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Antes de leer este cuento, debes saber que vas a encontrar animalitos que viven
en Colombia, un país mágico donde puedes ver los más bellos paisajes.
Vas a encontrar un Chigüiro, él vive
en pantanos de los llanos orientales
de Colombia, es muy juguetón
y amistoso.
Él es tu amigo Oso de anteojos, es
muy tierno, pero cuidado, también
es un animal salvaje. Vive en las
montañas de Colombia y es
muy comelón.
Ella es una Rana dorada, que
vive en la selva del Amazonas
colombiano, cuando la veas vas
a notar que tiene un color muy
bonito, pero ten cuidado, su lindo
color indica que es venenosa.
También vas a ver un Tucán, es
un ave que vive en los árboles de
Colombia, tiene un gran pico ¡y
cuidado! suelen ser
muuy malhumorados.
Este no es un cuento cualquiera, para ser parte de esta aventura debes armar los
dados, pero no te preocupes, si no tienes dados, tú puedes elegir
cómo vivir la historia.
1
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Érase una vez un mágico bosque lleno de ríos, árboles
gigantes y flores preciosas. Allí vivía un Chigüiro, el más
amistoso de todos los animales; un Oso de Anteojos,
el más tierno; un Tucán que era muy gruñón; y una
hermosa ranita.
11 1
Para entrar en esta aventura, agita tu dado de animalitos y descubre cuál te contará la historia.
Ve a la página 13
Ve a la página 15
12
Ve a la página 17
Ve a la página 19
Era un día como cualquiera, pero
Chigüiro había despertado muy
aburrido. Quería hacer muchas cosas,
pero ¿cuál era la mejor opción?
13 1
¡Ayuda al Chigüiro! Agita tu dado de números y descubre qué hace el Chigüiro.
Ve a la página 21
Ve a la página 23
14
Ve a la página 25
Ve a la página 27
Era un día muy soleado y bonito, y el
Oso de anteojos había despertado con
muchas ganas de hacer algo divertido.
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¿Qué puede ser lo más divertido para el Oso? Descúbrelo agitando tu dado de números.
Ve a la página 29
Ve a la página 31
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Ve a la página 33
Ve a la página 35
Era un día muy soleado y bonito, pero
el Tucán había despertado de muy mal
humor.
—Esos monstruos no me dejaron
dormir —dijo el Tucán.
Para sentirse mejor quería hacer
algo divertido.
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¡Ayuda al Tucán a sentirse mejor! Agita tu dado de números y descubre lo que hará.
Ve a la página 37
Ve a la página 39
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Ve a la página 41
Ve a la página 43
Era un día muy soleado y hermoso,
pero la Ranita se sentía muy triste.
Ya no le gustaba su casa y tampoco
quería ser una ranita. Para sentirse
mejor ella quería hacer algo divertido...
19 2
Ayuda a la ranita a no sentirse triste, agita tu dado de números y descubre qué hará.
Ve a la página 45
Ve a la página 47
20
Ve a la página 49
Ve a la página 51
Chigüiro decidió cortar las hojas viejas
de su pantano, pues debía cuidarlo
para que se viera bonito. Él se sentía
muy feliz, le gustaba mucho ser un
chigüiro y vivir en su pantano.
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Él estaba muy feliz. De pronto
escuchó algo tras las ramas…
—¡Oh, no! —dijo.
Entre los árboles se asomó un
monstruo que amenazó con
destruir su pantano.
Sigue las huellas del Chigüiro
hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
22
Osito decidió sembrar nuevas plantas
en su montaña, pues quería que se
viera más bonita. Él estaba muy feliz,
le encantaba ser un oso de anteojos y
vivir en su montaña.
23 2
Osito estaba muy feliz, pero
escuchó entre los árboles que
algo se sacudía, y prestó mucha
atención al sonido. ¡De repente
salió un monstruo gigante que
quería destruir su montaña!
Corre hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Tucán decidió tomarse el día libre para
limpiar su árbol, eso lo ayudaría a no
estar enojado. A pesar de haber escuchado
a los monstruos, el Tucán estaba
muy feliz, pues amaba su árbol y le
gustaba ser un tucán.
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Estaba muy a gusto en su árbol,
cuando de pronto escuchó otra vez el
sonido de garras afiladas y gruñidos.
—¡Oh, no! —gritó.
Era un monstruo gigante que quería
destruir su árbol.
Vuela hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
26
La Ranita decidió quedarse en su casa
porque se sentía muy triste. Creía que
no estaba bien ser rana, y además no
le gustaba su casa.
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Su casa siempre estaba llena de
monstruos, ya ni siquiera la asustaban.
Ella sólo soñaba con cambiar de hogar.
Salta hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Chigüiro decidió visitar al Osito en su casa, y se
sorprendió al ver esos grandes árboles y esas bellas
plantas.
—¡Qué linda es tu montaña! —dijo el Chigüiro.
—Muchas gracias —respondió Osito—. Me gusta
cuidar mucho mi montaña.
¡Por eso se ve tan bonita!
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Los dos amigos estaban muy
felices sembrando nuevas
plantas en la montaña del
Osito. De pronto, salieron
volando los pájaros que
estaban posados en un árbol.
—¡Un monstruo! —exclamó
el Osito.
Ese monstruo quería destruir
su montaña y entonces…
Sigue las huellas del Chigüiro
hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Osito decidió ir a visitar a su amigo el Chigüiro.
Cuando llegó a su pantano, se dio cuenta de que
estaba muy limpio, ya que el Chigüiro cuidaba
muy bien de él.
—¡Qué lindo es tu pantano! —dijo el Osito.
—Me gusta mucho cuidar de él —respondió
el Chigüiro.
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Ellos estaban muy felices
sembrando flores, cuando
de pronto, salió del agua
un gran monstruo que los
asustó y quiso destruir
el pantano.
Corre hasta la página 53 y
descubre qué pasa.
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Tucán decidió visitar a Chigüiro. Estaba
muy enojado, pero aun así pudo notar
que su pantano era muy bonito.
—Qué linda es tu casa —dijo el Tucán
en tono gruñón.
—Gracias —respondió el Chigüiro—,
siempre serás bienvenido aquí.
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Ellos estaban muy a gusto
conversando, cuando de repente el
Chigüiro escuchó crujir las hojas secas.
—¡Un monstruo! —gritó.
El monstruo salió de los arbustos y
amenazó con destruir el pantano.
Vuela hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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La Ranita decidió visitar al Oso, y se
dio cuenta de que su montaña era muy
linda. Las plantas se veían muy verdes,
y los árboles eran grandes y fuertes.
—¡Quisiera ser como tú! —exclamó
la Ranita.
—No tienes que ser como yo —respondió
el Osito—, sólo debes quererte a ti
y a tu selva.
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Ellos estaban muy a gusto,
cuando de pronto saltaron entre
los árboles muchos monstruos
que querían destruir la montaña.
Salta hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Chigüiro decidió visitar al
Tucán, pero se dio cuenta de
que estaba muy enojado.
—¿Por qué estás molesto?
—preguntó el Chigüiro.
—Hay muchos monstruos
por aquí, y ya no puedo
dormir feliz en mi árbol —
respondió el Tucán.
Entonces el Osito lo ayudó a
cuidar de su árbol para que
se sintiera mejor.
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Estaban muy felices, hasta
que de pronto, apareció un
monstruo que amenazó con
destruir el árbol del Tucán.
Sigue las huellas del Chigüiro
hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Osito decidió visitar al Tucán, pero
notó que estaba muy enojado, así
que lo ayudó a limpiar su árbol
para que se sintiera mejor.
—Tu árbol es muy lindo, debes
cuidarlo mucho —dijo el Osito.
—Yo cuido mucho mi árbol, me
gusta vivir en él —respondió
el Tucán.
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Estaban muy felices, hasta que de
pronto apareció un monstruo entre los
arbustos, y amenazó con destruir el
árbol del Tucán.
Corre hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
340
Tucán decidió visitar al Osito, pues
sabía que su amigo lo ayudaría a
sentirse mejor. Entonces llegó a su
montaña, y encontraron flores
para sembrar.
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Estaban muy felices, cuando de
pronto se escuchó un rugido.
—¡Un monstruo otra vez! —
exclamó el Tucán.
El monstruo quería destruir
la montaña.
Vuela hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Ranita decidió visitar al Tucán, que estaba
muy enojado por los monstruos. Lo ayudó a
organizar su árbol, lo felicitó por su linda casa
y le dijo:
—Quisiera ser como tú. No me gusta mi casa y
tampoco ser una rana.
—Tienes razón —respondió el Tucán—: no hay
nada mejor que vivir en un árbol y ser un tucán.
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La Ranita aún se sentía muy triste y
quería contárselo al Tucán, pero de
pronto uno de los monstruos asustó a
su amigo, y amenazó con destruir
su árbol.
Salta hasta la página 53 y descubre
qué pasa.
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Chigüiro decidió ir a visitar a su amiga la Rana.
Cuando llegó, vio que su selva estaba muy
sucia, las plantas estaban muertas y olía muy
mal. Además, ella se sentía muy triste.
—¿Qué te pasa? —preguntó el Chigüiro.
—Me siento triste —contestó su amiga—: mi
casa es muy fea y no me gusta ser una rana.
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Chigüiro quería darle ánimos a su amiga,
y explicarle que debía limpiar su selva,
pero de pronto escucharon un gran
estruendo. ¡Eran monstruos, y querían
destruir la selva de la Ranita!
Sigue las huellas del Chigüiro hasta la página
53 y descubre qué pasa.
46
Osito decidió visitar a su amiga la
Ranita, pero su casa era muy oscura y
tenebrosa. Todas las plantas estaban
muertas y olía muy mal.
Osito se molestó tanto con ella por
vivir de esa manera, que no se dio
cuenta de que su amiga estaba triste.
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—Me siento muy triste —dijo la Ranita.
De repente, aparecieron muchos
monstruos que asustaron a su amigo y
amenazaron con destruir su casa.
Corre hasta la página 53 y descubre qué pasa.
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Tucán decidió visitar a su amiga la
Ranita, pero al llegar se arrepintió,
pues su casa estaba muuuy sucia:
todas sus plantas estaban muertas y
además olía terrible. El Tucán se enojó
mucho con la Ranita, y ni siquiera se
enteró de que ella estaba muy triste.
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Ranita quería contarle a su amigo
el Tucán que estaba muy triste, pero
salieron muchos monstruos de los
arbustos, asustando a su amigo y
amenazando con destruir su selva.
Vuela hasta la página 53 y descubre qué pasa.
50
Ranita decidió ir a visitar a su amigo el
Chigüiro. Notó que su pantano era muy
lindo y le dijo:
—Quisiera ser como tú.
Y el Chigüiro respondió:
—Tú no tienes que ser como yo para tener
una casa linda. Debes cuidar tu casa y así
amarás ser una ranita.
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Estaban hablando a gusto
cuando llegaron muchos
monstruos que asustaron a
su amigo y amenazaron con
destruir su pantano.
Salta hasta la página 53 y
descubre qué pasa.
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Todos los animalitos del bosque se
reunieron, sabían que algo estaba
muy mal. Había muchos monstruos y
querían destruir el bosque.
—¿Todos han visto a los monstruos?
—preguntó el Tucán, y todos
respondieron:
—¡Sí!
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—Es culpa mía —dijo la Ranita—.
Ellos están conmigo desde que no
cuido mi casa, y me siento mal por
eso. No me gusta mi casa, tampoco me
gusta ser una rana… quisiera ser como
cualquiera de ustedes.
—Creo que debemos ayudarla —dijo
el Chigüiro…
…pero Osito y Tucán estaban muy
enojados: culparon a la Ranita por los
monstruos y le pidieron que se fuera
del bosque.
55 5
¿Quieres conocer el gran final?
¡Agita tu dado de números y descúbrelo!
Ve a la página
Si en tu dado aparece un 1 o un 3 ve
a la página 57.
Si tiene un 2 o un 4 ve a la página 59.
56
57 5
—Eres muy tierno, gracias —respondió
la Ranita—, pero el Osito y el Tucán
me quieren lejos del bosque.
—¡Entonces debemos hacer algo! —
exclamó el Chigüiro.
—No te sientas triste —dijo el
Chigüiro—, si todos te ayudamos
podemos arreglar tu casa. Verás que
cuando la arregles te va a encantar ser
una rana, pero primero debes cuidarla
y aceptar que es genial ser una ranita.
¿Quieres conocer el gran final?
¡Agita tu dado de números y descúbrelo!
Si en tu dado aparece un 1 o un 3 ve
a la página 61.
Si tiene un 2 o un 4 ve a la página 64.
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—Nuestra amiga se siente muy triste
—dijo el Osito—.
Deberíamos ayudarla.
—No lo sé —respondió el Tucán—.
Todos los animales del bosque debemos
hablar para decidir qué pasará
con ella.
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Para entrar en esta aventura, agita tu
dado de animalitos y descubre cuál te
contará la historia.
Si en tu dado aparece un 1 o un 3 ve
a la página 61.
Si tiene un 2 o un 4 ve a la página 64.
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Todos los animalitos del bosque
decidieron hablar: estuvieron de
acuerdo en enseñar a la Ranita a
cuidar su casa, y la ayudaron a
sentirse feliz de ser una rana.
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...Cuando estaba limpiando su casa, la
Ranita notó que todos sus amigos eran
geniales, pero aunque el Tucán volaba,
no podía saltar tan alto como ella;
aunque el Osito corriera, ella era más
veloz; y aunque el Chigüiro era amigo
de todos, ella también era
muy amigable.
Y así la Ranita entendió que era genial
ser una rana, solamente debía cuidar
de sí misma y de su casa
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Cuando limpiaron la casita de la Rana, los
monstruos se fueron. El bosque se vio con más luz
que nunca, y todos estaban muy felices por ser
tan bellos animalitos.
FIN
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Los animalitos decidieron hablar, pero no
pudieron ponerse de acuerdo. La Ranita y
el Chigüiro se fueron del bosque y nunca
más volvieron a su hogar.
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Cuando se fueron, los monstruos se
apoderaron del bosque, y con el tiempo el
Oso y el Tucán tuvieron que irse también.
FIN
66
Es un final muy triste, vuelve a
la página 61 y descubre como lo
solucionaron los animalitos.