El Trabajador Edición 134

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Editorial
Pandemia en tiempos de dictadura
El régimen de JOH
representa la cúspide
en la historia de corrupción
y violencia en nuestro país.
Ningún gobierno había tenido
una relación tan directa con la
muerte como lo ha tenido éste:
3,300 muertos por el saqueo
del IHSS, miles asesinados
por la violencia, una escalada
dramática en los femicidios,
otros miles muriendo de
hambre, pobreza, enfermedad
e ignorancia; sin olvidar a
los cientos de mártires que
por estar luchando en las
calles resultaron asesinados
por militares y policías. Este
régimen está escribiendo su
nombre con sangre en los
libros de la historia.
Lamentablemente para el
pueblo hondureño es durante
esta dictadura que también
nos enfrentamos a la mayor
pandemia que ha vivido
la humanidad en épocas
recientes. El coronavirus se
ha cobrado la vida de más
de 18,000 personas a nivel
mundial y amenaza con
aumentar
exponencialmente
estas cifras si sigue con el
mismo patrón durante su paso
por Latinoamérica.
Es decir, por un lado, nos
estamos enfrentando al
virus asesino de más rápida
expansión que han conocido
las generaciones actualmente
vivas, y por el otro, tenemos
frente las a riendas del país
a una dictadura que ha
demostrado en sobradas
ocasiones que no le importa
para nada la salud y la vida
del pueblo hondureño. Los
ingredientes para el desastre
están servidos sobre la mesa
y quienes nos vamos a llevar
la peor parte somos los más
pobres, la clase trabajadora.
Por tanto, los trabajadores
no podemos tener ninguna
confianza en el gobierno,
pues éste en lugar de intentar
combatir la crisis ha tomado
ventaja de la misma para
robarse los fondos destinados
a la lucha contra el Covid-19.
Por eso desde el Partido
Socialista de los Trabajadores
seguimos diciendo claramente
que es imposible salvaguardar
la vida de la clase trabajadora
hondureña si un impresentable
como JOH sigue sentado en
la silla presidencial. Hoy más
que nunca es necesario exigir
con el mayor ímpetu la salida
inmediata de la narcodictadura
de JOH, sus compinches y de
todos aquellos que le sostienen.
No podemos confiar en
JOH, pero sí podemos
confiar en nuestra misma
clase trabajadora. Por eso
estamos llamando a que
sean los trabajadores de la
salud quienes dirijan la lucha
contra el coronavirus; que
sean ellos, y no el gobierno,
quienes manejen la crisis y
los fondos, que definan las
medidas de prevención, que
controlen la cuarentena y que
definan la compra de insumos
y maquinaria.
Derrotar al coronavirus pasa en
primera instancia por sacar a
JOH, e inmediatamente pasar a
robustecer el sistema sanitario
nacional contratando a todos
los trabajadores de la salud
desempleados,
equipándolos
con todos los implementos,
Partido Socialista de los Trabajadores - LIT - CI
insumos, maquinaria y
pruebas necesarios para
controlar la pandemia y evitar
más contagios. Realizar esta
tarea exige por tanto una
reorientación de la economía
donde sea la salud y la vida del
pueblo la prioridad, y no las
ganancias de la burguesía, con
sus empresas y bancos.
Por eso el PST propone que
inmediatamente se expropien
los grandes hospitales
privados para atender la
pandemia, estamos por el
no pago de la deuda externa
y la reducción drástica del
presupuesto militar para usar
esos fondos en el cuido de la
salud del pueblo, un aumento
inmediato de los impuestos a
las grandes empresas del país y
la expropiación de los bancos,
compañías financieras y de
telecomunicaciones. El interés
colectivo debe de estar por
encima del interés individual.
En gran medida el gobierno
y las empresas han causado
esta pandemia, que sean ellos
quienes paguen esta crisis, no
los trabajadores.