Es bueno porque es horrible
Entrega Final - El diseño como fenómeno cultural
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6 de Mayo, 1983
Últimamente las Drags se están tomando Nueva York. Incluso Andy Warhol
y todos sus colegas amigos famosos han mostrado interés en el tema; hace
poco vi sus polaroids. No me quejo, ya que gracias a estas personas tan
reconocidas y aclamadas, se ha disminuido la discriminacion hacia personas
como Richard.
Hace poco fuimos al estreno de una película musical que tenía de todo. Una
estética kitsch y exagerada, que desafiaba la moralidad a la que estoy tan
acostumbrada, tenía un mensaje hedonista y hablaba de la identidad sexual
con una naturalidad impresionante. El cine estaba completamente lleno; y a
pesar de ser un musical de ciencia ficción, las personas tuvieron una conexión
inmediata con la película. Fue un espectáculo. Los cuerpos, las interacciones
entre ellos, la estética que se llevaba por delante a la moralidad. Me
recordó a un concierto de rock al que fui hace poco. Una banda que montaba
el show por su comportamiento inmoral, por la estética casi dionisíaca de sus
looks, por la sexualidad exagerada que representaban; su música pasaba a
segundo plano.
Tanto la banda como la película eran muy buenas, ¿se debe esto a que eran
horribles? Nuevamente, esto hizo que me preguntara si para dejar ser mi
cuerpo, tendría que soltar la moralidad a la que me seguía sosteniendo
fuertemente. Este cuestionamiento lo reforcé en mi mente, al recordar que la
única vez que me he sentido cerca a lograr mi objetivo de dejar ser mi cuerpo;
fue esa noche Studio en el famoso club del que no me gusta hablar, y que aún
me hace sentir vergüenza moral.