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El Nacional<br />
J u eves <strong>17</strong> de S e pt i e m b re de <strong>2020</strong><br />
Opinión 11<br />
S U F R AG I O<br />
Eddy Olivares Ortega<br />
e j . o l i va res @ h ot m a i l . co m<br />
La iglesia católica, con su decisiva<br />
influencia durante la Edad Media,<br />
fue la precursora del Registro Civil.<br />
El histórico Concilio de Trento fue<br />
el escenario en el que se dictaron las<br />
normas para asentar en los libros parroquiales<br />
los bautismos, matrimonios y las<br />
defunciones. Ese nuevo sistema se inició a<br />
mediados del siglo XIV en Francia. Sin lugar<br />
a dudas uno de los más extraordinarios<br />
aportes de la iglesia católica a la humanidad.<br />
Los libros parroquiales son íntegramente<br />
creíbles, debido a la fidelidad de su contenido<br />
y la eficiencia con que han sido<br />
custodiados por las autoridades religiosas.<br />
Más adelante, acontecimientos como el<br />
de la Reforma Protestante y el interés de<br />
controlar la creciente población judía en la<br />
Europa Occidental, influyeron para que el<br />
Estado asumiera el control del Registro del<br />
Estado Civil, sin la intervención de la Iglesia<br />
Católica. En el año <strong>17</strong>87, Luis XVI proclamó<br />
la libertad de culto en Francia y el Registro<br />
Civil pasó formalmente a manos del Estado.<br />
Posteriormente, como consecuencia de la<br />
Revolución Francesa, el Registro Civil fue<br />
Alberto Quezada<br />
quezada.alber to218@gmail.com]<br />
La geopolítica mundial con el apoyo<br />
de sus soportes ideológicos criollos,<br />
al parecer, se ha trazado una peligrosa<br />
y nociva estrategia de acoso<br />
y derribo en contra de la partidocracia<br />
dominicana tradicional que debe preocuparnos<br />
a todos por igual.<br />
El Partido Reformista Social Cristiano<br />
(PRSC) está hecho trizas, el Partido Revolucionario<br />
Dominicano (PRD) no es ni<br />
sombra de lo que era, y el Partido de la<br />
Liberación Dominicana (PLD), parece<br />
iniciar el tránsito ignominioso de sus<br />
p a re s.<br />
Pero más, el liderazgo político relevo del<br />
profesor Bosch, el doctor Balaguer y el<br />
doctor Peña Gómez, los cuales gestionan<br />
ALGO MÁS QUE SALUD<br />
José A. Díaz<br />
a s es a i j d @ g m a i l . co m<br />
El presidente trasladó, por el fin de<br />
semana, el gobierno a Santiago de<br />
los Caballeros. Excelente medida.<br />
Se parece a las “Visitas sorpresas”,<br />
pero con un mayor sentido de pertinencia y<br />
consultando cara a cara a los actores de los<br />
problemas de la sociedad santiagués. Acciones<br />
de esta naturaleza lo acercan a la<br />
población y generan confianza.<br />
Priorizó, como era de esperar, el tema más<br />
álgido: la salud, no tanto por la pandemia,<br />
sino por el estado calamitoso de los tres<br />
hospitales principales de Santiago: El Infantil<br />
“Dr. Arturo Grullón”, el otrora del IDSS<br />
“Salvador Estrella Ureña” y el gigante “Ca-<br />
bral y Báez”.<br />
El presidente Abinader expresó: “El hospital<br />
José María Cabral y Báez, tiene siete<br />
El Registro Civil<br />
regulado en el Código Napoleónico.<br />
Cuando los vientos huracanados de las<br />
elecciones llegan a su fín, casi siempre, la<br />
Junta Central Electoral le presta una mayor<br />
atención al registro civil. Eso fue lo que<br />
ocurrió el 18 de enero del 2007, fecha<br />
memorable en la que el Pleno del órgano<br />
electoral aprobó un reglamento que estableció<br />
sueldos de estado a los oficiales del<br />
Estado Civil y el personal auxiliar y fijó tasas<br />
para los servicios de las oficialías del Estado<br />
Civil.<br />
Esta decisión, que debió haberse tomado<br />
catorce años antes, transparentó la administración<br />
de las oficialías. A partir de ese<br />
momento los fondos y las tasas cobradas<br />
por los servicios del Registro Naciona pasarón<br />
al control de la Junta Central Electoral.<br />
Se trató de una iniciativa de la Cámara<br />
Administrativa que fue aprobada a unanimidad<br />
por el Pleno.<br />
A partir del referido reglamento, el cargo<br />
de Oficial del Estado Civil, hasta entonces el<br />
más lucrativo, perdió su atractivo. Una<br />
decisión vountaria, de trasparencia incomparable,<br />
que soprendió a quienes sabían de<br />
los grandes recursos que percibían cada<br />
Ignominiosa estrategia<br />
Prioridad hospitalaria<br />
años en construcción y más de seis mil<br />
millones de pesos invertidos, yo creo que se<br />
habrían, con esos recursos, construidos dos<br />
h o s p i t a l e s”.<br />
Hay que conservar el “Cabral y Báez”,<br />
sobre todo para que en una bien organizada<br />
Red Regional sirva como lo que se<br />
ideó: el hospital Materno y General de<br />
Referencia para toda la Región Norte, permaneciendo,<br />
además, como el gran centro<br />
formador de Recursos Humanos que ha<br />
s i d o.<br />
Lo que “Llora ante la presencia de Dios”, es<br />
que su reconstrucción favoreció un grupo<br />
de sectores, mediante la corrupción, tal y<br />
como aconteció con el “Darío Contreras” y<br />
la Ciudad Sanitaria “Dr. Luis Eduardo Ayb<br />
a r”, en lugar de crear centros periféricos<br />
mes los privilegiados oficiales del Estado<br />
Civil de las grandes oficialías.<br />
Todo tuvo su origen en la aprobación de la<br />
Ley 8-92, del 13 de abril del año 1992, que<br />
traspasó la Dirección General de la Cédula<br />
de Identidad personal y sus oficinas y<br />
agencias expedidoras, así como la Oficina<br />
Central y las oficialías del del Estado Civil, a<br />
la Junta Central Electoral. La aprobación de<br />
esta ley fue producto de las acusaciones de<br />
fraude electoral contra el presidente Joaquín<br />
Balaguer, que llegarón a colocar al país<br />
al borde de la guerra civil.<br />
El fin de la referida ley, que además le<br />
otorgó al órgano electoral la atribución de<br />
designar a los titulares y demás funcionarios<br />
y empleados de estas instituciones,<br />
fue todos los departamentos que inciden<br />
en el ámbito electoral, como es el caso de la<br />
cédula y las actas de nacimiento, bajo el<br />
control del administrador de las eleccion<br />
e s.<br />
Se trató, innegablemente, de un notable<br />
paso de avance, que ayudó a mejorar la<br />
integridad de las elecciones y contribuyó<br />
con el fortalecimiento de la Junta Central<br />
Electoral.<br />
esas entidades políticas al día de hoy, esa<br />
misma estrategia de la que hablamos, se ha<br />
encargado de desacreditar sus figuras y<br />
trayectorias políticas de manera consist<br />
e n t e.<br />
La matriz ha sido diseñada, al parecer,<br />
desde un sector importante del establishment<br />
norteamericano enquistado en el<br />
Departamento de Estado en combinación<br />
con una parte de la Sociedad Civil dominicana<br />
que se ha convertido en peones<br />
de tan despreciable estrategia.<br />
Sus argumentos y motivaciones son variados,<br />
hay muchos que entienden que la<br />
permanencia de esos partidos tradicionales<br />
en la actual coyuntura geopolítica que vive<br />
el mundo, no les garantiza a corto y mediano<br />
plazo la estabilidad política y democrática<br />
que ellos se han trazado para<br />
Re g i ó n .<br />
Asimismo, no quieren asumir riesgos, no<br />
ven la necesidad de seguir exponiendo el<br />
sistema democrático a vaivenes innecesarios<br />
por la tozudez de una clase política<br />
dominicana que no termina de entender<br />
sus señas y descodificar los signos de los<br />
nuevos tiempos.<br />
De igual forma, los autores de la citada<br />
estrategia creen que es demasiada la corrupción,<br />
impunidad, falta de transparencia<br />
y rendición de cuentas, acumulada y<br />
apañada desde esos partidos políticos tradicionales<br />
que han ostentado el poder<br />
político en los últimos 50 años.<br />
especializados de no más de 20 camas que<br />
ayuden a la desconcentración y de paso<br />
sirvan para la aplicación correcta de la<br />
“Atención Primaria en Salud”; por eso no<br />
comparto estas otras declaraciones del presidente:<br />
“La verdad que el área pública<br />
hospitalaria de Santiago, deja mucho que<br />
desear, aquí tenemos que construir una<br />
verdadera ciudad hospitalaria”.<br />
Nuestro Sistema Nacional de Salud, desvirtuado<br />
por una errónea aplicación de la<br />
Seguridad Social (Ley 87-01), dominado por<br />
el sector privado requiere de una reingeniería<br />
que no dependa de grandes centros<br />
de salud, sino de una gran cruzada para<br />
humanizar los servicios de salud descansando,<br />
reitero, en Atención Primaria, y eso<br />
será “algo más que salud”.<br />
Namphi Rodríguez<br />
n a m p h i ro d r i gu ez @ g m a i l . co m<br />
La Defensoría<br />
del Pueblo<br />
La Cámara de Diputados se apresta<br />
a reabrir al procedimiento para<br />
seleccionar las ternas que someterá<br />
al Senado para la escogencia<br />
de los titulares de un nuevo sexenio de la<br />
Defensoría del Pueblo.<br />
Pese a los debates que se generaron en la<br />
reforma constitucional del 2010 sobre la<br />
relevancia de este órgano lo cierto es que<br />
quienes asumimos su defensa, hoy podemos<br />
aquilatar su importancia en el<br />
contexto de una pandemia que golpea<br />
severamente los derechos humanos.<br />
Durante el actual Estado de Emergencia<br />
y en el Estado pospandémico que vendrá<br />
tras la covid-19, a este órgano le aguarda<br />
un rol preponderante para evitar que<br />
“ejércitos de olvidados sociales” sean arrojados<br />
a las filas paupérrimas de la pobreza<br />
extrema y de la delincuencia callejera.<br />
La enorme legión de personas vulnerables<br />
que dejará la pandemia convierte a<br />
la Defensoría del Pueblo en la instancia<br />
idónea para coadyuvar en la articulación<br />
de un diálogo social y político que permita<br />
hacer más eficaces los programas asistenciales<br />
que se implementan.<br />
Muchos colectivos dependen de esos<br />
programas para garantizar derechos como<br />
alimentación, salud y educación, por<br />
lo que la Defensoría del Pueblo debe<br />
asumir un rol activo en el acompañamiento<br />
de la gestión de los mismos.<br />
Más aún, si tenemos a la vista que en<br />
lontananza no se vislumbra el final del<br />
Estado de Emergencia que conculca derechos<br />
como las libertades de tránsito,<br />
reunión y asociación.<br />
La Defensoría está llamada a ser garante<br />
para que no se produzcan medidas que<br />
socaven aún más estos derechos fund<br />
a m e n t a l e s.<br />
El próximo Defensor del Pueblo tendrá<br />
que asumir un mayor involucramiento en<br />
una estrategia para hacer frente a los<br />
estragos sicológicos de la covid-19 en los<br />
hogares y frenar la violencia infrafamiliar<br />
y el abuso infantil.<br />
El país necesita una Defensoría con un<br />
mayor involucramiento en el drama de<br />
miles de internos enfermos en el sistema<br />
carcelario, donde al hacinamiento y violación<br />
de derechos humanos se han agregado<br />
las secuelas del letal coronavirus.<br />
Hay que evaluar experiencias comparadas<br />
de países como Nueva Zelanda, que<br />
han implementado un modelo de privatización<br />
de cárceles bajo el esquema de<br />
que quien administra el establecimiento<br />
penitenciario no es remunerado por el<br />
simple alojamiento de un interno, sino<br />
por los índices de resocialización que el<br />
concesionario-carcelario logra con quien<br />
sale de la cárcel y regresa a la sociedad.<br />
Como vemos, las tareas que tiene por<br />
delante la Defensoría del Pueblo para los<br />
próximos seis años hacen que el Congreso<br />
extreme la sensatez para lograr un consenso<br />
político que permita la selección de<br />
un defensor capaz de responder a estos<br />
desafíos del acuciante tiempo presente.