Manual de producción textual.

Prefacio.
Escribir constituye uno de los actos de verdad más puros, es un lugar donde se unifican realidades abstractas,
y la imaginación puede quedar inmortalizada. Las sociedades desde sus primeras grandes civilizaciones, han
buscado las formas de dejar evidencia de su historia, pensamiento, luchas y las formas únicas que tienen de ver
la realidad.
Cada individuo dicen que constituye un mundo en sí mismo, y es una práctica casi instintiva expresar lo que
hay dentro de ese mundo, contamos nuestras anécdotas, aventuras, descubrimientos, y cada pensamiento tiene
la posibilidad de ser escrito y quedar registrado. Así lo han hecho los grandes maestros de la literatura, que
estudiamos en la escuela y con los que aprendimos a leer y escribir desde pequeños.
La pregunta para muchas personas que quieren expresar sus ideas es ¿Cómo lo hago? No existe un método
preciso, hay muchos manuales de escritura, algunas personas están a favor de ellos, otros no, lo que sí es una
certeza es que a escribir solamente se aprende escribiendo.
Este texto servirá como una guía para orientar el quehacer literario de estudiantes, en diferentes niveles
educativos, y les ayudará en la realización de proyectos académicos o personales, facilitará la comprensión de
la producción de textos con intención literaria, dándole un sentido estético a las historias e ideas que puedan
surgir. Así que lo único indispensable, para acompañar esta aventura, es tener algo para decir.
El instructivo incluye actividades para una diversidad de tipos de textos, entre los que destacan, los textos
narrativos, descriptivos, periodísticos y argumentativos. Plantea preguntas básicas acerca de cómo planificar, y
redactar un texto, incluye reflexiones y actividades lúdicas para ir construyendo historias, relatos y poesía, que
se explican posteriormente mediante ejemplos. Estos han sido redactados por diversas personas que aportan un
poco de la experiencia y del estudio realizado sobre las tipologías textuales.
Cada actividad ha sido cuidadosamente asignada, pensando desde el punto de vista de quien escribe, ya que las
personas que se dedicaron a realizarlo, también estuvieron frente a hojas en blanco, pensando por horas como
empezar a escribir todas esas ideas que revoloteaban en sus cabezas.
Solamente queda por decir, ¡A disfrutar!, ya que, en palabras de Isabel Allende: “Escribir es un proceso, un viaje
a la memoria y al alma”.
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Estella Zelaya.