal.<br />

Clasificación por criterio de elección del paciente<br />

Voluntaria o suicida: cuando la decisión la toma el paciente directamente o terceros obedeciendo los deseos que éste<br />

expresó con anterioridad.<br />

Involuntaria u homicida: cuando la decisión la toma un tercero sin que haya el consentimiento del paciente. Esto<br />

puede ser “por piedad” en la que se pretende evitar sufrimientos inútiles o porque se la considera una carga para la<br />

sociedad.<br />

Clasificación en función de la acción<br />

Activa o por acción: es provocar inmediatamente la muerte mediante la aplicación de sustancias letales cuando se es<br />

víctima de enfermedades incurables progresivas y graves como el cáncer. Se recurre a sustancias mortíferas o sobredosis<br />

de morfina.<br />

Pasiva o por omisión: es provocar la muerte deliberando un cuidado debido y necesario para la curación o supervivencia,<br />

ya sea por abstención terapéutica (no se inicia tratamiento) y la suspensión terapéutica (se suspende el tratamiento<br />

ya iniciado). En esta eutanasia no se abandona en ningún momento al enfermo.<br />

Encarnizamiento terapéutico o distanasia<br />

Etimológicamente significa “mala muerte”, es un empeño obstinado por retrasar la muerte utilizando procesos terapéuticos<br />

cuyo efecto es más nocivo que los efectos de la enfermedad a curar consiguiendo únicamente la prolongación ilícita<br />

218


Bioética para enfermería<br />

de vida. La Asociación Médica Mundial define como “todo tratamiento extraordinario del que nadie puede esperar<br />

ningún tipo de beneficio para el paciente”. El médico tiene el deber de abstenerse de él y el paciente posee todo el derecho<br />

de rechazarlo.<br />

Ante este problema, extremadamente padecido y delicado para los familiares<br />

y en primer lugar para los médicos preocupados para afrontarlo y resolverlo<br />

en ciencia y en conciencia, son dos las exigencias que debemos aclarar y tratar<br />

de respetar a fondo. La primera es definir cuando hay ensañamiento terapéutico:<br />

a mí me parece que hay unos criterios objetivos, que no dependen solo<br />

del médico o del familiar; son criterios que se encuentran dentro de la realidad<br />

y que por lo tanto, están arraigados en la realidad misma. A la luz de la<br />

reflexión bioética parece que son tres, en base a los cuales podemos decir que<br />

estamos ante un ensañamiento terapéutico (Hernández M., 2011).<br />

El primer criterio es el de la inutilidad, cuando se trata de un tratamiento que<br />

resulta ineficaz e inútil: “podemos continuar, sin obtener resultados”. Cuando<br />

nos encontramos ante una situación de irreversibilidad, generalmente definida por la muerte cerebral, es inútil continuar.<br />

El segundo criterio es el de gravosidad, o sea de la pena excesiva a la que estaría expuesto el enfermo, el cual termina por<br />

sufrir de más sea físicamente sea moralmente. Un tercer criterio es el de la excepcionalidad, o sea cuando se interviene<br />

por medios que son desproporcionados. Este es un criterio muy relativo, que cambia con el tiempo. Cuando se verifican<br />

justo estos tres criterios, nos encontramos ante el ensañamiento terapéutico y desde el punto de vista moral podemos o<br />

debemos renunciar a proseguir con el tratamiento.<br />

Esto que parece fácil no lo es porque hay que verificar si estos criterios se dan en el caso concreto y aquí viene la segunda<br />

exigencia que es la aplicación correcta de los mismos. Hay un asunto particular al que se debe prestar atención y es que<br />

219


Capítulo 15. Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico<br />

debemos seguir dando cuidado humano fundamental como dar de comer y de beber y de estar presentes y de compartir<br />

el momento de la muerte.<br />

Eutanasia y encarnizamiento terapéutico desde el punto de vista ético<br />

Las dos acciones son reprobables éticamente y se alejan aunque por polos opuestos del comportamiento correcto que<br />

consiste en respetar la evolución natural y aceptar la muerte cuando ésta llega. La acción de dejar que la muerte siga su<br />

curso natural es decir cuando hay certeza de muerte inminente y el tratamiento es ineficaz y penoso entraría dentro de<br />

las prácticas reconocidas como éticas.<br />

La Asociación Médica Mundial máximo organismo internacional en ética profesional dice: “La eutanasia, es decir, el acto<br />

deliberado de dar fin a la vida de un paciente aunque sea por propio requerimiento<br />

o a petición de sus familiares, es contraria a la ética” es irrelevante<br />

quitar la vida a un ser humano.<br />

El no instaurar o suspender tratamientos no es ningún homicidio deliberado<br />

sino un acto ético, por cuanto constituye una práctica médica correcta repleta<br />

de ciencia y de prudencia médica. La Comisión Central de Deontología Médica<br />

(CEDM) al condenar el encarnizamiento terapéutico, confirma por contraste la<br />

dignidad ética del médico que se abstiene de acciones deliberadamente inútiles.<br />

La utilización de medios proporcionado o desproporcionados a la situación de cada paciente varía. Cuando existe un enfermo<br />

en peligro próximo de muerte con la posibilidad de cierta recuperación se consideran proporcionados todos los<br />

medios técnicos disponibles, en cambio cuando ya no hay posibilidades razonables de recuperación sino sólo de alargar la<br />

agonía hay que evitar obstinarse en tratamientos médicos desproporcionados e inútiles. Las posibilidades técnicas de<br />

prolongar la vida del hombre han progresado tanto que lo que antes era una regla razonable (hacer todo lo posible por<br />

mantener en vida a un hombre) ahora ya no lo es. Lo común entre el encarnizamiento terapéutico y la eutanasia está en<br />

su artificiosidad: o se obliga a vivir al paciente o se le obliga a morir (Medicina, 2000).<br />

220


Bioética para enfermería<br />

En estas circunstancias el deber del médico sería ofrecerle al paciente los cuidados paliativos que le permitan morir con<br />

dignidad mediante un cuidado total, activo y continuado por un equipo multiprofesional donde se cubrirán las necesidades<br />

físicas, psicológicas, sociales y espirituales del paciente y su familia, si es necesario el apoyo debe extenderse al proceso<br />

de duelo.<br />

Los cuidados paliativos ponen el énfasis en la calidad de vida, es decir, en la paz, la comodidad y la dignidad. Una de las<br />

metas principales de los cuidados paliativos es el control del dolor y de otros síntomas para que el paciente pueda permanecer<br />

lo más alerta y cómodo posible. Los servicios de cuidados paliativos están disponibles para personas que ya no<br />

pueden beneficiarse de los tratamientos curativos; el paciente típico de cuidados paliativos tiene un pronóstico de vida de<br />

6 meses o menos. Los programas de cuidados paliativos proporcionan servicios en varias situaciones: en el hogar, en centros<br />

de cuidados paliativos, en hospitales o en establecimientos capacitados para asistir enfermos. Las familias de los pacientes<br />

son también un enfoque importante de los cuidados paliativos, y los servicios están diseñados para proporcionarles<br />

la asistencia y el apoyo que necesitan" (Drane, 1999).<br />

Eutanasia desde el punto de vista jurídico<br />

Jurídicamente nadie tiene derecho a eliminar la vida, aun la propia y se ha negado toda validez al consentimiento prestado<br />

para recibir la muerte, al considerar el derecho a la vida como indisponible, es decir como un “derecho-deber”. Y aquí<br />

interviene el principio de justicia según el cual todo ser humano debe ser respetado y su dignidad protegida y amparada<br />

por los demás incluido el Estado, la justicia prevalece sobre la autonomía del individuo. Nadie tiene derecho a decidir<br />

cómo y cuándo debe acabar su vida por lo tanto existe el derecho a ser matado ni el deber de un tercero a matar, lo que<br />

existe el derecho a la vida y a tener una muerte digna es decir el derecho de los moribundos a que la sociedad los cuide a<br />

la hora de la muerte y alivie sus sufrimientos y angustias en la medida de lo posible.<br />

En nuestro país la eutanasia no está legalizada, por lo tanto, si se llegase a comprobar que una persona participó de este<br />

acto es penada de 8 a 16 años de cárcel.<br />

221


Capítulo 15. Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico<br />

Son varios los países en los que la eutanasia activa está autorizada:<br />

Holanda<br />

Bélgica<br />

Estados Unidos<br />

Australia<br />

Japón<br />

España<br />

Es el primer país del mundo que reconoce la eutanasia como acto legal fue aprobada en el Parlamento en el<br />

2002, se desarrolla bajo el título “Prueba de petición de finalización de la vida y ayuda al suicidio”, será controlada<br />

por una comisión que juzgará si el médico la practicó legalmente. Las personas que no padezcan de una<br />

enfermedad grave y que no desee seguir viviendo no podrán acogerse a esta ley y quien la practique se penaliza<br />

con una condena máxima de 12 años de cárcel.<br />

Los médicos que la practican nunca han aceptado que las razones por las que se ha efectuado la misma sean<br />

verificas mediante una autopsia. Estos médicos han intentado coaccionar a sus pacientes, mujeres a sus maridos<br />

y maridos a sus mujeres para que se sometieran a la eutanasia voluntaria, por eso detrás de muchas peticiones<br />

de eutanasia no está la voluntad del enfermo sino la de su familia o la de los médicos que están cansados<br />

de atender al enfermo, hacen referencia a datos falsos como un cáncer de pulmón inexistente, una inexistente<br />

petición de familiares que nunca existió.<br />

Es el único país católico donde la eutanasia es legal.<br />

Los ciudadanos de Oregón aprobaron el 27 de octubre de 1997 el “Acta de morir con dignidad” por la que se<br />

autoriza a los médicos a prescribir fármacos letales, que los propios enfermos se auto-administran, el pronóstico<br />

de vida es inferior a 6 meses, en este país se está produciendo un freno al desarrollo de la implementación<br />

de la medicina paliativa lo que permite la eutanasia bajo condiciones limitadas.<br />

En 1995 se aprobó una ley que permitía la eutanasia activa bajo cuidadosos criterios pero en 1997 fue rechazada<br />

a pesar del apoyo de los profesionales sanitarios.<br />

La corte del distrito de Yokohama la permite la eutanasia bajo cuatro condiciones si el paciente sufre de dolor<br />

físico inaguantable, si la muerte es inevitable e inminente, si se han tomado todas las medidas posibles para<br />

asegurar para suprimir el dolor y si el paciente ha expresado claramente su consentimiento.<br />

La palabra eutanasia no aparece en ningún punto de la normativa española y de acuerdo al Código Penal se<br />

establece de dos a cinco años para quien “coopere con actos necesarios del suicidio de una persona”, será reducida<br />

cuando la petición sea expresada, seria inequívoca. La eutanasia queda penalizada aunque se establecen<br />

claras atenuantes.<br />

222


Bioética para enfermería<br />

Eutanasia desde el punto de vista médico y social<br />

La técnica médica moderna dispone de medio para prolongar la vida de las personas, incluso en situación de grave deterioro<br />

físico, esto propicia a que se den agonías interminables y dramáticas, que únicamente prolongan y aumenten la degradación<br />

del moribundo. Para estos casos, la legislación debería permitir que una persona decidiera voluntaria y libremente,<br />

ser ayudada a morir. Esta sería una muerte digna.<br />

En la historia griega Hipócrates en su juramento afirma que no dará medicamento mortal por más que se lo soliciten, en<br />

cambio Platón dice lo contrario “se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo”.<br />

Este juramento todavía está vigente en nuestros días, siendo entonces que la práctica de la eutanasia se considerará contradictoria<br />

con los principios de la ética médica.<br />

La razón de ser de la Medicina es la curación del enfermo en cualquier fase de su dolencia y ayudarle a llevar el trance de<br />

la muerte cuando la curación no es posible, por lo tanto la eutanasia es la decisión de practicar lo opuesto a la medicina<br />

ya que es dar muerte a otro aunque sea en virtud de una presunta compasión.<br />

Los médicos se han constituido en los únicos expertos en cuestiones de vida y muerte y se les ha transferido la responsabilidad<br />

de poder administrar la muerte sin dolor y esto acaba con la base del acto médico: la confianza médico paciente<br />

de la que forma parte esencial el convencimiento de que el médico no abandonará nunca a su enfermo ni le ocasionará<br />

daño deliberado, no es posible que llegue a tener miedo especialmente en la fase Terminal que es cuando necesitan tener<br />

más confianza en el médico (Hernández M. e., 2011).<br />

Si los médicos reciben una formación que no les capacita para aliviar el dolor, la angustia y otros síntomas de la fase Terminal<br />

de la enfermedad se prestará a los pacientes una asistencia deficiente y se les ocasionará sufrimientos innecesarios<br />

por lo tanto a los médicos se les proporcionaría una formación adecuada y potenciar la moderna asistencia paliativa en-<br />

223


Capítulo 15. Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico<br />

caminada a aliviar el sufrimiento y ante esto la petición de “hacedme morir” debe traducirse por “aliviadme el dolor y<br />

prestadme atención”.<br />

La asistencia al moribundo es uno de los más importantes y nobles deberes profesionales del médico, mientras que la<br />

eutanasia no deja de ser un crimen que repugna profundamente a la vocación médica sincera.<br />

Eutanasia versus ensañamiento terapéutico desde el punto de vista de la religión<br />

Desde la perspectiva religiosa se considera que la propiedad de la vida humana le corresponde a un ser superior y el individuo<br />

es un mero usufructuario, incapacitado por definición para disponer de su vida de acuerdo con su voluntad.<br />

Para la iglesia católica y su doctrina la eutanasia no es lícito matar a un<br />

paciente, ni siquiera para no verlo o hacerlo sufrir, así se lo hayan pedido<br />

al médico el enfermo, sus familiares o terceros, pues no están en sus manos<br />

las vidas humanas, solo en las de Dios.<br />

En un discurso el Papa Juan Pablo II afirmó: “Un exasperado ensañamiento<br />

terapéutico, incluso con las mejores intenciones, además de ser inútil,<br />

no representaría en definitiva plenamente al enfermo, que ha llegado ya a<br />

un estado Terminal”.<br />

La iglesia está de acuerdo con la ortotanasia, que consiste en dejar morir a<br />

tiempo sin emplear medios desproporcionados y extraordinarios, se ha sustituido en la práctica por muerte digna por la<br />

cual se le suministra narcótica y analgésica que aliviarán el dolor aunque atenúen la conciencia y provoquen de modo<br />

secundario un acortamiento de la vida del paciente. Este acto no se considera ilícito, pues en este sentido se expresaba<br />

Pablo VI cuando decía:<br />

224


Bioética para enfermería<br />

“El deber del médico consistía más bien en intentar calmar los sufrimientos, en vez de prolongar todo lo que pueda con<br />

cualquier medio y a cualquier condición una vida que no es ya plenamente humana y que va naturalmente hacia la conclusión”.<br />

Podemos concluir por ello que la religión y la iglesia católica no están de acuerdo con la eutanasia ni con el ensañamiento<br />

terapéutico que se presenta en los medios desproporcionados que se utilizan para que el paciente siga vivo sea esta una<br />

vida con aparatos con los cuales no podría vivir.<br />

Puntos a favor de la eutanasia:<br />

Tengo derecho a disponer de mi propia vida y puede<br />

reivindicar la autonomía como parte íntegra de la dignidad<br />

humana.<br />

La vida en determinadas condiciones es indigna y<br />

humillante.<br />

¿Por qué aceptar una forma de existencia en circunstancias<br />

limitadísimas? Sacrificando a parientes y amigos.<br />

Así como se tiene derecho a vivir con dignidad, por<br />

qué no tener un derecho a morir dignamente.<br />

No debe intentarse prolongar la vida cuando ésta no<br />

se pueda vivir, haciendo del paciente no un ser humano,<br />

sino un caso clínico interesante.<br />

Podría institucionalizarse unos derechos no sólo del<br />

paciente Terminal, sino de la familia en sí.<br />

¿Es justo morir de un modo doloroso?<br />

Puntos en contra de la eutanasia<br />

La vida como un derecho inalienable, al optar por la eutanasia,<br />

estoy entregando mi libertad.<br />

¿Los límites de la eutanasia: bajo qué circunstancias se<br />

debe aplicar? ¿Cómo legalizarla y bajo qué límites?<br />

¿Cómo sé si esa persona que hizo un testamento en vida<br />

autorizando se arrepintió en el último momento?<br />

“Mientras hay vida hay esperanza”<br />

Podría aumentar el número de eliminaciones a débiles y<br />

personas subnormales, aumente las presiones sobre del<br />

médico.<br />

Podría aplicarse la eutanasia sólo para el tráfico de<br />

órganos lo que muestra intereses económicos.<br />

Se puede perder la esperanza de vivir los viejos pueden<br />

ser dejado de lado y pueden ser eliminadas simplemente.<br />

225


Capítulo 15. Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico<br />

Como se ve, las interrogantes respecto a valores se han ido transformado poco a poco y se está llegando, a que algún día<br />

no muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte denominada justa. Los individuos están tomando más serio su papel<br />

dentro de este momento y se comienza a preguntar sobre aspectos trascendentales en la existencia del ser. Sin embargo,<br />

los riesgos que éste individuo pueda ser absorbido y manipulado por el sistema capitalista están latentes, ya que pude<br />

ser manipulado para volverlo desechable y hasta productivo en un momento dado.<br />

226


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 16<br />

Cuidados paliativos,<br />

calidad de vida y respeto<br />

a la dignidad del ser humano<br />

Definición<br />

El cuidado de pacientes con enfermedades terminales y el comportamiento y consuelo de sus familiares ya sea por muerte<br />

repentina o después de una enfermedad prolongada es una de las situaciones más difíciles en la práctica de enfermería<br />

por lo que este personal, independientemente de la competencia y desempeño que debe mostrar en su actuar diario,<br />

debe poseer además toda una serie de principios éticos que se encuentran implícitos en el código de esta profesión y tener<br />

en cuenta las reflexiones filosóficas que la bioética le puede aportar en el cuidado y tratamiento de las enfermedades<br />

de cáncer en fase terminal.<br />

En este capítulo se hacen algunas reflexiones acerca del uso de la medicina paliativa en los pacientes que se encuentran<br />

en fase terminal. Todo ello en el marco de la responsabilidad moral del equipo de atención a la salud, en cuanto a la necesidad<br />

de atender al paciente en función de su propio interés, del respeto a sus derechos morales y persiguiendo siempre<br />

el objetivo fundamental de la medicina, que es la procuración del bienestar físico-mental y social de los individuos, considerando,<br />

entre otras cosas, que la búsqueda del bienestar humano como valor moral tiene su fundamento ético desde la<br />

filosofía de clásica (León, Cuidados al Final de la Vida. Bioética y Enfermería, 2010).<br />

En la práctica médica se presentan algunos dilemas bioéticos con respecto al cuidado de los pacientes terminales, por<br />

ejemplo, informar al paciente y sus familiares sobre el diagnóstico y el pronóstico de su enfermedad, o decidir mantener<br />

o suspender algún tipo de tratamiento médico, tratar o no las enfermedades intercurrentes que se presenten, proporcio-<br />

227


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

nar o no medidas de soporte vital (ventilación mecánica, reanimación cardiopulmonar, etc.). Son situaciones que se presentan<br />

a diario en la práctica hospitalaria, por tanto, todo profesional de la salud debería estar en la capacidad de resolver<br />

dichos problemas de la mejor forma, siempre y cuando tenga conocimiento de ciertos principios éticos básicos<br />

(Drane, 1999).<br />

Todos los elementos anteriormente expuestos han motivado a profundizar en las reflexiones en torno a las cuestiones<br />

que la ética y la bioética pueden aportar al manejo de este tipo de enfermos dado el papel protagónico del personal de<br />

enfermería en los cuidados paliativos y a la función docente que realizo, lo que me brinda la oportunidad de aportar en la<br />

formación integral de nuevas enfermeras que por sobre todo actúen siempre con visión humana.<br />

Definición<br />

La medicina paliativa puede definirse como ...la atención activa y total a los pacientes y sus familias por parte de un equipo<br />

multiprofesional, cuando la enfermedad ya no responde a tratamientos curativos y la expectativa de vida es relativamente<br />

corta… Aspira a cubrir además de los aspectos tradicionales de la medicina moderna, aspectos psicológicos, sociales<br />

y espirituales (modificado de R. Twycross).<br />

Los cuidados paliativos son un concepto de la atención al paciente que incluye<br />

a profesionales de la salud y a voluntarios que proporcionan apoyo médico,<br />

psicológico y espiritual a enfermos terminales y a sus seres queridos. Los<br />

cuidados paliativos ponen el énfasis en la calidad de vida, es decir, en la paz,<br />

la comodidad y la dignidad. Una de las metas principales de los cuidados<br />

paliativos es el control del dolor y de otros síntomas para que el paciente<br />

pueda permanecer lo más alerta y cómodo posible. Los servicios de cuidados<br />

paliativos están disponibles para personas que ya no pueden beneficiarse de<br />

los tratamientos curativos; el paciente típico de cuidados paliativos tiene un<br />

pronóstico de vida de 6 meses o menos. Los programas de cuidados paliati-<br />

228


229<br />

Bioética para enfermería<br />

vos proporcionan servicios en varias situaciones: en el hogar, en centros de cuidados paliativos, en hospitales o en establecimientos<br />

capacitados para asistir enfermos. Las familias de los pacientes son también un enfoque importante de los<br />

cuidados paliativos, y los servicios están diseñados para proporcionarles la asistencia y el apoyo que necesitan (Gómez,<br />

1999).<br />

Principales objetivos de la medicina paliativa<br />

1. Aliviar los síntomas y solucionar problemas.<br />

2. Asistir el área psicológica y espiritual para que los enfermos puedan<br />

aceptar su propia muerte y prepararse para ella en la forma más adecuada.<br />

3. Ofrecer un sistema de apoyo que ayude a los pacientes a llevar una<br />

vida lo más activa y creativa posible hasta que sobrevenga la muerte,<br />

promoviendo de este modo su autonomía, su integridad personal y su<br />

autoestima.<br />

4. Brindar un sistema que ayude a las familias a afrontar la enfermedad<br />

del paciente y sobrellevar el período de duelo.<br />

La Medicina Paliativa reconoce que el proceso de morir es normal, no busca posponer una muerte inevitable ni acelerarla,<br />

busca sí, que cuando acontezca encuentre un paciente y una familia preparados, en lo posible, para aceptarla con dignidad<br />

y el mínimo sufrimiento. Los cuidados paliativos representan la corriente inversa al intervencionismo terapéutico<br />

basado en el encarnizamiento terapéutico (Gómez, Medicina paliativa en la cultura latina, 1999).<br />

Principios bioéticos relevantes en medicina paliativa<br />

Como todo acto médico, la medicina paliativa se sustenta en los principios éticos básicos de beneficencia no maleficencia<br />

autonomía y justicia. Se destacan otros principios importantes a la hora de tomar decisiones en este período de la vida de<br />

los enfermos y de sus familias.


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

Principio de<br />

veracidad<br />

Principio de la<br />

proporcionalidad<br />

terapéutica<br />

Principio de la<br />

doble acción<br />

La veracidad es el sustento de la confianza en las relaciones entre paciente, familia y equipo de salud. La información<br />

veraz apunta, además de mantener el respeto por la persona, al principio de beneficencia, porque<br />

permite que bien informado, el enfermo colabore con su asistencia y además participe activamente en la toma<br />

de decisiones, con lo que está salvaguardando el principio de autonomía. Sin embargo, el principio de veracidad<br />

no obliga a informar si el contenido de la información puede resultar inútilmente doloroso. Este enunciado<br />

se basa en el principio de no maleficencia.<br />

Si un paciente no se beneficia en conocer su estado de salud, no lo solicita o si esta información se considera<br />

deletérea por diferentes causas, los profesionales de la salud no están obligados a informar en ese momento<br />

o tal vez definitivamente. Sí estamos obligados a no mentir.<br />

El sustento teórico se remonta a 1957 y deriva de la distinción de las medidas “ordinarias” y “extraordinarias”<br />

que la Iglesia Católica intentó distinguir entre actitudes médicas moralmente obligatorias y las que no lo son<br />

(revisar el Discurso a los participantes del Congreso de Anestesiología por el Papa Pío XII).<br />

Los orígenes de este principio son más antiguos pues ya los griegos establecían que: existe la obligación moral<br />

de implementar todas aquellas medidas terapéuticas que guarden una debida relación de proporción entre<br />

los medios empleados y los resultados previsibles. Las intervenciones en que esta relación de proporción no<br />

se cumplen se consideran desproporcionadas y no serían moralmente obligatorias (tomado de Centeno). La<br />

importancia moral del análisis de la proporcionalidad terapéutica permite distinguir las situaciones en que es<br />

moralmente ilícito no ofrecer intervenciones médicas que se juzguen como proporcionadas: ello representa<br />

una eutanasia por omisión (mal llamada eutanasia pasiva).<br />

Para juzgar la proporcionalidad de una intervención se debería considerar: la a) utilidad o inutilidad de la medida,<br />

b) alternativas de acción riesgos y beneficios, c) pronóstico con y sin la implementación de la medida y d)<br />

costos físicos, psicológicos, morales y económicos.<br />

El juicio de proporcionalidad sobre una medida aislada se debe hacer en forma global y no en cuanto a la medida<br />

en sí (ejemplo, agregar o no electrolitos como Cl. K al suero que se transfunde al paciente hipokalémico<br />

agónico, incluso la justificación del aporte de suero puede considerarse desproporcionada).<br />

Este principio comprende el manejo del dolor y en la supresión de la conciencia; es considerado ético voluntario<br />

indirecto o de doble efecto y facilita la toma de decisiones terapéuticas cuando éstas tienen efectos secundarios<br />

potencialmente letales. Para ello se deben analizar los siguientes puntos:<br />

230


Bioética para enfermería<br />

Principio de la<br />

prevención<br />

Principio de equivalencia<br />

Principio del no<br />

abandono<br />

Que la acción en sí misma sea beneficiosa o al menos indiferente.<br />

Que el efecto deletéreo previsible no sea directamente el efecto deseado, sino sólo tolerado.<br />

Que el efecto beneficioso no sea causado inmediata y necesariamente por el deletéreo.<br />

Que el bien buscado sea proporcionado al eventual daño producido.<br />

Si se utiliza como ejemplo el uso racional de morfina, se puede concluir que: se necesita aliviar el dolor,<br />

más aún si al usar otras drogas no se consigue analgesia adecuada, no existe impedimento ético en el uso<br />

de morfina, pues las condiciones del principio del efecto voluntario indirecto se cumplen sin objeción de<br />

conciencia es decir, existe una acción beneficiosa y su efecto positivo no es resultado de uno negativo.<br />

Los efectos negativos son tolerados cuando no hay otras opciones terapéuticas.<br />

Implica la obligación de prever las posibles complicaciones y los efectos más frecuentes de toda medida adoptada<br />

con un paciente. Consiste en el deber de previsibilidad.<br />

Plantea que desde el punto de vista ético, es igual suprimir un tratamiento, que no haberlo iniciado nunca.<br />

Este aspecto es particularmente interesante cuando se trata de decidir la suspensión de medidas ineficaces,<br />

molestas para el enfermo y frecuentemente onerosas. La toma de una decisión ponderada en este sentido, no<br />

tiene entonces implicancias éticas.<br />

Existen dos formas clásicas de abandono de un enfermo:<br />

1. El paciente no acepta el tratamiento aconsejado. Salvo casos de grave objeción de conciencia, es éticamente<br />

reprobable abandonar un enfermo porque éste rechaza algunas terapias aun cuando el médico<br />

considere que el rechazo es inadecuado.<br />

2. El paciente es abandonado en forma más o menos evidente. Una forma sutil y frecuente, es evadir el trato<br />

de pacientes moribundos que generan sensación de impotencia. (Taboada, 2010).<br />

Calidad de vida<br />

Cuando se habla de mejorar la calidad de vida en general no hay un conocimiento claro de lo que significa. La calidad de<br />

vida global fue referida inicialmente por Pigou (1920) al bienestar económico. Luego, en la post guerra se comienza a aplicar<br />

a otros aspectos, entre ellos a la salud.<br />

231


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

Se trata, entonces de un bien de consumo más, con la peculiaridad de que no sólo debe ofrecerse a quienes carecen de<br />

él, es decir a las personas enfermas, sino a todas las personas, sanas y enfermas. Esto produce un cambio notable en la<br />

forma en que se realiza desde entonces, la prestación sanitaria, constituyendo lo que Murillo Capitán denomina “medicalización<br />

de la vida”, la cual conlleva a que en situaciones geográficas y socioculturales adecuadas, el ser humano nace y<br />

muere, siempre bajo algún grado de asistencia médica. Para ello se requiere, naturalmente, contar con acceso al sistema<br />

de salud de ese lugar particular.<br />

Este giro de la forma en que se intenta brindar asistencia médica tiene<br />

enormes ventajas frente al anterior histórico: fundamentalmente cumple<br />

con los imperativos de la profilaxis, ya sea primaria o secundaria y permite<br />

un seguimiento longitudinal de cada individuo. Indudablemente, mejora la<br />

calidad de vida, en este caso en salud, pues permite la anticipación y prevención<br />

en muchas situaciones y cuando la enfermedad ya está presente, una<br />

acción rápida habitualmente más eficaz (León, Cuidados al Final de la Vida.<br />

Bioética y Enfermería, 2010).<br />

Hoy existen numerosas definiciones de Calidad de vida: todas ellas tienen en<br />

común de que se trata de una percepción subjetiva, personal e intransferible.<br />

La O M S la define como…”la percepción personal de un individuo de su<br />

situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive y<br />

en relación con sus objetivos, valores e intereses”.<br />

Calidad de vida en salud puede definirse como la satisfacción de un individuo en aspectos que abarcan salud, en el contexto<br />

que marca la OMS: no sólo la ausencia de enfermedad sino el bienestar en otras áreas: físico, mental, emocional,<br />

social y espiritual.<br />

232


Bioética para enfermería<br />

Se define también como la percepción subjetiva, influenciada por el estado de salud actual, de la capacidad para realizar<br />

aquellas actividades importantes para el individuo. La esencia de este concepto está en reconocer que la percepción de<br />

las personas sobre su estado de bienestar físico, psíquico, social y espiritual depende en gran parte de sus propios valores<br />

y creencias, su contexto cultural e historia personal.<br />

Calman, refiriéndola al enfermo, la define como…”la distancia entre las expectativas del paciente y su familia y la real situación<br />

de la enfermedad de dicho enfermo”.<br />

Una vez establecidos estos conceptos y considerando que el sistema sanitario actual adolece de notables defectos para<br />

cumplir con la compleja asistencia de los enfermos terminales, se plantea la implementación de un sistema más racional,<br />

que abarque todas las necesidades del binomio paciente/familia, que permita una actuación cómoda del equipo de salud<br />

frente a situaciones de alta complejidad y muy dinámicas que devienen en los enfermos terminales.<br />

Tanto la medicina paliativa y los cuidados paliativos representan el sistema que cumple con los requisitos anteriormente<br />

mencionados. En medicina paliativa se conforma un equipo capaz de responder a las múltiples exigencias de estos pacientes,<br />

sustituyendo la tecnología de alta complejidad por una altísima capacitación de los miembros del equipo que<br />

deben mantener una rigurosa disciplina y un continuo entrenamiento, una información académica permanente y un desarrollo<br />

de investigación clínica acorde a todas las ramas de la medicina.<br />

Dignidad humana<br />

Por su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie humana, por su particular potencial genético -<br />

que la enfermedad sólo es capaz de esconder pero que resurgirá de nuevo si el individuo recibe la terapéutica oportuna -,<br />

todo ser humano es en sí mismo digno y merecedor de respeto. En la filosofía moderna y en la ética actual se propaga<br />

una subjetivación de los valores y del bien.<br />

233


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

Desde David Hume, existe una corriente de pensamiento que se expresa en la idea de que no es posible derivar ningún<br />

tipo de deber a partir del ser de las cosas. El paso siguiente nos lleva a concluir que por valores entendemos nuestras impresiones,<br />

reacciones y juicios, con lo cual convertimos el deber en un fruto de nuestra voluntad o de nuestras decisiones.<br />

En el positivismo jurídico tipo Kelsen el derecho es el resultado de la voluntad de las autoridades del estado, que son las<br />

que determinan aquello que es legalmente correcto - y legítimo - y lo que no lo es. En ética, el positivismo y el empirismo<br />

afirman que bueno y malo son decisiones meramente irracionales o puro objeto de impresiones o reacciones, o sea, del<br />

campo emocional. Tanto en el positivismo como en el empirismo existe aún,<br />

es verdad, la idea de valores, pero sólo como una idea subjetiva o como objeto<br />

de consenso. El acuerdo por ejemplo de un grupo o de un pueblo crea<br />

los valores. En realidad esto conduce a un relativismo total. Así por ejemplo,<br />

el grupo podría acordar que los judíos no son seres humanos o que no poseen<br />

dignidad, y que por tanto se los puede asesinar sin miedo a castigo alguno.<br />

Para esta teoría no existe ningún fundamento que se base en la naturaleza<br />

de las cosas y cualquier punto de vista puede además variar de una a<br />

otra época. No existe ninguna barrera segura de valores frente a la arbitrariedad<br />

del estado y el ejercicio de la violencia (León, Cuidados al Final de la<br />

Vida. Bioética y Enfermería, 2010).<br />

Sin embargo, el propio conocimiento y la apertura natural a los demás nos permite reconocer en ellos y en nosotros el<br />

poder de la inteligencia y la grandeza de la libertad. Con su inteligencia, el hombre es capaz de trascenderse y de trascender<br />

el mundo en que vive y del que forma parte, es capaz de contemplarse a sí mismo y de contemplar el mundo como<br />

objetos. Por otro lado, el corazón humano posee deseos insaciables de amor y de felicidad que le llevan a volcarse - con<br />

mayor o menor acierto- en personas y empresas. Todo ello es algo innato que forma parte de su mismo ser y siempre le<br />

acompaña, aunque a veces se halle escondido por la enfermedad o la inconsciencia (Pelé, 2003).<br />

234


235<br />

Bioética para enfermería<br />

En resumen: a la vez que forma parte del mundo, el hombre lo trasciende y muestra una singular capacidad - por su inteligencia<br />

y por su libertad - de dominarlo. Y se siente impulsado a la acción con esta finalidad. Podemos aceptar por tanto<br />

que el valor del ser humano es de un orden superior con respecto al de los demás seres del cosmos. Y a ese valor lo denominamos<br />

“dignidad humana”.<br />

La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo podemos descubrir en nosotros<br />

o podemos verlo en los demás. Pero ni podemos otorgarlo ni está en nuestra mano retirárselo a alguien. Es algo que nos<br />

viene dado. Es anterior a nuestra voluntad y reclama de nosotros una actitud proporcionada, adecuada: reconocerlo y<br />

aceptarlo como un valor supremo (actitud de respeto) o bien ignorarlo o rechazarlo. (Hernández M. e., 2011)<br />

Este valor singular que es la dignidad humana se nos presenta como una llamada al respeto incondicionado y absoluto.<br />

Un respeto que, como se ha dicho, debe extenderse a todos los que lo poseen: a todos los seres humanos. Por eso mismo,<br />

aún en el caso de que toda la sociedad decidiera por consenso dejar de respetar la dignidad humana, ésta seguiría<br />

siendo una realidad presente en cada ciudadano. Aun cuando algunos fueran relegados a un trato indigno, perseguidos,<br />

encerrados en campos de concentración o eliminados, este desprecio no cambiaría en nada su valor inconmensurable en<br />

tanto que seres humanos. Por su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie humana, por su particular<br />

potencial genético, todo ser humano en sí mismo es digno y merecedor de respeto.<br />

Principios derivados de la dignidad humana<br />

La primera actitud que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser humano es la de respeto y rechazo de toda<br />

manipulación: frente a él no podemos comportarnos como nos conducimos ante un objeto, como si se tratara de una<br />

“cosa”, como un medio para lograr nuestros fines personales.<br />

Principio de respeto: en toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, trata siempre a cada uno - a ti mismo y a<br />

los demás- con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como persona. Todo ser humano tiene dignidad y<br />

valor inherentes, sólo por su condición básica de ser humano. El valor de los seres humanos difiere del que poseen los


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

objetos que usamos. Las cosas tienen un valor de intercambio. Son reemplazables. Los seres humanos, en cambio, tienen<br />

valor ilimitado puesto que, como sujetos dotados de identidad y capaces de elegir, son únicos e irreemplazables.<br />

El respeto al que se refiere este principio no es la misma cosa que significa cuando uno dice, ciertamente yo respeto a<br />

esta persona o tienes que hacerte merecedor de mi respeto. Estas son formas especiales de respeto, similares a la admiración.<br />

El principio de respeto supone un respeto general que se debe a todas las personas. Dado que los seres humanos<br />

son libres, en el sentido de que son capaces de efectuar elecciones, deben ser tratados como fines, y no únicamente como<br />

meros medios. En otras palabras: los hombres no deben ser utilizados y tratados como objetos. Las cosas pueden manipularse<br />

y usarse, pero la capacidad de elegir propia de un ser humano debe ser respetada.<br />

Un criterio fácil que puede usarse para determinar si uno está tratando a alguien con respeto consiste en considerar si la<br />

acción que va a realizar es reversible. Es decir: ¿querrías que alguien te hiciera a ti la misma cosa que tú vas a hacer a<br />

otro? Esta es la idea fundamental contenida en la Regla de Oro: «trata a los otros tal como querrías que ellos te trataran<br />

a ti». Pero no es ésta una idea exclusiva de los cristianos. Más de un siglo antes del nacimiento de Cristo, un pagano pidió<br />

al Rabí Hillel que explicara la ley de Moisés entera mientras se sostenía sobre un solo pie. Hillel resumió todo el cuerpo de<br />

la ley judía levantando un pie y diciendo: «No hagas a los demás lo que odiarías que ellos hicieran contigo». (León,<br />

Cuidados al Final de la Vida. Bioética y Enfermería, 2010)<br />

Otros principios aplicables: el respeto es un concepto rico en contenido. Contiene la esencia de lo que se refiere a la vida<br />

moral. Sin embargo, la idea es tan amplia que en ocasiones es difícil saber cómo puede aplicarse a un caso particular. Por<br />

eso, resulta de ayuda derivar del principio de respeto otros principios menos básicos.<br />

Vale la pena hacer notar que, en ética aplicada, cuanto más concreto es el caso, más puntos muestra en los que puede<br />

originarse controversia. En esta área, la mayor dificultad reside en aplicar un principio abstracto a las particularidades de<br />

un caso dado. En consecuencia, convendrá disponer de formulaciones más específicas del principio general de respeto.<br />

Entre estos principios están los de no malevolencia y de benevolencia, y el principio de doble efecto.<br />

236


Bioética para enfermería<br />

Principios de no-malevolencia y de benevolencia: en todas y en cada una de las acciones que realizamos, se evitará<br />

dañar a los otros y procurará siempre el bienestar de los demás.<br />

Principio de doble efecto: se busca primero el efecto beneficioso. Se asume que tanto en la actuación como en la intención,<br />

se trata a la gente con respeto, garantizando que no son previsibles efectos secundarios malos desproporcionados<br />

respecto al bien que se sigue del efecto principal. El principio de respeto no se aplica sólo a los otros, sino también<br />

a uno mismo. Así, para un profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo significa obrar con integridad.<br />

Principio de integridad: el profesional debe comportarse en todo momento con la honestidad que caracteriza a la<br />

profesión, tomando decisiones con el respeto hacia uno mismo, a fin de vivir con plenitud la profesión. Ser profesional<br />

no es únicamente ejercer una profesión sino que implica realizarlo con profesionalidad, es decir: con conocimiento<br />

profundo del arte, con absoluta lealtad a las normas deontológicas y buscando el servicio a las personas y a la sociedad<br />

por encima de los intereses egoístas.<br />

Principio de justicia: tratar a los otros tal como les corresponde como seres humanos; el profesional debe ser justo,<br />

tratando a todos de forma igual. Es decir: tratando a cada uno de forma similar en circunstancias similares. La idea<br />

principal del principio de justicia es la de tratar a la gente de forma apropiada. Esto puede expresarse de diversas maneras<br />

ya que la justicia tiene diversos aspectos. Estos aspectos incluyen la justicia substantiva, distributiva, conmutativa,<br />

procesal y retributiva.<br />

Principio de utilidad: si la actuación profesional se enmarca en el respeto, debe elegirse siempre aquella actuación<br />

que produzca el mayor beneficio para el mayor número de personas. El principio de utilidad pone énfasis en las consecuencias<br />

de la acción. Sin embargo, supone que has actuado con respeto a las personas. Si tienes que elegir entre<br />

dos acciones moralmente permisibles, elige aquella que tiene mejor resultado para más gente.<br />

237


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

El acto de morir como un acto humano<br />

De acuerdo con la tradición cristiana, el derecho a morir con serenidad y dignidad se considera parte constitutiva del derecho<br />

a la vida”, y al mismo tiempo rechazan la eutanasia y al suicidio asistido, ya que para ellos la muerte hay que vivirla<br />

humana y cristianamente, no hay que considerarla como un acto pasivo, sino más bien hay que participar de ella.<br />

Reflexionar sobre el significado cristiano de la “buena muerte” pone en evidencia que, para comprender lo que una persona<br />

considera morir bien, necesariamente se deben tomar en cuenta sus valores culturales y religiosos. Como ha dicho,<br />

entre otros Laín Entralgo, la muerte no es primariamente un evento médico o científico, sino un evento personal, cultural<br />

y religioso.<br />

Este hecho justifica la idea de que a todo paciente terminal, sin importar su religión o cultura, debe comprender las exigencias<br />

del morir con dignidad, como propone y las resume Blanco, así se indica:<br />

1. Atención al moribundo con todos los medios que posee actualmente la ciencia médica: para aliviar su dolor y prolongar<br />

su vida; pero al mismo tiempo, el respeto por la dignidad del que muere exige proteger a la persona de “un<br />

tecnicismo que arriesga en convertirse en abusivo”. Es decir que no es éticamente exigible todo lo que es técnicamente<br />

posible, fenómeno que Hans Jonas denominó “imperativo tecnológico” y que guarda relación con la llamada “obstinación<br />

terapéutica” o “ensañamiento terapéutico” en donde se pretende realizar procedimientos que retarden o<br />

aplacen la muerte. Estas dos situaciones, junto con la eutanasia y el suicidio asistido, podrían llevar al enfermo a un<br />

morir no correcto, a un peligro moral, ya que se optaría por una opción incorrecta (Gracia, Futilidad. un concepto en<br />

evaluación en Etica de los Confines de la Vida , 2002).<br />

2. No privar al moribundo del morir en cuanto “acción personal: morir es la suprema acción del hombre.<br />

3. Liberar a la muerte del “ocultamiento” a que es sometida en la sociedad actual: la muerte es encerrada actualmente<br />

en la clandestinidad.<br />

238


Bioética para enfermería<br />

4. Organizar un servicio hospitalario adecuado a fin de que la muerte sea un acontecimiento asumido conscientemente<br />

por el hombre y vivido en clave comunitaria: desde esta perspectiva, podríamos decir que la muerte hay que vivirla<br />

en comunidad, en familia, y aunque la fe sea diferente en cada persona, el objetivo no cambia, siempre se buscara<br />

una “muerte digna”.<br />

5. Favorecer la vivencia del misterio humano-religioso de la muerte: la asistencia religiosa cobra en tales circunstancias<br />

un relieve especial”.<br />

Rol de enfermería en cuidados paliativos<br />

La Organización Mundial de la Salud determina que los cuidados paliativos<br />

“consisten en la atención activa e integral de las personas que padecen una<br />

enfermedad que no responde a tratamiento curativo, los objetivos básicos<br />

son el control del dolor y otros síntomas, el apoyo psicosocial y emocional al<br />

enfermo y su familia, tratando de lograr un mayor bienestar y mejorar su calidad<br />

de vida”.<br />

Los cuidados paliativos incorporan una concepción multiprofesional e interdisciplinaria<br />

en el cuidado de las personas con diagnóstico de enfermedad<br />

avanzada, progresiva, incurable y en etapa terminal. A partir del trabajo de los diferentes profesionales de la salud actuando<br />

en equipo, se podrá brindar los cuidados atendiendo a las necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales<br />

de la persona muriente y su familia (Blanco, 1999).<br />

Enfermería ocupa, dentro del equipo de salud, un lugar de privilegio, ya que es quien permanece la mayor cantidad de<br />

tiempo junto al paciente, esto le permite ejercer plenamente el rol de “cuidador”. La tarea de cuidar tiene dos objetivos<br />

claramente definidos: ayudar a las personas a afrontar los problemas que les impiden satisfacer sus necesidades básicas<br />

239


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

con el fin de que puedan llevar una vida plena, y ayudar a obtener el mayor grado de bienestar posible dentro del contexto<br />

de la enfermedad; ambos objetivos identifican claramente la función básica de enfermería.<br />

La enfermería en cuidados paliativos desarrolla sus actividades en el contexto enmarcado por el cuidado de los pacientes<br />

y familias en los cuales la enfermedad progresa inexorablemente hacia la muerte. Junto con el resto del equipo debe esforzarse<br />

en aliviar los problemas, facilitar los procesos de adaptación a la situación de terminalidad, contribuir a la comunicación<br />

paciente-familia-equipo y colaborar con los diferentes recursos potencialmente implicados (León, Bioética y<br />

Enfermería, 2011).<br />

Poder lograr estos objetivos no solo depende de una amplia formación general, sino también de una formación específica<br />

en Cuidados Paliativos, ya que la problemática con que deberá enfrentarse tiene características propias e implica el aceptar<br />

que no todos los pacientes se van a curar y gran parte de ellos morirán a muy corto plazo, esto implica cambiar la actitud<br />

curativa hacia una actitud paliativa. Al igual que para los otros miembros del equipo, la madurez profesional y personal,<br />

la habilidad en detectar y atender los detalles, junto con la capacidad de obtener una visión global de la situación, son<br />

aspectos relevantes de Enfermería en Cuidados Paliativos (González, 2007).<br />

Es importante que la enfermera ayude al paciente y a sus familiares a mantener la dignidad y la ecuanimidad, algunos<br />

pacientes que saben que tienen una enfermedad incurable manifiestan que temen al dolor o la desfiguración o cualquier<br />

otro aspecto específico de la enfermedad, la enfermera no debe perder de vista esta importante preocupación de sus<br />

pacientes, hay que hacer todo lo posible por ayudarle a mantener el respeto de sí mismo, cubrirlo durante los tratamientos,<br />

estricta atención a la limpieza, permitirle que participe en planear su cuidado cuando pueda hacerlo (León, Cuidados<br />

al Final de la Vida. Bioética y Enfermería, 2010).<br />

Pero cuidar para enfermería en este ámbito va más allá de proporcionar asistencia directa a necesidades exclusivamente<br />

físicas. Se trata más bien de planificar los cuidados desde la continuidad, flexibilidad, accesibilidad. Es saber estar y acompañar<br />

en la vida diaria del enfermo y familia, enseñar a la familia a cuidar, dar soporte desde la escucha, ser sensible y<br />

240


Bioética para enfermería<br />

estar pendiente de los detalles que den confort y sentido a su tiempo. Los seres humanos tenemos una dimensión que<br />

nos diferencia del resto de los seres vivos, la dimensión espiritual. La dimensión espiritual es la que nos hace que vayamos<br />

más allá de nosotros mismos, es la capacidad de trascendencia, que tengamos esperanza, que pensemos en el futuro,<br />

que tengamos consciencia de nuestra propia finitud. Es el mundo de los valores más nobles, de las creencias religiosas.<br />

Si esta dimensión envuelve la vida del ser humano, en este periodo de enfermedad, su importancia es indiscutible, por<br />

ello debemos ser sensibles a la necesidad de hablar de estos aspectos con los enfermos o facilitarles a la persona o personas<br />

con la que ellos se sientan mejor para tratarlos.<br />

Por tanto cuando ya no queda otra cosa más que hacer sino esperar lo inevitable, mi posición es la de propender una<br />

“muerte digna” denominado por los especialistas en bioética como ortotanasia que se diferencia de la más polémica eutanasia,<br />

en que no se implica la aceleración deliberada de la muerte del paciente, sino en evitar que se fuercen procedimientos<br />

para mantenerlo con vida. Específicamente, ortotanasia se llama a la “defensa del derecho a morir dignamente”,<br />

sin el empleo de medios desproporcionados y extraordinarios para el mantenimiento de la vida. La ortotanasia consiste<br />

en dejar que la muerte llegue, en enfermedades incurables y terminales, tratándolas con los máximos tratamientos paliativos<br />

para evitar sufrimientos, recurriendo a medidas razonables.<br />

Conclusiones<br />

En mi experiencia profesional y humana he tenido variedad de situaciones compartiendo el dolor y sufrimiento del paciente<br />

en estado terminal y de sus familias al igual que en el ámbito familiar, lo que me ha permitido reconocer que:<br />

Las necesidades del paciente terminal no son de orden curativo y, por tanto, no requieren más o nuevos medicamentos,<br />

tampoco que se le someta al encarnizamiento tecnológico en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), demanda<br />

comprensión, amor, tranquilidad y respeto a su dignidad. Reflexión, madurez y honestidad para decidir un tratamiento<br />

que proporcione al enfermo menor sufrimiento y mayor confort, control del dolor, de la angustia y la depresión con<br />

oportunos y eficaces cuidados paliativos.<br />

241


Capítulo 16. Cuidados paliativos, calidad de vida<br />

Las posibilidades que tenemos de ayudar a otros a asumir y manejar las variaciones para cambiar y hacer la vida mejor<br />

y ser mejores seres humanos está presente como contingencia que cada uno de nosotros podemos dar si así lo queremos,<br />

de ahí que cada vez que atiendo una persona en estas condiciones reflexiono que se debe entender sus últimos<br />

deseos como el de morir en su casa pues lo más usual es irrespetar su dignidad sin concederle el derecho a culminar<br />

su existencia en el escenario donde transcurrió su vida, en medio de todo lo grato e íntimo para él, donde no se<br />

sienta extraño ni abandonado. De ahí que “SER” con el enfermo es más importante que “hacer” por el enfermo<br />

(Gracia, Futilidad. Un concepto en evaluación en Etica de los Confines de la Vida, 2002).<br />

Cuando el hombre comienza a recorrer el camino de la espiritualidad se hace consciente de la vitalidad y de la energía<br />

que corren a su alrededor y está más dispuesto a celebrar la rutina diaria y necesaria de las cosas, ve más allá de sí<br />

mismo y de sus problemas haciéndose sensible a cosas que nunca antes había percibido.<br />

El cuidado humano, como un ideal moral, trasciende la acción individual de enfermería produciendo actos colectivos<br />

de la profesión que tienen consecuencias importantes para la civilización humana. Situaciones difíciles e interrogantes<br />

son los que diariamente enfrentamos alrededor del mundo, porque somos nosotros quienes estamos en estrecha relación<br />

con el paciente, su familia y quienes finalmente conocemos cada caso de manera personal y más íntima. De ahí<br />

que como señala Osler a enfermería le corresponde “curar a veces, aliviar con frecuencia pero consolar siempre”.<br />

El sostén de la vida es obligado mientras exista la mínima esperanza, pero cuando un paciente se encuentra en la fase<br />

terminal hay que admitir que las intervenciones médicas son limitadas y se debe aceptar que nada puede hacerse para<br />

curar al enfermo. En tal caso, el enfoque, debe encaminarse para ayudar al paciente a bien morir, sin intervenciones<br />

fútiles, aliviando el sufrimiento, pero sin la intención de provocar la muerte., en otras palabras ayudar al paciente<br />

a que su cuerpo muera sin dolor y el alma sin perturbación (Drane, 1999).<br />

Afrontar la pérdida de éstos pacientes es aceptar que también nosotros tendremos un final. Que la vida es efímera, si,<br />

pero vale la pena vivirla plenamente, incluso cuando estamos en la etapa final de ella.<br />

242


Bioética para enfermería<br />

Capítulo 17<br />

Conceptos de<br />

bioética ambiental<br />

Definición<br />

Es el estudio sistemático e interdisciplinar de las acciones del hombre<br />

sobre la vida humana, vegetal y animal, considerando sus implicaciones<br />

antropológicas y éticas, con la finalidad de ver racionalmente<br />

aquello que es bueno para el hombre, las futuras generaciones<br />

y el ecosistema, para encontrar una posible solución o<br />

elaborar una normativa adecuada al respecto. Se basa en los principios<br />

generales: autonomía, no maleficencia, beneficencia, justicia,<br />

solidaridad, respeto, tolerancia activa, honestidad, compasión,<br />

cuidado, responsabilidad.<br />

Principios fundamentales<br />

• Principio de respeto por la vida.<br />

• Principio de solidaridad.<br />

• Principio de responsabilidad.<br />

Medio ambiente<br />

El medio ambiente es un sistema complejo y dinámico de interrelaciones ecológicas, socioeconómicas y culturales, que<br />

evoluciona a través del proceso histórico de la sociedad, abarca la naturaleza, la sociedad, el patrimonio histórico-cultural,<br />

243


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

lo creado por la humanidad, la propia humanidad; como elementos de gran importancia destacan las relaciones sociales y<br />

la cultura. El ser humano es, en teoría, sólo una especie más. Sin embargo, su gran capacidad para explotar los recursos<br />

naturales y su dominio sobre la energía lo convierten en una especie diferente a las otras.<br />

Del medio ambiente proceden todos los recursos que utilizamos para vivir: aire, agua, alimentos, energía, etc. Sin embargo,<br />

también nuestros residuos y las consecuencias de nuestro desarrollo acaban en él.<br />

Consumo y medio ambiente<br />

La realidad social actual muestra la presencia de tres alternativas existentes en el desarrollo de los problemas ambientales;<br />

de acuerdo con esto, el planeta conoce tres modelos de desarrollo diferentes en la correlación de los elementos estructurales,<br />

que condicionan las relaciones más inmediatas con la naturaleza y están en conflicto desde hace varias décadas:<br />

Países desarrollados: efectos indirectos del desarrollo económico y la industrialización. Elevados niveles de consumo.<br />

Países subdesarrollados: necesidad de explotar los recursos naturales para sobrevivir. Insuficiente desarrollo tecnológico<br />

para la explotación y escaso desarrollo para el consumo.<br />

Modelo alternativo: desarrollo tecnológico y científico en la extracción de los recursos naturales. Regulación del consumo.<br />

Satisfacción básica para todos.<br />

Al efecto que una determinada acción humana produce en el medio ambiente se le denomina impacto ambiental. Uno<br />

de los efectos más graves de nuestra relación con la naturaleza es la contaminación. La actividad humana sobre el medio<br />

ambiente se traduce en el aumento del volumen de residuos día a día generados, extinción de especies, la amenaza más<br />

grave a la diversidad biológica es la degradación y la pérdida directa de los bosques y otros ecosistemas.<br />

Ecoética<br />

La ecoética, también conocida como ética ambiental, es una propuesta moral basada en la sensibilización ecológica del<br />

individuo, la cual trata de aplicar principios morales a la acción del hombre respecto la naturaleza. En esta disciplina se<br />

244


245<br />

Bioética para enfermería<br />

estudian los principios y las normas, los valores y los fines, las interacciones y las decisiones que permiten tener una relación<br />

adecuada, armónica y ordenada entre la persona y la naturaleza.<br />

La ecología enseña que el hombre no es el centro de la vida de este planeta.<br />

Todas las especies cumplen su función en el gran esquema vital cada una de<br />

ellas desempeña un papel importante, por muy difícil de descubrir que nos<br />

resulten a algunos. La ecología instruye que toda la Tierra forma parte de<br />

nuestro "cuerpo" y que debemos aprender a respetarla como tal. De la misma<br />

forma en que nos amamos a nosotros mismos debemos amar a todas las<br />

formas de vida del planeta.<br />

Establece que todas las materias primas son limitadas (alimentos, agua, aire,<br />

minerales, energías) y que existen límites en el crecimiento de todos los sistemas<br />

vivos. Estos límites se hallan determinados por el tamaño de la tierra y<br />

por la limitada cantidad de energías que nos llegan del sol”.<br />

Es así que la ecología ha aportado muchas ideas que se agrupan en cinco "leyes ecológicas" básicas, que se cumplen para<br />

todas las formas de vida, dichas leyes pueden enunciarse así según Antonio Limón López:<br />

1. La preservación del planeta Tierra, y la vida que habita en él, son la mayor responsabilidad de la especie humana.<br />

2. El planeta Tierra es un sistema ecológico de conservación, capaz de reutilizar y reciclar a sus propios recursos naturales,<br />

no genera por sí mismo substancias que no puedan ser reutilizada o recicladas de manera natural. Este sistema<br />

debe preservarse y no debe modificarse de manera alguna.<br />

3. Deben conservarse por el ser humano sin deterioro o contaminación alguna y en las condiciones en que los recibió,<br />

los siguientes Recursos naturales fundamentales: Las aguas dulces o salobres del planeta, su ciclo natural dentro de la<br />

biosfera, las corrientes marítimas, sus océanos y grandes mares interiores; El aire o atmosfera gaseosa del planeta, así<br />

como sus corrientes; El magnetismo y el espectro eléctrico del planeta; El clima; La superficie terrestre, sus continen-


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

tes, islas, los bosques, manglares y los demás ecosistemas; Las especies naturales vivientes y el entorno del planeta<br />

Tierra, la Luna y todo el Sistema Solar Planetario.<br />

4. Todos los bienes que produzca la humanidad, deben ser reutilizados o reciclados hasta que sean capaces de incorporarse<br />

a los procesos de esa naturaleza propios del planeta, así también las obras humanas deben ejecutarse sin que<br />

impliquen ningún peligro para los Recursos naturales fundamentales.<br />

5. Es responsabilidad de la humanidad en general y de las sociedades e individuos en lo particular, que los bienes producidos<br />

artificialmente para cualquier fin, sean manejados, almacenados, conservados, distribuidos, reutilizados, reciclados<br />

o alojados sin que ocasionen ningún daño irreparable a los Recursos naturales fundamentales. Por lo que se<br />

tomarán siempre las medidas adecuadas para que se garantice la protección o saneamiento de dichos recursos.<br />

Respeto por el medio ambiente<br />

Implica abordar la conservación y respeto de la biodiversidad, identificación y protección de los componentes del ecosistema<br />

y conservación de los recursos. Responsabilidad hacia la generación y utilización de sustancias químicas, reducción<br />

de las emisiones al medio y gestión sostenible de los residuos originados. Desarrollo de una actitud responsable y crítica<br />

frente al consumo. El ecologismo es algo más que una moda reciente. Para las personas más sensibles se ha convertido en<br />

una tarea. Para los educadores esta sensibilidad no puede estar ausente de sus proyectos y realizaciones.<br />

Crisis ecológica<br />

En muchos países el problema ecológico se ha convertido en la cuestión ética primaria. Esta sensibilidad se debe a las<br />

graves consecuencias ocasionadas por el desarrollo industrial al medio ambiente. La aplicación indiscriminada de los adelantos<br />

científicos y tecnológicos constituye el primer elemento para la reflexión. Por una parte, es evidente que muchos<br />

de estos adelantos y descubrimientos han producido grandes beneficios a la humanidad. Pero, por otra parte, se están<br />

constatando también gravísimos efectos negativos. El crecimiento industrial, las grandes concentraciones urbanas, el consumo<br />

energético, están generando la disminución de la capa de ozono. Residuos industriales, gases, deforestación incontrolada,<br />

destrucción de especies animales y vegetales, uso de herbicidas, refrigerantes y propulsores deterioran inevitablemente<br />

la atmósfera y el medio ambiente (Bilbeny, 2011).<br />

246


Bioética para enfermería<br />

Por otra parte, los intereses económicos prevalecen sobre la dignidad y el bien de la persona. En nombre del progreso se<br />

manipula y altera gravemente la naturaleza y se provoca, en realidad, un progreso que es desequilibrio, contaminación y<br />

destrucción. En el fondo, los desequilibrios ecológicos conculcan el respeto y la calidad de vida humana, y expresan la<br />

avidez y egoísmo de los hombres; la crisis ecológica es el signo de uno de los grandes problemas morales actuales. Pero su<br />

dimensión ética no termina aquí. Implica también una llamada a la responsabilidad, a la formación de una conciencia<br />

ecológica.<br />

Educar la conciencia ecológica<br />

La dimensión ética de la ecología postula la promoción de una conciencia ecológica. Educativamente es preciso favorecerla<br />

para que su desarrollo y crecimiento llegue a programas e iniciativas<br />

concretos. Hoy son muchos los movimientos y asociaciones que levantan<br />

la bandera del ecologismo. Es cierto que, con frecuencia, van unidos<br />

a ambigüedades y contradicciones vitales, a corrientes ideológicas o a<br />

partidos políticos. Todo esto habla de la necesidad de un discernimiento<br />

crítico, pero no de repulsa o rechazo. Porque el ecologismo constituye<br />

una alarma radical, un movimiento social, una llamada de atención sobre<br />

el futuro del hombre contra el insensato suicidio colectivo. Suscitar<br />

y educar esta conciencia ecológica es la orientación de fondo que mueve<br />

la propuesta de las pautas éticas y educativas que presentamos.<br />

El hombre en la naturaleza<br />

El hombre está íntimamente unido a la naturaleza. Está inmerso en ella.<br />

Es solidario con su historia y su destino. El hombre está orientado hacia la naturaleza y está llamado a transformarla. Y<br />

transformándola es como él mismo se transforma, crece y progresa.<br />

247


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

Todo esto implica perspectivas educativas importantes. La naturaleza tiene que ser conocida para que pueda ser dominada<br />

y para que pueda estar al servicio del desarrollo y del progreso humano. Toda pedagogía del medio ambiente comienza<br />

por resaltar la importancia del conocimiento. Se trata de adquirir una comprensión profunda del medio ambiente global,<br />

de los problemas que le atañen, del papel que desempeña la responsabilidad humana. El conocimiento pasa por el<br />

funcionamiento del medio ambiente, por ser conscientes de los atentados que sufre, por la observación de la naturaleza,<br />

por la adquisición de toda una serie de conceptos básicos. (Bilbeny, 2011)<br />

Efectivamente, si el animal es capaz de utilizar la naturaleza y beneficiarse de lo que ella produce, sólo el hombre es capaz<br />

de orientarla, dirigirla y transformarla. Producir, fabricar, transformar es la actividad típica del hombre, pero no a cualquier<br />

precio.<br />

Y esta tarea transformadora de la naturaleza el hombre la realiza mediante su trabajo. La creatividad y actividad transformadora<br />

de la realidad es obra del trabajo del hombre. En esta línea encuentra el educador las motivaciones para destacar<br />

el carácter positivo y creador del trabajo humano.<br />

Ecología, progreso y calidad de vida<br />

La responsabilidad ecológica plantea nuevos problemas morales y educativos. Porque es una realidad que la acción transformadora<br />

del hombre sobre la naturaleza se realiza muchas veces desde actitudes utilitaristas y depredadoras que no<br />

reparan en medios ni en modos. Y resulta entonces que la acción del hombre amenaza a la naturaleza y al mismo hombre.<br />

En esta amenaza concurren múltiples factores: destrucción, maltrato, deterioro, abuso. Ya indicábamos que es importante<br />

ayudar a reflexionar sobre los atentados que sufren la naturaleza y el propio entorno.<br />

En último término, aunque parezca contradictorio, la destrucción de la naturaleza se debe a la dirección y sentido que el<br />

hombre da a su desarrollo y progreso. El problema de la destrucción de la naturaleza es el problema de la destrucción del<br />

248


Bioética para enfermería<br />

ambiente, del aniquilamiento de las materias primas, de la explosión demográfica, de la contaminación, de la urbanización,<br />

de la industrialización. Pero es, sobre todo, el problema del sentido del progreso humano, de la tecnología y de la<br />

calidad de vida (Caldanil, 2006). Es importante la reflexión sobre las actitudes que alientan la vida humana y que orientan<br />

la dirección del progreso y la calidad de la vida. En definitiva, la acción del hombre sobre la naturaleza no se puede entender<br />

como justificación de estragos, deterioros y atentados que contra ella ha realizado la humanidad. La opción contra la<br />

destrucción del medio ambiente es, en último término, la opción por el hombre, por una vida más humana, por una mayor<br />

calidad de vida. Y la realización de esta opción constituye uno de los imperativos éticos más importantes.<br />

Porque no importa sólo la posibilidad de una vida en la que estén cubiertas las necesidades básicas, sino una vida de calidad<br />

para todos. Y esto implica: mejora del trabajo y de las condiciones laborales, del tiempo libre, humanización de la<br />

vida urbana, protección de la naturaleza, adopción de unas condiciones de vida que respondan realmente a la dignidad<br />

del hombre, de todos los hombres.<br />

Cuando se habla de calidad de vida, en el fondo se trata de una manera de vivir. En este sentido, entendemos que hay<br />

que llegar al reconocimiento y a la convicción de que no nos podemos permitir el lujo de vivir por encima de nuestras<br />

posibilidades. El sistema educativo tiene que enseñar y propagar el principio fundamental que tiene que regir las actividades<br />

humanas: hay que fomentar las mejoras compatibles con el uso racional de los recursos y, a la luz de este criterio,<br />

hay que revisar también el estilo de vida.<br />

De hecho existen grupos humanos de sociedades prósperas en los que el deseo de una vida sencilla en la que simplemente<br />

quedan cubiertas las necesidades básicas de la familia o la comunidad, sin romper el equilibrio necesario, orienta realmente<br />

toda la vida. Es un nuevo estilo de vida en el que la prosperidad no se cuantifica por el aumento del nivel del tener<br />

y del consumo, sino por la sencillez, el servicio, el compartir. La calidad se cifra en un tiempo y un espacio humanos más<br />

espontáneos, libres y fraternales. (Bilbeny, 2011)<br />

249


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

Desde esta actitud básica, ya no se busca el consumismo que multiplica la posesión de objetos, que se desestiman y desprecian<br />

rápidamente y que han de ser sustituidos, multiplicando el despilfarro de materias primas y de energía. Se busca y<br />

se valora más el ser que el tener. Y esto no significa ir a una nueva miseria o bajar de un nivel de vida que permita el desarrollo<br />

humano.<br />

La calidad de vida pasa de la apetencia de posesión de infinitos objetos al deseo de ser plenamente en las dimensiones<br />

profundamente realizadoras de la persona: la educación de la conciencia crítica, la sensibilidad estética y la afectividad<br />

madura, que es capaz de darse, de compartir gozo y dolor y de comprometerse activa y solidariamente.<br />

Este estilo de calidad de vida exige alternativas económicas, tecnológicas y energéticas. Y exige, sobre todo, un nuevo<br />

talante moral.<br />

La alternativa ecologista<br />

Los ecologistas no pretenden elaborar una teoría nueva global y perfecta<br />

según la cual deba entenderse una sociedad alternativa. Piensan<br />

que la hora de las grandes teorías hace tiempo que pasó. Que los<br />

proyectos de vida y de sociedad atada y perfecta en los que todo está<br />

previsto y explicado racionalmente son aterradores porque, independientemente<br />

del resultado que hayan alcanzado en experiencias<br />

pasadas no contemplan, sino más bien anulan, la base de la creatividad<br />

y de la imaginación como motor del desarrollo social. Anulan la<br />

diversidad, la diferenciación, el derecho a ser diferente. Reivindican<br />

la heterogeneidad, base de la complejidad y, por tanto, de la supervivencia,<br />

de todo ecosistema (Caldanil, 2006).<br />

250


Bioética para enfermería<br />

Frente a la creciente y necesaria, para los sistemas desarrollistas, homogeneización de la sociedad y, por medio de ella, la<br />

anulación de las diferencias en función del "necesario" crecimiento cuantitativo, del cuanto más mejor, los ecologistas<br />

propugnan el "cuanto mejor, mejor".<br />

Reivindican la calidad frente a la cantidad. No quieren más energía, ni más coches ni más televisores y simplemente, y por<br />

simple quizás olvidado, vivir mejor. Es en este matiz cualitativo donde reside una de las claves del pensamiento ecologista.<br />

Mejor no significa más caro, ni más sofisticado, ni más "distinto", mejor significa que sea capaz de satisfacer verdaderamente<br />

unas necesidades individual y colectivamente determinadas, no inducidas o simplemente impuestas.<br />

Del nivel de vida a la calidad de vida<br />

Si por nivel de vida entendemos el grado de participación en el conjunto de bienes materiales, por calidad de vida queremos<br />

significar todos aquellos elementos, estados y situaciones de los individuos, que son determinados psicológicamente<br />

o, lo que es lo mismo, la satisfacción de las necesidades emocionales y sociales. Calidad de vida a la que sólo se tiene acceso<br />

una vez superado un mínimo de condiciones de vida que satisfagan colmadamente las necesidades primarias-es, por<br />

ejemplo, tener ciudades habitables, poder disfrutar de un paisaje, tener una vida de relación, gozar de tiempo libre, capacidad<br />

de actividades creativas, no encontrar un medio ambiente enrarecido, etc.<br />

En general, se puede decir que en las áreas de opulencia, el nivel de vida ha aumentado, pero la calidad de vida va en<br />

disminución. Queda claro que la alternativa, posible y necesaria, es aquella que consigue satisfacer las necesidades primarias<br />

y que, a partir de ahí, debe dar mayor prioridad a la calidad de vida, o adoptar la opción político-social y económica<br />

que impida que la calidad de vida se degrade.<br />

Uno de los grandes retos de nuestro inmediato futuro es el de conseguir el desarrollo, pero entendido no sólo en el aspecto<br />

material de ese modo sólo podremos hablar de crecimiento económico o modernización, pero no de auténtico desarrollo<br />

sino también teniendo en cuenta las necesidades emocionales y sociales. Una alternativa que mantenga y procu-<br />

251


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

re los medios para elevar la calidad de vida en todos sus aspectos. Todo lo cual será imposible sin actitudes de austeridad<br />

que desemboquen en una solidaridad universal.<br />

Principales problemas ambientales en el mundo<br />

Son aquellos problemas cuyos efectos no se limitan a un país o región, si no que se manifiestan extensa e intensamente<br />

por todo el planeta caracterizado por la contaminación y obstrucción en todo el mundo. Unas de las principales características<br />

más observadas a través, del tiempo en los cambios que ha sufrido el medio ambiente son:<br />

Destrucción de la Capa de Ozono<br />

Calentamiento de la Tierra<br />

Lluvia Ácida<br />

Destrucción de los Bosques y Selvas Tropicales<br />

Desertificación• Extinción de Especies Animales<br />

Disposición Final de los Desechos Tóxicos<br />

Contaminación de los Océanos<br />

Contaminación Atmosférica<br />

Principales causas a nivel global<br />

Las principales afectaciones al ambiente global, se expresan en el agotamiento de recursos naturales renovables y no renovables;<br />

en la distribución ecológica desigual del consumo de energía entre países y en la disminución de la capacidad<br />

del sistema ambiental planetario para asimilar los desechos producidos por la sociedad. Un importante problema ambiental<br />

mundial es el caso del desequilibrio en la atmósfera, causado por la producción antrópica de gases efecto invernadero,<br />

que empezó a inducir cambios en los patrones del clima global.<br />

Dióxido de carbono: uno de los impactos que al uso de combustibles fósiles ha producido sobre el medio ambiente terrestre<br />

ha sido el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO 2 ) en la atmósfera.<br />

252


Bioética para enfermería<br />

La cantidad de CO 2 atmosférico había permanecido estable, aparentemente durante siglos, pero desde 1750 se ha incrementado<br />

en un 30% aproximadamente. Lo significativo de este cambio es que puede provocar un aumento de la temperatura<br />

de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero.<br />

Perspectivas para el futuro<br />

Las perspectivas de futuro, en lo que al medio ambiente se refiere son poco claras. A pesar de los cambios económicos y<br />

políticos, el interés y la preocupación por el medio ambiente aún es importante. La calidad del aire ha mejorado, pero<br />

están pendientes de solución y requieren una acción coordinada los problemas de la lluvia ácida, los clorofluoro carbonos,<br />

la pérdida de ozono y la enorme contaminación atmosférica. Mientras no disminuya la lluvia ácida, la pérdida de vida continuará<br />

en los lagos y corrientes del norte, y puede verse afectado el crecimiento de los bosques.<br />

Contaminación del agua<br />

Este seguirá siendo un problema mientras el crecimiento demográfico continúe incrementando la presión sobre el medio<br />

ambiente. La infiltración de residuos tóxicos en los acuíferos subterráneos y la intrusión de agua salada en los acuíferos<br />

costeros de aguadulce no se han interrumpido.<br />

Conciencia ecológica<br />

A partir de la década de 1970 se generó una preocupación por el medio ambiente. El siglo XX ha sido uno de los más destructivos<br />

de la naturaleza, como el estilo de vida de la civilización industrial que está basado fundamentalmente en el uso<br />

masivo de energías no renovables y contaminantes. La sociedad occidental despilfarra, gasta innecesariamente y abusa<br />

de los recursos materiales energéticos. Sin embargo en esta década se ha generado también la mayor responsabilidad, es<br />

el nacimiento de la llamada ética ecológica o Ecoética.<br />

El concepto de Conciencia Ambiental, formado por las palabras: “conciencia” que proviene del latín consciencia, se define<br />

como el conocimiento que el ser humano tiene de sí mismo y de su entorno; y la palabra “ambiente o ambiental”, se re-<br />

253


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

fiere al entorno, o suma total de aquello que nos rodea, afecta y condiciona, especialmente las circunstancias en la vida<br />

de las personas o la sociedad en su conjunto<br />

El ambiente, comprende la suma de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar o momento determinado,<br />

que influyen en la humanidad, así como en las generaciones venideras.<br />

Es decir, no se trata sólo del espacio en el cual se desarrolla la vida,<br />

sino que también abarca seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones<br />

entre ellos, así como elementos intangibles como la cultura<br />

(Caldanil, 2006)<br />

La problemática actualmente el tratar de crear conciencia ecológica entre<br />

las personas cada vez es más difícil debido a que estamos muy influenciados<br />

por los diferentes medios de comunicación los cuales nos envuelven<br />

en el mundo de la mercadotecnia Difícilmente nos ponemos a pensar en<br />

el valor que le damos a los recursos naturales u la forma en la que hacemos uso de estos.<br />

“La especie más inteligente” El ser humano se autodenomina “la especie más inteligente”, ya que posee características<br />

como la capacidad de pensar, razonar, y ser consiente; No es tan difícil ni tan sacrificado llevar, o al menos intentar llevar<br />

una vida más sostenible. ¿Y qué podemos hacer los ciudadanos?<br />

Se puede hacer muchas cosas; y quizás la más importante de todas sea el ahorro, el de agua, el de energía (la energía más<br />

limpia es la que no se gasta), consumir menos para generar menos basura, castigar a los partidos que promueven políticas<br />

que perjudican nuestro medio ambiente, etc. y como no, cualquier idea que puedan aportar los ciudadanos. Aunque no<br />

nos lo creamos, el poder está en nosotros (Bilbeny, 2011). “Generar ideas verdes” para lograr la estabilidad de la industria<br />

en un futuro, tendremos que transitar hacia tecnologías más amigables que no deterioren los recursos naturales y a su<br />

254


Bioética para enfermería<br />

vez permitan generar estrategias para cambiar el comportamiento de consumidores “comunes” a consumidores “verdes”.<br />

Soluciones que se han propuesto<br />

Todos los habitantes de este planeta, estamos obligados a tomar medidas para detener el cambio climático y el aumento<br />

del efecto invernadero. Aunque las grandes decisiones, tomadas por los gobiernos de los países son fundamentales, hay<br />

varias formas de colaborar para la descontaminación, las mismas que están a nuestro alcance. Por ejemplo, fomentar el<br />

transporte en bicicleta o mediante caminatas en lugar de utilizar el auto, así colaboramos con la descontaminación del<br />

aire.<br />

Al plantar un árbol se combate a la deforestación y se favorece la conservación de fauna y flora diversa que existen con<br />

las plantas endémicas. Evitar la tala indiscriminada de árboles en los bosques, mediante controles estrictos y sanciones.<br />

En los hogares se debe crear conciencia en el uso de la energía eléctrica, por ejemplo: apagar las luces de los ambientes<br />

de la casa que no están siendo utilizados; apagar televisores y equipos de música que no se ocupen; no dejar correr el<br />

255


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

agua caliente, durante el aseo personal. La sociedad genera gran cantidad de residuos; la basura que se forma en las casas<br />

es uno de los grandes problemas, aumentado la cantidad de residuos sólidos urbanos, éstos perjudican gravemente el<br />

medio ambiente y la salud de las personas. Las formas más utilizadas para la eliminación de residuos, son el vertido controlado<br />

de residuos y la incineración.<br />

Retos de los comités de bioética ambientales<br />

Búsqueda de energías alternativas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Protección medioambiental<br />

en general: una energía alternativa es aquella que puede suplantar la producción de energía contaminante y no renovable,<br />

o al menos que reduzca el impacto. La energía, al ser un bien consumido en grandes cantidades, requiere de un programa<br />

muy fuerte para que se reduzca el consumo, que aunque sea una alternativa, no es necesariamente la más efectiva.<br />

Una fuente de energía alternativa tiene mejores resultados, ya que el primer método, similar al implementado en el tratado<br />

de Kioto, demuestra su inefectividad. En la actualidad se siguen buscando soluciones para resolver esta crisis inminente.<br />

Las energías renovables en las que se trabaja actualmente son: eólica, mareomotriz, hidráulica, geotérmica y solar. Sin<br />

embargo, se sigue buscando un método, más efectivo y menos costoso; no solo para la producción de energía eléctrica,<br />

256


Bioética para enfermería<br />

sino también para los automóviles y otros medios de transporte y/o calefacción. El medio ambiente necesita ser protegido<br />

de estas feroces fuerzas de combustión y consunción.<br />

Medidas para conservar las reservas de agua dulce y crear una conciencia social que<br />

evite el mal uso de las mismas<br />

El elemento esencial para la vida es el agua, la población en la actualidad busca maneras<br />

de tener un desarrollo sostenible, a pesar del hecho de que las reservas de agua en<br />

la actualidad ya sufren un gran abuso; debido a la agricultura que es el sector que más<br />

agua consume en el mundo y de este mismo sector es donde se obtienen los alimentos<br />

para toda la población. Según la FAO, para el año 2030 se necesitará cerca del 30 por<br />

ciento más de agua para poder satisfacer la demanda.<br />

A pesar del abuso de este recurso tan preciado, más del 40 por ciento de la población<br />

en el mundo carece de instalaciones de saneamiento, y más de mil millones de personas<br />

en el mundo no tienen acceso a fuentes de agua aptas para el consumo.<br />

El PNUD, por su parte, considera que el manejo del agua es la medida para que se<br />

puedan preservar de una mejor manera las reservas de este recurso y de esta manera<br />

la sociedad tenga la posibilidad de acceder a un servicio de alta calidad y apto para el<br />

consumo humano.<br />

Medidas para reducir la tala de árboles en los bosques primarios<br />

Los bosques primarios son aquellos que nunca han sido afectados por el hombre, es decir están intactos en su grado de<br />

naturalidad; en la actualidad son muy pocos los bosque primarios. Estos bosques han existido durante mucho, mucho<br />

tiempo y por eso han alcanzado la mayor diversidad en estructura y composición y por tanto la más alta complejidad<br />

ecológica.<br />

257


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

Cuando un bosque primario es dañado, si se deja sin interferencia durante el tiempo necesario, se regenera hasta cierto<br />

punto convirtiéndose en lo que se denomina un bosque secundario, que no debe confundirse con un bosque simplemente<br />

plantado para madera.<br />

Los expertos señalan que es importante no solo extender las áreas protegidas, sino también disminuir la demanda internacional<br />

de madera y otros productos que se obtienen a expensas de bosques nativos.<br />

Derechos de la naturaleza en el Ecuador<br />

La nueva Constitución del Ecuador, aprobada en septiembre de 2008, presenta por primera vez en América Latina los derechos<br />

propios de la Naturaleza. Este giro al “biocentrismo”, entendido como el reconocimiento de valores intrínsecos en<br />

el ambiente, es posiblemente el hecho más significativo en la ecología política Latinoamericana de los últimos años.<br />

En esa Constitución se articula la visión clásica occidental, con los saberes tradicionales, y aborda tanto el concepto de<br />

Naturaleza como el de Pachamama. Además, las políticas y la gestión ambiental son posicionados en la idea de la “buena<br />

vida” (sumak kawsay). Finalmente, la Constitución también establece el derecho de la Naturaleza a su restauración.<br />

Artículo 72.<br />

Articulo 73<br />

• La naturaleza o Pachamama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente<br />

su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y<br />

procesos evolutivos.<br />

• Toda persona, comunidad, pueblo, o nacionalidad podrá exigir a la autoridad pública el cumplimiento<br />

de los derechos de la naturaleza. Para aplicar e interpretar estos derechos se observarán los principios<br />

establecidos en la Constitución, en lo que proceda.<br />

• El Estado incentivará a las personas naturales y jurídicas, y a los colectivos para que protejan la naturaleza,<br />

y promoverá el respeto a todos los elementos que forman un ecosistema.<br />

• La naturaleza tiene derecho a la restauración integral. Esta restauración será independiente de la obligación<br />

que tienen el Estado, y las personas naturales o jurídicas de indemnizar a los individuos y colec-<br />

258


Bioética para enfermería<br />

tivos que dependan de los sistemas naturales afectados.<br />

• En los casos de impacto ambiental grave o permanente, incluidos los ocasionados por la explotación de<br />

los recursos naturales no renovables, el Estado establecerá los mecanismos más eficaces para alcanzar<br />

la restauración, y adoptará las medidas adecuadas para eliminar o mitigar las consecuencias ambientales<br />

nocivas.<br />

Articulo 74<br />

Articulo 75<br />

• El Estado aplicará medidas de precaución y restricción para las actividades que puedan conducir a la<br />

extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la alteración permanente de los ciclos naturales.<br />

• Se prohíbe la introducción de organismos, material orgánico e inorgánico que puedan alterar de manera<br />

definitiva el patrimonio genético nacional.<br />

• Las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse del ambiente y<br />

de las riquezas naturales que les permitan el buen vivir.<br />

• Los servicios ambientales no serán susceptibles de apropiación; su producción, prestación, uso y aprovechamiento<br />

serán regulados por el Estado.<br />

Cuidado de los animales<br />

Según Eduardo Rincón Higuera en su enfoque filosófico y eco ético sobre el respeto a la vida de los animales señala que la<br />

ética aplicada contemporánea vuelca su interés hacia la consideración ética de la vida en general ampliando la estrechez<br />

del campo de los sujetos que merecen atención y, además, suscitando nuevas preguntas sobre la relación de los hombres<br />

con esas formas de vida que no son humanas. Ello se traduce en el creciente interés de la filosofía moral por la reflexión<br />

acerca de la relación que los humanos tenemos con la naturaleza como totalidad y con la vida de los animales como individuos.<br />

Así pues, respecto a la vida animal, este conjunto de reflexiones busca pensar el estatus moral de la relación del<br />

hombre con los animales y las posibles obligaciones y/o consideraciones morales hacia ellos.<br />

259


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

Peter Singer aporta elementos insoslayables contra el maltrato animal, pero debemos ir más allá del especismo. Singer,<br />

siguiendo el utilitarismo de Bentham, promueve un principio de tratamiento humanitario que habla de la obligación directa<br />

que tenemos con los animales de no producirles dolor y sufrimiento innecesario, pero ¿qué pasa si el maltrato va más<br />

allá del dolor físico? Es entonces cuando, lógicamente, la consideración debe ir también más allá de evitar hacer sentir<br />

dolor a los animales (Singer, 2000).<br />

El problema con Singer es la que la consideración moral se limita solamente al dolor del que son susceptibles los animales.<br />

Dicha limitación, el australiano la hereda de Bentham quien usó como estrategia argumentativa asociar los problemas<br />

morales del tratamiento a los esclavos con los del tratamiento a los animales. No obstante, a pesar de que cuestionó el<br />

tratamiento de un esclavo como una propiedad, nunca cuestionó el tratamiento de un animal como propiedad y recurso.<br />

La clave es que tanto Bentham como Singer consideran que los animales y los hombres tenemos el interés de no sufrir y<br />

de no sentir dolor, pero lo que nos diferencia es que los animales no humanos no tienen expectativas de futuro: “a los<br />

animales no les importa si nos los comemos, pues no tienen interés alguno en sus vidas”.<br />

Dado que, según ello, los animales no tienen expectativas de futuro, su único interés es el de no sufrir, razón por la cual<br />

bastará con que al animal no se le infrinja dolor en su sacrificio para que el acto de comerse su carne no sea moralmente<br />

cuestionable. El problema con esta consecuencia de los planteamientos de Bentham y Singer es que tendríamos que reconocer<br />

que los animales son recursos reemplazables, explotables y que pueden convertirse en nuestra propiedad y que<br />

el único límite es no infringirles dolor innecesario. (Schunemann, 2007).<br />

La explotación animal es definida como cualquier acto llevado a cabo por cualquier humano o institución humana en el<br />

cual se mercantiliza a los animales como alimentos, ropa, entretención, experimentación científica y comercial o cualquier<br />

otro propósito que atente en contra de su dignidad, como son el abuso físico y el abandono al que son sometidos<br />

miles de mascotas.<br />

Derechos de los animales<br />

260


Bioética para enfermería<br />

Los derechos de los animales buscan acabar con cualquier acto de explotación hacia los animales y reconocer que éstos<br />

tienen derecho a una vida digna. Este texto definitivo de la Declaración Universal de los Derechos del Animal fue adoptado<br />

por la Liga Internacional de los Derechos del Animal a las ligas nacionales afiliadas tras la III reunión sobre los Derechos<br />

del Animal celebrada en Londres, del 21 al 23 de septiembre de 1977.<br />

La declaración proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional, las Ligas Nacionales y las personas naturales<br />

y jurídicas que se asocien a ella fue aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la<br />

Cultura (UNESCO), y posteriormente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).<br />

Preámbulo<br />

Articulo 1<br />

Articulo 2<br />

• Considerando que todo animal posee derechos.<br />

• Considerando que el desconocimiento y el desprecio de dichos derechos ha conducido y sigue conduciendo<br />

al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales.<br />

• Considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de<br />

las otras especies de animales constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo.<br />

• Considerando que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo.<br />

• Considerando que el respeto hacia los animales por el hombre está ligado al respeto a los hombres<br />

entre ellos mismos.<br />

• Considerando que la educación debe enseñar desde la infancia, a observar, comprender, respetar y<br />

amar a los animales.<br />

• Todos los animales nacen iguales ante la Vida y tienen los mismos derechos de existencia.<br />

• Todo animal tiene derecho al respeto.<br />

• El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a otros anima-<br />

261


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

les, o de explotarlos violando este derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio<br />

de los animales.<br />

• Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.<br />

Articulo 3<br />

Articulo 4<br />

Articulo 5<br />

Articulo 6<br />

Articulo 7<br />

Articulo 8<br />

• Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad. Si es necesaria la muerte de un animal,<br />

ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.<br />

• Todo animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libremente en su propio ambiente<br />

natural, terrestre aéreo o acuático, y a reproducirse.<br />

• Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.<br />

• Todo animal perteneciente a una especie viva tradicionalmente en el entorno del hombre, tiene derecho<br />

a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y libertad que sean propias de su especie.<br />

• Toda modificación de dicho ritmo o dichas condiciones que fuera impuesta por el hombre con fines<br />

mercantiles es contraria a este derecho.<br />

• Todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida<br />

sea conforme a su longevidad natural.<br />

• El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.<br />

• Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a<br />

una alimentación reparadora y al reposo.<br />

• La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los<br />

derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, o de cualquier<br />

otra forma de experimentación.<br />

262


Bioética para enfermería<br />

• Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas.<br />

Articulo 9<br />

Articulo 10<br />

Articulo 11<br />

Articulo 12<br />

Articulo 13<br />

Articulo 14<br />

• Cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como<br />

sacrificado, sin que ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor.<br />

• Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.<br />

• Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la<br />

dignidad del animal.<br />

• Todo acto que implique la muerte del animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la<br />

vida.<br />

• Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un<br />

crimen contra la especie.<br />

• La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio.<br />

• Un animal muerto debe ser tratado con respeto.<br />

• Las escenas de violencia en las que los animales son víctimas deben ser prohibidas en el cine y la televisión,<br />

salvo si ellas tienen como fin el dar muestra de los atentados contra los derechos del animal.<br />

• Los organismos de protección y salvaguarda de los animales deben estar representados a nivel gubernamental.<br />

• Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley como lo son los derechos del hombre.<br />

263


Capítulo 17. Conceptos de bioética ambiental<br />

La propuesta Ley LOBA en el Ecuador busca controlar y regular el comercio en espacios públicos, la presentación en espectáculos,<br />

así como la venta de animales. Además, establece responsabilidades para los dueños de mascotas.<br />

El medio ambiente no es un valor moral por sí mismo, sino, por el contrario, es un valor cuya custodia es dependiente<br />

de la conducta moral del hombre, por lo que es un deber ético su preservación. Y es un deber ético, porque corresponde<br />

moralmente al hombre mismo el preservarlo, y sobre todo porque condiciona la posibilidad de su propia existencia.<br />

264


Bioética para enfermería<br />

Anexo 1<br />

Glosario de términos<br />

Ablación: separación o extirpación quirúrgica de una parte del cuerpo, amputación.<br />

Alogénico: trasplante entre individuos de una misma especie genéticamente diferentes.<br />

Alotransplante y homotransplante: donante como el receptor pertenecen a la misma especia no genéticamente idénticos;<br />

se constituye el tipo de trasplante más común de células, tejidos y órganos entre humanos.<br />

Auto trasplante: (auto injerto, injerto, trasplante unipersonal o trasplante auto plástico), procedimiento que se realiza<br />

con componentes anatómicos de su propio organismo.<br />

Banco de tejidos: unidad de salud técnica, especializada y autorizada, que obtiene, procesa, almacena y preserva tejidos<br />

y/o células para su posterior implantación o utilización con fines terapéuticos y de investigación, bajo normas que<br />

permitan garantizar la calidad desde su obtención hasta la utilización clínica.<br />

Banco autólogo: unidad de salud técnica, especializada y calificada que preserva tejidos y células de una misma persona.<br />

Banco alogénico: unidad de salud técnica, especializada y calificada que preserva tejidos y células obtenidos de diversos<br />

donantes y utilizados para diferentes receptores.<br />

Calidad de vida: concepto que integra el bienestar físico, mental, ambiental y social como es percibido por cada individuo<br />

y cada grupo. Es la conservación del bienestar físico, psicológico, social y ocupacional del individuo. Una medida indirecta<br />

de la satisfacción que un individuo tiene de su propia vida y de la dignidad con la que ha vivido.<br />

Células madre: células dotadas simultáneamente de la capacidad de auto renovación (es decir, producir más células madre)<br />

y de originar células hijas comprometidas en determinadas rutas de desarrollo, que se convertirán finalmente<br />

por diferenciación en tipos celulares especializados.<br />

Consentimiento informado: expresión del derecho a aceptar o rechazar libremente un procedimiento diagnóstico o terapéutico<br />

tras haber sido informado de las ventajas e inconvenientes del mismo, teniendo en cuenta los límites esta-<br />

265


Anexo 1. Glosario de términos<br />

blecidos por la Ley. Incluye el derecho a rechazar la participación en estudios, investigaciones o ensayos clínicos. En<br />

caso de incompetencia se obtendrá el consentimiento por representación.<br />

Cuidados paliativos: atención especial que se utiliza en pacientes terminales, cuando no existe trtamiento cura que pueda<br />

eliminar su enfermedad tomando en cuenta por sobre todo el manejo del dolor. Van desde ayudar psicológicamente<br />

a los familiares del enfermo, hasta intentar mejorar su calidad de vida y que en sus últimos momentos se sienta<br />

como en casa.<br />

Custodia de la historia clínica: responsabilidad de mantener la información del paciente registrada y a disposición del enfermo<br />

y su equipo asistencial; obliga a las instituciones, y a todos sus profesionales, a custodiar la historia clínica del<br />

paciente. Así mismo, aseguran el derecho al acceso a los contenidos objetivos de la misma al paciente o representantes.<br />

Deliberación, deliberación moral: proceso de ponderación de los factores que intervienen en un acto o situación concretos,<br />

a fin de buscar su solución óptima o, cuando esto no es posible, la menos lesiva. La deliberación puede ser individual<br />

o colectiva. Se delibera sobre lo que permite diferentes actuaciones con el fin de buscar la más adecuada. No<br />

siempre se consigue que todo el mundo acepte una actuación como la más adecuada. Tras la deliberación, pues, resulta<br />

posible que dos personas lleguen a conclusiones distintas y que por tanto elijan cursos de acción diferentes.<br />

Derecho a la información: exigencia para el profesional de proporcionar detalles sobre la situación clínica del enfermo,<br />

debe ser verdadera, comprensible y adecuada a las necesidades de cada paciente, de forma que le permita participar<br />

en la toma de decisiones referentes a todo el proceso diagnóstico y terapéutico. El titular del derecho es el propio paciente<br />

y el médico responsable garantizará el cumplimiento de este derecho. Cuando la capacidad del paciente esté<br />

comprometida, o se cuestione para la información y toma de decisiones, se contará con la familia y sus representantes<br />

o allegados.<br />

Derecho a la no discriminación: velará para que la atención de los enfermos no se vea condicionada por circunstancias de<br />

orden económico, ideológico, social, confesional, de género o étnico. Derecho a recibir asistencia religiosa conforme<br />

a sus creencias, si así lo desea.<br />

266


267<br />

Bioética para enfermería<br />

Dignidad humana: el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los<br />

miembros de la familia humana es la base de la libertad, la justicia y la paz en tanto finas de los pueblos de las Naciones<br />

Unidas, según expresa la Declaración Universal de Derechos Humanos.<br />

Distanasia: prolongamiento artificial de la agonía al que en ocasiones se llega por el recurso abusivo a tecnología médica<br />

avanzada.<br />

Donante vivo: persona que, cumpliendo los requisitos establecidos en la presente Ley y su reglamento, efectúa la donación<br />

en vida de células, tejidos u órganos o parte de los mismo, cuya función sea compatible con la vida y pueda ser<br />

compensada por su organismo de forma adecuada y suficientemente segura (Ley Orgánica de Donación y Trasplante<br />

de Órganos, Tejidos y Células, 2011).<br />

Donante cadavérico: persona fallecida de la que se pretende extraer órganos, tejidos y/o células que, cumpliendo los<br />

requisitos establecidos en la presente Ley y su reglamento, no hubiere dejado constancia expresa de su oposición<br />

(Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, 2011).<br />

Encarnizamiento terapéutico: uso de terapias inútiles, que aumentan la situación penosa, y son desproporcionadas en<br />

relación a los riesgos/beneficios, prolongando la agonía, más que ofreciendo elementos curativos, lleva implícito un<br />

componente de ensañamiento o crueldad, ocurre cuando el avance científico y tecnológico supera su regulación legal<br />

y ética.<br />

Eficiencia: optimización de la relación entre los beneficios aportados por una intervención y los recursos utilizados (uso<br />

racional).<br />

Enfermedad fundamental: patología que, en opinión del médico responsable de la asistencia, tuvo mayor contribución, o<br />

en la decisión de la limitación del tratamiento o en el fallecimiento del paciente.<br />

Equidad: criterio según el cual los recursos se distribuyen de forma que lleguen a todos por igual, o en caso de desigualdad<br />

tengan preferencia los más desfavorecidos.<br />

Estado vegetativo persistente: pacientes que permanecen en coma un mes después de un traumatismo craneal grave o<br />

de enfermedades médicas que producen coma (sobre todo anóxicas).<br />

Ética (deliberación moral): término de origen griego que significa estudio de las costumbres o hábitos de los seres humanos.<br />

Actualmente se refiere al estudio filosófico de los juicios morales, más atento a los problemas formales de fun-


Anexo 1. Glosario de términos<br />

damentación y coherencia lógica que a las cuestiones de contenido. El nivel "de máximos" se rige por los principios<br />

bioéticos de autonomía y beneficencia; el "de mínimos" por los principios de no maleficencia y justicia.<br />

Eutanasia: acción u omisión que, por su naturaleza o en su intención, procura la muerte con el fin de eliminar el dolor. Es<br />

la práctica que procura la muerte y abrevia una vida para evitar grandes dolores y molestias al paciente a petición del<br />

mismo, de sus familiares o por iniciativa de una tercera persona.<br />

Explante: tejido removido de un organismo y transferido para su crecimiento a un medio artificial de nutrientes.<br />

Futilidad: acto médico cuya aplicación a un enfermo está desaconsejada porque es clínicamente ineficaz, no mejora el<br />

pronóstico, los síntomas o las enfermedades intercurrentes, o porque previsiblemente produce perjuicios personales,<br />

familiares, económicos o sociales, desproporcionados al beneficio esperado. Se entiende que el debate sobre la futilidad<br />

debe hacerse teniendo en cuenta criterios profesionales basados en la mejor evidencia disponible y en los principios<br />

de la Bioética.<br />

Homotrasplante (homoinjerto, injerto o trasplante homoplástico u homólogo): procedimiento realizado entre seres<br />

humanos.<br />

Heterotrasplante (heteroinjerto, injerto heterólogo, xenotrasplante): procedimiento de un ser biológico no humano al<br />

organismo humano.<br />

Heterotópico: procedimiento mediante el cual el órgano del paciente permanece como apoyo del órgano del donante,<br />

entonces el órgano donante ocupa un lugar distinto.<br />

Instrucciones previas o voluntades anticipadas: respeto a los deseos y voluntades manifestados de forma anticipada, en<br />

un documento firmado por el enfermo, sobre los cuidados y el tratamiento de su proceso asistencial cuando no sea<br />

capaz de expresarlos por sí mismo debido al estado de su enfermedad.<br />

Limitación del esfuerzo terapéutico (LET): decisión clínica de no iniciar o retirar un tratamiento de soporte vital en un paciente<br />

considerado de "mal pronóstico". Se considerarían medidas de soporte vital, entre otras, las siguientes: ventilación<br />

mecánica o asistida, diálisis, drogas vaso activas, antibióticos, nutrición parenteral, nutrición enteral y líquidos.<br />

Después de tomada la decisión se podrían iniciar o continuar cuidados paliativos (calor, sedación y analgesia, etc.).<br />

Moral (deliberación moral): término de origen latino para designar el estudio de las costumbres o hábitos de vida de los<br />

seres humanos. Etimológicamente, pues, significa lo mismo que ética. Con el tiempo, sin embargo, han pasado a ser<br />

268


Bioética para enfermería<br />

términos complementarios, de tal modo que la moral suele definirse como el estudio de las costumbres o hábitos de<br />

vida, tanto en su realidad empírica (moral descriptiva) como en su dimensión prescriptiva (moral normativa), a diferencia<br />

de la ética, que se ocupa con preferencia de las cuestiones de fundamento.<br />

Muerte encefálica: cese irreversible de las funciones encefálicas, aún en presencia de un funcionamiento cardiovascular y<br />

ventilatorio artificial, certificada de acuerdo al protocolo que la Autoridad Sanitaria Nacional reglamente (Ley Orgánica<br />

de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, 2011).<br />

Orden de no reanimación (ONR): instrucción explícita de abstenerse de efectuar maniobras de "reanimación cardiopulmonar"<br />

cuando un paciente, que sufre de una condición irreversible, deja de respirar o le sobreviene una detención<br />

de la actividad cardíaca, un evento que es esperable dentro de su condición.<br />

Ortotanasia: defensa del derecho a morir dignamente, sin el empleo de medios desproporcionados y extraordinarios para<br />

el mantenimiento de la vida. Consiste en dejar que la muerte llegue en enfermedades incurables y terminales,<br />

tratándolas con los máximos tratamientos paliativos para evitar sufrimientos, recurriendo a medidas razonables. Se<br />

distingue de la eutanasia en que la ortotanasia nunca pretende deliberadamente la muerte del paciente. Es la actitud<br />

defendida por la mayoría de las religiones.<br />

Ortotópico: procedimiento mediante el cual se realiza la extracción del órgano del paciente y se sustituye por el órgano<br />

del donante y ocupa su posición anatómica normal.<br />

Paciente terminal: ser humano con enfermedad es de evolución progresiva y pronóstico de supervivencia inferior a un<br />

mes en el que ha habido ineficacia comprobada de los tratamientos y con pérdida de la esperanza de recuperación.<br />

Paro cardíaco irreversible: situación clínica que luego de un determinado tipo de apoyo vital, no logra después de un cierto<br />

tiempo, en función de los datos empíricos disponibles, estimado en +/- 30 minutos aproximadamente, la recuperación<br />

de una circulación y ventilación efectivas.<br />

Prudencia (deliberación moral): virtud intelectual que permite tomar decisiones racionales, o al menos razonables, en<br />

condiciones de incertidumbre. Las decisiones prudentes no son ciertas pero sí aspiran a ser razonables; por eso han<br />

de ser el resultado de un proceso de deliberación. Diferentes personas pueden tomar ante un mismo hecho decisiones<br />

distintas, que no por ello dejen de ser prudentes. También se entiende por prudencia la virtud de valorar en cada<br />

269


Anexo 1. Glosario de términos<br />

situación clínica los riesgos de actuar o no actuar. La prudencia pone un límite a nuestros actos basándose en el riesgo<br />

de infligir mayores daños de los que tratamos de paliar.<br />

Trasplante: remplazo, con fines terapéuticos, de componentes anatómicos en una persona, por otros iguales y funcionales,<br />

provenientes del mismo receptor, de un donante vivo o cadavérico. Es la intervención mediante la cual se coloca<br />

una parte de organismo humano sea este vivo o de cadáver (donante) en otro organismo humano (receptor). Las partes<br />

del organismo donante puede ser células madre, médula ósea, piel, cartílago, tendones, hueso, córneas, riñón,<br />

corazón, hígado, páncreas, etc.<br />

270


Bioética para enfermería<br />

Anexo 2<br />

El afrontamiento de la muerte del paciente terminal en los Servicios de Oncología y<br />

Hematología, del Hospital Eugenio Espejo, enero-diciembre 2011, Quito<br />

Dra. Jacqueline Bonilla Merizalde, PhD<br />

Resumen<br />

Problema de investigación: ¿cuál es la actitud de afrontamiento de los profesionales médicos y<br />

enfermeras frente a la muerte inminente de un paciente terminal en Oncología y Hematología del<br />

HEE?<br />

Objetivo: optimizar la calidad de la atención brindada al paciente terminal oncológico y hematológico<br />

al momento de su agonía y muerte.<br />

Hipótesis: los años de labor profesional, los estudios de formación de postgrado y la experiencia en<br />

el servicio en el que desempeñan su trabajo, influyen en el actuar de los profesionales del servicio<br />

de Oncología y Hematología del HEE, generando en ellos una atención de calidad y humanizada que<br />

se manifiesta en el respeto de la autonomía y la búsqueda de la beneficencia en cada acción que<br />

involucra a los pacientes y sus familias, especialmente en situaciones en que el diagnóstico médico<br />

determina una enfermedad terminal o una situación de agonía.<br />

Metodología: se aplicaron diversos métodos teóricos; descriptivo, analítico-sintético, inductivodeductivo,<br />

dialéctico. En cuanto a los métodos empíricos se utilizó encuestas y entrevistas.<br />

Resultados: inexistencia de una política institucional que oriente a sus profesionales en la idea del<br />

“buen morir”. No existen criterios preestablecidos, normas ni protocolos escritos que determinen<br />

el actuar de los profesionales ante la agonía de un paciente terminal oncológico y hematológico en<br />

el HEE; no existe como parte integral de la misión del hospital, tampoco existe como un objetivo a<br />

cumplir, tal vez porque para una institución de salud no sea apropiado incluir a la muerte entre sus<br />

principios. En relación a las emociones vividas por los profesionales ante el fallecimiento de un<br />

paciente fue posible observar que, cada evento genera un impacto único de frustración, pesar, dolor,<br />

relacionados con el tiempo de permanencia en el hospital, la edad, historia de vida y lazos que<br />

se crean con el personal. La preparación para el manejo emocional de la muerte es nula dentro del<br />

área hospitalaria, la formación académica implícitamente educa sólo para salvar vidas. No existen<br />

documentos de decisiones anticipadas que se utilicen de manera cotidiana en el servicio.<br />

Se procedió a la elaboración de una propuesta que pretende dar respuesta a la problemática detectada,<br />

adaptándola a los requerimientos reales y con sustento científico bioético pertinente. Incluye:<br />

Programa de Educación Continua en el Servicio de Oncología y Hematología; Documento de<br />

Voluntades Anticipadas; y, Manual para la creación de la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos en<br />

el HEE.<br />

Palabras claves: afrontamiento de la muerte, paciente terminal.<br />

Introducción<br />

La bioética como ética aplicada busca constantemente el bienestar del ser humano como especie en<br />

equilibrio con el mundo que nos rodea. En su análisis integrador y holístico de toda experiencia<br />

humana, el proceso que envuelve la muerte ha sido uno de sus principales ejes de estudio y discusión.<br />

A pesar de que todos admitimos que algún día hemos de morir, en nuestra cultura evadimos tratar<br />

de cerca nuestra propia muerte o la de nuestros seres queridos. Tendemos a vivir sintiéndonos in-<br />

271


Anexo 2. Afrontamiento de la muerte del paciente terminal<br />

mortales o situando nuestra muerte en un futuro muy remoto. La idea de la muerte puede provocar<br />

cualquier reacción emocional, pero la más frecuente es la del temor.<br />

La muerte aparece como una condición de la vida; una compañía que alcanza al ser humano en<br />

cualquier etapa de su desarrollo. Cuando aparece hacia el final del ciclo vital se entiende como más<br />

natural, como una parte de la maduración del individuo. En la infancia es un rapto inesperado (más<br />

aún en nuestra cultura), una experiencia traumática que se debe evitar, contra la que hay que luchar<br />

y vencer.<br />

La presente investigación se realizó en el servicio de Oncología y Hematología del Hospital más<br />

grande del Ministerio de Salud Pública de referencia nacional en Ecuador. Lo primero que se debe<br />

preguntar es ¿qué es la muerte? Probablemente no sea fácil encontrar la respuesta, pues los eventos<br />

asociados con la muerte desde siempre implican el más grande misterio de la humanidad y<br />

quizá la respuesta más simple a esto sea “el fin de la vida”. Sin embargo, esta sencilla frase ha<br />

constituido desde siempre el misterio más grande de la humanidad, mil preguntas surgen espontáneas<br />

como respuesta: ¿Ahí se acaba todo? ¿Hay una vida después? ¿Se sufre al morir?, etc. A ciencia<br />

cierta, sólo sabemos que tenemos que morir y que nadie ha vuelto de este tránsito a decirnos<br />

de qué se trata o qué hay, si es que hay algo, más allá. Por lo tanto, tenemos todos en común, al<br />

momento de morir el temor ante lo desconocido y la angustia de estar dando un paso, en el que<br />

nadie nos puede acompañar; al decir de los filósofos, el hombre nace y muere solo.<br />

Para la Bioética, el dialogo es fundamental, es su razón de ser, pero si el sujeto del dialogo agoniza,<br />

entonces somos quienes estamos al otro lado de la cama, así como sus familiares junto con los amigos<br />

cercanos, quienes debemos en conciencia preguntarnos ¿Qué querrá él? ¿Qué necesitará?<br />

¿Cómo querrá morir? ¿Cómo lo podemos ayudar? Estas cuatro preguntas que son muy fáciles en<br />

apariencia pero son terriblemente difíciles, porque tanto el equipo de salud como la familia de un<br />

paciente agónico, comparten una característica que -a ratos- se olvida por el dolor; la humanidad y<br />

con ella la vulnerabilidad, el miedo, la compasión y sin duda el mismo temor a lo desconocido.<br />

Como profesionales sanitarios, se debe aprender a reconocer el momento en que nuestro rol se<br />

transforma desde buscar el curar a buscar el cuidar. Se puede adecuar el entorno del moribundo y<br />

modificar aquellas variables que aligerarían su sufrimiento. Como seres humanos, se puede incluir y<br />

dejar traslucir la perplejidad y acompañar en el sufrimiento a quienes ven partir a su ser querido.<br />

La metodología de trabajo consistió en un análisis bibliográfico que permitió plantear un marco<br />

teórico centrado en el concepto de la muerte y sus implicaciones, dentro de un amplio marco bioético<br />

y legal. También fue relevante incluir en el marco teórico, algunas consideraciones sobre la<br />

relación clínica y de cómo ella se ve afectada y debe adecuarse en situaciones de agonía y muerte<br />

del paciente. Se revisó además una visión de humanidad y otra de Enfermería que nos acerquen a<br />

esta realidad, en las voces de quienes han sufrido pérdidas más la experiencia del personal de salud,<br />

tal vez encontremos una luz de lo que una relación de ayuda bien ejecutada puede llegar a significar.<br />

Por cierto, en cada uno de los aspectos mencionados del marco referencial, se dio realce a las opiniones<br />

más resplandecientes de la bioética y sus recomendaciones frente a tan dramáticos momentos<br />

del quehacer del sanitario.<br />

Posteriormente, en base a los datos, información, conclusiones obtenidas y, a la revisión bibliográfica<br />

de diversos autores se propone un conjunto de medidas y recomendaciones en el llamado plan<br />

de intervención que orienten el actuar del personal en esta materia.<br />

272


Bioética para enfermería<br />

Diseño metodológico<br />

El estudio es dialéctico, de tipo cualicuantitativo radica en la aplicación de varios instrumentos de<br />

recolección de información y descriptivo de la realidad.<br />

Se utilizó una encuesta estructurada para médicos y enfermeras. Al finalizar la encuesta, se invitó al<br />

profesional integrante del estudio a dar un testimonio que fue gravado con su consentimiento, en el<br />

que planteó con total libertad alguna situación vivida que le pareciera relevante en relación a las<br />

experiencias sobre el tema y de la actuación adoptada por el equipo de salud.<br />

Se realizaron también entrevistas semiestructuradas a familiares cercanos del paciente terminal<br />

que facilitaron identificar características especiales sobre creencias, conocimientos y sentimientos<br />

de la vida misma del sujeto, descritos con sus propias palabras y que permitió acceder a profundos<br />

niveles de comprensión de la realidad. Se trabajó con todos los médicos tratantes, residentes y<br />

enfermeras del servicio de Oncología y Hematología del Hospital Eugenio Espejo; se incluyó en el<br />

estudio a pacientes terminales y familiares allegados.<br />

Discusión y resultados<br />

Análisis de las encuestas: cinco médicos encuestados son tratantes del servicio y los cinco restantes<br />

son médicos residentes. Del mismo modo los médicos tratantes son hombres y las cinco residentes<br />

son mujeres. Obviamente sólo los médicos tratantes tienen su respectiva especialidad, tres en Oncología<br />

y dos en Hematología. Cuatro enfermeras que corresponden al 40% se hallan laborando en<br />

el servicio menos de un año, son relativamente jóvenes; el otro 40% se encuentra entre uno y dos<br />

años de compromiso; y, apenas dos enfermeras, que equivale al último 20%, trabajan por más de<br />

dos años en oncología y hematología. Ninguna tiene nivel de Postgrado.<br />

Casi la totalidad realiza cursos de actualización científica tecnológica en áreas clínicas y quirúrgicas;<br />

apenas dos señalan su interés por temas de humanización y bioética.<br />

Al preguntarles si en la atención que brindan toman en cuenta aspectos espirituales y emocionales<br />

del paciente oncológico y hematológico, el 100% responde afirmativamente a través de un diálogo<br />

efectivo, escucha atenta, involucrando en todo momento a la familia, respetando sus voluntades.<br />

En cuanto a la presencia PCR de un paciente terminal, el actuar del médico en un 50% es respetar la<br />

voluntad del paciente trasmitida en forma escrita o verbal a sus familiares, un 40% dice que un paciente<br />

con diagnóstico terminal sólo debe recibir medidas de sostén, confort además, no debe ser<br />

reanimado y apenas un 10% dice que la edad del paciente es fundamental para tomar la decisión de<br />

reanimar.<br />

En relación a la pregunta si cree que la atención que se brinda en el servicio de oncología y hematología<br />

propicia la dignificación de la muerte de los pacientes ingresados, el 70% responde que sí,<br />

porque se trata de dar atención holística y se admite el acercamiento de la familia, se evita el ensañamiento<br />

terapéutico, se procura mantener una actitud humana y ética, y, porque se trata de dar<br />

un acompañamiento hasta el último momento; para un 20% se lo hace en algunas ocasiones dependiendo<br />

del paciente y las circunstancias, finalmente, para el último 10% nunca se consigue este<br />

objetivo porque el cuidado se vuelve rutinario y no se llega a dar importancia a la integralidad del<br />

ser humano.<br />

En cuanto a los sentimientos que la enfermera experimenta frente a la muerte de un paciente, la<br />

totalidad de las encuestadas describen que, aunque ocurre frecuentemente en su lugar de trabajo,<br />

273


Anexo 2. Afrontamiento de la muerte del paciente terminal<br />

la muerte de cada uno de sus pacientes llega de manera diferente y la enfrenta según cada circunstancia<br />

de manera individualizada. Entre las actitudes adoptadas ante la inminencia de la muerte de<br />

un paciente el 80% llama a la familia, les explica la situación y les invita a compartir sus últimos<br />

momentos, el otro 20% dice que busca asistencia religiosa y espiritual que el hospital ofrece.<br />

Análisis de las entrevistas aplicadas a los médicos tratantes: en relación a si existen políticas, normas<br />

y directrices institucionales que se apliquen al final de la vida en un paciente terminal, en su<br />

totalidad responden que NO existen políticas gubernamentales, ni normas institucionales que se<br />

apliquen de forma protocolaria al final de la vida en un paciente terminal.<br />

Cuando se les preguntó si manejan protocolos o criterios de terminalidad que les facilite el afrontamiento<br />

de la muerte de un paciente terminal, respondieron en un 80% que existe un protocolo de<br />

declaración de consentimiento de limitación terapéutica con criterios de terminalidad de la enfermedad<br />

oncológica, que lo aplican y que conocen los médicos tratantes y residentes del servicio,<br />

basados en las condiciones del paciente: diagnóstico, edad, tipo de pronóstico y decisión de los<br />

familiares para apoyar o no en los tratamientos. No obstante, un médico tratante dice saber que<br />

hay dicho protocolo pero que él no lo conoce.<br />

Finalmente al preguntarles qué sentimientos han vivido frente a situaciones especiales e inminente<br />

muerte de un paciente terminal, las respuestas son variadas; dicen que como seres humanos tienen<br />

sentimientos, emociones y reacciones diferentes; y que, considerando la convivencia que mantienen<br />

con los pacientes por la condición crónica de larga evolución, hace que se desarrollen vínculos<br />

estrechos con ellos y los familiares, desencadenando, en múltiples ocasiones, sentimientos de<br />

frustración y dolor al no poder hacer nada más. Desde luego indican que existe diferenciación si se<br />

trata de un paciente joven o de un anciano.<br />

Es de relevancia señalar que aspiran contar con una Clínica de Cuidados Paliativos, para permitir un<br />

cuidado humano integral que propicie brindar calidad de vida y desde luego una muerte digna.<br />

Análisis de las entrevistas aplicadas a los familiares de los pacientes terminales: de la misma forma<br />

se procedió a realizar entrevistas a 15 familiares de pacientes terminales ingresados en el servicio<br />

de Oncología y Hematología durante el tiempo de recolección de la información de las cuales se<br />

relataron las más significativas. Dependiendo del paciente fue un familiar muy cercano el que colaboró<br />

respondiendo la entrevista, cabe señalar que no fue nada fácil considerando la situación<br />

humana de dolor que atravesaban y respetando la voluntad de participar en el estudio. Con cada<br />

uno de ellos se trabajó de manera diferente en cuanto al lugar y al momento según su disponibilidad<br />

para conversar, se les formuló las mismas preguntas, obteniendo la siguiente información más<br />

relevante:<br />

En relación a qué sentimientos se experimentan al conocer el diagnóstico de cáncer o de otras enfermedades<br />

graves, múltiples fueron las respuestas pero cada una de ellas llenas de dolor, frustración,<br />

impotencia. Expresiones como “se nos acabó el mundo”, “nuestra vida ha dado un giro de 360<br />

grado”, “esto es un infierno”, “esta noticia nos ha acabado” fueron de lo más escuchado en cada<br />

uno de los entrevistados.<br />

En segundo lugar se les preguntó, si existe apoyo para la aceptación y manejo de la enfermedad<br />

por parte del equipo de salud, en general respondieron que si es evidente el apoyo por parte de los<br />

médicos con quienes se comunican directamente, aunque especifican que algunos se limitan a preocuparse<br />

solo de la enfermedad y no del paciente, dicen que las enfermeras hablan muy poco y en<br />

274


Bioética para enfermería<br />

su mayoría son muy evasivas. También enfatizan que el personal siempre brinda su ayuda pero<br />

cuando se les solicita.<br />

Al pedirles que describan algunos aspectos del cuidado recibido en el área de Oncología y Hematología,<br />

se pueden rescatar lo más relevantes:<br />

Positivos: - Los médicos nos han explicado con mucha claridad el diagnóstico y las alternativas<br />

de tratamiento, son muy preocupados.<br />

- Atienden muy bien y son amables la mayoría de profesionales.<br />

- Se gasta menos dinero que en SOLCA y otros hospitales o clínicas.<br />

Negativos: - Uno sufre por el desconocimiento y aunque los doctores nos hablan del tratamiento,<br />

frente a la enfermedad no siempre se hacen entender.<br />

- No hay un lugar adecuado para poder conversar y donde nos puedan dar información,<br />

lo hacen en el pasillo o se improvisa y todo es al apuro.<br />

- No permiten libremente un acompañamiento real al paciente, la mayoría nos<br />

piden salir y uno está angustiado sin saber nada afuera. Hay personal que se molesta<br />

mucho.<br />

Finalmente al solicitarles sugerencias que harían a médicos y enfermeras frente a la atención recibida<br />

se destaca:<br />

- Que exista en el hospital un área para los pacientes que están muriendo a fin de que la familia<br />

les pueda acompañar.<br />

- Por sobre todo a los profesionales preparados, que entiendan el dolor que la familia sentimos,<br />

nos comprendan y no solo dejen indicaciones para que otros hagan los tratamientos.<br />

- Que exista en el servicio un lugar adecuado para poder conversar con los doctores con más privacidad<br />

y no obtener información en los corredores<br />

- Contar con un lugar adecuado destinado para pacientes tan graves y acceso a que la familia<br />

pueda compartir más tiempo los pocos momentos que quedan.<br />

Propuesta de intervención<br />

En este sentido la autora presenta una propuesta luego del análisis de los resultados que se simplifica<br />

en el texto “Programa de Educación Continua en el Servicio de Oncología y Hematología. Documento<br />

de Voluntades Anticipadas. Manual para la creación de la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos<br />

del Hospital Eugenio Espejo”.<br />

Conclusiones<br />

La muerte, en su inmenso secreto, genera temor, ansiedad por lo desconocido, por lo que es<br />

natural y no extraño, que no nos guste hablar de ella y mucho menos detenernos a pensar cómo<br />

será la propia y que querríamos en tan íntimo momento.<br />

A través de la realización de esta investigación, fue posible confirmar la hipótesis planteada, ya<br />

que se demostró que tanto la experiencia profesional como la mayor capacitación determinan<br />

profesionales más atentos a las necesidades de sus pacientes, más conscientes de su sufrimiento<br />

y al parecer con mayor voluntad de respetar su autonomía.<br />

Fue posible detectar la inexistencia de una política institucional que oriente a sus profesionales<br />

en la idea del “buen morir”. No existen criterios preestablecidos, normas ni protocolos escritos<br />

que determinen el actuar de los profesionales ante la agonía de un paciente terminal oncológico<br />

y hematológico en el HEE. No existe como parte integral de la misión del hospital, pero tampo-<br />

275


Anexo 2. Afrontamiento de la muerte del paciente terminal<br />

co existe como un objetivo a cumplir, tal vez porque para una institución de salud no sea bien<br />

visto incluir a la muerte entre sus principios.<br />

En relación a las emociones vividas por los profesionales de Oncología y Hematología, ante el<br />

fallecimiento de un paciente, fue posible observar que cada evento genera un impacto único de<br />

frustración, pesar, dolor, relacionado con el tiempo de permanencia previo en el hospital, su<br />

edad, su historia de vida y los lazos creados con el personal.<br />

Las enfermeras viven el proceso de muerte de acuerdo a lo que le significa el paciente, a sus<br />

creencias sobre la muerte donde se enlazan la historia de vida, lo aspectos culturales y religiosos.<br />

El profesional de enfermería no deja de ser un ser humano que piensa siente y reacciona<br />

ante sus emociones, que se preocupa por quienes están a su cargo dejando atrás la falsa idea de<br />

que sólo cumple con sus actividades. Se les dificulta brindar atención de calidad dentro del aspecto<br />

psicológico.<br />

La preparación para el manejo emocional de la muerte es nulo dentro del área hospitalaria, la<br />

formación académica que implícitamente educa sólo para salvar vidas, el concepto y manejo<br />

cultural de la muerte y el muerto son aspectos que definen la forma e intensidad como los profesionales<br />

de salud viven y experimenta la muerte de los pacientes.<br />

No existen documentos de decisiones anticipadas que se utilicen de manera cotidiana en el servicio.<br />

El acompañamiento de los pacientes en fase terminal expresa la solidaridad de los vivos y la<br />

sociedad. Queda mucho por hacer en este campo, la mayoría de los pacientes siguen soportando<br />

un final indigno, ya sea porque sufren tratamientos activos inútiles y dolorosos o porque<br />

terminan abandonados detrás de un biombo.<br />

Si se dejase de prolongar artificialmente la vida de ciertos enfermos incurables contra su voluntad<br />

y al precio de aumentar sus sufrimientos (y los de sus familiares), generando, además, cuantiosos<br />

gastos, se conseguiría disponer al menos de estos recursos, necesarios para la creación de<br />

unidades de cuidados paliativos.<br />

Recomendaciones<br />

- El personal de salud que labora en un hospital, cuidando personas enfermas y en ocasiones<br />

agónicas, debe aprender a mirar de frente este momento final de la existencia, reconocer las<br />

necesidades más inmediatas que de él brotan y proveer desde lo más sincero de nuestra benevolencia<br />

profesional, las acciones que hagan menos doloroso este trance para quien fallece y su<br />

familia.<br />

- Se debe brindar un acompañamiento afectivo y psicológico al paciente terminal, tan importante<br />

como la medicación que se le administra. Se debería romper la conspiración del silencio y hablar<br />

abiertamente de la muerte sin fingir una falsa esperanza cuando no la haya, acompañarlo y disminuir<br />

su miedo.<br />

- El Comité de Bioética deberá tener una participación activa en la asesoría adecuada para la mejor<br />

toma de decisiones, deberá procurar que hoy como ayer el ideal del médico no puede ser<br />

otro que el del hombre moralmente bueno y a la vez técnicamente diestro en el arte de curar y<br />

cuidar a sus pacientes teniendo como lema que contra la violencia y negligencia, la consigna no<br />

puede ser otra que respeto y diligencia.<br />

- La familia deberá ser considerada como parte activa de la decisiones, los profesionales deberán<br />

procurar que los familiares sientan que son importantes y necesarios en la atención al final de la<br />

vida de su ser querido, lo cual podría minimizar el duelo por su pérdida.<br />

- Propiciar a nivel Institucional y en concordancia con el Comité de Bioética la creación de una<br />

Comisión de Humanización a diferentes niveles.<br />

276


Bioética para enfermería<br />

- Realizar actualización permanente al personal del servicio y muy específicamente en el ámbito<br />

de la Bioética.<br />

- Proponer la Creación de una Clínica de Cuidados Paliativos que se convierta en el lugar propicio<br />

para brindar atención holística y humana al paciente terminal permitiéndole tener calidad de vida<br />

y una muerte con dignidad e integrando a la familia en todo momento.<br />

Bibliografía<br />

1. http://www.secpal.com/guiasm/index.php?acc=see_guia&id<br />

2. Bayés Ramón, Barreto P. Las unidades de cuidados paliativos como ejemplo de interdisciplinariedad.<br />

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3. Flórez, J.A. La comunicación y compresión del enfermo oncológico. Manual de Psicooncología.<br />

Madrid: Aula Médica; 1999.<br />

4. http://desarrollo-personal-dinamico.el-sufrimiento-ante-muerte-alguien-querido<br />

5. Gómez Sancho, Marco. Medicina Paliativa: la respuesta a una necesidad, Madrid, 1998<br />

6. Juan Pablo II, “Salvifici doloris”<br />

7. Nuland, Shewin. How We Die, Reflections on life's Final Chapter, Alfred A. Knopf, 1994.<br />

8. Elizalde, A. Clínica con la muerte. Buenos Aires: Ed. Amorrortu; 1995.<br />

9. Juan Pablo II, “Salvifici doloris”<br />

10. GILLILAND, J. y TEMPLER, D. Relationship of death anxiety scale factors to the subjetive state.<br />

Omega, 1980.<br />

11. Nuland, Shewin. How We Die, Reflections on life's Final Chapter, Alfred A. Knopf, 1994.<br />

12. URRACA, S. La muerte en la sociedad contemporánea. En VV.AA. Dilemas éticos de la medicina<br />

actual. Publicaciones de la Universidad Pontificia de Comilas. Madrid, 1986<br />

13. Bejarano, P. Jaramillo, I. Morir con dignidad: fundamentos del cuidado paliativo, Editorial Amazonas,<br />

Bogotá ,1992.<br />

14. Lucas, Ramón. Los Cuidados Paliativos, en Explícame la bioética, Ediciones Palabra, Madrid,<br />

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15. Sgreccia, Elio. “`Cómo se insinúa en la sociedad la cultura de la muerte”, Revista Humanitas,<br />

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16. Ibídem.<br />

17. Vásquez, Carlos Simón. Diccionario de Bioética, Editorial Monte Carmelo, 2006.<br />

18. Ibídem.<br />

19. Fonegra de Jaramillo, Isa. De cara a la muerte: Cómo afrontar las penas, el dolor y la muerte<br />

para vivir más plenamente. Planeta, Bogotá 2003.<br />

20. Cerdá Olmedi, Germán. Al filo de la muerte: cuidados paliativos vs. Eutanasia, Manual de Bioética,<br />

Gloria María Tomás Garrido, Editorial Ariel, Barcelona, 2001.<br />

21. Sánchez Torres, Fernando. Derecho a una Muerte Digna, Temas de Ética Médica, Capítulo 14,<br />

Librería Digital, Copyright 2000.<br />

22. Sánchez Torres, Fernando. Ética Médica y Bioética. Temas de Ética Médica, Capítulo 2, Librería<br />

Digital. Copyright 2000.<br />

23. Sandrin, Luciano. Cómo afrontar el dolor. Aceptar y comprender el sufrimiento, San Pablo, Madrid,<br />

1996.<br />

24. Sgreccia, Elio. Aspectos éticos en los cuidados del paciente moribundo, Revista Humanitas Nº15.<br />

25. León Correa, Francisco. Manual de Ética y legislación en Enfermería, Mosby, 1997.<br />

26. Bordin, Celia. “La muerte y el morir en pediatría”.<br />

Joyce Travelbee. Diccionario Mosby Medicina, Enfermería y Ciencias.<br />

277


Bioética para enfermería<br />

Anexo 3<br />

Actitudes éticas del personal médico, participación de enfermería y la familia en la<br />

toma de decisiones humanizadas en pacientes con Limitación del Esfuerzo<br />

Terapéutico de las Unidades de Cuidados Intensivos de los Hospitales Eugenio<br />

Espejo y Carlos Andrade Marín de Quito, enero 2010 a julio 2011<br />

Dra. Jacqueline Bonilla Merizalde, PhD.<br />

Resumen<br />

Problema de investigación: ¿cuáles son las actitudes éticas del personal médico, la participación de<br />

enfermería y la familia en la toma de decisiones humanizadas en pacientes con Limitación del Esfuerzo<br />

Terapéutico en las Unidades de Cuidados Intensivos de los hospitales Eugenio Espejo y Carlos<br />

Andrade Marín?<br />

Hipótesis: no existen lineamientos bioéticos institucionales específicos para la adopción de LET en<br />

pacientes de las Unidades de Cuidados Intensivos, por lo que los criterios son individualizados y se<br />

sustentan en pronóstico de sobrevida mínimo e inutilidad del tratamiento con limitada participación<br />

de la familia.<br />

Metodología: se aplicaron diversos métodos teóricos tendientes a identificar, analizar y proponer<br />

estrategias de mejoramiento de la realidad para admitir el problema. En cuanto a los métodos<br />

empíricos se utilizaron encuestas, entrevistas, criterios de expertos y matrices para seguimiento de<br />

casos.<br />

Resultados: Es relevante señalar que los criterios utilizados en las decisiones de LET incluyeron inexistencia<br />

de posibilidades razonables de supervivencia, situación de muerte inminente, mala calidad<br />

de vida e inutilidad del tratamiento que prolonga su agonía, basados en criterios de probabilidad<br />

más que de certeza. No se respeta completamente la autonomía del paciente, no existe un<br />

marco legal nacional como también lineamientos institucionales que regulen la toma de decisiones<br />

de pacientes con LET en UCI y hay muy poca participación de los Comités de Bioética institucionales.<br />

Se procedió a la elaboración de una propuesta que pretende responder a la problemática detectada,<br />

aplicada a los requerimientos reales y con el sustento científico bioético pertinente.<br />

Para la validación fue presentada a 10 expertos con experiencia, formación y liderazgo en el ámbito<br />

del tema de la investigación, que a título personal y como representantes de organismos como la<br />

Sociedad Ecuatoriana de Bioética y la Comisión Nacional de Bioética del Consejo Nacional de Salud<br />

del Ecuador, quienes contribuyeron con sus criterios calificando la propuesta como acorde a la realidad;<br />

de actualidad; factible de ser aplicada; y, su contribución a la formación de Bioética de los<br />

profesionales ecuatorianos a través de la propuesta de Maestría, que redundará en una atención<br />

integral y holística.<br />

Palabras claves: actitudes éticas, decisiones humanizadas, limitación del esfuerzo terapéutico<br />

Summary<br />

Investigation problem: which are the medical staff’s ethical attitudes, nursery and family participation<br />

in humanized decision making with patients with Limited Therapeutic Efforts in Hospitals Eugenio<br />

Espejo and Carlos Andrade Marin’s Intensive Care Units?<br />

Hypotheses: no specific institutional bioethical guidelines exist for LTE adoption in Intensive Care<br />

Units’ patients, which is why criteria is individualized and it is supported by minimum survival and<br />

futility forecast from treatment with limited family participation.<br />

279


Anexo 3. Investigación sobre actitudes ante pacientes LET<br />

Diverse theoretical methods tending to identify, analyze, purpose reality improvement strategies<br />

and validate the problem, were applied. As for empirical methods, polls were used, as well as interviews,<br />

expert criteria and case trackings.<br />

Results: it is relevant to point out that the used criteria in LTE decisions included the inexistence of<br />

reasonable survival possibilities, imminent death situation, bad quality of life and treatment uselessness<br />

for prolonging its agony, based in probability criteria more than those of certainty. The patient’s<br />

autonomy is completely disrespected, no national legal framework or institutional guidelines<br />

that regulate LTE patients’ in ICU decision making exist, and there is little participation from Institutional<br />

Bioethical committees. Hence a proposal was elaborated which intends to give a solution to<br />

the problems detected, adapting it to real requirements and with pertinent bioethical scientific<br />

support. For its validation, it was introduced to 10 experts with experience, formation and leadership<br />

were introduced in the investigation’s topic field, which, with personal capacity and as representatives<br />

of agencies such as the Ecuadorian Bioethical Society and the National Bioethical Commission<br />

of the National Health Council of Ecuador, contributed with their opinion and rated them as<br />

in accordance to reality, current, feasible to be applied and as a contribution to the Bioethical formation<br />

of Ecuadorian professionals through the Master’s proposal and that will redound in an integrate<br />

and holistic attention.<br />

Key words: ethical attitudes, humanized decision, limited therapeutic efforts.<br />

Introducción<br />

Al iniciar esta investigación que pretende describir el contexto en que ocurre el dilema de la toma<br />

de decisiones de Limitación del Esfuerzo Terapéutico (LET) y por ende, de la muerte en dos de los<br />

más grandes hospitales del sector público y del seguro social en Ecuador. Lo primero que se debe<br />

preguntar es: ¿Qué es la muerte? ¿Cuándo a un paciente se le debe aplicar LET? Probablemente no<br />

sea fácil encontrar las respuestas, pues los eventos asociados con la muerte, desde siempre implican<br />

el más grande misterio de la humanidad.<br />

Según Callahan la LET es: “Aceptar el hecho de que una enfermedad no puede controlarse a pesar<br />

de haber hecho un esfuerzo para ello y suspender por tanto un tratamiento, es moralmente tan<br />

aceptable como decidir previamente que la enfermedad no puede ser controlada de manera eficaz<br />

no iniciando medidas de soporte”. 1<br />

Por lo tanto, el temor ante lo desconocido y la angustia de estar o no actuando adecuadamente le<br />

somete al personal de salud de las áreas críticas a dilemas éticos difíciles de resolver. En el contexto<br />

hospitalario, pareciera agudizarse esta realidad por tanto, surgió la necesidad de elaborar esta tesis.<br />

Para la Bioética, el diálogo es fundamental, es su razón de ser, pero si el sujeto del diálogo agoniza,<br />

entonces el profesional de la salud es quien se encuentra al otro lado de la cama, así como sus familiares<br />

junto con los amigos cercanos, quienes deberían en conciencia preguntarse ¿Qué querrá él?<br />

¿Qué necesitará? ¿Cómo querrá morir? ¿Cómo lo podemos ayudar? Estas cuatro preguntas que son<br />

muy fáciles en apariencia pero son terriblemente difíciles, porque tanto el equipo de salud como la<br />

familia de un paciente agónico, comparten una característica que -a ratos- se olvida por el dolor; la<br />

humanidad y con ella la vulnerabilidad, el miedo, la compasión y sin duda el mismo temor a lo desconocido.<br />

Como profesionales sanitarios, se debe aprender a reconocer el momento en que nuestro<br />

rol se transforma desde buscar el curar a buscar el cuidar.<br />

1 Callahan, Daniel. What kind of life, Simon and Schuster De. NY, 1990<br />

280


Bioética para enfermería<br />

El Objetivo principal de esta investigación es conocer la realidad de la aplicación de los principios<br />

éticos en la Limitación del Esfuerzo Terapéutico, en las dos más grandes Unidades de Cuidados Intensivos<br />

de Quito; de tal manera de sugerir las mejoras que sean necesarias para disminuir el sufrimiento<br />

de los pacientes, acortar el duelo de sus familias y orientar al personal sanitario en la toma<br />

de las mejores y más humanas decisiones.<br />

La metodología de trabajo consiste en un análisis bibliográfico que permite plantear un marco teórico<br />

centrado en el concepto de LET y sus implicaciones, dentro de un amplio marco bioético y legal.<br />

También es relevante incluir en el marco teórico, algunas consideraciones sobre la relación clínica y<br />

de cómo ella se ve afectada y debe adecuarse en situaciones de agonía y muerte del paciente. Por<br />

cierto, en cada uno de los aspectos mencionados del marco referencial, se dio realce a las opiniones<br />

más resplandecientes de la bioética y sus recomendaciones frente a tan dramáticos momentos del<br />

que hacer del sanitario.<br />

Posteriormente, en base a los datos, informaciones, conclusiones obtenidas, y, a la revisión bibliográfica<br />

de diversos autores, se propone un conjunto de medidas, acciones y recomendaciones<br />

en el llamado plan de intervención que orienten el actuar del personal en esta materia.<br />

Diseño metodológico<br />

El estudio es dialéctico de tipo cualicuantitativo, radica en la aplicación de varios instrumentos de<br />

recolección de información; descriptivo de la realidad presentada por estos profesionales en relación<br />

al entorno, tanto afectivo como ético; de las decisiones frente a los últimos momentos de vida<br />

y la muerte de sus pacientes. Se utilizaron encuestas estructuradas aplicadas a médicos y enfermeras<br />

de las UCI de los dos hospitales y a familiares de pacientes con LET.<br />

Se realizaron entrevistas a médicos tratantes y jefes de enfermeras de las dos unidades y a las<br />

médicas Coordinadoras de los Comités de Ética Institucionales de los dos Hospitales. Se procedió a<br />

la revisión de historias clínicas de pacientes con LET en el tiempo de estudio.<br />

Sitio de estudio Personal médico Personal enfermería<br />

Pacientes<br />

LET/familiares<br />

H. Andrade Marín 23 54 30<br />

H. Eugenio Espejo 22 30 30<br />

Discusión<br />

Análisis bioético de los datos más relevantes obtenidos de la aplicación de las encuestas a médicos,<br />

enfermeras y familiares: se puede apreciar que tanto médicos como enfermeras demuestran<br />

poco interés en la actualización científica relacionada con aspectos de humanización del cuidado y<br />

específicamente Bioética, muchos de ellos ni siquiera ubican su significado, situación que de laguna<br />

manera evidencia un vacío y una debilidad que seguro influye en el tipo de atención brindada al<br />

paciente en UCI, de ahí que se debe tener muy en claro que además de conocimientos y habilidades<br />

el médico y el resto de personal de estas unidades deben tener ciertas actitudes, unas cualidades de<br />

carácter y un sistema de valores para trabajar en las Unidades.<br />

En cuanto a la atención brindada un gran porcentaje señala que no se toma muy en cuenta la atención<br />

espiritual y humana al paciente de las UCI y otros no responden; de ahí que es necesario reflexionar<br />

qué está sucediendo, posiblemente es que los profesionales dedican más su tiempo a una<br />

281


Anexo 3. Investigación sobre actitudes ante pacientes LET<br />

atención biologista y de tecnificación y no a ver la integralidad de ese ser humano, ni a la enfermedad<br />

como un hecho tan dramático de la vida humana, que pone a prueba tanto la autonomía del<br />

enfermo como la no maleficencia del sanitario, la beneficencia de la familia y la justicia de la sociedad.<br />

En relación a la toma de decisiones sobre diversos dilemas éticos y de manera específica el considerar<br />

hacer LET con un paciente en UCI es relevante describir que en los dos hospitales en estudio<br />

solo toman las decisiones el grupo de médicos que -como ellos lo señalan- es el personal que conoce<br />

perfectamente al paciente, su enfermedad y su pronóstico. En el caso de enfermería, posiblemente<br />

suceda que sus habilidades se han tecnificado y su destreza se ha especializado para "adelantarse"<br />

a situaciones que comprometan la vida del enfermo y "controlar" en todo momento lo<br />

que ocurre, pero no para administrar cuidados paliativos. Se observa gran desconocimiento de la<br />

LET y temor a opinar por miedo a equivocarse.<br />

Sobre la participación del paciente y la familia en la toma de decisiones, dadas las condiciones de<br />

gravedad y al no tener una cultura de decisiones anticipadas, casi no se contempla la posibilidad de<br />

respetar las decisiones explícitas al no haber un documento firmado por el paciente. A la familia se<br />

le da a conocer lo que se pretende hacer sin que necesariamente su decisión influya en los criterios<br />

ya tomados en algunos casos. En el HCAM se toma muy en cuenta la voluntad subrogada expresada<br />

a sus familiares con anterioridad.<br />

Lo mejor que pueden hacer los médicos es recordar dos verdades no cuestionables. El paciente<br />

tiene derecho a decidir y sus allegados son los mejores representantes de su voluntad (cuando no<br />

exista duda sobre la honestidad de su representación). Otra cosa que no puede ni debe olvidarse es<br />

que el paciente puede optar por no ejercer su derecho. Y en base a ello, las decisiones difíciles deberían<br />

tomarse por absoluto consenso de todo el equipo asistencial, con transparencia y recordando<br />

que además de "justicia", "autonomía" y "beneficencia", hay un principio ético (el más clásicamente<br />

reconocido) que es el de "No dañar".<br />

La decisión de aplicar LET a un paciente crítico responde a la necesidad de humanizar el cuidado, la<br />

decisión de restringir o cancelar algún tipo de medidas cuando se percibe una desproporción entre<br />

los fines y los medios del tratamiento, con el objetivo de no caer en la obstinación terapéutica.<br />

Además de los cuidados médicos lo que necesita el enfermo es el amor, el calor humano y sobrenatural,<br />

con el que pueden y deben rodearlo todos aquellos que están cercanos: familia, médicos,<br />

enfermeras.<br />

En relación a la adopción de las decisiones de LET un muy pequeño porcentaje en el HCAM señala<br />

la participación del Comité de Bioética, en el HEE nunca y muchos dicen ni siquiera saber de su existencia,<br />

razón por la cual es necesario señalar que el enfoque bioético en la atención al paciente<br />

crítico es fundamental. El bioeticista, hasta hace poco un desconocido, hoy todavía un extraño, ha<br />

empezado a jugar un papel relevante en el proceso de toma de decisiones sanitarias; ve a la salud<br />

siempre, desde dos dimensiones una física, y, otra moral.<br />

En cuanto al consentimiento que la familia debe dar para la realización de diversos tratamientos y<br />

procedimientos especiales el personal de salud indica que casi siempre lo solicitan y que la familia lo<br />

autoriza, sin embargo no todos los familiares señalan lo mismo, pues ellos indican que solo se enteran<br />

de algunos tratamientos y no siempre lo autorizan de manera escrita. Aquí se debe resaltar<br />

entonces que, es obligación del médico dar a conocer lo que se pretende hacer por y en beneficio<br />

del paciente. Al binomio paternalismo obediencia, debe sustituir el de beneficencia y autonomía.<br />

282


283<br />

Bioética para enfermería<br />

El consentimiento informado es el nuevo rostro de la relación médico enfermo “pero bien aplicado”.<br />

La información que se brinda a la familia es calificada en su mayoría como inadecuada e incomprensible<br />

y brindada en lugares inapropiados, lo describen como un factor negativo para el bienestar de<br />

quienes comparten el dolor y sufrimiento del paciente. En estos momentos dolorosos, la familia<br />

aspira ser respetada en su condición humana y, el personal de salud, debe considerarla como un<br />

grupo cuyos miembros se interrelacionan, sujetos a la influencia del entorno y por tanto, la hospitalización<br />

de uno de ellos crea una situación de crisis.<br />

Plan de intervención<br />

Programa de Educación Continua a Profesionales de las UCI del HEE y HCAM.<br />

Propuesta de Maestría en Bioética para profesionales de la salud y docencia.<br />

Protocolo de LET y/o criterios de terminalidad a ser aplicados en las UCI del HEE y HCAM.<br />

Propuesta de Documento de Instrucciones Previas y Limitación de Tratamientos de Soporte<br />

Vital a ser aplicado en las UCI del HEE y HCAM.<br />

Derechos del paciente crítico.<br />

El plan de intervención propuesto es el resultado de un amplio y profundo análisis científico, bioético.<br />

Pretende responder a las necesidades reales detectadas de manera dinámica, participativa y<br />

con criterios humanizados de actualidad. Se sustenta y es validada por expertos que a título personal<br />

y como representantes de organismos como la Sociedad Ecuatoriana de Bioética (SEB) y la Comisión<br />

Nacional de Bioética (CONABI) del Consejo Nacional de Salud del Ecuador (CONASA) contribuyeron<br />

con sus aportes que son un factor determinante que respalda la investigación.<br />

Conclusiones<br />

La Bioética es un nuevo movimiento que tiene un amplio campo en la atención al paciente grave,<br />

de ahí la necesidad de actualización en este sentido a todos los profesionales interesados<br />

que trabajan en las Unidades de Cuidados Intensivos a través de programas de educación continua<br />

institucional y la oferta de cursos formales de postgrado en este ámbito, que al momento<br />

no existen en el país.<br />

La adopción de LET responde básicamente a los criterios de mal pronóstico vital, agotado esfuerzo<br />

terapéutico (juicio técnico) y mala calidad de vida (juicio de valor) basados en criterios de<br />

probabilidad más que de certeza. Consiste en aplicar medidas para conseguir bienestar y alivio<br />

cuando no se puede curar, tras haber aplicado las medidas correctas de diagnóstico y tratamiento.<br />

Esto conlleva a la incertidumbre en la toma de decisiones que nunca podrá ser eliminada. En<br />

el HEE se aplica el protocolo existente de manera parcial, en el HCAM especialmente se consideran<br />

los criterios de terminalidad.<br />

En la limitación del esfuerzo terapéutico es difícil distinguir dónde terminan los esfuerzos ordinarios<br />

y empiezan los extraordinarios o, si es ético usarlos todos. La decisión de aplicar LET a un<br />

paciente crítico responde a la necesidad de humanizar el cuidado, de restringir o cancelar algún<br />

tipo de medidas cuando se percibe una desproporción entre los fines y los medios del tratamiento,<br />

con el objetivo de no caer en la obstinación terapéutica.<br />

La atención evidenciada en su mayoría es eminentemente biologista y de tecnificación, no ve la<br />

integralidad de ese ser, ni a la enfermedad como un hecho tan dramático de la vida humana


Anexo 3. Investigación sobre actitudes ante pacientes LET<br />

que pone a prueba tanto la autonomía del enfermo, como la no maleficencia del sanitario, la<br />

beneficencia de la familia y la justicia de la sociedad. Se debería por tanto tener muy en cuenta<br />

en este tipo de relación humana: sentimientos de benevolencia, veracidad, empatía, respeto,<br />

espiritualidad, justicia y comunicación adecuada.<br />

La familia debería ser considerada como parte activa de la decisiones, a los profesionales les<br />

correspondería procurar que los familiares sientan que son importantes y necesarios en la atención<br />

al final de la vida de su ser querido con lo cual, se podría minimizar el duelo por su pérdida.<br />

Cada ser humano vive su dolor según su propia personalidad y el tipo de relación que mantenía<br />

con el paciente.<br />

Habría que recalcar que, en las dos Unidades, hace falta trabajar para mejorar la humanización<br />

del cuidado, considerando que como indicadores evidentes de esa problemática, se destacó el<br />

trato generalizado y no personalizado, la nula participación del paciente y participación limitada<br />

de la familia en la toma de decisiones; al igual que de parte del profesional de enfermería se<br />

denota escaso trabajo interdisciplinario al respecto, por variados factores atribuidos por los<br />

médicos quienes señalan ser los que conocen del problema del paciente y que la enfermera no<br />

está preparada al respecto. El personal de enfermería menciona que no opina por temor a<br />

equivocarse y no tener problemas con algunos médicos.<br />

Del mismo modo, otro indicador a considerar es la atención brindada frente a la dignificación de<br />

la muerte, las encuestas reflejan aspectos como:<br />

- El trato no es individual y a veces –incluso- deshumanizado;<br />

- Excesivo sufrimiento previo a la muerte;<br />

- Numerosas enfermeras desconocen los principios fundamentales de la bioética para poder<br />

aplicarlos;<br />

- Determinados médicos hacen ensañamiento terapéutico sin previo pronóstico, algunos se<br />

creen Dioses.<br />

En cuanto a los sentimientos que experimentan los médicos ante la toma de este tipo de decisiones,<br />

la mayoría reconoce que resulta difícil –en muchas circunstancias por sobre todo en profesionales<br />

jóvenes- expresar sentimientos de tristeza y frustración al saber que no se puede<br />

hacer mayor cosa; otros señalan incluso experimentar sentimientos de alivio, considerando que<br />

la mayoría de los pacientes son ancianos abandonados, dependientes de terceros y/o con cantidad<br />

de patologías.<br />

Las dos Instituciones reconocen que no existe un marco legal nacional como también, lineamientos<br />

institucionales que regulen la toma de decisiones de pacientes con LET en UCI. No existe<br />

política alguna emitida por el MSP como órgano rector al respecto, y por tanto, muchas decisiones<br />

deben optarse sin políticas fundamentadas en la justicia distributiva.<br />

No existe participación directa ni coordinación específica con los Comités Bioética–<br />

Institucionales, para la toma de decisiones sobre LET en UCI en algunas situaciones puntuales.<br />

Muchos profesionales del HEE –incluso- señalan que no conocen de su existencia ni labor desempeñada.<br />

Muy pocos pacientes en el HCAM y ninguno en el HEE -en el periodo del presente estudio-, han<br />

contado con un documento de decisiones anticipadas en cuanto a cuidados y tratamientos rela-<br />

284


Bioética para enfermería<br />

tivos a su salud, para que se cumplan en el momento de no estar en condiciones para pronunciarse.<br />

Se hacen necesarios estudios nacionales que permitan profundizar estas complejas decisiones y<br />

cuáles son los límites aceptables de la práctica clínica en los eventos del final de la vida.<br />

Recomendaciones<br />

El Comité de Bioética deberá tener una participación activa en la asesoría adecuada para la mejor<br />

toma de decisiones. Procurará que hoy como ayer, el ideal del médico no puede ser otro<br />

que el del hombre moralmente bueno y a la vez técnicamente diestro en el arte de curar y cuidar<br />

a sus pacientes, teniendo como lema que, contra la violencia y negligencia, la consigna no<br />

puede ser otra que respeto y diligencia.<br />

La familia deberá ser considerada como parte activa de la decisiones; los profesionales deberán<br />

procurar que los familiares sientan que son importantes y necesarios en la atención, al final de<br />

la vida de su ser querido, lo cual podría minimizar el duelo por su pérdida.<br />

Continuar en el desarrollo y aplicación de normativas hospitalarias, sobre la utilización adecuada<br />

de los tratamientos de soporte vital e incluso formularios que especifiquen con claridad, las preferencias<br />

sobre dichos tratamientos que el paciente establece en el marco extra-hospitalario.<br />

Estos instrumentos facilitan el proceso decisorio sobre el inicio o retirada de tratamientos en<br />

cualquier paciente, no solo en aquellos con probabilidad muy reducida de supervivencia a corto<br />

plazo.<br />

Aplicar Protocolo de LET en UCI y/o Criterios de Terminalidad capaces de unificar juicios de<br />

apreciación, tomando decisiones por consenso e interdisciplinariamente, involucrando a la familia,<br />

respetando decisiones previas y humanizando el cuidado.<br />

Propiciar a nivel Institucional y en concordancia con el Comité de Bioética la creación de una<br />

Comisión de Humanización a diferentes niveles.<br />

Incursionar más en el campo de la Bioética a través de la formación académica incidental o formal<br />

a cualquier nivel y de manera específica con la Maestría propuesta.<br />

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285


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Núñez Olarte, J. Decisiones de limitación de tratamiento en enfermos terminales desde el punto de<br />

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Ibídem 13.<br />

Sgreccia, Elio. Bioética, Eutanasia y Dignidad de Muerte, Manual de Bioética, Editorial Diana, México,<br />

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Gracia Guillén, Diego. Futilidad. Un concepto en evaluación en Ética de los confines de la vida, Editorial<br />

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Vielva Asejo, Julio. Etica de las Profesiones, Editorial Descleé De Brower, Granada, 2002.<br />

Caldanil M. et al. El Hombre y su medio en la Bioética de nuestro tiempo, XI Jornadas Argentinas y<br />

Latinoamericanas de Bioética, Ediciones Suárez, Rosario, 2006.<br />

Ibídem 20.<br />

Ibídem 21.<br />

Juramento Hipocrático: Códigos Internacionales de Ética. Boletín de la OPS, Volumen 108. Números<br />

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Pacín, J. Cuestiones Éticas en Medicina Crítica. Avances en Medicina Intensiva, Madrid, 1998.<br />

García Capilla, Diego. Introducción a la Bioética Médica, Boletín de la OPS, Volumen 108. Números 5<br />

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Cárdenas Pérez, ME, Flores Rodríguez JL, Singh Castillo G Ética Médica y Bioética. Perspectiva Filosófica.<br />

Lecturas de Filosofía, Salud y Sociedad, Colectivo de Autores, Editorial Ciencias Médicas, La<br />

Habana, 2000.<br />

Álvarez Suárez, JR. Caballero Beltrán, J. Conceptos Bioéticos actuales aplicados a la Medicina Intensiva,<br />

Segunda Edición, Volumen 2, Ediciones Harcour SA, 2001.<br />

286


Bioética para enfermería<br />

Anexo 4<br />

Propuesta de manual técnico administrativo para la creación y funcionamiento de la<br />

clínica del dolor y cuidados paliativos del Hospital Eugenio Espejo. Quito, 2012<br />

Dra. Jacqueline Bonilla Merizalde, PhD.<br />

Introducción<br />

Tras varios decenios de experiencia e investigación clínica, se conoce la manera de prevenir y manejar<br />

adecuadamente el dolor en el paciente oncológico. Durante muchos años se ha tenido la concepción<br />

que la medicina, tiene como función específica curar, atender y sanar, a aquellos que padecen<br />

de enfermedad o dolor. En el Ecuador se ha comenzado a prestar atención a los cuidados paliativos,<br />

capaz de propiciar calidad de vida y una muerte digna. La Organización Mundial de Salud los<br />

define como: “el cuidado activo y total de los pacientes portadores de enfermedades que no responden<br />

a tratamiento curativo. El control del dolor y de otros síntomas, así como la atención de<br />

aspectos psicológicos, sociales y espirituales, es primordial…” 1 .<br />

Para la Clínica Familia de Santiago de Chile los cuidados paliativos comprenden el acompañar, atender<br />

y educar integralmente al enfermo físicamente incurable junto a su familia, en sus aspectos espirituales,<br />

psicosociales y físicos: para vivir dignamente, crecer, morir en paz y trascender del sufrimiento,<br />

en lo personal, familiar y social.<br />

El presente proyecto contiene conceptos afines al dolor y los cuidados paliativos, normas, reglamento,<br />

personal, funciones, materiales, equipos como también una breve revisión de medicación<br />

que podría ser utilizada con los pacientes. Además describe los principales protocolos de atención<br />

que se debe llevar a cabo en el cuidado al paciente que acude a este servicio.<br />

Por tanto la propuesta responde a la necesidad del Hospital Eugenio Espejo de brindar una mejor<br />

calidad de vida al paciente en fase terminal, la misma que reafirmará la calidad de atención que esta<br />

institución oferta, constituyendo un instrumento de apoyo para la organización y dirección que debe<br />

imperar en este tipo de servicio y para quienes tienen la responsabilidad de maximizar todos los<br />

recursos.<br />

Objetivos<br />

Describir la organización de la Clínica del dolor y cuidados paliativos, así como su forma de trabajo<br />

y distribución con el fin de elaborar normativas que propicien equidad en la distribución de<br />

actividades y un máximo aprovechamiento de los recursos humanos.<br />

Definir funciones específicas para cada uno de los integrantes de la Clínica del Dolor y cuidados<br />

Paliativos.<br />

Unificar criterios sobre los cuidados de enfermería que se debe brindar de manera holística al<br />

paciente paliativo.<br />

Orientar al equipo de salud y familia sobre los que son los cuidados paliativos y el manejo del<br />

dolor.<br />

Permitir el mayor aprovechamiento de los recursos.<br />

Obrar como medio de comunicación e instrumento de control.<br />

1 DOYLE, D., D. HANKS, and N. MACDONALD, Introduction, in Oxford Textbook of<br />

Palliative Medicine, O.U. Press, Editor. 1999: Oxford UK. p. 3 -11.<br />

287


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Facilitar la supervisión del trabajo individual y colectivo.<br />

Protocolizar procedimientos más comunes dentro de la clínica.<br />

Misión<br />

La Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos es un centro de referencia donde se proporciona atención<br />

profesional especializada, con calidez y calidad a pacientes con dolor crónico rebelde a tratamientos<br />

habituales de causa no oncológica u oncológica con apoyo de otras especialidades médicas constituyendo<br />

grupos multidisciplinarios para otorgar diagnósticos y tratamientos adecuados al enfermo<br />

en fase terminal. La atención brindada se enmarca dentro del marco jurídico institucional vigente y<br />

toma en cuenta aspectos espirituales, psicosociales y físicos: para vivir dignamente, crecer y morir<br />

en paz, sustentados en valores éticos, responsabilidad, humanismo y con integración total de la<br />

familia.<br />

Visión<br />

Ser líder en la atención especializada del paciente terminal y tratamiento en dolor crónico, con rebeldía<br />

a las terapéuticas habituales mejorando la calidad de vida de los enfermos, tratando de integrarlos<br />

nuevamente a su vida cotidiana, dentro de un concepto de Consulta Externa, Unidades de<br />

Agudos, Interconsulta interhospitalaria y Programa de soporte en salud domiciliario, así como convertirse<br />

en el Centro Nacional de Capacitación para formar profesionales de la salud dedicados a<br />

esta área, capaces de crear nuevos Centros en el alivio del dolor y cuidados paliativos en toda la<br />

República del Ecuador.<br />

Clínica del dolor y cuidados paliativos<br />

La Clínica del dolor y cuidados paliativos es un servicio con programas de tratamiento activo destinados<br />

a mantener o mejorar las condiciones de vida de los pacientes cuya enfermedad no responde<br />

al tratamiento curativo, trata multidisciplinariamente el dolor crónico y la triada básica de los Cuidados<br />

Paliativos: comunicación eficaz, control de síntomas y apoyo a la familia.<br />

"El nacimiento del tratamiento del dolor como una especialidad, apareció por primera vez en el<br />

Hospicio San Lucas en Londres, Inglaterra, donde desde 1940, la Dra. Cecily Saunders busca la manera<br />

de aliviar el dolor de los enfermos y sus familias (Calvo: 1998).<br />

Los primeros pasos en el manejo del dolor se dieron en Inglaterra, con la creación de Hospicios de<br />

cuidados paliativos, donde se le otorgaba al paciente una muerte digna. Se incluía la atención tanto<br />

a enfermos como a los familiares a nivel físico, emocional y espiritual.<br />

El hospicio creado por la doctora y trabajadora social Cecily Saunders, fue la piedra angular para el<br />

desarrollo del tratamiento moderno del control del dolor y los cuidados paliativos 2 . El cuidado paliativo,<br />

implica comprender que la persona afectada por dolor crónico o terminal realmente sufre y<br />

necesita ser aliviada. El tratamiento que se brinde debe ser competente para el control del dolor<br />

físico, pero así mismo debe brindarse tratamiento social, psicológico y espiritual.<br />

2 Calvo Patricia et al. Propuesta para la ampliación del servicio de atención médica extra hospitalaria<br />

de la clínica del control del dolor y cuidados paliativos del Hospital Dr. Rafael Ángel Calderón<br />

Guardia. Universidad de Costa Rica, Seminario de Graduación en Administración de Negocios, San<br />

José, Costa Rica. 2000<br />

288


Bioética para enfermería<br />

El dolor no solo limita la capacidad física del individuo; la sensación de impotencia y muchas veces<br />

de frustración, reflejadas en la actividad física, emocional y espiritual disminuida, revelan la influencia<br />

directa en la pérdida de calidad de vida y de la autoestima de los pacientes.<br />

El cuidado del paciente que sufre este tipo de dolor, debe ser de una forma integral, atendiendo<br />

toda la connotación del dolor; tomando en cuenta al paciente como parte de una unidad especial<br />

que es su familia, su contexto social y muy por encima de toda su interioridad: sentimientos, pensamientos<br />

y espiritualidad.<br />

No por ser paliativa, esta medicina es menos importante que la convencional, muy por el contrario,<br />

requiere de conocimiento, experiencia, capacitación, pero además de actitudes humanas que permitan<br />

comprender el dolor en su máxima expresión.<br />

El cuidado paliativo debe llevarse a cabo por un equipo interdisciplinario, para que la acción sea más<br />

efectiva y buscando siempre el mayor beneficio para las personas con las cuales se trabaja, deben<br />

preocuparse por la causa del dolor, aliviarlo y palearlo con medicamentos especiales, apoyo psicológico,<br />

social y espiritual.<br />

La naturaleza del dolor, exige que el abordaje sea integral, que se complementen conocimientos,<br />

procedimientos y componentes del ámbito biopsicosocial-espiritual de cada uno de los pacientes en<br />

la intervención.<br />

Ante las puertas de la muerte, ¿cuál puede ser la satisfacción personal de los profesionales? Aunque<br />

para muchos todo esté perdido, el profesional que trabaja con el dolor, encuentra en su experiencia<br />

profesional y personal una ganancia que "no puede comprar ni la mayor cantidad de oro que exista<br />

en el mundo".<br />

El dolor es un hecho real, cada paciente con dolor necesita mucho, cualquier cosa que se haga para<br />

mitigarlo se agradece. Cada paso que se da tiene un impacto en la vida de los que sufren dolor;<br />

cuando son aliviados se sienten como personas dignas, como ese ser humano trascendente que<br />

necesita vivir y morir tal como él lo desea, paliar el dolor es un hecho totalmente humano y la gratificación<br />

no la paga ninguna moneda.<br />

Al trabajar con el dolor a tan solo unos pasos de la muerte, es posible aprender a vivir y cambiar<br />

radicalmente la forma de ver las cosas en el mundo, de las grandes angustias, se aprende a disfrutar<br />

de los pequeños placeres.<br />

El manejo del dolor, puede llegar a convertirse para los profesionales comprometidos con él, en el<br />

entusiasmo, la pasión y la lucha diaria; por ver de qué forma se brinda una calidad de vida a todos<br />

los que están reclamando por ella.<br />

Esta labor permite no solo la formación y desarrollo profesional, sino que se convierte en una escuela<br />

de preparación para la propia muerte, se aprende a valorar la vida y a vivir plenamente como<br />

si fuera el último día.<br />

Un abrazo, un beso, un gracias, ante una situación de dolor total, realza la identidad personal y profesional<br />

de quien los recibe.<br />

289


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Aunque exista la imposibilidad de no poder hacer más para evitar la muerte, la satisfacción es plena<br />

siempre y cuando se haya realizado el intento de aliviar y proporcionar la muerte con dignidad. La<br />

realización humana que se puede desprender de colaborar en una obra de amor, entrega, dedicación,<br />

esfuerzo, profesión y vocación, no se puede comparar con ningún otro. Aliviar el dolor es la<br />

meta, lograrlo el ideal<br />

Por tanto el cuidado paliativo es la atención de pacientes con enfermedades activas, progresivas,<br />

muy avanzadas para las cuales, el enfoque del cuidado es el alivio y la prevención del sufrimiento y<br />

de su calidad de vida.<br />

Se debe notar lo siguiente:<br />

- Enfermedad activa: la actividad puede ser confirmada y medida objetivamente con exámenes<br />

clínicos e investigación.<br />

- Enfermedad progresiva: también puede ser evaluada clínicamente.<br />

- Enfermedad muy avanzada: es más difícil de definir pero como ejemplo es una enfermedad metastásica<br />

extensiva, cáncer, cardiaca refractaria, falla renal o respiratoria y total dependencia en<br />

condiciones neuro degenerativas o Alzheimer.<br />

- El enfoque en la calidad de vida es la característica clave de la definición.<br />

- Está orientada a la persona y no a la enfermedad.<br />

- Su principal preocupación es la prolongación de la vida (no el acortarla).<br />

- No es su principal preocupación producir una remisión de la enfermedad a largo plazo.<br />

- Es holística en su enfoque y tiende a atender todos los problemas del paciente tanto físico como<br />

psíquico.<br />

- Hace uso de enfoques multidisciplinarios o interprofesionales involucrando doctores y enfermeras<br />

así como personal ajeno a la salud para cubrir todos los aspectos del cuidado.<br />

- Está dedicado a la calidad de lo que le quede de vida al paciente.<br />

- Es apropiada para todos los pacientes con enfermedades activas, progresivas y avanzadas y no<br />

solamente a los pacientes con cáncer.<br />

- El cuidado paliativo es apropiado para todos los pacientes que reciben en forma continuada<br />

terapia “activa” para su enfermedad subyacente.<br />

El cuidado paliativo nunca debe ser descontinuado hasta que todos los tratamientos “activos” y<br />

regímenes para la enfermedad subyacente hayan sido agotados.<br />

Su mensaje es que cualquiera sea la enfermedad, cuan avanzada este, cual haya sido su tratamiento,<br />

siempre hay algo más que hacer para mejorar la calidad de la vida restante al paciente.<br />

Definición de la Organización Mundial de la salud<br />

“El cuidado paliativo es un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes y sus familias que<br />

enfrentan problemas asociados a enfermedades que amenazan la vida, a través de la prevención y<br />

alivio del sufrimiento por medio de una identificación temprana y una evaluación impecable así como<br />

el tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicológicos y espirituales”.<br />

El cuidado paliativo:<br />

- Entrega alivio para el dolor y otros síntomas de angustia.<br />

- Reafirma la vida y se refiere a la muerte como un proceso normal.<br />

- No intenta ni alargar ni acortar la vida.<br />

- Integra los aspectos psicológicos y espirituales en el cuidado del paciente.<br />

290


Bioética para enfermería<br />

- Ofrece un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir lo más activamente posible hasta<br />

su muerte.<br />

- Ofrece un sistema de apoyo para ayudar a la familia a enfrentar la enfermedad del paciente y a<br />

su propio duelo.<br />

- Usa un enfoque de equipo para dirigir las necesidades del paciente y sus familias, incluyendo<br />

consuelo a su duelo de ser necesario.<br />

- Mejora la calidad de vida y puede influenciar en forma positiva al curso de la enfermedad.<br />

- Se puede aplicar en las primeras etapas de la enfermedad, en conjunto con otras terapias que<br />

intentan prolongar la vida come es la quimioterapia o terapia de radiación e incluye las investigaciones<br />

necesarias para comprender y manejar las complicaciones de la angustia clínica.<br />

Tipos de cuidado: el significado de “paliativo”<br />

Es importante diferenciar:<br />

- Los principios del cuidado paliativo que aplican a todos los cuidados cualquiera que sea la enfermedad<br />

que sufre el paciente.<br />

- Técnicas paliativas o terapias incluye procedimientos o terapias médicas y quirúrgicas (Ej. Fijaciones<br />

internas de fracturas y radioterapia), que son empleadas para paliar síntomas y aliviar el<br />

sufrimiento pero que son solo parte pequeña del espectro de cuidado conocido como cuidado<br />

paliativo.<br />

- Cuidado paliativo especializado, en algunos países se practica en unidades operadas exclusivamente<br />

para cuidado paliativo por doctores y enfermeras con especialización acreditada en cuidado<br />

paliativo. Si esta especialización es importante o esencial, es algo que solo se puede debatir<br />

en el contexto de las necesidades y recursos nacionales.<br />

Necesidad del cuidado paliativo<br />

- Cincuenta y dos millones de personas mueren cada año.<br />

- Se estima que diez millones mueren sin haber recibido alivio a su sufrimiento.<br />

- Alrededor de 5 millones mueren de cáncer cada año a los que habría que sumar los que mueren<br />

de SIDA y otras enfermedades que se pueden beneficiar con el cuidado paliativo.<br />

- El que muchas personas mueran con innecesario o sin tratamiento de su sufrimiento está bien<br />

documentado en estudios publicados en cientos de documentos médicos y reportes.<br />

- En los países desarrollados y en vías de desarrollo las personas están viviendo y muriendo a) con<br />

dolor innecesario o no tratado. b) con síntomas físicos que pudieron ser controlables. c) con<br />

problemas psicosociales y espirituales no resueltos. d) en medio de la soledad a menudo sintiéndose<br />

una molestia para el resto.<br />

- Este es el sufrimiento que pudo haber sido ayudado o prevenido con el cuidado paliativo.<br />

- La Organización Mundial de la Salud (1990) y la Declaración de Barcelona (1996) pidieron que el<br />

cuidado paliativo fuera incluido en el servicio de salud de casa país.<br />

El alivio de los que sufren es éticamente imperativo, de tal forma que cada paciente con una enfermedad<br />

activa, progresiva y muy avanzada, tiene el derecho a un cuidado paliativo. Los miembros<br />

del equipo de salud, médicos y enfermeras, tiene, la responsabilidad de emplear los principios del<br />

cuidado paliativo en el caso de estos pacientes. Cada paciente tiene el derecho a morir en el lugar<br />

de su elección.<br />

Metas del cuidado paliativo<br />

- Dar alivio al dolor y a otros síntomas físicos.<br />

- Maximizar la calidad de vida del paciente.<br />

291


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

- Proveer al paciente con cuidado psicosocial y espiritual.<br />

- Darle ayuda para asistir a la familia durante la enfermedad del paciente y su duelo subsecuente.<br />

Cuidado paliativo y sufrimiento: cuidado interprofesional<br />

Puede ser definido como la angustia asociada a eventos que amenazan lo intacto y la totalidad de la<br />

persona. En la práctica clínica, es de ayuda tener una simple clasificación de las causas del sufrimiento,<br />

para que el complejo problema presentado por el paciente pueda ser desenredado y así<br />

proveer paliación comprensiva y alivio al sufrimiento.<br />

- Dolor<br />

- Otros síntomas físicos.<br />

- Psicológicos.<br />

- Sociales.<br />

- Culturales.<br />

- Espirituales.<br />

Los componentes del cuidado paliativo, o el aspecto del cuidado y tratamiento que necesita ser<br />

atendido, siguen lógicamente de las causas del sufrimiento. Cada uno debe ser dirigido en la provisión<br />

de cuidado paliativo comprensivo, haciendo un enfoque de equipo multidisciplinario a la necesidad.<br />

El tratamiento del dolor y síntomas físicos están enfocados primero porque no es posible lidiar con<br />

los aspectos psicosociales del cuidado si el paciente no ha revelado dolor u otros síntomas de angustia<br />

física.<br />

Varias causas de sufrimiento son inter–dependientes y no reconocidas, problemas no resueltos relativos<br />

a una causa, pueden ser origen o exacerbar otros aspectos del sufrimiento, dolor y angustia<br />

psicológica de un área relacionada.<br />

- Un dolor no aliviado puede causar o agravar los problemas psicosociales. Estos componentes<br />

sicosociales del sufrimiento no pueden ser tratados exitosamente hasta que el dolor haya sido<br />

aliviado.<br />

- El dolor puede ser agravado por problemas psicosociales no reconocidos o no tratados. Ninguna<br />

cantidad de analgésicos bien prescritos aliviara el dolor del paciente hasta que los problemas<br />

psicosociales hayan sido atendidos.<br />

El enfoque de un equipo multidisciplinario para evaluación y tratamiento es mandatorio. El no hacer<br />

esto, a menudo resulta que el dolor y el sufrimiento psicológico no son revelados. Ningún profesional<br />

puede tratar con la cantidad de problemas que se encuentran en el cuidado paliativo. Un equipo<br />

integrado es esencial.<br />

Equipos multidisciplinarios e interprofesionales<br />

El éxito del cuidado paliativo requiere la atención en todos los aspectos del sufrimiento del paciente.<br />

Esto, requiere la asistencia de un número de personales médicos, enfermería y cooperadores<br />

ajenos, un enfoque multidisciplinario. Establecer un servicio de cuidado paliativo es un trabajo de<br />

equipo multidisciplinario o interprofesional.<br />

- Multidisciplinario es el término usado para dirigirse a los equipos de cuidado paliativo, pero si<br />

los individuos trabajan de forma independiente y no hay reuniones de equipo regulares, el cuidado<br />

del paciente puede fragmentarse y se dará una información conflictiva a los pacientes y su<br />

familia.<br />

292


Bioética para enfermería<br />

- Interprofesional es el término usado actualmente para los equipos que tienen reuniones regulares<br />

para discutir el cuidado del o los pacientes y desarrollar un plan único de manejo para cada<br />

uno de ellos dando apoyo a cada uno de los miembros del equipo.<br />

- Donde no se ha establecido aún un servicio de cuidado paliativo, es importante que los profesionales<br />

que están entregando el cuidado, trabajen como equipo, reuniéndose regularmente,<br />

planeando y revisando el cuidado y apoyándose mutuamente.<br />

El paciente puede ser considerado como un miembro del equipo (aunque no participa en las reuniones)<br />

en vista de que todo el tratamiento debe tener su consentimiento, comprensión y de<br />

acuerdo a sus deseos.<br />

Los miembros de la familia del paciente, también pueden ser considerados miembros del equipo ya<br />

que tienen un rol importante en el tratamiento total del paciente y sus opiniones debieran ser incluidas<br />

al formular un plan de manejo el que les debe explicar en su totalidad.<br />

Los voluntarios juegan un rol muy importante en muchos servicios de cuidado paliativo. Ellos no<br />

reciben pago pero se les puede ofrecer cubrir sus gastos. Trabajan en recepción, cafeterías, bibliotecas,<br />

oficinas de recursos, arreglos de flores, unidades de día, transporte, salones de caridad pero,<br />

en muchas unidades no hacen trabajo directo con el paciente.<br />

Principios del cuidado paliativo<br />

El cuidado paliativo incorpora el total del espectro de cuidado médico, enfermería, psicológico, social,<br />

cultural y espiritual. Como un enfoque holístico, incorpora estos amplios aspectos de la atención<br />

que son una buena práctica médica y en cuidado paliativo son esenciales. Los principios del<br />

cuidado paliativo simplemente pueden ser considerados como aquellos de una buena práctica clínica,<br />

sea cual fuere la enfermedad del paciente, esté o no el paciente bajo cuidado, cualquiera sea su<br />

estatus social, credo, cultura y educación.<br />

Roles de la clínica<br />

Esperanza: transar metas realistas con los pacientes es una forma de restablecer y mantener su<br />

esperanza, también está relacionada con otros aspectos de la vida y de las relaciones personales. La<br />

comunicación de verdades dolorosas no tiene por qué ser equivalente a destruir la esperanza; la<br />

esperanza de la recuperación puede ser reemplazada por una esperanza alternativa. Así, en los pacientes<br />

próximos a la muerte la esperanza tiende a centrarse en:<br />

El ser más que en el lograr<br />

Las relaciones con otros<br />

La relación con Dios o con un “ser superior”<br />

Es posible, por tanto, que la esperanza aumente cuando una persona se aproxima a la muerte,<br />

siempre que se mantengan una atención y un confort satisfactorios. Cuando queda poco que esperar,<br />

aún se puede esperar no ser dejado solo a la hora de morir y morir en paz.<br />

Acompañamiento calificado: en momentos de crisis todos necesitamos compañía. Al morir necesitamos<br />

una compañía que pueda explicarnos por qué tenemos dolor, dificultad para respirar, constipación,<br />

debilidad, etc.; alguien que pueda explicarnos en términos simples lo que está sucediendo.<br />

Se menciona que existen profesionales al lado de la cama, que se interesan por el paciente y otros a<br />

los pies de la cama, que se interesan por la condición del paciente.”<br />

293


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Desafortunadamente, muchos profesionales usan “comportamientos distanciadores” específicos<br />

cuando tratan con sus pacientes, necesitarían modificar su comportamiento si quieren ser un verdadero<br />

apoyo para los pacientes moribundos y sus familias. Es necesario aprender a “escuchar activamente”<br />

para facilitar la expresión de las emociones negativas y de los temores. Una forma de<br />

abrir la puerta a las preocupaciones no expresadas del paciente es plantear preguntas abiertas, como<br />

por ejemplo: “¿cómo está hoy?” “¿cómo ha estado desde la última vez que nos vimos?” “¿cómo<br />

ha reaccionado su familia ante la enfermedad?”<br />

Una atención totalmente personalizada: el equipo debe procurar ayudar a que el paciente dé lo<br />

mejor de sí, según su personalidad, su familia, su background cultural, sus creencias, su edad, su<br />

enfermedad, sus síntomas, sus ansiedades y sus temores. Es necesaria la flexibilidad; hay que saber<br />

encontrar a los pacientes allí donde se encuentran social, cultural, psicológica, espiritual y físicamente.<br />

No existe algo así como el paciente moribundo típico.<br />

Aspectos espirituales del cuidado: se ha escrito innumerables documentos sobre las necesidades<br />

emocionales de los moribundos; pero mucho menos sobre los aspectos espirituales de su atención.<br />

Sin embargo, la vida humana no está gobernada simplemente por instintos y hormonas. Los deseos<br />

humanos se extienden más allá de las necesidades básicas de comida, confort y compañía. La gente<br />

se cuestiona; y las criaturas que se cuestionan, preguntan “¿por qué?” Como dice Nietzsche, “aquel<br />

que tiene por qué vivir puede soportar casi cualquier cosa”. Cuando está muriendo, mucha gente se<br />

cuestiona su vida por primera vez:<br />

- “¿He vivido una buena vida?”<br />

- “Nunca le he hecho daño a nadie”<br />

- “¿Por qué me ocurre esto a mí?”<br />

- “¿Qué he hecho para merecer esto?”<br />

Sólo una pequeña minoría conversa sobre estos temas con su médico, sin embargo, la mayoría lo<br />

hace con una enfermera, una asistente social o con parientes o amigos cercanos. La gente es muy<br />

perceptiva y es poco probable que los pacientes involucren al personal de salud si sienten que la<br />

comunicación a este nivel puede causarles disconformidad.<br />

Trabajo en equipo: es un componente esencial de la Medicina Paliativa e implica coordinación de<br />

esfuerzos; facilita la identificación de los recursos disponibles y evita la duplicación estéril. En Medicina<br />

Paliativa, el núcleo del equipo generalmente está dado por una enfermera, un médico, una<br />

asistente social y un clérigo.<br />

La “difuminación de los roles” es una característica inevitable del trabajo en equipo; también lo es el<br />

conflicto y la necesidad de manejarlo en forma constructiva y creativa. Tener una meta común unifica.<br />

Hay algunas condiciones que favorecen el trabajo en equipo: los integrantes deben ser especialistas<br />

en sus áreas, deben compartir un objetivo común y deben integrar planes de asistencia, educación<br />

y rehabilitación, estar en constante perfeccionamiento y desarrollar investigaciones que les<br />

permitan evaluar y modificar su intervención.<br />

Actualmente, la moderna aproximación del trabajo colectivo reconoce y asume la gran importancia<br />

de la incorporación de los usuarios o beneficiarios de cualquier programa, tanto en la implementación<br />

de las soluciones, como en el diagnóstico y análisis de las distintas situaciones y problemas<br />

(Equipo transdisciplinario).<br />

294


Bioética para enfermería<br />

Políticas: se considera al paciente como una unidad Biopsicosocial satisfaciendo sus necesidades de<br />

manera holística. Se optimiza la calidad de atención mediante la participación de los integrantes del<br />

equipo multidisciplinario; además proporciona los recursos humanos y materiales para las actividades<br />

que se llevan a cabo en el servicio y brinda a los pacientes trato humano e integral que incluye a<br />

la familia. Promueve y fomenta las buenas relaciones humanas entre el personal creando un ambiente<br />

favorable para el accionar de la clínica<br />

El equipo básico de trabajo: es posible proponer un equipo ideal que debería conformar toda clínica<br />

de atención del dolor y cuidados paliativos; éste estaría formado por: Equipo médico (medicina<br />

interna, anestesiólogo, hematólogo), Profesional en Psicología y Trabajo Social, Enfermería, Farmacia<br />

y atención espiritual sea sacerdote o pastor.<br />

Al ser el dolor un fenómeno totalmente amplio y multifactorial y dimensional como ya se ha indicado,<br />

se hace necesario para una atención integral, la permanencia de un equipo que cumpla con las<br />

necesidades básicas de los enfermos, tales como las físicas, las psicológicas, sociales, emocionales y<br />

espirituales.<br />

En cuanto al campo de la medicina, se identifica que dentro de los equipos laboran médicos generales,<br />

anestesiólogos, algólogos (especialista en el dolor), hematólogos. Lo importante es que al menos<br />

exista el equipo médico básico para la atención del dolor.<br />

Entre más especialistas laboren dentro del equipo, más completa será la atención que se brinde, sin<br />

embargo, hay que tomar en cuenta un importante factor, cual es la disponibilidad de recursos para<br />

desempeñar estas labores y los conocimientos necesarios. Es necesaria la atención social, emocional<br />

y psicológica de los pacientes, funciones que deben ser desempeñadas por psicólogos, trabajadores<br />

sociales y psiquiatras.<br />

La atención farmacéutica, se vuelve fundamental en el cuidado paliativo. Si se cuenta con el servicio<br />

de farmacia dentro de la misma clínica, o sea no dependiente específicamente del Hospital, la labor<br />

puede ser más útil y eficaz, porque se tendrá lo que se necesite en el momento preciso.<br />

La atención espiritual, debe verse tan importante como la médica y social. Se le debe dar la oportunidad<br />

a cada enfermo terminal y moribundo de encontrarse con su espiritualidad, en el trance final<br />

de su vida. Aun así, sin importar el credo religioso, es imprescindible que exista un profesional al<br />

respecto, que se incorporen de ser posible, pastores, predicadores y sacerdotes en general.<br />

Distribución del capital humano interdisciplinario necesario<br />

Número de profesionales Especialidad<br />

1<br />

Oncólogo Clínico<br />

1<br />

Internista<br />

1<br />

Algólogo<br />

1<br />

Anestesiólogo<br />

1<br />

Hematólogo<br />

1<br />

Psicóloga<br />

1<br />

Trabajadora Social<br />

6<br />

Enfermería<br />

1<br />

Farmacia<br />

1<br />

Apoyo espiritual<br />

295


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Descripción de funciones<br />

1. Jefatura de servicio<br />

Objetivo Coordinar y supervisar las actividades referentes a Clínica del Dolor, Cuidados Paliativos,<br />

Enseñanza e Investigación del Servicio, a fin de brindar una mejor atención al paciente.<br />

Funciones - Organizar, supervisar y evaluar con criterios de eficiencia y eficacia el cumplimiento de<br />

las metas establecidas del Servicio.<br />

- Organizar y en su caso, resolver coordinadamente las necesidades de personal de recursos<br />

materiales, de desarrollo y de capacitación del personal y de investigación.<br />

- Coordinar y participar directamente en la capacitación y actualización técnica permanente<br />

del personal médico y paramédico, acorde con la frecuencia y prioridad de los problemas<br />

que atiende.<br />

- Coordinar al personal de psicología y trabajo social para una mejor atención de los pacientes<br />

que así lo ameriten.<br />

- Supervisar sistemáticamente al personal médico a su cargo la permanencia en el Servicio,<br />

la oportunidad y calidad de los servicios que proporciona a los pacientes.<br />

- Supervisar y evaluar la calidad, oportunidad y veracidad de la información de las actividades<br />

programadas y acordar con el Subdirector de área las posibles soluciones a las<br />

desviaciones encontradas.<br />

- Cumplir con todas las actividades establecidas y las que se le demanden según programas<br />

prioritarios.<br />

- Supervisar que la información estadística de las actividades de cada coordinación sean<br />

enviadas en forma veraz y oportuna a la Dirección de Planeación.<br />

- Llevar el control técnico y administrativo del Servicio.<br />

2. Coordinación de la clínica del dolor<br />

Objetivo Coordinar las actividades de la Clínica del dolor y establecer programas prioritarios para<br />

brindar atención al paciente con calidad y calidez.<br />

Funciones - Planear, organizar coordinar y evaluar las actividades establecidas conforme al presupuesto<br />

por programas de operación de la Clínica del dolor.<br />

- Coordinar, elaborar y mantener actualizado el diagnóstico situacional de salud del área<br />

de influencia de la Unidad Médica respecto a la Clínica del dolor.<br />

- Identificar las necesidades de capacitación del personal médico y elaborar programas de<br />

formación periódica para los algólogos.<br />

- Identificar las necesidades del Servicio (Clínica del Dolor) y participar en la capacitación<br />

del personal técnico y administrativo.<br />

- Coordinar y evaluar la aplicación y observancia de las Normas establecidas en la Clínica<br />

del Dolor, para los diversos niveles de atención.<br />

- Notificar e informar sobre las situaciones que ameriten acciones prioritarias de control<br />

sanitario en la Clínica del Dolor.<br />

- Realizar todas las actividades relacionadas con las funciones establecidas y las que se le<br />

demanden según programas prioritarios.<br />

- Elaborar y entregar la hoja de incidencias quincenal de los médicos especialistas.<br />

- Supervisar que la información estadística de las actividades del servicio sea enviada en<br />

forma veraz y oportuna a la Dirección de Planeación.<br />

3. Coordinación cuidados paliativos<br />

Objetivo Coordinar las actividades de Cuidados Paliativos y establecer programas prioritarios para<br />

brindar atención al paciente con calidad y calidez.<br />

Funciones - Planear, organizar, coordinar, evaluar las actividades y visitas domiciliarias conforme a<br />

los programas de operación de la Clínica del dolor.<br />

- Coordinar, elaborar y mantener actualizado el diagnóstico situacional de salud del área<br />

de influencia de la Unidad Médica respecto a la Clínica del dolor.<br />

296


Bioética para enfermería<br />

- Identificar las necesidades de capacitación del personal médico y elaborar programas de<br />

capacitación periódica para los algólogos.<br />

- Establecer la coordinación intersectorial (de la Clínica del Dolor), previo acuerdo con el<br />

Jefe del Servicio.<br />

- Coordinar y evaluar la aplicación y observancia de las normas establecidas en la Clínica<br />

del Dolor, para los diversos niveles de atención.<br />

- Notificar e informar sobre las situaciones que ameriten acciones prioritarias de control<br />

sanitario en la Clínica del Dolor.<br />

- Acordar periódicamente con el Jefe del Servicio sobre los problemas y las posibilidades<br />

soluciones de los asuntos del área a su cargo (médicos algólogos).<br />

- Realizar todas las actividades relacionadas con las funciones establecidas y las que se le<br />

demanden según programas prioritarios.<br />

- Elaborar y entregar la hoja de incidencias quincenal de los médicos especialistas.<br />

- Supervisar que la información estadística de las actividades del servicio sea enviada en<br />

forma veraz y oportuna a la Dirección de Planeación.<br />

4. Jefatura de enfermería<br />

Objetivo Administrar el servicio de enfermería y supervisar la atención directa al paciente para asegurar<br />

la calidad del cuidado enfermero. Responsable del personal de enfermería.<br />

Funciones - Elaborar y actualizar instrumentos técnicos y administrativos de enfermería.<br />

- Organizar los recursos humanos físicos y materiales asignados para la atención de enfermería<br />

al paciente.<br />

- Coordinar las actividades del personal de enfermería a su cargo.<br />

- Establecer coordinación con el equipo multidisciplinario para la atención del paciente.<br />

- Verificar calidad de las intervenciones de enfermería y establecer acciones de mejora en<br />

caso necesario.<br />

- Elaborar informes de productividad así como de programas suplementarios.<br />

- Realizar evaluaciones del personal de enfermería.<br />

- Mantener coordinación con el profesor responsable de los alumnos de enfermería en<br />

práctica clínica.<br />

- Elaborar y actualizar instrumentos técnicos y administrativos del servicio a su cargo.<br />

- Organizar y controlar al personal administrativo y de intendencia, así como los recursos<br />

físicos y materiales asignados al servicio.<br />

- Establecer coordinación con las áreas de recursos humanos, recursos materiales, servicios<br />

generales y mantenimiento.<br />

- Elaborar informes a las autoridades correspondientes.<br />

5. Personal de enfermería<br />

Objetivo Realizar intervenciones de enfermería, generales y específicas, al paciente de las diferentes<br />

especialidades médicas o quirúrgicas.<br />

Funciones - Equipar el consultorio y/o el área con el material y equipo necesario.<br />

- Dar educación para la salud a pacientes y familiares.<br />

- Realizar valoración de enfermería al paciente.<br />

- Colaborar con el médico en la consulta y en procedimientos específicos.<br />

- Orientar al paciente sobre los trámites a realizar.<br />

- Elaborar los registros con base en la normatividad existente.<br />

- Colaborar en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos de enfermería en<br />

práctica clínica.<br />

- Entregar el inventario de equipo, material y ropa al personal de enfermería del siguiente<br />

turno.<br />

- Elaborar material de curación, material de consumo, preparar equipos e instrumental y<br />

llevarlos a proceso de esterilización.<br />

297


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

- Abastecer de material y equipo a las áreas de acuerdo a lo que se solicite.<br />

6. Administrativo<br />

Objetivo Proporcionar un mejor servicio administrativo al paciente y por ende con el personal que<br />

labora en la Institución, en coordinación con los recursos disponibles.<br />

Funciones - Orientar al paciente sobre los trámites a realizar.<br />

- Verificar y determinar los trámites de los documentos para su registro y canalización.<br />

- Proporcionar expedientes de pacientes al médico correspondiente.<br />

- Proporcionar diversos estudios de pacientes al médico correspondiente.<br />

- Elaborar solicitud de medicamentos.<br />

- Abastecer de material administrativo al médico.<br />

- Elaborar y tramitar las incidencias del personal, médico, enfermería, administrativo e<br />

intendencia.<br />

- Elaborar recetarios y mezclas.<br />

- Elaborar la solicitud para la dotación del equipo y material de trabajo requerido para el<br />

desarrollo de las actividades diversas para el bienestar del servicio.<br />

- Colaborar en todas las actividades administrativas que le son encomendadas al área<br />

médica y de enfermería.<br />

- Archivar y depurar expedientes, así como diversos documentos administrativos.<br />

- Elaborar solicitudes para el buen funcionamiento del equipo de computación.<br />

- Recabar y ordenar las hojas de consulta diaria.<br />

- Codificar y capturar los diagnósticos de acuerdo a la Clasificación Estadística vigente en la<br />

institución.<br />

7. Trabajo social<br />

Objetivo Programar, promover, coordinar, atender, informar y utilizar instrumentos técnico–<br />

administrativos para cumplir con lo normado en áreas de consulta externa; dar asistencia<br />

social utilizando métodos y técnicas de trabajo social para asegurar la satisfacción total del<br />

usuario.<br />

Funciones - Elaborar y ejecutar programas de educación para la salud que impacten en la prevención<br />

y preservación de la salud del usuario.<br />

- Participar en campañas permanentes de salud.<br />

- Integrar y coordinar grupos informativos de educación para la salud con pacientes y familiares.<br />

- Evaluar la capacidad de pago del usuario por medio de la ficha socioeconómica para determinar<br />

el nivel de clasificación.<br />

- Concentrar, registrar y cuantificar mensualmente, el total de clasificaciones socioeconómicas<br />

por nivel, así como actividades diarias en los informes mensuales.<br />

- Participar en la atención integral del usuario y familiar, aplicando la metodología de caso<br />

o grupo.<br />

- Diagnosticar, planear y dar tratamiento social a los problemas detectados que intervienen<br />

en el proceso de salud enfermedad de los pacientes y familiares.<br />

- Informar a pacientes y familiares sobre diversos trámites administrativos a realizar dentro<br />

y fuera del hospital.<br />

- Atender las solicitudes del equipo de salud dentro del ámbito de su competencia.<br />

- Aplicar cédulas y recabar información sobre factores que influyen en la calidad de la<br />

atención del paciente.<br />

- Elaborar o seleccionar material didáctico para apoyo del programa educativo.<br />

- Participar en actividades de capacitación del Departamento de Trabajo Social.<br />

- Asistir y permanecer en sesiones generales de trabajo social y de supervisión individual.<br />

- Cumplir con las disposiciones legales, reglamentos y manuales de procedimientos del<br />

Departamento.<br />

- Gestionar y tramitar ante otras instituciones la solicitud de apoyo en especie.<br />

298


Bioética para enfermería<br />

- Gestionar y tramitar ante las autoridades de la institución la ambulancia para las visitas<br />

domiciliarias.<br />

8. Psicología<br />

Objetivo<br />

Funciones<br />

Apoyar en forma psicológica a todos los pacientes que requieran de atención y necesiten la<br />

integración total a su vida normal.<br />

- Realizar pruebas Psicológicas que involucren personalidad, estilo (manipulativo, dependiente,<br />

dogmático), estado psicológico (neurosis psicosis).<br />

- Incorporación de los resultados de la prueba al plan de tratamiento.<br />

- Aconsejar sobre los ajustes que sufre el cuerpo con padecimientos crónicos, discapacitantes<br />

como artritis, reumatoides, lesionado medular, amputaciones, eventos vasculares<br />

cerebrales.<br />

- Dar terapias de Apoyo y de Crisis.<br />

- Efectuar test de inteligencia, memoria y funciones preceptúales.<br />

- Asistir a las reuniones y sesiones clínicas, bibliográficas organizadas por el servicio y el<br />

Hospital con carácter obligatorio.<br />

- Integrarse a los proyectos de investigación y de educación médica continua que se realicen<br />

en el servicio.<br />

Experiencia laboral<br />

Es importante mencionar que los profesionales deben tener conocimientos o nivel de postgrado en<br />

Terapias del dolor y cuidados paliativos. La permanencia de los profesionales en este tipo de clínicas,<br />

demostrarán la motivación, compromiso y empatía que han logrado establecer con sus poblaciones<br />

y la integración coordinada y planificada al interior de los equipos.<br />

Estructura administrativa y técnica<br />

La clínica debe contar con una junta directiva, equipo técnico y asociación o fundación, que les provee<br />

principalmente los recursos económicos. También debe contar con el equipo básico de mantenimiento,<br />

transporte y grupos de voluntariado que complementan las acciones de la Clínica. Mantener<br />

los ejes importantes de educación, docencia e investigación, así como la acción social y proyección<br />

comunitaria.<br />

Organización del trabajo a nivel de equipo interdisciplinario<br />

La organización del trabajo refleja en gran medida, la labor que se desempeña. Cada equipo deberá<br />

reunirse al menos una vez a la semana, donde se planeará y discutirá los procedimientos a seguir en<br />

relación a los diferentes casos que se presenten. En dichas sesiones semanales será posible identificar<br />

dos estructuras: la clásica, con enfoque biologista, donde un profesional en medicina, asumirá la<br />

coordinación de la sesión, y la matricial que tiende a la participación activa de todos sus miembros,<br />

cada quien desempeñará las funciones inherentes a su profesión y se complementarán interdisciplinariamente.<br />

Por otro lado, se podrá distribuir la población según sectores y condición de los pacientes.<br />

La zona geográfica podrá dividirse en tres sectores: sector sur, el sector norte y zonas alejadas,<br />

para que cada uno esté a cargo de un respectivo subequipo formado por al menos médico,<br />

enfermera y trabajo social. Además, los pacientes se podrán clasificar según su estado de salud, de<br />

la siguiente manera, tomando en cuenta que todos son pacientes en etapa terminal:<br />

Pacientes que se pueden movilizar.<br />

Pacientes en estado medio (50% bien 50% mal).<br />

Pacientes que deben estar 100% acostados.<br />

299


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

De acuerdo a esos criterios se planificarán las acciones prioritarias dentro de la clínica y se llevará a<br />

cabo el trabajo a nivel de equipo interdisciplinario.<br />

En la organización del trabajo se tomarán en cuenta las diferentes estrategias de intervención que<br />

se utilizarán tanto a nivel individual, familiar y comunitario. Por otra parte se realizarán visitas domiciliarias<br />

disponiendo de días específicos para su ejecución.<br />

El seguimiento que se le dará a cada caso será exigente, todo a nivel paliativo con atención integral,<br />

se realizarán las coordinaciones respectivas que amerite y el caso se seguirá hasta la muerte del<br />

paciente y posterior a ésta se atenderá a la familia cuando así sea necesario, incluso hasta cinco<br />

meses después del fallecimiento.<br />

En el abordaje de la población se hará necesario utilizar instrumentos básicos de registro como:<br />

Expediente donde se contemple la evolución de la atención de todos los profesionales que<br />

intervengan en el caso.<br />

Archivo de tarjetas con el diagnóstico debido.<br />

Instrumentos necesarios en la visita como certificaciones médicas, boletas de préstamo de<br />

equipo, incapacidades, licencias, referencias.<br />

Instrumentos para medir nivel del dolor.<br />

Instrumentos de registro según las necesidades de cada una de las profesiones.<br />

Los casos serán referidos a las clínicas vía referencia y tendrán como requisito ser pacientes en etapa<br />

terminal o pacientes oncológicos.<br />

Estrategias de promoción y financiamiento<br />

La labor que realizan las clínicas, requieren de una cantidad de recursos considerables. El financiamiento<br />

estará dado directamente por el Ministerio de Salud Pública y la promoción para acciones<br />

complementarias podrá darse por medio de la familia del paciente, divulgación en medios de comunicación<br />

como radio, periódicos, televisión, acciones de recolección y promoción en diferentes<br />

ámbitos: iglesia, comunidad , diferentes actividades socioculturales como bingos, bailes, capacitaciones<br />

comunales, donaciones de personas, familiares, clubes de servicio, empresa privada, sociopatrocinadores.<br />

La familia, deberá involucrarse en gran medida alrededor del trabajo de la clínica, es posible establecer<br />

una cercanía humana real y consistente, donde lo que debe privilegiar como clave es la comunicación<br />

fluida y horizontal en cada una de las partes integrantes , la misma familia terminará<br />

convirtiéndose en parte fundamental del equipo y muchas veces, al morir el paciente, ellos pueden<br />

pasar a formar parte del equipo voluntario que apoye a la clínica; la familia participará incluso como<br />

consecuencia natural al fenómeno del dolor de su pariente.<br />

Patologías comunes y características socioeconómicas de la población que se atiende<br />

La población que se acogerá en esta clínica, estará clasificada según las edades como población<br />

adulta joven y mayor. Se atenderán sobre todo personas de edades entre los 20 y 65 años de edad,<br />

relativa la cantidad en cuanto a hombres y mujeres. Las patologías más comunes en orden de importancia<br />

son:<br />

- Cáncer gástrico.<br />

- Cáncer de cérvix y mama.<br />

- Cáncer de próstata.<br />

- Cáncer de pulmón.<br />

300


Bioética para enfermería<br />

- Otras patologías SIDA, leucemia y fibromialgia.<br />

Por otro lado, la población presenta como características dominantes:<br />

- Población de clase media y baja.<br />

- Pobreza, pobreza extrema.<br />

- Población que acude de zonas rurales o marginales.<br />

- Población con problemas sociales como: alcoholismo, violencia intrafamiliar, desintegración<br />

familiar, entre otros.<br />

En general, en las clínicas se atiende población con características muy variadas; si bien es cierto<br />

que predomina la población afectada social y económicamente, también se atiende personas de<br />

clase media alta y alta.<br />

Actitud, vocación o profesión<br />

El manejo del dolor y cuidado paliativo, trasciende cualquier tipo de especialidad médica. Cuando<br />

no es posible curar, al menos debe quedar la satisfacción de aliviar o paliar el dolor. No puede ser<br />

posible, que ante una persona enferma terminal, una profesional tienda a cruzarse de brazos porque<br />

simplemente " no hay nada más que hacer".<br />

Aunque el único paso que quede sea el de la muerte, debe ser un paso dado con seguridad, confianza<br />

y esperanza. Toda persona es digna y merece mantener esa dignidad incluso en sus últimos<br />

momentos de vida. Es más, son esos últimos momentos los que deben vivirse como ningún otro; y...<br />

¿será posible que un enfermo con dolor crónico o por cáncer sin el alivio necesario, pueda experimentar<br />

una muerte digna y sublime?<br />

El manejo del dolor implica no solo poseer un vasto conocimiento científico, técnico y creciente; se<br />

necesita aparte una gran dosis de vocación y actitudes humanas, que permitan comprender el estado<br />

real de aquellos que sufren por dolor.<br />

Los profesionales, deben tener una disposición abierta hacia la muerte, pues esta se convierte en la<br />

compañera de trabajo de todos los días. La ayuda que se pretenda brindar en un equipo de atención<br />

del dolor, debe ser una ayuda profesional en todo el sentido de la palabra, se necesita de una capacitación<br />

adecuada en materia de clínica de dolor y cuidado paliativo.<br />

Los profesionales deben poseer un espectro muy amplio de características; desde la sensibilidad<br />

humana, hasta actitudes negociadoras y estratégicas, debe ser una persona empática, que posea la<br />

capacidad y habilidad de escuchar más que de oír, debe ser una persona paciente, pasiva y activa;<br />

debe tener motivación para el trabajo con los mayores sufrimientos y un espíritu de poder llevarlo a<br />

cabo, es casi tener una vocación para ello, porque las experiencias son difíciles y hasta enajenantes.<br />

La posición humanista e integral debe privar ante cualquier otra postura.<br />

Se debe poseer la accesibilidad a estar siempre dispuesto al compromiso para que se selle toda intervención<br />

que se realice y la discrecionalidad que busque el mayor de los respetos por los que padecen<br />

dolor, angustia y desesperación.<br />

La persona profesional en el manejo del dolor, debe sentir de una forma especial la identificación<br />

con los pacientes, donde prime la tolerancia, comprensión y calidad humanista máxima.<br />

301


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

El manejo del dolor es en definitiva una cuestión de actitudes, vocación y profesión.<br />

Normas y reglamentos de la clínica<br />

- No se permitirá introducir alimentos al servicio<br />

- La tranquilidad y el silencio no se interrumpirán por ninguna circunstancia que no sea justificada<br />

- En caso de cualquier duda en los procedimientos, actividades, reglamentos o normas se consultará<br />

en los manuales existentes del servicio<br />

- No se permitirá fumar dentro de la clínica<br />

- Se mantendrán horarios flexibles de visita que propicien el acercamiento humano con el paciente<br />

- Para dirigirse a los pacientes siempre se los llamará por su nombre<br />

Funciones generales de la clínica<br />

- Proporcionar atención integral al paciente y su familia<br />

- Realizar investigaciones científicas para aportar nuevas experiencias en el tratamiento del dolor<br />

crónico<br />

- Contribuir en la formación de cuarto nivel de profesionales de la salud con experiencias prácticas<br />

- Valorar el estado clínico del paciente para decidir su tratamiento<br />

- Mantener una coordinación interdepartamental adecuada para la optimización de los recursos<br />

humanos y materiales<br />

- Participar en los programas de enseñanza para el personal multidisciplinario<br />

- Cumplir con los sistemas de organización de la institución<br />

- Procurar una adecuada organización interna delegando funciones de acuerdo a los niveles y<br />

fomentando buenas relaciones humanas<br />

Actitudes y principios que se requieren para un exitoso cuidado paliativo<br />

Una actitud solícita: sensibilidad, empatía y compasión. Demostración de preocupación por el individuo<br />

y su familia. Existe preocupación por todos los aspectos del sufrimiento del paciente, no solo<br />

problemas médicos de enfermería o de trabajo social. Existe un enfoque no sentencioso en el cual<br />

la personalidad, intelecto, origen étnico, creencia religiosa o cualquier otro factor individual no perjudique<br />

la entrega de un cuidado óptimo.<br />

Consideraciones sobre la individualidad:<br />

- La práctica de categorización de los pacientes por su enfermedad subyacente, basados en la<br />

similitud de los problemas médicos encontrados, falla al reconocer las características psicosociales<br />

y los problemas que hacen de cada paciente un individuo único.<br />

- Estas características únicas, pueden influenciar grandemente en el sufrimiento y en la necesidad<br />

de ser tomado en cuenta cuando se planea el cuidado paliativo para pacientes individuales.<br />

Consideraciones culturales:<br />

- Factores étnicos, raciales, religiosas, culturales y otros, pueden tener un profundo efecto en el<br />

sufrimiento del paciente.<br />

- Las diferencias culturales deben ser espetadas y el tratamiento debe ser planeado de una manera<br />

sensitiva a su cultura.<br />

Consentimiento: el consentimiento del paciente o de aquellos a quienes se les delegó la responsabilidad<br />

es necesaria antes de dar o de quitar un tratamiento. La mayoría de los pacientes quieren<br />

tener una decisión compartida aun cuando algunos doctores tienden a subestimarlo. Habiendo eva-<br />

302


Bioética para enfermería<br />

luado cual es el tratamiento apropiado o inapropiado, se debe ser discutido con el paciente, considerando<br />

que en la mayoría de los casos, los pacientes adecuadamente informados, aceptarán las<br />

recomendaciones hechas si se les ha explicado en un lenguaje no médico.<br />

Elección del lugar donde se dará el cuidado:<br />

- Tanto el paciente como su familia necesitan ser incluidos en toda discusión acerca del lugar<br />

donde se dará el cuidado.<br />

- Los pacientes con una enfermedad terminal deben ser atendidos en sus casas cuando sea posible<br />

aun cuando en el mundo desarrollado cada vez se da menos por lo que muchos mueren en<br />

el hospital.<br />

Comunicación: una buena comunicación entre todos los profesionales de la salud involucrados en el<br />

cuidado el paciente, es esencial y fundamental en muchos aspectos del cuidado paliativo. Una buena<br />

comunicación con los pacientes y sus familiares es esencial.<br />

Contexto clínico: tratamiento apropiado.<br />

- Todos los tratamientos clínicos debieran ser apropiados en esta etapa y en el pronóstico de la<br />

enfermedad del paciente.<br />

- El cuidado paliativo ha sido acusado de medicalización de la muerte, y se debe tener cuidado<br />

para balancear las intervenciones técnicas con la orientación humanística del paciente moribundo.<br />

Es aquí donde el enfoque del equipo es esencial, cada miembro ve diferente aspectos del sufrimiento<br />

del paciente, su personalidad y necesidades.<br />

- Prescribir un tratamiento apropiado es particularmente importante debido al innecesario sufrimiento<br />

adicional que puede ser causado por una terapia activa inapropiada o también por falta<br />

de tratamiento.<br />

- Cuando el cuidado paliativo incluye terapia activa para la enfermedad subyacente, se debe observar<br />

los límites apropiados a la condición del paciente su pronóstico y deseos expresados, que<br />

pueden ser distintos a los de los clínicos.<br />

- Los tratamientos que se sabe son inútiles, dados porque “algo se debe hacer” no son éticos.<br />

- Donde solamente se emplean medidas paliativas sintomáticas y de apoyo, todos los esfuerzos<br />

estarán dirigidos al alivio del sufrimiento y a la calidad de vida, y no necesariamente a la prolongación<br />

de ésta.<br />

Cuidado Interprofesional integral: la entrega de cuidado completo total en todos los aspectos del<br />

sufrimiento del paciente requiere de un equipo interdisciplinario.<br />

Cuidado de excelencia: el cuidado paliativo debe entregar el mejor cuidado de la salud posible tanto<br />

médico como de enfermería y de voluntarios que esté disponible y sea apropiado.<br />

Cuidado médico consistente: un manejo médico consistente requiere que se establezca un plan de<br />

cuidado completo del dolor y que sea regularmente revisado para cada paciente. Esto, reducirá la<br />

aparición de alteraciones súbitas e inesperadas que pueden ser angustiosas para el paciente y su<br />

familia. Puede disminuir la posibilidad de crisis de emergencia médica que asusten al paciente y su<br />

familia.<br />

Cuidado coordinado: involucra la organización efectiva del trabajo de los miembros del equipo interprofesional<br />

para proveer máximo apoyo y cuidado al paciente y su familia. Deberán programarse<br />

reuniones de planeamiento del cuidado en los cuales los miembros del equipo pueden contribuir y<br />

303


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

en los cuales se presenten los puntos de vista del paciente y su familia, son esenciales para desarrollar<br />

un plan de cuidado para cada paciente individual.<br />

Continuidad del cuidado: la disposición de cuidado sintomático y de apoyo continuo desde el momento<br />

en que ingresa el paciente hasta su muerte es básico en la meta del cuidado paliativo. Los<br />

problemas más frecuentes aparecen cuando cuidado del paciente es trasladado de un lugar a otro y<br />

el asegurar la continuidad en todos los aspectos del cuidado es de suma importancia.<br />

Prevención de la crisis: un buen cuidado paliativo involucra un planeamiento cuidadoso para prevenir<br />

las crisis físicas y emocionales que ocurren durante una enfermedad progresiva. Numerosos<br />

problemas clínicos pueden ser anticipados y algunos prevenidos con un manejo apropiado, por lo<br />

que, tanto pacientes y familias deben estar prevenidos de los problemas que pueden tener y los<br />

planes de contingencia hechos para minimizar la angustia física y emocional.<br />

Apoyo de quienes dan cuidado: parientes de pacientes con enfermedades avanzadas son sujetos a<br />

una angustia emocional y física, especialmente cuando el paciente está siendo atendido en su casa.<br />

Se les debe dar una atención especial a sus necesidades ya que la falla o el éxito del cuidado paliativo<br />

puede depender de la habilidad de los cuidadores para apoyarlos. El cuidado paliativo sea brindado<br />

en el hogar o en el hospital, a menudo tiene éxito o falla dependiendo del apoyo y del cuidado<br />

que se les dan a los familiares cuidadores.<br />

Reevaluación continúa: necesidad para todo paciente con enfermedad avanzada de los cuales se<br />

espera un aumento de nuevos problemas clínicos. Esto es aplicable tanto a hechos psicosociales<br />

como al dolor y otros síntomas.<br />

Comunicación con los pacientes: discusiones importantes y potencialmente difíciles son frecuentemente<br />

necesarias con los familiares de los pacientes que tienen enfermedades activas, progresivas<br />

y avanzadas, con relación a:<br />

- Dar malas noticias.<br />

- Tratamientos más avanzados dirigidos a la enfermedad.<br />

- Comunicación de malos pronósticos.<br />

- Admisión a un programa de cuidado paliativo.<br />

- Nutrición artificial.<br />

- Hidratación artificial.<br />

- Medicación con antibióticos.<br />

- Orden de no resucitación.<br />

Las decisiones deben ser individuales para cada paciente y deben ser discutidas con él y su familia.<br />

Guía para planear y mantener discusiones con pacientes<br />

Antes de la discusión<br />

Realice la siguiente pregunta:<br />

¿Estaría usted sorprendido si este paciente muriera de su enfermedad en<br />

un plazo de 6 meses?<br />

Esto, puede dar una mejor guía para tomar decisiones ya que tratar de<br />

pronosticar puede ser difícil e inexacto. Alternativamente, evalúe cuanto<br />

se ha deteriorado la condición del paciente en el último mes o últimas 6<br />

semanas, usando las observaciones del equipo y mediciones objetivas como<br />

los rayos X y la bioquímica. Ayudan también las observaciones de algu-<br />

304


305<br />

Bioética para enfermería<br />

nos parientes.<br />

Discusión<br />

Escenario apropiado - Las discusiones deben ser en persona y no por teléfono, excepto cuando<br />

sea imposible que una de las partes no pueda estar presente. (razones<br />

geográfica)<br />

- Privadas, prevenga interrupciones (dejar papeles, teléfono etc. con<br />

otra persona).<br />

- Sentarse frente a frente del paciente / familiar (no de pie al lado de la<br />

cama del paciente).<br />

- Darse todo el tiempo necesario.<br />

- El paciente debe tener al menos un familiar o amigo presente para<br />

apoyo.<br />

Información médica<br />

necesaria<br />

- De manera cariñosa y simpática, nunca de manera abrupta o sin rodeos.<br />

- De manera que ellos puedan comprender.<br />

- Continuar preguntando, a fin de que explique lo que han comprendido.<br />

- Hablar claramente no use jergas no eufemismos.<br />

- Que tratamiento puede ser ofrecido, el posible beneficio y los efectos<br />

adversos de los tratamientos<br />

- Entregar tanta o tan poca información como ellos quieran (si no está<br />

seguro, pregunte cuánto más quieren saber. Averigüe si los enunciados<br />

son comprensibles, si la cantidad de información es suficiente u si requieren<br />

una nueva explicación.<br />

- Usar intérpretes oficiales. Lo que necesita es un traductor no alguien<br />

que interprete lo que se dice y como consecuencia lo diga errado.<br />

Discutir posibilidades<br />

reales en el contexto<br />

de la visión que tienen<br />

del presente y<br />

del futuro.<br />

Discutir tratamientos<br />

activos futuros para<br />

la enfermedad.<br />

Discusión de un<br />

pronóstico<br />

- Decir sinceramente que terapia o no está disponible.<br />

- Los beneficios y cargas de cualquier de las terapias.<br />

- Nunca se debe decir “no hay nada más que hacer”. El paciente interpretará<br />

esto como significando que no hay tratamiento para nada.<br />

Además, nunca es verdad. El paciente y la familia se sentirán abandonados.<br />

- Se puede decir al paciente que no hay más terapia para la enfermedad<br />

subyacente pero se debe subrayar que se debe continuar con el cuidado<br />

y el control de los síntomas.<br />

- Si ninguna terapia más para su enfermedad es apropiada, enfatice los<br />

aspectos positivos de un cuidado paliativo sintomático y de ayuda. Enfatice<br />

que el paciente importa y no es una molestia.<br />

- Explicar la incertidumbre que hay al estimar un pronóstico individual<br />

para el paciente.<br />

- Evitar pronósticos precisos.<br />

- Dar rangos de tiempo reales.<br />

- Dar esperanzas reales – ayúdeles a alcanzar lo que es importante para<br />

ellos.<br />

- Recomiendo que las relaciones familiares y asuntos mundanos sean<br />

atendidos.<br />

- Estar preparado para contestar preguntas acerca del proceso de morir.<br />

Recuerde que la mayoría de las personas tienen más miedo a morir<br />

que a la muerte misma.


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Discusión sobre la<br />

admisión a unidades<br />

o servicios de cuidado<br />

paliativo<br />

Discutir el cuidado<br />

médico apropiado<br />

Discutiendo la orden<br />

de “no resucitar”<br />

(ONR)<br />

- Dar continuos consejos y ayudas.<br />

- Asegurarle la continuidad del cuidado.<br />

- Discutir el cuidado paliativo en el contexto de cómo puede ayudarles a<br />

alcanzar sus metas. Ej. Me han dicho que querrían _____ El cuidado paliativo<br />

pude ser de gran ayuda para alcanzarlo.<br />

- Enfatizar el lado positivo del cuidado paliativo. Ej. Viva tan bien como<br />

sea posible por tanto tiempo como sea posible. No renuncie.<br />

- Asuntos relacionados con si es o no apropiado la hidratación y la nutrición<br />

artificial así como el uso de antibióticos y otros medicamentos,<br />

serán discutidos en la sección Asuntos Éticos.<br />

- Explique los beneficios o las molestias (o inutilidad) de las intervenciones.<br />

Los pacientes apreciaran la honestidad.<br />

- Si no se llega a un acuerdo, la intervención debe ser probada por un<br />

período de tiempo.<br />

- Hacer la introducción a la discusión. Ej. Necesitamos discutir un asunto<br />

que se hace con todos los pacientes admitidos en el hospital.<br />

- Averiguar si el paciente comprendió. Ej. ¿Que entendió usted de su<br />

problema médico actual?<br />

- Averiguar lo que espera el paciente así como sus metas. Ej. ¿qué espera<br />

usted ver en el futuro?<br />

- Discutir la orden de no resucitar en el contexto de lo que el paciente<br />

espera para el futuro. Ej. Usted me ha dicho que quisiera ____ por lo<br />

que CPR no parece ser apropiado si usted muere.<br />

- De ser necesario, discutir: Inutilidad de CPR .Indignidad de esto. Estar<br />

en un respirador artificial en la UCI y no poder comunicarse.<br />

- Responder con simpatía a las reacciones emocionales.<br />

- Asegurar al paciente que todos los otros cuidados médicos van a continuar.<br />

El ser dejado a sufrir es lo que todo paciente teme, no a la muerte<br />

en sí.<br />

- Si el paciente claramente entiende que está muriendo y que el único<br />

cuidado que recibirá está dirigido a su comodidad, puede que no sea<br />

necesario discutir la orden de no resucitar. Si este es el caso, se debe<br />

registrar en las notas correspondientes.<br />

Responder con simpatía a las reacciones emocionales: acordar un plan, con la provisión que puede<br />

ser modificado si cambian las circunstancias. Ofrecer documentar el plan, incluyendo la nominación<br />

de un agente y refiriéndose a la resucitación.<br />

Recordar que la muerte es el final natural de la vida y no una falla de la medicina o de los clínicos.<br />

En ocasiones es necesario adelantar el planeo del cuidado. Considere el significado para el paciente:<br />

registrar sus valores al final de la vida y sus preferencias incluyendo sus deseos relativos a sus futuros<br />

tratamientos (o el evitarlos).<br />

Este avance, involucra una serie de procesos:<br />

- Informar al paciente y obtener las preferencias.<br />

- Identificar un subrogante que pueda tomar decisiones o actuar si el paciente ya no está en condiciones<br />

de hacerlo.<br />

306


Bioética para enfermería<br />

- Involucrar discusiones con miembros de la familia o por lo menos con la persona que es quien<br />

toma decisiones como subrogante.<br />

El principio de adelantar el plan de cuidado, no es nuevo. Es común que los pacientes conscientes<br />

de la cercanía de la muerte, discutan con sus cuidadores como desean ser tratados. Sin embargo,<br />

estos deseos no siempre han sido espetados, especialmente – si los pacientes son llevados de urgencia<br />

al hospital o si hay desacuerdos entre los miembros de la familia sobre que es un trato apropiado.<br />

Modelos de cuidado:<br />

- No existen modelos correctos o incorrectos para la entrega de cuidado paliativo.<br />

- El mejor modelo está determinado por las necesidades locales y los recursos en consulta con la<br />

autoridad local del cuidado de la salud.<br />

Bibliografía<br />

http://201.161.5.235/pdf/manuales/.pdf organi/dirquirur/ManOrgClinicaDolor<br />

http://cuidadospaliativos.org/archives/medicinafinal.pdf<br />

Bayés Ramón, Barreto P. Las unidades de cuidados paliativos como ejemplo de interdisciplinariedad,<br />

Clínica y Salud, Barcelona, 1992<br />

Bejarano, P. Jaramillo, I. “Morir con dignidad, Fundamentos de cuidado paliativo”,<br />

Amazonas Editores, Bogotá, 1992.<br />

Centeno Cortés, Carlos. Introducción a la Medicina paliativa. Junta de Castilla y León, Consejería de<br />

Sanidad, Valladolid, 1998.<br />

Clínica Familia. Labor de la Iglesia Católica. Memorias 2010. Chile. Santiago.<br />

Derek Doyle, OBE, MD Guías y Sugerencias Para aquellos empezando un Hospicio, Servicio de cuidado<br />

Paliativo. Segunda Edición. Imprenta IAHPC Houston 2009.<br />

Iceta Gavicagogeascoa, Mario. Futilidad y toma de decisiones en Medicina paliativa, Caja Sur Publicaciones,<br />

Córdoba, 1997.<br />

Isa Fonnegra de Jaramillo. “Los derechos del paciente terminal”. Fundación OMEGA, Bogotá, 1997.<br />

López Rodrigo, et al., Manual de Medicina Paliativa, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2008<br />

Sánchez Torres, Fernando. El Cuidado Paliativo, Academia Colombiana de la Medicina, 1997.<br />

307


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Anexo 1. Escala numérica para evaluar síntomas espirituales (ENESE)<br />

Síntomas 3 2 1 0<br />

Dolor espiritual Sensación de infelicidad<br />

Sensación de infelici-<br />

Sensación de infelici-<br />

Sensación de bienestar<br />

o desagrado dad o desagrado dad o desagrado in-<br />

interno.<br />

interno, con desesperacióntia.<br />

interno, con angusterno.<br />

Logra<br />

crecimiento.<br />

Auto castigo<br />

Proyección de la<br />

búsqueda espiritual<br />

Angustia espiritual<br />

Se daña aislándose,<br />

o no cumpliendo<br />

indicaciones… Puede<br />

no estar consciente<br />

de su falta.<br />

Exige cambios en<br />

otras personas (demandante)<br />

y/o<br />

síntomas para sentir<br />

alivio interno.<br />

Con aflicción no<br />

encuentra significado<br />

positivo a las 3<br />

(vida, enfermedad y<br />

muerte)<br />

Se daña… por sentirse<br />

en falta o ser pecador.<br />

Duda del apoyo y/o<br />

perdón.<br />

Espera cambios en<br />

otras personas y<br />

síntomas para sentir<br />

un alivio interno.<br />

Con aflicción no encuentra<br />

significado<br />

positivo a 2 de 3<br />

(vida, enfermedad y<br />

muerte)<br />

Se daña… por sentirse<br />

en falta o ser pecador.<br />

Busca apoyo y/o<br />

perdón.<br />

Espera cambios en<br />

otras personas o<br />

síntomas para sentir<br />

alivio interno.<br />

Con aflicción no encuentra<br />

significado<br />

positivo a 1 de 3 (vida,<br />

enfermedad y muerte)<br />

Conciencia de imperfección<br />

humana, ser perdonada<br />

de sus faltas por<br />

sí mismo y su creencia.<br />

Proceso consciente de<br />

búsqueda espiritual en<br />

sí mismo y acoge el<br />

apoyo.<br />

Tranquilo encuentra un<br />

significado positivo en<br />

su vida, enfermedad y<br />

muerte<br />

Logra aprendizajes<br />

Incredulidad Duda o rechaza<br />

creer en los 3 (sí<br />

mismo, otros y su<br />

creencia)<br />

Desesperanza Se aflige por no<br />

admitir un bien<br />

futuro para si mismo<br />

ni para su familia u<br />

otros.<br />

Duda o rechaza creer<br />

en 2 de 3 (sí mismo,<br />

otros y su creencia)<br />

Se aflige por no admitir<br />

un bien futuro<br />

para sí mismo.<br />

Duda o rechaza creer<br />

en 1 de 3 (sí mismo,<br />

otros y su creencia)<br />

Se aflige por no admitir<br />

un bien futuro para<br />

su familia u otros<br />

Cree en sí mismo, los<br />

demás y su creencia.<br />

Espera confiado un bien<br />

fututo deseado para sí<br />

mismo, su familia u<br />

otros.<br />

Desamor<br />

Siente molestias o<br />

indiferencia o rabia a<br />

los 3 (sí mismo,<br />

otros y su creencia)<br />

Siente molestias o<br />

indiferencia o rabia a<br />

2 de 3 (sí mismo,<br />

otros y su creencia)<br />

Siente molestias o<br />

indiferencia o rabia a 1<br />

de 3 (sí mismo, otros y<br />

su creencia)<br />

Siente amor a sí mismo,<br />

otros y su creencia.<br />

Fuente: Clínica Familia Santiago Chile<br />

Definiciones de síntomas espirituales<br />

Dolor espiritual: sensación de infelicidad o desagrado interior por su situación de terminalidad o<br />

existencial, puede acompañarse de otros síntomas espirituales (angustia, desesperanza…) y otros<br />

síntomas confusos que no responden a intervenciones clínicas habituales. Por ejemplo: me siento<br />

mal, fracasado, infeliz, el dolor no se me pasa, por qué tanto sufrimiento, por qué esto me pasa a<br />

mi…Responde afirmativamente al preguntar sí es un dolor de adentro… del alma. En ausencia se<br />

esperaría que el paciente manifieste bienestar interno, independiente de la existencia de otros<br />

síntomas. Puede identificar algún crecimiento personal, “un hombre nuevo”, en su experiencia de<br />

sufrimiento.<br />

Auto castigo: expresión de daño a sí mismo por una falta o pecado no perdonado (por sí mismo y su<br />

creencia) y sin reparación, asociado a un sentimiento de culpa, genera angustia y sufrimiento en la<br />

persona. Por ejemplo: aislarse, no cumplir indicaciones de su tratamiento, no comer, entre otras<br />

expresiones. En ausencia de dicho síntoma se esperaría observar en la paciente conciencia de la<br />

308


Bioética para enfermería<br />

fragilidad e imperfección humana, de faltas cometidas y ser redimido por sí mismo y en su creencia,<br />

asociado al sentimiento de amor y misericordia de Dios en el creyente.<br />

Búsqueda espiritual proyectada: la necesidad espiritual no es reconocida conscientemente y se<br />

proyecta en otra persona u otro síntoma, por desconocimiento de algo que está asociado a un<br />

evento displacentero y puede ser manifestado en exigencias a su familia, al personal y exacerbación<br />

de síntomas físicos, sin otra causa aparente. Genera angustia, inquietud y sufrimiento en el enfermo<br />

e impotencia en el personal y familiares. Por ejemplo: llama insistentemente (por acciones realizadas)<br />

para que le acomoden cama, que el médico lo examine… las náuseas no se pasan... Sin manifestar<br />

necesidad de trabajo espiritual. En ausencia de dicho síntoma se esperaría observar en el paciente<br />

un proceso de búsqueda espiritual en sí mismo, valore su experiencia, exprese bienestar y<br />

acoge el apoyo.<br />

Angustia espiritual: para fines de este instrumento se considera la aflicción en relación al significado<br />

o sentido que se atribuye a la vida, la enfermedad y la muerte:<br />

- Ante la vida: expresión de aflicción por no encontrar un significado satisfactorio o positivo en su<br />

historia de vida, en lo que ha realizado o no, e incapaz de controlar. Por ejemplo: mi vida es negativa,<br />

sin sentido, truncada, con proyectos inacabado… En ausencia del síntoma se esperaría<br />

observar un paciente tranquilo que valora satisfactoriamente su historia de vida e incorpore aspectos<br />

agradables y desagradables, que puede identificar como aprendizajes.<br />

- Ante la enfermedad: expresión de aflicción por una percepción negativa en la experiencia de<br />

enfermedad y que es incapaz de controlar. Por ejemplo: la enfermedad sólo ha sido sufrimiento,<br />

absurda, sin sentido, injusta, un castigo… En ausencia del síntoma se esperaría observar un paciente<br />

tranquilo, que desde sus limitaciones descubra y valore aspectos positivos en su vivencia<br />

de enfermedad, que puede identificar como aprendizaje.<br />

- Ante la muerte: expresión de aflicción ante la muerte próxima que es percibida negativamente,<br />

como un peligro real, una pérdida, inevitable, incontrolable, desconocida, en ocasiones con<br />

miedo y desamparo. Por ejemplo: la muerte es una desgracia, sin sentido, un castigo, injusta...<br />

En ausencia del síntoma se esperaría que el paciente perciba la muerte en paz, como parte de la<br />

vida y en el creyente con esperanza de resurrección. Puede descubrir aprendizaje y valores en<br />

su vivencia ante la muerte próxima.<br />

Incredulidad: ausencia de creencia o fe en sí mismo, en los demás y su creencia. Asociada a dificultad<br />

en acoger su existencia personal y a la desconfianza. Por ejemplo: no tengo fe en los médicos, ni<br />

en Dios, para qué existe uno, yo no confió en mí mismo, no creo… En ausencia de este síntoma, se<br />

esperaría que el paciente exprese creencia en sí mismo, en los demás y su creencia, que la acoge en<br />

su existencia personal.<br />

Desesperanza: estado de ánimo en el cual se presenta como imposible obtener lo que se desea “un<br />

bien futuro”, con la creencia que no se puede satisfacer las necesidades, acompañado de aflicción<br />

ante un peligro real de pérdida, inevitable, incontrolable, desconocido, en ocasiones con actitudes<br />

hostiles y asociado a la desconfianza. Por ejemplo: la muerte la acepto pero quiero que me sanen<br />

del tumor, ustedes no me entienden, no confío, no me sirven, no sé qué hacer, todos es negativo…<br />

En ausencia de este síntoma se esperaría que el paciente viva su enfermedad, en sus aspectos negativos<br />

y positivos, esperando confiado un bien futuro deseado para sí mismo y los demás.<br />

309


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Desamor: Sentimiento de molestia en la vida, con indiferencia por falta de entrega afectuosa a sí<br />

mismo, a otras personas y a su creencia, puede acompañarse de un sentir insatisfecho, que no puede<br />

superar sus dificultades y sensación de vació interno. Por ejemplo: no sé qué importancia tienen<br />

los sentimientos, quiero que sufran con mi muerte, los odio, la vida no me ha dado nada… y ustedes<br />

tampoco, tengo rabia… En ausencia de este síntoma se esperaría que el paciente exprese un sentimiento<br />

de satisfacción en su vida, afecto a sí mismo, a los demás como a su creencia, y siente tener<br />

recursos internos para superar sus dificultades.<br />

310


Bioética para enfermería<br />

Anexo 2. Recomendaciones claves<br />

Grados de recomendación<br />

¿Cuál es la magnitud del dolor por cáncer?<br />

El cáncer en un problema de salud pública mundial y nacional, el dolor por cáncer tiene una<br />

prevalencia de 70-90% en todas las etapas de la enfermedad. El derecho al alivio del dolor,<br />

es un derecho humano esencial<br />

¿Cuál es la prevalencia de otros síntomas?<br />

Según datos evaluación PAD Y CP 2009 Chile, el 71% de los pacientes ingresados presenta la<br />

concomitancia de más de 9 síntomas molestos.<br />

¿Existen escalas validadas que evalúen la intensidad de los síntomas?<br />

Para la valoración de síntomas puede utilizarse la escala ESAS. (Edmonton)<br />

¿Qué principios debe aplicarse para el control efectivo de síntoma?<br />

El control efectivo de síntomas incluye la valoración individual, el tratamiento de la etiología<br />

o mecanismo subyacente de cada síntoma, la evaluación de las pautas de tratamiento más<br />

sencilla, efectiva y cómoda; la información al enfermo y su familia de las opciones disponibles<br />

y la consideración de sus preferencias.<br />

¿El paciente y la familia deben participar en las decisiones de CP?<br />

Los pacientes deben recibir información acerca del control del dolor y control de síntomas y<br />

ser incentivados para tomar un rol activo.<br />

¿Cuál es la utilidad de la evaluación y categorización del dolor?<br />

La evaluación del dolor permite conocer la intensidad del síntoma según la autoevaluación<br />

del paciente. Deben utilizarse escalas validadas como las visuales análogas (EVA). Cada tipo<br />

de dolor tiene una estrategia farmacológica distinta.<br />

¿Existe alguna estrategia de analgesia utilizada internacionalmente y validada al español?<br />

Debe seguirse las recomendaciones de analgesia creciente (OMS), de acuerdo a la intensidad<br />

del dolor y la comorbilidad de cada paciente. Evaluada por tablas estandarizadas. El/la paciente<br />

debe ser su principal evaluador(a).<br />

¿Cómo debe administrarse la analgesia para el dolor por cáncer?<br />

La administración de analgésicos debe ser pautada. Se debe monitorizar la respuesta al tratamiento<br />

y adecuar la dosis de forma individualizada.<br />

¿Cuál es el tratamiento recomendado para el dolor intenso a severo?<br />

La morfina oral/inyectable es el tratamiento a elección en el tercer escalón de analgesia. La<br />

morfina es el fármaco a elección en el dolor irruptivo. Los antidepresivos tricíclicos son los<br />

fármacos de elección en el dolor neuropático. En caso de intolerancia o contraindicación se<br />

recomiendan los anticonvulsivantes. Los opioides también se utilizan en el dolor neuropático<br />

y son la primera opción en caso de dolor asociado de otra etiología que requiera un nivel de<br />

analgesia con dichos fármacos. Cuando la respuesta al tratamiento es insuficiente, se pueden<br />

asociar fármacos con distintos mecanismos de acción, monitorizando la respuesta y los<br />

efectos adversos.<br />

311


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Los pacientes con metástasis ósea dolorosa deben recibir analgesia conforme a la escalera<br />

de la OMS, comenzando por los AINES. La radioterapia es el tratamiento a elección en las<br />

metástasis óseas dolorosas.<br />

¿El concepto de dolor total es imprescindible?<br />

Para un efectivo control del dolor físico, debe considerarse todas las dimensiones del dolor:<br />

funcional, psicosocial, y espiritual debe emplearse herramientas muy simples para evaluar el<br />

dolor.<br />

¿Es necesario el apoyo psicosocial?<br />

La evaluación psicosocial del paciente y su familia debe incorporar aspectos relativos al momento<br />

vital, significado e impacto de la enfermedad, estilo de afrontamiento, impacto de la<br />

percepción de sí mismo, dinámica familiar, recursos espirituales, situación socioeconómica y<br />

otros.<br />

Las intervenciones psicosociales producen efectos beneficiosos tales como la disminución de la tristeza,<br />

la depresión, mejoran los mecanismos de afrontamiento y apoyan el efecto de la analgesia.<br />

La asistencia domiciliaria es una atención integral entre la familia, el equipo multidisciplinario y el<br />

propio paciente. La asistencia domiciliaria es indispensable para los pacientes postrados.<br />

La familia debe ser educada para la ejecución de los cuidados básicos de cuidados paliativos como<br />

también en la administración de medicamentos. Un 70% de los pacientes postrados requiere de<br />

cuidados paliativos básicos. Un 30 % de los pacientes postrados requiere de atención especializada<br />

en domicilio, Cuidados paliativos complejos.<br />

312


Bioética para enfermería<br />

Anexo 3. Opiáceos en las clínicas del dolor y cuidados paliativos<br />

En los últimos 20 años, el tema de la analgesia y el conocimiento de la fisiopatología del dolor han<br />

avanzado más que en toda la historia de la humanidad. Desde el punto de vista práctico, uno de los<br />

avances más importantes es la clasificación de los síndromes dolorosos; hay quien la llama etiológica,<br />

otros la llaman estructural. Es decir, según la estructura orgánica que cause el dolor, puede<br />

haber 3 categorías de éste. En principio está el dolor nociceptivo, modulado básicamente por nociceptores,<br />

receptores especializados en dolor, presentes básicamente en 2 tipos de tejido: tejidos<br />

somáticos (musculo–esqueléticos) y tejidos viscerales (víscera maciza o hueca). Por otro lado, está<br />

el dolor neuropático, para el cual al día de hoy se tienen mejores herramientas de diagnóstico y de<br />

manejo. Algunos ejemplos son la neuropatía diabética, la neuralgia postherpética, la neuralgia del<br />

trigémino y las cada vez más reconocidas neuropatías asociadas al cáncer y al sida. Por último, está<br />

el dolor mixto, tercera categoría aún no reconocida por la International Association for the Study of<br />

Pain. Innumerables autores dicen que además del dolor nociceptivo y del dolor neuropático, hay<br />

una tercera categoría a considerar que es, justamente, la coexistencia de una forma nociceptiva y<br />

otra forma neuropática de dolor, en la misma topografía, en el mismo momento evolutivo y, obviamente,<br />

en el mismo paciente. Ejemplos importantes son la lumbociatialgia, el dolor por cáncer y<br />

algunos otros más específicos del área ortopédica.<br />

Respecto al tratamiento disponible, hay 3 grupos farmacológicos: el primero incluye los no opiáceos,<br />

antes llamados antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y un subgrupo, los COX 2. En segundo<br />

lugar están los opiáceos; en general, y por lo menos es lo que ocurre en Latinoamérica y en algunos<br />

otros países del mundo, se tiene una confianza excesiva en el grupo de los AINE y una desconfianza<br />

exagerada en el de los opiáceos. El tercer grupo, los adyuvantes, son muy importantes en dolor<br />

neuropático, e incluyen antiepilépticos, antidepresivos, también llamados en conjunto neuromoduladores.<br />

Puede haber otros grupos que también tienen algún papel en el dolor, como los esteroides<br />

y los relajantes musculares. Se pueden combinar siempre y cuando no se antagonicen entre sí. Esto<br />

es, se pueden combinar medicamentos de cada grupo según el caso. No es recomendable combinar<br />

2 medicamentos de cada grupo por tener el mismo mecanismo de acción, y el efecto que se obtiene<br />

es más de episodios adversos y, normalmente, no más analgesia. De manera rápida, se podría decir<br />

que el tratamiento del dolor nociceptivo, dolor osteomuscular, por ejemplo, responde muy bien con<br />

AINE y COX 2; también responde a opiáceos. El dolor neuropático, en cambio, no responde a AINE ni<br />

a COX 2, no responde a vitamina B y sí responde, aunque parcialmente (entre un 20 y un 40%), a<br />

opiáceos, y responde mejor a neuromoduladores. Para el dolor mixto, habrá que combinar medicamentos<br />

para lograr una respuesta, mezclar según la necesidad del paciente y a veces utilizar incluso<br />

los 3 grupos.<br />

Respecto al dolor oncológico, hay una cantidad enorme de información acerca del tema. La revisión<br />

publicada por Bruera y Kim reporta que el dolor oncológico lo padecerán muchos pacientes con<br />

cáncer. Cuanto más avanzado sea el cáncer, más alto es el riesgo de padecerlo. Uno de cada 3 individuos<br />

del mundo desarrollado será diagnosticado con cáncer y la mitad de éstos van a morir durante<br />

el primer año del diagnóstico, como ya se dijo antes. Más del 80% de los pacientes con cáncer va<br />

a desarrollar dolor durante la enfermedad y antes de morir el 20% puede no tener jamás algún dolor,<br />

y morir con otros síntomas porque la prevalencia sintomática es amplia, pero no necesariamente<br />

presentará dolor. Del 80% que tendrá dolor, la intensidad se divide en leve, moderada y severa.<br />

En general, el dolor es infra tratado y muy mal manejado. Es un problema verdaderamente grave,<br />

por diferentes circunstancias económicas, culturales y regionales. La prevalencia específica del dolor<br />

por cáncer ocurre en el 30-40% de los pacientes con terapia oncológica radical, es decir, buscando la<br />

313


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

curación, incrementándose hasta un 90% en aquellos con una enfermedad avanzada y tratamiento<br />

paliativo. El dolor puede tener la característica de ser agudo o crónico, y también ha sido documentada<br />

una serie de síndromes paraneoplásicos. El cáncer puede invadir por contigüidad, metástasis o<br />

por los efectos humorales del tumor (síndromes paraneoplásicos), que también puede dar síndromes<br />

dolorosos, como neuropatía periférica. Los tratamientos contra el cáncer, radioterapia, quimioterapia<br />

y cirugía radical, claramente pueden dejar secuelas dolorosas. De acuerdo con Fisch y Burton,<br />

el 80% de los pacientes tiene dolor de 2 orígenes y el 34% hasta de 3 orígenes diferentes. El<br />

crecimiento tumoral o las metástasis son responsables del 85% de los casos del dolor y el 15% es<br />

atribuible al tratamiento antineoplásico. Otras causas son infecciones por gérmenes oportunistas,<br />

como por ejemplo herpes zóster y la consecuente neuralgia postherpética. Ya desde el año 1995,<br />

Bruera et al describen en la escala de Edmonton los factores de mal pronóstico para el control del<br />

dolor: a) dolor neuropático, suele ser un dolor más refractario que otros; b) dolor episódico, que<br />

puede ser el incidental, es decir al movimiento (p. ej., el caso de una fractura), o irruptivo, que aparece<br />

sin ningún estímulo que lo provoque, como la neuralgia del trigémino, y el último tipo de dolor<br />

episódico es el dolor al final de la dosis, cuando las dosis están muy separadas en el tiempo y no se<br />

cubre adecuadamente la vida media del medicamento que se esté usando; c) escalada rápida de<br />

opiáceos, generalmente por empeoramiento de la enfermedad o tolerancia al opiáceo; d) antecedente<br />

de alcoholismo o abuso de drogas, y e) trastornos afectivos, como depresión o ansiedad.<br />

Por último, está el dolor total, que es de naturaleza multifactorial y se refiere a todos los aspectos<br />

involucrados en el cáncer, como miedo al dolor, miedo a morir, futuro incierto, etc. Además, puede<br />

haber patología no tumoral concurrente.<br />

Debe recordarse que la escalera analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicada<br />

en la década de los noventa, es exclusivamente para dolor oncológico. La OMS no avala ninguna<br />

otra indicación para ella. Para dolor leve se pueden utilizar analgésicos del tipo no opiáceo más adyuvantes.<br />

En dolor moderado se pueden utilizar opiáceos leves más adyuvantes. Y en dolor severo,<br />

opiáceos mayores para justamente complementarse, si hace falta, con adyuvantes. Los intervencionistas<br />

proponen un cuarto escalón de analgesia. Hay grupos que piensan que la decisión terapéutica<br />

basada en la escalera es lenta, y que más que una escalera debería ser un ascensor, como lo propone<br />

la escuela española.<br />

Los criterios de enfermedad terminal que nos rigen actualmente son los criterios de la Sociedad<br />

Española de Cuidados Paliativos que, en general, la definen como un padecimiento avanzado, progresivo<br />

e incurable sin respuesta a tratamiento específico, con un pronóstico de vida inferior a 6<br />

meses. La presencia de numerosos síntomas, intensos, multifactoriales y cambiantes que causan<br />

un gran impacto emocional en pacientes, familia y equipo terapéutico. La realidad es que sí es importante<br />

el dolor, pero casi nunca es el principal problema, por eso la clínica del dolor se enfoca<br />

primordialmente al dolor, y los cuidados paliativos ven un espectro de síntomas mucho más amplio.<br />

Los enfermos que ameritan apoyo paliativo son los pacientes oncológicos, con sida en fases<br />

avanzadas, insuficientes orgánicos no candidatos a trasplante (hepáticos, cardíacos, pulmonares,<br />

renales, etc.), con enfermedad de motoneurona, con esclerosis lateral amiotrófica, con algunos<br />

padecimientos geriátricos (demencias), etc. En el año 2004 la Unidad de Cuidados Paliativos del<br />

M.D. Anderson Cáncer Center reporta la prevalencia del dolor en una población de 232 pacientes a<br />

los cuales se les aplicó la escala visual analógica (EVA, de 0 a 10) y se valoró aquellos con EVA > 5 al<br />

ingreso, considerándose como motivo de internamiento a la Unidad de Cuidados Paliativos. Los 3<br />

síntomas más frecuentes fueron: fatiga o astenia, 82%; anorexia, 65%, y dolor, 61%. El síntoma<br />

más prevalente en el paciente terminal es invariablemente la debilidad. El dolor es uno más de los<br />

síntomas, pero es muy importante de tratar. Hoy por hoy, se propone que el cuidado curativo de-<br />

314


Bioética para enfermería<br />

bería combinarse con el paliativo, es decir, que no sean mutuamente excluyentes sino que se inicien<br />

de manera paralela desde el principio. Y, finalmente, cuando ya va a acaecer la muerte, es<br />

importante considerar que la familia requiere apoyo durante la etapa de duelo.<br />

Los analgésicos opiáceos son los medicamentos que tienen efectos similares a la morfina, producen<br />

analgesia por su unión específica a receptores dentro y fuera del sistema nervioso central<br />

(SNC). Funcionan básicamente como una analogía de lo que harían las sustancias opiáceas endógenas,<br />

endorfinas y encefalinas, y los diferentes tipos de receptores opiáceos: µ, d y k 9 . En resumen,<br />

los mecanismos por los cuales funcionan los opiáceos y que interesan a los clínicos son que<br />

inhiben la entrada de calcio en la neurona, inhiben la liberación de sustancia P, incrementan la<br />

entrada de potasio a la célula y, finalmente, inhiben al sistema facilitador descendente. Hay varias<br />

formas farmacéuticas para la administración de los opiáceos, lo que permite que en pacientes<br />

terminales con gran variabilidad no sólo de síntomas, sino de cambios constantes en su estado<br />

funcional, se puedan hacer los cambios en la vía de administración de manera rápida. La morfina<br />

sigue siendo el estándar de oro para la OMS para el manejo del dolor oncológico, es más usada<br />

por vía oral, después enteral o rectal; la vía parenteral es otra alternativa (intravenosa o subcutánea).<br />

Las clínicas y unidades domiciliarias prefieren vías más fáciles de manejo, como la subcutánea.<br />

Las vías espinales son más frecuentes en pacientes hospitalizados. La vía transdérmica cobra<br />

relevancia por su comodidad y, comparativamente con otros medicamentos, tiene menos efectos<br />

adversos. La transmucosa ofrece ventajas cuando hay problemas de deglución, la vía sublingual se<br />

debería considerar como una opción versátil y rápida, y finalmente la vía pulmonar como una de<br />

las aportaciones más recientes 17 . Los opiáceos pueden administrarse nebulizados, aunque en general<br />

la nebulización no se usa con fines analgésicos, sino para el control de la disnea o la tos en el<br />

paciente terminal. Los opiáceos se clasifican por su potencia en débiles o menores y potentes o<br />

mayores. La titulación de la dosis de opiáceos se realiza valorando el alivio del dolor frente a los<br />

efectos secundarios. No se deben mezclar 2 opiáceos de grupos farmacológicos diferentes, por sus<br />

posibles efectos antagónicos. Es fundamental (y por lo general se olvida) establecer un esquema<br />

fijo que incluya los rescates o dosis extras y también los adyuvantes del tipo antiemético, laxante u<br />

otros medicamentos para prevenir o contrarrestar los efectos adversos 9 . La morfina no tiene la<br />

misma potencia por vía oral que cuando se administra por vía parenteral, subcutánea o por vía<br />

intravenosa; en este sentido, la regla de los tercios para la equivalencia resulta fácil y útil: por<br />

ejemplo, la morfina por vía oral equivale a tres tercios (p. ej., morfina oral 60 mg), al cambiar a<br />

subcutánea equivale a dos tercios (40 mg), y si se requiere la vía intravenosa, se administra un<br />

tercio (20 mg). Todos los opiáceos cuentan con tablas de equianalgesia. Una de las terapias de<br />

reciente introducción son los parches de fentanilo y buprenorfina.<br />

Un aspecto importante para desmitificar los opiáceos es conocer la diferencia entre tolerancia y<br />

dependencia, ya que generalmente se confunde a la primera con adicción. La tolerancia es la necesidad<br />

de aumentar la dosis a través del tiempo para lograr el mismo efecto analgésico que se<br />

logró al principio; la tolerancia no necesariamente es negativa, es el caso de la tolerancia a los<br />

efectos secundarios (p. ej., la náusea del primer día del opiáceo hará tolerancia a la primera semana,<br />

y desaparecerá). Los pacientes con analgésicos opiáceos son dependientes físicos, es decir, que<br />

al quitar o disminuir el medicamento rápidamente puede ocurrir síndrome de abstinencia. El<br />

síndrome de abstinencia no es exclusivo de los opiáceos, sucede con benzodiacepinas, esteroides,<br />

etc. Una titulación progresiva descendente hará que el paciente pueda dejar de usarlo sin ningún<br />

problema. Los principales efectos adversos de los opiáceos a nivel central son la tríada de neurotoxicidad:<br />

hiperalgesia, alodinia, mioclonus o convulsiones y delirium. A nivel periférico, desde el<br />

punto de vista gastrointestinal son: náusea, vómito y estreñimiento, en el cual es obvia la secuen-<br />

315


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

cia de episodios, dolor abdominal, disminución del peristaltismo y aumento de la distensión intestinal.<br />

Si el estreñimiento no se resuelve puede haber impactación fecal y esto agrava otros síntomas,<br />

incluso los neuropsiquiátricos; en pacientes geriátricos, tanto el estreñimiento como la retención<br />

urinaria pueden ser causa de delirium. A nivel cardiopulmonar, puede presentarse depresión<br />

respiratoria, aunque ésta es rara con una adecuada titulación. Otros efectos adversos reportados<br />

son prurito, retención urinaria e hipogonadismo. Se ha demostrado en unidades de cuidados<br />

paliativos que el hipogonadismo puede estar presente en un porcentaje de pacientes, justamente<br />

por los fenómenos de contrarregulación hormonal.<br />

Otras indicaciones de opiáceos en cuidados paliativos, más allá de la analgesia, son disnea y tos. El<br />

50% de pacientes con cáncer avanzado y el 70% con cáncer pulmonar presentarán disnea en algún<br />

momento de su evolución. El medicamento de elección es morfina, ya que disminuye la sensibilidad<br />

al CO 2 del centro respiratorio. Las vías más usadas son la subcutánea, la intravenosa y la nebulizada.<br />

La tos sólo se trata cuando es excesiva y se maneja con derivados de opiáceos, como el dextrometorfan<br />

o directamente con opiáceos, como podrían ser desde los menores hasta los mayores.<br />

En conclusión, la vía oral es la más recomendada para la prescripción de opiáceos por ser la más<br />

fisiológica, seguida de la rectal, la transdérmica y la subcutánea. La vía subcutánea es una excelente<br />

alternativa, sobre todo porque se puede usar en casa, no es tan invasiva y es raro que se infecte el<br />

sitio de inyección. Una alternativa son las bombas de perfusión continua subcutánea. Vale la pena<br />

enfatizar que las inyecciones intramusculares se consideran prehistóricas, por ser una vía poco predecible,<br />

muy invasiva y porque es una muy mala idea quitar el dolor ocasionando otro.<br />

316


Bioética para enfermería<br />

Anexo 4. Protocolos de control de síntomas: caquexia–anorexia<br />

Definiciones<br />

- Caquexia: marcada baja de peso con compromiso de masas musculares.<br />

- Anorexia: pérdida de apetito<br />

Son síntomas muy frecuentes en los pacientes con enfermedad incurable avanzada (50-90%), suelen<br />

asociarse y contribuir a la fatigabilidad. Debe distinguirse de la desnutrición común causada por<br />

baja ingesta, ya que este síndrome está causado por alteraciones metabólicas secundarias a mediadores<br />

liberados por la enfermedad de base.<br />

Además de empeorar la calidad de vida, ensombrecen el pronóstico por las dificultades en la implementación<br />

de otras medidas paliativas.<br />

Etiología de la caquexia<br />

Enfermedad: metabolismo alterado (aumento catabolismo).<br />

Trastornos inmunológicos: producción de citokinas (TNF, Interleukina 1 y 6, INFy).<br />

Concurrentes: anorexia.<br />

Vómitos.<br />

Diarrea/mala absorción.<br />

Obstrucción intestinal.<br />

Pérdidas aumentadas (piel, renales, etc.).<br />

Hemorragias.<br />

Del tratamiento con drogas: opioides.<br />

Etiología de la anorexia<br />

Enfermedad: retardo del vaciamiento gástrico.<br />

Insuficiencia renal/hepática.<br />

Alteraciones electrolíticas (sodio, calcio).<br />

Dolor/disfagia.<br />

Náuseas/vómitos.<br />

Fatiga.<br />

Sepsis.<br />

Deshidratación.<br />

Constipación<br />

Del tratamiento con drogas (alteraciones del sabor o del vaciamiento gástrico).<br />

Ambientales: malos olores/sabores.<br />

Demasiada comida.<br />

Gustos personales.<br />

Otros: ansiedad. depresión<br />

Evaluación<br />

- Evaluar intensidad de los síntomas por separado (escala de 0 a 10)<br />

- Hábitos y preferencias nutricionales.<br />

- Examen físico dirigido a buscar alteraciones del tubo digestivo (candidiasis, obstrucción intestinal).<br />

Considerar realizar medidas antropométricas (pliegues, circunferencias) o exámenes de laboratorio<br />

(colesterol, linfocitos, albúmina plasmática) para evaluar grado de desnutrición proteica.<br />

317


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Manejo<br />

- Evaluar la necesidad de tratamiento de este síntoma en función de las repercusiones para el<br />

paciente.<br />

- Explicar el origen del síntoma, y determinar con el enfermo el tipo y los objetivos del tratamiento<br />

a realizar (mejorar estado nutricional, mejorar imagen corporal, optimizar síntomas asociados).<br />

Medidas generales<br />

- Mejorar factores ambientales y disminuir síntomas concomitantes que pudieran tener relación.<br />

- Evaluar suspensión de opiáceos y eventual analgesia intervencional.<br />

- Buscar alternativas de acuerdo a sus preferencias, cambiar consistencia, recurrir a preparados<br />

complementarios como: ADN, ENSURE, dulces, cereales, galletas u otros.<br />

- Aumentar la frecuencia en las colaciones pero en menores cantidades.<br />

- Proponer a los familiares que programen las visitas para los horarios de alimentación y lo asistan.<br />

- Proporcionarle en la medida de lo posible un ambiente grato de manera que asocie la ingesta<br />

con momentos de agrado. (T.V., música.)<br />

- Estimular la higiene bucal y prevenir lesiones o sequedad.<br />

Medidas farmacológicas<br />

Acetato de megestrol (80-800mg/día): estimulante del apetito y ganancia de peso principalmente<br />

en masa grasa. Efectividad 80%. Disminuyen náuseas y vómitos, pero se asocian a aumento de la<br />

incidencia de TVP.<br />

Corticoides (dexametasona 2-4mg c/12 horas; prednisona 15- 30mg/día): efecto de corta duración<br />

(no indicado más de 4 semanas). Disminuyen náuseas y vómitos. Efectos indeseados: intolerancia a<br />

la glucosa, infecciones y eventualmente psicosis y euforia.<br />

Ciproheptadina (4mg c/8horas): estimulante del apetito, puede presentar sequedad de boca, somnolencia<br />

e infrecuentemente ataxia (a altas dosis).<br />

Metoclopramida 10-20mg c/6horas): estimulantes de tránsito; efecto en anorexia producida por<br />

retraso en vaciamiento gástrico.<br />

Antidepresivos: en relación a trastornos del ánimo, vigilando efectos adversos (constipación)<br />

Apoyo nutricional intensivo: enteral o parenteral. La relación entre el riesgo (infecciones, alteraciones<br />

metabólicas, aspiración, punciones repetidas, costos) y el beneficio (dudoso) demuestra que<br />

estas medidas resultan, por lo general, desproporcionadas y no debiesen plantearse salvo en pacientes<br />

seleccionados.<br />

318


Bioética para enfermería<br />

Anexo 4. Compromiso de conciencia<br />

Definición: alteración de las funciones cognitivas que ocurre en forma aguda o subaguda y que implica<br />

un deterioro con respecto al estado basal del paciente. Puede describirse en términos cuantitativos,<br />

es decir con compromiso del alerta (somnolencia, sopor superficial, sopor profundo, coma)<br />

y en términos cualitativos (síndrome confusional agudo o delirium; psicosis orgánica o exógena, que<br />

analizaremos más adelante ) con una distorsión de las funciones cognitivas y compromiso fluctuante<br />

de la atención; esta característica permite diferenciarlo de los cuadros primariamente psiquiátricos;<br />

sin embargo a veces puede ser difícil establecer inicialmente esta diferenciación entre cuadro<br />

orgánico versus primariamente psiquiátrico (por ejemplo algunos estados catatónicos) y entonces<br />

sólo la exclusión de una causa orgánica y/o la evolución y/o respuesta a tratamiento son lo que<br />

permite llegar a una conclusión diagnóstica final.<br />

Se describe a continuación las causas más importantes a considerar en un paciente terminal. Se<br />

marca con asterisco aquellas que frecuentemente se manifiestan como delirium.<br />

Etiología: la causa es variada en relación al proceso mórbido de base.<br />

Con lesión estructural del sistema nervioso, con signos de focalización: procesos expansivos,<br />

inflamatorios o infecciosos.<br />

Infecciones del parénquima cerebral/abscesos.<br />

Infecciones virales (herpes) o parasitarias (toxoplasmosis, cisticercosis).<br />

Meningitis de la base encefálica (TBC, hongos, carcinomatosis meníngea).<br />

Leucemia/linfoma de SNC.<br />

Metástasis cerebral.<br />

Complicaciones cerebrovasculares.<br />

Hemorragia (intratumoral, CID).<br />

Hematoma subdural.<br />

Infartos tromboembólicos.<br />

Trombosis de senos venosos, sin signos de focalización:<br />

Compromiso meníngeo.<br />

Meningitis por drogas intratecales.<br />

Compromiso encefálico infeccioso (VIH, leucoencefalitis multifocal progresiva, CMV, neurolúes,<br />

Jakob-Creutzfeldt).<br />

Hidrocefalia y procesos expansivos en “áreas mudas”.<br />

Descompensación en pacientes con disminución de la “reserva cerebral” secundaria a procesos<br />

degenerativos.<br />

Etiología sin lesión estructural del sistema nervioso:<br />

Metabólico, infecciones sistémicas, sepsis.<br />

Hipo-Hiperglucemia.<br />

Trastorno electrolitos (Na, Ca)/Deshidratación.<br />

Uremia.<br />

Acidosis/alcalosis metabólica.<br />

Hipoxemia/hipercapnia.<br />

Encefalopatía hepática.<br />

Déficit de vitaminas (B6-B9-B12).<br />

Trastornos hormonales (Hipotiroidismo/hipertiroidismo/ insuficiencia suprarrenal).<br />

Epilepsia (crisis sutiles, status convulsivo). Descompensación de epilepsia previa.<br />

319


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Crisis inducidas por drogas o privación de ellas.<br />

Crisis inducidas por trastornos metabólicos.<br />

Crisis idiopáticas y crisis inducidas por lesión estructural.<br />

Drogas del síndrome de abstinencia.<br />

Anticolinérgicos y antiparkinsonianos.<br />

Ansiolíticos/hipnóticos.<br />

Opioides.<br />

Antibióticos (penicilina, cefalosporinas, aminoglucósidos, ciprofloxacino).<br />

Antihipertensivos (propanolol, metildopa).<br />

Drogas de quimioterapia.<br />

Anti H1 (ranitidina, famotidina).<br />

Corticoides.<br />

Aciclovir.<br />

Evaluación<br />

- Determinar la severidad del cuadro en términos de la repercusión en las relaciones interpersonales<br />

e interferencia con las actividades de la vida diaria.<br />

- Revisión de la historia clínica, evaluando fármacos en uso y buscando posibles etiologías.<br />

- Examen físico: Buscando posibles etiologías.<br />

- Examen neurológico: Buscando signos de focalización neurológica, signos meníngeos, reflejos<br />

arcaicos y signos que orienten a etiología metabólica como asterixis, mioclono multifocal, etc.<br />

- Exámenes complementarios, orientados según sospecha clínica (sólo si determinan cambio de<br />

conducta): con alta sospecha de lesión estructural de SNC considerar una neuroimagen (TAC o<br />

RM de encéfalo) y/o punción lumbar. Si el estudio no arroja una etiología clara, hacer los exámenes<br />

del grupo con baja sospecha de lesión estructural de SNC. Con baja sospecha de lesión<br />

estructural de SNC considerar glicemia, electrolitos plasmáticos (calcio y magnesio), pruebas de<br />

función renal y hepática, gases en sangre arterial, hemograma, pruebas de coagulación, punción<br />

lumbar, electroencefalograma.<br />

- Si el estudio no arroja una etiología clara, hacer los exámenes del grupo con alta sospecha de<br />

lesión estructural de SNC.<br />

- Se debe recordar que el compromiso de conciencia en estos pacientes tiene frecuentemente<br />

etiología multifactorial.<br />

Manejo<br />

- Explicar el origen del síntoma, y determinar con el enfermo y su familia el tipo y los objetivos del<br />

tratamiento a realizar.<br />

- Medidas generales<br />

- Cambios de posición, aseo, confort, lubricación, prevención de úlceras de presión.<br />

- Vigilar que la vía aérea esté permeable, administrar oxigenoterapia según indicación. - - Realizar<br />

aspiración de secreciones en caso de necesidad.<br />

- Aseo de cavidades.<br />

- Vigilar alimentación: oral, enteral o parenteral.<br />

- Observar eliminación urinaria e intestinal.<br />

- Proporcionar un ambiente confortable y limpio.<br />

- Control ambiental y farmacológico de la agitación si ésta está presente.<br />

- Orientado a la causa (determinar proporcionalidad de los tratamientos a administrar): Ajustar<br />

fármacos en uso.<br />

- Antibióticos, corrección trastorno electrolítico y/o ácido/base, corrección insuficiencia respiratoria,<br />

suplementación de vitaminas u hormonas.<br />

320


- En procesos expansivos del SNC utilizar corticoides (Dexametasona 16-100 mg/día).<br />

- Uso de antiepilépticos en pacientes con crisis.<br />

Bioética para enfermería<br />

Delirium<br />

Definición: cuadro, también conocido como estado confusional agudo o psicosis exógena, corresponde<br />

a un compromiso de conciencia cualitativo caracterizado por la distorsión de las funciones<br />

cognitivas, principalmente por un compromiso fluctuante de la atención que se puede acompañar<br />

de hiperactividad pero también puede ser hipoactivo.<br />

El delirium se presenta hasta en un 80% de los pacientes terminales, en estos pacientes habitualmente<br />

se evidencian elementos de desorientación, hiperactividad, hablar incoherente, alucinaciones,<br />

déficit de memoria a corto plazo, ideas paranoides, comportamiento agresivo.<br />

Etiología: con frecuencia, la causa de la confusión es multifactorial y, ocasionalmente no se identifica<br />

ninguna causa específica. Pero esto nunca debe impedir la búsqueda de las causas subyacentes,<br />

ya que un número significativo de casos son reversibles. Las causas más frecuentes de delirio en<br />

cuidados paliativos son:<br />

1. Medicamentos (opioides, psicofármacos).<br />

2. Infección sistémica.<br />

3. Alteraciones metabólicas (calcio, sodio, urea).<br />

4. Invasión del CNS.<br />

Si bien comparte muchas posibles etiologías con el compromiso cuantitativo de conciencia (marcadas<br />

con (*) en compromiso de conciencia), no es infrecuente que sea gatillado por situaciones de<br />

estrés: cambios ambientales, estímulos no familiares, dolor, constipación, retención urinaria y trastornos<br />

del ánimo. Esto es especialmente válido en aquellos pacientes con algún grado de daño subclínico<br />

de SNC (por ejemplo una demencia degenerativa en fase inicial), estos pacientes tienen una<br />

reducción de su “reserva cerebral” y en su ambiente hogareño pueden ser autovalentes, pero el<br />

solo hecho de cambiarlos de ambiente (hospitalizarlos o cambiarlos de casa) puede descompensarlos<br />

y gatillar en ellos un delirium.<br />

Evaluación: uno de los elementos más importantes en el síndrome confusional agudo es el correcto<br />

diagnóstico diferencial, ya que puede significar cambios importantes en el tratamiento. Debemos<br />

recordar que las manifestaciones del delirio pueden ser producidas por otros cuadros como trastornos<br />

del ánimo o compromiso neurológico degenerativo crónico y que estos cuadros frecuentemente<br />

se superponen.<br />

Signo-síntoma Delirio Demencia Depresión<br />

Perfil temporal Agudo Crónico Intermedio<br />

Comportamiento Fluctuante Progresivo Estacionario<br />

Inatención ++ + +<br />

Falla memoria corto plazo ++ + +/-<br />

Desorientación + + -<br />

Alucinaciones + + +/-<br />

Habla e ideas Incoherente Afasia sutil Tono de voz<br />

monótono<br />

Se describen tres variantes de delirium:<br />

321


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

1. Hiperactivo-hiperalerta: confusión con agitación, con o sin alucinaciones, con o sin mioclonías y<br />

con o sin hiperalgesia.<br />

2. Hipoactivo-hipoalerta: confusión con somnolencia, con o sin ensimismamiento.<br />

3. Mixto: hallazgos de ambos.<br />

- Determinar la severidad del cuadro en términos de la repercusión en las relaciones interpersonales<br />

e interferencia con las actividades de la vida diaria.<br />

- Revisión de la historia clínica, evaluando fármacos en uso y buscando posibles etiologías.<br />

Examen físico: buscar posibles etiologías y factores contribuyentes que puedan revertirse (infección,<br />

deshidratación, retención urinaria, constipación, dolor).<br />

Examen mental: caracterizar los elementos del compromiso de conciencia y al diagnóstico diferencial<br />

para un tratamiento adecuado. También es deseable cuantificar las fluctuaciones del cuadro<br />

con algún test objetivo (ver sistemas de evaluación)<br />

Exámenes complementarios: orientados según sospecha clínica (sólo si determinan cambio de conducta):<br />

glicemia, electrolitos plasmáticos (calcio y magnesio plasmáticos), pruebas de función renal<br />

y hepática, gases en sangre arterial, hemograma, pruebas de coagulación, estudios de neuroimágenes<br />

(TAC o RMN de encéfalo), punción lumbar, electroencefalograma.<br />

Manejo<br />

Explicar el origen del síntoma, y determinar con el enfermo y su familia el tipo y los objetivos del<br />

tratamiento a realizar. Enfatizar que si el paciente tiene conductas agresivas en contra de sus familiares,<br />

éstas son involuntarias y son una manifestación más de su enfermedad.<br />

Medidas generales: incluyen las siguientes recomendaciones:<br />

- Vigilar alimentación: oral, enteral o parenteral.<br />

- Observar eliminación urinaria e intestinal.<br />

- Facilitar la presencia de familiares en la asistencia y acompañamiento del enfermo.<br />

- Proporcionar un ambiente confortable y limpio.<br />

- Facilitar la orientación en tiempo-espacio (espacios con iluminación natural, relojes visibles, tratar<br />

de mantener rutinas horarias a las que el paciente está habituado).<br />

- Reforzar los ciclos circadianos de sueño-vigilia normales (reducir las siestas al mínimo durante el<br />

día, exponer a la luz del sol durante el día, estimular el ejercicio o el paseo diurno, respetar su<br />

sueño en la noche, evitar en lo posible horarios de tratamientos en medio de la noche).<br />

- Control de la agitación y prevención de caídas, en lo posible evitando la contención física (preferir<br />

la vigilancia y acompañamiento y la persuasión).<br />

Orientado a la causa:<br />

- Ajustar fármacos en uso.<br />

- Antibióticos, corrección trastorno electrolítico y/o ácido/base, corrección insuficiencia respiratoria,<br />

suplementación de vitaminas u hormonas.<br />

- Medidas farmacológicas: una vez asegurado el correcto diagnóstico.<br />

- Regulación ciclo sueño/vigilia: trazodona 50 mg a 100 mg HS o Zolpidem 5 mg a 10 mg HS.<br />

- Alucinaciones y/o ideas delirantes/paranoides: neurolépticos como risperidona 0,5 mg a 1 mg o<br />

haloperidol 0,5 mg a 2 mg c/2 a 6 horas (máximo lo tolerado por el paciente). Dosis inicial 2 mg<br />

c/6 horas oral + 2 mg SOS. En caso de que el paciente no colabore para deglutir el medicamento,<br />

considerar el uso de formulaciones de neurolépticos en gotas insípidas y eventualmente neu-<br />

322


Bioética para enfermería<br />

rolépticos parenterales; puede llegar a utilizarse bolos de haloperidol de 2,5 mg a 5 mg repetidos<br />

cada 5 minutos con un tope de 20 mg totales. Especialmente en situaciones que se prevean<br />

serán de larga duración, preferir en lo posible, aquellos neurolépticos con menores efectos extra<br />

piramidales (risperidona, olanzapina, quetiapina).<br />

- Agitación psicomotora prominente: trazodona 50 mg c/8 horas o benzodiazepinas orales. En<br />

caso de que el paciente no colabore para deglutir el medicamento, considerar Midazolam 10 mg<br />

a 30 mg/día a pasar en bolos repetidos de 2,5 mg a 5 mg (vía intramuscular o intravenosa) y<br />

eventualmente por bomba de infusión continua (dosis inicial 1 mg/hora) u otro benzodiacepínico<br />

parenteral; antes de recurrir a esta conducta se debe haber tomado las medidas necesarias<br />

para manejar adecuadamente una eventual depresión respiratoria. Se debe titular las dosis con<br />

precaución considerando la edad, masa corporal, uso de otros medicamentos concomitantes y<br />

sensibilidad farmacológica previa del paciente para así minimizar el riesgo de provocar depresión<br />

respiratoria.<br />

- Si no se obtiene respuesta clínica con la implementación de uno de los esquemas, se administran<br />

en conjunto.<br />

Depresión<br />

Para el médico interesado en los cuidados paliativos la cuestión relevante desde un punto de vista<br />

clínico es identificar hasta qué punto existe un sufrimiento normal relacionado con la enfermedad<br />

terminal o más bien se trata del desarrollo de síntomas depresivos que den cuenta de un proceso<br />

patológico. La prevalencia de los síntomas depresivos en este contexto es significativamente más<br />

alta que en la población general (entre un 25% y un 45%), y su reconocimiento de mucha importancia<br />

ya que éstos impactan no sólo en el cuidado global del paciente y su calidad de vida, sino que<br />

también en la adherencia al tratamiento. Los síntomas depresivos habitualmente responden a un<br />

tratamiento apropiado.<br />

Cuadro clínico: los síntomas depresivos son de difícil diagnóstico en el contexto del cuidado terminal<br />

ya que la patología de base con frecuencia determina la aparición de síntomas vegetativos como<br />

fatiga, sensación de debilidad, insomnio, falta de interés en las actividades habituales, disminución<br />

de la libido, falta de motivación y de concentración, todos ellos comunes en la depresión.<br />

El médico dependerá entonces de la aparición de los síntomas psicológicos de la depresión para<br />

hacer el diagnóstico. Estos son:<br />

- Ánimo disfórico o depresivo.<br />

- Disminución de la autoestima y del sentimiento de auto valía.<br />

- Anhedonia (que es la falta de placer frente a actividades antes placenteras).<br />

- Desesperanza.<br />

- Ideas suicidas.<br />

- Ideas de culpa.<br />

Los síntomas depresivos también pueden pesquisarse a través de alteraciones conductuales tales<br />

como falta de cooperación con el tratamiento o invalidez desproporcionada, o debido a la presencia<br />

de somatizaciones dentro de las que destaca el dolor crónico intratable. Pueden tener distintas presentaciones:<br />

- En su forma más leve como un trastorno adaptativo. Aparecen en relación a la situación de crisis,<br />

y en general son de corta duración.<br />

- Trastorno depresivo mayor: más intenso y requiere de tratamiento farmacológico.<br />

323


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

- Distimia: corresponde a cuadros depresivos prolongados y de baja intensidad (a los que se le<br />

puede agregar un episodio depresivo mayor constituyendo lo que se describe como depresión<br />

doble).<br />

El diagnóstico de depresión mayor requiere de una entrevista estructurada, sin embargo disponemos<br />

de instrumentos de screening que son breves y de fácil administración como el HADS (Hospital<br />

Anxiety and Depresión Scale), o la pregunta única: “¿Se ha sentido recientemente deprimido, desesperanzado<br />

o decaído?”.<br />

La evaluación minuciosa de la historia personal y familiar, incluyendo el antecedente de depresión<br />

y/u otras patologías psiquiátricas como el abuso de sustancias, es de suma importancia para definir<br />

un plan de tratamiento adecuado.<br />

Las ideas de suicidio deben ser exploradas de rutina en el contexto de síntomas depresivos. Esto no<br />

aumenta el riesgo de suicidio, sino que por el contrario permite una intervención oportuna.<br />

Tratamiento: antes de iniciar un tratamiento determinado es necesario descartar causas médicas<br />

que expliquen los síntomas. Dentro de las más frecuentes es preciso mencionar el delirium, los trastornos<br />

metabólicos, los efectos adversos de algunos fármacos (corticoides, agentes quimioterapéuticos,<br />

sedantes, anticonvulsivantes, etc.), entre otros.<br />

Medidas generales<br />

Psicológico<br />

Farmacológico<br />

a. Actitud de apoyo y empatía.<br />

b. Información veraz y sencilla.<br />

c. Explorar las dudas que tenga el paciente en relación con su enfermedad.<br />

d. No ofrecer posibilidades irreales o inalcanzables.<br />

e. Fortalecer redes de apoyo.<br />

a. Terapia de apoyo individual y de grupo.<br />

b. Terapia cognitivo conductual.<br />

Como regla general, todos los antidepresivos disponibles en el mercado<br />

tienen una potencia antidepresiva similar. La elección del fármaco estará<br />

determinada por sus efectos secundarios, la interacción con otros fármacos,<br />

y sensibilidades individuales.<br />

Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) son de<br />

uso común en pacientes con patología médico-quirúrgica, por su favorable<br />

perfil de efectos secundarios. Fluoxetina, paroxetina, sertralina y citalopram<br />

carecen de los efectos anticolinérgicos y sedativos característicos de<br />

los tricíclicos.<br />

Ansiedad<br />

Cuadro clínico: los síntomas de ansiedad constituyen la forma más frecuente de sufrimiento psicológico<br />

en los pacientes terminales. La ansiedad anticipatoria en relación a la evolución de la enfermedad<br />

y su tratamiento, y la exacerbación de un trastorno ansioso pre-existente constituyen las<br />

principales fuentes de los síntomas ansiosos. Con frecuencia la ansiedad se relaciona con dolor físico<br />

mal controlado, alteraciones metabólicas tales como hipoxia, tromboembolismo pulmonar, sepsis,<br />

delirium, hemorragia, arritmias cardíacas e hipoglucemia.<br />

Algunos medicamentos son reconocidamente ansiogénicos. Es el caso de los corticoides, algunos<br />

neurolépticos usados habitualmente como antieméticos, broncodilatadores, tiroxina y estimulantes.<br />

324


Bioética para enfermería<br />

Los síntomas de ansiedad pueden ser transitorios y en directa relación con el evento que las gatilla<br />

(ansiedad normal), o presentarse en el contexto de un trastorno adaptativo, como un trastorno de<br />

ansiedad generalizada, trastorno de pánico o como trastorno de ansiedad situacional (como es el<br />

caso de los síntomas fóbicos desarrollados, por ejemplo en el contexto del tratamiento quimioterapéutico).<br />

Tratamiento: es necesario descartar causas orgánicas de ansiedad. El entorno psicosocial del paciente<br />

es con frecuencia una fuente de sufrimiento (dificultades interpersonales, financieras, etc.),<br />

así como también una fuente de soporte y ayuda, por lo que es necesario llevar a cabo una evaluación<br />

integral que incluya una descripción de las redes sociales disponibles, de las características de<br />

personalidad del paciente y sus habilidades adaptativas frente a las distintas etapas de la progresión<br />

de su enfermedad.<br />

Medidas generales<br />

Psicológico<br />

Farmacológico<br />

a. Actitud de apoyo y empatía.<br />

b. Información veraz y sencilla.<br />

c. Explorar las dudas que tenga el paciente en relación con su enfermedad.<br />

d. No ofrecer posibilidades irreales o inalcanzables.<br />

e. Fortalecer redes de apoyo.<br />

a. Terapia de apoyo individual y de grupo.<br />

b. Terapia cognitivo conductual.<br />

Uso de ansiolíticos de manera racional y escalonada para no provocar<br />

efectos adversos (somnolencia, delirium) o reacciones cruzadas (con<br />

opioides), antidepresivos o neuroléptico según sea la indicación médica.<br />

Fatiga<br />

Definición: se entiende por astenia a la falta de energía, tanto física como mental. Incluye: cansancio<br />

fácil e incapacidad de mantener la performance; debilidad generalizada, definida como la sensación<br />

anticipatorio de dificultad, antes de iniciar una actividad; fatiga mental, definida como la alteración<br />

de la capacidad de concentrarse, pérdida de la memoria y labilidad emocional. Es probablemente<br />

el síntoma más frecuente a manejar en medicina paliativa.<br />

Etiología:<br />

- Propias de la enfermedad: progresión de la misma, anemia, hipo/hipercalcemia, neuropatías,<br />

miopatías, insuficiencia suprarrenal, disfunción autonómica, depresión.<br />

- Del paciente: insomnio, caquexia, postración, deshidratación, infecciones.<br />

- Propias del tratamiento: cirugías, drogas/sedación, quimioterapia o radioterapia.<br />

Evaluación:<br />

- Focalizado en la severidad del cuadro (escala de 0 a 10; puntaje Karnofsky o ECOG, cuantificar<br />

tiempo de actividades al día).<br />

- En los efectos que tenga la debilidad sobre la independencia y actividades de la vida diaria del<br />

paciente y en el bienestar psicosocial.<br />

- Evaluar efectos específicos de la fatigabilidad (en músculos respiratorios puede causar disnea).<br />

El paciente y su familia suelen asociar debilidad a proximidad de la muerte: evaluar ansiedad<br />

que genere el síntoma.<br />

325


Anexo 4. Propuesta para implementación de una clínica de dolor y cuidados paliativos, HEE, Quito<br />

Manejo general: evaluar la necesidad de tratamiento de este síntoma en función de las repercusiones<br />

para el paciente. Explicar el origen del síntoma, y determinar con el enfermo el tipo y los objetivos<br />

del tratamiento a realizar. Esto disminuye la ansiedad del paciente y su familia.<br />

Manejo de la causa subyacente: dolor, depresión, ansiedad, trastornos del sueño (evaluar medidas<br />

farmacológicas), deshidratación (hidratación apropiada), anorexia/caquexia, consumo de medicamentos<br />

(simplificar régimen de medicamentos, evaluar efectos secundarios), infecciones (evaluar<br />

alternativas y proporcionalidad de antibióticos), anemia (evaluar transfusión de paquete de GR),<br />

inmovilidad (kinesioterapia motora).<br />

Medidas generales:<br />

- Conversar con el paciente de cómo se siente, qué piensa, a qué atribuye la falta de fuerza, existe<br />

alguna motivación de vida, temor, angustia.<br />

- Explicar la importancia de cambios de posición, lubricación de piel, prevención de escaras<br />

- Motivar a realizar ejercicios activos y pasivos, con y sin ayuda.<br />

- Motivar a los familiares a colaborar en el desarrollo de algunas actividades de acuerdo a las posibilidades<br />

del paciente: levantarlo a silla, sacarlo al patio, acompañarlo a ducharse, etc.<br />

Medidas farmacológicas:<br />

- Acetato de megestrol (160mg c/8 a 24 horas): estimulante del apetito, estado nutricional y<br />

disminuye fatigabilidad<br />

- Corticoides (dexametasona 4 a 8 mg c/12 horas; prednisona 10 a 30 mg/día): efecto no inmediato,<br />

evaluar en una semana. Efectividad disminuye con el tiempo (no indicado más de 4 semanas)<br />

- Metilfenidato (5 a 10 mg c/12 horas): psicoestimulante.<br />

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327


Bioética para enfermería<br />

Evaluación del libro Bioética en enfermería: aspectos teóricos y prácticos<br />

por el par académico, doctor Francisco León Correa<br />

Anexo 5<br />

329

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