Revista Digital de Poesía: "Poetas de Plata" Número 3

Tópicos de la
Literatura
LA CASA DE LOS SECRETOS
Cuenta mi abuelo que hace tiempo (cuando
era joven; hace ya unas décadas) vivía en una
casa tipo Pandora; el decidió llamarla: "La
casa de los secretos"...
En " La casa de los secretos", ubicada en la
ciudad de "Nunca digas nada”, pasaban
muchas cosas raras, era como asomarse a
una caja de sorpresas (pandora) atraído por el
embrujo de una armoniosa convivencia (al
menos eso era lo que a simple vista parecía)
para después retroceder horrorizado; todo
era espectáculo, hipocresía, insultos, pleitos,
problemas...
Solían ocurrir detrás de la puerta, según su
más triste expresión infinidad de situaciones
que desmotivarían hasta al más positivo...
Después como si nada pasara en la casita de
pandora todos volvían a la normalidad...
Reuniones familiares de cumpleaños, fin de
año, navidades, fechas importantes utilizadas
para hablar mal de la gente y ver quién era
más sobresaliente...
A veces la casa de pandora llora sangre
inocente...
Exageración le llaman, limpian toda huella
porque ¡ahí no ha pasado nada!
Suscitábanse al interior situaciones
que podrían avergonzar a más de uno,
sobre todo porque se presumía de
mucho moralismo y por las noches en
ocasiones esa casa se convertía en
hotel de paso para amantes furtivos
que visitaban clandestinamente a una
señorita...
Depravación incontrolable a cargo de
un payaso de circo que era de todos,
el inquilino preferido, aquel que
escudábase en su disfraz de bufón, a
las sombras de la noche robaba ropa
interior de otras inquilinas, maltrataba
mascotas de sus cercanas vecinas;
aberrante criatura de mente retorcida;
distinguido personaje olisqueando sin
censura la ropa interior de una pseudo
hija mientras en el lavadero la
depura...
¡Pero ahí no pasaba nada!, ¡Shhh!,
¡Qué nadie se entere! ¿Qué dirán los
vecinos? ¡Calla! ¡Aquí no ha pasado
nada! Silencio total a puertas
cerradas...
Ofensas verbales y nadie opina, ha
hecho éste, infame a una vecina,
procura la piedra y esconde la mano,
¡infeliz poco hombre con disfraz de
anciano! su amarga existencia allana
otras cosas, marchita su actitud las
flores y rosas, desquita con dolo su
vida infeliz, golpeando, escupiendo, a
aquel que le vea su horrenda nariz.
La casa de pandora escurre
hipocresía; secretos guardados bajo
llave de noche y de día...
¡Pero qué tal!, “Qué aberración, el hijo
del vecino es put... qué feo tener gays
en la familia"
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