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REVISTA PUNTO DE CAMBIO 310

El propósito de ésta revista, principalmente es dar a conocer las diferentes experiencias vividas en cuerpo y alma de las personas que sufrieron y recuerdan algún evento de violencia de género que marcó sus vidas en todo sentido.

El propósito de ésta revista, principalmente es dar a conocer las diferentes experiencias vividas en cuerpo y alma de las personas que sufrieron y recuerdan algún evento de violencia de género que marcó sus vidas en todo sentido.

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¿La casa es el origen de

este mal que aqueja a la

sociedad?

Sí a los sueños, no a los

estereotipos

Superar los traumas y

los sinsabores que

tiene la vida

SIN IGUALDAD, NO HAY

ORGULLO

Víctima de violencia

psicológica

¡HABLA!

¡Callar duele más!

Gocemos nuestros

derechos y respetemos

nuestras diferencias

Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran

Perspectiva de gEnero, 1 310


2


CRÉDITOS

Directora:

Profa. Angélica Rico

Perspectiva de género 310. Instituto

de Estudios Superiores Rosario

Castellanos.

Coordinadora de diseño:

Lilia Vera

Perspectiva de género 310. Instituto

de Estudios Superiores Rosario

Castellanos.

Coordinadoras editoriales:

.

Nancy Durán, Diana Solórzano y Lilia Vera

Alumnas en Perspectiva de género 310. Instituto de Estudios Superiores

Rosario Castellanos.

.

Editores de secciones fijas:

Entrevistas / Narrativas:

Nancy Durán

Lilia Vera

Carteles e imágenes

Diana Solórzano

3


SUMARIO

Editorial………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………6

Narrativas…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………7

Amor no significa maltratar…………………………………………………………………………………………………....8

Romina Castillo….………………………………………………………………………………………………………………………………...9

La violencia y sus efectos………………………………………………………………………………………………………..…11

Cecilia………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..12

Las cosas han cambiado……………………………………………………………………………………………………………...13

Víctima de violencia psicológica……………………………………………………………………………………………..14

La fortaleza en mí…………………………………………………………………………………………………………………………..16

Salir adelante después de una violación……………………………………………………………………………19

Joyce……………………………………………………………………………………………………………………………………………………….20

Una historia para no repetir……………………………………………………………...…………………………………...22

Una infancia con creencias……………………………………………………………………………………………………....24

Paremos la violencia, abramos los ojos………………………………………………………………………...…..25

Siendo una víctima más……………………………………………………………………………………………………….…...….28

El orgullo de la igualdad……………………………………………………………………………………………………..….........29

Diferencia: hombres y mujeres…………………………………………………………………………………………….30

4


Ser mujer, también deja una huella de violencia en la niñez………………………………32

Cómo la manipulación afecto la vida de una joven………………………………………………….34

Por un mundo sin machismo…………………………………………………………………………………………………….35

Procesos de la vida………………………………………………………………………………………………………………………..37

Cuatro vidas…………………………………………………………………………………………………………………………………........40

Desde ojos inocentes……………………………………………………………………………………………………………………..42

Vivir sin miedo…………………………………………………………………………………………………………………………………...43

Los demonios de un amor…………………………………………………………………………….…………………….…….44

Es imposible superar los traumas y los sinsabores que tiene la vida…..........45

Eterna pesadilla……………………………………………………………………………………………………………………….............47

Madre de familia opina ante la desigualdad de género………………………………………..51

La violencia de género; ¿La casa es el origen de este mal que aqueja a la

sociedad?......................................................................................................................................................................52

Por ellas que no pudieron darse cuenta antes…………………………………………………………..54

Una víctima más de la violencia de género……………………………………………………………………58

Carteles……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………...........60

Colaboradores……………………………………………………………………………………………………………………………………………………..76

5


El propósito de ésta revista,

principalmente es dar a conocer las

diferentes experiencias vividas en cuerpo

y alma de las personas que sufrieron y

recuerdan algún evento de violencia de

género que marcó sus vidas en todo

sentido, pues como se ha visto desde

años atrás, las personas no son tratadas

de la misma manera, tanto en mujeres

como en hombres e incluso por su

orientación sexual.

Estas entrevistas fueron obtenidas de las

diversas personas que estuvieron siendo

consultadas, gracias a todos los

colaboradores que se tomaron el tiempo y

también a estos individuos por darnos el

permiso de relatar cada una de sus

historias en las que dejan un pedazo de

su mala experiencia.

El segundo objetivo es la presentación de

carteles con diversos mensajes los cuáles

se enfocan en dar a conocer y a su vez

parar la violencia que se vive en el mundo.

E

D

I

T

O

R

I

A

L

6


NARRATIVAS

7


Amar no significa maltratar

Por Héctor Aguiñaga

La violencia contra las mujeres es un

fenómeno que ocurre en todos los países,

clases sociales y ámbitos de la sociedad.

Según la definición de la ONU, la violencia

de género (VG) es cualquier acto o

intención que origina daño o sufrimiento

físico, sexual o psicológico a las mujeres,

incluyendo las amenazas de dichos actos,

la coerción o privación arbitraria de

libertad, ya sea en la vida pública o

privada, en la entrevista que realice a un

conocido que prefiere quedar en el

anonimato, le hice varias preguntas

relacionados al tema, y en este artículo

recabare una síntesis o explicación para

comprender un poco sobre la violencia de

género, en este caso, con las mujeres.

La violencia no comienza nunca con una

agresión. En otras palabras: ellos no son

violentos desde el principio. De hecho, es

frecuente que estas mujeres narren el

principio de la relación de forma idílica y

como una etapa maravillosa. Es un rasgo

que me encuentro muy frecuentemente

cuando exploro la historia de la pareja

durante la evaluación psicológica.

Lo que sí ocurre desde los inicios de la

relación es que el agresor va poniendo en

marcha una serie de estrategias de

control, aunque suelen camuflarlas

cuidadosamente. De hecho, lo habitual es

que ellas las confunda con un impulso de

protección o con una muestra de amor.

Relatan cosas como "Me venía a buscar al

trabajo", "Estaba siempre pendiente de

mí", "No paraba de llamarme"...

La violencia evoluciona en escalada.

Comienza de forma insidiosa y sutil y va

aumentando progresivamente. Pero este

aumento es tan paulatino que pasa

desapercibido y se va normalizando como

parte de la relación sentimental, de forma

que cuando llegan las agresiones físicas

las víctimas tienen anulada su capacidad

de reacción. Una analogía que explica

muy bien este concepto es la de la rana

en la olla. Si arrojas una rana a una olla de

agua hirviendo, esta se da cuenta de que

se quema y saltará inmediatamente fuera.

Sin embargo, si la echas en agua fría y vas

subiendo la temperatura poco a poco, la

rana se irá aclimatando, no se dará cuenta

y acabará hervida.

El maltrato tiene una serie de

consecuencias psicológicas negativas en

las víctimas como la baja autoestima (el

clásico "quién me va a querer: nadie"); un

sentimiento de incapacidad para afrontar

la vida sin él ("dónde voy a ir sin él, no

puedo sola"); dependencia del

maltratador ("le necesito"); sentimientos

de culpa y vergüenza y miedos varios: a la

reacción del agresor, a que sus hijos e

hijas sufran, a perder la custodia, a no ser

creída.

8


Romina Castillo

Por Stephania Alcalá

La mujer que entreviste, es muy especial,

es valiente, fuerte y muy inteligente su

infancia fue muy difícil, nos comenta que

desde chica sufrió carencias, “mis papas

peleaban mucho y llego a presentarse

demasiada violencia hacia mi madre ,

pero a pesar de todo eso considero que fui

una niña feliz y mis padres trataban de

darme todo”, tenía muchas amigas y

jugaba con ellas casi todos los días, ella

recuerda mucho que le gustaba la navidad

y el día de reyes ya que gracias a los

esfuerzos recuerda que recibía muchos

regalos, “vivía con mis papas y mis

abuelitos y para mí eso era tenerlo todo”.

“Soy hija única entonces toda la atención

era para mí”, pero recuerda que sí, que

tanto hombres como mujeres se trataban

igual no había ningún tipo de

discriminación hacia una mujer.

Cuando le hice la pregunta que si alguna

vez se sintió lastimada se puso nerviosa y

con una cara de tristeza me contesto que

sí, “cuando mis padres se separaron mi

mamá se encargaba de llevarme a la

secundaria, recuerdo que nos teníamos

que ir en camión y todavía estaba oscuro,

yo traía falda, era el uniforme que me

tocaba, al momento de subirnos al

camión, no había asiento, teníamos que

estar paradas y recuerdo muy bien que el

camión traía unas luces azules, no se

podía ver gran cosa, en ese momento

sentí que alguien me estaba metiendo la

mano entre las piernas, llorando y

asustada le dije a mi mamá y recuerdo

que ella fue la única que me defendió,

golpeo al señor y lo bajo del camión”, fue

una experiencia mala para ella, comenta

que todo el camino se fue llorando ya que

fue algo vergonzoso y triste.

Está mal que el señor se quisiera

aprovechar de ella solo por ver que iba

vestida así o por verlas solas, o por el

simple hecho de que eran mujeres, pero

se defendieron y no se quedaron calladas.

“Esa experiencia me hizo sentir muy

molesta y triste, me daba miedo volver a

subirme a un camión y pasar por lo

mismo, era muy incómodo esa situación”,

se preguntaba por qué los hombres eran

así, por qué no podía respetar a una niña

de tan solo 13 años, pero se sentía

protegida por que sabía que su mamá la

iba a defender de todos, ahora cada que

se sube a un camión trata de quedar de

espaldas de una mujer y está bien eso,

pero que necesidad tiene de estarse

cuidando cuando se sube a los camiones,

lamentablemente existen muchos

hombres que no respetan y las mujeres

salen inseguras de casa.

“Yo creo que los sucesos de violencia si

influye en la pareja, si desde un principio

permites que tu pareja te hable con

groserías, te insulte, te grite aunque sea

en broma ya se está presentando la

violencia y más adelante eso aumentara y

es ahí cuando se llega a los golpes, en los

amigos creo que existen algunos hombres

que soy muy pesados con las mujeres

pero cada mujer debe poner un límite, lo

mejor es tener una buena amistad sin que

se lleven pesado porque luego eso afecta

y las mujeres van creciendo y piensan que

eso es muy normal”.

“Con la familia pasa lo mismo

lamentablemente existen muchas

mujeres que desde pequeñas ven

9


violencia contra su mamá, crecen y

buscan una pareja igual que las maltrate;

considero que esto se debe a que van con

la idea de que eso es normal de que los

hombres tienen el derecho de tratar así y

no están en lo correcto”.

Deben de enseñarles a las mujeres que

no tienen que ser maltratadas por ningún

hombre y a los chicos enseñarles que a

las mujeres no se les pega, ambos

merecen respeto.

Fotografía: Voz Esmeralda

10


La violencia y sus efectos

Por Betzabé Apango

En México de acuerdo con los resultados

de la Encuesta Nacional de Seguridad

Pública Urbana (ENSU) de enero a

septiembre del año en curso se estima

que el 9% de los hogares mexicanos

presentaron una situación de violencia

Familiar, a su vez estos datos muestran

que las mujeres residentes en áreas

urbanas son más propensas a sufrir algún

tipo de violencia (69.3 %).

La violencia no es uniforme y existen otro

tipo de violencia Naciones Unidas

considera que la violencia de género se

manifiesta de forma física, sexual y

psicológica, pero en la vida cotidiana

estos casos son muy frecuentes como lo

es el caso de Angélica quien es una mujer

de 50 años que durante gran parte de su

vida ha sido víctima de violencia ya que

cuando era pequeña sufrió del descuido

de sus padres, y aunque no le hizo falta

nada material careció de atención pues su

madre prefería cuidar de sus hermanos

mayores, tal descuido ocasionó que

repitiera 3 veces el primer año.

Conforme fueron pasando los años ella se

dio cuenta de la desigualdad que había en

su casa entre ella y sus hermanos pues su

padre les daba permiso a sus hermanos

de llevar a sus amigos a casa pero a ella

y a sus hermanas por el hecho de ser

mujer no, pues el hombre que llevaran a

casa era con el que debían casarse, de

igual manera Angélica por ser mujer era

violentada por sus hermanos, pues estos

le exigían que los atendiera y le decían

que era su obligación, pero si no quería

hacerlo ellos le pegaban.

Al ser víctima de esa violencia Angélica

decidió dejar los estudios pues no tenía el

dinero suficiente para trasladarse a la

escuela, empezando a trabajar en

distintos lugares en donde fue víctima

de violencia sexual, a su vez también fue

engañada, pues muchas veces la

contrataban y no le pagaban.

La situación de violencia y maltrato

ejercidas en su núcleo familiar le han

llevado a tener conflictos tanto con

su pareja como con sus hijos, ya que su

pareja es un tanto machista y por tanto

ella en la mayoría de las veces no puede

expresar libremente sus ideas, y es ella

quien debe hacerse cargo de su casa,

pues a sus hijos se les decía que ellos por

ser hombres no debían hacer deberes en

casa, dejándole toda la responsabilidad a

ella por ser mujer.

11


Cecilia

Por José Arce

Cecilia, mujer de 46 años de la Ciudad de México nos cuenta cómo fue su infancia en el

núcleo familiar. “Tengo dos hermanos y dos hermanas, el recuerdo de mi infancia fue muy

agradable y un poco tormentoso por los problemas de mis papas y discusiones en casa, el

trato en el hogar no era por igual ya que a mis hermanos y hermanas tenían diferentes

labores y papeles en casa, el comportamiento de mis padres iban más orientados hacia mis

hermanos varones, porque ellos nos cuidaban y decían que eran los “hombres de la casa”

En el transcurso del tiempo fui ignorada en mi empleo por los supervisores de área, por ser

mujer no me dieron la oportunidad de seguir laborando en la fábrica en la cual yo me

encontraba. “Los hombres siempre han tenido la facilidad de tener lo que ellos quieren, pero

nosotras las mujeres nos tenemos que esforzar el triple y sufrir rechazo laboral por

mentalidades machistas”

Nunca he sido violentada pero si intimidada ,el día en el que ocurrió recuerdo que me

hallaba en el metro de la Ciudad de México, al salir del vagón choque con un sujeto que

solo me miraba y me perseguía y no supe qué hacer , lo único que se me vino a la mente

fue ir con otro joven y decirle lo que me ocurría ,gracias a Dios no pasó a mayores, solo me

lleve el susto y un gran aprendizaje en mi vida, si me vuelve a suceder no debo de quedarme

callada y ayudar alguien que se encuentre en la misma situación .

“Esa experiencia me hizo sentir muy desesperada pero ahora sé que no estoy sola que hay

personas que siempre van a estar para ayudarme en estas situaciones”.

Los sucesos de violencia sí influyen mucho en tu entorno ya que uno se acostumbra desde

pequeño a ver los maltratos que reciben en ocasiones nuestros padres, arrastrando estas

situaciones en una edad madura y dejando que nuestra pareja nos trate de igual manera,

ya que lo vimos desde casa. Sí no erradicamos la violencia nos acostumbraremos a qué

nuestro entorno de amigos y familiares nos traten violentamente, es mejor asistir con algún

especialista para podernos quitar esa mentalidad de años atrás

12


Las cosas han cambiado

Estudiante brinda su opinión sobre la desigualdad de género

Por Daniel Camacho

Pamela Lizeth Rodríguez es

estudiante del tercer semestre de

Ciencias de la comunicación, del

Instituto de Estudios superiores

Rosario Castellanos (IRC), y ha

podido expresar algo de su opinión

sobre el tema de la desigualdad de

género entre los hombres y las

mujeres, por lo que a través de

algunas de sus comentarios y

percepciones sobre el tema a lo largo

de su experiencia de vida comparte su

visión con respecto a algunas

cuestiones referente a este tema.

La estudiante asegura que su infancia

fue bastante buena a su parecer, ya

que contaba con más y mejor

seguridad, pues declara que cuando

ella era niña, todavía tenía la

oportunidad de salir a la calle al

menos a la tienda y donde al menos

no existían tantos riesgos como

ahora, o al menos no había tanto

peligro como lo describe ella misma.

Asimismo, comenta que, durante su

experiencia de vida, no siempre se ha

tratado a la mujer de la misma forma

que a los hombres, pues ella pudo

percatarse de ello, iniciando por su

propia familia, en específico a través

de su madre, que le comentaba un

ejemplo a través de su bisabuelo,

quien describe que era educado a la

antigua, ya que se describe que este

tenía un concepto de la mujer muy fijo,

pues no le daba su lugar al tener un

pensamiento sobre que el hombre

debía mandar siempre.

Fotografía: pixabay

De igual forma, agrego que considera que las cosas han

cambiado, a comparación de otras épocas, o en concreto, ha

cambiado la manera en cómo se trata a la mujer de cierto modo,

pues al menos en el aspecto familiar, ya pueden dar una manera

de opinar o un lugar, y como parte de una familia, no como un

objeto, por lo que esa es parte de su opinión al respecto, sin

embargo, también comenta una posible situación vivida con

referente al ser violentada como mujer.

Pues comento que “el hermano de mi abuela, también me dijo que

una vez, que yo como mujer debía ayudar a la cocina, y yo me

quedé sorprendida”.

Aunque describe que esta situación no le molesto ni le pareció

agresión, realmente le había sido indiferente, aunque considera

también que quizás hasta cierto momento aún se conserva ese

tipo de pensamiento principalmente en personas que han recibido

una educación de ese tipo.

Por último, la estudiante opina que este tipo de sucesos o

conductas se ve principalmente en el entorno familiar, ya que es

donde se manifiesta esas ideas o en concreto esa educación

machista, por lo que la familia es la primera instancia donde se

demuestra eso, y piensa que aunque hay gente que cambia ese

tipo de pensamientos, posteriormente es principalmente por ese

factor, pueden llegarse a conocer personas así, aunque también

destaco que considera que depende de igual manera de la

educación recibida al igual que del entorno familiar.

13


Víctima de violencia psicológica

Entrevista a Samantha Serrano Barrera

Por Saraid Díaz

"Primero confías en ti, para poder confiar en alguien más"… Estas son algunas de las

palabras que manifestó Samantha durante la entrevista, quien desde su infancia, había sido

bastante complicada, sus papás se separaron desde niña y tuvo muchos cambios, no la

disfruto como un niño sino como un adulto con responsabilidades, en el seno de su hogar

eran más hombres que mujeres por lo que se le delegaba o cargaba el trabajo y

responsabilidades a la mujer que al hombre y se distinguía mucho el trato entre hombre y

mujer.

Samantha manifestó haber sido violentada de manera psicológicamente "con mi última

pareja tuve muy marcado la cuestión de los celos posesivos algo que se me quedo muy

grabado es que hasta cuando me cambiaba los aretes él pensaba que el cambio de aretes

es porque alguien más me había regalado algo o porque yo quería verme bien para alguien

" a pesar de que la violencia no fue física, no deja de ser violencia”.

Aún queda muy presente en su memoria

como eso le repercutió -"si me afecto

mucho porque me provoco que yo fuera

igual que él, en el sentido de que si tú me

haces yo te hago, estar viendo mi aspecto

a tal grado de hacer mis cosas para que

no le molestara y no poder hacer mi vida"

soporto toda esa situación durante 2 años.

Se fue dando cuenta poco a poco de cómo

esta situación se convertía en un tormento

“desde el momento en que se dan los

tipos de celos cuando ya de plano se

daban los insultos como era el cambio

radical, al principio era el ataque y

después del ataque ya estaba como si

nada como el ejemplo de un golpeador

cuando te pega y después es otra

persona, ese tipo de cosas me hizo ver

que algo no estaba bien y las

inseguridades que él tenía me las

transmitía y más esos cambios que él

presentaba y me parecían muy extraños"

Samantha opino acerca del maltrato hacia

la pareja, declaro que para ella es una

cuestión de cultura y de educación, algo

que es importante inculcar desde niños a

tus hijos comento: “lo más grande es el

cariño y el respeto como el de una niña si

juega con carros o como un niño que

juega con barbies no tiene nada de

malo” ella considera que desde ahí

empieza la cuestión de la educación o de

la igualdad de género por ende considera

que es muy importante y declara: “se tiene

que llevar desde la niñez inculcarlo a

nuestros hijos por que lamentablemente a

pesar del tiempo en el que vivimos hay

mucho machismo, como en el trabajo

existe mucho machismo en el sentido en

el que un hombre puede decir groserías

pero si una mujer lo hace, la tachan como

la peor y de su reputación, entonces es

algo que se debe de inculcar desde niños,

incluso entre mujeres no nos apoyamos

hay que hacer la igualdad pues también

hay violencia entre los hombres no solo

las mujeres debe de haber un respeto y

una armonía entre hombre y mujer”.

Acerca del maltrato conyugal comento

que, de la misma forma, es cuestión

desde la educación algo que se inculca

desde casa “lógicamente si un niño ve que

su papá maltrata a su mamá uno puede

por convicción cambiar a no seguir ese

patrón, pero existen otros que siguen ese

14


patrón porqué ven a su papá como un

ideal o como un ejemplo a seguir y ellos

tienen la ideología de que eso es lo

correcto, por eso es importante inculcarlo

desde la niñez” manifestó Samantha.

Desde el punto de vista de Samantha una

persona no puede ser maltratada por su

pareja pues manifestó en la entrevista que

no puede existir eso ya que una pareja es

un vínculo, en donde tiene que haber

respeto, y en el caso de que exista puede

llegar a ser un trastorno de la persona que

agrede, o de la educación que tuvo, así

mismo Samantha menciona que se puede

ver también hoy en día con hombres que

asesinan a las mujeres y esto no es algo

correcto o un tema que tenga que ser del

día a día, desde la perspectiva de

Samantha hoy en día se puede ver en

medios de comunicación radio, internet,

tv, como se ha inculcado que no estamos

solos y estamos para apoyarnos y

considera que ese apoyo siempre ha

existido pero lamentablemente cuando se

llega a denunciar en nuestro país no se

lleva a cabo la justicia pues existe mucha

corrupción.

En la parte final de la entrevista hizo

hincapié a manera de reflexión y consejo

para quienes están pasando por una

situación similar a la que ella paso, lo

importante es quererse a una misma, que

se amen estén siempre alerta en

situaciones de riesgo pues debe existir un

respeto mutuo, un amor mutuo, valores y

lo importante es darse cuenta cuando van

mal las cosas y aprender a decir no, a no

quedarse calladas por el miedo,

Finalmente menciono: “nacemos solas y

morimos solas”.

Hoy en día Samantha sigue luchando por

ser mejor y valorarse a sí misma, ha

sabido afrontar situaciones de su vida que

jamás hubiera imaginado, es un gran

ejemplo de valentía, Cabe recalcar las

palabras tan valiosas de Raimunda de

Peñafort “Cualquier momento del día o de

la noche es bueno para decir basta y

poner fin a una etapa de tu vida que

hubieras deseado no vivir”.

Cortesía: Saraid Díaz

15


La fortaleza en mí

Por Jesús Florentino

Mi infancia, fue una etapa muy bonita de

mi vida que hasta cierto momento me

desagrado por motivos laborales, pues mi

padre decidió crear su taller, donde vi

perdiéndole sentido a mi niñez, ya que a

mí y mis hermanos nos hacían trabajar y

no era cualquier trabajo, requería de

fuerza física, era sucio y sobre todo

absorbía el tiempo para mis padres,

hermanos y para mí.

Yo era la única mujer entre cuatro

hermanos, además era la mayor, tenía

una carga de responsabilidad desde muy

pequeña. Me hacía responsable de mis

hermanos menores, de la escuela y del

trabajo, hasta cierto punto no fue que no

haya disfrutado mi infancia, sino que me

hicieron ser adulto desde muy pequeña.

Mis padres al ser la única niña, me

restringían de muchas cosas como; salir

con mis amigas, ir de fiesta, tener novio o

amigos, me tenían sobreprotegida,

llegando al punto en que mis hermanos

tenían que acompañarme a todos los

lugares, no podía ir sola, siempre

acompañada, además de que mi mamá

no me dejaba vestirme como yo quería

siempre me vestían con ropa holgada y de

hombre, por su forma de pensar la cual

era “para que los chavos hombres, no se

fijaran en mí”.

Me privaban de muchas cosas que

cuando cumplí dieciocho, llegue al grado

de quererme ir de mi casa para tener mi

libertad, en ese entonces tenía novio y mi

salida más fácil fue: “quedar embarazada

y poder tener mi propia libertad” en ese

entonces creía eso. Pero ¡cuál fue mi gran

sorpresa! Mi novio, que se volvió mi

esposo porque nos obligaron a casarnos

por el embarazo, en la relación de

noviazgo era un hombre increíble, tierno y

cariñoso, cuando nos unimos en

matrimonio todo ese panorama cambio;

no sabía del verdadero hombre que era.

Entonces me salió como dicen

coloquialmente “el tiro por la culata”, no

conseguí libertad para vivir mi vida como

qería, sino ya con familia y no pude salir

de mi casa, porque mi esposo no tenía

nada que ofrecerme y por el hijo que

esperábamos nos quedamos en casa de

mis padres, unos cuartos que ellos nos

ofrecieron para poder vivir e ir saliendo

poco a poco.

Fue donde creo empezó esta violencia

hacia mí, yo cegada por el amor que le

tenía a este chico no me daba cuenta de

las formas que me iba maltratando. Yo

antes era muy conservada, tranquila y

creía que todo lo que hacía estaba mal,

pues mi forma de pensar era que siempre

iba necesitar de él.

Tras varios años sufrí humillaciones por

parte de su familia, porque para ellos era

una tonta, era una santurrona y era lo peor

para mi esposo en ese entonces creía su

familia. Siempre me hacían sentir mal,

pues el trabajo de mi papá, nos mantuvo

económicamente en esas épocas y creían

que me sentía por algo que no era mío,

ellos son una familia que vienen de

Puebla, con tradiciones y costumbres muy

arraigadas.

16


Siempre le hacían creer que él debía tener

control de mi vida, de la casa, de mi hijo,

y que nunca podría sobrepasarlo por ser

“el hombre de la casa”, todo el amor que

había existido se convirtió en celos,

obsesión, manipulación y sobre todo

violencia psicológica y física. En mis

tiempos no existía todo eso y no tenía

noción de lo que era, como ahorita en la

actualidad.

Sufrí varios años desde que nació mi hijo,

cuando salíamos no me dejaba usar ropa

que quería, decía que yo solo tenía que

estar a cargo de la casa y mi hijo, que le

tenía que tener la comida y la casa limpia

cuando llegara de trabajar; cuando él

bebía se ponía ebrio y por cualquier cosa

quería pelear, resultando golpeada,

insultada, igual que a mi hijo. Muchas

veces intervinieron familiares y amigos

cercanos a nosotros, ellos me decían que

me diera cuenta que estaba totalmente

cegada, que eso no era para nada amor y

que algún día las situaciones iban a ir

empeorando.

Tras todos esos hechos fui tomando un

carácter un poco más fuerte cada vez,

pues tenía miedo de ser una mujer sola y

de pensar el que dirá mi familia por el ser

una madre sola e independiente; pero fui

tomando valor cada vez que sucedía

algunas situaciones de esta índole. Opte

por trabajar e ir sacando gastos, porque lo

que él me daba no me alcanzaba ni para

una despensa básica, además de que mi

hijo iba creciendo y había más gastos por

cubrir. Aunque a mi esposo no le

parecieran las decisiones que iba

tomando, a pesar de los riesgos que

podían suceder, tomaba valor e iba

creciendo como mujer y persona; así que

trabajaba, cuidaba de mi hijo, me hacía

cargo de la casa, y su familia y él, lo veían

como insulto por el hecho de ser mujer y

querer ser mejor cada día, no conformarse

con poco y sobre todo con la vida que

decidí vivir.

Pasando los años decidimos tener un hijo,

pues mi hijo mayor pedía un hermano,

resulto ser una niña. Y sí, fue una decisión

increíble pero trajo repercusiones, pues

decían que iba ser un mal ejemplo como

mujer para mi hija, en esas situaciones

entendí que en lugar de deprimirme, me

hacían valer más como mujer y me hacían

fuerte al mismo tiempo.

La violencia nunca paro, pero ahora era

diferente pues no me dejaba, ya me

defendía; no agrediendo, sino llamaba a

patrullas, hablaba con su familia, de forma

que fuera para que se diera cuenta, fue

cambiando muy lentamente, pero seguía

en las mismas. Hasta que una ocasión

donde mis hijos ya eran grandes, llego

ebrio diciendo que lo había engañado y

que era una cualquiera, iba a golpearme y

mi hijo mayor salió a defenderme, tuvo

una riña con su padre, pero el llego a un

extremo donde iba apuñalar a su hijo al

encontrar un objeto punzocortante, mi

hermano y un amigo estaban en ese

momento y se dieron cuenta evitando una

posible tragedia.

Esa fue la última vez que deje que

sobrepasara el límite, desde antes fui

culpable por no ponerle el límite absoluto,

pero llego hasta ese momento donde me

di cuenta que no era mi libertad, que no

era lo que soñaba o esperaba, tomando

decisiones fuertes.

17


Hoy puedo decir que soy una mujer que

salió adelante, fuerte, decidida, que

entendí que la vida la elige vivir una, que

la cobardía no lleva a nada y que el hecho

de ser mujer, madre y diferente a muchas,

no quiere decir que sea malo, sino que es

nuestra propia vida. Y a mis hijos les he

enseñado eso, sobre todo que a una

mujer u hombre los respeten y les den su

lugar, teniendo respeto mutuo y que no

hay más poder en uno que en otro, que

somos iguales de chingones todos y todas

en este mundo terrenal.

“No tengas miedo, siempre habrá gente

que este contigo apoyándote; y no dudes,

porque podría ser tarde y tu vida no será

la que quisiste, sino la que decidieron para

ti. Ámate”

-Are Sap.

Fotografía: El Heraldo de Juárez

18


Por Andrea García

Salir adelante después de una violación

Alejandra García es una mujer de 48 años

de edad, con un hijo, es empleada y con

un nivel socioeconómico medio,

actualmente con un matrimonio de 13

años.

Su familia de origen estaba conformada

por 3 hermanas y 4 hermanos, los cuales

comenzaron a trabajar desde los 6 años

debido al poco ingreso que tenía su familia

en ese tiempo. Su padre era un tanto

machista, brindaba libertad a sus hijos

varones, ellos eran los únicos que podían

salir con chicas o a reuniones con sus

amigos, caso contrario de sus hijas, no les

permitía tener amigos y muchos menos

salir a reuniones. Los ideales de su padre

eran que los hombres de la casa tenían

superioridad ante las mujeres, ya que las

mujeres eran más débiles y solo servían

para ser amas de casa, a pesar de que

estudiaban su padre les indicaba que

debían conseguir un buen matrimonio

para que pudieran ser mantenidas y salir

adelante.

Cuando Alejandra tiene la edad de 19

años, decide salir con su novio de la

preparatoria quien abusa de ella

sexualmente con ayuda de tres de sus

amigos, era tonta e ingenua y pensaba

que estaba enamorada. El tormento para

Alejandra comenzaría desde ese día.

Alejandra tras estar la mayor parte de su

adolescencia encerrada en su casa,

decide salir con su novio, quien apenas

estaba conociendo, al igual que con sus

amigos, se preparaban para una reunión

de la preparatoria, durante el camino

pasaron por una barranca y fue en este

lugar cuando el tormento para Alejandra

comenzó. Su novio le agarro muy fuerte

del brazo y la beso, ella correspondió el

beso, pero comenzó a tocar sus glúteos y

subir su falda, lo cual le molesto mucho y

le indico que la soltara. Su novio se enojó

y juntos con sus amigos, toman

fuertemente a Alejandra para después

abusar sexualmente de ella por varios

minutos. Cuando por fin término la tortura

la dejan cerca de una piedra y la

amenazan para que no contara nada de lo

que había pasado, espantada regresa a

su casa como si nada hubiera pasado.

Alejandra tras pensar que le diría o

pensaría de ella su padre, decide

mantener su violación en secreto. Su vida

quedó marcada desde ese

acontecimiento tan espantoso, tenía

miedo de estar con un hombre a solas,

ella generalizaba a los hombres como

asquerosos y mentirosos, su vida había

cambiado por completo.

Alejandra decide salir adelante, tras todo

lo sucedido busca ayuda cuando cumple

26 años de edad, estaba cansada de

temerle a todos los hombres. Durante 2

años asistió con un psicólogo el cual le

ayudo a mejorar la relación que tenía con

sus compañeros de la universidad.

Alejandra se gradúa en esta edad y

conoce a la persona indicada para formar

una familia. Hoy en día es una mujer

empoderada, con una hermosa familia, un

gran empleo y sobretodo unas ganas de

salir adelante.

19


Joyce

Por Guadalupe García

Joyce Rojas Hernández de 39 años

Ingeniera en textil y confección, maestra

en la secundaria técnica N°86 nos cuenta

que su infancia fue linda ya que ella tuvo

la suerte de convivir con sus dos padres

los cuales nunca le dieron un mal ejemplo

y siempre contó con lo necesario, una

casa, comida, amor, estudios.

“Soy una persona privilegiada” pues

estuvo cerca de toda su familia, casi cada

semana podía ver a sus primos con los

que creció hasta la edad de 18-20 años

que fue cuando se tomaron un poco de

distancia y aunque en su familia nunca vio

ningún signo de violencia, comenta que

en su casa no se trataban igual a las

mujeres y a los hombres ya que “con mi

hermano y yo si había ciertas diferencias,

por ejemplo aunque cumplí la mayoría de

edad todavía tenía que pedir permiso para

salir y mi hermano no, el desde que

cumplió los 16 años, solo avisaba que iba

a salir y ya”.

Y aunque su infancia fue buena, ya

cuando hizo su vida independiente con su

exmarido y padre de sus hijo sufrió

violencia de su parte puesto que

“Desafortunadamente en una de sus

locuras, a causa de la bebida, se puso

más intenso, aunque él normalmente no

era una persona violenta pero en esa

ocasión si se violentó y si efectivamente

pues si tuve una situación compleja”.

Este suceso de violencia le provocó que

ella se sintiera vulnerable “aunque mi

mayor preocupación en ese momento no

era yo, si no mi hijo, porque yo decía,

bueno, yo como sea soy un adulto y puedo

obviamente intentar defenderme como

sucedió en ese momento, aunque yo no

agredí a esta persona, simple y

sencillamente pues trate de alejarme de

él, y pues obviamente en cuanto me aleje

de él, mi primera reacción fue jalar a mi

hijo y encerrarme en el cuarto próximo”.

Aunque tuvo la fortuna de poder huir de su

exmarido no todos los daños solo fueron

físicos, si no psicológicos ya que para ella

la paz y la tranquilidad se esfumó de su

vida y el miedo fue el que tomó las riendas

dado que “no sabes en qué momento va a

tener una inestabilidad emocional que lo

lleve a actuar de una manera tan negativa,

y aunque mi exmarido se disculpó

20


conmigo, yo no podía seguir viviendo así,

por lo que no tarde mucho en separarme

de él”.

Los recuerdos que tiene del episodio de

violencia no son nada agradables para

ella al contrario es un suceso muy

desagradable de recordar debido a que

“fue una situación difícil porque ya

teníamos un hijo y mi hijo

desafortunadamente presenció parte de

esa violencia que tuvo mi exmarido hacía

mí, entonces no es un recuerdo agradable

ni para mí ni para mi hijo, pues él era

pequeño y aunque yo quisiera que lo

olvidara, desafortunadamente tiene muy

buena memoria y lo recuerda con

bastante claridad. Después de ese suceso

si yo veo que alguien está siendo

violentado, me cuesta mucho no hacer

nada, la verdad es que no me gustan este

tipo de actitudes y procuro salir en

defensa de estas personas porque

honestamente en muchas ocasiones son

pequeñas o son mayores y pues si ellos

no se pueden defender, tiene que haber

alguien que los defienda y en mi caso el

haber tenido una estabilidad emocional a

lo largo de mi infancia sobre todo me

marco mucho, porque no era algo que

viera que sucediera en mi casa, mi papá

nunca violento de esa manera a mi mamá,

jamás le prohibió salir, jamás le prohibió ir

con sus amigas o con sus amigos, o

violencia física tampoco, de hecho creo

que son el mejor ejemplo que yo puede

haber tenido y obviamente al empezarlo a

vivir, lo que hice fue intentar alejarme de

esa situación, porque no era algo a lo que

yo estuviera acostumbrada y en la

actualidad no me gusta que exista esa

parte en la que se violenta a una persona”.

21


Una historia para no repetir

Por Andrés González

El día domingo 06 de diciembre de 2020,

se realizó una entrevista a la señora

Laurencia Estrada de 58 años de edad,

respecto al tema de violencia de género.

Se notaba el nervio y algo de incomodidad

por el tema de la entrevista, a pesar de

eso dio la entrevista, pues, aunque era un

tema difícil, no dignificaba que no podía

hacerlo.

Se realizó una serie de preguntas como:

¿Cómo fue tu infancia? ¿En tu casa se

trataban igual a las mujeres y a los

hombres? ¿Alguna vez has sido,

maltratada, violentada o lastimada por ser

mujer u hombre? ¿Cómo recuerdas que

fue esa experiencia?, ¿Qué te hizo sentir

y cómo piensas que te afectó? ¿Crees que

los sucesos de violencia influyen en las

relaciones que entablas con tu pareja,

amigos y familiares?

Contestó todas las preguntas, y aunque

con titubeos continuo, pues superó el

miedo de hablar al respecto. Así que

animé a saludar y hacer lo que en

cualquier entrevista se pregunta, lo que es

el saludar, y preguntar cómo se

encontraba ese día, a lo que me respondió

que bien. Le expliqué la temática de la

entrevista y el sobre que iba a tratar, es

decir de la violencia de género, y la

primera pregunta fue ¿Cómo fue su

infancia?

de 8 años con su papá. Le pregunté si en

su casa se trataban igual las mujeres y los

hombres, si había equidad o se trataba

igual a uno y a otro. A lo que me respondió

que se trataban de ni uno más, ni uno

menos. Me atreví a preguntar si alguna

vez ha sido, maltratada, violentada o

lastimada por ser mujer, agredida o

insultada.

Me respondió que, por ser mujer, sí. La

violencia que sufrió al ser golpeada,

recordándola como una experiencia muy

fea y que la afectó psicológicamente,

dejándola con un trauma y miedo de

haber pasado por toda esa situación. A

pesar de haber pasado por todo eso no

cree que esa situación influya en la

relación que tiene actualmente con su

pareja, con amigos y familiares. Me dijo y

la citó; “No, porque no voy a incluir eso

con mi pareja. Hay personas que a veces

si los maltratos influyen en las parejas, es

decir como si yo fui maltratada por cierta

persona no por eso voy a maltratarlo. A mí

me pusieron a trabajar y todo eso,

tampoco yo a tus primos los puse a

trabajar para que me… ósea… no quise yo

repetir mi vida en ellos, que fueran

diferente su vida de ellos hacia lo que yo

viví.”

Me respondió que bien, se basaba en

estudiar, jugar y trabajar, pues comenzó a

trabajar desde niña en el campo a la edad

22


“Mis hijos estaban chiquitos y no por eso a tus primos les iba a decir “saben que, se me

ponen a trabajar porque tu papá no trabaja y así como no tengo dinero, y de donde saco

dinero, yo vi como pude sacarlos adelante, pero para que no al rato ellos sintieran lo que a

lo mejor yo lo sentí, y que ellos sintieran lo mismo, mejor así. Dije yo sabré como salir

adelante con ellos, pero no quiero repetir mi historia en ellos”.

Finalmente terminó la entrevista, y notaba en su rostro una cara del recuerdo de aquel

momento tan desagradable. Agradecí por su tiempo, y nos despedimos.

23


Una infancia con creencias

Por Héctor González

La infancia de Margarita

Vega fue dura, aun

viviendo con carencias,

ella disfruto de su niñez,

ella dice: “Podíamos salir

a la calle, teníamos un

horario para regresar a

casa, cuando mi padre

regresaba ya teníamos

que estar en la casa; si él

llegaba y no estábamos

en la casa nos pegaba”

ya que ella vivía con su

padre, hermanos y

hermanas, era una de las

hermanas menores, su

madre falleció cuando el

hijo más chico nació, ella

tenía un año de haber

nacido.

En su juventud fue

reprendida por su padre,

a veces por situaciones

injustas; sus hermanas y

hermanos también

sufrieron agresiones,

menciona que las

mujeres se dedicaban a

hacer los quehaceres del

hogar y los hombres iban

a realizar trabajos

pesados con su padre, si

no llegaban a hacer las

actividades o seguir las

órdenes, eran golpeados;

nos cuenta cómo le

afectó cuando su padre le

pegó en la calle: “Fue un

momento muy incómodo

para mí.. Llegó a afectar

mi autoestima, me

generó miedo e

inseguridad, me

golpeaba sin importar las

personas alrededor,

actualmente está

superado, me hizo una

persona fuerte”

La autoridad era el papá,

muchas veces llegaba a

la casa ebrio y de mal

humor, Margarita y sus

hermanos tenían que

esconderse para evitar el

encuentro con él; las

hermanas mayores se

dedicaban a cuidar a los

más chicos y a trabajar,

las mujeres no podían

tener amigos hombres,

estaba prohibido. Los

hombres si podían salir y

regresar a la hora que

querían, los varones

tenían permitido hacer

ciertas actividades, en

cambio las mujeres no.

A pesar de sufrir en

muchas ocasiones y vivir

una etapa difícil cuando

su madre no estaba para

cuidarlos, ellos se

mantuvieron firmes,

siguieron adelante a

pesar de las

adversidades, la

desatención de su padre

les ayudó a forjar actitud

dura, al día de hoy las

hermanas mayores son

los pilares fundamentales

de la familia, mi madre se

superó a sí misma,

gracias al apoyo de sus

hermanas, ella salió

adelante, al igual que los

demás hermanos.

Actualmente Margarita

tiene 50 años, mantiene

un trabajo estable y tiene

tres hijos, no siente

rencor hacia su padre, ha

pasado momentos

difíciles, como todos en

algún momento de

nuestras vidas, pero ella

se encuentra agradecida.

24


Cortesía: Laura Hernández

Paremos la violencia, abramos los ojos

Por Laura Hernández

En este artículo se presentara una investigación realizada a la

entrevistada “Brenda Ramírez”, exponiendo las características y el

análisis de datos de la entrevista, donde nos hará mención un

poco de cómo fue su infancia, cómo la vivió y con quién,

mostrándonos un poco de la experiencia que ella ha ido

experimentado a lo largo de su vida, compartiéndome una

anécdota que vivió a lado de su pareja Jaime, que como menciona

ella, jamás quisiera que una mujer pasara por lo que ella paso

“Violencia”, mostrándonos una actitud tranquila donde nos da una

reflexión sobre la misma.

Brenda vivió su infancia junto a sus padres Sofía y Salvador, tiene

dos hermanos, una hermana mayor llamada Mariana, un hermano

menor llamado German y Brenda la hermana de en medio, vivía en un ambiente sano, las

tardes eran increíbles porque jugaba con sus primas y sus hermanos a las escondidas, a

atrapados, a bailar, a cantar, salían a comer juntos, salían al parque a jugar en los juegos.

Ella vivió muy feliz en su infancia, paso por momentos inolvidables junto con su familia, vivía

con sus abuelitos y uno de sus tíos. En su casa se llegó a mostrar el machismo, porque las

labores de la casa solo las podía realizar su hermana y ella, a su hermano no lo dejaban

realizar estas actividades, pues según sus papas las mujeres solo debían de dedicarse a la

casa y los hombres no debían de hacer nada.

La adolescencia que Brenda paso fue

bonita, la primara la curso en solo 4 años

en una escuela, porque su mama decidió

comprar una casa en Ixtapaluca en donde

decidió llevárselos a vivir, era muy difícil

para Brenda y sus hermanos porque

debían de pararse temprano para irse y

llegar a la escuela, así continuo los dos

años que le faltaban para terminar la

secundaria. En la preparatoria decide

estudiar en un Cetís la carrera de

contabilidad en donde empezó a juntarse

con amistades que no le iba a favorecer

en nada, nos platica que no termino la

prepa por andar en el despapaye, pues

simplemente prefería no entrar y quedarse

con los amigos ya sea afuera del escuela

o en alguna casa de ellos.

A los 21 años empezó una relación con

Jaime, después de un tiempo Brenda de

22 años de edad decidió salirse de su

casa para juntarse con su novio,

recientemente habían cumplido un año de

ser novios. Vivian en la casa de la mama

de su pareja, en donde ella platica que al

principio de la relación todo era diferente,

el mostraba una actitud de amor hacia

ella, en donde ella estaba segura de su

amor por él, al paso del tiempo Brenda se

iba dando cuenta de las actitudes que

Jaime su pareja llegaba a tener hacia ella.

25


Los días pasaban, reuniones en familia

pasaban y Brenda jamás se llegó a

presentar a ninguna, los días eran

diferente, Brenda ya no era la misma, su

pareja poco a poco la controlaba, llegando

al nivel de no permitirle ver a su familia, le

prohibía maquillarse, entonces su familia

se iba dando cuenta de lo que sucedía con

ella, pero Brenda no quería darse cuenta,

ella pensaba que era su forma de

quererla.

Esto era el principio de una relación que

poco a poco fue destruyéndose por los

malos tratos y violencia que se vivía, al

paso del tiempo Jaime empezó a tomar

una actitud pésima con Brenda, llegando

al grado de los golpes, donde por primera

vez permitió Brenda un golpe de Jaime

hacia ella, no quería darse cuenta de que

él no la quería, pero ella seguía ahí

aferrada, Brenda iba a ver a su mama

cuando podía y cuando Jaime le daba

permiso; un día su familia se encontraba

ahí, ella iba con moretones y su familia la

interrogaba pera ella mentía por estar bien

con él, decía que se había caído, y las

mentiras para cubrir a Jaime fueron

creciendo, al nivel de que Brenda ya mejor

prefería no ir a ver a su mama para que no

la interrogara.

Su vida ya no era la misma, llego el día en

que Brenda recibió golpes fuertes, que

hicieron que ella valorara más su vida, y a

su mama que día y noche se preocupaba

por ella, le pidió ayuda a su mama y su

mama con gusto se la brindo, decidió

llevarla con sus abuelitos, en donde

actualmente vive, menciona que gracias a

esa separación ella ha podido valorar más

la vida, y se ha sentido mucho mejor

porque ya no recibe golpes ni

humillaciones por parte de él.

Brenda se encuentra laborando, se ve

contenta y feliz, la vida que ella llevaba no

era la adecuada, pues las mujeres

debemos de ser respetadas, de ser

valoradas, ella es una gran ejemplo de

una adolescente que muy joven sufrió

violencia por parte de su pareja, es

importante que nos debemos cuenta que

una persona cuando te valora, no te pega

ni te daña emocionalmente.

Brenda nos comenta que la experiencia

que ella tuvo no quisiera que ninguna de

las demás mujeres pasará por lo mismo

que ella, fue triste que permitiera que su

pareja le faltara al respeto, ella siente

coraje por haberlo permitido, que le hayan

faltado al respeto, porque nadie merece

un mal trato.

Esto que le llego a pasar a Brenda no le

afecto con la relación que tuvo con sus

familiares, ni amigos porque al menos su

familia siempre la apoyó, pero comenta

que si ella en algún momento encuentra a

una pareja, no volvería a permitir que le

hagan lo mismo e incluso no le volvería a

tener la misma confianza.

Es importante hacer mención que la

violencia de género es un tema que

debemos de parar, nosotros como

sociedad debemos de cambiar al mundo,

las mujeres que son violentadas sufren un

gran trauma, donde las llegan a lastimar

no nada más físicamente sino

emocionalmente y es importante que

nosotras como mujeres paremos esta

situación; si en casa tenemos un esposo o

pareja que golpee, no lo permitas,

denúncialo o simplemente aléjate de lo

que te está causando daño.

26


La violencia de género puede llegar a causar hasta la muerte, las personas enfermas de

celos no llegan a pensar en las consecuencias que puede causar, y en algunas ocasiones

pueden llegar a matar por celos u obsesiones.

Debemos de respetar a nuestro alrededor, mostrando el cariño, el respeto y el amor que

cada uno merece, nadie merecer ser maltratado, nadie merece sufrir o recibir golpes y

humillaciones porque esto causar bajo autoestima hacia las personas que lo permiten.

Foto: iStock

27


Siendo una víctima más

Por Amalinalli Herrera

Soy Marisol, una chica

que ha sufrido de

violencia, y me gustaría

contar mi historia.

Recuerdo que desde la

infancia fue bastante

difícil para mí, ya que mi

papá se deslindó de mi

crianza y la de mis

hermanas, con una

madre soltera que

trabajaba desde las 8 de

la mañana y llegaba

después de las 9 de la

noche, yo tuve que hacer

de mamá para mi

hermana menor hasta

que ella entró en la

secundaria y mi mamá

comenzó a trabajar

desde casa. Además,

sufrí la pérdida de mi

abuela materna quien era

la que veía más por mi

cuando no estaba

trabajando. (Queda un

momento de silencio)

[…] Como tal en casa

no existía la cuestión de

la desigualdad, nos

trataban por igual puesto

que únicamente

figuramos mujeres dentro

del hogar, solo éramos mi

mamá, mis dos

hermanas menores y yo.

Muchas veces, he sufrido

de acoso callejero

innumerables veces,

llegando incluso a los

altercados físicos con

hombres por tocamientos

inapropiados hacia mi

persona o la de mi

hermana (suspira). He

tenido parejas muy

violentas que me

golpeaban y ejercían

violencia psicológica en

mi persona, además de

trabajos donde por el

simple hecho de ser

mujer solo podía aspirar a

trabajos relacionados

con la limpieza.

(Expresión de enojo).

Incluso todavía recuerdo

el primer altercado físico

que tuve, eso fue porque

un hombre de

aproximadamente 50

años le tocó una pierna a

mi hermana, al

confrontarlo sólo se río de

mí y fue cuando me lancé

a los golpes. Termine

algo lastimada, pero él no

se fue limpió. Desde ahí

ya no me dejó de ningún

hombre, solo estoy

cansada del acoso y del

maltrato.

El retrato de los hombres

frente a las mujeres

víctimas de violencia, el

reflejo nunca vuelve a ser

el mismo.

[…] Por mis

experiencias de violencia

con mis parejas pasadas,

cada que alguien con

quien salgo me levanta la

voz (aunque no sea

intencional) me llegan

crisis de ansiedad y

llanto, solo la experiencia

pasada me ayuda a lidiar

con el dolor del acoso

callejero, pudiendo

ayudar a otras chicas que

sufren lo mismo en la

calle.

28


El orgullo de la igualdad

Por Paolo López

Mateo Flores, un orgulloso hombre homosexual de 36 años de edad, es Ingeniero Civil y

con una especialización en Fotografía, cuenta con múltiples reconocimientos por su labor

fotográfica, al ser parte de campañas sociales para la ONU o CNDH, es actualmente un

hombre libre que está enfocado en su salud mental y en dar a conocer su experiencia para

las nuevas generaciones.

Hijo único de Martha Ramírez y José

Flores, al ser el único hijo del matrimonio,

nunca careció de nada, solo de

aceptación, ya que sus padres le

prohibían expresar lo que en verdad

quería, y era su gusto por las cosas rosas,

de niña (juguetes, ropa, gustos), es ahí

cuando el Mateo niño no entiende él

porque era mal visto por sus padre, las

acciones que el joven niño quería.

El Sr. José Flores hizo siempre hincapié

en la vida de Mateo para que siguiera su

camino como Ingeniero Civil, además de

que el padre de familia era muy

conservador, ya que para él, su esposa se

debía de encargar solamente de su hogar

y de atender correctamente a los hombres

de la casa, esto interviniendo en la vida

laboral de la Sra. Ramírez como Lic. En

Derecho, haciendo que su esposa se

encontrara limitada en la toma de

decisiones.

Al “salir del closet”, Mateo es rechazado

por muchas personas, sufre de violencia

verbal, acoso en lugares públicos, golpes

y hasta un apuñalamiento, además de

haber sido criticado constantemente en su

trabajo por no “cubrir” con el perfil

solicitado laboralmente solo por ser gay.

Al comenzar con su especialidad en

Fotografía, Mateo conoce a su ex

prometido Julián, quien era asesor digital

de una agencia de publicidad, Mateo sin

saber bien de Julián, decide irse a vivir con

él, pero lo que no sabía era que su pareja

en ese entonces era una persona violenta,

posesiva y drogadicta, que abuso de él

sexualmente en muchas ocasiones

durante 5 años, además de violentarlo

física y mentalmente.

Paso mucho tiempo para que Mateo

alzara la voz y le dijera a su mamá por

todo el tormento que él vivió con Julián, la

Sra. Ramírez fue un parteaguas en las

decisiones de Mateo, ya que le hizo ver

que su hijo no estaba valorándose como

persona y que si seguía así, el

posiblemente podría morir si continuaba

con esa toxica y dañina relación.

Desde ese entonces Mateo denuncio a su

ex prometido, y Julián recibió una

condenada de muchos años por violencia

y abuso sexual.

Es importante señalar que Mateo desde

aquel momento en su vida tomó terapia y

para él es muy relevante el amor propio y

la estabilidad emocional de cada persona,

y en especial de la comunidad LGBT, que

al no ser tan reconocidos en la sociedad,

también se vive violencia de todo tipo, ya

que como Mateo menciona: “todos somos

humanos”, pero no debemos permitir que

nadie nos haga daño, ya que no somos

dependientes de nadie.

29


Diferencia: hombres y mujeres

Por Fernando Martínez

Era tarde ya, tenía que

hacer una entrevista

sobre perspectiva de

género, y decidí llamar a

una conocida que yo

sabía que su familia tenía

algunas tendencias de

micromachismos. Le hice

una

llamada,

explicándole los motivos

de la misma, diciéndole

que necesitaba hacerle

una pequeña entrevista

de manera académica, a

lo cual ella acepto, le

pregunté si se podía

hacer por videollamada o

en persona, ella me dijo

que mejor en persona, a

lo que hicimos una cita

rápida y fui a su casa. Era

tarde, como las 7 de la

noche aproximadamente

y empecé la entrevista en

su recamara, nos

sentamos en unas sillas

que ella tenía y le dije lo

siguiente:

“Te voy a hacer una

pequeña entrevista sobre

violencia de género, me

gustaría que me

respondieras de la

manera más sincera

posible, si gustas puedes

dar tu nombre, si no,

usaremos un seudónimo,

es con fines académicos

para una tarea. Podemos

empezar, diciéndome tu

nombre y tu edad.” Su

cara de asentamiento me

hizo entender que iba a

usar su nombre real, a lo

que después acerté y me

dijo que tenía 24 años y

ya había terminado una

licenciatura. Le pregunté

cómo había sido su

infancia a lo que me

contestó que fue muy

tranquila, pero a pesar de

ello tenía ciertas

represiones por parte de

sus padres ya que le

exigían un cierto nivel de

perfección, no le

permitían equivocarse, y

si lo hacía era reprendida,

a diferencia de sus

hermanos, que ellos

podían hacer lo que ellos

querían, a ella si se

equivocaba incluso

llegaban a pegarle, hasta

por el más mínimo error.

Decidí entonces hacerle

una pregunta relacionada

con lo que me había

contado a lo que le dije

Su respuesta me

sorprendió porque a

pesar de que ya no

estamos a principio del

siglo pasado, se seguían

repitiendo los patrones

que incluso se ven en las

películas viejas, trataré

de citar lo que me dijo

para tener mayor claridad

en su respuesta:

“Realmente no si había

una diferencia, teníamos

y hasta la fecha, tenemos

que hacer actividades

que los hombres no están

acostumbrados a hacer,

por ejemplo, algunas

tareas del hogar, como

poner la mesa, servirles

la comida, y hasta

lavarles la ropa”

Le pregunté que a cuáles

“hombres” son a los que

les tenía que “servir” a lo

que me dijo que a todos

con los que convivía

incluso, no solo a los de

su familia, sino también a

las visitas. Ya entrando

en este tipo de

preguntas, le pregunté si

alguna vez había sufrido

algún tipo de violencia

por el simple hecho de

ser mujer, a lo que me

dijo que sí, su respuesta

me sorprendió, puesto

que me di cuenta de que

las mujeres sufren mucho

por el simplemente hecho

de ser eso “mujeres”, Me

contó una anécdota que

no tenía mucho que le

había sucedido, trató de

que en alguna ocasión

30


llegó del trabajo a su

casa, y un taxista la

empezó a acosar, y ella

sentía mucha impotencia

ya que no vestía nada

provocativo, y se dio

cuenta que en la ciudad o

en cualquier lado siempre

iban a ser acosadas por

la mayoría de los

hombres.

Después de su historia

me dijo que sentía ya

mucha inseguridad de

salir a la calle si alguna

vez quería ponerse

alguna falda o vestido, ya

que a los hombres se les

hacía “provocativo”, ya

que en aquella ocasión

solo llevaba un pantalón

y suéter holgado, y aun

así la acosaban Ya casi

terminaba la entrevista a

lo que concluyó en un

comentario que me dijo

que no se le hacía justo el

trato que incluso en su

familia le hacían sentir

hacia los hombres

haciendo de cierta

manera menos a las

mujeres, y teniendo los

roles de género que se

han tenido desde hace

tantos años. Al terminar

la entrevista nos

levantamos le agradecí el

tiempo prestado por la

pequeña entrevista, me

acompañó hasta la

puerta de su casa y

terminó todo ahí.

Fotografía: semFYC

31


Ser mujer, también deja una huella de violencia en la

niñez.

Foto: VNA

Por Marlene Mejía

Desde sus orígenes, la mujer ha sido

sometida a cumplir ciertos roles en

específico tales como: realizar las labores

domésticas, educar a sus hijos y procurar

a su marido. A diferencia del hombre, que

es quien goza de más derechos y

oportunidades para avanzar, para crecer,

pues es quien ha tenido autoridad sobre la

toma de decisiones en cualquier ámbito.

Lamentablemente a la mujer siempre se le

ha subestimado por el simple hecho de

ser mujer y peor aún es que se ha

victimizado a través del “machismo”, si no

cumple con ese rol, que ha ido

transcurriendo de generación en

generación. Tal es el caso de “Anita”, una

mujer de 45 años quien relata cómo fue su

infancia y bajo qué circunstancias vivía,

pues inicialmente nos comparte que fue

víctima de la violencia de género: “Mi

infancia fue muy triste porque mis papás

querían más a mis hermanos que a mí, me

pegaban mucho y me decían entenada,

me humillaban diciéndome que era una

inútil, que no sabía hacer nada.”

También comenta el motivo por el que

sufrió maltrato; tristemente “ser mujer” fue

lo que desgracio su infancia y dejó una

huella de violencia en su vida, pues

menciona que su padre en especial

esperaba que ella fuera un varón. “Mi

papá siempre me decía de cosas, me

maltrataba y me recalcaba que cuando mi

mamá se embarazó quería que yo fuera

niño. Yo sufría demasiado al escuchar

eso, me dolía más que los golpes”

En cuanto a su aspecto estético en su

infancia manifiesta que le cortaban el

cabello y tenía una apariencia varonil.

Pero a pesar de ello su padre siempre le

exigió cumplir con su rol de género. Esto

quiere decir que tenía la obligación de

32


realizar las labores domésticas junto con

su madre y atenderlo. “Mi papá era muy

machista nunca lo vi hacer quehacer, a

mis hermanos los trataban diferente,

gozaban de privilegios por el simple hecho

de ser hombres, uno de ellos por tener

una discapacidad, lo consentían y

procuraban inmensamente”.

A comparación de mí, nunca me querían

ver sin hacer nada, siempre tenía que

estar haciendo alguna labor doméstica,

¡reprimió mi libertad!, jamás me dejó ir a

fiestas, hablar con compañeros hombres,

vivía con miedo.” Además, comparte su

primera experiencia en la que fue víctima

de violencia y que marcó su vida y su

memoria por completo: “La primera vez

que sufrí violencia fue cuando mi mamá

me baño en el lavadero con agua fría y de

tan fría que sentí el agua me bajé del

lavadero y me subió jalándome de los

cabellos otra vez.”

Ella menciona los sentimientos que

provocaron en ella esta situación las

cuales fueron, de humillación, de tristeza

y frustración. Además de que

constantemente su madre se desquitaba

con ella cada que tenía una discusión o

era violentada por su padre. Añade que

en ese entonces quien se percató de la

situación fue un albañil que estaba

construyendo parte de la casa de sus

papás, quien la defendió a lo que su

mamá le respondió: ¡Usted no se meta en

lo que no le importa!, Yo trato a mi hija

como yo quiero, y si quiero me la trago”

Indudablemente una situación muy

lamentable, tuvo que pasar por muchas

situaciones de ese tipo. Ella descansó

hasta que se casó y asegura que a pesar

del trauma que le causó este tipo de

sucesos que le tocó vivir, no influyen hoy

en día en las relaciones que entabla con

su familia, su pareja, y sus hijos. Al

contrario, ella dice que procura mucho a

su familia, la defiende y la protege para

que no vivan por lo que ella pasó durante

su infancia y su juventud.

33


Cómo la manipulación afectó la vida de una joven

Por Sara Méndez

La violencia de género, constituye un

atentado contra la integridad, la dignidad

y la libertad de las mujeres,

independientemente del ámbito en el que

se produzca. Actualmente las cifras por

denuncias y abusos hacia la mujer han

incrementado hasta ser un tema de gran

relevancia e interés social.

Se realizó la presente entrevista a una

mujer con el fin de conocer si en algún

momento de su vida ha sufrido algún acto

de violencia.

Nos describe que su infancia fue

agradable llena de juegos y diversiones. A

su vez, menciona que en su casa se

trataban igual a las mujeres y a los

hombres, debido a que lo veía con sus

primos, ya que, cuando se quedaban los

trataban a ella y a su hermana por igual.

Comenta que hace un tiempo sufrió de

una situación de maltrato. Misma que le

afectó mucho, porque la primera vez que

la tocó físicamente, creyó que cambiaría,

sin embargo, no hubo un cambio, “así era

solo que no se mostraba como era, pero

yo sabía que no debía quedarme ahí”.

La segunda vez, fue una relación dañina

porque él tenía un grado de manipulación

fuerte, que le llegó a afectar debido a que

desarrolló un apego a tal grado que pensó

que no podía estar sin él. A su vez

menciona que realmente no era así, no se

sentía a gusto con ella misma, dejó de

sentirse feliz, “no disfrutaba ni la comida,

estaba viva pero me sentía sin vida”.

Por último considera que los sucesos de

violencia influyen en las relaciones que

entablas con tu pareja, amigos y

familiares porque generan mucho miedo,

a tal grado, que pensó que todo sería igual

a lo que había vivido antes, “no confiaba

plenamente en las personas, piensas que

te volverán hacer daño y no disfrutas la

compañía que generan.”

La violencia hacia la mujer no debe verse

como un acto normal entre parejas, todos

tenemos la responsabilidad de denunciar

cualquier acto de violencia de los que

seamos testigos o bien víctimas, solo así

podrá lograrse una erradicación de la

violencia.

34


Por un mundo sin machismo

Por María Mendoza

Buenas Noches, hoy nos encontramos

con Brenda Sánchez Soto, una madre

de 28 años, que nos contara como ha

sido víctima de violencia de género,

uno de los grandes problemas que

enfrentamos en la sociedad. Los actos

de violencia contra las mujeres y las

niñas son a la vez una expresión y una

manera de reforzar la dominación

masculina.

Mi infancia es una de las etapas las cuales

no me gusta recordar, ya que sufrí por el

hecho de ser mujer, por otra parte, mi

padre era una persona machista al igual

que mis demás hermanos, a mi corta edad

ellos querían que yo les sirviera la comida,

en sus habitaciones, incluso lavarles la

ropa, y si no lo hacía mis padres me

llamaban la atención, incluso me llegaron

a levantar la mano por el hecho de no

hacer lo que ellos me pedían,

En mi casa nunca nos han trato igual,

incluso hasta la fecha mi mamá, sigue

aguantando su forma de ser mí de papá.

Recuerdo que siempre tuvimos que

aguantar sus ofensas por parte de mi

padre o hermanos, incluso ellos nos

decían a mí y a mis hermanas, que los

hombres eran para trabajar, no para andar

barriendo, o lavando trastes, que mientras

ellos llevaran el dinero a la casa podían

hacer y deshacer en la casa, incluso si

queríamos salir con algunas amistades

no, nos dejaban salir, decían que

dejáramos de perder el tiempo que

nuestra única obligación era tener la casa

limpia.

A la edad de 15 años quede embarazada,

y pude lograr salirme de mi casa, para no

vivir esa tormenta, afortunadamente mi

maternidad me ayudo a salir adelante,

para decidir por mí y no dejar que ningún

hombre me tuviera como su esclava,

porque así me sentía viviendo en mi casa,

cuando me enteré que estaba esperando

un varón, desde muy pequeño le enseñe

los deberes de la casa, que el ayudarme

en la limpieza no lo hacía más ni menos

hombre, y así fue, el hecho ver todo lo que

viví me di cuenta que tenía que ser muy

fuerte, sin embargo tenía miedo a trabajar

porque creí que, me tratarían mal por el

hecho de ser mujer. Pero jamás he sido

maltratada, violentada por mi género, de

hecho, siempre me han tratado con

respeto, amor.

La discriminación de género es un

elemento central en la comisión de todas

las formas de violencia contra las mujeres

y las niñas refuerza las obligaciones de

los estados para trabajar hacia la

eliminación de la violencia contra las

mujeres y las niñas como parte de sus

responsabilidades para proteger y

35


promover los derechos humanos

universales.

Pienso que los sucesos de violencia que

entablas con amigos o familias, vienen

desde una educación desde casa, porque

un hombre o una mujer no te va tratar mal,

si ellos en su casa no ven esos ejemplos,

entonces, yo propongo apoyar a las

mujeres y niñas víctimas de la violencia,

ya se trate de violencia doméstica o en el

lugar de trabajo, por ejemplo, asegurando

que tengan acceso a la justicia, a refugio

y a protección.

Pero para romper el ciclo de la violencia

de género, las intervenciones políticas

deberían centrarse en el largo plazo,

cambiando aquellas normas sociales que

son discriminatorias, cerrando las brechas

de género existentes en el nivel educativo,

económico o social, y creando una mayor

concientización social acerca de la

violencia de género. Recordemos que la

violencia tiene sus raíces en los

desequilibrios de poder y desigualdad

estructural entre hombres y mujeres.

36


Procesos de la vida

Por Teresa Montes

Pilar Martínez Cronque nos cuenta de su

historia. Cuando ella era muy chica, es

hermana mayor de un hermano el cual se

llama Oliver, ellos son cuidados por su

abuelita por parte de su mamá. Cuenta

con un padre ausente, -“no sabía en ese

entonces quien era mi padre”-. Cuando

ella era niña su infancia era buena, su

mama les pudo dar lo que se podía, dice

que a veces creía que su infancia no fue

tan bonita, por la falta de su mamá ya que

trabajaba, y su papá en ese entonces no

existía.

El rol de padre lo hace su abuelito,

desafortunadamente muere cuando ella

cuenta con dos años. Crece sin un padre,

gracias a su mamá ellos pueden salir

adelante, también cuentan con el apoyo

de su abuelita materna. -“mi abuelita

siempre estuvo al cuidado de nosotros,

apoyo mucho a mi mama y también

gracias a ella ahora estamos aquí”-. La

relación con su padre fue nula, ya que su

papá no interactuó con ellos, esto se debe

a que su papá es casado, -“aunque cuento

con los apellidos de mi papá, no tenía

ninguna relación con él, mi papa se fue

cuando yo tenía tres años al mismo

tiempo que mi hermano nació”-.

Cuando pasa el trascurso de la niñez y

empiezan las preguntas más frecuentes

que un niño puede hacer son las

preguntas de ¿Dónde está mi papá? A ella

le empiezan a dar esta información de su

padre a la edad de 6 años cuando ya

empiezan a identificar a su familia, esto

crea que a lo largo de su vida no exista un

padre para ninguno de los dos.

Su familia más cercana la hacen

consciente de que no cuenta con un padre

desde muy pequeña, su hermano no tiene

los apellidos de su papá (los dos tiene el

mismo papa) -“mi papá solo tuvo un

amorío con mi mamá, podríamos decir

que solo fue un encuentro casual por casi

cuatro años y después desapareció de

nuestras vidas”-. Su madre siempre

estuvo con ellos, aunque hubo problemas

en donde se sentía presionada, siempre

su motivación son sus hijos, cuenta con el

apoyo de sus hijos y Pilar cuenta con el

apoyo de su madre.

El trato que les dios su familia siempre fue

igualitaria en donde su abuelita les

enseño que el respeto y la igualdad era

importante, afirma que en su familia nunca

hubo discriminación de género, aunque al

seguir platicando con ella nos dice que si

ha sufrido comparaciones con las demás

mujeres.

Estas comparaciones se dan por parte de

su abuelita, cuando se encuentran en la

calle le dice que se tiene que vestir como

una “chica normal” o muy femenina, le

hace comentarios de que deje de comer,

que ella debe estar delgada. Hasta la

fecha la sigue comparando, -“cuando me

comparan con otras personas, me hacen

sentir mal”-. Aunque ella afirma que no le

afecta pero que en un tiempo atrás

cuando recién empezaron a ver las

comparaciones si le afectaron, -“me siento

bien con su mi cuerpo, mi forma de vestir

37


y si he tratado de adaptarme a la moda,

pero no es lo mío”-.

Tuvo una relación toxica, la cual sufrió

mucho por parte de su expareja, -“en esta

relación yo era muy sumisa y le decía que

si a todo ya que no quería que se enojara

conmigo, llego al grado de hasta

revisarme el celular para saber con quién

hablaba y me mensajeaba. La relación

consistía en celos y posesividad”-. Las

demostraciones de celos empezaron por

parte de él, su pareja le decía que estaba

con otra persona, le decía que ya estaba

con un chico, siendo un amigo.

Le aclaro a su pareja, en ese entonces,

que no se encontraba con nadie más que

con él, por el momento, -“era muy

controlador”-, hasta cuando hablaba con

su mamá. -“En una escala del 1 al 10 un 9

era toxico”-.

-“termine esta relación cuando abrí los

ojos, y me di cuenta que no necesitaba

estar con una persona como él”- (Pilar

habla de su expareja en anonimato), hace

mención de que si su mamá no le pega,

menos va a dejar que otra persona la

maltrate, habla de que si sintió el haberlo

dejado, -“le llore como magdalena”-.

Después de terminar la relación se dio la

ocasión de que el la buscara, con el afán

de volver con ella, -“me rogo, me dijo que

el cambiaria, pero si pasa una vez, pasa

una segunda vez, aunque a base de esta

experiencia no creo volver a caer en una

situación igual o similar”-, fue una mala

forma de aceptar a una persona así.

-“Los sucesos de violencia influyen

bastante en las parejas, amigos y en la

familia ya que las malas palabras llegan a

lastimar, y más cuando es una persona

muy cercana, creo que en el futuro puedo

hacer la diferencia ya que intento alejarme

de las personas, que no te ayudan a salir

adelante, esto yo lo hice separándome de

ellas, más que nada marcar un límite y en

el mejor de los casos desaparecer de la

vida de esa persona toxica”-.

En un tiempo más a futuro, les enseñara a

sus hijos a respetar y ser respetados, a

ser igualitarios y que todas las personas

tiene el mismo valor siendo hombres o

mujeres.

Los tratados hacia su hermano fueron

iguales a los tratos que a ella le dieron, -

“mi hermano es más tranquilo que yo”-. En

el ámbito estudiantil fue alocado en el

periodo de preparatoria era rebelde, se

dio un caso de los dimes y decires, con

una compañera que tubo,

desafortunadamente la compañera de

Pilar y ella llegaron a ser un problema de

burlas hacia las dos y llego el momento de

hablar con los padres de ellas y llegar al

acuerdo de firmar una carta compromiso

para dejar este problema y poder

solucionarlo.

En el tiempo que se da este problema, se

da el regreso de su padre a su vida, ella

dice que es un tema delicado ya que pues

fue difícil el aceptar el por qué no estuvo

con ellos desde el principio. -“la verdad yo

busque a mi papá, la curiosidad mato al

gato”-. Lo busco para saber el por qué los

dejo, en la búsqueda lo logro localizarlo

mediante Facebook, -“al principio me

acerque a el no siendo yo, creo un perfil

falso y a base de eso se dio la cercanía

con su papá, mi padre solo me reconoció

a mí y a mi hermano no, teniendo en

cuenta que el nombre de mi hermano para

él era otro”- .Su papá habla del

arrepentimiento que se tiene ya que no los

busco, aunque ella asegura que el no

quiso buscarlos ya que sabía en donde

vivían y sabia de su existencia.

38


La mención de ellos en la vida de su papá

fue que si tenía tres hijos reconocidos y

dos más se encontraban en la sombra.

Este tema es muy delicado ya que ella

recalca varias veces que no los intento

buscar, no les dio la cara cuando ellos

necesitaban de él en su niñez.

Pasaron los años y nunca hubo interés por

parte de su padre, cuando se da el

momento y el tiempo de la mención de su

padre, su mamá es un factor clave ya que

su mismo padre se contacta con su mamá

para poder darle la noticia, a sus hijos de

la reaparición de su padre, aunque su

mamá no sabía de nada hasta que su

padre se contacta directamente con la

madre de pilar. La reacción de su madre

cuando se da este contacto fue neutra ya

que es consciente de que en algún

momento se tenía que dar este

reencuentro con ellos, aunque Pilar dice

que su hermano tiene resentimiento ya

crea una idea de que lo van a preferir más

a el que a ella, cuando no es verdad.

Pilar asegura que siempre va a poner a su

madre primero antes que todo. –“La actitud

de mi hermano la vi de forma muy madura,

aunque decidió mantenerse al margen y

con respeto”-, hacia su padre.

Pilar también nos habla acerca de la

orientación sexual que tiene su madre, su

madre es lesbiana aunque muchos

piensen que no ya que cuenta con dos

hijos, su reacción ante este suceso ya que

ella se dio cuenta de las acciones que

tenía su madre, aunque la persona que no

lo tomo bien fue su abuelita (mamá de su

mamá), ya que es una persona con la

mente muy cerrada, -“siento que la cultura

de antes si afecto mucho con las personas

que vivían bajo el margen de la iglesia”-.

Al principio de dar esta noticia la familia de

su mamá la trato mal ya que los ideales de

antes eran muy cerrados, aunque asegura

que ella y su hermano tomaron esta

noticia con bastante madures y aceptaron

la orientación sexual que su madre tiene.

-“Hasta ahora me he dado cuenta de

bastantes cosas, a mis 21 años he tomado

buenas y malas decisiones, en algunas

decisiones me he topado con la pared y

otras afortunadamente me ha ido bien, le

agradezco a las personas que me han

ayudado a salir a delante como lo son mi

familia y mi amiga, los cuales nunca me

han dejado sola y siempre me han

apoyado en mis decisiones”-

Aunque este tema es muy reservado en la

familia ya que su abuelita no sabe de la

reaparición de su padre, actualmente su

abuelita se encuentra en un estado de

salud grabe ya que sufre de la presión y

noticias impactantes puede a llegar a

afectarle en su salud.

39


Cuatro vidas

Por Ingrid Navarro

Para esta entrevista, busqué la opinión de

varias personas para obtener una idea de

su forma de vivir, una de las personas fue

un gran amigo de la preparatoria, donde

me platico que su infancia fue buena,

complicada en ocasiones ya que su mamá

es madre soltera y tenía que trabajar y

quién lo cuidaba a él y a su hermana era

su abuela, jugaba con su hermana y un

primo que, aunque tenían sus discusiones

a los pocos minutos volvían a jugar como

si nada hubiese pasado.

En su casa los roles de las mujeres y

hombres era marcado en la época de su

abuelita pero con su mamá al ser madre

soltera los roles se cambiaron, sus

abuelos preparaban la comida al igual que

su mamá, nunca observó que hubieran

discusiones; al momento no ha sido

violentado por el hecho de ser hombre, en

lo personal, es alguien que no le gusta

discutir, en sus relaciones siempre ha

tratado de solucionar todo con diálogo, ya

que cabe la posibilidad de que él no haya

visto algo que la otra persona sí, he sido

testigo de que es una persona muy

tranquila y nada violenta.

Sin embargo en la búsqueda de más

personas que me permitieran hacerles

unas simples preguntas encontré a dos

mujeres, una de ellas sin querer al tratarla

me percaté que a diferencia de mi amigo

ella si ha sufrido violencia, me comentó

que su infancia fue muy buena y fue muy

feliz, criada por su abuelita, ya que igual

que con mi amigo su mamá también fue

madre soltera, pero en su caso al ser de

provincia, tiene algunas ideas un tanto

anticuadas.

La obligaron a casarse a la edad de 16

años ya que se encontraba embarazada

de su primer hijo y durante su matrimonio

sufrió violencia, dicha experiencia la hizo

sentir que dejó de ser humano y solo se

convirtió en una esclava, que lastimó a

sus hijos y su familia. Obviamente esta

violencia le ha dejado huella en ella

después de su divorcio tras 16 años de

matrimonio ha sido madre soltera, ha

vuelto a tener parejas, aunque sigue

siguiendo el patrón de buscar alguien que

la termine lastimando.

La segunda chica que me apoyó con su

testimonio, es una chica que ha visto más

violencia en comparación, en su caso no

solo ha vivido violencia física, también

violencia psicológica en el noviazgo. Ella

vivió una infancia normal, tranquila, lejos

de la violencia, me platico que uno de sus

primeros novios era más grande que ella

sin embargo él siempre la cuido y

protegió, diciéndole que nunca permitiría

que ningún hombre le pegará, al paso de

los años, ella conoció a un chico con el

que tenía muchos planes, pero que

siempre la cuestionaba sobre sus

actividades y en su momento le pidió que

borrará fotos de sus redes sociales

porque para él eran penosas.

Ella cuenta que lo hizo para darle gusto a

su novio, tuvieron problemas como

cualquier pareja, por lo regular todo

problema terminaba teniendo la culpa

ella, así hasta que terminaron, ella

siempre tenía la culpa de todo, esa culpa

y ruptura de relación la llevó a la

depresión durante estos años, hasta hace

poco fue que se dio cuenta que esa

culpabilidad por la ruptura no había sido

su culpa, gracias a un violentómetro,

40


observo que algunos detalles de ese

noviazgo habían sido eso, violencia.

Mientras que la violencia física la vivió por

parte de un desconocido, al levantar la

denuncia en el ministerio público, se

encontró con un médico legista que dijo

que no presentaba golpes que provocaron

daños a corto plazo y que un

enrojecimiento en la mejilla donde tuvo el

golpe no era nada, por lo cual no tuvo una

denuncia formal.

Después de escuchar los testimonios de

los entrevistados y sobretodo el de las dos

chicas, puedo darme cuenta que en

nuestro país si no muestras una herida

que ponga en riesgo tu vida las

autoridades no hacen nada al respecto.

41


Desde ojos inocentes

Por Jorge Pérez

A veces la vida es muy diferente a los ojos

de un niño, puesto que no existe maldad

alguna que los corrompa, pero cuando se

crece, los recuerdos que se tiene de la

niñez van cambiando, dándote cuenta que

en varias ocasiones viviste alguna

situación traumática y más si hubo

agresión hacia una mujer.

Esta es la infancia de un chico mexicano,

cuando era niño no tenía en mente lo que

era la violencia de género, conforme fue

creciendo entendió que no todo era color

rosa, él era el segundo hijo de dos

hermanas, siempre vivió rodeado de

mujeres, puesto que la mayoría eran de

género femenino, era de una familia muy

tradicional donde su núcleo se componía

de mamá y papá. El terreno donde

decidieron construir su hogar, fue

compartido con la familia de la esposa,

para que de esta manera se pagara

menos, así que para el chico fue una

fortuna que siempre tuviera a los primos

cerca, pero a pesar de que él jugaba a la

comidita con sus primas y hermanas,

siempre existió esos clichés de que por

ser hombre le tocaba interpretar al papá.

Conforme fueron creciendo los miembros

del hogar, las mujeres tenían que ocupar

el rol que les tocaba, dentro de la sociedad

o eso se pensaba en la familia, ya que

como se mencionó, era muy tradicional. A

las mujeres se les enseño a cocinar, hacer

el quehacer y a lavar, mientras que, al

chico y sus primos, les toco que les

enseñaran las labores más pesadas de la

casa, cabe mencionar que por ser

hombres se les enseño también a que

nunca deben de llorar o mostrar alguna

debilidad enfrente de alguna persona.

Los recuerdos que él tiene en la vida

escolar no son muy gratas, debido a que

sufrió de Bullying, como siempre los

chicos más grandes trataban de imponer

sobre aquellos que eran inferiores a ellos

y aunque el trato de acusarlos con algún

profesor, era totalmente inútil ya que por

el simple hecho de que era un niño, tenía

que aguantar los golpes y afrontar los

problemas. Afectándolo en su crecimiento

como adulto, volviéndolo un poco

insensible y falta de confianza en sí

mismo, pero a pesar de dicha situación, él

nunca perdió la empatía, lograba entender

lo que era sufrir de algún tipo de violencia

y como te llega afectar.

Empatizó con muchos movimientos

actuales, también nunca se cerró a las

amistades con pensamientos diferentes al

suyo, gusta de los debates y poder llegar

a una conclusión que satisfazca su

necesidad de entender las situaciones

sociales que afecta en el país.

Por lo que, si se quiere cambiar este país,

se debe empezar desde casa, ayudando

con el crecimiento de los hijos, quitando

estereotipos y dejando que exploten su

creatividad, a los niños siempre los han

trato de una forma muy delicada, incluso

llegando a tratarlos como inocentes que

no entienden nada, cuando la cruda

realidad es que entienden todo a la

perfección.

42


Vivir sin miedo

Por Mauricio Ramírez

Mi nombre es Jakelyn, tengo 19 años, y actualmente me

encuentro estudiando la carrera de mis sueños, vivo con

una familia unida y feliz, pero en mi vida no todo es color

de rosa.

Lamentablemente vivo en un país y una sociedad donde

es desventaja ser mujer, todo viene desde la educación

que recibimos, ni en mi familia me salvo del trato

machista, que parece cotidiano, de niña no podía jugar

a las luchas o con carros, porque si se hace eso eres

menos mujer.

Les quiero contar una experiencia que viví hace unos

meses, me afectó por completo, ahora dudo de mis

habilidades laborales, tengo el temor de salir a la calle,

tengo traumas, me afecta conocer nuevas personas o

intentar volver a trabajar.

Todo comienza cuando ingreso a una panadería, al

llevar poco tiempo comienzo a notar un trato diferente

al de los demás compañeros, estaba en un lugar donde

las mujeres no recibíamos bonos, simplemente el

sueldo base, cuando todos los hombres sí.

Era la nueva y los encargados me pedían favores, yo lo

creía normal y sabía que daban pagos extra por estos,

así que por necesidad me dispuse a realizar mandados

y peticiones externas al trabajo, llegaba temprano todos

los días y era muy amable, para ganar esos premios. Lo

aterrador llegó cuando me enteré de que para poder

recibir esos "premios", tenía que realizar más favores,

el pago extra me lo darían hasta que me entregara un

encargado, me dio mucha rabia y temor, al principio

tenía que darles besos, eventualmente, tendría

relaciones sexuales con alguno de ellos en contra de mi

voluntad. Tenía que hacer eso para ganarme el nombre

y el bonus de "empleada del mes".

Yo no iba a soportar eso y por mi bien decidí salirme de

ese lugar, lamentablemente, una amiga, fue abusada,

la obligaron a besarse con un encargado asqueroso,

gracias a Dios no pasó más.

Fotografía: Instituto Laboral

Eso no acaba ahí, en la escuela

también he sufrido mucho acoso e

insinuaciones de maestros y

compañeros.

Tengo que estar cada vez más

alerta, hasta hoy me he salvado,

pero quizá un día no sea así.

Tengo miedo de ser mujer, de salir

de mi casa y no poder volver.

Desearía vivir en otra realidad, en

una donde pueda vestir como yo

quiera, sin recibir acoso, salir de

fiesta con amigas, sin ninguna

preocupación, podría expresarme

como quisiera, viviría por fin en

paz, viviría sin miedo, disfrutaría la

vida.

Cómo mujeres debemos unir

fuerzas, no hay que quedarnos

calladas, así como yo hay muchas

más que sufren día con día, quiero

decirles que no están solas, a

pesar de que las autoridades no

hagan nada, nosotras sí.

43


Los demonios de un amor

Por Óscar Ramírez

La infancia de esta mujer fue de una

manera regular siendo en su tiempo un

gran reto, ya que su familia no contaba

con los recursos económicos suficientes

debido a ser la mujer de tres hermanos

mayores, a pesar de eso sus padres

siempre buscaban la manera de sacarlos

adelante. Tanto en el medio académico,

así como artículos personales con ello

inculcando el valorar de las cosas y

apreciar lo que la vida pone su camino por

vivir como si no hubiera un mañana.

En su hogar siempre existió un respeto

entre padres y también como hermanos,

logrando un lugar de confianza y

tolerancia sin importar que nada más

fueran dos mujeres en casa. Al pasar de

los años fue maltratada y lastimada su ex

– esposo el padre de su única hija,

comenzando los maltratos quince días

después del matrimonio, debido a que su

ex pareja tenida problemas con el alcohol

ocasionándole un efecto negativo en él.

Su ex marido se convirtió en otra persona

al no estar en casa en días ya que

después de su trabajo se iba con sus

amigos a tomar a altas horas de la noche.

Al principio no le daba la importancia pero

llegó el momento donde comenzaba a

gritar, aventar las cosas del hogar e iniciar

golpeando a la mujer un par de veces.

La mujer de aun seguía con él debido que

a pesar de todo lo sucedido aún le

recordaba al hombre al que conocí y se

enamoró. Pero toda persona tiene su

límite, al vivir con él de diez a doce años

aproximadamente no pudo más

separándose definitivamente.

Ha tenido suficiente por lo vivido ya que al

menos se le ha presentado dos veces y

siempre presentó una denuncia cada vez

que se encontraba desesperada por ella y

su hija. Afortunadamente su hija nunca

sufrió de las malas experiencias y

maltratos por las que tuvo que pasar su

madre. Debido al esposo que no le

permitía vivir en paz a la mujer, sin dejarla

salir o estar en ningún lado, sin importar

donde se encontraba.

Al punto de insultarla y amenazarla, pero

ante estas amenazas lo encontró en casa

ya de noche, su ex pareja estaba muy

asustado y confundido por su alto nivel de

alcohol aprovechando esto a su favor para

que su amiga de la mujer la ayudara a

escapar, sus amiga la estaba esperando

afuera de su hogar para escaparse de ese

infierno.

Fue una experiencia muy desagradable

para ella debido que tuvo mucho tiempo

suportando mucho sufrimiento y la

persona que más quería se convirtiera en

otra persona, pero muy en el fondo sabía

lo que estaba sucediendo no era correcto

para ella ni para nadie, eso no es vida

llena de maltratos y sufrimientos. A tal

punto de hacerla sentir menos

afectándola demasiado, el miedo y a la

vez coraje la fue invadiendo poco a poco.

Con ello también le afectó de manera

psicológica, de tal grado que aun todavía

eso lo tiene muy presente, sin embargo

trata de que ya no le afecte, al menos su

familia y personas a su alrededor la

ayudaron más de una forma dejando todo

ese dolor en el pasado.

44


Es posible superar los traumas y los sinsabores que

tiene la vida

Por Rubí Ramírez

Realice esta entrevista a Daniel Arturo

Cano Tolentino quien es habitante de

Poza Rica Veracruz, donde trabaja como

paramédico además de desempeñar

distintas actividades donde logra apoyar a

otras personas, al preguntarle sobre cómo

fue su infancia, él me comenta que;

“Tuve una infancia con muchos dogmas

por parte de mi padre y lamentablemente

son situaciones que te marcan en tu

desarrollo, porque esa violencia que yo

viví no me hacía encontrarme capacitado

para asimilar citaciones de esa

naturaleza”

Considera que no fue mala su infancia

pero estaba muy lejos de ser buena y que

existía una diferencia entre el trato que

recibía su hermana y el trato que recibía

él, siente que él fue el más perjudicado, el

trato era muy discriminatorio y denigrante.

Fue maltratado y violentado por su propio

padre, siempre tenía maltrato físico y

psicológico, marcando su desarrollo

dentro de la sociedad, estas experiencias

lo hacían sentirse inseguro, huraño, sin

poder tomar decisiones por sí solo.

Actualmente considera que esos traumas

y lo que vivió ahora le sirven de

experiencia para ser mejor individuo,

mejor ser humano, hoy en día se ha

reinventado y es mejor persona en todos

los sentidos, nos comparte que;

“Al principio me resultaba incómodo

hablar sobre estos temas, pero hoy que

soy una persona con criterio propio, me

considero un líder de opinión, ya no me

molesta porque he entrado en una fase de

catarsis, donde yo me he reinventado y he

dejado esas secuelas que me ha dejado

la violencia infantil. A estas alturas ya no

representa un daño o una incomodidad, al

contrario me agrada que estas

experiencias traumáticas sirvan de una

aportación a la sociedad, para que vean

que si es posible superar estos traumas,

estos sinsabores que tiene la vida.”

Daniel Arturo ya cambió de página y cerró

ese ciclo, tiene otra mentalidad y por

supuesto trata de no repetir los mismo

patrones de conducta que le tocó vivir, su

padre fue muy duro y muy complicado con

su persona de alguna forma le sirvió para

que su carácter se fortaleciera y hoy más

que nunca se siente con la facilidad de

poder expresar que todas las experiencias

que lo marcaron cuando era niño ya

quedaron en el pasado. Nos comparte

una experiencia que tiene muy marcada

que es;

“En alguna ocasión a él quisieron

agredirlo con un arma de fuego y yo actué

de forma intempestiva y me puse frente a

su agresor y frente a mi padre, justo en el

medio; y cuando esa misma situación

pasó, pero ahora yo era el perjudicado,

aunque no fue con un arma de fuego, mi

45


padre en lugar de haber hecho lo mismo

él se deslindó de lo que me pasara. Como

podrás darte cuenta No tuve la misma

Su padre siempre fue muy tirante, había

mucha distensión, había incluso temor

hacia él y de lo que aprendió fue que “Lo

que no te mata, te hace más fuerte”, así

fue que sobrevivió, se reinventó, se hizo

mejor individuo y en la medida que fue

creciendo fue entendiendo muchas

situaciones de la vida. Hoy puede decir

con mucha satisfacción que ya todo eso

quedó superado y si llega a mencionarlo

no es porque le duela sino para que quede

testimonio de lo que vivió y que sea de

utilidad para otras generaciones.

De ninguna manera actuaría igual, ya que

no tendría sentido las experiencias que

correspondencia, o sea fue casi la misma

circunstancia y no actuamos de la misma

manera.”

tuvo, habría vivido en vano si él tuviera el

mismo comportamiento que tuvo su padre

con él y no quiere eso para su familia. Por

otra parte él moldeó su carácter y

recuerda una frase de su padre que dice

“El pan ajeno, hace al hijo bueno” pero él

no coincidía con esa idea, aunque de lo

que está seguro es que su infancia

hubiera sido menos accidentada si su

padre hubiera tenido una actitud más

positiva hacia él.

Él es una persona diferente “quizás no

mejor, pero si distinto.”

Fotografía: Infobae

46


Eterna pesadilla

Por Fabiola Reyes

La violencia de género sigue siendo un

problema muy grande, han pasado

muchos años desde que la mujer se ha

levantado a gritar que está harta de los

tratos que se les daban, dando un vistazo

al pasado uno se da cuenta cómo es que

las mujeres no tenían ningún poder, ni

mucho menos palabra o influencia en

nada de los aspectos más importantes, no

se tenía el derecho absolutamente de

nada, solo eran vistas como un

complemento del hombre y no como seres

humanos, como tal solo eran como

trabajadoras sin paga para los hombres,

pero en estos tiempos ha cambiado un

poco todas estas características y claro,

ya se observa una mejora entorno a como

las mujeres se relacionan con el mundo,

ya se tienen aspectos buenos y

beneficios, ahora ya se tiene voz, aunque

aún se muestra un grado alto de violencia

contra esta, pero… ¿Existiría alguna vez

una forma de concientizar a los hombres

acerca del problema, que se está

generando? Cabe mencionar que la

violencia de género no solo se da para el

sexo femenino, esto aplica para todos,

tanto hombres, como mujeres, que alguna

vez han sufrido de violencia de género y

ahora es tiempo de hacer un cambio.

Una manera de tratar de erradicar esta

problemática sería sin duda alguna, poder

dar a conocer como es la vida de una

persona que ha sufrido violencia de

género y los problemas que pueden

desarrollar a lo largo de su vida. Por eso

el 29 de noviembre del 2020 me he dado

a la tarea de platicar con una gran amiga,

la cual para proteger su identidad he

decidido, no mencionar su nombre. Ella

ha sido víctima de violencia de género por

parte de algunas personas de su entorno

y amig@s y me he adentrado un poco en

su vida y con su autorización he decidido

escribir un poco de todo lo que ella ha

vivido.

Le comenté un poco de lo que yo quería

hacer con la entrevista que estaba a punto

de hacerle y ella un poco temerosa y con

una sonrisa me dijo; que no habría

problema, el que se diera a conocer lo que

ha vivido y que esperaba que su historia

pudiera ayudar a otra gente a que ya no la

sufriera.

Comencé preguntándole que, ¿Cómo se

sentía? me dijo; que ahorita sentía una

sensación extraña, ya que todos los

problemas que ha tenido a lo largo de su

vida, la convirtieron en una persona muy

insegura, la cual tenía miedo de salir a la

calle, de conocer a personas y de abrirse

sentimentalmente y que en distintas

ocasiones ha pensado en una manera de

salir fácilmente de todo lo que la rodea y

que ha contemplado el suicidio en más de

una ocasión y aunque ha recibido ayuda

de distintos lados, hasta profesional no ha

logrado cambiar tanto; se le notaba en la

cara que estaba sufriendo el tan solo

hablar de cómo ha sufrido

constantemente.

Le pregunté ¿Cómo había sido su

infancia? y me contestó que; dentro de lo

que cabía suponía que mal, que

obviamente no todas las etapas que ha

47


vivido en su vida han sido tan feas, pero

que, al recordar es más fácil que recuerde

lo malo de todo, me dijo que sufrió de

bullying por distintas cuestiones como su

aspecto físico, la forma de vestir y de

actuar, pues le gustaba jugar con cosas

de niños y que su familia no tenía

problema en eso, pero en la escuela

constantemente sus amigos la tachaban

de “marimacha” y la criticaban por querer

jugar futbol o hacer fuercitas con sus

amigos, a comparación de sus amigas

que jugaban a peinarse y a maquillarse,

que hasta ahora ella no ha sostenido

ninguna relación con nadie, ya que se

siente menos y al igual a tenido malas

experiencias.

Al contarme todo esto, se notó que se le

hizo un nudo en la garganta y se esforzó

mucho por no llorar y justo cuando iba a

preguntarle otra cosa, ella me dijo;

“también he sufrido de abuso sexual”,

cuando yo tenía como 5 años, recuerdo

que un primo más grande que yo, me hizo

tocar su pene, me quede sorprendida con

lo que me estaba contando, así que le

pregunte que, ¿Cómo después de 15

años se acordaba? y su respuesta fue

impactante, me dijo; que realmente no se

acordaba del hecho en cuestión, sino que

cuando iba en la secundaria ella empezó

a tener sueños muy extraños y no podía

dormir y en su sueño ella veía como su

primo, la obligaba a tocar sus partes

genitales, que despertaba muy asustada y

que veía clarito como sucedía todo pero

nunca lo habló con su familia, hasta que

en una ocasión su madre le preguntó que

si alguna vez algún familiar le había hecho

daño, a lo que le contesto que ¡No! y que

porque le preguntaba eso y en eso

recordó sus sueños tan raros que tenía y

su mamá le dijo; “bueno es que si tu

sufriste algo, con alguien, quiero que me

lo digas, para poder proteger y a tu

hermanita pequeña” y le hizo una

pregunta ¿A poco a ti te gustaría que lo

que sufriste tú lo viviera tu hermana? Me

dijo que sintió un hueco en su pecho y que

le contestó que de ninguna manera

permitiría eso.

Su madre se dirigió a ella y le dijo el

nombre de su primo, ella se quedó

congelada y le preguntó ¿qué pasaba con

él? y su madre le contó una historia, la

chica me dijo que sintió algo horrible en el

pecho, sintió como su mundo dio vueltas,

se le congelaron sus manos y empezó a

llorar, pero… ¿porque lloraba? Bueno,

resulta que lo que le estaba describiendo

su mamá, era lo que cada noche la

atormentaba, pues era lo que ella soñaba

y entonces, al terminar de oír a su mamá,

se dio cuenta que no era un sueño que

nunca había pasado, sino solo una

horrible experiencia, que poco a poco su

memoria lo borro… pero no por completo,

pues se presentaba en las noches en

forma de una pésima pesadilla.

Le pregunté que, si ella le contó a su

madre en ese momento, lo que soñaba,

me dijo que no pudo hacerlo, pues le daba

48


mucho miedo, contarle y que hasta la

fecha su mamá, no sabe que ella soñaba

con todo lo que ella le contó. Su historia

es algo muy fuerte y que casi nadie se

atreve a querer dar a conocer, por miedo

a todo lo que se les dirá, y como la

sociedad lo vera, ya que, regularmente se

dice que las mujeres son las culpables de

un acoso sexual o algún tipo de violencia.

Le pregunté; ¿En tu casa se trataban igual

a las mujeres y a los hombres? Y me dijo

que no, pero no tan mal como a visto en

otros lados, ya que en su casa y su familia

las mujeres son muy trabajadoras, pues

su abuelita las crio mayormente sola, y

ella trabajaba al igual que se encargaba

de la casa, me dijo; que su familia era muy

libre, no te juzgaban por querer jugar con

juguetes de niños o así, y que en su casa

su padre es genial, ya que también

colabora con las cosas del hogar y cuida

de ella y de su hermanita, que sí, sus

padres cuando era ella chiquita discutían

y se golpeaban ambos, (al contarme esto,

la chica sonrió y se rio) y dijo; ahí creo que

no hay violencia de género, porque

ninguno se dejaba, (al oírla me hiso reír,

por la forma en que me lo contó) le hice

otra pregunta y le dije; y ¿tus padres

siguen siendo igual? A lo que me dijo con

una gran tranquilidad y una sonrisa

pintada en su rostro; claro que no, si

tienen peleas como en todas las parejas,

pero que ya no se pegan, ni se insultan,

que ahora cuando se enojan, solo su

padre regresa al trabajo y en la noche que

llega, ambos relajados hablan y se

reconcilian.

Me dijo que sus padres la protegen mucho

y son las personas por las que sigue

tratando de luchar y seguir adelante, pero

que le dolía fingir que estaba bien y más,

porque sus padres saben que no estaba

bien, pues en ocasiones se encierra en su

cuarto, y no tiene ganas de bañarse,

platicar y que se encierra en su mundo y

ya en varias ocasiones su mamá le ha

pedido perdón por no saber cómo

ayudarla y que eso le daba mucha

tristeza, pero no sabía cómo cambiar o

mejorar de alguna manera, le dije que si

ella necesitaba ayuda de alguna otra

manera y me dijo; lo siento pero la ayuda

que necesito, solo puede venir de mí, y

que está sacando sus fuerzas para seguir

adelante, le dije que no podía comprender

en su totalidad lo que había vivido, pero

que imaginaba que ha sido muy fuerte su

experiencia, me dijo que sí.

En seguida le hice otra pregunta, ¿Aparte

de esa experiencia con su primo ha sido

violentada por ser mujer? y me dijo que sí,

que ya en el transporte público le habían

tocado su cuerpo, le pregunté;

¿Recuerdas esas experiencias? A lo que

me contestó que sí, que recordaba la

mayoría de esas experiencias y que le

causaban dolor, pues recuerda cómo su

cuerpo era tocado y que en el momento

ella no se dejó, pues siempre que ha

sufrido de que toquen su cuerpo en el

transporte o en cualquier otro lugar sin su

autorización, les ha respondido con un

golpe y groserías, pero que al finalizar los

golpes, se siente muy débil y que la

mayoría de las veces termina llorando.

Finalice la entrevista con un gracias y

dándole distintas informaciones acerca de

programas que he visto, que son de

ayuda, aun terminando de la entrevista

decidí quedarme a platicar con ella otro

rato acerca de su vida, lo último que me

ha dicho es que le cuesta mucho trabajo

abrirse a la gente y poder convivir con

alguien, pues constantemente se siente

utilizada y o excluida por su forma de ser.

49


Quiero finalizar con esta breve frase que

tiene mucha razón “Hemos aprendido a

volar como los pájaros, a nadar como los

peces; pero no hemos aprendido el

sencillo arte de vivir como hermanos” -

Martin Luther King

¿Por qué no podemos tratarnos con

respeto todos? tanto hombres, como

mujeres, tratar de ser equitativos en todos

sentidos y no darle un lugar destinado a la

mujer de “tú tienes que estar en el hogar,

cuidar a los hijos y complacerme”, ni un “tú

no debes llorar eres fuerte y los hombres

no lloran, tenlo claro tú debes ser fuerte”,

claro está que debemos de terminar ya

con esta cultura que se tiene en México,

que se tiene que luchar contra la violencia

de género, ahora es tiempo de hacer

conocer las cosas que se viven y no

quedarse calladas ante ninguna situación

o ¿Acaso tu quisieras que tu hermanit@

pase por algo así?.

Fotografía: Elempresario

Aún nos falta mucho por aprender como

sociedad. Lo que anhelaría transmitir con

esto, es que la próxima vez que pensemos

y hablemos acerca de violencia de

género, empaticemos acerca de las

acciones individuales y personales que

realizamos día a día y cómo contribuye

esto a la normalización de la violencia.

Quizá nosotros no podamos cambiar las

ideas de nuestros padres o nuestros

abuelos, pero sí podemos cambiar las

nuestras, para poder ayudar a las

generaciones que están después de

nosotros, para algún día poder vivir en un

mundo más armonioso, menos violento,

que, para hoy, sigue siendo una utopía.

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Madre de familia opina ante la desigualdad de género

Por Pamela Rodríguez

Sabemos que la desigualdad de

género se ha visto desde décadas,

donde siempre se menos precia a la

mujer, sin embargo durante los

transcursos del siglo XX y XXl ha ido

cambiando la situación de manera

equitativa donde se le toma

consideración, voto y se le valore a la

mujer, pero a pesar de estas

circunstancias comentadas, aún existe

discriminación hacía a ellas y a su vez

feminicidios en todo el país por el

simple odio hacía ellas.

Es importante saber que piensan las

mujeres ante el tema ya que esta en

controversia en los medios de

comunicación y muchas personas

creen que es algo muy exagerado.

Es por eso que me di a la tarea de

entrevistar a una Madre de familia que

me brindara respuestas ante unas

preguntas que le haría. Ella me

respondió que con mucho gusto,

demostraba estar nerviosa pero a la

vez intrigada de lo que le preguntaría,

por lo que le explique que las

preguntas serían totalmente rápidas,

ella interesada me comento que quería

responder las preguntas a base de su

experiencia durante el transcurso de

vida diría y trabajo.

Guadalupe Carapia Hernández es una madre de 2 hijos, se

dedica a trabajar en una empresa llamada Telmex y de lo cual

se desempeña en el área administrativa de cuentas, ella nos

brinda su opinión como su experiencia, a través del tema de lo

que es desigualdad de género.

Comenta que su infancia fue un poco difícil ya que pasaban por

una economía muy pobre, ella asegura que a pesar de eso

disfruto de su infancia ya que sus padres consentían a cada

uno de sus hijos, sin embargo recalca que la seguridad que

había en ese tiempo la extraña ya que comenta que ahora es

muy complicado por los sucesos que acontece el país.

Ella describe que siempre fue igualitario de todas las formas,

ya que su abuelo estaba educado en tratar bien y darle su lugar

a la mujer, esto ha sido desde antes y sigue siendo así

actualmente con sus hijos en darles esa misma educación ella

como su esposo comenta.

De igual forma nos narra que cuando era adolescente tuvo

problemas con uno de sus compañeros de clase, que hasta el

último día de escuela, él estuvo haciéndole bullying en todo

momento, por el hecho de que era mujer y la despreciaba por

ser más inteligente que él.

Comenta que esa experiencia la hizo sentir muy mal ya que

ella no hacía nada para él se sintiera así, dice que es una de

sus peores experiencias porque le quedo marcada para toda la

vida ya que fue un suceso que realmente no le desea a nadie.

Expresa que puede que este neutra ante la pregunta por el

hecho de que ha conocido personas con problemas de

violencia, sin embargo tiene en cuenta que la educación que

les dan viene de familia, pero sustenta que la mayoría de estas

personas lo ven de su misma familia.

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La violencia de género; ¿La casa es el origen

de este mal que aqueja a la sociedad?

Por Jennyfer Romero

Últimamente la violencia de género, es un tema muy sonado en los medios de

comunicación, tal parece que se ha convertido en el nuevo cáncer que aqueja a nuestra

sociedad. Los crímenes de odio, fundamentados en cuestiones de género, la intolerancia,

la falta de empatía, la educación y la cultura han contribuido en gran medida a la

normalización o invisibilización del tema, haciéndolo parecer algo que viene ocurriendo en

los últimos años, cuando, a decir verdad, no es nuevo y está muy necesitado de

sensibilización, conciencia e información en una sociedad que avanza tecnológicamente a

pasos agigantados, pero retrocede al triple en valores y empatía.

Cuando comencé a escribir respecto a este tema, con una entrevista base, no sabía a quién

entrevistar, los tiempos de pandemia habían cerrado mis contactos y nublado mi

imaginación, entonces le envié el audio con mis preguntas a mi hermana menor, tiene 12

años, estaba en compañía de mi prima, que va en secundaria y es un año y medio mayor.

Sentí que había sido en vano, porque tenían vergüenza de grabarse y daban respuestas

muy cerradas, me enviaron varios videos “fail” donde les ganaba la risa al responder. Pensé

que quizá sí eran muy jóvenes para hablar sobre violencia de género o que ese tema estaba

lejos de nuestra realidad, hasta que hubo una respuesta que llamó mi atención.

El formulario era simple, hablar sobre su infancia, si alguna vez se habían sentido agredidas

por ser mujeres (en este caso, yo estaba entrevistando a dos chicas), como les hizo sentir

la agresión y si eso afectaba la manera en que se relacionaban. Realmente ambas tienen

muy poco que salieron de su infancia, van entrando en la juventud y es ahí cuando pensé

que había errado en a quien preguntarle, pero mi hermana me envió un audio en el que

afirmaba que la violencia si tenía que ver en la forma en la que te compartas y relacionas

con los demás.

“Tu pareja no te puede pegar, tus amigos

no te deben hacer burla y tu familia no te

debe pegar a menos que te portes mal y

que si te lo merezcas”. Durante mucho

tiempo creí que la violencia se limitaba a

las heridas físicas y que mi familia no era

vulnerable a vivirla. Cuando escuché esa

respuesta de mi hermana, entendí que el

problema comienza en casa, desde que

nos hacen creer que merecemos ser

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maltratados. Frases como: “yo te hice, yo mando”, “eres mía”, “te pegue porque te lo

ganaste” comienzan la construcción de un entorno violento normalizado, porque son

nuestros padres, o nuestra familia, el lugar donde se supone que debemos estar a salvo,

pero en ese lugar nos dicen que merecemos ser violentados, que las personas que nos

maltratan lo hacen porque nos quieren y que su actuar es responsabilidad o consecuencia

de nuestras acciones, comienzan a hacernos sentir culpa.

Más allá de juzgar la educación que hemos recibido de nuestros padres, debemos

concientizar en la violencia como un tema que lastima, con soluciones no ajenas a nosotros.

Ningún ser humano nace con la personalidad o etiqueta de machista, víctima, golpeador o

asesino. La casa, las relaciones familiares y sociales, van determinando y formando la

orientación de nuestros pensamientos y acciones.

Esto no quiere decir que somos seres

condicionados a repetir los patrones violentos

que pudimos o no padecer en casa. Debemos

forjar la capacidad y entereza mental y

emocional para sobreponer nuestro criterio a

las vivencias que pudieron marcarnos durante

la infancia y la adolescencia, para desear no

repetirlas o salir del círculo violento.

Cuando vemos casos de violencia de género,

nos hace falta analizar más a detalle los

detonantes de por qué hay un agresor y una

víctima, la razón por la que las víctimas

permiten tantas faltas y actos indignos. Todo

esto relacionado con la idea de que merecemos ser

violentados.

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Por ellas que no pudieron darse cuenta

antes

Por Diana Valencia

Una víctima de violencia en el noviazgo nos cuenta su experiencia, con este fenómeno, y

el cómo pudo darse cuenta antes, cosa que no todas cuentan con ese privilegio. … El amor

no duele, no es complicado, no frustra, no angustia, ni mucho menos da miedo. Muchas no

pudieron darse cuenta a tiempo… o tal vez sí, pero aun así no supieron desligarse por

completo de quienes anulaban su moral, que maltrataban sus cuerpos e incluso su mente…

Diana: Soy Diana y gracias a Dios, tengo

una vida estable, tengo una familia

maravillosa con quien me sostengo y

encuentro apoyo, también de muchos

compañeros de clase con quienes

comparto una carrera muy muy padre que

es Ciencias de la Comunicación en el

IRC, y he decir que se siente muy dichoso,

porque es cuando te das cuenta por todo

lo difícil que has pasado, tanto en

acontecimientos, como en las personas

que has conocido y que has llegado a

pensar que son tus amigos, de quienes

has llegado a sentir decepción porque

llegaron a apoyar algo que te marca, que

duele, que te hace sentir mal y un mal muy

hiriente…

Entrevistador: ¿Cómo fue tu

infancia?

Diana: De tres hijas mujeres soy la hija

menor, debo reafirmar que tuve una

infancia maravillosa, mis padres siempre

estuvieron al pendiente de mí y de mis

hermanas, que nunca nos faltó ni nos falta

nada, siempre procuraron por nosotras y

lo más importante ¡Estar juntos!, y que

existía ese vínculo muy genial de papás

hacia sus hijos, que se ha mantenido

hasta la fecha.

Entrevistador: ¿En tu casa, trataban igual

a las mujeres y a los hombres?

Diana: Incluso, nunca hubo una distinción

de mujeres u hombres, ya fuera por

pensamientos o tareas que se tenían que

realizar en el hogar. Entre todos le

poníamos empreño a nuestras labores, ya

fuese cualquier tarea, y lo que no

sabíamos lo que teníamos que aprender,

porque en cualquier momento se

necesitaría, y si no estaba quien lo hace,

lo tenías que hacer tú.

Entrevistador: ¿Alguna vez has sido

maltratada, violentada o lastimada por ser

hombre u mujer?

Diana: Lamentablemente en un momento

de mi vida, me sentí frustrada; con mucho

temor, con mucha angustia y sobre todo

con mucha manipulación, este último lo

pasaba desapercibido, y ¡Sí! Fue en el

aspecto “amoroso”.

54


Recuerdo que fue hace 2 años y medio

más o menos lo que detonó la situación;

yo tenía un novio 3 años mayor que yo,

nos conocimos en “el coro de la iglesia”, él

tenía 19 y yo 16 años cuando

comenzamos a salir formalmente, antes,

ya habíamos “salido” pero fue muy

informal, yo tenía 12 y el 15 ¡Éramos unos

niños!, en su momento terminamos por

malos entendidos. Cuando volvimos al

principio nos costó un poquito establecer

una comunicación por obvias razones,

pero con el tiempo ¡Todo era fabuloso!, yo

pensaba que encajábamos bien, y que al

menos pensábamos igual, o bueno, al

menos similar. Yo me desvivía por él, yo

era muy detallista, me gustaba

obsequiarle muchas cositas, muy

significativas para mí, mi propósito era

enamorarlo a diario y quitarle esa mala

imagen que tenía de mí por situaciones

pasadas. Todo al parecer marchaba muy

bien, nos llevábamos increíble y al menos

yo sentía que no me hacía falta nada más.

Conforme pasaba el tiempo.

Él empezaba a comportarse distinto a lo

que era, decía que no podía hacer nada

bien, que no servía para nada, yo como su

novia, trataba de darle ánimos y así juntos

buscar posibles soluciones, al principio

funcionaba, pero ya después no… se llegó

a distanciar mucho de mí y lo tomé de

buena manera porque en su momento Él

estudiaba la universidad y le absorbía

mucho tiempo, lo entendía, pero se

enojaba muy seguido y muy feo, por

ejemplo en los ensayos, ¡Explotaba! le

llegó a gritar a mi mamá y a mi primo que

se supone que era “su mejor amigo”, ¿Y

adivinen qué? No estaba sobrio y su

mamá sólo le decía “¡Shh!”.

Me llegaba a reclamar por los malos

entendidos pasados, me decía que yo lo

iba a engañar con alguien más, que no

confiaba en mí, y yo… ¡Yo le pedía perdón!,

también me decía que muchas veces

tenía la inquietud de atentar contra su vida

y así psicológicamente me chantajeaba ¡Y

sin darme cuenta! Y así muchas

ocasiones pasaron, y yo no me atrevía a

decirle algo que no fuera darle la razón

porque me daba miedo a que se enojara,

y más porque tenía una moto y se ponía

loco cuando se molestaba.

En el aspecto íntimo, se enojaba porque

yo no quería (todavía) estar con él, me

hacía sentir inservible y me dejaba de

hablar. Todos pensaban que ¡éramos la

mejor pareja! Trataba de manejar de la

mejor manera las situaciones que se

llegaban a presentar, incluso yo llegamos

a tener una conversación bastante seria le

expliqué mis inquietudes y él simplemente

me dijo que algunas veces pensaba en

alguien más, pero que me quería a mí y

que sin mí nada tenía sentido, que estaba

dispuesto a matarse, en ese momento

sentí que me desmoronaba y lloré, me

hizo sentir culpable, sin embargo, yo

estaba a dispuesta a luchar por “por ese

amor”.

No fue el único suceso, así podría seguir y

nunca acabaría. Siempre me hacía sentir

culpable por todo “bajita la mano”, fue

entonces cuando me deprimí un poco

porque ¡Ya no sabía que hacer! Si estar

con él, si no estarlo, ¡Tenía que cargar con

sus problemas mentales! me daba miedo

que algo le pasara y que todos me

echaran la culpa, por eso no me atrevía a

dejarlo.

Yo me aferraba mucho a estar con él, le

dicaba todo el tiempo que yo tenía porque

aún no entraba a la universidad, seguía

siendo detallista, le mandaba mensajes

de buenos días diario y había ocasiones

55


que no me contestaba hasta 2 días

después, le pedía que saliéramos al cine,

o simplemente a salir, él me decía que no

tenía tiempo, que tenía muchas tareas y

exámenes, que no, simplemente no podía,

había ocasiones que me dejaba plantada

“por sus tareas” ¿Y saben? A los minutos

de haberme dicho que no tenía tiempo,

subía historias a WhatsApp tomando con

sus amigos, me sentía mal, pero pensaba

que, si así era feliz, yo tendría que estarlo

también, lo malo era después de tomar, el

estado de ebriedad, ¡Se ponía

irreconocible! ¡Parecía otra persona! Y

para acabar, su mamá me llamaba por

teléfono para que ¡Yo lo fuera a calmar!

Entonces, fue cuando iba comprendiendo

la situación y que no era bueno para mi

estabilidad emocional, no podía vivir así,

cargando sus propios problemas. Pese a

ello, no podía, simplemente. Jugaba con

mi mente y no podía dejarlo. Cuando dejé

de ser atenta con Él, me decía que yo no

tenía tiempo para él, que ya no era como

antes… pero ¿Cómo le explicas que

siempre has tenido tiempo para él, que

siempre fuiste atenta y Él no sin que se

enoje?

Después de un tiempo cuando todo

parecía que marchaba bien, comenzaban

los comentarios hirientes, y cuando yo le

reclamaba me decía que “no se refería a

eso” y me hacía quedar como una tonta

ante Él. Hubo una ocasión en que yo

estaba feliz porque lo quería invitar a una

fiesta, era el cumpleaños de mi tía, yo lo

estaba esperando en la iglesia para

invitarlo, era ese mismo día, estaba

emocionada porque quería estar con Él,

cuando llegó, me percaté que estaba

tomado, se bajó de la moto, se dirigió

hasta donde estaba yo y me empezó a

gritar en frente de la gente, diciéndome

que era una cualquiera, y que lo iba a

engañar, que todas éramos igual,

etcétera, etcétera. Por un momento pensé

que me pegaría, porque se tornó más

violento cuando recibí la llamada de su

mamá, Él pensó que “era alguien más”.

Cuando se calmó, me pidió perdón y dijo

que jamás sucedería, cosa que no fue

así…

Yo todas las noches pensaba que era lo

mejor que tenía que hacer, y decidí que lo

mejor es que yo estuviera bien, velar por

mí misma, cargar con mis propios

problemas y no con los de segundas

personas, ¡Claro! Me costó bastante,

porque he de decir que no terminé con él

al momento, fue hasta... ¡Ya no sé ni qué

ocasión! cuando me marcó por teléfono

borracho, me dijo que quería hablar

conmigo, yo ese día estaba ocupada, de

verdad ocupada con unos pendientes,

entonces se enojó me dijo que era una

“maldita” “una estúpida” que no tenía

tiempo para nada, que yo tenía a otra

persona, y cuando se lo negué, me dijo

que él sí, que salía con alguien más, ¡Me

dijo hasta de lo que me iba a morir! Me

pidió mi ubicación para ir hasta donde

estaba y ¡No se lo di! ¡Me daba miedo! De

verdad, yo estaba temblando, de miedo y

de impotencia. En ese momento pasó por

mi mente todo lo que pudiera llegar a

pasar si seguía con él, que vida me

esperaba… cuando le dije que ya no quería

andar con él no bastaban los insultos y

colgué. Al día siguiente, ya sobrio me pidió

disculpas y me dijo que no volvería a

suceder, le acepté las disculpas, pero le

corroboré que ya no quería ser su novia,

me volvió a insultar y se fue.

En ese momento me sentí aliviada porque

ya no tendría que cargar con sus

problemas mentales, y ya lo que él hiciera

56


con su vida era problema de él. Me costó

mucho procesarlo, pero pude…

Ya en el transcurso del tiempo, cuando

pensé que ya no recibiría insultos por su

parte, me expuso en su Facebook

diciendo que le debía dinero ¡Típico!

¡Cobrándome lo que él me regalaba!, y

otras cosas más, lo bloquee, ya que

parecía la mejor opción. Lo peor de todo

es que a los que yo creí mis amigos lo

apoyaron, hasta su mamá, pero como sea

es su mamá. Lamentablemente hasta la

fecha, noviembre 2020 los insultos no

cesan, se ha creado cuentas en

Messeguer para hostigarme y

amenazarme, sin duda quiero levanta una

denuncia por ciberacoso, pero yo sé que

antes “las autoridades” no tengo “las

pruebas suficientes” como para

“proceder”, sólo espero que no suceda

algo peor. ¡Qué inseguras estamos

muchas mujeres! Y no sólo eso, la

reputación… ¿Adivinen quién es la mala

dela historia? Sí, yo… Sin duda el apoyo es

a veces dirigido más hacia los hombres.

Entrevistador: ¿Crees que los sucesos de

violencia influyen en las relaciones que

entablas con tu pareja, amigos y

familiares?

Diana: Sí, ¡Claro que influye! A veces

tienes ese miedo de encontrarte a alguien

más igual o peor. Sin embargo, no

podemos estancarnos, debemos de

sentirnos afortunadas porque nos

libramos de personas que nos mal, no

todas tienen ese “privilegio”. Y a pesar de

las cosas que no se pueden contar,

¡ánimo! a todas las mujeres que están

ahora como yo estuve. Para decirles que

busquen ayuda, por más mínimo que sea,

¡Pueden salir de ahí! Y, sobre todo, para

decirles que no esperen ni un día más,

porque, o salen corriendo como yo hice, o

cualquier día las matan.

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Una víctima más de la violencia de género

Por Luis Zarate

Es inevitable negar que en México se vive una ola de violencia, vivimos actualmente en un

país inseguro y de desigual, claro, es un magnifico país, pero cómo todo país, tiene sus

cosas malas y buenas, y la inseguridad y la violencia que hay en México, es una de tantas

cosas malas que tiene el país, una de ellas es la violencia de género que sufren las mujeres

hoy en día.

Un claro ejemplo, es el caso de Norma

Angélica, una mujer de 35 años que

cuenta con lujo de detalle el momento en

que cambio su vida, menciona que ella

vivió violencia de genero por parte de 2

parejas, el padre de sus hijas de nombre

Manuel y otro hombre (Gerardo) que

conoció gracias a su mejor amiga, su

niñez fue normal, como todo niño, jugaba

con sus hermanos, dice tener un hermano

y una hermana, ella es la más grande de

los 3, jugaba con sus primos, hermanos y

amigos y que la mayor parte de su vida la

paso feliz y con algunos momentos altos y

bajos ya que desgraciadamente ambos

padres de ella estaban enfermos, y tenía

que cuidarlos, o darles su medicamento,

su vida adulta dice haber tenido

dificultades, tomo caminos malos o

decisiones malas, la primera de ellas, fue

haber estado con un hombre casado,

claro, el error no fueron las 2 pequeñas

que tuvo con él, si no que el error fue

meterse en una relación y más con un

hombre que tenía varios hijos regados,

como vulgarmente se dice.

Norma, trata de dar un giro a su vida,

decide por fin dejar esa relación

tormentosa, donde el padre de sus hijas

les pegaba, y las maltrataba

psicológicamente, emocionalmente y por

su puesto físicamente, entonces, decide

irse, buscar un nuevo rumbo para ella y

sus 2 pequeñas, pero su pareja decide

buscarla y perseguirla obviamente para

pegarle, pero Manuel siempre obtenía la

forma de localizarlas y de saber su

ubicación, ya con miedo, Norma, decide

alejarse de su familia y no comentarles

donde ella estaba, para que Manuel, no

pudiera localizarlas, pasa el tiempo y no

tiene noticias de Manuel y entonces

empieza a seguir con su vida normal, en

ese tiempo, una de sus mejores amigas,

le presenta al hermano de su novio, de

esta supuesta mejor amiga.

Gerardo, el nombre de esta persona al

que le presentan a Norma, él, empieza a

pretenderla, a tratarla bien y ella cae en su

juego, empiezan a tener una relación, se

juntan y ella se muda junto con sus dos

pequeñas hijas, Norma comenta que al

principio como todo, primero lindo y buena

persona, pero poco a poco se fue dando

cuenta de la forma de ser de Gerardo, un

borracho y drogadicto, que al igual que el

padre de sus hijas, él también les pegaba,

y desgraciadamente ya venía de una

relación así y se adentró en otra igual o

mejor dicho peor, esa fue una de las

peores decisiones que tomo en la vida, ya

que a partir de ahí su vida cambió

drásticamente .

58


Un día Norma regresaba del trabajo, se

dirigía para su domicilio, al ir caminando

se topó con Gerardo, Él, venía manejando

una camioneta, por lo que observa a

Norma y le pide que suba, ya adentro de

la camioneta, ella le pregunta, de quien

era la camioneta, a lo que Gerardo

responde, que de un amigo y la iba a llevar

a un lugar, pide que vallan juntos, pero

ella se niega, pero por la insistencia de

Gerardo, Norma acepta, dejan a las niñas

encargadas y al ir ya en camino a dejar a

la camioneta, en la carretera los agarra un

retén de militares, Gerardo sabía lo que

contenía la camioneta, por lo que se pone

nervioso, al inspeccionar observan que la

camioneta iba cargada de droga, ahí, es

donde Norma comenta que sintió que su

mundo se desvanecía por completo.

Tomo decisiones tontas, no pensó las

cosas de la mejor manera,

desgraciadamente estuvo presa durante

casi 10 años, 10 años que perdió en la

vida de sus hijas y de su vida en libertad,

esto es un claro ejemplo que viven las

mujeres, que por amor muchas veces

permiten todo en la relación, pero eso no

es amor, es miedo, disfrazado de amor, es

importante que se acabe con la violencia

de las mujeres y que esas mujeres que

sufren de violencia no se queden callada,

que hablen y que vean el ejemplo de

Norma, que por una decisión tonta y por

haber callado, perdió años de su vida.

Si ella desde el momento que le faltaron a

respeto y le pegaron hubiera tomado

cartas en el asunto y se hubiera alejado,

su historia hoy, sería diferente.

Mujeres no permitan que un hombre las

manipule, no se dejen engañar, el amor

no lastima, la persona que ama no tiene

por qué pegarles, vean el ejemplo de

Norma y de muchas otras mujeres más,

ustedes pueden también acabar con la

violencia, no permitan que se les trate

mal, no se queden calladas y denuncien.

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CARTEL

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Foto: Héctor Aguiñaga

Foto: Stephania Alcalá

61


Foto: Betzabé Apango

Foto: José Arce

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Foto: Daniel Camacho

Foto: Saraid Díaz

63


Foto: Andrea García

Foto: Guadalupe García

64


Foto: Andrés González

Foto: Héctor González

65


Foto: Laura Hernández

Foto: Amalinalli Herrera

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Foto Paolo López

Foto: Fernando Martínez

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Foto: Marlene Mejía

Foto: Sara Méndez

68


Foto: María Mendoza

Foto: Teresa Montes

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Foto: Ingrid Navarro

Foto: Jorge Pérez

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Foto: Sebastián Pérez

Foto: Mauricio Ramírez

71


Foto: Óscar Ramírez

Foto: Rubí Ramírez

72


Foto: Fabiola Reyes

Foto: Pamela Rodríguez

73


Foto: Jennyfer Romero

Foto: Jesús Sandoval

74


Foto: Diana Valencia

Foto: Luis Zarate

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COLABORADORES

Carteles y Narrativas

Héctor Aguiñaga

Stephania Alcalá

Betzabe Apango

José Arce

Daniel Camacho

Saraid Díaz

Jesús Florentino

Andrea García

Guadalupe García

Andrés González

Héctor González

Laura Hernández

Amallinaly Herrera

Paolo López

Fernando Martínez

Marlene Mejía

Sara Méndez

María Mendoza

Teresa Montes

Ingrid Navarro

Jorge Pérez

Sebastián Pérez

Mauricio Ramírez

Oscar Ramírez

Rubí Ramírez

Fabiola Reyes

Pamela Rodríguez

Jennyfer Romero

Diana Valencia

Luis Zarate

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77


La violencia sólo puede ser

disimulada por una mentira

Y la mentira sólo puede ser

mantenida por la violencia

-Aleksandr Solzhenitsin (1918-2008) Escritor ruso.

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