Poder Agropecuario Revista 97

Informaciones del sector base de la economía paraguaya
Veto
a un capricho populista depredador
El presidente de la república
acaba de vetar la ley que desafectaba
una propiedad que fue
declarada Área Silvestre Protegida
a perpetuidad, y que la entregaba al
Instituto Nacional de Desarrollo Rural
y de la Tierra para que la transformara
en asentamiento campesino. Solo
el populismo irresponsable que recorre
el mundo y golpea a instituciones
podía pretender justificar que una ley
viole otras anteriores sin importar
cual sea la excusa, y a ese capricho
se le puso límite.
Marina Cué es un Área Silvestre
Protegida, no solo no se puede tocar,
sino que tiene que ser restaurada
como lo establece la ley que creó la
reserva. Esa es una realidad. Acaba
de renovarse por ley la vigencia por
10 años más de la Deforestación Cero
en la Región Oriental. Esa es otra realidad.
El Estatuto Agrario, una de las
pocas leyes discutidas ampliamente
y con participación de todas las partes
interesadas, establece que no es
expropiable una propiedad afectada
por una invasión. Es otra realidad.
Marina Cué está invadida desde hace
años y ensangrentada por la muerte
de 17 paraguayos. Es otra realidad.
Contra esas realidades
pretenden aplicar una ¿ley?
Votada apresuradamente
en dos días de diciembre
pasado. ¿Hay argumentos?
No. Simplemente se trata
de la aplicación populista
y, 2000 años después, de
una situación descrita por
un escritor romano: “Esto
quiero, así lo ordeno, vaya
como razón mi voluntad”.
El capricho politiquero disfrazado
de preocupación
social pretende imponer
una situación de hecho
que, además, arrastra el
triste récord de haber sido
la mayor matanza entre paraguayos
desde que terminó la dictadura.
El presidente de la república al
vetar esta ley cumplió con lo que la
Constitución y las leyes establecen.
Es lo correcto: resguardar a quienes
trabajan dentro de las leyes y no premiar
a quienes las violan.
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MEGA GLOBAL COMUCACIÓN - 2021