Ascot en La Zarzuela - Diario As

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GRAN PREMIO DE MADRID
HISTORIA Y GLAMOUR
DE LA CARRERA MÁS
IMPORTANTE DE ESPAÑA
El AS Color
de 29 de junio
de 1971
recogía un
reportaje de
la historia
del Gran
Premio de
Madrid. Destacaba
su
antigüedad
(52 años) y
la importancia
social
que tenía el
evento.
REPORTAJE: CARLOS MARTÍNEZ

El Gran Premio
de Madrid, que se
instauró en 1919,
sigue siendo la
carrera de caballos
más importante
de España. El
hipódromo se erige
en el principal
punto social de
la capital. Su
historia encierra
grandes nombres
de caballos y
de jockeys, pero
también anécdotas
y polémicas.
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JAVIER HERNÁNDEZ
ISABEL ROLDÁN /
Cada último domingo de
junio se disputa en el hipódromo
de La Zarzuela el Gran
Premio de Madrid, la carrera más
importante de todas y cuantas
se disputan en España. El pasado
día 24 se celebró una nueva
edición de una prueba que cumplió
93 años, siendo creada en
1919.
NO ES LUJO,
ES BUEN
GUSTO. La
Zarzuela
lució sus
mejores galas.
El hipódromo
como punto
social de
glamour,
elegancia y...
emoción.
La primera edición se celebró
en el Hipódromo de La Castellana,
en los terrenos que exactamente
hoy ocupan los Nuevos Ministerios.
El hipódromo se inauguró el
31 de enero de 1878 como celebración
de los esponsales de Alfonso
XII y María de las Mercedes
de Orleans. De siempre fue un lugar
de encuentro de la aristocracia
y de la alta burguesía, y fue en
1919 cuando el rey Alfonso XIII,
gran mecenas de las carreras de
caballos en España, decidió crear
el Gran Premio de Madrid dotándolo
con un premio económico
mareante para la época, 80.000
pesetas para el ganador. El rey Alfonso
XIII tenía su propia cuadra,
pero nunca utilizó el nombre regio
como propietario, sino que hacía
correr a sus caballos bajo el título
de Duque de Toledo. Su chaquetilla,
morada con la cruz de
Borgoña encarnada, aún se mantiene
reservada. Nadie la puede
uitlizar.
A lo largo de estos 93 años,
el Gran Premio de Madrid se ha
celebrado en cuatro hipódromos
distintos: La Castellana, Legamerejo
(Aranjuez), La Zarzuela y Lasarte
(San Sebastián). Por ellos
CABALLOS Y
ELEGANCIA.
Las mujeres ,
en las gradas,
competían
en belleza y
elegancia. Los
caballos lo
hacían en la
pista.
han pasado los mejores caballos
de España y los mejores jockeys
nacionales y del mundo. Su historia
está llena de logros, anécdotas
y sucesos. En este reportaje
viajaremos al pasado y comenzaremos
desde el presente, la edición
de 2012.
Año 2012. Las colas de coches
a la altura del kilómetro 8 de la carretera
de A Coruña dan los primeros
indicios de que el Hipódromo
de La Zarzuela se prepara a vivir
con intensidad una jornada de tiros
largos. Esto no es Ascot, es
evidente por las altas temperaturas
ambientales, pero está a punto
de celebrarse el Gran Premio
de Madrid, el de mayor tradición
y solera del calendario turfístico
español.
Desde la primera edición, en
1919, han pasado 93 años, pero
el Gran Premio de Madrid no ha
envejecido, solamente se ha
adaptado a los nuevos tiempos,
conservando ese toque de distinción
y glamour a la altura de las
grandes pruebas del turf. El recinto
se va animando desde muy
temprano. Es día obligado de chaqueta
y corbata, de prismáticos,
de nervios y también, de mucho
glamour. Un grupo de modelos de
la agencia Sara Studio, lucen mejor
que nadie vestidos, zapatos,
pamelas y tocados, realizados
por diseñadores y fabricantes de
sombreros españoles. “La gente
debe animarse a vestirse y arreglarse
un poco más y sobre todo
en un lugar y en una ocasión tan
propicia como ésta”, reflexiona la
directora de la escuela.
Entre caras bonitas, pamelas,
colorido y distinción, discurre el
CONCURSO
DRESS-CODE.
Durante la
jornada en el
hipódromo se
organizó un
concurso de
‘dress-code’
(coordinación
de tocado y
vestuario).
otro glamour, el del turf. Nueve
ejemplares, siete caballos y dos
yeguas (el turf no es machista, al
contrario, existe una discriminación
positiva y el macho siempre
concede dos kilos de cortesía a
las hembras) se disponen a rivalizar
por entrar en la historia del
Gran Premio de Madrid, una prueba
para ejemplares de tres años
en adelante, sobre la distancia de
2.500 metros.
La carrera tiene sus claros favoritos,
Karluv Most y Entre Copas,
los dos caballos que han
hecho gemela en las dos últimas
ediciones, una especie de rivalidad
a lo Madrid-Barça. Entre Copas
ganó en 2011 y Karluv Most,
en 2010. El Gran Premio de 2012
tiene muy presente el pasado.
Ioannes Osorio es el 19º Duque
de Alburquerque y el preparador
de Entre Copas, propiedad de la
Cuadra África, y a su vez propietario
de Aspasia de Mileto. Ionnes
creció oyendo las increíbles historias
de su padre, el primer español
que se atrevió a montar en el
Grand National y el primero también
que logró acabar la carrera
de obstáculos más dura del mundo.
Su padre, ya fallecido, ganó el
Gran Premio de Madrid, en todas
CON ESTILO,
CON HUMOR.
Varias de las
bellas damas
que asistieron
con sombrero
se prestaron
a posar,
con estilo.
También
hubo quien,
con humor
y en una
interpretación
muy personal,
acudió con
tricornio.

sus facetas, en 1968 con Tebas,
como preparador, como jockey y
como propietario. La épica la puso
al montar con 11 kilos de más sobre
el peso oficial con tal de montarle
él y no otro.
Otras sagas de las de siempre
también se dieron cita en este
Gran Premio de Madrid, Juan Luis
Maroto, preparador de Karluv
Most, heredó la sabiduría de su
padre, Luis, también preparador.
Los Delcher, con el padre, Mauricio,
a la cabeza, han ganado cinco
veces el Gran Premio de Madrid.
Mauricio Delcher padre lo hizo en
1989, su hijo Christian en 2007
y Mauricio Delcher hijo en 2006,
2008 y 2009 y participó con dos
caballos en esta edición: Arnuero
y Domeside.
El último pitido de los comisarios
da la orden de salida a la pista.
Llega la hora de la verdad. Los
participantes dan su último gran
paseíllo delante de unas abarrotadas
tribunas y se dirigen a los
cajones de salida. La suerte está
echada. El juez de salida baja la
bandera. Karluv Most no tarda en
llevar a cabo su estrategia. Montado
por Charles Nora, yerno del
mítico jockey Román Martín, que
rivalizaba en los 70, 80 y 90 con
6 7
Claudio Carudel, Karluv Most coge
la punta de la carrera y no la deja.
A tres cuerpos se mantiene su
gran rival, Entre Copas, y a ocho,
el resto.
Karluv Most impone su ley,
la ley del a calidad y la fuerza,
y gana el Gran Premio de Madrid
2012, de punta a punta, y se embolsa
los 40.600 euros destinados
al ganador. Ya lleva ganados
casi 300.000 eurosen premios.
Segundo, a tres cuerpos, entra su
gran rival, Entre Copas, que suma
la misma cifra en ganancias. Tercero
fue Plantagenet, el ganador
del Derby en 2010.
Rápidamente los dos propietarios
de Karluv Most, Fernando
LO CELEBRÓ
ANTES DE
META. El
jockey francés
Charles Nora
condujo al
triunfo a
Karluv Most.
Ganó tan
fácil que le
dio tiempo
a celebrarlo
antes de meta.
Morán y Rafael Conde, rodeados
de sus familias, saltan, gritan, se
abrazan y se apresuran a bajar a
recibir a su flamante ganador. La
emoción también embarga al que
fuera su tercer propietario hasta
hace poco, Iñigo Ramírez, sobrino
nieto del Conde de Villapadierna.
Karluv Most refleja una de las
nuevas realidades del tur f, la
multipropiedad, aficionados que
hacen su sueño realidad compartiendo
gastos y muchas vivencias
y emociones. Fernando Morán,
Rafael Conde, Juan Luis Maroto
y Charles Nora posan sonrientes
para la foto con el flamante ganador
e Iñigo Ramírez no puede
resistirse a besar al ganador. Un
beso y un susurro cierran el Gran
Premio de Madrid 2012. ¿Alguien
sigue dudando de que los hombres
susurran a sus caballos?
¿1881 ó 1919? Se entiende y
así está aceptado por todos los
estamentos del turf español que
el Gran Premio de Madrid tiene su
origen en 1919. En la carrera pueden
participar caballos y yeguas
de 3 años en adelante tanto nacionales
como extranjeros.
Sin embargo, y es cierto, ya
RITUALES.
Después de
cada carrera,
los caballos
son duchados.
Si hace
mucho calor,
incluso antes
de correr. El
jockey, por su
parte, ha de
dar el peso
oficial.
ETERNOS
RIVALES. Por
terce año
consecutivo,
Karluv Most
y Entre Copas
hicieron la
gemela del
Gran Premio.
Tercero fue
Plantaganet.
en 1881 se disputaba una carrera
bajo el nombre de Gran Premio
de Madrid, en el hipódromo
de La Castellana, cuya primera
edición fue ganada por Sirena.
Entonces, la carrera reunía a los
mejores caballos nacionales de 3
años de edad, lo que hoy es conocido
como el Gran Premio Nacional.
Desde entonces y hasta
1919 se disputó ese premio con
esas condiciones, pero en 1919
se hizo la separación de títulos y
es el Nacional el que tiene la consideración
de ser el premio más
antiguo de España, desde 1881.
¿En cuántos deportes españoles
existen competiciones con esa
antigüedad?
El domingo 1 de junio de 1919
se celebró el primer Gran Premio
de Madrid. Al hipódromo de La
Castellana asistieron sus majestades
los reyes acompañados de
la Duquesa de San Carlos y los
marqueses de Viana y Bendaña,
la infanta doña Isabel y los príncipes
Rainiero y Jenaro de Borbón.
La cita social reunió, como citaban
las crónicas de entonces, “a
personas de gusto depurado que
contemplan las hazañas de los
purasangres”. A saber, la embajadora
de Inglaterra, Lady Hardin-
ge y decenas de nobles como las
duquesas de Montellano, Aveiro,
Unión de Cuba y Victoria, la Princesa
Pío de Saboya, las marquesas
de Ahumada, Viana y Villaviciosa,
las condesas de Heredia Spínola
y Torrehermosa... y una larga lista
de la alta burguesía.
Nótese la gran mayoría de presencia
femenina, damas que acudían
con sus mejores galas. Hoy,
93 años después, el día del Gran
Premio de Madrid las mujeres siguen
siendo protagonistas... hasta
que comienza y acaba la carrera,
por supuesto, pues nadie le
roba foco a los caballos.
El Gran Premio de 1919 se disputó
bajo una fuerte lluvia. Fue la
cuarta carrera de la jornada. El
premio era de 80.000 pesetas
EN EL
PADDOCK.
Los
aficionados
observan a
los caballos
en el paddock
antes de
dirigirse a las
taquillas para
realizar sus
apuestas.
al primero, 15.000 al segundo y
5.000 al tercero. Se matricularon
15 caballos pero corrieron 11 al
retirarse tres de la cuadra Eknayan
y uno de Villamejor.
Partió en cabeza L’iser, el favorito
Przemyls galopaba en el
medio del pelotón junto a Sarpe,
la yegua de Valderas, y en última
posición cerraba Byllycock. En la
recta final atacó Nouvel An, con la
monta de Archibald, y el caballo
de la sociedad Conde de la Cimera
y Marqués de Martorell entró
primero en meta con una ventaja
de cuerpo y medio. El ganador
pagó a 21 pesetas por cada duro
apostado.
Nouvel An no sólo ganó la primera
edición, sino también las
dos siguientes, en 1920 y 1921.
Entonces el Gran Premio de Marid
ya iba adquiriendo solera. Se
trataba ya de uno de los centros
principales de reunión de la sociedad
madrileña. Habitual en el hipódromo
cada día de carreras era
la Reina Victoria, que acudía con
sus intantitas Cristina y Beatriz.
El público se acomodaba en la
grada y en las mesas de té dispuestas
a pie de pista, donde las
mujeres degustaban la bebida
chic de la época: zumo de naran-
EL DESFILE.
Del
paddock, los
caballo son
conducidos
a la pista.
Previo a cada
gran premio
se realiza
el desfile de
participantes
delante de
la grada, de
uno en uno
y por orden
numérico.
EL ÉXTASIS DE
LOS DUEÑOS.
Rafael Conde,
hijo y padre,
y Fernando
Morán,
propietarios
de l ganador.
A la derecha,
jockey
(Charles
Nora) y
prepador
(Juan Luis
Maroto).

ja mezclado con hielo. Los hombres,
una vez se daba la salida a
cada carrera (con cinta, entonces
no existían cajones) utilizaban las
sillas de las mesas de té como
improvisadas tribunas unipersonales,
alzas sobre las que elevarse
y presenciar la carrera con
detalle.
Nouvel An fue el primero de
los tres únicos caballos que han
conseguido triplicar victoria en el
Gp de Madrid. Luego lo harían Colindres
y El País. El reinado de
Nouvel An fue rotundo, imponiéndose
también en los grandes premios
de Santander y Aranjuez, y
fue cortado por Albano en 1922,
caballo propiedad de María de Ussía,
familia de la actual presidenta
del hipódromo de La Zarzuela,
Faina Zurita Ussía, y de uno de
los propietarios actuales con mayor
solera y, desde luego, linaje
aristocrático, Gonzalo Ussía.
María de Ussía fue la primera
mujer que inscribió su nombre en
el Gran Premio. Lo hizo como propietaria
y a ella la siguieron Margarita
Zimmerman de Jonescu y
en el último tercio del siglo pasado
Marita Villalonga (cuadra Rosales)
y la Marquesa de Santa Cruz
de Paniagua.
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Un año después, en 1923, se
produjo la primera y única victoria
real. Rubán, el caballo del Rey Alfonso
XIII, se impuso con autoridad.
Un año antes, Alfonso XIII había
rozado la victoria con Román,
que fue segundo.
Escenarios. El Gran Premio de
Madrid se ha disputado en cuatro
escenarios distintos. De 1919 a
1932 se celebró en el hipódromo
de La Castellana. En 1933 el escenerio
fue el hipódromo de Legamarejo,
en Aranjuez, y en los dos
años siguientes se corrió en San
Sebastián, en el hipódromo de Lasarte.
Durante la Guerra Civil no
se disputó la carrera. La gran cita
EL GRAN
RHEFFÍSSIMO.
El Conde de
Villapadierna
lleva de la
mano a
su caballo
Rheffíssimo,
tras ganar
el GP de
Madrid en
1976 con un
jovencísimo
(16 años) Paco
Rodríguez.
del turf español regresó en 1941,
con la inauguración del hipódromo
de La Zarzuela. Desde entonces,
el Gran Premio de Madrid no ha
dejado de disputarse a excepción
de 1994 a 2005, tiempo que estuvo
cerrado el hipódromo.
El escándalo. La edición más
conflictiva de todas las disputadas
sin duda fue la de 1966. La
carrera fue ganada por Rochebrune,
con la monta de Aurelio Tallón,
que no era su jockey habitual pero
sí el que más le conocía ya que le
cuidaba a diario y le montaba en
los entrenamientos. Sin embargo,
el caballo propiedad de Jaime Badillo
fue distanciado a la tercera
posición en la decisión más polémica
de la historia. Ganó Rochebrune
(primera foto de la serie inferior)
y detrás llegaron Reltaj y
Enki, ambos propiedad del Conde
de Villapadierna. Tras darse
el orden provisional de llegada
surgió la primera sorpresa y se
anunció que habría que revisarse
elorden al entender que la llegada
fue ajustada y que había que
revisar la foto. Tras verificarse,
se anunció de nuevo el triunfo de
Rochebrune y se estableció el orden
definitivo. El entonces alcalde
EN LA
CASTELLANA.
En 1919 se
disputó el
primer GP
de Madrid.
Fue en el
hipódromo de
La Castellana.
El Rey Alfonso
XIII (centro)
junto al
Marqués de
Martorell y
el Conde de
la Cimera y
el ganador
Nouvel An.
ROCHEBRUNE
Y PIGGOTT.
Rochebrune
(izquierda)
ganando el
GP de Madrid
de 1966,
del que fue
distanciado.
Debajo, Lester
Piggott, el
mejor jockey
de la historia,
venciendo en
1967.
de Madrid, Carlos Arias Navarro,
hizo entrega del trofeo al propietario
del caballo, Jaime Badillo,
quien decidió que la copa la recogiese
su mujer. Entregado y recibido
el trofeo, y resultando algo
inédito en la historia, se aceptó
a posteriori una reclamación del
jockey Giovanelli, que montaba a
Enki y que dijo ser molestado por
Rochebrune.
En la decisión más insólita tomada
en un hipódromo español,
los comisarios decidieron distanciar
a Rochebrune y dar la victoria
a Reltaj, del Conde de Villapadierna,
que había llegado segundo. El
conde mandaba y mucho. La copa
tuvo que ser devuelta por Jaime
Badillo y se celebró de nuevo la
ceremonia de entrega, esta vez a
Villapadierna.
El jockey Claudio Carudel, que
llegó cuarto en esa carrera y con
la mejor perspectiva al ir detrás
de los tres primeros, aún hoy defiende
que Rochebrune no hizo
nada, que nunca debió ser distanciado.
Jaime Badillo, ingeniero de
caminos y catedrático en la escuela
de Caminos (fue profesor
de Florentino Pérez, entre otros),
juró que nunca más volvería al hi-
pódromo. Lo hizo 15 años después
y, siempre que se cruzaba
con el Conde de Villapadierna decía:
“Ahí va el tramposo”. Lo que
pasó en el cuarto de comisarios
para rectificar el orden de llegada
en el GP de Madrid de 1966 nunca
se sabrá.
Ming y El País. Francisco Galdeano
tiene el honor de ser el jockey
más joven en ganar el GP de
Madrid. Lo hizo en 1964, montando
a Ming, que lo entrenaba su padre.
Fueron las circunstancias las
que dieron el triunfo a Galdeano,
pues el caballo iba a ser montado
por el francés Massard, quien había
sido contratado especialmente
para esta carrera pero que no
se presentó en Madrid. A última
hora, el preparador Francisco Galdeano
decidió quién sería el sustituto
de Massard: “Que lo monte
mi hijo”. Efectivamente, lo montó
su hijo, del mismo nombre que él
pero de sólo 15 años de edad. Paquito,
como se le conocía, fue el
primer aprendiz en ganar el Gran
Premio de Madrid.
EL DUQUE.
En 1968, el
Duque de
Alburquerque
ganó con
Tebas y
portando
11 kilos más
de su peso
oficial. Venció
como jockey,
preparador,
propietario
y criador, lo
que nunca ha
vuelto a ser
igualado.
Los mejores caballos de cada
época dejaron escrito su nombre
en el historial del Gran Premio. Algunos
casos curiosos, como el
de Ifniri, en 1970, que se presentó
en la carrera sin haber ganado
antes y era la segunda opción
de la cuadra de Villapadierna a la
sombra de Donagua, pero venció
y nunca más volvió a ganar.
El último caballo que hizo triplete
y él único en hacerl en el hipódromo
de La Zarzuela, fue El País,
propiedad de Ramón Mendoza y
que debía su nombre al periódico.
Cuando en 1982 El País logró
su tercer triunfo (los dos primeros
con el jockey Román Martín y
el tercero con Cristóbal Medina),
Mendoza acudió a recibir el trofeo
de manos del alcalde Enrique Tierno
Galván junto a 10 trabajadores
del mencionado diario.
Grandes jockeys inscribieron
su nombre en el Gran Premio,
pero ninguno como Claudio Carudel,
que lo ganó en 12 ocasiones,
el que más. La cuadra Rosales,
con nueve triunfos, es el
propietario con más victorias. El
Gran Premio de Madrid hoy, sigue
excelencia, emoción, elegancia...
Para muchos, el día más bonito
del año en la capital.
CON SÓLO
15 AÑOS.
Francisco
Galdeano
tiene el
récord de
ser el jockey
más joven en
ganar el GP
de Madrid.
Lo hizo con
15 años con
Ming (foto) en
1964.
EL PAÍS Y
MENDOZA.
El caballo
de Ramón
Mendoza
ganó tres
veces seguidas
el GP de
Madrid (1980,
1981 y 1982).
Debía su
nombre al
periódico.

10 11
AÑO CABALLO JINETE PREPARADOR PROPIETARIO
2012 Karluv Most C. Nora J. L. Maroto Cholaica
2011 Entre Copas J. Croquevieille J. M. Osorio África
2010 Karluv Most J. Croquevieille J. L. Maroto Cholaica
2009 Faramir J. Horcajada M. Delcher Miranda
2008 Bannaby J. Grosjean M. Delcher Miranda
2007 Premier Galop S. Hureau Ch. Delcher Zurraquín
2006 Baldoria J. Horcajada M. Delcher Madroños
1993 King Cobra P. Gilson D. Martínez Dos Hermanas
1992 Dariyoun R. Hills E. Bedouret Alborada
1991 Monet J. A. Machado R. Martín Alazán
1990 Akelarre A. Munro J. L. de Salas Lortenia
1989 Villa D’Este C. Medina M. Delcher Machín
1988 Vichisky C. Carrasco M. Alonso Mqsa. S. C. Paniagua
1987 Casualidad Carudel Carudel Rosales
1986 Casualidad Carudel Carudel Rosales
1985 Richal Carudel C. Corvalán Rosales
1984 Richal Carudel C. Corvalán Rosales
1983 Brezo Carudel C. Corvalán Rosales
1982 El País C. Medina J. C. Martínez Mendoza
1981 El País R. Martín F. Milia Mendoza
1980 El País R. Martín J. C. Martínez Mendoza
1979 Principe Duero P. García F. Galdeano Corellana
1978 El Señor R. Martín A. Penna Mendoza
1977 El Señor C. Medina A. Penna Mendoza
1976 Rheffíssimo F. Rodríguez J. Méndez Conde de Villapadierna
1975 Chacal Carudel F. De Diego Rosales
1974 King Frog T. Murray R. Price Yeguada Las Cuevas
1973 Takala Carudel F. De Diego Rosales
1972 My Mourne Carudel F. De Diego Rosales
1971 Travertine Carudel F. De Diego Rosales
1970 Ifniri M. Giovanelli J. Méndez Esperanza
1969 Aray R. Martín J. Méndez R. Beamonte
1968 Tebas D. Alburquerque D. Alburquerque D. Alburquerque
1967 Tote L. Piggott M. García Yeguada Olé
1966 Reltaj J. A. Borrego J. Méndez Conde de Villapadierna
1965 Todo Azul Carudel G. Higson Esperanza
1964 Ming F. Galdeano F. Galdeano T. Yeguada Arnús
1963 Nertal R. Martín J. Méndez R. Beamonte
1962 Nertal R. Martín J. Méndez R. Beamonte
TODOS LOS GANADORES DEL GRAN PREMIO DE MADRID
AÑO CABALLO JINETE PREPARADOR PROPIETARIO
1961 Caporal R. Perkins R. Perkins Yeguada Figueroa
1960 Nembutal Carudel J. Méndez R. Beamonte
1959 Wildsun Carudel J. Méndez R. Beamonte
1958 Terre de France A. Balcones J. Méndez J. L. Carrera
1957 Samarella E. Wedderin M. Z. De Jonescu M. Z. de Jonescu
1956 Capelán J. Perelli F. García R. Bemonte
1955 Touragua G. Chancelier G. Higson Conde de Villapadierna
1954 Peralta V. Jiménez F. Cadenas T. de Ybarra
1953 Naranco J. Ramel G. Higson Yeguada Donostiarra
1952 Goma V. Jiménez G. Higson Conde de Villapadierna
1951 Turandot II J. Perelli F. Cadenas Yeguada San Jorge
1950 Raca J. M. Méndez J. C. Masa Yeguada Figueroa
1949 Ivanhoe V. Jiménez G. L. Luzzatti Yeguada Militar
1948 Ivanhoe V. Jiménez E. L. de Letona Yeguada Militar
1947 Baratissima C. Díez G. Higson Conde de Villapadierna
1946 Gitanillo V. Jiménez E. L. de Letona Yeguada Militar
1945 Andromeda A. Díez G. Higson F. y E. de Cubas
1944 Recherche A. Díez G. Higson W. W. T. Torr
1943 Bouquet V. Jiménez E. L. De Letona Yeguada Militar
1942 Camprodon V. Jiménez E. L. De Letona Yeguada Militar
1941 Hebecourt A. Díez G. Higson Conde de Romanones
1935 Badarkblar M. Leforestier G. Higson Carlos Figueroa
1934 Bobi C. Díez J. Ceca F. Pla Peñalver
1933 Who’s He D. Fernández L. Barreiro R. C. de Las Cortinas
1932 Atlántida V. Jiménez M. E. Outré Conde de la Cimera
1931 Atlántida V. Jiménez Georges Flatman Conde de la Cimera
1930 Jativa J. Perelli V. Pueyo Marqués de Valderas
1929 Colindres C. Belmonte G. Flatman Conde de la Cimera
1928 Colindres C. Belmonte G. Flatman Georges Flatman
1927 Colindres C. Belmonte G. Flatman Georges Flatman
1926 Apa Noy J. Perelli Manuel de Rivera Barón de Güell
1925 Mussolini M. Leforestier Georges Daniels Barón de Velasco
1924 Lightfoot F. Winder G. Flatman Conde de la Cimera
1923 Rubán L. Lyne A. de Neuter Duque de Toledo
1922 Albano V. Díez J. Ceca María de Ussía
1921 Nouvel An G. Archibald J. Freeman Cimera-Martorell
1920 Nouvel An G. Archibald J. Freeman Cimera-Martorell
1919 Nouvel An G. Archibald J. Freeman Cimera-Martorell
CARUDEL,
EL RUBIO
DE ORO.
Claudio
Carudel es
el jockey que
más veces ha
ganado el
Gran Premio
de Madrid.
Lo logró en 12
ocasiones. En
esta imagen,
con Teresa,
de la cuadra
Rosales, la
mejor yegua
en la historia
de España.

12 13
JULIO
“DARÍA TODO LO QUE HE
CONSEGUIDO CANTANDO POR SER
EL PORTERO TITULAR DEL MADRID”
CARLOS A. FORJANES /
Al final las obras quedan,
las gentes se van, otras
que vienen las continuarán… la
vida sigue igual...”. Así acababa
la canción que lanzó al estrellato
a Julio Iglesias en 1968 y que
un año más tarde inmortalizó en
la gran pantalla en ‘La Vida sigue
igual’. En el film, se interpretaba
a sí mismo como el portero suplente
del Real Madrid que, tras
un brutal accidente de coche, tenía
que cambiar los guantes por
la canción. Mucha gente pensará
hoy, tantos años después, que
aquello era idea de un guionista
imaginativo: pues no, Julio Iglesias
llegó a ser guardameta del
Juvenil y del equipo amateur blanco
entre 1959 (fichó el 12 de noviembre)
y septiembre de 1963.
Parece que el destino de Julio
Julio Iglesias ha
vendido 300
millones de discos,
pero su destino
pudo ser el Madrid.
En 1959 le fichó el
Juvenil, pero colgó
los guantes tres
años después por
un grave accidente
Iglesias siempre ha sido, irremediablemente,
el estrellato. Quien
sabe si hubiera podido saborearlo
defendiendo una portería madridista
en aquella Copa de Europa
de los Ye-yés en 1966. Pero
no, ha sido sobre un escenario, y
ahora, casi 50 años después, Julio
es el Elvis de la canción latina
con 300 millones de discos vendidos
por todo el planeta. En ese
viaje hacia el olimpo de la música
nunca ha olvidado aquellos días
en que se ponía la zamarra con el
escudo blanco. El 29 de junio de
1971, siendo ya una celebridad
tras brillar en Eurovisión 1970,
Julio pasó por las páginas del AS
Color. Futbolero acérrimo y atajando
un esférico en Chamartín,
dejó un titular para la posteridad:
“Daría todo lo que he conseguido
cantando por ser el portero titular
del Real Madrid”.
Un casi imberbe Julio Iglesias
fantaseaba con poder hacer estiradas
de fotografía en los partidillos
de los jueves contra el primer
equipo. Él, con 17 años, defendiendo
el arco del Juvenil. Enfrente,
Di Stéfano, Puskas y Gento.
Estos dos últimos eran los que
pegaban el balón “más fuerte”,
y el húngaro, además de ser ‘Cañoncito
Pum’, “la ponía donde le
daba la gana”. Unas experiencias
El 29 de junio de 1971, Julio
pasó por el AS Color en un
reportaje con Julián Reoyo,
que le probó en una de las
porterías del Bernabéu. Pese
a medir sólo 1,81 metros, uno
de los fuertes del hoy cantante
eran los balones por alto...

SU FICHA.
Julio José
Iglesias de la
Cueva fichó
por el Madrid
con 16 años
y 19 días.
Arriba está
su ficha en la
Federación
Castellana y
una imagen
del meta con
el Juvenil B.
14 15
bajo palos que recreó en aquella
película, donde colaboró el Madrid,
que prestó el Bernabéu y la
plantilla para un cameo. En la primera
escena de la película, Antonio
Betancort se lesiona la clavícula
y Miguel Muñoz llama a su
segundo portero: “Julio, mañana
vienes con el equipo a Navacerrada”.
El cantante se acerca al portero
canario para consolarlo: “Que
no sea nada, Antonio, pero tantas
ganas de jugar…”. Betancort, dolorido,
le echa un capote: “¡A lo
mejor es tu oportunidad!”.
En aquella entrevista de 1971,
Julio Iglesias lanzaba una reflexión
que ahora, seguro, le haría reir.
“¿Qué si la vida de un cantante
es más larga que la de un futbolista?
No, no lo es. Un futbolista que
se cuide puede permanecer diez o
“Mourinho es apasionado,
tiene mala leche y me gusta.
Cristiano es una joya y admiro
profundamente a Casillas”
doce años en un equipo, mientras
que es casi imposible mantenerse
ese mismo tiempo como cantante,
por muy bueno que seas…”.
Julio se quitó la razón. Ya cuenta
con 69 álbumes publicados y tiene
la increíble cantidad de 2.600
discos de oro y platino. Su éxito
no le ha hecho cortar amarras
con el Madrid. Logró salir a hombros
de ‘su’ casa, el Bernabéu,
con llenazos en sus conciertos de
1983 y 1989. Amigo personal de
Florentino Pérez, entre sus fans
hay exmadridistas como Roberto
Carlos, que le considera su cantante
favorito, o Cristiano Ronaldo,
que, siendo jugador del Manchester
United, le vio en primera
fila en un recital en Portimao, en
el verano de 2008. En pleno culebrón
con su posible fichaje, Julio
le lanzó un cebo: “Si ficha por el
Madrid, le canto gratis”.
Un madridismo que, a buen
seguro, le hubiera llevado a invertir
en el Real Madrid si la entidad
fuera una SAD (Sociedad Anónima
Deportiva). No le dan miedo esas
aventuras: es uno de los ‘jefes’
de Lebron James en los Miami
ÉXITO. En 1983, Julio dio un concierto en el Bernabéu y
lo presentó vestido del Madrid de los pies a la cabeza...
ARROPADO. El expresidente blanco Luis de Carlos hizo
de cicerone en aquel ‘show’ de 1983. Hubo llenazo.
Heat. En 1986 se lanzó a comprar
el cinco por ciento de la franquicia
recién nacida y hoy es uno
de sus cinco propietarios. Hace
diez años, cuando los rumores de
una expansión de la NBA a Europa
azotaron con más fuerza los
mentideros del baloncesto continental,
le aconsejó ‘sotto voce’ a
Florentino Pérez que se uniera al
proyecto. “Comprar acciones de
los Heat fue la mejor inversión de
mi vida”, le comentó en privado,
“si el Madrid de baloncesto entra
como franquicia, estaría dispuesto
a aportar el 40 por ciento”. De
momento, la llegada de la NBA a
Europa sigue aparcada en un cajón
del comisionado David Stern.
HINCHA. Julio vive hoy a caballo
entre Miami, Marbella, París
y Bahamas, pero el trajín de su
vida de superestrella no le impide
forofear sobre el Madrid como
cualquier otro hincha. En 2002
se ofreció para jugar un partido
de estrellas del espectáculo con
motivo del Centenario, pero al final
no fraguó. Hace lo imposible
por estar al tanto, a través de in-
ternet, de la actualidad madridista
y ve los partidos por televisión.
Se declara ‘mourinhista’ convencido:
“Tiene mucho carácter, es un
campeón, es apasionado, tiene
mala leche y me gusta que la tenga”.
Y tiene dos favoritos: “Cristiano
es una joya y siento una gran
admiración por Casillas”.
La entidad de Concha Espina
siempre ha sentido a Julio Iglesias
como uno de los suyos y
hace poco le honró como tal. El
pasado 31 de marzo le nombró
socio de honor por su reconocido
madridismo y ser “durante años
la gran referencia de la música
de nuestro país y un icono forjado
por un espíritu de superación”. Un
premio que le ha llegado casi 49
años después de colgar los guantes
de cancerbero madridista…
AMIGO DE
FLORENTINO.
Julio siempre
ha mantenido
una relación
cercana con
Florentino.
La imagen es
de agosto de
2001, cuando
cenaron
juntos en
Puerto Portals
(Mallorca).
En 2002 quiso asociarse con
Florentino para montar una
franquicia del Madrid en la
expansión de la NBA a Europa

Gerardo
García entrevistó
en su
despacho a
Luis Guijarro,
que afirmaba
que con el
aperturismo
de fronteras
podía traer
a la Liga a
cracks como
Tostao,
Overath, Beckenbauer,
Muller, Cruyff,
Djazic...
16 17
Precursor de los más
importantes agentes
españoles, fue el primero
en tratar la intermediación
como una industria: era el
Jorge Mendes de entonces.
LUIS
GUIJARRO
EL PRIMER REPRESENTANTE MODERNO
MIGUEL ÁNGEL VASCO /
Desde 2001, las federaciones
nacionales son las
que conceden las licencias FIFA
para poder representar futbolistas
y España es el segundo país
del muWndo con mayor número,
cerca de 600, sólo superado
por Italia. Fernando Torcal, José
María Minguella, Alberto Toldrá
padre (recientemente fallecido),
Ginés Carvajal, Herminio Menéndez,
José María Orobitg, Miguel
Santos, Fermín Gutiérrez, Petón
(Bahía), los hermanos García Quilón…
Son muchos los nombres de
representantes españoles con renombre
no sólo en el fútbol nacional,
sino también en el extranjero,
que han gestionado traspasos de
gran calado. Aunque todos ellos
tuvieron unos precursores, los
que iniciaron el camino y vieron
en la representación una profesión,
y también un negocio.
En el origen, allá por los años
cuarenta y cincuenta, aparecieron
los llamados ‘patrones de
pesca’ u ojeadores al servicio
de un solo club: Luis Colina, Patrick
O’Connell fueron algunos
ejemplos o, incluso, Pablo Hernández
Coronado, que inventó la
figura del secretario técnico. Después
apareció Ángel Rodríguez, ‘El
Feo’, una autoridad, que ya fue un
intermediario al uso, dedicado a
colocar futbolistas por toda la
geografía española a cambio del
correspondiente porcentaje. También
Juanito Cadenas, el armenio
afincado en la zona alicantina Bogossian
o el antiguo defensa del
Atlético de Madrid, Alfonso Aparicio,
que llevó al fútbol estadounidense
a Carmelo Cedrún, Santisteban
o Enrique Mateos, fueron
otros que se dedicaron a recomendar
y ‘colocar’ futbolistas.
Sin embargo, por encima de todos
ellos se erigió Luis Guijarro,
que dio un paso más: fue el pri-
PABLO
HERNÁNDEZ
CORONADO.
Dedicado a
intermediar
con
futbolistas,
fue el
inventor de
la figura del
secretario
técnico.
En los años 40 y 50
aparecieron los ‘patrones
de pesca’ u ojeadores al
servicio de un club
LUIS COLINA.
Fue uno
de los más
importantes
‘patrones
de pesca’ u
ojeadores
que
descubrían
o ‘colocaban’
jugadores en
un club.
mero en tratar la intermediación
deportiva no como un trabajo,
sino como una industria.
Hasta entonces, lo habitual era
colocar a un jugador en otro club
a cambio de la correspondiente
comisión, pero él fue adquiriendo
los derechos federativos de jóvenes
promesas que despuntaban
para luego venderlos a importantes
clubes. Junto a un hermano,
tenía un negocio de venta de automóviles
en el centro de Madrid, y
en sus ratos libres, que cada vez
fue arañando más, se dedicó a la
compraventa de jugadores y contratación
de equipos en la organización
de torneos. Luis Guijarro
supo ver como ninguno el desarrollo
de los tiempos que corrían.
Eran los años sesenta, el despegue
económico ayudaba a comportarse
como nuevos ricos a clubes
y presidentes que en realidad
no lo eran, y las divisas del turismo
impulsaron hacia el alarde a
no pocos alcaldes del litoral español.
Si el de Benidorm se miró
en el espejo de San Remo para
organizar su festival de música
ligera, otros prefirieron dirigir su
mirada hacia el fútbol, montando
torneos veraniegos. A los clásicos
Teresa Herrera o Carranza fueron
añadiéndose los Costa del Sol,
Ciudad de Palma, Valencia Naranja,
Villa de Bilbao, Ciudad de la

18 19
Línea… El aficionado acogía con
gran fervor la visita de míticos clubes
como Bayern de Múnich, Ajax,
Anderlecht, Feyenoord, Standard
de Lieja, Ferencvaros, Fiorentina,
Estrella Roja, e incluso de otro
lado del Atlántico: Palmeiras, Botafogo,
Fluminense, Peñarol, Estudiantes
de La Plata… Pero montar
torneos representaba mucho
trabajo. Ahí estaba Luis Guijarro.
Él se encargaba de proporcionar
equipos y engrasar la máquina
publicitaria.
En el correspondiente número
6 de AS Color, Gerardo García
hacía una semblanza del afamado
agente y le entrevistaba en su
despacho de la calle General Sanjurjo.
Luis Guijarro contaba cómo
fueron sus inicios: “Empecé en
Francia, con el Stade Français,
Marsella, Niza, Nancy y otros
equipos, y entre los primeros fichajes
importantes que realicé
para el fútbol español se cuentan
los de Ben Barek y Marcel Domingo
(que también sería entrenador
del Atlético)”.
Luis Guijarro subrayaba en la
entrevista que son “muchísimos,
casi imposible recordarlos, la cantidad
de traspasos que he realizado
en los treinta años que llevo en
el mundo de la representación”.
Era uno de los más solicitados
agentes a nivel europeo, quizás
como lo pueda ser en la actualidad
el portugués Jorge Mendes, dueño
No sólo se hizo con los
derechos federativos de
jóvenes promesas, también
organizaba torneos veraniegos
Guijarro y Mendes empezaron
en mundos ajenos al fútbol:
uno vendiendo coches, el otro
regentando un videoclub
de Gestifute, no sólo por el volumen
de jugadores que gestionaba,
sino también por el renombre de
muchos de ellos. Además, es curioso,
ambos empezaron en mundos
totalmente opuestos: Guijarro,
vendiendo coches y Mendes regentando
un videoclub. Uno gestionaba
y el otro gestiona grandes cracks
del planeta fútbol. De hecho, en
la entrevista, Luis Guijarro estaba
dispuesto, “si se abre la importación”,
acotaba Gerardo García en
el titular, a traer a la Liga española
a grandes futbolistas como Tostao,
Overath, Djazic, Pachamé, Muller,
Cruyff o Beckenbauer “por cuatro
perras”. Tenía poder para ello. El
representante, que tenía el carnet
número uno de los 14 agentes de
la UEFA que había entonces en Europa
(hoy día hay más de 6.000 licencias
entre 145 de los estados
miembros de la FIFA), cuenta, por
ejemplo, que consiguió el primer
contrato como entrenador a Di Stéfano
(en el Elche); que llevó a Helenio
Herrera al Barcelona, “traspasado
por setecientas mil pesetas”;
también colocó “a Peiró o Semina-
Miguel San Román: “Luis
era un hombre de negocios,
pero también un amigo, un
confidente; era el número uno”
rio en Italia”; o que “pagué por
Gento una cifra irrisoria: un millón
doscientas mil pesetas”. Evidentemente,
estas aspiraciones de Luis
Guijarro chocaban con el tema de
la importación, y así se lo reflejó
a Gerardo García: “Se puede importar
vodka, caviar, se pueden
contratar artistas o técnicos de
otros países, pero no se pueden
traer futbolistas: se ha abierto la
puerta de los oriundos, pero con
el veto de la no internacionalidad,
con lo cual no se resuelve absolutamente
nada”.
A pesar de los años, el mundo
de la representación no ha cambiado
tanto, al menos conceptualmente,
aunque ahora los agentes
se lleven en las operaciones entre
un 15 y un 17 por ciento y en-
tonces era un 10. Así al menos
lo entiende Miguel San Román
(Zamora, 25-04-1938), exportero
del Atlético de Madrid y amigo personal
de Luis Guijarro, quien quiso
llevarle al Mallorca cuando el
guardameta estaba en el final de
su carrera, “no tanto por la edad,
sino porque estaba renqueante de
una lesión”. “Luis Guijarro era un
hombre de negocios, pero era un
amigo, un confidente, no te dejaba
tirado nunca. Era muy respetado
en España y en Europa. Hizo
dinero y siguió con el negocio de
venta de automóviles con su hermano.
Era un número uno”. Así
era Luis Guijarro, el hombre que
inició, con su ‘olfato’ y sus ideas,
la modernización de la representación
de futbolistas.
EN SU
DESPACHO.
Luis Guijarro,
en su
centro de
operaciones
de la calle
general
Sanjurjo,
rodeado
de fotos y
banderines de
clubes.

36 37
VASSILI
ALEXEIEV
SANSÓN
EL
DEL SIGLO XX
Batió 80 records mundiales
en los años setenta, fue dos
veces campeón olímpico, ocho
del mundo y otras ocho de
Europa. Además, fue el primer
hombre en levantar 600 kilos
en tres tiempos.
ENRIQUE OJEDA /
En noviembre de 2011, a menos de dos meses
de cumplir los 70 años de edad, Vassili
Alexeiev fallecía en una clínica alemana de Múnich a
consecuencia de unos problemas cardíacos, al menos
eso es lo que trascendió de la muerte del Sansón del
siglo XX por excelencia, un gigante soviético que dominó
como nadie la década de los setenta en la halterofilia
mundial de los grandes pesos, batiendo en ese
tiempo nada menos que 80 records mundiales, con
dos medallas olímpicas (1972 y 1976) y ocho títulos
mundiales y otros ocho europeos. Por cada plusmarca
recibía del Estado unos mil dólares de la época.
No eran sólo los títulos de aquel descomunal forzudo
soviético, que en su esplendor deportivo pesaba
160 kilos repartidos en su 1,86 metros de estatura,
lo que realmente llamaba la atención era su manera
de atacar las halteras, siendo el primer hombre en levantar
600 kilos en tres tiempos, como antes había
izado 400 en dos.
Alrededor de Vassili, además, existe un halo misterioso
que se ha llevado a la tumba, porque el forzudo
siempre fue tan celoso de su intimidad que prefería
mantener los equívocos. Por ejemplo, lesionado
de gravedad en la cadera en 1978, reapareció en los
Juegos Olímpicos de Moscú con la idea de ganar su
tercera medalla de oro. No lo consiguió, y fue su última
prueba. Sin embargo, Alexeiev siempre receló de
aquella derrota, y durante años filtró, o dejó que se
extendiese sin detenerlo, el rumor de que se quejaba
porque no fue una derrota deportiva, sino que fue
envenenado para que no pudiese rendir en la competición,
y además se señalaba a uno de los entrenadores
soviéticos de ser el responsable de aquella intoxicación
de Vassili, él, que durante la mayor parte de su
carrera huyo de los entrenadores y fue un autodidacta
que inventaba maneras propias para mejorar su rendimiento.
Por ejemplo, se decía que en los meses de
invierno se metía en el río Volga, donde el agua helada
le cubría hasta la cintura, y levantaba las pesas que
había depositado en el cauce del gran río.
AS Color fue
uno de los
primeros mediosespañoles,
si no el
primero, en
informar a
los lectores
y aficionados
al deporte
español de
la aparición
del haltera
soviético
invencible.

AMÉRICA,
A SUS PIES.
Acabó con la
hegemonía de
los halteras
de los Estados
Unidos y se
ganó hasta
una portada
de la revista
más famosa
del deporte
mundial.
38 39
Ingeniero de minas, preparado y culto,
era un autodidacta que huía de los
entrenadores, y él mismo creo sus tablas
con unos entrenamientos extravagantes
No se sabe muy bien si aquel sistema de enfrentarse
al frío y a las pesas le servía de algo al levantador
más rotundo de todos los tiempos, pero sí que han
sido detalles tan extravagantes que han acrecentado
su leyenda y popularidad universal.
Pero es que toda la carrera deportiva de Alexeiev
es singular. De entrada, se cuenta que su deporte inicial
era aquel rudimentario voleibol de los años cincuenta,
y que, cuando ya tenía 19 años, comenzó a
frecuentar el gimnasio, donde empezó su pasión por
levantar las pesas.
En unos años en que las noticias de los países
del Telón de Acero llegaban a cuentagotas al mundo
occidental, en el número seis de AS Color, en junio
de 1971, se recogía el primer gran reportaje que se
publicaba en España acerca de las hazañas de este
nuevo portento de la URSS que empequeñecía definitivamente
a los halterófilos estadounidenses, los mejores
hasta entonces.
En los Mundiales de 1971, Vassili conquistaba
en Lima su segundo título mundial y posiblemente
fue donde con más descaro los medios de comunicación
investigaron en su dieta, sobre todo, porque
ya en aquellos años se le preguntaba abiertamente
si consumía anabolizantes para mejorar su condición
física. Siempre lo negó, siempre superó sin mácula
Con una dieta pantagruélica, en cinco años
‘engordó’ casi 40 kilos para enfrentarse
a sus retos. algunos días llegó a comerse
una tortilla de tres docenas de huevos
los controles para evitar el dopaje, y siempre consideró
que lo que en realidad le aportaba energía era
aquella cantidad ingente de comida que devoraba a
lo largo del día.
En los primeros cinco años de gimnasio, antes de
saltar a la competición, ganó 36 kilos en masa muscular,
y se decía que en algunos días había llegado a comerse
una tortilla de hasta tres docenas de huevos.
En Perú, los diarios de noticias recogieron algunos encuentros
con el soviético en los que llegaba a comer
medio kilo de carne, medio kilo de patatas, once plátanos,
un cuarto de kilo de queso, regado con cerveza,
jugos de frutas y un litro de leche de postre.
Y, sin embargo, desde el principio, Alexeiev siempre
quiso que se le tuviese por deportista, especial,
sí, pero deportista. Durante toda su carrera aborreció
las preguntas que él consideraba estúpidas y odiaba
que se le observase más como un forzudo circense
que como un esforzado trabajador con las halteras.
Y era, además, un hombre preparado y culto, que durante
los años setenta protagonizó un verdadero duelo
con el belga Reding, otro personaje universitario e
instruido. El caso es que el soviético terminó con éxito
sus estudios de Ingeniera de Minas, que le sirvieron
para que en los años ochenta, ya retirado y receloso
de los jerifaltes de la halterofilia de su país, le nom-
brasen diputado en el Congreso soviético, aunque él
no perseverase en el cargo.
Vassili, un mito deportivo internacional, que había
logrado que Sports Illustrated le dedicase la portada
en la revista estadounidense más internacional del
mundo del deporte, no hizo carrera en la política, y a
los dos años dejó el puesto de diputado en plena descomposición
de la URSS para hacerse cargo como entrenador,
él que había renegado de ellos, de la selección
de la CEI en los Juegos Olímpicos de Barcelona,
donde sus halteras lograron cinco medallas.
Señalado como el mejor deportista del Siglo XX en
la URSS, poco a poco Vassili fue desapareciendo de la
escena internacional, refugiado en la casa que él mismo
se había construido y siguiendo la trayectoria de
uno de sus hijos que había decidido seguir el camino
deportivo del padre, aunque no llegase tan lejos.
Su gran competición en España no fue como deportista,
sino como entrenador (Barcelona-92): aquel
gigante hercúleo marcó de sobra a los halterófilos españoles
de los ochenta, y muchos de ellos lloraron
hace bien poco la desaparición del ingeniero que había
ganado su primer mundial en 1970, levantando
nada menos que 590 kilos. Él mismo se había puesto
como meta llegar a los 700 kilos, pero la cadera le
imposibilitó llegar tan lejos.
ESFUERZO.
El campeón
soviético
siempre
presumió de
que su cintura
estaba bien
armada por
su trabajo en
el gimnasio,
que le
permitía
levantar
grandes pesos.

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