Patentes HERRAMIENTAS PROPIAS. La innovación y las patentes desarrolladas en el país reflejan el avance del sector educativo y la investigación. fotos: archivo ES LA VARIABLE NO DESPEJADA DE LA ECUACIÓN: A. RAMÍREZ Nivel académico, clave para elevar innovación y patentes El aprovechamiento de los estudiantes refleja los alcances de la reforma educativa y permite establecer objetivos más altos para consolidar el sistema educativo 4 Universidades noviembre del 2016 María Alejandra Rodríguez maria.rodriguez@eleconomista.mx A la agenda educativa en México le queda camino por recorrer tanto en cobertura como en calidad, y la muestra es que el país registra al año 1.7 patentes por millón de habitantes, dijo el presidente del Consejo Mexicano de Negocios y director general de Cinépolis, Alejandro Ramírez Magaña. Alejandro Ramírez compartió ante estudiantes de Aliat Universidades que el bajo índice de innovación y patentes se encuentra ligado a la calidad de la educación que se tiene en el país y a la precaria inversión en investigación. Una de las pruebas estandarizadas a nivel internacional que hablan de la realidad de un país, puntualizó, es la prueba Programme for International Student Assessment (Pisa, por su sigla en inglés), la cual hace cada tres años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. En el 2012, de los jóvenes mexicanos evaluados, sólo 0.6% tuvo nivel Para que un país pueda innovar, requiere de grandes ingenieros; chavos de prepa con buena habilidad matemática, (pero) no estamos generando suficientes ingenieros de calidad para realizar tecnología propia”. Alejandro Ramírez Magaña, presidente del CMN y director general de Cinépolis. de excelencia, quedando muy detrás de 40% de Singapur y de Chile (1.6%), Uruguay (1.4%), y Brasil (0.8 por ciento). “Esto dimensiona la urgencia de la tan debatida reforma educativa, que tanto trabajo está costando implantar. Tenemos un reto muy grande que afrontar”, expresó. Ramírez agregó que otro de los eslabones a enfrentar es la inversión en investigación y desarrollo, donde México invierte no mucho más de 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), alrededor de 90,000 millones de pesos. Mientras que otros países de la región, como Brasil, invierten 1.26% de su PIB. “Para que un país pueda innovar, requiere de grandes ingenieros, para lo cual se necesitan chavos de prepa con buena habilidad matemática; pero si vemos que menos de 1% tiene nivel de excelencia, quiere decir que no estamos generando suficientes ingenieros de calidad para luego poder realizar tecnología propia y desarrollar al país”, comentó a los estudiantes. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, cada año se registran en México 15,500 solicitudes de patentes nacionales y extranjeras, dando un promedio de 1.7 por millón de habitantes. Lo anterior nos coloca muy por debajo del top tres integrado por Suecia con 302.7, Suiza con 290.1 y Finlandia con 283.8; y en la región de Latinoamérica, detrás de Chile, con 5.7, y Brasil, con 2.9, según muestra el reporte he Global Competitiveness 2012-2015. En ese entorno nuestro país demuestra una baja capacidad para generar conocimiento práctico con salidas comerciales que apuntalen a la economía mexicana como una de tipo innovador que, en última instancia, genere más riqueza que pueda repartirse entre la población mexicana. El directivo de Cinépolis y presidente del Consejo Mexicano de Negocios también habló de la fuga de cerebros; relató el caso del ingeniero electrónico mexicano Jorge Soto, quien participó en la Universidad de California de San Francisco para desarrollar una máquina que detecta el cáncer de estómago con un par de gotas de sangre, innovación que podría estar disponible en el 2018.