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<strong>Monos</strong>, <strong>camellos</strong> y <strong>pozos</strong>, o ¿para qué sirve la Filosofía?<br />
Víctor Palacios*<br />
Cuenta el Etnógrafo que en las Islas del Pacífico Sur los habitantes originarios<br />
utilizan un recipiente de boca angosta atado a una cuerda de un metro y medio, hecha de<br />
fibras vegetales retorcidas y fijado a la tierra mediante una estaca. Dentro de la vasija<br />
introducen una fruta. Cuando los monos que componen la fauna local huelen el fruto,<br />
bajan de los árboles e intentan tomarlo. Al querer escapar quedan atrapados, puesto que<br />
su mano con la fruta aferrada entre sus dedos no pasa por el estrecho orificio. Cuanto<br />
más fuerte tira, más atrapado queda el mono. Pero, algunas especies más evolucionadas,<br />
como el chimpancé, logran solucionar el problema: sueltan el objeto, giran el recipiente<br />
y la fruta cae por el propio peso en su mano.<br />
La pregunta que nos hace la Filosofía es: ¿qué clase de primate seremos?<br />
¿Podemos dejar por un momento de tirar con todas nuestras fuerzas y darnos cuenta de<br />
que estamos atrapados? La Filosofía es la disciplina que nos enseña a dar un rodeo. A<br />
dar vuelta las cosas, a ponerlas patas para arriba y cambiar el punto de vista para<br />
analizarlas desde un ángulo nuevo. La reflexión que rodea la situación y el objeto de<br />
nuestro deseo.<br />
En la Antigüedad se hablaba del criterio de los trascendentales. Algo era valioso<br />
si era bueno, bello o verdadero. Y los antiguos decían que los trascendentales se<br />
convierten: si algo es bueno será, también, bello y verdadero. Pero nosotros ya no<br />
vivimos en esa época sino en la del “¡Llame ya!”. En la época de la satisfacción<br />
inmediata y de las soluciones fáciles, el rodeo de la Filosofía aparece como un camino<br />
enrevesado y lento. Si evaluamos su utilidad con el Criterio de las tres P: Plata, Poder,<br />
Prestigio, seguramente concluiremos que la Filosofía no sirve para nada. Pero hay otros<br />
criterios. Ahora bien, si usted no quiere saber nada de Filosofía, siempre puede tirar más<br />
fuerte de la soga…<br />
¿No nos sentimos a veces inmovilizados por una serie de obstáculos? ¿Cómo si<br />
estuviéramos enrollados en lazos invisibles? Cuentan que los Beduinos del Desierto,<br />
cuando encuentran un camello perdido, al llegar la noche lo ponen a continuación de la<br />
fila de <strong>camellos</strong> propios. Estos animales se echan para dormir. El camello perdido, sin<br />
bridas o correas para ser sujetado permanece, sin embargo, junto a los demás animales<br />
toda la noche por influencia de su conducta imitativa.<br />
¿Cuántas veces nos consideramos atrapados, sin opciones, obligados a<br />
permanecer atados a una obligación, a una costumbre o a un patrón de conducta? La<br />
Filosofía nos enseña a descubrir que no siempre es necesario seguir la costumbre, el<br />
patrón o el modo típico de pensar y de actuar. Hay pueblos remotos con ideas diferentes<br />
y personas cercanas que se manejan de maneras muy distintas a las nuestras. Muchas<br />
veces quedamos atados por lazos invisibles que, en realidad, no existen. Si analizamos<br />
la situación desde otro punto de vista, podemos simplemente levantarnos y seguir<br />
nuestro camino. ¡Somos libres! ¿Qué era lo que nos hacía permanecer allí, prisioneros<br />
de un conjunto de percepciones y creencias? El pensamiento rompe las cadenas. Una de<br />
las formas de la liberación es la Filosofía. Pero, estamos demasiado ocupados para<br />
ponernos a pensar. A veces nos comportamos como el hámster en su rueda. Hay que
apurarse y correr, pero no llegamos a ningún lado. Detenernos a pensar es un lujo que<br />
no podemos darnos. Carecemos del tiempo, incluso para pensar en nosotros mismos.<br />
Pero, ¿es cierto?<br />
La Filosofía es una invitación para pensar con libertad. Aunque también<br />
podemos optar por seguir corriendo en la rueda del hámster, mantenernos esclavizados<br />
por viejos lazos o encadenados a otros compromisos. Después de todo, la práctica de la<br />
Filosofía no nos va a hacer ricos y famosos. Pero, reflexionar, cambiar el ángulo de<br />
análisis, modificar nuestro punto de vista, muchas veces nos permite encontrar una<br />
solución, resolver un problema, mejorar la comprensión de nuestra circunstancia. La<br />
Filosofía abre nuestra mente, amplía nuestro horizonte, ensancha nuestro mundo<br />
interior. Eso, aumenta nuestro capital social, multiplica nuestras chances, nos hace más<br />
perceptivos, nos permite cuestionar los valores heredados, mejora nuestra empatía con<br />
los demás y la capacidad de dialogar con otros, nos impulsa a reflexionar acerca del<br />
sentido de nuestra vida, de la verdadera motivación de todo el esfuerzo que hacemos y<br />
sobre los valores con los que estamos efectivamente comprometidos.<br />
Resulta que una vez iba Tales caminando por las calles de Atenas. Fue uno de<br />
los primeros filósofos griegos, a quien se le atribuye la invención del nombre de la<br />
Filosofía. Caminaba pensando en vaya a saber qué ideas sobre el cosmos, sus orígenes y<br />
las leyes que lo gobiernan. Tan abstraído iba que no se dio cuenta de que delante de él<br />
se abría un gran pozo y cayó dentro. Era un pozo muy profundo. Un esclavo que estaba<br />
cerca comenzó a reírse a carcajadas y dijo: “Pobre tonto, tanta Filosofía y no ve por<br />
dónde camina”. Tiempo después, alguien le preguntó a Tales: “¿Qué es la Filosofía?” Y<br />
él, le dijo: “La Filosofía es esa actividad de la que se ríen los esclavos”.<br />
Después de haber asistido al espectáculo de las guerras de exterminio, después<br />
de las terribles crisis humanitarias de la historia contemporánea, después de Auschwitz,<br />
los pensadores ya no hablan con la pretensión de tener acceso a una verdad superior.<br />
Algunos, incluso, hablan de la caída de las grandes utopías y los metarrelatos. Ya no<br />
tenemos esta idea de que nuestro saber nos hace superiores. A nuestra disciplina le<br />
interesa tanto escuchar a Tales hablando sobre el origen del universo como comprender<br />
el punto de vista del esclavo. Es más, hoy la Filosofía está interesada en escuchar la<br />
conversación entre el saber sabio y el discurso del sujeto que resiste contra las<br />
determinaciones sociales, culturales y políticas.<br />
La Filosofía nos puede servir para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos,<br />
liberarnos de ataduras inexistentes, cartografiar espacios, comprender conflictos. Y,<br />
también, para resistir.<br />
* * *<br />
Víctor Palacios es Licenciado y Profesor de Filosofía, Diplomado Superior en<br />
Ciencias Sociales y Especialista en Gestión y Conducción del Sistema Educativo y sus<br />
Instituciones.