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¿Cómo llegaron a tu vida?
Nano llegó en febrero de 2017. Tenía tres meses más o
menos. Yo quería un labrador porque ya había tenido y me
encantan. Él es el tercero, tuve también a Totó y a Winona,
que llegó a conocerse con Nano pero a los meses falleció.
El labrador es una raza que quiero tener toda la vida.
¿Y Amanda?
Es la regalona, la consentida. Acaba de cumplir un año. Se
la regalé a Juampi, mi novio, (N de R: Juan Pablo Kildoff)
para su cumpleaños. A las 12 me aparecí con una cajita
y adentro estaba Amanda. Él ya había tenido un bulldog
francés que falleció hace unos años y quería tener otro.
Así que Amanda vive con él en Lomas pero viene con
Juampi los fines de semana y entre semana también.
¿Tienen planes de convivencia próxima o de retomar los
preparativos del casamiento?
No está muy determinado el tema de la convivencia.
Todavía no está definido. Y el casamiento sigue en los
planes pero para cuando la pandemia nos deje hacer una
fiesta más grande y estemos un poco más relajados.
¿Y cómo se llevan Nano y Amanda? ¿Costó la adaptación?
Costó un poco al principio. Yo tenía miedo porque a
Nano no le gustan los bulldog francés. ¡Los odia! Y es muy
territorial. Le gruñó bastante al principio pero ahora la
ama. Es su hermana. La cuida, duermen juntos. Son carne
y uña. Ella le come su comida y él la deja. La consiente.
Amanda ama llegar a casa y que esté Nano. Se le tira
encima. Es su ídolo. Y el gordo la padece (risas).
¿Por qué los llamaron así?
A Nano porque así le dicen a Serrat. Es un cantante
que escuché toda la vida, desde chico. Y para Amanda
pensamos varios nombres y Juampi se decidió por ese.
¿Cómo es su rutina diaria?
Nano va a lo que yo le llamo “escuela”, de 9 a 13 horas.
Todos los días los pasa a buscar a él y a otros perros una
combi y los lleva a un parque. Después a la tarde yo lo saco
a hacer sus necesidades. Y Amanda sale con su banda de
Lomas. Son todos bulldog francés.
Contanos algún chisme jugoso de ellos
Mmmm… a ver… Bueno, cuando se quedan solos, Amanda
alguna macana se manda. Rompe plantas por ejemplo. ¡Y
Nano la cubre! Él también lo hacía de cachorro.
¿Tuviste que llamar un adiestrador alguna vez?
Para ellos no, pero sí por Kumino, mi perro que adopté en
2015 y vive con mi mamá. Mordía talones cuando sentía
una amenaza. Y estaba muy hiperkinético. La energía de él
la he visto en pocos perros. No había manera de calmarlo.