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Tabú 3

Este es el mes del ORGULLO GAY en México, y aprovechamos para darte varios tips y hacer remembranza de algunas etapas de la historia, pero también la homofobia es parte de nuestra comunidad y tenemos que afrontarla, y en cosas mas románticas las propuestas de amor y la preparación de la boda, y por que no ponerse sexy con un jockstrap o la literatura en el clóset.

Este es el mes del ORGULLO GAY en México, y aprovechamos para darte varios tips y hacer remembranza de algunas etapas de la historia, pero también la homofobia es parte de nuestra comunidad y tenemos que afrontarla, y en cosas mas románticas las propuestas de amor y la preparación de la boda, y por que no ponerse sexy con un jockstrap o la literatura en el clóset.

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Una nueva forma

En estos momentos, estamos viviendo una pandemia, pero no es la primera vez que la humanidad pasa por

esto. A lo largo de la historia se han visto pasar varias veces este tipo de cosas que generan cambios en la

forma de vivir y actuar, no obstante, hay costumbres que se quedan, o eso se espera. Es lamentable ver como

hay personas que no se cuidan o la falta de medios para poder seguir ciertas medidas. Lo malo en todo esto

es la ignorancia, el no querer saber la verdad y el no creer en ello, aunque se dice que vamos a vivir una nueva

normalidad. Ya estamos ante la pandemia generada por el Covid-19 y algunos adoptaremos costumbres que

terminaremos heredando a nuevas generaciones, aún nosotros mismos difícilmente podremos dejar ya ciertas

medidas o tardaremos en asimilar esta nueva enfermedad. Habrá un nuevo orden social, económico y, claro,

cultural. Pero no es la primera vez que esto pasa.

Existe una pandemia que aún no termina, una pandemia que muchos siguen ignorando, la del VIH. Si bien los

que viven con ese virus han mejorado su calidad de vida en comparación con sus inicios, aún existe, aún se

trasmite y es mortal. Una frase muy común al respecto es: “no se murió de SIDA, se murió por la ignorancia”. Y

así es como muchos la consideran, ¿por qué? Porque de aquellos que se hacen una prueba para detectar el VIH,

sólo algunos se quedan a saber su resultado y, peor aún, muchos de los que tienen una vida sexualmente activa

jamás se hacen la prueba; ello sin contar a las personas que no les importa, o aquellos que tienen sexo con

alguien a quien ven y sólo dicen: “se ve sano” para tener sexo sin condón. Lejos de los resultados de las pruebas,

una persona con VIH no está obligada a decir si es cero positivo o su estatus de salud, ya que existe el estatus

de indetectable que minimiza el riesgo de contagiar a otros. Claro está que ellos tienen el derecho a tener una

vida sexual y afectiva sin que el VIH limite su forma de vida. Nosotros somos los que nos limitamos; es nuestra

decisión, el cómo y con quién lo hacemos.

No sé si mi generación o las generaciones nuevas entiendan lo que se vivió con las primeras muertes por

SIDA; pero las personas que lo vivieron tienen una gran cantidad de historias de parejas, amigos, familiares

y seres queridos que perdieron durante la primera etapa del virus. Al inicio, no sabían por qué pasaba, sólo

los veían irse de esta vida. Luego, ya que se supo qué era, se asoció a la enfermedad con un sector o grupo y

luego de marginarlos la enfermedad se adjudicó a otro sector; pero al final se sabe que nadie está exento de

poder adquirir VIH. Durante este periodo se cerraron muchos lugares por ser considerados focos de infección,

muchas personas dejaron de tener encuentros, muchas discriminaron o se alejaron de las personas infectadas,

entonces, surgió una cultura sobre el uso del condón que cambió la forma de tener sexo, principalmente, dentro

de la comunidad LGBTTTIQ.

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