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ESTIENNE-GUADALUPE-La otredad

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Universidad nacional de las artes Visuales

Historia de la cultura I

Castillo

2021

Monografía:

La otredad (el otro) el cuerpo y el género en el mundo medieval

Estienne Guadalupe

41779356

Licenciatura en artes visuales

guadiest@gmail.com


Introducción:

Este ensayo tiene por objetivo reflexionar sobre la otredad femenina en el

mundo medieval, y el lugar que la historia ha dejado a la mujer. Buscaré reflexionar

sobre el concepto de las 4 mujeres de dios: la bruja, la puta, la tonta y la santa,

contextualizando y tratando de explicar las condiciones sociales a las que fueron

reducidas, además de a su vez poder relacionarlo con el eminente patriarcado que

aún existe en día de hoy está tan presente en nuestra vida cotidiana como mujeres.

Haciendo uso de la herramienta de aprender de nuestra historia, explicaré varias

temáticas que hoy en día nos afectan como individuos y armar una suerte de

reflexiones para defender el lugar de la mujer como un igual al hombre en la

sociedad.

Reconozco que el uso del término "mujer" o pronombres femeninos como

plurales genéricos es una falencia a hora de tratar de abarcar el dia hoy a todas

aquellas personas que cuya igualdad de derechos se vea reducida por su condición

de mujer sin identificarse necesariamente con el género femenino (como es el caso

de una persona no binaria). Sin embargo, me tomaré libertad, en base a la

necesidad, de realizar esta generalización, puesto que me encuentro frente al

análisis de una historia donde aún no se había desarrollado este sistema de

identidades y no es realmente pertinente al contenido de este ensayo.

Desarrollo:

La puta

Lo primero a tener en cuenta a la hora de identificar estas cuatro categorías

de la mujer, es que cada uno de estos términos utilizados, marcan un reproche a

mujer por el simple hecho de su condición. Empezando con la categoría de la puta:

desde un principio, la iglesia, y parecería que la sociedad en general, ha puesto a la

mujer en un lugar de inferioridad, que a la largo de la historia ha parecido algo

natural en el día a día, pero que en realidad corre por una suerte de lógica misógina

sin ningún tipo de coherencia.

A lo largo de la edad media, la iglesia siempre prestó especial atención al

coito y todo lo que esto implicó. Para empezar, el termino puta es hasta el día de

hoy una terminología que se utiliza a forma de insulto, haciendo referencia a que si

una mujer ejerce la prostitución, es una condición tan avergonzante y deplorable

que debería ser humillada por eso. Este hecho y connotación no fueron casualidad,

la iglesia tomó especial relevancia a la hora de poder formar toda esta interpretación

de la palabra. A partir del siglo XIII, y sobre todo del XVI, comenzó la severidad

contra esta profesión, pero si bien anteriormente se había trato de prohibir o en su

defecto controlar, en cierto punto llegó a considerarse hasta una profesión

"necesaria".


Es importante tener en cuenta que el rechazo no siempre fue tanto a la

prostitución, como lo fue a la prostituta, y es le hecho de comenzar aquí a detectar

el primer defecto del cual la religión se pudo aferrar para encontrarle un lugar de

inferioridad a la mujer: En el pecado de la carne, sean cuales sean las

circunstancias; la mujer siempre carga con la mayor responsabilidad.

El papel de la Iglesia ha sido totalmente represor con la sexualidad, siendo

una forma de control social por el temor a Dios y de paso, servir bien a las elites

gobernantes, fundamentalmente. La Edad Media en la Europa cristiana es la época

donde se desarrolla el feudalismo, que da forma a las relaciones de poder y

servidumbre entre los señores y sus vasallos. En todas estas concepciones, están

presentes las doctrinas cristianas que inundan en aquellos momentos todos los

ámbitos de la vida.

La Iglesia impone una visión teocéntrica del mundo, lo que le lleva a un

control total de la vida cotidiana. Marca una época muy retrógrada y en

consecuencia represiva de todo lo que signifique sexualidad, de ahí que ésta tenga

unas características muy particulares. La sexualidad en el Medievo se veía como

algo pecaminoso, reprobable y peligroso; pero también, como lo más soñado,

meditado y, secretamente, deseado.

La Iglesia impone a la sociedad medieval que el sexo sólo es posible dentro

del matrimonio y éste debe tener una finalidad exclusivamente reproductiva. Utilizan

dos términos: “dialetio” que es el amor honesto y comprometido en el matrimonio y

el segundo término “honesta copulatio” que es la práctica del sexo con el casto

motivo de la reproducción.

El pensamiento medieval está influido como vemos por la Iglesia, quien a lo

largo de todo el desarrollo del concepto copulatorio, lo lleva como siempre a un

extremo inmantenible, al punto tal que en cierto punto de la historia las relaciones

sexuales no debian ser disfrutadas ni si quiera en el matrimonio, ya que esto llevaba

al placer y eso era peligroso.

Ahora bien, ¿Qué implicancia tendría todo este proceso para la mujer? el

tema principal a tener en cuenta en este ensayo es que la iglesia tenia como

herramienta para controlar, adjudicarle los problemas de los humanos, a un solo

sexo: el de la mujer. Esto fue, puntualmente, lo que sucedió a la hora de reprimir las

relaciones sexuales. La mujer según la iglesia era más corporal, menos intelectual,

más caliente. Tiene un inagotable deseo sexual

Este inagotable deseo de la mujer se explicaba no solo porque experimentaba el

placer como un hombre, eyaculando, si no porque ella gozaba mas intensamente


que él. Unos autores irlandeses pudieron drtrrminar la proporcion; un tercio

exactamente (...)." 1

Esta extraña concepción que la iglesia desarrolló de la mujer no fue más que

un mera misoginia que serviría como instrumento para controlar a la población. Lo

primero que no pudo dejar de llamarme la atención al leer esto es cómo se podría

haber, lógicamente, llegado a la conclusión de que una mujer siente más placer, en

un acto sexual donde biológicamente, sin duda el hombre posee mayor facilidad

para disfrutarlo. Esto muestra, no sólo una falta del conocimiento sobre la biología

humana, que dentro de todo sería muy comprensible, si no que también muestra

una clara falta de espacio a la voz de la opinión femenina, y es aquí donde quiero

hacer especial énfasis; ¿Ha cambiado considerablemente este concepto el dia de

hoy?

Más allá del machismo que aún es eminente en nuestra sociedad occidental,

se intenta, o por lo menos se pretende que la forma de solucionar esta desigualdad

es dándole el mismo espacio a la mujer de expresarse, que se le ha dado al hombre

a lo largo de toda la historia. Pero entonces el problema surge en pensar, ¿Qué

sucede con esos espacios donde nunca se le ha dado espacio a nadie hablar?

concretamente: qué pasa en una sexualidad en la cual su momento de la historia

donde no estaba estigmatizado, los únicos que podían expresarse eran los

hombres, y ahora este tema se ha cubierto tanto de velos sociales que se olvidó que

jamás se pudo escuchar libremente la vivencia sexual de ésta. Y no sólo eso,

supongamos que una mujer decide comenzar a hablar libremente de su sexualidad

el día de hoy, cuál será la primera forma de denominarla que no dudará en usar más

de una persona? puta.

Ahora bien, retomando a la mujer en la edad media, y la prostitución, se

volvió claro que la implementación de una serie de reglas por parte de una sociedad

regida en un clima de violencia y desazon que siguio al desmoronamiento de las

sociedades antiguas, fue sin duda algo necesario sin las cuales una sociedad no

podria funcionar. Sin embargo, nuevamente, como ya hemos visto, con harta

frecuencia la iglesia llegó demasiado lejos, inmersa en una autoridad y una

responsabilidad excesiva superando los límites de la sociedad.

En el siglo XVIII cuando las condiciones de vida mejoraron francamente,

cuando el bienestar material empezó a generalizarse, cuando la población creció

masivamente en europa, se fue haciendo cada vez más profundo el abismo entre

las necesidades de la vida sexual de los individuos y las rígidas instrucciones,

basadas en conocimientos demasiado librescos y poco evolucionados, que

formularon unos clérigos célibes.

1

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Puta


En este momento comenzaron las confesiones, que lejos de ser una forma de

curarse de sus pecados, fue una forma más que la iglesia tuvo de humillar, como

siempre, especialmente a las mujeres. El desfase entre las necesidades y la manera

de interpelar las que tenía la iglesia aumentaba constantemente.

No cabe duda: las mujeres llevaban mucho tiempo siendo despreciadas,

controladas, ampliamente consideradas bestiales y pecadoras. Pero la ola de

antifeminismo que se produjo durante 1850, el aumento de suspicacia, la voluntad

de la Iglesia de hacerse con las riendas de la sexualidad de las mujeres, no tiene

precedentes. Estaba en contradicción con el periodo inmediato anterior (1750-1850)

en el que, siguiendo las instrucciones romanas, la mayoría de confesores se habían

vuelto menos duros y sobre todo menos curiosos. 2

El término puta no ha dejado de atormentar a las mujeres hasta el día de hoy,

y no es más que una herramienta más que el machismo ha podido desarrollar para

insultar y avergonzar a las mujeres, dejándolas en un lugar de vergüenza e

inferioridad que hasta el día de hoy es todo un trabajo tratar de superar.

La bruja

La bruja ha sido una persona esencial a la historia de Occidente. Y la historia de la

brujería fue, en gran parte, la historia del martirio de las mujeres.

De nuevo tenemos que aclarar el significado de las palabras; y siempre ha habido,

brujas y brujas. Desde el siglo 19, y sobre todo hoy en día, a esta palabra se le da

un sentido casi positivo. A partir de un libro de gran éxito de Jules Michelet

publicado en 1862 coma que era más una novela que un estudio histórico, la

sociedad empezó imaginar a la bruja con un personaje innovador como una

precursora del feminismo como una mujer que disponía libremente de su cuerpo

como una curadera de pueblo, y sobre todo alguien que se rebelaba contra su

destino social como una mujer que había escogido vivir al margen de la sociedad y

de los curas. Este mito no es más que un invento de la sociedad romántica y no

explica, en modo alguno, lo que realmente eran las brujas, o supuestas brujas, de

los viejos tiempos.

(...) Dominados por una especie de Gran fantasma hecho de miedo como los

religiosos como los jueces y hasta las propias acusadas de brujería fueron víctimas

de una idea de la mujer endemoniada que determinada gente se empeñaba en

difundir desde la primera mitad del siglo XV. 3

Las brujas no fueron siempre perseguidas de la misma forma, y también es

importante aclarar que no sólo fueron mujeres las perseguidas, sino también brujos.

El auge de la cacería de brujas se dio entre los 1450 y 1650, cuyo proceso se vio

encabezado por la publicación del libro de "Malleus Maleficarum" que fue el primer

2

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Puta

3

Guy Bechtel, "Las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Bruja, p. 115-116


libro que instruía una forma de identificar a estas mujeres que practicaban la

brujería, pero además hizo mucho énfasis en que el problema era las brujas no los

brujos. Recordaba los argumentos clásicos que las designaban como presas y

cómplices favoritas del demonio. Las mujeres eran más proclives a la brujería

debido a su debilidad, infidelidad, credibilidad y lujuria congénitas, pero proponían la

novedad era que se propusieron argumentos nuevos.

Las mujeres creían poco y mal en Dios y según la etimología la mujer era un

ser de fe débil, puesto que la palabra fémina estaba formada por "fe" y "minus".

Nuevamente podemos observar que el chivo expiatorio de un problema que

superaba a esta sociedad, consistió en una técnica misógina y machista. Sumado a

esto que impulsó la decisión del desarrollo de una casi guerra civil, se sumaron dos

factores que fueron los que terminaron de permitir que estas persecuciones se

dieran durante tanto tiempo. En primer lugar, los disturbios religiosos en el climax de

estas ejecuciones (1570-1630), es decir, alrededor de la reforma protestante y de la

contrarreforma católica, que desembocaron en una radicalización de de las

posturas; y en segundo lugar, la ola de frío que invadió europa a partir de 1560,

incitando a la población a buscar responsables de su miseria. Claramente ningún

factor de esta índole podría justificar la masacre de mujeres de este tipo, pero lo que

no nos resulta tan difícil de creer, es que los hombres encontraran un chivo

expiatorio para echarle la culpa.

En este clima de torturas y cacería, donde las formas de torturar eran tan

violentas y sádicas, hubo todo tipo de mujeres. Es importante destacar que casi

todas las mujeres acusadas de brujas, eran finalmente consideradas culpables o en

su defecto inocentes pero terminaban muriendo en la tortura. Las formas de tortura

eran tan terribles, que muchas veces terminaban hasta sacando información de

aquellas mujeres, que daban nombres de otras para que pararan con ese

sufrimiento que se les aplicaba.

Los interrogatorios y las acusaciones, no eran más que elaborados planes

para que confesaran sus crímenes, ya que se defendieran como se defendieran, de

alguna forma siempre se encontraba la forma de hacer que eso condujera a un

laberinto de trucos para engañarlas y que terminen diciendo que eran brujas. En

ciertos casos, hubo mujeres que hasta convencidas por tanto dolor o por lo que

dirían otras, efectivamente ellas mismas comenzaron a creer habían sido brujas.

Ahora bien, en un punto dado la cacería se volvió tan brutal, que casi no

había mujer viva que no haya sido acusada de ser bruja eventualmente, y esto en

un clima de tanto pánico creó un fenómeno que podría considerase desde un punto

de vista moderno como una especie de "sororidad": en un punto, algunas mujeres

comenzaron a aconsejarse entre sí formas y métodos para que estos hombres no

comiencen a suponer que eran brujas. Este fenómeno a simple vista parecerá trivial,

y el texto lo pasa como un comentario más, pero para mí esto fue un total


desencadenante del retomar la realidad que vivimos las mujeres hasta el dia de hoy.

No es necesario si quiera un ejemplo demasiado complejo, basta con recordar la

última vez que escucharon a una mujer aconsejarle a otra lugares dónde pararse en

el subte que sean menos propensos a la probabilidad de un acoso callejero, o la

simple idea de acompañarse entre varias dentro de un boliche, para que no pase la

posibilidad de que quede alguna sola y sea acorralada por algún hombre.

Nuevamente, estamos 500 años atrás y nos encontramos con las mismas

mujeres, cuidándose y ayudandose entre ellas porque si no nadie más lo hará,

siendo condenadas y acorraladas en un destino donde serían juzgadas por la sola

condición de ser mujeres. Y asi como existen mujeres hoy que arañan y gritan hasta

el ultimo instante antes de ser victimas de un femicidio, hubo brujas en su momento

que hasta el último instante de su tortura, tuvieron el coraje y valor de seguir

desafiando a esta autoridad que tanto poder tenía sobre ellas.

La santa

La santa es quizás el texto con mayor cantidad de ejemplos de mujeres cuyo

devoción por Cristo comienzan a rozar un lado extremo de la creencia religiosa sólo

comparable con las medidas de la iglesia para evitar el coito y la actividad sexual.

No es de sorprender el fanatismo religioso, menos en mujeres donde su

única esperanza de ser cuidadas, queridas y respetadas, fueran en un encuentro

divino con Dios. ¿Es tan ridículo pensar que más de una mujer podría tener cierto

fanatismo por una entidad que se supone la cuida y la ama? ¿O no es más bien lo

que sucede a la mayoría de las mujeres cuando encuentran una figura ideal del

hombre que por fin las trata como merecen?

El fenómeno de la forma en que son tratadas y menospreciadas las mujeres

a la hora de relatar sus encuentros con esas apariciones de cristo, son

lamentablemente comparables con otro fenómeno que se da en la actualidad: "las

fans" de los músicos en contraste con los apasionados por la música. A simple vista

esta frase no parece explicarse bien, pero permitanme desarrolar un ejemplo

iluminador: el fenómeno de Los Beatles.

Durante mucho tiempo la banda de rock inglesa estuvo compuesta por un

público de fans mayormente mujeres que estaban locamente enamoradas por la

"boyband", y no fue hasta que la banda empezó a ser escuchada por hombres

también, que estas fans no dejaron de ser consideradas unas simples fanáticas

locas de amor por unas rockstars, hasta que pasaron a ser personas que

apreciaban la buena musica. Otro ejemplo, igual de ridículo es cuando una mujer

plantea ser fan de un equipo de futbol, nunca faltará el hombre que indignado

comience a hacer un interrogatorio sobre cada detalle para probar realmente que es

cierto, porque sería imposible para la mentalidad de un hombre machista el


fenómeno de una mujer siendo fanatica de algo que siempre fue exclusivo para

hombres.

Poner en duda a la mujer por todo, nuevamente, es la consigna que la iglesia

y el patriarcado inculcan como forma de encarar este fenómeno.

Lo que no se puede negar es que, en el caso de las mujeres en vías de santidad,

Incluso en las que no fueron claramente místicas, toda conducta un poco intensa,

todo contacto un poco demasiado directo con el cielo, toda aparición en su cuerpo

de señales que hicieron creer que Dios las había distinguido provocaban dudas,

celos, burlas y, más aún, miedo en la iglesia. Posiblemente haya durado más de los

milagros, de las mujeres que los obraban y de los que los recibían que de los

mismos ateos.

No importaba lo que contarán las mujeres de su viaje hacia Dios, ni si lo hacían con

dignidad o no: la institución romana siempre se tapó los oídos. Ése era todo el

problema, toda la necesidad de las mujeres, y, en cierta medida, lo sigue siendo:

¿Cómo hablar en la iglesia y ser escuchadas? 4

La iglesia no quería un discurso femenino, y las únicas mujeres a las que

realmente eran soportables, dignas de afecto, agradables, eran aquellas míticas, de

las cuales ya es más que imposible no dudar si sus historias no serían más que

nuevamente la visión de un hombre de cómo querían que fueran esas mujeres.

La iglesia, en fin, seleccionó a sus santas aplicando el mismo rasero con el que

siempre juzgó a las demás mujeres. Las querían sin genio, vulgares, piadosas,

modestas. Mejor martizadas y amordazadas, que hablando de Dios o a Dios. Y

mejor muertas que vivas 5

La iglesia apreció a las mujeres en la medida en que no fueran demasiado

sensibles, inteligentes, cultas, elocuentes, visibles o básicamente cualquier cualidad

que le brinde algún valor que podría destacarlas y volverlas iguales a los hombres.

Criticar a las mujeres por ser expertas pecadoras, pero criticarlas de la misma forma

hasta cuando son espiritualmente santas.

La tonta

La doble expectativa que la iglesia había descargado en las mujeres, es

quizás de los temas más desesperantes e impotente para leer y analizar en esta

larga historia de injusticias. Una mujer reducida a un objeto, a un ser de una

inferioridad exorbitante, está situada en un contexto de constante contradicción de

moral, y en consecuencia seguida de una sensación de siempre estar cometiendo

un error. En aquella época, la iglesia era la institución y entidad encargada de culpar

4

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Santa p 258

5

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Santa p259


a las mujeres, de hacerlas sentir que sea lo que sea que hagan indefectiblemente

incumple con estas normativas que se esperaba que sigan. Cuando se encontraba

algo que no coincidía con lo que se buscaba o se esperaba, que no seguía el patrón

de lo que la iglesia necesitó de este sexo, encontraron la forma de realizar alguna

teoría que las culpara de estar cometiendo atrosidades, por inferiores pero también

por maldad.

La condena a los atavíos siempre fue dura y constante, porque la iglesia estaba

convencida de que la mujer no podía buscar la elegancia si no era para mentir

(falsos colores, falsos senos, falsos traseros) y para conseguir unas metas

inmorales. (...) 6

¿Pero acaso estamos el día de hoy tan lejos de esa triste realidad de este

efecto perceptivo donde no importa lo que se haga, o cómo se haga, de alguna

forma es la equivocada?

A la hora de juzgar la forma de vestirse de las mujeres, la iglesía no dudó en

intervenir como lo hacía ya en casi, por no decir absolutamente todas, las

actividades que la mujer podía realizar en la época. En la vestimenta, la mujer es

juzgada por usar cualquier virtud que tenga que ver con la decoración. No sería

justo decir que esta moral existía sólo para las mujeres puesto que no se podría

discutir el rechazo por parte de la institución hacía el uso de adornos y la devoción

que tanto se buscaba transmitir de una noción de sencillez.

No es de extrañar que, con fines estratégicos, en clima de una sociedad que

debía enfocarse en organizarse y la forma de pensar, la apariencia física, los lujos

decorativos, estaban últimos en la lista de preocupaciones para la iglesia. Sin

embargo, habría que quizás realizarnos ciertas preguntas con respecto a esta nueva

actividad: ¿Por qué no es de sorprender que en este clima, las mujeres comenzaron

a usar atuendos ostentosos, maquillaje, joyas etc? ¿Qué es lo que podría hacer, en

este clima de miradas constante sobre todo lo que una mujer hace, busque el uso

de estos elementos, cuyo uso de algunos, sin ir más lejos el del corsette, comenzó a

causar problemas hasta de salud? ¿Cómo se podría haber llegado en una instancia

donde los seres humanos a un nivel casi contrario a una supervivencia, comenzó a

poner por encima un adorno que su propio bienestar? Es acá cuando entra en juego

las medidas que la iglesia tomó para controlar a las mujeres y que de esta forma se

mantuvieran siempre bajo su noción de la necesidad de los hombres, causante a su

vez del fenómeno en donde sin importar qué o cómo, siempre habrá algo mal en el

accionar de una mujer.

Para todos en esa época, la afición al lujo en la indumentaria reflejaba un

amor idólatra por el cuerpo y el secreto deseo de gustar a los demás: dos

6

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Tonta p278


sentimientos vergonzosos. No es de extrañar que una mujer a la cual se le instruye

durante toda su vida que debe cumplir una serie de requisitos casi imposibles para

estar en una buena relación con su Dios, y que a su vez ni haciendo esto, estaría a

la altura de igualdad a un hombre, comience a buscar formas de destacar y mejorar

aquellos defectos que la iglesia tanto trataba de corregir.

Mantener una serie de leyes y reglas para controlar a las mujeres era la

forma que la iglesia encontró de desplazar un problema de un grupo social, a otro.

¿Qué quiero decir con esto? simple, ¿Quién tendría acaso realmente la culpa de no

poder resistirse a los "encantos" de una mujer? acaso si una persona mata, ¿Le

echaremos la culpa a la víctima por estar provocando la tentación de un asesino que

no pudo resistir la carnalidad? Suena ridículo pensar que a la hora de controlar un

problema, adjudicar las culpas a una victima mas que a un victimario. Sin embargo

si lo analizamos con un poco más de detalle, suena lógico a nivel práctico creer que

quizás resulta más fácil controlar un sector de la población para que resulte sumiso

y complaciente a las necesidades de los hombres, antes que aplicar una serie de

medidas que finalmente solucionaran el problema de raíz: controlar al victimario.

Pero esto no sólo no conviene para el beneficio de los hombres, si no que resultaría

mucho más laborioso y los resultados sólo brindarían como beneficio una sociedad

igualitaria. Nada de esto conviene a un grupo de personas cuyo objetivo principal es

acaparar el poder. Entonces, como siempre, resolver una problemática social como

es el exceso de placer sexual, es tratado encontrando un sólo culpable constante: la

mujer.

¿Qué desea la Iglesia con todas estas advertencias? una vez más, como siempre,

regular habitos sexuales, diferir, incluso disminuir relaciones amorosas. (...) 7

Disuadir, encontrar motivos ridículos para explicar las prohibiciones de estos

atuendos, culpando y humillando; esa fue siempre las bases de las políticas

misóginas de la iglesia, y que hoy en día aparecen reflejadas de la misma forma

inscriptas en un patriarcado.

Para la época, los objetivos y las intenciones, quizás no resulta tan extraño la

forma en la que se procedió, a pesar de la clara falta de empatía. Sin embargo, lo

que quizás no nos resulta tan fácil de comprender, o mas bien, de aceptar, es que

eliminar esta lógica de nuestro sistema de sociedad occidental es algo que aún no

hemos logrado. Ahondar en la noción de que aún como mujeres tenemos que

soportar la doble moralidad de ser la víctima responsabilizada de las acciones de un

victimario, a la hora por ejemplo de nuevamente juzgar a las mujeres por ser

"demasiado tentadoras" para no ser violadas.

7

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Tonta


Retomemos el concepto de la mujer "tonta" que plantea Guy Bechtel en el

último capítulo de su texto. Considerar que una mujer es inferior, privarla de

educación, o por lo menos negarle igualdad de estudios que la que se le da a un

hombre, y luego usar ese evento como forma de reforzar el concepto de una mujer

como por naturaleza tonta, no es mas que un método muy pensado por una

institución cuyo objetivo fue controlar. Más aún, esa estrategia dio como resultado

una historia que genera hasta el día de hoy un argumento falaz que permite

respaldar una misoginia internalizada; más de un hombre ha argumentado para

fundamentar el dia de hoy la superioridad intelectual de este género, que "si las

mujeres fueran tan inteligentes como se dice, ¿Por qué los científicos más

reconocidos siempre fueron hombres?. Es el hecho de encerrar un pájaro en una

jaula toda su vida, y después echarle la culpa de que jamás aprendió a volar.

Retomemos el texto una vez más con la siguiente cita:

Dos objetivos fueron constantemente especificados y repetidos a las muchachas

cristianas. No vivían en este mundo para agradar a todo el mundo, sino solamente a

sus dueños: Dios y su marido(...). 8

Acá hay dos cosas que me gustaría comentar. En primer lugar, el lado del

hombre, quien no sólo carece de la exigencia de tener que agradar a otra persona

que no sea Dios, sino que además tiene un poder por encima de la mujer y que

consiste en definir qué es lo que busca en la otra persona para ser de su agrado. En

segundo lugar, visto desde el lado de la mujer, no sólo posee más responsabilidad

que el hombre a la hora de cómo actuar para agradar a este segundo hombre en su

vida (siendo Dios el primero) si no que ahora empieza a tener que sufrir las

consecuencias de pensar en cómo gustarle a otra persona, y es ese el hecho que

irrumpe en la mente de una mujer, puesto que comienza el proceso de olvidar como

gustarse a si misma.

Volviendo a la realidad del día de hoy, ¿No es acaso este uno de los

problemas más cotidianos con los que tiene que lidiar una mujer? ¿Cómo agradar a

la mirada de un patriarcado? No sólo eso, si no que en esta perdida de conciencia y

obsesion con lo que le gustaría al otro, nuevamente perdemos qué nos gustaría a

nosotras.

La mirada del hombre fue determinante en el accionar de la mujer y es hasta

el dia de hoy que tenemos que lidiar con esas formas de tortura instaurados en

nuestra sociedad actual en forma de un patriarcado.

Observando que el lujo es la consecuencia natural de la mentalidad femenina, que

solo contiene el mero deseo de aparentar

8

Guy Bechtel, "las cuatro mujeres de dios", capitulo: La Tonta


Vestir a la mujer a los ojos de la iglesia siempre fue, no solo caro, si no tambien

inutil: es como recubrir de oro y de producto precioso la nada y el vacío 9

Esta mentalidad ya resulta hasta inquietante, este pensamiento ya no tiene

que ver con la protección de la mujer contra los excesos económicos a los que

podrían conducir la moda y las vanidades de la coquetería, sino que simplemente

condena a la mitad de la humanidad por una simple vileza misógina. Y aún así,

nuevamente no es necesario alejarse más que 10 años atrás del día de hoy para

encontrar un ejemplo tan simple como el hecho de que la mayoría de las

propagandas de préstamos del banco estaban dirigidas a la burla del consumo de la

mujer.

Si la iglesia realmente hubiera querido proteger a la mujer destacando la

vanidad del atuendo, seguramente habría puesto mucho mas empeño en que esta

mujer se educase y cultivase su interior. Esto no fue más que la constancia de negar

un derecho y luego reprochar que no lo tiene. Un último ejemplo seria el fenómeno

de halagar el trabajo doméstico, planteado como algo honroso, para luego reprochar

cuando una mujer exigía algo a su marido, que él era el único que trabajaba y sin él,

la mujer no sobreviviría. Se trata de sumisión, fuera cual fuera el envoltorio con el

que se disimulaba el estatus de encierro

Conclusión

La historia de la mujer se apoya en la idea de que sin importar cual sea su

condición, ya sea económica, intelectual, de salud etc. siempre habría algo que la

podría condenar de "inferior". La puta porque es promiscua y no se valora porque

anda entregando su cuerpo y su carnalidad, pero a su vez el canon de la belleza

implicaba la experiencia, dando a entender que aquello que se odiaba y por lo cual

se reprimía, era lo que realmente resultaba atractivo a los ojos de los hombres. Si la

mujer realizaba algo que destacaba, era rebelde y estaba conspirando con el diablo,

y se volvía bruja, pero la mujer que no hace más que lo que se le dice es tonta y no

tendría sentido si quiera adornarla porque es como darle margarita a los cerdos.

Hasta cuando se apasionan por la religión, se vuelven peligrosa y libidinosas, rozan

una obsesión más sexual que auténticamente creyente.

La mujer carga con el trabajo de nunca ser suficiente, para los ojos de la sociedad, y

finalmente esto termina afectando y jugando con la mente de cualquier ser humano

que padeciera esta tortura: hasta la que no era bruja, en plena tortura se convenció

de que lo era.

La importancia de estudiar la cultura y la historia, es y siempre será la

memoria, y así como todos los años recordamos no volver a vivir un 24 de marzo,

sería interesante sentarnos a pensar contra qué deberíamos luchar para no haber

dejado que en vano tantas mujeres murieran solas, tristes, sintiéndose menos,

9


violadas, quemadas, en fín, derrotadas por una sociedad que las obligó a ser algo

que no son. Mi aporte con este trabajo no es en absoluto contributivo a la historia,

sino que pretende ofrecer elementos teóricos y metodológicos de reflexión, para

replantearse la realidad en la que viven las mujeres.

Bibliografía:

-Cristina Segura Graíño: Clío & Crímen: Revista del Centro de Historia del Crimen

de Durango, ISSN 1698-4374, Nº. 5, 2008 (Ejemplar dedicado a: La violencia de

género en la Edad Media / coord. por Iñaki Bazán Díaz), págs. 24-38

-Guy Betchel, Las cuatro mujeres de Dios, capitulo: la puta, Edicion B, S. A, 2001,

Traducción de Esther Andrés Gromaches

-Guy Betchel, Las cuatro mujeres de Dios, capitulo: la bruja, Edicion B, S. A, 2001,

Traducción de Esther Andrés Gromaches

-Guy Betchel, Las cuatro mujeres de Dios, capitulo: la tonta, Edicion B, S. A, 2001,

Traducción de Esther Andrés Gromaches

-Guy Betchel, Las cuatro mujeres de Dios, capitulo: la santa, Edicion B, S. A, 2001,

Traducción de Esther Andrés Gromaches

-Zubillaga, Carina. «La paradójica realidad de la santidad femenina en la Edad

Media castellana : el milagro como configurador textual de la Vida de Santa María

Egipciaca». Mirabilia: electronic journal of antiquity and middle ages, [en línea],

2013, n.º 17, pp. 140-52, https://raco.cat/index.php/Mirabilia/article/view/274619

[Consulta: 11-08-2021].

-DUBY. G (1998) Mujeres del siglo XII, Chile, Editorial Andrés Bello.

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