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4 Diciembre 2019

SUCESOS

Jorge Ignacio P.J. a la salida del Juzgado de Guardia de Alzira el pasado 6 de diciembre.

Ante un presunto asesino en serie

RiberaNews

El caso del presunto asesino de

Marta Calvo esta adquiriendo

unas connotaciones escabrosas y

unas dimensiones poco imaginables

cuando se denunció la desaparición

de la joven de 25 años,

cuyos restos se siguen buscando

en los alrededores de Manuel y

en el vertedero de Dos Aguas.

Recordemos que todo comenzó

en la madrugada del pasado

7 de noviembre, cuando Marta

Calvo, nacida en Estivella pero

afincada en los últimos años en

Valencia, acudió a la población

de Manuel para un encuentro

sexual con Jorge Ignacio P.J.,

un narcotraficante colombiano

de 38 años residente en una casa

de alquiler en la citada población

de la Ribera. Ahí se perdió

el rastro de la joven.

Fue la madre de Marta, alertada

por no recibir respuesta a sus

llamadas telefónicas, la que se

presentó dos días después en la

casa de Manuel, a la que llegó

gracias a la última localización

que le pasó su hija por el móvil.

Jorge Ignacio le abrió la puerta,

pero negó saber nada de la joven.

A continuación, la madre

presentó la denuncia de la desaparición

de su hija, y el presunto

asesino salió de Manuel a

toda prisa, aunque días después

decidió entregarse voluntariamente

en el cuartel de la Guardia

Civil de Carcaixent al ver

que se había dictado una orden

Vertedero de Dos Aguas, lugar donde han centrado la búsqueda de los restos de Marta Calvo.

de busca y captura internacional

contra él.

En una primera declaración a

los agentes, el presunto homicida

negó haber asesinado a

Marta y aseguró que esta murió

de manera accidental por una

supuesta sobredosis de cocaína.

Según esta versión inicial, él se

durmió tras mantener relaciones

sexuales y al despertar se la encontró

muerta.

Sin embargo, sí confesó que

entró en pánico y decidió deshacerse

del cadáver, descuartizándolo

y arrojando sus restos

en diferentes contenedores de

basura, de ahí que el rastreo

condujera a los agentes en un

primer momento a la planta de

reciclaje de Guadassuar y después

al vertedero de Dos Aguas.

No obstante, se duda de la veracidad

de esta declaración, al

no haberse encontrado ningún

rastro de sangre de la víctima en

la casa de Manuel. Aunque en la

inspección realizada el pasado

martes, los investigadores hallaron

restos orgánicos en el baño

de la vivienda, pendientes de

análisis, según publica el diario

Levante - EMV.

Ya ante la jueza de guardia y

posteriormente en el Juzgado de

Instrucción número 6 de Alzira,

Jorge Ignacio se negó a declarar

por consejo de su abogado y se

dictó contra él prisión provisional

comunicada sin fianza por

un presunto delito de homicidio.

Pasado delictivo

Jorge Ignacio P.J. estuvo preso

en Italia en 2008 tras ser detenido

con nueve kilos de cocaína.

Al salir de la cárcel italiana

volvió a España, donde llevaba

un alto tren de vida. En 2017 fue

condenado en Pamplona a tres

años y tres meses de prisión,

también por tráfico de drogas,

pero salió el pasado año en libertad

condicional. Fue entonces

cuando se trasladó a vivir en

la casa que alquiló en Manuel.

Desaparición de Wafa

Este caso ha puesto en alerta a la

Policía y a la Guardia Civil ante

la posibilidad de que se pudiera

demostrar la vinculación del

detenido con otros casos de asesinatos

sin resolver y desapariciones

de jóvenes, como es el

caso de la desaparición de Wafa

en Carcaixent el pasado 17 de

noviembre. Si hasta el momento

se barajaba como principal

hipótesis que pudiera tratarse de

una desaparición voluntaria de

la joven de 19 años, ahora todo

podría dar un giro y tintarse de

drama.

También se están desempolvando

expedientes y revisando

otros casos, tanto en Valencia

como en otras comunidades

autónomas, de mujeres que fallecieron

en circunstancias similares

a las que apuntaba el

presunto asesino en su primera

declaración. Una de estas muertes

es la de una prostituta brasileña

en el barrio de Ruzafa, que

falleció tras consumir cocaína.

Al parecer, Jorge Ignacio pudo

ser su último cliente.

Además, la Guardia Civil tiene

el testimonio de varias mujeres

que se dedican a la prostitución

que han declarado haber realizado

con Jorge Ignacio prácticas

sexuales conocidas como

“fiesta blanca”, en las que se

consumen dosis elevadas de cocaína.

Mientras tanto, continúa la

búsqueda del cuerpo de Marta

Calvo. Al cierre de esta edición

sigue sin aparecer rastro alguno.

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