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Sufismo andalusi y Shams de Marchena

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Gnosis y Sufismo en Al-Andalus

De Ibn Masarra a Shams de Marchena

Cuento sufí:

El amado llamó a la casa de su amanda. Quien es preguntó, Soy yo

respondió. Vete y asi varias veces. Hasta que él entendió. Quien es, y

entonces el amante respodió, soy tu , y ella entonc es lo dejó entrar: entra

pues en esta casa no hay sitio para dos.

Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era

como la mía. Ahora, mi corazón se ha convertido en el receptáculo de

todas las formas religiosas: es pradera de las gacelas y claustro de

monjes cristianos, templo de ídolos y kaaba de peregrinos, Tablas de la

Ley y Pliegos del Qur’án, porque profeso la religión del Amor y voy a

donde quiera que vaya su cabalgadura, pues el Amor es mi credo y mi fe.

IBN ARABI

¿Qué es el sufismo? Es encontrar la alegría en el corazón cuando el

infortunio y las preocupaciones le asaltan. Rumi.

La enseñanza del Sufismo viajó desde su lugar de origen, Arabia Asia,

África y Europa. Las tariqas u órdenes Sufíes jugaron un papel importante

y decisivo en la descolonización de muchos países musulmanes y contra

gobiernos tiranos, (Marruecos, Argelia, Asia Central, etc.) Han esparcido

su cultural música y rituales por el mundo desde Asia a España. En todos

estos países hay música y literatura sufí.

ÓRDENES SUFÍES (TARIQAS) La traducción de la palabra tariqah es

cofradía orden o camino sufí, literalmente significa camino estrecho de

montaña, sendero difícil y peligroso. Es un sendero que va desde el

exterior al interior. Así la tradición espiritual se transmite desde un maestro

vivo a un discípulo presente, en la que no sólo se transmite conocimiento, sino

algo más sutil y del dominio del corazón, la barakah, la bendición, la

misericordia divina, que actúa como agua vivificadora. El maestro, Shayj, toma

al buscador de la mano llevándole a su destino, es decir, a la perfección de sí

mismo en la vida cotidiana y al encuentro con Dios.

La palabra original sufí tiene que ver con los que visten de lana, la gente

de la Verdad, los gnósticos, la gente del saboreo (porque es un camino de

experiencia), la gente de la noche (por dedicarse en la soledad de la

noche al recuerdo de Allah). Se llaman a sí mismos fuqará (pobres),

singular de faqir, derviche en persa. También se les conocía con el


nombre de la orden sufí a la que pertenecían: los shadilies, los qadiries,

etc.

Al que sigue esta vía se le llama pobre, faquir, porque la “pobreza” en la

vida espiritual es un estado imprescindible y necesario para llegar a ser

santo o wali. La naturaleza de esta “pobreza” no es material. La mayor

pobreza es el miedo a ser pobres en cualquier sentido. Nosotros somos

pobres y Allah es el que todo lo posee.

MÉTODOS, TÉCNICAS Y PRÁCTICAS SUFÍES. Desde los primeros

tiempos los maestros sufíes han elaborado y transmitido la “ciencia de

los estados espirituales”, una “psicología” de la espiritualidad,

consistente en la puesta en práctica de ese conocimiento, el cual no

puede transmitirse mediante libros. El buscador recorre el camino en la

observación de sí mismo, conociendo los estados y las moradas por

donde pasa.

Todas las órdenes sufíes tienen en común la práctica del Islam y del

“recuerdo de Allah”, dhikr, estar en compañía de los hermanos sufíes, la

cortesía, adab, para con los compañeros y con el maestro Shayj.

El dhikr es una recitación continuada de los nombres de Allah -u otras

formas para recordarLe-, en voz alta o en silencio. El dhikr puede ir

acompañado de movimiento y de la respiración, puede hacerse individual

o en grupo. Las reuniones de dhikr están acompañadas en algunas

tariqas por instrumentos de percusión y de la recitación de poemas de

santos sabios o del Corán.

El Shayj y el dhikr tienen la capacidad para despertar al buscador del

sueño de su ignorancia.

El camino del corazón.

“El sufismo es un movimiento que sólo el que lo sigue sabe qué es y qué

pertenece al Sufí. No se puede explicar. Sólo es necesario leer y seguirlo.

Es una filosofía de vida El sufismo es un movimiento que sólo el que lo

sigue sabe qué es y qué pertenece al Sufí. No se puede explicar. Sólo es

necesario leer y seguirlo. Es una filosofía de vida”. Franco Battiato.

ORIGEN

S. XIX.- 815. Alejandría, Egipto, nace la ṭarīqa; -hermandad- Al Ṣūfiyya,

quedando así este nombre. Sūfī significa (el que se viste de lana). Lana-

Suf. Solían ser eremitas y vivir de limosnas.


A mediados del siglo VIII nace un movimiento filosófico de carácter

esotérico focalizado en la Escuela de Basora y basado en las tendencias

espirituales de la corriente ascética practicada por figuras femeninas

emblemáticas como Rabi’a al-Adawiyya (m. 801) y sus coetáneas. Estas

vías de espiritualidad permitían al iniciado la purificación del alma

pasando por los distintos estados o moradas.

Los sufís forman Tarikas, hermandades que se reúnen en las zawiyas,

lugar de reunión.

Los primeros sufíes aparecen contextualizados en los antiguos ribat-s,

término que definía a los castillos-fortaleza de vigilancia y defensa de las

fronteras y daría origen a las posteriores zawiyas (morabitos), los lugares

donde se refugiaban los sufíes dedicados a la vida mística y cenobios que

veremos en al-Andalus.

En el libro “Los sufíes de Andalucía” (Editorial Sirio Málaga, 2007) se

recogen notas biográficos extraídos de Ibn Arabi referente a 69 maestros

sufis de los siglos XII y XIII en el entorno de Sevilla y Andalucía.

LLEGADA A ANDALUCIA.

S X.- IBN MASARRA. Ibn Arabi y Shams de Marchena tuvieron como

referente a Ibn Masarra, que hacia el 912-914, predicaba a sus discípulos

un sufismo definido por los expertos de varias universidades como

“gnóstico, mágico y mistérico”. Viajó a Egipto y de allí trajo el

conocimiento que mantuvo en secreto,. El preparó a sus alumnos para

que esparcieran de forma secreta ese conocimiento. Vivió muchos años

en unas ermitas en la Sierra de Córdoba. Sus obra fueron quemadas y sus

alumnos perseguidos y se trasladan a Almería, centro gnósitco de Al-

Andalus.

Perseguidos por los omeyas ganaron adeptos cuando denunciaron la exc

esiva mundanalidad del califato omeya temprano (661–750). Después de

Ibn Masarra el su fismo se extiende por toda Andalucía incluyendo

maestros como Shams de Marchena o Ibn Arabí.

GEOGRAFIA SUFI DE ANDALUCIA

ROTA

El Ribaṭ , castillo o Rābiṭa, de Rota era un lugar para la piedad y la guerra

santa para los almorávides que eran mitad monjes mitad guerreros, del

cual Ibn Arabí escribió “la fortaleza de Rota es un lugar de Ribat, donde


vienen a

establecerse gentes que la vida ascética” donde “hay un pozo, similar a

la rábita de Monastir, Túnez”. "Lugar al cual acostumbran a ir los santos

que hacen vida eremítica" según Ibn 'ArabI "lugar visitado por santos" y

"fortín de Flasán, hombre cuya baraka era célebre". Lugar idóneo para la

introspección sufí, como lugar de encuentro entre mares. Lugar para la

meditación y para la yihad, batalla interior contra las propias

tentaciones según Virgilio Martínez Enamorado. Arqueólogo y arablsta.

Doctor en Historia Medieval Escuela de Estudios Árabes. CSIC Granada.

CORODBA. CASA DE AL ANDALUS

Salma Al Taji Al Farouki, regenta la Casa Andalusí de Córdoba y centro de

estudios sufíes a donde vino procedente de su palestina natal hace más

de 20 años con el filósofo, líder comunista francés e investigador Roger

Garaudy.

ORGIVA

El centro Sufí de Orgiva incluye el grupo de danza y música de Neyzen

Castro. CENTRO SUFI ORGIVA

ARCOS. TEKIA DE ZAHARA Y CIRCULO MÁGICO.

La Asociación Sufí de Arcos se reúnen anualmente en la Tekia de Zahara.

CIRCULO SUFI DE ARCOS

Ubicado en la puerta de la Iglesia de Santa María de Arcos. Doce piedras o

dovelas rojas y blancas, tiene incrustadas piezas de plomo a modo de

constelaciones celestes o notas musicales.

RITUAL SUFÍ ANDALUSI

Para los sufíes la música es un instrumento para llegar al éxtasis y sus

notas relacionan los sonidos y las escalas con las fuerzas cósmicas. El

ritual sufi andalusi tiene más de 1000 años y ha sido recuperado por

músicos como los hermanos Luis y Eduardo Paniagua.

CINE SUFI

CINE. BAB AZIZ, EL SABIO SUFI. 2005. TUNEZ.

Simbolos.

La gacela: acompaña a Bab'aziz durante la película. siendo el punto

de encuentro con la historia del príncipe, quien resulta ser él mismo.

Para el sufismo, un "Pastor de Gacelas" es un hombre muy sabio.


La mariposa: Representa el alma del ser humano.

El amado: "Para encontrar al Amado uno debe tener fe". En la

tradición sufi el amante es el sufi y el amado es Allah.

El camino: “Quien tiene fe nunca se pierde, quien está en paz no

perderá su camino”. Basta con andar, y seguir tu don para

encontrar el camino.

MUSICA SUFI

FRANCO BATTIATO.

Battiato encuentra en Gurdjieff un verdadero sintetizador de estos

sistemas [oriental y occidental], al tiempo que le siente mucho más

próximo al sufismo que a otras espiritualidades orientales:

“Es necesario leer a Rumí. Es el místico más contagioso que haya leído.

Sin embargo el sufismo no se puede explicar. No puede decirse qué sea.

Ibn Arabí ha escrito un libro maravilloso titulado “Vidas de santones

andaluces”. Aquí describe y critica el sufismo y algunas de sus

congregaciones”. Escribió Battiato en su libro de Conversaciones

autobiograficas con Franco Pulcini.

Su música y su pintura han estado fuertemente influenciados por el

sufismo tiene un disco llamado Ecos de danzas sufí y ha dado conciertos

frente al Papa Juan Pablo II y en Bagdad en 1992. Como pintor adoptó el

sobrenombre de Suphan Barzani.

“Mi mundo interior es absolutamente próximo al de los místicos sufíes, a

su sufrimiento, entendido no en la acepción común del término, sino en el

sentido más universal y trascendente” dijo.

Se trata, pues, de una visión universal del sufismo: la mística sufí está

para él muy próxima a la de otros místicos cristianos, entre los que cita a

Francesco de Asís, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

A Rumi le dedica la composición “Hazreti Mevlana” (en turco), dedicado a

Rumí, el fundador en Konya (Turquía) de las confraternidades dedicadas a

la danza Sagrada.

“Mis raíces –confiesa Battiato– son árabes, existe un trasfondo de la

antigua Arabia en la isla de Sicilia. De esta tradición conservo un

sentimiento religioso atávico, que me empuja hacia las culturas

orientales”.

YOUTUBE. MARDIA HERRERO Y RAFA MILLAN


Mardía Herrero (Madrid, 1981) es escritora y profesora, es doctora en

Literatura, máster en Ciencias de las Religiones y licenciada en Historia.

Participa en conferencias y encuentros para hablar de sufismo, mística

cristiana. Es creadora, junto a su marido Rafa Millán, del canal de Youtube

«Psicología y espiritualidad» y ha publicado Cómo santa Teresa me

acompañó al sufismo (2018).

MUSICA. OMAR FARUK TEKBILEK

Ömer Faruk Tekbilek (nació en 1951 EN Turquía), también conocido

como Omar Faruk Tekbilek, es un compositor y virtuoso flautista turco. Es

conocido por sus interpretaciones con el ney en estilo sufi.

Paralelamente a sus estudios musicales se interesó por el sufismo y lo

estudió con la idea de llegar a ser monje de esta orden, pero con quince

años dejó la escuela para dedicarse por completo a la música, aunque

nunca dejó de estudiar. La música para él es el camino más corto a Dios,

"Tocar es como rezar para mí" asegura.

IBN MASARRA. EL PRIMER SUFI DE AL

ANDALUS

Ibn Masarra inició el movimiento místico y ascético musulmán en la

Península. Los más grandes sufíes lo cuentan entre sus influencias, como

Ibn al-ʿArabī quien lo consideró “uno de los más grandes entre los

hombres de la Vía en conocimiento”.

Nació en Córdoba, entonces capital de Al Andalus de una familia de

origen cristiano y vivió como ermitaño en la sierra de Córdoba. Como su

padre viajó varias veces a arabia y Egipto y de allí trajo las enseñanzas

gnósticas sufíes.

Ibn Masarra es el fundador del

pensamiento islámico andalusí.

Poco se sabe de la vida de Ibn Masarra de Córdoba. Nació en el 883 d. C.

y, a partir del 889, destaca como maestro en filosofía y en mística a pesar

de su juventud. Acusado de propagar ideas heréticas -cosa que sus

escritos hoy conocidos no justifican-, decidió abandonar al-Andalus y

realizar la peregrinación a La Meca.

En el Oriente del Islam, tuvo ocasión de familiarizarse, bien porque los

conoció en persona o bien a través de sus obras, con las enseñanzas de

los grandes maestros y pensadores sufíes de la época, tales como Ďū l-

Nūn al-Mişrī o Sahl al-Tustarī. Al regresar a al-Andalus, en el 912, volvió a


su retiro en la sierra de Córdoba, prosiguiendo su obra y su enseñanza

hasta su fallecimiento en el 931.

Su elaboración doctrinal y su influencia fueron muy considerables, según

sabemos gracias a las noticias transmitidas en fuentes posteriores y a los

comentarios de autores sufíes más tardíos, como el célebre Ibn ‛Arabī de

Murcia (1165-1240), que se proclamo su seguidor en varias ocasiones.

“Antes de Ibn Masarra no se mencionen escuelas o sociedades místicas,

mientras que, después de su muerte, y junto a la escuela que él fundó,

aparecieron dos similares en Sevilla (por Ibn al-Muŷāhid) y otra en

Córdoba (por Yaḥyà b. Muŷāhid) que se perpetuaron hasta finales del

siglo VI” destaca .

Escribió muchos libros que fueron quemados y se conservan por citas

posteriores es el Libro de las letras, que sigue la tradición gnóstica que

llega al Islam en torno al s.VIII, vinculada a una clase social poseedora de

conocimientos sobre saber mágico-gnóstico común a la cultura religiosa

de Oriente Próximo y Egipto.

"El libro de las letras" busca alcanzar un conocimiento de la realidad mas

elevada a través de las letras y de los nombres de Dios. Ibn Masarra

decía que las letras son los principios de las cosas. Por ejemplo la letra

alif. Por ser la primera de ellas, expresa la Voluntad de Dios por la que las

cosas son hechas y por la que dejan de ser.

En su obra Epístola de la interpretación Ibn Masarra señala que el

universo entero es un libro, cuyas letras son sus palabras y que sólo a

través del entendimiento puede ser leído.

Muḥammad Ibn Ḥāriṯ al-Jus̆ anī (m. 361/971) fue coetáneo de Ibn Masarra y

ambos coincidieron en Qairawān lo define así:

"Había viajado a Oriente, encontrando allí quien le enseñó su secta hasta

dominarla firmemente y, cuando volvió a al-Andalus, se propuso

difundirla, escondiéndose en los vericuetos de los ascetas y

amparándose así para atacar la sunna".

"Así sedujo a muchos, a los que apartó del camino de la sunna y disgregó

de la comunidad, haciendo que los más capaces de su secta

propagandistas y dirigentes. Les exigía garantías de discreción, salvo

ante personas de absoluta confianza, y así pudo ocultarse hasta que le

sobrevino la muerte inclinándose a ella los corazones de un grupo de

personas de alta y baja clase, que la difundieron en secreto, extendiendo

su secta, de modo que se

propagaron por Córdoba, alcanzaron otras zonas y despertaron el recelo

de algunos". Gracias a Ibn Masarra la síntesis neoplatónica penetrara en

el Islam Occidental.


A partir del año 340 / 952, los masarríes empezaron a ser vistos como una

amenaza para la unidad doctrinal de al-Andalus p or lo que Abderramán III

lanzó una ofensiva contra ellos que alcanzó todo Al-Andalus.

Sin duda, el recelo que Ibn Masarra suscitó en los medios oficiales

dificultó la difusión de sus escritos. De hecho, no se tenía noticia de

ninguna obra suya conservada hasta que, en un artículo publicado en

1972, el Dr. Muħammad Ŷaflfar) dio cuenta del hallazgo de dos de sus

escritos1, conservados en el manuscrito núm. 3168 de la Colección

Chester Beatty en Dublín.

Sería, sin embargo, en Almería cuando se produciría el afianzamiento del

incipiente sufismo de la escuela masarri transmitido por su discípulo al-

Ruayni (Córdoba, 950-1040), quien alejado de la mirada califal proyectaría

las enseñanza de su maestro a un nuevo grupo de sufíes en Pechina (al-

Bayyana) y configurándose, así, el círculo de los grandes sabios y poetas

de la Escuela de Pechina que se mantendría durante el período

almorávide (1086- 1146) y almohade (1147-1269).

Las doctrinas predicadas por Ibn Masarra arraigaron profundamente y

podemos encontrarlas sin interrupción en los principales hombres de

letras almerienses hasta los últimos tiempos del dominio musulmán.

La continuidad que presentan estos sufíes que pertenecían, en su

mayoría, a la cofradía de los alumbrados (tariqat al-sadiliyya) creada por

al-Sadili (1196-1258) y la cofradía alqadiriyya (del libre albedrío) fundada

por Abd al-Qader al Yilani (Bagdad, 1077-1166), podemos encontrarla en

el sufismo magrebí y oriental de las actuales cofradías e integradas por

adeptos de ambos géneros, como también ocurría en tierras andalusíes.

Lo que dicen de él distintos investigadores:

Emilio Tornero: “Ibn Masarra se muestra ante todo como un buen filósofo

conocedor del sistema neoplatónico y como un filósofo que indaga el

sentido esotérico del Corán con la ayuda del Neoplatonismo. Todo su

esfuerzo en las epístolas va dirigido a mostrar la concordancia que existe

entre ese sistema neoplatónico y el Corán, entre la Filosofía y la

Revelación. La preocupación por hacer ver que hay dos fuentes, dos

caminos, de la misma y única Verdad”.

LA EPISTOLA DE LA INTERPRETACION

En esta obra Ibn Masarra defiende que todos los seres somos como

signos, aleyas de Su Libro en su dimensión cósmica. Entender la

creación es comprender el Libro y a la inversa.

La noción fundamental que subyace a todo el pensamiento de Ibn

Masarra, confiriéndole una manifiesta unidad de fondo, es justamente

esta categoría esencial de Libro revelado.


En Ibn Masarra nos encontramos con un concepto de entendimiento,

razón o intelecto asociado a las nociones de corazón, pureza, inspiración,

visión interior y proximidad a Dios.

FRAGMENTO DE LA OBRA

El universo entero es un Libro, cuyas letras constituyen Su discurso, que

leen los iluminados que llegan a percibir según el alcance de su

percepción y su capacidad de interpretar.

Las miradas de sus corazones se vuelven, pues, a examinar las maravillas

manifiestas y ocultas de la creación, que son develadas al inspirado que

alcanza a ver, pero permanecen veladas para quien se distrae.

Encuentran, pues, que la interpretación que resulta de la reflexión da

testimonio en favor de lo que anuncia la profecía, confirmando su

veracidad, y que la profecía está de acuerdo con la interpretación racional

y no difiere de ella, de modo que profecía y demostración se ayudan

mutuamente.

Por esta vía -que el Libro indica y a la cual guían los enviados- se obtiene

aquella luz que no se apaga nunca. Asimismo se adquiere la verídica

visión interior por medio de la cual los allegados se aproximan a su Señor

y, a diferencia de otros, alcanzan en este mundo y en el otro la morada

excelsa. Estos contemplan lo que está oculto con la visión de sus

corazones y conocen la ciencia del Libro, de modo que sus corazones

dan testimonio de que es la Verdad

GNOSIS Y SUFISMO

Existen estudios científicos que describen las características del

gnosticismo que se practicaba en diversas culturas especialmente en

Roma y el Islam dentro del sufismo.

ROMA

Según Elena Sol Jimenez de la Universidad de Cantabria en 2016 el

'gnosticismo' cristiano es un fenómeno relacionado con la tradición

judeocristiana de los primeros siglos de la era. Estuvo atestiguado a

través de las obras de la heresiología eclesiástica de los siglos II al V, lo

que condicionó la terminología de la historiografía moderna con diversos

grupos o corrientes de pensamiento por casi todo el arco mediterráneo

(excepto la Península Ibérica, que solo se vio influenciada por sus obras

posteriormente) de gran popularidad en la sociedad romana de los siglos II y

III.

Se caraxteriza por el ansia de investigación que promueve el sincretismo

de fuentes y conceptos ajenos a la tradición cristiana con ella.


El iniciado gnóstico pasaba un bautismo de carácter espiritual que

completaría al anterior y permitiría la salvación en el Padre. Este rito

supondría la entrada del iniciado en el grupo gnóstico y su diferenciación

a partir de ese momento del resto de cristianos psíquicos por medio de la

unción del iniciado el crisma.

En la eucaristía, el iniciado gnóstico recibía el espíritu o pneuma

bebiendo una mezcla de agua y vino y con el consumo de pan.

El rito de Cámara nupcial de dos iniciados gnósticos entrando en una

habitación, La unión de ambos consiste en la reunificación de las dos

partes, femenina y masculina, que representan primero el mito gnóstico

de Sabiduría y Salvador y, en segundo lugar, la redención del iniciado

gnóstico en vida, que es salvado mediante la práctica del ritual. El ritual

de la cámara nupcial consistía en la entrada de dos iniciados, mujer y

hombre55, en una cámara donde se unirían espiritualmente mediante un

“beso sagrado” convirtiéndose en “esposos”.

El gesto de la investidura se produciría tras la inmersión bautismal (de

cuerpo entero), cuando el iniciado queda limpio de sus pecados y vida

anterior en general y entra en el grupo gnóstico.

ISLAM

Los sufíes presentan gustosamente el tasawwuf como una ciencia

espiritual que se alimenta tanto de gnosis como de amor.

Los sufíes presentan el tasawwuf (sufismo) como una ciencia espiritual

que se alimenta tanto de gnosis como de amor aquí entendido como amor

al maestro.

Ibn ‘Atâ’ Allâh habla de la «paternidad espiritual» exclusiva que le une a

al-Mursî su maestro: «Es él quien, rápidamente, nos desveló nuestro

propio “secreto” y desató nuestra lengua –confiesa–. Plantó en nosotros

el árbol del conocimiento cuyos frutos han llegado a la madurez y cuyas

flores exhalan su perfume. Es él quien, por la gracia de Dios, selló un

pacto con nosotros». Este amor recíproco entre el discípulo y el maestro

y, a través de éste, entre el discípulo y el Profeta representa para los

sufíes la vía de acceso al Amor divino, móvil de la creación.

Esto puede leerse en la sabiduría de los Maestros Sufíes de Abî

l-‘Abbâs al-Mursi, el murciano.

El Tasawwuf es la sabiduría que resulta de la sinceridad en la orientación

hacia dios y es el fruto de la autenticidad en el Islam. A esta conclusión

llega el Šayj az-Zarrûq que escribe:

El Tasawwuf es un recto caminar que desdeña el interés personal, por lo

que el saber que el proceso libera proviene de una inspiración


obsequiada. Consiste en encarar a Allah y proponérselo con lo más afín a

Él en el ser humano, y que es la capacidad para abarcar lo infinito, oculta

y sepultada bajo el cúmulo de circunstancias humanas.

“Al-Yunayd ha dicho: ‘El Tasawwuf es que la Verdad te mate en tí y te

haga vivir en Ella’, y también ha dicho: ‘Es que estés con Allah sin

apegos’. Otros lo han expresado de manera distinta: ‘Es adoptar toda

cualidad elevada y salir de toda cualidad vil’; ‘El Tasawwuf son las

cualidades nobles que aparecieron en un tiempo noble entre gente noble’.

El Tasawwuf tiene como fundamentos tres cualidades: aferrarse a la

pobreza y la necesidad, realizarse en el desapego y la generosidad, y

también el abandono de la prevención y la elección’; ‘Es seguir lo

esencial y renunciar a lo que las criaturas poseen’; ‘Es recuerdo con

reunión, pasión con oído atento y acción con seguimiento’; ‘Es quedarse

a las puertas del Amado, aun cuando se es expulsado’.

“El signo del sufí sincero es la pobreza tras la riqueza, la humillación tras

el poder y la ocultación tras la celebridad; y el signo del sufí falso es la

riqueza tras la pobreza, el poder tras la debilidad y la fama tras la

insignificancia. Esto lo dijo Abu Hamza al-Bagdâdi.

El término Tasawwuf sirve para designar tanto la Vía como la Ciencia que

se va conquistando sobre ella, un conocimiento al que los sufíes llamarán

también Vino. Y es Vino porque implica una pasión embriagadora que

proporciona al inmerso en la ebriedad del espíritu, paradójicamente, una

lucidez extraña al común.

LA MEZQUITA DE MARCHENA

Ibn Arabi gran maestro conocedor por ‘experiencia (espiritual) directa’.

Sheij al Akbar, “el más grande de los maestros”. 200 obras publicadas y

famoso en todo el Islam. Viajó desde su Murcia natal a La Meca, Damasco

y Turquía. Pasó por Marchena, Sevilla, Carmona, Morón y Lora del Río.

En la Mezquita de Marchena Abdul Mayid enseñaba el Corán y predicaba

en torno a 1190.

Los expertos afirman de modo unánime que los cimientos del torreón

macizo de la iglesia de Santa María de Marchena son islámicos y pudieron

ser parte de la antigua mezquita dentro del recinto amurallado de la

Alcazaba tras la conquista de Marchena por Fernando III el Santo en 1241.


Las mezquitas, eran centros de vital importancia para la vida política,

social y religiosa. En ellas se reunían las autoridades para discutir

asuntos primordiales, se utilizaban como espacio de enseñanza, para la

resolución de litigios así como, lugar de reparto de agua. Las mezquitas

eran en al-Andalus la sede de los tribunales de justicia. Los juramentos

más importantes se realizaban en pie, junto a la alquibla y mirando hacia

La Meca.

Lo primero que hacían los cristianos al conquistar una ciudad en manos

musulmanas, eran instalar sus imágenes, purificaban el templo con agua

bendita y finalmente cambiaban la dirección del rezo.

El nicho del mihrab que miraba a La Meca o a Córdoba se hacía

desaparecer, se tapiaba o se ocultaba detrás de algún dispositivo

litúrgico o altar o se cambiaba la disposición de la iglesia, de la cabeza a

los piés tapiando la puerta principal para colocar el altar. Bajo la iglesia

de Santa María se conservan aljibes de re cogida de agua de lluvia y en el

subsuelo bajo el ábside, otro aljibe. La iglesia de Santa María ya en

periodo cristiano es el templo más antiguo de Marchena, y hasta 1492, era

la principal iglesia. La iglesia de Santa María está orientada hacia

Córdoba.

Los cristianos orientaron el ábside del altar mayor usualmente se orientó

hacia el Este para que el sol matutino, símbolo de Cristo apareciese por el

levante, esto es, detrás del altar y del oficiante de la liturgia eucarística

matutina.

ALCAZABA Y MURALLA DE MARCHENA

Marchena tuvo de un origen urbano completamente islámico según Al-

Idrisi y Ahmad al-Razi dentro de la cora o provincia de Carmona. Ibn Arabí

es quien nos da el primer dato de su nombre Marssen’ah-al-zaituna,

Marchena de los Olivos (para diferenciarla de la Marchena de la alpujarra

almeriense.

Las plazas cercanas a la mezquita se convertían en mercados que los

viernes debían ser despejados y a menudo había demasiado ruído. Para

evitar el ruído y el bullico iy poder ir del palacio a la Mezquita sin pisar la

calle, nace el Sabat, un elemento islámico que quedó en la cultura

cristiana. En Marchena este sabar se conserva aún con una galería de

arcos elevados entre el palacio ducal y anterior castillo almohade, hasta

la mezquita o iglesia de Santa María.

El sābāṭ, es un puente o pasarela que comunicaba el palacio y la mezquita y que

servía de acceso directo del gobernante a la sala de oración sin pasar por la calle y

que en Marchena queda integrado en el Palacio Ducal.


El acceso original a la Alcazaba islámica se hacía por un arco hoy cegado

en recodo y el otro acceso es la Puerta de Carmona.

En Marchena igual que en Sevilla provincia se instalaron bereberes

hawwaríes y yemeníes. Del periodo andalusí perviven los baños y la

Muralla almohade siglos XII-XIII reconstruida en el XIV casi dos

kilómetros de longitud y las puertas de Carmona, Morón, y Sevilla además

de las de Ecija y Osuna, perdidas. Por donde se salía a la zona de La

Buhaira o puerta del Agua, El Portillo traían agua desde finca El

Parque. Entre los nombres árabes de calles de M archena quedan la calle

La Almona, o calle La Mona, donde había instsalada una fábrica de jabón

herencia musulmana, y la calle La Mina, donde estaba la fuente de agua

del centro histórico y las conducciones de agua del Palacio Ducal, a

través de un aljibe islámico que se conserva en la zona del El Parque

junto a la Barbacana.

Los arrabales estaban paralelos a la muralla especialmente en la zona de

Las Torres y en la Plaza Alvarado, donde pervivió la cultura musulmana

mezclandose con los gitanos hasta la expulsión de los moriscos en 1609,

aunque luego volvieron por lo que el Ayuntamiento creó un cargo para

vigilar que no volvieran. Eso sí por orden del Duque en Marchena se

quedaron alrededor de 200 musulmanes para reparar las murallas y

trabajar las huertas.

LEYENDAS ANDALUSÍES Leyenda de la sombra

La más bella y antigua leyenda de Marchena nos llega a través del sufí

cordobés Abu Bakr Ibn Bay. Lo cuenta su mujer Yamilah, “Mi madre me

contaba que, después de la guerra civil que asoló las tierras de al

Ándalus, ella y su familia pasaron muchas calamidades. Mi tío abuelo

Yahia se dedicaba a ir a los pueblos de los alrededores de Marchena, que

era su pueblo, vendiendo canastos y avíos de mimbre que hacían sus

hermanos y sus hijos. Dicen que una noche iba por un camino oscuro y le

salió al paso una sombra. Sintió tal terror que huyó.

Pasado un tiempo, Yahia volvió a transitar aquel camino y, de nuevo,

surgió ante él la sombra. ‘Estoy aquí para librarte de la pobreza. Ven

mañana a este mismo sitio y no tendrás que volver a trabajar nunca más.’

Tras decir esto, la sombra desapareció y el tío Yahia se volvió a su casa.

Iba a los otros pueblos a vender y, desde su encuentro con la sombra,

siempre se le vio feliz y contento con su suerte”. Curiosamente, esta

leyenda árabe de hace mil años, aun se sigue transmitiendo de boca en

boca.


IBN ARABI

Fuente de las biografias: Los sufíes de Andalucia. Editorial Sirio. Basado en relatos de

Ibn Arabi.

MAESTRAS DE UBN ARABI

LA MUJER EN LA ESPIRITUALIDAD

La presencia temprana de Shams y Fatimah en la vida de Ibn Arabi

supone un hito de imborrable trascendencia para su inmersión espiritual

y sus posteriores teorías. Sin duda, los conocimientos por ellas

transmitidos sientan en el joven místico la base de lo que después

planteará en Los engarces de la sabiduría como la fortaleza de la mujer

para la completa espiritualidad; o lo que también se ha dado a llamar el

valor especial del principio femenino.

No habrá para Ibn Arabi mejor y más perfecto receptáculo para la

contemplación de Dios que el cuerpo femenino, pues la mujer

experimenta una doble condición, la de creadora y al mismo tiempo la de

creada. La intuición femenina es el soporte más potente para la

contemplación divina, y al mismo tiempo el más perfecto.

La doctrina de la unidad del amor de Ibn Arabi no podría explicarse sin la

elevación femenina y por lo tanto la presencia imprescindible de la mujer,

que legitima un verdadero lugar de preeminencia en la experimentación

de Dios. La mujer se constituye en péndulo sobre el que gravita el fuego

iniciátivo de la religión del amor.

Así, en el siguiente poema, Ibn Arabi, en pleno éxtasis poético exalta las

cualidades y aptitudes femeninas para canalizar la presencia divina.

Mata su mirada

pero, como si de Jesús se tratara,

revive con sus palabras.

Su Torá, como una luz,

es el brillante heraldo de sus piernas.

Torá que, al igual que Moisés, leo y estudio.

Sacerdotisa sin adornos entre las hijas de Rûm,

en ella contemplas la aureola del puro bien,

Salvaje es; así que en su regazo no hallarás sosiego.

En el tabernáculo de su retiro,

escogió un hipogeo de su retiro,

escogió un hipogeo por sepultura.

Trastornos dejó a los sabios de nuestra religión,

a quienes estudian los salmos,

a todos los doctores judíos,

a cada sacerdote cristiano.


Sin duda, las teorías de Ibn Arabi expuestas en su inmensa obra -en las

que la mujer y su potencialidad espiritual ocupan un lugar primordial- no

habrían sido posibles sin las experiencias acumuladas con Fátimah y

Shams, sus queridas maestras espirituales. De ellas beberá para siempre

la vivencia del aprendizaje invisible, aquel por el se adquiere el poder de

defender una fortaleza (una verdad sutilmente revelada) en la frontera del

cuerpo.

Las mujeres en la vida de Ibn Arabi

La doctrina del andalusí Ibn Arabi (1165-1240 d. C), máximo exponente del

Sufismo, ofrece una visión unitaria y universalista de la realidad de una

manera nueva y genial, y al mismo tiempo enraizada firmemente en El

Corán y la Tradición. En algunas de sus teorías choca frontalmente con la

visión patriarcal del Islam más exotérico u oficial, en el que, como sucede

con el resto de religiones monoteístas en su expresión social o legal, se

ha asociado tradicionalmente lo femenino a lo mundano, lo carnal y, en

ocasiones, lo diabólico. Gracia López Anguita (Universidad de Sevilla).

La gran consideración que Ibn Arabi profesaba a las mujeres no sólo se

deja sentir en las teorías expuestas en su inmensa obra, sino también, en

sus propias vivencias. Probablemente los dos ejemplos que mejor

ilustren este último aspecto son las maestras de las que recibió

enseñanzas espirituales y la joven Nizam de la que Ibn Arabi se enamoró

y que supuso para él una verdadera revelación divina. Por otro lado, a

través de algunos pasajes de Futuhat sabemos que compartió con su

esposa Maryam bint Abdun sus aspiraciones espirituales.

Ibn Arabi deja constancia de los maestros sufíes junto con los que se

formó. Entre ellos destaca Nunna Fatima bint ibn al-Muthanna , una

sevillana nonagenaria de especial elevación espiritual a la que Ibn Arabi

se refiere como “su madre espiritual” y a la que sirvió durante varios

años.

Shams Madre de los Pobres es otra de las sufíes a las que Ibn Arabi tuvo

la oportunidad de conocer. Vivía en Marchena en la época en que Ibn

Arabi la frecuentaba y, según él afirma, no había nadie que la superase en

cuanto al control que ejercía sobre su alma. Tenía un corazón puro y

fuerte y un noble poder espiritual. Solía ocultar el estado espiritual en el

que se hallaba y poseía el don de oír los pensamientos de los demás.

Otra de las mujeres objeto de reseña en Ruh al-quds aparece tan sólo

bajo el epígrafe “una esclava de Qasim al-Dawla”. Vivía en la Meca y tenía

el don de cubrir largas distancias rápidamente. De ella nos dice Ibn Arabi

que poseía las cualidades de la caballería y que practicaba una dura

disciplina de asceta.

Zaynab al-Qal`iyya pertenecía a un grupo de sufíes instalados en la

fortaleza de los Banu Yamad. “La mayor asceta de su tiempo” poseía una

gran belleza y salud, pero voluntariamente se apartó del mundo para ir a


vivir a la región de la Meca. Ibn Arabi coincidió con ella en Sevilla y en la

Meca desde donde la acompañó hasta Jerusalén. Cuando realizaba dhikr

(recitaciones) se elevaba a cierta altura del suelo. Esta mujer, de quién Ibn

Arabi decía ser una de las personas más inteligentes de su tiempo y la

que con mayor celo observaba las horas de las oraciones canónicas,

cierra la lista de las sufíes de Ruh al-quds.

Según Fusus al-Hikam, el afecto y ternura profesadas por Muhammad

hacia las mujeres, reflejaba la “nostalgia propia del todo hacia sus

partes”.16 El deseo del hombre hacia la mujer, y esto será una constante

en el pensamiento de Ibn Arabi, es análogo al de Dios hacia Sus criaturas,

ya que en ellas también está presente una parte de Dios según se expresa

en el Corán “Insuflé en él de Mi espíritu” (15:29). El amor que sienten

siervo y Señor y hombre y mujer es recíproco; si el hombre siente por la

mujer el afecto del todo hacia una de sus partes, la mujer siente hacia él

“la inclinación que sienten las cosas hacia su origen”17, el cual, en último

término es Dios: “todas las partes del mundo son una prueba de su

origen, que es Dios.”18 Ibn Arabi llama la atención sobre el hecho de que

lo que subyace al amor del hombre hacia la mujer es el amor hacia Dios:

“Muhammad dijo ‘se me ha hecho amar’ a las mujeres y no ‘amo a las

mujeres’, porque el amor del hombre realmente se dirige hacia su Señor,

con cuya imagen ha sido creado.

BIOGRAFIA

Nació en 1165, en Murcia, y educado y criado en Sevilla. El más grande de

los maestros (As-Sheij al-Akbar). Sus estudios literarios juveniles

transcurrieron entre Lora del Río y Carmona.

Su tumba, en la que después fueron enterrados dos de sus hijos, aún se

conserva y es lugar de peregrinación para el Islam. Sobre su tumba,

el Imperio Otomano edificó una madrasa en la que se guarda su sepulcro.

Sus obras se cifran en más de 200.

Su obra es, ante todo, de carácter gnóstico-religiosa; sus críticas al

entendimiento meramente externo y árido de la religión e incluso a la

filosofía misma son abundantes en su obra.

Siendo un adolescente se entrevistó con el más sabio de su época,

Averroes, el cual se quedó maravillado de su conocimiento:

“Al entrar en su casa, el filosofo Averroes se levantó para acogerme con

grandes signos de amistad y afecto, me besó y me dijo: «¿Sí?», y yo le

respondí: «Sí». Mostró alegría al notar que le comprendí. Me hizo las

siguientes preguntas: «¿Qué respuesta has encontrado a las cuestiones

de la revelación y de la gracia divina?; Y le contesté: «Sí-no; entre el sí y

el no los espíritus vuelan más allá de la materia y las cabezas se separan

de los cuerpos». Al escuchar esto, Ibn Rushd palideció e incluso tembló”.


En sus obras recopiló la enseñanza sufí y la tradición oral y dejó un

resumen completo de la herencia esotérica del islam.

Su primer maestro fue el Uryanî, hombre del campo era iletrado y no sabía

ni escribir ni contar, un sevillano que cuando le vio supo lo que quería.

¿Estás firmemente decidido a seguir el Camino de Alá?». Y yo le

respondí: «El siervo puede tomar la decisión, pero es Alá quien decide».

A continuación me dijo: «Cierra tu puerta, rompe tus lazos, toma al

Generoso como compañero (al-Wahhâb), Él te hablará con claridad». No

cejé en mi empeño hasta que obtuve la Apertura”.

Un día, los cristianos le hicieron prisionero. Como sabía lo que iba a

suceder, incluso antes de salir, había advertido que serían apresados

todos al día siguiente. Poco después, consiguió que lo liberaran a cambio

de la suma de quinientos dinares. A su llegada, le propusieron que

recolectara el rescate entre dos o tres personas. Y replicó: Si pudiera, lo

obtendría de cada uno en pequeñas sumas, pues Alá me ha hecho saber

que, en cada alma que ha de ser pesada en la Balanza el Día del Juicio,

hay algo que merece salvarse del Fuego”.

Sus estados espirituales eran intensos y las gentes del lugar estaban tan

mal avenidas con él que uno de los notables de la comunidad llegó a

hacerle desterrar.Así fue como llegó a nuestra casa en Sevilla. A raiz de

su acción, Alá envió a las gentes del lugar un jinn, llamado Khalaf, quien

penetró en la casa del notable en cuestión y lo expulsó de ella a la fuerza.

Ese jinn se quedó en el pueblo y descubrió a las gentes del lugar y a sus

hijos, sus males y vicios ocultos, hasta que quedaron reducidos a la

desesperación. Cuando le suplicaron que les dejara en paz, les contestó

que había sido ‘Abdallâh (al-’Uryanî) quien les había impuesto su

presencia.

Se quedó entre ellos durante seis meses. Después fueron a buscar al al-

’Uryanî y le suplicaron que regresara a su ciudad, implorando su perdón

por lo que le habían hecho.

IDEAS DE IBN ARABI

En el capítulo de `Uqlat al-Mustawfiz titulado “La perfección del ser

humano” se explica que Dios creó al hombre como una síntesis del

cosmos, bajo la forma más perfecta y como representación de Dios en el

mundo. El ciclo de la creación se cierra con el hombre y es por ello por lo

que en él se concentran todos los elementos del universo. El cosmos -

que, no en vano, es llamado por Ibn `Arabi el Gran Hombre- y el ser

humano se reflejan como en un espejo.


POESIA Y SUFISMO

La poesía en el sufismo es una expresión exterior de la experiencia intima

del místico.

Propio de la experiencia místico-amorosa es la embriaguez del amor que

hace del místico un «loco por Dios», como lo fue san Francisco de Asís,

Santa Teresa de Ávila,y también Rumí. En un poema del Rubai’yat dice:

«Hoy no estoy ebrio: soy los millares de ebrios de la tierra. Estoy loco y

amo a todos los locos, hoy».

El rico campo semántico que acuña la poesía sufí en el universo de

metáforas e imágenes que la caracteriza, era la forma de expresar la lucha

interior que los iniciados experimentaban en su enamoramiento (‘isqihim)

y la búsqueda del amor de Dios, lenguaje críptico que encontramos

en las obras en prosa y la poética de los místicos españoles del Siglo de

Oro, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, mediante la utilización

de un lenguaje y símbolos similares a los recogidos en la poética de los

sufíes que les antecedieron.

Como expresión de esta locura divina inventó la sama, la danza extática.

Consiste en danzar girando sobre sí mismo y alrededor de un eje que

representa al sol. Cada dzerviche –así se llaman los danzantes- se siente

como un planeta girando alrededor del sol que es Dios.

Así sucedió en el encuentro entre el maestro Rumi y su maestro Shams

de Tabriz en Konia:

En 1244, Rumi, entonces jurista y consejero espiritual que trabajaba a

instancias del sultán selyúcida de Rûm , conoció a un derviche sufí

errante llamado Shams-i Tabrizi en Konya. Rumi, que previamente no

tenía experiencia en poesía, rápidamente se apegó a Shams, quien actuó

como maestro espiritual de Rumi y lo introdujo a la música, la poesía

cantada y la danza a través de danzas Sufi.

Se cuenta que cuando Shams al Din y Rumi se encontraron este quedó

transformado como el cobre impuro que entra en contacto con la piedra

filosofal, con el mágico proceso de la alquimia.

Aquél, un andrajoso y suelto derviche errante, nativo de Tabriz y de

origen artesano, es identificado felizmente por Rumi como la imagen

perfecta del Divino Amado, y el gozoso amor que infunde y atrae hacia él,

el símbolo único de la anhelante e intensa unión mística con Dios. La

intrigante aventura “amorosa” que, durante más de dos años, ambos

viven en retiro, totalmente ausente del mundo exterior, desencadena en

Rumi un incontrolable torrente de poesía, que fluye desde él, fresco y

atrevido, como la copiosa nevada da origen a la fuente.


Shams al-Din es revelado en los brillantes textos de Rumi, como el

resplandeciente Sol que eclipsa al sol y a la luna, cuya estela todas las

nubes persiguen, en cuya luz todos los átomos bailan.

Para Ibn’Arabî, el sueño, la ilusión o la imaginación son “verdades”, en el

particular sentido de “reflejo de la trascendencia”.

Ibn’Arabî reelabora la idea de imaginación, ya que para él imaginar es

evocar en la mente cosas que no están en el exterior, es decir, “ver”

cosas no presentes en el mundo “exterior”.

Viajar” en lengua árabe, implica necesariamente “tener una experiencia”,

“ver lo antes oculto. De aquí que el relato de viajes es la forma más

común que adopta la poesía mística en el mundo islámico.

Cuando frente a ti aparece una casa, afirmas que en ella se encuentra el

final de tu trayecto, mientras que en realidad, en ella se te abre otro

camino, y para emprenderlo, allí te aprovisionas. Ibn ‘Arabî, en El

esplendor de los frutos del viaje.

Otros tema de Ibn Arabi es la melancolía, que procede del mundo griego.

La visión de la melancolía en Grecia fue tomadas por la ciencia y la

literatura árabes, se incorporaron a la angelología de Avicena, fueron

absorbidas por la cosmología islámica, formaron parte substancial de la

poesía amorosa de Ibn Hazm, culminaron en la visión del Dios

Melancólico de Ibn Arabi, e incluso dejaron sus huellas en el número de

cuerdas que la lira árabe debía tener para que sus tonalidades fuesen

terapia para los melancólicos. En otras palabras, el neoplatonismo

renacentista, sólo reveló a Occidente lo que los árabes ya sabían muchos

siglos atrás.

El arte de la caligrafía utiliza sus letras y palabras como fuente de

contemplación, las técnicas espirituales de oración evocan los nombres

de Dios con una «ciencia de sonidos» (dhikr) destinados a despertar e

iluminar el alma, y la poesía amorosa, «el canto del pájaro del intelecto»

según Jami, al hablar del fuego transformador del deseo que

simultáneamente «consume y santifica», es empleado como el lenguaje

más apropiado para la mística y la gnosis (marifah).

En algunos círculos sufíes se empleaba todo tipo de métodos que

pretendían abrir la conciencia a la percepción del mundo suprasensible:

Números sagrados y símbolos, colores y perfumes, fórmulas mágicas y

hechizos, música y canto, uso del hachís y otros psicotrópicos.

MUSICA SUFI ANDALUSI

El ritual sufí andalusí se sigue interpretando en el norte de Marruecos y

consiste en una serie de ritmos ascendentes que buscan que el místico

entre en trance.


Existe por tanto música sufí distinta en países y culturas donde llegó el

sufismo y muchas se influencian entre ellas.

El repertorio andalusí más cantado hasta el siglo XIV era el Kitab al-Agani

(El libro de las Canciones) de al-Isfahani (m. 967), referencia para los

cancioneros escritos en al-Andalus.

En las excavaciones realizadas en una casa de los Guájares (Granada) se

encontró un tamborcillo (kuba) en arcilla que reproduce el nombre de

Allah en una parte del membranófono, instrumento que pudo pertenecer a

un practicante sufí.

Las cofradías o Tariqas propias de al andalus son la sahiliyya fundada por

al-Sahili (Málaga, m. 1353) y la de los zejeleros (tariqa al-zayailiyya) del

Albaicín, que usaban los zéjeles de Al Sustari, acompañados de laudes,

rabeles, flautas y adufes.

Sobre el zéjel, Ibn Jaldun (Túnez, 1332) dice que a su llegada a Granada

(1362) acogido por el Emir Muhhamad V, el zéjel era el género poético que

más se escuchaba en la ciudad, y que el sufismo se enseñaba en las

madrazas hasta el siglo XIV.

La música estaba presente en las celebraciones sufíes. Tras una comida

se pasaba al ritual místico que transcurría sobre la práctica de al-sama‘

danza individual y colectiva, pasando por estados de gracia (ahwal), el

trance (way, wuyud), revelaciones (mukasafat), la «locución teopática»

(shath) y la unión con Dios (fana’)». Esto se celebró en Granada hasta el

final del periodo islámico 1492.

Los rituales de este tipo fueron criticados por Ibn ‘Arabi que consideraba

que estas prácticas cofrades con éxtasis públicos, palabras, gritos y

movimientos, no habituales, se alejaban de la auténtica espiritualidad

sufí.

La Escuela de Pechina dejó su impronta en el Reino Nazarí de Granada

(Granada, Almería y Málaga.

En el Reino Nazarí de Granada la ortodoxia religiosa coexistía con un

movimiento sufí notable y, al mismo tiempo, con una moralidad donde el

vino, el libertinaje y el hachís eran una realidad.

MUSICA QAWWALI DE ASIA

El qawwali es un tipo de música religiosa tradicional sudasiática originaria

de la India islámica y Paquistán nacida alrededor del siglo Xii conformada

por una fusión de ritmos arábigos e indostaníes que sirve como vehículo

para difundir la filosofía central del sufismo.

Los qawal eran místicos sufíes errantes que cantaban canciones

islámicas de devoción y enseñanza.


Es una mezcla del raga indio, sistema musical incluyendo poemas o

leyendas compuestos en su origen por grandes poetas sufís incluso se

recitan metáforas para explicar asuntos metafísicos.

Aziz Balouch escribe en su obra Cante Jondo (su origen y evolución. 1955

“El cante grande" jondo como seguiriyas, soleares, cañas, polos, etc.,

está completamente identificado con las música folclórica Sufi, como las

composiciones del magistral poeta místico Shah Latif y muchos otros,

que, al cantar, da la forma exacta melódica del "cante grande".

El pakistaní, Aziz Balouch vino a España buscando referencias sobre el

sufismo en los años 30 y cantó flamenco en la compañia de Pepe

Marchena que lo llamaba marchenita. Finalmente trabajó para la embajada

de Paquistán en España y Escribió un libro sobre la cultura árabe y el

origen del cante jondo.Según la teoría de Aziz Baluch el músico Ziryab

sirvió de puente entre oriente y occidente trayendo elementos musicales

a Córdoba desde su región natal de Sindh.

«Después de más de veinte años de investigaciones sobre el origen y raíz

del Cante Jondo andaluz, he llegado a la conclusión de que éste,

especialmente en sus modalidades “soleares”, “seguiriyas”, “serranas”,

“fandanguillos”, “martinetes”, “cañas”, “polos” y otros más, tienen

auténtica afinidad con el cante folklórico Indo-Pakistán”.

Cuando Ziryab enseñaba su arte en Andalucía, trataba con personas y

terreno conocidos, que en los tiempos siguientes se unieron más.

En las invasiones árabes, la región de Sindh tenía un grado de cultura

superior, y sus conocimientos musicales eran perfectos, cosa que no

tenían los árabes. Se dice que Ziryab había visitado Sind (ahora provincia

de Pakistán, donde está situado Karachi) y que había estudiado el estilo

del cantar Sindhi.

Según el arabista Emilio García Gómez, el músico persa del siglo XI

Ziryab (de voz melodiosa y aguda), nacido en Mosul, Irak en el año

790 poeta, nacido en una familia que trabajaba para el califa abbasi Al-

Mahdi. músico y cantante discípulo del músico y compositor persa Ishaq

al-Mawsili. introdujo en Al Andalus las melodías orientales, añadió al laúd

una quinta cuerda, fundó el primer conservatorio del mundo islámico e

introdujo los cantos melódicos árabes conocidos como nubas. Fue

llamado Ziryab, el Mirlo porque su voz era clara pero su piel oscura.

En la corte cordobesa del emir Abderramán Ii en el 822 estableció uno de

los primeros conservatorios de música del mundo. Según

el arabista Emilio García Gómez, con Ziryab entraron en al-Ándalus las

melodías orientales de origen persa que serían la base de buena parte de


las músicas tradicionales posteriores. Introdujo la nubah andalusi, que

actualmente se considera como la música clásica del norte de África.

MAESTROS SUFIES ANDALUSIES

YUSUF AL KUMI

Otro maestro sevillano Al Kumí le hablaba a menudo de Abú Maydán de

Cantillana, y le decía que solo de hablar de él entraban en un estado de

gracia que le protegía de los peligros del camino a caballo viviendo de

rezar de la Mezquita de Almonaster.

“El camino recorrido no eran más que zarzas que me llegaban a la cintura,

Entonces me pidió que me mirara los pies y la ropa. Bajé los ojos, pero no

descubrí el menor arañazo. «Eso se debe a la gracia espiritual (barakah)

ligada a nuestra conversación sobre Abû Madyan –dijo–. Persevera sobre

el Camino, hijo mío, y seguro que triunfarás.»

De entre los maestros que instruyeron e influenciaron a Ibn ‘Arabî,

destaca n Shams de Marchena y Fátima de Córdoba.

«Entre los santos hay ciertos hombres y mujeres que se llaman

Implorantes (al-awwâhûn) que Alá los bendiga! Encontré uno de ellos en

Marchena de los Olivares, se llamaba Shams y era ya muy anciana».

La otra mujer con la que pasó cierto tiempo fue Fátima de Córdoba:

«Serví como discípulo a un gran adorador de Alá, un gnóstico, una dama

de Sevilla llamada Fâtimah bint Ibn al-Muthannâ. La serví durante varios

años, cuando ella tenía ya más de noventa y cinco. Tocaba el tambor y se

complacía mucho en ello».

Con frecuencia me decía: «Yo soy tu madre espiritual y la luz de tu madre

terrestre». Cuando un día mi madre vino a verla, le dijo: «Hola, luz, éste es

mi hijo y también es tu padre. Considéralo como tu padre, no como tu

hijo, obedécele y no te separes nunca de él».

En 1193, tuvo un encuentro con el guía inmortal de las almas Al-Khadir a

bordo de un barco en el puerto de Túnez. “A mi vuelta a Sevilla, tras un

viaje de tres meses en caravana desde Túnez, un hombre totalmente

desconocido vino a mí y me recitó palabra por palabra el poema

compuesto por mí, pese a que yo no se lo había comunicado a nadie”.

‘‘Una noche, mientras estaba sentado en compañía de mis hermanos en el

barrio Oriental de Sevilla, un extranjero con aspecto de mendigo vino

hacia nosotros. Se sentó y tras entablar conversación, nos recitó estos

versos. Nos gustaron tanto que los escribimos y le preguntamos por su

autor. Respondió que habían sido compuestos por Ibn Arabi en Túnez’’».


En el año 558 emprendió viaje a Oriente, estuvo en Alejandría, en El Cairo

y en La Meca, Konya y Damasco donde se instaló y su fama no tardó en

expandirse. Se encontró a las personalidades más importantes de la Vía

Sufí de aquella época; todos fueron a presentarle sus respetos, así como

a gozar de su presencia y enseñanzas. Murió en Damasco con 76 años

donde está su tumba.

SHAMS DE MARCHENA

En una de sus obras el Maestro Ibn Arabi nos dice "entre los santos hay

ciertos hombres y mujeres que se llaman implorantes o gem idores,

encontré uno de estos en Marchena de los olivares. Se llamaba Shams y

era ya muy anciana. (...) Tenía el poder de expresar los pensamientos de

los demás y una baraka inmensa y manifiesta".

Hay una práctica mística en el islam que consisten en acompañar los

rezos o invocaciones con gemidos y llantos como muestra de aflicción.

Existe la creencia de que cuando la enseñanza del Corán penetra

profundamente en la consciencia y alma de la persona, esto hace que el

corazón se ablande, muchos lloran y a veces se observa algunos que

recitan el Corán en la mezquita llorando al recitarlo. De ahí viene esta

expresión.

Shams Um al Fuqara significa “Sol madre de los pobres”. Los pobres en

términos místicos sufís se refiere a los que tienen el corazón vacío. Abū

Madyan, otro sufí de Cantillana pensaba que los verdaderos sultanes,

señores o príncipes eran los fuqara (los pobres o sufíes). Por este motivo

sufrió persecución por parte de los poderosos.

“Entre los hombres espirituales, nunca he conocido a nadie que tuviera

semejante dominio de su alma. Sus prácticas y sus revelaciones eran

realmente notables. Tenía un corazón fuerte y puro, una energía espiritual

noble y una gran discriminación”.

Vivía en Marchena de los Olivos, donde la visitaba a menudo. Entre

personas de nuestra especie, nunca he conocido a una como ella con

respecto al control que tenía sobre su alma. En sus actividades

espirituales y comunicaciones, ella estaba entre las más grandes. Tenía

un corazón fuerte y puro, un noble poder espiritual y una fina

discriminación. Por lo general, ocultaba su estado espiritual, aunque a

menudo me revelaba algo en secreto porque sabía de mi propio logro, lo

que me alegraba. Ella fue dotada de muchas gracias. Tenía una

experiencia considerable de su intuición y descubrí que era una maestra

en esta esfera. Su estado espiritual se caracterizaba principalmente por

su temor de Dios y su complacencia en ella, la combinación de los dos al

mismo tiempo en una persona era extremadamente rara entre nosotros.


La conocí por primera vez cuando tenía 80 años.

Un día, al-Mawrûrî y yo estábamos con ella. De repente miró hacia otra

parte de la habitación y gritó a todo pulmón: "Alî, regresa y toma el

pañuelo". Cuando le preguntamos con quién estaba hablando, ella explicó

que 'Ali iba de camino a visitarla y que de camino se había sentado a

comer junto a un tramo de agua. Cuando se levantó para reanudar su

viaje se había olvidado del pañuelo. Por eso ella lo había llamado; había

vuelto y había recuperado el pañuelo. `Alî estaba en ese momento a más

de una liga de distancia. Después de una hora llegó y le preguntamos qué

le había pasado en el camino. Nos dijo que se había detenido en un poco

de agua de camino a comer y que luego se había levantado y dejado el

pañuelo. Continuó diciéndonos que luego había escuchado a nuestra

señora Shams llamándolo para que regresara y lo recogiera, lo cual había

hecho. También tenía el poder de expresar los pensamientos de los

demás. Sus revelaciones fueron ciertas y la vi realizar muchas maravillas.

Un día Abdallâh al-Mawrûrf» el moronero, se encontraba en casa de

Shams Umm alFuqarâ’, en Marchena.

Era miércoles. La vieja mujer le dijo: «Me gustaría que Abû al’Hasan b.

Qaytûn viniera a vernos mañana. ¡Escríbele para que venga!». En aquella

época, Abû al-Hasan estaba en Carmona, a siete leguas de allí, donde

enseñaba el Corán a los niños.

Al-Mawrûrf le dijo a Shams: «Es la manera de actuar de la gente

corriente». «¿Qué harás entonces?», preguntó ella. «Le haré venir con mi

himmah pensamiento.»

«Hazlo», dijo ella. Entonces dirigió los pensamientos de Abû al-Hasan

hacia la idea de visitarlos al día siguiente, añadiendo «si Alá quiere» (in

shâ’ Allâh).

Al día siguiente por la mañana, ella le dijo: «Ves, no ha venido».

Él respondió: «Se me había olvidado, pero voy a hacerle venir de

inmediato».

Dirigió de nuevo su himmah hacia él. Poco antes del mediodía, ante el

asombro de todos, el hombre llegó a pesar del olvido de al-Mawrûrf.

Nuestro shaykh dijo entonces a la gente que le preguntaran a aquel

hombre qué había sido lo que había retrasado su llegada, cómo se le

había ocurrido la idea de dirigirse allí.

Abû al-Hasan les respondió lo siguiente: «Ayer, al final de la sobremesa,

oí dentro de mí una voz que me decía que fuera a visitar al día siguiente a

la vieja mujer de Marchena. Entonces les dije a mis alumnos que no

vinieran. Al día siguiente, ya no tenía esa intención». (Es decir, cuando el

shaykh se olvidó.)


«Me dirigí a la escuela; mis alumnos me habían seguido y habían cogido

sus arcillas. Entonces sentí que mi corazón se oprimió violentamente

mientras que la voz me ordenaba que saliera inmediatamente hacia

Marchena para visitar a la vieja señora. Después de enviar a mis alumnos

a sus casas, me puse en camino. Eso es lo que ha motivado mi retraso».

Le dijeron que su relato coincidía perfectamente con lo que había

ocurrido en Marchena.

Abd al-Majîd b. Salmah de Marchena

Era de Marchena de los Olivare, sirvió a Shams Umm al-Fuqarâ, como

muchos de los más grandes shaykhs se beneficiaron de su dirección

espiritual; entre ellos se encuentran ‘Abdallâh al-Mawrûrî, Ahmad b.

Qaytûn y Mu’âdh b. Ashras.

Una noche, mientras rezaba sobre su estera, se dio cuenta de que alguien

había entrado en su habitación, a pesar de que la puerta estaba cerrada.

Se lanzó hacia el desconocido, pero éste le dijo: «¡El que vive en la

intimidad de Alá no se asusta!». Abd al-Majîd le preguntó: «Oh, Sîdî ¿por

qué medios llegan los Abdâl a ser Abdâl?». Él respondió: «Por los cuatro

que ha mencionado Abû Tâlib alMakkî en El alimento de los

corazones:303 el silencio, la soledad, el hambre y la vigilia». A

continuación, le cogió de la mano y, dejando la casa, lo llevó a un lugar de

la tierra donde permanecieron toda la noche invocando a Alá. Con los

primeros albores del día, le volvió a llevar a su casa y se marchó. Su

visitante era uno de los Abdâl y se llamaba Mu’âdh b. Ashras.

Abû ‘Abdallâh de Ronda

Era analfabeto. Una vez le pregunté sobre sus llantos y me respondió:

«Había hecho el juramento de no invocar nunca a Alá contra nadie; sin

embargo, un día lo hice con un hombre que me había irritado, y murió.

Todavía hoy me estoy arrepintiendo»

Nos estábamos preparando para hacer la oración fuera de Marchena,

cuando surgió una diferencia respecto a la qiblah. 211 Entonces indicó la

dirección buena con el dedo diciendo: «¡Ahí está la Ka’bah!». Hicimos la

plegaria y vi el Templo Sagrado con las personas que cumplían sus viajes

rituales; en realidad, hasta percibí a un conocido entre los que estaban

cerca de la Ka’bah. De esta forma, rezábamos con toda certeza. Después

de la oración, la Ka’bah desapareció.

Una de las cosas que le han dado la fama son sus prolongadas

permanencias en una montaña cerca de Morón. Una noche, un hombre

que se encontraba en los alrededores, vio erigirse una columna de luz tan

deslumbrante que no podía mirarla fijamente. Cuando se acercó a ella, se


dio cuenta de que se trataba de Abû ‘Abdallâh, que estaba rezando. El

hombre se marchó a contarle a la gente lo que había visto.

Yusuf Ben Taizza

Este hombre de Carmona estaba tan absorto en la lectura del Corán que

no hablaba con nadie. Ayunaba mucho.

Abū Madyan, de Cantillana, el verdadero maestro de

Ibn Arabí

Abu Maydán fue un sufí nacido en Cantillana, en 1116. y muerto en

en Tlemecén Argellia cuya principal mezquita lleva su nombre en el 1198.

Tlemecén lo considera desde su muerte su santo patrón. Allí se erigió en

su memoria un mausoleo, una mezquita, una madraza y un hammam: un

conjunto arquitectónico, que es joya del arte islámico universal de estilo

hispano-magrebí. Murió camino de Marrakech llamado por

el califa almohade al-Mansur para responder de las acusaciones que

pesaban contra él de hereje, heterodoxo y blasfemo.

De su mano alcanzaron la estación de la certeza (o realización espiritual)

más de trescientos santos, que se distribuyeron por diferentes zonas del

mundo islámico. Su método espiritual era la generosidad y solidaridad

con los demás por medio de la ética de la fraternidad y el compromiso.

Abu Madyan realizó una singular síntesis de todo el sufismo de su época

(oriental, andalusí y magrebí) y le dio una nueva orientación. El se

consideraba un faquir (pobre, que solo necesita a Dios).

Su frase favorita era: "No eres plenamente libre mientras quede en ti un

ápice de tu egoismo",

Ibn Arabi siempre se consideró discípulo de Abu Madyan: era su "maestro

por excelencia", aunque no llegó a conocerlo físicamente. Lo consideraba

"el Heraldo del camino espiritual de Occidente".

Abu Madyan veía que la sociedad humana debería estar presidida por la

sinceridad, en la que los fuqara “debían actuar como guías de la

sociedad, alegres, con clemencia de corazón y compasivos con las

criaturas de Dios”.

“El sufismo no es la (mera) observancia de reglas, ni consiste (sólo) en el

progreso a través de los estados. En su lugar, el sufismo supone

integridad personal, generosidad de espíritu, la emulación de lo que ha

sido revelado, conocimiento del Mensaje (y seguimiento del Camino de

los Profetas)” dijo.


Se centró en la conducta moral, aunque su vía espiritual también estaba

orientada al conocimiento, a la doctrina esotérica y la iluminación

gnóstica. El objetivo fundamental de su enseñanza era llegar a Dios, vivir

su proximidad y su Presencia”

Huérfano, cuando aún era un niño, trabajó para sus hermanos como

pastor de ovejas, pero desde muy joven sintió el deseo del conocimiento,

por lo que huyó de su casa, y tras pasar por Sevilla y Jerez, se embarcó

en Algeciras hacia la otra orilla del Mediterráneo. Trabajó en Ceuta como

pescador y en Marrakech fue obligado a enrolarse en la guardia personal

del sultán. En cuanto pudo marchó a Fez donde se inició en los estudios

coránicos. Allí se formó con grandes eruditos de las ciencias islámicas

exotéricas y esotéricas.

Posteriormente conoció a Abu Ya'za, con el que, después de un largo

periodo de su vida, alcanzó la plena realización espiritual y se convirtió en

maestro de otros sufíes.

Al morir su maestro Abu Ya'za partió hacia Oriente, pero se estableció

en Bugía, Argelia hacia 1177, donde habitaba una importante comunidad

de emigrantes andalusíes. En sus famosos discursos políticos criticaba a

los poderosos y hablaba de los verdaderos sultanes, señores o príncipes

eran los fuqara (los pobres o sufíes). Su fama se extendía por todo

el Magreb y al-Ándalus.

Sus enseñanzas fueron recogidas y publicadas recientemente como "El

fruto de las palabras inspiradas", editada por Almuzara, 2007. Su Diwan o

poemario. Ha sido editado en Damasco como recopilación de la tradición

oral que existe de sus poemas. La tradición oral, que ha sido recogida en

la obra Uns al-faqir

SAN JUAN DE LA CRUZ Y EL ISLAM

Juan de Yepes Álvarez cofundador de la Orden de los Carmelitas

Descalzos con santa Teresa de Jesús Junto con santa Teresa de Jesús,

se considera a san Juan de la Cruz la cumbre de la mística experimental

cristiana. patrono de los poetas en lengua española, es uno de los

36 Doctores de la Iglesia canonizado por Benedicto XIII en 1726. Nació en

1542 en el municipio abulense de Fontiveros. Hijo de un tejedor toledano

de llamado Gonzalo de Yepes y de Catalina Álvarez conversos

descendientes de judíos conversos al cristianismo.

Su estilo tiene influencia del Cantar de los Cantares, y, por otro, la

tradición de la poesía culta italianizante y la tradición de la poesía

popular. Su obra poética está compuesta por tres poemas considerados

mayores: Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva.


El padre de Juan murió cuando tenía cuatro años lo que dejó a la familia

en una difícil situación. Entre 1559 y 1563, estudia con los jesuitas.

En 1567 regresa a Medina del Campo por unos pocos días para ser

ordenado presbítero y celebrar su primera misa. y allí conoce a Teresa de

Cepeda y Ahumada. Teresa convence a Juan y lo une a su causa de

reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad de

los carmelitas calzados.

En 1575 había sido detenido y encarcelado en Medina del Campo durante

unos días por los frailes calzados y el 3 de diciembre de 1577 Juan de la

Cruz es nuevamente apresado y trasladado al convento de frailes

carmelitas de Toledo. Para retractarse de la Reforma teresiana. Ante su

negativa, es recluido en una prisión conventual durante ocho meses. El

18 de mayo de 1578, con la ayuda de un carcelero, se escapa en medio de

la noche y se acoge en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas,

también en Toledo.

En 1578 se dirige donde vivió en Beas de Segura, Jaén, Baeza y Granada,

Segovia, La Carolina y es trasladado a Úbeda, donde muere la noche del

13 al 14 de diciembre.

La difusión de su obra fue manuscrita, de los cuales el único comprobado

es el de Sanlucar de Barrameda.

CODICES DE SAN JUAN DE LA CRUZ EN MARCHENA

Los Ponce de León amaron la poesía de San Juan de la Cruz. Tanto que

en Marchena se han encontrado dos códices antiguos del Cántico

Espiritual uno en el convento de Santa María y otro en Santa Clara. El de

Santa María o "Códice Mch" fue descubierto por el investigador

mercedario Luis Vázquez Fernández, de la Real Academia de Doctores de

Madrid, cuando buscaba poemas de la Madre Antigua, que Vázquez cree

que tuvo algún trato directo con San Juan de la Cruz a través de carta, ya

que la monja enterrada en el coro de las clarisas de Marchena usó los

poemas de Juan de Yepes antes de que éstos fueran publicados.

Se ha comprobado que la Madre Antigua utilizó algunos versos de San

Juan de la Cruz en sus propios escritos cuando la obra de este todavía no

había sido publicada aunque circulaba en copias manuscritas.

Luis Vázquez cree que la presencia en Santa María del Códice de San

Juan de la Cruz se debe al duque Pedro Ponce de León Dominico, Rector

de la Universidad de Salamanca, obispo de Ciudad Rodrigo, que escribió


el "Tratado de oración y contemplación" de clara influencia

sanjuanista. Otra Ponce de León, Ana, Duquesa de Feria y monja clarisa

en Montilla trató a Fray Luis de Granada.

Según luis Vázquez en el inventario de los libros que tenían los Duques

en el Palacio Ducal de Marchena aparece el Cántico Espiritual.

El códice conservado aún en Santa María de Marchena fue publicado en

1996 en una edición facsímil por el Ayuntamiento de Úbeda, donde murió

el santo y es una copia muy antigua del Cántico B o Manuscrito de Jaén,

(conservado en el convento de Santa Teresa) la segunda remodelación

del texto realizada por el doctor de la Iglesia. Tanto éste manuscrito como

el de Sanlúcar de Barrameda, Códice A, que conserva notas y

correcciones del Santo de Fontiveros, fueron declarados Bien de Interés

Cultural en 2013.

La copia del convento de Santa Clara o Códice GV la encontró Guillermo

García Valdecasas, investigador del colegio español de Bolonia fue

propiedad de la Madre Antigua. Según Valdecasas lo encontró cuando se

destruyó el convento de Santa Clara en un descampado entre basura y

libros viejos que iban a ser quemados. El chatarrero de Marchena

(Ismael ) se lo vendió por 35 pesetas y de esta forma se libró de las llamas

y fue presentado en el congreso internacional de Roma de 1991.

La venerable Sor María de la Antigua, era una hija de labradores nacida

en 1566 en Cazalla de la Sierra (Sevilla) y murió el 21 de septiembre 1617 y

luego su cuerpo fue trasladado al convento de Santa María de Marchena

en cuyo coro está enterrada.

Pese a ser iletrada y carecer de estudios sus poesías están a la altura de

los mejores poetas de su siglo. La Biblioteca Nacional de España los

incluyó en una exposición sobre poesía femenina junto a Sor Juana Inés

de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

Su escritura era revelada, -así lo decretaron todos los jueces eclesiásticos

de todas las órdenes que vieron los textos- tenía visiones, veía y hablaba

con muertos y veía a Jesús y la Virgen, la primera vez, en un descampado

junto a Santa Clara, donde se puso la cruz de hierro que hoy está en uno

de los patios del convento de la Concepción. El convento también

conserva sus reliquias además de su tumba.

Al final de su libro Desengaño de Religiosos la franciscana Madre Antigua

explica cómo a través de sueños y revelaciones sintió la necesidad de

marcharse de Santa Clara de Marchena donde estuvo 37 años para fundar

un convento de la Merced Descalza en Lora del Río y así ayudar a

reformar dicha orden.

A cambio de que le entregaran su cuerpo convertido en reliquia por su

fama de santa, el Duque fundó dos conventos en Marchena, Santa Maria y


San Andrés y otros tres fuera de Marchena. La llegada de su cuerpo a

Marchena en un carro de bueyes desde Sevilla fue una manifestación

masiva de entrega.

Una muerte sobrenatural

La llegada de la Madre Antigua al convento de Lora fue el 19 de junio de

1617. En septiembre tuvo unas calenturas pero el médico no le dió

importancia. El día antes de su muerte dia 21 de septiembre estaba

comiendo con el resto de hermanas.

"Dos religiosas que la asistían trataron de algunas materias espirituales, y

de los favores grandes que nuestro señor le hacía, y fue tan grande el

movimiento y arrebatamiento que hizo su alma y los efectos visbles y

ansiosos de su corazón aunque con serenidad y quietud y paz del cuerpo

que no habló más palabra". Todos los médicos y religiosos que la

asistieron dijeron que "no pudo ser aquel acciente efecto natural sino

sobrenatural e incendio prodigoso de amor divino". Estuvo así unas

horas y el viernes 22 de septiembre a las cuatro de la mañana "dió el

espíritu al señor que con tantas ansias deseaba ver y amar eternamente".

ROMANCE DE SOR MARIA DE LA ANTIGUA

Socorred ya, Señor mío,

el fuego de mis entrañas,

que el alma cuando os recibe

parece que ya se abrasa.

Es el fuego tan inmenso

que quiere abrasar el alma,

que afectos de Dios unido

le causan divinas llamas.

Mas el alma como niña

que la regalan y acallan,

en lugar de alegres risas,

se convierte en vivas aguas.

Mas, ¡cómo siente consuelo

en verse encender el alma

con los regalos dichosos

en cuyas llamas se abrasa!

Son los regalos de Dios

llamas que encienden el alma,

con las cuales se aligeran

los afectos de esperanza.

Y espera que ha de gozar

el alma en la eterna Patria

de la presencia de Dios,

sin jamás desear nada.

Y cuando el alma suspira,


no es de pena ni enojada,

sino por verse tan rica

en las gustosas moradas.

SAN JUAN DE LA CRUZ E IBN ARABI

San Juan de la Cruz e Ibn Arabi son dos compatriotas, separados por tres

siglos que usan la poesía como texto inspirado para comunicar sus

experiencias visionarias.

Los expertos, españoles y extranjeros, se sorprenden por la aparente

«extranjería» de los versos de San Juan, usando metáforas e imágenes

como símbolos visionarios, que expresan el estado espiritual del poeta, al

igual que el sufismo y como ellos bebe de la tradición oral y de la poesía

popular, y usa elementos de la naturaleza como animales, árboles, flores

y otras imágenes de la naturaleza comunes con los poetas sufíes de todo

el mundo islámico.


El vino y la embriaguez significan éxtasis y elevado estado espiritual. El

amado y la amada, son el alma y Dios es el amado, con una lectura

incluso erótica.

Tras de un amoroso lance, y no de esperanza falto, volé tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance. (San Juan de la Cruz 1991, vol I, p. 76)

Hallāŷ (m. 920) exclamaba: «Vuelo con mis alas hacia mi Amado”. San

Juan alude en sus escritos en prosa al «pájaro solitario» que «no tiene

color determinado». Mientras que la metáfora sufí es que el alma perfecta

no tiene color. El Simorq, es un legendario pájaro iraní, que los sufíes

usan como imagen del guía espiritual perfecto, “que contiene «todos los

colores... pero no tiene color».

Cómo pudo San Juan haber tenido acceso específicamente a la tradición

sufí sigue siendo un misterio, pero mientras no aparezcan nuevas

pruebas, la explicación más plausible es que tuvo contacto con los

moriscos, cripto-musulmanes que habían sido forzados a convertirse al

cristianismo.

Lluz y el fuego, son metáforas de tradición mazdeísta o zoroastriana, en la

obra de Sohrawardi, Maestro de la Iluminación). Luce habla de la

existencia de una secta de alumbrados (illuminados) en la España del

siglo XVI, en tiempos de San Juan, cuyo nombre se corresponde con la

escuela teosófica, discípula de Sohrawardi.

San Juan, por ejemplo en Llama de amor viva. Su «paráfrasis» del Cantar

de los cantares, es decir el Cántico espiritual, utiliza la imaginería, erótica

de por sí, del Esposo y la Esposa de la canción de Salomón, y le da los

matices de Amado y enamorado que se encuentran en la poesía sufí.

La poesía de San Juan representa una ruptura total con la tradición

española, y cristiana en general, y está repleta del imaginario sufí. En su

obra “San Juan de la Cruz y el Islam”, dice que es único en lo que parece

ser un modo de poesía sufí, no habiendo tenido ni predecesores

inmediatos ni sucesores.

El poema Noche oscura de San Juan de la Cruz (1542-1591) es, sin duda,

uno de los más representativos de la cultura occidental. De su contenido,

síntesis genial de “la junta del alma con Dios”, recordemos tan solo la

estrofa central, la celebración de la noche de amor: ¡Oh noche que

guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste

Amado con amada, Amada en el Amado transformada!.


RELACIÓN DE SAN JUAN DE LA CRUZ CON SANTA TERESA

POESIA MISTICA

Durante la segunda mitad del siglo XVI surge una poesía mística cuyo

origen religioso tiene la base en la idea de la unión del alma con Dios.

Para lograr alcanzar esa unión divina, hay que desprenderse del pecado

terrenal (huyendo del mundo hacia la naturaleza) y purificarse. No

obstante, no es suficiente con este proceso, puesto que la unión mística

es un proceso que solo se concede a unos pocos agraciados, por lo que

no depende de la voluntad humana.

Los autores que han logrado alcanzar ese estado no son capaces de

expresar con palabras la divinidad; por tanto, recurren a símbolos y

recursos literarios similares a los del amor humano. En nuestro país

destacan las composiciones de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de la

Cruz.

Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Ávila en 1518 y falleció en Alba

de Tormes en 1582. Sin formación superior, pues esta estaba

reservada a los varones, ha logrado convertirse en uno de los máximo

exponentes de la literatura de su tiempo. Durante su infancia, Teresa leyó

compulsivamente los libros que su padre guardaba. Ingresó en el

convento de Ávila, pero lo abandonó enferma a los pocos meses. Más

tarde ingresó en la orden carmelita, de la que fue gran impulsora.

Los problemas de salud persistieron durante su vida monacal. Su

experiencia mística se fue forjando con visiones, hasta llegar a la

transverberación, conocida como éxtasis de Santa Teresa y que ha

influido en el arte posterior.

Escribió poemas y obras en prosa como El libro de la vida, Las moradas

o El castillo interior, o Camino a la perfección, en las que ella misma

narra sus experiencias religiosas. La poesía mística de Teresa de Ávila

se caracteriza por la dificultad de hallar las palabras adecuadas que

logren expresar la unión entre lo humano y lo divino. Recurre a las

formas tradicionales y a la expresión amorosa tradicional para

expresar los sentimientos.

San Juan de la Cruz nació en 1542 en Fontiveros (Ávila) y murió en

1591 en Úbeda (Jaén). Este monje carmelita intentó expandir una

nueva forma de entender la fe que se basaba en la vida retirada, la

austeridad y la espiritualidad, lo que lo llevó a unirse a los carmelitas

descalzos. Las diferencias con los otros integrantes de la orden


carmelita provocaron conflictos que dieron con San Juan de la Cruz en

la prisión de Toledo, donde se dice que comienza su obra poética.

Estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Salamanca, donde

posiblemente coincidió con fray Luis de León.

San Juan de la Cruz no cuenta con una obra poética muy extensa

(apenas mil versos); sin embargo, está considerado uno de los poetas

más representativos de nuestras letras. Destacan sobremanera sus

composiciones mayores: Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de

amor viva.

Los principales temas de su poesía se relacionan con la tradición

neoplatónica y, sobre todo, la religiosa. La influencia del Cantar de los

Cantares y de la poesía tradicional medieval le otorgan mayor amplitud

en sus creaciones. El tema principal de su obra, la incesante búsqueda

de la unión mística del alma con Dios, se expresa de manera similar a

la relaciones de amor humano. En medio de esta analogía con la

expresión del amor, Dios se presenta como el amado mientras el

alma ocupa el papel de la amada.

El estilo poético de San Juan está definido por el uso de abundantes

símbolos que son metáforas que van más allá del amor humano (la

fuente, la noche, el ciervo...). La lira se mantiene como forma elegida

para dominar un estilo sencillo marcado por la musicalidad y la

precisión.

RELACION ENTRE AMBOS

Un espíritu de incomprensión, de intolerancia y de incomodidad dominó

en varios frailes carmelitas ante la reforma que había empezado santa

Teresa de Jesús, con la cual fray Juan estaba colaborando y habían

fundado la primera casa de los frailes descalzos, en Duruelo, el día 28 de

noviembre del año 1568. Este espíritu de rechazo de la obra reformadora

de santa Teresa de Jesús, salió a la luz en el momento de la elección de

una nueva priora para el monasterio de La Encarnación, siendo Teresa

priora de san José, su primera fundación en Ávila. El día de la elección, el

padre provincial fray Juan Gutiérrez, enviado por el vicario general fray

Jerónimo Tostado, amenazó a todas las monjas del monasterio de La

Encarnación con excomunión a cualquiera que votase por una monja que

no viviese en el monasterio; amenaza que seguramente se refería de

manera implícita a la prohibición de votar por Teresa de Jesús. A pesar de

todo, el resultado fue el siguiente: las electoras eran 98; la madre Teresa

recibió 54 votos y la segunda 39. El provincial ordenó que se hiciera una

nueva votación, porque no estaba de acuerdo con el resultado. Las

monjas que apoyaban a Teresa pidieron esperar hasta saber la posición

real del vicario general. Pero el provincial no aceptó la propuesta, y

proclamó como excomulgadas a las 54 monjas que votaron a favor de


Teresa y nombró a Juana del Águila como priora, aquella que recibió sólo

39 votos.

El apoyo que manifestó san Juan de la Cruz a Teresa y a todas las monjas

excomulgadas, tuvo influencia, sin duda, en la decisión de los frailes

carmelitas de encarcelar a fray Juan de la Cruz. Fue arrestado el día 2 de

diciembre por la noche, del año 1577, y entre el día 4 y el día 8 del mismo

mes fue llevado a Toledo donde se quedó como prisionero en la cárcel del

convento por casi nueve meses.

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,

y de tal manera espero,

que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí

después que muero de amor;

porque vivo en el Señor,

que me quiso para sí:

cuando el corazón le di

puse en él este letrero

que muero porque no muero.

Esta divina prisión

del amor con que yo vivo

ha hecho a Dios mi cautivo,

y libre mi corazón;

y causa en mí tal pasión

ver a Dios mi prisionero,

que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!

¡Qué duros estos destierros,

esta cárcel, estos hierros

en que el alma está metida!

Solo esperar la salida

me causa dolor tan fiero,

que muero porque no muero. [...]

Santa Teresa de Jesús

La noche oscura

En una noche oscura,

con ansias, en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!,

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada.


A oscuras y segura,

por la secreta escala, disfrazada,

¡oh dichosa ventura!,

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz y guía

sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba

más cierto que la luz de mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!

¡oh noche amable más que el alborada!

¡oh noche que juntaste

Amado con amada,

amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería

y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el Amado,

cesó todo y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

SAN JUAN DE LA CRUZ

El símbolo de la noche se emplea en otras tradiciones religiosas o

espirituales, no solo occidentales, sino también orientales. En este

sentido, la noche y sus proyecciones tenebrosas conforman un arquetipo

universal de la atracción de las fuerzas mortales o bien de la aspiración


del alma a lo absoluto. Eros y Thanatos se alían y se oponen en esta

imagen.

La tiniebla, según La Teología mística del Pseudo-Dionisio (siglo V), es el

lugar, por excelencia y por métafora, donde se efectúa la unión mística4 .

Tiniebla, noche, oscuridad, todo el campo semántico o ideológico que

abarca esos términos, define o delinea la extensión psíquica y espiritual

de la transformación de la amada en el amado, el territorio “en que está el

alma hecha divina y Dios por participación, cuanto se puede en esta

vida”.

LIBRO DE LAS MORADAS DE SANTA TERESA

En este libro calificado como obra cumbre de la literatura religiosa

universal trata de la oración, de la perseverancia, del abandono en las

manos de Dios, de las gracias que él da y de cómo acceder a la cámara

donde está tan gran Rey, claro está luego de pasar del foso que nos

separa del castillo y de ingresar en él a fuerza sobre todo de amor. Para

entrar al castillo hay que pasar por 6 moradas hasta llegar a la definitiva y

última donde ocurre la más íntima unión que con Dios se puede tener.

Primera: Allí se encuentran las almas envueltas en miles de quehaceres y

preocupaciones que Teresa llama sabandijas que si no huimos de ellas

nos pueden impedir el paso a la siguiente morada la recomendación es

perseverar en la oración y alejarse de las ocasiones de caída.

Segunda: Son las almas que ya ha llamado el Señor y aunque aún sufren

pequeñas derrotas no se desaniman y sus deseos de seguir son grandes

y parece que sienten la ayuda de su Señor.

Tercera: Hay que hacer penitencia para evitar los pecados, hay que orar y

recogerse con gran valentía y buscan aún a Dios por sus regalos pero

sienten aún algún apego por el mundo.

Cuarta: Se sienten llamadas por un deseo interior y crecen en virtudes

sobre todo la humildad gozan del Señor por la oración y aún en su cuerpo

ya sienten algo de dicha.

Quinta: El Sabio instruye ocupando las potencias del alma (inteligencia,

memoria y voluntad) y es él quien otorga toda la gracia a las almas con

las que quiere unirse plenamente.

Sexta: Aunque hay gran experiencia sobrenatural también hay un dolor

pero que es purificante y luego vienen cosas que no se pueden expresar

con lenguaje humano, sólo el alma quiere amar y aunque la experiencia

dure tan sólo como un relámpago deja excelentes resultados en el alma.

Séptima: Ocurre el ingreso a lo más íntimo del alma donde habita el rey y

el alma se hace una con él sin perder su identidad lo que algunos

maestros llaman deificación y los efectos que produce son maravillosos


como una gran paz interior que no se pierde, mucha paz cuando se es

perseguido, grandes deseos de ver al Rey.

Explica Santa Teresa: Cuando el corazón está cargado y lleno de tanto

dolor, odio, miedo, desconfianza, entre tantos aspectos que no vienen de

Dios, el corazón se detiene. Un corazón con miedo no llega a la santidad.

Un corazón con odio es un corazón que se enferma cada vez más y se

aleja de la Luz. Es necesario que limpien el corazón, es necesario que lo

purifiquen, es necesario, que sean humildes.

El humilde recibe el Amor, el humilde da el amor. El corazón que no es

humilde difícilmente avanzará, porque este camino de santidad es un

camino para los humildes.

Verdad es que no en todas las moradas podréis entrar por vuestras

fuerzas, aunque os parezca las tenéis grandes, si no os mete el mismo

Señor del castillo. Por eso os aviso, que ninguna fuerza pongáis, si

hallareis resistencia alguna, porque le enojaréis de manera, que nunca os

deje entrar en ellas. Es muy amigo de humildad. Con teneros por tales

que no merecéis aún entrar en las terceras, le ganaréis más presto la

voluntad para llegar a las quintas; y de tal manera le podéis servir desde

allí, continuando a ir muchas veces a ellas, que os meta en la misma

morada que tiene para Sí, de donde no salgáis más.

LAS MORADAS EN EL SUFISMO

En el libro “Las Moradas de los Corazones” escrito por Abu Hasan al Nûrî

de Bagdad de la escuela sufí de Bagdad del siglo IX es un ejemplo de

cómo las teorías de este maestro llegaron al cristianismo.

Según la investigadora Luce López Baralt las teorías místicas de este

contemplativo pionero, influyeron a las figuras más im portantes del

sufismo, “las últimas huellas del legado espiritual del antiguo maestro de

Bagdad la encontramos en la misteriosa simbología mística de san Juan

de la Cruz y santa teresa de Jesús” indica Luce López Baralt aunque se

des conoce a través de qué vías llegaron.

Una leyenda dice que cuando el maestro se refugiaba a meditar durante la

noche en su retiro del desierto una luz ascendía desde su celda hacia lo

alto de los cielos oscurecidos.

FARGMENTOS DEL LIBRO DE LAS MORADAS DEL CORAZON

Debes saber que Dios –enaltecido sea- creó una casa en el interior del

creyente, que se llama corazón (qalb). E hizo soplar en esta casa un

viento que procede de Su generosidad, y con él la purifica de la

asociación, de la duda, de la hipocresía y de la discordia. Luego envió

Dios a esta casa una nube procedente de Su gracia. Y al hacer que

lloviera sobre la casa del corazón, hizo que distintas clases de plantas

germinaran: las plantas de la certeza, las plantas de la confianza, las


plantas del temor a Dios, las plantas de la esperanza y las plantas del

amor.

Hay cuatro moradas en los corazones. Y esto es así porque Dios –

enaltecido sea – dio al corazón cuatro nombres: pecho (sadr), corazón

(qalb), corazón profundo (fu’âd), y corazón recóndito (lubb). El pecho

(sadr) es la sede de la sumisión (islam), pues Dios –enaltecido sea- dejó

dicho: “aquel a quien Dios ha abierto su pecho (sadr) al Islam…” (Corán

39,22). Y el corazón (qalb) es la sede de la fe.

El corazón recóndito es la sede de la Unidad de Dios; el corazón profundo

es la sede de la gnosis; el corazón (qalb) es la sede de la fe y el pecho es

la sede de la sumisión (islam).

La gnosis implica el conocimiento positivo de Dios a través de Sus

excelsos atributos y de Sus nombres supremamente hermosos.

Y la gnosis (ma’rifa) no es posible sin que se proclame la unidad de Dios;

y la fe no es posible sin la gnosis; y la sumisión tampoco es posible sin la

fe. De aquí se desprende que aquel que no proclama la Unidad de Dios no

posee la gnosis; y aquel que no tiene gnosis no tiene fe.

Luego plantó frente a la casa el árbol de la gnosis, cuyas raíces penetran

el corazón del creyente, mientras que sus ramas se extienden al cielo,

llegando justamente debajo del Trono de Dios (Corán 14,24). Y Dios puso

a la parte derecha (de este árbol) el diván, y, a su parte izquierda, un

tálamo, formado por Sus leyes.

Debes saber que Dios –enaltecido sea- puso siete cosas en el corazón del

ser humano para que éste pudiera conocerle. La primera es la

mansedumbre (linâ), con la que ha ablandado el corazón para hacerlo

maleable, tal como queda indicado: “(Al oír la revelación de la escritura)

se estremecen quienes tienen miedo de su Señor; luego se calman en

cuerpo y en espíritu al recuerdo de Dios” (Corán 39,23). Entonces, luego

de la mansedumbre, viene la expansión, según la palabra de Dios,

enaltecido sea: “…aquel cuyo pecho Dios ha expandido al Islam camina

en la luz que procede de su Señor.” (39,22). Es decir, aquel a quien Dios le

ha expandido el corazón de manera que contenga toda la sabiduría que

los cielos, la tierra y las montañas son incapaces de contener (33,72).

Después viene la curación de la enfermedad, según la palabra de Dios,

enaltecido sea: “(Dios curará (el resentimiento de) los pechos de la gente

creyente” (9,14). Después viene la guía espiritual, pues ha dicho Dios:

“Dios os ha hecho amar la fe, engalanándola a vuestros corazones”

(49,7). Luego está la tranquilidad (sakîna) y la quietud, que hace que el

corazón sólo encuentre sosiego en Él, según la palabra de Dios,

enaltecido sea (48,4): “Él es quien hace descender la tranquilidad en el

corazón de los creyentes…”. Finalmente, se encuentra la iluminación,

como dice la palabra de Dios (24,35): “Dios dirige a Su luz a quien Él

quiere”.


Hay tres corazones El primer corazón es el corazón del infiel

(desobediente). Es una morada en ruinas habitada por demonios y llena

de inmundicias e impurezas. El segundo corazón es el corazón del fiel

(obediente), y es la residencia de los sabios, de aquellos cuyas acciones

son sinceras y puras. Dios guarda cosas en ese corazón, y ha puesto un

guardián que vele por su protección. Y, finalmente, está el corazón del

gnóstico, que es una morada llena de tesoros dignos de un rey, repleto de

joyas, de perlas y de piedras preciosas. Y el Señor mismo es su

protección, y su guardián, y su custodio, y El que vela sobre (este

corazón). No hay Señor sino Él.

Los corazones de los gnósticos Dios –enaltecido sea- tiene jardines sobre

la faz de la tierra. Aquel que aspira el perfume de estos jardines ya no

desea el Paraíso. Y estos jardines son los corazones de los gnósticos.

Los castillos del corazón del creyente Has de saber que Dios –enaltecido

sea- ha creado en el corazón del creyente siete castillos con cercos y

muros alrededor. Ordenó al creyente que se mantuviera dentro de estos

castillos, mientras permitió que Satanás permaneciera fuera, desde le

llama y le ladra como el perro. El primer castillo cercado es de corindón, y

es el conocimiento místico de Dios –enaltecido sea-; y a su alrededor hay

un castillo de oro que es la fe en Dios –enaltecido sea-, y a su alrededor

hay un castillo de plata, que es la pureza de intención en los dichos y en

la acción; y a su alrededor hay un castillo de hierro, que es la

conformidad con el divino beneplácito; y a su alrededor hay un castillo de

bronce, que es la ejecución de las prescripciones de Dios –enaltecido

sea-; y a su alrededor hay un castillo de alumbre, que es el cumplimiento

de los mandamientos de Dios positivos y negativos; y a su alrededor hay

un castillo de barro cocido, que es la educación del alma sensitiva (nafs)

en toda acción.

El fuego del corazón del creyente Hay cuatro clases diferentes de fuego

en el corazón del creyente: el fuego del temor, el fuego del amor, el fuego

de la gnosis y el fuego del deseo (sawq). El fuego del temor quema la

dulzura de la desobediencia; el fuego del amor quema la dulzura de la

obediencia; el fuego de la gnosis quema la dulzura del apego; y el fuego

del deseo quema el espíritu mismo, hasta que finalmente alcanza el

Beneplácito del Bien Amado.

El jardín del corazón del gnóstico creyente El corazón del gnóstico pasta

en tres prados: en el prado de la severidad; en el prado de las

bendiciones; y en el prado de la gracia: Cuando el corazón pasta en el

prado de la severidad (de Dios) lo subyuga el pudor; y cuando pasta en el

prado de las bendiciones, lo subyuga la esperanza; y cuando pasta en el

prado de la gracia, se mantiene firme en la fidelidad. Las luces del

corazón del gnóstico Hay tres luces en el corazón del gnóstico: la luz de

la gnosis, la luz del intelecto, y la luz de la ciencia. La gnosis es como el

sol, la inteligencia como la luna, y la ciencia como las estrellas. Entonces

la luz de la gnosis tiende un velo sobre la pasión, y la luz del intelecto

tiende un velo sobre la concupiscencia, y la luz de la ciencia tiende un


velo sobre la ignorancia. Entonces, por la luz de la gnosis el gnóstico

contempla a su señor –enaltecido sea-; y por la luz del intelecto acepta la

Verdad; y por la luz de la ciencia, vive de acuerdo a esa Verdad.

LA FAMILIA DE SANTA TERESA EN OSUNA

Santa Teresa de Avila descendía de Alonso Sánchez de Toledo, su

abuelo, que era mercader de paños en Toledo, donde había vivido

siempre profesando la fe judaica; su hijo, en cambio, se convirtió al

cristianismo el 20 de julio de 1485.

Gracias a su holgura económica se relacionaba solo con hidalgos y

pronto fue considerado como un hidalgo pese a su origen judío.

Don Juan había judaizado y fue penitenciado por la Inquisición en Toledo.

A raíz de este trance, tuvo que trasladar su negocio de paños a Ávila,

donde volvió a prosperar, educando sus hijos cristianamente y casando a

todos con familias hidalgas.

Pese a los retrasos ocasionados por el levantamiento comunero y una

investigación sobre su origen judeoconverso, el 16 de noviembre de 1520

los alcaldes de los hijosdalgo de Valladolid fallaron sentencia favorable

declarando hidalgos a los hermanos Cepeda, y prohibiendo que en

adelante se les cobrara pecho alguno a Alonso Sánchez de Cepeda, Pero

Sánchez de Cepeda, Ruy Sánchez de Cepeda y Francisco Álvarez de

Cepeda.

El padre de Santa Teresa era Alonso Sánchez de Cepeda, hijo de Juan

Sánchez de Toledo que en 1509 se casa con Beatriz de Ahumada, y de

este matrimonio nació la primera hija el 28 de marzo 1515, que recibió el

nombre de la abuela y el apellido de su madre: Teresa de Ahumada. Fue

su tío Pedro Sánchez de Cepeda, converso en cuya casa comenzó a leer

al franciscano Francisco de Osuna que “trata de enseñar oración de

recogimiento”, y que dejó una huella decisiva en su alma.


Teresa conoció los esfuerzos de su padre y de sus tíos conversos para

lograr una declaración de hidalguía.

Los Cepeda, a pesar de haber suprimido el judaizante apellido de Sánchez

figuraban como “modelo de familia judeo-conversa”. En ese tiempo tener

ascendentes judíos era la mayor infamia; por eso hicieron una

“ejecutorias de hidalguía”, donde quedaban libres de toda mancha. Así,

el tema de la honra, es el tema central de los escritos teresianos, y

corresponde a la obsesión por la “negra honra” de parte de los

conversos.

SANTA TERESA Y SAN FRANCISCO DE BORJA

Los alumbrados habían sembrado terror y, en 1559, el pánico de la

infiltración erasmista y protestante llevó la Inquisición a tomar medidas

drásticas contra los “espirituales”, especial a las mujeres.

Teresa ya tenía por ese tiempo frecuentes experiencias místicas, visiones

y hasta levitaciones por lo que buscaba la ayuda de personas espirituales

como Francisco de Borja, el Jesuta que fundó el colegio de esta orden en

Marchena junto con los Duques de Arcos. Teresa de Jesús se reúne con

Francisco de Borja a fines de mayo de 1554 y 1557. Después de haberle

oído, le dijo “que era espíritu de Dios" y no del diablo el que habitaba en

Santa Teresa ya que la tomaban por endemoniada. Desde 1571 a 1577 la

relación de Teresa con Juan de la Cruz se vuelve cotidiana, cuando ella

estaba fundando más conventos por Andalucía y Castilla de los

carmelitas descalzos.

LOS DESCENDIENTES DE SANTA TERESA EN OSUNA

Una rama de los Cepeda llegó a Osuna a finales del XVI al servicio del

Duque de Osuna y allí construyen una casa Palacio en el XVIII en la calle

Huerta.

Otras ramas de los Cepeda vivieron en Almonte, Palma del Condado y

Villalba del Alcor.

Juan Lucas de Cepeda Torres-Montes era alcalde y regidor perpetuo de la

Villa de Osuna, y en 1690 se casa con Teresa Ángela de Toro Góngora.

Sus descendientes construyen en el XVIII una casa palacio en la calle

Huerta que actualmente es la sede del juzgado de Osuna. Eran

descendientes del padre de Santa Teresa por quinta generación t al y

como publicó Rosario Moreno Ortega Lda. Geografía e Historia en los

cuadernos de Amigos de los Museos de Osuna.


En 1827 se seguía celebrando la fiesta y procesión de Santa Teresa pagad

a por la familia Cepeda desde la Colegiata hasta los carmelitas.

Y así la imagen de Santa Teresa preside el zaguán y descansillo de la

escalera principal en la calle de la Huerta y la finca rural que tenían en

Osuna con el nombre de Jornía y todos los retablos que construyeron en

Osuna como el retablo mayor de San Agustín, otro en la iglesia de los

Carmelitas, en Santa Clara, en San Arcadio, San José en las Descalzas e

igualmente en el de San José de Consolación.

La familia Cepeda Toro tuvo nueve hijos, cinco de ellos tuvieron vida

religiosa. Cuatro hembras –tres en el convento de la Concepción de

Osuna, una en las carmelitas descalzas de Aguilar– y un varón, Juan, en

el convento de San Agustín de Osuna.

El primogénito y heredero era José de Cepeda y Toro, viudo de D.ª Inés

M.ª de Cepeda que muere el 26 de Julio de 1.779 pidiendo ser amortajado

con el hábito de la Orden Franciscana, enterrado en la capilla del Cristo

de la Veracruz como sus descendientes. Fue síndico general de la orden

franciscana y posteriormente particular del convento de Osuna y patrono

de Santa Clara de Osuna tras donar dos mil ducados de oro.

José Cepeda y Toro pagaba la fiesta y procesión de San Francisco de

Osuna, en donde la imagen del pobre de Asís baja de la colegiata al

convento de la orden. Por herencia familiar fue hermano mayor y

administrador de la hermandad de la Veracruz de Osuna. La familia

Cepeda vivió en Osuna hasta mediados del XIX.

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