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<strong>Guía</strong> para<br />
el <strong>Duelo</strong><br />
Shul Yavne<br />
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eksbun r,otu vnka<br />
Salomón y Esther Mondlak<br />
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Cómo hacer frente a los problemas emocionales y espirituales<br />
que enfrenta una persona en el difícil momento de<br />
perder a un ser querido?<br />
El judaísmo ofrece un hermoso enfoque estructurado para el<br />
duelo, el cual incluye tres etapas, las cuales, si son seguidas cuidadosamente,<br />
guían a los dolientes a través de la trágica pérdida<br />
y el dolor, llevándolos gradualmente de vuelta a la realidad.<br />
De acuerdo con la experiencia de una doliente, seguir las etapas<br />
del duelo fue como estar en un capullo. Al principio se sentía aturdida<br />
y no perceptivamente viva, pero poco a poco, como una mariposa,<br />
salió de nuevo del capullo lista para volar.<br />
La pérdida es para siempre, pero el estado psicológico y emocional,<br />
así como la curación espiritual que tiene lugar en cada<br />
etapa, son necesarios y saludables.
Índice<br />
4<br />
5<br />
6<br />
7<br />
8<br />
9<br />
10<br />
12<br />
13<br />
14<br />
15<br />
16<br />
17<br />
18<br />
19<br />
Primera etapa: la shive<br />
Sentarse en shive<br />
Cómo arreglar la casa para la shive<br />
Después del cementerio<br />
Calendario de la shive<br />
Rezos<br />
Hacer una visita de shive<br />
<strong>Guía</strong> para la visita a una shive<br />
Levantarse de la shive<br />
Segunda etapa: Shloishim<br />
Tercera etapa: periodo de un año<br />
Conmemoración luctuosa anual: Yizkor<br />
Yortzait<br />
Develación de la lápida (matzeive)<br />
Visitar el cementerio<br />
Pena y dolor
Primera etapa: la shive<br />
Después del entierro, los dolientes regresan a la casa de la shive para<br />
empezar un periodo de siete días de duelo intenso.<br />
El término shive proviene de la palabra sheva, que significa siete, el número<br />
de días que los dolientes se “sientan en shive”. Este es un periodo de<br />
curación espiritual y emocional en el que los aveilim –dolientes– se hallan<br />
reunidos mientras reciben las visitas cortas de amigos y gente querida que<br />
acuden a reconfortarlos.<br />
Una persona se sienta en shive cuando fallece un padre, una madre, esposa,<br />
esposo, hermano, hermana, hijo o hija. Si bien atravesamos por un<br />
duelo cuando fallecen otras personas que amamos, en esos casos las leyes<br />
de shive no se aplican.<br />
En una situación ideal, los dolientes se sientan en shive en la casa de la<br />
persona que falleció, pues está escrito: “Donde la persona vivió, su espíritu<br />
reposa”, por lo que la presencia de quien falleció es más fuerte en su propia<br />
casa. En particular, la casa de uno de los dolientes directos estará llena con<br />
el espíritu del occiso; ahí, los recuerdos surgirán más fácilmente, lo cual es<br />
importante pues parte del consuelo de la semana de la shive consiste en<br />
compartir dichos recuerdos.<br />
De preferencia, los dolientes no deben salir de la casa donde están sentados<br />
en shive, otras personas deben ayudarlos haciendo diligencias en la<br />
calle, pues el hecho de que sean vistos fuera de la casa los obligaría a adoptar<br />
una “cara pública”, lo cual no es apropiado durante este periodo. Cuando<br />
la familia, amigos y vecinos apoyan durante esta semana proveyendo las ne -<br />
cesidades de los dolientes, se crea un ambiente de amor, bondad y cuidado,<br />
lo cual ayuda a suavizar un poco el profundo dolor que sienten los aveilim.<br />
Salvo algunas excepciones, un avel –doliente– debe evitar ir a trabajar<br />
durante la semana de shive. Si existen situaciones financieras que atender,<br />
es necesario consultar a un rabino. La shive es un tiempo de profunda reflexión<br />
personal en el cual se intenta confrontar y comprender objetivamente<br />
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la pérdida y el dolor, así como contemplar las dimensiones espirituales interiores<br />
de la vida. El lugar de trabajo dirige nuestros pensamientos y sentimientos<br />
hacia el exterior, por lo que, de ser posible, debe evitarse.<br />
Sentarse en shive<br />
Desde el momento de la muerte hasta la celebración del funeral, el principal<br />
objetivo y preocupación es el cuidado del fallecido y los preparativos del<br />
entierro. El cuidado de los difuntos antes de su entierro, la elegía, el entierro,<br />
todo se realiza en honor a la persona que ha muerto, no tienen la función<br />
de consolar a los dolientes.<br />
Sin embargo, una vez que comienza la shive, la atención se desplaza a<br />
los aveilim. Durante la semana en que los dolientes experimentan un intenso<br />
dolor, la comunidad está allí para darles amor, hacerlos sentir cómodos<br />
y para cubrir sus necesidades. Este es un punto crítico, pues cuando<br />
debemos atravesar por un momento que nos desgarra el corazón de dolor,<br />
de duelo y pérdida, debe ser cuando quienes nos rodean están cerca para<br />
ayudar y reconfortar.<br />
Las leyes de duelo tienen el propósito de centrar la atención de la persona<br />
en su propia espiritualidad. Experimentamos una sensación general de malestar<br />
físico ya que estamos totalmente enfocados en el alma que ha partido.<br />
Al no atender nuestros cuerpos, restamos importancia a nuestro ser<br />
físico, esto con el fin de recordar que a quien extrañamos en ese momento<br />
no es el ser corpóreo de quien ha partido, sino la esencia de quien era esa<br />
persona, la cual, por supuesto, es su alma.<br />
El eje global de toda la semana es: Yo soy un alma y mi ser querido es<br />
un alma.<br />
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Cómo arreglar la casa para la shive<br />
El arreglo de la casa para la shive incluye lo siguiente:<br />
Veladora. El alma de una persona se compara con una llama, pues cada persona<br />
trae luz al mundo. Del mismo modo en que se puede usar una flama para<br />
encender otras velas sin disminuir la llama original, también una persona puede<br />
dar de sí mismo, tocando muchas vidas sin ser disminuido.<br />
La mecha y el fuego se comparan también con el cuerpo y el alma, así como<br />
con el fuerte lazo que existe entre ellos. Así como un alma siempre se esfuerza<br />
por elevarse hacia lo que es bueno y justo, también la llama arde hacia el cielo.<br />
Por ello, se enciende una veladora o vela en la casa de la shive, permaneciendo<br />
encendida públicamente las 24 horas durante toda la semana. Cuando<br />
miramos la vela, debemos recordar que el alma de nuestro ser querido es<br />
eterna. Este pensamiento puede ayudar a traer luz a la oscuridad en la que<br />
están inmersos.<br />
Sillas. Durante la shive, como signo de duelo, los aveilim deben sentarse en<br />
una posición más baja, lo cual simboliza físicamente la soledad y la depresión<br />
que está experimentando el doliente. Para ello, pueden usarse los cojines de<br />
un sofá o una silla, colocándolos en el piso para sentarse, la altura máxima del<br />
cojín o silla donde se sientan los aveilim es de 30 cm.; se pueden hacer excep -<br />
ciones en casos de personas enfermas o mayores. Hay quienes acostumbran<br />
sentarse directamente en el suelo.<br />
Es necesario colocar sillas frente a los dolientes para que los visitantes puedan<br />
sentarse cerca de ellos y reconfortarlos emocionalmente.<br />
Espejos. Durante la shive se deben cubrir los espejos con sabanas, cartulinas<br />
o pintura, por las siguientes razones:<br />
Durante la shive el doliente se esfuerza por hacer caso omiso a su propia<br />
corporeidad y por evitar la vanidad a fin de concentrarse en la rea lidad del alma,<br />
de ser un alma.<br />
Un espejo representa la aceptación social mediante el mejoramiento de la<br />
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apariencia. El duelo judío es solitario, silencioso, se vive al interior de la pérdida<br />
personal. Cubrir los espejos simboliza esta retirada de la mirada de la sociedad.<br />
Los rezos, generalmente celebrados en la casa de la shive, no pueden realizarse<br />
frente a espejos. Cuando oramos, nos concentramos en D-s, no en noso -<br />
tros mismos.<br />
Las relaciones físicas entre marido y mujer se suspenden durante la semana<br />
de shive, por lo tanto no hay necesidad de embellecerse físicamente.<br />
Calzado. Un avel debe usar calcetines o zapatillas de material sintético como<br />
símbolo de rechazo a la vanidad y a la comodidad física.<br />
Quien está de luto también deben abstenerse de:<br />
• Bañarse o ducharse por placer (se puede hacer por limpieza)<br />
• Usar maquillaje, cremas, perfumes…<br />
• Cortarse el cabello (se aplica los primeros 30 días)<br />
• Recortarse las uñas<br />
• Usar ropa recién lavada por placer (se puede usar por limpieza)<br />
• Usar ropa nueva<br />
• Lavar la ropa<br />
Después del cementerio<br />
Tras el entierro e inmediatamente después de regresar del cementerio, antes<br />
de entrar a la casa de la shive, los asistentes y todos aquellos que asistieron<br />
al entierro deben lavarse las manos (esto se puede hacer al salir del ce -<br />
menterio) evitando secarlas, éstas deben secar solas.<br />
Cuando se ha estado en contacto con la muerte, es adecuado verter agua<br />
tres veces en cada mano (alternando las manos cada vez) a fin de concentrarse<br />
en la vida; el agua es la fuente de toda vida, por ello, la vertimos sobre nuestras<br />
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manos como un acto físico con ramificaciones espirituales.<br />
Lo primero que se debe hacer al entrar a la casa de la shive es recibir la “comida<br />
de la condolencia”, la cual debe ser proporcionada por los vecinos o la<br />
comunidad a fin de mostrar a los dolientes que quienes les rodean desean brindar<br />
consuelo.<br />
Este gesto reposa en otra razón psicológica mucho más profunda, pues reconoce<br />
que los dolientes, quienes acaban de atravesar por el fuerte trauma<br />
del entierro, pueden albergar el deseo de morir y no seguir adelante sin su ser<br />
querido. El alimento que deben ingerir, se dirige a ese aspecto diciendo: “No,<br />
debes seguir. Debes afirmar la vida y vivir”.<br />
Esta primera comida debe realizarse en silencio e incluye:<br />
Pan: considerado el sustento de la vida<br />
Huevos duros: un alimento que es redondo, como el ciclo de la vida<br />
Verduras cocidas y/o lentejas (lentejas son redondas)<br />
Café/té<br />
De preferencia, todas las comidas durante la shive deben ser preparadas o<br />
enviadas por terceras personas. Durante el duelo los aveilim siempre deben<br />
sentarse a un nivel más bajo.<br />
Calendario de la shive<br />
El periodo de siete días de duelo inicia inmediatamente después del entierro.<br />
Así, el primer día de la shive es el día del entierro. Si el funeral fue un martes,<br />
el último día de shive será el lunes siguiente. Si algún día de fiesta judía (por<br />
ejemplo, Rosh Hashaná) coincide con alguno de los siete días, la shive debe<br />
darse por finalizada en la tarde, justo antes de la fiesta. En estos casos, se<br />
considera que los aveilim estuvieron en duelo durante siete días, a pesar de la<br />
interrupción de la shive.<br />
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Si una persona muere durante un día de fiesta, el entierro y la shive se realizan<br />
cuando termina la fiesta. Si el fallecimiento sucede en Shabat, el entierro<br />
se realizará el día siguiente.<br />
Si alguno de los días de la shive coincide con Shabat, este último se cuenta<br />
como uno de los siete días de duelo, pero no se debe llorar en público. Esto<br />
significa que los signos exteriores de duelo (cubrir espejos, sentarse a un nivel<br />
bajo, no usar maquillaje, vestirse con prendas de luto…) se suspenden, en<br />
tanto la alegría de Shabat invalida incluso el luto público. Los signos exteriores<br />
de duelo se suspenden antes del comienzo de Shabat a fin de que la persona<br />
tenga tiempo para prepararse adecuadamente (ducharse, vestirse...) para recibir<br />
este día sagrado. En Shabat, la gente en shive llora en su corazón. Por la<br />
noche del sábado, una vez terminado Shabat, se reanuda la shive.<br />
Rezos<br />
Los rezos se celebran en la casa de la shive, no en la sinagoga. Una razón<br />
consiste en garantizar que durante la semana de la shive, los dolientes no tengan<br />
que salir del hogar, pues ahí se encuentran mucho mejor para poder experimentar<br />
el proceso de duelo; no tienen que vestirse para salir ni fingir un<br />
rostro público. Por ello, los servicios deben ir hacia ellos.<br />
Llevar a cabo los rezos en casa es apropiado y conmovedor pues el centro<br />
de la vida judía es el hogar; este es el lugar donde los valores judíos son transmitidos;<br />
ahí es donde tienen lugar las celebraciones de la familia y donde se<br />
comparten alegrías; también es donde se comparte el dolor y la pérdida. Es<br />
donde se vive el judaísmo.<br />
Los rezos tradicionales se celebran generalmente en la mañana –Shajarit–,<br />
en la tarde –Minja– y en la noche –Maariv–. Entre Minja y Maariv, es apropiado<br />
que en memoria de los difuntos, alguien comparta algunos pensamientos de<br />
9
la Torá. Es bueno visitar a los aveilim durante los horarios de los rezos, porque<br />
para llevarlos a cabo es necesario contar con un minyián –quórum mínimo de<br />
10 varones–, así como para que los dolientes puedan recitar Kadish.<br />
Hacer una visita de shive<br />
<strong>Guía</strong> para la visita a una shive<br />
La visita a una persona que está sentada en shive tiene la función de consolar<br />
a los dolientes en su momento de mayor dolor. Tradicionalmente, se entra en<br />
la casa de los dolientes en silencio con un golpe suave en la puerta para no<br />
sobresaltar a quienes se encuentran dentro. Nadie tiene que recibir a los visitantes,<br />
simplemente entran solos.<br />
No se ofrecen alimentos o bebidas a los visitantes porque los dolientes no<br />
son anfitriones; por ello, no saludarán a los visitantes, no se deben parar para<br />
recibirlos, ni los deben atender.<br />
Al entrar en la casa, no se debe saludar a los dolientes; de hecho, lo mejor es<br />
entrar en silencio, sentarse cerca de ellos y esperar a que tomen la iniciativa,<br />
si ellos desean hablar, se debe permitir que lo indiquen al ser quienes comiencen<br />
la conversación, la guíen y hablen sobre lo que deseen.<br />
Lo mejor es hablar de la persona que ha fallecido, si se tiene alguna anécdota<br />
o recuerdos que compartir con los dolientes, este es el momento para hacerlo.<br />
Este no es momento para distraerlos del luto; si no sabemos qué decir, es<br />
mejor no decir nada. A veces por nerviosismo decimos cosas indebidas. No<br />
hay que llenar el tiempo hablando de temas alegres o intrascendentes como<br />
política o negocios.<br />
A menudo, lo mejor es no decir nada. En ocasiones, una visita de shive puede<br />
ser completamente silenciosa. Si el doliente no tiene ganas de hablar en ese<br />
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momento, que así sea. El objetivo de la visita no es hacer hablar a los dolientes,<br />
sino consolarlos, lo cual se logra sólo con estar presentes: el estar sentado<br />
junto a ellos hace más que las palabras, pues con ello estamos diciendo: “Estoy<br />
aquí por ti. Siento tu dolor. No hay palabras “.<br />
Y a veces, no hay palabras. Éstos son ejemplos de lo que NO hay que decir:<br />
– “¿Como están?” (no están muy bien).<br />
– “Sé lo que sientes” (no sabes lo que siente, para cada persona la pérdida de<br />
un ser querido es diferente).<br />
– “Por lo menos vivió muchos años” (más años hubiera sido mejor).<br />
– “Qué bueno que tienes otros hijos” o “No te preocupes, vas a tener más hijos”<br />
(la pérdida de un hijo, sin importar la edad, es terrible).<br />
– “Anímate, en unos meses vas a conocer a alguien más” (acaba de perder a<br />
la mitad de su alma).<br />
– “Mejor hablemos de cosas felices” (mejor, otro día).<br />
Hablar del fallecido es reconfortante para los deudos, no importa si lloran, se en -<br />
cuentran de luto y es parte importante del proceso de la pérdida de un ser querido.<br />
La visita debe ser corta, alrededor de 20 minutos son suficientes. Cuando llegan<br />
otras visitas y hay poco espacio, debemos levantaros e irnos.<br />
Antes de salir, hay que acercarse a los dolientes y decir –o leer de alguna<br />
fuente escrita–: “Hamakom yenajem etjem vetoj shear avelei Tzion ve Yerusha -<br />
laim”, Que el Todopoderoso les conceda consuelo entre los dolientes por Zion<br />
y Yerushalaim.<br />
En esta afirmación, D-s es referido como Hamakom –el lugar–, al pronunciar<br />
estas palabras al doliente, estamos afirmando que D-s está en todas partes,<br />
que existimos dentro de Él, aquí y en el otro mundo; afirmamos que la persona<br />
que se ha ido todavía está conectada al doliente, pues están juntos, contenidos<br />
en “Hamakom”.<br />
“Entre los dolientes“ se refiere al pueblo judío; estamos diciendo que somos<br />
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una familia. Algunos son primos cercanos y otros lejanos, pero la pérdida de<br />
un solo judío nos hace a todos dolientes.<br />
“Por Tzion y Yerushalaim” habla de nuestro duelo colectivo por la destrucción<br />
del Templo en Jerusalem, el núcleo de la relación judía con D-s que fue destruida<br />
por los romanos hace 2,000 años.<br />
El doliente debe asentir o decir “Amén” mientras nos retiramos en silencio,<br />
asegurándonos de que el doliente no se levante para vernos salir.<br />
Al salir de la casa del duelo, es costumbre hacer obras de caridad en memoria<br />
de la persona que falleció para que su alma se eleve.<br />
Levantarse de la shive<br />
El séptimo y último día de shive se observa sólo unas cuantas horas, aunque<br />
éstas cuentan como un día entero.<br />
Después del último rezo de Shajarit, los dolientes se sientan durante un rato.<br />
Entonces, quienes fueron a consolarlos les dicen: “Levántate”.<br />
Los dolientes reconocen que la shive se acabó al salir de la casa por primera<br />
vez para realizar una pequeña caminata alrededor de la cuadra con quienes<br />
fueron a consolarlos.<br />
La casa en la que vivieron durante la semana de shive se convirtió en una ca -<br />
sa de duelo, donde hubo un ambiente de solemnidad, lleno de memoria, contem -<br />
plación y meditación, no obstante, es una casa donde la gente continuará ha -<br />
bitando. El acto físico concreto de salir, caminar alrededor de la cuadra y re gresar<br />
de nuevo, afirma que esa casa y la relación con esa casa, será renovada.<br />
12
Segunda etapa: Shloishim<br />
Los primeros 30 días después de la sepultura (que incluyen la shive) se llaman<br />
shloshim, que significa “treinta”.<br />
La mayoría de las restricciones que se aplican a los dolientes durante el periodo<br />
de siete días de shive se eliminan. Durante los próximos 23 días, los dolientes<br />
pueden salir de su casa y empezar a trabajar de nuevo. Sin embargo,<br />
se deben limitar los compromisos sociales durante este tiempo y evitar asistir<br />
a celebraciones donde hay música; asimismo, los dolientes no se afeitan ni se<br />
cortan el cabello durante este tiempo.<br />
Todavía están en duelo, pero durante los shloshim las leyes permiten reanudar<br />
progresivamente la vida cotidiana. Levantarse de la shive y volver a la rutina<br />
nor mal no sería sano para los dolientes; a pesar de que el dolor intenso ha disminuido<br />
un poco, aún están de luto, todavía pueden atravesar por momentos de<br />
profunda tristeza y nostalgia, por ello, estas restricciones sirven para recordar a<br />
los aveilim y a quienes los rodean, que este es un proceso que aún no termina.<br />
Después de la finalización de los shloshim, a menos que el luto haya sido<br />
por alguno de los padres, el luto oficial termina; esto significa que ya no se<br />
recita Kadish y se pueden reanudar las actividades sin restricciones.<br />
¿Por qué 30 días? El calendario judío está estructurado de acuerdo con el<br />
ciclo lunar; conforme la luna crece y mengua, el periodo de 30 días de duelo<br />
es una oportunidad para emocionalmente completar el círculo. El proceso comienza<br />
con el funeral y el primer día de shive, cuando no se ve siquiera un le -<br />
ve rayo de luz; conforme pasa el tiempo, la luz retorna, creciendo cada día un<br />
poco más. Los 30 días conforman un ciclo central importante, un tiempo para<br />
renovar y para enfrentarse a una nueva realidad.<br />
Por supuesto, los dolientes todavía sienten el dolor de la pérdida, pero el judaísmo<br />
reconoce que, hasta cierto punto, el paso del tiempo es capaz de aliviar<br />
y sanar el dolor. Ser capaz de volver a la vida cotidiana libremente, ayuda a<br />
conseguir esta curación. La shive fue el peor periodo, los shloshim fueron muy<br />
duros; con el tiempo, va a mejorar.<br />
13
Tercera etapa: el periodo de un año<br />
Sólo quien ha perdido a alguno de sus padres continua en duelo pasados<br />
los primeros 30 días, extendiendo el periodo de duelo a 12 meses (que incluye<br />
la shive y los shloshim) a partir del día del deceso, y debe respetar las<br />
restricciones que se mencionan más adelante.<br />
¿Por qué esta etapa suplementaria de luto sólo en el caso del fallecimiento<br />
del padre o la madre?<br />
Psicológica y espiritualmente, nuestra conexión con nuestros padres es la re -<br />
lación esencial que define quiénes somos como personas. Por lo tanto, la pérdi -<br />
da de alguno de los progenitores requiere de un periodo de ajuste más extenso.<br />
Este periodo nos guía hacia un profundo estado de gratitud por todo lo que<br />
dieron e hicieron. Cuando somos niños, pasamos la mayor parte de nuestras<br />
vidas en “estado de recibir” y nuestros padres, como padres, casi siempre están<br />
en “estado de dar.” Es difícil decir gracias desde la perspectiva del recibir (por eso<br />
es difícil para nuestros hijos dar las gracias). En una relación donde mostrar<br />
gratitud es más difícil, este periodo nos ayuda a concentrarnos en reconocer<br />
lo bueno que nuestros padres trata ron desesperadamente de darnos de la<br />
mejor manera en que pudieron.<br />
Los padres también representan valores e ideales. Ellos son los representantes<br />
de D-s ante nosotros en este mundo; a su manera, intentan proveer las<br />
herramientas esenciales para la vida. Este largo periodo de duelo reconoce que<br />
la pérdida de este tipo de relación tiene ramificaciones espirituales profundas.<br />
Después del periodo de shloshim, la vida gradualmente co mienza a volver a<br />
la normalidad. Se permiten atender a compromisos sociales, pero el entretenimiento<br />
y la diversión, sobre todo cuando involucran música, están restringidos;<br />
asimismo, está permitido participar activamente en ocupaciones empresariales.<br />
Una vez que el año transcurrió, el doliente deja de ser considerado como tal.<br />
14
Conmemoración luctuosa anual: Yizkor<br />
Yizkor significa “recuerdo” y se refiere al servicio especial en memoria de los<br />
fallecidos que tiene lugar en la sinagoga los días festivos importantes:<br />
• Yom Kipur<br />
• Último día de Pesaj<br />
• Último día de Shavuot<br />
• Octavo día de Sucot (Shmini Atzeret)<br />
En estos días de fiesta nos detenemos a recordar porque las fiestas son expresiones<br />
de la nación judía celebrando en unión. Concientizamos que sólo<br />
estamos aquí como judíos gracias a quienes nos precedieron decidiendo ser<br />
judíos incluso contra la adversidad. La conexión con las generaciones pasadas<br />
y con los seres queridos tiene lugar en Yizkor.<br />
En algunas sinagogas, antes de la oración privada de Yizkor, la congregación<br />
recita Yizkor para aquellos que perecieron en el Holocausto y para los soldados<br />
caídos por el Estado de Israel.<br />
En la víspera de estas fiestas, cuando van a iniciar, se debe encender en<br />
casa una veladora de yortzait en memoria del ser querido. Estas veladoras<br />
deben estar encendidas sin interrupción durante aproximádamente 24 horas.<br />
El día de Yizkor se debe asistir al servicio matutino, en el cual, en determinado<br />
momento, se pide salir a quienes nunca han sido dolientes, mientras que<br />
quienes ya han pasado por la experiencia de sentarse en shive permanecen<br />
en el recinto. A menudo el rabino brinda un breve sermón, para que después<br />
todos reciten las plegarias en homenaje personal a sus seres queridos.<br />
Oramos para que a cambio de nuestra devoción y generosidad, D-s reconozca<br />
la nueva fuente de mérito para el alma cuya memoria ahora influencia<br />
nuestra conducta.<br />
Después de la fiesta, debemos dar tzedaká, una donación de caridad en memoria<br />
de nuestro ser querido.<br />
15
Yortzait<br />
Cada año, en el aniversario luctuoso de un ser querido, debe realizarse una<br />
conmemoración adecuada. Si usted no está seguro de la fecha judía del deceso,<br />
póngase en contacto con una sinagoga o la Kehilá. Durante esta conmemoración<br />
algunas personas cuidan de llevar a cabo lo siguiente:<br />
– Encender una vela de yortzait en casa la noche anterior, porque el día judío<br />
comienza en la noche.<br />
– Dar tzedaká en memoria del ser querido.<br />
– Estudiar Torá durante ese día. Leer un libro sobre judaísmo o acerca de las<br />
ideas de la Torá, o bien estudiar con alguien de la comunidad.<br />
– Recitar Kadish. Si usted no puede, debe hacer arreglos para que alguien lo<br />
recite en su nombre. Llame a una sinagoga o a la Kehilá para recibir ayuda.<br />
– Patrocinar un Kidush en la sinagoga ese día, o el Shabat siguiente inmediato.<br />
– Ayunar desde el amanecer hasta el atardecer.<br />
Es importante señalar que en el judaísmo se resta importancia a los cumpleaños<br />
de las personas fallecidas, pero se pone especial cuidado en conmemo rar el<br />
aniversario de fallecimiento. Este hecho es comparado por el Talmud con un bar -<br />
co: qué extraño que se haga una gran fiesta cuando el barco está a pun to de<br />
zarpar y no se celebre el arribo a su destino; en realidad, debería ser al revés.<br />
Aunque el día de nacimiento contiene todo el potencial para la vida que será,<br />
el día de la muerte es el símbolo de lo que realmente se logró. Nuestro mérito<br />
se mide de acuerdo con cuánto de nuestro potencial fue revelado, ¿hicimos lo<br />
mejor dentro de nuestra capacidad en el tiempo que nos fue concedido?<br />
Cuando nuestros seres queridos mueren y vuelven a D-s, a su “puerto de<br />
escala“, lloramos por no tenerlos aquí con nosotros, sin embargo, recordamos<br />
lo que fueron capaces de lograr en esta vida. La conmemoración anual del<br />
yortzait es un tiempo para sentir tristeza, pero también para celebrar lo que<br />
eran y la vida que vivieron.<br />
16
Develación de la lápida (matzeive)<br />
La colocación de una lápida honra al cuerpo que albergaba el alma. La lápida<br />
no se coloca en el momento del entierro, pues la costumbre judía consiste en<br />
colocarla en una fecha posterior; hay quienes lo hacen justo después de la<br />
shive, mientras que otros prefieren hacerlo en otro momento durante el año.<br />
Las personas cercanas a la familia son invitadas a la tumba donde los dolientes<br />
develan la piedra cubierta por un paño. La ceremonia suele ser corta,<br />
se recitan los Salmos y la gente suele compartir pensamientos sobre la persona<br />
fallecida. Algunas de las siguientes ideas pueden ser compartidas durante una<br />
ceremonia de develación.<br />
La palabra hebrea para roca es tzur, la cual también se emplea para referirse<br />
a D-s. En este momento debemos recordar que D-s es nuestra roca, nuestra<br />
fuerza y apoyo; Él es nuestra única constante, siempre está ahí para consolarnos<br />
en nuestros momentos más difíciles.<br />
Una roca también es símbolo de eternidad, como la piedra angular de un<br />
edificio. ¿Y qué es eterno sobre nuestros seres queridos? Sus cualidades perecederas<br />
en las que todavía podemos confiar. Nuestros seres queridos viven<br />
porque nos afectaron y tocaron en el más profundo de los niveles. Levantamos<br />
rocas y recordamos lo que construyeron en sus vidas: sus acciones, su carácter.<br />
Ellos nunca serán olvidados.<br />
Una persona es creada a imagen y semejanza de D-s; no se trara de una<br />
imagen física, sino una visión que es interna y, ulteriormente, eterna: el alma<br />
de una persona.<br />
17
Visitar el cementerio<br />
Aunque una persona puede visitar el cementerio en cualquier momento después<br />
de que se coloca la lápida, hay días especiales para visitar la tumba:<br />
• En el séptimo día, después de poner fin a las restricciones de la shive<br />
• En los shloshim, el 30º día de luto<br />
• En la finalización de los primeros 12 meses de luto<br />
• En el yortzait, el aniversario anual del fallecimiento<br />
• El día anterior a Rosh Hashaná<br />
• El día anterior a Yom Kipur<br />
¿Por qué en estos días? Porque de manera natural son tiempos que inspiran<br />
a la reflexión al hacer que la persona se concentre en lo que es realmente importante<br />
en la vida. Visitar la tumba de un ser querido abre nuestros sentidos<br />
y nos ha ce caer en cuenta de que necesitamos ayuda en muchos aspectos de<br />
la vida. En estos momen tos oramos a D-s y pedimos a nuestros seres queridos<br />
que intercedan por nosotros.<br />
La costumbre judía no consiste en llevar flores a las tumbas, en su lugar colocamos<br />
una simple piedra. En lugar de gastar dinero en flores –que no hacen<br />
nada por un ser querido– es mejor dar el dinero a la Tzedaká en memoria de<br />
la persona para ayudar a su alma a elevarse.<br />
Ponemos una pequeña piedra en la tumba como señal de nuestra visita, no<br />
pa ra que el fallecido lo sepa, pues su alma ya tiene ese conocimiento, sino pa ra<br />
no sotros, seres físicos que necesitamos actos materiales que nos permitan ex pre -<br />
sar la realidad de que verdaderamente estamos ahí. La piedra es la “tarjeta de<br />
presentación“ de los visitantes; Las flores mueren, pero la pequeña y simple pie dra,<br />
es un símbolo de eternidad, representa nuestra devoción eterna para mantener<br />
la memoria de nuestros seres queridos. Nuestra conexión vive y nunca morirá.<br />
Honramos al cuerpo con un entierro adecuado, sólo como reconocimiento de<br />
que el cuerpo tenía santidad como morada y servidor del alma. De la misma ma -<br />
nera, el ataúd debe ser sencillo y simple, permitiéndonos utilizar el dinero que<br />
hubiéramos gastado en algo más costoso, a asuntos espirituales que afectan<br />
el alma de la persona.<br />
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Pena y dolor<br />
El proceso de duelo no es fácil, la manera judía de atravesar por el proceso<br />
brinda una estructura para que los dolientes sientan su soledad, se separen<br />
del mundo exterior para después, gradualmente, restablecerse en la sociedad.<br />
Cuando las personas están en un estado de dolor, físicamente sienten un<br />
vacío en su interior. Este es el estado más doloroso, porque la motivación esencial<br />
de cada persona es el estimulo de la plenitud y la completitud.<br />
Las diferentes etapas de duelo nos permiten enfrentarnos a la pérdida. Con<br />
el tiempo nos damos cuenta de que el agujero vacío no es tan profundo ni tan<br />
grande como lo que inicialmente sentimos.<br />
El tiempo cura, pero no lo hace porque estemos ocupados y los recuerdos<br />
se desvanezca, sino porque con el tiempo viene la objetividad. Nos percatamos<br />
de que quien somos ahora, es resultado de los seres queridos que perdimos.<br />
Nuestro carácter, acciones y valores son resultado de esa alma especial y de<br />
la experiencia de la pérdida.<br />
El cuerpo es finito, muere. Sin embargo, el alma, la esencia de nuestro ser<br />
amado, es eterna. La conexión entre nosotros vive. Esta realidad em pieza lentamente<br />
a llenar el vacío, pero no completamente. Nunca podremos comprender<br />
la eternidad del alma, siempre existirá ese vacío interior. Somos seres<br />
humanos que estamos limitados en nuestra capacidad para comprender verdaderamente<br />
los caminos de D-s y la otra vida.<br />
Que el Todopoderoso reconforte a todos los dolientes de Tzión y Yerushalaim.<br />
Traducido del artículo The stages of jewish mourning: a practical guide,<br />
de Lori Palatnik.<br />
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Comité de Panteón<br />
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Sammy Goldzweig<br />
llama antes de hacer<br />
cualquier otra llamada<br />
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