VISITANDO A MI ABUELA EN LA LAGUNA

VISITANDO A MI
ABUELA EN LA
LAGUNA
Libro para colorear

LANA DE VIENTO
Estrategia de comunicación (vol. II)
Juliana González
Sofía López Lagos
Camila Vargas
Laura Velandia
Ilustraciones Sara González
Diseño
Universidad de Los Andes
Estudio 6 Moda: La industria creativa
Bogotá, Colombia, 2021

VISITANDO A MI
ABUELA EN LA
LAGUNA

Hola soy Margarita, tengo 6 años y nos vamos a ir de viaje por el
altiplano cundiboyacense. Mi mamá es bióloga y viajar con ella
es lo mejor porque nos enseña sobre cada una de las plantas y
animales que nos encontramos en el camino. Mi hermano Manuel
tiene 4 años y es mi mejor amigo de aventuras.
Desde hace mucho tiempo queríamos salir a explorar la
naturaleza, ya que llevamos muchos días en casa.
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Este fin de semana vinimos a visitar a mi abuela. Ella vive en
una casita al lado de la laguna de Tota. Como es de costumbre,
todas las mañanas nos levantamos temprano y mientras mi
abuela prepara el desayuno, salimos a explorar la naturaleza que
rodea la finca. Manuel escuchó un ruido extraño, y cuando nos
volteamos, Tuvimos una sorpresa! Un hermoso venado de cola
blanca estaba frente a nosotros, estaba recolectando hierbas
del cultivo de mi abuela para comérselas.
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Después de desayunar, mi abuela nos llevó a ver la laguna. La
laguna pareciera tener muchos colores, en unas partes el agua
es más clara, en otras partes es más verde y en otras partes el
agua es más oscura, son como parches. Cuando llegamos, había
una familia de garzas bañándose en la orilla. La mamá garza era
la encargada de sacar a los peces del agua, luego cuando ya
tenía su boca llena de pececillos los repartía entre sus 4 hijos.
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Empezó a llover y decidimos devolvernos a casa y mi abuela nos
preparó una aguapanela calientica con queso. Nosotros nos
sentamos en frente de la chimenea mientras mi abuela tejía en
su telar horizontal una ruana nueva para Manuel y para mí con
muchos colores, yo le pedí que tuviera unos cardenales, pues es
mi pájaro favorito.
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Cuando la lluvia se convirtió en pequeñas gotas y el sol empezó
a salir, Manuel y yo decidimos ponernos nuestras ruanas y salir
a jugar en medio de la llovizna. Salimos y miramos al cielo y nos
dimos cuenta que había salido un arcoíris hermoso, decidimos
aventurarnos a encontrar el final del arcoíris. Corrimos por medio
de árboles, saltamos en los charcos y pasamos al lado de
muchos animalitos, y aunque no encontramos el final del arcoíris,
pudimos recolectar varias frutas para llevarnos a casa.
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Mi abuela terminó mi ruana de cardenales, por fin me la puedo
estrenar! A mi hermano le gustó tanto que le pidió a mi abuela
una igual, sin embargo yo le prometí que cuando creciera un
poco más yo le heredaba mi ruana para que él también la pudiera
usar. Se acabó el fin de semana y mi mamá llegó a recogernos,
y cuando estábamos empacando nuestras maletas en el carro,
un cardenal llegó volando y se paró en mi hombro por un rato,
admirando los pajaritos que mi abuelita tejió en mi ruana.
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Qué gran viaje! Me encanta recorrer los paisajes del altiplano,
ahora nos tenemos que devolver a la ciudad, pero me llevo
conmigo una colección de flores de colores, unos paisajes llenos
de alegría y aventuras muy divertidas con mi familia.
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