El tramo del saber
"El tramo del saber" es una revista escrita y dirigida por docentes de la CDMX que buscan transmitir el conocimiento a través de letras plasmadas en nuevas herramientas tecnológicas. Revista Digital El tramo del saber, no. 1 (septiembre 2020), es una publicación mensual, editada por Comunidad Cabo Finisterre, Alcaldía Gustavo A. Madero.
"El tramo del saber" es una revista escrita y dirigida por docentes de la CDMX que buscan transmitir el conocimiento a través de letras plasmadas en nuevas herramientas tecnológicas.
Revista Digital El tramo del saber, no. 1 (septiembre 2020), es una publicación mensual, editada por Comunidad Cabo Finisterre, Alcaldía Gustavo A. Madero.
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Niños y duelo, la importancia de dejarles vivir sus
duelos en la época actual
Estamos en una etapa de la historia donde la
posmodernidad ha borrado del mapa puntos
de referencia esenciales en el pasado, ahora
se ha priorizado el amor al cuerpo, el vivir en
el aquí y ahora, el consumo, el auge de los
medios de información y la tecnología que
poseen un poder gigante y que se extiende
sobre todos nosotros. Para el filósofo y sociólogo
Gilles Lipovestky, estamos frente al
mito de Narciso modificado, donde nuestro
“Narciso es frágil y desestabilizado pues tiene
que construirse solo, sin apoyo de marcos
colectivos y normas sociales interiorizadas”.
Es decir, estamos frente a sujetos que tratan
de abandonar cada vez más el medio
social a pesar de construirse en él, sujetos
que niegan esa esencia social y cada vez se
vuelven más individualistas, personas en las
que se va perdiendo poco a poco la importancia
del otro, en las cuales se ha sustituido
la calle, el barrio y el café como puntos de reunión
por las redes sociales y la tecnología.
Parece ser que actualmente vivimos en una
sociedad que ha preferido el narcisismo y
el consumismo como ejes rectores de su
convivencia, se han dejado los grandes esfuerzos
a un lado, se busca la obtención de
goce a la primera y al momento, somos seres
que no planean, que no viven a futuro
pues “sólo se vive una vez”, y no se concibe
el riesgo o el dolor en ese vivir, esto ha traído
como consecuencia un ensimismamiento
y una egolatría que han devenido en la
Informativo
indiferencia con respecto al otro, el otro se
ha cosificado, es un medio para determinados
fines mas no un fin el establecer algún
tipo de vínculo con él. Se ha constituido una
población egoísta donde el otro puede ser
ese rival que superar o ese aliado que ayude
a conseguir el éxito profesional, pero
sólo pensando en eso: la autosatisfacción.
En dicho contexto nos comportamos de
forma dual con referencia a la muerte. Por
un lado, la muerte pasa a ser algo sin importancia,
deja de ser ese evento fatal que
da sentido a la vida, se sustituye el dolor
de las pérdidas ajenas con el consumo de
objetos y experiencias. Se huye tratando
de silenciar una caravana siempre sonora.
Por otro lado, lo que nos queda de conocimiento
acerca de la muerte se vive como
espectáculo, noticieros y redes llenas de
nota roja, material audiovisual de entretenimiento
cada vez más agresivo y sangriento.
Señala Bauman “ser despiadado
y no experimentar ninguna empatía frente
al sufrimiento de un semejante significa
en uno y otro caso un desprecio por
la humanidad, la misma que se comparte con
la víctima”. De pronto parecemos no estar tan
lejos del circo romano y sus exhibiciones que
producían fascinación. La sed de sangre parece
seguir pidiendo ser saciada. “Cuando, en
una sociedad, la crueldad se vuelve en cierta
manera <normalizada>, la propia compasión
termina por sufrir las consecuencias”.
El problema en este tipo de sociedad radica
en el duelo, se nos ha robado la posibilidad
de vivir nuestros procesos. Las sociedades
industrializadas como la nuestra no pueden
perder horas de trabajo en sus empleados,
igualmente el dolor se nos pide que desaparezca
lo más rápido posible para poder seguir
con nuestras actividades de forma “normal”,
cuando ese concepto de normalidad es lo
más difícil de alcanzar en momentos así. Y es
que un proceso de duelo generalmente necesita
tiempo y comprensión de la gente que
tenemos cerca, pero en la sociedad actual la
comprensión es un bien altamente escaso.
“Cuando, en una sociedad,
la crueldad se vuelve en cierta
manera <normalizada>,
la propia compasión termina por
sufrir las consecuencias”.
Aún más preocupante resulta el obstaculizado
camino que le dejamos a los niños y
niñas para vivir sus duelos. Generalmente
tratamos de ocultar el evento y sus consecuencias,
no se les explica la definitividad del
evento o se disfraza la muerte de una ausencia
temporal. Se pretende hacer menos daño
cuando en realidad solo se genera incertidumbre
y dolor constante en ese niño o niña.
La autora Christine Longaker considera que
“les hacemos un favor inestimable [a los niños]
si les ayudamos a comprender la muerte,
y les damos permiso, desde que son muy
pequeños, para llorar una pérdida”. Esta misma
autora nos refiere que al hablárseles a los
niños sobre la muerte se les debe de explicar
de forma clara y de acuerdo a su edad para no
confundirlos y para que los conceptos nuevos
queden bien entendidos, sobre todo porque
de no hacerlo así, se le puede producir miedos
al niño o crear una falsa idea sobre la muerte.
En este sentido, lo que se explique debe
ser sincero y comprender los alcances de
nuestro propio conocimiento, evitar aseveraciones
que ni nosotros mismos alcancemos
a comprender. Además, es importante
informár al niño cuáles son los argumentos
debatidos socialmente, sobre todo,
si hablamos de una perspectiva religiosa.
Longaker nos menciona que el niño
menor de 4 años puede incluso esperar
que la persona fallecida vuelva a la
vida, por lo cual es necesario asegurarles
con claridad que la persona fallecida
se encuentra en un estado definitivo.
Mientras que los niños de 4 a 7 años ya
diferenciarían la muerte como un estado
final, pero se creerían capaces de burlarlo
si se presentara ante ellos. A diferencia
de los niños mayores de 8 años que
ya entenderían a la muerte no solo como
un estado final, sino como algo inevitable
que a ellos también ha de ocurrirles.
Imagen: Internet
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